STUDIA
CROATICA
Año III, Buenos Aires, 1962, N° 9
"La fraternidad y la unidad de los pueblos de
Yugoslavia" en vez del derecho de autodeterminación
El socialismo y el desempleo en la Yugoslavia
La personalidad de Ivan Mestrovic
La literatura renacentista croata
Fracaso del titoísmo en agricultura y el campo en
general
Mestrovic visto por los escultores argentinos
Memorandum del episcopado católico al gobierno
comunista de Belgrado
Situación difícil de la comunidad religiosa
islámica
Los sojuzgados de Yugoslavia y la Asamblea de las
Naciones Cautivas Europeas
Reseña de la literatura croata y serbia en la
Enciclopedia El Ateneo
Los exiliados exigen el derecho de
autodeterminación para Croacia. 56
Discriminación perjudicial para los refugiados de
la Yugoslavia comunista
La "neutralidad" yugoslava y las bases
atómicas en Cuba
Walter Lippmann, Cuba y Yugoslavia
Primer Congreso de los Universitarios Croatas en
el Exilio
Anton Zollitsch: Josef George Strossmayer
Ante Smith Pavelic: Kairska Afera
Hrvatska Revija, volumen dedicado a Ivan Mestrovic
Charles
Zalar: Yugoslav Communism - A Critical Study
Anton
Knezevic: Die Turzismen in der Schprache der Kroaten und Serben
Ivo Bogdan, Buenos Aires
Los supuestos insostenibles de las protestas del gobierno
comunista yugoslavo contra las actividades de los exilados croatas en Alemania
Occidental
El 29 de
noviembre de 1962, "Día de la República" o fiesta nacional de la
Yugoslavia comunista, se conmemoró un nuevo aniversario de la proclamación de
la restauración de Yugoslavia y del gobierno comunista. Ese día, en muchas
capitales del mundo libre, donde viven nutridos grupos de exilados de
Yugoslavia, hubo manifestaciones y se produjeron incidentes[1].
Sus autores fueron mayormente refugiados croatas. En algunos casos organizaron
manifestaciones anticomunistas, en forma separada, los exilados servios,
partidarios de la monarquía yugoslava. Mientras sus demostraciones fueron de
carácter exclusivamente anticomunista, los exilados croatas protestaron no sólo
contra el régimen comunista yugoslavo sino también contra Yugoslavia como tal,
reclamando la libertad y el derecho de autodeterminación para los croatas y los
demás pueblos y minorías oprimidos en el Estado plurinacional de Yugoslavia.
Dichos incidentes fueron registrados principalmente por la prensa de los países
respectivos. Sin embargo, las manifestaciones de los exilados croatas en Bad
Godesberg, donde tiene su sede la mayoría de las representaciones diplomáticas
acreditadas en Bonn, fueron registradas por la prensa de toda
el mundo. Un grupo de unos treinta jóvenes croatas demolió las oficinas de la
ex embajada yugoslava que, tras la ruptura de las relaciones diplomáticas entre
Bonn y Belgrado, funcionaba como sede de la delegación comercial yugoslava, Los
manifestantes no se dieron a la fuga sino que procedieron a cara descubierta,
portando cartelones con inscripciones alusivas al derecho de autodeterminación
de Croacia.
Todos estos
incidentes que menudearon este año, obligaron al gobierno comunista yugoslavo a
lanzar dentro del país una campaña contra los emigrados croatas y, con motivo
de lo ocurrido en Bad Godesberg, a acusar al gobierno de Bonn de apoyar las
actividades de los exilados enderezadas no solo contra el régimen, sino también
"contra la integridad de Yugoslavia". Aun más, el gobierno comunista
yugoslavo, con una serie de notas y protestas diplomáticas, no se limitó, como
sería lógico, a exigir la indemnización de los daños y perjuicios y el castigo
condigno de los autores, sino que pidió que "en forma permanente y
radical" se prohíba la actividad de todos los exilados croatas, que suman
varios millares, en Alemania Occidental. Los dirigentes comunistas yugoslavos
motivaron ese pedido sosteniendo que los exilados croatas trabajan "contra
la integridad de Yugoslavia". Salta a la vista el hecho absurdo de que los
comunistas yugoslavos exigen que se adopten severas sanciones por parte del
gobierno de Alemania libre contra los croatas que reclaman el derecho de
autodeterminación, siendo público y notorio que esos mismos dirigentes
comunistas yugoslavos, siguiendo la política soviética, se oponen a la
integridad de Alemania y a su unificación mediante elecciones libres, lo que
provocó en 1957 la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Bonn y
Belgrado. La campaña actual contra los exilados croatas va dirigida
precisamente contra el derecho de autodeterminación de la nación germana
respecto a su unificación, pues eso equivaldría a la liquidación del gobierno
comunista de Alemania Oriental, impuesto por fuerza al igual que en Croacia.
Al reclamar de un
gobierno democrático la adopción de medidas antidemocráticas contra todos los
exilados croatas sin distinción, con el fin de proteger "la integridad del
Estado yugoslavo", Belgrado puso sobre el tapete internacional el problema
de si se justifica o no la existencia de un Estado plurinacional, religiosa y
culturalmente heterogéneo, como es Yugoslavia.
Dicho Estado se
constituyó en 1918 mediante la anexión de los territorios que hasta entonces
formaban parte de Austria-Hungría. Se desintegró en 1941, para ser restablecido
en 1945 por los comunistas. En ningún caso a los pueblos y las minorías
incorporados a Servia se les brindó la oportunidad de decidir sobre su status
político conforme al derecho de autodeterminación.
Es evidente que
fuertes razones dictaron semejante proceder a los jefes comunistas yugoslavos
con motivo del incidente ocurrido en Bad Godesberg, pues saben que están
desmintiendo su propia afirmación de que habían eliminado los conflictos
internos y nacionales realizando "la fraternidad y unidad" de todos
los pueblos de Yugoslavia. Reconocer públicamente, en documentos oficiales,
dirigidos a un gobierno extranjero, que las relaciones internas en Yugoslavia
son tan tensas que las actividades de los exilados croatas constituyen un
peligro para "la integridad estatal de Yugoslavia", implica reconocer
que el régimen comunista no logró allanar el antagonismo nacional entre los
servios y los croatas. Es conocido de sobra que dicho antagonismo causó la
desintegración del Reino de Yugoslavia en 1941 y la subsiguiente guerra, larga
y cruenta, entre los servios y los croatas. Los comunistas aprovecharon ese
antagonismo durante la guerra recibiendo ayuda militar y luego el
reconocimiento diplomático por parte de las democracias occidentales, a las que
habían convencido de ser ellos los únicos capaces, y no la desacreditada
dinastía servia, de superar los conflictos nacionales en el conglomerado
yugoslavo, eliminando así la peligrosa fuente de conflictos y fricciones en la
turbulenta zona balcánica. Por ello, mientras hoy piden apoyo de los gobiernos
extranjeros para resguardar "la integridad estatal de Yugoslavia",
contradicen su tesis fundamental con que antes justificaban no sólo la
existencia de su régimen, sino también del Estado de Yugoslavia.
Por consiguiente,
las reacciones de los dirigentes comunistas yugoslavos - tanto la campaña
interna contra los exilados croatas como la polémica contra el gobierno de
Bonn- merecen especial atención de los círculos internacionales. Trátase de
problemas trascendentales de orden político y principista. Trátase, en
síntesis, si se justifica o no un conglomerado artificial estatal como
Yugoslavia, creado mediante la violación del derecho de autodeterminación, y
que antes y después de la segunda guerra mundial pudo mantenerse contra la
voluntad de la mayoría de su población dentro de un sistema de dictaduras,
primero monárquica y luego comunista. Yugoslavia, instrumento de expansión de
Servia -respaldada por Rusia- cercena las libertades nacionales de varios
pueblos y minorías nacionales, dominados por Servia, y atenta contra los
derechos de los pueblos vecinos. No se trata de un problema de política
interna, librado de la injerencia foránea, sino de una serie de problemas que
atañen, no sólo a las relaciones de Yugoslavia con otros gobiernos en ese
sector estratégico de Europa sino también de la cuestión de principio, es decir
del derecho de autodeterminación, que conforme con la Carta de las Naciones
Unidas, es válido para todos los pueblos sin distinción alguna, y, por
consiguiente, también para los pueblos de Yugoslavia. Eso tiene interés
particular para los países "del tercer mundo" donde Yugoslavia se
presenta como adalid consecuente del derecho de autodeterminación que hizo
posible el proceso socio-político actual de la descolonización.
Por ello,
estimamos procedente analizar con objetividad las frecuentes protestas de los
exilados anticomunistas de Yugoslavia, especial el incidente ocurrido en Bad
Godesberg, y la tesis o mejor dicho el slogan, de los comunistas yugoslavos
sobre la presunta "fraternidad y unidad" de los pueblos de
Yugoslavia, con que justifican tantas violaciones de los derechos y libertades
políticas, individuales y nacionales de los pueblos oprimidos, infracciones del
derecho de los pueblos vecinos y el no cumplimiento del principio de
autodeterminación, reconocido universalmente.
El documento
básico del gobierno comunista yugoslavo referente a los sucesos de Bad
Godesberg, consiste en una extensa nota de protesta, entregada al gobierno de
Bonn el 10/XII/1962 por conducto de la embajada del Reino de Suecia que
representa los intereses de Yugoslavia en la República Federal Alemana[2].
En dicha nota se
afirma reiteradamente que los exilados croatas, en complicidad con las
autoridades alemanas, realizan "actividades antiyugoslavas en la República
Federal Alemana" y trabajan contra "la integridad de la República
Federal Popular de Yugoslavia". No sólo se exige el castigo de los
atacantes a la delegación comercial yugoslava, y medidas de seguridad, sino que
"en forma radical y permanente se imposibiliten" las actividades de
los exilados croatas. La nota enumera asociaciones, instituciones y periódicos
croatas tanto de carácter político-patriótico como caritativo y religioso,
basándose obviamente en los datos suministrados por el servicio de espionaje
yugoslavo[3]
Los comunistas de
Belgrado, totalitarios y liberticidas, que prohibieron en su jurisdicción todos
los partidos políticos, asociaciones o instituciones patrióticas, religiosas y
caritativas, con sus respectivos órganos periodísticos, quieren ahora imponer
sus propios criterios al gobierno de un país libre como es Alemania Occidental.
El pedido de que
se prohíba "en forma permanente y radical" toda actividad de los
emigrados croatas en Alemania so pretexto de amenazar "la integridad
estatal de Yugoslavia", se viene repitiendo en los artículos de la prensa
controlada, en los discursos de los dirigentes yugoslavos y en las numerosas
protestas que Belgrado dirige al gobierno de Bonn[4].
No es de extrañar
que esta vez también fuesen repetidos los cargos estereotipados de los
gobiernos comunistas contra los exilados políticos tildándolos de criminales de
guerra que escaparon al castigo merecido por culpa de los países libres, que se
negaron a su extradición y les acordaron el derecho de asilo. Los exilados
políticos de Yugoslavia, de acuerdo a los datos oficiales de Belgrado,
totalizan más de 200.000, siendo croatas la mayoría[5].
Cabe señalar que en la nota yugoslava ese argumento se esgrime en forma
cautelosa e indirecta. Por cierto que Belgrado entiende que con el tiempo se
pudo establecer que durante la última guerra quienes cometieron más crímenes en
Yugoslavia fueron precisamente sus actuales gobernantes que además, finalizadas
las acciones bélicas, violaron tantas veces y de la manera más flagrante las
convenciones internacionales de La Haya y Ginebra[6].
En parte, en la
última fase de la guerra esos alemanes se refugiaron en Austria y Alemania. La
mayoría fue masacrada o pereció en terribles condiciones en los campos de
concentración. Esos alemanes vivían desde varias generaciones en Voivodina como
agricultores muy :prósperos. Gracias a su trabajo
tesonero y racional, Yugoslavia pudo exportar antes de la guerra excedentes
agrícolas, mientras que actualmente debe importarlos, Las tierras de los
colonos alemanes expulsados o exterminados fueron dadas a los montañeses del
interior yugoslavo. De la documentación citada se infiere que la población
croata, a diferencia de la servia, observó una conducta amistosa para con la
minoría alemana.
Esos horrendos
crímenes quedaron impunes[7].
Por otra parte, los autores de la nota tuvieron que contemplar que tanto los
atacantes en Bad Godesberg como los que manifestaron en otros países, eran
jóvenes. Sería, pues, absurdo calificar como "criminales de guerra" a
los que durante la última conflagración mundial estaban en la edad de niños[8].
Por lo cual el gobierno de Belgrado se limitó a afirmar que dicho ataque fue
inspirado por los exilados de 1945, sin tomar en consideración que los jóvenes
patriotas croatas, ejecutores del ataque, declararon unánimemente que ese acto
de protesta fue ideado y organizado por ellos, que no rehuyen la
responsabilidad pues quieren que en el proceso se establezca que obraron por
motivos patrióticos y que el mundo libre sepa que Croacia ha de ser libre
"por la razón o la fuerza", según reza el lema grabado en el escudo
de Chile.
Estamos, pues,
frente a una nueva situación harto adversa para el régimen comunista yugoslavo.
El cetro de acción de los exilados croatas pasa a las manos de la nueva
generación, de hombres jóvenes, que cursaron sus estudios en la Yugoslavia
comunista para exilarse luego. Pese a todos los riesgos y peligros que supone
trasponer clandestinamente la frontera yugoslava y la eventual repatriación,
anualmente huyen de Yugoslavia millares y millares de jóvenes, lo que en el
número de los refugiados anticomunistas expatriados de Yugoslavia únicamente lo
supera Alemania Oriental[9].
Sólo en 1957 huyeron de Croacia más de 20.000 personas.
No sólo que la
propaganda comunista yugoslava no podrá en adelante calificar a cualquier
acción de los exilados como obra de los "resabios nazifascistas",
sino que la circunstancia de que la gente joven, educada en las escuelas de la
Yugoslavia comunista, que no participaron en las guerrillas políticas de la
Yugoslavia monárquica (1918-1941) ni en la vida pública del Estado croata durante
la última guerra mundial (1941-1945), actúa contra "la integridad del
Estado yugoslavo" e incluso ofrecen resistencia en la patria sojuzgada[10],
prueba fehacientemente cuán equivocados estaban los estadistas occidentales que
dieron fe, a fines de la guerra pasada, a la propaganda de los guerrilleros
comunistas yugoslavos en el sentido de que ellos resolverían el problema
nacional en Yugoslavia. Los conflictos nacionales causaron en 1941 el
inesperado y fulminante derrumbe militar y político de Yugoslavia, y durante la
guerra motivaron choques tan cruentos entre los servios y los croatas que
ciertos estadistas occidentales encaraban seriamente la partición de
Yugoslavia. El Presidente F. D. Roosevelt, deliberando con el Sir Anthony Eden
en 1943, en Washington, acerca del futuro ordenamiento de Europa, "expresó
su repetida opinión de que los croatas y los servios no tienen nada en común
por lo que es ridículo empeñarse en que dos pueblos tan antagónicos hayan de
vivir bajo un solo Gobierno" [11].
La Yugoslavia monárquica
estaba tan desacreditada a causa de su política antidemocrática y de su
incapacidad para solucionar los problemas nacionales, que los estadistas
aliados optaron por respaldar a los guerrilleros comunistas que se declararon
contrarios a la hegemonía de Servia y prometieron dividir a Yugoslavia según el
criterio nacional en seis unidades federales y asegurar la igualdad de todos
los pueblos integrantes. Sin embargo, no sucedió así. La Yugoslavia comunista
sigue siendo dominada por el elemento étnico servio y montenegrino[12].
Por lo tanto,
Tito tiene sobradas razones para no permitir que en la campaña desatada a raíz
de lo sucedido en Bad Godesberg, en las declaraciones a los corresponsales
extranjeros y en los documentos diplomáticos, se introduzca el problema de la
joven generación croata cuyos integrantes organizan protestas en el exterior
contra su tiranía, y dentro del país encabezan la resistencia nacional.
Es significativo
también que en la gran campaña desencadenada ni se menciona el derecho de autodeterminación,
reclamado por los exilados croatas en todas sus manifestaciones contra la
Yugoslavia comunista. Ese derecho, conteste con los ideales democráticos, fue
reconocido a todos los pueblos en la Carta de las Naciones Unidas[13].
El gobierno de la Yugoslavia comunista debería reconocerlo a todos los pueblos
que la componen, pues es uno de los países fundadores de esa organización
mundial. Es verdad que ese derecho figuraba en la primera Constitución de la
Yugoslavia comunista de 1946. Incluso fue reconocido el derecho de separación[14],
En la práctica, ese derecho no existe y se arguye que fue consumado para
siempre mediante la proclamación de la restauración de Yugoslavia, si bien se
sabe que eso fue obra de una minoría, ratificada por las constituyentes,
elegidas con una sola lista, según el sistema comunista y "unánimemente" [15].
Semejante
"aplicación" del derecho de autodeterminación en la Yugoslavia
comunista contrasta violentamente con la posición de Yugoslavia en cuanto al
derecho de autodeterminación de los pueblos afroasiáticos, salvo de los que
dependen de la Unión Soviética. Belgrado defendió ese derecho en todos los
casos planeados y en forma tan radical que justificaba incluso el derecho a una
sublevación armada de los pueblos dependientes. Así en el caso argelino, el
gobierno de Belgrado se olvidó de la deuda de gratitud de Servia contraída con
Francia, que la ayudó a liberarse en 1918 y ensancharse mediante la creación
del Estado yugoslavo, satisfaciendo de ese modo los apetitos más desmedidos de
los chovinistas y expansionistas servios. Belgrado no tomaba en cuenta los
argumentos de París de que Argelia era parte del territorio nacional francés y
que la cuestión argelina debería solucionarse sin injerencia foránea. El
gobierno de Belgrado no sólo reconoció al gobierno rebelde de Argelia antes de
los acuerdos de Evian, atendió a los heridos argelinos e instruyó militarmente
a los sublevados, sino que hacía contrabando con armas y municiones en escala
tal que la flota francesa interceptó y secuestró repetidamente los barcos
yugoslavos.
El gobierno
yugoslavo que se comportó así con Francia, sin cuya apoyo tal vez no se habría
formado el Estado yugoslavo, observa aún menos el principio de la no injerencia
en otros casos similares, como por ejemplo en Angola, que tiene status de
territorio nacional portugués como lo tenían también los enclaves portugueses
en la India, ocupadas por la fuerza y con el respaldo diplomático de
Yugoslavia.
Cuando se produjo
la crisis en el recién independizado Congo y sobrevino la muerte violenta de
Patricio Lumumba, los comunistas yugoslavos, amén de otros actos inamistosos
hacia Bélgica, organizaron la agresión a la embajada belga en Belgrado. No lo
hicieron los exilados del Congo, sino súbditos yugoslavos, incitados y
organizados por los círculos oficiales. Todo ello en nombre del derecho de
autodeterminación que reclaman para todos los pueblos, salvo los pueblos
sometidos a las tiranías comunistas que establecieron un colonialismo sui
generis, especialmente en los países plurinacionales, a saber en la Unión
Soviética, Yugoslavia y Checoslovaquia. Existen fundadas esperanzas de que el
mundo libre no tardará en afrontar el problema del
colonialismo comunista, dado el agudo contraste entre la agitación comunista en
las ex colonias de los países occidentales y la dura realidad de la dependencia
colonial de muchos pueblos de Asia y Europa respecto a la Unión Soviética. Ese
contraste entre la teoría y la práctica resulta tan pronunciado que lo está
percibiendo incluso la opinión pública de los países afro-asiáticos,
recientemente constituidos, que por comprensibles reacciones pasionales hacia
el ex colonialismo europeo se muestra todavía poco propensa a considerar la
difícil situación en que se hallan las viejas naciones civilizadas bajo el yugo
soviético. No obstante, no dejan de comprender que los principios de las
convenciones internacionales tienen validez a medida que los respeten todos y
en igual grado. Ni las reacciones pasionales ni las razones de la oportunidad
política permiten usar doble criterio, doble escala de valores, pues a la
postre, resultan contraproducentes. Los mismos principios deben regir en caso
del colonialismo europeo soviético, checo o servio.
Mientras hay una
tendencia cada vez más fuerte de abordar el colonialismo soviético, es
deplorable que el mundo libre conozca poco el colonialismo implantado en Estado
plurinacional de Yugoslavia, donde la mayoría de la población está dominada y
explotada por el expansionismo de Servia, la que apenas representa la cuarta
parte de la población[16]
y territorio total y en cuanto al desarrollo cultural y económico es inferior a
las demás regiones de Yugoslavia. En ese sentido Yugoslavia es una edición
minúscula y deteriorada de la Unión Soviética, En tanto que el imperialismo de
Rusia, heredera de la civilización bizantina, nación grande y poderosa, podría
tener su justificación histórica, el expansionismo de la pequeña y atrasada
Servia balcánica a costa de Croacia y Eslovenia, que se desarrollaron dentro de
la órbita de la cultura occidental, carece de toda justificación. Por el
contrario, es un ejemplo del imperialismo enano de un país que no reúne
condiciones para cumplir el papel que su gobierno le asigna[17]
Por lo tanto, los
dirigentes comunistas yugoslavos que -según hemos visto- aprueban métodos
expeditivos en la lucha anticolonialista, carecen de títulos para protestar si
sus víctimas a veces se ven obligadas a recurrir en su defensa a idénticos
métodos. Tanto menos cuanto que los comunistas, entre las dos guerras
mundiales, recalcaban la necesidad de combatir enérgicamente el
"colonialismo" servio dentro de Yugoslavia[18].
Como es sabido el
Kremlin modificó su posición recién en vísperas de la segunda guerra mundial
cuando, cambiada la situación, llegó a la conclusión de que le sería más fácil
dominar a los pueblos de Europa Centro-oriental si apoyara el status
territorial creado en virtud de los tratados de paz de 1919, con la única
excepción de modificar las fronteras a favor de la Unión Soviética. En cuanto a
la tesis sobre el derecho de Croacia a la separación, particularmente discutido
y recalcado en el V Congreso de la Internacional Comunista, fue substituida por
la tesis sobre "la fraternidad y unidad de los pueblos de
Yugoslavia", que debería organizarse según el modelo de la Unión Soviética
bajo la conducción de Servia. Desde luego que el derecho de autodeterminación,
e incluso el de separación, no fue denegado formalmente. Igual que en el caso
de la incorporación compulsiva de Ucrania, Georgia, Armenia, etc., a la Unión
Soviética, se argüía y sigue arguyéndose que los pueblos de Yugoslavia optaron
libremente por vivir en el Estado común de Yugoslavia. La fórmula federalista
fue desvirtuada. Los Estados comunistas plurinacionales son gobernados en forma
centralista por el partido comunista monolítico, prevaleciendo según lo probó
el sociólogo D. A. Tomasic el elemento étnico de la nación privilegiada[19].
No sólo que los
croatas y los demás pueblos y minorías oprimidos en Yugoslavia nunca tuvieron
la oportunidad de realizar el derecho de autodeterminación -que no puede
consumarse para siempre según las teorías comunistas inventadas ad hoc- sino
que los países occidentales nunca reconocieron esas imposiciones comunistas. Es
verdad que los Aliados dejaron en 1944 de apoyar al desacreditado gobierno
yugoslavo en el exilio, obligando al rey Pedro a reconocer al nuevo gobierno
bajo la dirección de Tito y a este como comandante supremo del ejército
yugoslavo, Sin embargo, ello no significaba reconocer de iure el hecho
consumado del impuesto sistema comunista en conformidad con las resoluciones
del 29 de noviembre de 1943, que la Yugoslavia comunista considera como acto
constitutivo de la segunda Yugoslavia de forma republicana, conmemorando esa
efemérides cada 29 de noviembre como fiesta nacional. Los Aliados, inclusive la
Unión Soviética, declararon expresamente en la Conferencia de Crimea que tuvo
lugar en Yalta del 4 al 11 de febrero de 1945, que las decisiones del partido
comunista sobre la restauración y organización de la segunda Yugoslavia
"habrán de ser confirmadas por la Asamblea Constituyente"
[20].
Eso concuerda con la "Declaración sobre la Europa liberada" de la
misma Conferencia, en la que se destacó el principio de la Carta del Atlántico
acerca "del derecho de los pueblos a elegir al gobierno", y. en
consecuencia, se concluyó que los gobiernos provisionales de los países de la
Europa Centro-oriental bajo ocupación alemana, están obligados a proceder
"a la celebración de elecciones libres para la formación de un gobierno
representativo de la voluntad del pueblo"[21].
Eso se refería también al gobierno de Tito, integrado, fuera de los comunistas,
por los políticos de los partidos tradicionales de Servia, Croacia y Eslovenia.
Por lo tanto, ese gobierno fue reconocido por los Aliados bajo la premisa de
que se realizaría "a truly democratic and federative Yugoslavia"[22]
Que los comunistas dieron promesas en ese sentido lo prueba la nueva
denominación oficial dada al país: "Yugoslavia Democrática Federal".
Todas estas condiciones
no fueron cumplidas, aunque los jefes comunistas yugoslavos afirman lo
contrario, alegando que las Constituyentes, aceptando la Constitución de 1946,
ratificaron las decisiones del 29 de noviembre de 1943, dictadas por el partido
comunista. Los gobiernos occidentales jamás reconocieron la validez de las
elecciones de las Constituyentes, ya que fueron realizadas con el sistema de
una sola lista, sin libertad alguna.
II
Del precedente
análisis se colige que Yugoslavia, que priva del derecho de autodeterminación a
los pueblos y minorías que la integran, no puede exigir de los países libres
que impidan a los exilados croatas, víctimas de la tiranía comunista y del
expansionismo de Servia, invocar el derecho de Croacia y de otros pueblos de
Yugoslavia a la libertad y la autodeterminación nacional. En cuanto a la
desenfrenada campaña de Belgrado cuyo fin es extorsionar al gobierno de Bonn
para que tome medidas drásticas contra los refugiados croatas, quienes al
invocar el derecho de autodeterminación de Croacia obrarían contra "la
integridad del Estado yugoslavo", cabe advertir el punto flojo de la
posición yugoslava, dadas las relaciones entre la Yugoslavia comunista y la
República Federal Alemana.
Belgrado no
aborda el punto neurálgico de sus relaciones con Bonn, como tampoco lo hace en
lo tocante al derecho de autodeterminación de Croacia. En su nota oficial del
10 de diciembre se expresa ambiguamente, dando a entender que la
responsabilidad por la ruptura de las relaciones diplomáticas recae en el gobierno
de Bonn. Al mismo tiempo Belgrado procuró convencer a los corresponsales
extranjeros de que el trato circunspecto y correcto dado por Alemania a los
exilados croatas impide la mejora en las relaciones entre dos países y que
medidas más severas podrían conducir al restablecimiento de las relaciones
diplomáticas[23].
Se aducen también otras razones "del pesado clima", entre estas
"el silencio obstinado que opone Bonn a las reiteradas demandas de
indemnizaciones de los yugoslavos, víctimas de los campos de concentración nazi" [24].
La ruptura de
relaciones diplomáticas entre Bonn y Belgrado en 1957 no se produjo debido a la
actividad de los refugiados croatas, sino a raíz del vuelco de la actitud de
Yugoslavia hacia Alemania después de la muerte de Stalin. Hasta entonces
Belgrado a veces criticaba la posición soviética contra la unificación alemana.
Sin embargo, al operarse el reacercamiento paulatino entre Belgrado y Moscú,
Yugoslavia se identificaba con la política soviética respecto a Berlín y la
unificación alemana, a tal punto que en 1957 Belgrado reconoció al gobierno
comunista de Pankow, sabiendo que ello suponía, de acuerdo a la "doctrina
Hallstein", rompimiento con Bonn.
Ninguna
vinculación con ese rompimiento podrían tener los refugiados croatas, que incluso
tuvieron que soportar consecuencias desagradables de la influencia de Belgrado
en Bonn. Acaso bajo el impacto de la sistemática campaña comunista contra el
presunto resurgimiento del revanchismo y militarismo en Alemania, Bonn
consideró oportuno ceder a las insistentes demandas de un gobierno totalitario
que trataba de paralizar por todos los medios las actividades de los exilados
croatas[25]
Si Bonn, rotas
sus relaciones con Belgrado, dejó sin efecto las forzadas restricciones
impuestas antes a los emigrados croatas mientras reivindicaban el derecho a
autodeterminación de su patria, no violó por ello "las obligaciones
internacionales", como se dice en la citada nota yugoslava, aludiendo
obviamente a la convención sobre los refugiados y sus actividades políticas,
sino que les reconoció los derechos garantizados por la Declaración Universal
de los Derechos Humanos y por la Carta de las Naciones Unidas que debería
respetar también la Yugoslavia comunista como miembro de la ONU. Entre otros
derechos, figura también el de la autodeterminación para todos los pueblos sin
distingo. Ese derecho no puede anularse con los argumentos de Belgrado de que
los exilados croatas, al reclamar se aplique ese
derecho de autodeterminación a Croacia, atentan contra la "integridad
estatal de Yugoslavia". Tanto menos por cuanto, como hemos visto, la
Constitución yugoslava de 1946 reconoce que Yugoslavia es un Estado
plurinacional y admite, por lo menos en teoría, el derecho de
autodeterminación, incluso el "derecho a la separación" a los pueblos
que la componen. Por consiguiente; si el gobierno de Bonn atendía, antes de la
ruptura de relaciones diplomáticas con Belgrado, los pedidos del gobierno
yugoslavo perjudiciales a los refugiados croatas, no lo hacía por supuestas
"obligaciones internacionales", sino, por razones de oportunismo
político, que nos abstenemos de ponderar en este lugar, si bien es evidente que
se trataba de una infracción del derecho y principios en cuyo nombre el pueblo
alemán reclama su unificación, resistida por el bloque comunista.
La inconsistencia
de la posición yugoslava al exigir que Bonn, con la violación de los derechos y
libertades universalmente reconocidos y en interés "de la integridad del
Estado yugoslavo", impida la actividad de los refugiados croatas, queda
definidamente ilustrada por el hecho de que lo pedido por los comunistas
yugoslavos fue lo que provocó la tensión entre Bonn y Belgrado al oponerse
Yugoslavia a la integración de Alemania en virtud del principio de
autodeterminación nacional mediante elecciones libres. Lo que vale para
Yugoslavia no es válido para Alemania, opinan los dirigentes comunistas de
Belgrado. "La integridad del Estado yugoslavo" debe mantenerse aunque
queden violados los derechos fundamentales de la mayoría de sus súbditos. En
cambio, Alemania no debe unificarse, aunque ello concuerda con el derecho de
autodeterminación.
Resulta evidente
que la identificación de Belgrado con Moscú y Pankow en los asuntos de la
unificación alemana, de Berlín y su "muro de vergüenza", no es mera
solidaridad entre regímenes comunistas, sino que revela una afinidad más honda
entre Rusia y Yugoslavia. Tanto Yugoslavia como la Unión Soviética son países
que privan del derecho de autodeterminación a la mayor parte de su población.
La aplicación consecuente de ese principio conduciría indefectiblemente a la
desintegración del gran imperialismo ruso y del imperialismo enano servio.
En qué grado la
Yugoslavia comunista se solidariza con el Kremlin en su política antigermana,
lo prueba una serie de documentos y enunciaciones. Aquí citaremos, a guisa de
esclarecimiento, una parte del discurso que el dictador comunista yugoslavo
pronunció en SkopIje el 13/XI/1961. Respondiendo a las críticas que provocó su
actitud favorable al reconocimiento de Alemania Oriental durante la Conferencia
de los países no comprometidos en Belgrado, Tito manifestó: "Repito una
vez más que es una suerte la existencia de Alemania Oriental, que es una suerte
que no haya sólo una Alemania como la Occidental... Nosotros tememos a semejante
Alemania y no vacilamos en combatirla... Por eso digo que es una suerte que
exista por lo menos una parte, lamentablemente pequeña, asentada sobre
fundamentos democráticos y sin tendencias revanchistas... Por ello, seguimos
pensando que nuestra actitud hacia Alemania no puede ser otra que la actitud de
la Unión Soviética"[26].
III
Los comunistas
yugoslavos refutaron enérgicamente las teorías sobre la unidad del pueblo de
tres nombres, es decir del pueblo unitario de los servios, croatas y eslovenos
que utilizó la dictadura de la dinastía servia para perseguir a la oposición
croata. Hemos visto que por esas razones los comunistas lograron obtener en la
última guerra ayuda occidental contra el gobierno exilado del rey Pedro
Karageorgevic, dominado por los hegemonistas servios adversarios del derecho de
autodeterminación de los pueblos que integraron Yugoslavia a partir de 1918.
Los comunistas reconocen el carácter plurinacional de Yugoslavia, integrada por
cinco pueblos: el servio, el croata, el esloveno, el macedonio y el
montenegrino, como asimismo por nutridas minorías nacionales, particularmente
la húngara y la albanesa. Conforme al principio nacional y al derecho de
autodeterminación, los dirigentes comunistas no deberían oponerse a la
separación de los pueblos, reconocida incluso en la Constitución de 1946. Sin
embargo, en la práctica aplican severas represalias a cualquier manifestación
croata en este sentido y, además, como sabemos, exigen de los gobiernos
extranjeros la supresión de la actividad de los exilados croatas que reclaman
para su patria el derecho de autodeterminación. Al respecto, cabe indicar en
virtud de qué principio los comunistas solicitan de los gobiernos libres
sanciones contra los exilados croatas, mientras estos tratan de afirmar los
principios incluidos en importantes documentos como la Carta del Atlántico, la
Carta de las Naciones Unidas, la Declaración Universal de los Derechos del
Hombre, e incluso en la Constitución de Yugoslavia do 1946, fiel copia de la
Constitución soviética de 1936.
El principio que
los dirigentes comunistas anteponen en la escala de valores al derecho de
autodeterminación de todos los pueblos sin distinción alguna, es decir al
principio nacional y a las concepciones democráticas que generan ese derecho,
está sintetizado en el slogan de "la fraternidad y la unidad de los
pueblos de Yugoslavia", que debe preservarse incluso a precio de
flagrantes violaciones de principios, que ni siquiera los gobiernos comunistas
osan rebatir en público, afirmándolos solapadamente en sus enunciaciones
solemnes y en textos constitucionales.
Por lo tanto,
para poder apreciar el alcance verdadero de las medidas represivas del gobierno
comunista contra la oposición croata a la unidad compulsiva de Yugoslavia, como
asimismo su insistencia ante los gobiernos extranjeros para que prohiban las
gestiones de los exilados croatas tendientes a la concreción del derecho de
autodeterminación para todos los pueblos que integran Yugoslavia, débese
analizar los motivos de esa oposición de los croatas a la forzosa unidad
yugoslava.
En primer lugar,
hemos de señalar que el milenario proceso histórico de Servia y Croacia seguía
curso diferente y, lo que es de capital importancia se operó en el ámbito de
dos antagónicas tradiciones culturales y políticas: los croatas se
desarrollaron en la tradición occidental y los servios en la oriental de tipo
bizantino-ruso.
Durante cuatro
centurias y hasta 1918 Croacia integraba la monarquía danubiana, luchando por
sus derechos políticos, especialmente en la época de los movimientos
nacionales. Esa lucha, empero, se libró dentro de las tradiciones de un Estado
del derecho, basándose, generalmente, en la reivindicación del derecho
histórico-estatal de Croacia. El partido croata que en la época de
afianzamiento del pensamiento nacional era el vocero de las demandas croatas se
denominaba Partido Croata de Derecho.
Discusiones y
debates interminables entre Zagreb, Budapest y Viena sobre el derecho
histórico-estatal marcaban el estilo de la lucha nacional croata en tal grado
que algunos autores extranjeros y hasta ciertos intelectuales jóvenes croatas,
sensibles a la propaganda antiaustríaca servía, estaban propensos a ridiculizar
ese estilo tildándolo de anacrónico en la época del principio nacional
revolucionario y mientras que los vecinos orientales de Croacia recurrían a
métodos expeditivos de lucha, no sólo contra el decadente imperio osmanlí sino
también contra la monarquía danubiana. Especialmente los servios que lograron,
en una coyuntura internacional favorable, constituirse como Estado nacional, no
alcanzaron a comprender esa modalidad de la pugna política de los croatas.
Siglos y siglos vivieron bajo la dominación turca como rayah despojada
de todos los derechos, y se emanciparon mediante sublevaciones y acciones
subversivas. Croacia, en cambio, formaba parte de Austria-Hungría como reino
asociado con atributos de soberanía. Tenía la ventaja de una óptima
administración, se le brindaba la posibilidad de la defensa común y del desarrollo
económico dentro de una comunidad equilibrada en su producción. Todas las
provincias croatas estaban incorporadas a esa gran comunidad, de modo que
quedaban descartadas, por innecesarias, acciones subversivas. Los croatas
trataban de unirse todos alrededor del gobierno del ban (virrey) y del
Parlamento de Zagreb y de conseguir una autonomía más amplia en la comunidad
danubiana reestructurada de acuerdo a los conceptos modernos de democracia y
nacionalidad.
En consecuencia,
la actitud de los croatas respecto al problema sureslavo en Austria-Hungría
difería totalmente de la posición servia. Mientras los croatas reclamaban el
respeto del pacto constitutivo de la monarquía danubiana, los servios no podían
invocar tales derechos, y en nombre del principio nacional justificaban sus
acciones revolucionarias y terroristas contra la monarquía plurinacional
danubiana. Los servios, así como los demás adversarios de esa comunidad, no
comprendían correctamente los métodos de lucha estrictamente legales de los croatas.
Se llegó al extremo de poner en tela de juicio la capacidad de un pueblo
combativo de derramar sangre por su libertad nacional, No se tomaba en
consideración el hecho de que los croatas, durante 400 años, ofrecieron
resistencia armada a las embestidas osmanlíes, mientras que los servios, que
tanto exaltan su lucha por la libertad, fueron súbditos sumisos y dóciles de
los amos turcos. La actitud de los croatas de realizar una transacción política
con los pueblos danubianos en defensa de los valores culturales del Occidente,
se había caricaturizado como falta de conciencia nacional y se creía poder,
tras el derrumbe de Austria-Hungría, mantener en permanente sumisión a Croacia,
anexándola al Reino de Servia, a despecho del derecho de autodeterminación afirmado
por el presidente W. Wilson.
En 1918 se creó
el Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos declarado en 1929 Yugoslavia por
decreto del rey dictador Alejandro I Karageorgevic. Contra la dominación servia
los croatas recurrieron, conforme a sus tradiciones, a la lucha por sus
derechos nacionales con métodos legales, incluso pacifistas, de no resistencia,
bajo la conducción de Esteban Radic, admirador de Mahatma Gandhi. Los servios
vieron en semejante oposición signos de decadencia y pensaron que no valía la
pena prestar atención a las protestas croatas, sino proseguir con la
balcanización de Croacia en nombre de la teoría adoptada ad hoc acerca de un
pueblo unitario e indivisible de Yugoslavia. La resistencia croata no pasaba de
ser un problema regional - argüían-, un residuo inevitable del secular reino de
los Habsburgo y de la influencia de la Roma papal, considerada como
"enemigo hereditario de los pueblos eslavos".
En efecto, los
croatas no estaban preparados para enfrentar la cruda realidad de un Estado
balcánico con los únicos métodos que los servios aprecian y comprenden. Si hubo
uno que otro atentado político en Croacia antes de 1918, fue obra exclusiva de
los conspiradores servios y sus simpatizantes. Esas acciones de conspiración y
terror político servios culminaron con el asesinato del príncipe heredero al
trono de Austria en Sarajevo en 1914. Como ese crimen fue el prólogo de la
primera guerra mundial, al comienzo se negaba la complicidad de los círculos
oficiales de Belgrado, pero, al finalizar la guerra, en el nuevo Estado de
Yugoslavia se fomentaba el culto de los asesinos de Sarajevo. Los comunistas
siguen con el mismo culto, poniendo de relieve que los ejecutores fueron
revolucionarios socialistas, precursores del comunismo actual.
El carácter
pacifista de la lucha croata contra el centralismo y la hegemonía servios
condujo a la liquidación de la seudodemocracia yugoslava. Esteban Radic,
llamado rey no coronado de Croacia, partidario de una república neutral croata,
cayó acribillado en el recinto del parlamento de Belgrado, el 20/VI/1928, con
varios diputados correligionarios, víctimas de un atentado organizado. En lugar
de estimular la subsiguiente crisis estatal, la reorganización del Estado según
el derecho democrático de autodeterminación, el rey Alejandro pasó al sistema
autocrático, afín a las tradiciones de Servia, pero abyecto e inaceptable para
Croacia y las regiones incorporadas antes de Austria-Hungría.
El asesinato de
los diputados croatas y la imposición de la dictadura personal del rey mereció condena unánime por parte de la opinión pública de
los países democráticos. Lamentablemente, no la repudiaron los gobiernos de los
países vencedores en la primera guerra mundial, que en los tratados de paz
favorecieron a Servia contra el derecho de autodeterminación, aceptando la
teoría acerca de la unidad "del pueblo yugoslavo" bajo la dirección
de Servia como Piamonte sureslavo. Partiendo de esos supuestos, el rey-dictador
justificaba la implantación de su régimen tiránico como necesidad de preservar
la unidad estatal y nacional. No se limitó a suprimir a los partidos políticos
y abolir los derechos y libertades, sino que decretó que el país en el futuro,
en lugar del Reino de los Servios, Croatas y
Eslovenos, se llamara Yugoslavia. Al mismo tiempo decretó la doctrina oficial
sobre el pueblo yugoslavo étnicamente uno e indivisible. Fueron prohibidos el
nombre nacional croata, símbolos, partidos y asociaciones culturales. Hasta
fueron disueltas las organizaciones juveniles de la Acción Católica Croata,
pues el catolicismo actúa -sostenían- como agente disgregador de la unidad
nacional entre los croatas católicos y los servios ortodoxos. Por otra parte,
la Iglesia ortodoxa servia era favorecida, aunque es notoria su identificación
con el nacionalismo servio.
Los gobiernos
occidentales, principalmente el francés, que ejercían una especie de
protectorado sobre Yugoslavia --es decir, Servia engrandecida-, no reaccionaron
contra esas flagrantes violaciones de las libertades y los derechos individuales,
políticos, nacionales y religiosos de los pueblos de Yugoslavia, dando visto
bueno al decretado dogma político sobre la presunta unidad nacional yugoslava.
Eso significaba una evidente violación por parte de los gobiernos democráticos
de principios propios y su pasividad ante la perversión de los valores
políticos. Atribuyeron mayor importancia a la unidad nacional ficticia de un
Estado a todas luces plurinacional, heterogéneo en lo político, cultural y
religioso, que a las libertades fundamentales, individuales y nacionales.
Ya en el acta de
creación del Estado común de los Servios, Croatas y Eslovenos (habría que
agregar a los montenegrinos y los macedonios) se violó el principio nacional y
el derecho de autodeterminación, Al compartir las razones de la dictadura
monárquica sobre la salvaguardia de la unidad nacional y estatal, los gobiernos
interesados se convirtieron en coautores morales de una de las dictaduras más
brutales de aquel tiempo, que negaba públicamente los derechos y libertades
políticos y nacionales, que figuraban entre los fines bélicos de las potencias
vencedoras y de los artífices de los tratados de paz de 1919. Ese atentado
contra el derecho de la mayoría de los ciudadanos del recién creado Estado
yugoslavo, constituyendo Servia apenas la cuarta parte de su población y
territorio, implicaba, de hecho, la condena moral del flamante Estado y el
reconocimiento de qué se lo podría mantener únicamente mediante opresión y
privación de los derechos fundamentales de los pueblos que lo componen.
Todo eso alentó a
los exponentes de la hegemonía servia en tal medida que creían que, en nombre
de la unidad nacional y estatal, les era permitido liquidar totalmente no sólo
a la oposición croata, sino a la misma nacionalidad croata.
No es de extrañar
pues que las nuevas generaciones croatas, educadas en las escuelas yugoslavas
con manuales servios, en las organizaciones oficiales obligatorias y en las
filas del ejército donde los oficiales servios rinden culto a los haiducs
(bandoleros balcánicos que a veces combatían a los turcos) y los terroristas,
llegaron a la conclusión de que contra el terror oficial había que recurrir a
los métodos balcánicos. El rey dictador, considerado como principal responsable
de tantos crímenes contra la libertad de los pueblos de Yugoslavia, cayó en
Marsella en 1934, víctima de la acción combinada de los revolucionarios croatas
y macedonios. La opinión pública internacional dio una correcta interpretación
del atentado contra un rey de la dinastía Karageorgevic, que se adueñó del
trono de Servia tras asesinar al último rey Obrenovic y a su esposa, que ocupó
el trono de Yugoslavia después de asesinar al príncipe heredero de Austria y
que decretó la unidad de Yugoslavia después de atentar contra la vida del líder
democrático croata, Esteban Radic. La deplorable circunstancia de que en el
atentado de Marsella muriese también el ministro francés de asuntos exteriores,
Barthou, dio origen a una verdadera leyenda negra sobre el terrorismo político
croata, aunque se trataba, en efecto, de imputarles métodos importados de
Servia. Desde entonces, quienes antes decían despectivamente que los croatas
eran inofensivos cantores, músicos y artistas, sostendrán que los croatas son
peligrosos terroristas internacionales que trabajan contra la unidad de
Yugoslavia por cuenta de los antiguos invasores.
Hasta el día de
hoy sigue esta línea la crítica que hacen de la política croata los
tradicionales partidos servios seudodemocráticos. Esos partidos, al adoptar el
principio de que el mantenimiento de la unidad estatal priva sobre los derechos
democráticos, impidieron que, tras la muerte del rey dictador, se tomasen
soluciones políticas susceptibles de evitar trágicos sucesos posteriores. El
partido mayoritario croata, en vista de la inminencia de la conflagración
mundial, estaba dispuesto, pese al sentir de amplias masas populares de
Croacia, a llegar a una transacción política para afrontar mejor la situación
internacional en el momento de la firma del pacto Molotov-Ribbentropp. Dada la
actitud de los partidos servios, se llegó a una solución a medias que, al cabo
de dos años, daría motivo al golpe de Estado. Es decir, el Partido Campesino
Croata accedió en el otoño de 1939 en momentos de estallar la segunda guerra
mundial, a una limitada autonomía de Croacia sobre un territorio reducido con
carácter provisional en base a la constitución concedida por el rey dictador y
sujeta a la aprobación final de la asamblea yugoslava, Estimando que incluso
esa solución parcial era peligrosa para "la unidad nacional y
estatal", oficiales y políticos servios aprovechando el descontento
provocado por la adhesión del gobierno yugoslavo al Pacto Tripartito y el 27 de
marzo de 1941 dieron el golpe de Estado, dirigido en primer término a abolir la
autonomía de Croacia. Sin embargo, los ejecutores del putsch no pudieron
convencer a Hitler, que se aprestaba a invadir a Rusia y deseaba tener
asegurado su flanco derecho, de modo que éste ordenó un Blitzkrieg (guerra
relámpago) en los Balcanes.
En vísperas de la
segunda guerra mundial, se puso en evidencia la debilidad de la formación
estatal de Yugoslavia, los gobiernos occidentales crearon y favorecieron ese
Estado, confiando en que una Servia ensanchada sería eficaz en caso de una
guerra de acuerdo a la tradición del Estado nacional servio en la primera
guerra mundial. Se suponía que las nuevas generaciones croatas, no
"inficionadas por el espíritu austriaco y papal" -según sostenía
Belgrado-, olvidarían todos los conflictos internos. Resultó, empero, que no se
puede exigir de los pueblos oprimidos que defiendan a un Estado que consideran
su cárcel nacional. Por otra parte, los mismos servios estaban desmoralizados a
punto de no ofrecer resistencia alguna. Yugoslavia se derrumbó de modo
fulminante y fue dividida, en líneas generales, siguiendo el criterio nacional
a diez días apenas de iniciadas las acciones bélicas.
Precisamente la
joven generación de los croatas, educada en las escuelas
yugoslavas y entrenada por los oficiales servios, encabezó el
levantamiento nacional del que surgió el Estado Independiente de Croacia
(1941-1945).
Si bien el
derrumbe militar y la desintegración de Yugoslavia están vinculados con la
operación bélica del Tercer Eric en el sudeste europeo, es decir en momentos en
que las democracias occidentales difícilmente podían aceptar el hecho consumado
de la desintegración de un Estado multinacional, incapaz para una existencia
normal tal vez hubieran prevalecido los principios democráticos, entre ellos el
principio de autodeterminación sobre la supuesta necesidad de mantener la
unidad de Yugoslavia de no intervenir allí durante la guerra los comunistas, es
decir la Unión Soviética. Incluso la guerra servio-croata con todos sus
aspectos trágicos podía servir como un argumento adicional de que no había
sentido en "obligar a una vida común a dos pueblos tan antagónicos"
(F. D. Roosevelt).
En la nueva
situación no convenía a la Unión Soviética hacer de Croacia y Eslovenia Estados
independientes. Aunque antes de la guerra el Kremlin a veces censuraba el
expansionismo servio tratando de aprovechar el descontento de los pueblos
oprimidos de Yugoslavia, con el tiempo compartió el punto de vista de los
comunistas servios sobre la necesidad de restaurar a Yugoslavia. Moscú entendió
que la existencia de una Croacia independiente y el establecimiento de una
Eslovenia independiente trabarían la penetración rusa hacia las costas del
Adriático. Los Aliados occidentales nunca permitirían la ocupación soviética de
Croacia y Eslovenia, países del área adriática, danubiana y de Europa Central.
Tampoco había posibilidad alguna de que tomaran el poder los comunistas sin la
intervención armada extranjera. Dado este estado de cosas, únicamente Servia,
en su papel tradicional de exponente del imperialismo ruso en el sudeste
europeo, pudo proveer la fuerza armada que impondría la autoridad comunista
sobre Croacia y Eslovenia, y también sobre Albania, expandiendo el nuevo
imperialismo ruso de los satélites comunistas en el Occidente, Los comunistas,
siguiendo su consabida táctica de aprovechar antagonismos nacionales, pudieron
servirse de los exaltados sentimientos nacionales de los servios, exacerbados
por la desintegración de Yugoslavia, tenida por Servia engrandecida. Para
contentar a los servios, se declararon combatientes más ardientes por la
restauración de Yugoslavia. Trataron de conducir la resistencia servia,
aprovechando los errores del gobierno yugoslavo en el exilio y de su
representante dentro del país, general Draza Mihailovic. Como no pudieron hacer
suyas las tesis de la desacreditada Yugoslavia monárquica acerca de la unidad
nacional, inventaron su sucedáneo y proclamaron el nuevo dogma político sobre
la "fraternidad y la unidad de los pueblos de Yugoslavia", No se
insistía tanto en la unidad étnica, pero sí en la unidad estatal, que
aseguraría a todos los pueblos y minorías todos los derechos nacionales a
través de la estructuración federal del futuro Estado. Desde luego tratábase
tan sólo de concesiones formales con fines propagandísticos, pues es cosa
sabida que en les regímenes comunistas el federalismo es letra muerta. Sin
embargo, ese prometido feudalismo y la ocultación de que los guerrilleros de
Tito son comunistas, convenía a los gobiernos occidentales más para calmar a la
opinión pública que su propia conciencia. Decían que la nueva Yugoslavia, a
diferencia de la anterior, sería democrática con el sistema federal según el
criterio nacional.
En cuanto a los
derechos nacionales, en Yugoslavia no hubo cambio radical, salvo que se
desistió del dogma de la dictadura monárquica sobre la unidad étnica del pueblo
yugoslavo y, por ende, del derecho inherente a defender el supuesto Estado
nacional yugoslavo. Tras la fachada del falso federalismo subyace la implacable
realidad del centralismo comunista a favor de Servia. Los supremos principios
"de la fraternidad y la unidad", base misma de la existencia del
Estado multinacional yugoslavo, fueron copiados de la Unión Soviética, que con
la misma divisa quiere justificar el status de dependencia colonial de tantos
pueblos que la integran.
De esa manera el
nuevo dogma político acerca de "la fraternidad y la unidad de los pueblos
yugoslavos" ha de servir como justificativo de la dominación foránea y la
explotación económica a expensas de la mayoría de la población. Es significativo
para el caso yugoslavo que "la fraternidad y la unidad" como ley
suprema privan incluso sobre la defensa "de la estructura social", lo
que en todo país comunista debería tener primacía. La defensa del
"socialismo" podría justificar, por lo menos ante los comunistas
extranjeros y compañeros de ruta, ciertas medidas del régimen, mientras que la
defensa "de la fraternidad y la unidad" de los pueblos en un Estado
plurinacional y heterogéneo en lo cultural, contra la voluntad y tradiciones de
la gran mayoría, carece de toda razón de ser tanto política como moral, pues se
trata únicamente de favorecer el chovinismo del pueblo dominante. No se dan
razones de orden político ni moral que hacen a la necesidad de la fraternidad y
la unidad entre los servios y los croatas, a menos que se tomen en serio las
ilusiones paneslavistas de la época del romanticismo europeo, ya entonces
consideradas como avanzada del imperialismo ruso. Los croatas y los eslovenos,
por su tradición cultural y política, son mucho más afines a cualquier pueblo
de Europa Central que a los servios de Servia. Ni siquiera pueden establecer
con Servia relaciones de buena vecindad mientras ésta sigue siendo instrumento
de la política de opresión nacional. En cambio, los croatas se sienten
hondamente solidarios con los demás pueblos sojuzgados en Yugoslavia, por
encima de la similitud idiomática y el origen común de los pueblos eslavos.
Además de los eslovenos, macedonios y montenegrinos cabe agregar a las
numerosas minorías albanesa y húngara, como asimismo a los remanentes de medio
millón de alemanes de Voivodina, exterminados o expulsados al término de la
segunda guerra mundial. Los sentimientos de solidaridad de los croatas hacia
los pueblos europeos de la cultura occidental son muy acendrados y acentuados como
suele darse en los pueblos limítrofes de una civilización, como en el caso de
Croacia.
Se ha sostenido
que las naciones son no sólo una comunidad afectiva sino que deben coincidir
sus intereses. Réstanos, por lo tanto, examinar si la forzada unidad yugoslava
responde a las razones del bien supremo, supranacional de los pueblos de
Yugoslavia que se opondrían a la creación de los Estados independientes de
Croacia y Servia.
Huelga recalcar
que Yugoslavia pudo constituirse únicamente sobre los
despojos de Austria-Hungría. Los servios jugaron en ello un papel importante.
Exigían la desintegración de la monarquía de los Habsburgo invocando el
principio nacional, no obstante que la comunidad danubiana era una sólida
unidad económica y defensiva. ¿Con qué derecho piden ahora los servios de los
croatas que se resignen a vivir en un Estado balcánico, privados de los
derechos nacionales, obligados a aceptar diferentes criterios culturales,
supeditados a una mala y corrompida administración, explotados económicamente y
sin perspectiva de disponer de un régimen democrático a menos que se libren de
las ataduras de un Estado en que la "fraternidad y la unidad" son el
principio rector, realizable únicamente dentro del sistema dictatorial, sea
monárquico antes o comunista después.
El argumento de
la dictadura monárquica de que Yugoslavia es una necesidad tanto de los servios
como de los croatas en su defensa contra los enemigos externos quedó totalmente
invalidado en 1941 cuando no pudo oponerse ni a la penetración nazi ni a la
soviética. Más aún, según lo demostramos. Croacia y Eslovenia cayeron bajo el
yugo comunista sólo por haber formado parte del Estado yugoslavo, de hecho
Servia ensanchada, y los soviéticos consiguieron imponer su régimen en Croacia
y Eslovenia ocupadas en 1945 con ayuda de Servia, donde establecieron un
gobierno comunista a fines de 1944.
Igualmente los
dirigentes comunista de la segunda Yugoslavia tratan
de convencer a los croatas y los eslovenos que lucharon para proteger sus
intereses nacionales frente al Tercer Reich y la Italia fascista. Hoy todo el
mundo sabe que los comunistas, obedeciendo la doctrina leninista, trataron de
transformar la guerra internacional en civil con el fin de adueñarse del poder.
Actualmente los pueblos de Yugoslavia no deben temer a Alemania e Italia
democráticas, particularmente tras brillantes éxitos del movimiento de la
solidaridad y la integración europea. Los comunistas no pueden ser custodios de
la libertad de Croacia y Eslovenia. Ellos quieren incorporarlas al imperio
ruso-soviético como vanguardia de su penetración hacia Occidente, contrariando
las tradiciones, aspiraciones e intereses de los croatas y eslovenos,
Por otra parte,
la fraternidad y la unidad servio-croata con fines defensivos debería servir de
instrumento de la dominación de Servia sobre Macedonia, Kosmet (donde vive casi
la mitad del pueblo albanés), sobre los húngaros de Voivodina, como asimismo
sancionar el exterminio y la expulsión de 500.000 alemanes danubianos.
Mientras
asistimos a la atenuación de los antagonismos nacionales entre los pueblos
europeos y al crecimiento de sus intereses solidarios, Estados de importancia
como Yugoslavia no brindan solución alguna en cuanto a su potencial económico y
defensivo frente a la concentración del poderío económico y militar en el mundo
contemporáneo. Yugoslavia, considerada antes como un país mediano, hoy es un
país pequeño por más que alardeen sus gobernantes comunistas. Países de la
extensión y el poderío de Yugoslavia ya no pueden desempeñar un papel independiente
en el terreno económico y defensivo. Por lo tanto, no hay necesidad alguna de
impedir a Croacia y Eslovenia, en nombre de la ilusoria fraternidad de los
pueblos yugoslavos, el goce del derecho de autodeterminación y, en caso de que
así lo quieran, que elijan su lugar en el concierto de los pueblos europeos.
Tampoco se puede por fuerza impedir a los macedonios, a los albaneses de Kosmet
y a los húngaros de Voivodina separarse de Yugoslavia, a menos que se violen
principios fundamentales de la moral internacional, sin aducir una sola razón
del mayor bien internacional.
Únicamente con la
grave crisis europea, que culminó con las dos guerras mundiales, fueron
posibles situaciones aprovechadas por el expansionismo de Servia y Rusia en el
ámbito de la cultura occidental, contando con la ayuda de ciertos gobiernos
democráticos occidentales. Al pueblo croata le cupo el triste destino de tener
que luchar al mismo tiempo contra la dominación extranjera y contra la
incomprensión de ciertos gobiernos de los que con razón podría esperar apoyo
invocando la solidaridad occidental y europea. Tanto más por tratarse de un
pueblo que sufrió enormes pérdidas durante siglos en la frontera oriental de
nuestra cultura occidental. El pueblo croata no reclama premio por les sacrificios
aportados en defensa de su propia identidad espiritual, pero le cabe el derecho
de protestar contra el fenómeno absurdo de que gobiernos occidentales,
favoreciendo a exponentes reales o potenciales del expansionismo ruso, obran
contra sus propios intereses.
Uno de esos
dolorosos fenómenos fue el dar crédito a la propaganda comunista yugoslava y
soviética, que sostienen que los croatas son quislings por luchar contra
la integridad de Yugoslavia por cuenta ajena, mientras en verdad luchan por su
libertad nacional y política, y merecen, por lo menos, apoyo moral del mundo
libre. Los servios y los comunistas aprovecharon hábilmente los conflictos
entre los países occidentales en las dos conflagraciones mundiales. Los croatas
fueron tildados de adversarios de las democracias occidentales, y Servia, donde
nunca hubo un gobierno democrático, fue considerada su aliada. De hecho, en
ambas guerras mundiales los croatas pelearon al lado de los países occidentales
a causa de que estaban al alcance del expansionismo ruso, mientras que Servia
actuaba como exponente y aliada de Rusia, primero zarista, luego comunista. Con
todo, hoy, al cabo de tanto tiempo y tras la reconciliación de los pueblos de
la Europa Occidental, los dirigentes comunistas yugoslavos osan presentar a los
croatas como adversarios del mundo occidental y exigir precisamente del
gobierno de Bonn que persiga a los jóvenes croatas, niños durante la última
guerra, como criminales de guerra y remanentes fascistas. Es decir, esgrimiendo
idénticos argumentos que Belgrado formula contra la unificación de Alemania y
desata una campaña denigratoria y de calumnias contra la República Federal
Alemana. Intentan explicar el derecho de asilo, otorgado a los refugiados
croatas, víctimas de la tiranía comunista y luchadores contra el expansionismo
soviético, como una prueba complementaria para la susodicha campaña contra
Alemania libre, que Tito al unísono con Krushchev y Ulbricht, presenta como
amenaza para la paz mundial, mientras en su opinión Alemania Oriental bajo el
yugo comunista es un país libre y democrático que debería extender su
jurisdicción y poder sobre toda Alemania.
Ni siquiera
comunistas objetivos pueden justificar las pretensiones de Belgrado de
perseguir a los refugiados croatas como opositores a la integridad estatal de
Yugoslavia. Si por lo menos en teoría se reconoce el derecho de Estado nacional
a los pueblos dentro del bloque soviético, como ser Hungría Polonia, Bulgaria,
Albania, etc.; ¿por qué razón no conceder el mismo derecho a Croacia?
Los mismos
dirigentes comunistas de Yugoslavia reconocen en sus declaraciones públicas que
subsiste una vigorosa oposición al centralismo y a la explotación a favor de
Servia. Por eso, no es de extrañar a que los exilados croatas, que hasta hace
poco vivían en Yugoslavia, y allí se criaron y educaron, al conocer toda la
mentira y amoralidad de la "fraternidad y la unidad" en Yugoslavia,
exterioricen su descontento interpretando el sentir y el pensar de las nuevas
generaciones croatas, impedidas de expresar su voluntad en la patria cautiva,
Los jefes comunistas de Belgrado no se limitan a perseguir la más mínima
manifestación en pro de la libertad nacional croata dentro de Yugoslavia, sino
que exigen que procedan del mismo modo los gobiernos del mundo libre. La
respuesta que merecen esas pretensiones de los opresores comunistas se resume
en la declaración de Erich Ollenhauer, líder del Partido Demócrata Socialista
alemán, cuando expresó que los comunistas yugoslavos no tienen derecho alguno a
dar lecciones a los pueblos libres sobre la libertad y la democracia.
Tihomil Radja, Friburgo, Suiza
"Quedan
garantizados el derecho al trabajo y la libertad de trabajo. La comunidad
social crea condiciones para la concreción del derecho al trabajo de
todos". (Proyecto de la nueva Constitución yugoslava, art. 38).
Según Marx y
otros economistas marxistas, la economía capitalista no puede desenvolverse sin
el "ejército de reserva del trabajo", es decir sin una considerable
masa de obreros desocupados, que alcanza su punto máximo durante el período de
crisis económicas. En cambio, según Marx y sus partidarios, la economía
planificada del socialismo garantiza plena ocupación por el mero hecho de seguir
el cauce dirigido, racional, y no obedecer a las leyes del guía ciego que es el
lucro.
Los comunistas
yugoeslavos proclaman y sostienen ruidosamente esa posición, procurando darle
un contenido real y garantizando hasta en la Constitución la plena ocupación.
Ya la Ley Constitucional de 1953 prevé y garantiza él derecho al trabajo.
Comentando la primera Constitución de 1946 (fiel copia de la Constitución
soviética de Stalin), el teórico política-jurídico y apologista del régimen
comunista yugoslavo Prof. J. Djordjevic, escribe: "La Constitución de 1946
es notable por su realismo ... Se limita a retener los
derechos que, en las condiciones dadas, podían realmente ser garantizados. Así
evita proclamar el derecho al trabajo que no se podía garantizar en una época
en que la sociedad socialista se hallaba en su fase embrionaria... Es un lugar
común afirmar hoy que la proclamación de los derechos no tiene significado a
menos que esté acompañada por la realización de las condiciones económicas y
políticas de su ejercicio" [27].
Refiriéndose luego a la Ley Constitucional de 1953, Djordjevic expresa: "A
diferencia de la Constitución de 1946, la Ley Constitucional de 1953 proclama
el derecho al trabajo[28].
Lo antedicho se
refiere a la teoría y los principios. Sin embargo, la situación real tomó otro
curso, como se puede deducir con toda claridad de la siguiente tabla:
Fluctuación del
desempleo en la Yugoslavia comunista[29]
(1953-1962)
Año a) |
Desocupados |
Total de ocupados |
Porcentaje |
1953 |
81.610 |
1.497.000 |
5,5 |
1954 |
72.215 |
1.651.000 |
4,4 |
1955 |
61.223 |
1.850.000 |
3,6 |
1956 |
99.338 |
1.812.000 |
5,5 |
1957 |
115.904 |
1.959.000 |
5,9 |
1958 |
132.004 |
2.111.000 |
6,3 |
1959 |
161.633 |
2.261.000 |
7,1 |
1960 |
159.230 |
2.464.000 |
6,5 |
1961 |
191.283 |
2.658.000 |
7,2 |
1962 b) |
240.925 |
2.781.000 |
8,7 |
a) promedio anual, b) promedio enero-agosto; datos no
definitivos.
En 1962, en
algunos países capitalistas se registraron siguientes porcentajes análogos[30]:
Italia 7,9%
Japón 1,0%
Noruega 1,7%
España 4,0%
Suiza 0,3%
Inglaterra 1,7%
EE.UU. 5,6%
Es evidente que
los porcentajes de desocupados no pueden compararse sin reservas. Por ejemplo,
no cabe un parangón entre Norteamérica y Yugoslavia, ya que en los Estados
Unidos se trata exclusivamente del desempleo coyuntural y en la Yugoslavia
comunista predomina el desempleo estructural, vale decir la desocupación
originada por una estructura económica insuficientemente desarrollada y por el
atraso económico en general.
La confrontación
con España e Italia se acerca más a la realidad, dado que dichos países sufren
del desempleo estructural. Después de la guerra, en Italia se lograron
resultados notables en la solución del desempleo, especialmente si se toma en
cuenta que el porcentaje de los desocupados en 1962 se refiere al total de la
población activa, lo que no es el caso de Yugoslavia en la tabla precedente,
como se verá más adelante.
Es obvio que el
problema de la desocupación estructural no puede solucionarse en un par de
años, Desde ese punto de vista, el aumento de la desocupación en la Yugoslavia
comunista de 1953 a 1962, según se desprende de los datos apuntados, es muy
significativo. Desde luego, los mismos datos nos dicen que el ritmo del aumento
de ocupación decrece, sobre todo en los dos últimos años, y que el desempleo se
incrementa rápidamente. Según los datos consignados, de 1961 a 1962
(enero-agosto) la ocupación aumentó en 7,3%, y el desempleo en el mismo lapso
en 26%. Además, el desempleo estructural en dichas cifras no comprende la
desocupación latente, especialmente en el campo. Conforme a algunas
informaciones[31],
un tercio de la población activa rural queda desaprovechado. En otras palabras,
si esa mano de obra no aprovechada abandonara el campo, el volumen de la
producción rural no disminuiría. Por consiguiente, el desempleo total en la
República Popular de Yugoslavia en relación con el total de la población activa
sería el siguiente:
La población activa y el desempleo[32]
(promedio para 1961)
Total de la población activa |
Desocupados |
Porcentaje |
||||
9.044.000 |
1.647.000 |
18,2 |
No obstante el
aumento en los empleos industriales, el desempleo total comprende, pues, casi
la quinta parte de la población activa. Si se agrega que el crecimiento
vegetativo de la población alcanza 120.000 por año[33]
y que el plan para 1963 prevé el incremento del empleo en 3,6%
[34],
resulta claro que apenas se podrá asegurar empleo para la nueva mano de obra.
Es verdad que los desocupados registrados perciben cierto subsidio, previsto ya
en el proyecto de la nueva Constitución. Mas ese subsidio es muy exiguo. El año
pasado en la "República Popular de Croacia" se pagaron 730 millones
de dinares en concepto de subsidio a los desocupados[35],
cuyo promedio alcanza a 60.000. Quiere decir que el subsidio mensual por cada
desocupado importaba 1.000 dinares o 1,3 dólares según el cambio oficial.
Por lo tanto,
todos los hechos aducidos desmienten categóricamente las pretensiones de la
nueva Constitución que hemos citado en el lema del presente trabajo. El
problema del desempleo en general es de largo plazo, complejo y grave, sobre
todo en cuanto al desempleo estructural, y no se resuelve mediante propaganda
política y normas constitucionales que son letra muerta.
II
"Cuando
hablamos de la mano de obra sobrante, entonces eso muestra cuál fue nuestra
política de inversiones y cuánto tomábamos en cuenta la construcción
rentable". Tito en el IV Plenario del Comité Central de la Alianza
Comunista de Yugoslavia, (Vjesnik, 25-VII-1962).
El hecho de que
casi la quinta parte de la población activa no puede encontrar trabajo
evidencia, de modo inequívoco, que el régimen comunista yugoslavo no consiguió
durante 17 años no sólo resolver sino ni siquiera atenuar el grave problema del
desempleo. Parece que la razón fundamental del fracaso radica en la ideología
económico-política de los comunistas, que quieren a toda costa eliminar a los
campesinos como influyente factor económico y, por ende, político, y
transformarlos sea como sea en proletarios industriales, fomentando ante todo
la industria pesada sin tener en cuenta las posibilidades objetivas y la
rentabilidad de tal desarrollo industrial. No cabe duda alguna que la
industrialización es, más o menos, el camino del progreso de cada país
subdesarrollado con tal de no abandonar la agricultura, La práctica en
Yugoslavia seguía precisamente este curso:
Inversiones en la agricultura yugoeslava (promedio anual 1945-1958, en
dinares[36]
Por ha. de superficie agrícola:
1.912
Por habitante agrícola: 2.783
Porcentaje de inversiones totales en agricultura: 9,2
Porcentaje de inversiones totales en industria: 57,4%
Se entiende que
semejante política de inversiones desembocó en la merma de la producción
agrícola y hubo que importar víveres, lo que agravó y sigue agravando la
balanza comercial de Yugoslavia. De 1954 a 1961 el rubro de artículos
alimenticios en la importación total alcanzaba alrededor del 35%[37].
Con ello empeoraba la balanza de pagos cuyo déficit viene paralizando, años ha,
la vida económica de Yugoslavia comunista. Los intereses y anualidades de la
deuda exterior importan 70 millones de dólares por año, y la deuda exterior
total se estima en mil millones de dólares, lo que equivale al 20-25% de la
renta total[38].
El pago de obligaciones e intereses vencidos no permite la importación de
materia prima indispensable y de repuestos para el sector industrial. Por ello,
el total de la industria trabajaba en 1961 sólo con el 60% de su capacidad de
producción[39].
Llegamos, pues, a una situación francamente absurda: en un país pobre de
capital ni el escaso capital disponible se aprovecha en grado normal. Eso
origina el desempleo latente en la misma industria y en la economía urbana. De
acuerdo a varias encuestas[40],
la cantidad de la mano de obra sobrante en la economía se estima del 8 al 15%
del número total de desocupados, lo que significa de 220.000 a 420.000 obreros.
Si en la estimación del desempleo total se toma en cuenta esta cifra también,
entonces resulta que el desempleo total en la Yugoslavia comunista alcanza el
22% de la población activa.
Un desempleo tan
alto no se debe tan sólo a la errada y "dogmática" política en
general del desarrollo económico. Sus causas deben buscarse en parte también en
la equivocada política industrial, "Aunque las inversiones en la industria
pesada constituían la condición indispensable para el desarrollo ulterior de
nuestra economía, eso no quiere decir que no se cometieron crasos errores en la
utilización de los recursos de inversión. Lo prueba fehacientemente el hecho de
que en las inversiones de la posguerra quedó sin activar más de 320 mil
millones de dinares, dado que en muchos lugares no se tomaba en cuenta el
espíritu de economía y la finalidad de dichas inversiones, y sobre todo se
pasaba por alto las dimensiones excesivas de plantas industriales. Huelga
destacar asimismo que se aprovechaban mal las capacidades de producción, a
veces por debajo del 60%"[41].
Conforme a unos estudios económicos[42],
el equipamiento técnico óptimo del trabajo ascendía en esos años a 900.000
dinares de capital por una plaza de trabajo. Por consiguiente mediante el
derroche de 320 mil millones de dinares, suma de la que habla Tito, se ha
perdido en la industria alrededor de 350.000 plazas.
En cuanto al
desempleo latente en la industria, éste no se debe sólo a los factores coyunturales
y a la balanza de pagos, sino en gran parte a la mala estructuración de las
inversiones, a la equivocada ubicación de fábricas y de sus dimensiones a
menudo megalómanas, sin correlación alguna con el mercado, al desajuste de las
ramas industriales, etc. Para ilustrar el carácter no rentable de ciertas
empresas, mayormente las grandes, el ejemplo drástico nos lo proporciona el
mismo Tito: "Por ejemplo, en Montenegro en una acería invertimos alrededor
de 40.000 millones de dinares. Cada año en concepto de subvención le asignamos
3.000 millones de dinares. Quiere decir, que esa acería se come a sí misma y a
nosotros"[43].
Por otra parte, la tendencia a invertir en la técnica más moderna no permite el
empleo máximo de obreros. Según algunos datos[44],
para una plaza de trabajo en la industria se invierte unos 2 millones de
dinares, lo que es 100% más del óptimo de acuerdo al estudio referido del
economista S. Popovic. En las condiciones de una política inversionista más
racional, el número de nuevos empleos podría duplicarse. Por cierto que en
algunas ramas es inevitable la técnica moderna, pero no en todas. La sensatez
en la política del desarrollo económico consiste precisamente en saber combinar
las técnicas altas, medianas y primitivas, según circunstancias y posibilidades.
Pero cuando terca y dogmáticamente se insiste en la industria pesada, resulta
imposible poner en marcha una política económica racional y exitosa. Esa
política lleva necesariamente al estancamiento e incluso al decaimiento de la
producción, y en las actividades terciarias (servicios, artesanado, etc.), si
bien en esas ramas una plaza de trabajo cuesta 250.000 dinares[45].
Sólo en Croacia, en 1962, a causa de los impuestos excesivos, cerraron 5.000
talleres artesanales del total de 27.000, mientras que el número de los
talleres artesanales estatales asciende a sólo 2.300 [46].
Aquí también
encontramos la misma política "dogmática" que en el campo, es decir,
se quiere a toda costa suprimir toda actividad económica por poco que escape al
control estatal, sin importar que esa redunda en
disminución de productos y en aumento del desempleo.
III
"La causa de
las dificultades no deben buscarse en la abundancia existente en la mano de
obra, sino en los métodos económicos" (Ekonomska Politika,
10/XI/1962.)
El problema del
desempleo en general y particularmente del desempleo latente en la industria
preocupa cada vez más a las autoridades y líderes partidarios. Empero, cuando
se escribe o discute acerca de los problemas del desempleo, siempre tratan de
ocultar el verdadero estado de las cosas. Así, por ejemplo, en las conclusiones
del IV Plenario del Comité Central de la Alianza Comunista de Yugoslavia, se
menciona al margen y casi al final el problema de la desocupación y se sugiere
su solución ¡en el nivel de comunas y empresas![47]. Procuran enfocar el problema del desempleo como un asunto
regional de las zonas más atrasadas. En realidad, el desempleo es un fenómeno
general y un grave problema. Incluso en el centro industrial más adelantado,
como en Zagreb, capital de Croacia, había a principios de noviembre del año
pasado 11.308 desocupados registrados[48].
En toda Croacia, que dentro de Yugoslavia representa la zona económicamente más
desarrollada, durante 1962 el desempleo incrementó en 20,8%, mientras que sólo
5 .420 personas consiguieron trabajo, pese a que el Plan preveía 38.000 nuevas
plazas de trabajo[49].
Es característico también que el Comité Ejecutivo de la Alianza Socialista del
Pueblo Trabajador de Yugoslavia, en su resolución sobre la desocupación[50],
trató de falsear, deformar y quitar mayor importancia a ese problema. En cuanto
a las soluciones propuestas, la resolución primero rechaza que la mano de obra
sobrante vaya a buscar trabajo en el exterior (Alemania Occidental, Francia,
etc.) y con ello contradice la norma constitucional sobre la libertad de
trabajo. No es difícil comprender que esa actitud fue motivada por el peligro
político que correría el régimen si dejase salir grandes contingentes de
obreros al Occidente europeo democrático y progresista. En cambio, la
resolución sugiere con discreción a las empresas el despido de la mano de obra
sobrante y en parte su regreso al campo. Por lo tanto, de un extremo al otro:
hasta hace poco trataban de sacar del campo el mayor número posible de
trabajadores y ahora recomiendan su regreso. Pero el regreso al campo no sólo
no implica una solución válida, sino que no es viable desde el punto de vista
económico, ni del psicológico ni del político. La razón económica: desde hace
años en el campo impera una situación absurda, pues con excedentes de la mano
de obra la agricultura no produce suficiente cantidad de cereales para el
abastecimiento de la población. ¡Se sigue con la importación de trigo! La razón
psicológica: el proceso del abandono del campo es irreversible, dado que las
costumbres urbanas que adquieren los ex campesinos son tan fuertes que su
readaptación al campo es casi imposible. La razón política: la afluencia del
proletario agrario podría terminar en una revuelta explosiva. Por otra parte,
en algunas fábricas, especialmente en Croacia, los obreros se oponen al
despido, accediendo incluso a salarios más bajos para todos[51].
Un caso característico ocurrió en la fábrica Florijan Bobic en Varazdin[52].
En dicha fábrica, los obreros se opusieron a la instalación de máquinas nuevas
y más modernas estimando que serían causa de despido y desempleo. La
contradicción entre la mano de obra y la máquina surge, como vemos, también en
el socialismo del siglo XX, como ocurrió en el capitalismo del siglo XIX. Pero
el socialismo científico prometía, ante todo, la superación de esta absurda
contradicción "capitalista".
Esa
contradicción, empero, al igual que los demás contrastes y dificultades, son
propios de todo proceso económico, sea bajo el capitalismo, el socialismo o
cualquier otro sistema económico-social. En el fondo, son iguales en Cuba y
Yugoslavia, en Italia y Venezuela. No se resuelven con palabras y dogmatismo
político, sino con los métodos establecidos por la ciencia económica en
circunstancias y en las condiciones de una sociedad política libre,
independiente en la medida posible de los monopolios políticos y económicos. En
semejante sociedad podría alcanzarse el ideal y atenderse la necesidad
imprescindible de la plena. ocupación: trabajo para
todo el mundo dentro de la sociedad política libre. En la Yugoslavia, donde el
Estado, o sea el partido, se aferra al monopolio político y económico, no es
posible concretar ese ideal. El hecho de que la quinta parte de la población
activa no puede encontrar trabajo después de 17 años de práctica del socialismo
"científico" y totalitario, es la prueba irrefutable de que esa clase
de "socialismo" no es capaz de resolver este problema fundamental
humano, social y económico. Métodos y caminos de la solución radical y
verdadera debemos buscarlos en otro sistema político y social, con más libertad
para todos, y, en cuanto a la Yugoslavia, en condiciones de completa libertad
nacional para todos los pueblos incorporados en ese Estado artificial, y
especialmente para el pueblo croata.
José León Pagano, Buenos Aires
Va para tres
cuartos de siglo, una pareja de campesinos cruzaba el campo bravío de Croacia.
Avanzaban penosamente, rodeados de silencio. Se dirigían a la aldea más
próxima. La ruta era pesada y angustiosa. Por momentos claudicaban por igual,
el mozallón fuerte y la mujer casi desfallecida, a quien agobiaban los signos
de una maternidad inminente. Y llegaron así a una choza misérrima, donde se
hacía imposible la hospitalidad. Todo era allí reducido y pobre. Pobre como la
pobreza misma. Acaso quede un rincón, pero nada más que un rincón en el
establo. Allí se refugian los campesinos extenuados; y allí en ese establo,
como el Blanco Doctor de la Dulzura en Belén, y como el Seráfico en Asís, emitió
los primeros vagidos el animador plástico de Croacia. ¿Lo recordáis? No hace
mucho solicité la atención de quien me leía. Y dije entonces: Oíd y os parecerá
escuchar una leyenda remota. Sin embargo, nada es irreal en ninguna de sus
partes. Pensad en una choza de pastores asentada en la montaña. Hay en ella un
niño. Este cuida del rebaño. Tiene un maestro. Es un ciego que entona cantos
populares y se acompaña al tañido de la "guzla" unicorde. Es un aedo
sureslavo ¿Os imagináis a un rapsoda con la divina ceguera trocada en melodía?
El ritmo del ciego errante evoca la gesta de un pueblo detenido en su curso
vital y sometido al cautiverio cuyas etapas se miden por centurias. El pastor
niño escucha. Un silencio místico le sobrecoge, y llénale de angustia. El romance
tiene la quejumbre del "miriólogo" helénico, pero no gime en sus
notas el quebranto de un ser personal y único: Ilora la expresión de un pueblo
y la libertad de una raza. El pastor niño escucha, pálido, como si cayeran
sobre su espíritu todas las visiones de ese trasmundo evocado por el ciego
melódico. Se dijera que el alma del romance penetrara el alma del pastor niño y
su ritmo le envolviese en una atmósfera de prodigios. Ya está como dentro de
una ronda que no le dejará mientras viva. Irá donde él vaya. Estará en cuánto
haga y piense. Acaso encarne en él el espíritu augusto de la epopeya anónima.
Un día el pastor
niño ve al padre dedicado a tallar toscos utensilios domésticos, y acude a la
empresa, y talla a su vez el leño que se muestra dúctil. Algo acaba de
revelarse en el asombro de su niñez. El instinto le hace descubrir en la
arcilla una materia apta para trasmutarse en formas reveladoras. Una luz
interior le rige.
¿Cómo llegó a
conocerse su vocación? El episodio tiene la trascendencia de un descubrimiento.
El niño que apacienta rebaños ve un día en la tienda del villorrio una breve
exposición de calzado. El no los gastó nunca tan ricos. Cobra ánimo, penetra en
la tienda y propone un trueque. A cambio de un par de zapatos ofrece una
estatuilla tallada por él. Será una figura viril y sostendrá en sus manos unos
zapatos como los que anhela poseer. Cuando el trueque se efectúa el modesto
mercader rural exhibe la talla convertida así en un medio de propaganda para su
comercio. Allí la descubre un oficial del ejército austriaco, el mayor König,
hombre de espíritu alerta y aguda visión anticipadora. Inquiere, busca al niño
pastor y le lleva a la metrópoli. Pero recibe un golpe inesperado al ponerle en
contacto con la Academia en la persona de un profesor renombrado. Era este el
homónimo de König. Cuando el escultor académico vio al niño, en cuyos ojos se
reflejaba el tumulto de su alma azorada, sentenció desdeñosamente: "No
tiene ojos de escultor. De este monigote no sacaremos un artista." Tras esto
se hace forzosa una pausa.
Los instantes que
siguieron a la profecía condenatoria del maestro consultado, sólo podían tener
una glosa en el dolor que estalla en lágrimas. La luz de esas lágrimas fue a
irradiar en el espíritu de una mujer, la del maestro agorero, y acaso porque
ella sólo poseía la ciencia de un amor piadoso, penetró hasta el fondo el alma
del niño trémulo y vio, a su vez, el signo de una grandeza inequívoca. Su
mediación fue decisiva. Los medios persuasivos no podían ser ni más prudentes
ni más humildes: "Somételo a una prueba. El aspecto engaña a veces. ¿Quién
sabe...?" y el maestro accedió, convencido de que el resultado sería
negativo.
König, el
escultor König residía a dos horas de la ciudad. Fueron -dijo Mestrovic alguna
vez- las más terriblemente largas de su vida. El destino de su vocación iba a
decidirse allí. Cuando llegó junto al profesor consagrado por todos los títulos
oficiales, el corazón parecía saltársele del pecho. Las piernas le flaqueaban,
Intentó hablar y sólo consiguió balbucir algunas palabras incoherentes. Nada de
esto importaba al profesor, cuyo fallo ya conocemos. Le llevó al taller, le
colocó frente a un modelo y le indicó la arcilla.
"Y ahora,
modele. Veamos qué hace usted".
El pastor no oyó
las últimas palabras del maestro. Se olvidó de todo y se olvidó de sí mismo. El
instinto -vocación o genio- pareció arrebatarle. Fue hacia la arcilla como
quien se precipita sobre un enemigo. La estrujó, removiéndola, desgarrándola,
desplazando fragmentos para articularlos después, cual si en la masa informe
existiese un organismo formal que pugnara por ocultarse a su voluntad
ordenadora. El niño de talla pequeña, cabellos negros y ojos profundos llenó de
asombro al escultor académico.
Aquello no
armonizaba con sus normas escolares, pero era la revelación de un talento
destinado a grandes cosas. Y al volver sobre su juicio pronunció las palabras
sencillas y nobles: "Mi equivocación me llena de alegría".
La suerte de Ivan
Mestrovic estaba decidida.
Las cuatro horas
de andar a pie todos los días para dominar los medios comunicativos del arte
plástico, no constituye la única evidencia de su firme vocación. A ella se une
un recuerdo poco grato. El de la vuelta a la ciudad, ya avanzada la noche. La
ruta a través de extensiones despobladas, bajo la lluvia o bajo la nieve,
sobrecogíale de terror. No olvidó Mestrovic la desazón de aquellas caminatas
por senderos sumergidos en las tinieblas, donde sólo escuchaba las pulsaciones
de la sangre que fluía a su cerebro. Todos los días prometíase a sí mismo:
"Interrumpiré mi tarea más temprano", y todos los días el ansia de
crear era más fuerte que el punzar agudo del retorno. Su arte creció así, entre
la fiebre y la angustia, esto es, entre la alegría de producir y el temor de no
poder reanudar la tarea interrumpida la víspera.
¿Qué fueron y
cómo fueron las primeras esculturas de este poderoso dominador de la forma?
Cuando la Academia realizó la exposición de prueba, no se atrevió a mostrarlas.
Tampoco juzgó oportuno excluirlas. Admiradas por su fuerza representativa,
chocaron por la crudeza de su naturalismo. Se ubicaron detrás de una cortina,
como piezas de un museo secreto. Había razón para ello. El hombre de la gleba,
el hombre agreste, todo instinto y todo ingenuidad, se
identificaba en la aspereza de sus creaciones primigenias. Tenían el encanto de
las cosas que no llegan a herir ningún sentimiento de pulcritud porque hay en
la desnudez evocada una intención exenta de malicia. Con todo, los temas
provocaron no pocas reservas. ¿Qué eran esas esculturas? ¿Cómo sugerirlo? Eran
como expresiones de quien articula su pensamiento sin omitir el vocablo
directo, ya que al emplearlo sin malicia cree admisible el uso de las voces
demasiado expresivas.
Por esto se
infiere que en el Mestrovic de las obras iniciales sólo había progresado el
órgano perceptor y la mano dócil a la visión percibida. El espíritu, en cambio,
mostrábase más lento en el avance. Entonces, alguien le aconsejó que enviara
esas esculturas a la Secesión, entidad surgida en oposición a los núcleos del
oficialismo académico. En la "Secesión" nada parecía excesivo. Bien
lo evidencia el arte austro-alemán, auspiciado allí, donde, por otra parte, se
exhibieron durante muchos años las obras más representativas de la escultura y
de la pintura contemporáneas. Cuando Ivan Mestrovic
fue hacia los innovadores, estos le acogieron como a uno de los suyos. Frisaba
entonces en los veinte años. Bastó mostrarse para alcanzar la notoriedad. Como
Byron pudo decir: "Me desperté célebre". Al transformar su vida
modifica su arte. Hallamos la transición en un bajorrelieve satírico: "El
viejo lujurioso". Es una obra colocada en el límite de dos fronteras
espirituales. Confieso que no es de mi agrado. La escultura puesta al servicio
de un anecdotario equívoco, se desvirtúa rebajándose a sí misma. Mestrovic
debió comprenderlo así, humanizándose con el magnífico golpe de ala que lo
eleva hasta "El sacrificio de la inocencia", una obra de calidad,
compuesta y modelada según otras normas. A un ritmo análogo se ajusta: "La
fuente de la vida", bajorrelieve cuyo simbolismo precursa un tema que no
abandonó a lo largo de su producción vertiginosa. En el bloque circular de El
sacrificio de la inocencia" y en la simetría plana de La fuente de la vida
aún persisten los huecos y los espacios negativos que desligan la unidad de la
composición, interponiendo zonas oscuras entre una y otra figura, admirables,
por lo demás, consideradas como trozos plásticos. Y con esto cierra Ivan
Mestrovic el período de su afirmación primera, denominado por mí
"naturalista".
Creo yo que el
arte de este prodigioso megaloplasta evoluciona por ciclos conclusos. Al salir
de las jornadas naturalistas, Mestrovic cierra tras de sí un mundo al que ya no
puede volver, así como la virilidad no puede ver de idéntico modo los panoramas
contemplados en la puericia. Ahora lo que progresa es el espíritu. Ve cosas no
presentidas, oye acentos escuchados ayer, cuyo significado penetra ahora. Antes
sólo era "un" escultor nacido en Croacia; ahora es el escultor en
quien van a encarnarse los anhelos glorificadores de los sureslavos. Y de este
modo llegamos al ciclo épico.
El monumento
ecuestre de Kraljevic Marko -obra señera- no podía ser, y no lo es, la estatua
de un guerrero despojado de la sugestión que fluye de su nombre merced a la
poesía popular. Su caballo tampoco debía ajustarse a la regularidad exigida por
la especie. Como a los caballos de Homero, ya se verá, le fue concedido el don
de las lágrimas. Corcel y héroe alcanzan allí las deformaciones que los elevan
a la categoría de símbolos y están donde los elevó el sentir épico de una raza.
Tal la obra de Mestrovic. No es la obra de un hombre: es la obra de una
religión. Ella no podía derivarse ni del estatismo egipcio ni de la blanda
cadencia de la escultura helénica. Acudió a la estatuaria asiria, inspirándose
en el arcaísmo de las mejores épocas. Pero nada más. De todo ello salió mejor
definido el signo de su personalidad dominadora. La estatua ecuestre de
Kraljevic Marko lo evidencia. Vedle. Caballero en su corcel desprovisto de
arreos, el héroe aparece contraído como en una voluntad de rebelión indómita.
Los músculos enormes dijéranse prontos a saltar como muelles acerados. Una mano
se crispa sobre el pecho, la otra apoya el dorso en la grupa del caballo, que
avanza emitiendo un relincho. Las facciones de Kraljevic Marko son de tal
naturaleza que bien pueden suscitar un sacro horror. Todo es formidable en sus
rasgos: la cabellera arranca del entrecejo y se eriza en la forma estilizada;
la nariz es pequeña, desmesuradas las órbitas, la boca se contrae en una mueca
y su conjunto da la impresión de que se concentra como para irrumpir
súbitamente, Se dijera una fuerza huracanada próxima a estallar,
He insistido en
el comentario de este grupo ecuestre porque hallamos en él la síntesis del
ciclo épico. Integra este ciclo la serie maravillosa de las viudas, los
esclavos, los héroes, las cariátides y las esfinges. Todo un mundo plástico que
bastaría para colmar una existencia dilatada y fecunda.
Son figuras de
cariátides, esfinges ciclópeas, troncos gigantescos, cabezas formidables,
vehementes unas, delicadas otras, sometidas todas a una idea central, a un
principio ordenador. Juntos constituyen la expresión animada de una epopeya
marmórea. Pero aun dentro de su ritmo grave obsérvese cómo Ivan Mestrovic
modifica y dulcifica los modos expresivos al pasar de un tema a otro. Véase
"La viuda y el niño". Al tumulto impetuoso opone aquí un modelado
hecho a la vez de suave cadencia y armonía clásica. ¿A qué época pertenece la
grave profundidad de esta obra? No es posible limitarla en el tiempo. Cuando se
alcanzan tales términos de belleza la obra se define por un valor permanente.
Es de ayer como es de hoy y como será de mañana. Ved ahora "La madre del
artista", consagrada como una pura obra maestra por consenso universal. El
autor estiliza aquí lo contingente -tocado e indumento-, pero lo que es humano,
facciones, extremidades, lo viviente, lo sensible, lo que es amor en la
reverencia augusta de quien penetra esos rasgos, todo eso, llega a la ternura
máxima con la máxima sencillez. Ivan Mestrovic glorifica así a la
bienaventurada campesina que amamantó su genio.
En el tema de la
maternidad descubre Mestrovic motivo de constante renovación. El tema se repite
a lo largo de las tres fases evolutivas de su escultura. Desde "La
Anunciación" a "La Piedad", y tras las delicadas y reiteradas
evocaciones de la Virgen con el Niño Jesús, el artista evidencia sus facultades
inventivas, allí donde parecía imposible decir algo que ya no se hubiese expresado
a través de tantas y tantas versiones procedentes de las escuelas más
diversificadas. Cuando Mestrovic inicia, el período de madurez, los temas que
mayormente le atraen son de carácter religioso. Obras de talla o esculturas en
mármol y bronce las deriva del Libro de los Libros. Sale del ciclo épico
totalmente purificado. Si antes habló la materia y luego se exaltó en la fe
nacional, ahora ahonda en la materia y en el sentimiento y ve en éste y en
aquélla una sola verdad: la del espíritu. "Todo gran arte es
alabanza", ha dicho Ruskin con lengua de oro.
Toda alabanza es
religiosa, añado yo, si el corazón es puro. Alabanza y religión. Nada define
mejor que estos dos conceptos el arte actual de Ivan Mestrovic, en cuya
estructura formal hallamos un nuevo estilo y normas nuevas. No creo, ya lo he
dicho, que unas y otras se enlacen con la tradición gótica. Con igual derecho
podría hablarse de la escultura románica. Ni lo uno ni lo otro, pues. La
evolución de Mestrovic debe referirse a exigencias personales, conforme, en
esto, con su cambio religioso. Véase "Madonna". El modelado se resume
en ;líneas amplias y en planos simples. Se persigue
allí un ritmo convergente. En la sabia justeza de; esos planos se advierten los
valores que determinan la expresión de la forma. De ahí su gracia casi
primitiva. Pero esta "Madonna" es todavía una estatua exenta. Ved, en
cambio, las esculturas del "Mausoleo" de Cavtat. Mestrovic lo hizo
todo: trazó los planos arquitectónicos, esculpió las estatuas, realizó las
tallas de las puertas, modeló incluso la ornamentación de la campana, ajustado
las partes a la más rigurosa unidad de estilo. Observad cómo la escultura se
concibe ahora como elemento decorativo, es decir, como un complemento de la
arquitectura, tema central de la obra recordatoria. La forma está contenida en
la expresión de la masa total. Los bajorrelieves y las estatuas parecen haber
surgido allí mismo, justamente con la parte constructiva del Mausoleo. No se
concibe lo uno sin lo otro, porque este y aquellos se complementan
recíprocamente.
Tal es Ivan
Mestrovic.
Julio E. Payró, Buenos Aires
No conviene
considerar la obra de un artista desde el punto de vista exclusivo de sus
valores permanentes; también es preciso, para juzgarla, contemplar sus valores
circunstanciales, y esto, tanto en el caso en que posee ambos cuanto en la
esfera menor en que sólo la informan los segundos. La dimensión de Donatello,
por ejemplo, no nos es dada únicamente por la perenne de su valía; sus
creaciones cobran un significado especial cuando se las compara con las de sus
inmediatos predecesores. Nanni di Banco u otros escultores representativos de
la plástica del Trecento. Porque, aparte de ser un estatuario genial, Donatello
aparece frente a sus mayores como un innovador asombroso.
La alta figura de
Iván Mestrovic se ha visto un tanto obscurecida en tiempos recientes por la
proclividad de la crítica a encandilarse con lo que es rabiosamente actual y a
olvidar aquello que en un ayer más o menos próximo ha sido, precisamente, da
rabiosa actualidad. El estudio empeñoso de la historia del arte permite evitar
esa clase de errores. Mestrovic, en los comienzos del siglo XX, es un artista
que abre caminos y no, como algunos lo suponen, un exponente del ayer. Se sitúa
orgullosamente entre Rodin, que es el pasado, y Brancusi, Laurens, Archipenko y
otros, que nos proyectan hacia el porvenir de la escultura. Rodin, con su
prodigiosa genialidad, con la multiplicidad pasmosa de sus formas y su
indecible sensibilidad de modelador, representa el postrero estremecimiento
vital del arte del ciclo renacentista: en sus obras revive el embrujo de Miguel
Ángel, de Bernini, de Puget, y hallan eco la gracia de Pigalle, la vena épica
de Rude, la plasticidad robusta de Constantino Meunier. Al nacer Mestrovic,
precisamente en el año en que Rodin adquiere súbita notoriedad al exhibir en
Viena un grandioso conjunto de sus creaciones, entramos en los albores de un
nuevo ciclo artístico en el curso del cual el arte está destinado a
desentenderse más y más de los principios propios del Renacimiento, buscando un
punto de partida precisamente en todo aquello que el Renacimiento desdeñó, o
sea en tradiciones tales como la románica, la bizantina, la arcaica griega, la
egipcia, la asiria. Para el croata Mestrovic, algunas de estas tradiciones son
singularmente vivientes: se ha embebido en ellas contemplando los monumentos
antiguos de su tierra natal. Por otra parte, su sentido de la modernidad,
congénito en él, es aguzado por el contacto con aquel gran iniciador que fue
Otto Wagner. Así es cómo, después de dos tanteos de su período de estudios
vieneses, durante el cual absorbe, junto con la enseñanza académica, el
espíritu del Jugendstil, del nuevo arte, que anima a los hombres de la
Secesión de Viena, el joven escultor asombra al mundo, en el año 1909, con el
sensacional conjunto de figuras que ha creado para rememorar la gesta épica de
Kosovo. La efigie ecuestre de Marko Kraljevic, las Viudas, las Cariátides,
las Esfinges destinadas al Templo de Kosovo, que diseña el mismo
escultor, sorprenden entonces por su novedad, por una válida originalidad que,
como dijo un día Gaudí, consiste en volver al origen -en este caso a los
orígenes de la estatuaria-, y que en aquella fecha no tiene precedente
conocido, si no es, desde luego, aquel de las remotas tradiciones. En ese mismo
año, Antoine Bourdelle crea su Heracles Arquero, que participa de un estilo
similar al de Mestrovic, con análogo sabor arcaico, con semejante vigor de la
factura y de la expresión. De esta suerte, Bourdelle, más recordado, y
Mestrovic, injustamente preterido por algunos historiadores recientes, se
afirman exactamente al mismo tiempo como renovadores de la escultura, como
iniciadores de un movimiento artístico independiente a cuyas últimas consecuencias
asistimos en nuestros días. Será bueno recordar, pues, que Iván Mestrovic
estuvo, en su hora, en las primeras y más temerarias avanzadas de su arte y
que, por lo tanto, los valores circunstanciales de su obra merecen sumarse, en
el juicio definitivo, a sus valores permanentes.
Romualdo Brughetti, Buenos Aires
Hay un tiempo
caduco y un tiempo que permanece. Ivan Mestrovic ha entrado definitivamente en
la historia del tiempo que permanece.
Su obra ha nacido
de una profunda necesidad interior, con raíces auténticas en su pueblo y en la
gran tradición escultórica que continúa viva en ejemplos memorables. No ha
nacido de una mera investigación técnica, arbitraria y efímera, ni para
"épater le bourgeois". Sus obras se fundan en una severa humanización
de la vida y del hombre, sin desintegraciones, en la plenitud del volumen
amasado por el espíritu. Se piensa en los renacentistas por el rigor de sus
formas; se piensa especialmente en Miguel Ángel o en Rodin que hiciera su
elogio, pero a él sólo pertenece ese modo de sentir el organismo plástico
mediante el volumen potente, expresivo y vibrante por la materia. Sus mármoles
y sus bronces exaltan a la mujer y a la maternidad, al hombre y a Cristo, y
acentúan la dimensión de un artista creyente y esperanzado. Rompe, en su hora,
con el naturalismo. Busca la síntesis en el plano en sus notables relieves en
madera. La escultura del siglo XX tuvo en él, a comienzos del novecientos, uno
de sus renovadores; después aquélla buscó otros caminos, en tanto que el
escultor croata se mantuvo fiel a sí mismo, arraigado en sus firmes ideas, no
por una pura realidad estética; en esto puede encontrar el crítico moderno su
pro y su contra. Pero a Ivan Mestrovic corresponde una y otra vez la densidad
significante de una escultura de noble artesanía y de viviente forma por la
pasión de su mano y el alto sueño de su mensaje humanista. Esta es su gloria.
Ante Kadic, Indiana University, Bloomington, EE.UU.
El Renacimiento
croata se desarrolló a lo largo de la orilla oriental del Adriático, en las
ciudades costeras de Dalmacia y en las islas vecinas, en la estrecha faja del
territorio que se salvó de la conquista turca. La literatura de este período es
considerada como comienzo de las creativas letras croatas y como base del
resurgimiento croata, conocido también como movimiento ilírico producido tres
centurias después. ¿Por qué se desarrolló la literatura en ese reducido
territorio, amputado del reino húngaro-croata y anexado a la República de
Venecia (1409-20) y cuyos altos funcionarios administrativos, militares y a
menudo eclesiásticos se importaban de Venecia? Una breve reseña de lo que pasó
en la costa dálmata -rocosa y árida, pero sorprendentemente rica en
acontecimientos de importancia política y cultural- puede proporcionarnos
cierta explicación.[53]
Cuando los
croatas llegaron en el curso del siglo VII a las orillas del Adriático,
encontraron viejas o recién fortificadas ciudades latinas. Los habitantes de
Salona, por ejemplo, que destruyeron avaros y eslavos en 614, hallaron refugio
en el soberbio palacio del emperador Diocleciano, que luego se convertirá en
Split; los ciudadanos de la colonia griega Epidaurus (Cavtat), más tarde
romanizados, pronto edificaron nueva ciudad denominada Ragusium, protegiéndola
con altas murallas. Dentro de esa plaza fuerte vivían latinos civilizados pero
temblorosos, mientras que afuera, en los robledos (dubrava, de ahí Dubrovnik),
acampaban numerosos recién llegados, combativos y ansiosos de una existencia
más decente y guarecida. Es obvio que, a menos por razones económicas y
sociales, esos dos grupos opuestos no podían vivir permanentemente como
enemigos.
Cuando el pueblo
croata, siguiendo el ejemplo de sus príncipes, abrazó la religión cristiana,
quedaron removidas las diferencias religiosas. Latinos y eslavos creían en el
mismo Dios de amor y fraternidad; lo adoraban en los mismos templos, con
frecuencia erigidos con esfuerzos aunados y los fondos de ambas poblaciones.
Reconocieron la autoridad del Sumo Pontífice, que hizo todo lo posible para
acercarles. Sin embargo, hasta en el terreno religioso todo no andaba sobre
rieles. Las colonias latinas seguían empleando el latín en su liturgia, pera el
clero croata, como los discípulos de SS. Cirilo y Metodio, defendía su derecho
a rezar a Dios en su propio idioma. Los Pontífices romanos accedieron de mala
gana (1248) y otorgaron a los croatas el privilegio de celebrar misa (de rito
romano) en el eslavo eclesiástico, escrita en letras glagolíticas. La liturgia
eslava se convirtió, con el tiempo, en el baluarte más firme de los croatas
contra los latinos y en la base que impulsó el desarrollo de la literatura
medieval croata[54].
Los croatas
disfrutaron de independencia política durante más de tres siglos (IX-XI) y
ampliaron el territorio nacional hasta los límites que reclaman hasta hoy.
Luego, a raíz de la disputa entre dos facciones, cada una procurando imponer
como rey a su candidato[55],
los croatas se convirtieron en fácil presa de sus fuertes vecinos y tuvieron que
unirse con los húngaros en 1102. Las ciudades dálmatas luchaban por los viejos
privilegios y obtuvieron nuevas de los reyes húngaro-croatas, transformándose
en comunidades más o menos autónomas[56].
Entraron en una era de actividad comercial y prosperidad económica que dio
ímpetu a la extraordinaria vitalidad evidenciada en la arquitectura, la
escultura y la pintura[57].
Los croatas participaron activamente en la vida cultural y artística de la
Dalmacia medieval, A principios del siglo XII, los escultores croatas Buvina y
Radovan crearon dos obras maestras: la puerta tallada en madera de la catedral
de Split (1214) y el portal de la catedral de Trogir (1240)[58].
En Francia y
España los invasores fueron asimilados por el elemento indígena, mientras que
aquí ocurrió lo contrario. El elemento urbano latino ya muy exiguo y separado
de la península itálica, rodeado por la retaguardia croata, estaba decayendo.
Comprendiendo que no podían por más tiempo ignorar a los croatas o apartarse de
ellos, los latinos empezaron a casarse con las jóvenes croatas. Los matrimonios
mixtos significaban la primera victoria croata. Madres que sólo hablaban
croata, enseñaron a sus hijos el idioma que sabían. Las ciudades dálmatas se hicieron
gradualmente bilingües; si bien el latín (y después el dialecto véneto) seguía
siendo el medio oficial de comunicación, el croata se usaba cada vez más en la
vida privada[59].
Hay claros indicios de que Zadar estaba ya croatizada en el siglo XII. El Papa
Alejandro III, al viajar de Venecia vía Zadar para encontrarse con Federico
Barbarossa (1177), fue saludado por los ciudadanos en la catedral de Santa
Stosija (Anastasia) "immensis laudibus et canticis altissime
resonantibus in eorum Sclavica lingua"[60].
Cuando los Cruzados, sirviendo como mercenarios al dux veneciano Enrico
Dandolo, atacaron esta floreciente ciudad en 1202, Zadar fue considerada como
una colonia eslava[61].
(Los nombres eslavos, ilirios, slavi, schiavoni, usados indistintamente
por varios autores extranjeros especialmente italianos, se refieren
exclusivamente a los croatas. N. de la R.) Algunas de estas comunidades
autónomas dálmatas fueron croatizadas antes que otras; todas recibieron la
impronta croata no más tarde del siglo XIV[62].
Las fuentes venecianas revelan que durante el Renacimiento fueron
principalmente mercaderes y nobles los que conocían el italiano debido a sus
viajes y estudios en el extranjero; dentro del país incluso esas personas
bilingües, hablaban en su idioma nativo[63].
Los Papas se vieron en la necesidad de nombrar en Dalmacia únicamente a obispos
que hablasen el croata, ya que de otro modo no habría fructífero contacto entre
la jerarquía y su grey[64].
El rey napolitano
Ladislao, pretendiente a la corona húngaro-croata contra el rey Segismundo,
vendió su título sobre las ciudades dálmatas a Venecia en 1409. Tiempo después,
en una década de exitoso maniobrar Venecia conquistó a Dalmacia entera (salvo
la república de Dubrovnik y la república campesina de Poljica) en 1420 y explotó
ese puesto de vanguardia croata hasta su caída ocurrida en 1797.
Casi un siglo
tras la derrota de Servia (1389) y una década después de la conquista del
Bizancio (1453), Bosnia se rindió a los turcos (1463) y luego Herzegovina en
1482. Las tierras croatas pronto fueron reducidas a "reliquiae reliquiarum
olim inclyti regni Croatiae, Dalmatiae et Sclavoniae". Zagreb y sus
alrededores inmediatos resistieron con arrojo los ataques turcos, pero con
grandes pérdidas en vida y propiedades. Cuando los osmanlíes derrotaron a los
húngaros en Mohac (1526), los croatas y los húngaros eligieron separadamente a
Fernando de Austria como su rey común (1527).
Dalmacia quedó
reducida a unas cuantas ciudades costeras e islas. El famoso fortín de Klis, a
pocas millas de Split, cayó en manos de los turcos en 1537 [65].
Desde las murallas, los habitantes de las ciudades costeras podían ver como las
tropas turcas arrasaban y saqueaban sus propiedades. Los campesinos trabajaban
en sus campos con sus armas al alcance de la mano. El desarrollo económico se
vio trabado en gran medida en Dalmacia bajo el dominio veneciano; las
comodidades eran escasas, dado que Venecia estaba muy interesada en destruir el
comercio de esas ciudades, sus ex competidoras. Hubo varias epidemias y la vida
era muy precaria.
Split, renovada a
principios del siglo XVI como centro cultural, fue seguida o emulada por
Dubrovnik, Hvar, Sibenik y Zadar. Aunque la vida cultural no se había extinguido
del todo, estaba decayendo constantemente. A mediados de ese siglo todas las
ciudades dálmatas (salvo Dubrovnik) dedicaban todas sus energías a los fines
militares. Venecia necesitaba tan sólo soldados y galeotes, pues tenía
bastantes escritores y artistas, mercaderes y agentes. Aún más, la difusión de
la educación del pueblo desalentaría la rápida provisión de combatientes
dálmatas[66].
Dubrovnik, que
paulatinamente logró su independencia y la preservó hasta la era napoleónica
(1808) era el único punto luminoso. Debido a su envidiable ubicación y a su
territorio fuera de la ciudad, gracias a la habilidad de su clase patricia
dirigente que sabía "navegar" entre las potencias opuestas
-sobornando[67] e
inclinándose a los cuatro rumbos cuando era necesario- la república de
Dubrovnik prosperaba cada vez más. Se convirtió en el principal centro cultural
croata, en el único oasis espiritual, en la ciudad calificada con razón como la
Atenas croata o la corona de las ciudades croatas[68].
El Adriático no
era una barrera entre los croatas e italianos sino puente que los conectaba.
Todo lo que ocurría en la Península Apenina, en ese mundo altamente civilizado,
comparable con la antigua Grecia[69],
tarde o temprano tuvo su repercusión en las opuestas orillas croatas[70].
Muchos italianos vinieron a Dalmacia para desempeñarse como clérigos, maestros,
médicos, notarios o cancilleres[71].
Ciertos croatas de mayor talento estudiaron en Italia en seminarios teológicos
o en universidades, por lo general en Padua[72]
y Bolonia.
Cuando no escribían
en latín, que era el medio usual de comunicación entre la intelligentsia[73]
europea, los dálmatas solían escribir en croata. Tampoco se consideraban parte
del mundo latino[74];
por el contrario, los mismos italianos hablan de ellos, los saludan y elogian
como rama prominente del mundo eslavo[75].
Entre los
escritores croatas representativos hemos de mencionar ante todo a los
Latinistas[76].
Además del gran Marulic, figuran personas tan notables como el dominico Vinko
Pribojevic (de Hvar, primeros decenios del siglo XVI), cuya obra De origine
successibusque Slavorum fue impresa primero en Venecia en 1532 [77].
Este opúsculo, originariamente una conferencia pronunciada en su ciudad natal
en 1526, dio ímpetu al movimiento paneslavo e influyó sobre los paneslavistas
posteriores, tales como Mavro Orbini (Il regno degli Slavi, Pesaro,
1601) y Juraj Krizanic. El objetivo principal de Pribojevic fue demostrar la
unidad y la grandeza de los eslavos: "Verum quia Dalmata et proinde
Illyrius ac demum Slavus coram Slavis de Slavorum fortunis sermonem habere
statui"[78]
Jakov Bunic (Jacobus de Bona, 1469-1534), uno de los más grandes pero no tan
conocido de los poetas cristianos del Renacimiento[79],
se anticipó a Girolamo Vida escribiendo, en base a los cuatro Evangelios,
mezclando elementos mitológicos, "Christias" (Da vita et gestis
Christi, Roma, 1526). En otro poema, De raptu Cerberi (Roma,
alrededor de 1500), el estilo y el lenguaje de Bunic son completamente los de
Virgilio, mientras que su personaje principal, Hércules, al descender al
averno, es un Cristo prefigurado (en el prefacio de la segunda edición, 1526,
Bunic afirma que sus versos "Christum Herculea canunt figura")[80].
Ilija Crijevic (Aelius Lampridius Cerva, 1463-1520), destacado poeta en latín
de Dubrovnik, miembro de la Academia Pomponius Laetus (Roma) y poeta laureado,
escribió versos en su juventud, describiendo con sugestión los encantos del
cuerpo femenino, mas luego se dedicó a las meditaciones religiosas[81].
Crijevic sobresale como representante de una extensa posición humanista:
despreciando lo vernáculo, sostenía que el latín era la única lengua digna del
hombre de letras[82].
Juraj Sisgoric (Georgius Sisgoreus, de Sibenik, siglo XV) compuso algunas
elegías muy conmovedoras en su poemario (Elegiarum et carminum libri tres,
Venecia 1477), especialmente las que se refieren a la muerte de sus hermanos y
a la devastación de los alrededores de Sibenik infligida por los turcos. Aunque
escribió exclusivamente en latín y siguió los modelos clásicos, Sisgoric
apreciaba la poesía popular de su patria chica y ensalzó sus valores literarios[83].
También consideró que los proverbios populares estaban tan llenos de sabiduría
que muchos los tradujo al latín[84].
Sisgoric sirvió como ejemplo a los escritores de temas vernáculos, sobre todo a
los escritores del norte de Dalmacia[85],
que sentían tanto entusiasmo por la poesía popular que en sus obras citaban a
los poemas de su predilección.
En la Croacia
septentrional la vida cultural no se paralizó del todo. En la corte del rey
húngaro-croata Matías Corvino (1458-90), numerosos croatas de Dalmacia se
desempeñaban en distintas tareas (los "proletarios" intelectuales
apátridas). Entre ellos se encontraba el renombrado poeta y traductor Ivan
Cesmicki (1434-72, de Cesmica, Eslavonia), más conocido en el mundo como Janus
Pannonius, que residió en Italia durante once años, primero en la célebre
escuela Guarino en Ferrara y luego en Padua. Si bien sus modelos eran los
maestros clásicos, Pannonius era un lírico original que a menudo expresaba sus
propias experiencias en bellas elegías y epigramas[86].
Los historiadores croatas consideran su elegía VI, que describe la batalla de
Jajce (1463) en la que tomó parte, como un relato autorizado del crucial
acontecimiento que de otro modo hubiera quedado sin el informe apropiado de sus
contemporáneos[87].
Además del
clasicismo humanista y la literatura italiana, los escritores croatas tuvieron
otra fuente de inspiración: la literatura medieval croata y la hermosa poesía
popular sureslava que preservó más que cualquier otra cosa el espíritu
combativo nacional y la pureza del idioma nacional[88].
Tres destacados
escritores de DaImacia, Marko Marulic, Marin Drzic e Ivan Gundulic, son
generalmente considerados como los más representativos del extraordinario
período de la actividad literaria desde mediados del siglo XV hasta fines del
XVII. Marulic y Drzic pertenecen al período renacentista y nos referiremos a
ellos. Gundulic, descollante figura de la Contrarreforma croata (barroco en
literatura), será tema de un estudio aparte.
Entre los poetas
de esa nueva literatura, Marko Marulic Pecenic (1450-1524), de Split, ocupa el
primer lugar[89].
Se lo ha calificado "fundador de la moderna literatura croata", no
por razones cronológicas (otros poetas vernáculos escribieron antes que él),
sino por la importancia de su obra literaria. Marulic cursó estudios en su
ciudad natal, en la escuela del famoso maestro Tadeo Acciarini, y luego en
Padua. Era bien versado en teología, filosofía y literatura y al parecer se
dedicaba también a la pintura. En su rica biblioteca se puede encontrar, aparte
tomos teológicos, obras de muchos clásicos y algunos humanistas italianos
contemporáneos (Leonardo Bruni, Poggio Bracciolini, Marcantonio Sabellicus,
Lorenzo Valla, etc.)[90]
pero no así libros sobre el amor y otros gozos
"despreciables"[91].
Marulic fue rodeado por un grupo de amigos ilustrados que lo respetaban como su
líder. No sabemos si él, como Savonarola, tuvo en su juventud alguna decepción
con las mujeres, pero cuando el gran reformador fue quemado en Florencia
(1498), su contemporáneo Marulic llevaba Marko "innocuam, simpplicem et
sine crimine vitam"[92].
Ya anciano, se retiró a la isla de Solta, donde vivió como ermitaño durante dos
años antes de volver a casa. La vida de Marulic estuvo enteramente dedicada a
restablecer los decadentes valores morales[93]
y a proteger a su país contra los foráneos y sus pretensiones[94].
Su noble figura vive todavía en las mentes de sus connacionales.
Aunque su
educación clásica y su interés por los monumentos romanos de Split y la antigua
Salona lo señalan como un humanista, Marulic estaba hondamente arraigado en la
teología medieval católica. Sus escritos irradian el espíritu de Tomás Kempis,
al que tradujo al croata. Contemplaba el pasado completamente en el espíritu
cristiano. Marulic procuraba combinar la forma clásica con el contenido
medieval. Del mismo modo que Jacobo Sannazaro, Girolamo Vida y muchas otros italianos, a semejanza de Jakov Bunic y en
cierto grado de Crijevic en Dubrovnik, Marulic pensaba que esa unión era
completamente natural. Como tantos humanistas, no consideraba incongruente
glorificar al Redentor y ensalzar la estricta moralidad en prosa ciceroniana o
en versos virgilianos. Hizo todo a su alcance para poner la nueva percepción
artística de la belleza formal al servicio de su Weltanschaung,
íntegramente católico.
Marulic ante todo
era un autor latino. Sus libros moralistas y didácticos, escritos en forma
clara y convincente, demostrando la vasta versación de su autor, atrajeron a
muchos lectores y admiradores a través de Europa[95].
Su libro más célebre, De institutione bene beateque vivendi (Venecia,
1506), fue reimpreso con frecuencia y traducido a muchos idiomas. La razón
principal de su popularidad estriba en que durante la Contrarreforma esa obra
fue considerada como el manual más útil para los católicos en defensa de su fe[96].
Marulic escribió
también poesías líricas y épicas en latín. Ciertos poemas líricos, que
contienen algún toque personal, se cuentan entre sus mejores creaciones. En
ellos vemos al hombre, con sus debilidades corporales, con su, diríamos, jocosa
disposición a reconocer los aspectos desagradables de la existencia humana[97]
(nota 44), pero también notamos la gran fuerza de voluntad de Marulic, su
irresistible bondad y su alegría irrestricta.
Su más extensa
obra en latín, Davidias, si bien muy elogiada por sus compatriotas quedó
sin publicarse. Durante los siglos XIX y XX, los eruditos croatas buscaban el
manuscrito de esa obra. Cuando se publicó en 1904 Davideidos liber primus[98]
(nota 45), fue acogida como la más lograda creación literaria de Marulic.
Finalmente, toda su composición épica salió a la luz en 1952 cuando el
estudioso italiano, Carlo Dionisotti, halló una copia en la Biblioteca Nacional
de Turín (Codex G VI 40). La edición de la Academia de Ciencias y Artes de
Zagreb, con enjundiosa y valiosa introducción de Josip Badalic, fue publicada
en las series Stari pisci hrvatski (Vol. XXXI, Zagreb, 1954). Miroslav
Markovic publicó también una edición de Davidias (Universidad de Mérida,
Venezuela, 1957), sin repetir la lectura inexacta de la edición zagrabiense.
Esta segunda edición pretende, cosa muy extraña, ser editio princeps y
no contiene, con gran pesar de los lectores, valoración alguna de la obra. (ver: Pedro P. Barnola, S.J.: "Anepifanía americana de
un insigne humanista croata", Studia Croatica, Año 1, N° 1, pp.
58-60; N. de la R.). La Davidias es un poema épico en catorce libros
sobre la vida del rey David como prefiguración de la vida de Cristo[99].
No obstante su dedicatoria al poderoso cardenal Grimani, el censor no admitió
que se imprimiese. Varias explicaciones fueron anticipadas y la más plausible
es que la interpretación mesiánica que Marulic da a los sucesos en la vida de
David a menudo no concuerda íntegramente con la doctrina ortodoxa[100].
En el prefacio de
su Inscriptiones Salonitanae Antiquae, publicada luego por el
historiador Ivan Lucic, Marulic narra las condiciones lastimosas de su país y
cómo se lamentaba, repitiendo los versos de Virgilio: "Fuimus Troes, fuit
Ilium..." Urgido del amor por su país, dirigióse al Papa Adriano VI en
epístola, rogándole que exhortase a todos los gobernantes cristianos a unirse
en la acción conjunta contra los turcos.
Sin embargo, no
se debe a sus obras en latín, no obstante su reputación mundial, que los
compatriotas de Marulic todavía lo rememoren. Los croatas lo quieren por haber
escrito en su idioma. El poema breve más conmovedor que Marulic escribió en
croata, Molitva suprotiva Turkom ("Rezo contra los turcos") da
un cuadro trágico de las atrocidades infligidas por los osmanlíes en las
regiones balcánicas. En ese poema Marulic abre su corazón al Todopoderoso
implorando piedad para su pueblo croata.
Marulic compuso
(en 1501) el poema épico Judit en croata ("uversih hrvacki
slozena" (compuesto en versos croatas) para alentar a sus connacionales en
la lucha contra les turcos y para infundirles la esperanza de que, en última
instancia, con la ayuda de Dios, superarían todas las dificultades. Marulic
siguió, conforme lo admite en el Prefacio, la antigua poesía religiosa croata
("po obicaju nasih zacinjavac")[101]
en lo concerniente al tema y a los clásicos en cuanto a la elaboración formal
("i po zakonu onih starih poet"). Siguiendo a los clásicos, no
transplantaba mecánicamente las formas latinas en su lengua nativa, sino que se
valió de sus aptitudes en la invención poética. De ahí que Marulic describió
escenas concretas, a veces muy realistas, recurriendo a sorprendentes
comparaciones extraídas de su propia experiencia, en un lenguaje que a menudo
abunda en giros pintorescos[102].
Judit fue escrito para los que no saben el
latín. Su respuesta fue inmediata: esta primera obra literaria escrita en
croata (Venecia 1521) en dos años tuvo tres ediciones[103].
El ejemplo de Marulic era contagioso. Surgió toda una pléyade de poetas
conscientes de que la obra en croata de Marulic abría nuevos y más amplios
horizontes; muchos le rindieron homenaje deudor y lo enaltecieron en las
dedicatorias de sus libros en croata.
Marulic pues, en
resumen, es un escritor que trata los temas vernáculo
croatas con efecto y emoción dentro de las clásicas formas literarias bajo la
inspiración del humanismo italiano.
Los dos primeros
conocidos poetas croatas de Dubrovnik, Sisko Mencetic (1457-1527) y Dzore Drzic
(1461-1501)[104]
son importantes por haber desarrollado, o tal vez adoptado y cultivado, un
estilo poético que llegó a ser característico para la ulterior literatura de
Dubrovnik y el resto de Dalmacia. Aunque sus poemas líricos tienen estrecha
relación con el petrarquismo, (con sus modelos típicos de galanteo,
encantamiento apasionado y decepción eventual)[105],
se pueden encontrar también ciertas peculiaridades nacionales. Especialmente
Drzic, más sensible y espontáneo que el convencional y cerebral Mencetic, puede
ser calificado como un poeta lírico original. En sus poemas hay muchos
elementos tomados de la poesía amatoria de los campesinos; algunos de sus
poemas resultan enteramente de creación popular[106].
Mucho más
importante es la obra de dos nobles de Hvar, Hanibal Lucic (1485-1553) y Petar
Hektorovic (1487-1572). Aunque agitada por el descontento popular e incursiones
esporádicas de los turcos, Hvar era un puerto comercial próspero. Entre su
clase privilegiada había hombres instruidos en contacto con la literatura
humanista italiana, que se escribían con los literatos de Split y Dubrovnik. A
la sazón Hvar era el centro literario de mayor importancia en Dalmacia,
gobernada por Venecia[107].
Lucic tradujo a
Ovidio (Paris Helenae) y conocía bien a Petrarca, Bembo y Ariosto. Esos
poetas influyeron particularmente sobre él cuando escribió una pequeña
colección de poemas de amor (Pisni ljuvene). El poema más primoroso, una
verdadera joya, "Jur nijedna na svit vila", evidencia la influencia
de la poesía popular. En ese poema hay una descripción usual del cuerpo
femenino (especialmente de los dedos), mas Lucic expresó ese tema en versos
originales y encantadores. La obra sobresaliente de Lucic y el primer drama
croata secular es Robinja ("La esclava", Venecia, 1556), que denota
tanto la influencia petrarquista como el sello inconfundible de la poesía
popular; trata la realidad sangrienta y menciona a los personajes alabados por
los campesinos y pastores croatas (e.g., Ban Derencin, que cayó en Krbava,
1493)[108].
La parte central de este drama -en el que el joven Derencin, disfrazado de
mercader, platica con la esclava que reconoce que lo ha amado desde su primera
juventud- está bien elaborada; Lucic tiene sentido para el estilo y la acción
dramática. La acción se desarrolla en Dubrovnik, que Lucic elogia también en su
epístola "U pohvalu grada Dubrovnika".
Hektorovic nació
en Stari Grad, en la isla de Hvar; dedicó mucho tiempo y energía en la
construcción del fortín Tvrdalj (existente aún) que debía protegerlo a él y a
sus conciudadanos de los súbitos asaltos turcos. Intercambió numerosas
epístolas poéticas, especialmente con dos escritores de Dubrovnik, uno de ellos
el monje ermitaño, Vetranovic y el otro, Naljeskovic, un noble licencioso.
"La epístola
principal de Hektorovic, Ribanje i ribarsko prigovaranje (Pesca y la
plática de los pescadores", Venecia, 1568)[109],
dirigida al noble de Hvar, rector scholarum y poeta, Jeronim Brtucevic,
es un relato poético delicioso y realista de tres días pasados en el mar con dos
pescadores, aunque idealice, aquí y allá a esos pescadores[110].
El más antiguo texto existente de la poesía oral lo constituyen dos poemas
heroicos y tres líricos, incluidos en "Pesca" de Hektorovic, que el
autor oyera de los pescadores y reprodujo palabra por palabra[111].
Aún más importante que la poesía heroica era la delicada poesía lírica que
floreció en el suelo dálmata. Hektorovic estaba ligado con todo el sentimiento
al terruño natal. En 1555, aproximándose a su 70 aniversario, visitó nuevamente
las islas vecinas. Dado que el poeta se consideraba miembro del movimiento
literario renacentista croata y estuvo en cálidas relaciones con los escritores
de Dubrovnik, se sintió hondamente emocionado al acercarse su barco a Necujam,
en la isla de Solta, ya que fue allí donde Marulic, del que guardó un
respetuoso recuerdo, había vivido dos años en absoluto retiro.
Si bien calcados
sobre las Églogas Piscatorias de Jacopo Sannazaru 1,1458-1530) y de otros
italianos, estos versos de Hektorovic demuestran una vez más que los mejores
escritores del Renacimiento croata no eran meros imitadores, sino transformaban
la herencia clásica y humanista para adecuarla a sus condiciones de tiempo y
lugar.
El tercer noble y
poeta de Hvar, Misa Pelegrinovic (murió en 1563), adquirió recientemente cierta
reputación. Algunos críticos, en contraste con la apreciación tradicional,
tratan de demostrar que Pelegrinovic fue el primero en escribir "La
gitana" y que luego Andrija Cubranovic utilizó el mismo tema[112].
Prescindiendo de la cuestión de prioridad, cabe afirmar con seguridad que
"La gitana" de Cubranovic (Jedjupka, Venecia, 1599) es muy
superior a la de Pelegrinovic. Jedjupka de Cubranovic es un deleitable
poema de amor, a la manera trovadoresca; por su jovialidad, toques personales, naturalidad,
musicalidad y fluidez de su verso octosílabo se aproxima mucho al lenguaje
popular. Su prestigio era enorme, particularmente en el siglo XVI y con
frecuencia fue copiado o imitado[113].
Un escritor muy
activo fue Mavro Vetranovic (1482-1576), de Dubrovnik, monje benedictino
hondamente religioso y gran patriota. En sus sátiras castigaba la relajación de
la moral cristiana y el egoísmo de los gobernantes europeos, que ni siquiera
trataron de detener el avance del ejército otomano; deplora la destrucción de
las regiones croatas y la ocupación veneciana de Dalmacia; en vista de esta
difícil situación, Vetranovic elogiaba el tino político de su ciudad natal.
Aunque la mayor parte de sus poemas dejan impresión de excesiva ampulosidad y
poseen un tono engorroso y quejumbroso, algunas de sus poesías son excelentes
(e.g. Pjesanca sturku, Poema al grillo). Su poema alegórico Pilgrin
(peregrinus, peregrino), escrito bajo el influjo de la Divina Commedia,
quedó inconcluso. Como dramaturgo, Vetranovic prolongaba la tradición de los
autos sacramentales medievales croatas, pero con mayor concisión y rigor
(especialmente en su Posvetiliste Abramovo, El Sacrificio de Abrahán).
Cabe mencionar
también a Nikola Naljeskovic (ca. 1510-87), quien escribió poemas
líricos, epístolas, juegos pastorales y tres comedias. Sus comedias interesan a
los historiadores de la República de Dubrovnik durante el Renacimiento. Hay
pasajes de extrema vulgaridad (comparables a los de Pietro Aretino y Andrea
Calmo). Naljeskovic precedió a Marin Drzic, que tomó de él dos nombres (Radat y
Ljubomir), asignándoles papeles diferentes[114].
El Renacimiento
no es un fenómeno uniforme. Presenta varios aspectos, a menudo contradictorios.
Jamás conviene enfocar un solo aspecto y tratar de explicar a los demás a
través de él. El conjunto es mucho más complejo, profundo y fascinante.
Marulic, por ejemplo, escribió a la manera clásica, pero retuvo la perspectiva
medieval. Por el contrario, su compatriota Marin Drzic, sacerdote católico,
nacido en Dubrovnik (alrededor de 1508), cuando Marulic estaba en el cenit de
su período creador, obró de modo opuesto. Viviendo en Dubrovnik, que pagaba a
los sultanes otomanos el tributo anual y, en consecuencia, disfrutaba de la
libertad, Drzic no estaba particularmente preocupado por el avance de los
turcos; ni tampoco se sentía alarmado por los síntomas de la decadencia moral y
religiosa o por la mundanalidad del clero[115].
Esquivaba lugares quietos, apropiadas para la meditación sobre el carácter
transitorio de la vida humana; le gustaba comer y beber; bebía, entretenía a
los demás, viajaba y andaba siempre escaso de dinero; "era músico
excelente y tocaba toda clase de instrumentos" (Genealogía de Drzic)[116];
era más bien de carácter jovial que estudioso; leía poco, pero caminaba con los
ojos abiertos; le interesaban únicamente los problemas de este mundo y trató
incluso de derrocar al gobierno de la única ciudad libre, Dubrovnik, ya que
creía que su clase dirigente no había dado suficiente libertad y oportunidades
para una vida decente. Marulic y Drzic presentaban acusado contraste: el seglar
ascético para quien la religión era cosa más sagrada de la vida, y el clérigo
epicúreo que buscaba sólo beneficio personal. Sin embargo, ambos fueron hijos
del Renacimiento, sus representantes más típicos.
Como los ingresos
eclesiásticos de Drzic eran exiguos, se vio obligado a desempeñarse en muchas
otras tareas. No sólo fue organista en la catedral, sino que sirvió como criado
y trujamán al aventurero austríaco, el conde Christof Rogendorf, con quien
viajó a Viena y Constantinopla (1546)[117];
durante dos años estuvo empleado en una salina (1554-56).
La fecha
importante en la vida de Drzic fue su partida para Siena (1538) tal vez para
estudiar las leyes canónicas. Llegó a ser por un año rector de Domus
Sapientiae, algo como casa internacional (1541-42) y, por ende, el vicerrector
de la Universidad ("rector Sapientiae et vicerector Universitatis studii
senensis")[118].
Durante ese año tuvo frecuentes conflictos con las autoridades administrativas
y con el cuerpo estudiantil[119].
¿Qué hacía en esos años? ¿Viajó por Italia? ¿Vivió cierto período en Florencia?
Con certeza sólo sabemos que durante su rectorado tomó parte como actor
principal (amasius, el amante) en la representación de una comedia
prohibida y fue reprendido por las autoridades policiales ("si citi e si
riprenda in collegio")[120].
Después de pasar, con toda probabilidad, siete años en Siena y sin obtener
grado alguno [121],
Drzic volvió a sus lares (1545).
Siena era
entonces un importante centro de cultura. Drzic, que con anterioridad a su
estada en Siena, escribía versos mediocres en el estilo petrarquista artificial
(publicados en Venecia en 1551)[122]
(nota 69), después de su regreso empezó a escribir piezas pastorales y comedias
que todavía atraen al público no menos que las abras de los más renombrados
dramaturgos modernos croatas. No cabe duda alguna de que Siena fue el jalón
decisivo en su carrera literaria.
Drzic pasó casi
quince años en Dubrovnik y en ese lapso escribió once piezas teatrales (del
1547 al 1555 o 1557) y también se vio perseguido por muchos acreedores por no
devolver el dinero adeudado[123].
Luego se trasladó a Venecia (diciembre, 1562) y, en 1566, dio el paso más
extraño en su vida: se fue a Florencia y escribió tres cartas a Cosimo I de
Medici y otra a su hijo Francesco, solicitando el apoyo del duque con el objeto
de derrocar al gobierno aristocrático en Dubrovnik[124].
¿Cómo se le ocurrió dirigirse a un hombre como Cosimo I? Jorjo Tadic opina que el autor de esas cartas
(que no fueron contestadas) no estaba ya en plena posesión de sus facultades
mentales; la escritura parece la de un hombre que sufriese de total agotamiento
nervioso[125],
Milan Resetar sospecha que Drzic, siempre seco de dinero, estaba acaso
dispuesto a traicionar a su país natal[126].
Mas Jean Dayre pregunta con cautela si ese paso decisivo no fue, después del
todo, un paso lógico para Drzic, quien tenía presente la depravación de algunos
de los patricias de Dubrovnik[127].
El hallazgo de las cartas a Cosimo I hizo importante impacto en la apreciación
de Drzic en la Yugoslavia actual. Algunos críticos ven en él a un gran luchador
por la igualdad de todos los hombres. Zivko Jelicic, por ejemplo, publicó un
folleto sobre Marin Drzic titulado Pjesnik dubrovacke sirotinje (El
Poeta de los pobres de Dubrovnik")[128].
Drzic pasó sus
últimos años (1562-67) generalmente en Venecia como capellán en servicio del
patriarca de Venecia[129].
Su hermano Vlaho, casado con una veneciana, vivió allí muchos años y trabó
amistad con Pietro Aretino. Drzic mantuvo estrecho contacto con algunos de sus
compatriotas que eran prósperos mercaderes venecianos (e. g. Pero Primovic).
Del resto de su vida poco se sabe. Las necrologías de la iglesia donde fue
enterrado (SS. Giovanni e Paolo) no se han preservado y los certificados de
muerte para el año 1567 faltan en los Archivos Nacionales de Venecia. Los
archivos del patriarcado de Venecia, que probablemente contienen información
valiosa, por el momento son "rudis indigestaque moles", y es de
esperar que muy pronto sean organizados y abiertos al público.
Puesto que Drzic
trató los mismos temas que más tarde emplearían Shakespeare y Molière, los
críticos sureslavos lo comparan elogiosamente con esos dos insignes dramaturgos[130].
Si bien Drzic no gana con este parangón, cábenos destacar desde ya que tampoco
siguió ciegamente sus fuentes que formaban parte de la herencia cultural de la
literatura renacentista, caballo de batalla de los escritores de comedia de
Plauto. Los eruditos italianos sobreestiman el hecho de que Drzic había
estudiado en Siena, que estaba familiarizado con las comedias italianas y que
en algunas comedias se hallaba bajo la influencia de Boccaccio, Ariosto y otros
escritores italianos. Partiendo de esas premisas, pronto sacan la falsa
conclusión de que Drzic fue un mero adaptador al idioma croata de las comedías
italianas[131].
Drzic, escritor
nato, cultivaba el género pastoral (drama rusticale), en el que
introducía -además de pastores, ninfas y sátiros arcádicos y mitológicos-
personajes modelados según los pastores y campesinos de la campiña de
Dubrovnik, con su mentalidad y lenguaje característicos. Su primera pastoral
conocida, Tirena, tuvo tres ediciones (1551, 1607, 1630). Un encanto
peculiar de esa pieza en verso estriba no en los pastores convencionales y en
su final a satisfacción de todos los involucrados, sino en los pobres
campesinos que sucesivamente se enamoran de una ninfa acuática, sea por propia
voluntad o heridos por Cupido. El juicioso y sobrio campesino Radat, que
deplora el amor apasionado de Miljenko y cree en el afecto alegre y razonable,
se siente impotente al aparecer Tirena; su hijo Dragic, que no entiende lo que
le pasa a su padre, al ser tocado por Cupido, expresa con ingenuidad su
admiración por la ninfa. El amor se presenta como una emoción fuera del control
de la razón. ("S ljubavi mudrovat, ma bratjo, ni ga moc; ja makar ludovat
za vilom hocu poc"[132].
"Razonar sobre el amor no es posible, hermanos; aunque haga locuras, he de
seguir a la ninfa"- contesta Radat turbado a los tres campesinos
horrorizados).
Un fragmento de
la pieza pastoral más original de Drzic, Plakir ("Placer"), a
veces denominado Grizula, muestra con qué habilidad él podía combinar
fantasía con realidad[133].
A través de la amarga queja de la criada Omakala nos enteramos de los
sentimientos de los sirvientes hacia los patricios o los ricos mercaderes:
"No puedo tener peor recuerdo que la vida que me hacía llevar mi ama. No
seré capaz decirle ni la centésima parte de lo que sufrí con ella. Me llama por
la mañana, con un puñado de alfileres en la mano: 'Prende aquí, prende allí,
prende aquí', hasta que me mareo de prender tantos. Si hago algo mal (y nunca
puedo hacer nada bien a sus ojos) me tira de la nariz con su delicada mano de
tal modo que toda la habitación flota alrededor de mí... ¡Qué tortura sufrí! Si
no sufrí lo suficiente para redimir todos mis pecados, nadie jamás saldrá del
purgatorio... Cuando se van a la iglesia o al casamiento, nuestras patronas
llevan una carga de vestimenta que hasta un vigoroso garañón apenas podría
cargarlas... Mi amo chilla: 'Tú, asna, tú, burra; ¿cuándo irás a la
carnicería?' Cuando vuelvo de la carnicería, es hora de preparar el almuerzo.
Lo preparo -la patrona regresa de la iglesia; la desabrocho - la sopa hierve;
la desvisto - la sopa bulle; le doy el batón - la olla rebosa. El patrón viene
a comer y la comida no está todavía lista. El grita:
'Vete a comprar el vino, pon la mesa, primero dale de comer a los chicos y trae
agua del aljibe'. ¡Todo en el acto! Y mi patrona me tira los zapatos: Tú,
burra, ¿qué tienes que hablar tanto tiempo con el
patrón... Y, válgame Dios, no se cómo no enloquecí con tantos disgustos. Hice
votos, me persigné, y me vine corriendo a ese campo yermo"[134].
Al final, regresa a Dubrovnik con Grizula, más interesado en sus formas que en
sus servicios. Cabe reconocer el coraje de Drzic al criticar tan acerbamente
las imperantes condiciones sociales de Dubrovnik donde regía una estricta
censura del Senado[135].
Como Drzic adaptaba
sus pastorales al ambiente de Dubrovnik, así en sus comedias, no importa en qué
medida recurría a los argumentos tradicionales, siempre permaneció
independiente y original, llevando al escenario personajes de la vida que lo
rodeaba[136].
La única comedia
de Drzic que nos llegó en forma completa es Novela od Stanca
("Bromas a cuenta de Stanac", Venecia 1551). El escenario de esa
breve y bien equilibrada farsa es Dubrovnik en una noche de carnaval. Tres
jóvenes nobles ragusinos están vagando y se quejan amargamente de sus padres,
olvidados de que ellos también fueron una vez jóvenes y deseaban sacar provecho
de los placeres que brinda la vida, especialmente en compañía femenina. [Ne ce im se njekad da su i oni bili svi lovci kako i mi
sad" - No podrán negar que ellos también fueron cazadores como nosotros
ahora] [137].
En eso advierten,
dormitando junto a la fuente, a un campesino de Herzegovina, que bajó a la
ciudad a vender los productos de granja. Uno de ellos, el ocurrente Dzivo
Pesica, convence a Stanac de que él había sido un horrible viejo, pero gracias
a las ninfas rejuveneció. Stanac se muestra sumamente interesado en ese cuento,
pues dejó en su aldea casi ya "pedida" una mujer joven. Entonces los
tres mozalbetes, con el permiso de Stanac, le pintaron la cara, le afeitaron la
barba, ataron sus manos y se fueron con sus pertenencias, dejando el dinero
correspondiente.
Parece probable
que Drzic escribió su obra principal Dundo Maroje ("Tío
Maroje") al retorno de su peregrinaje a Roma en 1550 [138].
Drzic conoce muchos detalles de Roma y está bien enterado de ciertos tipos
populares romanos. El protagonista y otros ragusinos van a Roma como peregrinos
durante el jubileo. Esta obra, a menudo repuesta en los tablados de Croacia y
constantemente incluida en el repertorio de los festivales de Dubrovnik para
deleite de los espectadores, fue materia de muchos análisis eruditos. Algunos
de esos estudios son dudosos. Ciertos críticos actuales van tan lejos como
afirmar que Drzic pensaba en el comunismo[139],
cuando escribió en el primer prólogo (pronunciado por Nariz Larga [Dugi nos],
un hechicero) al Tío Maroje, del país futuro donde "lo mío y lo tuyo son
desconocidos, ya que todo pertenece a todos y cada uno es dueño de todo. Y la
gente que disfruta esas tierras es apacible, quieta, sabia, gente razonable. Y
lo mismo que la naturaleza los dotó de sabiduría, también les día belleza
exquisita. No los domina la codicia... Miran siempre derecho y adelante y no
disfrazan sus corazones. Sus corazones se reflejan en sus ojos, de modo que
cada uno puede ver sus buenos pensamientos. Y ahora -para abreviar esa larga
historia- esa gente se llama buena gente" [140].
Ella debe luchar y convivir con la malvada clase burguesa. Hasta en la
Yugoslavia comunista algunos críticos ridiculizan semejante interpretación de
un tema común, difundido por doquiera en la Edad Media y durante el
Renacimiento[141].
Pese a su
compleja trama, Dundo Maroje no revela fuente italiana particular
alguna. ¿Cómo es posible eso, se preguntan algunos italianos, convencidos de
que toda obra del Renacimiento croata deriva directamente de alguna fuente
italiana? La señorita Yolanda Marchiori, siguiendo paso a paso al profesor
Cronia[142],
se abocó al examen casi microscópico de Dundo Maroje [143].
Tanto Cronia como Marchiori se esfuerzan por convencernos que si un autor
italiano habla, por ejemplo, de una taberna donde se sirve buena comida y
bebida, y ocurre que Drzic menciona que algún personaje suyo gusta de las
mismas cosas -no importa cuán diferente es el contexto- entonces Drzic copia el
original italiano; o, si Drzic escribe que un joven se ha enamorado locamente
de una hermosa pero no virtuosa muchacha, que su avariento padre trata de
salvar su dinero ("vece ljubi dinar nego sina" - quiere más la plata
que al hijo) y hacerlo entrar en razón, se citan todas las piezas teatrales
italianas de argumento parecido[144].
Incuestionablemente,
Drzic vio o por lo menos leyó las pastorales y comedias italianas [commedia
erudita] [145].
De los italianos aprendió la técnica básica. Sin su estada en Siena no habría
llegado a ser un escritor prominente -en algunas piezas más
grande que algunos de sus modelos italianos.
Y aunque afirma
expresamente como lo hace en el prólogo a Skup ("El avaro"'),
que su comedia "la robó de Plauto" [146],
no sólo la sitúa en Dubrovnik sino que introduce en la trama a un grupo de
nuevos personajes. El tema central es el amor genuino entre un joven, Kamilo y
Andrijana, hija de un avaro. Drzic recalca su derecha al amor y condena los
matrimonios desajustados, llaga de la sociedad comercial en aquellos días en
Dubrovnik.
En 1890 M. Srepel
escribió un extenso estudio sobre Skup de Drzic subrayando las
similitudes entre Skup y La Sporta de G. B. Gelli, y L'Arzdosia
de Lorenzino de Medici [147].
Los italianos citan el estudio de Srepel y concluyen que Drzic adaptó con éxito
esas dos comedias italianas al escenario ragusino. Pero, como lo puso de
relieve Vatroslav Jagic, Skup en parte depende de Aulularia de
Plauto; allí donde se aparta de Aulularia, Drzic no tiene nada en común
ni con La Sporta ni L'Arzdosia [148].
Recientemente, Franjo Svelec, que dedicó varios profundos estudios a Drzic,
reexaminó Skup en relación a sus posibles fuentes y demostró que Drzic
había creado una obra original[149].
La comparación con las comedias italianas le resulta ventajosa.
Las comedias de
Drzic ofrecen un cuadro completo de Dubrovnik en el período de su prosperidad y
su decadencia. La mayor parte de sus personajes buscan el placer y el
entretenimiento; viven y sueñan sólo por y en las mujeres, la buena comida y la
vida ociosa. Adulterio e intrigas amorosas no son considerados pecados. Engañar
al marido estúpido, reemplazar al amante pobre con un rico o un noble, son
signos de habilidad y sabiduría. Al respecto no hay diferencia entre el clérigo
y el seglar, el noble y el campesino, el rico y el pobre, el joven y el viejo.
Mas Drzic no se contentaba con ser un mero pintor de la sociedad; quería ser
también su crítico. Parece preguntarse cómo esos patricios seniles, egoístas y
mezquinos lograron obtener el derecho a gobernar a la gente común de la
República de Dubrovnik.
Los argumentos de
sus obras son interesantes, pero a veces no bien hilvanados; la introducción de
numerosos personajes secundarios y la multiplicidad de episodios, relacionados
en mayor o menor grado al tema principal, más bien molestan. Sus caracteres
están allí para entretener al auditorio; algunos, sin embargo, sirven como
árbitros, juzgando a los demás: eso es exacto del todo respecto al criado
Pomet, en quien sospechamos con razón que el autor se ha encarnado. El estilo
de Drzic es exuberante y brillante. Sus monólogos y diálogos rebosan de gracia
y chistes ("non sine sale et lepore"). Todavía sigue deleitando a los
espectadores con su humor efervescente, diálogos ingeniosos, lenguaje vívido
que tan bien sienta a sus personajes y a su condición social, y con su destreza
de infundirles vida con pocas palabras y gestos[150].
Su oído estaba tan afinado que era capaz de presentar varias capas sociales
únicamente por la modalidad de habla de sus caracteres; conocía tan
perfectamente las variaciones del idioma croata en Dalmacia que sus personajes
de distintas ciudades e islas son reconocibles por su habla. Basándose
únicamente en la evidencia de su capacidad expresiva, podemos con justicia
asignar a Drzic el primerísimo lugar entre los escritores renacentistas croatas
y atraer sobre él la atención mundial.
Drzic tuvo
seguidores en Dubrovnik y en otras ciudades. El más importante era Martín
Benetevic (fallecido en 1607) de Hvar, autor de Hvarkinja y tal vez de
otra comedia Rasko, que contiene trozos tomados de Ruzzante (1502-42). Hvarkinja
de Benetevic acusa idénticos rasgos fundamentales que las comedias de
Drzic: un argumento interesante y divertido con demasiados personajes y
episodios; parangonado con su brillante predecesor, Benetevic es menos dotado y
artífice más flojo.
Ya hemos visto
que Zadar fue la primera ciudad croatizada en las costas dálmatas. A pesar que
los venecianos la conquistaron reiteradas veces, Zadar permaneció la más croata
de las ciudades dálmatas. Hacia mediados del siglo XVI, cuando se hizo centro
literario, Zadar con sus poetas estaba ligada íntimamente con la retaguardia
croata, a la que se trasladó el centro político de Dalmacia.
Fuera de
comedias, la literatura del Renacimiento croata consistió casi exclusivamente
en versos. La primera muestra importante de la narrativa en idioma croata, Planine
["Las montañas", Venecia 1569][151]
(fue escrita por Zoranic (1508-ca. 1569) de Zadar. Nada sabemos de los estudios
de Zoranic; probablemente era seglar. Siguió muchos
modelos, tanto nacionales como extranjeros (Metamorfosis de Ovidio. Arcadia
de Sannazaro) pero los vertió en algo distinto, suyo, pues sus temas son la
vida campesina de los croatas que llevaban una vida primitiva, asustada y
perturbada ante la constante amenaza turca. Planine contiene muchas
fábulas separadas y sus personajes son escasamente motivados. El estilo de
Zoranic es más bien pesado y sus oraciones a menudo pobremente elaboradas[152].
La razón principal de que Zoranic se abocara a escribir Planine fue su
ferviente patriotismo. Se preguntaba a sí mismo por qué cada río y cada montaña
griega tiene a su poeta, mientras que el cautivante
paisaje croata permanecía inadvertido. La ninfa croata (vila Hrvatica)
reprochaba a los escritores croatas que preferían escribir en idiomas foráneos
en lugar del propio. Puso en boca de sus pastores conmovedoras lamentaciones a
causa de la destrucción y saqueos de los turcos dc la región fronteriza croata;
uno de esos pastores, Marul, no es otro que Marko Marulic, cuyo poema
"Rezo contra los turcos" Zoranic modificó un poco. Planine es
la glorificación de las bellezas naturales de la patria croata, pero condensa
también el dolor del poeta por su miserable condición ("rasuta
bascina"); esa obra es considerada con razón la pieza más patriótica de la
vieja literatura croata.
Otro escritor de
Zadar es Brne Krnarutic (1520-72). Abandonando los usuales temas prestados,
Krnarutic trató en su poema épico Vazetje Sigeta grada ("La captura de
Siget", Venecia, 1584) la heroica figura del bano croata Nikola Zrinski,
quien prefirió morir más bien que rendirse al poderoso ejército turco en 1566.
La obra de Krnarutic es más bien una crónica de los sucesos que una visión
poética. Por su cálida descripción de los defensores de Siget ("gospoda i
knezovi hrvatski" - señores y príncipes croatas) y por su participación
personal en el combate contra los turcos. Krnarutic tiene cierto mérito
literario. Dio prueba de su comprensión de la historia contemporánea cuando
afirmó que gracias al protestantismo germano y las intrigas francesas se
producía el debilitamiento del Imperio de los Habsburgo y, consecuentemente, el
avance otomano[153].
Más significativo
que Krnarutic es el tercer escritor de Zadar, Juraj Barakovic (1548-1628).
Barakovic pasó buena parte de su vida como canónigo en Sibenik y falleció en
Roma. En su obra principal Vila Slovinska ("La ninfa eslava",
Venecia, 1613), Barakovic describió episodios característicos de la historia de
Zadar. La obra como un todo es de deficiente composición, pues incluye en la
segunda parte trozos que no tienen nada que ver con el argumento principal. A
semejanza de Zoranic, Barakovic es un patriota que reconviene a sus connacionales
por no mostrar más orgullo por su idioma nativo; considera la reintroducción
del latín en las escuelas ("zac jazik slovinski vas nauk od skula promini
u rimski") como la razón principal de la declinación de la literatura
croata desde los tiempos gloriosos de Marulic y sus seguidores inmediatos.
Barakovic incluyó en su poema una de las más hermosas baladas populares, Majka
Margarita ["Madre Margarita"][154].
Los dos poetas
destacados de la segunda mitad del siglo XVI, Dinko Ranjina (1536-1607) y Dinko
Zlataric (1556-1609), nacieron en Dubrovnik.
Ranjina viajaba
mayormente por razones de negocios, por la Italia meridional y la central.
Escribió y publicó poemas (algunos en italiano) cuando joven (Pjesni razlike,
Florencia 1563). Ranjina trató de innovar algo la versificación croata, usando
varios versos más cortos en lugar de la forma monótona dodecasilábica. Por eso
se lo tuvo en alta estima, pero actualmente, al comprobarse que plagió a
algunos poemas italianos[155]
(nota 102) su reputación menguó; imitaba a ciertos petrarquistas más débiles
del Quattrocento (e. g. Serafino d'Aquila). En sus poemas no es difícil
predecir cuál detalle del catálogo de las hermosuras de mujer va a ser descrito
a renglón seguido y con qué adjetivo. Incluso, cuando se halla influido por la
poesía oral popular. Ranjina es apenas original y estimulante, ya que sus
sentimientos personales se manifiestan raras veces. Su lenguaje carece de
flexibilidad poética y sus metáforas son pesadamente decorativas.
Zlataric, que
estudió en Padua y se distinguió allí[156],
era un hombre culto y traductor versátil del griego (Electra de
Sófocles), el latín y el italiano (Aminta de Tasso, Venecia, 1580);
todas esas notables traducciones fueron publicadas conjuntamente (Venecia,
1597) y dedicadas a Juraj Zrinski. El nombre de Zlataric estaba vinculado
románticamente con la famosa belleza que era Cvijeta Zuzoric, en cuyo honor
hasta Torquato Tasso escribió algunos sonetos y madrigales[157].
Si bien petrarquista como Ranjina[158],
Zlataric poseía muchas considerables cualidades poéticas; su lenguaje es
flexible, su gusto refinado y sus sentimientos auténticos. El verso de Zlataric
es a menudo construido con cuidado, evitando perogrulladas usuales. Algunos
poemas de Zlataric, tanto del Pjesni razlike como del U smrt od razlicieh,
son las mejores muestras de la poesía lírica del Renacimiento croata[159].
La mayoría de
esos escritores (de Zadar, Split, Hvar y Dubrovnik), en estrecho contacto con
el terruño donde nacieron y con el pueblo al que pertenecieron, estaban creando
una literatura propia que correspondía a las necesidades y aspiraciones
nacionales[160].
Aquellos de sus contemporáneos que imitaban ciegamente a los literatos
italianos pueden tener cierto interés para los estudios de la historia cultural
y los lingüistas, pero, en otro aspecto, comunicaron muy poco nuevo o válido.
Es justo, en los estudios especializados, subrayar no sólo la innegable
influencia de los italianos como Petrarca y sus seguidores sobre algunos de los
escritores tratados[161],
sino también señalar los efectos perjudiciales del petrarquismo. Debe
destacarse que las mejores páginas de la literatura renacentista croata son
precisamente aquellas donde se hallan presentes el lenguaje y el espíritu
nativos.
Jure Petricevic, Brugg, Suiza
I - Los planes comunistas y la realidad
La política
agraria en la Yugoslavia comunista sigue todavía sin rumbo fijo[162].
Tras las consecuencias catastróficas para toda la economía y tras la crisis
producida en el abastecimiento de productos alimenticios, en 1953 fueron
disueltos los koljoses y se reconoció a la hacienda campesina individual el
derecho a subsistir junto con el llamado sector socialista. No obstante el
hecho de que las posesiones campesinas constituyen el 90% de la tierra
cultivable, el Estado invierte prácticamente todos los recursos en el sector
socialista, que comprende el 10% de la superficie total. A los campesinos se
les recomienda cooperar con las cooperativas estatales con objeto de poder
utilizar los implementos y las máquinas agrícolas, beneficiarse de créditos a
corto plazo para el levantamiento de la cosecha, adquirir semillas y
fertilizantes. Pese a una propaganda intensa, dicha cooperación adelanta muy
poco, y en 1959 se aplicó a medio millón de hectáreas, o sea al 5% de la
superficie total de las posesiones campesinas, lo que es relativamente muy
poco. Esa superficie se refiere generalmente a los trigales y no aumentó
durante 1960 y 1961, dado que las condiciones son desfavorables para los campesinos.
Esa superficie de las posesiones campesinas en cooperación con las cooperativas
constituye, junto con los koljoses, los bienes de distintas instituciones y las
demás cooperativas campesinas de trabajo, el llamado sector socialista, cuyo
cometido consiste en resolver el problema del abastecimiento, y por lo que
disfruta de todas las facilidades oficiales, absorbiendo casi la totalidad de
los recursos sociales, lo que representa una de las grandes paradojas en la
Yugoslavia comunista. Una pequeña parte del sector agrícola, con el 10% del
total de la superficie cultivable, que da ocupación a un insignificante
porcentaje de la población agrícola, debería resolver todos los problemas
económicos y sociales en la agricultura y en el campo. La gran mayoría de los
campesinos libres y posesiones campesinas queda no sólo rezagada, sino que se
la quiere eliminar totalmente. Ese es el fondo de la actual política agrícola
en Yugoslavia.
En los últimos
años se utilizaron todos los recursos disponibles para incrementar la
producción. Gracias a las considerables inversiones que el sector socialista,
como asimismo a las facilidades crediticias, de adquisición de máquinas,
fertilizantes y semilla, y luego a la concentración de los expertos en ese
sector, se logró aumentar la producción en algunos rubros. Como el permanente
déficit en la producción de trigo hizo depender a Yugoslavia de los grandes
envíos gratuitos de trigo estadounidense y como la baja producción afectó toda
la economía, el gobierno y el Partido se esforzaron por resolver el problema
del abastecimiento de pan por la producción interna. Abultadas inversiones en
el sector socialista y los factores climáticos propicios hicieron posible en
1959 una cosecha satisfactoria y el abastecimiento de pan propio. Dicha cosecha
fue proclamada récord y los comunistas la interpretaron como victoria del
sistema socialista en la agricultura. En relación a los anteriores rendimientos
bajos de 8-16 quintales por hectárea, la cosecha de 1959, con 19 por ha. era, efectivamente, muy buena. Pero parangonada con la de
Europa occidental, ese promedio resulta muy modesto, si no bajo. En 1959, año
fértil para la Europa occidental, se registraron los siguientes rendimientos de
trigo por ha., en quintales: Austria 22; Francia 26; Suecia 27; Suiza 32,
Alemania Occidental 34; Gran Bretaña 36; Bélgica 39 y Holanda 41 [163].
Según vemos,
Yugoslavia, contando con condiciones naturales muy favorables, está muy a la
zaga de los adelantados países libres, incluso en su rubro de producción más
progresista, es decir el trigo. Eso, empero, no impide que los dirigentes
comunistas miren con desprecio a los países más adelantados por las posesiones
familiares, que no tienen dificultades para incrementar su producción, sino,
por el contrario, deben a veces aminorar su ritmo a fin de no producir grandes
excedentes, difíciles de colocar. Sin embargo, la cosecha de cereales en 1960
en Yugoslavia fue más baja que en 1959 lo que afectó la confianza en la
"victoria sobre la naturaleza", conforme alardeaban los propagandistas
comunistas yugoeslavos tras la cosecha de 1959. La cosecha de trigo de 1960,
con 17 quintales por ha., no pudo satisfacer las necesidades internas, y menor
todavía la cosecha de 1961, que a causa de la sequía y de la política
anticampesina, dio sólo 16 quintales cubriendo algo más de la mitad de las
necesidades del país. Queda, pues, sin solucionar el problema de producción de
cereales, pese al prematuro alarde de Tito y otros jefes comunistas después de
la buena cosecha de 1959, conque se vanagloriaban de haber superado a la
naturaleza, solucionado el problema del abastecimiento, y no depender ya de las
importaciones, etc. La situación después de las cosechas de 1960 y 1961 es tal,
que Yugoslavia, para atender la necesidad de pan depende substancialmente del
extranjero, y en primer lugar de la importación de los cereales norteamericanos
en condiciones muy favorables. Por lo tanto, el problema de la producción de
cereales sigue insoluble: En cuanto a los demás productos, la situación se
presenta más desfavorable aún. Mientras que la producción de los cultivos
agrícolas, y particularmente de los cereales resulta relativamente sencilla,
dada la extensa superficie y la posibilidad de mecanización, otros sectores de
producción en la dirigida economía comunista tropiezan con serias dificultades.
Así, por ejemplo, no se logró dar solución satisfactoria al problema de
producción y abastecimiento de carne y leche, pese a los esfuerzos
intensificados. Aquí el papel desempeñado por la hacienda campesina es más importante,
mientras que la organización de las "fábricas de ganado" socialistas
acarrea, sobre todo en lo tocante a su rentabilidad, grandes dificultades.
El problema de la
producción, pese a una política agraria más liberal, está sin solucionar. Los
problemas de organización, de costos y rentabilidad, y los serios problemas
sociales y económicos, crean nuevas dificultades. La población rural está
empobreciéndose en gran escala y un considerable número de campesinos abandona
el campo. El ingreso de los trabajadores rurales es muy bajo, y el traslado de
la población del campo a ciudades y centros industriales es considerable. La
instrucción deficiente y la nueva ocupación suscitan nuevos problemas y
conflictos.
Explicaciones
preliminares éstas, necesarias para comprender más la situación actual de la
agricultura yugoeslava, los puntos de vistas de los jefes comunistas sobre los
problemas agrícolas y la hacienda campesina, como asimismo sus planes para el
futuro. El Dr. Vladimir Bakaric, uno de los teóricos agrarios comunistas en
Yugoslavia y presidente del gobierno de la República Popular de Croacia, se
refirió en 1960 dos veces a esos importantes problemas dedicándoles especial
atención en las reuniones con los representantes de las organizaciones
agrícolas, a fines de octubre de 1960, en Osijek y Vinkovci, y en el acto de
clausura de los festejos del centenario de la enseñanza agrícola y forestal en
Croacia, celebrado el 21 de noviembre de 1960 en Zagreb. En sus exposiciones de
Osijek y Vinkovci, Bakaric se refirió más bien a las dificultades actuales en
la producción, mientras que en el discurso de Zagreb abordó los problemas
principistas de la política agrícola en Yugoslavia en general, como asimismo el
papel del sector socialista y de la hacienda individual campesina. Deseando
presentar un cuadro verídico y documentado, citaremos el contenido y los
fragmentos más importantes de dichos discursos, comentándolos al par. Los
problemas y las dificultades que analizó Bakaric permanecían a principios de
1962 inalterables, sin perspectivas de mayores cambios durante este año.
II. Producción y rentabilidad
Trigo y maíz
Si bien los
círculos oficiales solían subrayar últimamente que el problema de trigo estaba
solucionado, Bakaric admite que aquí también hay muchos aspectos sin solucionar
todavía. En sus exposiciones da prioridad al trigo, diciendo al respecto, en
Osijek, lo siguiente, según el diario Vjesnik del 23-10-1960:
"...Me
parece que los compañeros están contestes en que el mantenimiento del nivel de
producción -me refiero en primer lugar al trigo, al nivel de trigo- podría
resultar mejor de lo que es. Opino que, con ligereza, se encaró la ulterior
producción de trigo y que los inconvenientes que aparecen, ahora, tras una
cosecha insatisfactoria fueron en cierto modo previstos. Sólo que nosotros no
creímos que habrían de surgir necesariamente. Por eso, me parece que hay una
sola conclusión: la producción intensiva de trigo no se logra porque sí, sino
que debemos atenernos estrictamente a sus normas y procesos, igual que en la
producción industrial, que obedeció a sus procesos prefijados".
"Me parece
que debemos considerar ambos aspectos del asunto. Si nos detuviéramos en el
rendimiento de 40-45 quintales por hectárea, produciríamos a alto costo y todos
esos ingentes esfuerzos serían contraproducentes. Por consiguiente, allí donde
no hay otros impedimentos, debemos elevar la producción de trigo a un nivel más
alto... Si consiguiésemos 50 quintales de trigo por hectárea, creo que la
producción no sería rentable... Por eso me parece que mediante una mejor
organización deberíamos lo antes posible fijar el nivel de la producción
mínima... Ese año, en cuanto al trigo, se reveló una serie de puntos flojos. El
incremento de la producción no responde a lo que esperábamos, mientras que los
gastos de producción aumentaron."
Tampoco la
producción de maíz, especialmente en cuanto a su rentabilidad, no es
satisfactoria. Bakaric dijo sobre el particular:
"A mi
parecer, hemos descuidado también el maíz. Para el maíz vale casi todo lo dicho
respecto al trigo... Por cierto que la tendencia general de ampliación de
superficie y producción al actual nivel, de unos 40 quintales por hectárea, no
proporciona grandes éxitos..."
El monto de los costos
varía sensiblemente, lo que Bakaric atribuye a estas razones:
"Semejante
disparidad no debería reflejarse en tales cooperativas estatales. Las razones
de que surgen son muy variadas. No sólo aumentaron los precios del material de
producción y de otros materiales, sino que tenemos el problema de los gastos
administrativos, prohibitivamente altos. Ellos prueban que casi todas las
cooperativas estatales no procedían totalmente de acuerdo a los cálculos
económicos. Los gastos administrativos muy a menudo alteran radicalmente el
costo final de la producción..." "La gente no está interesada
especialmente". Por eso se experimenta allí donde no hace falta. Es porque
nadie siente el éxito en sus ingresos".
Las cooperativas no satisfacen. La producción ganadera no rinde
"En lo
concerniente a las cooperativas trigueras, no me siento tan preocupado. Los
compañeros expusieron aquí las razones de que las granjas agrícolas no den buen
resultado. En cuanto a mí, no estoy del todo contento con su producción, y por
otro lado pienso que de las cooperativas no debemos esperar mucho, ya que la
cooperativa es el vínculo entre el campesino privado y el sector socialista,
pudiendo maniobrar de varios modos".
"Opino que
las economías cooperativistas, pese a haber marchado en los últimos tiempos en
un ritmo "hurra-hurra", han desempeñado un papel positivo y si no
obraron mal del todo, deberían seguir. Sin embargo, el sector que resultó
afectado por irreflexión es la ganadería. He oído hoy aquí muchísimas cosas que
ya sabía en líneas generales, pero sin precisión. Se trata de la producción
lechera, pendiente aquí de solución y que trabaja con pérdidas. No sabía que
aquí, salvo los que elaboran la leche hasta sus productos finales, se trabaja
con pérdida sin vislumbrar una salida, y no obstante siguen ocupándose de la
producción lechera. Me parece que, sin los cálculos previos, pagaremos caro ese
experimento y que deberíamos trabajar sistemáticamente. Además, las
organizaciones encargadas del control deberían tratar de encontrar una solución,
pues de ese modo este negocio no lleva al éxito".
"La
industria ganadera de carne se halla también al borde de la rentabilidad,
debido, creo yo, a que no se le presta suficiente atención. Durante los dos
últimos años compramos demasiado ganado y ahora la gente cree que somos
productores modernos. Y no sólo los fondos invertidos en la adquisición mal
calculada de ganado fueron sacados de otros renglones indispensables, sino que
contrajimos obligaciones, por varios años, para mantener ese ganado, trabajando
a pérdida..."
"La
tendencia actual de aumentar el engorde en el sector privado y todo lo
relacionado con ello, resulta asaz arriesgado. El alza de precios es
desfavorable para los grandes productores. Eso también constituye un problema.
Resulta obvio de las cifras de la compra de maíz y de lo que vosotros
expusisteis aquí, que la gente prefiere para cultivar el maíz a la remolacha.
Esa es una orientación evidente hacia el engorde del ganado y la prueba de que
el campesino vende más fácilmente el ganado. Aquí estriba también el peligro
para un desmedido engorde de ganado, si es que no se moderniza".
Los funcionarios de cooperativas - rentistas
Volviendo al
trabajo insatisfactorio de las cooperativas, Faric textualmente: "Hasta
ahora no se ha trabajado mucho en las cooperativas y, sin embargo, las pérdidas
arrojadas son relativamente pequeñas. Eso quiere decir que allí hay reservas
enormes, de las que podría conseguirse mucho con un trabajo serio..."
"Toda una
serie de operaciones no rentables en las cooperativas no se produjo por lo alto
de la renta (alude al arriendo de la tierra por parte de la cooperativa, N. del
autor), porque los funcionarios de la cooperativa arriendan su propia tierra.
Muchas operaciones se realizaron en tales condiciones, dado que los integrantes
de la dirección ganaban con ello, etc. Es gran tarea la de arreglar todas esas
cosas".
"Creo, por
lo tanto, que las cooperativas deberían hacer mucho para regularizar los
asuntos internos. Algo parecido ocurre también en las granjas estatizadas. Allí
la tendencia de marchar por el camino trillado, rutinario, demuestra
evidentemente que el interés interno del colectivo es exiguo o que los
elementos internos no son lo suficientemente estimulantes..."
Las citadas
exposiciones de Bakaric dicen mucho. Descubren al público cosas que suelen ser
presentadas con rosados colores. Bakaric reconoce que los grandes problemas de
la producción agropecuaria no están resueltos y que 120 política agrícola se
debate en crisis.
El problema más
importante y más difícil es la relación entre costos e ingresos. De las
exposiciones de Bakaric se desprende claramente que los costos de producción
son demasiado altos. Su constatación de que el rendimiento de trigo debe ser
por lo menos de 50 quintales por hectárea en el "sector socialista",
descubre un estado catastrófico de la organización y la gestión de los bienes
sociales agrícolas. Conseguir ese rendimiento, incluso con los trigos
italianos, cualitativamente inferiores, no es fácil. A los efectos comparativos
conviene aducir que en los países adelantados y libres de la Europa Occidental,
el rendimiento de trigo de 30-40 quintales por hectárea asegura ganancias a los
productores privados que Bakaric considera incapaces para la producción
moderna. En algunos países europeos incluso rendimientos más bajos aseguran el
resarcimiento de los gastos y una ganancia satisfactoria.
La Yugoslavia de
Tito, para resolver el problema del abastecimiento de artículos alimenticios,
invierte en el sector socialista todos los recursos sociales para la
agricultura. Para el año 1960, esos fondos ascendieron a 100.000 millones de
dinares. Como el sector socialista abarca una pequeñísima parte de la
superficie agrícola, se malgastan ingentes sumas en forma irracional y
arbitraria. Paralelamente, queda relegada y abandonada la propiedad individual
campesina, lo que se deriva en gran perjuicio para la entera sociedad. Aquí
debemos agregar la irresponsabilidad de los dirigentes comunistas y de la
burocracia, la falta del control popular y el desinterés por un trabajo
racional y exitoso. No es, pues, cosa extraña que se produzcan grandes
pérdidas, incluso con cosechas de alto rendimiento. Estas pérdidas son la
consecuencia lógica del sistema económico. Como el Estado quiere solucionar el
problema alimentario mediante el sector socialista, los fondos necesarios deben
provenir de fuentes sociales y no particulares. Entonces, el Estado y las
instituciones públicas se hacen irresponsables de las cargas y los riesgos. De
ese modo es posible forzar ciertos sectores de producción y producir cantidades
suficientes de ciertos artículos, pero extender ese sistema a toda la
producción significa asumir la carga material y las pérdidas, insoportables
para la comunidad. Ya en el actual "sector socialista" restringido
los gastos y las pérdidas arrojadas resultan demasiado onerosas y ¿qué
ocurriría en caso de "socializar" toda la agricultura? El estado de
cosas en todos los productos importantes es desfavorable: tanto con respecto al
trigo como a la carne y los productos lácteos.
Un observador
atento del desarrollo agrícola en Yugoslavia durante los últimos años pudo
constatar que el problema de la producción no se solucionó ni siquiera desde el
punto de vista técnico, es decir que no está asegurada la producción promedio
en cantidades suficientes de los artículos alimentarios de primera necesidad.
Relativamente, la mejor situación es la del trigo y el maíz. Sin embargo, en
cuanto al trigo, existe el peligro de que la producción retroceda. Para
conseguir altos rendimientos, se introducen las variedades italianas de trigo,
que no satisfacen por su calidad. Además, esas variedades se cultivan en climas
más templados. El invierno 1959-60 en Yugoslavia demostró que esas variedades no
resisten fríos rudos y que las heladas los resienten, La mejor solución sería
cultivar trigos propios, resistentes de alto rendimiento y calidad. A su tiempo
anunciaron que esta clase fue conseguida en Croacia. El tiempo demostrará si
satisface todas las esperanzas en el terreno práctico. Por ahora, se cultivan
las variedades italianas que, últimamente, los campesinos deben sembrar en sus
campos bajo amenaza de graves sanciones.
Otra constatación
interesante es la incapacidad de las cooperativas agrícolas para el
cumplimiento del cometido asignado. Tras la disolución de los koljoses
especialmente después de 1957, esas cooperativas tuvieron gran papel en la
producción agrícola. Una de sus principales tareas consiste en la llamada
"cooperación" con el campesino, en base al contrato, en trabajar una
parte del campo privado campesino y repartir con él el fruto. A tal propósito,
facilitan al campesino semilla y fertilizantes y trabajan su tierra con las
máquinas, mientras que el campesino se obliga anticipadamente a ceder a la
cooperativa la parte fijada de la cosecha. Los comunistas confían en que, de
ese modo, mediante la cooperativa, asumirían gradualmente la dirección de la
hacienda privada campesina y la integrarían al sector socialista. Paso a paso,
el campesino dependería totalmente de la cooperativa, subordinado a ella en su
propia tierra. Hasta ahora lograron involucrar únicamente el 5% de la
superficie cultivable privada. Los campesinos desconfían de la cooperación. El
éxito logrado hasta ahora es insignificante. Se trata de aplicar ese sistema en
la producción ganadera. De los discursos de Bakaric se deduce que los
comunistas temen que con ello podrían salir perjudicados los bienes
socialistas, sobre todo en cuanto a los precios.
Por otra parte,
las cooperativas agrícolas generales no consiguen solucionar el problema de la
producción en sus economías internas. Se sabe de sobra que esas economías
operan con grandes pérdidas, los que admitió el mismo Bakaric.
La enfermedad
crónica de las granjas estatales comunistas, de las cooperativas, de las
cooperativas campesinas de trabajo o koljoses, como de todas las formas de la
agricultura socialista es que los gastos administrativos son tan altos que por
anticipado imposibilitan ganancia alguna. Se designan funcionarios y se amplía
el aparato administrativo sin mirar si dicha empresa es capaz de soportar
nuevas erogaciones. No hay cálculo económico, como suelen decir los comunistas.
Eso es la parte integrante del sistema, pues no hay responsabilidad por parte
de los funcionarios ni control por parte del pueblo. Ese cáncer puede ser
curado únicamente mediante un cambio radical del sistema, y no con paliativos,
como lo intentan los comunistas.
III. Evolución de la ciencia y de la sociedad según los comunistas
A fines de
noviembre de 1960, se celebró el centenario de la fundación de la Alta Escuela
Agrícola-forestal de Krizevci, la primera en Croacia que desempeñó un papel
importantísimo en el fomento agrícola y forestal de Croacia y en la formación
de peritos. Cuando se fundó en Zagreb la Facultad de Agronomía y Bosques, al
cabo de la primer a guerra mundial, la de Krizevci fue
transformada en escuela agrícola y actualmente hay allí varias escuelas para la
capacitación de los peritos agrícolas.
En el acto de
clausura de la celebración de tres días del centenario de la enseñanza agrícola
y forestal en Croacia, el Dr. Bakaric, presidente de la "república
popular" de Croacia, pronunció el 21/XI/60, en el Hogar Estudiantil de
Zagreb, un solemne discurso, abordando varios problemas principistas de la
política agraria. Reproducimos el contenido y principales pasajes de su
discurso de acuerdo al diario Vjesnik del 22/XI/60. Será instructivo
comparar sus conclusiones con la situación real en Yugoslavia y en otros países:
"La transición
al nuevo siglo y el tiempo transcurrido hasta la segunda guerra mundial marcan
un gran impulso de la agricultura en esta parte del Viejo Mundo. Por el
contrario, aquí, en menor o mayor grado, alternaban estancamiento y crisis. En
el orden del día estaban los problemas de ayuda y de preservación de las
pequeñas parcelas campesinas, ya que otra salida, la salida revolucionaria, no
había todavía "madurado". Eso acarreaba, tanto a la labor científica
como a la enseñanza, graves problemas, sin dar estímulo a mayores empresas
científicas y prácticas. Las posibilidades teóricas superaban, por mucho, las
prácticas, materiales y sociales. Eso creaba a los ideólogos, tipo David,
Chaianov, Laur y otros. No es de extrañar que semejante ideología penetrara
cada vez más en los planes de enseñanza de nuestros centros formativos. No
obstante ello, en aquellos años se asentó una base sólida para el estudio de
nuestro campo, en lo que los integrantes de vuestras escuelas no desempeñaron
un papel desdeñable. Fueron echadas las bases científicas de investigación de
las condiciones sociales de aplicación de las ciencias agrícolas y
dasocráticas.
Los agrónomos comunistas y el papel de los especialistas
Refiriéndose
seguidamente a la situación poco favorable de los agrónomos recibidos y al
"pesimismo" en la agricultura de entonces, Bakaric establece que
alrededor de 1931 "se inició el proceso del despertar campesino".
Aquí alude a la influencia comunista en el campo. Según Bakaric, ese proceso se
desarrollaba del modo siguiente:
"El súbito
aumento del número de estudiantes empieza alrededor del año 1931 y refleja el
comienzo del despertar de los campesinos. Ese es el comienzo del acceso del
elemento "Plebeyo" campesino, es decir de sus aspiraciones, a la
facultad. Ese elemento no reconoce el callejón sin salida y busca soluciones.
Las busca en el campo, acaso allí en primer lugar. Por eso su prevaleciente
orientación izquierdista y revolucionaria, por eso rechaza los compromisos y
por eso los estudiantes de agronomía muy pronto se destacan en las filas de los
estudiantes progresistas y son los primeros en "conquistar"
legalmente su club. Consecuentemente, dieron gran número de combatientes
durante la guerra y gran número de destacados dirigentes de la Revolución".
"Las
condiciones actuales, como asimismo los propósitos de las escuelas y facultades
agrícolas y dasonómicas, difieren substancialmente. El ambiente, el medio al
que en el pasado se destinaban los esfuerzos de esos institutos docentes,
desaparecen paulatinamente. El campesino que, impelido por la miseria, tuvo que
vérselas negras y vender sus productos, hoy
prácticamente ya no existe. También están desapareciendo como fuente principal
de ingresos aquellas empresas campesinas mantenidas únicamente gracias a
extraordinarios empeños, grandes esfuerzos y privaciones. La estadística de los
ingresos pecuniarios muestra el curso de su transformación de fuente básica a
fuente complementaria de ingresos".
Ahora Bakaric
procura demostrar en base a la creciente participación del sector socialista y.
de las cooperativas en el abastecimiento de trigo al mercado, cómo disminuye la
importancia de la propiedad campesina individual. Afirma que existe tendencia
idéntica o similar en cuanto a los demás productos, si bien la importancia de los
bienes socialistas y las cooperativas es mayor en el sector de cereales, La
contribución de las posesiones campesinas en la producción total de trigo
importaba en 1960 el 61%, y de la cooperación el 20%, mientras que la
contribución de los bienes socializados era del 19% de la producción total.
Para esa
situación la sociedad comunista necesita un nuevo tipo de peritos, que según
Bakaric, ha de tener estas características:
"Eso quiere
decir que necesitamos en primer lugar no a los burócratas, propagandistas y
hombres de limitados laboratorios e institutos, sino hombres prácticos que
dominen los resultados de la ciencia y que posean el máximo de audacia en la
transformación de la realidad actual. Para esa gente están abiertas las puertas
de par en par. Pero por eso precisamente se abren las puertas a las necesidades
de una investigación científica más amplia y a la comprobación de los
resultados logrados. Parece que para vosotros la hora precisa está dando
ahora".
Al final de su
discurso Bakaric abordó nuevamente el problema de la producción. Subrayó la
gran cosecha de 1959 y cierto retroceso en 1960, ocupándose especialmente de la
relación costos-precios. Dijo textualmente:
"Hay un
elemento más que dificulta soluciones rápidas. Se trata de la relación de precios.
Actualmente nos encontramos casi en un nivel en el que sólo puede producir con
rentabilidad quien se beneficia de distintas reservas de la economía campesina
(o de los elementos concomitantes) y quien recurre a los métodos más modernos.
La línea media a menudo arroja pérdidas. Ello constituye también una de las
dificultades del crecimiento económico y de la transformación de la sociedad.
Los precios fueron condicionados por dos factores: la producción con las
reservas campesinas y el mercado relativamente muy restringido... La política
de precios bajos de los productos agropecuarios contrastará muy pronto con el
desarrollo económico ulterior y forzosamente será modificada. Ella es reflejo
del bajo nivel social anterior y ha de desaparecer al igual que éste. Sin
embargo, no deben interpretar mis palabras como si aprovechara de esta reunión
para abogar por una alza inmediata e incondicional de
los precios de los productos agrarios.
Parcialidad y contradicción. Incapacidad de los dirigentes comunistas para
la solución del problema agrario y campesino
Bakaric condena
la propiedad campesina individual como una forma perimida. La ciencia, según
él, está equivocada cuando busca nuevos caminos y modos de preservar la
hacienda individual de los campesinos. Subestima y desprecia los resultados
científicos del economista agrario ruso Chaianov y del suizo Laur, que hasta
ahora dieron las mejores explicaciones de las leyes y condiciones económicas en
la organización y subsistencia de la hacienda campesina familiar. Cabe
atribuirles el mérito de que la economía campesina ocupa un lugar especial en
la economía privada y constituye una categoría económica peculiar. Sumaran sus
investigaciones principales a los estudios de los grandes científicos alemanes
Thaer y Thünen, del siglo pasado, que dieron las bases científicas de la
organización de la economía agraria en general y tuvieron en cuenta posesiones
más extensas y su relación con el mercado. Chaianov y Laur -ahondaron sus
estudios, explicando la esencia de la economía familiar campesina. Chaianov
tuvo presente las condiciones rusas y estudió la hacienda natural campesina de
limitada extensión, mientras que Laur situó la posesión familiar campesina en
la sociedad industrial desarrollada con la economía monetaria. La esencia de la
hacienda familiar campesina consiste en que el campesino la cultiva con su
propia mano de obra. Es empresario y empleado a la vez. Como no es un
empresario capitalista en el sentido marxista, la teoría marxista no pudo
explicar ese fenómeno. Tampoco puede aplicársele la teoría marxista de
plusvalía ni la de la renta de la tierra, dado que el campesino, empleando
propia mano de obra, no retiene la plusvalía del trabajo ajeno y la renta de la
tierra, en vista del enorme significado de que el ingreso resultante del propio
trabajo en la hacienda campesina tiene un papel insignificante.
Es importante,
sin embargo, que la posesión campesina libre en los países democráticos se
adapta a nuevas situaciones y da pruebas de gran capacidad vital. La hacienda familiar
campesina atravesaba, es verdad, por diversas fases de su desarrollo y
tropezaba con dificultades pero no sucumbió sino que resultó la mejor forma de
organización en la agricultura, y en el sentido social como una unidad
independiente y equilibrada. Bakaric condena la posesión privada campesina y le
opone el "camino revolucionario", pensando en la socialización y en
el sistema comunista de la agricultura. En la primera parte de este trabajo
hemos visto que, a juicio del propio Bakaric, la agricultura en la Yugoslavia
comunista afronta graves dificultades, cuya solución no prevé. Bakaric no
compara la producción agrícola yugoslava con la de los países occidentales
libres. Se refiere al estado de la economía campesina en Europa a principios de
nuestro siglo. Es archisabido, empero, que después de la segunda guerra
mundial, la hacienda familiar campesina se adapta a la nueva era técnica y a
las nuevas condiciones económicas, modificando a fondo su estructura caducada.
El cambio principal consiste en que en los predios parcelados el mayor número
posible de lotes se traslada fuera de la aldea, creándose nuevas unidades
integradas, cuya extensión, en caso necesario, se amplía con la tierra de
pequeñas posesiones -cuyos propietarios no se ocupan ya de ellas- y con la
tierra perteneciente a la comuna u otras comunidades. Se forman nuevas
propiedades con superficie de 10, 20 o más hectáreas; se construyeron nuevos
establecimientos ajustados a los requerimientos técnicos actuales. Las demás
posesiones se amplían e integran, los pequeños lotes desaparecen y se
transforman en ocupación secundaria, si el propietario anterior se hizo obrero
industrial o eligió otra profesión, quedando con la casa y el terreno que
trabaja con su familia en horas libres. Esa gran reforma se la tiene por lo
mejor de la escultura agraria y su propósito es crear el mayor número posible
de propiedades más extensas, capaces de mantenerse largo tiempo y brindar a la
familia campesina plena ocupación y existencia permanente.
Dadas las grandes
posibilidades que proporcionan las máquinas y los establecimientos modernos,
como así una organización racional y una buena administración, las nuevas
posesiones campesinas son mucho mayores que cuando todos los trabajos se
realizaban en general manualmente. Donde antes una familia trabajaba un campo
de 5 hectáreas, hoy puede trabajar una superficie varias veces mayor. Este
proceso de mejoramiento de la estructura agraria está hoy en pleno curso en
gran parte de los países de Europa Occidental y se extiende gradualmente a los
demás países libres, donde dichas medidas son necesarias. La mayor
transformación al respecto se está realizando en Alemania Occidental, Suecia y
Holanda, tomando gran impulso también en los demás países libres. Dicho proceso
no es compulsivo sino que el Estado respectivo lo financia con ingentes
recursos y los campesinos, vistas las ventajas de las nuevas medidas, las
aceptan de buen grado. Así se están colocando nuevos cimientos a la sólida e
independiente hacienda campesina para los nuevos tiempos en que la alta
productividad del trabajo, la seguridad de ingresos suficientes, el ahorro y el
alivio del trabajo humano, la aplicación de todos los medios técnicos
disponibles y la reducción de costos de producción, dictan también en la agricultura
nuevas formas de organización.
A los
participantes en los actos celebratorios del centenario de la enseñanza
agrícola y forestal en Croacia, y al público en general, le
hubiera interesado ver el cuadro comparativo de la posesión campesina actual en
Europa Occidental y en la agricultura yugoslava. Bakaric no se lo brindó. Pasó
en silencio los cambios actuales operados en la agricultura de los países
libres, refiriéndose sólo a la posesión campesina de hace 30 y 50 años. Por
cierto que Bakaric sabe que el panorama cambió a fondo y por eso omitió
mencionarlo. Ese cuadro comparativo resultaría aun más negativo para Yugoslavia
si se tomase en consideración también la producción en los países europeos
libres. Es cosa sabida que los rendimientos en esos países, debido a la
aplicación de las más modernas conquistas científicas y técnicas, aumentan
rápidamente y que se produce más de lo que puede absorber el mercado. Hay
excedentes y no déficit de víveres y crisis de producción, fenómeno normal en
los países comunistas.
Resulta también
unilateral la exposición de Bakaric sobre la influencia comunista en el campo
de Croacia por los años 1930. Bakaric ni menciona el gran resurgimiento de los
campesinos croatas realizado en el aspecto social y nacional por Esteban Radic.
El campesino se convirtió en factor de suma importancia en la vida política
croata sin abrazar la ideología comunista, salvo casos contadísimos. Radic y
los campesinos croatas defendieron la hacienda campesina individual y libre,
mientras que los comunistas la están eliminando. Esos campesinos croatas, tras
la muerte violenta de su líder Esteban Radic, asesinado en el parlamento de
Belgrado, seguían siendo contrarios a la Yugoslavia granserbia y reclamaban la
creación del Estado croata, mientras que la minoría comunista, a diferencia de
la mayoría abrumadora de los croatas, sostenía a Yugoslavia. El Partido
Comunista antes de la guerra aconsejaba a sus jóvenes afiliados los estudios
agronómicos. Así se produjo, a partir de 1930, cierta afluencia de estudiantes
comunistas inscriptos en la Facultad de Agronomía y Bosques de Zagreb, por
directivas del Partido. Bakaric relaciona ese fenómeno con el supuesto
despertar de los campesinos al espíritu comunista. Eso era, empero, parte
integrante de la propaganda comunista y la difusión de ideas extrañas al pueblo
croata. Se trata de la imposición de una ideología ajena y no del despertar de
los campesinos croatas desde ha tiempo despiertos. Bakaric y los
entonces "progresistas" de agronomía aplican hoy contra esos mismos
campesinos todas las medidas a su alcance para aniquilarlos. Acerca de la
"conquista" del club de los estudiantes agrónomos, mencionada por
Bakaric, hablaré en capítulo aparte. Tomé parte activa en la vida estudiantil
de aquella época y con pleno conocimiento de los hechos puedo decir que esa
"conquista" fue un éxito momentáneo de la táctica del "frente
popular".
Analicemos
brevemente la actual labor científica y específica en la agricultura y el papel
de los comunistas. Bakaric exige un nuevo tipo de peritos. No quiere a
"hombres de laboratorios e institutos técnicos, sino hombres prácticos que
dominen los resultados científicos y posean el máximo de audacia en la
transformación de la realidad actual". Pide que el cometido de la ciencia
sea investigar y verificar los resultados alcanzados. En el mundo libre, la
ciencia suele lograr nuevos conocimientos y resultados en institutos y
laboratorios, verificándolos en la aplicación práctica y no viceversa. Los
comunistas, por el contrario, proclaman ciertas tesis como verdades científicas
y las aplican de buen o mal grado, exigiendo de la ciencia la comprobación de
que dichas tesis son exactas. Eso vale particularmente para las ciencias
económico-sociales. De ese modo se introduce la política en todos los sectores
de la ciencia y resulta difícil para los especialistas, científicos y técnicos
trabajar libremente y extraer conclusiones objetivas en los regímenes
comunistas.
La labor
profesional y científica debe desenvolverse conforme a la línea oficial, establecida
por el Partido Comunista. Los resultados alcanzados en la agricultura de
postguerra provienen mayormente de los especialistas no comunistas. Los
agrónomos comunistas y otros miembros del Partido ocupan los puestos
principales, y los técnicos no comunistas realizan el trabajo y contribuyen en
gran medida al progreso de la ciencia y su especialización. Los dirigentes
comunistas son por regla general gente incapaz que se sirven de sus colegas no
comunistas como de meros instrumentos y los mantienen subordinados. Los
comunistas desprecian a esos expertos y no lo ocultan, pero los necesitan y no
los pueden destituir a todos.
Bakaric dedicó
buena parte de su discurso para probar que la posesión campesina individual es
un fenómeno anticuado, para reconocer al final que con rentabilidad puede
producir únicamente quien se beneficia de varias reservas de la economía
campesina. Un reconocimiento tan rotundo del fracaso de la política seguida por
los comunistas en la agricultura y de la vitalidad de la, posesión campesina no
podría esperarse ni del adversario más acérrimo del sistema comunista. Eso
prueba fehacientemente cuán precaria es la situación en el campo y en la
agricultura de Yugoslavia.
Los estudiantes comunistas de agronomía
En su discurso ya
citado, Bakaric calificó cierta afluencia de estudiantes comunistas en la
Facultad de Agronomía de Zagreb por los años treinta y su provisoria conquista
del club estudiantil como punto decisivo en el proceso del campo croata. Sobre
esos estudiantes "progresistas", sus métodos de trabajo y el papel
que desempeñan actualmente, cuadra decir unas cuantas palabras.
Durante y después
de la colectivización de la agricultura en la Unión Soviética, la agronomía
estaba muy de moda entre los estudiantes y el Partido Comunista impartió
instrucciones para que el mayor número posible de sus afiliados se dedicara a
tales estudios. De modo que de golpe se produjo una afluencia desproporcional
de los afiliados comunistas a la facultad de agronomía. Muchos no tenían ni
predilección ni inclinación por ese estudio, pero obedecieron las órdenes del
Partido, que consideraba a la agricultura un sector muy importante para el
futuro. Esos estudiantes no actuaron con nombre comunista, sino que se
disfrazaron bajo la denominación de "la juventud progresista". Y no
lo hacían sólo porque el Partido Comunista y sus actividades estuvieran
prohibidos. También los estudiantes de orientación nacional eran perseguidos y
su posición antiyugoslava se consideraba subversiva, mas no por eso ocultaban
su afiliación. Los comunistas se disfrazaban porque se sabían minoría y,
empleando varios slogans, atraían a los estudiantes desorientados con su
petitorio de mejoras en la vida estudiantil. De ese modo conquistaron el club
de los estudiantes agrónomos por una sola vez en las elecciones anuales. Fue el
primer club de la Universidad de Zagreb que cayó en manos comunistas. En las
nuevas elecciones, lo perdieron para no reconquistarlo más. El club pasó a manos
de los estudiantes de orientación nacional croata, que formularon un programa
claro y terminante con contenido nacional, social y democrático, Entonces
desplegamos en el club tal actividad profesional (conferencias, edición de
apuntes y libros) y organizamos tal ayuda económica a los socios del club, que
quedaron en la sombra de los intentos comunistas.
Los comunistas
perdieron el club por dos motivos. Primero, por actuar públicamente contra las
demandas nacionales croatas. Para ellos el problema nacional croata era un
invento burgués. Muchos estudiantes comunistas croatas no comulgaban con esa
política y desertaban del Partido. Su vida después era bastante amarga. En
volantes anónimos se los tildaba como agentes y tipos corrompidos; fueron
objeto de incesantes ataques y calumnias. Los comunistas se mostraron tan
anacionales que en un acto celebrado en el Teatro Nacional silbaron mientras se
entonaba el himno nacional croata, Lo que les surtió efectos negativos, pues
siempre fueron exigua minoría en la Universidad de Zagreb.
El segundo motivo
del fracaso de los comunistas en la Facultad de Agronomía y de la pérdida de la
dirección del club fue la intensa actividad desplegada por los estudiantes de
orientación nacional y su hondo sentido por los problemas sociales. Se
desarrolló gran actividad para ayudar a los estudiantes necesitados, se los
protegía ante las autoridades en cuanto a los impuestos de inscripción y otras
contribuciones. Además, la labor específica del club ofrecía a sus socios
muchas facilidades, a saber: interesantes conferencias, excursiones, edición de
apuntes y libros, biblioteca propia y sala de lectura. Así, en la práctica, se
hizo evidente que los comunistas no tienen el monopolio de la labor social, en
ellos tan sólo fachada para despistar a los desorientados, y que los
estudiantes nacionalmente conscientes pueden resolver todos los problemas que
plantea la vida.
Uno, leyendo a
Bakaric, podría pensar que esa promoción de los agrónomos comunistas realiza
actualmente gran labor científica y práctica. La realidad, en cambio, es triste
y pobre. Esos señores malgastan sus energías en la puja por puestos más altos y
mejor remunerados. Los resultados de su labor científica y específica son
extremadamente modestos. Muchos son incapaces, pero se destacan en la
persecución de sus adversarios políticos y de los no comunistas en general.
Esos ex supuestos progresistas y pseudodemócratas expulsaron a los destacados y
muy capaces profesores croatas de la Facultad de Agronomía de Zagreb. Unos
fueron destituidos, otros jubilados, y las cátedras las ocupan hoy hombres
incapaces y oportunistas. Por eso el nivel de estudies de dicha facultad bajó
considerablemente. Importantes cátedras las ocupan actualmente señores que
antes de su nombramiento no realizaron ninguna labor científica y en la
práctica no descollaron lo más mínimo. Caso típico es el de Nikola Rapajic,
nombrado profesor de organización y administración de la economía agrícola,
meramente por ser comunista. Ese hombre no posee calificación alguna y hasta la
fecha no publicó ningún trabajo científico digno de mención, como para ser
catedrático.
En la expulsión
de los profesores croatas en la Facultad de Agronomía, prestó gran servicio a
los comunistas el profesor Alois Tavcar, que antes de la guerra favorecía a los
estudiantes comunistas y de orientación yugoeslava, perjudicando, donde podía,
a los estudiantes croatas. Cuando subieron al poder los comunistas Tavcar jugó papel muy importante en la expulsión y destitución de
los profesores croatas. Cometió muchas injusticias con sus colegas. Con ello
faltó también a su lealtad hacia Croacia, que le posibilitó su exitosa carrera
sin hacer distingos entre croatas y extranjeros.
Esta caída
vertical de la Facultad de Agronomía de Zagreb debió ser recalcada con motivo
del centenario de la enseñanza agrícola en Croacia, pues constituye un
complemento necesario del discurso de Bakaric.
IV. Presión creciente sobre los campesinos
La "cooperación" con los campesinos en la práctica
Los dirigentes
comunistas yugoeslavos alardean de llevar a cabo, sin compulsión, "la
transformación socialista" del campo. Junto con los bienes estatales y de
cooperativas, procuran conseguir la colaboración de los campesinos con las
cooperativas agrícolas generales, que supuestamente brindan al campesino
condiciones favorables, al poner a su disposición semilla, fertilizantes,
maquinaria y expertos, que posibilitan alto rendimiento y, por ende, redundan
en beneficio de los campesinos. Esa cooperación con la cooperativa en base al
contrato firmado y la participación de esta última en la producción de la
hacienda individual campesina -asegurándose por anticipado un porcentaje de la
cosecha a la cooperativa, sea cual fuese el rendimiento- se denomina la
cooperación voluntaria de la cooperativa con el campesino y constituye una
forma específica del titoísmo. Ya hemos señalado que, no obstante la intensa
propaganda oficial, ese sistema logró extenderse a un exiguo porcentaje de la
superficie total de las tierras campesinas. Es evidente que "la cooperación"
no brinda ventajas al campesino, sino que lo ata a la cooperativa, lo hace
dependiente y lo explota. Lo comprueban dos cartas escritas por un campesino de
Eslavonia, que describe la llamada "cooperación voluntaria" y varias
desventajas que aumentan y empeoran. En el verano de 1960, el titoísmo, como
nuevo "favor", decretó el impuesto a la vivienda campesina.
Transcribimos un
fragmento de la primera carta escrita en diciembre de 1960, que trata sobre la
compulsiva siembra de las variedades italianas de trigo. Nuestro amigo
campesino dice al respecto:
"Puedo
comunicarte que obligatoriamente todos tuvimos que sembrar el trigo italiano so
pena de cárcel y multas, y que la semilla tuvimos que pedirla a la cooperativa.
Como trueque debimos dar 175 kilos de nuestro trigo por 100 kilos del de ellos
o, por contrato, aproximadamente por un acre 602 k, que incluye abonos y
seguro. Ahora bien; si ese trigo no da buen resultado, quedamos endeudados, es
decir, tenemos que pagar por cada acre 19.600 dinares. Podemos decirte también
que ahora pagamos el alquiler por nuestra propia casa e impuestos por todo lo
demás, excepto el gato. No sé qué más inventarán que debamos pagar. Cada día
cargas más onerosas".
En nuestra
respuesta le formulamos más preguntas, entre otras si la cooperativa, al
obligar a la siembra de trigo italiano, además de darles en trueque semilla,
abonos y seguro, realiza también la operación de siembra y de cosecha con sus
máquinas, en compensación de los 602 kilos de trigo por acre que debe retribuir
a la cooperativa, o 19.600 dinares en efectivo. Además, inquirimos por el monto
del impuesto que últimamente pagan los campesinos por sus viviendas y por las
demás contribuciones. Nos llegó la siguiente respuesta:
"En primer
lugar me preguntas por el trigo, y si la cooperativa ara y siembra; eso no,
ella facilita sólo semilla, abonos y seguro para la parcela que uno siembra.
Solos debemos arar y sembrar. Me preguntas si los campesinos siembran bajo
contrato o solos efectúan esa faena. Si nos hiciesen siembra bajo contrato, no
nos quedaría ni la paja del trigo. Algunos lo experimentaron y tuvieron que
agregar de dos a tres metros de trigo por cada acre, pues las cosechas a veces
fallan, de modo que los campesinos siembran por su cuenta y lo que sale, sale".
"Me
preguntas por el alquiler, es decir el impuesto sobre nuestra casa. Vino una
comisión que inspeccionó todas las habitaciones, averiguaron el material y la
antigüedad de la casa, entonces calcularon por metro cuadrado y los
transformaron en puntos, de manera que tenemos que pagar por nuestra casa 120
dinares por mes. También pagamos por nuestro pozo 360 dinares, de modo que ni
siquiera podemos beber gratis nuestra propia agua. Ese impuesto fue decretado
en 1960. Nuestro vecino tiene una casa más grande y debe pagar en concepto de
impuesto 960 dinares por mes. Preguntas qué más debemos pagar. Pagamos 13
dinares por cada vid, 2.400 dinares por cada carro, por cada buey o caballo 300
dinares, 400 dinares por cada perro, 15 dinares por cada gallina, pues dicen
que las vacunan, pero sin embargo, mueren con frecuencia. Ahora impusieron el
seguro social y en ese concepto nos descuentan el 5% de nuestros ingresos.
Nuestro ingreso ha sido estimado en 100.000 dinares por año. Luego debemos
pagar el 4% de ese mismo ingreso por la electrificación y el 5% por el agua, Y
así, sumando todo, el año pasado (en 1960 tuvimos que pagar 50.150 dinares por
varios impuestos y contribuciones)".
Esa sencilla y
clara carta de un campesino croata de Eslavonia no requiere comentario. La
"cooperación" de las cooperativas comunistas con los campesinos, que
Tito y Bakaric tanto hacen resaltar como una solución nueva y justa del
problema campesino, significa, de hecho, la explotación más ordinaria y gran
injusticia. Esa colaboración forzosa con la cooperativa es una carga tan
onerosa para el campesino que no podrá por mucho tiempo soportarla. En
realidad, ése es el objeto primordial de la "cooperación", que quiere
subordinar totalmente la posesión campesina individual y liquidarla definitivamente.
Se fijan altos
impuestos para luego argüir que la posesión campesina no se ajusta ya a la
producción contemporánea y que debe desaparecer. Resulta irresponsable y cruel
obligar a los campesinos a sembrar las variedades italianas de trigo. Todavía no
se comprobó que esos trigos sean apropiados para las condiciones climatológicas
de la Europa Central y en general su calidad no satisface. Los campesinos
deben, por fuerza, sembrar esas clases de trigo y pagar la siembra a la
cooperativa. A tal efecto, el campesino debe ceder a la cooperativa 602 kilos
por cada acre o 1.060 kilos por hectárea.
Los impuestos
onerosos se hicieron insoportables para los campesinos. Lo prueban todas las
cargas indicadas que pesan sobre el citado campesino eslavonio, cuyo campo de 4
hectáreas es pequeño y, después del consumo casero, le queda muy poco para
vender. El ingreso de esa familia fue estimado en 100.000 dinares, incluyendo
aquí el valor de la vivienda y de los productos consumidos en el hogar. Si bien
se trata de un campo chico, cuya renta no basta para el sustento de una familia
mediana, el campesino propietario debe desembolsar la mitad de su ingreso anual
para impuestos. Esas cargas constituyen la explotación más brutal del pueblo
trabajador en cuyo nombre pretenden hablar los comunistas. Los cuentos de Tito,
de Bakaric y otros dirigentes comunistas sobre la "cooperación
voluntaria" de los campesinos con sus organizaciones agrícolas y sobre el
progreso en el campo son burdas mentiras. El titoísmo trajo al campo opresión,
miseria y desesperanza. Las cartas citadas del campesino eslavonio son tremenda
acusación contra el régimen de Tito. La dificilísima situación imperante en el
campo desmiente categóricamente todas las falacias de Tito y de sus acólitos
acerca de su política agraria. El campesino sufre y está descontento; el
empleado y el intelectual se consideran también explotados y oprimidos. La
mayoría abrumadora del pueblo se siente descontenta y
explotada, vive pésimamente mal. Únicamente la exigua camarilla gobernante,
encabezada por Tito está satisfecha, puesto que vive con todo lujo y holganza a
costillas del pueblo trabajador.
Branko Kadic,
Buenos Aires
El ascendiente y
la obra de Ivan Mestrovic, escultor croata exilado, fallecido en South Bend,
EE.UU. el 16/1/1962, tienen dimensión universal pues se trata, como dijo
Auguste Rodin "del fenómeno más grande entre los escultores de nuestro
siglo" y "del escultor más grande de motivos religiosos desde el
Renacimiento" (Sadler).Dado el impacto indiscutible que en las primeras
décadas de nuestro siglo ejerció el arte mestroviciano sobre las nuevas
generaciones de artistas plásticos, hemos entrevistado a cuatro figuras
descollantes del mundo plástico argentino, distintos en cuanto a edad, credo
artístico, escuela y estilo, solicitando su opinión acerca del escultor
desaparecido. A Mestrovic se lo conocía en Buenos Aires mayormente por
fotografías y reproducciones gráficas de sus esculturas pues en las capitales
suramericanas no hubo ni una muestra de sus obras representativas. Únicamente
la primera esposa de Mestrovic, Ruza Klein, organizó en 1928, en Buenos Aires,
Santiago de Chile y Lima una exposición de obras menores de Mestrovic, de su
propiedad. Nuevas corrientes plásticas llegadas de Europa, como el cubismo, el
arte abstracto, no figurativo e informalista trajeron nuevos puntos de vista y
nuevos criterios, nuevas expresiones plásticas y estilos apropiados. Pese a la
neta polarización y el enfrentamiento entre el arte figurativo y el abstracto,
hemos podido comprobar que, en opinión de prominentes críticos del arte y
escultores, Mestrovic es uno de los más eximios maestros de la escultura
contemporánea. A continuación publicamos los juicios vertidos por los cuatro
representativos escultores argentinos.
Troiano Troiani
Casi de la misma
edad que Mestrovic, nació en Buia, Udine (Italia), en 1885. Se radicó en la
República Argentina en 1914 y se considera escultor argentino. En Buenos Aires
ejecutó casi la totalidad de su vasto opus artístico. La obra de este destacado
estatuario comprende figuras grandes y pequeñas, numerosos bajorrelieves,
placas funerarias, medallas, retratos, y estatuas que adornan parques,
instituciones, edificios públicos y necrópolis en la Argentina. Troiani
participó en varias exposiciones colectivas y expuso sus obras en muestras
individuales. Es un escultor figurativo mas no
académico. Su arte contiene elementos clásicos y modernos. Es clásico por
inspiración y la línea de conjunto: moderno por su modelado, estilo depurado y
por el ritmo de su osado movimiento. "La peculiaridad y diferenciación de
su arte residen en la 'musicalidad de la línea', la 'expresión heroica', y ese
aire de sublimada grandiosidad que se ha dado en llamar 'monumentalidad'"
(Dante Mantovani). Fue premiado y distinguido reiteradas veces en la Argentina
y en el extranjero. En 1957, la Academia de Udine, fundada en 1606, le hizo
miembro honorario. Troiano Troiani impresiona por su vitalidad, hidalguía y
sencillez. Parca de palabras, como tantos auténticos maestros del cincel, en
lugar de contestar a las preguntas que pensábamos formularle, prefirió escribir
el siguiente breve y meduloso juicio sobre el arte mestroviciano:"...
Quisiera dar a mis palabras un alcance muy limitado y personal, pues no sólo no
soy un crítico más; como artista y como hombre he sido siempre un apasionado
admirador de Mestrovic -hasta en sus exageraciones, que las tuvo, y que dieron
la medida de su sinceridad."Siendo un anticlásico dio con sus obras un testimonio
del arte moderno que tiene la universalidad y perennidad de lo clásico".
Alfredo Bigatti
Nacido en Buenos
Aires en 1898, estudió en la Academia de Bellas Artes de su ciudad natal y
luego en París con el maestro A. Bourdelle. Fue profesor de escultura y dibujo
en la Escuela Nacional de Bellas Artes de la capital argentina. Es miembro
numerario de la Academia Nacional de Bellas Artes. Durante su fecunda labor
plástica participó en numerosas exposiciones colectivas y celebró reiteradas
muestras individuales. En 1937 obtuvo el Gran Premio Nacional de escultura y el
Primer Premio de Escultura en la exposición internacional de París. En
colaboración con el consagrado escultor J. Fioravanti realizó el grandioso
Monumento a la Bandera, erigido en Rosario. Bigatti se inclina a la figuración
arquitectónica en la escultura. Sus obras figuran en museos, galerías y
colecciones particulares argentinas. En la Biblioteca del Congreso de
Washington hay varios dibujos suyos. Además de la vasta bibliografía sobre la
importante obra de este ya consagrado artista plástico argentino dos
prominentes historiadores del arte Julio A. Payró y Romualdo Brughetti le
dedicaron sendas monografías, profusamente ilustradas. Bigatti, que conoció las
obras de Mestrovic en Europa como asimismo las que posee la hija del escultor
croata fallecido, residente en Buenos Aires, muy complacido contestó a las
preguntas formuladas. ¿Qué lugar ocupa el escultor Mestrovic en el arte
contemporáneo? "Con la gran exposición organizada en Roma de sus obras, el
año 1911, el entonces joven maestro Mestrovic se impuso en el mundo plástico
universal can la fuerza renovadora de una labor escultórica concebida sobre
leyes eminentemente arquitectónicas. Esas obras, realizadas en piedra, de un
profundo humanismo, señalaban una vuelta a la geometrización del volumen,
determinando una avanzada dentro de las nuevas corrientes estéticas que
inquietaban en esa época."El maestro Mestrovic aportaba un nuevo y viejo
elemento: la geometrización de la forma, como en la buena escultura de las
grandes épocas. Rodin, en la plenitud de su obra vislumbraba tal retorno, y en
su último libro 'Las Catedrales', como testamento para las futuras generaciones
exaltaba, en el análisis de las catedrales románicas y góticas, ese valor
medular arquitectónico dentro de la escultura."Mestrovic como un precursor
aportaba al mundo plástico ese concepto realizando esa serie de magníficas
obras que completaban el ciclo del templo a los héroes de Kosovo".¿Qué influencia ejerció el arte del Maestro en el ambiente
escultórico rioplatense?"En nuestro país, la difusión de las fotografías
de estas obras aportaron un soplo renovador a nuestro
pequeño mundo plástico. La influencia de Rodin y Mestrovic predominó en la
juventud del momento. Rodin, con su profundo modelado de una exaltada realidad,
y Mestrovic, con el aporte de su renovada fe en la arquitectura de la
forma."Mestrovic ocupa y ocupará el puesto de precursor del arte
escultórico contemporáneo. En lo que va de este siglo lo confirman plenamente las
tendencias actuales, al volver a hermanarse con la arquitectura como en los
períodos mejores de las grandes épocas, justificándose así la obra de este
precursor que luchó aisladamente en su momento."Recuerdo que en 1924 tuve
ocasión de ver en Londres, dispuestas en dos grandes pabellones de la Tate
Gallery, la obra de Rodin y Mestrovic que tuvo la virtud de mostrar
simultáneamente al mundo a estos dos grandes maestros, señalando para el futuro
la evolución coordinada de sus conceptos".
Humberto Eduardo
Cerantonio
Nació en 1913 en
Buenos Aires, donde cursó sus estudios. Actualmente dicta la cátedra de
historia del arte, de escultura y dibujo, en la Escuela Nacional de Artes
Plásticas Prilidiano Pueyrredón. Sus esculturas y relieves fueron expuestos en
reiteradas muestras colectivas e individuales. Cerantonio es un artista
plástico enteramente figurativo, con hondo sentido humanista. Fue premiado en
varias oportunidades en 1943, 1951 y 1953 por el Salón Nacional de Bellas
Artes, y el Salón Municipal de la Ciudad de Buenos Aires en 1958. Actualmente
está terminando la ejecución de un gran monumento en memoria del destacado
filántropo y educador de Buenos Aires William C. Morris.
Sus obras figuran
en varios museos argentinos, como asimismo en las galerías particulares. Para el
Vía Crucis de Tandil hizo Crucifixión y Flagelación.
Nos entrevistamos
con el artista en su estudio y mientras hojea láminas con reproducciones de
obras de Mestrovic, gustosamente responde a las preguntas que le hacemos:
¿Qué impacto
produjo la obra de Mestrovic en el medio escultórico argentino?
"Considero
que la influencia de Mestrovic en el medio escultórico argentino ha sido
importante, si se toma en cuenta que debió equilibrarse con los diversos
momentos de la evolución de la plástica mundial. Aquí teníamos el gran aporte
directo de las obras de Rodin y Bourdelle mientras que a Mestrovic lo
conocíamos principalmente a través de las reproducciones gráficas. Con todo, el
expresionismo arcaizante y el goticismo exasperado de Mestrovic labraron honda
huella en las generaciones de entonces. Algunos de nuestros maestros sintieron
en su propia obra ese aporte fundamental en cuanto al sentido de lo rítmico y
lo monumental-arquitectónico. Posteriormente a la última guerra mundial, fue
evidente el mayor predicamento que las corrientes abstractizantes iban
adquiriendo en detrimento del contenido figurativo y humanista de
Mestrovic".
¿En su opinión,
qué lugar ocupa Mestrovic en la historia del arte plástico moderno?
"Mestrovic
es un representante eximio de la escultura que entronca en el expresionismo
postrodiniano, anterior a su conversión o desviación en las corrientes
abstractas. Es decisivo en ese aspecto su sentido del ritmo y de la composición
figural. Retomaba una y otra vez viejos temas que supo remozar y renovar. El
gran momento de su escultura está limitado por el fenómeno de la influencia
mundial de las últimas escuelas no humanistas, como ser el cubismo, y las
corrientes abstractas, informalistas y antifigurativas. Tenemos que ubicarlo en
lugar eminente en a historia del arte al lado de maestros como Rodin, Bourdelle
y Wildt".
Libero Badii
Badii, junto con
el precursor Curatella Manes, recientemente fallecido, es el escultor argentino
más representativo de la nueva corriente abstracta de formas geométricas.
Nacido en Arezzo, Italia, en 1916, Llega a la República Argentina en 1927 y,
después de terminar sus estudios, recorre varios países de la América del Sur y
toma contacto con el arte prehistórico y con la realidad del hombre autóctono
americano. Después de la segunda guerra mundial, viajó por Europa y conoció de
cerca las obras de los arcaicos griegos, de los etruscos, de los románicos, de
los góticos, de los renacentistas y de los escultores "intrépidos" de
nuestros días. Figurativo en sus primeros trabajos, Badii renuncia a las formas
clásicas y tradicionales y busca su expresión individual combinando la materia
rugosa con la superficie pulida, desnuda, abstracta. "Badii siente, por un
lado, la fuerza emotiva, sensible, que lo centra en la expresividad y, por el
otro, el concepto puro que lo conduce a la abstracción, a la forma pura en el
espacio" (Romualdo Brughetti). Badii, distinguido por el Premio Palanza en
1949, realizó varias exposiciones individuales y la última (18/8-19/9/1962) en
el Museo Nacional de Bellas Artes, auspiciada por el Fondo Nacional de Bellas
Artes. Resultan interesantes los juicios de ese talentoso creador plástico,
cuyos conceptos difieren de los de Mestrovic. En su moderno taller, donde se
hallan composiciones abstractas y geométricas al lado de sus trabajos
figurativos anteriores, Badii contesta con espontaneidad y sencillez nuestras
preguntas.
¿En qué medida
influyó Mestrovic en las corrientes plásticas argentinas?
"La
influencia de Mestrovic en la Argentina fue integrada en la década del 1930 al
1940 por una sucesión de informaciones que hicieron impacto en nuestro medio.
En esa década, siendo yo estudiante, recuerdo que en nuestras conversaciones
con los maestros se entabló el problema plástico referente a la obra de
Mestrovic. Hay que tener presente que esas informaciones nos llegaban en un
período en que todas nuestras enseñanzas eran muy barrocas. Al ver, a través de
las reproducciones gráficas, la obra de Mestrovic, su aplicación de una visión
de su composición plástica, era lógico que yo, ávido de nuevas formas, sintiera
en mí un impulso de admiración. Efectivamente, si nosotros miramos las obras
ejecutadas en ese decenio por varios artistas argentinos, notaremos que esas
reproducciones gráficas de la obra de Mestrovic tuvieron cierta
repercusión".
A su juicio, ¿qué
puesto le corresponde a Mestrovic en la historia de las artes plásticas de
nuestro siglo y a qué se debe la disminución de su fama e influencia después de
la segunda guerra mundial?
"Desde el
principio de nuestro siglo las grandes corrientes creativas del arte, en el
suceder de los acontecimientos hicieron que dichas corrientes, que en principio
fueron rechazadas, tomaran tanto vigor que toda obra que en aquel entonces se
consideraba fuertemente creadora, fuese cayendo por esa misma fuerza de
creación en eclosión. La obra de Mestrovic se ha sentido arrollada por estas
últimas visiones del espíritu plástico en general. En su época de esplendor,
sin duda alguna fue fuerza esclarecedora entre el barroquismo imperante y las
nuevas visiones que tomaban cuerpo dentro del quehacer artístico. Lástima que
ese gran escultor no sintiera la preponderancia de nuevos conceptos plásticos.
"A
principios de nuestro siglo en la escultura domina Auguste Rodin. De ese punto
central se bifurcan dos caminos, dos corrientes en las artes plásticas
modernas. Los exponentes más notables de la primera corriente son: Despiau
(década 1900), Maillol (década 1910), Bourdelle (década 1920) y Mestrovic
(década 1930), y las figuras más representativas de la segunda corriente
serían: los cubistas Lipschitz, Laurens y Archipenko (década 1910), luego
Brancusi (1930) y Posner (1950). Mestrovic, por lo tanto, es el último gran
representante y paladín del arte figurativo".
La lucha por la independencia de Croacia vista por un
periódico alemán
El diario alemán Deutsche
Soldaten und Nazional-Zeitung, editado en Munich, publicó el 22/9/1962 un
artículo informativo titulado "Mientras haya un solo croata el pensamiento
de una Croacia independiente y libre vive". En dicho artículo, con el
conocimiento de fuentes y circunstancias, se reseña la lucha de los croatas por
su independencia nacional durante la última guerra. Lo transcribimos a
continuación a razón de su enfoque imparcial, no obstante ciertas inexactitudes
inevitables en un prieto análisis de tan complejas relaciones,
El Estado croata,
fundado hace 21 años, el 10 de abril de 1941, y desaparecido el 15 de mayo de
1945, existía solamente durante 4 años. Y sin embargo estos cuatro años viven
tan en la conciencia de la nación croata que se siente siempre ligada a la
cultura centro-europea, así como este pueblo se aferrará a la idea de Estado
libre y soberano hasta que haya un solo croata.
Croacia
perteneció una vez a la monarquía Austro-Hungría, y cuando los pueblos de la
vieja Austria fueron clasificados como vencedores y vencidos, Croacia fue
considerada entre estos últimos y, por lo tanto, entre los que no tenían
derechos. En contra de su voluntad fueron presionados, en base la entonces
política colonial europea, en el recién fundado reino llamado de los Servios,
Croatas y Eslovenos, al que el rey Alejandro, asesinado en Marsella, decretó el
nombre de Yugoslavia el 6 de enero de 1929.
Todos los
intentos croatas, tanto democráticos como parlamentarios, con la mira de dejar
este Estado tan adiado en forma legal, fracasaron desde 1918 a 1941, por obra
de métodos brutales de opresión, que culminaron con el asesinato de su rey no
coronado Esteban Radic, junto con los diputados Pavle Radic y Gjuro Basaricek,
en el Parlamento de Belgrado, derribados a balazos por el diputado servio
Punisa Racic.
Desde este
asesinato, perpetrado en el seno del Parlamento, método de guerra hasta
entonces desconocido en la historia parlamentaria europea, las esperanzas de
los croatas se centraron en una revolución. El primer intento fracasado,
conocido como el levantamiento de Velebit, fue organizado en 1932 por el futuro
dirigente del Estado croata, Dr. Ante Pavelic. El levantamiento no tuvo éxito,
pues el momento no era aún propicio y por cuanto el movimiento ustasha,
dirigido por Pavelic, era demasiado limitado y poco importante.
Yugoslavia
practicó, en el período comprendido entre ambas guerras mundiales, una política
de "balanceo", siempre apoyada en las entonces grandes potencias
europeas. Este ejemplo típico de un Estado débil y artificial vivió entonces
como hoy de continuos créditos, ayudas y préstamos. Tomados de donde se
conseguían, situación que no ha variado hasta el presente.
Al tomar las
potencias del Eje la supremacía de Europa, la política yugoslava hasta entonces
tradicionalmente franco-anglófila, se orientó hacia Alemania e Italia. Los
exponentes de esta política fueron el Dr. Milan Stojadinovic, recientemente
fallecido en la Argentina, en exilio, y su sucesor Dragisa Cvetkovic, quien
vive actualmente exilado en París. Su gobierno, que se adhirió el 25 de marzo
de 1941 al Pacto Tripartito fue derribado el 27 de marzo de 1941 por el golpe
(Putsch) del general de aviación Dusan Simovic.
La caída empezó
con una demostración de oficiales, estudiantes y pueblo servio, en las calles
de Belgrado, cuando la multitud gritaba: "Mejor guerra que pacto". El
golpe (Putsch) fue organizado por el general de aviación Bora Mirkovic, quien
recibió como único ex general yugoslavo, actualmente en Inglaterra, la pensión
de brigadier. El golpe fue financiado, según Seaton Watson, por el Intelligence
Service inglés y, tal como se conoce por otras fuentes de información, también
por el jefe del Office of Strategic Services, entonces coronel, luego general
William Donovan. Se dice que los dirigentes recibieron para su golpe 500.000
libras esterlinas y también una suma desconocida de dólares norteamericanos.
De cualquier
modo, Churchill indujo en error a la opinión pública mundial, cuando el 27 de
marzo de 1941 explicó a la Cámara de los Comunes que Yugoslavia "ha
encontrado finalmente su alma".
Además del
gobierno de Cvetkovic, también el príncipe Pablo de Yugoslavia fue derribado
por los golpistas, quienes entronizaron al aún menor de edad Pedro II. Es
significativo que la proclamación del trono, dirigida a los pueblos de
Yugoslavia, fue leída por un joven teniente servio de nombre Jakov Jovovlc, sin
conocimiento del recién entronizado rey que dormía en ese momento.
Mientras en
Belgrado se llevaban a cabo demostraciones y el agregado militar alemán era
escupido por oficiales servios durante el Tedeum para el nuevo rey, imperaba en
Croacia un silencio de muerte. La calma antes de la tempestad.
Simovic personalmente
hizo aclarar por su ministro de Relaciones Exteriores, Momcilo Nincic, que su
gobierno reconocía todos los acuerdos firmados, inclusive la adhesión yugoslava
al Pacto Tripartito, mientras que una delegación yugoslava mantenía tratativas
en Moscú. El 6 de abril de 1941 llegó la contestación alemana: Con un fuerte
bombardeo de Belgrado, dirigido por el general Löhr, empezaba el movimiento de
tropas contra Yugoslavia, que terminará, con gran sorpresa de la opinión
pública mundial, más rápidamente que el ataque contra Polonia. Un intento de
Inglaterra para penetrar a través de Grecia, a fin de ayudar a Yugoslavia,
fracasó en igual forma que el ataque por Noruega.
Los croatas no
querían morir por Yugoslavia. Ellos habían fundado, aún antes de la entrada de
tropas alemanas, repúblicas croatas independientes en Cakovec y Bjelovar, Los
que habían desertado por convicción, desarmaron junto con los miembros de la
milicia campesina y urbana, una organización paramilitar del Partido Campesino,
a las pocas unidades y regimientos dispuestos a luchar. Al lado de esta milicia
campesina y urbana se afianzó también como grupo más reducido pero más radical,
el movimiento ustasha del Dr. Ante Pavelic, que fue dirigido por el futuro
mariscal de campo Slavko Kvaternik.
Ni Hitler ni
Mussolini, considerados en la propaganda aliada, aún hoy, como fundadores del
Estado Croata, habían esperado o exigido un levantamiento similar en Croacia.
Hitler personalmente era más bien amigo de Yugoslavia y de los servios, a
quienes él llamaba "Prusianos de los Balcanes". Más aun, él y
Mussolini habían entregado a su amigo común Stojadinovic a partidarios del
movimiento ustasha y al desatarse la guerra contra Yugoslavia la mayoría de los
croatas de Italia y Alemania fueron internados en campos de concentración.
Sin embargo, los
Aliados denominaron fascistas a los croatas, porque se adhirieron a las
potencias del Eje. En realidad, nunca existió en Croacia un partido fascista, y
con el mismo criterio podría llamarse comunistas a las potencias occidentales,
por haber sido en su tiempo aliados de Stalin.
Ya el 8 de abril,
solamente 5 días después de su partida de Zagreb, el dirigente del partido
campesino, Macek, había aparecido nuevamente en la Capital croata, la que fue
alcanzada por tropas alemanas el 10 de abril de 1941. En la tarde del mismo
día, fue visitado en su domicilio por dos representantes alemanes. Iban para
aclarar a Macek que el ejército alemán había traspasado todo el poder en
Croacia al entonces coronel Slavko Kvaternik y que éste había proclamado, de
conformidad con los planes del Reich alemán, una Croacia independiente. Le
solicitaron al mismo Macek dirigir una proclama al pueblo croata, para que se
mantuviese en calma y apoyara a las autoridades del nuevo Estado, lo que él hizo.
Con la
proclamación del nuevo Estado independiente croata, en Zagreb, el 10 de abril
de 1941, cesó la monarquía de Yugoslavia. Ocho días más tarde el general
Kalafatovic firmó la capitulación.
El 15 de abril
apareció en Zagreb el dirigente del movimiento ustasha, Dr. Ante Pavelic, y
recibió de Kvaternik el mando del nuevo Estado, que mantuvo en sus propias
manos hasta su triste final Fue aceptado por Hitler y Mussolini como dirigente
de este nuevo Estado después de haber rechazado Macek tomar el mando de las
manos de Hitler.
Lo que siguió
después fue la tragedia de una nación, la que había luchado, aún estando
perdida, encarnizada y tenazmente por su libertad. "Nos daba lo mismo
quien abriera las puertas de nuestra prisión", piensa aún hoy la mayoría
de los dirigentes de los emigrantes croatas. Divisiones croatas lucharon
durante la segunda guerra mundial al lado de las tropas alemanas en contra del
comunismo. Los croatas renovaron en todas partes su antigua fama de soldados y
demostraron su lealtad tradicional. También en Stalingrado.
El Estado
Independiente Croata sobrevivió solamente en pocos días a la capitulación
alemana. El último comunicado de guerra de Tito fue dado a conocer el 15 de
mayo de 1945, cuando en Odzaci, Bosnia, la última resistencia organizada por
los restos del ejército croata estaba siendo liquidada. El largo Vía Crucis de
las fuerzas armadas croatas y del pueblo croata había empezado. Un Katyn que
sobrepasó en mucho al polaco.
El Estado croata
ha muerto, pero su idea vivirá hasta que también a este pueblo europeo le sea
reconocido su derecho de autodeterminación.
Los obispos
católicos de Yugoslavia, reunidos en la conferencia plenaria anual en Zagreb,
capital de Croacia, dirigieron el 13 de septiembre de 1962 al Consejo Ejecutivo
Federal (Gobierno Federal) de Belgrado el siguiente memorándum, que
reproducimos textualmente en versión castellana como nuestra primicia
exclusiva:
"Nos
encontramos en vísperas de la promulgación de la nueva Constitución. El
Episcopado católico no conoce todavía su proyecto. Sin embargo, como
probablemente en esa oportunidad se fijarán nuevas normas para la problemática
eclesiástico-religiosa, el Episcopado Católico de Yugoslavia, reunido en sus
conferencias plenarias anuales, considera de su deber, teniendo en cuenta
anteriores experiencias, atraer la atención del Consejo Ejecutivo Federal sobre
ciertos problemas de importancia vital para el futuro de la Iglesia. Católica
en Yugoslavia.
El Episcopado
Católico debe insistir, como lo hizo hasta ahora, en la plena libertad de
religión, no sólo en lo concerniente al culto sino a todas las demás
obligaciones que hacen a la integridad de la vida religiosa en la práctica.
En esta ocasión debemos
destacar que nuestros fieles y sacerdotes se quejan cada día más de que a ellos
y a sus hijos se les impide, so pretextos varios, el ejercicio de los deberes
religiosos, y especialmente la asistencia a la santa misa los domingos y días
festivos. Dichas trabas se hallan por doquiera: en las instituciones y
empresas, en las colonias de vacaciones de niños y particularmente en los
hogares infantiles. Algo parecido podríamos decir respecto a los jóvenes
conscriptos. Si bien en los últimos tiempos no son tan frecuentes los casos que
a los conscriptos enrolados se les prohibe formalmente ejercer sus deberes
religiosos, en el ejército prevalece la convicción de que la religiosidad
práctica contrasta con los deberes y el honor del soldado yugoslavo. La libertad
religiosa, conforme a nuestras garantías constitucionales, debería, en opinión
del Episcopado, manifestarse también en ese ámbito.
Asimismo el
Episcopado conoce casos, lamentablemente asaz frecuentes, en que los hijos de
padres católicos tropiezan con dificultades en la asistencia regular a la
enseñanza religiosa. Eso vale particularmente para los pequeños alojados en los
hogares.
Nuestros fieles
sienten con sumo dolor no poder festejar ni su fiesta religiosa más grande, la
Navidad. El Episcopado presentó oportunamente sus quejas y deseos sobre el
particular, pero sin éxito. Esta vez los reitera esperanzado de que, por fin,
se atenderá ese pedido justificado de la Iglesia y los fieles.
Los Obispos
sienten como una dificultad especial el hecho de que, incluso hoy, algunos
seminarios (en Rijeka, Split, etc.) no pueden servir a su finalidad, sea por
haber sido nacionalizados, sea por estar ocupados.
Igual dificultad
constituye para el Episcopado el hecho de que los órganos pertinentes a duras
penas otorgan permisos para la erección de iglesias y otros edificios,
especialmente en las ciudades.
Al Episcopado
Católico le preocupan de modo peculiar los indicios que, a raíz de la reforma
de la enseñanza, escolar, en la legislación docente se insertaría un decreto según
el cual la Iglesia podría aceptar en sus seminarios y escuelas religiosas
únicamente a aquellos aspirantes que ya terminaron el bachillerato. Ello, en
opinión del Episcopado, imposibilitaría totalmente la educación e instrucción
regular de los aspirantes a sacerdote conforme lo prescribe el derecho
canónigo. A semejante tendencia, en caso de existir, el Episcopado se opondrá
enérgicamente.
El Episcopado
Católico de Yugoslavia abriga la esperanza de que la nueva Constitución no contendrá disposición alguna que contraste con los derechos
de la Iglesia sino que toda eventual estipulación legal, procurando las
relaciones normales entre la Iglesia y el Estado, garantizará y respetará
íntegramente los inalienables derechos de la Iglesia y de sus fieles.
Formulando esas
observaciones, impulsado por el deseo de que sirvan, según queda dicho, a las
relaciones normales entre las autoridades estatales y eclesiásticas en nuestro
país, el Episcopado Católico saluda atentamente al Consejo Federal Ejecutivo.
Siguen las
firmas.
En Croacia
circula, reproducido en muchísimas copias, el mensaje que los representantes
reunidos de los funcionarios islámicos de Bosnia-Herzegovina y de la Comunidad
Religiosa Islámica en Yugoslavia dirigieron a sus feligreses. En dicha circular
se describe la precaria situación de la comunidad religiosa islámica en la
Yugoslavia comunista especialmente en Bosnia y Herzegovina, donde vive
alrededor de un millón de musulmanes de nacionalidad croata, constituyendo un
tercio de la población de esta "república popular". Reproducimos la
aludida circular de acuerdo a la versión publicada en los periódicos de los
exilados croatas Bosanski Pogledi (Enfoques Bosnios), Londres,
octubre-noviembre 1962; Danica, Chicago, 5 de diciembre 1962,
Hrvatski Glas, Winnipeg, Canadá.
"Los
funcionarios infrascriptos de la Comunidad Religiosa Islámica, reunidos en la
asamblea de los representantes de distintas comunas musulmanas de la república
de Bosnia y Herzegovina, consideramos de nuestro deber musulmán dirigir, con
motivo de esta reunión unas cuantas palabras a nuestros hermanos musulmanes,
que tal vez reciban esta circular.
La Comunidad
Religiosa Islámica ni es competente ni está autorizada para impartir instrucciones
a sus miembros respecto a cómo deben arreglar sus problemas políticos y
financieros, mientras esos problemas se ajusten a las prescripciones de los
principios islámicos. Pero en las circunstancias actuales, consideramos de
nuestro deber llamar la atención de los hermanos musulmanes sobre ciertos
problemas que podemos, con la ayuda de Alá y esfuerzos aunados solucionar. Ya
en la última fase de la guerra de liberación nacional (término oficial para las
guerrillas comunistas, N. de la R.), nuestro gobierno había declarado que
respetaría la libertad de religión y de conciencia, como asimismo la propiedad
privada. El gobierno de la República Popular de Bosnia y Herzegovina adoptó al
comienzo esos principios, pero siempre a través de la prensa daba a entender que,
en su opinión, la situación imperante en la Comunidad Religiosa Islámica no era
satisfactoria. Como el nuevo espíritu de la administración contradecía el
estatuto y los derechos de la Comunidad Religiosa Islámica garantizados hasta
entonces, por eso, en parte, perjudicial en cuanto a
la aplicación de los principios del Sublime Islam, nos esforzamos por convencer
a los órganos competentes de que deberíamos resolver varios entredichos entre
nosotros sin mucho ruido. En ese sentido obtuvimos promesas de las autoridades
superiores de que se procedería de conformidad. Pero, pese a nuestros empeños,
la situación se agravaba. Mirando retrospectivamente la situación de la
Comunidad Religiosa Islámica, debemos exponer con franqueza todas las
dificultades e inconvenientes que soporta la Comunidad.
Nuestro problema
más grave es la falta de almuecines y su difícil situación económica, Durante
la guerra, gran número de los funcionarios religiosos rurales y provinciales,
como almuédanos, oficiales de registro y predicadores (imama, hatiba,
imama-bativara, muderrisa y vaiza) fue muerto o desapareció. No nos es posible
suministrar datos exactos sobre los funcionarios religiosos asesinados y
degollados, pero podemos decir que su número supera en mucho el de los que
sobrevivieron. Incluso después de la guerra hubo muchos dignatarios religiosos,
muy capaces y altamente calificados, que fueron encarcelados y condenados a
largo presidio o incluso a muerte, sin haberse probado su culpabilidad y sin
asistirles el derecho de defensa que se concede a los peores delincuentes. La
nómina de esa gente es bastante larga y es muy difícil reponerse de su pérdida.
Todavía no sabemos, ni nos fue explicado, por qué muchos de ellos fueron
procesados, si no es por tener opinión política diferente a la de los
detentadores del actual régimen. Todavía, amados hermanos, hay muchísimos
dignatarios musulmanes en las penitenciarías, condenados a trabajos forzados
por muchos años. En dichos penales impera tal situación por obra de hombres que
en ningún caso, ni con mucho, son dignos de la condición de un ser humano, ni
siquiera de la escoria humana (mahluk).
La situación de
la prensa religiosa islámica constituye otro agravio grave e irrecuperable, que
nos infligió el elemento irresponsable. De los numerosos periódicos musulmanes
que publicábamos antes ahora sale uno solo: El Vocero de la Comunidad
Religiosa Islámica ("Glasnik Islamske Vjerske Zajednice"). Cuando
se solicitó su ampliación, nuestro pedido fue denegado por presunta escasez de
papel y por dificultades gráficas. Todas las imprentas musulmanas se hallan
clausuradas.
Un golpe aún más
duro para nosotros es la situación en las escuelas religiosas musulmanas. La
dirección de las fundaciones religiosas (Vakuf) construyó y mantuvo con enormes
gastos numerosas escuelas primarias y secundarias (mejtefe y medrese) Por esas
escuelas pasaron miles y miles de escolares campesinos, urbanos y obreros;
actuales ulemas y artesanos de todas las profesiones. Actualmente, esas escuelas,
incluyendo el liceo religioso (seriat) y la escuela superior
religioso-teológica, están cerradas. En cuanto a la enseñanza religiosa de los
niños musulmanes en las escuelas, se asestó a la Comunidad Religiosa Islámica
el golpe más duro. En todas las escuelas la enseñanza religiosa no es
obligatoria. En todas las escuelas primarias y secundarias la enseñanza
religiosa fue reducida a una hora por semana, mientras que en las clases
superiores de las secundarias se suprimió totalmente. Ese hecho lo explicaron
invocando el principio de la llamada libertad de conciencia. La enseñanza
religiosa, la religión y toda moral divina fueron declaradas medievales y
perimidas. Como "Glasnik" se halla bajo el control estricto del
censor oficial, la Comunidad Religiosa Islámica carece de informaciones y no
tiene la posibilidad de discutir con los órganos pertinentes si tiene derecho a
una existencia normal o todo eso es mera propaganda para suministrar pruebas al
extranjero sobre la tolerancia y la transigencia de las autoridades. Nuestra
juventud musulmana, esperanza y futuro del Islam en este rincón del mundo,
afronta el mayor peligro. La nueva moral priva a los padres del derecho de
controlar a sus hijos (parece que para ello hay personas más competentes), de
modo que la juventud pasa su tiempo libre en fiestas y bailes, danzando y
bebiendo, sin que nadie diga cuántos peligros acechan a la moral general con
semejante vida relajada. Las estadísticas referentes a los hijos
extramatrimoniales y a las enfermedades venéreas, a que están expuestas
nuestras menores, constituyen la mejor prueba de que ese sistema persigue la
destrucción moral de la nación y de la Comunidad Religiosa Islámica, quieran o
no reconocerlo los órganos responsables. Aún más doloroso es el aumento, aumento
muy peligroso, de matrimonios entre musulmanas y no musulmanes. Los órganos
superiores alientan esos casamientos, lo que significa para nosotros el
exterminio total del Islam, de nuestra patria. La práctica de las oraciones
cada viernes a mediodía (Dzuma namaza) y la asistencia a las prédicas de
ramadán, quedan casi siempre descartadas debido al horario oficial, a las
reuniones, asambleas y mítines, que precisamente en esas horas y fechas tienen
lugar. Asimismo la juventud, está obligada a tomar parte en los llamados
trabajas a destajo durante las más importantes fiestas musulmanas y en horas en
que debería estar reunida para cumplir con sus deberes religiosos.
Como hace tiempo
están suprimidos los tribunales seriat y suprimido totalmente el derecho seriat,
implantado el matrimonio civil, que casi en todos sus aspectos contraría la
ética islámica, ocurre que una mujer se case con dos o tres hombres, que de uno
se divorcie sin saber quién es realmente el padre de su hijo. Qué consecuencias
tendrá ello para una vida familiar normal, base principal de todo progreso de
una nación y de un Estado, nos lo testimoniará el futuro inmediato. ¡Cuántos
niños serán privados de una correcta y moral educación familiar y cuántos
desamparados de ese modo se convertirán en la carga de la comunidad y del
pueblo!
La reforma
agraria, tal como fue aprobada por la Asamblea Nacional, significa gran
injusticia para la Comunidad Religiosa Islámica. Todos los bienes de los Vakufi
(fundaciones religiosas) procedían de las fundaciones y eran propiedad de la
comunidad. Con sus recursos se mantenían cocinas para los pobres, mezquitas,
escuelas primarias y secundarias y orfanatos. Con ellos se sostenían
funcionarios de los Vakufi y de la Comunidad Religiosa Islámica. La reforma
agraria arrebató a Vakufi todas sus tierras, con los implementos pertinentes
sin compensación alguna, como si Vakufi y la Comunidad Religiosa Islámica las
hubiesen robado. Semejante reforma agraria hizo imposible el mantenimiento
normal de las instituciones religiosas musulmanas, la conservación del espíritu
musulmán en nuestro pueblo. También se imponen cargas fiscales Al mantenimiento
de las instituciones existentes a costa de los fieles, cuyos ingresos por sí se
ven reducidos por la difícil situación económica del país. Aborrecemos
particularmente el espíritu ateo y materialista que actualmente se propaga
oficial y no oficialmente en nuestra patria.
Nosotros, los
ulemas, como doctores de la Ley custodios del Islam y representantes de la
religión, condenamos ese espíritu materialista, del que la humanidad no debe
esperar nada bueno. A la vez condenamos todas las ideologías y todos los
sistemas sociales basados en la filosofía atea y el laicismo.
En vista de la
presión moral y material que con malas intenciones se ejerce sobre la Comunidad
Religiosa Islámica, se deduce claramente que los musulmanes en la República
Federal Popular de Yugoslavia se hallan en una situación muy distinta de la
anterior. La situación actual de los musulmanes difiere únicamente por su
nombre de una persecución abierta y de la prohibición del Islam.
Pase con nosotros
lo que pase, miramos el futuro con fe firme y esperanza, pues nos hemos
convencido miles de veces que las amplias masas populares permanecen adictas a
las prescripciones divinas y están tan arraigadas en 'la religión y tradiciones
éticas que ni la propaganda atea más intensa puede modificar sus convicciones.
Entregámosles estas palabras, hermanos musulmanes, con la mejor intención y sin
deseo alguno de provocar un conflicto con las autoridades nacionales. Nuestras
proposiciones se han hecho públicas con el ánimo de normalizar las relaciones y
sin intención de agitar los espíritus. Por eso exigimos la plena libertad de la
prensa musulmana, de las escuelas religiosas musulmanas y la enseñanza
religiosa libre en todas las escuelas primarias y secundarias. Pedimos que se
restituyan los tribunales de nuestra comunidad religiosa y se prohíban
matrimonios mixtos a las musulmanas, por lo menos hasta que alcancen la mayoría
de edad. Solicitamos que se restituyan los bienes confiscados de Vakufi, se
edifiquen y reconstruyan todas las mezquitas destruidas o transformadas y,
entre las primeras, la mezquita de Zagreb. Reclamamos la autonomía de la
Comunidad Religiosa Islámica, pues únicamente de esa manera la población
musulmana recobrará la confianza en la autoridad nacional y en sus buenas
intenciones. Esperamos haber dicho lo que oprime el pecho de cada musulmán y
que nadie puede tildarnos de parciales o mezquinos. Con el deseo e invocación
de que el Todopoderoso y Misericordioso Alá nos señale el verdadero camino y
nos dé paciencia y consuelo en el año nuevo 1382 después de Hidzra mes de
Muharrem.
En nombre de los
ulemas de Bosnia-Herzegovina y en nombre de la Comunidad Islámica Religiosa en
la República Federal Popular de Yugoslavia, al finalizar la reunión con
numerosos musulmanes prestigiosos de las filas obreras, artesanales y docentes,
hemos firmado la presente carta circular, poniendo en conocimiento de nuestros
hermanos la situación real de la Comunidad y de su futuro incierto si cada uno
de nosotros no contribuye para que mejore este estado de cosas.
Dado en Sarajevo,
el 16 de junio de 1962.
Siguen las firmas
de: Hafiz Ibrahim Proho, Hafiz Kamil Silajdzic, Hadzï Masid, Hadzi Muhamed
Begler, Abdullah Dervisevic y Hadzi Hafiz S. Sahacic.
Instituto Croata Latinoamericano de Cultura
Del 12 al 19 de
noviembre último se celebró en Buenos Aires la Semana de las Naciones Cautivas
Europeas (ANCE) que contó con el permiso y la adhesión del gobierno argentino.
Coincidiendo con esos actos y con la presencia de los delegados del comité
central de la Asamblea de las Naciones Unidas se anunció públicamente la
constitución de la Asociación Argentina de Amigos de la ANCE, integrada por
destacadas figuras en la vida política y cultural de la República Argentina.
Con ese motivo se solicitó del gobierno argentino que elevase su voz de
protesta en las Naciones Unidas "contra el absurdo y la anormalidad de
mantener históricas naciones sometidas al cautiverio y a la esclavitud",
víctimas del colonialismo soviético en la Europa, Centro-oriental.
Como es sabido,
en las actividades de la ANCE no toman parte los exilados de Yugoslavia lo que
se presta a interpretaciones confusionistas, como si los pueblos de la
Yugoslavia comunista no sean tan cautivos como los demás pueblos bajo los
gobiernos comunistas. Semejante discriminación favorable a la dictadura
comunista yugoslava, por parte de una entidad internacional anticomunista tan
prestigiosa como ANCE, constituye una de las más flagrantes anomalías en lo que
concierne a la posición ambigua de Belgrado después de la exclusión del Partido
Comunista Yugoslavo del Cominform.
El Instituto
Croata Latinoamericano de Cultura, lamentando esa absurda situación, dirigió el
14 de noviembre último un memorial al Dr. Brutus Coste, secretario general de
la ANCE señalando lo insostenible de tal práctica perjudicial para la misma
organización. Copias de dicho memorial fueron entregadas al Dr. Walter J.
Perkins, presidente de la Asociación Argentina en pro de la Autodeterminación
de Pueblos y al Dr. Manuel V. Ordóñez, presidente de la Asociación Argentina de
Amigos de la ANCE. Las ilustres personalidades argentinas mostraron gran
comprensión el punto de vista croata sobre el particular.
A continuación
transcribimos el texto del memorial dirigido al Dr. Brutus Coste:
El Instituto
Croata Latinoamericano de Cultura, que agrupa a los exilados croatas y a los
argentinos de ascendencia croata, se complace en saludar en su persona al
distinguido representantes de la Asamblea de las Naciones Cautivas Europeas,
haciendo votos por el éxito rotundo de sus nobles esfuerzos encaminados a
obtener la comprensión, solidaridad y apoyo del pueblo y Gobierno de la
República Argentina en la lucha por la liberación y autodeterminación de los
pueblos europeos en el cautiverio comunista. Deseando tan sólo que ese empeño
tan necesario como útil cuente con un respaldo unánime nos permitimos señalar
una ausencia en los actos con motivo de la Semana de las Naciones Cautivas
Europeas, ausencia injustificada y perjudicial para la causa de los países
oprimidos.
Trátase de la
ausencia de los pueblos oprimidos en Yugoslavia, notada por destacadas figuras
en la vida pública argentina ya en la ceremonia inaugural cuando ante el
monumento al Libertador General José de San Martín al lado de los
representantes y las banderas izadas de Albania, Bulgaria, Checoslovaquia,
Estonia. Hungría Letonia, Lituania, Polonia y Rumania, no figuraban ni
representantes ni banderas de los pueblos cautivos de Yugoslavia víctimas de la
tiranía comunista tanto como las naciones mencionadas.
Muchos notaron la
ausencia de Croacia, que participa activamente en los frecuentes actos
organizados por los representantes y organismos de las naciones cautivas. En
este país, la lucha de los pueblos oprimidos de Yugoslavia y especialmente del
croata, no es desconocida, pues aquí se halla radicado un nutrido grupo de exilados croatas, activo y bien organizado. Nuestro
Instituto, verbigracia, patrocina la revista Studia Croatica, editada en
castellano, que se ocupa de los problemas de las naciones esclavizadas por los
comunistas. El público argentino, partiendo del principio de que la libertad es
indivisible, no puede separar la lucha de los pueblos de Yugoslavia por su
liberación de la misma lucha de los países integrantes de la ANCE de modo que
se impone el interrogante: ¿Cómo es posible que dentro de ANCE se haga
discriminación en detrimento de los pueblos sometidos en Yugoslavia, o sea en
favor de la Yugoslavia comunista?
Esa pregunta le
fue formulada espontáneamente en la conferencia de prensa en el City Hotel.
Usted contestó correctamente que en Yugoslavia están "suprimidos los
derechos de la autodeterminación" y que su pueblo "debe ser ayudado,
pues su derecho es similar al de cualquier otro pueblo de la tierra" (La
Prensa, 12-XI-1962). Su clara y definida posición nos alienta a exponerle
las razones en favor de la participación de los pueblos de Yugoslavia en la
labor de la ANCE, excluidos hasta hoy.
Si después de la
Resolución del Cominform de 1948, tomada contra la jefatura del Partido
Comunista yugoslavo, se pudo creer procedente y aconsejable tomar una actitud
flexible y expectante hacia la Yugoslavia comunista, bajo el supuesto de que su
"comunismo nacional" podría favorecer los intereses del mundo libre,
tales razones y premisas son insostenibles ahora. Hasta los gobiernos
democráticos que prestaron cuantiosa ayuda a la Yugoslavia comunista han
reiterado últimamente que el gobierno de Belgrado es tan comunista que el del
Kremlin. A mayor abundamiento, la Yugoslavia comunista actúa solidariamente en
todos los problemas capitales de la política internacional con la Unión
Soviética. Se solidarizó de manera escandalosa con la represión soviética de la
revolución húngara, y ahora con la posición soviética en la crisis cubana. En
vísperas de la crisis del Caribe, el 3 de octubre último, Tito y Breshnev,
Presidente del Soviet Supremo, dieron a publicidad una declaración conjunta en
la que quedó manifiesta la solidaridad de ambos gobiernos con la dictadura
comunista en Cuba, En la misma declaración invitan al gobierno de Washington a
que normalice sus relaciones con Cuba sobre los principios de "la
coexistencia pacífica".
Resulta obvio,
pues, que los pueblos de Yugoslavia no pueden ser excluidos de una acción
internacional que brega por el reconocimiento del derecho a la
autodeterminación de todos los pueblos europeos bajo el yugo comunista. Si es
un absurdo cuando los comunistas insisten en el reconocimiento de ese mismo
derecho a todos los pueblos afroasiáticos, mientras sostienen el colonialismo
soviético en Europa, resulta aún más absurdo que un país relativamente pequeño
como Servia mantenga en dependencia colonial a pueblos enteros y a numerosas
minorías nacionales y siga recibiendo no sólo abundante asistencia material,
sino también apoyo moral por parte de los gobiernos democráticos. Además, se
procura ocultar que Yugoslavia, por su estructura y su forma de gobierno no es
sino una edición minúscula y deteriorada de la Unión Soviética. En tanto que la
Unión Soviética reconoce, por lo menos formalmente, la independencia de algunas
naciones representadas en la ANCE, el gobierno de Yugoslavia despoja del
derecho de autodeterminación a varios pueblos y a numerosas minorías
nacionales, particularmente la albanesa y la húngara.
La ausencia de
los representantes de los pueblos oprimidos de Yugoslavia en la ANCE se
justifica a veces alegando que los exilados de Yugoslavia no lograron formar un
cuerpo representativo (imposible de constituir por la sencilla razón de que no
existe un pueblo de Yugoslavia) y que incluir por separado a los representantes
de cada pueblo, por ejemplo a los croatas o eslovenos, ello significaría
declararse por el desmembramiento de un país independiente, reconocido por
todos entre las dos guerras, que es también víctima de la agresión comunista.
Tales criterios
serán inobjetables si en caso de Yugoslavia se tratara de un Estado nacional.
Pero una aplicación rigurosa de esos criterios en el caso de un Estado
plurinacional como Yugoslavia, creado en 1918 y restaurado en 1945 mediante la
violación de los derechos de la autodeterminación política y nacional,
significa sacrificar al oportunismo político los principios fundamentales en
que se basa la labor de la ANCE. Por otra parte, el reconocimiento del derecho
a la autodeterminación a los pueblos de Yugoslavia no implica declararse por su
desmembramiento, sino por el derecho inalienable de todos los pueblos a decidir
libremente acerca de su status político.
Oponerse hoy al
reconocimiento de esos derechos equivale a adherirse a la tesis de la dictadura
monárquica yugoslava, implantada en 1929, so pretexto de preservar la unidad
ficticia del pueblo yugoslavo en la que tampoco creían los que la sustentaban.
Necesitaban esa teoría para poder justificar la hegemonía de Servia sobre los
demás pueblos y minorías nacionales en Yugoslavia y para mantener la situación
que desembocó en los sangrientos conflictos, por todos conocidos, que
aprovecharon los comunistas para tomar el poder.
Que Yugoslavia no
es un Estado nacional sino plurinacional lo reconocen hoy representantes
exilados de todos los partidos de Yugoslavia. Ningún grupo democrático niega
hoy el derecho a la autodeterminación a todos los pueblos de Yugoslavia, ni
tampoco lo hace el régimen comunista. Aún más, los comunistas subrayan que la
Yugoslavia monárquica de preguerra era un país típico de opresión nacional. En
el art. 1 de la Constitución comunista yugoslava de 1946, fiel copia de la
Constitución stalinista de 1936, se dice que Yugoslavia es "una comunidad
de los pueblos", igual que la Unión Soviética A los pueblos de Yugoslavia
"en virtud del derecho de autodeterminación" les asiste "el
derecho de separación". En consecuencia, Yugoslavia fue constituida como
una federación de las seis "repúblicas populares", fijándose los
límites de cada república de acuerdo al criterio nacional. Por la tanto las
"repúblicas populares" de Servia, Croacia Eslovenia Macedonia y
Montenegro tendrían carácter de Estados nacionales, mientras que los
territorios autónomos de Voivodina y Kosmet dentro de la República Popular de
Servia serían la garantía de los derechos nacionales de las minorías húngaras y
albanesas, respectivamente.
Desde luego que
el federalismo en un Estado comunista, gobernado en forma centralista por el
partido comunista monolítico, es mera forma sin contenido, de modo que -como
bien lo dijo usted- en Yugoslavia, hasta el presente no hubo posibilidad de
ejercer el derecho de autodeterminación. Con todo, con reconocer formalmente el
derecho de autodeterminación, los comunistas yugoslavos admitieron el carácter
plurinacional de Yugoslavia.
Implícitamente
reconocieron que Croacia, una de las naciones más antiguas de Europa, reúne
todas las condiciones para autodeterminarse. Además de la tradición estatal
milenaria, Croacia posee una cultura y una conciencia nacional altamente
desarrolladas. Croacia fue reino independiente con los reyes de la dinastía
nacional ya entre los siglos VIII y XII. Del 1102 al 1526 Croacia era reino
asociado a Hungría y luego hasta 1918 integró la monarquía danubiana de los
Habsburgo. Al término de la primera guerra mundial Croacia se vio privada del
derecho a la autodeterminación e incorporada en el Estado yugoslavo, dominado
por Servia, aunque antes Croacia y Servia nunca estuvieron en un Estado común A
Croacia le fueron negados todos los atributos soberanos, pese a que la abrumadora
mayoría de los croatas votaba en todos los comicios, entre las dos
conflagraciones mundiales, por el Programa de la república croata y pese a su
lucha tenaz y sacrificada durante la última guerra contra los comunistas y
contra la restauración de Yugoslavia. El metropolita de Croacia, cardenal
Aloysius Stepinac, recalcó ante el tribunal comunista que el pueblo croata se
ha declarado reiterada y plebiscitariamente por su Estado nacional, al que
tiene derecho por la ley humana y divina. En esa lucha por la libertad y los
derechos nacionales, los croatas dieron centenares de miles de vidas. Los
comunistas pudieron someter a Croacia empleando métodos terroristas
excepcionalmente brutales y perpetrando matanzas colectivas que tienen todas
las características de un genocidio. Muchísimos croatas tuvieron que emigrar y
hoy viven en todos los países libres del mundo. Entre ellos hay calificadas
personalidades culturales y políticas, potenciales colaboradores útiles en las
actividades de la ANCE.
Resulta, pues, que
no puede haber razones válidas para que Croacia y los demás pueblos cautivos de
Yugoslavia queden fuera de la labor y alcance de la ANCE y que, en las
circunstancias actuales, ese problema requiere urgente y justa solución. ¿Según
qué principios es lícito excluir de la ANCE a pueblos enteros, víctimas de la
tiranía comunista como los pueblos que la integran? Toda discriminación a
expensas de los pueblos cautivos de Yugoslavia pone en duda la pureza y la
justicia de los motivos e ideales de la ANCE.
Por consiguiente,
mientras saludamos con honda satisfacción sus nobles esfuerzos en promover la
causa de la ANCE en la República Argentina, consideramos que es imperioso
terminar con la discriminación, susceptible de ser interpretada como respaldo a
la política opresora que coarta los derechos de los pueblos de Yugoslavia, que
deben tener prioridad sobre la ficción de una nación yugoslava inexistente.
Sabemos muy bien
que la cuestión de la representación croata en la ANCE debe resolverla su
organismo central de Nueva York. Mientras tanto, durante la Semana de las
Naciones Cautivas Europeas en la Argentina se podrá ponen de relieve el derecho
a la autodeterminación de todos los pueblos, en cautiverio comunista sin
excepción alguna y particularmente en el anunciado pedido al gobierno argentino
para que plantee en las Naciones Unidas el drama que sufren las naciones
cautivas europeas y alegue por su pronta liberación.
Seguros de que
usted sabrá apreciar con el alto criterio que lo distingue las razones que
acabamos de exponer en nombre de este Instituto que, agrupando a los croatas
exilados y a los argentinos de origen croata, no pretende representar la causa
y los intereses de la nación croata. Lo que perseguimos es que a Croacia le
sean reconocidos iguales derechos que a las demás naciones cautivas dentro de
la ANCE.
Agradecidos desde
ya por la atención que se digne dispensar a la presente exposición y deseándole
un pronto y total éxito en sus nobles empeños en favor de los derechos y la
libertad de los pueblos cautivos con los que nos sentimos enteramente
solidarios, saludámosle, distinguido doctor, con nuestra más alta consideración
y estima.
Luis Gerzinic
En el tomo
tercero de la magnífica Enciclopedia El Ateneo se publicó una exposición
incompleta o inexacta de la literatura croata. No se trata de la incompetencia
del autor o redacción, sino de una manifestación nueva del chovinismo servio
contra Croacia. La editorial El Ateneo obtuvo una reseña, substancialmente
objetiva y equilibrada, de su colaborador Luis Gerzinic, profesor de idiomas y
literaturas eslavos, especialista esloveno calificado y ecuánime. Su artículo,
sin su consentimiento ni saber, se publicó en forma tergiversada y falsificada.
La literatura renacentista croata se agregó a la literatura eslovena, mientras
que varios prominentes escritores modernos croatas figuran como dramaturgos o
novelistas servios. La dirección de la Enciclopedia El Ateneo fue sorprendida
en su buena fe por un chovinista servio que en su proselitismo no respetó ni la
verdad histórica ni la confianza depositada en él. Lamentablemente, esos son
los métodos usuales de los propagandistas y autores servios con respecto a la
literatura, historia y cultura de Croacia.
En guisa de
ilustración publicamos la carta que el autor de la reseña, Luis Gerzinic,
dirigió el 2.I.1963 al señor Eustacio García, Editorial El Ateneo, aclarando el
papel del Sr. Petkovic en la deformación de la literatura eslovena y croata. A
pedido nuestro, el señor L. Gerzinic escribió el Complemento a la susodicha
carta que también publicamos.
Por último,
deseamos informar a las editoriales de los países hispanoamericanos que se
esmeran en ofrecer a sus lectores datos e informaciones exactos
en que pueden encontrar entre los exilados intelectuales croatas asesores
altamente calificados en cuanto a la cultura e historia de los países
sureslavos se refiere. Pues ocurre que las fuentes yugoslavas, en primer lugar
consulados y embajadas, suministran datos inexactos y deformados que favorecen
el expansionismo granservio.
Señor Eustacio García
Librería y Editorial El Ateneo
Florida 340. Buenos Aires.
De mi mayor
consideración:
Tengo el agrado
de dirigirme a Ud. con referencia al tomo III de la Enciclopedia El Ateneo en
que colaboré con los artículos sobre las literaturas polaca, checa, eslovaca,
búlgara, eslovena, croata, servia, lusaciana, austríaca y con la supervisión de
las literaturas rusa -a que agregué la literatura ucrania- y alemana.
Me alegro sinceramente
de la magnífica presentación de la obra deseándole todos los éxitos.
Entiendo que en
obras de este tipo la dirección tiene derecho y obligación a modificar las
distintas colaboraciones "siempre que ello represente alguna mejora",
ya sea dentro de los artículos individuales o en la estructura de la obra en
conjunto.
Considero, sin
embargo, que todas las modificaciones de alguna importancia deben decidirse
"previa consulta del especialista responsable", o sea, autor de cada
artículo.
Desgraciadamente,
en el caso de mis artículos no se atendían estos principios, y el resultado es
malo, en parte muy malo.
Antes de señalar
las principales desmejoras hago constar que a pesar de mis repetidas
reclamaciones y otras tantas promesas del Sr. Bozzi, no se me hizo llegar ni
una prueba de imprenta (con la excepción de la abreviada introducción a las
literaturas eslavas, que trata la cuestión ortográfica). Tampoco se me daban
informaciones sobre la marcha de la impresión hasta que supe de otra fuente que
la obra se hallaba prácticamente impresa y que ya no se podía modificar nada.
De esta fuente
supe también que en los artículos sobre las literaturas eslavas la dirección
dio plenos poderes (?) al señor Petkovic (a quien no conozco y de quien se dice
que nunca había estudiado la filología eslava).
Me hubiera
gustado conocer a este señor cuando por la primera vez apareció como supervisor
y corrector de la Enciclopedia. En una conversación directa hubiéramos podido
resolver cualquiera de sus dudas y determinar el valor real de sus objeciones.
El encuentro a
tiempo con el Sr. Petkovic me hubiera gustado tanto más cuanto la literatura
servia fue la única por la cual no conseguí (ni mediante la amable ayuda del
Dr. Debeljak) persona capacitada alguna que leyera mi artículo respectivo y
completara mis datos referentes a la actividad literaria servia después de
1941. (Todas las otras literaturas eslavas habían sido leídas por tales
conocedores -sus nombres están a su disposición- que también proporcionaron una
gran parte del material gráfico).
Pero no: ni la
dirección de la Enciclopedia ni el Sr. Petkovic sentían que lo único correcto y
lo que redundaría en el bien de la obra, sería consultar, antes de introducir
modificaciones, al autor de los artículos.
Lamentablemente,
las consecuencias no dejaron de producirse. A continuación indico las más
graves; sólo en forma muy sumaria puedo hacerlo para las literaturas croata y
servia que están desmejoradas mucho más que las otras; por el momento no puedo
hacerlo con mayor detenimiento ya que el Sr. Bozzi no me entregó precisamente
el pliego pp. 721-736 donde se encuentran estas dos literaturas aunque me envió
todos los otros pliegos en que hay artículos que redacté o supervisé.
I. -
Introducción, en petit, sobre el sistema ortográfico adoptado: de la primera
versión queda la aserción de que los nombres de las literaturas que emplean el
alfabeto cirílico se transcriben en el alfabeto latino con signos diacríticos.
Estos, como Ud. se acordará, fueron primero aceptados, pero finalmente
rechazados como una imposibilidad tipográfica.
II. - Literatura
eslovena (pp. 718-720). 1° Comienza con el capítulo intitulado: Período inicial
Eslavo -en realidad se trata de la literatura de Dubrovnik y Dalmacia, s.
XV-XVIII-, para el cual alguien escribió cual líneas de introducción, ¿Quién es
responsable de esta increíble confusión? ¿Quién sacó este floreciente período
al que se refiere la introducción a la literatura croata de la cual es uno de
los títulos de gloria, sin que ahora quede allá más que el nombre de Marulic?
2° Alguien cambió en un disparate las líneas dedicadas a Kersnik y a Ivan (no
Josip) Tavchar. 3° El más poético drama de Cankar no tiene nada que ver con la
dolce vita; su heroína se llama Dida, nombre que no tiene vinculación alguna
con la vida. 4° El artista que logró efectos únicos al asociar la sátira con el
ansia romántica no es Zhupanchich sino que es Cankar. ¿Quién separó la última
frase perteneciente a Cankar cambiándola en la primera frase relativa a Zhupanchich?
5º ¿Quién alteró el texto referente a Kette y Murn describiendo al primero con
una frase no verdadera y hueca? 6° Teniendo presente el espacio concedido a las
literaturas eslavas debería seleccionar concienzudamente los nombres. He
preferido presentar a los más representativos caracterizándolos por lo menos
con un adjetivo ajustado; una enumeración de personas de ninguna importancia en
el panorama mundial no tiene otro efecto que hacer el cuadro borroso y la
lectura desagradable. Además. había que cuidar en el
período después de la segunda guerra mundial la justa proporción entre los
poetas y escritores de calidad que están escribiendo en sus países respectivos,
y los emigrados A la caracterización de estos últimos se pegó en mi ausencia la
frase: "Además se destaca en Argentina Stanko Kociper (1917) novelista y
dramaturgo, y, en Italia, V. Kos (1915), poeta". ¿Estarán los dos
agregados de acuerdo con esta operación -cabe advertir que el segundo no es
poeta sino cantante y actor-? Pero no se trata de ello; lo decisivo es: ¿Pueden
entrar en esta selección reducida de literatos eslovenos contemporáneos, de
acuerdo con su importancia objetiva, o es que su inclusión exigiría una
cantidad de otros nombres, en Eslovenia, y en la emigración de iguales o mayores
méritos, sin detenerse en la cuestión esencial del equilibrio de todo el
artículo que tiene que ofrecer una imagen proporcionada del conjunto de la
literatura eslovena?
Mucho peor
resultó tal operación en la literatura servia, como se verá más adelante.
III. - Literatura
croata (pp. 720). No me es posible enumerar en las literaturas croata y servia
ni los principales errores y deformaciones puesto que aún no dispongo -como ya
he explicado- de los textos respectivos. Las observaciones a continuación surgen
de una rápida lectura que pude efectuar en la librería.
1° En general, la
literatura croata quedó terriblemente mutilada por el traslado de la literatura
de Dubrovnik-Dalmacia a la literatura eslovena.
2° Se le sacó
también al dramaturgo Voinovic y se lo metió en la literatura servia. Lo mismo
pasó con el premio Nobel Ivo Andric. ¿Cómo calificar actos de esta naturaleza?
¿Qué epíteto dar a la tendencia de la que nacieron?
3º Entre otras
"mejoras" me acuerdo de la afirmación de que Vidric es el mejor lírico
croata. Sin duda, una tesis interesante; pero ignoro los argumentos en que se
apoya.
IV. - Literatura
servia. Las literaturas yugoslavas -eslovena, croata y servia- salieron de mis
manos iguales en su extensión, lo que corresponde aproximadamente a su
importancia. La "supervisión" alteró completamente tal proporción. La
literatura croata quedó muy reducida al habérsele cortado partes vitales; a la
literatura eslovena se le ha pegado como ya he dicho un cuerpo extraño, al
principio, y al final dos nombres que al "supervisor" se le
antojaron. La literatura servia, en cambio, creció desmesuradamente; mas esta
ventaja cuantitativa va asociada con un desmejoramiento cualitativo. En efecto,
se perdió el equilibrio original entre distintas partes, desapareció la
proporción bien meditada entre las caracterizaciones de los distintos creadores
y épocas. El "supervisor" agregaba nombres de menores literatos donde
le cabía espacio, rompiendo de tal modo incluso la línea cronológica, agregaba
adjetivos (especialmente superlativos) y comparaciones de dudoso valor. Y al
final, en vez de completar mis datos sobre la literatura actual -si eso fue
necesario-, agregó un sinnúmero de nombres no olvidando el suyo. Si la
dirección de la Enciclopedia se decidió por adoptar este criterio en la
literatura servia ¿por qué no lo adoptó en las otras también? Se entiende que
en tal caso todos los artículos deberían reescribirse.
V. - En las otras
literaturas eslavas la "supervisión" no se nota tanto. Hay errores
tipográficos (p. e., Korneichul en vez de -k (709), Tuwin (-m, 713). Es un
desacierto la supresión de la pronunciación de los nombres como son Chelchicky
(p. 714, pron. Jelchitski), Mácha (714, -ja) Vrchlicky (715, vrj-), Chech (715,
chej), Machar (714, májar), Olbracht (716, -jt), Chalupka (716, Jálupka),
Me reservo el
análisis detallado para una oportunidad futura.
En parte pueden
subsanarse los más graves errores insertando en el tomo una "fe de
erratas. Estoy a su disposición para redactarla.
Consideré como mi
deber aclarar las etapas previas a la impresión y el estado actual de la parte
en cuestión de la Enciclopedia El Ateneo; protestar contra los procedimientos
de la dirección de la Enciclopedia con uno de sus colaboradores que más de 12
años fue también empleado de la casa; precaver contra las posibles críticas que
podrán explotar tantas -¡innecesarias!- fallas; proponer una forma que
corregiría los peores defectos y defendería la seriedad y la exactitud de las
informaciones de la Enciclopedia.
Con mucho gusto
estoy a su disposición para una conversación en que podría proporcionarle
explicaciones adicionales y en que tendríamos la posibilidad de llegar a la
verdad en los problemas que aún quedaren confusos.
Aprovecho la
oportunidad para saludarlo con mi más elevada estima.
Complemento
Logré, al
comparar en la librería mi manuscrito original y el
texto actual de la Enciclopedia El Ateneo, completar los datos de mi carta del
2/1/1963 con respecto a las literaturas croata y servia:
La literatura croata
1° Al trasladarse
Vojnovic a la literatura servia se olvidó ajustar el texto que quedó en la
literatura croata, de modo que el párrafo que termina con el poeta S. S.
Kranjcevic, sigue en la Enciclopedia otro párrafo que empieza: "A su lado
buscaban nuevos caminos el hábil hombre teatral M. Begovic..." A su lado
se refería a Vojnovic; la vinculación actual con Kranjcevic es falsa.
2° Después de
Domjanic y Matos se introdujeron dos poetas, calificándose a uno (Vidric) como
"el máximo lírico croata" y al otro (Harambasic, típico poeta del
patriotismo y de la libertad) como "el poeta de amor platónico".
3° En la
literatura contemporánea, de Sudeta se hizo Sudec, y a D. Cesaric se lo puso de
relieve con estas palabras: "...llamado el Neruda yugoslavo (¿por quién?),
con su poesía metafísica concentrada y lírica rompió la norma de los poetas
socialistas modernos".
4° Entre los
emigrados no se menciona la "Revista Croata" que en los 13 años
pasados reunió y sigue reuniendo alrededor de su director poeta Vinko Nikolic
(que tampoco se menciona) los mejores poetas y prosistas de la literatura
croata contemporánea en el exilio.
El p. Rajmund
Kupareo llegó a figurar como Kukareo.
La literatura servia
1° Al párrafo
original sobre la poesía épica popular cuya última parte habla acerca de los
intentos de ordenar los cantos de los distintos ciclos en epopeya, se añadió
otro párrafo más: "Creada más tarde (¿cuándo?), la epopeya (¿cuál?) fue dividida en 10 ciclos (!), desde la época de los
Nemanidas hasta las guerras balcánicas. Está considerada, junto con las baladas
nórdicas, como la más importante de la literatura europea (!)".
2° Njegos. A la
caracterización de su Gorski vijenac se agregó que "se ha comparado
al Martín Fierro argentino", comparación que únicamente puede crear una
idea errónea sobre la abra maestra de la literatura servia. Un poco adelante se
afirma: "En el campo de la filosofía (!), Njegos es el máximo poeta
filosófico eslavo (!)".
3º Los agregados
en la segunda mitad del artículo. En la primera hay -además de los citados
hasta ahora- un párrafo sobre el primer libro servio impreso; mención del
vocabulario de Karadzic; Glisic como humorista (al lado de Sremac y Nusic); el
epíteto "bardo servio" aplicado a V. Ilic (en cambio se suprimió la
caracterización de Santic). En el párrafo dedicado al dramaturgo Vojnovic y
sacado de la literatura croata -¡únicamente se sustituyó el atributo
"croata" con el atributo "servio"!- se introdujo
tranquilamente la frase: "El rey Nikola I Petrovic y D. Filipovic fueron
excelentes poetas patrióticos".
4° Después de B.
Stankovic se insertó el siguiente párrafo: "Stjepan Mitrov Ljubisa y Petar
Kocic representan, con L. Lazarevic, el apogeo del arte narrativo (!).
Pintaron, en sus excepcionales (!) novelas cortas, vigorosos tipos de campesinos
de sus respectivos terruños. Se destacaron además S.
Rankovic que introdujo el naturalismo en la novela, Lj. Nenadovic, con sus
descripciones de viajes, y J Ignjatovic. La crítica literaria alcanzó su
esplendor con J. Skerlic, Lj. Nedic, A. Nikolic, P. Popovic y B. Popovic. La
literatura histórica está representada por dos corifeos (!): S. Stanojevic y V.
Coravic, además de S. Novakovic, N. Vulic J. Radonic, V. Popovic, D.
Stranjakovic, G. Ostrogorski, N. Radojcic y M. Dinic".
A varios
literatos menores -¡algunos fallecidos cuando nació B. Stankovic!- se los
transforma pues, en muy importantes para añadirles luego compañía de críticos
literarios e incluso de historiadores. Tales cosas se relatan eventualmente
cuando se trata de literaturas que sólo están en sus comienzos o que contienen
escasísimos valores estéticos; para la literatura servia, sin embargo, ello es
un agravio, como también lo son las exageraciones que el lector encuentra en
las citas de todos los puntos (1° a 6°) de este Suplemento.
5° A este
párrafo-conglomerado sigue el párrafo que en el original fue colocado después
del párrafo dedicado a V. Ilic y A. Santic y caracterizaba a Ducic, Rakic y
Crnjanski. Ahora leemos: "R. Domanovic es el primer satírico servio. A
fines del siglo pasado y principios del actual surgieron 4 glorias de la poesía
servia, que junto con Jaksic, Zmaj e Ilic forman la pléyade de los mejores
líricos sudeslavos (!!). J. Ducic, llamado "el príncipe del verso ... M. Rakic es el más reflexivo y profundo lírico
servio, con una fuerte nota social (!). V. Petrovic Dis es el gran místico (!),
cuyos versos reflejan la tristeza de una generación que se forjó en el campo de
batalla. D. Markovic con sus Monumentos se reveló como el mejor lírico moderno
servio (!) por su ética, belleza y riqueza poética..."
6° Finaliza la
exposición de la literatura servia con extensos párrafos en que se enumeran los
literatos "en exilio", entre ellos S. Jovanovic (notable jurista y
político, aquí calificado simplemente de "impecable estilista").
Entre los emigrados más jóvenes (mezclados cronológica y geográficamente)
destaca como "los dos grandes poetas contemporáneos" a M. Petrovic
(Canadá) y D. Kostic ("reside en Belgrado").
Debemos agradecer
al "revisor" por aquellos nombres reunidos aquí -pues, ¿dónde
encontrarlos en fuentes publicadas?-, cuya calidad literaria justifica su
inclusión en la Enciclopedia. Los otros, que se presentan sin merecerlo,
desaparecerán en las futuras exposiciones definitivas. Deseo que no sean la
mayoría.
Elemér Homonnay
En nuestro número
de enero-marzo 1962, p. 81, publicamos la carta del Dr. Vladko Macek,
presidente del Partido Campesino Croata, que reside actualmente en Washington
como exilado político, en la que desmiente las afirmaciones del historiador
inglés C. A. Macartney sobre su entrevista y conversación con el diplomático
húngaro barón Gabriel Apor. Dichos datos fueron citados por el publicista e
historiador húngaro Elemér Homonnay en su trabajo "Las relaciones
húngaro-croatas después de 1918" publicado en Studia Croatica Nos.
2-3, año 1961, pp. 132-141. A raíz de la declaración del Dr. V. Macek hemos
recibido una carta del señor Homonnay en la que, en primer lugar, constata que
se trata de la exacta acotación de la obra del profesor Macartney, para
continuar textualmente:
"El Dr. V.
Macek por cierto está en error al no acordarse de su encuentro con el barón
Gabriel Apor, en Viena (Austria) en 1930, cuando el Dr. Macek pasó unos días en
la capital austríaca en su viaje a Karlsbad. Checoslovaquia. El Dr. Macek
debería recordar ese encuentro, dado que fue planeado y bien preparado.
Igualmente el Dr. Macek debería acordarse bien del barón Apor ya que no era un
agente desconocido de la diplomacia secreta húngara sino uno de los actores responsables
de la política del ministerio de relaciones exteriores de Hungría -a la sazón
director del Departamento Político-. El barón Apor, pues, no fue a Viena por
iniciativa propia para encontrarse con el Dr. Macek, sino que, sus superiores
lo enviaron para esa entrevista con instrucciones claramente impartidas. Por
consiguiente, el barón Apor se encontró con el Dr. Macek como representante
oficial del ministerio de relaciones exteriores de Hungría. Sus entrevistas,
naturalmente, tuvieron carácter confidencial. Se reunieron dos veces en dos
días consecutivos. El primer encuentro tuvo lugar en la confitería Pucher. El
segundo en la confitería Piccolo, sita en la calle María Hilferstrasse.
El barón Apor,
designado luego embajador húngaro ante el Vaticano, y que todavía vive en Roma
(Italia) se acuerda bien de ese encuentro y de sus conversaciones. Confirma en
su integridad la versión de su encuentro tal como lo describió el profesor
Macartney. Incluso proporcionó algunos detalles nuevos acerca de dicha entrevista.
Entre otras cosas, tenía instrucciones de informar al Dr. Macek de que el
ejército húngaro, limitado por el tratado de paz de Trianón, no estaba en
condiciones de librar solo una guerra contra Yugoslavia. Por ello, recordó al
Dr. Macek que, sin la activa participación de Italia, la independencia de
Croacia no podría asegurarse.
Tal vez el Dr.
Macek se acuerda ahora de sus propias palabras cuando comparó la situación de
Croacia en Yugoslavia y en Austria-Hungría: "Aber das war ja ein Idyll im
Verhältniss zu dem was wir heute erdulden müssen" [164].
El encuentro
Macek-Apor no fue empero, el único contacto entre el Partido Campesino Croata y
las autoridades húngaras. Antal Ullein-Reviczky, cónsul general húngaro en
Zagreb, estaba en constante contacto con los dirigentes de este partido. Su
entendimiento seguía fielmente el acuerdo de Viena[165].
Al mismo tiempo
el Ministerio de Relaciones Exteriores de Hungría y la Liga Revisionista
Húngara prestaron fuerte y valioso apoyo al Ing. Agustín Kosutic y al Dr. Juraj
Krnjevic, representantes del Partido Campesino Croata en el exilio. El
Ministerio de Relaciones Exteriores de Hungría dio instrucciones a los
representantes de la Liga en Londres y Ginebra, señor Iván Hordóssy y Andrés
Tamás, para que establecieran estrecho contacto con el Ing. Kosutic y el Dr.
Krnjevic. Consecuentemente, el señor Hordóssy movilizó el grupo parlamentario,
favorable a Hungría, de Sir Robert Gower y Lord Rothermere para promover el
caso croata en Londres. La conferencia que pronunció el Ing. A. Kosutic ante el
Royal Institute of International Affairs tuvo cálido apoyo y plena publicidad
en la prensa húngara[166].
En Ginebra el Dr. Krnjevic se entrevistó varias veces con el señor A. Tamás. En
1934 el señor Tamás intervino en la preparación de encuentros entre el Dr.
Krnjevic y el Dr. Tibor Eckhardt, en aquel entonces jefe de la Delegación
Húngara ante la Liga de las Naciones, quien concertó al mismo tiempo un acuerdo
con el Dr. Ante Pavelic[167].
Saludo al señor
director muy atte.
Numerosos incidentes con motivo de la fiesta nacional de la Yugoslavia
comunista
Cada año, la
Yugoslavia comunista celebra el 29 de noviembre, "Día de la
República" como fiesta nacional para conmemorar la proclamación del
gobierno comunista en Yugoslavia en 1943 por los guerrilleros comunistas de
entonces. Con esa fecha se relaciona la teoría oficial de que ese día los
croatas habían renunciado al derecho de tener su Estado nacional e ingresado en
la federación yugoslava. Con ese supuesto pacto federal, según la
interpretación oficial, quedó consumado el derecho de autodeterminación de
Croacia, vinculada desde entonces y para siempre con Servia en un Estado común,
que de hecho significa para los croatas el despojo de los derechos nacionales,
y, bajo el régimen comunista, de las libertades políticas, individuales y
religiosas.
Por esas razones
el 29 de noviembre no es una fiesta nacional a los ojos de los croatas sino día
de tristeza y dolor, de evocación de la doble opresión que los abruma.
Bajo un régimen
de terror comunista, Croacia no puede manifestar esos sentimientos. Los pueden
exteriorizar únicamente los exilados croatas en el mundo libre. De ahí las
protestas y demostraciones que vienen sucediendo ese día en todos los grandes
centros del mundo libre, donde se hallan radicados nutridos grupos de
inmigrantes croatas, cuyo número se acrecienta constantemente con la afluencia
de nuevos exilados. Resulta que Croacia suministra el mayor número de exilados
políticos después de Alemania Oriental. Pero ocurre, lamentablemente, que a
veces esos exilados no reciben la acogida esperada en Italia y Austria y se
operan repatriaciones forzosas que implican numerosas tragedias.
En muchísimos
casos, los agentes de Tito organizan en las capitales occidentales esos actos
conmemorativos, de tal modo que constituyen un desafío a los exilados croatas,
adversarios de la tiranía comunista yugoslava. Eso ocurre especialmente en los
países donde actúan numerosos agentes del régimen comunista para controlar a
los refugiados, intrigando entre ellos y extorsionándolos bajo la amenaza de
represalias contra sus parientes en la patria sometida. Aun más: fueron
organizados atentados contra ciertos exilados croatas y sus instituciones.
Basta mencionar el intento de raptar al funcionario de la sociedad croata en
San Pablo (Brasil) y la agresión criminal con bombas contra el Hogar Croata de
Buenos Aires durante una velada danzante juvenil, cuyo saldo trágico fue la
muerte de una niña y varios menores heridos, lo que provocó la indignación de
la opinión pública argentina. Todo lo cual, lamentablemente, fomenta incidentes
que las representaciones diplomáticas de Belgrado procuran explotar contra sus
víctimas.
Este año,
ocurrieron también tales incidentes en varias ciudades, en Toronto (Canadá), en
Sydney (Australia) y en Bad Godesberg (La República Federal Alemana).
En Toronto, el ex
jefe de la policía comunista secreta en las provincias croatas de Bosnia y
Herzegovina, actualmente cónsul en Canadá mandó la invitación para festejar el
"día de la república" incluso a ciertos refugiados croatas cuyas
familias eran víctimas de la política, cuyo jefe era el actual cónsul. Los
exilados croatas marchaban en grupos delante del salón donde se celebraba el
acto. Portaban cartelones alusivos y distribuyeron millares de volantes
explicando el motivo de su manifestación.
En Sydney ocurrió
cosa parecida. Al manifestar los emigrados croatas que marchaban en columnas
ordenadas portando cartelones y distribuyendo volantes, se produjeron
incidentes entre los asistentes al acto conmemorativo, organizado por los
representantes de la Yugoslavia comunista. Hubo gran reyerta y los retratos de
Tito fueron descolgados. El acto fue interrumpido y la policía, llamada por los
organizadores, detuvo a siete manifestantes croatas, soltándolos luego. La
opinión pública seguía con interés los pormenores del incidente.
Suceso en la capital de Alemania occidental
Mientras esos y
otros incidentes pasaron sin graves consecuencias, en Alemania Occidental un
grupo de jóvenes obreros croatas, empleados en la zona minera de Ruhr, demolió
la sede de la ex embajada yugoslava, resultando mortalmente herido uno de los
encargados del edificio.
La forma violenta
de la manifestación en Mehlen, cerca de Bad Godesberg, donde tienen su sede la
mayoría de las representaciones diplomáticas acreditadas ante el gobierno de
Bonn, se debe a la actividad de los numerosos agentes de la Yugoslavia
comunista y a la poca distancia de la patria sojuzgada. Esos agentes residen en
Alemania Occidental como representantes de varias empresas de importación y
exportación o como simples obreros en busca de trabajo, siendo muchos de ellos
agentes disfrazados de la policía con la misión de controlar a los exilados
croatas e intrigar entre ellos. Cabe agregar que la mayor parte de docenas y
docenas de miles de exilados políticos croatas que huyeron en momentos en que
los comunistas tomaban el poder, se trasladó a los países de ultramar. En
Alemania viven, principalmente, varios millares de refugiados recientes, gente
joven que huyó de su patria en los últimos años. En Alemania fueron bien
acogidos y encontraron trabajo. Disponen de gran número de asociaciones de
carácter cultural y religioso; tratan, dentro de sus posibilidades, de
manifestar no sólo su sentir democrático y anticomunista sino también su
patriotismo croata, exigiendo que en virtud del principio nacional y del
derecho de autodeterminación, Croacia se constituya como un Estado
independiente y democrático, y se vincule estrechamente con los países libres
de Europa Occidental.
También en años
anteriores se registraron incidentes, como, 1961 en Stuttgart en el "Día
de la República". Con ese motivo, los comunistas yugoslavos trajeron de
Zagreb al conjunto de danzas populares croatas "Lado", para ensalzar
con su actuación los sucesos que casi todos los croatas consideran como
comienzo de su actual tragedia nacional. Era evidente que los agentes del
gobierno comunista yugoslavo intentaban contrarrestar las acusaciones contra su
cónsul en Munich de haber cometido durante la guerra, crímenes contra los
prisioneros de guerra croatas y alemanes. A raíz de esos cargos, que tuvieron
repercusiones en el parlamento de Baviera, el cónsul Grabovac tuvo que salir de
Alemania. Hubo también otros incidentes de índole parecida, que dieron pábulo a
la prensa comunista yugoslava e internacional para reiterar sus remanidos
ataques contra los exilados croatas. Los manifestantes croatas en Stuttgart
fueron agredidos el año pasado, y uno salió gravemente herido. El agresor,
presuntivamente agente de la policía secreta yugoslava, fue sentenciado por los
tribunales alemanes.
Todas esas
circunstancias contribuyeron a que una treintena de jóvenes croatas se
organizasen en Dortmund y Colonia y el 29 de noviembre se trasladasen en un
ómnibus alquilado a Mehlem, cerca de Bad Godesberg, hasta la sede de la ex
embajada de Yugoslavia. Cabe recalcar que el gobierno de Bonn rompió relaciones
diplomáticas con Yugoslavia en 1957 a raíz del reconocimiento por parte de
Belgrado del gobierno de Alemania Oriental. Desde entonces la embajada de
Suecia representa los intereses yugoslavos en Alemania Occidental. En el
edificio que ocupaba antes la embajada funcionaba la delegación comercial de
Yugoslavia.
Los manifestantes
rompieron primero los cristales de las ventanas del edificio e invitaron a los
empleados de la delegación comercial a salir a la calle, pues su intención no
era cometer violencia alguna contra las personas, sino demoler las oficinas de
la ex embajada yugoslava y destruir los archivos con los datos referentes a los
exilados croatas. (Rheinische Post, 30-11-1962; Deutsche
Zeitung, 30-11-62; Neue Zürcher Zeitung, 1-12-62)
Acto seguido, los
atacantes derribaron la puerta, penetraron en el edificio, destrozaron los
retratos de Tito y quemaron los archivos, al parecer, con bombas plásticas, de
modo que una mitad del edificio se incendió y la otra mitad se salvó gracias a
la intervención de los bomberos. Moma Popovic, encargado del edificio, se opuso
a los atacantes y en el tiroteo que se produjo a continuación resultó
malherido, y parece que dos empleados recibieron lesiones leves. Pocos días
después Moma Popovic sucumbió a las heridas. Uno de los atacantes, acusado de
haberle disparado, alegó que se vio obligado a hacerlo en legítima defensa,
pues primero lo atacaron a él.
Georgijevic, jefe
de la oficina, se escondió en el tercer piso y llamó a la policía, que pronto
intervino y detuvo a varios atacantes, que se hallaban todavía dentro del
edificio, mientras que los demás esperaban a poca distancia sin darse a la
fuga, pues -según declararon- "ellos no se esconden como los agentes
secretos comunistas". AFP informó que uno de los participantes se excusó
cortésmente ante el propietario del bar vecino por el tumulto y el desorden que
provocaron. "No hemos querido -declaró- hacer mal a nadie. Queríamos sólo
recordar que nuestra patria se halla todavía bajo un régimen dictatorial"
(Le Figaro, 30-11i1962, Stuttgarter Nachrichten, 30-11-62, The
Evening News, 29-11-62) .
En fuente oficial
alemana se comunicó que el gobierno de la república Federal Alemana
"desaprueba" ese ataque, que los infractores serán castigados de
acuerdo a la ley y que el daño causado será resarcido. En ese sentido solicitó
de la embajada sueca que informara al gobierno yugoslavo. También se dijo que
se trataba del abuso del derecho de asilo y que las actividades de los grupos
exilados croatas serían sometidas a un control más rígido.
El jefe de la
delegación comercial yugoslava, quien al principio, al igual que sus
subordinados, declaró a los periodistas que los atacantes los habían invitado a
salir del edificio, lo desmintió luego, sosteniendo que, por anticipado, había
avisado a la policía del ataque planeado. El Dr. Valentín Porz, jefe de la
policía de Bonn, convocó con ese motivo a una conferencia de prensa y declaró
que Georgijevic no decía la verdad (Es obvio que los funcionarios yugoslavos
tratan de insinuar que el gobierno de Bonn apoya los ataques de los exilados
croatas).
En lo que
respecta a la afirmación del jefe de la delegación yugoslava de que los
atacantes son elementos profascistas y criminales de guerra que escaparon al
castigo, los interesados contestaron que durante la guerra eran niños, que no
podían tomar parte en luchas políticas ni acciones de guerra, como tampoco más
tarde en la Yugoslavia comunista. Dicen que no son afiliados a organización
política alguna y que fueron ellos quienes concibieron y organizaron el ataque,
conscientes del castigo que les espera pero querían llamar la atención de la
opinión pública sobre su patria, Croacia, privada del derecho de
autodeterminación y sometida a la tiranía comunista.
El gobierno de
Belgrado declaró no estar satisfecho con la excusa del gobierno alemán. La
prensa desató una violenta campaña contra el gobierno de la Alemania
Occidental, recurriendo a las conocidas incriminaciones comunistas contra el
presunto mantenimiento de los elementos nazis. La prensa de Alemania Oriental,
que suele desencadenar campañas similares, hizo suyos los cargos yugoslavos
como una prueba complementaria a favor de su tesis contra Alemania Occidental y
los mismos refugiados alemanes que allí encuentran protección y amparo.
La prensa alemana
y en general la prensa libre del mundo informó sobre ese incidente con
imparcialidad, sin ocultar que los exilados croatas fueron impulsados por
motivos patrióticos, lo que reconocen hasta aquellos órganos periodísticos que
criticaron a los atacantes reprochándoles el abuso del asilo (Die Welt,
Hamburgo, 1-12-1962).
Aleksandar
Rankovic, jefe del temible aparato secreto policial de la Yugoslavia comunista
y ministro del interior, dirigió un telegrama al Partido Demócrata Social de
Alemania, protestando contra el estado de cosas y la situación supuestamente
propicia para los adversarios de la democracia. El Partido Demócrata Social dio
a publicidad un comunicado, diciendo que considera el ataque de los jóvenes
patriotas croatas como un abuso del derecho de asilo. Al mismo tiempo, el líder
del mismo partido Erich Ollenhauer declaró que no piensa contestar al telegrama
de Rankovic y que su partido "no desea mantener relaciones con las
organizaciones comunistas y, además, no admiten que esas organizaciones les den
lecciones sobre la democracia". (Le Monde, París, 3-12-1963).
Nota de protesta del gobierno yugoslavo
E1 10-12-1962, el
encargado de negocios de Suecia entregó al Ministerio de relaciones exteriores
de la República Federal Alemana la nota de protesta del gobierno comunista
yugoslavo. Belgrado recrimina al gobierno de Bonn su trato para con los
exilados croatas y exige el cese de todas sus actividades, no sólo políticas,
sino también religiosas y de beneficencia dado que todas esas actividades están
dirigidas contra "La integridad estatal de Yugoslavia"'.
Para apreciar
mejor la osadía de sus autores, transcribiremos párrafos de dicha nota de
acuerdo al texto publicado por el órgano del Partido humanista yugoslavo Borba
del 11-12-1962.
Previamente
conviene advertir que los comunistas yugoslavos se dirigen a un gobierno,
blanco incesante de sus acerbas críticas, acusándolo de no ser democrático.
Como queda dicho, Bonn rompió en 1957 las relaciones diplomáticas con Belgrado,
conforme a la doctrina de Hallstein. El gobierno comunista yugoslavo que había
reconocido al gobierno satélite de Alemania Occidental, apoya consecuentemente
la política soviética en la cuestión berlinesa y se declara contrario a la
unificación de Alemania por vía de las elecciones libres. Ahora, los comunistas
yugoslavos exigen del gobierno de Bonn que impida dentro de su jurisdicción
toda crítica de su régimen dictatorial y prohiba a los croatas invocar el
derecho de autodeterminación, porque eso afecta "la integridad del Estado
yugoslavo". Solicitan que contra todos los croatas, radicados en Alemania,
se extiendan las medidas antidemocráticas vigentes en la Yugoslavia comunista.
Como retribución, seguirán atacando al gobierno de Bonn de revanchista y
militarista, aprobando el muro de vergüenza de Berlín y maquinando contra la
unificación de Alemania, como lo hizo Tito durante su visita a la Unión
Soviética, que coincidió con la entrega de la susodicha nota.
La nota, además,
expresa que lo ocurrido en Bad Godesberg "provocó la indignación más honda
del público yugoslavo". En realidad, trátase del disgusto de los
comunistas, ya que el pueblo sojuzgado se alegra de las dificultades de sus
opresores.
A continuación,
"el gobierno de la República Federal Popular de Yugoslavia subraya que las
provocaciones contra la soberanía y la integridad de la R.F.P. de Yugoslavia,
contra la seguridad de sus ciudadanos y sus bienes en la República Federal
Alemana se hicieron más frecuentes. El crimen cometido en Bad Godesberg, que
constituye la más brutal provocación antiyugoslava en la República Federal
Alemana y la violación flagrante del derecho internacional (...) no es el
primer ataque al Departamento para la protección de los intereses yugoslavos
ante la embajada del Reino de Suecia en Bad Godesberg. El gobierno de la
República Federal Alemana tiene conocimiento de que el día 10-4-1961
(aniversario de la proclamación del Estado Independiente de Croacia N. de la
R.) fueron arrojadas en el edificio de la delegación yugoslava dos minas
incendiarias, lo que gracias únicamente a un feliz concurso de circunstancias
no tuvo consecuencias trágicas".
Dado que los
participantes eran todavía niños durante la última guerra mundial, el gobierno
yugoslavo no puede declararlos criminales de guerra, pero en su nota recalca
"que nuevamente llama la atención del gobierno alemán que detrás de las
provocaciones están ustachi que en la segunda guerra mundial integraban los
contingentes militares fascistas y como tales cometieron numerosos crímenes y
por ello los tribunales yugoslavos los declararon criminales de guerra".
Esos elementos establecieron en la República Federal Alemana "una
actividad ramificada y subversiva contra la soberanía y la integridad de la
República Federal Popular de Yugoslavia".
De la nota se
deduce asimismo que el gobierno yugoslavo intervino con anterioridad ante las
autoridades alemanas para que prohibiese toda actividad política a los exilados
de la Yugoslavia comunista y que en 1955, es decir antes de la ruptura de
relaciones diplomáticas entre Bonn y Belgrado, recibieron ciertas promesas al
respecto. La nota expresa "que había sido suspendida casi toda Da
actividad antiyugoslava en Alemania, por lo menos pública". Sin embargo,
"en los últimos años" es decir cuando la Yugoslavia comunista tomó
una actitud terminante contra la Alemania Occidental, las organizaciones
croatas reanudaron su lucha contra la "integridad de Yugoslavia" e
incluso preparan "acciones diversivistas". "Así -se dice en la
nota- entre otras fueron fundadas "Organizaciones de la juventud católica con
filiales en Colonia, Dortmund, Duisburgo y otras localidades. Luego 'el
Servicio social croata' en Düsseldorf, 'la Hermandad croata de cruzados' en
Colonia y otras organizaciones". Acto seguido, la nota cita que en la
República Federal Alemana se publican numerosos periódicos croatas de tendencia
antiyugoslava, pese a que el gobierno yugoslavo solicitaba "se
imposibilitase" la impresión de tales "periódicos y
publicaciones". No sólo eso, sino que "los órganos de seguridad de la
República Federal Alemana observan una actitud pasiva con motivo de las
provocaciones antiyugoslavas y por regla general intervienen con demora, hasta
en los casos en que se les avisa de antemano sobre la posibilidad de tales
provocaciones".
De las
acotaciones transcriptas -cuyo propósito es achacar al gobierno de la República
Federal Alemana, la responsabilidad de la desesperación y la reacción de los
exilados contra el régimen culpable de la muerte de centenares de miles de sus
hermanos y que priva al pueblo croata del derecho de asociación, reunión y
prensa- cabe deducir que los agentes secretos yugoslavos en Alemania Occidental
tendieron una densa red de espionaje y control de los refugiados
anticomunistas. Para colmo, los comunistas yugoslavos se muestran disgustados
por el hecho de que la policía alemana no procede como una filial de la policía
comunista yugoslava.
El cinismo de la
tiranía yugoslava sobrepasa todo límite cuando en la nota los culpables de los
asesinatos o expulsión de más de 500.000 miembros de la minoría étnica alemana
en Yugoslavia expresan que el gobierno yugoslavo "mostraba, par su parte,
disposición y hacía grandes esfuerzos por superar lo antes posible y en forma
completa, el grave pasado y por mejorar el entendimiento entre los pueblos de
Alemania y Yugoslavia... y la colaboración entre los dos países no obstante el
hecho de no mantener relaciones diplomáticas". El gobierno yugoslavo
-dícese en la nota- esperaba que ello "contribuyera incluso al
mejoramiento de la colaboración internacional más amplia" y que el
gobierno de Alemania Occidental "hará, por su parte, para que en forma
positiva quede solucionada una serie de problemas pendientes y de ese moda
queden superados los restos de un grave pasado".
Tras esos
reproches formulados supuestamente en nombre de los pueblos de Yugoslavia, el
gobierno comunista de Belgrado, que se empeña en que no se realice la
unificación y la liberación por vía electoral de Alemania Oriental, oprimida
por los amigos y correligionarios de Tito, toma nota de la declaración del gobierno
alemán de que se aplicarán severas medidas contra los atacantes al edificio de
la delegación comercial yugoslava en Bad Godesberg, para luego pasar a la
provocación abierta: "Sin embargo, el gobierno de la República Federal
Popular de Yugoslavia advierte que con motivo de los incidentes antiyugoslavos
durante los últimos años se formularon declaraciones parecidas, pero luego no
se registró una disminución, sino, al contrario, una intensificación de las
actividades antiyugoslavas..."
El pasaje citado
pone al desnudo a la Yugoslavia comunista. En las frecuentes protestas de sus
propios súbditos, obligados a buscar la libertad fuera de la Yugoslavia
comunista para denunciar ante el mundo libre y dentro de sus posibilidades los
crímenes y abusos de la tiranía comunista y reclamar el derecho de
autodeterminación para su patria, Croacia, los amos en Belgrado no ven su
propia culpa sino que inculpan a sus víctimas, de cuya exasperación hacen
responsable al gobierno de un país libre sólo porque éste no procede conforme a
los deseos de la policía comunista yugoslava.
Esa increíble
nota culmina con la demanda de que "son imprescindibles garantías eficaces
en el sentido de que las actividades antiyugoslavas en la República Federal
Alemana serían imposibilitadas en forma radical y permanente". No basta
con castigar a los que participaron en los sucesos de Bad Godesberg sino que es
"indispensable prohibir e impedir la actividad de todas las organizaciones
de inmigrantes, y de publicaciones que organizan o estimulan la actividad y
actos criminales contra la soberanía e integridad de la República Federal
Popular de Yugoslavia. " No fue omitido ni el consabido pedido de
tradición de los exilados que los tiranos comunistas, autores de tantos y tan
horrendos crímenes, quieren "procesar",
En otros
términos, se pide la prohibición de toda organización croata en Alemania,
incluso la de carácter religioso y caritativo. Piden se prohíba toda actividad
anticomunista a las asociaciones y hasta a las personas, la supresión de todos
los periódicos croatas, pues no hay una asociación ni una publicación de los
exilados que los comunistas no consideren culpable de actividades
antiyugoslavas.
Por último, la
nota expresa que eso "es una obligación ineludible de la República Federal
Alemana" y una prueba de que su gobierno está dispuesto a proceder de modo
que, por lo menos, no empeoren las relaciones recíprocas ya de por sí
irregulares e insatisfactorias".
No hace falta
recalcar una vez más que de esas "relaciones insatisfactorias" no es responsable
el gobierno de Bonn sino el gobierno comunista de Belgrado que se comporta como
si no existiese el crimen contra el medio millón de alemanes en Yugoslavia y
una campaña sistemática contra Alemania Occidental, presentada como una amenaza
para la paz, mientras que Alemania Oriental se describe como modelo de libertad
y democracia y como hecho consumado, de manera que la unificación de Alemania
podrá concretarse únicamente bajo el signo de un gobierno comunista.
Es obvio que el
gobierno de Bonn responderá con dignidad a esas provocaciones de aventureros
comunistas que se atreven pedir, a un país libre, que asuma el papel de la
policía comunista y persiga a los exilados que, arriesgando su vida, huyeron de
la tiranía comunista yugoslava para poder testimoniar ante el mundo libre a
favor de su patria sometida, privada de las libertades políticas y de los
derechos nacionales. El gobierno de Tito, que trabaja contra la unidad de
Alemania, por 1o que el gobierno de Bonn se vio obligado a romper con él relaciones
diplomáticas exige de la Alemania libre y democrática que defienda la
integridad del plurinacional y heterogéneo Estado Yugoslavo contra los croatas
que piden únicamente se aplique a su patria el derecho de autodeterminación,
reconocido por la Carta de las Naciones Unidas. La Yugoslavia comunista,
miembro de la ONU, apoya a bombo y platillo el derecho de autodeterminación de
todos los pueblos del mundo, excepción hecha de los pueblos sojuzgados y
cautivos por la misma Yugoslavia comunista y Unión Soviética.
The New York Times del 8-X-1962 publicó la siguiente noticia:
"Dos
organizaciones norteamericanas para la ayuda a los refugiados acusaron ayer al
Departamento de Estado de practicar discriminación contra 10.000 personas que
cada año huyen de Yugoslavia. The National Catholic Welfare Conference Relief
Service e International Rescue Committee expresan en la declaración conjunta
que la gente huye de Yugoslavia por los mismos motivos que la de Europa
Oriental y que deben recibir igual trato. En la declaración se dice que los
refugiados de Yugoslavia son clasificados por el Departamento de Estado como
refugiados económicos y por eso no tienen derecho a la ayuda de acuerdo al
programa para los exilados políticos. Como consecuencia de tal proceder
-expresa la declaración- casi todos los refugiados de Yugoslavia llegados a
Austria o Italia, fueron devueltos, pues no contaban con ayuda norteamericana
en esos países. La declaración de esas dos prestigiosas organizaciones
norteamericanas de prestación de ayuda a los refugiados apeló al Departamento
de Estado para que modifique su actitud de manera que los exilados de
Yugoslavia puedan recibir ayuda como los refugiados políticos".
Sobre ese
problema vital para el pueblo croata, que proporciona el mayor contingente de
los refugiados de la Yugoslavia comunista, encontramos información más amplia
en el NCWC News Service. Se trata de un memorial redactado para los miembros
del Congreso de Washington por el obispo Edward E. Swanstrdm director ejecutivo
del Catholic Relief Service y Rescue Committee. Dicho memorial fue enviado al
Secretario de Estado Dean Rusk, al procurador general Robert F. Kennedy y a los
miembros del Appropiations Committee de ambas cámaras del Congreso.
"La actitud
ambigua de Occidente para con la Yugoslavia comunista -expresa el memorándum-
dio por resultado parecida actitud hacia los exilados de Yugoslavia... Cuando
negamos a los exilados los motivos de su huida, nos mostramos incapaces de
comprender por qué huye esa gente de los países comunistas y les damos la
espalda. Cuando consentimos la repatriación forzosa de los fugitivos,
contribuimos al sentimiento de desesperación y con ello debilitamos la causa de
la democracia dentro de Yugoslavia, y fuera de ella."
El memorándum
hace constar: "Se niega la oposición de estos exilados del comunismo
porque son pobres". Luego dice: "Incluso los contados refugiados de
Yugoslavia a quienes se otorga asilo político, a menudo son clasificados por el
United States Escape Program en categoría inferior que los refugiados de otros
países comunistas. De ese modo los refugiados de Yugoslavia no se califican
como refugiados o el exiguo número de los que reciben asilo es tratado como refugiados
de segundo orden".
El memorial
expresa que la proscripción de la libertad religiosa y el no respeto de otros
derechos fundamentales del hombre, "apenas difiere de grado en Yugoslavia,
con respecto a como se practica en la Unión Soviética".
"La propaganda
taimada de las autoridades yugoslavas -continúa el memorándum- para popularizar
el término exilado económico es más que fructífera. Las autoridades yugoslavas
introdujeron ese término en el lenguaje de las Naciones Unidas, del Alto
Comisionado para los Refugiados y en la terminología de ciertos funcionarios
del Gobierno Norteamericano. Ellos influyeron en la política de los países que
hasta hace poco tiempo otorgaban el derecho de asilo a estos refugiados, a tal
punto que la mayor parte de los exilados, en lugar de ser aceptados como tal
son repatriados. Ellos crearon tal situación que, mientras en Italia la mayoría
de los exilados logran quedarse, Austria, so pretexto de la política ambigua de
los Estados Unidos, ordena la repatriación forzosa de la mayor parte de los
exilados de Yugoslavia.
El documento
contiene la acusación de que, a consecuencia de la campaña de las autoridades
yugoslavas "se produjo una reducción drástica en la ayuda norteamericana a
los exilados de Yugoslavia".
"El
resultado de todo eso es el descontento de las honradas masas democráticas de
Yugoslavia, que contemplan a los EE.UU. como viene ayudando al fortalecimiento
de un Estado comunista, negando al mismo tiempo su apoyo a los elementos
anticomunistas que huyen de la tiranía. Todo ello suscitó confusión en el
pueblo norteamericano. Los que dirigen la política norteamericana no alcanzan a
comprender que la filosofía básica de cada país comunista es igual, trátese de
la Unión Soviética, de China o de Yugoslavia. La actual política norteamericana
lleva la confusión entre los exilados, a causa del criterio según el cual se
selecciona la clase de comunismo y de tiranía, de los que uno debe huir para
poder aspirar a la ayuda norteamericana".
El memorándum
termina con el siguiente interrogante: "En la época en que otorgamos asilo
a los exilados del comunismo castrista, sostenido por el comunismo soviético y
que amenaza el hemisferio occidental, ¿no debería Norteamérica asumir una
posición correcta y otorgar pleno reconocimiento a los refugiados de
Yugoslavia, ligada actualmente con la Unión Soviética en la conspiración
conjunta para que el comunismo domine en el mundo?"
Cabe agregar, que
la prensa austríaca informó que el año pasado llegaron de Yugoslavia 4.000
refugiados, de los que únicamente 500 obtuvieron el derecho de asilo.
También a
principios del invierno 1962-63 ocurrieron en la frontera yugoslavo-austríaca
varios accidentes trágicos a causa del congelamiento de los fugitivos en los
Alpes.
Si a despecho de
las reparticiones forzosas y graves penas que esperan a los repatriados, si
pese a los peligros de pasar la frontera -quien escapa a la policía corre el
riesgo de perecer en las abruptas montañas-, de Croacia y de Eslovenia huyen
anualmente unas 4.000 personas, es difícil admitir la tesis de que se trata de
"exilados económicos", Tanto más que en los últimos años hay
posibilidad de viajar legalmente al extranjero en busca del trabajo. Por
ejemplo, en Alemania, Francia, Holanda y otros países europeos libres trabajan miles
de obreros que salieron con pasaporte regular yugoslavo. Los exilados que
trasponen ilegalmente la frontera italiana o arriesgan en pequeños barcos la
travesía del Adriático, superan el número de los que buscan refugio en Austria.
No es fácil
comprender el proceder de las autoridades austríacas para con los exilados de
Croacia y Eslovenia, especialmente si se toma en cuenta que durante siglos
existían vínculos estrechos entre Austria y los dos países citados y que padres
de muchos de ellos servían en el ejército austro-húngaro. Eslovenia durante
muchos siglos fue parte integrante de Austria, mientras que Croacia estuvo
ligada al imperio de los Habsburgo como reino asociado desde 1527 hasta 1918.
Durante cuatro siglos los croatas compartieron con los austríacos lo bueno y lo
malo. En adelante también la salida de Austria al mar pasará por el territorio
de Eslovenia y Croacia. ¿Tiene sentido alguno sacrificar los principios
cristianos y democráticos, las viejas amistades, para complacer a los
aventureros comunistas de Belgrado, que en Croacia y Eslovenia conculcan no
sólo los derechos individuales y políticos, sino también el derecho nacional en
favor del expansionismo ruso y servio; aventureros que contribuyen a las
actividades subversivas en todos los países libres?
La posición del
gobierno comunista yugoslavo a raíz de la instalación de las bases para los
proyectiles atómicos soviéticos en Cuba, corroboró que la distinción entre la
neutralidad y el neutralismo es correcta. Si neutral significa una posición
centrista con inclinación política hacia Occidente, neutralista implica una
posición centrista con inclinación política hacia Oriente.
El gobierno
comunista de Belgrado probó, con la posición asumida y mediante comentarios de
la prensa y radiotelevisión dirigidas, no sólo su inclinación hacia la Unión
Soviética, sino que hizo suyos los puntos de vista de Moscú, especialmente en
la ONU, mientras los delegados soviéticos negaban la veracidad de las
aseveraciones norteamericanas sobre las plataformas atómicas en Cuba. El vocero
principal del Partido Comunista Yugoslavo, Borba (Belgrado 24-11-1962),
duda de las pruebas norteamericanas. Acerca del discurso del presidente Kennedy
escribió: "Tomar sabiendas caminos azarosos en el laberinto de las
actuales relaciones internacionales no es signo de valentía, y menos aun de
sabiduría. Es un camino con implicaciones peligrosas que con mayor seguridad,
lleva a la pérdida de todo control y responsabilidad y no tiene otra salida
sino el abismo catastrófico de la humanidad". En el mismo número, Borba
manifiesta su descontento por el apoyo unánime de los miembros de la
Organización de los Estados Americanos a la posición norteamericana. "Para
asombro de muchos observadores de aquí -dice el corresponsal de Borba en
Nueva York- en favor de la resolución de la OEA votaron también el Brasil,
México, Chile y Ecuador, países que con anterioridad habían tratado de
distanciarse de la política exterior norteamericana respecto a Cuba." El
periodista comunista interpreta esa unanimidad en términos insultantes para las
repúblicas latinoamericanas. Borba considera como negativa la gestión de
Stevenson en el Consejo de Seguridad. "Cuando la historia registre su
discurso, seguramente no quedará como ejemplo de gran habilidad
diplomática".
Los comentaristas
radiales fueron, como de costumbre, mucho más radicales en sus expresiones.
Cada comentario respecto al bloqueo de Cuba se iniciaba con la frase ritual:
"La histeria bélica en Estados Unidos no disminuye aún y se fomenta cada
vez más" (Radio Zagreb, 25-10-1962 emisión de las 10 horas).
El mismo día
escribió el diario de Zagreb Vjesnik: "Si Cuba fuese, como
Washington trata de probar, la base militar de alguien, Estados Unidos no
tendría la justificación para la acción emprendida; salvo el argumento de la
verdad. Le faltarían argumentos de justificación estratégica y moral. Los
proyectiles intercontinentales quitan a la acción norteamericana la
justificación estratégica, y sus bases militares instaladas a través del mundo
invalidan la justificación moral."
Cuando Khrushchev
dio marcha atrás, la prensa yugoslava no atribuyó el desenlace de la tensión a
la enérgica y a la vez moderada acción de Washington, que contó con la
solidaridad de todos los países del hemisferio occidental, sino que presentó la
derrota de Castro y de Khrushchev como "gran obra de estadista",
"sacrificio noble y humano aportado en aras de la paz", "un
gesto que salvó la paz, que mediante la acción unilateral, precisamente con la
agresión contra Cuba, fue llevada al borde del precipicio." Tanjug,
agencia noticiosa oficial yugoslava, informaba sobre el particular el
26-X-1962: "Dos momentos resultaron decisivos para el vuelco de la
situación. El primero, La iniciativa soviética de resolver el entredicho por
vía pacífica, y el segundo la posición firme y decisiva de la Unión Soviética
de contestar a la aplicación de fuerza con todo el poderío de sus armas."
El mismo día los
comentaristas radiales de Zagreb y Belgrado decían: "El peligro ahora
aflojó gracias a que el primer ministro Khrushchev conservó su sangre fría y su
prudencia y contestó a la brutal provocación norteamericana con la invitación
de negociar. Por ello no perdió la cara. Alguien se acordará algún día con
disgusto de su proceder. ¿Fue el miedo?, se preguntan algunos. Aunque fuese,
sería un miedo noble y prudente. Pero no se trata aquí de miedo. ¿O qué es la
agresividad? ¿Será una virtud?"
Empero, no podía
faltar el consabido incienso tan caro a la megalomanía de Tito. El mismo
comentarista, repitiendo lo escrito por la prensa yugoslava dirigida, persuadía
a sus oyentes que, junto a Khrushchev, el mérito principal de la preservación
de la paz en la crisis cubana debe atribuirse a Tito, quien "en nombre de
la mayor parte de la humanidad" invitó a que el diferendo fuese
solucionado dentro de la ONU y expresó "su honda preocupación por la paz
mundial". Tito hizo un inaudito esfuerzo "al frente de los países no
comprometidos". "Con el realismo y la prudencia soviéticos, y ante
todo con su gesto conciliatorio, se hizo todo lo que podía esperarse: se
salvaron la paz y la independencia de Cuba..." Después de los soviéticos,
y acaso antes que a ellos, el mérito va "para los países no comprometidos
y neutrales, que son 45, y entre ellos nuestro país (Yugoslavia) con la
actividad extraordinaria del presidente Tito... Tal vez a esos países débese
dar gracias, en primer lugar, que el mundo, en un espasmo dramático, se haya
percatado de que debe buscarse una salida y que podría encontrarla únicamente
fuera de las concepciones de bloques".
Por consiguiente,
Khruschev y Tito salvaron la paz mundial de la "agresión" y
"brutal provocación" de Washington, que contó con el apoyo unánime de
repúblicas latinoamericanas, al reaccionar, para asombro de los dirigentes
comunista yugoslavos, contra la instalación de las bases nucleares en un país
del hemisferio occidental.
La prensa
yugoslava, dirigida y controlada, hizo frecuentes menciones y transcripciones
parciales del comentario de Walter Lippmann sobre la ayuda norteamericana a
Yugoslavia y Polonia, publicado en New York Herald Tribune del 2-X-1962
El destacado internacionalista norteamericano aboga por la política de ayuda a
los gobiernos comunistas de Belgrado y Varsovia en los términos siguientes:
"El Congreso, que no comprendió, ha saboteado la política nacional muy
eficazmente. Si se suspendiera la ayuda, se daría un tortazo en la cara de los
pueblos de Europa oriental" lo que sería "tremendo",
especialmente en cuanto a Yugoslavia. "Ideológicamente, los dirigentes
yugoslavos son comunistas, Pero son comunistas yugoslavos y no moscovitas. De
modo que en los asuntos que no atañen los intereses nacionales yugoslavos,
suelen seguir la línea soviética. Mas cuando sus intereses nacionales están en
juego, actúan independientemente".
"Yugoslavia
-continúa Lippmann- no es miembro del Pacto de Varsovia. Más, por habernos
mostrado inteligentes en equipar la aviación yugoslava, la Unión es el
proveedor de repuestos y piezas de cambio y no la Unión Soviética. Sería
estúpido calificar eso como ayuda al comunismo. En realidad, hemos conseguido
la misma penetración en la órbita comunista que hizo Moscú dentro de nuestro
mundo en Cuba".
El comentario de
Lippmann es anterior a la crisis cubana de octubre, en la que -dicho
marginalmente- Yugoslavia apoyó la tesis soviética. Los sucesos desmintieron
una vez más las deducciones del influyente comentarista norteamericano en
asuntos internacionales, en lo que respecta a las relaciones en la Europa
oriental. Quedó patente que su comparación entre la influencia norteamericana
en Yugoslavia y la soviética en Cuba, es a todas luces impropia. También con
anterioridad a la crisis cubana resultaba insostenible, pero ahora, a la luz de
los nuevos acontecimientos, parece tragicómica y torpe.
Incluso antes de
instalarse allí las bases de proyectiles atómicos soviéticos, Cuba, fue un país
comunista, solidario con Moscú y en vías de adaptar, tanto en la política
interior como exterior, el modelo soviético. Yugoslavia también, según lo
subraya Lippmann, es un país comunista, poco importa se trate del comunismo
"yugoslavo" o "ruso". En cuanto al sistema político no hay
diferencia alguna, pues el régimen comunista yugoslavo fue concebido y
estructurado según el calco ruso. No se trata de la supuesta forma occidental
del comunismo, sino de la copia fiel del bolchevismo, que originariamente no es
sino la versión rusa del marxismo, injertada en la herencia bizantino-mongólica
de Rusia y en su tradición totalitaria, autocrática y césaropapista. El
comunismo yugoslavo es del mismo tipo, pues allí rige la herencia bizantina de
Servia, exponente ruso en los Balcanes.
Por consiguiente,
no se puede seriamente sostener la tesis de que existe penetración
norteamericana en la órbita comunista a través de Yugoslavia, penetración
idéntica o semejante a la que lograron los soviéticos en Cuba. Ni la influencia
es del mismo orden ni la forma yugoslava del comunismo tiene semejanza alguna
con las instituciones políticas norteamericanas.
Respecto a la
aserción de Lippmann de que la suspensión de la ayuda a los gobiernos
comunistas yugoslavo y polaco equivaldría a "dar un portazo en la
cara" de los pueblos respectivos y que esa acción resultaría "tremenda"
sería más correcto decir que dicha ayuda no beneficia a los pueblos oprimidos
sino a sus opresores comunistas. Por eso no es un desacierto suponer que esos
pueblos se sentirían aliviados en caso de que las democracias occidentales
suspendiesen la ayuda a. sus opresores. Esa ayuda, aunque reducida, si no viene
acompañada por concesiones políticas, beneficia, en efecto, más al comunismo
que al pueblo. Tomemos el caso de envíos substanciales de víveres al régimen de
Tito. Se dijo que eso es un mal menor en comparación con la ayuda financiera
anterior y que con ello se procuraba mitigar la miseria de las masas populares.
Sin embargo, si se considera que la escasez de artículos alimenticios en
Yugoslavia, que antes incluso las exportaba, se debe a los experimentos
comunistas en la política agraria, entonces la ayuda prestada facilita a los
comunistas el seguir ejerciendo fuerte presión sobre 'los campesinos que
constituyen la mayoría del pueblo. Esa subvención ayuda al régimen comunista
yugoslavo a contrarrestar la resistencia de los campesinos a su tiranía. Débese
tener en cuenta que dicha resistencia contra la colectivización significa la
forma más evidente y vigorosa de la oposición al comunismo. Suspendidos los
envíos de víveres norteamericanos, Belgrado debería ceder ante los campesinos
libres. Así, los Estados Unidos, en vez de ayudar al pueblo, contribuyen, de
hecho, a la colectivización comunista y amenguan la oposición campesina.
Mientras dentro del marco de la Alianza para el Progreso se discuten planos
para crear y reforzar pequeñas posesiones agrarias en América latina, se apoya
en forma indirecta la eliminación de los campesinos libres en Yugoslavia. Por
lo tanto, la ayuda en víveres a Yugoslavia sin condiciones en favor del
campesinado y sin control, significa contribuir a la aniquilación del principal
opositor al comunismo.
Mientras Lippmann
se expresa en términos abstractos acerca de los "intereses
nacionales" en Yugoslavia, que, según él, en ciertos casos se oponen a los
intereses soviéticos, se olvida o no toma en cuenta que esos "intereses
nacionales" de la Yugoslavia es decir del grupo gobernante comunista,
contradicen los intereses del mundo occidental. Eso es el caso del
expansionismo granservio que favorece a los comunistas e incluso cuando no goza
del apoyo ruso, está dirigido contra los vecinos occidentales de Yugoslavia:
Austria e Italia como asimismo contra Grecia y Albania, contra los países
occidentales en general y, sólo en situaciones transitorias, contra la Rusia
soviética. En el fondo, tanto el expansionismo ruso como el servio son
idénticos por sus tendencias antioccidentales.
En todo caso,
Lippmann debería probar que existen duraderos "intereses nacionales"
de Servia que se oponen a los intereses de Rusia o de la Unión Soviética y que
Servia no constituye exponente activo o potencial del expansionismo ruso.
En lo
concerniente a las presuntas ventajas obtenidas por 'Washington al equipar la
aviación de un país comunista gratuitamente, si no nos equivocamos, o a precio
regalado, tales ventajas podían darse tal vez durante el régimen de Stalin,
cuando no cabía excluir la posibilidad, si bien muy lejana, de su intervención
armada contra los cismáticos y "revisionistas" comunistas yugoslavos.
Empero, muerto Stalin, esos aviones norteamericanos podrían emplearse más bien
contra un país occidental que contra el comunista. En este caso resulta
procedente la objeción formulada por el diputado norteamericano Michael A.
Feighan, que según la lógica de quienes abogan por la prestación de ayuda a Yugoslavia
so pretexto de que en el caso contrario la recibiría de los soviéticos,
Washington debería entregar a Tito armas atómicas, pues existe el peligro
teorético de que podría recibirlas de Moscú,
No importa de
donde proceden las armas de Yugoslavia comunista, sino contra quién se
emplearán. Es más que seguro que Yugoslavia nunca será ni puede ser aliado
occidental como lo es Cuba de los soviéticos.
Si el State
Department no lo cree, que procure obtener de Tito el permiso de instalar en
Yugoslavia bases militares norteamericanas bajo el control de los expertos
militares yanquis como lo hizo la Unión Soviética en territorio cubano.
El senador
norteamericano Barry Goldwater escribió al respecto: "A la luz del
discurso de Tito en Moscú no puede haber duda alguna de qué lado estaría
Yugoslavia en caso de un conflicto militar entre Este y Oeste.
"Por
ejemplo, si la crisis cubana hubiese desembocado en la guerra caliente, ¿en qué
'lado se habría empleado los bombarderos jet que enviamos a Yugoslavia? ¿De qué
lado volarían los pilotos yugoslavos, entrenados en Texas, en caso de que las crisis cubana hubiese terminado en guerra?
"Creo que se
puede suponer que cada dólar y todas piezas del equipo que hemos enviado a
Yugoslavia bajo el programa de la ayuda el extranjero ahora forma parte del
arsenal del bloque Soviético" (Macedonian Tribune, Indianopolis,
24-1-1963).
Podemos
clasificar a los exilados croatas de la Yugoslavia comunista, radicados en los
cinco continentes, en líneas genérales, en dos grupos. El primer grupo
comprende a los sobrevivientes de varios centenares de miles de croatas que
abandonaron a su país en mayo de 1945 ante la irrupción de los comunistas de
Servia que impusieron el régimen comunista en Croacia. Como es sabido, de la
zona de ocupación británica de Austria fueron repatriados compulsivamente más
de 200.000 croatas, pereciendo la mayoría de ellos en las matanzas colectivas
organizadas y perpetradas por los comunistas.
El segundo grupo
lo integran los exilados recientes, mayormente gente joven que en los últimos
años traspusieron la frontera corriendo graves riesgos y exponiéndose,
lamentablemente, a que se los repatríe forzosamente so pretexto de ser
"refugiados económicos". Una parte de ellos se trasladó a Canadá,
Australia y Norteamérica, mientras que la mayoría encontró trabajo en Alemania
y Francia, donde, hemos de subrayarlo con complacencia y gratitud, reciben un
trato amistoso y generoso.
Entre estos
exilados hay considerable número de intelectuales y muchos de ellos están
terminando sus estudios o revalidando sus diplomas sin la ayuda de los
gobiernos democráticos, que, en cambio, otorgan numerosas becas y realizan
intercambios culturales con los estudiantes y profesores que llegan
recomendados por las autoridades comunistas yugoslavas. Casi un centenar de
intelectuales croatas son profesores en las universidades de los países libres,
principalmente en los Estados Unidos. En la América latina, especialmente en la
República Argentina, las posibilidades de los intelectuales europeos exilados
de continuar con sus actividades profesionales resultan asaz restringidas.
Últimamente hubo
intentos serios de organizar a los estudiantes croatas en el mundo libre, hecho
importante dado que los nuevos exilados mantienen contacto con sus colegas en
la patria oprimida. Los estudiantes en todas las latitudes constituyen un
importante factor de resistencia por su idealismo juvenil y su espíritu
combativo. Esa tradición tiene hondas raíces en Croacia, donde todos los
movimientos nacionales encontraron en los estudiantes sus seguidores más
idealistas, dinámicos y entusiastas.
Un importante
paso en el agrupamiento de los intelectuales croatas exilados fue el Primer
Congreso de los estudiantes croatas en el mundo libre, realizado en París los
días 3 y 4 de noviembre de 1962. Los informes presentados y las discusiones se
centraron en la consigna principal: "Mediante la cultura al progreso
nacional; mediante la lucha revolucionaria a la libertad y a la restauración
del Estado croata".
El Congreso se
desarrolló en el suburbio parisino de Asnières, donde el intendente municipal y
actual ministro de industria de Francia, señor Bokanowski, puso a disposición
de las congresistas una sala de la intendencia En el Congreso tomaron parte
numerosos estudiantes e invitados de Francia, delegados de Gran Bretaña,
España, Austria, Italia, Suiza y Alemania. Participaron asimismo prestigiosos
intelectuales croatas, llegados de varios países europeos, y se recibieron numerosas
adhesiones y salutaciones de los países del ultramar.
El Congreso fue
presidido por el Ing. Zeljko Kovacic (Francia), Carmen Glamuzina (Italia) y
Nedo Gladic (Alemania Occidental).
Durante la
primera reunión disertó Krunoslav Masina (París), sobre el papel y los deberes
de los estudiantes croatas en el plano de la lucha nacional. Ante Zoric (Viena)
se refirió a la labor cultural de los estudiantes. Jaksa Kusan (director del
periódico Nova Hrvatska de Londres) disertó sobre el papel de los
intelectuales en la vida y las actividades de los exilados. Carmen Glamuzina
(Italia) recalcó la necesidad de los contactos recíprocos y la cooperación
entre los estudiantes refugiados. Toni Kuaic y Grgo Topalovic se refirieron a
la situación de los estudiantes en Croacia.
En el segundo día
de deliberaciones el principal disertante fue nuestro colaborador Ing. Jure
Petricevic, quien abordó el tema "La situación actual del pueblo croata,
fines y medios de su lucha por la libertad". Se leyeron informes de los
intelectuales croatas ausentes: "La estrategia política en la lucha
nacional croata", del Dr. Ante Ciliga (Roma); "El idioma croata y la
nacionalidad croata", del Dr. Ivo Perc (Viena); "El mito yugoslavo en
la política croata", del Dr. Ivo Korsky (Buenos Aires), y "Pro o
contra la integración" de Mirko Mehes (Sudbury, Canadá). Fueron abordados
también otros temas, participando en las discusiones los estudiantes presentes
y los intelectuales croatas invitados al Congreso.
Una comisión ad
hoc elaboró las ponencias y la Declaración. Se llegó a la conclusión de que era
necesario formar la Federación de los Estudiantes Croatas en el mundo libre y
realizar los preparativos para editar un boletín informativo en francés sobre
la situación imperante en Croacia, a efectos de suministrar datos verídicos al
público francés erróneamente informado sobre el estado de cosas en Yugoslavia.
Se destacó la necesidad de tolerancia y cooperación entre los diversos grupos
políticos de los exilados croatas. El Congreso saludó la creación del Comité
Nacional Croata en Nueva York (ver Studia Croatica, vol. 7-8, p. 227).
Expresó reconocimiento a la abnegada lucha y los grandes sacrificios de los
estudiantes croatas en la patria cautiva contra la tiranía comunista y la
expansión granservia. Rindió homenaje a los estudiantes que dieron su vida en
aras de la libertad de Croacia y a los que están encerrados en las mazmorras
comunistas. Resolvió, en honor de los estudiantes croatas caídos, declarar
"Día de los universitarios croatas" la fecha de la muerte del héroe
de la resistencia en Croacia, Ivo Masina, alevosamente asesinado en la cárcel
comunista. El Congreso manifestó su especial interés por los sufrimientos de
los musulmanes croatas bajo la tiranía comunista y granservia. Dervis Sehovic
leyó la carta circular de los dignatarios religiosos musulmanes, que fue
acogida con expresiones de simpatía, respeto y solidaridad (ver el texto de la
carta circular en las pp. 334-37 del presente número S. C.).
Ángel Belic, Buenos Aires
(Beitrage zur konfessionellen Situation
Osterreich-Ungarn im Ausgehenden 19. Jahrundert und zur Unionsbewegung der Slaven bis in
die Gegenwart -Donauschwabische Verlagsgesellschaft, Salzburgo 1962, Austria,
pp. 56-).
Con motivo del
Concilio Vaticano II en la reunión anual de la "Federación de
Universitarios Católicos de alemanes danubianos" (Verband Katolischer
Donauschwabischer Aliademiker) residentes en Austria y Alemania, que tuvo lugar
en Salzburgo en 1961, se leyeron varios informes acerca de la situación
religiosa en los últimos decenios de la existencia de Austria-Hungría y sobre
el movimiento de la unión eclesiástica entre los eslavos del sur. Como la
figura central de ese movimiento fue el insigne estadista croata, forjador de
actividades culturales, mecenas y célebre orador en el Concilio Vaticano I,
obispo de Djakovo, José Strossmayer, dichos informes se publicaron en alemán
bajo el título Josef Georg Strossmayer, en la colección "Donauschwabische
Beiträge", tomo 47. El interés de los alemanes danubianos por esos
problemas radica en el hecho de que son refugiados del actual territorio de
Yugoslavia, mayormente de Voivodina, y en parte de Croacia y el padre de
Strossmayer descendía de los alemanes radicados en la cuenca danubiana.
Tras una breve
introducción del Dr. Ivan Schrekeis, Egen Lendl en sucinto informe esboza el
cuadro confesional de Austria-Hungría, compuesta por un mosaico de naciones y
religiones, Es muy interesante la exposición de las relaciones entre católicos,
ortodoxos y uniatas en el área incorporada actualmente a Yugoslavia. La mayor
parte de los ex uniatas, es decir católicos de rito oriental, abrazó la
confesión ortodoxa bajo el influjo del patriarca servio en Karlovci que huyendo
de los otomanos se había radicado en el territorio del Imperio austríaco en
1690. Cosa parecida ocurrió con los uniatas rumanos, también bajo el impacto
servio.
En el trabajo
siguiente el historiador croata Ivan Vitezic expone cuál era la posición de los
eslavos católicos entre Oriente y Occidente a la luz de las ideas y la obra del
obispo Strossmayer. Éste -magnus Croata et Slavus- pudo imaginarse el
futuro de su patria Croacia únicamente vinculado con el destino de los demás
eslavos dentro y fuera de la monarquía de los Habsburgo. En la Unión de
Iglesias veía no sólo el objetivo más noble en el sentido religioso, sino
también el camino más seguro y garantía firme de que los pueblos eslavos
ocuparían en el concierto internacional el puesto que les pertenece por la importancia
numérica de su población, ubicación y capacidad. Analiza el memorándum secreto
dirigido por Strossmayer el 8/IX/1876 al gobierno ruso, en el que aboga por la
firma de una convención entre Rusia y la Santa Sede. Semejante convención
disiparía las dudas de los católicos frente a Rusia. Strossmayer alude a los
temores de que una incorporación completa y activa de los eslavos ortodoxos a
Europa entrañaría el peligro de una tiranía particular. Vitezic está muy bien
interiorizado de la situación en Croacia a fines del siglo pasado.
Josef Müller,
autor del tercer trabajo, "Recordando a una gran figura", refuta la
opinión de aquellos alemanes para quienes Strossmayer era un renegado por
haberse considerado croata. Strossmayer, que estudió en Viena, donde se desempeñó
como profesor de teología y capellán de la corte imperial, conocía a fondo la
cultura alemana y pudo apreciarla en debida forma. Sabía que su padre era de
origen alemán y por eso su nacionalismo croata era de orden espiritual y
cultural. Era obispo de una diócesis croata y participó activamente en las
corrientes nacionales y revolucionarias croatas del siglo pasado. En
consecuencia, no podía sentirse sino croata.
En el cuarto
trabajo, Anton Zollitsch, director de la colección, trata sobre los esfuerzos
de los eslavos católicos por alcanzar la unión. Esclarece las figuras de los
SS. Cirilo y Metodio, quienes unos 150 años antes de producirse el cisma
oriental se pasaron del patriarcado bizantino al romano, introduciendo el
idioma eslavo en la liturgia del rito romano y de ese modo crearon un nuevo
mundo cristiano, algo así como una síntesis romano-bizantina. Idéntica síntesis
se concretó en la Unión de Brest en 1593, o sea 500 años después del cisma,
estipulándose que los cristianos de Ucrania y Bielorrusia conservaban en su
iglesia el rito bizantino y el idioma eslavo, reconociendo el primado papal.
Como la sede obispal de S. Metodio fue Velehrad en Moravia, se celebraron desde
1907 los llamados Congresos de Velehrad, en los cuales los especialistas en los
problemas del oriente cristiano eslavo estudiaban las posibilidades de la unión
eclesiástica. Es muy interesante que ya el segundo congreso de repercusión
europea suscitase sospechas de Rusia y Austria-Hungría. Rusia temía al
austro-eslavismo y Austria-Hungría al paneslavismo.
En el trabajo
final, Ivan Tomas, conocido escritor croata, se refiere a los cristianos
orientales disidentes en vísperas del Concilio Vaticano II y a sus reacciones
ante él. Unos creen que la iglesia ortodoxa desea salir del estrecho marco de
una iglesia nacional. Relata la actitud interesante del clero ortodoxo de
Macedonia. Las autoridades comunistas yugoslavas les habían propuesto que
adoptasen una resolución contra la Santa Sede y el Concilio, lo que no
aceptaron. Tomas constata que el contacto existente entre la Iglesia Católica y
las iglesias reformadas es más estrecho que entre la católica y la ortodoxa,
pese a que las diferencias teológicas entre las últimas son mucho menores.
Pedro Vukota, Buenos Aires
(El Escándalo de El Cairo, en croata, Ed. Savremenikove sveske, Nº 2,
París, 1961, pp. 120).
Trátase, como lo
señala el autor en la introducción, de un capítulo del trabajo más extenso
sobre los exilados yugoslavos durante la segunda guerra mundial. El estudio de
esa materia reviste importancia especial, dado que las intrigas y
conspiraciones típicamente (balcánicas de los políticos servios, tanto antes
como durante la guerra, fueron uno de los fundamentales que indujeron a los
aliados occidentales a deshacerse del gobierno del rey Pedro en Londres y del
general Draza Mihailovic, su ministro de guerra, reconociendo al contragobierno
de los guerrilleros comunistas. El resultado final fue la dominación comunista
tanto en Servia como en Croacia, Eslovenia, Macedonia y Montenegro.
En su trabajo
Gran Bretaña y Draza Mihailovic (Studia Croatica, Año 1, N° 1, pp.
43-57), el Dr. Smith Pavelic advirtió que entre tantos conflictos, choques,
riñas e intrigas que se sucedían en las filas de los funcionarios yugoslavos en
exilio, ocupaba un lugar especial el "affaire" de 1942, que los
exilados servios en Londres llamaban el "Affaire de El Cairo" y los
de El Cairo el "Affaire de Londres". Sir George Rendell, embajador
británico acreditado ante el gobierno yugoslavo en exilio, anotó en su libro The
Sword and the Olive (Londres 1957) que, a raíz de esos conflictos y
escándalos, el gobierno yugoslavo se había desprestigiado tanto que los
británicos pudieron "abandonarlo al cabo de dos años casi sin remordimiento
de conciencia y aceptar la revolución antimonárquica de Tito".
Relativamente
peco se ha escrito hasta ahora sobre el "Affaire" de El Cairo y eso
en forma de polémicas personales entre sus protagonistas. La obra del rubro
deshilvana por primera vez con criticismo una de las intrigas más oscuras de
los exilados servios, factótum en el gobierno yugoslavo en exilio y, por
consiguiente responsables principales del desafortunado desenlace ulterior de
los sucesos.
El autor no
aborda el problema de la culpabilidad de los protagonistas de este asunto
escandaloso, limitándose a relatar los hechos documentados, ya publicados o
extraídos de los archivos diplomáticos a que tenía acceso como funcionario
diplomático yugoslavo. En base a sus observaciones marginales sobre el cinismo
de Slobodan Jovanovic, a la sazón presidente del gobierno exilado, y sobre las
intrigas de los hermanos Knezevic; cabe concluir que los considera responsables
en primer lugar. Uno de los hermanos Knezevic era ministro de la corte real, y
otro, jefe del gabinete militar del profesor Jovanovic, actuando, en realidad,
como ministro de guerra (Draza Mihailovic, titular nominal de la cartera de
guerra, no estaba en contacto directo con su gobierno y muchas veces ni él
sabía por dónde andaba).
El escándalo de
El Cairo pudo producirse dentro del marco de los conflictos tradicionales entre
las camarillas militares servias, decisivas en el ejército de la Yugoslavia
monárquica, si bien los servios eran la minoría de la población frente a los
croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos y numerosas minorías étnicas.
Surgieron conflictos, desde el primer día, incluso entre los oficiales
conspiradores que organizaron el golpe de Estado del 27/III/1941, causa
inmediata del ataque del Eje y da la desintegración fulminante de Yugoslavia.
Esos conflictos sólo se ahondaron en el exilio en las filas del "ejército
yugoslavo", compuesto de un pequeño grupo de oficiales servios y de
contados miembros de la minoría eslovena en Italia, hechos prisioneros en
Africa. El cuartel de ese "ejército" estaba en El Cairo, donde
estalló el "affaire" a principios de 1942, cuando el grupo encabezado
por los hermanos Knezevic, derrocó al gobierno del general Simovic, que había
firmado la capitulación de Yugoslavia y fugó a Londres. El nombramiento del
gobierno de S. Jovanovic marcaba el comienzo de la acción encaminada a eliminar
totalmente la influencia de los oficiales servios más antiguos que cooperaban
con Simovic. Estos últimos no acataron el decreto sobre la designación de nuevos
comandantes, de modo que a raíz de tal declarada insubordinación tuvieron que
intervenir las autoridades militares británicas nombrando a un general inglés
como comisario "en el Comando Supremo Yugoslavo en El Cairo". Esos
conflictos provocaron la desintegración total del ejército yugoslavo
insignificante de por sí. Gran parte de los oficiales se incorporó al ejército
británico, lo que prueba que los ingleses no aprobaban la gestión del gobierno
de S. Jovanovic. Ese gobierno iba perdiendo en prestigio pese a sus
emplazamientos a Draza Mihailovic a que prosiguiera la lucha. Del estudio
aludido del Dr. Smith Pavelic se desprende que Mihailovic en ese tiempo
colaboraba con las fuerzas de ocupación italianas y alemanas.
La actitud
chovinista de los ministros y oficiales servios que aspiraban a restablecer su
hegemonía y sus métodos políticos en la Yugoslavia restaurada- incomprensibles
y abyectos no sólo para los croatas y eslovenos directamente afectados, sino
también para los aliados occidentales- conducían indefectiblemente a la
liquidación de la Yugoslavia monárquica, allanando el camino a la tiranía
comunista. Esta es la conclusión a que se llega después de haber leído el
estudio documentado e imparcial del Dr. Smith Pavelic.
J. G. Fratija (Ivo Bogdan), Buenos Aires
("La Revista Croata, Buenos Aires 1962, Año XII, Vol. 4(48) pp.
297-520).
El último tomo de
este año de Hrvatska Revija (La Revista Croata), que desde hace 12 años
sale trimestralmente en Buenos Aires, está enteramente dedicado a Ivan
Mestrovic, fallecido el 16 de enero último en South Bend, Estados Unidos. Por
tratarse de un extenso número con valiosas colaboraciones de capacitados
conocedores de la personalidad y la obra del desaparecido artista plástico,
merece nuestra referencia especial.
En las primeras
páginas se hallan magistrales notas en castellano de los eximios críticos del
arte argentino, Julio E. Payró y Romualdo Brughetti. El trabajo del maestro
José León Pagano sobre Mestrovic se publicó en traducción croata. Al trabajo
artístico de Mestrovic se refieren el pintor Joza Kljakovic, que en prieta
síntesis presenta la totalidad del opus mestroviciano; luego Zdatko Tomicic, en
un capítulo da su extenso estudio sobre Mestrovic, compara a éste con Miguel
Ángel; Stanko M. Vujica, en un breve articulo sobre el secreto del arte de
Mestrovic, destaca grandiosas ideas y concepciones de ese hondo pensador y
espíritu religioso; Dominik Mandic, O.F.M., relata los datos pertinentes al
relieve de Mestrovic Stigmata de San Francisco que se halla en la iglesia Santa
María Mediatrice junto a la nueva curia de la orden franciscana en Roma;
Raimundo Kupareo, O.P. analiza la idea del cristianismo en el arte da
Mestrovic. Sobre la personalidad del célebre escultor, su hijo Mate Mestrovic
publica datos salientes en la vida durante el último año de su padre. Bogdan
Radica traza el perfil humano y artístico de Mestrovic, relatando sus
frecuentes entrevistas con el escultor. Ferid Sahovic y Charles Kamber destacan
en sus notas el interés especial que mostraba Mestrovic por los musulmanes
croatas de Bosnia y Herzegovina. El poeta y novelista Antun Nizeteo trata de la
labor literaria de Mestrovic con especial referencia a su estilo literario.
Figuran también dos trabajos literarios de Mestrovic: La oración con motivo de
la consagración de la iglesia votiva de Nuestra Señora en Biskupija cerca de
Knin, erigida en memoria del rey croata Zvonimiro (1075-1089) y "Apuntes
del viaje por Oriente." En este número de la Revista Croata encontramos
testimonios, opiniones y juicios de los distinguidos escultores argentinos
Troiano Troiani, Alfredo Bigatti, Humberto Eduardo Cerantonio y Líbero Badii
sobre el valor del arte mestroviano y su influencia en el ámbito plástico rioplatense.
Figuran asimismo varias composiciones literarias y poesías inspiradas en las
esculturas de Mestrovic. El tomo que reseñamos abunda en noticias e
informaciones relacionadas con la muerte del maestro y con sus voluminosas
memorias sobre hombres y sucesos políticos.
En último lugar
mencionamos el interesante trabajo conjunto de Ante Smith Pavelic y Bogdan
Radica sobre "La última visita de Mestrovic a Croacia". El aludido
viaje se realizó en 1959 y en su tiempo suscitó variados comentarios en las
filas de los exilados políticos de Yugoslavia. Mestrovic había visitado al
Cardenal Aloysius Stepinac en su confinamiento de Krasic y también, por
invitación, al dictador yugoslavo Tito en su residencia de Brioni. Se trata.
Pues, de un suplemento de las memorias de Mestrovic que contienen sus
encuentros con destacadas figuras políticas contemporáneas. La valiente
conducta del presidiario Stepinac y su insistencia en perdonar a sus
perseguidores y rezar por ellos, no dejaron de impresionar hondamente a
Mestrovic. Como Stepinac había rechazado las anteriores sugestiones de
Mestrovic de ablandar su oposición frente al régimen, lo que mejoraría su
situación personal, el cardenal en este encuentro le preguntó si aprobaba su
inflexible actitud hacia el régimen comunista y Mestrovic contestó que
aprobaba. Stepinac repetía que ningún sufrimiento físico era capaz de hacerlo
vacilar en sus decisiones y que se opondría a todas las provocaciones y
amenazas de sus perseguidores. Mostró a Mestrovic una herida fresca en la mano
y le contó que un miliciano, poco antes, mientras le entregaba una citación
judicial le quemó adrede con el cigarrillo con intención de insultarlo y
provocarlo,
Con Tito,
Mestrovic tuvo varios encuentros. Tito le hablaba de Stalin, Djilas y Stepinac.
Respecto a Stalin, destacó cómo había rechazado brutalmente el pedido yugoslavo
para apoyar su punto de vista en el entredicho triestino. Con ese motivo, había
invitado a Tito a Moscú, lo que éste no aceptó, Tito se acordaba de la
conversación que poco antes había tenido en la estación de Belgrado con Georgij
Dimitrov, jefe comunista búlgaro y ex secretario de la Internacional Comunista.
Dimitrov se hallaba en tránsito rumbo a Moscú, invitado por Stalin, para
discutir acerca de la creación de la federación yugoslavo-búlgara. Antes de
salir el tren Georgij Dimitrov abrazó a Tito y le dijo que sabía que no
regresaría. Las previsiones de Dimitrov se cumplieron. Enfermó en Moscú y
falleció inesperadamente. Al recibir la invitación de Stalin, Tito se acordó de
las palabras de Dimitrov y decidió no ir. Conocía demasiado bien los métodos de
la diplomacia soviética. Poco después Yugoslavia fue excluida del Kominform.
Tito objetó a
Djilas como "pecado capital" su artículo a raíz de la revolución
húngara en que anunciaba el derrumbe del comunismo. Sobre el cardenal Stepinac,
le dijo Tito que respetaba su carácter y valentía. Mestrovic sacó la impresión
de que Tito tuvo que tomar medidas contra Stepinac "bajo la presión de los
servios, que tras la condena de Draza Mihailovic pedían la cabeza de un
prominente croata". Mestrovic se preocupaba especialmente por la difícil
situación de los croatas en la Yugoslavia comunista y se quejaba a Tito de que
constantemente se relegaban el nombre y los intereses de Croacia y que en las
publicaciones oficiales yugoslavas Istria y Dalmacia figuraban separadamente
como si no se tratase de partes de Croacia. Le declaró que conocía los
esfuerzos tendientes a servizar a Bosnia, pero que los croatas nunca accederían
a que Bosnia se transformara en parte integrante de Servia. "Estos y
análogos intentos -prosiguió Mestrovic- evidencian que entre los comunistas
servios hay grandes chovinistas". Tito le contestó primero con la frase
francesa: A qui le dites Vous, y luego continuó en croata: "Sé que
muchos comunistas servios en el fondo son chetniks "(milicianos
nacionalistas servios, N. de la R.). En el curso de la conversación Tito
observó que los chetniks no son mejores que los ustachi croatas a lo que
Mestrovic contestó que los ustachi defendían el territorio croata mientras que
los chetniks pelearon en regiones croatas también. Tito se mostró acorde con
esta argumentación, y se quejó de que los croatas no estén representados
adecuadamente en la administración pública debido a su actitud negativa y reservada
frente al régimen. Se quejó de que los croatas no quieren puestos en el
servicio público, especialmente en la milicia comunista la policía política y
el ejército e incluso rehuyen ingresar en el servicio diplomático y el partido
comunista. Su actitud se refleja también en la fuga del país. "La mayoría
de los exilados son croatas..." A los argumentos de Tito cabe añadir que
semejante actitud croata concuerda con su lucha por las libertades' políticas y
nacionales, cercenadas tanto en la Yugoslavia comunista como en la monárquica.
Es interesante
señalar que Tito reiteró su invitación a Mestrovic de regresar a Yugoslavia,
donde gozaría de todos los privilegios. Mestrovic siempre rechazó tales
llamados, declarando que no podía disfrutar de privilegios en un país donde se
persigue con injusticia a los patriotas croatas. Como es sabido, Mestrovic es
uno de los croatas que durante la primera guerra mundial trabajaron por la
creación de Yugoslavia creyendo que los croatas, en un Estado común con Servia,
tendrían garantizados sus derechos y libertades individuales y nacionales. Es
menester destacar, empero, que no sólo se negó a regresar a Yugoslavia sino que
renunció a la nacionalidad yugoslava y se hizo ciudadano norteamericano., Por
cierto que con ese acto condenó en forma palmaria la misma idea de un Estado
yugoslavo que le había entusiasmado en su juventud. Los comunistas yugoslavos
no le podían perdonar eso mas, pese a todo, Tito trató
de que volviera a Yugoslavia, alegando que su ciudadanía norteamericana no
sería óbice y podría conservarla en caso de regresar.
A su regreso de
Yugoslavia, Mestrovic contó a sus amigos que inclusive tales croatas en la
guerra combatieron al lado de los guerrilleros de Tito, le habían dicho que los
comunistas los perseguían por croatas y por ello se plegaron a la oposición.
También llegó a la convicción, en su contacto con los dirigentes del régimen
comunista, que Belgrado se cuidará mucho antes de someterse a Moscú, "pues
en el caso de depender nuevamente de Moscú muchos dirigentes perderían sus
puesto y tal vez sus cabezas".
El tomo de Hrvatska
Revija a que nos hemos referido publica abundante material gráfico e
ilustrativo con relación a la vida y la obra de Mestrovic, reproduciendo
también sus esculturas últimas.
Ivo Bogdan, Buenos Aires
(Prepared for the Administration of the Internal Security Act and other
Internal Security Laws of the Committee en the Judiciary United States Senate;
U.S. Government Printings Office, Washington 1961, pp. XII - 387).
Trátase de un
estudio exhaustivo y cuidadosamente documentado sobre el comunismo yugoslavo
desde sus orígenes hasta la fecha de la publicación del libro. Su autor,
Charles Zalar, de nacionalidad eslovena, es un ex diplomático yugoslavo exilado
que inició su carrera como simpatizante del partido liberal esloveno de
orientación pro-yugoslava, para inclinarse luego al movimiento católico
esloveno, que tiende a afirmar la individualidad nacional de Eslovenia. El
libro, además de un breve preámbulo de Thomas J. Dodd, vicepresidente del
Comité Senatorial para la Seguridad Interna, contiene el prefacio del mismo
autor encabezado por el lema "No bene pro toto Libertas venditur
auro". El libro está dividido en tres partes. En la primera, queda
resumida la historia de la revolución comunista en Yugoslavia desde la
fundación del Partido Comunista hasta la toma del poder, en 1945. En varios
capítulos el autor reseña el proceso político de Yugoslavia desde 1918 hasta
1941, poniendo de relieve las relaciones anormales entre los pueblos del Estado
multinacional yugoslavo, que aprovecharon los comunistas para subir al poder.
Zalar historia en el tercer capítulo la guerra de guerrillas y las luchas entre
los pueblos de Yugoslavia, mientras que en el cuarto capítulo se refiere a los
acuerdos que procedieron a la toma del poder por parte de los comunistas y a la
restauración de Yugoslavia.
La segunda parte
abarca la política interna y externa de la Yugoslavia comunista entre 1945-53.
Ese período está dividido en dos capítulos. El primero trata sobre la íntima
colaboración con la Unión Soviética, y el segundo sobre el aislamiento político
y económico de Yugoslavia entre 1948-1953, cuando Yugoslavia estaba con el
apoyo político y económico de los países occidentales.
La tercera parte
comprende el período del 1953-1961, año éste en que terminó la redacción dei
libro del epígrafe. Esta división incomprensible a primera vista, se debe a que
en 1953 los comunistas yugoslavos modificaron la Constitución de 1946, copia
fiel de la Constitución soviética. Esa modificación fue objetada por el
gobierno soviético y otros jefes comunistas como revisionismo y luego, en la
era de destalinización calificada como camino específico yugoslavo al
socialismo. Un capítulo aparte está dedicado al titoísmo en la política
mundial.
Tras breve
sumario y conclusiones finales Zalar termina su extenso estudio agregando muy
útil bibliografía que incluye, además de libros y monografías, informes y
artículos publicados en los periódicos tanto de Yugoslavia como del extranjero.
También suministra datos esenciales acerca de destacadas figuras en la política
yugoslava, sean o no de ideología comunista.
Según señalamos,
el libro que reseñamos es un estudio crítico del comunismo yugoslavo en sus
aspectos socioeconómicos, legales y políticos. Fue escrito con gran esfuerzo y
aplicación, aportando datos preciosos y copiosos. Se reflejan la convicción
democrática y el patriotismo esloveno en los puntos de vista del autor. Lo que
significa que Zalar adopta una actitud crítica no sólo hacia el actual régimen
comunista, sino también hacia los regímenes que le precedieron, haciéndolos
responsables por la situación creada que desembocó en la toma del poder por los
comunistas. Semejante exposición objetiva, imparcial y fidedigna, en líneas
básicas suscitó acerbas reacciones en los periódicos de los exilados servios,
insultando al autor en términos irreproducibles, lo que prueba que todavía
insisten en su posición granservia y antidemocrática. Ciertas aserciones e
interpretaciones de determinados sucesos no podrían ser compartidas en su
integridad por los croatas. Parecía que el autor, que es esloveno y antes de la
guerra había colaborado con los regímenes de la Yugoslavia monárquica, a la que
se oponían los croatas, difícilmente entiende la situación peculiar de Croacia
expuesta a los asaltos del expansionismo granservio. Eslovenia, separada por
Croacia de Servia por su ubicación geográfica siente mucho menos que los croatas
la presión de Servia. De ahí apreciaciones no del todo objetivas sobre la
oposición croata. Como se trata de una intrincada problemática cultural,
política y nacional, nos llevaría lejos señalar todos los desaciertos de ese
orden.
Huelga recalcar que
esta publicación oficiosa del Senado norteamericano es de gran actualidad,
dadas las polémicas y discusiones sobre la conveniencia o inconveniencia de la
ayuda que presta Washington a la Yugoslavia comunista. El mérito de Charles
Zalar consiste en haber aportado varios y buenos argumentos contra ayuda
incondicional a Tito.
(Verlag Anton Hain, KG, Meisenheim/Glan, 1962, pp. 520)
La dominación de
cinco siglos de los turcos osmanlíes en los Balcanes, y de menor duración en la
Europa Central, dejó huellas múltiples incluso en los idiomas de los pueblos
respectivos. En el libro del epígrafe -Los turcismos en el idioma de los
croatas y los servios- encontramos el resultado de un estudio profundo de las
influencias del idioma turco y, por su intermedio, del persa y el árabe. Es
natural que más rastros e influencias encontramos en el habla de los
musulmanes, especialmente en Bosnia y Herzegovina, donde vive un crecido grupo,
casi un millón de musulmanes en diáspora, de origen e idioma croatas. Sin
embargo, hay turcismos también en otras regiones, netamente cristianas; incluso
los hay en los idiomas de los pueblos eslavos que nunca estuvieron dentro del
Imperio osmanlí.
La obra del
profesor A. Knezevic consta de tres partes. En la primera se ocupa de turcismos
en su acepción verdadera, es decir, de los que son herencia directa de los
conquistadores turco-osmanlíes. El autor subraya las características del idioma
turco en su desarrollo en los Balcanes. En la segunda parte trata sobre las
denominaciones geográficas y los nombres, particularmente en Bosnia y Kosovo.
La tercera parte contiene una larga nómina de los turcismos y en las páginas
finales figuran las fuentes consultadas.
El autor, atento
al propósito fijado, logró suministrar abundante material para un estudio
exhaustivo de la influencia de los idiomas turco, persa y árabe en Croacia y
Servia, señalar distintas tendencias de la evolución idiomática y encarecer la
necesidad de esfuerzos aunados de los eslavistas y orientalistas. Su obra
facilitará en gran medida el estudio de los eslavistas extranjeros en cuanto a
los idiomas croata y servio, aclarando el origen y significado de los
turcismos, ajenos a otros idiomas eslavos.
Ese considerable esfuerzo
del estudioso croata, que vive y enseña actualmente en Alemania es, a la vez,
un aporte meritorio a la causa nacional croata, por cuanto asigna un lugar
adecuado a la componente islámica de la nación croata.
[1] Ver detalles de lo cedido en pp.
349-356 de este número.
[2] Texto de la nota según el diario Borba
del 11/12/1962. Citaciones in extenso, pp. 351-56 del presente número.
[3] Los exilados croatas en Alemania
señalan que uno de los propósitos perseguidos en el ataque a la delegación
comercial yugoslava en Bad Godesberg fue destruir la documentación relativa a
la actividad de refugiados croatas, recogida celosamente por los agentes de la
policía política yugoslava. Ellos actúan en Alemania Occidental disfrazados como
representantes de las empresas comerciales o como obreros en busca de trabajo,
intrigando y provocando frecuentes choques con los exilados croatas
anticomunistas. En ese sentido informaron reiteradamente los periódicos de los
exilados croatas. (Hrvatska Drzava, Munich; Danica, Chicago) así
como los diarios alemanes ("Deutsche Zeitung", 30/XI/62).
[4] "Es difícil establecer la cifra
exacta de protestas enviadas en el curso de las últimas cinco semanas de
Belgrado con destino a Bonn (...). Las relaciones entre las dos capitales son
tensas, a punto que sería inevitable una ruptura si no hubiera sido consumada
ya en octubre de 1957, luego de haber reconocido Yugoslavia al gobierno de
Pankow". Le Monde, París, 11/I/1963.
[5] Cf. "La farsa de la amnistía
política en Yugoslavia", Studia Croatica N° 7/8, p. 238.
[6] Esos crímenes los conoce muy bien el
gobierno de Bonn, que recientemente publicó una extensa documentación sobre el
triste destino de los 500.000 integrantes de la minoría étnica alemana en
Yugoslavia (Dokumentation der Vertreibung der Deutschen aus Ost -
Mitteleuropa. Das
Schicksal der Deutschen in Jugoslavien.
Documentación sobre la expulsión de los alemanes de Europa Oriental y
Central. La suerte de los alemanes en Yugoslavia).
[7] Cf. El editorial "Crímenes
impunes", Studia Croatica, No. 6.
[8] L'Aurore, París, 30/11/1962, ¡publicó la declaración de un testigo ocular del hecho:
"Vi bajar (del ómnibus que trajo a los obreros manifestantes de la zona
minera de Ruhr) a una treintena de hombres de 20 a 30 años. Formaron filas
llevando pancartas, y creí que se trataba de una farsa estudiantil." Le
Monde, París, 1/12/1962 informó que el ataque fue ejecutado por "una
treintena de hombres jóvenes". Lo mismo informaron en sus despachos las
agencias A.P., U.P. y AFP, que fueron publicados también en la prensa
latinoamericana. Se entiende que esos datos fueron difundidos también por los
diarios alemanes. (Frankfurter
Allgemeine, 30/XI/62). En cambio, la prensa yugoslava controlada y dirigida ni
mencionó ese aspecto.
[9] Ver: "Discriminación
perjudicial..." pp.. 356-58 del presente volumen.
[10] Dobrisa Cosic, el más prominente
escritor comunista servio, afirmó en un artículo que dio pábulo a airadas
polémicas, "que la lucha contra los nacionalismos enloquecidos"
constituye el problema interno de mayor importancia en la Yugoslavia comunista.
"¿No ven a esos vampiros?... ¿No ven que muchos no tienen bigotes ni
barba? Son unos fantasmas jóvenes, mocosos. Los barbudos, desde luego,
reventarán un día, pero los que están creciendo..." (Nasa Sodobnost,
Ljubljana, diciembre 1961). En su discurso de Split, pronunciado el 6/5/1962, y
escasamente registrado por la prensa mundial, Tito condenó enérgicamente la
aparición "del chovinismo nacional" incluso en las filas de los
comunistas en Croacia, que amenaza "la fraternidad y la unidad de nuestros
pueblos". Igual que Cosic, Tito ve el mayor peligro en el fortalecimiento
de la conciencia nacional de la juventud: "Uno se siente angustiado -dijo
Tito- viendo cómo ese chovinismo está ganando a nuestros jóvenes" (S.
C., N° 7/8, p. 188).
[11] Robert E. Sherwood: Roosevelt y
Hopkins - Una historia íntima, Barcelona 1950, Vol. II, p. 242.
[12] Sus causales las analiza el eminente
sociólogo y profesor de la Universidad de Indiana D. A. Tomasic, en su estudio:
"Nueva clase y nacionalismo", Studia Croatica, N° 1, pp.
61-77.
[13] Art. I, párr.
2 de la Carta.
[14] En el artículo primero de dicha
Constitución se expresa que "La República Federal Popular de Yugoslavia es
un Estado federal popular de forma republicana, una comunidad de pueblos con
derechos iguales, quienes en virtud del derecho de autodeterminación,
incluyendo el derecho de separación, expresaron su deseo de vivir conjuntamente
en el Estado Federal".
[15] De hecho, por lo menos en Croacia,
no hubo tal unanimidad. El gobierno comunista, para dar cierta apariencia de
elecciones libres, colocó junto a las urnas en que se depositaban votos para
los candidatos oficiales, las llamadas "urnas negras" para que los
electores, no sin peligro, depositasen su voto negativo. En Croacia muchos se
abstuvieron de votar, pese al voto obligatorio, o votaron .
"en negro", según los resultados oficiales que, a no dudarlo, fueron
corregidos o reajustados en favor de la lista oficial. No hubo posibilidad
alguna de control y verificación de los datos oficiales.
[16] Los datos oficiales del censo de
1948.
[17] Cf. Memorándum a los participantes
en la Conferencia de los países no comprometidos, S. C. Nro. 5, p. 321 y
Memorándum al Primer Ministro John Diefenbaker, S. C., Nros. 7-8, p.
215.
[18] Se usó precisamente ese término en
un importante documento, la Resolución del V. Congreso de la Internacional
Comunista. Allí se expresa que las potencias vencedoras en la primera guerra
mundial en los tratados de paz de 1919 "habían creado nuevos pequeños
Estados imperialistas anexando territorios con población extranjera".
Menciona también a Yugoslavia. "Consecuentemente, los partidos comunistas
de Europa Central y de los Balcanes tienen el deber de apoyar, con todos los medios,
movimientos nacionales revolucionarios de los pueblos oprimidos. La aplicación
"del derecho de autodeterminación a todos los pueblos; inclusive el
derecho a separación" debe... exteriorizarse mediante la concreción
"de la separación estatal de los pueblos oprimidos de la formación estatal
de Polonia, Rumania, Checoslovaquia, Yugoslavia y Grecia". "El
Congreso encarga a los partidos comunistas de Polonia, Rumania, Yugoslavia,
Checoslovaquia y Grecia librar una lucha enérgica contra este colonialismo".
(Thesen und Resolutionen des V. Weltkongresses der
Komunistischen Internationale, Hamburgo 1924, pp. 124-133).
[19] Ver nota 12 y el estudio del mismo
autor.
[20] Cap. VII del "Protocolo de la
Conferencia de Crimea" Edward R. Stettinius: Roosevelt y los rusos - La
Conferencia de Yalta, Barcelona, 1950, p. 225.
[21] Ibid.
p. 216.
[22] Churchill:
Second World War, V 470.
[23] Sacha Simon, enviado especial
permanente en Belgrado del diario parisino Le Figaro informó a su
redacción: "El representante de Relaciones Exteriores afirmó que Bonn no
toma las medidas enérgicas que proceden para contener la actividad subversiva y
criminal de los "Ustachi" refugiados en Alemania. Esta sería una de
las razones que impiden el restablecimiento de las relaciones diplomáticas normales
entre los dos países" (Le Figaro, París 17/12/1962).
[24] Despacho de Paul Yankovich,
"corresponsal particular" en Belgrado del diario de París Le
Monde, 11/1/1963. Parece que dicho corresponsal adopta el punto de vista
del gobierno yugoslavo en el sentido de que Bonn, que pagó la indemnización a
los franceses, holandeses, noruegos, etc. debería satisfacer también las
demandas de los comunistas yugoslavos. "El hecho de que las relaciones
diplomáticas con Bonn estén rotas -dice Yankovich- nada cambia el asunto".
Pues ese corresponsal no toma en cuenta la expulsión y exterminación de medio
millón de alemanes en Yugoslavia después de la guerra, sus sufrimientos y
confiscación de sus bienes, los tratos inhumanos a los prisioneros de guerra
alemanes, ni tampoco las relaciones íntimas y amistosas de Alemania con los
países de la Europa Occidental.
[25] En la aludida nota de Belgrado del
10/12/1962 se reconoce expresamente que las autoridades alemanas antes de la
ruptura de las relaciones diplomáticas tomaban medidas contra los exilados
croatas atendiendo las repetidas demandas de Belgrado. Al respecto citan la
nota del gobierno de Bonn dirigida el 4/4/1955 al gobierno de Belgrado,
comunicando que las autoridades alemanas habían tomado las medidas necesarias
para impedir actividades de los emigrados croatas "contra la integridad
del Estado yugoslavo". Belgrado, en su nota del 10/12/1962, reconoce que
en "el lapso en que esas disposiciones se llevaban a cabo, quedó
suspendida toda actividad antiyugoslava, por lo menos pública, en la República
Federal Alemana". Recién tras la ruptura de relaciones -acota la nota-
"los elementos quislings croatas en Alemania reanudaron su actividad
antiyugoslava".
[26] Borba,
Belgrado. 14/11/1961.
[27] Jovan Djordjevic: La Yougoslavie,
démocratie socialiste, Presses Universitaires de France, Bibbliothèque de
la Science Politique, Paris, 1959, p. 72.
[28] Ibid., p. 77.
[29] Indeks,
Instituto Federal para la Estadística, Belgrado, 11/1962, 44-47.
[30] Annuaire
Statistique des Nations Unies, 1961, pp. 53-57.
[31] Vjesnik,
19-XII-1962 (artículo de K. Dzeba).
[32] El Anuario
Estadístico de Yugoslavia, 1962, p. 65. Declaraciones del ministro de finanzas
Mincev en los debates parlamentarios acerca del plan para 1963. Vjesnik,
29-XII-1962.
[33] El Anuario
Estadístico de Yugoslavia, 1962, p. 65. Declaraciones del ministro de finanzas
Mincev en los debates parlamentarios acerca del plan para 1963. Vjesnik,
29-XII-1962.
[34] De los debates parlamentarios, Vjesnik
30-XII-1962.
[35] Vjesnik,
19-XII-1962 (de los debates parlamentarios).
[36] O. Blagojevic: Inversiones en la
agricultura, Belgrado 1959, p. 227; Inversiones 1947-58. El Banco
Yugoslavo de Inversiones, Belgrado 1959.
[37] El Anuario
Estadístico de Yugoslavia para 1958, 1960 y 1962.
[38] Según la declaración del ministro de
economía M. Todorovic; Vjesnik, 8-IV-1962.
[39] De la reunión del Comité Ejecutivo
de la Alianza Socialista del Pueblo Trabajador de Yugoslavia; Vjesnik,
11-XII-1962.
[40] Ekonomska
Politika, semanario, Belgrado 10-XI-1962.
[41] VII Congreso de la Alianza Comunista
Yugoeslava, Kultura, Belgrado, 1958, p. 54. Discurso de Tito ante la
Asamblea Nacional.
[42] S. Popovic: El equipamiento
técnico de trabajo. "Ekonomist", Belgrado, 1-2 1959
[43] Del discurso de Tito en IV Plenario
del Comité Central de la Alianza Comunista Yugoeslava, Vjesnik
25/VII/1962.
[44] Vjesnik,
14/X/1962.
[45] Ibid.
[46] Vjesnik,
2/XII/1962.
[47] Vjesnik,
30/XII/1962.
[48] Vjesnik,
10/XII/1962.
[49] Vjesnik,
19/XII/1962.
[50] Vjesnik, 10/XI/1962.
[51] Vjesnik, 11/XII/1962. Cabe hacer notar que los salarios de la industria en Yugoslavia oscilan entre 8.000 y 25.000 dinares (10,7 y 32 dólares, respectivamente) para el 67,5% del total de los ocupados. (Indeks, 11/1962, p. 50).
[52] Vjesnik. 20/XII/1962
(artículo de K. Dzeba).
[53] Ante Kadic es profesor asistente de
idiomas y literaturas eslavos en la Universidad de Indiana, EE.UU. El autor
agradece a American Philosophical Society que hizo posible la investigación
necesaria para este trabajo.
[54] V. Jagic: "Hrvatska glagolska
knjizevnost", en Povijest hrvatske knjizevnosti de Vodnik, Zagreb
1913,pp. 9-60.
[55] F. Sisic: Povijest Hrvata u
vrijeme narodnih vladara, Zagreb 1925. Acerca del rey Zvonimir y su muerte
violenta, ver el reciente estudio de Stipe Gunjaca: "Kako i gdje je svrsio
hrvatsiki kralj Dimitrije Zvonimir", Rad, 288 (1952), pp. 205-324 (Rad
se refiere a los anales de la Academia de Ciencias y Artes de Zagreb).
[56] G. Novak: Prosilost Dalmacije, I.
Zagreb 1944, pp. 115-16; M. Kostrenicic: "Postanak dalmatinskih
sredovjecnih gradova", en Sisicev Zbornik (El Simposio de Sisic), Zagreb
1929, pp. 113-19; ídem, "Slobode dalmatinskih gradova po tipu
trogirskom", Rad, 239 (1930), 56-150.
[57] Lj. Karaman: Eseji i Clanci, Zagreb
1944, pp. 40-49. Cvito Fiskovic: "Nasi primorski umjetnici od 9 do 10
stoljeca", Hrvatsko Kolo, N° 2, 1948, pp. 241-65.
[58] El conocido arquitecto T. G. Jackson
afirma que ese portal es "una obra que por su sencilla concepción,
combinada con la riqueza de detalles, y por su maravillosa y acabada ejecución,
nunca fue superada en el arte románico o gótico", en su obra Dalmatia,
the Quarnero and Istria, II, Oxford 1887, 111. Las entalladuras de Radovan
denotan rebosante alegría de la vida; cf. Fiskovic, op. cit., p. 248.
[59] Cf. Numerosos estudios de Petar
Skok, especialmente su trabajo "O simbiozi i nestanku starih Romana u
Dalmaciji i na Primorju u svijetlu onomastike", Razprave, IV,
Ljubljana 1928, pp. 1-42, y su libro: Slavenstvo i romanstvo na Jadranskim
otocima: Toponomastika Ispitivanja, Zagreb 1950, Vol. I-II.
[60] Cf. Viktor
Novak: "The Slavonic-Latin Symbiosis in Dalmatia During
the Middle Age", Slavonic and East European Review, XXXII, N° 78,
diciembre 1953, p. 17.
[61] Según la crónica de uno de los
participantes en esa Cruzada, Geoffrey de Villehardouin, el mismo dux llamó a
Zadar "Jadres en Esclavonie"; cf. P. Skok; Tri starofrancuske kronike
o Zadru u godini 1202, Zagreb 1951, p. 84.
[62] Casi para cada una de las ciudades
dálmatas se puede reconstruir el cuadro de la penetración croata en base a los
registros de los nombres y apellidos, Cf. Grga Novak: Proslost Dalmacije I,
Zagreb 1944, 175-80 (cap. VIII: Croatización de las ciudades romanizadas en
Dalmacia).
[63] Benedetto Ramberti, Secretario del
Senado de Venecia, pasando por Dubrovnik en 1534 en su viaje a Turquía, observó
que todas las mujeres en Dubrovnik hablaban en croata y sus maridos en croata e
italiano; cf. V. Novak: "The Slavonic Latin Symbiosis in Dalmatia...,
"p. 19; sobre Ramberti ver Jorjo Tadic: Promet putnika u starom
Dubrovniku, Dubrovnik 1939, pp. 212-13, y P. Matkovics en Rad, 56 (1881),
203-32. El veneciano Giovanni B. Giustiniano informó a su gobierno en 1553, que
en Split, Trogir, Sibenik, Zadar y Dubrovnik, toda la gente común hablaba en
croata; ver Commissiones et relationes Venetae, II, S. Ljubic, Zagreb
1877, 190271. Acerca de
Split dijo que todas sus costumbres eran eslavas y que el idioma del pueblo
"es tan dulce y suave que es el primero entre todos los dialectos
dálmatas, como el idioma toscano es la final flor del habla italiana" (p.
215).
[64] En un llamado, mandado al Papa desde
Dalmacia en 1604, probablemente por P. Katic, se declara que únicamente un
pequeño número de croatas sabe el italiano, en su mayoría mercaderes y nobles,
"pero la gente común, las jóvenes monjas, las mujeres nobles y los monjes
no saben decir ni una palabra en italiano", en Ljubo Karaman: Dalmacija
kroz vjekove u historiji umjetnosti, Split 1934, p. 132, N° 2; M. Vanino:
"Dalmacija zahtijeva biskupe vjeste hrv. jeziku", Croatia sacra,
III, Zagreb 1933, p. 94.
[65] M. Perojevic: Petar Kruzic,
kapetan i knez grada Klisa, Zagreb 1931, pp. 180-209.
[66] Un poeta popular expresó la realidad diaria en esos términos: "Sangre con nuestro almuerzo, sangre con nuestra cena. Toda la comida está empapada de sangre. Lavamos nuestras manos y caras con sangre". C. Fiskovic; op. cit., p. 259.
[67] Dubrovnik pagaba tributo primero a
Venecia (1205-1358), luego a los reyes húngaro-croatas (hasta 1526), y por
último a los sultanes turcos.
[68] "Hrvatskih ter kruna gradov se
svih zove", escribió Ivan Vidali de Korcula en 1564; Stari pisci
hrvatski, V, 352. Lodovico Beccadelli (1501-72), que era arzobispo de
Dubrovnik durante un decenio, la llamó "specchio d' Illiria e suo pregio
maggiore"; ver Josip Torbarina: Italian Influence on the Poets of the
Ragusan Republic, Londres 1931, p. 51.
[69] No es mi propósito entrar aquí en
discusión acerca del significado del Renacimiento italiano en la historia de
Europa Occidental. Prefiero referirme a los dos últimos capítulos de la obra de
W. K. Ferguson: The Renaissance in Historical Thought, Boston 1948, pp.
290-385. Los poetas dálmatas en latín, al menos desde el punto de vista
religioso, deben ser considerados como continuadores de la Edad Media.
[70] Cf. Un exhaustivo, interesante y muy
discutible artículo de Giovanni Maver: "La letteratura croata in rapporto
alla letteratura italiana",Italia e
Croazia, Roma 1942, XX, pp. 455-522. También M. Deanovic: "Les
influences italiennes sur l' ancienne littérature Yougoslave du littoral
adriatique", Revue de littérature comparée, XIV, 1934, 30-52.
[71] Josip
Torbarina, id., parte I: "Relations between Dubrovnik and
Italy", pp. 19-87; Jorjo Tadic, op. cit., p. 207.
[72] A. Cronia: Storia della
Letteratura serbo-croata, Milán, 1956, dice correctamente: "Sopra
tutto a Padova, dove intere generazioni di Dalmati si temprarono e si immortalarono
pasgando dal banco dello scolaro alla catedra del maestro" (p. 34).
[73] B. Croce: Poesia popolare e
poesia d' arte, en el capítulo "La Poesía Latina" afirma que:
"La lingua latina fu, tra l'altro, per secoli, un modo di scambio nella
republica letterario-scientifica, e anche nel mondo della politica", 3°
ed., Bari 1952, p. 439.
[74] "Nessuno infatti di questi
autori negò la propia nazionalità croata..." Franjo Trograncic: Storia
della letteratura croata, Roma 1953, pp. 119-20.
[75] Cf. J. Torbarina: Italian
influence..., passim, especialmente p. 50, donde cita al arzobispo
Beccadelli: "Questo è un paese da Schiavoni cioè da robusti, e non da par
nostri deboli".
[76] Cf. M. Kombol:
Poviest hrv. knjizevnosti, Zagreb 1945, pp.
58-74 ("Humanizam i njegovi odjeci"), Ante Kadic: "Croatian
Renaissance", Studies in the Renaissance VI, 1959, 29-33.
[77] Grga Novak, su editor moderno,
Zagreb 1951, ofrece un cuadro fidedigno de Dalmacia y de Hvar durante la
primera mitad del siglo XVI. El estudio de Novak incluye el texto latino de
Pribojevic y su traducción vertida en croata por Veliko Gortan.
[78] De
origine successibusque Slavorum, Zagreb 1951, p. 58.
[79] De
origine successibusque Slavorum, Zagreb 1951, p. 58.
[80] Este poema tuvo su tercera edición
en Basilea en 1538. Cf. Dj. Korbler: "Jakov Bunic Dubrovcanin: Latinski
pjesnik", Rad, 180, 1910, pp. 58-134.
[81] F. Racki: "Iz djela E. L
Crijevica dubrovcanina", Starine, IV, 1872, pp. 155-200; G. N.
Sola: "Aelii Lampridii Cervini Operum latinorum pars prior", Archivio
storico per la Dalmazia, XVI-XIX, 1934.
[82] Crijevic no era una excepción entre
los humanistas. El lenguaje poético croata era todavía rudimentario
("nostra tempestate scythica lingua utimur", Crijevic), comparado con
el italiano de Dante y Petrarca; no obstante ello, Francesco F. Sabino llamó en
1536 la lengua italiana "linguam non vulgarem, sed immudam, non barbaram,
sed ipsam barbariem" cf. Kombol, op. cit., p. 67
) . Muchos humanistas compartían esa opinión; cf. W. K. Ferguson: The
Renaissance in Historical Thought, p. 21.
[83] La obra de Sisgoric: De situ
Illyriae et civitate Sibenici a 1487 fue publicada por Srepel en Gradja za
povijest knjizevnosti hrv., II, 1899, 1-12. En su último capítulo sumamente
interesante, 17 ("De moribus quibusdam Sibenici") leemos esta frase
relativa a la poesía popular amatoria: "Petulans deinde iuventus,
cupidinibusque capta, voce valens amatorium carmen tale noctu decantant quale
vix cultus Tibullus aut blandus Propertius aut lascivus Licoridis Gallus aut
Lesbia Sappho decantaret" (en Gradja, II, 11).
[84] En el mismo capítulo sobre las
costumbres populares, Sisgoric declara: "Siquidem proverbiis Illyricis
utuntur, quae nos dicteria diximus, et ex lingua vernacula in latinum
vertimus". Es una lástima que se haya extraviado esta única traducción.
[85] Branko Vodnik: Povijest hrvatske
knjizevnosti, Zagreb 1913, p. 77.
[86] Una selección incompleta de elegías
y epigramas de Pannonius fue publicada en Zagreb, 1951, por la Academia de
Ciencias y Artes, en la serie titulada Hrvatski Latinisti (Los
latinistas croatas). Junto con el texto latino se publicó la traducción croata
hecha por el poeta Nikola Sop. En excelente prefacio, el latinista Mihovil
Kombol describe los servicios políticas de Pannonius a
la corte del rey Matías Corvino, y valoriza el lugar que ocupa entre los poetas
neo-latinos. Para Kombol, los máximos logros poéticos de Pannonius son sus III,
X y XIV elegías (Pjesme i epigrami, p. XVI)
[87] Caracterizan a Cesmicki sus versos
densos y muy pintorescos acerca del paisaje de Bosnia:
Pars fuit Illyrici, quam nunc vocat incola Bosnam,
Dura, sed argenti munere dives humus.
Non illic viries spacioso margine campi,
Nec sata qui multo foenere reddat ager.
Sad regidi montes, sed saxa minantia coelo,
Castella et summis imposita alta jugis...
Cf. Pjesme i epigrami, pp. 36 y 322.
[88] Ante Kadic:
"Croatian Renaissance", Studies in the Renaissence, VI (1959,
34-35).
[89] Ver Zbornik Marka Marulica
1450-1950, Zagreb, 1950; la, introducción de M. Kombol a Judita, ed. V.
Stefanic, Zagreb, 1950, pp. 9-22; Cvito Fiskovic: "Prilog zivotopisu Marka
Marulica Pecenica", en Republika, VI (1950), 186-204. El nombre de
Marko Marulic figura en muy pocas enciclopedias europeas y americanas, de modo
que es digno de elogio el artículo de Mirko Usmiani en Harvard Slavic
Studies, III (1957), 1-48, dedicado enteramente a la bibliografía de
Marulic.
[90] Mirko Deanovic observa acertadamente
que ninguno de esos humanistas italianos dejó rastro significante en las obras
de Marulic (en Revue de lit. comparée, 1934, p. 40).
[91] Petar
Kolendic: Maruliceva oporuka, Split, 1934. Se desprende
obviamente de su testamento que el interés de Marulic por la literatura
italiana era sumamente limitado; tradujo al latín el poema de Petrarca
"Vergine bella".
[92] Las palabras de Marulic en su
célebre poema "In somnium diurnum"; cf. Zbornik, p. 8.
[93] Ksenija Atanasijevic: Penseurs
Yougoslaves, Belgrado, 1937, pp. 19-43.
[94] Animadversio in
eos qui beatum Hieronymum Italum esse contendunt; ver I. Lucic: De
regno Dalmatiae (Amstedolami, 1666), que incluye también la traducción
latina de Marulic de Regnum Dalmatiae et Croatiae gesta.
[95] Algunos otros libros de Marulic, por
orden de importancia, serían: Evangelistarium (Venecia, 1516); Quinquaginta
parabolae (Venecia, 1510); De humilitate et gloria Cristi (Venecia,
1519). Esos libros en latín le valieron la gloria como "fidei propugnator
acerrimus, princeps suae aetatis philosophus, sacrarum literarum scientia
nemini secundus" o "post divum Hieronymum Dalmatiae secunda
gloria"; cf. Jezic, Hrvatska knjizevnost, p. 71. M. Srepel publicó
varios poemas en latín de Marulic en Gradja, 2 (1899), 13-92.
[96] Ante Kadic:
"St. Francis Xavier and Marko Marulic", Slavic and East European
Journal, Spring 1961, pp. 12-15; Franjo Galinec:
"Marulic kao teoloski ugled i knjizevni izvor", Vrela i Prinosi, V
(Zagreb, 1935), 79-92.
[97] Transcribimos uno de sus cortos
poemas en latín (Zbornik, p. 10):
Quaeris cur conjunx te dilexerat olim
Nunc fugit et duris litibus exagitat.
Verius haud quicquam possum tibi dicere, Marce:
Dilexit iuvenem, nunc fugit illa senem.
Omnibus hoc vitium est miseros odere maritos,
Aetas longa quibus languida membra facit.
Vis tu pace frui, cum sit tibi candida barba,
I procul, atque alio vivere disce loco.
[98] M. Srepel, en Gradja, 4 (1904), 189-215.
[99] Usmiani afirma que "Marulic fue el primer humanista que compuso un
poema de tal extensión y alcance y el único quien escogió a su héroe del
Antiguo Testamento", Harvard Slavic Studies, III, 1.
[100] J. Badalic, en Davidias, pp. 9, 278.
[101] Franjo Fancev: Gradja za pjesnicki leksikon hrv. jezika, en Gradja,
15 (1940) 182-200.
[102] Cf. Kombol: Povjest hrv. knjizevnosti, pp. 82-87, y especialmente
Petar Skok: "O stilu Maruliceve Judite", en Zbornik, pp.
165-241, donde afirma que la originalidad de Marulic estriba principalmente en
su estilo.
[103] Marulic, Judita, ed. Marcel Kusan con introducción de P. Kasandric
(Zagreb, 1901); ídem, Judita, ed. V. Stefanic con Introd. de M. Kombol
(Zagreb 1951).
[104] Milan Resetar, ed. Pjesme Siska Mencetica, Dzore Drzica i ostale pjesme
Ranjinina Zbornika (Zagreb 1937), con una magnífica introducción.
[105] J. Torbarina: Italian influence on the poets of the Ragusan Republic,
pp. 91-137; cabe destacar, empero, que una vieja teoría de Jagic
("Trubaduri i najstariji hrvatski lirici", Rad, 9 1869,
203-33) la retomó M. Murko: "Nekoliko rijeci o prvim dubrovackim
pjesnicima", en Resetarov Zbornik (Dubrovnik, 1931), pp. 233-43,
pretendiendo que los primeros poetas de Dubrovnik estaban bajo la influencia de
los trovadores por intermedio de Nápoles.
[106] Cf. Dragoljub Pavlovic: Dubrovacka poezija (2º ed.; Belgrado, 1956), pp.
60-62, 193-98.
[107] Grga Novak, Hvar (Belgrado, 1924), passim; B. Vodnik: Povijest
hrvatske knjizevnosti, p. 113-16.
[108] Giovanni Maver: Letteratura serbo-croata (Milán, 1960) p. 117.
[109] Ribanje, que fue publicado en 1874 por S. Ljubic en la colección Stari pisci
hrvatski, apareció nuevamente (Zagreb, 1953) en las series de autores
croatas, en reproducción fotostática de la edición anterior al cuidado de la
Academia de Zagreb. Cf. también Ribanje i ribarsko prigovaranje, ed.
Ramiro Bujas, Zagreb, 1951.
[110] Los pescadores no eran reales, sino "totalmente desfigurados"
conforme a Marin Franicevic, por cuanto son obedientes y leales a su amo. ¿Qué
pasa con la lucha de clase? Cf. Enciklopedija Jugoslavije, s. v. Hektorovic,
III (1958), 667.
[111] Cf. Dragutin Subotic, Jugoslav Popular Ballads
(Cambridge, 1932), p. 147; H. Munro y N. Kershaw Chadwiek: The Growth of
Literature (Cambridge, 1936), II, 300; Matija Murko: Tragom
srpsko-hrvatske narodne epike, Zagreb, 1951, I-II, passim.
[112] M.A., Petkovic: Dubrovacke maskerate, Belgrado,
1950, pp. 29-94; Cronia: Storia della letteratura
serbo-croata, pp. 46.
[113] Trograncic: Letteratura croata, pp. 74-77.
[114] Cf. Resetar, Djela Marina Drzica.
[115] Con anterioridad al Concilio de Trento, la situación general entre el bajo
clero católico en Dubrovnik era asaz dudosa desde el punto de vista moral. Ver
A. Theiner: Vetera monumenta Slavorum meridionalium historiam illustrantia,
II, Zagreb, 1875, pp. 330-36. Visitator apostolicus exponit statum republicae
ragusinae rationemque reformationis: "Il clero ha molti preti di mala
vita, per il più ignoranti, concubinari o al men con donne suspetosissime in
casa, poverissimi per il più servono alli nobili nelle cose profane e
vile", Tomo Matic: "Vjera i crkva", Rad, 231 (1925),
250-83; Ivan Vitezic: La prima visita apostolica postridentina in Dalmazia
(Roma, 1957), pp. 29-34.
[116] En Djela Marina Drzica, Stari pisci hrvatski, VII, ed. Milan Resetar, Zagreb, 1930, p. CXXVII; Marin Drzic,
ed. Miroslav Pantic, Belgrado, 1958, p. 60.
[117] C. Jirecek: "Beiträge zur ragusanischen
Literaturgeschichte", Archiv für slavische Philologie, XXI (1899),
483-93; Jorjo Tadic: Promet putnika u starom Dubrovniku, p. 292.
[118] Resetar, en Djela Marina Drzica.
[119] Ibid.
[120] "Messe Marino Raguseo rectore di Sapiantia che intervenne alla comedia
si citi e si riprenda in collegio", el Archivo Nacional de Siena, Balia,
123 (antes 99), carta 39b-40b. P. Skok fue el primero en escribir (Razprave,
1930, pp. 39-41) sobre la presencia de Drzic en la representación de la comedia
prohibida por el censor. Sabemos que el 9/II/1542 Drzic no era un simple
espectador sino que desempeñó el papel del amante ("Magnificus Rector
Sapientiae qui amasium in ea comedia egit ) Fondo
del Capitano di Giustizia (Capitaneus iusticie Senarum), registro 58, p.
69.
[121] Los protocolos notariales para los años 1541-45, relativos a la Universidad
de Siena, actualmente guardados en los archivos de la Curia arcivescovile,
fueron examinados por el Dr. Ubaldo Morandi (archivista en Siena), sin que se
encontrara indicación alguna de que Drzic obtuvo laurea.
[122] Torbarina, op. cit., pp. 138-39; Arturo Cronia: "II
petrarchismo nel Cinquecento serbo-croato", Studi Petrarcheschi, I
(1948), 242-45 ("Ben poco resta, comunque, di auo, di sentito e di
spontaneo nel Darsa")
[123] Jorjo Tadic: Dubrovacki portreti, Belgrado, 1948, pip. 101-11; Resetar, op.
cit.
[124] Estas cartas fueron descubiertas por el profesor Jean Dayre (Marin Drzic
conspirant à Florence", Revue des études slaves, X, 76-80; Dubrovacke
studije, pp. 19-23), y publicadas por Resetar en Djela Marina Drzica.
La primera carta, (fechada 2 de julio de 1566) está catalogada ahora en Miscellanea
Medicea, filza 54 (antes 77), fasc. 65 ("Lettera di Marino Darsa
Raguseo del 1566 lunga, e molto singolare e originale al Granduca Cosimo primo
nella quale gli propone la maniera di impadronirsi della Repubblica di Ragusa,
e nella quale spiega le cose del governo presente); la segunda (3 de julio), la
tercera (23 de julio) y la cuarta (agosto 28) se conservan en Mediceo,
filza 522 (antes Carteggio universale, filza 192).
[125] Jorjo Tadic: Dubrovacki portreti, pp. 124-25.
[126] Stari prisci hrvatski, VII.
[127] Revue des études slaves, X, 30; Dubrovacke studije, pp. 22-23.
[128] Marin Drzic pjesnik dubrovacke sirotinje, Zagreb, 1950; también en Hrvatsko Kolo, Nros.
2-3, 1949, pp, 312-43.
[129] Dragoljub Pavlovic: "Novi podaci za biografiju Marina Drzica", en
Iz knjizevne á kulturne istorije Dubrovnika (Sarajevo, 1955), ahora
reimpreso en Marin Drzic, ed Pantic; pp. 20 ("Padre Marinó Darsa,
capellano del Revmo. patriarca di questa città di Venezia").
[130] Ante Kadic: "Marin Drzic, Croatian Renaissance
Playwright", Comparative Literature, Fall, 1959,
p. 349-50.
[131] Ese criterio es tan común en Italia que incluso un profesor erudito como
Arturo Cronia, en su reseña de la literatura servio-croata, escribe sobre
Drzic: "Scarsa la originalità, ché quasi tutto, dalla tipologia alla
fraselogia, è desunto dall' italiano", Letteratura serbo-croata,
Milán 1956, pp. 57-58; cf. también su artículo: "Per una retta
interpretazione di Marino Darsa", Rivista di letterature moderne,
IV (1956), 203.
[132] Djela Marina Drzica, ed. Resetar, p. 105.
[133] Como Creizenach hizo algunas afirmaciones ambiguas acerca del Plakir
de Drzic (en Geschichte des neuen Drama, II, 499-90), muchos croatas
presumían que existía una similitud real entre Plakir de Drzic y El
sueño de una noche de verano de Shakespeare. Algunos críticos sostienen que
Shakespeare, al escribir su comedia, recurrió a una desconocida fuente
italiana. ¿Se sirvió Drzic de la misma fuente? Tal vez se halle el original
italiano.
[134] Dragoljub Pavlovic: "Komedija u nasoj renesansnoj knjizevnosti",
en Marin Drzic, ed. Pantic, p. 211.
[135] Pavle Popovic estima que Omakala es un "personaje cómico"; no
obstante ello, observó que su criticismo de las señoras de Dubrovnik es serio,
aunque susceptible de provocar risa ("Jedna pastorala Marina Drzica",
Godisnjica Nikole Cupica, XLIV, 219-33, reimpreso en Marin Drzic,
ed. Pantic, pp. 169-71).
[136] "Il ne copie pas ses modèles, il les adapte, au contraire, afin que ce
cadre puisse répondre aux exigences locales de Raguse et c'est ainsi qu'il crée
ses pièces originales, des tableaux riches et vivants, chroniques dramatisées
de sa ville". Mirko Deanovic, "Les influences italiennes sur
I'ancienne littérature Yugoslave du littoral adriatique", Revue de
Littérature Comparée, XIV, 1934, 46.
[137] Resetar: Djela Marina Drzica, p. 47. La relajación de la juventud
ragusina es considerada por ciertos críticos como una censura social implícita;
cf. Kombol: Novela od Stanca, Zagreb, 1949, pp. 42-43, y F. Svelec:
"Neke misli o Drzicevoj Noveli od Stanca", Republika, 1954, p.
638.
[138] Ver Petar Kolendic: "Premijera Drziceva Dunda Maroja", Glas,
1951, p. 53.
[139] Milan Bogdanovic: Stari i novi, IV, 188; Eli Finci: "Marin
Drzic; Dundo Maroje", Knjizevnost, Nros. 7-8, 1949, pp. 112-17; Vise
manje od zivota, Belgrado, 1955, pp. 21-30; Zivko Jelicic: "Ljudi
nazbilj i ljudi nahvao u Drzicevoj komediji", reproducido de la revista Mogucnosti,
Split, 1957, Nros. 8-9.
[140] Djela Marina Drzica, ed. Resetar, pp. 256-58; Dundo Maroje, Belgrado,
1951, pp. 20-22.
[141] Dragoljub Pavlovic: op. cit., p. 18. Y. Marchiori: "Riflessi del teatro italiano nel Dundo
Maroje", p. 25; Kombol: Poviest hrv. kjnizevnosti, p. 104.
[142] En Rivista di letterature moderne, 1953, p. 203. "Cambiate la
vernice a tale scena cambiate il nome a tale personaggio raguseo, cambiate la
forma a tale allusione alla società ragusea, e avrete il corrispondente
italiano".
[143] "Riflessi del teatro italiano nel Dundo Maroje di Marino
Darsa", Rivista Dalmatica, Nros. 2-3, 1958.
[144] Cf. Franjo Svelec en su reciente y minucioso estudio: "Dundo Maroje
u raspravi Jolande Marchiori", Zadarska revija, Nros. 3-4, 1960.
[145] Además de Calandria (impresa en Siena en 1521), Drzic pudo haber
visto Gl'ingannati, la mejor comedia sienesa; un interesante estudio
comparativo podría escribirse sobre las similitudes externas entre la obra de
Drzic y los Gl'ingannati. Cf. Ireneo Sanesi, Comedie del Cinquecento,
I, Bari 1912, 409; Mario Apollonio: Storia del teatro italiano, II,
Florencia, 1951, 1958-63. Luigi Russo escribe acerca de Calandria:
"La Leggerezza gioiosa che percorre la Calandria è testimonianza di
ispirazione genuina, ma non di ispirazione profonda", Commedie
Fiorentine del `500 (Florencia, 1939), p. 193.
[146] "Sva je ukradena iz njekoga libra starijeg neg je staros -iz
Plauta", Djela Marina Drzica, ed. Resetar, p. 200.
[147] "Skup Marina Drzica prema Plautovoj Aululariji", Rad, 99
(1890), 185-237.
[148] "Die Aulularia des Plautus in einer südslavischen Umarbeitung aus der
Mittel des XVI. Jahrhunderts", in Festschrift Johannes Vahlen
(Berlin, 1900), p. 637; traducido al croata por M. Kombol: Izabrani kraci spisi
Vatroskcva Jagica, Zagreb 1948, p. 352.
[149] "Problem odnosa Drziceva teatra rema talijanskoj dsnjizevnosti,
Zadarska revija, Nº 1 1958, pp. 10-28 ("El autor concluye que Skup
de Drzic, basado en el tema de Plauto, es una pieza construida
independientemente, vinculada con los dramaturgos italianos mediante el uso de
la misma técnica -en aquel tiempo generalmente usada en el drama europeo- y por
la fuente común para el argumento básico tomado de Plauto", p. 29).
[150] Milan Resetar: "Jezik Marina Drzica", Rad, 248 (1933),
99-100; Vera Javarek acota acertadamente: "Cada uno de sus muchos y
diversos personajes menores posee su estilo apropiado de habla", Slavonic
and East European Review, N° 88, 1958, pp. 155-56.
[151] Planine fue reproducida fotostáticamente por la Academia de Zagreb, 1952.
[152] V. Stefanic, Planine Zagreb, 1942, pp. 10-19; Gojko Ruzicic:
"Jezik Petra Zoranica", Juznoslovenski filolog, X-XI.
[153] Cf. Stephen Fischer-Galati: Ottoman Imperialism and
German Protestantism (Cambridge 1959).
[154] Cf. Josip Horvat: Kultura Hrvata kroz 1000 godina,
I, Zagreb 1939, p. 33.8
[155] M. Kombol: "Dinko Ranjina i talijanski petrarkisti", en Gradja,
11, 1932, 64-94; Torbarina: Italian Influence..., pp. 142-97.
[156] Jean Dayre: Dubrovacke studije, Zagreb, 1938,
pp. 73-88.
[157] Jorjo Tadic: Dubrovacki portreti, Belgrado,
1948, pp. 316-48; Torbarina: "Tassovi soneti i madrigali u cast Cvijete
Zuzoric", en Hrvatsko Kolo, XXI, 1940, 69-96; Ante Kadic:
"Cvijeta Zuzoric, legenda i stvarnost", en Hrvatska Revija, V,
N° 3, 1955, 285-90.
[158] M. Kombol: "Talijanski utjecaji u Zlataricevoj lirici", Rad,
247, 1933, 212-51; cf. también André Vaillant: La langue de Dominko Zlataric,
París, 1928.
[159] Torbarina, Italian Influence..., pp. 202-25.
[160] En 1942, en la notoria colección de artículos Italia e Croazia, que
celebró la anexión de Dalmacia a Italia, Giovanni Maver escribió: "La
letteratura dalmato-ragusea in lingua croata non ha, di fronte all'italiana,
che una sola differenza essenziale -la lingua" (p. 485; cf. también p.
481). En su libro reciente: Letteratura serbo-croata (Milán, 1960), es más
sutil, circunspecto y menos parcial (cf. pp. 115-16).
[161] A. Cronia: La fortuna del Petrarca fra gli Slavi meridionali, en Annali
della Cattedra Petrarchesca, Vol. IV, 1932, y también en libro separado
(Arezzo, 1933).
[162] Ver del mismo autor: "Política agraria en Yugoslavia", Studia
Croatica, Año II, Nros. 2-3, pp. 117-29.
[163] Todos los datos correspondientes a los años 1959 1960 y 1961 son extraídos
del boletín económico y estadístico mensual de la FAO: Bulletin mensuel
économique et statistique agricole, N° 3, marzo 1962, Roma,
[164] "Pues era un verdadero idilio en relación con lo que hoy día tenemos
que soportar". Cartas del barón Gabriel Apor a Elemér Homonnay, fechadas
30 de octubre 1962 y 29 de noviembre 1952.
[165] C. A. Macartney; October Fifteenth, Edimburgo,
University Press, 1957, Vol. I, p. 86; Antal
Ullein-Reviczky: Guerre Allemande - Paix Russe, Neuchatel, Suiza, 1947,
p. 99.
[166] Pesti Hirlap: "Kossutics eloadása az angol külügyi társaságban"
(La conferencia de Kosutic en el Instituto Inglés de Asuntos Internacionales)
11-I-1933; Dr. József Bajza: Jugoszlávia belpolitikája 1932 április 4
után" (La política interior de Yugoslavia después del 4 de abril de 1932);
Magyar Szemble, 1934.
[167] Carta de Andrés Tamás a Elemér Homonnay, fechada el 26-XI-1962.