Studia Croatica
Año XII, Buenos
Aires, 1971, N° 40-41
La lucha por una
nueva Constitución y los fondos centrales
Cuentas turbias:
La destrucción de la economía croata
Cisma en la
estructura de poder e ideología del marxismo-leninismo
El centenario de
la ópera croata en Zagreb (1870-1970)
Reseña histórica
de la lengua literaria croata
La poesía del
resurgimiento croata
Ivan Ratkaj, primer misionero croata en América
(1647-1683)
Die stimme der kroaten - La voz de los croatas
In memoriam a
Sava M. Stedimlija
Zvonimir Kulundzic: Los Escritos Políticos de Esteban
Radic
Vladimir Maric:
Kroatische Adriaküste (Land der Tausend Inseln)
Ivan Muzic: Hrvatska polítika i jugoslavenska ideja (La
política croata y la idea yugoeslava)
Der Donau-Raum,
Zeitschrift des Forschungsinstitudes für den Donauraum
Ives Ivonides: El mártir de la Ciudad de Kresimir, Zagreb
1970, pág. 32.
Francisco
Nevistic
La crisis de la idea
estatal yugoeslava y de su régimen de autogestión
La Yugoslavia
comunista pasa actualmente por una crisis de carácter múltiple: político,
económico, social y cultural. En efecto, aquel Estado nunca tuvo un período de
estabilidad política, como tampoco de trabajo aunado de sus fuerzas por el bien
común. Simplemente porque nunca supo encontrarlo.
Con la llegada
del comunismo al poder en 1945, las relaciones entre sus naciones empeoraron
más aún. Lo mismo sucedió en cuanto a las relaciones de clases. El comunismo no
supo solucionar el problema nacional que viene aquejando aquel Estado
plurinacional desde su nacimiento, como tampoco el problema social. Además de
la incapacidad en general del comunismo al respecto, en el caso concreto
yugoslavo hay otro factor de significado decisivamente negativo. La hegemonía
servia, su unitarismo y centralismo representaron siempre el obstáculo
principal para todas las tentativas, incluso las más sinceras, de organizar en
aquel país tan singular un sistema político-social que satisficiera a todos sus
componentes nacionales y no sólo a los servios.
Con la caída del
"famoso" jefe de policía A. Rankovic en 1966, terminó formalmente una
fase de esa hegemonía servia, sin que terminara la hegemonía misma. En lugar
del aparato opresivo policial, se instalaron nuevas formas de predominio
servio. Las más evidentes de ellas son los bancos y las sociedades
reexportadoras de Belgrado. Allí está acumulado el potencial financiero de todo
el país. Los administradores servios de Belgrado, que es a la vez la capital
servia y del país, disponían y siguen disponiendo de ese capital en forma más o
menos arbitraria. Se da prioridad a las necesidades de desarrollo de Servia y
de los que ayudan a los servios en su política de opresión y hegemonía.
Este estado
anormal pudo quedar disimulado mientras EE.UU. consignaban
sumas ingentes en concepto de ayuda al régimen. El descontento en estado
latente pudo mitigarse con migajas caídas de la mesa llena de bienes ajenos.
Pero, al restringirse y cesar por completo esa ayuda norteamericana, el
comunismo yugoslavo demostró lo que puede y lo que vale. El "socialismo
democrático", "la sociedad de autogestión" y la "democracia
de los productores inmediatos" no pudo desempeñar
el pretendido papel de alternativa entre el capitalismo liberal y el socialismo
totalitario de tipo stalinista. Ilusiones, profetismo marxista y fe en un
rosado futuro acaban de llegar a su fin.
La crisis de la
idea estatal, es decir, de la unidad política de esos pueblos, entre sí tan opuestos,
como también la crisis de la sociedad de autogestión llevaron
a aquella comunidad política a una situación muy penosa. Tanto, que el mariscal
Tito en persona tuvo que declarar el 21 de septiembre ppdo. que
"así no podemos ir adelante", que estaba en cuestión "todo el
sistema" y que era obligatorio tomar medidas necesarias de cambio porque
"el tiempo no trabaja para nosotros". ¿En qué, pues, consiste la
crisis tan grave de Yugoslavia comunista?
Es menester
elegir algunos elementos que consideramos esenciales para poder entender el
complejo que no podemos analizar en su totalidad.
Se trata en
primer término de la cuestión nacional, y en el segundo de la cuestión
económico-social. En efecto, implantando un sistema federal en 1946, Tito y su
Partido creían haber solucionado el problema nacional de su Estado
plurinacional. Mejor dicho, Tito y sus colaboradores sabían bien cuán inexacta
era esa suposición. Para suplir la falta de una solución real de la cuestión
nacional, se hizo un considerable esfuerzo para hacer creer a los demás en
dicha supuesta solución. Y no sin efecto. Una gran parte de la opinión mundial
aceptó como verdad lo que era solamente la apariencia. A Tito se lo mencionaba
una y otra vez como el hombre que supo hallar la solución efectiva a una
cuestión tan complicada y difícil de su país. El federalismo de Tito se
contraponía al unitarismo-centralista de la Yugoslavia monárquica.
Pero la verdad no
permite que se esconda por mucho tiempo. En la discusión actual relativa a una
nueva (la cuarta) Constitución después de 1945, la verdad sale a la luz del
día. La reconocen los mismos líderes del comunismo yugoslavo. Basta atenerse
solamente a sus palabras para ver la verdad que se pretendía no existir.
"Me parece que estamos construyendo otra vez la federación, en condiciones
completamente nuevas... Se trata de un novedoso arreglo entre las naciones y
las nacionalidades... diferente de aquél de los veinte años últimos, aun cuando
muchos creían -algunos hoy todavía- que muchas cuestiones fueron solucionadas
para siempre..." (Hrvatska u Federaciji - Croacia en la Federación, en
"VUS", Zagreb, noviembre de 1970, en un diálogo con el presidente de
gobierno local comunista de la república de Croacia, el Sr. D. Haramija).
Para completar su
opinión, citaremos apreciaciones de la misma índole del líder comunista
macedonio, K. Crvenkovski: "La génesis de la Yugoslavia como Estado -me
refiero a 1918- dejó, profundas huellas que sentimos en cierta forma todavía
hoy... La Yugoslavia monárquica se formó como un Estado centralista con
predominio evidente de la burguesía servia... Siendo la nueva Yugoslavia la
continuación en cierto sentido de la anterior... no pudo liberarse de dicha
herencia... Lo que me queda como un enigma es que a pesar de los últimos veinte
años de nuestro desarrollo, es decir desde 1950 cuando habíamos proclamado el
sistema de autogestión y cuando toda nuestra preocupación intelectual tendía
hacia una filosofía de la sociedad descentralizada y de autogestión, de facto
se desarrollaban continuamente el estatismo y el centralismo federales... Si
hay crisis en nuestra sociedad, ella no reside -como lo desean presentar
algunos- en que se insiste por más espacio para las naciones y las
repúblicas... sino justamente en el hecho de que hay fuerzas que se oponen a
dicha exigencia..." Contestando las observaciones de que el otorgamiento
de más espacio a las nacionalidades las repúblicas significaría el retroceso
histórico, Crvenkovski contestó: "Los hombres se asocian, lo mismo que las
comunidades nacionales, para lograr sus intereses parciales y para trazar el
camino de sus intereses comunes... No es posible sacrificar estos intereses
parciales, justamente vitales de una nación, por unos intereses supuestamente
superiores. Estos intereses superiores en la historia de cincuenta y más años
del socialismo fueron siempre ajenos y alienados de todos los pueblos, menos,
aquellos que soñaban con la hegemonía". Para ser más concreto, Crvenkovski
se refirió al caso de Croacia y de Macedonia: "Me parece que es imposible
exigir de una nación que renuncie a su estabilidad nacional, como tampoco y
todavía menos se puede aceptar la tesis que, señalando la presencia real de
otras nacionalidades en algunas de las repúblicas, niega la estatalidad
nacional de las mismas, como por ejemplo en caso de Croacia y Macedonia.
Tomando el caso de estas dos repúblicas, debo ser completamente franco y
sincero para decir: no veo una perspectiva de igualdad de los servios en
Croacia, o de la nacionalidad albanesa o turca en Macedonia, si los mismos
siguieran negando la estatalidad croata o macedónica respectivamente"
("VUS", Nº 972, Zagreb, 16 XII de 1970).
El fiscal de la
capital croata, Zagreb, Slobodan Budak, recalcando la necesidad de rescindir
toda idea o práctica con los elementos de centralismo y unitarismo, acota:
"Hablando francamente, con esta rescisión no hemos acabado completamente.
Debemos hacerlo...". Después de haber explicado la concepción leninista de
la nación, Budak prosiguió: "Considero de suma importancia saber en este
momento, si nosotros, como Liga de los Comunistas de Yugoslavia y partiendo del
punto de vista de que cada nación tiene derecho de constituirse en su comunidad
propia, nacional, soberana y republicano-estatal, si somos capaces sacar las
últimas consecuencias de las posiciones que hemos tomado de común
acuerdo". Una de esas decisiones, según él, sería la siguiente: "La
república debe ser organizada como la comunidad nacional soberana y estatal.
Esto implica que todo el poder, originalmente, es de la república y que la
parte de este poder las repúblicas pueden separar y transferirla... a la
federación". Además: "Al Estado socialista lo caracteriza también el
monopolio de fuerza (violencia)... Pero el atributo de monopolio de fuerza es
atributo propio del Estado y, en consecuencia, este monopolio no lo puede
tener, en lugar de la república soberana, su emanación, es decir, la
federación. No se puede pasar por alto la cuestión de quienes son los órganos
de fuerza como se intenta hacerlo. En Croacia es de amplia difusión la opinión
que la policía y el poder judicial deben ser de competencia total de las
repúblicas..." (Jesmo li spremni na sve posljedice? - ¿Estamos listos a
sacar todas las consecuencias?, en "VUS" 3/12/71).
Vladimir Bakaric
a su vez, el comunista Nº 1 de Croacia y uno de los colaboradores más íntimos
de Tito, hablando a los comunistas de la Universidad de Zagreb, dijo también lo
siguiente: "En el segundo grupo de problemas se halla la cuestión de la
relación federación-república, o si quieren así, la relación
naciones-federación. Aquí hubo muchísimas discusiones. Muchísimas justamente
porque aquí se hallan problemas que se trata unificar mediante el Estado y las
organizaciones políticas, conciliando diferencias entre las naciones, las economías,
el grado de desarrollo, etc... Lógicamente, tratándose aquí de una estructura
superior de la base fundamental económica, alienada del productor inmediato, se
han creado posiciones desde que se dispone de plusvalía sin ser sometida a la
consideración del mismo productor inmediato. Creándose esos centros de poder,
era natural que las diferencias vinieran acentuándose cada vez más. Aquí
tenemos... el sitio de nuestros litigios principales" ("Vjesnik"
del 22 de febrero de 1971, Zagreb).
El profesor y
economista, el Dr. S. Djordan, refiriéndose a las Constituciones anteriores de
la Yugoslavia comunista dice: "...la federación había tomado en sus manos
todas las funciones esenciales: el conjunto económico total, es decir, todo el
sistema de inversiones con el monopolio a la política de desarrollo y de
inversiones, monopolio a las relaciones económicas internacionales, toda
política de impuestos y finanzas en general... Las repúblicas fueron instaladas
por deducción y les fue confiada la función de recaudador de impuestos para las
necesidades de la federación, la ejecución de los planes de la misma, etc.,
mientras su autonomía e independencia eran tan reducidas que ni siquiera se
pudo hablar de un federalismo real..." (Ekonomske Funkcije Nove Federacije
- Funciones Económicas de la Nueva Federación, en "Studentski - List
Gazeta Estudiantil, Nº 21, Zagreb, 17 de noviembre de 1970, pág. 20-21).
Confirmando la
misma necesidad de reforma en el sentido antes dicho, el presidente de la
Juventud comunista yugoeslava, Janez Kocijanic, esloveno, declaró:
"Estamos empeñados en convertir a Yugoslavia en una comunidad de Estados
-comunidad socialista de Estados- los que deben desempeñarse como portadores de
la soberanía nacional" (en Neue Zürcher Zeitung del 20 de febrero de 1971
en el artículo: Die Schwierigkeiten beim Umbau Jugoslaviens - Las Dificultades
en la Reorganización de Yugoslavia).
Este sería un
aspecto de la profunda crisis actual yugoeslava. El federalismo formal no pudo
solucionar el problema nacional. Es por eso que actualmente se destaca la
necesidad de "desmontaje" de la Federación.
En cuanto al
aspecto social-económico, la situación parece todavía peor. El centralismo
económico parecía al principio llevar al éxito, y aunque el nivel de vida
estaba por debajo de los 500 dólares per cápita. El país estaba devastado por
la guerra, por lo cual la demanda era muy grande. Todo lo que se producía,
encontraba compradores. Desde 1963 las cosas toman otro cariz. El consumo
interior disminuye y la mercadería de mala calidad no encuentra clientes en el
mercado internacional. Surge la necesidad de la reforma del sistema, pero los
centralistas no ceden. El Prof. Djodan explica: "...Se trata del capital,
concentrado en manos de la federación y de sus reexportadores como por ejemplo
"GENEX" y los bancos de la federación. El monto de ese capital se
estima ser de unos 9 billones de viejos dinares. Si quedara a la disposición de
una república, pronto toda Yugoslavia se convertiría en el botín de dichos
bancos y las sociedades de reexportadores y en la colonia de aquella república.
Hay que decir esto abiertamente para evitar más tarde todo malentendido.
Nosotros no queremos sin lucha el status de colonia. Nadie tiene derecho
renunciar a la parte de dicho capital que pertenece a la clase obrera croata.
Hay que devolverlo a clase obrera de cada una de las naciones en proporción que
le corresponde". De la misma manera hay que solucionar el problema del
balance extrapresupuestario, que igualaba por su monto al presupuesto federal y
su contabilidad se llevaba "peor que la de una cooperativa agrícola".
"Este fondo hay que liquidarlo y los medios transferirlos a la clase
obrera organizada en sus comunidades de trabajo.
El siguiente
problema lo constituyen las deudas exteriores invertidas por unos para sus
necesidades y pagadas por otros con sus divisas. La solución debe buscarse de
acuerdo al principio de que las deudas debe pagarlas el que las creó. El
sistema de divisas es una dolorosa cuestión del desarrollo yugoeslavo. Un curso
irreal de divisas desanima la exportación, estimulando la importación, lo que
crea un déficit de pago astronómico. Mediante este mecanismo salen enormes
medios financieros de Croacia a otras repúblicas. Nuestra república tendrá este
año (1970) 300 millones de dólares del suficit abierto y, probablemente una vez
más, tanto proveniente del clearing particular y las remesas que consignan
nuestros obreros en el extranjero para sus familiares. Todo esto pasa a las
manos del Banco de la federación (Belgrado) por un cambio irreal, mientras la
economía croata queda sin medios para la importación del material de
reproducción. Si dicho suficit quedara a nuestra disposición, nosotros
tendríamos suficientes medios de desarrollo".
El Prof. Diodan
profundiza su explicación: "La nación que consiguió proclamar su capital
como capital de la federación, también impuso la política de equipos en la
federación, la prioridad de desarrollo de regiones domésticas como también la
política de la división de trabajo internacional y nuestra participación en
ella. En una palabra: aquel que tenía en sus manos la caja de la federación, no
vaciló de sacar de ella la parte de león... Algunas regiones fueron declaradas
como desarrolladas y otras no desarrolladas, debiendo las primeras pagar todos los
errores del centro, mientras las otras tuvieron poca utilidad de los nuevos y
malos objetos. Así se produjo un descontento general".
Para poner en
descubierto esta política centralista de desarrollo, Djodan agrega: "En
cuanto al fondo de los no desarrollados, lo aceptamos en principio, pero hay
que reconsiderar el grado de no desarrollo en una forma más compleja de la que
se usaba hasta ahora. Hasta este momento se aplicaba el criterio de la
productividad de la economía nacional emitiéndose el factor de consumo, en
otras palabras, se analizaba solamente la oferta sin tomar en consideración la
capacidad adquisitiva. Este procedimiento es un método anticuado. Pues hoy en
día no es difícil producir mercadería pero resulta difícil venderla a crédito.
En consecuencia,
resulta económicamente más fuerte quien dispone de más capital financiero. De
acuerdo con los criterios de producción y visto a través de las entradas per
cápita, Yugoslavia debería tener en 1970 entradas 765 dólares de promedio.
Bosnia y Herzegovina, 513; Montenegro, 560; Croacia, 936; Macedonia, 575;
Eslovenia, 1.434; Servia, 757; Vojvodina, 827; Nosovo, 312. Si tomamos en
consideración el lado financiero, la imagen cambia por completo. Así, el
potencial crediticio por cada 100 dinares de la producción nacional alcanza en
Bosnia y Herzegovina, 111 dinares; en Montenegro, 228; en Croacia, 108; en
Macedonia, 294; en Eslovenia, 121, y en Servia, 227. De acuerdo a lo expuesto,
Croacia, aplicado el criterio anticuado, sería desarrollada, pero aplicado el
criterio moderno resulta ser subdesarrollada y la más subdesarrollada de todas
las repúblicas... El consumo está deformado. Gastan más los que producen menos,
porque el potencial crediticio está deformado y mediante esta deformación gran
parte de la plusvalía de la producción de unos corre a las manos de los que
poseen un potencial crediticio superior. Aquí están los datos al respecto:
Bosnia y Herzegovina, Eslovenia y Croacia producen unos 56,6% del producto
social de Yugoslavia, disponiendo de un potencial crediticio sólo de 38,3%,
mientras Servia, Macedonia y Montenegro producen sólo 43,5% del producto
nacional, disponiendo de 61,7% del crédito. En consecuencia, ¿quién es
subdesarrollado?". Srecko Bijelic, presidente de la Liga Comunista de Zagreb
dice lo siguiente: "Cuando sumamos todas las necesidades y las
posibilidades, resulta que la ciudad de Zagreb no puede asegurar 301 millones
de dinares para financiar las actividades indispensables. No puede, porque
también en 1970 de sus cinco mil millones quedó a su disposición sólo el 20,2%,
mientras la federación se llevó 58,2% y la república de Croacia el 21,7%. Estas
relaciones son insoportables y hay que cambiarlas..." (En "VUS"
de diciembre de 1970).
Las relaciones
son verdaderamente insoportables. Si sabemos que Croacia el año pasado pudo
tener un suficit de cerca de 600 millones de dólares que tuvo que vender al
Banco de la federación por el curso de cambio oficial de 5,70 dinares y aquella
entidad los vende en mercado paralelo por 18,20 dinares, resulta claro que
Zagreb no puede cubrir sus necesidades más indispensables y en Belgrado, en
cambio, están engrosando los fondos financieros. De aquí también las
migraciones masivas de los croatas al extranjero y una vertiginosa caída de la
natalidad en Croacia. La política centralista-unitarista de Belgrado, conocida
de contrabando como política de la "fraternidad y unidad", se
convierte así en una verdadera política de genocidio. La reacción violenta y
esporádica de jóvenes obreros croatas como últimamente los dos casos en Suecia,
¿a quién puede sorprender, conociendo la realidad en que vive el pueblo croata?
¿Qué se puede
esperar de esta lucha por una nueva Constitución y el cambio del sistema? La
comisión especial de la Asamblea de Belgrado ha puesto a la discusión pública
unas veinte enmiendas. A juzgar por la enmienda 29, que retiene para la
federación las funciones políticas y financieras más vitales, no se puede
esperar mucho. Bajo la presión centralista -los servios en el país y en la
emigración- ("Nasa Rec" de Londres e "Iskra" de Munich,
reaccionan unánimemente, defendiendo la supremacía servia). El mariscal Tito
pronunció un discurso en la pequeña localidad croata Bugojno, en Bosnia, donde,
si bien se declara fautor del decentralismo declinó, enérgicamente la idea de
la reorganización del Estado en una confederación. Además, ya con anterioridad
dijo que la Liga de Comunistas de Yugoslavia es una organización unitaria y
monolítica sin consideración a la división por repúblicas y nacionalidades.
Es poco, en
consecuencia, lo que podemos esperar de la actual reforma, cuya campaña entró
ya en la fase "del entusiasmo organizado". Si agregamos a estos
hechos concretos la opinión de los sabios y especialistas en los asuntos del
comunismo internacional, la imagen será completamente clara.
La cuestión, cuál
significado tiene la Constitución en un Estado comunista resulta casi
superflua. La concepción de derecho en la teoría comunista dista muchísimo de
la del mundo occidental. Mientras la doctrina y práctica occidentales le
atribuyen una fuerza deontológica propia, la teoría y práctica soviética lo
niegan[1].
El
"titoísmo" como un "camino especial" hacia el socialismo, no
difiere en este sentido del bolchevismo. Al comienzo, en 1945-1952, era su más
celoso imitador. Rusia soviética ha cambiado hasta ahora tres Constituciones y
la Yugoslavia comunista está discutiendo por su cuarta. Sobre el valor de la
Constitución, a que por ejemplo J. Bryce, atribuye la función
político-filosófica y puramente jurídica, los teóricos soviéticos opinan lo
contrario[2].
Como hemos ya
visto, el federalismo yugoeslavo no era ni una sombra del federalismo. El centralismo
partidario, unido con la hegemonía servía, dieron la característica fundamental
al Estado comunista yugoslavo. La crisis actual, provocada por estos dos
factores principales obligaron a una semicapitulación
oficial. Palpitando bien el pulso de "sus" pueblos, el mariscal,
atemorizado por la suerte de su obra capital, si bien acepta la
descentralización, recalca la unidad del Partido y rechaza la idea de la
confederación. Una Constitución de carácter confederativo, bajo el poder de la unidad
del Partido, tendría el significado de una "orden administrativa",
como diría Akripov. Pero, rechazando también la orden administrativa de
carácter de una Constitución confederativa, Tito vuelve a someterse a la
hegemonía servia y la política de clase, ignorando el problema nacional.
Crvenkovski dice, como ya hemos visto, que una política de clase, que también
esta vez niega lo nacional en Yugoslavia, es una política equivocada.
Pero aun
admitiendo una solución ideal de carácter jurídico-constitucional, sin el desmantelamiento
de fondos financieros de Belgrado, aquella quedaría una solución de carácter
romántico. Hasta ahora Belgrado permanece inconmovible.
Tendremos que
esperar para ver si el monolitismo del comunismo yugoslavo y la hegemonía
servia llevarán una vez más la victoria sobre los derechos legítimos de los
demás pueblos sojuzgados en aquel Estado multinacional, que presenta serias
fisuras incluso dentro del Partido y de acuerdo al criterio multinacional.
Jure Petricevic
Hrvoje Šošić
desenmascara el poder y la inescrupulosidad de los bancos centrales y grandes
reexportadores, privilegiados por el Estado
El Dr. Hrvoje
Šošić y Matica Hrvatska[3]
hicieron un gran servicio a su pueblo. El libro de Šošić Cuentas Claras,
publicado a fines de 1970, brinda un cuadro documentado del desempeño de los
bancos centrales yugoslavos y firmas de reexportación, a los que durante la
reforma económica fueron transferidos cuantiosos fondos estatales y conferidas
atribuciones de privilegio, de modo que hoy esos entes explotan y expropian a
otras empresas, a determinados sectores económicos y regiones, y afectan
especialmente a, la economía de Croacia. En base a documentos y datos
cuidadosamente recogidos, Šošić prueba que la situación de las empresas en
Croacia empeoró considerablemente durante la autogestión y la reforma
económica. A primera vista podría parecernos que un sistema rígido de
financiación de la renovación de las instalaciones obsoletas y de otros medios
radiados de producción, y la reinversión, afectan por igual a todas las
empresas y sectores económicos y que se trata de una nueva forma de dirigismo
burocrático con el apoyo y abuso del poder estatal en un sistema totalitario.
Pero si se tiene en cuenta que en Yugoslavia, país multinacional, tanto el
poder central estatal como los bancos y fondos centrales se hallan en manos de
los servios, entonces, dado el conflicto croata-servio, la economía croata
sufre las consecuencias, y la servia se beneficia con el nuevo sistema de
financiación y reinversión. Precisamente, este aspecto del problema queda
aclarado en la exposición de Šošić, de modo que su libro nos recuerda la
obra publicada hace más de tres décadas, de R. Bicanic "La base económica
de la cuestión croata" [4]
y llega, en parte, a conclusiones idénticas. La diferencia estriba en que
Bicanic había abarcado todos los sectores de la vida pública, y Šošić se
limita a la financiación de los medios amortizados de producción y a las nuevas
inversiones. Al esclarecer esos problemas surgen en toda su complejidad las
relaciones económicas y política entre Servia y Croacia, y la aguda cuestión
croata pendiente.
Cabe resumir el
análisis financiero exhaustivo de Šošić como sigue.
La propiedad privada, confiscada y expropiada después de la llegada de los comunistas al poder en 1945, constituyen la base principal de las empresas colectivas. Hasta 1950 y en parte hasta 1965 el Estado, es decir el Gobierno Federal de Belgrado, disponía directamente de esos fondos. El Estado establecía, mediante un plan social, el desarrollo de las empresas y su financiación. Dicho procedimiento quedó en vigencia incluso después de la introducción de la reforma económica en 1965. La administración y la dirección de las empresas fueron confiadas a las "colectividades de trabajo", mas la función de financiar la renovación y la inversión fue reservada al Estado, es decir a los bancos centrales y ciertas firmas comerciales. Los dineros necesarios fueron recaudados con métodos centralistas y estatistas, sin ser devueltos a las empresas. De ese modo las empresas no pudieron disponer de la mayor parte de sus amortizaciones, derivadas al fondo central de amortización.
En el viejo
sistema, el Estado devolvía dichos fondos según criterios especiales. Para
muchas empresas esos recursos fueron limitados y bloqueados, utilizados según
criterios,políticos en otras regiones, generalmente,
allí donde favorecían los intereses granservios, de modo que se hablaba de las
"fábricas políticas" e "inversiones políticas". Con esas
maniobras quedó malparada la economía de Croacia, Eslovenia y
Bosnia-Herzegovina.
Durante la
reforma económica el viejo sistema centralista de recaudación de los recursos
para la reinversión -destinados a la renovación de los medios obsoletos y a las
nuevas inversiones- fue reemplazado por un nuevo sistema de crédito. Las
empresas pueden obtener los recursos necesarios, pero deben devolverlos con
intereses altos, aunque esos fondos fueron sacados de los ingresos de esas
mismas empresas. Paralelamente, el Estado sigue reteniendo una parte
considerable de los ingresos de las empresas para financiar las nuevas
inversiones de carácter público. Huelga, subrayar que ciertas empresas no
tienen que devolver los fondos invertidos, mientras que otras, al asumir las
obligaciones de un crédito oneroso, se volvieron no competitivas. A una empresa
se deja todo, a la otra nada. Por otra parte, al adaptarse el nuevo sistema de
financiación, las inversiones quedaron divididas en dos grupos: los fondos básicos
y los operativos. Como los fondos básicos de inversión pagan intereses más
bajos, el nuevo sistema da prioridad a los créditos para los fondos operativos,
créditos a corto plazo, que a su vez, en condiciones desfavorables, deben
utilizarse en las inversiones a largo plazo.
Esa división es
la parte integrante de la nueva política de financiación de las inversiones
después de 1964. Entonces, vale decir con anterioridad a la reforma agraria,
quedaron suprimidos los fondos de inversión y transferidos a los bancos. De esa
manera la reforma implantada no pudo alcanzar sus fines por cuanto la decisión
sobre los fondos de amortización y las inversiones fue tomada un año antes por
el aparato burocrático servio en el Gobierno Federal. Además, los recursos del
fondo de vivienda fueron transferidos a los bancos en 1966.
El poder de los
bancos iba creciendo. Los bancos centrales y, por su intermedio, las grandes
empresas de exportación[5]
reciben del Banco Nacional de Yugoslavia, de sus emisiones de billetes,
créditos gratuitos que a su vez otorgan a las empresas con altos intereses y
otras condiciones muy onerosas. Vale decir, utilizan los fondos heredados y los
cuantiosos créditos gratuitos, provenientes de la emisión de billetes, sin
ningún control por parte de la economía y sin normas definidas.
De ese modo los
bancos centrales y las firmas exportadoras de Belgrado se convirtieron en un
gran poder, son amos de las economías y también importantes factores políticos
en vista de la política anticroata de la federación granservia que en el ámbito
económico practicaba hasta la reforma el aparato estatal centralista en forma
directa y después de 1964/65 en forma indirecta por intermedio de los bancos y
reexportadores. De ahí que la caída de Rankovic en 1966 no pudo, en el campo
económico, traer alivio alguno para las repúblicas de Croacia,
Bosnia-Herzegovina y Eslovenia.
Comentando el
nuevo sistema de financiación, en comparación con el anterior, Šošić con
acierto subraya un rasgo común a ambos sistemas: quienes deciden acerca de la
financiación ni antes ni ahora se responsabilizan de las consecuencias
económicas de sus medidas. Las decisiones las toman los funcionarios, los
empleados de los bancos y grandes firmas sin ningún control por parte de la
opinión pública, sin la obligación de rendir cuentas y, por ende, sin las
sanciones inherentes. Esos funcionarios servios son únicamente responsables
ante sus connacionales y los superiores en el Partido comunista, en el ejército
y el Gobierno Federal.
Este cuadro se
completa si se agrega que los fondos monetarios quedaron intactos, que todo el
movimiento de divisas en el mercado oficial paralelo y negro, se realiza a
través de estas mismas instituciones. Las empresas reciben de sus operaciones
con las firmas en el extranjero una ínfima parte de las divisas ganadas, en
promedio el 7% (la llamada cuota de retención), de libre disposición.
Šošić, a la luz de documentos, prueba que los bancos centrales y las
firmas reexportadoras sacan sin escrúpulos, al distribuir los créditos, esas divisas
pagando por ellas según el curso oficial de cambio y luego las venden en el
mercado negro, obteniendo ganancias fabulosas.
En vista del
conflicto croata-servio resultan de suma importancia las inversiones colocadas
en Servia con ventajas y preferencias especiales. Tales preferencias federales
benefician a Djerdap (*) y la
producción automovilística, lo que quiere decir que reciben créditos sin
intereses y ciertas sumas sin obligación de devolverlas, dispone de divisas y
de las facilidades fiscales, etc. De ese modo se engrandece, Belgrado, y
Zagreb, capital de Croacia, queda estancada. En contraste con las preferencias
federales para las inversiones en Servia, en Croacia quedan rezagadas la
industria naviera, la flota mercante, el turismo, la agricultura, las
comunicaciones, la industria manufacturera que van de crisis en crisis.
Esta somera
reseña permite apreciar las consecuencias negativas del nuevo sistema de
financiación para la economía de Croacia y Eslovenia. El creciente capital de
los bancos y de las firmas privilegiadas se fusiona con la emisión de billetes
y constituyen el capital financiero indivisible que desde 1965 domina en la
economía. Eso genera la disminución de la capacidad de inversiones de las
empresas, y el capital financiero, en lugar de los productores directos, se
erige en el factor principal. La economía depende cada vez más del capital
financiero, su poder de autofinanciación decrece y los productores directos
participan cada día menos ahora que antes de la reforma en la reproducción de
los fondos básicos y operativos. De esa manera quedaron burladas la idea y la
exigencia de que la economía participe más en las ganancias. La economía, no
decide sobre las inversiones ni sobre el empleo de una parte de la amortización
para compensar los medios obsoletos de la producción. "El capital
financiero ocupa tal posición que en base al capital de los valores creados se
sacan más recursos que del trabajo... No se practica la reinversión de acuerdo
a las necesidades de las empresas de autogestión sino en relación capital
financiero-trabajo, donde el capital juega el papel predominante y, según el
grado de su participación en el proceso de producción, adquiere el derecho
legítimo de absorber la mayor parte de las ganancias".
En Croacia hay
muchas fábricas anticuadas. Estas plantas perimidas se sienten especialmente
afectadas y su situación se agrava. Al pasar del viejo sistema administrativo
al nuevo, supuestamente autónomo y autárquico, las empresas no recibieron los
valores radiados de los medios de producción. Las amortizaciones
obligatoriamente bajas acusan en los libros contables una mayor ganancia
ficticia, lo que ofrece, un cuadro erróneo del éxito de las empresas, mientras
que, en realidad, faltan los recursos para absorber los mayores costos en
cuanto a la reposición de las maquinarias, instalaciones y dependencias. Esas
empresas anticuadas se vuelven cada vez más inoperativas y Belgrado destina los
fondos de amortización a otros fines.
El banco agrícola
yugoslavo Poljobanka controla y explota extensas áreas rurales en Croacia.
Šošić demuestra cómo ese banco durante años utilizó los fondos de
"Belje" y de otros establecimientos agrícola-ganaderos (sus depósitos
y divisas) ganando sumas ingentes, rehusando otorgar recursos a dichos establecimientos
para reponer maquinarias, implemento y hacer inversiones indispensables. Los
créditos se conceden a plazos cada día más cortos y en condiciones cada vez más
onerosas. Lo dicho vale no sólo para los establecimientos mencionados sino para
toda la economía de Croacia. Šošić afirma: "No se trata de excesos ni
de casos aislados sino del proceso de una expropiación total de la economía por
parte del capital financiero... En 1969 la entera economía de la República
Socialista de Croacia ganó menos dinero destinado al fondo operativo, que el
importe de las obligaciones vencidas para con el capital financiero... Ya no
cabe decir que el capital financiero presta dinero a intereses usurarios. Hoy
debemos decir: se trata de un robo desenfrenado e inescrupulosos".
Los bancos
centrales y las grandes firmas exportadoras ganan sumas fabulosas mediante los
llamados "intereses beneficiados" que para, los créditos en
determinados sectores económicos se pagan por anticipado de los fondos estables
por el plazo de 25 años. Por ello Poljobanka invierte mucho en el turismo y,
según el cálculo de Šošić, recibe enseguida el 55% de la suma invertida y
además de 8 a 9% de interés anual. No es extraño pues que Poljobanka pudiera
aumentar su fondo crediticio más de trece veces, es decir de 72 a 951 millones
de dinares desde 1964 hasta 1969.
Šošić cita
un ejemplo palmario de la inversión en la industria turística. El crédito por
48 millones de nuevos dinares fue acordado por 25 años en las siguientes
condiciones: 1) el interés básico es el 5%, los intereses adicionales para el
turismo el 3%, luego es necesario agregar los intereses beneficiados del 2,5%,
provenientes de los fondos federales, pagaderos por adelantado por el plazo de
25 años. Para las anualidades impagas el beneficiario abona los intereses
punitivos del 4% anual. 2) El beneficiario del crédito debe vender a
Poljobanka, los dólares ganados por valor de 8,9 millones de nuevos dinares
según un acuerdo especial (vale decir, según el curso oficial y si faltan esas
divisas el beneficiario debe adquirirlas en el mercado negro; Poljobanka luego
las vende en el mercado negro ganando diferencias sustanciales). 3) El
contratista debe también comprar y vender a Poljobanka divisas convertibles por
valor de 500.000 dólares. 4) El contratista, debe ser registrado en dicho banco
y depositar 1 millón de nuevos dinares, pagaderos en cinco cuotas anuales y no
rescatables. 5) El contratista en el plazo de 30 días, a partir de la
adjudicación de la obra, debe depositar en Poljobanka el importe de 5 millones
de dinares por tres años con el interés del 6%. Si no dispone de esta suma el
banco, la retiene de la liquidación de los certificados y la contabiliza como
una obligación no cancelada.
El contratista y
el beneficiario viven en Croacia y de ese modo se trasvasan los fondos de una
república a otra. Šošić concluye: "Ello prueba que el capital
financiero tiene en jaque a toda actividad económica y cada día, más la explota
y expropia". Esta construcción financiera de Poljobanka, como de otros
bancos centrales y entes financieros, es muy compleja y "difícilmente la
entenderá quien no esté versado en la materia contable". Šošić cita
este ejemplo de la relación entre Poljobanka y el contratista de obra. El banco
tuvo que abonar a una empresa constructora un millón de dinares por los
trabajos ejecutados. No le pagó esta suma sino que le obligó a ejecutar dichos
trabajos por cuenta del banco (y no por cuenta de la empresa turística) con la
condición de pagarlos en tres años con el 6% de interés. "Ahora Poljobanka
se presenta ante la tesorería estatal y reclama el pago anticipado por 25 años
del 2,5% por haber abonado un millón de dinares, y dicho interés importa
330.000 dinares. Poljobanka exhibe sus "derechos legítimos" pues argumenta
haber abonado a la empresa constructora por la edificación del hotel para los
turistas extranjeros. El hecho de no haber abonado lo justifica alegando que el
contratista "voluntariamente" depositó esta suma a plazo fijo.
"No importa el hecho de que el contratista carecía de dinero, importa
crear nuevos papeles (no documentos, por cuanto son falsos) y en base a esos
papeles se saca dinero del Estado y de la sociedad". Ante la tesorería del
Estado se presentará Poljobanka, aunque el acreedor real es la empresa constructora.
"La empresa constructora, tuvo que vender sus derechos a Poljobanka para
poder conseguir el trabajo", afirma Šošić. Qué dimensión asumieron
tales transacciones lo evidencia Ekonomska Politika (revista bien
informada, en opinión de Šošić) que sostiene que los intereses
beneficiados para 1970 importarán más de 2.000 millones en lugar de los 250
millones previstos.
Las obligaciones contraídas por la empresa turística y constructora, en cuanto a la provisión de divisas que deben hacer a costa de los trabajadores, significan qué "los obreros no tendrán que ir al extranjero sino construir a su propio país".
Leyendo el
trabajo de Šošić, uno recuerda las maniobras de explotación que realizaba
la camarilla granservia en la Yugoslavia monárquica. Entonces como ahora se
hablaba en Croacia de robo, estafa, expoliación y malversación. Son métodos a
que recurre el submundo, la maffia y las organizaciones delictivas de los
gangsters.
Un ejemplo
ilustrativo son las empresas reexportadoras "Generalexpor" y
"Genex", de las que se ocupa Šošić in extenso. "Genex"
con sus operaciones se convirtió en Croacia en ejemplo de la explotación
servia. Si bien concede créditos a un interés promedio del 6,45%, las
condiciones con la venta de divisas y los créditos acordados le reditúan de ese
modo un interés anual superior al 25%. Para encubrir sus ganancias, publica
balances prefabricados que no se conocen en la práctica y la teoría de la
contabilidad. Šošić interpela públicamente a "Genex" sobre sus
ganancias en las transacciones con divisas y las demás operaciones comerciales
y financieras. Respecto a sus ganancias con divisas dice textualmente: "Si
esta ganancia es menor del 30% y si "Genex" lo demuestra, reconoceré
públicamente que soy un mentirosos".
Pero lo peor es
que "Genex" realiza estas pingües operaciones utilizando los recursos
de las emisiones de dinero del Banco Nacional, sin que se sepa cuántos son
estos recursos. "Este dinero le sirve para llegar, con torcidas
operaciones financieras, a la posición de explotar a otras empresas que tienen
igual derecho a usufructuar el crédito. "Genex", gracias a su
posición privilegiada, pudo acumular un enorme capital y actualmente el Banco
Nacional le otorga ingentes créditos" para los fines operativos que sirven
a los reexportadores para transformar sus propios recursos en inversiones y
sacar la ganancia a quienes dan el crédito. Es obvio que no podría hacerlo si
el Banco Nacional le suspendiera los créditos y les otorgara a las empresas que
ahora son deudores de "Genex" en las condiciones más abusivas.
Los bancos
centrales y las grandes firmas exportadoras, con el apoyo del Banco Nacional de
Yugoslavia, crearon de ese modo un monopolio monetario-crediticio, capaz de explotar
a las demás empresas y provincias, comprarlas y arruinarlas económicamente.
Šošić recalca que los términos explotación y expropiación son demasiado
suaves para definir ese sistema y que habría que inventar nuevos términos para
caracterizar el procedimiento del capital financiero yugoslavo. El interés de
los bancos y las firmas reexportadoras de Belgrado consisten, según Šošić,
en lo siguiente: que la economía, disponga con muy escasos medios financieros;
que se reduzca al mínimo la capacidad acumulativa de la economía, disminuyendo
así las reinversiones; que la diferencia entre el valor real de las divisas y
su cambio oficial sea mayor, posibilitando así mayores beneficios y que con los
instrumentos como, por ejemplo, los intereses beneficiados para el desarrollo
turístico, se facilite el más rápido crecimiento del capital financiero.
"Ese modo
inescrupuloso de expoliación de economía" es posible "porque los
montos adeudados y vencidos son superiores a las ganancias de las empresas y
porque todos los canales que vuelcan los recursos pasan por la red existente de
las instituciones bancarias", porque todo crédito extranjero de uno, u
otro modo debe, gestionarse a través de los bancos que "exigen el depósito
de grandes sumas de divisas que enseguida vuelcan al mercado", y porque
únicamente los bancos y las empresas de reexportaras pueden beneficiarse con
los créditos del Banco Nacional y no directamente las empresas.
Resultan
sumamente interesantes aquellas partes del estudio de Šošić que demuestran
como el capital bancario lleva necesariamente a la quiebra de las empresas. Ese
capital se vuelca preferentemente a las empresas deficitarias, pues con su
quiebra y pérdidas únicamente él gana y todos los demás pierden. Semejante
procedimiento no significa sólo la explotación sino que lleva a la liquidación
de la empresa, pues el capital nada arriesga. Toda la ganancia de la empresa
pasa al capital de los bancos y de las firmas inversoras en forma de datos,
intereses, los ingresos personales de los obreros y empleados disminuyen, se
reducen las obligaciones legales hacia la comuna y el Estado.
Se aplican
métodos especiales en las operaciones con las divisas y en el otorgamiento de
créditos. Últimamente los bancos acuerdan créditos a largo plazo para la
promoción turística con la condición de que los beneficiarios del crédito deben
pagar la deuda según el curso vigente en el momento de firmarse el contrato. Lo
que quiere decir que los bancos se beneficiarán con todas las devaluaciones
posteriores. Jugobanka acordó a una empresa de Rijeka un crédito en dineros,
pagadero en divisas durante cinco años, y con el interés en dinares del 7,5%
anual. Según el curso vigente en el mercado negro, por un dólar se pagaba 18,20
dinares, lo que quiere decir que el beneficiario del crédito abona al banco la
diferencia del 45,6%, diferencia esta entre el curso oficial y el mercado negro
de cambios. En otro caso "Genex" otorga el crédito de 10 millones de
nuevos dinares con el 8% del interés y con la condición de que el beneficiario
debe venderle, antes de disponer del crédito otorgado, la suma de 800.000
dólares según el cambio oficial. "En el mercado negro de divisas un dólar
vale 18,20 dinares, lo que significa que el beneficiario del crédito de Genex,
antes de aprovecharlo, debe comprar divisas por la suma de 4.560.000
dinares". Ese sistema Šošić lo define como "la pesca en las
aguas turbias".
Šošić,
censurando la discriminación en el trato que se da a las empresas croatas y
servias, propone la nacionalización del capital financiero "que debería
sacarse a los bancos ya los reexportadores sin compensación alguna y devolverlo
a las empresas con destino a los fondos operativos de la economía". Exige
también que la federación transfiera importantes funciones económicas a las
repúblicas y provincias. Ante todo solicita que se efectúe un balance total de
los recursos disponibles, del debe y haber". "Este balance financiero
debería contener además de los bienes y del patrimonio nacional de Yugoslavia,
todo haber y debe indicando las causas de los ingresos y las deudas".
Todos deberían estar en el mismo punto de partida; habría que hacer la revisión
de los contratos, mediante los cuales el capital de los bancos y de los
reexportadores impuso a la economía las condiciones de explotación, suprimir a
los bancos y a las firmas privilegiadas los créditos del Banco Nacional y
ponerlos a disposición de la economía, etc. Šošić hace también varias
otras propuestas interesantes y lógicas.
***
Este exhaustivo
estudio de Šošić requiere algunas notas marginales. La propuesta
"tercera nacionalización" indudablemente aliviaría y mejoraría la
situación de la economía croata. Es obvio que si se sigue con los métodos
actuales de financiación, la independencia de la economía croata corre
gravísimo peligro de convertirse en la propiedad de los grandes bancos y
reexportadores servios con el apoyo estatal. Eso llevaría a Croacia al status
de colonia frente al amo imperialista, cuyos propósitos políticos son la
emigración acelerada de los croatas y a la larga su exterminio como nación.
Teniendo en
cuenta el régimen terrorista de Rankovic bajo el disfraz de la "reforma
económica" cabe dudar en las posibilidades de un acuerdo entre los
imperialistas servios y los reformistas croatas. Las propuestas actuales sobre
la creación de una "nueva federación" no son alentadoras para los
croatas. ¿Qué harán los reformadores croatas si sus demandas son desoídas? Es
el primer interrogante que se plantea al leer el estudio de Šošić.
Los métodos
actuales y el sistema de gobierno de Belgrado no difieren mucho de la política
discriminatoria de la Yugoslavia monárquica. Stjepan Radic al censurar esos
métodos de explotación y desnacionalización cayó víctima del imperialismo enano
servio. Hoy critican ese sistema los economistas, los profesores, las
instituciones culturales y científicas, mientras Tito y Bakaric, líderes
políticos de los comunistas, declaran que la cuestión nacional croata fue
borrada del orden de día en 1945, que está en principio solucionada y que es
preciso rectificar únicamente ciertos "aspectos clasistas" de dicha
cuestión. Los hechos, sin embargo, dicen claramente que la tremenda explotación
y expropiación actual de la economía croata son precisamente la consecuencia
del pendiente problema nacional croata.
Mientras los
dirigentes comunistas croatas, pesa a la postura de Tito y de Bakaric, no se
convenzan de ello, no se podrá solucionar el problema económico en el sentido
de los postulados de Šošić. Sin la realización de la autodeterminación
nacional y sin la cooperación con las fuerzas anticomunistas de Croacia, que
sostienen la necesidad de un Estado independiente y democrático de Croacia, no
cabe esperar soluciones positivas y duraderas en ningún sector de la vida
nacional.
Brugg, Suiza
Su impacto en la
política mundial
D.A. Tomasic
I
La estructura
original de poder de las sociedades contemporáneas bajo el régimen comunista se
funda en los principios teóricos e ideológicos, elaborados por Lenin y
enraizados en el marxismo y el anarquismo ruso. Lenin, siguiendo los pasos de
su hermano Alejandro, un anarquista, ejecutado por haber completado el
asesinato del zar, decidió vengar a su hermano destruyendo al zarismo. Lenin,
empero, para alcanzar su propósito, buscaba modos más eficientes que el método
de asesinar a líderes individuales como hacían los anarquistas. De ahí que, al
conocer el socialismo marxista, Lenin aceptó sus premisas básicas según las
cuales el orden capitalista sería derribado por la acción revolucionaria masiva
del proletariado y no mediante el terrorismo individual. Lenin, además,
resolvió derribar el sistema zarista durante su vida y, en consecuencia, no
quería esperar que el capitalismo en Rusia alcanzara el punto en que la concentración
del capital en manos de pocos y la pauperización de las amplias masas populares
originaran el derrumbe del sistema capitalista, conforme lo predijo Marx. En
opinión de Lenin tal proceso duraría mucho tiempo en la Rusia zarista que,
comparada con la Alemania de Marx, no estaba todavía suficientemente adelantada
en el orden industrial. Los obreros industriales -la fuerza de choque de la
revolución proletaria según Marx- entonces eran pocos en Rusia cuya población
la constituía en gran extensión el campesinado iletrado.
Para superar esas
dificultades y acortar "el inevitable proceso histórico hacia el
comunismo", Lenin inventó la teoría adaptable a sus propósitos. Sostenía
que la teoría marxista de la revolución era correcta para el sistema capitalista
en los tiempos de Marx, pues entonces en la Europa Occidental el capitalismo
estaba en la plenitud de su vida, todavía vigoroso y expansivo. En el ínterin,
afirmaba Lenin, el sistema capitalista había pasado su cenit, decaía
rápidamente y que se encontraba "moribundo". El nuevo capitalismo
monopolista se debatía en contradicciones internas, y no sólo entre los obreros
y el capital, sino también entre los mismos países capitalistas que pugnaban
por el control de los mercados mundiales, situación que, según Lenin, llevaba a
las guerras mundiales y revoluciones internas. En su opinión, el curso
ineludible hacia la revolución debe acelerarse, sin demora alguna, para
desarrollar la conciencia de clase en la gran mayoría de la población. La
revolución, decía Lenin, debía realizarla un selecto grupo de conspiradores
profesionales full-time y revolucionarios hábiles, quienes como "la
avanzada del proletariado", socavarían el gobierno capitalista existente,
confundirían la clase gobernante, la desacreditarían a los ojos del pueblo y
conducirían a las masas frustradas y desorganizadas a tomar el poder.
En opinión de
Lenin, expertos revolucionarios y especialistas en la conspiración,
necesariamente no debían ser proletarios. Todos, sin distingo de origen o
profesión, serán bienvenidos en las filas de esa élite revolucionaria para ser
líderes de la revolución proletaria con tal de aceptar el interés de la clase
obrera como propio y adoptar la "estrategia y táctica" de la
revolución. Según Lenin, deben dedicarse íntegramente a la causa de la
revolución y subordinar todos sus intereses personales, incluso los de su
familia, a la causa revolucionaria. Deben trabajar full-time como agentes
profesionales de la revolución y, por lo tanto, han de someterse a un
entrenamiento riguroso y más eficiente que el de la policía zarista; dentro de
la organización revolucionaria sus miembros deben someterse a la disciplina
militar de hierro. Siguiendo la posición y prácticas anarquistas, Lenin
aprobaba métodos despiadados, crueles y terroristas en la consecución de los
objetivos de la revolución. Declaró que cualquier cosa hecha para promover la
revolución era ética y buena. Al igual que los anarquistas, Lenin esperaba que
los revolucionarios pusieran sus vidas a disposición del liderazgo
revolucionario. O como más tarde declaró Fidel Castro: "La vida del
revolucionario pertenece al Partido".
En opinión de
Lenin, la revolución proletaria es la guerra de exterminación más cruenta, la
lucha sin cuartel, por la vida o muerte. O los revolucionarios proletarios
destruirán a los capitalistas y los restos del feudalismo o ellos mismos serán
aniquilados. La cuestión era quién destruiría a quién, decía Lenin. La
revolución, por lo tanto, como cualquiera otra guerra, debe ser conducida por
los estrategas militares y todos los revolucionarios profesionales deben estar
entrenados en la estrategia militar como asimismo en la conspiración y
subversión. Lenin mismo estudió las obras del estratega militar alemán
Klausewitz, al elaborar sus principios estratégicos y tácticos de la revolución
comunista.
Como toda guerra,
también la revolución proletaria debe contar con un Estado Mayor. En el sistema
leninista, los revolucionarios profesionales están organizados como un partido
político cuyo Comité Central y Politburó componen el Comando Supremo que dirige
todas las actividades subversivas y revolucionarias y toma las decisiones
finales en cuanto a la estrategia y táctica de la revolución. Para conseguir
mayor eficiencia y asegurar el éxito de la revolución, las decisiones del
Comando Supremo deben ser obligatorias para todos los miembros del Partido.
Como algunos otros aspectos del leninismo, el descripto sistema autocrático de
organización fue calcado según la estructura de poder de los anarquistas rusos.
Lenin, empero, deseaba al mismo tiempo conferir a su sistema de poder una
apariencia democrática para que él y sus movimiento no fuesen acusados de
métodos dictatoriales. Tratando de combinar los aspectos conspirativo y militar
de la revolución con los principios democráticos, Lenin inventó el lema,
conocido como "centralismo democrático", que consistía en un sistema
autocrático de gobierno bajo el disfraz democrático.
Según este
principio organizativo, todos los miembros del Partido son alentados a discutir
libremente los problemas corrientes y luego a tomar decisiones en votación
libre. El voto mayoritario toma la decisión, entendiéndose que todos los
miembros del Partido, prescindiendo de su voto, deben apoyar, promover y
aplicar unánimemente la decisión mayoritaria en la medida en que lo permitan su
capacidad y energías. Estaban terminantemente prohibidos cualquier desacuerdo o
intentos para formar facciones en base a sus diferencias de opinión, lo que
debía erradicarse inmediatamente mediante "purgas" y liquidaciones
que servían como una operación quirúrgica de un tumor potencialmente fatal que
de otro modo destruiría al Partido.
Fue este sistema
de la organización partidaria que permitió a Stalin y luego a otros líderes
comunistas perpetuarse en el poder. El instrumento principal de esta modalidad
de perpetuarse como líder máximo del Partido y del Estado constituyó otro
principio del "centralismo democrático", según el cual cada cuerpo
subordinado del Partido, en todos sus niveles, debe aceptar y aplicar "sin
disputa, presta y correctamente" las órdenes o instrucciones emanadas del
nivel superior. El mismo principio fue usado para imponer a los miembros del
Partido cada una y todas las decisiones, tomadas en la cúspide del poder
partidario. Semejante control monolítico se logró mediante el sistema de la
manipulación conspirativa.
Stalin, siendo
secretario general del Partido, mientras Lenin estaba enfermo y guardaba cama, preparó
el terreno para su accesión al poder tras la muerte de Lenin organizando una
cadena de Secretariados desde la base hasta la cúspide de la pirámide del
Partido. Los titulares del Secretariado, seleccionados por Stalin, fueron
responsables a él personalmente y obligados a aplicar "sin disputa, presta
y correctamente" sus órdenes e instrucciones personales, so riesgo de su
purga o liquidación. Conociendo la rivalidad de otros líderes supremos en el
Partido y sabiendo que Lenin desconfiaba de su tendencia a acumular el poder en
sus manos, Stalin montó esta máquina partidaria como un instrumento que le iba
a ayudar a eliminar del Comité Central y del Politburó a sus enemigos y luego
llenar esos altos cuerpos con sus fieles adeptos.
De acuerdo a los
estatutos de los Partidos comunistas de tipo leninista, el principal cuerpo
resolutivo del Partido es el Congreso del Partido que se reúne periódicamente.
En el ínterin el Partido es gobernado por el Comité Central y por el Politburó,
ambos foros elegidos por el Congreso del Partido. Por lo tanto, la preocupación
principal del supremo líder partidario, decidido a perpetuarse en el poder,
consiste en controlar las decisiones del Congreso. Las elecciones son
indirectas y se realizan en los niveles locales, regionales, provinciales y
nacionales. En cada uno de esos niveles, la elección de los delegados al
Congreso debe manejarla el Secretariado del nivel respectivo, de tal modo que
elimine cualquier candidato de oposición a favor de los partidarios adictos al
líder supremo. En este caso, como también en los debates concernientes a otros
temas en los foros del Partido en todos los niveles de la organización
partidaria, se recurre a la conspiración detrás de los bastidores.
El recurso de
este juego conspirativo permitió a los líderes partidarios en todos los niveles
de la organización del Partido imponer su voluntad e incluso aparentar que la
decisión de la respectiva organización partidaria era tomada o de modo
democrático y con el consentimiento de todos los miembros o delegados presentes
del Partido. La faz conspirativa de esta técnica de gobierno consistió en un
sistema de juntas secretas que tomaban decisiones finales. Esas decisiones se
mantienen secretas y luego las discuten abiertamente todos los miembros del foro
partidario o de la organización partidaria. Por ello, cuando el Primer
Secretario de la Organización partidaria recibe una orden de su instancia
superior, inmediatamente proyecta cómo promover que dicha orden sea aceptada,
discutiendo el problema y trazando la estrategia con sus ayudantes y
consultores. Cuando se decide la estrategia en la reunión de ese "círculo
interno", entonces a unos cuantos afiliados al Partido, hombres de
confianza -particularmente a los que aspiran a alcanzar el status de
"cuadros" o funcionarios profesionales del Partido-, se les pide
ayuda. Se les instruye apoyar con vigor, durante la discusión del problema en
la reunión de los miembros o delegados del Partido, las propuestas hechas por
el secretario del Partido y otros cuadros profesionales del Partido. Por regla
general, las discusiones llevadas de esa manera no terminan hasta que la
reunión del Partido o del foro partidario acepte por unanimidad o con mayoría
abrumadora el punto de vista del Secretario. Así en todos los niveles de la
organización social, es decir en cada institución social, política, militar,
profesional, docente, cultural, recreativa, deportiva u otra, el núcleo
partidario es el que toma las decisiones finales sobre todos los temas.
Cuando el Partido
no está todavía en el poder sino en la oposición legal y lo integran patriotas
idealistas, además de individuos ansiosos de poder y fanáticos propensos a la
violencia, llegar a esa unanimidad puede exigir mucho tiempo y requiere gran
dosis de paciencia para convencer a todos los presentes que se siguió el
procedimiento democrático. Mas cuando el partido está en el poder y los
ambiciosos, arribistas y oportunistas ocupan puestos clave, entonces se
simplifica el problema de tomar por unanimidad las decisiones, siguiendo las
directivas del primer secretario del Partido, puesto que el desacuerdo con el
secretario del Partido, incluso en los niveles más bajos, se torna en obstáculo
para la promoción de uno y puede terminar en su remoción o purga. De ese modo
"la purga permanente" se convierte en instrumento de la regimentación
total de los partidos comunistas en los niveles nacionales e internacional bajo
el liderazgo de Stalin de la Internacional Comunista. En semejante sistema, una
oposición al primer secretario en los niveles inferiores de la organización es
posible cuando una instancia superior muestre su desagrado con su trabajo,
brindando así la oportunidad a otro funcionario profesional del Partido a
reemplazarlo. En el modelo stalinista de la organización partidaria a cada
secretario principal en los niveles inferiores se le asigna uno de sus rivales
personales como vigía y candidato al puesto respectivo.
Stalin no hubiera
logrado regimentar todo el movimiento comunista en el mundo de no haber
conseguido tener bajo su control total al Partido Comunista de la Unión
Soviética. Lo hizo recurriendo a las manipulaciones conspirativas y a la purga
desde la base hasta la cúspide de la pirámide partidaria y digitando la
elección de los delegados a las conferencias y congresos partidarios en que se
elegían los foros partidarios y tomaban decisiones sobre las líneas principales
de la política partidaria y estatal. Siguiendo el modelo stalinista, la cadena
de los Secretariados del Partido (eje secretarial) se convirtió en el pilar del
poder del Partido en sus similares de todo el mundo. La pérdida del control de
este eje secretarial significó la pérdida del control del Partido, según lo
demuestran los casos de Malenkov, Khruschev y Mao.
II
El sistema de
control descripto precedentemente deriva del concepto leninista del liderazgo
partidario como un "cuerpo estable y autoritativo" que actúa "en
perfecta armonía". Sin embargo, el ascenso constante a la cumbre de la
jerarquía del Partido de individuos ansiosos de poder y ambiciosos, y la
declinación de humanistas y patriotas desinteresados hicieron que la lucha por
el poder se convirtiera en el problema central en todos los niveles de la
jerarquía del Partido. Precisamente, este cariz del desarrollo originó eventos
de largo alcance en las sociedades bajo el gobierno comunista, tanto en el
plano nacional como internacional.
Pues la máquina
política, concebida por Lenin y perfeccionada por Stalin, funciona sin trabas
mientras reina una "armonía perfecta" en los organismos supremos: el
Politburó y el Comité Central. Pero cuando se desata la lucha por el poder en
dichos cuerpos, sobre todo en el Politburó y cuando esta pugna no se resuelve
enseguida mediante purgas, entonces todo el eje secretarial puede verse
afectado y la estructura de poder puede desintegrarse tanto en la pirámide del
Partido como en la jerarquía gubernamental, como lo demostró el caso chino.
Igualmente el
control monolítico por parte de Kremlin de todo el movimiento comunista mundial
empieza a desmoronarse cuando el eje secretarial internacional, construido por
Stalin, no funcionó adecuadamente. Mientras no hubo Estados comunistas
independientes, salvo la Unión Soviética, se mantuvo el stalinismo monolítico.
Pero tan pronto se establecieron esos Estados y estalló el conflicto entre los
intereses creados de esos Estados y los de la Unión Soviética, se debilitó la
entera estructura internacional de poder, construida por Stalin. Este proceso
de desintegración fue acelerado por el tipo de personalidades, deseosas de poder,
que tendían a ascender a las cumbres de las jerarquías comunistas y debido al
respaldo que encontraron en las amplias capas de la población para la defensa
de los intereses nacionales contra la intrusión soviética.
Antes de tomar el
poder, los partidos comunistas se dirigen no sólo a los individuos ansiosos de
poder y a la inteligentsia humanista, sino también a los oprimidos, desechados,
explotados y humillados, tanto individuos como, grupos, incluyendo a las
minorías étnicas y religiosas, como también a aventureros, neuróticos u otros
tipos humanos. Incluso antes y durante la revolución los líderes ambiciosos
están escalando los puestos en la jerarquía partidaria a expensas de otros
gracias a su astucia en maniobrar y a su crueldad en alcanzar su objetivo
"pisoteando los cadáveres de sus compañeros". Antes de conquistar el
poder, pueden ser utilizados otros miembros si rinden servicio al Partido,
tales como idealistas y patriotas como también la inteligentsia humanista si
ocupa un puesto de influencia. Esta gente es utilizada para minar el sistema
vigente, suministrar información útil o prestar otra ayuda que promueva los
fines del Partido. Pero, conquistado el poder y consolidado el gobierno
comunista, su utilidad disminuye. En esta fase, la preocupación de los líderes
ambiciosos en consolidar su poder personal empieza a alejar a los idealistas,
humanistas, patriotas, como también a las minorías étnicas u otras. De ese modo
muchos cuadros, miembros y simpatizantes del Partido se retiran a la pasividad
("migración interna"). Otros critican abiertamente que el régimen
traicionó los objetivos proclamados por el Partido y son purgados o liquidados
"prescindiendo de sus méritos", según lo ordenó Lenin.
En un sistema
totalitario de gobierno, el futuro de la sociedad que controla depende en gran
parte de la composición del núcleo que toma decisiones. Si esa clase gobernante
es dominada por individuos ambiciosos que se sienten inseguros en lo que atañe
al respaldo popular de su régimen y temen por la estabilidad de su estructura
de poder, lo que más les preocupa es el mantenimiento de su sistema político.
Por ello, subordinan las necesidades y las aspiraciones de las amplias capas
populares a los fines de su perpetuación personal en el poder. El fracaso en
satisfacer las demandas y expectativas del pueblo lleva al desasosiego general,
lo que agudiza la inseguridad de los gobernantes y su preocupación por el
poder, convirtiéndose en un círculo vicioso. Precisamente, en esta fase se hace
necesario el gobierno de un hombre y el culto de la personalidad si la clase
gobernante quiere perpetuarse en el poder. La deificación del gobernante actúa
como recurso para promover sentimientos de dependencia y seguridad entre las
masas, ya que el consagrado líder "siempre tiene razón" y no puede
errar. Cualquier falta del régimen no se atribuye al amado líder, sino a los
errores cometidos por algunos de sus ayudantes que luego son
"purgados" o "liquidados" para expiar los sufrimientos del
pueblo.
De ese modo la
persona exaltada y sus más íntimos colaboradores pueden cometer errores en sus
decisiones sin temer la crítica o la pérdida del poder. Fue precisamente ese
poder ilimitado combinado con la inseguridad de los gobernantes que llevó a una
rígida regimentación de toda la sociedad y al énfasis de la preparación
militar. También ese curso de acontecimientos provocó el atraso de la Unión
Soviética, en comparación con el mundo occidental, en lo económico, social e
intelectual.
III
Después de la
muerte de Stalin la situación cada día peor del país y su creciente atraso con
respecto a Estados Unidos, obligaron a sus sucesores a buscar alternativas a la
política stalinista. Eso era indispensable para mejorar el nivel de vida de las
masas populares y pacificarlas como asimismo para asegurar la perpetuación de
su poder personal, mantener y expandir la posición de potencia de la Unión
Soviética en el escenario mundial. Para lograr esos objetivos, los nuevos
líderes se empeñaron en llegar a un acuerdo con los Estados Unidos a los que
consideraban principal obstáculo en el camino de sus aspiraciones
internacionales y como rival más peligroso en la puja por la supremacía
militar. Se esperaba que un respiro en las relaciones con los Estados Unidos
traería aparejado el aflojamiento de la preparación bélica de su rival y de ese
modo permitiría a la Unión Soviética producir más bienes de consumo interno y
conseguir la paridad militar o incluso la supremacía sobre los Estados Unidos.
A la vez, la Unión Soviética promovería los movimientos "de liberación
nacional" en los países subdesarrollados e impondría en esos países el
control económico y militar de un sistema de dependencia colonial. Tal política
ya fue aplicada con éxito por Stalin en Europa Oriental y en Asia.
Justamente a raíz
de esa fase de la "coexistencia pacífica" en la política
internacional soviética, las relaciones entre la Unión Soviética y la China
continental llegaron al punto de rotura. Aunque los comunistas chinos, en gran
medida, deben su victoria militar sobre los nacionalistas a la Unión Soviética,
se consideraban en pie de igualdad con Rusia en la política mundial y no como
miembros juniors del bloque soviético. Impresionados por la vastedad
territorial y el número de la población de su país, muy orgullosos a la vez de
ser líderes de la nación con grandes logros históricos, el mundo debía
dividirse en dos esferas iguales de intereses entre Moscú y Pekín. Pero sus
planes sufrieron rudo revés como resultas de: la nueva política soviética de
coexistencia con el mundo capitalista.
Los líderes
comunistas chinos, siguiendo el ejemplo de la Unión Soviética, ajustaron sus
planes económicos a las necesidades militares. Esperaban poder proseguir con su
independiente política de conquista con el apoyo económico y diplomático de la
Unión Soviética. Mao Tse-tung veía pues en la política de la "coexistencia
pacífica" un acuerdo entre la Unión Soviética y los Estados Unidos para
dividir entre ellos el control del planeta terrestre y hacer de China una
dependencia soviética. Mao, enfurecido ante tal perspectiva, decidió romper con
la Unión Soviética e iniciar un nuevo movimiento internacional comunista bajo
su conducción.
Sin embargo, hubo
líderes destacados en los círculos partidarios de la China continental, en los
altos puestos de la jerarquía burocrática, entre los comandantes de las fuerzas
armadas, en la dirección de los establecimientos industriales, en las
instituciones docentes, en el ámbito periodístico, literario y artístico que no
aprobaron el modo como Mao manejaba los asuntos internos y externos. Esta gente
estaba convencida de que la ruptura con la Unión Soviética y su enfrentamiento
con China en momentos en que ésta necesitaba urgentemente la ayuda económica de
Moscú, era una política desastrosa. Esos líderes del Partido no sólo se opusieron
a las intenciones de Mao de romper con la Unión Soviética sino que criticaron
su nefasta política económica de una excesivamente acelerada industrialización
y comunización.
Para hacer frente
a este peligro que distorsionaba su imagen de líder infalible y para recuperar
el poder absoluto, Mao recurrió a la contrarrevolución (conocida como Gran
Revolución Proletaria Cultural) contra el Partido y el gobierno que él mismo
había construido y también contra los intelectuales en los que nunca confió. El
hecho de que Mao no pudo imponer su voluntad, recurriendo a las purgas -como lo
hizo Stalin- se debe a su omisión (o incapacidad) para controlar el eje
secretarial del Partido. Tal situación permitió a la oposición antimaoísta
atrincherarse en los altos puestos tanto del Partido como del gobierno.
Como antes,
durante su revolución antimaoísta, así ahora en su "Revolución
Cultural", Mao se apoyó en la "estrategia y táctica" leninista
que podríamos resumir en la fórmula "unir-dividir-destruir". Por ese
motivo no atacó enseguida a sus enemigos principales en las filas del Partido y
el gobierno. En aras de la "unidad del Partido" renunció al cargo de
jefe del Estado en favor de Liu Shao-chi, su principal adversario. Mao, desde
luego, hizo esta concesión para ganar el respaldo del Comité Central del
Partido y para destituir a Peng Te-huai, comandante de las fuerzas armadas y
acerbo crítico de su política, y reemplazarlo por Lin Piao, su adepto fiel. Con
la ayuda de Lin Piao, Mao pudo obtener el sostén de las fuerzas armadas para
sus planes ulteriores. El siguiente paso de Mao consistió en atacar a sus
blancos secundarios: los medios masivos de propaganda y las autoridades
literarias y académicas. Pudo eliminar sin mayor oposición a algunas figuras
principales en esos ámbitos. De ese modo, después de haber dividido a sus
oponentes y controlado al ejército y los medios de propaganda, Mao apuntó sus
armas a los blancos primarios: al Partido y el aparato gubernamental
antimaoísta.
En las guerras
civiles contra el régimen nacionalista, la espina dorsal de la revolución la
constituían pequeños y medianos arrendatarios y los trabajadores agrarios a
quienes el Partido Comunista había prometido la abolición del arriendo y de la
propiedad, la redistribución de la tierra a los que la trabajan, como asimismo
la rebaja de impuestos a la tierra, la ayuda oficial en la técnica de la
producción agraria, oportunidades educacionales y otros beneficios sociales.
Poco después de la revolución, empero, el Partido renegó de esas promesas,
emprendió la colectivización agraria y luego la comunización total de la vida y
hacienda. Persiguiendo esos objetivos Mao estableció un sistema de
discriminación permanente contra los ex propietarios de tierra y los ex
campesinos medianos y grandes, favoreciendo a los campesinos pobres y
trabajadores agrarios. La política de Mao de la comunización total alejó, sin
embargo, a todas las clases rurales y ya no pudo contar con su apoyo en su
nueva revolución, no habiendo más promesas que hacer a los campesinos. También
los obreros industriales, aunque mejor tratados que los campesinos, estaban
descontentos con el sistema acelerado de producción, los salarios bajos y la
falta de libertad para organizarse y hacer huelga. Mao, por tanto, se dirigió a
la juventud para que lo apoyara en su Revolución Cultural contra las
"autoridades académicas" y contra los antimaoístas en otras
instituciones sociales y políticas. Apeló al idealismo y entusiasmo de los
jóvenes, pero principalmente en su propio interés. Como el Partido durante la
revolución antinacionalista había hecho grandes promesas a favor de los
campesinos, obreros industriales e inteligentsia, Mao ahora abogó por la libre
educación sin exámenes previos hasta los más altos niveles de todos los
muchachos y muchachas que se destacaran en las actividades revolucionarias
contra sus profesores y contra los antimaoístas en el Partido y el aparato
gubernamental.
Ansia del saber,
educación y estudios son sana vieja y cara tradición china. Tradicionalmente la
gente que estudió ocupaba altos cargos del poder. En general, todos los hombres
de letras, con o sin cargo oficial, incluso si eran pobres, eran altamente
respetados y honrados. Tradicionalmente, sin embargo, el acceso a la educación
era limitado a un pequeño número de candidatos a causa de la severidad de los
exámenes de ingreso, demasiado rigurosos, y debido a los estudios largos y
costosos. De ahí que la oportunidad de estudios que brindó Mao, prescindiendo
de los exámenes de ingreso o grados y libres de impuestos, supeditada
únicamente a la participación en la contrarrevolución, tuvo atrayente eco entre
millones de jóvenes. Por otra parte, hubo predisposición en muchos jóvenes
chinos a la rebelión contra sus mayores debido a la rigidez y la disciplina en
el patriarcal sistema familiar chino. Mao mismo fue uno de esos rebeldes y el
movimiento comunista chino reclutó a muchos de sus líderes y partidarios entre
los tránsfugas y los estudiantes fracasados. Tras la conquista del poder, la
política de Mao siguió apoyando esa rebeldía y la intensificó fomentando
"la lucha de clase" en la familia. Es decir, Mao al incitar a los
hijos a través de la enseñanza masiva a rechazar a su padre, quería destruir la
tradicional lealtad china a la familia. En cambio, esa lealtad debía transferirse
al Partido y el Estado, y especialmente a Mao como encarnación deificada del
Padre de la nación china.
Reclutando esos
jóvenes combatientes para su contrarrevolución, Mao se dirigió en primer lugar
a los hijos de los campesinos pequeños y medianos, de los obreros industriales,
de los veteranos revolucionarios y de los militares, conocidos como "Las
Cinco Categorías Rojas". Pues se esperaba que esas clases, que la
ideología marxista-leninista-maoísta considera propensas a la revolución, iban a dar la prole revolucionaria. Mao también prestó su
atención a los jóvenes de los nuevos parias, clases proscriptas de los ex
feudalistas y capitalistas, ex terratenientes, campesinos ricos y a los hijos
de los "reaccionarios" y de los "elementos malos", conocidos
colectivamente como "Las Cinco Categorías Negras". Los hijos de esas
nuevas clases y capas sociales proscriptas debieron probar en la acción que se
han rebelado y que han repudiado a sus padres y mayores si querían ser
aceptados en las filas de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Más aún, esos
muchachos y muchachas signados por los pecados de sus padres debían borrar esas
manchas negras en el bautismo de fuego y sangre descollando en los actos
terroristas de la contrarrevolución maoísta como prueba de que su conversión
era sincera y permanente.
Alentado por
decenas de millones de esos seguidores ardientes y fanáticos, Mao incitó a
estos "Centinelas Rojos" y otros jóvenes "Rebeldes
Revolucionarios" para que atacasen a sus enemigos. También estimuló la
tendencia de esos jóvenes hacia el extremismo al insistir en sus
pronunciamientos en que "no debían temer nada si cometen errores". La
propaganda maoísta les pedía que "exterminaran" y "utilizaran
como blancos vivos" a sus profesores y a todos los funcionarios del
Partido, gobierno y establecimientos industriales sospechosos de ser
antimaoístas. Mao, siguiendo las ideas de Lenin y Stalin, quería que sus
jóvenes adictos se "endureciesen en la lucha revolucionaria" y de esa
manera se moldearan como "Nuevos hombres del Comunismo". Este nuevo
tipo de hombre debía carecer de todo egoísmo, sentirse feliz en la frugalidad,
trabajo duro y bajo, trabajando exclusivamente por los intereses del grupo. El
Nuevo Hombre debía ser consecuente, valiente y combativo. Tampoco debía temer a
la muerte, sino enfrentarla con valor y renunciación.
En el anhelo de
sobrepasar uno a otro en la violencia, los Centinelas Rojos y otros jóvenes
revolucionarios primero incendiaron edificios y oficinas, torturaron y
lincharon a sus víctimas. Pero luego se dividieron en numerosas fracciones,
reclamando cada una ser más revolucionaria que otra, acusándose recíprocamente
de herejías y por último entablando sangrientas luchas y exterminación mutua.
En semejante situación caótica, el ejército que hasta ese momento había
entrenado, armado, protegido, transportado, alimentado y alojado a los
revolucionarios, recibió órdenes de Mao de impedir más disturbios y
derramamiento de sangre. Comprendiendo que habían perdido el respaldo de Mao,
que habían dejado de ser la piedra angular de la "Gran Revolución Cultural
Proletaria" y que el poder se hallaba ahora en manos de las fuerzas
armadas, un número de los grupos revolucionarios rebeldes rehusó entregarse y
siguió luchando uno contra otro y contra las fuerzas armadas. Siguiendo los
modelos tradicionales de las rebeliones chinas, esta gente se organizó en
bandas clandestinas, atacó los depósitos militares para armarse y se pasó al
bandolerismo y a la guerra de guerrillas hasta que esos nuevos jenízaros fueron
finalmente aplastados por las fuerzas militares.
IV
Este fracaso
rotundo del experimento con la juventud revolucionaria, la destrucción de gran
parte del aparato partidario y gubernamental -además del antagonismo entre el
campesinado y el Partido y la apatía general de los obreros industriales-
obligaron a Mao a apoyarse en el ejército como pilar de su nuevo régimen. De
modo que en lugar del Partido y del aparato gubernamental destruidos fueron
organizados Comités Revolucionarios desde la base hasta la cúspide de la nueva
pirámide del poder. Esos Comités constituían los cuerpos directivos en los
niveles nacional, regional, provincial y local, y los integraban los
representantes de la alianza tripartita del ejército, del Partido y gobierno
maoístas, y de la juventud revolucionaria. Los militares, no obstante,
asumieron el papel rector y dominante en esos Comités.
Cuando, por
último, Mao intentó construir un nuevo Partido, totalmente maoísta, nuevamente
los militares se encargaron del papel principal, por cuanto el nuevo Partido
fue sólo la secuela de los Comités Revolucionarios, dominados por los
militares. Mao escribió que el poder político descansaba en el cañón del fusil,
pero que el Partido y no el ejército debía disponer del gatillo del mismo. Sin
embargo, en el nuevo sistema de poder, construido como consecuencia de la
contrarrevolución antimaoísta, era el ejército y no el Partido que apretaba el
gatillo. Esta ascensión de los militares a la cúspide del poder político en la
China de Mao se manifestó en el nuevo Congreso del Partido. Este Congreso
compuesto de los delegados, escogidos por los Comités Revolucionarios, designó
a Lin Piao, comandante en jefe de las fuerzas armadas, como sucesor de Mao con
plenos poderes.
El aspecto más
importante de este ascenso del ejército en la China continental fue la
militarización total de la sociedad. Ya durante la revolución antinacionalista,
una de las concepciones estratégicas básicas de Mao en la retaguardia fue la
militarización total de las áreas bajo el control comunista. En la agricultura,
industria, educación y otras instituciones sociales los militares tomaron la
parte activa y predominante. Todas las actividades fueron organizadas según el
modelo militar y la disciplina castrense. El ejército, con la guía del Partido,
dirigió toda la vida del pueblo.
Después de la
toma del poder, la idea de Mao era organizar de la misma manera a China
continental. Hubo, no obstante, una diferencia esencial entre la situación prevaleciente
durante la revolución antinacionalista y la que surgió en China continental
después de la victoria comunista. En el primer caso, las tropas japonesas
habían invadido a China y Mao -siguiendo la estrategia de Lenin- hizo
llamamiento a todas las clases de la población, sin distingo de su afiliación
política, para que se unieran bajo un solo liderazgo a los efectos de luchar
con éxito contra el enemigo tradicional y común del pueblo chino. Fue una
suerte de respuesta a la real e inminente amenaza japonesa que las áreas bajo
el control comunista pudieran ser totalmente militarizadas.
En cambio, tras
la derrota japonesa y la victoria comunista, la situación cambió radicalmente.
La opinión general era hacer un descanso y deshacerse del control y la manera
de vida de los militares. Por ello, cuando los gobernantes comunistas
emprendieron la regimentación de toda la sociedad, se produjo una reacción
masiva contra ese intento que terminó en el fracaso de la política maoísta de
colectivización, de la industrialización y comunización aceleradas. Como
consecuencia de este fracaso se produjo la primera grieta en el liderazgo
partidario. De modo que Mao, cuando recuperó el poder absoluto durante su
contrarrevolución, tuvo que descubrir otra "amenaza inminente a la unidad
y la supervivencia de China" que usaría como instrumento de la
regimentación y militarización del país bajo su liderazgo.
Su primer intento
en esta dirección fue la propaganda sistemática y masiva sobre la inminente
invasión de China por las tropas estadounidenses. Mas al no producir esa
amenaza el impacto esperado sobre la población china, Mao aprovechó su
desacuerdo con la Unión Soviética y utilizó frecuentes incidentes a lo largo de
la frontera chino-soviética. La concentración de las tropas soviéticas en esa
zona fue entonces esgrimida como prueba de la invasión inminente cae China por
los soviéticos en connivencia con los Estados Unidos. Toda la población de
China continental debió ahora consagrarse a los preparativos bélicos.
"Cada hombre un soldado" fue el slogan y todo el mundo debía trabajar
más duro y consumir menos para construir refugios antiaéreos, almacenar
alimentos y adiestrar a cada adulto y niño, hombre y mujer, en el manejo de
armas, de modo que todo el pueblo pudiera participar en la guerra nacional de
guerrillas cuando se produjera la invasión. A los efectos de una guerrilla más
eficiente, cada comuna, integrada por determinado número de aldeas, debía ser
autosuficiente en lo económico y militar como ocurrió durante la revolución
antinacionalista y la resistencia antijaponesa. En tal situación, cada
ciudadano, prescindiendo de edad o sexo, debía ser no sólo un soldado eficiente
sino también un productor eficiente.
La personalidad
de Mao y su pensamiento político provienen de varias fuentes: De pequeño y
adolescente se rebeló contra el despotismo y la explotación de su padre. Se
identificó con los héroes populares, con los bandidos rebeldes y guerreros que
vienen excitando la imaginación popular de los chinos desde épocas remotas.
Cuando obrero en la granja de su padre, mal alimentado y obligado a realizar
trabajos difíciles, se identificó con los peones, explotados por su padre igual
que él. Después de huir de su casa y pasar por malos trances hasta completar
sus estudios, Mao se identificó con los revolucionarios contra Manchú y al mismo tiempo influyeron sobre él las ideas
socialistas y anarquistas que a la sazón estaban penetrando en China. Entre
tanto, estudió la historia de China y las ideas políticas que la dominaron.
Particularmente le impresionó el primer emperador de la dinastía Ch'in, el
unificador de China; se interiorizó del sistema de gobierno de Ch'in y de las
ideas legalistas. Esta corriente de pensamiento apoyaba y promovía el
despotismo de Ch'in, dándole una justificación filosófica y teórica. Los
intelectuales legalistas creían en la deificación del emperador, en la
glorificación de la guerra, en la expansión territorial, en la regimentación y
militarización total de la sociedad, y en el gobierno por decretos administrativos.
Proponían limitación en la educación, la supresión de los literatos cuyas obras
estaban socavando las bases de este sistema autocrático y militar de gobierno.
Bajo Ch'in las reuniones públicas estaban prohibidas, muchos libros quemados,
sobre todo los de la escuela humanista de Confucio, y algunos eruditos de
Confucio fueron quemados vivos. La sociedad constaba de dos clases reconocidas:
los militares y los productores agrícolas, mientras que el número de los
comerciantes fue restringido y sus operaciones eran estrictamente controladas.
Los militares, además de las campañas bélicas, estaban también a cargo de la
administración pública.
Al término de la
primera guerra mundial, Mao, igual que la mayor parte de los chinos, se rebeló
contra el mundo occidental a raíz del trato incorrecto que los Aliados dieron a
China mientras favorecieron al Japón. En ese tiempo triunfó también la
revolución bolchevique en la Rusia zarista, acontecimiento éste que señalaba
cuánto puede realizar un país mediante la revolución. Así también Mao, influido
por las ideas y escritos prosoviéticos de algunos intelectuales chinos, quedó
hechizado por la teoría y la práctica marxista-leninista. Luego fue admirador
de Stalin y seguramente encontró mucha similitud entre la teoría y la práctica
legalistas y la de Stalin, otro constructor de imperios. Y como Lenin había
combinado el anarquismo ruso con el marxismo, Mao aplicó la teoría de Lenin y
la práctica de Stalin como asimismo las tradiciones de la China imperial.
Hay muy poco en
la teoría y en la práctica legalistas que no podamos hallar en el maoísmo,
elaborado en base a los escritos y las prácticas marxistas-stalinistas, tal
como fueron ejemplificadas por el sistema stalinista de gobierno y de la
expansión imperial. El sistema de gobierno en todos esos imperios -el de Ch'in,
el soviético y el maoísta- tuvo la necesidad imperiosa de expandirse mediante
la guerra y otras formas de conquista y dominación. Pues en esos sistemas de
gobierno el interés de la minoría gobernante prevalecía sobre las necesidades y
aspiraciones de las multitudes sometidas. En consecuencia, dichas sociedades
quedaron atrasadas respecto a las sociedades libres en lo económico, social e
intelectual. Pero como esa situación amenazaba la seguridad de la casta
dirigente, en vista de la potencial inquietud y rebelión de las masas, las
guerras, la expansión territorial y la formación de dependencias coloniales
eran los medios para perpetuar el poder despótico.
Enfrentado con
dos adversarios gigantescos en el escenario mundial, Mao escogió el camino de
la revolución global bajo su liderazgo. Su estrategia consiste nuevamente en la
probada fórmula leninista: "unir-dividir-destruir" y en la guerra de
guerrillas que se convertirá en la guerra móvil y posicional a medida en que
las fuerzas revolucionarias se robustezcan. Durante este plan revolucionario
que seguirá el modelo de la revolución comunista china, todas las fuerzas
antiimperialistas en Asia, África y la América latina deben adueñarse del poder
bajo la guía de Mao. Luego, cuando el gobierno maoísta se consolide en estas
"áreas rurales del mundo", le tocará el turno a Norteamérica y
Europa.
Uno de los
problemas fundamentales de la China continental consiste en satisfacer la
creciente demanda de las necesidades básicas de la población que en una o dos
décadas alcanzará mil millones. El recurso menos costoso y más racional para
resolver este problema sería los préstamos extranjeros para industrializar a
China, preferentemente las industrias livianas para el consumo interno y la
exportación. Eso significaría una desviación radical de la economía actual,
orientada hacia la guerra. Semejante cambio en la política económica implicaría
el correspondiente cambio en la política exterior, llegar a un acuerdo con los
vecinos y contar con la ayuda económica de las potencias capitalistas. La
alternativa opuesta seria una alianza de los militares de Pekín con los
igualmente agresivos gobernantes del Kremlin, que en un pacto dividirían sus
esferas de intereses en el mundo, en un empuje conjunto para revolucionar los
continentes de Asia, África y América latina. Pues, precisamente en estas
áreas, en opinión de los maoístas e ideólogos sociales, habitan centenares de
millones de "desarraigados", dispuestos a la revolución global bajo
la guía comunista.
Bloomington,
Indiana, EE.UU.
(Tradujo del
inglés: Branko Kadic)
Vladimir Ciprin (*)
Ojeando páginas
de la historia cultural y política croata resalta a la vista el hecho de una íntima
ligazón entre actividad y realizaciones culturales por un lado y la política
del otro. Un hecho, quizás, más visible que en la vida de las naciones vecinas.
En efecto, mientras Croacia estuvo en el cenit de su poder político como un
Estado soberano bajo el rey Tomislav en el siglo X, precisamente en 925, con un
gran territorio, con un poder militar de importancia, ya al final del siglo XII
Croacia integra una comunidad estatal con los húngaros, al extinguirse la
dinastía de sus reyes nacionales y en el siglo XVI, junto con los húngaros, una
comunidad con Austria, para encontrarse después de la primera guerra mundial en
la Yugoslavia monárquica, por obra de políticos irresponsables, sin previa
consulta del pueblo. Después de un breve pero difícil período de cuatro años de
independencia, a causa de los torbellinos bélicos dentro y fuera de sus
confines, Croacia restaurada como Estado soberano en 1941, fue otra vez en mayo
de 1945 incluida en Yugoslavia, esta vez comunista.
En estas
condiciones, especialmente en el curso del siglo XIX y en la lucha contra la
germanización y magyarización, fueron fundadas muchas instituciones culturales,
mediante las cuales viene acentuándose siempre más el intento permanente de
realizar los ideales nacionales, es decir reconquistar la independencia y la
libertad en su propio Estado nacional. Tomando en consideración que el pueblo
croata tuvo dificultades y complicaciones más grandes en el proceso de creación
de las instituciones culturales que otros pueblos que pudieron dedicarse en
libertad a su vida cultural, es necesario valorizar el significado histórico de
ese proceso, porque se logró mucho y de un valor considerable, a pesar de las
dificultades, especialmente las de hoy en el Estado artificial de Yugoslavia, cuando
está en peligro la existencia biológica misma del pueblo croata.
Ya en siglo XVI,
durante recias y permanentes batallas contra los otomanos, cuando nos dieron el
título "antemurale christianitatis", teníamos los croatas en la isla
Hvar en el Adriático nuestro primer teatro dramático que existe hoy todavía.
Allí, como también en Dubrovnik (Ragusa) actuaron compañías teatrales
permanentes. En Zagreb, capital de Croacia, se organizaron en Gric (la parte
alta de la vieja ciudad) presentaciones teatrales con alumnos de escuelas
secundarias.
Ya desde 1797
hasta 1834 se presentaban así en Zagreb, en su teatro (hoy edificio del Museo
Natural) varias piezas de las compañías teatrales alemanas o italianas para dar
luego la primera presentación en croata el 10 de junio de 1840. Esta
presentación se efectuó en el edificio de la municipalidad actual, donde, en
efecto, empezó también el teatro permanente dramático en 1860. Ya antes de
organizar el teatro lírico Permanente (Ópera), fue ejecutada en 1846 la primera
ópera nacional croata del autor Vatroslav Lisinski (1819-1854), titulada
"Amor y Malicia", es decir sólo 10 años después de la primera ópera
rusa de Glinka "La vida por el Zar" (hoy "Ivan Susanjin"),
y, antes de la creación de la ópera nacional checa.
El sentido
musical como un talento natural del pueblo croata, que canta en días de
tristeza y de alegría, recibió un impulso mayor de desarrollo con la fundación
del Instituto de Música como institución permanente en Zagreb en 1827.
Todas estas
instituciones fueron creadas, resistiendo a la germanización y magyarización
intentadas por parte de las autoridades políticas y administrativas en Croacia,
que se sentían molestas por el despertar de la conciencia nacional croata y que
brotó vigorosamente en la primera mitad del siglo XIX en el movimiento del
renacimiento nacional al ("ilirio") croata, cuando empezó la lucha
por el idioma nacional en todos los campos de la actividad y la eliminación del
latín y alemán. Así también el teatro nacional croata, como un reflejo fiel de
las condiciones en que vivió el pueblo, desarrolló, junto con sus esfuerzos y
logros artístico-estéticos, también el entusiasmo y la necesidad para que el
pueblo se pusiera política y culturalmente firme y sobre sus propios pies.
Así, pues, fue
organizada también el 2 de octubre de 1870 la Ópera croata como una institución
permanente que viene actuando, con dos interrupciones muy breves, hasta hoy.
Por su organización tenemos que agradecer especialmente al compositor croata
Juan pl. Zajc (1831-1914), creador de la ópera croata más popular "Nicolás
Subic Zrinski".
Zajc nació en
Rijeka y ya a temprana edad se dedica a música. A los diez años de edad compone
su primera fantasía para violín y piano, desarrollando el tema de la ópera de
Verdi "Nabucodonosor", y con doce años de vida compone su primera
ópera "María Teresa". Más tarde fue a Milán donde estudió música,
siendo premiado en 1855, mientras su ópera "La Tirolesa", también
premiada, era ejecutada en el escenario del Conservatorio de Milán. La
renombrada casa Ricordi tenía propósito de editar esta ópera, pero las intrigas
y envidias de otros músicos consiguieron frustrar el proyecto.
Cuando se intentó
darle el puesto de director de la Scala, prefirió regresar a su patria donde
fue nombrado director de la orquesta del teatro de su ciudad natal. Pero poco
tiempo después, Zajc se marchó a Viena, donde, por intermedio de su connacional
von Suppé, también compositor, nacido en Split, conoció el ambiente musical y
pronto empezó a componer operetas. Sus obras tuvieron éxito y se ejecutaron en
los escenarios de Viena. Su éxito es tanto más significativo por conseguirlo en
la ciudad de los valses y las operetas de Johann Strauss. Después de gran
éxito, su opereta "Muchachos a bordo" fue también estrenada en
Zagreb, y la dirección del teatro croata lo llamó a dirigir la orquesta. Aceptó
la invitación y con su llegada a Zagreb la vida musical recibe un nuevo y
decisivo impulso, madurando también la idea de organizar la Ópera
independiente. Al organizarla, Zajc fue nombrado su director y conductor
musical.
En la solemne
inauguración de la Ópera permanente croata fue ejecutada la ópera de Zajc
"Mislav", donde actuó el mejor cantante croata de su tiempo, el
barítono José (Josip) Kasman (1847-1925). Junto con las óperas nacionales, en
el programa estaban también las obras de los autores internacionales
reconocidos, especialmente italianos, como ser Rossini, Bellini, Donizzeti y,
sobre todo, Verdi. Entre las obras nacionales, el más grande éxito lo tuvo la
ópera "Nicolás Subic Zrinski" del mismo Zajc y que fue ejecutada por
primera vez el 4 de octubre de 1876. Un par de años más tarde se presentó como
director Nicolás pl. Faller, alumno del compositor francés Massenet, que
coincidía idealmente con Zajc, realizando prácticamente sus ideas.
Ya antes de la
fundación de la Ópera, se solía cantar, en los entreactos, varias arias de
óperas y canciones, destacándose así algunas cantantes nacionales. Entre ellas
se convirtió en celebridad de todo el mundo Irma pl. Murska, nacida Puksec. Fue
huésped de todos los teatros de renombre en Europa, América y Australia.
Bernard Shaw la denominó "pirotécnica vocal", y la crítica vienesa la
llamó "Die kroatische Nachtigal" (el ruiseñor croata).
Más tarde cobra
gloria universal la croata Milka Trnina (1863-1944). Era huésped en Alemania
como también permanentemente en la Metropolitan Opera House, en Covent Garden
de Londres y en Bayreuth. En los anales de la Metropolitan quedó anotada como
primera Tosca newyorquina y el mismo Puccini caracterizó su creación con las
siguientes palabras: "Jamás Tosca alguna pudo acercarse a la Trnina".
Sus papeles preferidos son heroínas como Isolda, Senta, Elsa, Elizabeth,
Brunilda y Kundry de Wagner. Además de estas dos croatas, se desempeñaron en
aquel tiempo en Alemania otras dos connacionales. Blazenka
Krnic y Thea pl. Pesc.
En 1894 se
organiza el primer conjunto permanente de ballet -"corps de ballet"-
que se presentó por primera vez en la ejecución de la ópera "Nicolás Subic
Zrinski". Más tarde, en la primera mitad de nuestro siglo, un destacado
talento del ballet, la croata Mija Corak, conocida en el mundo por el nombre
Slavenska, participa en los conjuntos de París y Nueva York, donde queda
definitivamente organizando una escuela de ballet.
En 1895 fue
inaugurado el nuevo edificio del teatro, el actual, que es, de acuerdo a la
opinión de especialistas, por su ubicación y colocación, uno de los más
hermosos teatros, cercado por grandes espacios, canteros y flores. En la misma
oportunidad y en presencia del mismo emperador Francisco José I, fue
descubierto al público también el gran telón del teatro, obra del pintor Vlaho
Bukovac, elaborado de acuerdo a las ideas del director del Teatro, Stjepan pl.
Miletic, representando el Renacimiento croata. Son pocos los teatros que tienen
algo semejante, uniendo en sí con el significado histórico-nacional también un
valor artístico de consideración. De lo mismo se desprende qué gran papel
desempeñó el Teatro en la vida política y cultural del pueblo croata.
El teatro de
Zagreb no es un edificio sin personalidad, frío y sin alma como son los teatros
de América y algunos centros europeos, donde se unen solamente las pretensiones
artísticas y comerciales. El teatro de Zagreb tiene un carácter completamente
diferente. Aquí se unió el ideal de rebelión croata con las ideas liberales del
occidente europeo sintetizando todo en un ropaje artístico. Esta misión del
Teatro croata empezó ya en el edificio anterior, el antiguo, en la parte alta
de la ciudad, con las primeras arias y canciones del renacimiento para
convertirse, en el nuevo edificio, en una protesta universal y magnífica de
todo el pueblo contra la tiranía y por la libertad. El estilo de esta protesta
se lo dieron los versos del poeta Gundulic, como también la poesía llena de
entusiasmo por la libertad de la ópera "Porin" de Lisinski,
convirtiéndose el todo en un imperativo categórico político y cultural.
Así, en este
nuevo lugar, bajo la experta y segura mano del intendente del Teatro, Stjepan
pl. Miletic, un creador y reformador ideal y entusiasta del arte teatral
croata, empieza la subida, rápida y constante, del arte teatral. Hasta algunos
estrenos se ejecutan antes en Zagreb que en Viena. Así fue, por ejemplo, con la
ópera "Dalibor" de Smetana y "Eugenio Onegin" de
Chaikovski. En 1897 fue efectuada la primera presentación (43 años después de
la muerte de su autor) de ópera "Porin" de Vatroslav Lisinski. El
acontecimiento tuvo éxito artístico y nacional, pues, junto a su valor musical
(el autor compuso la obra en Praga, donde Lisinski perfeccionaba en el
Conservatorio local su saber musical) en el espíritu del momento, la obra se
refiere a la liberación de Croacia del dominio extranjero. Naturalmente, las
autoridades austríacas no miraban todo esto con indiferencia y cuando Milka
Trnina, después de 8 presentaciones triunfales, saludada y ovacionado por el
público, declaró públicamente que era croata y que lo sería para siempre, fue
motivo para la segunda supresión de la Ópera croata. El ban Khuen Hedervary,
húngaro y enemigo de Croacia, prohibió la actividad de la Ópera en 1902. Pero
igual como después de la primera (1889-1894), Zagreb continuó sus
presentaciones teatrales líricas. Se realizaron presentaciones en diversas
asociaciones culturales y de beneficencia así que, a pesar de la supresión
oficial, la continuidad fue lograda. En 1909 la Ópera empieza otra vez a
trabajar oficialmente continuando así hasta el momento presente. Desde 1911
hasta 1918 se presenta en todas las partes de Croacia. En Dubrovnik, Split,
Sibenik, Opatia y Sarajevo y, hasta que no fue organizada la Ópera en Lubiana,
capital de Eslovenia, la Ópera croata se presentó en el curso del año 1913
también en esa ciudad.
Si tenemos
presente que en el teatro de Zagreb, junto con drama y ópera, se vieron también
opereta y ballet, recién entonces podemos apreciar con justicia la amplitud e
importancia de la labor cultural de esa institución. En efecto, muchos
especialistas reconocieron que pocos teatros en el mundo hicieron tantos esfuerzos
y desarrollaron tanta actividad con resultados casi siempre de un nivel
artístico digno del reconocimiento.
Después de la
Primera Guerra Mundial fue organizada la Filarmónica de Zagreb, que mereció en
los últimos años elogios y reconocimiento, presentándose en el extranjero
(Alemania, Austria, Checo-Eslovaquia), dirigida no sólo por maestros croatas
como Milan Sachs, Kressimir Baranovic, Lovro Matacic, Milan Horvat, sino
también por los extranjeros de renombre internacional en calidad de huéspedes
como Hans Knappertsbusch, Bruno Walter, Tullo Serafin, Karl Böhm, para
mencionar sólo a algunos de ellos.
En el mismo
período se formó el "Cuarteto de Zagreb", presentándose por todas
partes en Europa y mereciendo grandes elogios. La alta cultura musical de Zagreb
hizo posible también la creación del conjunto "Los Solistas de
Zagreb" que contribuyeron a la reputación de la metrópoli de Croacia, pero
lamentablemente aquí en Buenos Aires, con motivo de su presentación, no se
mencionó ni una sola vez de que se trata de croatas, a pesar que sus
participantes eran todos croatas y egresados del Instituto de Música de Zagreb,
especial en su última presentación en el teatro Colón en 1969.
Durante todo este
tiempo, especialmente entre las dos guerras, el nivel de las realizaciones de
la Ópera croata compitió con éxito con los grandes escenarios europeos. Esto
está confirmado muy bien por la presentación de los artistas extranjeros en
Zagreb y los croatas en el extranjero. Así se presentaron en Zagreb Beniamino
Gigli, Lauro Volpi, Cristi Solari, Belina Skupjevski, Burdinot, Leo Siezak,
Fedor Chaliapin, Zalewski, Jurenjev, Gino Becchi, Ema Destinova, Jarmila
Noovtny, Bidú Sayao, María Caniglia, Rosette Anday y más tarde, después de la
Segunda Guerra Mundial, Richard Tucker, Mario del Mónaco, Birghit Nilson y
otros cantantes que fueron también huéspedes de la Metropolitan Ópera House,
del Colón y el Covent Garden, para mencionar sola mente los centros más renombrados.
Entre los dirigentes más famosos se presentaron en Zagreb Bruno Walter, Tulio
Serafin, Furtwaengler, Knappertsbusch, Karl Böhn y Richard Strauss. Un éxito
considerable y el reconocimiento a la Ópera croata fue
contabilizado con motivo de la presentación de Chaliapin en la ópera
"Boris Godunov". Chaliapin elogió la presentación en su totalidad,
especialmente la creación vocal y dramática del bajo Toso Lesic en el papel de
Varlaam. Chaliapin declaró que éste fue el mejor Varlaam que actuó con él hasta
entonces.
De los teatros
extranjeros tomados en su conjunto total, se presentaron en Zagreb la Ópera de
Dresden y Frankfurt con solistas, coro, orquesta y decorados en "El
caballero de la Rosa" de R. Strauss y "Fidelio" de Beethoven;
luego "Ópera Comique" en las óperas "Carmen" (Bizet);
"Fausto" (Gounod) y "Manon" (Massenet), la Ópera Real de
Bucarest con "Aída" y "Carmen", como también la Scala de
Milán y el Teatro Reale dell'Opera di Roma.
La presentación
de la Scala de Milán con personal de segunda categoría fracasó y tuvo una
crítica muy negativa. La segunda presentación de los cantantes italianos de la
Ópera de Roma fue completa con las figuras más destacadas como ser Gigli, Gino
Becchi, María Caniglia en la ópera "Aída" .
Al cantar la primera aria, Gigli demostraba visible miedo. Más tarde se
estabilizó y estuvo excelente como siempre. En el banquete preparado en su
honor en la sede del alcalde de Zagreb señor Werner Gigli hizo elogio sin
reserva a la crítica musical de Zagreb, añadiendo conocer la crítica negativa
que se hizo sobre la actuación de la Scala y que por eso tenía un poco de temor
al empezar su papel. Esto puede servir también como prueba de la alta calidad
de la Ópera croata, porque si ésta no estuviera acostumbrada a las actuaciones
de calidad, la crítica de la Scala no habría sido tan severa.
De las cantantes
croatas, que gozaron de una gloria internacional, junto a las dos ya
mencionadas -Irma pl. Murska y Milka Trnina- la más conocida es la alumna de M.
Trnina, Zinka Kunc-Milanov, del elenco estable de la Metropolitan Ópera House
durante 25 años y poseedora del título "First Lady of Met", es decir
primera dama de la Metropolitan.
Entre una
treintena de sus papeles, las más importantes son: Tosca, Turundat, Amelia (El
Baile de Máscaras), Norma, Luisa (Charpentier). Además participó en los
festivales de Salzburgo dirigidos por B. Walter en "Requiem" de Verdi
y en "Missa Solemnis" de Beethoven y en su "IX Sinfonía".
También Maja
Strozzi-Pecic tuvo grandes éxitos internacionales como una cantante de
coloratura, cantando obras de Stravinski y de compositores
contemporáneos croatas, acompañada en el piano por su esposo Bela pl.
Pecic. Además hay que mencionar a Djurdja Milinkovic, huésped de las Óperas
alemanas, a Ana Jelacic, Marjada Radev, Marta Pespisil, Vilma Nozinic,
Srebrenka Jurinac, miembro de la Ópera estatal de Viena en la actualidad,
Biserka Cvejic, Ruza Pospis, Draga Martinis, etc.
De los cantantes
croatas que se presentan en el extranjero vale mencionar: a Tomislav Neralic
(miembro permanente de la Ópera de Berlín), Vladimir Pulzjak, miembro de la
ópera de Hamburgo y huésped también en la Metropolitan; Ratko Delorko en
Dusseldorf. Muchas veces se han presentado también los cantantes Pavao Marion
Vlahovic y Marko Vuskovic (ya fallecido). Además, Marko Rothmueller,
actualmente tiene su escuela de canto en Nueva York, Tino Patiera, Rodolfo
Zupan (actualmente en Santiago de Chile), Dragutin Sostarko (actualmente en
Chicago), etc.
De los directores
croatas fueron huéspedes o lo son: Lovro pl. Matacic, primer croata que dirigió
en Bayreuth 1959 (se presentó también en el Colón), hoy director de la
Filarmónica de Zagreb; Kresimir Baranovic, Berislav Klobucar (se presentó en el
Colón y en la Metropolitan), Bailan Basic, ex director del teatro de Salzbtirg
y Milan Horvat, conocido en Europa por sus múltiples actuaciones, hoy director
de la radio, de Viena.
Todas estas
actuaciones recíprocas confirman y elevan el nivel de los logros artísticos de
la Ópera croata, haciéndole posible el conocimiento de los estilos de varias
épocas musicales y la técnica vocal de los cantantes, mientras sus directores,
escenógrafos y cantantes se habilitaron para la ejecución de los más variados
estilos en la forma más auténtica enriquecidos por una experiencia muy amplia.
Así la Ópera croata con su tradición cultural ya afirmada pudo, durante la
restauración de la independencia de Croacia de 1941-1945, presentarse en su
propio Estado bajo el nombre "Ópera Estatal de Croacia" y bajo la
dirección del Prof. D. Zanko, reconocido erudito croata en el campo literario
filosófico y de crítica teatral, de igual a igual con otras instituciones de
primer rango en Europa. Durante los cuatro años de la independencia renovada de
Croacia, a pesar de una guerra devastadora, no se puede aplicar a la actividad
cultural aquel proverbio latín: Inter armas silent musae. La actividad cultural
anotaba constantes progresos. En la Ópera se ejecutaron obras, nacionales y
extranjeras, se organizaron conciertos de Filarmónica nacional o extranjeras
como si los croatas hubieran querido sofocar los gritos de la guerra y el fuego
con las voces y complejos orquestales, lo que, en su conjunto, casi preparaba
al trágico final del pueblo croata en 1945. En aquel período la Ópera croata se
presentó por primera vez en el extranjero con sus solistas, coro, orquesta y
decoraciones en cuatro centros europeos: En Viena con la ópera de Zajc
"Nicolás Subic Zrinski" y con la ópera cómica del compositor croata
contemporáneo Jakov Gotovac "Ero del otro Mundo" en Venecia,
Florencia y Roma. En Viena presencia la presentación de "Ero del otro
Mundo" R. Strauss, mientras en Roma el público melómano obliga varias
veces la repetición de partes enteras, especialmente la danza final del último
acto.
A mediados de
1945 Croacia, después de la pérdida de su independencia, se halló en la
comunidad de las repúblicas federales de Yugoslavia. La Ópera, después de una
breve pausa, empieza a trabajar y después de un par de años se presenta con sus
cantantes en los mayores teatros de Europa y hasta en el Japón (Tokio y Osaka)
donde el público entusiasta arrojaba flores sobre los cantantes, la orquesta y
el director.
Por fin los
festivales musicales y dramáticos en Dubrovnik que se organizan cada año, en
agosto y septiembre, están reuniendo cada vez más a los artistas mundiales,
dramáticos y musicales, recobrando cada vez más su notoriedad en el mundo y
haciendo una buena propaganda no sólo para los artistas croatas, sino también
para las bellezas naturales de aquella maravillosa región. Uno de los amigos de
los festivales de Dubrovnik es también el compositor inglés Benjamín Britten.
El dirigente alemán, de renombre mundial, Herbert von Karaian se entusiasmó de
tal manera con la ejecución de la ópera "Boris Godunov" por el
conjunto teatral de Zagreb que personalmente invitó a los solistas y el coro
del teatro de Zagreb a los festivales de Salzburgo.
Lamentablemente
todas las presentaciones de los artistas croatas y sus éxitos se contabilizan
como éxitos yugoeslavos, porque así oficialmente se exige. Por lo tanto, los
testimonios de los círculos artísticos extranjeros tienen más importancia en
este sentido, cuando se refieren con objetividad desinteresada a la actividad
creadora y artística croata. Así, por ejemplo, Thomas Mann en la obra "Dr.
Fausto" dice entre otras cosas: "...lo mejor de lo mejor... Maja de
Strozzi-Pecic, croata, hoy la más hermosa soprano de los dos hemisferios".
Los compositores
croatas
Hablando de la
actividad de la Ópera croata, debemos mencionar también que en Croacia hay un
gran número de compositores, sea de la generación anterior o la contemporánea,
cuyas obras, especialmente, de carácter sinfónico o lírico, fueron presentadas
o se están ejecutando en varios teatros europeos.
En cuanto al
fundador de la Ópera croata -Juan pl. Zajc- hay que recalcar que su ópera
"Nicolás Subic Zrinski", la más popular ópera, es una apoteosis del
heroísmo del ban Zrinski, quien con un puñado de sus soldados impidió la
invasión de los turcos contra Viena y Budapest (1666). Lo mismo vale para las
dos óperas de V. Lisinski: "Amor y Malicia" y "Porin".
Lisinski trabajó en Praga, lo que favoreció la edición y ejecución de muchas de
sus obras vocales que hoy se están ejecutando en Croacia.
Entre los
compositores de la generación actual, el más conocido es Jakov Gotovac (n.
1895), autor de la ópera cómica y más conocida "Ero del Otro Mundo",
que fue ejecutada unos 40 veces en el extranjero (en Francia, Inglaterra,
Alemania e Italia) y hasta en el Japón (Tokio y Osaka). Este autor compuso
también la ópera "Morana", que también tuvo éxito en extranjero,
luego "Kamenik", etc. Su "Danza Sinfónica" tuvo un
considerable éxito en el exterior por su rica escala de melos popular y por su
ritmo en un ropaje muy sonoro. Una serie de opus para coro y canciones son
parte integrante de su amplia creación artística, obra preferida de todos los
coros croatas y de muchas en el exterior que los hacen figurar en sus
programas.
Como el maestro
de orquestación fue conocido en el extranjero el compositor Blagoje Bersa
(1873-1934), autor de las óperas "Oganj" (El fuego) y "Postolar
od Delft" (El zapatero de Delft). Es conocido también como instrumentador
del compositor francés de ópera D'Albert y de opereta de Lehar. Su obra
sinfónica es "Suncana Polja" (Los Campos de Sol).
Además hay que
mencionar a Antonio Dobronic (1878-1955), autor de la ópera "La Viuda
Roslinka", al Dr. Bozidar Sirola (1889-1956), pionero de las tendencias
folklóricas modernas en la música, conocido como musicólogo y autor de muchas
obras para coros. Una de ellas, el oratorio "La Vida de los S.S. Cirilo y
Metodio" tuvo gran éxito en Frankfurt, Alemania en 1927. Es autor también
de la ópera "Grabancijas Djak (El alumno Grabancijas). Aquí pertenece
también Josip Stolcer-Slavenski (1896-1955), autor de muchas obras de la música
de cámara, para coros y de carácter sinfónico, reconocido como un
revolucionario en la música croata. Es discípulo de Kodaly y de Viteslav Novak,
sintiéndose también una gran influencia del folklor moderno de Bartok. Es
conocido también en Alemania y algunas de sus obras fueron impresas en la casa
editorial Schott mientras su cuarteto fue ejecutado en Donauschingen.
Cristobal Odak es
autor de la opera "Dorica Plese" (Dora está bailando) concebida e
inspirada por puros motivos populares exclusivamente Francisco Lhotka,
compositor de ballet, "El diablo en aldea", que fue ejecutado en
varios teatros europeos.
De la generación
anterior y que todavía viven, el más conocido es Boris Papandopulo (1906) hijo
de la renombrada cantante croata Maja Strozzi-Pecic, compositor de
"Sinfonietta" conocida también en el extranjero, autor de dos óperas
y unas cuantas obras orquestales, y por fin Francisco Lucic (1889).
De la generación
más joven, mencionamos a Stjepan Sulek (1914), autor de dos óperas
"Coriolán" y "Oluja" (Huracán) y pedagogo para la
orquestación en la Academia Musical de Zagreb. Su alumno Milko Kelemen, el
representante de la composición atonal-serial y organizador del Bienal de
Zagreb, adonde concurren representantes creativos y recreativos de casi todo el
mundo, con un programa muy amplio de la música contemporánea. Ivan Brkanovic
(1906), autor de la ópera "Equinoccio", mientras del grupo
electrónico el más conocido es Branimir Saka (1918). Su obra "La Sinfonía
de un soldado muerto", fue adaptada más tarde para ballet con el que el
ballet de la Ópera de Zagreb se presentó con gran éxito en Nápoles. Mencionamos
también a Milo Cipra (1906) autor de la música de cámara y orquesta, conocido
también fuera de los confines de su Patria.
El Instituto
Musical de Zagreb, fundado en 1827, como hemos dicho, ha desarrollado una
amplia actividad en el campo pedagógico, formando un gran número de los
excelentes profesores y los artistas de reproducción, que son su mejor
legitimación en el mundo (Solistas de Zagreb). De allí salió la primadonna
Zinka Kunc-Milanov. Después de las primeras instrucciones por parte de Milka
Trnina, continuó sus estudios en la Academia Pedagógica de Zagreb, con la
profesora del Instituto de Música María Kostrencic que formó una serie de las
cantantes.
El Prof.
Svetislav Stancic, el conocido virtuoso, alumno de F. Busoni, autor de muchas
obras para el piano, formó una entera generación de pianistas. Entre ellos se
destaca el compositor y pianista el Prof. Bozidar Kunc, hermano de Zinka
Kunc-Milanov. El Prof. Kunc murió hace algunos años en Detroit, durante un
concierto. Su concierto para violín y orquesta fue premiado en Norteamérica
después de la ejecución por el violinista Zlatko Balokovic. El Prof. Kunc se presentó
como pianista en muchos conciertos en Europa y América donde, en su calidad de
colaborador de piano y correpetidor de su hermana Zinka tuvo la oportunidad de
conocer los ambientes musicales de toda la América.
Entre los alumnos
de Stanislay Stacibic, son conocidos mundialmente Branka Musulin (hoy en
Alemania) y Melita Lorkovic (hoy en El Cairo).
Entre los
musicólogos croatas el más conocido es el Dr. Artur Schneider (1879-1940) y
entre los que viven, el Dr. Dragan Plamenac (1895), actualmente en la
Universidad Illinois, U.S.A., ex presidente de American Musicological Society,
autor de la compilación completa de las obras de Ivo Lukacic, franciscano de
Sibenik (1587-1648) compositor del estilo monodiano, y el Prof. José Andreis
(1909) un trabajador incansable en su campo, autor de la "Historia de
Música" croata, fundador de la Enciclopedia Musical y la recién fundada
Sociedad de la Musicología.
Los operistas
croatas en el Teatro Colón y la Metropolitan Opera House
Que los cantantes
croatas y los artistas musicales en general se han consagrado también fuera de
los confines de su Patria y Europa, nos ofrece testimonio también el Simposio,
publicado en Buenos Aires con motivo de cumplirse 60 años de la existencia y
actividad del Teatro Colón.
Por él nos
enteramos que en el Colón, el teatro más grande y más conocido después de la
Metropolitan de Nueva York, actuaron como huéspedes los siguientes croatas:
Zinka-Kunc-Milanov, 25 años en la Metropolitan con el título "the first
Lady of Met" y titular de las creaciones más brillantes de Leonora, Norma,
Tosca, Aída, etc., digna alumna de Milka Trnina y la tradición de la escuela de
canto del Instituto Musical de Zagreh, luego el barítono Marko Rothmuller, hoy
maestro de canto en Nueva York. Después de la publicación de dicho Simposio
cantaron en el Colón también: Djurdja pl. Milinkovic, Sena Jurinac, miembro
permanente de la Ópera de Viena; Marjana Radev, frecuente huésped de la Scala
de Milán y Biserka Cvejic. De los directores: Lovro pl. Matacic y Berislav Klobucar,
huésped también de la Metropolitan. De otras nacionalidades, permanentes
miembros y huéspedes de la Ópera de Zagreb se presentaron en el Colón: los
tenores rusos B. Skupjevski y A. Veselowski y los bajos-barítonos Zalewski y
Jurenjev como también el tenor esloveno Josip Rijavec, miembro por muchos años
de la Ópera croata.
En esta
oportunidad hay que destacar con orgullo por parte nuestra, que en la segunda
presentación de inauguración de la Metropolitan Ópera en 1883 se presentó el croata
Josip Kasman, considerado el rey de los barítonos en aquel tiempo y cantó en la
ópera de Donizzeti "Lucía di Lamermoore". Además el primer
protagonista de "Don Giovanni" de Mozart, primer conde Luna ("ll
Trovatore"), primer Hamlet de la ópera homónima de Thomas y primer
Teiramund en "Lohengrin" de Wagner.
Entre los
huéspedes de la Metropolitan -aparte de Zinka Kunc-Milanov y Marko Rothmuller
que ya hemos mencionado-, de la generación reciente se presentaron Vladimir
Ruzdjak, miembro de la Ópera de Hamburgo, y la señora Ruza Pospis-Baldani, que
en sus 24 años de vida sorprendió al público newyorkino con una voz de un alto
pastoso y de mezzosoprano de altura brillante. En el campo del arte del Ballet
y luego también en coreografía, Mija Corak-Slavenska representó dignamente a
Croacia.
Visto todo esto,
resulta lógico que Antonio Janigro, quien vino a Zagreb de muchacho y se
asimiló allí y se desempeñó durante 20 años como profesor de violoncelo en la
Academia de Música de Zagreb, pudo organizar el conocido conjunto de cámara
"Zagrebacki Solisti" (Solistas de Zagreb), de los cuales dijo un
serio crítico musical de Buenos Aires que están entre los mejores, si no son
quizás, los mejores del mundo. Janigro pudo hacerlo porque casi la totalidad de
su conjunto salió directa o indirectamente de la renombrada escuela para violín
de la Academia Musical de Zagreb del Prof. V. Huml, alumno de Sevcik. Sus
alumnos son también Zlatko Balokovic y Ladislav Slik.
Con motivo de
celebrarse el primer centenario de la existencia de la Ópera estable croata,
que se efectuó en octubre de 1970 en Zagreb, en su edificio renovado y
modernizado, provisto de los instrumentales más modernos y máquinas escénicas
como también de un interieur de lujo, hemos considerado oportuno informar en
estas breves líneas sobre la cultura musical del pueblo croata. Así se podrá
tener también un panorama de lo que el pueblo croata contribuyó al patrimonio
universal en el campo de la cultura -precisamente en el campo musical-. Zagreb,
de acuerdo a lo expuesto, es un importante centro, realmente un vivero de los
talentos musicales.
Esta es la breve
reseña de la música croata creativa y reproductiva en sus rasgos principales.
Creemos que podrá servir suficientemente para apreciar el significado y el
aporte de la creación musical croata en la misma Croacia como también en el
contacto e intercambio recíproco de los bienes espirituales de aquel país y los
demás pueblos.
(Traducido por
F.N.)
Branko Franolic
A comienzos del
siglo VII, en la costa adriática, los croatas introdujeron y desarrollaron la
lengua paleocrata, rama del paleoslavo, dividida en varios dialectos entre los
cuales predominaban en el norte el kajkavski, en el sur y en una parte de
Bosnia el caikavski y en sur-este el stokavski[6].
Había también dialectos mixtos. Con la cristianización, los croatas adoptaron
en el siglo IX, como lengua litúrgica, un dialecto paleobúlgaro que modificaron
y adaptaron a sus usos y necesidades y que hoy día se llama el eslavo-croata o
"el paleoslavo eclesiástico de recensión croata". Esta lengua de
culto y de literatura, escrita en caracteres glagolíticos existió hasta
mediados del siglo XIX como lengua literaria de los sacerdotes glagolitas que
se oponían a los sacerdotes latinizantes. Como lengua litúrgica se usó todavía
hasta nuestros días y fue reemplazada, muy recientemente, después del Concilio
de 1965, por el idioma literario croata contemporáneo. Por lo tanto, ese
eslavo-croata fue el primer idioma literario croata. El primer texto escrito en
eslavo-croata es la losa de Baska, del año 1100, que registra el acto de
donación de un terreno efectuado por el rey Zvonimir al convento benedictino de
la isla de Krk. Respecto al paleobúlgaro, el eslavo-croata constituye un
paleoslavo croatizado en el campo de la fonética, la morfología y la sintaxis y
sobre todo del vocabulario. Esta lengua semiartificial fue utilizada en los
actos notariales, en el culto y en la literatura glagolítica que, por otra
parte, era muy rica en una época en que el número de literatos europeos era
bastante restringido[7].
Cabe suponer que, paralelamente a esta lengua, existía en los siglos XIV y XV
una lengua literaria popular (vernácula) utilizada en la poesía popular de
tradición oral y en la poesía creada por los laicos para el uso del oficio
eclesiástico vespertino, o sea en "prosas" para el culto divino. Pero
ya de los siglos XII y XIII disponemos de documentos y de recopilaciones de
leyes escritas en el croata vernáculo, como por ej. Isprava Kulina Bana, 1189
(Documento de Ban Kulin) y Vinodolski Zakonik de 1288 (Código de Vinodol).
Parece que los poetas versificadores de temas litúrgicos se llamaban
zacinjavci, los "entonadores" [8].
Fueron ellos y otros literatos quienes introdujeron poco a poco la lengua
popular en el ámbito literario [9],
lo que permitió a Kombol constatar: "De ese modo en la literatura croata,
desde la Edad media, se operó la transformación que en la literatura rusa tuvo
efecto en los tiempos de Pedro el Grande y en la literatura servia y búlgara en
el siglo XIX, vale decir que en la literatura croata la lengua popular
predominaba ya en aquella época" (cf. M. Kombol, Povijest hrvatske
knjizevnosti do narodnog preporoda, pág. 22). Hay versificaciones [10]
en lengua popular desde el siglo XIV aunque Marko Marulic (1450-1524) es
considerado como el primer poeta, cuyo poema Judit (Istorija svete udovice
Judit v versih hrvacki slozena, Historia de la santa viuda Judit compuesta en
versos croatas) publicado por primera vez en 1521, lleva en la introducción la
fecha de 1501. Al mismo tiempo aparecieron en Dubrovnik los poetas Sisko
Mencetic Vlahovic (1457-1527), Dzore Drzic (1461-1501), Marin Kristicevic
(fallecido en 1531), Andrés Cubranovic y otros que escribían en ragusino
cakavizado, reemplazado más tarde por el ragusino stokavski en los escritores
de los siglos XVI y XVII, posteriores a la primera generación, tales como
Gundulic, Bunic, Palmotic y otros que escribían en stokavski jekavski.
Mientras nacía la
lengua literaria croata en el seno de la pequeña república de Dubrovnik, al
mismo tiempo se formaba la literatura croata en el dialecto cakavski en las
ciudades de Split, Zadar y Hvar (isla de Hvar). Los escritores, sucesores de
Marulic, fueron Hanibal Lucic, Petar Zoranic, Sime Budinic, Brno Krnarutic,
Juraj Barakovic, redactando en dialecto cakavski.
En el siglo XVI,
sobre el escenario literario croata, apareció también el dialecto kajkavski,
usado por los escritores de Croacia septentrional, cuya metrópoli era la ciudad
de Zagreb. Los iniciadores y figuras principales de esta literatura fueron
Antun Vramec (Kronika, 1578, Postila, 1586) e Ivan Pergosic (Tripartitum,
1574).
Sin embargo, ya
en esa época se pensaba adoptar el dialecto stokavski como base de la lengua
literaria oficial y esta idea estimuló a muchos croatas de esos siglos a
utilizarlo en su creación literaria. Así Bartol Kasic de la isla de Pag
(1575-1650), si bien compuso en 1604 una gramática en cakavski (Institutionum
linguae illyricae libri duo), escogió, sin embargo, en 1622, el stokavski para
su traducción de la Biblia. Pensaba, en efecto, que la lengua croata, más
hermosa sería la que tuviera como base el stokavski. Lo mismo ocurrió a Jakov
Mikalja quien proclama en su Vocabulario y en su Gramática (1649-1651) que la
lingua bosnese (es decir el stokavski ragusino) e la più bella. A. Kasic se
debe también atribuir la stokavización de la lengua en Palmotic. Este
predominio del stokavski jekavski se explica por la influencia que ejerció
sobre los croatas la literatura ragusina en stokavski jekavski del siglo XV al
XVIII. Por ello, ese dialecto se convirtió en la lengua literaria de los
escritores de Bosnia, M. Divkovic, S. Matijevic, P. Posilovic y P. Papic (siglo
XVII). Por ese tiempo en Bosnia y en Dalmacia predominaba el stokavski ikavski;
por ejemplo, en F. Grabovac y A. Kacic-Miosic (1704-1760), cuyo poemario
Plática amena del pueblo croata (1756) ejerció gran influencia en todas las
capas sociales. El stokavski ikavski se extendió también como lengua literaria
en Eslavonia (actualmente Croacia del noreste) y fue usada por los escritores
A. Reljkovic, Kanizlic y Katancic. De modo que ese dialecto (de habla jekavski
o ikavski), desde el siglo XV al XVIII, conquistó la mayor parte de las
regiones croatas, lo que originó la aparición de diccionarios y gramáticas en
stokavski: Dizionario de A. Della Bella (en ragusino, con citas de escritores
ragusines, publicado en 1728, reimpreso en 1785), Grammatica della lingua
illyrica de F. M. Appendini (1808), igualmente en ragusino jekavski, lo mismo
que los diccionarios voluminosos (en 6 tomos, 4721 páginas) del franciscano
ragusino J. Stulli (1801, 1806, 1810).
Obras similares
aparecieron también en Eslavonia y Bosnia, todos en stokavski. Durante la
acusación napoleónica, incluso en el litoral croata (Hrvatsko primorje), región
de habla cakavski por excelencia, una gramática croata-francesa (Nova
ricoslovnica iliricko-franceska) de S. Starcevic y una gramática croata (Nova
ricoslovnica iliricka) del mismo autor fueron escritas en stokavski ikavski y
publicadas en 1812 [11].
De lo antedicho
cabe concluir que la literatura croata escrita en el dialecto stokavski se
remonta al siglo XV y se desarrolla hasta el siglo XIX, difundiéndose
constantemente e imponiéndose sobre las dos restantes literaturas dialectales
(en cakavski y kajkavski).
Sin embargo,
incluso hoy, la literatura en cakavski y kajkavski está viva y rica, si bien
relegada a segundo plano. Numerosos son los poetas y hasta los mejores que
siguen escribiendo en kajkavski (Domjanic, Goran-Kovacic, Calovic, Krleza,
Pavic) o en cakavski (Nazor, Balota, Gervais, Franicevic). Después de la
segunda guerra mundial y también muy recientemente se pudo observar un
resurgimiento de esas literaturas regionales (cf. la revista literaria Kaj, uno
de los mejores periódicos mensuales publicados en Croacia). Con justo título
cabría distinguir el idioma croata literario en stokavski, kajkavski y
cakavski. Por lo demás, los escritores que no son oriundos ni de
Bosnia-Herzegovina, ni de Eslavonia ni del norte de Dalmacia, se sienten mucho
más a gusto en su habla regional, cakavski o kajkavski que en stokavski que
aprendieron en la escuela. Como esos autores escriben a veces indistintamente
en stokavski y en cakavski o kajkavski, se produjeron numerosas interferencias
entre los dos dialectos tanto en lo que atañe a la gramática como al
vocabulario. Introducen en el stokavski literario vocablos y una fraseología
particular, de usos regionales, lo que genera diferencias cada vez mayores
entre el croata literario, basado en el habla de Herzegovina y el servio,
literario, basado en las hablas de Voivodina y Sumadija.
En Croacia, la
tradición ha ejercido influencia muy grande en la formación de la lengua
literaria del siglo XIX y en evolución del siglo XX. El sentimiento de la
continuidad, del pasado, y de lazos con los escritores del siglo XV y XVI
resulta muy fuerte en los autores contemporáneos croatas y es evidente el
encadenamiento entre Marulic y Ujevic, entre Vramec, Brezovacki y Krleza, entre
Gundulic, Mazuranic y Nazor. Sean cuales fuesen las alternativas sufridas por
el léxico y por los elementos gramaticales a través de los tiempos, es obvio
que la lengua literaria del siglo XVI y la del siglo XX observan el principio
de la continuidad lingüística.
Cuando a
principios del siglo XIX el servio Vuk Stefanovic Karadzic publicó un pequeño
diccionario en stokavski jekavski (Srpski rjecik, 1818, reimpreso en 1852,
1898, 1935) y una pequeña gramática (Pismenica, en 1818), este acontecimiento
tuvo cierta importancia para los servios que hasta esa época escribieron en el
paleoeslavo rusificado llamado también "el eslavo-servio"). Pero la
situación era muy diferente para los croatas[12]
bajo el impacto del romanticismo, del renacimiento nacional y patriótico los
croatas proclamaron, durante el movimiento denominado "ilírico", cuyo
jefe era Ljudevit Gaj, que la lengua literaria de Dubrovnik y de otros
escritores en stokavski era la lengua literaria oficial, que debía llevarlos a
la unidad lingüística. Los ilirios trataron de renovar la antigua lengua
literaria para unificarla y con gran interés siguieron los esfuerzos paralelos
de Vuk Karadzic (entre los servios). Pero, mientras con su reforma de la lengua
literaria Vuk rompía brutal y deliberadamente con la tradición
"eslavo-servia" y con el pasado, en cambio los croatas buscaban
unificar las lenguas literarias regionales, basándose en la tradición. La
acción de Vuk y de los "ilirios" croatas tuvo por resultado que los
servios (sobre todo los que vivían en Austria-Hungría) y los croatas decidieron
elegir como lengua literaria común el dialecto stokavski jekavski. Las
diferencias que surgieron desde el comienzo de esa tentativa y que en gran parte
subsisten todavía hoy pueden atribuirse a la influencia de civilizaciones
heterogéneas.
El punto
culminante de esos esfuerzos para crear una lengua escrita común a todos los
croatas y todos los servios fue el "Acuerdo de Viena" (Becki
knjizevni dogovor) en 1850. Fue firmado por los escritores croatas Ivan
Mazuranic, Dimitrije Demeter e Ivan Kukuljevic y por los filólogos servios
Djuro Danicic y Vuk S. Karadzic. En el primer artículo de dicho acuerdo léese
"que no es razonable mezclar los dialectos para crear uno nuevo que el
pueblo desconoce, sino que es mejor escoger de entre los que existen un
dialecto como lengua escrita". En el segundo artículo se subraya que es
recomendable elegir como la lengua escrita de los croatas y de los servios un dialecto
ijekavski, el de Herzegovina, escribiendo las sílabas largas -ije (bijelo) y
las cortas -je (bjelina). Esta elección la dictó la gran extensión de la lengua
ijekavski, la célebre literatura en ijekavski de Dubrovnik y las canciones
populares. Pudo pensarse entonces que el camino estaba preparado para una
lengua escrita común servio-croata. Pero en el siglo XIX los servios y los
croatas estuvieron repartidos en tres, hasta en cuatro Estados el principado
(luego reino) de Servia; la monarquía de Austria-Hungría (Croacia, Eslavonia,
Dalmacia, Istria, Voivodina); el imperio otomano (Bosnia y Herzegovina),
mientras los montenegrinos poseían su propio principado. Una política cultural
uniforme no era pues viable[13].
Por otra parte, no obstante otros importantes esfuerzos, el sentimiento
nacional y el espíritu de independencia se robustecían en Croacia cada día más,
al igual que en Servia. Todo ello desempeñó un papel importante en la cuestión
del idioma común. Además, huelga acotar que en sus respectivas tentativas para
reformar la lengua, Gaj y Karadzic no persiguieron el mismo fin[14].
La reforma de Vuk era netamente servia y los croatas le reprocharon su
particularismo servio.
Los
representantes del ilirismo buscaban principalmente unificar la lengua escrita,
mientras que la pronunciación podría variar. Consideraban la lengua y la
gramática de Karadzic como provinciales puesto que tomaba en consideración un
solo dialecto, el habla neostokavski de Herzegovina y dejaba de lado los
dialectos cakavski y kajkavski; en cambio, los ilirios (Babukic, Antun
Mazuranic) también tenían en cuenta en sus gramáticas formas antiguas y
palabras de otros dialectos, es decir de kajkavski, cakavski e incluso del
esloveno. Trataron de realizar la unión lingüística y nacional mediante la fusión
gradual de los dialectos en una lengua común. De ese modo en la formación de la
lengua nacional y en el desarrollo de la koinê croata, cuya base es el dialecto
stokavski, los préstamos dialectales (cakavski y kajkavski) desempeñaron un
papel importante. El cakavski aportó los términos marítimos y náuticos. Además,
el cakavski fue el intermediario de la mayoría de los términos mediterráneos y,
durante mucho tiempo, de las palabras italianas. El propósito del movimiento
ilírico era crear un idioma común a todos los yugoeslavos. En el plano
lingüístico su programa era ecléctico y toleraba la mezcla de dialectos, pero
se basaba fundamentalmente en el dialecto stokavski. Por eso, Lj. Gaj, el
genuino fundador del movimiento ilírico y reformador de la ortografía croata,
no había firmado el famoso acuerdo de Viena de 1850 que debía regir en materia
de la lengua escrita de los servios y de los croatas. En definitiva, dicho
acuerdo tuvo el valor de una mera declaración, por cuanto no lo respetaron ni
la prensa croata ni la servia.
Por otra parte,
los "ilirios" no pensaban sólo en unificar la lengua sino que sentían
la necesidad de introducir muchos vocablos nuevos para uso de las escuelas
secundarias y de las universidades, de la ciencia y de la técnica. Esos vocablos
faltaban, desafortunadamente, en los diccionarios de Karadzic, quien recurría
al habla popular y al folklore. Como el vocabulario, para asegurar su función,
debe estar en constante expansión y renovarse sin cesar, los
"ilirios" consideraban que el préstamo era una manera normal del
enriquecimiento léxico, ya que amplía los medios de expresión de un dialecto
que tiende a convertirse en el órgano cultural de un pueblo. Su selección de
los vocablos prestados para enriquecer la lengua escrita correspondía a su
deseo de crear una lengua uniforme para el uso de todos los sureslavos.
Por esta razón
encontramos palabras del dialecto kajkavski en los textos del gramático Babukic
y de sus contemporáneos. A la vez notamos allí muchas palabras prestadas de
otros idiomas eslavos, especialmente del checo y del ruso[15].
En el diccionario alemán-croata de Mazuranic y de Uzarevic de 1842
(Njemacko-ilirski slovar) encontramos ya muchos bohemismos y rusismos (por ej.
casopis, lucba, obzor, okolnost, tocan, tocka, etc.). Bogoslav Sulek, fundador
de la terminología croata, procedió de igual forma en sus diccionarios. El
primero lleva por título Njemacko-hrvatski rjecnik (Diccionario alemán-croata)
de 1860 y el segundo Rjecnik znanstvenog nazivlja (Diccionario de la terminología
científica) de 1874. El primero jugó un papel importante en la fijación de la
norma lingüística. El segundo apareció con su nombre, pero, de hecho, era el
trabajo conjunto de los filólogos de Zagreb, es decir de Vatroslav Jagic, Josip
Torbar, Bogoslav Sulek, Franjo Erjaveb, etc. De ese modo se daban las
condiciones necesarias para el desarrollo de la lengua en 1874. El lexicógrafo
Sulek adoptaba las palabras de los dialectos stokavski y científica en la época
de la fundación de la universidad croata, kavski, kajkavski y algunas del
cakavski; además, introdujo muchos vocablos culturales prestados, bohemismo, y
rusismos, como también neologismos en la lengua escrita y de ese modo hizo
posible que la lengua popular respondiera a las necesidades de la literatura y
de la ciencia. Resultaba pues inevitable que la lengua escrita iliria (o más
tarde croata) se alejase cada vez más de la lengua de Karadzic.
Sin embargo, si
el vocabulario de Sulek no debía aceptarse íntegro, su penetración en la lengua
escrita fue tan considerable que incluso hoy se reconoce la importancia de su
aporte. Citemos sólo algunas palabras: brzojav, dojam, geslo, dusik, kipar,
olovka, pogon, pojam, poduzetnik, postotak, srecka, stroj, tvornica, tvrtka,
znanost, etc. Pero hay otro equivalente para esas palabras en servio, a saber:
telegram, utisak, azot, lozinka, vajar, preduzimac, loz, masina, fabrika,
firma, nauka, etc.[16].
El desarrollo
ulterior de la lengua escrita croata demostró que no se podía pasar sin un
cierto número de las palabras introducidas por Sulek. En 1953 Petar Skok,
miembro de la Academia, calificó al lexicógrafo Sulek como genio lingüístico
que podía compararse por sus grandes méritos con Vuk Karadzic.
En resumen, todos
esos hechos ligados a la formación de la lengua croata en el siglo XIX demuestra que no se puede dirigir la evolución de una lengua
en virtud de una convención concertada entre hombres de letras.
Por lo demás, ni
los servios ni los croatas acataron fielmente las cláusulas del acuerdo de
Viena de 1850. En la literatura servia del siglo XIX la lengua
neostokavski-ekavski prevalecía ampliamente sobre el neo stokavski-ijekavski.
Aunque se hable ijekavski en algunas pequeñas comarcas de la Servia occidental,
la mayoría de los servios usan la variante ekavski de Voivodina, porque la capital intelectual servio en el siglo XIX fue Novi Sad,
ciudad de Voivodina y sede de Matica Srpska. Pero esta lengua escrita ekavski
se desarrolló de modo diferente de la ijekavski. En la segunda mitad del siglo
XIX se enriqueció, en forma independiente, con la terminología erudita y
científica, con un importante aporte ruso, igualmente como se formó una nueva
terminología en Croacia bajo la influencia de la lengua checa. Además, como el
Principado de Servia se opuso a la lengua de Vuk Karadzic hasta 1868, el pueblo
servio tanto en Hungría (Voivodina) como en Servia propiamente dicha, usando
las hablas stokavski ekavski de Voivodina y de Sumadija, de los alrededores de
Belgrado, aceptó a fines del siglo XIX la lengua de Vuk pero bajo una forma
alterada, es decir el stokavski ekavski como lengua literaria oficial. Fueron
los escritores servios de los centros culturales del norte (Novi Sad y
Belgrado) quienes impusieron el habla ekavski como base del servio literario.
De esa manera se alejaron de la lengua de Vuk, puesto que los buenos escritores
son los que fijan las lenguas literarias y no los dramáticos. Hoy la lengua
literaria servia constituye un compromiso entre la lengua de Vuk y la de los
centros literarios de Novi Sad y Belgrado, entre la reforma y la tradición de
Dositej Obradovic[17].
Por último, es menester acotar que en el servio ekavski hay un elevado número
de homónimos debido al reflejo del jat paleoeslavo. Para evitar la colusión
homonímica, la lengua ekavski recurrió a los términos nuevos, diferentes de los
empleados por los croatas. Así se acumularon las diferencias. ¿No cabe pues
extraer la conclusión de que el acuerdo de Viena fue totalmente inútil?
Por cierto que el
desarrollo de la lengua escrita de los croatas y la de los servios en el siglo
XIX fue bastante irregular y sus resultados no eran precisamente lo que quería
Gaj ni lo que había previsto Karadzic. No obstante, su obra no fue inútil, ya
que tanto los croatas como servios adoptaron el dialecto stokavski como base de
sus lenguas literarias escritas. Las diferencias que surgieron con el tiempo se
deben a dos hechos: por un lado, la existencia de dos centros culturales
distintos, Zagreb y Belgrado, y por el otro la existencia de dos naciones, la
croata y la servia, considerando cada una su lengua literaria como un rasgo
nacional esencial. Lo que a veces se denomina sin más "el genio" de
un pueblo, a menudo lo contiene su lengua nacional y Ferdinand de Saussure
observa que "la lengua en gran medida hace a la nación". Esos hechos
dieron por resultado que al comienzo del siglo XX, antes del desmembramiento de
Austria-Hungría, los croatas y los servios usaban una lengua oficial biforme,
ekavski en Servia y jekavski en Croacia y esta divergencia se viene arrastrando
hasta nuestros días[18].
Se manifiesta en el nivel de la fonética, la morfología, la sintaxis y sobre
todo el léxico. A la diferencia de hablas se agrega la de alfabetos: los
cirílicos son los caracteres de los servios ortodoxos, mientras que el alfabeto
latino es la escritura de los croatas católicos y musulmanes de Bosnia [19].
Por otra parte,
las diferencias de orden fonético, morfológico y sintáctico se vieron
incrementadas bajo la influencia del léxico que se formó separadamente en los
dos idiomas y proviene, en general, de las altas capas de la civilización: la
terminología científica y técnica de los tiempos modernos, la formación de
palabras bajo la influencia de civilizaciones heterogéneas (Roma-Bizancio,
catolicismo-ortodoxia), numerosos vocablos prestados del ruso por los servios,
del alemán y del checo por los croatas. Son precisamente estas diferencias que
dan la impresión, tanto a los que hablan como a los que escuchan, de que
francamente se trata de dos estructuras comunicativas bien diferentes, aunque se
use el único término "servio-croata" para designar los idiomas servio
y croata y se tome una sola base lingüística en cuanto a la diacronía[20].
Incluso desde el punto de vista del materialismo dialéctico o histórico que
sostiene que la acumulación de diferencias de orden material debe traducirse en
una nueva calidad, podríamos hablar de dos estructuras, ya que las diferencias
cuantitativas entre ambas lenguas resultan muy importantes en ciertos
contextos, aunque en algunos otros aparecen sin importancia o mínimas[21].
Dejando de lado
la dialéctica hegeliana, podemos constatar que en 1940 Matica Hrvatska de
Zagreb publicó un pequeño diccionario, bastante incompleto, conteniendo
diferencias entre los idiomas croata y servio literario [22]
y que hoy nos promete la publicación de un diccionario mejorado diferencial
servio-croata (el primero contenía hasta 5.000 palabras y el nuevo tendrá
10.000 términos)[23].
Entre tanto, en la Yugoslavia actual únicamente el término
"variantes" ha sido legalizado y no se habla sino de dos variantes de
un mismo idioma literario[24].
Sin embargo, son muchos los croatas que exigen la autonomía completa de las
variantes y que la Constitución Federal reconozca el idioma literario croata y
el idioma literario servio en lugar de decretar el término ambiguo de
servio-croata[25].
Acaso en el futuro próximo veamos la solución de esos problemas que se plantean
con mucha vehemencia y están estrechamente ligados a las cuestiones nacionales
y a la situación política en el país. En efecto, en Yugoslavia subsiste desde
1918 hasta hoy una constante lucha entre los centralistas servios y los
federalistas croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos, albaneses y otros,
y un conflicto permanente entre el megaloservismo y las fuerzas opuestas. La
convergencia lingüística entre los dos idiomas fue favorecida y forzada por
razones políticas por el gobierno federal de Belgrado, que impuso como
"lengua oficial" el idioma servio ya en uso en el ámbito político,
administrativo y militar. Pero se entremezclan motivos culturales, nacionales y
sociales que se oponen a la convergencia. De ese modo, vemos presentarse al
mismo tiempo y en el mismo lugar los dos fenómenos: la convergencia y la
divergencia.
Nosotros creemos
que el término la lengua literaria croata se justifica totalmente: en efecto,
la literatura croata ha conocido una evolución específica, como tratamos de
demostrar y, además, este idioma comporta una fonética, una morfología y un
léxico a menudo diferentes de los del idioma literario servio[26].
Sin embargo,
aunque un idioma es, ante todo, parte de la herencia cultural[27]
y si bien esta herencia es diferente entre los croatas y los servios, cabe
constatar que el croata y el servio, estrechamente emparentados desde el punto
de vista genético y siendo vecinos geográficos, se interpenetran cada vez más,
sobre todo desde el momento en que estos dos pueblos pasaron a integrar el
mismo Estado (*).
(Reproducido de
la acreditada y especializada revista Lingua, Vol. 25 Nº 2, 1970, North-Holland
Publishing Company, Amsterdam).
Versión
castellana: Branko Kadic
Ante Kadic
¡Que mi país
alcance la libertad!
Entre los
escritores del movimiento "ilirio"-croata (*) hubo prosistas (Matias Mazuranic y
Antun Nemcic publicaron sus recuerdos de viaje), dramaturgos (Ivan Kukuljevic
describió a los luchadores contra los otomanos y Demetrio Demeter el pasado
lejano), críticos literarios (sobre todo Stanko Vraz), pero el campo en el cual
descollaron más fue la poesía épica, lírica y a veces reflexiva.
Aunque muchos
escribían poesía, limitaré este estudio a los cuatro más salientes, quienes, si
bien cada uno con rasgos peculiares, en conjunto representan el romanticismo
croata en sus máximas realizaciones.
Ivan Mazuranic
(1814-1890) nació en el Litoral Croata, estudió en Rijeka y Zagreb; ya de joven
aprendió el italiano, el latín, el húngaro y el alemán, luego los idiomas
eslavos, el inglés y el francés. Leía mucho y adquirió una vasta cultura. Calmo
y de modales exquisitos, hablaba poco y controlaba sus sentimientos y emociones
que en su juventud solía exteriorizar en poesías. Mas, al percatarse de que sus
versos individualistas dejó de escribirlos y algunos poemas más breves no los
llegó a publicar nunca.
Como los croatas
durante el año revolucionario de 1848 no lograron la libertad e independencia
nacional, Mazuranic opinaba que en las circunstancias graves el mejor camino
que conducía a la libertad era la educación. Durante su gobernación (era ban,
prorex croata 1873-1880) se implantó en Croacia un progresista sistema
educativo y el aparato administrativo funcionaba a perfección. Destituido del
gobierno, se consagró enteramente al estudio de la filosofía, matemáticas y
astronomía. Hasta hoy perdura en el recuerdo popular como un varón ejemplar,
hondamente religioso, un patriota a carta cabal quien contribuyó con hechos y
realizaciones para que los croatas pudieran resistir la creciente presión
húngara.
Tan pronto
Ljudevit Gaj fundó el periódico Danica (1835), Mazuranic comenzó a publicar sus
poesías y otras colaboraciones hasta 1848. Como el célebre poema de Gundulic,
Osman quedó inconcluso y sin imprimir, muchos trataron de completarlo pero sin
éxito; Matica llirska encomendó a Mazuranic esta ardua tarea. Lo hizo a
satisfacción general (1844) y demostró estar a la altura del máximo poeta
clásico croata. Dos años más tarde la revista Iskra publicó su poema épico Smrt
Smail-age Cengic (La muerte de Smail-aga Cengic) que sigue siendo una de
las obras maestras de la literatura croata. Aunque después de 1848 vivió más de
40 años, nada importante escribió; lo que había creado lo hizo en su juventud
cuando todavía el hombre político no había rezagado al poeta. Dio mucho por
haber escrito una obra que refleja la quintaesencia de la literatura croata:
¡por su estilo y por su espíritu genuinamente croata!
En la juventud sus maestros fueron los escritores clásicos e italianos, luego los poetas renacentistas croatas de Dubrovnik, a continuación lo entusiasmó la poesía popular para familiarizarse, por fin, con las obras del romanticismo europeo. Cuando en 1845 se decidió a componer el poema La muerte de Smail-aga Cengic, había pasado por todas las escuelas, de cada una aprendió algo, pero gradualmente elaboró su propio estilo, su propio modo de expresarse, reconocibles desde los primeros versos del poema aludido. Reflexivo, conciso, rebosante de sabiduría como los dichos populares, muchos de sus versos los sabe de memoria cada croata medianamente culto.
Ya desde el siglo
XIV los sureslavos estaban sometidos al dominio otomano sin dejar de anhelar y
esperar el día de su liberación. Esos padecimientos de los cristianos y los
alientos a resistir y combatir constituyen los temas principales de las mejores
obras de las letras croatas: desde Judith (1501) de Marulic, pasando por Osman
de Gundulic y hasta La plática amena del pueblo croata de Kacic (1756) la
preocupación constante de los mejores escritores croatas fue cómo consolar a
los oprimidos, alentar sus esperanzas y decirles que en el horizonte surgía una
nueva luz. Como integrante del Movimiento Ilirio, Mazuiranic esperaba la pronta
liberación de la desgraciada rayeh.
Ocurrió que en
1840 en las escaramuzas fronterizas los montenegrinos habían matado al oficial
(aga) turco Cengic. Ese incidente, uno de tantos, que Mazuranic leyera en los
diarios o se lo contara algún viajero, fue el motivo que lo animó a describir
los sufrimientos seculares de los cristianos, su dolor pero también su
convicción de que la dominación turca estaba acercándose a su fin. En cinco
cantos breves todos los protagonistas son caracterizados de modo soberbio: no
sólo la figura del tirano turco, sino también los vengadores cristianos.
Mientras Smail-aga es amo y señor en el cuartel turco, cruel hasta con los
musulmanes que no cumplen en el acto órdenes o se atreven a dudar de sus
motivos, entre los cristianos no hay amo, sino la comunidad; todos están
imbuidos por el mismo espíritu y esperan vivir en libertad como ciudadanos
iguales.
Si bien es obvio
que en ciertas imágenes su modelo era Lamartine y su Smail-aga nos recuerda a
los héroes de Byron, entre ellos hay una gran diferencia: cuando Mazuranic
evoca el cielo como trono divino no se trata de meras reminiscencias bíblicas
sino de un hondo sentir del hombre que por doquier ve la presencia de Dios y se
entrega en sus manos; Smail-aga, aunque valiente sin par, no goza de sus
simpatías ("valiente sí, pero hombre no") ya que sus favores van
hacia los que le darán la muerte; aunque lo pintó en forma convincente, Mazuranic
lo hizo no para que lo comprendamos sino para que lo condenemos. Cuando los
humillados, anónimos y sufridos levantan sus manos al cielo y con estas mismas
manos degüellan a su opresor, el poeta está exaltado, pues cree que en lo
sucesivo los hombres vivirán mejor. Mazuranic está íntegramente impregnado de
sentimientos humanos, se muestra elocuente en la condena de sus tiranos, vivan
en tiendas de campaña, torres o palacios, y juegan con el destino de los
pueblos respectivos; sus palabras y su censura pueden aplicarse también a la
situación actual.
Aunque Mazuranic
y Stanko Vraz (1810-1851) pertenecían al Movimiento Ilirio, eran coetáneos,
publicaban en la misma revista y a menudo leían los mismos autores, pues ambos
eran muy cultos, entre ellos hablan grandes diferencias.
El primero superó
el desborde de sus emociones, se casó con la mujer querida, miró con realismo
la situación imperante y realizó todo lo que pudo; el segundo se consumía en el
fuego amoroso, considerando el amor como supremo bien, vivió momentos de dicha
con su novia Ljubica y luego --cuando ella se casó con otro y pronto murió--
escribió versos deprimentes y angustiosos. Mazuranic incluso cuando cantaba
sobre los pueblos eslavos, nunca se olvidó de su Croacia, mientras Vraz, de
origen esloveno (el único esloveno que adhirió al Movimiento Ilirio)
consideraba que el espíritu eslavo era el criterio rector según el cual había
que evaluarlo todo Mazuranic sostenía que en la renovación de la literatura
croata había que recurrir tanto a la poesía popular como a la renacentista,
mientras que Vraz rechazaba el interés "exagerado" por el
renacimiento que, a su juicio, estaba demasiado influido por los autores
italianos. Mazuranic hizo pocas traducciones (es admirable su versión croata
del Cinque Maggio de Manzoni), mientras que Vraz hizo accesible al público
lector croata las mejores obras del romanticismo europeo, especialmente de los
escritores románticos eslavos.
Las amadas de
Vraz (era muy enamoradizo) no eran seres reales con los que habían pasado momentos
de dicha sino seres anhelados que no proporcionan el gozo por ser puros, a los
que se reza por ser tal vez ángeles. Cuando de joven se sintió cansado, enfermo
de tuberculosis, cuando sus alas estaban quebradas, entonces expresaba o su
cinismo en epigrama logrados o su disposición de cerrar los ojos para siempre
(Confesión), ya que se encontrará con su amada en el otro mundo. Creía en la
vida ultraterrenal, porque arriba, allende las estrella, los enamorados
experimentarán la dicha de los bienaventurados.
Vraz era poeta de
talento, pero no consiguió, debido a su desconocimiento del acento stokavski,
dejar una obra de relieve. Toda su vida la dedicó a la literatura, recurriendo
a sus más distintas formas, desde el soneto clásico hasta la romanza y la balada,
y no obstante no alcanzó la cúspide del Parnaso croata, ya que sus mejores
poesías acusan irregularidades idiomáticas.
Con un grupo de
amigos Vraz fundó en 1842 la revista literaria Kolo y en sus páginas sostenía
reiteradamente que la literatura no era la sierva de la política. Poseía un
gusto literario refinado y la mayoría de sus juicios siguen vigentes, incluso
hoy. Vraz exhibe títulos sobrados para ser considerado padre de la crítica
literaria croata. Así contribuyó en medida considerable al progreso y el
enriquecimiento de las letras croatas.
Como Vraz empezó
a escribir en esloveno, así Petar Preradovic (1818-1872) escribió en su
juventud en alemán. Cuando en Italia conoció a ciertas integrantes del
Movimiento llirio y fue trasladado como oficial austríaco a Zadar, comenzó a
escribir en croata, su lengua materna que había olvidado bastante.
Preradovic se
acerca a la acepción occidental del poeta romántico no sólo porque sus primeras
primeras poesías las compuso cerca de Viena y porque conocía a fondo a los
románticos occidentales y checos, sino también por el hecho de que su vida está
llena de lamentaciones. Se casó dos veces, en las primeras nupcias con una
italiana que se suicidó y en las segundas con una alemana que no lo comprendía,
de modo que para él el amor era algo extraterreno, inalcanzable. Como los hijos
se le murieron y él mismo estaba enfermo, a menudo se quejaba y llegaba al
borde del pesimismo o buscaba el consuelo en el espiritismo. Al no hallar ni en
sus prójimos ni en sus sentimientos algo estable, creía que todo lo humano era
transitorio. (El corazón humano; Almuecín). Como vivió mayormente fuera de su
patria, y por eso la quería más aún, compuso patéticos poemas patrióticos:
No vayas, hijo,
tesoro querido, no vayas lejos del hogar paterno, el país extraño abriga a los
suyos, sin comprender penas tuyas, el amor ajeno se vuelca a lo suyo... (El
viajero).
Preradovic sabía
muy bien que viviendo en el extranjero era difícil conservar la pureza del
idioma materno y su poder expresivo, y por eso reiteradas veces se refirió al
idioma como el don más sagrado. Ensalzaba al poeta quien más que nadie siente y
vive todos los sufrimientos de su pueblo.
No obstante, ese hombre
de temperamento romántico, supo dominar sus sentimientos; no le gustaba la
vocación castrense, su ideal era convertirse en el poeta de los eslavos que
debieran reconciliar a la humanidad y por otra parte cumplía a conciencia con
los deberes militares alcanzando el grado de general. Ardiendo por hondas
emociones, las escondía bajo una apariencia pulida y las sometía al control del
intelecto, expresándoles en forma concisa.
Cabría decir que
Preradovic estaba crucificado en su propia cruz: siendo lírico creía en la
supremacía de los sentimientos, pero se dio cuenta de que eran engañosos e
inestables; felices quienes no les crean. El que amaba a su patria como a la
propia madre:
Pasé por todas
partes del mundo, vi los paisajes que tantos cantaron, cuya gloria llega hasta
los cielos, todos son hermosos en su esplendor, todos son hermosos, pero todos
juntos, no son para mí lo que tú, madre única... (Saludo a la Patria)
Sabía que también
otros pueblos sienten lo mismo hacia su terruño; todo pues es relativo. En ese
desgarramiento, en ese espasmo del corazón e intelecto, creó algunas poesías
que todavía hoy conquistan al lector. Lo sienten sobre todo los emigrados
croatas.
Aunque el
resurgimiento nacional croata fuera quebrantado en 1848 y pocos años después se
implatara el absolutismo en el imperio austríaco, el romanticismo como
corriente literaria no dejó de existir; en cambio, hasta los años 1870 había
escritores que evidenciaban rasgos afines con los románticos, eran o realistas
románticos (August Senoa) o idealistas (Francisco Markovic). En los años 1850
vivía el poeta Luka Botic (1830-1863) que con todo su ser sostenía y reflejaba
la cosmovisión romántica.
Ese ciudadano de
Split, expulsado del seminario teológico de Zadar, viajó a través de Bosnia y Servia,
donde en vano buscaba empleo. El obispo Strossmayer lo empleó en su hacienda
pero lo despidió cuando rehusó jurar fidelidad al emperador de Austria.
Falleció cuando contaba 33 años, dejando en la miseria a su joven esposa y un
hijo.
Botic era el poeta
favorito en Croacia en la década de 1850; escribió tres largos poemas épicos y
un cuento corto. Como estudiante en Split y Zadar leía mucho a los autores
italianos, especialmente románticos (Manzoni, Tommaseo). Si bien estuvo
influido por la poesía popular, no la imitaba ciegamente ni en la dicción ni en
el contenido. No pintaba, como hasta entonces solía hacerse, a los croatas
musulmanes de Bosnia como tiranos, depredadores y hombres moralmente
corrompidos, sino que los describió como amigos leales y valientes en la lucha,
y fue entre los primeros en proclamar que eran nuestros hermanos de sangre,
connacionales, y que el hermano es querido sin distingo de credo religioso. En
base a los documentos históricos relató con acento
conmovedores los amores desafortunados entre cristianos y musulmanes. Su
obra más conocida es Bijedna Mara (Pobre María) (1861). Cuando a fines del
siglo XVI Mara Vornic de Split se enamoró de Adel de Klis, los padres la
encerraron en el convento donde pronto murió. Hoy también los espectadores, con
lágrimas en los ojos presencian la tragedia de dos croatas, separados por
creencias religiosas.
En las
narraciones épicas de Botic descuellan sus fragmentos líricos, mientras que el
conjunto no convence. No logró pulir y depurar sus obras porque viajaba,
trabajaba para ganar el sustento y se dedicaba a la política. Como diputado,
con ardor defendía los derechos nacionales en el Sabor (Parlamento) croata.
Esperaba que los croatas también verían un día el
amanecer de su independencia nacional:
¡Para que mi
patria alcance la libertad de mí quedará nada más que el polvo, pero este polvo
desparramado en la tumba vibrará al repicar la campana de la libertad!...
(Pobre María,
canto al sol)
Mientras que
Mazuranic creó una obra maestra, los demás escribieron poesías de valor
desigual o por las dificultades del idioma (Vraz, Preradovic) o por su
situación económica (Botic). Todos ellos vieron a su alrededor la tiranía, la
injusticia y la miseria y, sin embargo, esperaban un futuro mejor. Mazuranic era
pragmático, un paciente constructor y por ello optimista, mientras que los
demás pasaban del entusiasmo ciego a la desesperanza, pero siempre dispuestos a
subordinar los sentimientos individuales a los intereses nacionales. Grande era
su amor hacia su patria Croacia. Este mismo amor los inspiró para escribir
versos que incluso hoy están grabados en la memoria y en los corazones de sus
compatriotas. Constituyen un ejemplo, en momentos de desánimo, de que quienes
trabajan para su pueblo nunca mueren.
Bloomington,
Indiana
(Tradujo al
castellano: Branko Kadic)
George J. Prpic
En muchas fuentes
históricas extranjeras se lo menciona como rev. Juan María Ratkay. Los
historiadores croatas lo conocen como Iván Ratkaj, mientras en los documentos
en latín su nombre se escribe Joannes Ratkai o Rattkay. Fue el primer misionero
croata que llegó a América, hace ya casi trescientos años. Sobre él se escribió
en Croacia, pero no lo suficiente. En América y el resto del mundo se escribió
mucho más, citándose fuentes más exactas y amplias que aquellas en su patria.
La historiografía croata hoy, todavía, sabe poco de este personaje y no aprecia
debidamente su relevancia. Pero, para los croatas, es de importancia especial:
Ratkaj se reconocía en el extranjero como croata. En los documentos más
importantes en el latín, alemán y español, relacionados con su vida, obra y
trágica muerte, se lo menciona como croata.
En la actualidad,
los millares de exilados croatas que viven en países de habla hispana, pueden
decir con orgullo que tuvieron hace casi trescientos años ya un compatriota que
vivió, trabajó y murió en México.
El trasfondo
histórico
Ratkaj es uno de
los primeros inmigrantes croatas en el continente americano. Por habitar la
orilla oriental del Adriático desde hace largos siglos y ser el primer pueblo
eslavo marítimo, es muy comprensible que los croatas empezaran tempranamente a
emigrar a las tierras allende el océano sea en forma temporaria o definitivamente.
Ya antes de la llegada de Ratkaj, vinieron varios de sus compatriotas a México
y en diferentes regiones del hemisferio occidental del imperio español. Incluso
antes que llegaran los primeros inmigrantes anglosajones a la provincia
mexicana de California, ahí ya vivían muchos pioneros croatas[28].
Dedicándonos a
Ratkaj, es necesario tomar en consideración la situación política del país
donde nació, como también la influencia de su familia. Esto facilitará la
comprensión de nuestra tarea.
Los siglos XVI y
XVII representan para la historia croata un período sumamente trágico. Después
de la derrota y ocaso del reino húngaro en la batalla de Mohac, en 1526, los
restos de Croacia, por su libre decisión, se sometieron al poder de los
Habsburgo, en 1527. Durante siglos las regiones de Croacia quedaron así
divididas entre los turcos, los venecianos y los Habsburgo. Los restos de la
Croacia no ocupada se limitaron a los alrededores de Zagreb, o sea las regiones
étnicas croatas nord-occidentales, convirtiéndose paulatinamente en el nuevo
centro político, cultural y, en tiempos modernos, también económico de la
entera Croacia. El Sabor (Dieta) croata y algunas familias nobles de la clase
dirigente --especialmente los Zrinski-- se hallaron entre dos fuegos en la lucha
entre los poderosos imperios turco y austríaco. Esta penosa situación culminó
en la conspiración y rebelión de los croatas y húngaros contra el emperador
Leopoldo y las pretensiones imperialistas germanas en las regiones colindantes
con el imperio otomano. Exactamente hace trescientos años empezó la rebelión de
Zrinski Frankopan (1670) y al año siguiente (1671) fueron ejecutados en
Wiener-Neustadt[29].
Miles y miles de
exilados croatas se refugiaron entonces en las regiones occidentales de
Hungría, lejos del poder turco, pero bajo la férula de los Habsburg. Así, Por
ejemplo, los croatas de Gradisce (Austria) de hoy pueden ver a sus ascendientes
en aquellas corrientes migratorias. Muchas de las familias croatas nobles como,
por ejemplo, Zrinski y Draskovic, tuvieron sus bienes inmuebles en Hungría y en
Croacia, convirtiéndose algunos de ellos en personalidades de fama, tanto en
Croacia como también en la vecina Hungría, allende los ríos Drava y Mura.
Muchos nobles húngaros, a su vez, llegaron a Croacia, allí se quedaron y
croatizaron.
La familia Ratkaj
llegó a Croacia desde Hungría. Su nombre deriva de la localidad de Ratko, en la
Hungría septentrional, y fue probablemente de origen eslovaco. En Croacia son
conocidos desde el siglo XVI y el fundador de la familia fue Pablo. Allí
llegaron, se asimilaron y dieron a su nueva patria guerreros contra los turcos,
miembros activos de los status croatas, historiadores y misioneros. La primera
posesión de Ratkaj y su centro familiar fue Veliki Tabor en la Zagorje croata. Así
se los conoció como Ratkay de Veliki Tabor (Ratkaji Velikotaborski)[30].
Fueron primero barones y luego duques.
Resulta casi
incomprensible que los restos del Estado croata, restringidos a un pequeño y empobrecido
espacio, con población escasa y pobre, fueran capaces de enviar, a pesar de
toda su desgracia, misioneros y pioneros a los más alejados países del mundo.
Es interesante destacar como un hecho simbólico que el contemporáneo de Iván
Ratkaj fue Juraj (Jorge) Krizanic. Sacerdote seglar, idealista impulsado por
una visión personal de unir al pueblo ruso ortodoxo con la Iglesia Católica,
Krizanic se marchó a Moscú en 1659. Allí llegó de incógnito por su propia
iniciativa y sin permiso previo de la Propaganda Fide. Las autoridades rusas
descubrieron, parece, sus intenciones y lo confinaron en Tobolsk, Siberia,
donde pasó 15 años de su vida. Por sus escritos y obras, de los cuales la más
conocida es Politika, Krizanic mereció que se le llamara el "Precursor del
Paneslavismo".
Nuestro Ratkaj,
parecido a su vez a Krizanic por su idealismo y entusiasmo, por su soñar y por
su energía, fue miembro de la Orden jesuítica. La suerte lo llevó al lado
opuesto del de Krizahnic. No obstante, los dos son representantes típicos de la
idea mesiánica y misionero de su pueblo.
Hablando ya de la
Orden jesuita, hay que recordar que los primeros croatas entraron en la Orden
jesuita durante la vida de su fundador, Ignacio de Loyola. Cuando la Orden se
instaló en Croacia, en 1606, ya había algunos croatas en la misma[31].
Los jesuitas
llegaron a Zagreb el 28 de noviembre de 1606, provenientes de la ciudad
eslovaca de Trnava que en aquel momento estaba bajo el poder húngaro. El año
siguiente inauguraron su colegio en Zagreb, mientras en 1662 empezaron con
instrucción académica de filosofía y teología. El emperador Leopoldo I les
otorgó el privilegio por orden real el 23 de setiembre de 1669, para impartir
enseñanza superior con jerarquía de Universidad. Por eso, con derecho, fue celebrado
en Zagreb el año pasado, el 300 aniversario de la enseñanza universitaria en
Croacia[32].
El primer
misionero croata conocido que actuó en Asia fue Nicolás Ratkaj (Nicolaus
Ratkaj, "Taborensis, Croata", como lo mencionan varios documentos
históricos). Nació en Veliki Tabor. Ya de joven entró en la Orden de Jesús, la
que lo envió a alejadas regiones desconocidas de India y de Tibet. Murió en
1662 en India [33].
No sabemos si
este ejemplo del sobrino de Juan tuvo una influencia especial sobre él. Otro consanguíneo
de Juan fue Jorge Ratkaj (Georgius Ratkaj: 1612-1666). Fue primero jesuita y
luego sacerdote seglar en Zagreb. Es uno de los fundadores de la historiografía
moderna croata, que publicó obra la Memoria Regnum et Banorum Regnorum
Dalmatiae, Croatiae et Slavoniae (Viena, 1652[34]]).
Este libro histórico decidió a sus contemporáneos, los hermanos Nicolás y Pedro
Zrinski, a comenzar la rebelión contra el gobierno de Viena que Pedro continuó
después de la muerte de Nicolás[35].
En su calidad de
barones desde principios del siglo XVI, los Ratkaj tuvieron junto con Veliki
Tabor muchos otros bienes y tierras y un número considerable de siervos. Hoy
todavía permanece vivo el recuerdo de los Ratkaj como señores feudales de
Veliki Tabor en la Zagorje croata. Los campesinos los recuerdan de acuerdo a
una tradición oral como señores buenos y justos, y hasta hace poco, los
descendientes de sus siervos se llamaban "Ratkajci" los de Ratkaj. Es
interesante también el emblema familiar de los Ratkaj; sobre el mismo observamos
un recipiente de agua colgado por un cordón. El castillo Veliki Tabor, luego de
ser varias veces renovado, hoy todavía se levanta orgullosamente en buen estado
de conservación, representando una atracción turística en aquella región croata[36].
Vida de Juan
Ratkaj en Europa
Juan Ratkaj nació
el 22 de mayo de 1647. Los historiadores no concuerdan con el lugar en donde
nació, la mayoría es de opinión que ocurrió en Veliki Tabor, mientras otros
argumentan que nació en Ptuj (Pettau en alemán), en la vecina Estiria inferior,
en Eslovenia, que estaba en aquel momento histórico bajo el imperio austríaco.
Ptuj está situada unos 40 km de distancia de Veliki Tabor. Al intentar
averiguar tal información, nada pude encontrar en Ptuj como cierto en este
sentido[37].
Krmpotic, como
tampoco otros escritores croatas, no menciona los nombres de los padres de
Juan. Una carta manuscrita que se refiere a la biografía de Juan Ratkaj y que
se halla en el Archivo jesuita en Roma (Vol. Vitae 68, 11, 54-57v, f. 54) dice
de Juan que "parentibus illustrissimis Petro et Constancia Baronibus de
Ratcay [sic] natus" [38].
En un documento histórico de Zagreb, se menciona como nombre del padre de Juan
"Johann III Adam, Baron Ratkai", mientras de su abuelo da el nombre
de "Peter IV, Baron Ratkai", y el nombre de su madre se indica como
"Constantia, Ehenlalige Gräfin Herberstein" -- Constancia, ex duquesa
Herberstein que fue la segunda mujer de Pedro IV Ratkai[39].
En el mismo documento se menciona a "Peter V, duque de Ratkai" con la
observación: "Jesuit ermordet 1681 en América" (Jesuita matado en
1681 en América). El año de su muerte resulta inexacto. Todos los escritores
croatas lo mencionan como Iván Ratkaj. Este nombre "Iván" se
reproduce varias veces en varios idiomas y documentos. A pesar de esto, los
documentos jesuitas lo llaman generalmente Joannes Ratkai o Rattkay, mientras
los historiadores norteamericanos, Herbert E. Bolton y Peter M. Dunne lo llaman
Juan María Ratkay.
De joven Juan fue
recibido por el emperador Leopoldo I como paje en el servicio de la Corte. No
sabemos con exactitud la fecha. En un dato comprobado nos confirma la
distinción de su familia. En esta condición tuvo oportunidad de conocer a aquel
gobernante contra quien se levantaron más tarde los Zrinski y Frankopan. Este muchacho
piadoso terminó sus estudios secundarios en Viena y luego estudió durante dos
años Derecho. Paralelamente se dedicó a la filosofía. Se enclaustró como
novicio jesuita el 3 de noviembre de 1664. Con el curso de los años aprendió,
además del idioma materno croata, también el alemán, latín, italiano y
parcialmente el francés. Más tarde aprendió el español y uno de los idiomas
indios.
Después de su
segundo año de noviciado continuó los estudios en Graz (Austria) donde cursó
hasta 1669 filosofía y otras materias necesarias. En su calidad de
"escolástico" jesuita enseñó durante dos años: 1669-1671 en el
colegio, jesuita de Goricia. En los años 1671-1672 enseñó en el colegio similar
de Zagreb. De esta manera, Juan Ratkaj está íntimamente ligado con el comienzo
de la enseñanza de la Universidad croata, fundada en aquellos momentos
históricos. En 1672 Juan continúa estudiando filosofía y teología en Graz. El 4
de abril fue ordenado sacerdote en la misma ciudad. En las postrimerías de su
preparación para ser jesuita, Juan permaneció de 1676 a 1677 en la ciudad de
Judenburg (Estiria).
Preparándose para
el sacerdocio, ya lo inquietaba la idea de marcharse como misionero a América.
Solicitó el permiso a sus superiores y éstos dieron su visto bueno. Existe su
carta en el Archivo Jesuita en Roma (Fondo Gesuitico, Vol. 755) en latín con
fecha "datum Viennae Anno 1678 die 23 April", firmado por él como
Joannes Rattkay". En la misma, Ratkaj agradece a sus superiores por
haberle aceptado la solicitud de marchar a América. El documento está redactado
en una hermosa caligrafía y tiene gran importancia[40].
Resultaría
interesante la pregunta: ¿por qué Juan Ratkaj decidió ir a la lejana América?
Sin entrar en el problema, tiene importancia e interesa saber que, luego de
enterarse del permiso de sus superiores al respecto, en una carta dice:
"tuve una audiencia concedida benignamente por nuestro Ilustrísimo
Emperador quien me dijo de tener un consuelo y alegría especiales por algunos
de los suyos, que desean servir a Cristo en los países tan lejanos". El
emperador Leopoldo le dijo también que le escribiera desde América y que, por
su parte, iba hacer todo lo posible para ayudarle como también a la Compañía.
Para el viaje, de él y sus 5 compañeros, Leopoldo le dio 100 monedas de oro y a
él personalmente otras 200. En la misma carta Ratkaj anota que viajará el 26 de
abril junto con otros seis de sus cofrades de Génova donde empezaría el viaje a
América[41].
Si así quiso seguir el ejemplo de su pariente y predecesor Nicolás, éstas y otras
preguntas ligadas con su vida, probablemente nunca las podremos contestar,
mediando aquí muchos hechos que permanecen en el misterio.
Es posible que
Juan escuchara algo sobre América y la labor misionera que en ella se realizaba
por intermedio de los informes de algunos misioneros austríacos, checos,
italianos y alemanes. En aquel entonces, éstos se marchaban en número
considerable justamente a México, que formaba parte del imperio español bajo el
poder de la rama española; de los Habsburgo. De acuerdo a las palabras del
historiador norteamericano Bolton, muchos de estos misioneros americanos
"tenían en sus venas la mejor sangre europea", lo que quiere decir
que pertenecían a las familias distinguidas y nobles de varios países[42].
Antes de entrar a la Orden de los jesuitas, estos jóvenes crecieron en
condiciones cómodas y de abundancia, en los castillos y palacios de sus padres
y abuelos. En los países lejanos y desconocidos les esperaba una vida penosa,
muchas veces un clima insoportable, sacrificios y esfuerzos, viajes largos y
peligrosos, una vida de abnegación y hasta la eventual muerte por enfermedades
o las rebeliones indias.
Ratkaj se prepara
para el viaje a América
Su viaje a
América fue una larga y grande aventura. Ya temprano en el mes de junio de
1678, junto con otros 18 jesuitas se hallaba en el puerto italiano de Génova.
De ahí tuvieron que navegar a Cádiz, en España. Uno de los acompañantes de
Juan, el rev. José Neumann viajará con él hasta la provincia mexicana de
Tarahumara. Más tarde, este mismo Neumann dejará un importante documento sobre
la suerte de Ratkaj. Conocemos todos los nombres de los viajeros. Fueron los
padres. Galvanese, Borgia, De Angelis, Manoker, Borango, Tilpe, Strobach,
Cuculinus, Klein, Christmann, Reidl, Fischer, Kerschpamer y el hermano
Poruhradski. Vale destacar que entre ellos estaba, también el rev. Eusebio F.
Kino, quien más tarde se convirtió en un misionero famoso y explorador de la
Baja California. Su labor la continuó luego en la misma provincia el
compatriota de Ratkaj, el croata Konscak[43].
Kino confeccionó también el diario relatando el viaje de Génova hasta Sevilla.
Las fechas del diario son el 12 de junio de 1678 (Génova) como el comienzo, y
el 27 de julio de 1678 (Sevilla) como el fin.
Todos estos
jesuitas --en total 19-- eran súbditos de los Habsburgo. Por sus sotanas negras
que llevaron, los historiadores norteamericanos los llaman popularmente
"Black Robes", lo que se convirtió en un sinónimo de misioneros
jesuitas, al otro lado del mar. De acuerdo a los datos de Kino, Gerstl y del
archivo de Roma, el historiador norteamericano Bolton describió esa interesante
navegación, que el 12 de junio empezó Ratkaj desde Génova.
Ya antes del
medio día de la venturosa navegación se dirigieron los 19 pasajeros de la (jesuítica)
Casa Profesa hacia el puerto, acompañados por muchos sacerdotes de Génova.
Desde la orilla los transportaron en un bote hasta el barco principal, amarrado
a cuatro millas alemanas; era éste de gran porte, comandado por el capitán
Francesco Columbus, de quien Kino dice tratarse de un descendiente del famoso
Colombo. Entre personal de servicio, soldados y pasajeros, sumaban en total 200
personas incluyendo el grupo de jesuitas. Otro buque, el "San
Nicolás", está también listo para salir junto con el barco más grande.
La navegación por
mar no era tan mala, en aquel entonces como actualmente solemos pensar. El
precio del viaje a Cádiz, incluida la comida, fue de 60 imperiales, suma que
tuvo que abonarse enseguida al capitán. Esta, disposición fue rigurosa, pero
por eso "el capitán Columbus proporcionaba una buena comida" [44].
El segundo día
del viaje se levantó un gran temporal, acompañado de truenos, relámpagos,
lluvia y mar turbulento. Algunos jesuitas se descompusieron por el mareo. El 15
de junio el mar se calmó y los viajeros quedaron otra vez de buen humor. El
viaje continuó lentamente por el Mediterráneo hacia el occidente, en dirección
a las costas españolas. Pero el 17 de junio se produjo otro temporal. Al día
siguiente observaron con temor en las cercanías de la Isla Menorca, a varios
buques armados, creyéndolos al principio piratas. Pero
eran naves reales inglesas "completamente armadas y abastecidas";
cuya tarea era defender aquellas aguas "contra la audacia de los turcos y
los piratas" [45].
Kino, nacido en
Ingolstadt, Alemania, era un viajero "nato", anotando todo con
precisión. En su diario describió de manera interesante los pormenores de este
viaje verdaderamente penoso, cuyo partícipe fue también su cofrade croata,
Ratkaj[46].
Por la mañana del
25 de junio llegaron nuestros jesuitas al puerto español Alicante. Hallándose
en la ciudad un colegio de la Orden, dos jesuitas llegaron para saludar y dar
la bienvenida al grupo de 19 hermanos. A las siete de la noche Ratkaj llegó al
colegio con sus amigos, acompañados por los hermanos españoles. Así terminó la
primera parte del viaje[47].
Esta ciudad
tenía, importancia especial para los jesuitas, porque había allí un santuario
de renombre. En las cercanías de la ciudad estaba el monasterio de Santa
Verónica, donde se custodiaba el pañuelo de aquella santa, con la semblanza de
la cara de Cristo[48].
Pero la estadía
fue de gran peligro, porque en aquel momento brotó en los alrededores la peste.
Al día siguiente
se reunieron para decidir si proseguirían el viaje hasta Cádiz por tierra o por
mar. Desde esta ciudad la flota española salía una vez por año para Vera Cruz
en México. Por entonces la flota no partiría de Cádiz antes del 10 o 12 de
julio, por lo que podían llegar a aquella ciudad con tiempo para embarcarse
para México. Después de someterse a la revisación médica y obtener los
certificados de salud exigidos, se embarcaron hacia Cádiz el 3 de julio de
1678. Pero los acompañó la mala suerte. Soplaba un viento muy débil para su
velero. El día 5 de julio vieron las montañas cubiertas por la nieve, y el 8 de
julio, ya cerca del peñón de Gibraltar, los viajeros vieron las costas
africanas, donde se destacaban las dobles cadenas de las alturas de Ceuta. En
aquel momento tuvieron un accidente grave. El viento soplaba de occidente con
tanta violencia que destrozó las velas del "San Nicolás". La mañana
siguiente el mar estaba tan agitado que ninguno pudo celebrar Misa, los dos
buques tuvieron que alejarse de su ruta, en las cercanías de Málaga, y así en
tres horas perdieron la ventaja que habían logrado durante cuatro días de
navegación[49].
El 13 de julio
hubo tanta neblina que hasta perdieron el rumbo. Recién el 14 de julio entraron
en el puerto de Gibraltar. A todos los preocupaba la idea de no llegar a tiempo
a Cádiz para poder continuar el viaje a América. El mismo día 14, al anochecer,
acercándose a su destino, "vieron a la flota española, compuesta por 44
buques, en la cercanía inmediata. Era la flota en viaje para India"
(posesiones españolas en América). Esto es, llegaron tarde. Todos quedaron
desilusionados y abatidos.
Por el mal tiempo
y el peligro de la peste, de acuerdo a las disposiciones vigentes, tuvieron que
esperar cuatro días el permiso para entrar al puerto de Cádiz. Allí los
esperaba el padre Pedro Espinar, S.J., procurador de las misiones españolas en
México y la India Occidental. Los llevó al colegio jesuita. Unos días más tarde
los acompañó hasta el colegio de San Hermenegildo en la ciudad de Sevilla,
donde permanecieron hasta que fuera posible embarcarse para México[50].
La estada en
Sevilla fue para ellos como otro período de noviciado. Se preparaban para su
futura labor. Estudiaban matemática, astronomía y otras ciencias. Fabricaban
también diversos utensilios para sus futuras necesidades en México. Todo esto
lo describió más tarde el propio Ratkaj[51].
En efecto,
tuvieron oportunidad para estudiar y trabajar, porque su permanencia en aquella
ciudad se prolongó dos años. Fue esta etapa muy interesante y productiva para
los jesuitas "náufragos" en esa hermosa ciudad española. Un viejo
proverbio español dice al respecto: "Si no ha visto Sevilla, no ha visto
maravilla". Los jesuitas concuerdan en sus informes sobre Sevilla. El
vienés Gerstl, por ejemplo, dice: "La catedral es tan amplia, que la
iglesia de San Esteban en Viena podría caber completamente en ella". A
pesar de que no dejó testimonio al respecto, Ratkaj tuvo también que quedar
impresionado por esta ciudad española[52].
Conocieron sus bellezas, pero también el aspecto desagradable de la vida
española. Por un lado había grandes riquezas, lujo en las iglesias, actividad
industrial y comercial de miles de holandeses, franceses y otros. Hallaron un
gran número de sacerdotes y de monasterios, de monjas, iglesias y capillas.
Pero al mismo tiempo la peste devastaba la provincia, matando mucha gente.
Gerstl y sus amigos conocieron la gran pobreza de miles de seres, encontraron
mendigos a millares, vieron las ejecuciones públicas y las corridas de toros[53].
A pesar de todo, su obligada estadía debe haberles causado mucha impaciencia.
Por fin, en marzo de 1680, volvieron a Cádiz, situada unos centenares de
kilómetros al sur de Sevilla. En Cádiz tuvieron que esperar tres meses más.
Por fin se
embarcaron, después de tanta espera, el 7 de julio de 1680, con todo su bagaje
--"mit Sack und Pack", como lo dice Ratkaj en su informe-- en el
Nazareno. Este barco integraba el conjunto de la flota española que aquel año
tenía que navegar a México. Ahora había 23 jesuitas, de los cuales 18 tenían
que, después de desembarcar en Vera Cruz, viajar para Filipinas. Ratkaj y otros
(entre ellos Esteban Kino y Neumann), estaban destinados para desempeñarse en
México.
En la misma flota
viajó también el nuevo virrey para las posesiones españolas en México, don
Antonio de la Garda, conde de Paredes, marqués de la Laguna, con su esposa. El
mismo día, 7 de julio, se embarcaron también estos importantes personajes con
mucho personal de servicio en la nave capitana, disparándose salvas en su honor[54].
Por el gran apuro
con que se embarcaron en el Nazareno, los viajeros jesuitas olvidaron en el
puerto los alimentos necesarios para el viaje. Durante tres días tuvieron que
vivir sólo de pan y agua. El día siguiente los botes y veleros sacaron a los
barcos listos para navegar. Ratkaj y sus compañeros tuvieron otra vez mala
suerte. El remolcador que tiraba a su buque al mar abierto, lo llevó
casualmente a un punto sin profundidad y con arena de donde el viento lo empujó
contra una roca. El Nazareno quedó gravemente, averiado y empezó a hundirse, lo
que causó consternación y confusión. Los hombres pedían socorro, y el capitán
dio la señal de ayuda disparando un cañonazo. Mientras, la tripulación,
totalmente incapaz, huía hacia la parte superior para, salvar la vida. Ratkaj
describió todo esto en una carta con estilo y palabras muy ágiles[55].
El buque quedó
averiado de tal manera que el almirante ordenó abandonarlo y salvar a todos los
viajeros. Los botes convergieron recogiendo a todos los viajeros náufragos. En ese
accidente los jesuitas perdieron todo su bagaje y los objetos que prepararon
durante dos años, esperando viajar a México. A las 8 de la tarde el grupo de
jesuitas, junto con Ratkaj, regresaron al colegio jesuita.
Apenas se enteró
el padre Procurador de lo ocurrido, se lanzó al trabajo. Corriendo al puerto,
visitó a cada uno de los barcos solicitando que recibieran a los náufragos. Las
naves estaban ya fuera del Puerto, repletas de viajeros. Gracias a la
intervención del virrey, once de los jesuitas consiguieron subir en diversos
barcos. A último momento casi Ratkaj también queda junto con Kino y Gerstl. Al
ver Ratkaj que el Procurador trataba de embarcar a los misioneros para
Filipinas, se dirigió a él y le dijo que "Cristo no derramó su sangre preciosa
sólo por los filipinos sino también por los mexicanos" que viven en las
regiones misioneras de "Cinalos, Tarahumara y California". Las
palabras de Ratkaj conmovieron al Procurador de tal manera que intervino
también por él y su camarada, el rev. De Angelis,
obteniendo para ellos lugar en el buque San Diego. Fueron bien recibidos y el
capitán los alojó en su propia cabina. Allí estaba otro distinguido huésped, el
recién nombrado obispo para la ciudad de Manila en las Filipinas, un sacerdote
dominicano. Al entrar a la cabina, vencido por el hambre, agotamiento y
esfuerzo Ratkay se desmayó[56].
El 24 de julio de
1680 Iván (Juan) Ratkaj abandonó definitivamente Europa. Detrás de él quedaron
doce de sus amigos jesuitas, desesperados, que no pudieron unírsele[57].
Kino llegará a Vera Cruz en mayo del siguiente año. En México se convertirá en
un misionero de fama y geógrafo de la Baja California. Algunas décadas más
tarde el compatriota de Ratkaj --el padre Konscak-- impulsado por los mismos
ideales de Ratkaj llegará a la Baja California, continuará las exploraciones de
Kino y averiguará definitivamente y sin duda alguna, que California no es una
isla sino una península[58].
La travesía del
Atlántico
Su viaje a través
del océano, hasta el puerto mexicano de Vera Cruz, Ratkaj lo describió muy bien
en la carta que envió en el mes de noviembre de 1680 a su Provincia en Austria.
La carta resulta interesante, especialmente porque por ella nos enteramos de
las condiciones en que se viajaba al Nuevo Mundo en aquel tiempo.
Después de
haberse desmayado en la cabina, Ratkaj fue objeto de las atenciones del obispo
de Manila, que le prestó un trato paternal, proporcionándole comida y todo lo
necesario para que se repusiera. Ratkaj y su colega De Angelis fueron huéspedes
del obispo, pero de mayor consuelo para ellos más han sido las conversaciones
piadosas sostenidas con él que la excelente comida". Es también de gran
interés la descripción detallada del orden del día de la flota real española
durante su viaje a América[59].
Ratkaj elogia también
el buen comportamiento de la tripulación y los pasajeros. Luego dedica atención
a la buena comida que puede considerarse verdaderamente exquisita en
comparación con la dieta misionera que le esperaba en las montañas mexicanas.
La mayor parte de la comida les fue servida en vajilla de plata[60].
Para dar testimonio de su gratitud y recompensar de alguna manera por todo
esto, los jesuitas dedicaban su tiempo libre a los servicios espirituales. Al
respecto, agrega alegremente: "Nuestros esfuerzos tuvieron tanto éxito que
todos nuestros pasajeros recibieron por lo menos una vez al SS. Sacramento y
así renovaron sus vidas espirituales" [61].
Claro que con
aquellos veleros se navegaba en aquel tiempo muy lentamente. Esas aguas eran ya
conocidas antes de la época de Ratkaj, durante la misma y por mucho tiempo
después, por los buques de Dubrovnik y otros puertos croatas de Dalmacia. Antes
y después de la época de Ratkaj, los veleros con tripulaciones croatas --y en las mayoría de los casos de propiedad croata-- navegaban por
las vías atlánticas hacia las costas nórdicas, del centro y del sur del
Atlántico. Muchos se dirigían hasta él extremo meridional de la América del
Sur, el Cabo de Hornos, circunnavegándolo para Chile, Perú y California. Estos
primeros contactos croatas con el continente americano hasta ahora quedaron
desconocidos porque los historiadores croatas no los investigaron
suficientemente.
En los primeros
dos días del viaje de Ratkaj --12 y 13 de julio-- los buques hicieron escaso
adelanto. Recién el 14 desapareció de la vista Cádiz y las costas de España. El
21 de julio el buque del almirante izó las banderas, dio vuelta y se detuvo, lo
que significaba que los demás buques tenían que agruparse alrededor. En dicho
barco se efectuó una consulta de todos los capitanes sobre la ulterior
navegación hacia México y otros lugares. El conjunto de buques en el mar
abierto ofrecía un magnífico espectáculo a los presentes, que miraban desde sus
respectivas naves[62].
El 25 de julio se
celebró en todos los barcos la fiesta de San Santiago, protector del imperio
español. Mientras las banderas ondeaban al viento de Océano, los cañones
saludaban el gran día español con sus truenos. En la nave de Ratkaj San Diego,
el obispo de Manila celebró una misa cantada solemne con un sermón alusivo. El
mismo día la flota se desdobló y 17 barcos se dirigieron hacia Cabo Verde y
otras colonias españolas[63].
Pero los festejos
no terminaron aquí. Algunos días más tarde, el 31 de julio, se celebró la
fiesta de San Ignacio, fundador de la Orden de los jesuitas. Es una fiesta ya
tradicional entre los miembros de la Orden como también entre la población
española. También esta vez el obispo de Manila celebró una misa, solemne
comulgando un gran número de pasajeros[64].
Al hallarse el 10
de agosto ya lejos en mar abierto, los sorprendió una gran tempestad con
vientos huracanados que llevó a los buques en todas direcciones. El tremendo
temporal persistió cuatro días, de manera que hasta los más experimentados
marineros temían perderse en las gigantescas olas. El capitán del barco en que
viajaba Ratkaj dio orden de tirar por la borda al mar una gran cantidad de
objetos. La nave se inclinaba tanto que sus mástiles casi tocaban las olas. Las
mismas pasaban por encima de la proa y el último día se llevaron consigo a un
joven. En aquel momento se calmó el mar de repente "como si hubiera
esperado a esa víctima". El mismo día se reunió el consejo de capitanes
para determinar la distancia a la India Occidental.
El 15 de agosto,
al celebrarse la fiesta de la Asunción de María, avistaron en la lejanía las
islas de la India Occidental. Los pasajeros, con gran alegría, saludaron a
bandadas de pájaros que volaban al encuentro de los buques.
Era costumbre de
aquel tiempo que un barco bien armado acompañara a la flota. Navegaba en la
cola del convoy y se llamaba, Pinta. Los buques acompañados tenían que
permanecer en contacto con él, pero como éste era bastante pesado, se movía con
más lentitud, causa por la cual el convoy entero tenía que ir a su misma
velocidad. Así sucedió esta vez como se desprende de la carta de Ratkaj. Por
esta razón, cuando llegaron el 18 de agosto a la isla, de Puerto Rico, llevaban
10 días de atraso de acuerdo al programa previsto. El 22 del mismo mes
abandonaron la isla, y el 28 alcanzaron el puerto de San Domingo en la misma
isla, y el 30, como dice Ratkaj: "...vimos a la isla de Jamaica,
arrebatada a los españoles por los ingleses"; en poco tiempo los mismos
"poblaron la tierra, introdujeron leyes, las artes y la agricultura,
edificando todo así que esta tierra no está rezagada con respecto a cualquier
país europeo"[65].
El 6 de
septiembre dejaron a Cuba detrás suyo y dos días más
tarde llegaron a una zona de poca profundidad, llamada Sund. Allí había
abundante pescado y tortugas. "En una media hora --escribe Ratkaj--
sacamos sobre cubierta unos cuarenta pescados, pesando cada uno entre veinte y
treinta funtas, y además cuatro muy grandes llamados burones de un peso
aproximado de cuatrocientas funtas" [66].
Al día siguiente
se alejaron de estas aguas entrando nuevamente en mar abierto. Allí encontraron
un grupo de buques de guerra españoles, custodiando aguas mexicanas ante el
peligro de enemigos y piratas. Reconociéndose recíprocamente, el capitán de la
flotilla de guerra disparó una salva en honor del virrey, que viajaba, como
sabemos, a México. Dos días más tarde, el 15 de septiembre, después de una
navegación que duró 65 días, amarraron en el puerto mexicano Vera Cruz. El
largo y penoso viaje había terminado. Iván Ratkaj, primer misionero croata,
estaba ya en América[67].
En México
A la noche del
mismo día 15 de septiembre llegaron los jesuitas y con ellos Ratkaj, al colegio
de su Orden en la ciudad de Vera Cruz. Su recepción fue cordial.
En breve llegaron
los delegados del provincial jesuita en México invitando por carta a los recién
llegados a visitarle en la ciudad de Puebla de los Ángeles (Ratkaj la llama
"Engelstadt", en alemán ciudad de los ángeles) (para ampliar la
actividad misionera, en su provincia. Ratkaj continúa literalmente: "Dos
de los delegados fueron encargados de convencernos a aceptar aquellas misiones
que, por falta de sacerdotes, tenían 13 puestos vacantes... Me sentí feliz por
haber seguido la voz del Señor para dedicarme a esta noble tarea misionera y
por el amor Suyo haber abandonado a mis mejores amigos y la patria. No quise
prestar atención a los que intentaron hacerme desistir" [68].
Al octavo día
después de la llegada, el grupo se dirigió hacia la, localidad de Puebla de los
Ángeles, que estaba situada en él trayecto que conducía a México. Viajando
pasaron por varios pueblos, dependientes de la ciudad de Puebla. En uno de
ellos hallaron ochenta mil ovejas y "muchos millares de ganado". Así
llegaron a Puebla a principios de octubre. El provincial, con otro sacerdote,
les dio la bienvenida a la entrada de la ciudad. Subiendo a las carrozas, los
llevaron hasta el colegio jesuita, donde fueron saludados calurosamente por
unos cuarenta hermanos de la Orden. Antes se dirigieron a la iglesia para dar
gracias a Dios. La iglesia estaba tan adornada con oro que Ratkaj reconoció no
haber visto nada semejante en toda su vida[69].
Mientras Ratkaj
en su descripción no nos deja una imagen muy plástica y rica del viaje hacia
Puebla de los Ángeles, el padre M. Dunne, un jesuita norteamericano que
describió en sus obras de una forma excelente la vida de los "Sotanas
Negras", dejó una descripción muy viva de este viaje entre Vera Cruz y la
capital de México[70].
De acuerdo al
testimonio de Ratkaj, el grupo se quedó en Puebla, solamente cuatro días. Luego
se encaminaron rumbo a la antiquísima ciudad la "Capital Azteca"
siguiendo el camino por la región "cuyas bellezas naturales los viajeros
admiran todavía hoy" [71].
A la ciudad de México llegaron el 10 de octubre, hospedándose los tres primeros
días en el colegio jesuita. Más tarde fueron trasladados a la casa Profesa de
la misma Orden. Ratkaj en persona, viajero y escritor, anota que la ciudad es
más o menos de la misma amplitud de Viena, sin los suburbios, y que los
edificios son de un piso por miedo de los terremotos que se repiten a menudo.
"Las calles
son rectas. Hay mucho oro y plata; el oro adorna casi todas las iglesias; es
una maravilla mirarlas. Las frutas que crecen aquí son muy baratas... El rey
español regala a cada uno de los nuevos misioneros 300 tálares para que pueda
cubrir sus primeras necesidades misioneras. La tesorería real paga: anualmente
la misma suma a cada uno de los misioneros. La Casa Profesa es mucho más linda
que el colegio, a pesar de que es más pequeña. Actualmente hay aquí 70
misioneros. El interior de la Casa Profesa, brilla maravillosamente por el oro
y los cuadros hermosos, quedando prácticamente las paredes completamente
cubiertas. El arzobispo actual de México --que se desempeñaba provisoriamente
también como virrey-- un sacerdote de la Orden de San Benito, muy devoto y bien
conocido. De él hemos recibido el permiso de confesar y nos dio la necesaria
autoridad sin dificultad alguna. Aquí hay también una Universidad, donde
estudian los sacerdotes seglares y religiosos. La Filosofía tiene tres grados;
las demás escuelas están representadas por casi el doble, y el número de los
estudiantes no llega a 1500 [72].
En cuanto a los
españoles, representan el grupo dominante y todos los indios son sus súbditos.
Según sus informaciones, la población india es inteligente, fácilmente aprende
varios oficios y muchos son buenos pintores y cinceladores. Tschocolate (y esta
palabra mexicana fue aceptada por todo el mundo) es una costumbre general hasta
entre los más pobres. Cada uno de los misioneros recibía de sus superiores tres
funtas de chocolate mensualmente.
La carta --en
realidad su itinerario-- en que dejó para las generaciones venideras sus
testimonios de importancia, Ratkaj la había dirigido en realidad a su]
Provincial austríaco, fechándola en México el 16 de noviembre de 1680. La firmó
como "Diener in Christo Joannes Ratkay der Gesellsehaft JESU
Missionarius" (Siervo de Cristo, Juan Ratkay, de la Compañía de Jesús,
misionero)[73].
La carta fue fechada el último día de su estadía en la ciudad, pues como dice
él mismo: "Mañana partiré a la misión que me fue indicada" y que está
"como todas las demás misiones bien provista de todo lo necesario".
Ratkaj y Neumann
tuvieron que ir a la región noroccidental de México, en la provincia Tarahumara,
habitada por la tribu india de los tarahumaras. Se halla en la región de México
llamada actualmente Chihuahua.
Los sacerdotes
Kino y Gerstl llegaron a México ocho meses más tarde, pasando por un camino más
largo, por Panamá, y "viajando con mulas por el mismo camino que Ratkaj
hizo a pie, Kino llegó a México probablemente el 1º de junio de 1681".
El grupo de los
"Sotanas Negras" se dispersó por todas partes del mundo y "el
cuento romántico sobre sus experiencias personales en América y en las islas de
los mares occidentales ocupan gran parte de la obra de Stöcklein Der Neue
Welt-Bott, considerada como una de las más grandes obras aventureras de todos
los tiempos[74].
En estas aventuras nuestro Ratkaj tuvo su parte personal.
De los que juntos
partieron de Italia, diez llegaron a México. Una parte se decidió viajar a las
Filipinas y la otra, a las Islas Marianas. El reverendo Gerstl fue uno de los
que prefirieron la lejana y misteriosa China. De Angelis, el acompañante de
Ratkaj en el Atlántico, murió más tarde mártir en las Islas Marianas[75].
Ratkaj y Neumann
tuvieron la oportunidad de elegir misiones entre varias regiones mexicanas:
Sinaloa, Topia, Sonora y Tarahumara. El provincial en la ciudad de México,
Bernardo Pardo "concedía benévolamente a los nuevos misioneros que
eligieran ellos mismos la misión que preferían". Pero Ratkaj y Neumann
"instintivamente" y en el espíritu de Loyola "eligieron regiones
que se consideraban las más difíciles y peligrosas": a la Tarahumara del
norte "que era considerada, por la inaccesibilidad y por el clima frío...
como un lugar especialmente difícil para el trabajo" [76].
En efecto, el 17
de noviembre de 1680 Ratkaj con su comitiva abandonó la ciudad de México.
Cabalgaban lentamente con sus mulas. Llevaban consigo la recomendación del
Provincial para el superior de todos los jesuitas en Tarahumara, en que, según
palabras del dicho superior, Ratkaj y Neumann "pueden trabajar por doce
hombres", por lo abnegados y enérgicas. En la comitiva había algunos servidores
que conducían las mulas, guiándolos un hombre de confianza. Quince mulas y
caballos llevaban a los misioneros, al equipaje y los objetos para los indios,
como también para las necesidades misioneras. Se podían contar adornos,
medallas, collares, casimires, telas en color, clavos, hilo, sogas, utensilios
diversos como también vino, chocolate y medicamentos[77].
En 20 días
superaron la distancia de 325 km. El 7 de diciembre la caravana llegó a la
ciudad de Zacatecas, conocida por sus minas de plata. Al día siguiente
continuaron su penoso viaje y recién el 14 de diciembre alcanzaron la ciudad
Guadiana, capital de la Nueva Vizcaya[78].
El acompañante de Ratkaj, Neumann, también describió este viaje en una carta
dirigida a un amigo jesuita de Chequía[79].
Algunos días más tarde
los padres y su comitiva muy cansados, llegaron a la ciudad de Durango. Allí
descansaron en un colegio de la Orden durante una semana junto con otros
hermanos. Hasta aquel punto, como dice Ratkaj, viajaron sin peligro. Más de
temer que los indios eran en aquellas regiones los desertores españoles (ex
soldados y siervos) "quienes desesperados hacen pillaje y matan" a
los viajeros[80].
Pero el verdadero
peligro les amenazaba más al norte, en la región llamada Tepehuán, donde se
juntaban en las montañas las bandas de los indios hostiles. En Durango Ratkaj y
Neumann esperaron a que se les reuniesen algunos otros viajeros como así
también un destacamento militar, antes de encaminarse por el camino peligroso
de noreste. El obispo de Nueva Vizcaya, Bartolomé de Escañuela (franciscano)
invitó a los dos jesuitas para comer con él y un día antes de la partida los
visitó para despedirse de ellos[81].
Después de
celebrar la Navidad en Durango, continuaron el viaje el 27 de diciembre. En su
compañía había veinte soldados españoles bien armados. En los primeros dos días
superaron gran parte del camino. Cruzaron la parte montañosa y bajaron a la
planicie, por donde corría el río de Ramos. Sin zozobras llegaron a
Papasquiero, donde ya desde hacía ochenta años existía la misión jesuitas de
San Jacobo, considerada como la principal del territorio de Tepehuán. En este
lugar fue substituido el primer grupo de soldados por otro. A continuación
alcanzaron el lugar llamado Bocas "sin peligro por la vida", debiendo
pasar por una montaña, donde los indios tres días antes habían matado a un
español[82].
"Entre Bocas
y Parral, con muchas minas ricas de plata --escribe nuestro Padre-- desde aquí
hasta, Hucotislan los caminos son tan peligrosos que sólo es posible viajar
durante la noche en grupos y con acompañamiento armado" [83].
Esta última parte
del viaje abarcaba casi 100 millas. En la localidad minera de Parral los
"Padres Neumann y Ratkaj encontraron al Gobernador, que se instaló recién
en los últimos años en este centro minero" [84].
Los pasajeros luego continuaron rumbo nor-occidental. El 1º de febrero llegaron
por fin Ratkaj y Neumann a la misión jesuita llamada San Ignacio Coyachic,
donde los recibió el padre Visitador Joseph Tarda[85].
A principios de marzo, Tarda. envió a Neumann a su lugar
de destino, en la misión Sisoguichic. Después de una labor muy fructífera, el
padre Neumann dejó una amplia descripción de su trabajo en un excelente libro,
que más tarde se usó como manual por los jesuitas austríacos[86].
El Padre Croata
en Tarahumara
Tarahumara se
halla al sudeste del río Grande, que forma una larga frontera entre México y
los Estados Unidos. Está ubicada al este del golfo de California, en el extremo
occidental de México. Ratkaj fue enviado el 2 de febrero a Ypomeran y menciona
que esta región está "cerca de Hobas y Nueva México"
[87].
(Un Estado de los EE.UU. en el suroeste, junto a la frontera mexicana, se llama
actualmente New Mexico - Nuevo México).
La región de
Tarahumara o Tarhumar pertenece a la provincia mexicana (oficialmente: Estado)
de Chihuahua y se extiende por su parte sur y suroeste. Está habitada por los
indios llamados tarahumaras. Sus poblaciones, de varios siglos de antigüedad se
hallan en la parte central montañosa, denominada por los mexicanos Mesa
Central. El río más importante es el Conchos y la montaña principal es la
Sierra Madre. Aquí, junto a este río y otros más pequeños, los jesuitas
fundaron en el siglo XVII muchas misiones con éxito. Aquí trabajaron y
edificaron durante décadas antes de fundar a fines de este siglo sus primeras
misiones en la Baja California, del otro lado de la bahía californiana. De tal
forma las misiones de Tarahumara unieron sus partes centrales de México con las
regiones más lejanas del extremo occidental de California. Mientras las zonas occidentales
de Tarahumara yacen junto al golfo californiano, del otro lado se extendían las
tierras desconocidas y desoladas de la Baja California, pero conocida por los
españoles en tiempo de Ratkaj. En efecto, ni se sabía si se trataba de una isla
o una península. Los tarahumaras que aun hoy permanecen "entre las tribus
indias más compactas y puras en México", fueron en aquel tiempo un pueblo
vigoroso e independiente, de cutis oscuro, erguidos y veloces como ciervos o
gacelas[88].
Ratkaj describió
al pueblo y la región tarahumara en su informe, fechado el 21 de febrero de
1681, y que fue amoroso como Informe Nº 29 en Der Neue Welt-Bott, abarcando en
este libro de Stöklein tres páginas completas en la gótica alemana. Este
informe tiene un valor especial por ser el primero conocido, escrito por mano
de uno de los primeros emigrantes croatas sobre una parte de su nueva patria:
América. Para la historia de las emigraciones croatas y de su actividad en
América, éste era un documento interesante y de excepcional valor.
En él se queja
que por la escasez de sacerdotes debieron abandonarse trece misiones. Como era
de esperar, la vida misionera resultaba muy difícil. Se vivía en permanente
peligro. Los misioneros comían mal. No podían tener confianza en sus guías y siervos
indios, porque se fugaban cuando les placía. Los indios y los bandidos se
dedicaban al pillaje y mataban a los pobres misioneros. Ratkaj se queja también
que las mulas a veces se empacaban y dejaban a los misioneros de a pie. Además,
los indios robaban dichos animales. Se sentía la falta especialmente de agua
potable y los misioneros --principalmente durante su viaje-- sufren de sed y de
hambre. Luego añade: "No pudiendo obtener otras cosas, tuvimos que
contentarnos con pan y agua y, para los días de yeyuno con queso queso y
chocolate. Pero, después de cierto tiempo, nos acostumbramos a todo, porque el
hambre nos adaptó a la comida más magra. Nuestro férvido deseo de predicar a
los paganos sustituía la falta de alimentos. Hasta podría decir que me sentí
mejor al llegar aquí que cuando salí de México[89].
Cada misión
estaba dividida territorialmente en varios pueblos, Llamados por Ratkaj en
alemán "kleine Völker". Se trata, en efecto, de pequeñas poblaciones
distante algunas millas una de otra. En cada misión hay un jesuita, que aparte
de iglesia vive en una, pequeña casita con un huerto y algunos animales,
especialmente mulas necesarias para viajar y visitar los enfermos[90].
Ratkaj describe a
aquellos indígenas primitivos: "Nuestros indios no tienen cultura ni
civilización. Hasta desconocen el pan horneado, viviendo de maíz que queman en
el fuego. Desconocen los frutales, salvo los que nuestros padres jesuitas
importaron de Europa. Por eso hay poca variedad en sus comidas. Si un misionero
desea comer bien, debe llevarse un cocinero español de la ciudad de México por
su cuenta y pagarlo muy bien. Teniendo presente todos estos peligro ¿quién es
el que desearía llegar a estas regiones, especialmente por por la vecindad de
la Nueva México donde el año pasado se rebelaron unos 30.000 indios y durante
ella mataron unos quince españoles junto con veintisiete franciscanos?".
Se refería Ratkaj
a la gran rebelión india, de 1680 en Nueva México, que empezó en la misión San
Juan. Es un hecho comprobado que los indios en esa oportunidad mataron unos 400
españoles y destruyeron completamente 21 misiones. Fueron fundadas en los
albores del siglo XVI y conducidas y regidas por franciscanos. Toda parte
norteña de la región de Santa Fe (hoy dentro de los EE.UU.) fue devastada, y
los españoles sobrevivientes tuvieron que retirarse a la ciudad de El Paso
sobre el río Grande inferior (hoy parte integrante de Texas, EE.UU.).
Los indios a los
cuales el padre Ratkaj tuvo que predicar el Cristianismo, gozaban de fama de
ladrones de animales y aficionados al pillaje. Les gustaba, especialmente robar
vacunos, mulas y caballos de los españoles. No se limitaban sólo a los pequeños
poblados, sino a veces atacaban también a pequeñas localidades y hasta
ciudades, como por ejemplo Guadiana. De esta ciudad, en una sola oportunidad
robaron unas mil cabezas de animales.
Pero no son todas
las tribus iguales. Hay entre ellas diferencias de cultura y de capacidad
natural; por ejemplo "aquellos alrededor de la ciudad de México son por
naturaleza perezosos... y trabajan por la tercera parte del sueldo que gana un
español". Es un hecho "y todos los americanos están de acuerdo al
respecto, que los indios aprenden muy rápidamente y pueden hacer todo después
de haber visto una vez como se hace, y pueden convertirse en muy buenos
artesanos". Así, por ejemplo, si un indio mira una, o dos veces tocar a
harpa, intentará en seguida imitar a su maestro y dentro de poco lo va superar.
Son de cutis moreno y deambulan casi desnudos; algunos de ellos se visten con
una especie de manto. Preparan un licor de las hojas de un árbol, que les gusta
mucho beber, acostumbran emborracharse completamente una vez por semana. A este
licor lo llaman pulque. Para gozarlo, deben pagar impuestos al rey de España" [91].
Es interesante destacar
que hoy todavía en Tarahumara existen estas costumbres y el alcoholismo es tan
agudo como en la época de Ratkaj, sin que le den la menor importancia[92].
Ratkaj, como también Neumann y los demás testigos oculares, mencionan el hecho
de que en Tarahumara se emborrachan y que a veces hacen verdaderas orgías a lo
largo de varios días. Ratkaj, a pesar de su lugar de origen, donde la gente
toma vino con gusto, no pudo aprobar estas prácticas alcohólicas de los
tarahumares.
Los indios de la
misión de Ratkaj eran muy buenos cazadores. Manejaban con tanta habilidad las
flechas que, "cuando tengo una moneda de oro entre dos dedos, son capaces
de arrancármela sin que me lesionen los dedos". Muchos viven en las
montañas "como animales" antes de ser convencidos a que bajen a la
planicie para vivir en las poblaciones o aldeas.
Son interesantes
las siguientes anotaciones de Ratkaj: "una cosa me extraña especialmente
en esta Norte América: poca gente vive aquí. A veces viajé varias millas sin
ver a nadie. Cuando una vez encontré algunos de ellos en el desierto, quedaron
muy asustados, parados, sin decir una palabra, y muy maravillados por nuestra
presencia... Muchos empero trabajan en las minas de oro y plata que abundan en
esta región montañosa, sin bosques. Su Majestad Católica, el rey de España,
recibe de todo esto una quinta parte para su Tesorería; no obstante, esto suma
una renta anual de cinco a seis millones de táleres españoles. Las minas
pertenecen a los que las descubrieran y quieran explotarlas por su cuenta. Las
minas más ricas de plata se hallan en las localidades de Parral, Zacatacas,
Kanazabi y en Indike" [93].
Toda esta región
salvaje era custodiada por unos 130 soldados españoles, disgregados en unos
cinco pequeños destacamentos. Y, mientras los ocupantes militares españoles
estaban interesados en explotar las minas y el ganado, los sacrificados
misioneros se esforzaban por propagar la fe y la civilización.
Es interesante
para los croatas lo que dice su compatriota en este informe sobre América,
donde vive tan poca gente. Es de opinión que "un general alemán con unos
dos mil alemanes y unos 500 húsares croatas podrían conquistar a toda la
América del Norte hasta el grado 70º de latitud norte". Con esto se
facilitaría la propagación de la fe y la cultura. Resulta de esto que el padre
Ratkaj tenía una buena opinión sobre las cualidades militares de sus
compatriotas croatas. Para imaginarnos la amplitud del territorio a que se
refiere, digamos que el paralelo 70º de latitud norte pasa justamente por el
extremo septentrional del Canadá actual.
Ratkaj describe
también la organización y distribución administrativa de México, dedicando su
atención también a la organización y poder de la Iglesia Católica. Los obispos
y arzobispos tenían grandes entradas anuales. Pero había también grandes
diferencias, especialmente en cuanto a los sueldos. Así, por ejemplo, mientras
el sueldo anual del arzobispo de Puebla alcanzaba 8.000 táleres, el superior de
Ratkaj el obispo de Guadiana recibía solamente 3.000 táleres. Ratkaj se queja
contra él por su poco favor para con los jesuitas y que le importaba más
imponer su estricta autoridad que ayudar a los misioneros en su penosa labor[94].
El virrey, al
contrario, era muy amigo de los jesuitas y de todos los demás misioneros. Por
eso les prometió asegurar una ayuda monetaria mayor por parte del gobierno
español, por lo cual el Provincial jesuita tenía intención de ampliar la labor
de sus hermanos de la Orden[95].
Ratkaj hace notar
también que la autoridad de los jesuitas en México es muy grande, mucho mayor
que en la misma España. En algunas oportunidades en México, cuando los indios
enemigos atacaron a las caravanas españolas, mataron a todos los soldados, pero
liberaron a los jesuitas. Hasta los acompañaban y llevaban a la primera población
o destacamento español sin lastimarlos. Así son, por ejemplo, los indios de la
tribu Topokán y Chichimekan que parecen ser "diablos y no seres
humanos", porque se afeitan las barbas y pintan las caras de una manera
muy fea. Viven en cuevas vigilando a los españoles desde esos "agujeros de
diablo" como los llaman los españoles, atacándolos con un tremendo
griterío y con flechas innumerables. Degüellan a todos: tanto hombres como
mulas. Aquí hay creencia que las mulas puedan olfatear desde lejos la presencia
de estos indios, asustándose y huyendo" [96].
Comparados con
estos indios que comen carne cruda de mula, hasta los de Tarahumara son
"suaves e civilizados y les gusta el comercio; el comercio no se hace con
la moneda sino por el cambio de objetos, teniendo cada uno su valor especial.
Así por ejemplo, por una aguja, los indios daban dos gallinas, por un cuchillo
dos ovejas, mientras un metro de cachemir se paga con un caballo".
A fines del año 1680
y principios de 1681, Ratkaj tuvo oportunidad de mirar durante la noche un
enorme cometa. Claro, todos se asustaron y maravillaron, porque
tradicionalmente, en especial en Europa, se creía que un signo semejante
anunciaba guerras u otras tragedias de la humanidad. Ratkaj estaba también
preocupado sin saber cómo explicar el fenómeno. "La explicación de todo
esto --dice-- la confío a Dios. Pero temo que este signo sea de mal augurio
para la Europa occidental, especialmente para la monarquía. española"
[97].
De mayor consuelo
para él fueron la instrucción y educación de la juventud india. Estos jóvenes
eran "los frutos más ricos que se recogía en estas misiones". Dos
veces, diariamente, les enseñaba en su modesta morada en religión y otras
disciplinas. Los niños y jóvenes cantaban juntos, presenciaban la Misa,
recibían los sacramentos y ayudaban de variadas maneras a su modesto maestro y
cura.
Al terminar su
informe (para el provincial de Viena, llegaron noticias que le causaron mucha
alegría: "Tres sacerdotes nuestros empezarán su actividad misionera, en
California, y la Nueva México, propagando así el Evangelio entre los paganos,
servicio éste por el cual yo mismo me había recomendado ante mis
superiores". De acuerdo a, sus propias palabras su "único deseo"
era que lo enviaran a las regiones desconocidas de California y ahí ofrecer a
Dios su sacrificio más grande: su propia vida, es decir, convertirse en mártir
de la fe[98].
En su informe
Ratkaj no indica la localidad donde lo escribió. Dice solamente que lo escribió
"en los confines de la Nueva México". P. M. Dunne en su detallado
informe sobre la labor de los jesuitas en Tarahumara menciona que al padre
Ratkaj lo habían enviado a Carichic para substituir al sacerdote vasco
Rolandegui quien fue llamado de regreso a la ciudad de México. Dunne afirma,
también que Ratkaj, junto con Neumann, quedó en la localidad Coyachic
"durante el mes de febrero de 1681, estudiando el idioma indio" [99].
Empero, el mismo Ratkaj, en su segunda carta del 25 de febrero dice que ya al segundo
día se fue a Ypomeran, pero no se sabe por cuánto tiempo se quedó allí. Ya un
poco más tarde, Dunne relata sobre el viaje de Neumann a su pueblo y que
pasando por Carichic encontró "al padre Bernardo Rolandegui, quien debía a
la brevedad regresar a la Capital y que acompañó a Neumann hasta Sisoguichic.
Ratkaj no menciona para nada su eventual morada en aquel momento en Carichic.
Neumann, Rolandegui y su acompañante indio llegaron a Sisoguichic el 7 de marzo
1681. Aquí pasará Neumann largos veinte años. Al llegar él, esta misión hecha
ya tres años que estaba vacante. De lo arriba dicho fácilmente se desprende que
Dunn está confuso e inseguro en cuanto a la estadía de Ratkaj en aquel momento.
Ratkaj llegará más tarde a Carichic, que era una nueva misión, convirtiéndose
recién en noviembre de 1675 en un pueblecito.
La causa por la
cual la misión Sisoguichic estuvo vacante, hay que buscarla en el hecho de que
en lugares tan difíciles los nativos mexicanos o criollos por lo general se
enfermaban del clima y forma de vida hostiles resultaban insoportables por lo
cual muchos se morían. Aunque parezca paradojas, los nativos europeos --a pesar
de no estar acostumbrados a tal clima-- soportaban con más facilidades el rigor
de esos lugares. Neumann y sus amigos europeos eran "resistentes, de una
voluntad férrea y decididos", soportándolo todo, como lo comprobó de la
mejor manera el mismo padre, Neumann, que vivió allí veinte años[100].
Su misión Sisoguichic era la población más rezagada de la comunidad del pueblo
tarahumara, para continuar viviendo y trabajando todavía treinta y un años en
la localidad Carichic. Neumann, en ese terreno muy difícil, se convirtió en
"apóstol tarahumaro". Como él vivió condiciones similares a las que
vivió Ratkaj, fácilmente podemos concluir cómo le fue entonces al mismo Ratkaj.
Sobre la base de
las fuentes contradictorias se puede concluir que Ratkaj en poco tiempo estuvo
ya en la misión de Pesiquechic, que estaba situada entre Sisoguichic y
Carichic, pero bastante al sur de la localidad de Ypomeran. Esta localidad está
marcada en el mapa de las misiones tarahumaras en el extremo norte de la misma
provincia, bastante lejos de Carichic, causa por la cual probablemente Ratkaj
anota en su informe del 23 de febrero de 1687 que lo escribió en los confines
de la Nueva México.
Es seguros que
los primeros 20 meses de la estadía de Ratkaj en aquella región estuvo plena,
de variados inconvenientes temporales, huracanes, inundaciones y rumores alarmante sobre rebeliones indígenas[101].
Más tarde, en el
mes de agosto de 1681 Ratkaj fue avisado sobre la inminente rebelión de los
indios. Alarmado por esos voceros, el amigo de Ratkaj, Neumann, huyó de
Sisoguichic pasando por la misión de Ratkaj, Pesiquechic, dirigiéndose a
Carichic.
Neumann se enteró
que Ratkaj se había ido dos días antes "en alguna dirección al este".
Tras pasar la noche en la modesta habitación de Ratkaj, Neumann continuó, su
camino" [102].
Desconocemos por qué, a dónde y por cuanto tiempo Ratkaj se fue, probablemente,
ante el peligro de la rebelión. Empero, la anunciada rebelión no se concretó.
Las misiones desarrollaban su actividad con nuevo rigor y con más éxito que
antes.
El escritor
croata M. D. Krmpotic, en su breve biografía de Ratkaj menciona qué éste ya
desde el principio bautizó a unos cuarenta indios y que en breve lapso aprendió
el idioma indio. Dónde encontró Krmpotic dichos documentos lo desconocemos[103].
Allan Christelow
en su estudio sobre Neumann afirma (citando al respecto una carta de Neumann
del 2 de febrero de 1682) que Ratkaj "fue enviado a una misión montañosa:
Guerucarichic en la Sierra Madre superior, la que es hoy la parte de la
Chihuahua sur-occidental". El mismo dice que Ratkaj, a causa de su
precaria salud, fue trasladado a Carichic el clima es algo más suave. Así la
confusión acerca de la primera estadía de Ratkaj viene a ser todavía, más
grande. Pero es seguro que, en las postrimerías del año 1682, llegó a la
localidad de Carichic, donde quedará hasta su muerte[104].
Cómo vivía
Ratkaj, podemos aproximadamente reconstruirlo por las notas de su vecino
Neumann, que escribió en 1682, es decir, en tiempo cuando Ratkaj todavía estaba
con vida[105].
La vivienda de
Neumann tenía tres habitaciones. La más grande estaba destinada para comedor y
pieza de trabajo, mientras la otra era dormitorio y la
terceras como una especie de depósito. El padre en persona levantó las paredes
internas y las puertas. Como los demás de sus colegas, Neumann era junto a su
profesión sacerdotal, también carpintero, sastre, cocinero, monaguillo y
enfermero para sus parroquianos. Lavaba personalmente su ropa y hacía todos los
demás quehaceres porque los "indios, no saben ni entienden mucho de estos
trabajos"[106].
A los misioneros
no les era permitido tener sirvientas o cocineras. Los reglamentos para estas
misiones permitía sólo la llegada una vez por semana de una india que preparaba
para la entera semana lo suficiente de tortillas. Esta especialidad mexicana es
en realidad una masa delgada hecha de harina de maíz sin levadura, cocinada
sobre una caja muy caliente. La cocina de Neumann era una pequeña cabaña
distante de su habitación.
Había, además en
aquellas misiones la costumbre de que dos pequeños indios vivieran con el
misionero, que le ayudaban y le obedecían. Neumann también tenía dos de estos
indecisos. Proveía por ellos como si hubieran sido sus hijos, los alimentaba,
vestía y trataba muy bien, sabiendo que en caso contrario los chicos iban a
huir junto a sus padres. Le ayudaban en la iglesia, le servían en el comedor,
etc. En su ausencia cuidaban de la casa, guiaban la oraciones
colectivas, como también en el catecismo y otras prácticas religiosas de
sus compatriotas. Los indios los llamaban Temastianes. Este hecho era casi
común en todas las misiones[107].
A pesar de que
Ratkaj haya descripto a aquellos indígenas con bastante optimismo, en realidad
era muy difícil colaborar con ellos, tal como lo testimonió el padre Neumann.
Este los describe como gente muy astuta y pérfida, de la que era difícil
esperar la sinceridad. Hasta los llama "hipócritas experimentados y de
regla los peores son aquellos que parecen mejores". En las nuevas
poblaciones, donde los llevaran desde sus cuevas en montañas, tenían a sus
jefes. A pesar de que los jesuitas mismos los elegían como eventualmente los
mejores y de mayor confianza, a menudo eran justamente los peores y más
peligrosos[108].
En muchos casos
el hecho de que un indio fuera bautizado, no significaba un cambio de vida y no
renunciaba a sus creencias paganas. Así Neumann se queja de sus convertidos
porque "se quedan completamente indiferentes ante el bien, manifestando
todas sus pasiones carnales y una inclinación inquebrantable para emborracharse" [109].
Como ya hemos
dicho, el año 1681 fue muy interesante en aquella parte de América. El mejor
conocedor de las misiones tarahumaras, Peter M. Dunne, denomina el lapso desde
febrero de 1681 hasta febrero de 1682 "el caleidoscopio docemesino".
Así en efecto fue. El verano pasó con insistentes rumores sobre la rebelión que
se preparaba. Pero a pesar de todos los peligros y amenazas, los misioneros
tenían tiempo suficiente para las fiestas religiosas, como por ejemplo para la
Asunción, el 15 de agosto. En ese día el padre Neumann y otros seis de sus
compañeros asumieron definitivamente los votos de la Compañía de Jesús en la
localidad de San Rafael Mátachic. El acto fue presenciado por todos los
misioneros de la Tarahumara superior menos Ratkaj, quien tuvo que quedarse en
su misión "porque la misma estaba en el centro, por lo que de allí se
prestaban servicios en caso de emergencia para todas las demás misiones
organizadas" [110].
Así Ratkaj perdió la oportunidad de hacer profesión de votos definitivos y no
se le iría ofrecer más la oportunidad para hacerlo.
Entre los
invitados estaban también cinco españoles con el capitán García, un buen amigo
de los jesuitas. Era un día grande y solemne para los grupos cristianos de
Tarahumara. Para ganarse sus simpatías, los jesuitas los agasajaron
ofreciéndoles comida con carne, lo que era un verdadero lujo en aquel año
cuando se comía casi exclusivamente pescado, porque era un año de escasez y de
hambre. Junto con los ritos religiosos se organizó también un festival para el
pueblo con música y carreras hípicas, donde los indios mostraron su destreza.
No hubo alcohol, pero se bailó, cantó y gritó hasta el alba. Luego otra vez se
rumoreó sobre la preparación de la rebelión, pero gracias a Dios, la misma no
se produjo[111].
En 1681 los
misioneros tenían también problemas con respecto a la jurisdicción
eclesiástica. El obispo, con sede en la ciudad de Durango, monseñor Bartolomé
de Escañuela, era un franciscano, y que, a su tiempo se mostró muy afectuoso
con Ratkaj y Neumann. Últimamente causaba a los jesuitas siempre más
inconvenientes. Se arrogaba el completo control de las misiones, tratando de
sustraerlo al Superior de los jesuitas. El gobernador de la provincia de Nueva
Vizcaya (a la que pertenecía Tarahumara) como también el virrey Tomás Antonio
de la Garda y Aragón (aquel mismo que viajó desde Cádiz en la misma flota con
Neumann y Ratkaj) fueron fieles protectores de los jesuitas. Ellos
intervinieron en esa disputa, resolviéndola a favor de los jesuitas. Además, el
virrey dio orden de aumentar el número de misioneros en aquella región y, para
tal fin, proporcionó también los medios necesarios[112].
A principios del
año 1682, en el mes de febrero, cayó la nieve en la Tarahumara superior como no
se recuerda que en muchos años atrás. Los hombres y los animales quedaron
aislados del resto del mundo. Ratkaj y Neumann no pudieron salir de sus moradas
por varios días y casi murieron de frío. Durante algunos días no tuvieron nada
para el fuego y nadie pudo visitarlos. Además sufrían "por falta de varios
elementos necesarios, porque hasta aquel momento no se había recibido cosa
alguna de la Tesorería real de México". Neumann se enfermó gravemente y
sobre el estado de Ratkaj no tenemos noticias. Sabemos que, al finalizar ese
invierno, se hallaba ya en la misión de Carichic[113].
Neumann
sobrevivió a todos estos inconvenientes, trabajando todavía por muchos años.
Cómo lo pasaron Ratkaj y los demás que sufrieron el rigor del momento, no lo
sabemos. Pero en todo caso aquel tremendo invierno hizo un grave impacto en las
misiones de Tarahumara. La nieve y el frío casi exterminaron a las ovejas,
vacunos, mulas y los demás animales. Pero no obstante, las misiones
progresaban. Al desaparecer la nieve, llegó oficialmente de visita en aquella
región el rev. padre Bernardo
Rolandegui, sustituido a su tiempo en Carichic por Ratkaj. El 14 de febrero el
visitador Rolandegui hizo un informe oficial sobre el estado de la Alta
Tarahumara, como llamaron oficialmente a esa región misionera de Tarahumara.
Pidió también algunos misioneros más para reforzar el trabajo de los siete que
estaban desarrollando ahí su labor misionera. El número de los indios
bautizados alcanzaba la 8.000 [114].
La obra y la
muerte de Ratkaj
Poco se escribió
sobre la labor de Ratkaj en los años 1682 y 1683. Es seguro que las misiones
tarahumaras se recuperaban después de la catástrofe del invierno pasado. Pero
es una incógnita para nosotros el estado de salud de nuestro misionero después
de aquel frío y escasa alimentación. De acuerdo a ciertos informes, Ratkaj
estaba enfermo desde 1681, causa por la cual fue trasladado a Carichic, que
poseía un clima más benigno. Pero si realmente estaba enfermo antes de llegar a
Carichic, no lo sabemos con certeza. En la carta de febrero de 1681 afirma que
gozaba de buena salud. Por eso, las aseveraciones sobre su supuesta enfermedad
antes de la llegada a Carichic, no son seguras.
De acuerdo a
Peter M. Dunne y su obra "Early Jesuit Missions in Tarahumara"
--hasta ahora la mejor historia de la actividad jesuita en aquella parte del
mundo-- "la llegada de Neumann y Ratkaj y de otros más tarde aseguraron la
existencia permanente de las misiones en el norte de México"
[115].
Parte de estos méritos pertenece, como vemos, también a este misionero croata.
Lo más importante
que nos legó Ratkaj en les últimos años de su corta vida, es un manuscrito
bastante largo en latín. Se titula Relatio Tarahumarum Missionum eiusque
Taraumara Nationis Terresque Descriptio, adjuntando un mapa cartográfico de
aquella región.
Su Relatio
Tarahumarum Missionum --como lo vamos a citar en adelante-- es su obra escrita
más importante. Desconocemos si alguno de los historiadores croatas ha anotado
la existencia o escrito algo sobre este manuscrito que se halla en los Archivos
de la Compañía de Jesús (Archivum Romanum Societatis Iesu, Borgo Santo
Spirito). Durante muchos años el principal archivista de la Compañía de Jesús en
Roma fue el jesuita austríaco Josef Teschitel, que permaneció en ese cargo
hasta principios del año 1967. A él agradezco públicamente por haber puesto a
mi disposición los documentos más importantes relativos a Ratkaj, entre los
cuales encontré también el mencionado mapa y la descripción de Tarahumara. Si
la "Relatio" de Ratkaj de veras quedó inadvertida por parte de
nuestros historiadores (hasta por el mismo padre Vanino), entonces debemos
agradecer al rev. Teschitel por haberme advertido
sobre este importante manuscrito de nuestro compatriota en México. Si la otra
no apareció hasta ahora en croata, sería un deber de la Provincia jesuita de
Croacia en Zagreb traducirla y publicarla en latín y croata. Por lo que sabemos
hasta ahora, el mapa fue publicado en Madrid en 1962 y en México en 1967.
Relatio
Tarahumarum Missionum está escrita en 23 páginas grandes. Dada la caligrafía
pequeña de Ratkaj, el manuscrito tiene unas 12.000 palabras. Para los croatas esto es importante por tratarse de la primera
obra escrita por un emigrante croata y su primer misionero en el continente
americano, relatando sobre una región de dicho continente. La obra es
importante también para la historia americana, para la temprana historia de
México como también para aquel período de la actividad misionera europea de ese
lado del Atlántico. En la primera página, en el ángulo superior izquierdo, como
también al final del manuscrito, al pie de la página 23, Ratkaj indicó la fecha
"20 Martii 1683". En la misma página dijo haberlo escrito en
Carichic. Su firma es "Joannes Rattaky". Lo terminó entonces el 20 de
marzo del año fatal de 1683 [116].
Ratkaj usó, en su
documento una forma acostumbrada en los informes misioneros de aquella época, enviados
de las tierras del otro lado del mar. Describió la región, la población, las
costumbres, las dificultades misioneras actuales y dio sugerencias para la
futura labor, subrayando todo lo que podría interesar a sus superiores como
también a las autoridades civiles que estaban detrás de los mismos.
Esta obra escrita
--por cuanto sabemos-- es el último testimonio escrito por mano de Ratkaj y
guardado en el archivo de la Compañía, departamento "Mexicana". Cómo
pasó el resto de aquel año, no se sabe. Fue para Europa y el imperio austríaco
un año decisivo, cuando los turcos, bajo la guía del gran Vizir Kara Mustafá,
durante el verano asediaron a Viena. El rey polaco, Jan Sobieski, y el ejército
polaco salvaron a Viena y, probablemente, a Austria y Alemania, impidiendo la
llegada de los osmanlíes para hacer beber a sus caballos en el río Rin. En el
ejército polaco murió en aquella oportunidad también Juraj Krizanic,
compatriota de Ratkaj, ex confinado de Siberia, por ese tiempo dominicano y
capellán del ejército polaco. Al final del mismo año Ratkaj estaba ya muerto y
su muerte causó más discusiones, y controversias que su vida. El problema de
estas discusiones es: ¿Ratkaj murió enfermo o fue asesinado?
De acuerdo al
necrologio oficial de la Compañía de Jesús en el archivo de Roma --llamado
"Elogium"-- (donde a Ratkaj anotan como "Ratkay"), escrito
el 3 de noviembre de 1684, Ratkaj murió el 26 de diciembre de 1683 [117].
El mejor historiador de Tarahumara, el americano P. M. Dunne, relatando de
Neumann, menciona que Ratkaj, después de dos años de trabajo en Carichic (lo
que confirma haber llegado Ratkaj allí al final del año 1681 y no antes como
afirma el inseguro Dunne "murió de una enfermedad lenta" [118].
Herbert E. Bolton,
a quien hemos citado varias veces, descubriendo algunas de sus inexactitudes,
dice en su obra que Ratkaj a quien llama "the good story teller" (un
buen narrador) "murió en breve en su misión" después de su llegada a
Tarahumara[119].
Esto tampoco es exacto, porque Ratkaj vivió casi tres años en las misiones
antes de su muerte, y eso no se puede considerar ni "en breve" ni
"dentro de poco". El autor del estudio sobre Neumann, Christelow
dice: "Hubo rumores sobre envenenamiento, lo que negó Neumann" [120].
Parece que este autor no leyó con atención la declaración de Neumann en el
libro de Stöklein. Por haber estado en la vecina misión, Neumann resulta el
testigo más cercano al lugar de la tragedia. En su carta de julio de 1686,
dirigida a un amigo en Chequia, Neumann habla de la muerte de Ratkaj y dice que
un día llegó a verlo --a Neumann-- una vieja india y le dijo que Ratkaj había
sido envenenado por los indios, porque les prohibió las orgías de borracheras.
Con la misma muerte amenazaron a Neumann, pero él no se inmutó, comunicándoles
que no tenía miedo y que él no les permitía tampoco emborracharse[121].
Del testimonio de
Neumann en el libro "Neue Welt-Bott" no resulta visible que éste
negara el martirio a Ratkaj. Por lo demás, en esta misma colección de documentos,
unas cuantas páginas después de la carta de Neumann, se menciona a tres
mártires jesuitas de Tarahumara, y Stöcklein aquí menciona también a "el
barón nacido croata" Ratkaj, que "de acuerdo a algunos testigos fue
envenenado por indios... en tierra Tarahumara" [122].
El 26 de
diciembre, segundo día de Navidad, probablemente --ateniéndose a la costumbre
europea-- los indígenas indios celebraron y bebieron. Ratkaj quiso prohibirles
beber, y ellos en venganza le dieron a beber agua envenenada. Ratkaj y sus colegas
misioneros tuvieron un problema permanente con este vicio de los indígenas,
especialmente con el "pecado persistente de los Tarahumaros". Se sabe
que Neumann en 1685 llegó a un lugar secreto donde sus parroquianos tenían una
borrachera, los echó y, sin tomar en consideración el peligro, derramó el vino
que encontró. A principios de 1686 hizo lo mismo después de haberle confesado
la vieja india la causa de la muerte de Ratkaj [123].
Antes de la
muerte de Neumann, Michael Bonbardi publicó en Graz su libro sobre los mártires
austríacos, entre los cuales hubo 8 jesuitas que murieron en las tierras del
otro lado del océano. En la página 24 se halla el retrato dibujado de Ratkaj
con el siguiente epígrafe. "P. Joannes Ratkai, S.J., Croata", y
luego. "veneno in America Septentrional" (envenenado en Norte
América)[124].
Este testimonio tiene importancia también por señalar a Ratkaj como croata y
por considerarlo también mártir. Bonardi a su vez, anota erróneamente el año
1680 y no 1683 como el de su muerte. Este error se repite más tarde en algunas
otras fuentes. Pero la fecha de la muerte de Ratkaj --el 26 de diciembre de
1683-- podemos hoy considerarla como cierta.
En pocos
artículos existentes sobre Ratkaj, o su mención en otros artículos y
disertaciones en idioma croata, siempre se subraya que Ratkaj murió por muerte
violenta y que fue, en consecuencia, un mártir de su fe. El renombrado
historiador jesuita, Miroslav Vanino, S.J., que murió en 1965 dejando el
voluminoso manuscrito recientemente aparecido con el título Isusovci i Hrvatski
Narod (Los Jesuitas y el Pueblo Croata), erróneamente señala el año 1684 como
el de la muerte de Ratkaj. Todos nuestros autores concuerdan con M. D. Krmpotic
de Kansas City, quien dice que Ratkaj "fue envenenado por paganos, quienes
le dieron agua envenenada, cuando tenía sed, porque les prohibía las orgías
nocturnas y emborracharse... Murió como mártir de su vocación"
[125].
Una obra mexicana
de importancia sobre la historia de jesuitas en México, menciona en una lista
de mártires que perecieron entre los indios, también al croata Ratkaj[126].
Nuestro
compatriota, al morir en 1683 en la localidad de Carichic de Tarahunara, tenía
sólo 36 años de vida. Murió, como hemos dicho, sin profesar definitivamente los
votos solemnes de su Orden.
Después de su
muerte, su sucesor en Carichic fue un jesuita italiano, nacido en Sicilia,
Francisco María Piccolo. Este jesuita edificó en Carichic una iglesia, "la
más hermosa, en toda la provincia", y que existe hoy todavía, Más tarde,
el padre Piccolo se dirigió hacia occidente, pasando por la bahía de
California, y se unió al pionero J. M. Salvatierri, quien fundó la primera
misión jesuita en Loreto en 1697. Así el sucesor de Ratkaj realizó lo que éste
soñara. En 1732 aparece aquí en la Baja California el padre Fernando Koscak
(Consag), compatriota de Ratkaj, nacido en la misma región donde nació Ratkaj,
en la ciudad croata de Varazdin, en la Zagorie croata.
Una suerte mucho
mejor que Ratkaj tuvo su buen amigo Joseph Neumann, que junto con él viajó
desde Génova en 1678. Juntos llegaron en las montañas tarahumara quedando
vecinos y colaboradores. Este incansable misionero que llegó a América como
miembro de la Compañía de Jesús de la provincia checa, sobrevivió a todas las
contrariedades de vida, los peligros y las dificultades. De acuerdo a las
investigaciones del historiador Dunne, el padre Neumann murió en 1732 como el
más conocido apóstol de Tarahumara [127].
***
En el Museo
Histórico de Croacia, Zagreb, se halla un retrato al óleo de Ratkaj, hecho
después de su muerte. El nombre del autor es desconocido. Las medidas de 100 x
110 cm, que aquí reproducimos. Alrededor del retrato que representa la cara
juvenil de un delgado y refinado sacerdote, están pintadas cuatro medallas,
refiriéndose a los cuatro momentos más importantes de su vida. La primera
ilustración representa a Ratkaj como paje en la Corte imperial de Leopoldo I.
La segunda se refiere a la entrada de Ratkaj en la Orden Jesuita, la tercera
reproduce el naufragio de Ratkaj en Cádiz, mientras la cuarta escena nos
presenta a un indio ofreciéndole un vaso de agua y el texto latino de arriba
dice: A barbaro in odium fidei vaeneno necatur. Este cuadro y la inscripción en
el cuadro son un testimonio más por lo que las autoridades de los jesuitas en
Austria creyeron que Ratkaj fue envenenado en Tarahumara[128].
La descripción
latina del cuadro de abajo del retrato destaca que Ratkaj fue de "Natione
Croata", es decir que fue croata. También debajo del retrato en el ya
mencionado libro de M. Bonbardi se dice, que Ratkaj fue "croata". En
el título de la segunda carta de Ratkaj, publicada en la obra de Stöcklein Der
Neue West-Bott se dice textualmente. "Ein ander Brief P. Joannis Ratkay, der
Gesellschaft Jesu Missionarii aus der Oesterreichischen Provinz, an E. P.
Nicolaum Avancinum, gedachter Societät in Oesterreich und Hungarn vorgesetzten
Provincil. Geschrieben in
Americanischien Landchaft New Mexico den 25, Hornung (febrero) 1881. Inhalt:
Reise- Beschreibung Patris Ratkay eines gebohrenen Frey-Herrn aus dem uralten
adelischen Geschlecht der Croatischen chemaligen Baronen, nunmesr aber Grafen
von Ratkay" (Otra carta del padre Juan Ratkaj, misionero de la Compañía de
Jesús de la provincia austríaca, dirigida a R. P. Nicolás Avancino, provincial
de dicha Compañía en Austro-Hungría. [La carta] Fue escrita en la localidad
americana de Nueva México el 25 de febrero de 1681. El contenido: Descripción
del viaje del padre Ratkaj, señor nacido libre, descendiente de una antigua
familia noble de barones croatas y actualmente conde Ratkaj)[129].
En consecuencia,
no existe duda alguna para esta fuente histórica que Ratkaj fue un noble
"de una muy antigua familia croata noble de ex barones y actualmente
condes Ratkaj". Resulta pues extraño que el historiador americano H. E.
Bolton lo llame en sus obras como "húngaro", es decir magyar. P. M.
Dunne hace lo mismo en su obra Early Jesuit Missions in Tarahumara. En su otra
obra --por cierto una obra, muy buena, referente a la Baja California-- Black
Robes in Lower California, Dunne llama a Ratkaj en la pág. 239 "Bohemian
Noblemann" --un noble checo--, mientras en la página 304 de la misma obra
dice "the Hungarian Ratkay". Estas afirmaciones resultan ridículas.
Ejemplos de esta clase también en otras obras de estos dos historiadores
americanos y de algunos de sus compatriotas al referirse a los dos misioneros
croatas --Ratkaj y Konscak--. Si hubiera por lo menos leído el título de la
segunda carta de Ratkaj en Der Neue Welt-Bott, se habrían enterado que Ratkaj
fue croata. Los dos afirman así sin leer ésta ni las otras obras ni documentos
europeos y mexicanos, de donde se desprende con certeza que Ratkaj era croata.
Y la ya mencionada obra mexicana de G. Decorme sobre la actividad de los
jesuitas en México, en la página 410 se dice que Ratkaj era "croata".
En las seis
cartas que últimamente he recibido, basadas en archivos jesuitas en Roma,
siempre se repite y de acuerdo a los demás documentos existentes allí, que,
Ratkaj era croata. Por lo demás, tantos siglos después de su muerte, hoy
todavía sobrevive en su ex misión Carichic (hoy Carichí) el recuerdo y memoria
de que Ratkaj era croata. En el mes de enero de 1967 escribí una carta a la
misión de Patkaj, de la cual recibí la contestación con fecha 15 de febrero de
1967. La misma está firmada por el rev. prefecto Arellano, S. J. rev. padre
Arellano dice que Ratkaj fue un gran misionero de Tarahumara y que era de
Croatia (sic)". Actualmente, en la ciudad Carichí se halla la sede del
Vicariato Apostólico para Tarahumara y en la misma misión de Ratkaj está el
"Seminario Menor de San José". El trabajo de Ratkaj, Piccolo y
Neumann ha dado su fruto y sus sacrificios no fueron en vano.
El deseo de
Ratkaj de convertirse en misionero americano y allí ofrendar su vida, se ha
cumplido. Pero, lástima que este hombre joven, docto y noble de una destacada
familia croata, muriera tan tempranamente. Pero a pesar de estos años escasos
de trabajo en México, Ratkaj ocupa un lugar importante en la historia escrita
sobre la actividad de los pioneros europeos en aquella parte del mundo
americano. Prescindiendo de que la labor de Ratkaj se
desarrolló en la región que hoy pertenece a México, Bolton y Dunne como también
otros historiadores americanos lo consideran como a un importante pionero que
con sus contemporáneos aportó muchísimo para la penetración ulterior de la
civilización en el sudoeste y oeste americanos. Esas misiones tarahumaras
fueron eslabones en la cadena de las misiones y poblaciones que se unirán, a
través de Sonora y Sinaloa con la California inferior y, más tarde, también con
la superior, es decir con la actual California norteamericana. Estos jesuitas
sacrificados, en cuyas venas corría sangre europea, trazaron el camino para los
misioneros y pioneros que más tarde abrieron la ruta hacia la península y luego
hacia las localidades que hoy conocemos como Los Ángeles y San Francisco.
En síntesis: Juan
Ratkaj, S.J., es una contribución croata a la América latina como también a la
América del Norte, una víctima nuestra para la civilización y la cultura
latinas, uno de los más tempranos emigrantes y pioneros croatas en el
continente americano. Consideramos digno reconocerle sus méritos en nuestro
nombre y el del ambiente cultural de ambas Américas.
Pronunciado el 24
de noviembre de 1918 antes del viaje de una delegación autoelegida para
proclamar la unión de Croacia con Servia
"Sin pueblo
no hay autoridad valedera ni justificada..."
"Señores:
Como ven, aquí no
hay público en las galerías, no hay taquígrafos como tampoco secretario de
actas. Resulta por eso muy claro que no voy a hablar para hacer simple
publicidad, como alguien podría pensar. Debo destacar también que no abrigo la
esperanza de hacerles desistir a ustedes de vuestra decisión y convencerles de
aceptar la mía. Estoy completamente de acuerdo con el diputado Hrvoj que dijo
saber de antemano que su explicación sería vana. Hablo, en consecuencia, para
cumplir con mi deber y ejercer un derecho que que pertenece y, especialmente
para hacer un llamado a sus conciencias. De esta manera nadie podrá alegar que
no se les advirtiera el abismo en que quieren precipitar a todo el pueblo, en
especial al croata.
Por este recinto
ha desfilado una larga serie de oradores. Pero, ¡qué milagro!, todos hablaron,
excepto el diputado Hrvoj, como si no estuvieran en el Sabor croata, como si
este no fuese el centro -yo diría el santuario- de defensa croata, en donde a
través de los siglos se oyó la palabra audaz y sabia en pro de equidad y el
derecho en busca de un futuro mejor para el pueblo croata y los demás pueblos
eslavos. No sólo ninguno de los oradores se acordó de Croacia y los croatas,
sino que parecieron competir en su afán por perjudicar y hasta destruir a
Croacia; en la búsqueda también de primero oprimir y después pisotear a
nosotros los croatas. Pero el error más grave -pecado imperdonable- consiste en
el hecho de que ninguno de los mencionados oradores parece haber aprendido nada
de esta guerra, como si nada supiesen de su pueblo y, por eso, dijeron
justamente lo contrario de lo que el pueblo quiere y necesita.
Señores: Ustedes
tienen la boca llena de palabras: "la unidad nacional", "un
estado único y unitario", "un reino bajo la dinastía de
Karageorgevich". Ustedes creen que basta decir que nosotros los croatas, los
servios y los eslovenos somos un solo pueblo por hablar el mismo idioma y que
por eso deberíamos formar también un Estado unitario y centralista y, además,
que un reino y solamente un reino bajo la dinastía de Karageorgevich nos
podrían salvar y hacernos felices.
En cuanto a la
unidad lingüística, todos nosotros los eslavos somos en realidad un solo
pueblo. Preguntad a los centenares de miles de nuestros soldados y prisioneros,
que pasaron por Galizia, Ucrania, Polonia, Rusia, Dobrudja, Eslovaquia o Servia.
Todos les van a contestar que en los países mencionados vive o, todavía mejor,
sufre un único pueblo eslavo. Pero ustedes no quieren oír nada de eslavismo ni,
incluso, de un verdadero yugoslavismo. Ustedes están obsesionados por una
extraña sigla SHS que nada dice a nuestro corazón o a nuestra razón, y se
sorprenden de que los italianos califiquen a esta sigla como una especie de
comida. ¿Existe, quizás, un ejemplo en la historia
donde el nombre de una nacionalidad se escribe con una abreviatura enigmática.
Se puede, eso sí, abreviar la denominación de una profesión, de un oficio, de
un partido, de una organización o incluso de un Estado, pero el nombre de una
nación no se abrevia como tampoco se abrevia el apellido de una persona y,
especialmente, de todo un pueblo y de manera tan poco sincera. SHS significó
primero: eslovenos, croatas y servios, actualmente significa: servios, croatas
y eslovenos. Y mañana ¿qué significará?
Señores: Toda la
labor que desempeñan en el Consejo Nacional no es ni democrática, ni
constitucional, como tampoco es justa ni cuerda.
Ustedes no son
demócratas de ninguna clase, porque nada les interesa lo que hizo esta tremenda
guerra de nuestro pueblo, especialmente del pueblo croata. Todo el pueblo
croata, el campesino en especial, odia desde sus más profundas entrañas al
militarismo en forma casi indescriptible. Pero ustedes se interesan tan sólo
por la opinión y la, convicción del pueblo que, incluso, están hablando, de
cobardía y miedo, porque el pueblo no quiere incorporarse al ejército. Ustedes
no, quieren creer que nuestro campesino permaneció adormecido sólo hasta hace
muy poco en que la guerra, lo sacudió y despertó haciéndole hombre.
Ustedes no
comprenden qué grande debe ser el coraje y sabiduría de los cien mil o más campesinos
croatas que uno tras otro abandonaron el frente sin querer volver a él,
mientras unos huyeron a los bosques y otros emplearon todos los medios -el
dinero, la amistad o la astucia- para no exponer su propia piel en la
pretendida defensa del rey y de la patria, obedeciendo al comando extranjero.
Ustedes, señores,
no dan oídos al hecho de que el campesino, especialmente el campesino croata,
no quiere saber nada de rey o de zar, como tampoco del Estado, ese Estado que
se le impone por la fuerza. Nuestro campesino está tan maduro que sabe en
cualquier lugar en que se encuentre, que el Estado y la patria radican en la
justicia, la libertad, el bienestar y la cultura. Cuando ustedes lo están
apaleando por intermedio de la gendarmería y obligando por la fuerza a que nos
supuestamente defienda de los italianos, él dice, o por lo menos piensa, que
ustedes son iguales que los opresores húngaros o alemanes. Pero, ¿por qué?
Simplemente porque todo hombre entiende lo que les explicó esta mañana el
diputado Hrvoj al decir: "O Italia tiene de su lado a toda la Entente, y
entonces nosotros solos no podemos defendernos; o Italia procede por su propia
cuenta, caso en que nosotros venceremos de ella sobre la base de nuestro
derecho. En ningún caso nos salvará un Estado unitario o alguien otro".
Ustedes saben
bien, señores, que ni Italia ni la Entente procederán de acuerdo a la voluntad
de Belgrado. Ustedes saben muy bien que allí donde no vale el derecho de un
pueblo entero, tampoco ayudará la influencia de un gobierno o de una persona.
Y a pesar de que
saben todo esto, están diciendo voluntaria y conscientemente la mentira de que
nuestro pueblo corre grave peligro si inmediatamente y a la mayor brevedad no
acepta un reino centralista, un gobierno monárquico centralista. Están
asustando a nuestro pueblo y creen al mismo tiempo poder atraerlo a la política
de ustedes. Posiblemente lo conseguirán, no lo sé, con los eslovenos;
posiblemente por un tiempo también con los servios, pero sé, con seguridad, que
con los croatas no lo lograrán y no lo lograrán porque todo el pueblo campesino
está contra vuestro centralismo, como también contra el militarismo y al mismo
tiempo anhela una república y un compromiso con el pueblo servio. Si quieren
imponer por la fuerza el centralismo, sepan lo que sucederá: Nosotros los
croatas vamos a decir clara y sinceramente: bien, si los servios desean tener
un Estado y gobierno centralista, que Dios los bendiga, pero nosotros no
queremos otro tipo de organización estatal que una república federal.
Señores, yo he
explicado repetidas veces en las reuniones de esta Comisión Central que la
guerra convirtió a nuestros campesinos en republicanos y que era falso pensar
que por eso yo sea responsable y de haberlos inducido por esa senda. Ya les
explique con toda sinceridad que yo mismo fui sorprendido -agradablemente se
entiende- cuando en la primera sesión de la Comisión del Comité Central (en
tiempo de guerra) efectuado el 27 de julio de 1918 advertí que todos los
campesinos estaban decididos entusiastamente inclinados por la república,
saludándome ya antes de la sesión con vivas para el primer republicano,
refiriéndose evidentemente a mi reciente discurso en el Sabor (dieta croata) en
que intentaba demostrar -y lo demostré- que la Constitución croata del Banato
es en efecto republicana, que el Banato de Croacia es lo mismo que la Croacia
republicana y el ban croata, en sentido estricto, un verdadero presidente de la
república.
Pero ustedes no
dieron crédito a esto, como tampoco lo creen ahora. Y es así porque para
ustedes la democracia es una palabra hueca; porque ni en el sueño les viene a
la mente el vivir de acuerdo con el sentido de esta palabra, palabra, que
indica la necesidad en toda ocasión y todo asunto de importancia el consultar
al pueblo y que toda la vida de la comunidad estatal debe regirse de acuerdo
con la voluntad de la mayoría, campesina, y en ningún caso de acuerdo al
arbitrio de una minoría señorial insignificante.
Señores: Por ser
ustedes demócratas sólo de nombre, es lógico que no actúan constitucionalmente,
es decir, que no les interesan las leyes de ninguna clase, ni reglamentos, ni
costumbres, sino que proceden violenta y arbitrariamente. Esta reunión de hoy
es una prueba cabal que no les interesa la constitucionalidad, es decir, la
forma más elemental y decente en que debe escucharse al pueblo.
Por ello ustedes
no han convocado al íntegro Comité Nacional, sino solamente a esta Comisión,
sabiendo bien que tampoco el Consejo Nacional representa al pueblo, porque no
fue elegido por el pueblo; pero aquí están representados por lo menos todos los
partidos y grupos y, lógicamente, aquí debería estar también el público; en su
presencia no puede darse la arbitrariedad ni la prepotencia, oligárquicas.
Les pregunto, en
consecuencia. ¿Por qué no han convocado al Comité Nacional en pleno, tratándose
de un asunto de tal trascendencia? Porque ustedes saben que están actuando mal
y que esto se pondría en evidencia si se deliberara públicamente y en un
círculo más amplio. Pero, ¡qué enorme es la falta que cometen contra la
constitucionalidad, ya que ustedes pasan por sobre nuestro Sabor estatal! Sobre
esto habló bien y en forma irrefutable el diputado Hrvoj. Y yo no quiero
repetir lo mismo, pero les advierto que están equivocados si piensan que es
posible pasar por alto tan arbitrariamente más de mil años de la historia
croata, y de la vida estatal del pueblo croata.
Ustedes no
aprecian esta historia y esta vida estatal porque, presuntamente, nosotros los
croatas hemos vivido bajo el poder extranjero y esta historia sería,
presuntamente, una historia extranjera. Mas no tienen razón, porque intencional
y conscientemente no quieren reconocer que nosotros los croatas -especialmente
los que somos de izquierda- luchábamos sin cesar contra este poder extranjero y
que en esta lucha supimos imponernos de tal manera como para que el extranjero
nunca pudiera sentirse verdadera y totalmente dueño de Croacia.
Esto es una cosa.
La otra es que ustedes como hombres cultos saben que la historia -mil años de
historia-, tiene también su valor moral, sin consideraciones de carácter
político. Al hombre que olvida todo lo que vivió y que no se acuerda de su
pasado lo tenemos por demente y decimos que ha sufrido una alteración mental.
El pueblo croata no desea ser tal enfermo mental y no quiere olvidarse de su
pasado, tanto menos porque para ello no hay ninguna razón. Bien, ustedes
invocan el ejemplo de nuestros hermanos checos. Lean los mensajes de su líder
Masaryk -quien por otra parte escribió mucho contra el derecho histórico- y
verán que él también, con insistencia, acentúa el derecho estatal checo, las
fronteras históricas checas, como también la herencia milenaria política y
cultural checa.
Ustedes, sus
antecesores y los partidos políticos que representan, están actualmente
repudiando todo lo que hasta ayer han afirmado en sus discursos y sus escritos.
Voy a mencionar
en primer término a los eslovenos. Han sido los que pusieron el grito al cielo,
espontáneamente y por sí solos, de que eran una sola alma con los croatas y que
querían unirse con nosotros sobre la base de nuestro derecho a un Estado. En
esto todos fueron unánimes, tanto los clericales -como el Dr. Sustercic, el Dr.
Krek, el Dr. Korosec, como los liberales, el Dr. Tavcar, Triller, Hribar y
también los radicales-. En este sentido escribieron todos ellos en sus diarios,
se firmó la Declaración de Mayo (30 de mayo de 1918) y, lo que es esencial,
hablaron a su pueblo de que ésta era la única salvación. Justamente, por todo
esto -la unión nacional y estatal de los eslovenos y los croatas- ustedes
merecieron la confianza del pueblo y así han llegado también aquí.
Pero van a decir:
Bien, nosotros no sólo mantenemos esta idea, sino que deseamos extender la
unidad nacional y estatal de los eslovenos y los croatas a los servios. Se
puede bien decir, pero ¿ustedes han recibido de su pueblo la autorización y el
consentimiento para esta clase de ampliación? No. No lo han consultado con su
pueblo y tampoco tienen la intención de hacerlo, ya que alegan simplemente que el
pueblo esloveno quiere lo que ustedes están proponiendo aquí, es decir, una
clase de unión nacional y estatal con Servia en virtud de la cual en Belgrado
quedará el gobierno y toda la administración, mientras Zagreb y Lubiana no
estarán a su nivel, sino bajo su poder.
Pero yo les digo
sin rodeos que eso no es verdad y, además que, hasta hace cuatro días atrás,
ustedes mismos han dicho que esto no era verdad. Hace cuatro días solamente el
Dr. Remac declaró, en la sesión de esta Comisión, que estaba en total acuerdo
con Radic y que los eslovenos eran todos republicanos.
Cuando el señor
Svetozar Pribicevic reaccionó enérgicamente con las palabras: "Aquí está
también el Dr. Kramer, y él y su partido no son republicanos", se levantó
el Dr. Remac, diputado del partido Popular Panesloveno, recalcando que
declaraba "en nombre de nueve décimas partes del pueblo esloveno que todos
eran republicanos". A pesar de que los eslovenos saben esto muy bien,
ustedes no obstante, voluntaria y conscientemente, contra la voluntad de su
pueblo, es decir, en forma completamente anticonstitucional, proponen la unión
estatal centralista con la Servia monárquica. Pero ¡qué puedo decir de ustedes,
señores dálmatas! La totalidad de la historia política de Dalmacia durante
cinco siglos -desde el VII al XII- es la historia puramente croata. A Dalmacia,
por aquel entonces, la formaban un par de ciudades e islas, como lo saben
todos, pero la Dalmacia de hoy y además todo hasta el río Kupa era la Croacia
más auténtica.
Ustedes dirán:
¡Deja esta vieja historia! Pero, miren, el los últimos 50 años los croatas de
Dalmacia no ansían políticamente otra cosa que su reunión con la Croacia del
ban en un Estado único y unitario. Y ahora, cuando se les ofrece la oportunidad
de realizar este programa nacional dalmato-croata, ustedes, señores, deciden,
sin la voluntad de pueblo, en contra de él, separarse de Croacia y sin
consultar a sus representados quieren ir bajo el poder de Belgrado y en una
unión centralista estatal con Servia. Además, se han vuelto tan
anticonstitucionalistas, que tampoco tienen la intención de consultar a su
pueblo, con la intención de imponerle lisa y llanamente la unión con Servia.
Señores servios,
voivodianos, ustedes también han olvidado el programa y los anhelos de su líder
Svetozar Miletic: Trojednica nasa uzdanica - Unidad de tres, luego de dos, y
por fin de ninguno.
Lo mismo vale
para los representantes de Bosnia. Uno de sus líderes, el Dr. Alaupovic dijo:
Ustedes, los croatas, como si quisiera manifestar claramente que él era croata.
Todos ustedes están renegando de sus anteriores promesas, de los votos públicos
ante el pueblo, todo lo que habían hablado o escrito, tratando de crear algo
sobre lo que no dijeron antes al pueblo una sola palabra...
Ya sé lo que me
van a decir: Llegó el gran momento, cuando ya podemos realizar lo que vinimos
soñando durante siglos y con lo que era prohibido soñar bajo el poder -y si
ustedes prefieren, la esclavitud- del extranjero.
Bien. Pero ¿qué
era lo que estaba prohibido soñar? Entre los servios sí es verdad lo que dicen
ustedes, los servios, que Servia debería agrandarse, gloriosa; que el rey Pedro
debería coronarse como zar, renovando el imperio de Dusan. El pueblo servio no
tiene otra idea -de acuerdo a la opinión de usted-. Pero, según mis propias
informaciones, también en Servia la mayoría es republicana, mas aquí no están
los hermanos de Servia, y ustedes los servios de Croacia, de Hungría y de
Bosnia, son todos partidarios de Dusan, todos entusiastas de un gran Estado
servio, de un fuerte y glorioso imperio, seguidores de las ideas de Kosovo, de
los nueve Jugovici, de Marcos Kraljevic, etc. Nosotros, los croatas, no.
Nuestro campesino croata -las nueve décimas partes del pueblo croata- durante
la guerra se convirtió en un hombre íntegro y completo, lo que quiere decir que
no desean servir más a nadie, trabajar para nadie, ni para el extranjero, ni
para el hermano, ni por el Estado propio ni ajeno, pero sí quiere que en estos
tiempos tan trascendentales el Estado se organice sobre una base libre,
republicana y justa, es decir, sobre una base humana (social). ¡Así es!
Ustedes, un puñado de hombres están oponiéndose a todo un pueblo. Oponiéndose
al libre deseo republicano y a esta justa causa humana, como también a la
voluntad, a la necesidad de todo el pueblo -especialmente del pueblo croata en
nombre del cual estoy hablando-. Ustedes piensan ni por un instante la
injusticia -y sin deseo de ofender-, la locura que están cometiendo.
Es una tremenda
injusticia, y para ustedes no tiene ningún valor el torrente de sangre -ustedes
mismos dicen de sangre heroica- de los mártires servios, croatas y eslovenos,
pues afirman que dicha sangre se derramó por el rey Pedro y por un nuevo y
grande reinado. Para ustedes no tienen ningún significado las lágrimas, los
rezos y los suspiros de todas nuestras madres, esposas e hijas. Ustedes están
hablando que las lágrimas deben ser las joyas de la corona del rey Pedro y los
fulgurantes rayos de una supuesta gloria o grandeza reales.
Ustedes no tienen
ni la menor idea -o no la quieren tener- de que todo nuestro pueblo,
especialmente el pueblo croata desea, quiere y exige que su sangre derramada le
traiga una justicia afectiva y auténtica, republicana como la sintieron muchos
de nuestros hombres en América, y aquellos innumerables e inocentes lágrimas
para que le aseguren la justicia por la cual están luchando y que conseguirán
sus hermanos campesinos en Rusia. (Aquí, evidentemente se equivocó, dando fe al
bolchevismo en este sentido en el momento inicial de su instalación en Rusia
soviética. N. de R.).
Por su extremada
injusticia, ustedes tampoco demuestran ser prudentes.
Acaban de leer un
telegrama de aquellos ministros servios que ya se hallan en Belgrado. Esos ministros
dicen muy acertadamente que están listos para reunirse y discutir con los
delegados del Comité Nacional y, en lo que hallen de común, lo presentarían
para su aprobación al parlamento servio, mientras nuestros delegados al Comité
Nacional y, en lo que atañe en forma especial al pueblo croata, lo presentarían
para aprobación al Sabor estatal croata.
Todo esto no les
basta a ustedes. Tienen apuro para imponer su poder cuanto antes al pueblo
entero, especialmente en Croacia. No se dan cuenta ni por un momento que es una
locura y contra toda razón obrar contra el pueblo. No han aprendido nada con la
caída de Titza ni de Wilhelm. Ustedes se han convertido en Comité Nacional por
una presunta revolución, pensando que este Comité Nacional se convierta en una
nueva "su majestad", pero yo les digo lo que ya varias veces he
repetido: que sin pueblo no hay autoridad estable ni justificada.
Ya sé bien que
piensan no solamente ser parte del pueblo sino que también son sus
representantes. Mas yo comprobé que no es verdad. Todo
el pueblo croata está por la libertad republicana y la justicia social
(humana); ustedes por un burocratismo fracasado, por un egoísmo señorial y por
el pillaje. Ustedes no pertenecen más al pueblo y tampoco lo representan.
Por eso de su plan
no resultará nada bueno. Irán a Belgrado, crearán un Estado unitario
(centralista) sin el pueblo croata y contra su voluntad, y después gobernarán
sin miedo y vergüenza sobre la base de las viejas y malas leyes austríacas y
húngaras, y por intermedio de los viejos, sumisos y corrompidos empleados.
Quizás, gobernarán sin ninguna clase de leyes, apoyándose exclusivamente en la
fuerza y la arbitrariedad. El pueblo descubrirá que ustedes no son de los suyos
y por eso no estará con ustedes. Por donde quiera que lo llame, no le hará caso
y nunca les van a dar su confianza ni con su libre voluntad aprobará el engaño
y el terror. En el supuesto caso que ustedes lograsen y la Entente no fuese lo
suficiente prudente y les ayudase, ni en tal circunstancia el pueblo estará con
ustedes. Apenas se realicen las primeras elecciones, de cualquier clase que
fueren, para la asamblea constituyente o por el parlamento ordinario, el pueblo
no elegirá más a tales personas que pisotearon todas sus promesas y todos sus
programas y que le impusieron sin consultárselo, la violencia, la injusticia, y
el pillaje de antaño. El pueblo eligirá solamente a los campesinos de pala y
arado y, de los señores, solamente a aquellos que en este momento más difícil
aceptaron como suya la opinión del pueblo, es decir la libertad republicana y
la justicia social. Yo, a quien ustedes excluyen y arrojan de mi lado,
amenazándole la vida, yo, si Dios quiere, estaré como pez en el agua no sólo
entre los campesinos croatas sino también entre los de Eslovenia y de Servia.
Señores:
Terminaré hablando sobre la idea de la que ustedes están hablando tanto y tan
poco piensan y aprecian, de la unidad nacional. Entre ustedes hay unos que
saben bien que yo defendía nuestra unidad nacional -unidad de todos los eslavos,
del sur, especialmente de los croatas y los servios- en aquel tiempo hace ya 20
años, cuando nos jugábamos la vida y nos exponíamos al peligro de encontrarnos
encerrados. Hay muchos que saben muy bien esto, pues yo en el mes de septiembre
de 1902 expuse mi vida, la de mi esposa y la de mis hijos levantando
públicamente la voz contra la destrucción de bienes servios en Zagreb, que se
sintió ofendida y amargada, y por aquella inconcebible ofensa servia, escrita
en la "Gazeta Literaria" servia y reeditada en el periódico servio
"Srbobran" en Zagreb, de que nuestra lucha recíproca debe prolongarse
hasta la "exterminación" de unos u otros. Yo, desde aquel momento,
profundicé y amplié la idea de nuestra unidad nacional. La amplié abrazando a
todos los eslavos y la profundicé de tal manera que les digo ahora, después de
esta tremenda guerra y antes de que sea demasiado tarde.
Señores: No se
conformen con palabras huecas sobre la unidad nacional. No digan ni escriban
que nuestro idioma común es suficiente y fuerte ligazón para nuestro pueblo.
Entiendan una vez por siempre que la nacionalidad es algo mucho más profundo y
más amplio que el mismo idioma popular. Entiendan que la nacionalidad vale,
especialmente después de esta guerra, en que participaran millones de
campesinos y burgueses en el frente de guerra y en el del trabajo en casa, que
desde ahora la nacionalidad vale solamente tanto por cuanto defienda y
desarrolle la humanidad, es decir, solamente tanto, por cuanto por su
nacionalidad crean más y marchan más de acuerdo. Entiendan, por fin, que una
vez por siempre desapareció el poder señorial militarista, del capitalismo, la
burocracia y el clericalismo.
Nuestro pueblo no
quiere oír especialmente de militarismo y burocracia, de violencia y
arbitrariedad burocrática. El pueblo entero, especialmente nuestro pueblo
croata, desea, pide, quiere, y exige para que cada uno sienta la nueva libertad
y justicia en sí, en su hogar, en su aldea, en su comuna y en su región. Para
que sea así, debe eliminarse enseguida a todos los viejos burócratas
arbitrarios, todas las leyes y decretos nefastos; además, se debe hace posible
para que el pueblo gobierne por sí mismo. Si ustedes no le dan esta oportunidad
y no le reconocen este derecho, el pueblo se dará a sí mismo esta oportunidad y
derecho sin ustedes y contra ustedes.
Señores:
¡Todavía no es
demasiado tarde! ¡No se precipiten como los corderos de la fábula al mar! No
formen un gobierno unitario con el reino de Servia, ya que no hay nadie y nada
aquí que lo aconseje, excepto un telegrama en que se propone una cosa
completamente diferente de lo que están haciendo. No procedan así, pues se
podría decir más tarde que ustedes, los eslovenos, los servios de Voivodina y
de Bosnia, los croatas de Dalmacia y, sobre todo los servios de Croacia, que
todos ustedes se habían reunido hoy aquí únicamente para hacer una
confabulación contra el pueblo, especialmente contra Croacia y el pueblo
croata. Entiendan, por lo menos, que este asunto es tan importante y de tal
trascendencia para que se convocara al Comité Nacional pleno y, lógicamente, al
Sabor croata. En efecto, de acuerdo con la decisión de ustedes, han acordado
enviar inmediatamente a 26 delegados de la Comisión Central a Belgrado, y por
no tener más miembros esta Comisión, resulta evidente que todos van a decir que
la Comisión se delegó a sí misma, se autorizó a sí misma, para proclamar un
gobierno común con el reino de Servia, a pesar de que esta Comisión,
evidentemente, no tiene ni autorización ni derecho alguno al respecto.
Señores: Todo el
mundo reconoce el derecho de autodeterminación. Nosotros tenemos que agradecer
a este derecho nuestra liberación. Este derecho de autodeterminación
corresponde a cada uno de nuestros pueblos en el sentido internacional -a los
eslovenos, los croatas y los servios- al determinarse las fronteras estatales
son otros pueblos, pero este derecho pertenece en conjunto a nuestros tres
pueblos, especialmente a nosotros, los croatas de Croacia, sea en cuanto a la
fundación o la organización del Estado común.
Nosotros somos
tres hermanos: el croata, el esloveno y el servio, pero no somos uno. Hay que
preguntar a cada uno de los hermanos. No hay aquí servios de Servia, y cómo
nosotros los croatas estamos representados, todos lo saben. Nadie ni nada los apura,
salvo el cargo de conciencia que los obliga a terminar cuanto antes con el
asunto ya que saben bien que el pueblo croata no lo va a aprobar.
Señores: La cosa
más horrible, el pecado más grave y el error político más grande es poner a su
propio pueblo ante los hechos consumados, es decir, hacer una política de
acuerdo con su propia arbitrariedad señorial sin el pueblo y contra él. Si esto
llega a suceder, que Dios les permita vivir lo suficiente -y eso no durará
mucho- para que puedan ver cómo el pueblo croata, en su conciencia republicana
y humanitaria, a rechazarlos en el momento que ustedes crean que se resignaba y
sometía. ¡Viva la república! ¡Viva Croacia!
(Traducido por
F.N.)
Con motivo de
cumplirse el primer centenario del nacimiento de este gran tribuno popular,
líder de los campesinos y la unidad nacional croata, reproducimos íntegramente
este su discurso de tanta intuición política y el espíritu auténticamente
democrático. Inclinamos nuestras cabezas ante el martirio de este gran croata,
que sacrificó, su vida por un mejor futuro de Croacia y de sus hijos. Si se
hubiera prestado atención a sus ideas democráticas, otra sería actualmente la
realidad en aquella parte del mundo y, especialmente, de su pueblo croata que
está "expiando" pecados de algunos de sus hombres políticos que no
habían entendido la "hora de los pueblos".
La Redacción de
S.C.
"Matica
Hrvatska" toma la posición, frente al caso de Ivo Andric
Belgrado, 23 de
noviembre de 1970.
"La Asamblea
general de la "Matica Hrvatska", una federación cultural croata, si
podemos decirlo así, nos dio el domingo ppdo. una
clara imagen del inquieto sentimiento de autoconciencia de la inteligentzia croata.
La "Matica", una organización rica en tradición, no es una
organización para charlas culturales y sociales sino un ente representativo de
la inteligentzia nacional croata consciente y su abogado también ante las
autoridades políticas.
Durante largos
años después de la guerra, cuando la conducción partidaria croata aceptaba, a
la verdad contra su voluntad, pero silenciosamente, la política
granservia-unitarista de Belgrado, "Matica" fue la única voz croata
que se oponía a la alienación de su idioma e historiografía, como también de
toda la cultura de su pueblo.
Cuando en la
primavera de 1967 todos los que tenían nombre e importancia en la literatura y
lingüística croatas sostenían la independencia del idioma croata y reclamaban
en la ya famosa "Declaración" su nombre croata, el Comité Central de
Zagreb tuvo que unirse a la campaña política que Belgrado empezó contra los
hombres más prominentes de "Matica". Mientras tanto, los mismos
funcionarios del partido croata ahora denominan su idioma no más croata-servio
sino solamente croata. El domingo, el presidente saliente de "Matica"
celebró la "Declaración": ella produjo un efecto positivo. El
documento por primera vez llamó la atención de que el idioma croata estaba
tratándose como el idioma de un pueblo sometido.
Las consecuencias
de la "Declaración" llegan aún más lejos. "Matica", en su
Asamblea General, suspendió oficial y definitivamente la colaboración croata en
el trabajo común que se realizaba para el "Diccionario del idioma
literaria servio-croata" y sostuvo que ahora debía aparecer el propio diccionario
croata. El diccionario común que se estaba editando por la "Matica"
croata y la servia, se convirtió en causa de discordia entre los especialista
literarios y lingüísticos de las dos naciones. La parte croata encontró su
idioma marginado y falseado.
En el afán de
romper con todos los tabúes nacionales, "Matica" se ocupó también de
la orientación nacional del escritor Ivo Andric. Su nombre fue mencionado l
referirse uno de los socios destacados de "Matica" a una camarilla de
oportunistas que se formó en el siglo pasado en la Croacia del período
austro-húngaro y que más tarde se apartó por completo de su pueblo "Se han
separado de nosotros y el pueblo vivirá sin ellos". Estas palabras
provocarán disgusto en todo el país, incluso en una parte de la inteligentzia
croata, porque Ivo Andric es una de las comunas del orgullo común
yugoeslavo". (El autor se equivoca, evidentemente, en cuanto a un supuesto
orgullo común yugoeslavo. Tal clase de sentimiento, dicho simplemente, no
existe - Obs. de la R. de S.C.).
"Aunque, no
obstante, fueron pronunciadas, esas palabras pueden sorprender sólo a aquel
quien desconoce cuánto duele a muchos croatas la transición de Ivo Andric al
ambiente cultural servio. El escritor, como hijo de padres croatas, nacido en
la pequeña ciudad de Bosnia -Travnik- y donde frecuentó la escuela de los
franciscanos croatas (en realidad de jesuitas. - Obs. de
la R. de S.C.), se unió, después de la primera guerra mundial, también
idiomáticamente, el círculo cultural de Belgrado. Diplomático de carrera, se
convirtió en "yugoeslavo", lo que naturalmente significa la
separación de su origen croata, pues el yugoeslavismo conduce al grupo servio.
Ningún croata niega seriamente que Ivo Andric ha merecido el premio Nobel, pero
muchos están amargados por no habérsele concedido dicho premio también a su
mejor escrito: Miroslav Krleza".
(El artículo
aparecido en "Frankfurter Allegemaine Zeitung" del 24 de noviembre de
1970, firmado por Georg Reismüller).
Versión
castellana: F.N.
El 29 de marzo
ppdo., S.S. el Papa Paulo VI recibió al mariscal Tito, presidente de la
Yugoslavia comunista, en audiencia solemne con todo el ceremonial protocolar
reservado a soberanos. Con tal motivo fueron distribuidos volantes de protesta
en la plaza de San Pedro del Vaticano, tildando al mariscal de "uno de los
peores tiranos de nuestra época". Sabemos que por el mismo motivo llegó
gran cantidad de protestas de los croatas radicados en el mundo libre. El
Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires envió también una
misiva al Sumo Pontífice. En el próximo número de Studia Croatica publicaremos
el texto de la misma y trataremos en forma más extensa este gesto de la
diplomacia vaticana, visto a través de las relaciones milenarias entre la Santa
Sede y el pueblo croata. Desde ya lamentamos tener que manifestar nuestra
disconformidad con ese acto diplomático que tanta confusión y desconcierto está
suscitando entre los feligreses en general y entre, los croatas católicos en
especial. El mismo Pontífice que hace un año elevó a la dignidad de santo
mártir croata Nicolás Tavelic, ahora recibe solemnemente a Tito, verdadero
verdugo del cardenal Stepinac y el comunista excomulgado expresamente en
momento del "proceso infame" contra el dignatario mencionado,
"imagen del Buen Pastor", como lo llamó el Papa Juan XXIII. Confunde
sumamente el hecho de que el mismo foro -personal e institucional- dispense un
trato plausible y formule expresiones laudatorias a la víctima y su victimario.
El gran diario
argentino "Clarín" del 16 de febrero ppdo. publicó
un extenso artículo sobre un sabio croata, el jesuita R. Boskovic. Destacando
sus méritos de científico y de filósofo, el distinguido diario reconoce la
verdadera nacionalidad -la croata de Boskovic-. Los propagandistas servios
habían proclamado falsamente su nacionalidad servia. El Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura y la revista "Studia Croatica" se
atribuyen parte del mérito de dicha rectificación histórica. Bajo la propaganda
servia, los señores Louis Pauwels y Jacques Bergier, en su libro "El
Retorno de los Brujos" afirma también la nacionalidad de Boskovic como
servia. Después de un cambio de correspondencia sobre el asunto entre el
Instituto y la revista "Studia Croatica" y los mencionados señores,
el señor J. Bergier publicó en "Planeta", Nº 13 de 1966, un artículo
titulado: Un Mutante del Siglo XVII: Roger Boskovich, señalando varias veces su
origen nacional croata. Así, de acuerdo al renombre de la cultura intelectual
francesa, los mencionados autores corrigieron su error, de acuerdo a las
promesas que nos dieron y en concordancia con las investigaciones ulteriores
que les habíamos sugerido. ¡Desde aquí, en cuando podemos ver, empezó la
"recroatización" internacional de Boskovic, esfumándose una de las
mistificaciones balcánicas, inventadas por la fantasía poco altruista de
nuestros vecinos servios!
"The New
York Times" del 10 de febrero ppdo. imprimió un
artículo titulado: Croatian Nationalism Gets New Impetus (El nacionalismo
croata adquiere un nuevo ímpetu). El señor Alfred Friendly Jr. se refiere en
dicho artículo al actual conflicto nacional entre los croatas y los servios. El
prof. J. Juras expuso al corresponsal del rotativo newyorquino los elementos
esenciales del conflicto de carácter político, económico y cultural, expresando
su fe que los, croatas terminarían pronto con la hegemonía servia y que
tomarían su destino en manos propias.
"The New
York Times" del 21 de diciembre ppdo., dedica una nota de elogio a la
cantante croata Ruza Pospis de Baldani. Allen Hughes, firmante de la nota,
escribe también lo siguiente: "La voz de la señora Baldani se acomodó
perfectamente a la música del Orfeo y su canto "Che faró senza
Euridice" fue verdaderamente el punto culminante de la ejecución. El tono de
su voz fue rico e infundió el lamento con la intensidad emocionada". La
señora, Pospis Baldani y su compatriota Liliana Sukic cantaron en dicha
oportunidad (diciembre de 1970) las principales partes de la ópera "Orfeo
y Eurídice", ejecutada en el Metropolitan Opera House.
El gran diario de
Buenos Aires "La Nación" publicó en su edición del 16 de febrero
ppdo. el artículo "El rey ha muerto". Su
autor, el conocido periodista norteamericano C. L. Sulzberger, refiriéndose a
la muerte del ex rey yugoeslavo Pedro Karagueorgevich, describe con gran
realidad el ambiente servio que rodeaba a aqueIla dinastía balcánica y oscura,
de una manera muy apropiada. Sulzberger dice también: "Murió en una
atmósfera de misterio balcánico". Haciendo referencia a su testamento
lleno de errores históricos, indicando incluso el nombre de su ex esposa en
forma equivocada, el periodista norteamericano agrega: "La partida está
tan equivocada en otros aspectos que es discutible si el rey no sufrió con
anterioridad (es decir antes de su enfermedad que determinó su muerte - Ob. de
la R. de S. C.) cuando firmó su testamento la
"lesión cerebral crónica". La muerte y el sepelio produjeron una riña
muy oscura entre varias facciones servias, desinteresándose completamente la
emigración croata, eslovena o macedonia por ese asunto expresamente servio.
El diario alemán
de Buenos Aires "Freie Presse," del 14 de marzo de 1971 ha publicado
por segunda vez, su atención a nuestra revista Studia Croatica. De acuerdo al
espíritu alemán, asiduo y profundizador (die deutsche Gründlichkeit), la última
nota, más amplia de la que hemos publicado en el volumen 38-99 de S.C., no es
una registración de rutina, sino una reseña que denota que el señor J. v. K.
que la firma, había leído el número correspondiente 38-39) de nuestra revista,
objetivo principal de los esfuerzos de quienes la están editando. Las
observaciones del señor J. v. K. son acertadas. Nuestra Redacción agradece sus
elogios como también observación sobre la programación del material publicado que
hemos hecho de acuerdo a nuestro criterio, que no es familiar al autor de la
nota de "Freie Presse".
El vicepresidente
del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires -Juan Rojnica-
pronunció el 12 de enero del año en curso una conferencia, en el Rotary Club de
Olivos, provincia de Buenos Aires, sobre el valor de la libertad política. La
reunión del Rotary fue efectuada con motivo de los "juicios" de
Leningrado y de Burgos, respectivamente. El señor Rojnica, analizando estos dos
juicios, hizo también una comparación paralela entre la lucha croata por la
independencia y la del pueblo israelí por la independencia de su patria,
Israel. La numerosa concurrencia del mundo de los negocios y el intelectual
aplaudió vivamente al conferenciante croata.
"Croatia
Press, Review and New Bulletin", vol. XXIII, Nº 3 de 1970, que se publica en Nueva York, hizo
una reseña elogiosa del libro de Juan Rojnica "Susreti i Dozivljaji".
Se trata de un libro de vivencias personales del autor que abarca el lapso entre
1938-1945. Son las vivencias expresamente políticas siendo su autor uno de los
actores principales. Studia Croatica dio su opinión, también positiva,
en los números 36-37 de 1970, pág. 79-82. El autor de la reseña de
"Croatia Press" es su director el Ing. Carlos Mirth, quien dice entre
otras cosas: "Sobre el período de 1941-1945 se escribió hasta ahora desde
el punto de vista de los vencedores y en la forma parcial y propagandista. Sólo
ahora están haciéndose grandes esfuerzos para presentar los hechos con más
imparcialidad. Por parte de los que perdieron la guerra se ha escrito poco, lo
que parece lógico. Resulta, en consecuencia, incomprensible de que los que
pueden escribir sus memorias e incluso las podrían publicar sin demora, si es
que desean verlas publicadas en vida, nada hayan hecho en este sentido. La
importancia de las memorias de esta índole es evidente, debiendo enfocar muchos
acontecimientos desde otro ángulo. Rojnica ofreció un ejemplo al respecto y hay
que imitarlo".
El monseñor Dr.
K. Zoric, residente en Roma, el promotor de la canonización del primer santo
croata Nicolás Tavelic, visitó en diciembre ppdo. la
redacción de S. C. Después de las palabras de saludo, pronunciadas por el
presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, el ilustre huésped
conversó un largo rato con la Comisión Directiva del Instituto.
En el curso del
mes de abril (1971) los croatas residentes en el mundo libre celebraron el
trigésimo aniversario de la restauración de la independencia de Croacia. El Club
Cultural Croata-Argentino de Buenos Aires, agrupación de un considerable número
de los intelectuales croatas, organizó, por su parte, el día 10 de abril (fecha
exacta de la proclama de la Independencia) una cena de sus socios, oportunidad
en que el presidente de la entidad, el Dr. R. Latkovic, pronunció una alocución
que, por sus conceptos y expresiones, sobresalió de lo común que se acostumbra
decir en semejantes actos conmemorativos.
Gracias a las
circunstancias desfavorables en que se proclamó la independencia de Croacia
(cambio violento del cosmos europeo de Versalles), existen todavía ciertos
sectores de la opinión pública mundial que no quieren o no pueden ver la
realidad de que el pueblo croata en aquel momento manifestó su auténtica
voluntad nacional de liberarse de la opresión de Belgrado y vivir en la
libertad de acuerdo con el derecho de autodeterminación, universalmente
reconocido.
* * *
El 25 de enero de
1971, a los 64 años, murió en Zagreb y fue sepultado en el cementerio local
(Mirogoj) el publicista e historiador Sava M. Stedimlija. Nació cerca de
Podgarica (ahora Titograd), perteneciendo a una antigua familia montenegrina,
Markovic. Ya de joven se decidió por la profesión periodística, dedicándose
también, desde el comienzo con más asiduidad, al estudio del pasado histórico
de su tierra natal, Montenegro. En el periodismo croata apareció en 1928 y
precisamente en el periódico "Narodni Val" (La Ola del Pueblo),
condenando el asesinato organizado de los diputados nacionales croatas en el
parlamento de Belgrado.
Estudiando la
tradición popular, el idioma y las costumbres de los montenegrinos, S. M.
Stedimlija se convenció tempranamente de que los montenegrinos no eran servios,
por su fondo étnico, sino croatas.
Para poder
dilucidar este problema en forma más clara y más libre, Stedimlija se radicó en
Zagreb, utilizando las bien surtida biblioteca de la
Universidad y la Academia de Ciencias y Artes. Desde aquel entonces fue
colaborador de los periódicos croatas: "Obzor", "Jutarnji
List", "Hrvatski Dnevnik", "Hrvatski Narod", etc. De
sus trabajos del período entre 1930 y 1945 hay que mencionar los siguientes:
1) La Croacia
Rubra y sus rastros culturales, en "Jadranski Dnevnik", 31/1936; 2)
La Croacia Rubra, una obra editada por Matica Hrvatska, 1937; 3) El Croata -
baja Montenegrino, en "Obzor", 1937; 4) Los Rastros del Chakavismo en
Montenegro y Albania, en "Obzor" 20/I/1937; 5) El Desarrollo y
Crecimiento de la Croacia Rubra, "Jadranski Dnevnik", 4/1937; 6) El
Significado del Nacionalismo Montenegrino, en "Jadranski Dnevnik",
4/1937, 113, 12; 7) Por las Pautas del Pope (sacerdote) de Duclia, Zagreb; 8)
Los Croatas y el Nombre Croata en Constantinopla, en "Alma Mater
Croatica", 5/1942.
S. M. Stedimlija
era amigo y partidario del patriota y político montenegrino, el Dr. Sekula
Drljevic. Junto con él se retiró en 1945 hacia occidente, pero en el viaje fue
capturado por los rusos y enviado a Siberia. Allí sufrió mucho y se enfermó.
Esta enfermedad lo acompañó hasta la muerte. Al morir Stalin, fue liberado del
campo de concentración donde pasó 10 años. Así pudo regresar en 1955 a Zagreb.
Gracias a su actividad periodística anterior de carácter croatófila, UDBA
(policía secreta) de Rankovic no le permitió quedar en Zagreb y lo confinó en
su aldea natal en Montenegro. Sólo en 1959 obtuvo el permiso de regresar a
Zagreb, pero se le prohibió escribir bajo su nombre. Tampoco pudo obtener
empleo alguno. Pero ninguna presión no pudo quebrantar su fortaleza
montenegrina. En este nuevo período de vida, Stedimlija continó trabajando en
la misma línea, el mismo sentido y el espíritu anteriores. Aún más, esta vez
con mayor rigor metódico-científico y de acuerdo a las reglas de la ciencia
histórica. Publica una serie de trabajos bajo seudónimo y otros fueron
publicados bajo la firma de sus amigos. Recién en el último par de años pudo
publicar algunos trabajos bajo su propia firma. Entre ellos el más valioso es:
Aportes para la historia nacional, política, económica y cultural de Montenegro,
Nº I-II, Zagreb, 1969. Su novísima obra El Reino de Croacia, es el texto
vaticano de la más vieja crónica croata, provista por su introducción y las
notas aclaratorias. De acuerdo con lo que me comunicó por una carta el recién
desaparecido, esta obra la entregó a Matica Hrvatska para su publicación. Es de
esperar que Matica la publicará cuanto antes en
memoria de un valiente montenegrino y gran amigo del pueblo croata. S. M.
Stedimlija trabajó durante tantos años, investigando y demostrando -y por eso
también sufrió- que la Croacia Rubra o la Croacia Meridional, al comienzo del
Medioevo, se extendía desde el río Cetina en Dalmacia hasta el río Drim en la
Albania de hoy y que, en consecuencia, el pueblo montenegrino desciende en su
antigüedad étnicamente del pueblo croata y no del servio.
¡Que el Señor le
otorgue la paz eterna a aquel querido difunto! Al mismo tiempo, un profundo y
sincero pésame a su esposa Ljubica y a todos sus parientes. Que los pueblos
montenegrino y croata conserven una memoria límpida y decorosa por ese luchador
intrépido y escritor histórico que era S. M. Stedimlija.
Dr. Dominik
Mandic
(Por parte de la
Redacción de la S.C., recordamos la memoria de ese hombre excepcional en muchos
sentidos y gran amigo de la libertad de Croacia y su pueblo. A tal fin
reproducimos el artículo del Dr. D. Mandic, su amigo personal. El artículo fue
publicado en el periódico semanal "Danica" del 10 de marzo de 1971
que se edita en Chicago, Estados Unidos. Stedimlija apreciaba muchísimo al Dr.
Mandic, considerándolo el mejor historiador croata en la actualidad, quizás,
como el mejor de todos los historiadores croatas en general).
Zagreb 1970,
edición de "Znanje", pág. 620.
El año en curso
significa un múltiple aniversario en la historia croata. Junto con el 300º
aniversario de la tragedia de Zrinsiki-Frankopan, el pueblo croata conmemora
también el primer centenario del nacimiento de Esteban Radic, personalidad
política que supo despertar y activar a las masas campesinas convirtiéndolas en
un movimiento político muy, poderoso y que, fue el primero en iniciar la
resistencia decisiva a la hegemonía servia entre las dos guerras.
Zvonimir Kulundzic
es uno de los escritores más productivos en la literatura croata después de la
última guerra. Entre una treintena de obras -tanto voluminosas como de tamaño
reducido- publicadas después de 1945 hasta hoy, se destacan especialmente sus
tres obras de reciente edición: El Atentado contra Esteban Radic (Zagreb,
1967); La Política y la corrupción en la Yugoslavia Monárquica (Zagreb, 1968) y
La Tragedia de la Historiografía Croata (Zagreb, 1970).
Esta, última obra
ha provocado, con su violento tono polémico, discusiones entre los
historiadores croatas contemporáneos, refutando o corrigiendo las afirmaciones
de Kulundzic que no siempre están sin apoyarse en la realidad.
Es interesante
destacar que Kulundzic fue uno de los primeros que atrayeron la atención
pública sobre el descubrimiento de la primera imprenta glagolítica en suelo
croata en la pequeña aldea de Kosinij, en la provincia de Lika, donde fue
impreso el primer misal croata en el año 1483, y el breviario del año 1491. Se
creyó, y hoy todavía hay muchos que lo creen, que dichas obras fueron impresas
en Venecia, lo que se puede considerar definitivamente descartado, gracias a la
labor científica -justamente- de Kulundzic.
En la novísima
obra, monumental por su amplitud, Los Escritos Políticos de Esteban Radic,
publicada en noviembre último en Zagreb, con el subtítulo muy actual: Esteban
Radic, hoy y aquí, el autor acumuló una verdadera enciclopedia de literatura
sobre el "Gandhi croata" como lo llamó no sin razón Romain Rolland,
premio Nobel francés. Radic, un tribuno popular, ideólogo de los rezagados y
explotados campesinos croatas, fue igualmente conocido en París, Londres, Moscú
o Viena. De él escribieron los periodistas franceses, suizos e ingleses más
destacados, que era un genio político de primer orden, no conocido hasta
entonces en la Europa oriental, especialmente en los Balcanes, donde siempre
prevalecía el espíritu despótico.
El
"socialismo campesino" de Radic tuvo sus fundamentos sanos. Esta fue
la causa principal para que el pueblo croata -sus masas
campesina- la abrazaran con ardor. Por eso ni él ni su hermano Antonio
tuvieron que imponerse al pueblo. El pueblo los aceptó como acepta a los suyos.
Veinte años antes
de su gran ideal indio -Mahatma Ghandi- de manera muy similar, cayó víctima de
una bala mortal, disparada contra él y sus partidarios en el Parlamento de
Belgrado; contra el hombre que proclamó la no violencia croata y el pacifismo,
mérito por el cual en la actualidad se están distribuyendo los premios de
Nobel. Radic fue muerto por un fanático servio al servicio de una camarilla
criminal de la dinastía servia de Karagueorguevich, y Ghandi por un fanático
político hindú. El escenario en ambos casos fueron los parlamentos.
Gracias a Z.
Kulundzic, disponemos ahora de una enorme herencia política, unida en una obra,
constituida por numerosos artículos, declaraciones y discursos (aproximadamente
cuarenta de los más sobresalientes), pamfletos, etc. Radic fue político,
filósofo, humanista y líder de su pueblo. Su hermano Antonio, posiblemente, fue
superior como escritor y periodista, pero el corazón y el intelecto del
Movimiento Campesino Croata fue sin duda alguna Esteban Radic.
Entre sus
discursos con que abrió los ojos de su pueblo explotado y levantó la cortina
negra que escondía los verdaderos problemas del pueblo croata, vale mencionar
especialmente aquel discurso pronunciado el 29 de octubre de 1918 en el Sabor
(Dieta Croata). De igual valor son sus discursos en las asambleas de Zagreb (12
de marzo de 1893) y en Varazdin (ciudad croata) del 12 de abril de 1893,
dedicados a la unión de la oposición croata. Luego vale destacar el discurso
pronunciado el 18 de marzo de 1910 en el Sabor y especialmente su encendido
discurso dirigido a los miembros del Consejo Nacional en la sesión nocturna del
24 de noviembre de 1918, cuando el mencionado Consejo decidió realizar la unión
de Croacia con Servia, etc.
Con un extenso
prefacio del autor, con múltiples notas y comentarios, con ocho fotografías de
Radic, con bibliografía, e índex de todas las obras de este gran líder
democrático croata, que supo usar de la táctica, pensar políticamente y
conducir a su pueblo en un país sin justicia, como lo fue de común opinión, la
Yugoslavia monárquica, el escritor Z. Kulundzic da al pueblo croata su máximo
aporte posible en homenaje a Esteban Radic, con motivo de cumplirse el primer
centenario de su nacimiento, acaecido el 11 de junio de 1871.
Los Escritos
Políticos de Esteban Radic podemos considerarlo como el libro croata del año,
mereciendo la plena atención no sólo de la Patria, sino también de los croatas
en el exilio político.
M. Maglica
Köln, 1968 - La
Costa Adriática Croata (La Región de Mil Islas), libro publicado en Köln, Alemania,
en 1968.
No podemos pasar
por alto la aparición de este libro prolijamente redactado, valioso por sí
mismo y representativo. El libro está dedicado a los croatas y Croacia,
especialmente a su parte meridional, ala costa adriática, sin omitir tampoco breves
excursiones en el interior. Sus autores informan primordialmente con
fotografías, luego también con textos, a todos los que desean conocer Croacia,
el país de las "mil islas", como la denominan ellos mismos. Los
autores de las fotografías seleccionadas con gusto y criterio, para mencionar
sólo algunos, son: el Dr. Werner Schwanke, el profesor M. Crcevic, Alejandro
Kukec, Ernest Baumann, Magdalena Boric, etc., mientras el texto del libro -el
prefacio y la introducción- fue redactado por los señores: M. Wülfing, S.
Sulek, V. Maric y P. Fischer.
Ojeando sus
páginas, resulta claro que el libro está destinado en primer término a los
turistas, es decir, a todos que todavía desconocen las bellezas naturales de
Croacia, pero desean conocerlas. Prescindiendo de este objetivo que parece
haber inspirado a sus autores, la rica serie de fotografías y el texto que la
acompaña, trascienden tal objetivo y pueden servir de fuente de informaciones a
cuantos deseen conocer algo más sobre Croacia, su historia y su pueblo. Escasos
son los informes que aparecen de vez en cuando en publicaciones de carácter
efímero. Es nuestra impresión que los autores han conseguido su doble objetivo:
afición a viajar por gusto de visitar y conocer a un país.
La tapa, en
colores, del libro está gráficamente bien hecha, introduciéndonos así en una
larga serie de fotografías artísticas, prevalentemente en blanco-negro.
Empezando con la vetusta ciudad de Rovinj en Istria, los autores nos conducen a
través de Opatia, Novi, Rab, Senj, Zadar, Sibenik, Split, Hvar y Korcula hasta
Dubrovnik. De allí hacen una pequeña excursión a los lagos de Plitvice, Mostar,
Sarajevo y Jajce, terminando su itinerario imaginario en Zagreb, centro
político y cultural de Croacia. Cada una de estas fotografías (en total 71, de
las cuales 4 en colores) está provista de un texto explicativo indicando lo que
representa en el sentido histórico o estético. Hay también un mapa cartográfico
de toda Croacia, que facilita la orientación, sea turística o
político-nacional.
La parte más
interesante y valiosa son cinco páginas que relatan en forma clara y breve
sobre lo más importante que los croatas crearon en el campo cultural y su
contribución al patrimonio cultural universal. Esta breve reseña, empieza con
una certera constatación que los comienzos, de la creación cultural propia de
los croatas se remontan al siglo IX, y la poesía al siglo XV, especialmente en
Dubrovnik, Split (Marko Marulic) y en Hvar (Haníbal Lucic y Petar Hektorovic).
Al mencionar al primer escritor croata de dramas -hoy todavía de gran
actualidad- Marin Drzic ("Dundo Maroje", su conocida comedia), a Ivan
Gundulic (siglo XVII) y al poeta popular Kacic-Miosic, el autor llega al siglo
XIX informando que el centro de la actividad cultural y luego política de Croacia
se trasladó al norte, a Zagreb, convirtiéndose rápidamente en el centro de dos
movimientos culturales croatas, cuyas consecuencias se proyectaron también al
campo político: son el movimiento llamado "ilirio" y el movimiento
literario moderno. Entre los escritores más destacados quedaron coma valores
perdurables August Senoa, Silvije Kranjcevic, Milan Begovic, Ivo Vojnovic i
Anton Gustav Matos, mientras que después de Ljudevit Gaj, propulsor entusiasta
de la idea "iliria", Antun Starcevic y Stjepan Radic descollaron como
políticos. El autor enumera también a Miroslav Krleza, Tin Ujevic y Mile Budak
como los más representativos de la literatura croata contemporánea, sin omitir
los valores más visibles de la generación reciente como ser Petar Segedin, Slavko
Mihalic, Zlatko Tomicic, Vlatko Pavletic, etc.
En pocas líneas
se informa a los lectores sobre la música croata, mencionando al primer
compositor croata de ópera, Vatroslay Lisinski, y su también primera obra
"El Amor y la Malicia"; luego a Ivan pl. Zajc, el fundador de la
Opera Croata, un compositor muy productivo cuya ópera "Nicolás Subic
Zrinski" quedó como símbolo cultural y político croata hasta hoy en día,
como también a Jakov Gotovac, autor de la muy popular ópera "Ero de otro
Mundo", que tuvo gran éxito en las capitales europeas. Son conocidos
también los festivales folklóricos y musicales que se organizan anualmente en
Zagreb, Siplit, Opatia y Dubrovnik, donde concurren los artistas más conocidos
del mundo. Los autores han dedicado algo más de espacio a la pintura, escultura
y arquitectura de Croacia, que empezaron ya en el siglo XI. Se mencionan los
maestros Buvina y Radovan, los pintores V. Karas, Racic, Kraljevic, Becic y
Babic como también, lógicamente a Ivan Mestrovic, F. Krsinic, A. Auguatincic y
Vanja Radaus. La última parte de este capítulo cultural termina con lo que los
croatas aportaron al mundo en el campo científico. Se menciona al filósofo
Matija Vlacic (Mathias Flacius Illiricus) el primer humanista croata, a R.
Boskovic (1711-1787) el matemático, físico, astrónomo, filósofo y hoy
considerado precursor de la ciencia nuclear, y por fin a los contemporáneos
Andrija Mohorovicic (astrónomo y meteorólogo), al físico Nikola Tesla (1856-
1943) y al premio Nobel Leopold Ruzicka.
En el capítulo
dedicado a la historia de Croacia se relatan los acontecimientos políticos más
salientes desde el siglo VI, antes de, Cristo, sobre la, llegada a su patria
actual en el siglo VII después de Cristo y su dinastías nacional de
Trpimirovic, la unión con Hungría en 1102 y, junto con ella la unión con
Austria en 1527, hasta los tiempos recientes como ser el año 1928, cuando
fueron asesinados en el Parlamento de Belgrado los diputados croatas,
encabezados por Stjepan Radic; luego la proclamación de Independencia de
Croacia (1941-1945) y la matanza de sus soldados y población civil, conocida
como la Tragedia de Bleiburg (Austria 1945), ejecutada por los comunistas de
Tito, termina con la conocida Declaración sobre la denominación y función del
idioma croata de 1967, considerada como protesta y rebelión de los
intelectuales croatas contra la opresión actual de Belgrado.
Este libro-álbum
de Croacia, en imagen y palabra, será de gran utilidad a quienes desean conocer
no solamente las bellezas naturales y la posición geográfica de Croacia, sino
también como un pequeño manual sobre el pasado y presente político y cultural
de los croatas.
El sacrificio de
los autores debe ser recompensado por los exilados croatas. Su libro debe ser
un regalo para nuestros hijos, nacidos lejos de la patria de sus padres, como
también para obsequiarlo a los amigos de Croacia.
Milan Rakovac
Split 1969, pág.
V-VI, 318.
A título de
introducción a la reseña de este segundo libro de Ivan Muzic, que no es
historiador de profesión, mencionaremos que el motivo de su dedicación a la
investigación histórica, y por ende a su primer libro Razmatranja o povijesti
Hrvata, (Reflexiones sobre la historia de los croatas), Split 1967, pág. 70)
han sido los artículos de A. Farcic, publicados en la revista de Belgrado
"Republika" (Nº 380 y 381, año 1953) bajo el título "Los servios
y la navegación marítima", Icos que Muzic tildó de malintencionados en la
introducción a su primer libro concebido como una tesis para una obra mayor.
Atento al existente conflicto nacional entre los servios y los croatas, que
también invadió la historiografía, Muzic expresa el postulado, que es a la vez
la idea básica que extrae de su estudio histórico, que "las regiones de
común convivencia son patria común, debiendo sus habitantes sacrificar
mutuamente todos los posibles conflictos emanados de diferentes religiones,
convicciones políticas y sentimientos nacionales, en pro de la paz y no
permitir a nadie, de afuera inmiscuirse en sus relaciones para que no se
conviertan en sirvientes del extranjero en su propio hogar".
En su segunda
obra, que todavía no es la anunciada obra mayor, el autor concibió como aporte
para la descripción de las concepciones croatas de la idea yugoeslava más
influyentes desde los tiempos postilirios (1850) hasta la terminación de la
segunda guerra mundial y ello tan sólo con respecto a los servios y sin tomar
en consideración la base socio-económica.
A tal efecto, el
autor divide su obra en cuatro partes principales, las que a su vez se
subdividen en varios capítulos. La excepción la constituye la, primera parte,
denominada "Introducción", que contiene un solo capítulo intitulado
"El ilirismo y los servios". Este capítulo es fundamental para la
comprensión de toda la obra, pues revela la actitud de los hombres políticos
croatas respecto a la unidad de los eslavos del Sur en la primera mitad del
siglo XIX. En efecto, los croatas son portadores de la idea de la unidad eslava
desde el siglo XVI, sustituyendo el nombre croata por el de "slaveni"
o "slovinci" (Vinko Pribojevic en 1526; Mauro Orbini "Storia sul
Regno degli Slavi", Pesaro 1601; Juraj Krizanic (1618-1683); Andrija Kacic
(1704-1760), con su "Razgovor ugodni naroda slovinskoga"). En el
siglo XIX los croatas, bajo el nombre de quieren abarcar a todos los pueblos
eslavos del Sur, pretendiendo que todos eran descendientes de los viejos
ilirios y dando así origen al "movimiento ilirio" con el pensamiento
político de la unidad nacional. Sin embargo, mientras los croatas en la época
del despertar de la conciencia nacional sacrificaban su propio nombre nacional
a favor de un nombre general y unificador, buscando el apoyo de sus vecinos,
especialmente servios, éstos lo rechazaban a favor de su propio nombre
nacional. Es, pues, así que bajo el nombre de "ilirios" se inició el
sentimiento de unidad al que recién Ante Starcevic (1823-1896) devolvió el
nombre de croata. Pero, mientras desaparecía el nombre "ilirio" como
inaceptable para los servios y los eslovenos, aparecía el nombre
"yugoslavo" como sinónimo de la unidad eslava (Sulek, Kukuljevic,
Racki, Strossmayer, etc.) como contrapeso a la germanización y magyarización.
Resulta así que a principios del siglo XIX la nación croata se debatía
políticamente entre las denominaciones "ilirio" y
"croata", considerándose este último como sinónimo con
"pro-húngaro" (magyarón), y a mediados del mismo siglo, entre las
denominaciones políticas de "yugoslavo" y "croata". Esta
vez la denominación "croata" se usaba en el sentido de Ante
Starcevic, o sea, como noción jurídica y política sin distinción de religión,
origen o raza, y como contrapeso a cualquier subordinación foránea.
La segunda parte,
bajo el título "Política croata en la segunda mitad del siglo XIX",
abarca los capítulos: Las relaciones servio-croatas en el caso de Bosnia y
Herzegovina; La actitud de Strossmayer hacia los servios, y de Starcevic acerca
de los servios.
La tercera parte
-"Política croata a principios del siglo XX y durante la primera guerra
mundial"- trata de los siguientes temas: Equiparación del croatismo con el
catolicismo; Idea de la unidad nacional croato-servia; Bosnia y Herzegovina en
el centro de los acontecimientos; El Comité Yugoslavo; El Concepto de Supilo de
la unificación; La idea yugoeslava y la diplomacia de Pasic, y El concepto de
Radic de la unificación.
En la cuarta
parte -"Política croata entre las dos guerras y durante la segunda guerra
mundial"- el autor describe: El estado de ánimo después de la unificación;
Compromiso Radic-Pribicevic; El fracaso del pensamiento unitarista yugoslavo;
La relación de la Iglesia Católica con el Estado yugoslavo; La actitud de Malek
respecto al Estado yugoeslavo; Las concepciones de los Ustacha; El Partido
Croata Campesino después del derrumbe de Yugoslavia; La relación de la Iglesia
Católica hacia el partido Ustasha y el Estado Independiente de Croacia; Los
planos de los cetniks para con los croatas y los servios y el movimiento de la
liberación nacional entre los croatas.
En el prefacio,
el autor expresa la esperanza de que sobre la base del material presentado y
tratado en su libro el lector llegará a la conclusión que el
"yugoslavismo" fue creado por la inteligentzia croata recién en el
siglo XIX, o sea que después del "ilirismo" empezó a programarse más
concretamente en el sentido de la unión estatal yugoeslava, mayormente como
garantía de protección croata contra las pretensiones de las naciones eslavas.
También debería colegirse de su libro que a la sazón, el yugoeslavismo en caso
de algunos croatas (o por lo menos en distintas épocas de su vida política) se
manifestó también en el sentido unitarista y como tal representaba muy a menudo
la negación de la individualidad nacional croata. A diferencia de estas
concepciones se destacan, con anterioridad a la unión realizada en 1918, las
concepciones políticas de Frano Supilo y Esteban Radic, quienes se declararon
en pro de la unión estatal yugoeslava bajo la condición de conservación de la
individualidad y soberanía nacional croata.
De la presente
obra se puede también deducir que todos los representantes y nombres políticos
croatas, con muy pocas excepciones, empezaron su carrera, política fomentando
la idea de la comunidad nacional de los eslavos del Sur y que la terminaron
también casi sin excepción, desilusionados de sus propios ideales políticos
-sea al conocer a los líderes políticos servios, sea al efectuarse la anhelada
unión en forma, del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos (1918-1939)- o
del Reino de Yugoslavia (1929-1941). Todos ellos después de estas experiencias
volvieron a las posiciones de la individualidad nacional y estatal croata. A
título de ejemplo citaremos el caso del obispo de Djakovo, J. J. Strossmayer
(1815-1905), fundador de la moderna Universidad de Zagreb, de la Academia de
Ciencias y Arte (denominada por el propio fundador "Yugoeslava", para
servir de núcleo de la unidad espiritual de los eslavos del Sur) y de la
Galería de Arte. Es que él, quien en 1868 estaba, dispuesto a ceder Bosnia a
Servia, el 10 de abril de 1884 escribe a su amigo F. Racki: "El pueblo
nuestro se halla en una situación peligrosa. Los servios son nuestros enemigos
sangrientos. Bien dijo -creo Markovic- que mientras nosotros estamos luchando
contra los húngaros, el hermano servio nos ataca por la espalda. Si esto fuera
para su bien ¡vaya y pase!, pero la tumba que los servios están cavando para
nosotros podría servir para enterrar también a ellos. Ya los diarios
extranjeros informan de ello, o sea la forma como se juntaron los servios con
los húngaros solamente para aniquilarnos a nosotros. Esta es la característica
principal y el propósito primordial de su conciliación con los húngaros.
Confiemos en Dios y no sucumbamos espiritualmente" (pág. 28).
Excepción de esta
regla la representa, como mencionamos más arriba, Ante Starcevic quien estaba
contra el eslavismo, yugoslavismo y servismo, como así también contra una unión
estatal que no fuera bajo el nombre croata, pues consideraba a todos los eslavos
del Sur como croatas, contrarrestando de tal manera la ideas y enseñanzas
bastante semejantes del servio Vuk St. Karadilc, al afirmar que casi todos los
eslavos del Sur eran servios.
En una obra de
tan abundante material sobre un tema delicado y a la vez complicado hay
numerosas aseveraciones y formulaciones con las cuales no es posible coincidir.
Por ejemplo, no
podemos aceptar que Starcevic aparezca considerado como
"eslavoservios" (un término peyorativo para designar a los
colaboradores de Austria en el aniquilamiento de Croacia) "a todos los
ortodoxos que se sentían servios y que, según él (Starcevic), eran
croatas" (pág. 32). Aquí se trata de una "contradictio in
adiecto" con la noción misma del término "eslavo-servio" que,
además, el autor no explica. Tampoco podemos identificarnos con la pálida
presentación de la desilusión con Yugoslavia del Dr. Ante Trumbic, presidente
del Comité Yugoslavo en Londres y uno de los principales protagonistas de la
unión de los croatas, eslovenos y servios en 1918. Menos aún podemos coincidir
con el autor en cuanto a algunos juicios y opiniones relativas a la época de la
segunda guerra mundial. Sin embargo, la cuestión lave de cualquier comunidad
estatal de los croatas y servios es el problema de su relación mutua en tal
comunidad.
Hoy en día existe
tal comunidad estatal basada en el principio de "hermandad y unidad"
de los pueblos de Yugoslavia bajo la égida del Partido Comunista Yugoslavo.
Estos hechos de por sí imponen a cada autor en su trato de las relaciones servio-croatas
en el pasado y en el presente, algunas limitaciones.
A pesar de
ciertas liberalizaciones en la vida cultural en Yugoslavia después de la caída
del famoso jefe de la policía secreta, Alejandro Rankovic, parece que nuestro
pasado se está juzgando, o debe seguir juzgándose, desde el punto de vista de
antifascismo y teniendo en cuenta los fines y propósitos de " la lucha de
liberación nacional" . Es por ello que algunos
grupos o partidos políticos y algunos hombres políticos o apolíticos entre los
croatas (e. g. Macek, A. Stepinac, A. Pavelic y el movimiento
"ustasha") como así también con los servios (e. g. el rey Alejandro y
la dinastía en general, M. Nedic, D. Mihajlovic y los "cetniks")
deban ser forzosamente proscriptos. Sobre los políticos de las épocas
anteriores a la última contienda ideológico-político-social, como por ejemplo
sobre Dr. A. Starcevic, Stj. Radic, se puede escribir con más objetividad
histórica. Por ello, es difícil opinar cuál es el juicio libre del autor y cuál
es el juicio sujeto a las limitaciones impuestas por las circunstancias arriba
señaladas.
El capítulo
"Anexo" contiene un breve pero muy interesante estudio sobre valacos
(pág. 254-270), que pudiera, si se lo elaborara más ampliamente, verter más luz
sobre el origen de las crueldades cometidas por parte de los tres bandos en
pugna durante la última guerra: los ustasha, los cetniks y los comunistas.
Las casi 40
páginas de bibliografía (pág. 271-309) testimonian la seriedad con que el autor
se abocó a la tarea y lo que podemos esperar en el futuro de parte de Ivan
Muzic. Esperamos una obra definitiva sistemática, exhaustiva, de carácter
imparcial, libre de inhibiciones Políticas circunstanciales.
Milan
Blazekovic
15 Jahrgang, 3-4 Helf, 1970.
Esta revista que
se dedica con ahínco a los problemas de las naciones de la cuenca danubiana,
presta su atención también a la actualidad yugoeslava. En consecuencia, tampoco
pasa por alto los problemas de Croacia, parte integrante de aquel Estado
comunista y multinacional. En el número del epígrafe, Ernesto Bauer publica en
artículo muy informativo, un estudio sucinto sobre el fenómeno de la presencia
masiva de los obreros de aquel Estado "socialista" en el área de las
naciones libres del occidente europeo.
Refiriéndose al
número de dichos obreros en el extranjero, el autor, y de acuerdo a las
estadísticas oficiales de Belgrado, dice que en el año 1969 alcanzó 595.000,
agregando que este número puede duplicarse con la presencia de los obreros que
abandonan el país sin intervención oficial.
Esta masa humana
presenta un problema muy serio por igual para el país de origen, como también
para aquel hospitalario-patronal. En Yugoslavia se está acentuando siempre más
la escasez de mano de obra especializada para su industria, lo que provoca la
recesión y el deterioro de productos de la misma. Mientras que de Yugoslavia
sale mano de obra en esta proporción: 14%, obreros sin calificación, 27%
obreros instruidos y 55% obreros calificados, de Italia, como el segundo país
por el número de sus obreros en los países europeos, la proporción es la
siguiente: 48% sin calificación, 37% obreros instruidos y 13% calificados.
A pesar de esta
consecuencia negativa, las autoridades yugoeslavas, a causa de su crisis
económica y su balance de pago exterior deficitario, considera el fenómeno, por
lo menos provisoriamente providencial. Las remesas y ahorros de obreros
subsanan considerablemente ese estado de cosas. Sólo del 1º de enero hasta 31
de julio de 1970 las remesas alcanzaron 227 millones de dólares. Además, en las
cuentas de ahorro del Banco para el comercio exterior de Yugoslavia, hubo en
1969 5,661,326 dólares. Se supone que dichos, obreros
guardan en los bancos de los países donde trabajan, un importe de 500 millones
de dólares.
Una investigación
en un distrito croata de Bosnia -Livno- ha demostrado y de acuerdo a las
declaraciones de las autoridades locales de Livno, Glamoc y Kupres (Bosnia) y
de Imotski (Dalmaciá), que dichos distritos sin los aportes de obreros en el
extranjero, no podrían cubrir las erogaciones comunales, como tampoco hacer
inversiones para desarrollo de estas regiones.
Pero, dice Bauer
textualmente: "el reverso de esos procesos es la caída impresionante de
natalidad, especialmente en Croacia", y que se está ya hablando de un
"peligro biológico del pueblo croata", y con razón. El porcentaje de
la población de Croacia dentro del total de Yugoslavia era en 1954 el 23,1% y
en 1969 el 19%, mientras el crecimiento natural decayó del 11,5 por mil (del
promedio 1950-1954) a 5,1 por mil en 1969. La prensa yugoeslava escribe ya, que
la población de algunas islas en Dalmacia, está extinguiéndose
paulatinamente". Pero este fenómeno se convierte también en un problema político.
Primero, sirve a la emigración como un fuerte argumento contra la política
económica y social del gobierno de Belgrado y, segundo, inquieta, a los mismos
dirigentes políticos de aquel país comunista. Así, por ejemplo, el presidente
del Comité Central del Partido Comunista de Croacia, la doctora Savka
Dabcevic-Kucar, habló del peligro de la despoblación de Croacia y en la X
sesión del mismo Comité dijo expresamente "que la Liga de los Comunistas
Yugoeslavos no se preocupó suficientemente para crear un estado satisfactorio
para el pueblo croata".
Para entender
mejor esta anomalía, hay que agregar que el porcentaje croata dentro de aquella
masa humana que está trabajando en el extranjero, supera el 50% de la totalidad
de Yugoslavia. El régimen, evidentemente, realiza una política discriminatoria
en perjuicio croata.
El Dr. Drago
Matkovic escribe en La situación de la Iglesia Católica en Yugoslavia lo
siguiente, después de dar una imagen general de las relaciones entre la Iglesia
Católica en Yugoslavia, que pasaron por varias peripecias, a veces muy graves:
"El 25 de junio de 1966 y después de dos años de tratativas, firmaron un
Protocolo monseñor Casaroli en su calidad de representante del Vaticano y
Milutin Moraca, presidente de la Comisión federal para les asuntos religiosos,
obligándose el gobierno yugoslavo hacer efectivos los derechos de la libertad
de conciencia, de credo y de igualdad de las comunidades religiosas, previstos
en la Constitución yugoeslava, y el Vaticano, por su parte, aceptó la obligación
de hacer presión sobre el clero para, que se abstuviera de toda la actividad
política. Este convenio fue objeto de muchas y fuertes controversias y ataques.
Amplios círculos eclesiásticos veían en el Protocolo la posibilidad otorgada al
Estado de inmiscuirse en los asuntos eclesiásticos internos. "El cardenal
Seper nunca dio su consentimiento al Protocolo, porque él quería más garantía
para la Iglesia Católica en Yugoslavia".
Matkovic,
sintetizando las relaciones, dice bien: "La relación del Estado con la
Iglesia Católica en Yugoslavia puede caracterizarse antes como
"tolerancia" que "libertad religiosa"".
Sin embargo,
después de haberse reanudado las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y
Belgrado y en vista de la visita del Papa Paulo VI a Yugoslavia, prevista para
el mes de septiembre de 1971 con motivo de efectuarse el Congreso Mariano
Internacional en la capital croata Zagreb, el autor supone la normalización y
la conciliación completas entre el Estado yugoslavo y el Vaticano.
Por nuestra
parte, disentimos con el autor del artículo. Sólo a condición de renunciar a su
totalitarismo de un Estado marxista sería posible dicha reconciliación, lo que
es improbable.
Francisco
Nevistic
El autor de este
gráficamente muy vistoso opúsculo es el actual redactor para las cuestiones
religiosas de la revista mensual Veritas, que se publica en Zagreb. El mártir
en torno del cual gira esta publicación es Nicolás Tavelic (1341-1391),
solemnemente canonizado el 21 de junio de 1970 como primer santo croata,
oriundo de Sibenik, la ciudad fundada en el año 1066 por el rey croata Kresimir
IV. El nombre del autor es seudónimo.
En las 32 páginas
del librito, formato bolsillo, el lector no encontrará más datos biográficos
sobre el santo que los registrados en las 5 páginas del artículo "El
franciscano Nicolás Tavelic: primer santo croata", aparecido en Studia
Croatica, Nº 36-37 (1970), pág. 25-30, pero sí encontrará una biografía
diríamos poco común: datos personales de por sí escasos explicados a la luz de
los hechos históricos de la época y dilucidados con las interpretaciones de la
naturaleza y destino ineludible de un mártir.
El opúsculo
abarca cuatro capítulos: "Desde la niñez hasta el sacerdote", con
datos históricos sobre la ciudad de Sibenik y la orden franciscana, fundada en
1209, y su primer convento en Sibenik del siglo XIII. "Misionero en
Bosnia" contiene un bosquejo histórico de esta provincia croata y del
surgimiento del "bogomilismo" y al que perteneció la mayoría del
pueblo croata en Bosnia bajo el nombre de "cristianos bosníacos",
desde el siglo XI hasta su desaparición a los fines del siglo XV, con el
abrazamiento del cristianismo o el Islam. En este ambiente actuó Tavelic 12
años para trasladarse a Jerusalén e intentar la conversión al cristianismo de
la autoridad suprema turca en Jerusalén, y -como era de esperar- dar con la
muerte de mártir. ¿Muerte voluntaria? Parece que sí, como lo describe en forma
fascinante el capítulo tercero -"Sacrificio para los hermanos
musulmanes"-, explicando el imperativo de autosacrificio, alabando
"el procedimiento del kadí de Jerusalén" y desligándolo así de toda
responsabilidad por la suerte de mártires que corrieron Nicolás Tavelic y sus
tres compañeros "por amor a sus enemigos". Esta explicación es tanto
más loable por cuanto la quinta parte de la nación croata la constituyen los
musulmanes de Bosnia y Herzegovina.
"La gloria
después de la muerte" es el cuarto y último capítulo de la obra en el que
se describen las tentativas para la canonización después de la beatificación
del año 1889. Entre otras personas él autor destaca lo que parece ser por
primera vez los extraordinarios méritos, para el éxito de la canonización, del
monseñor Dr. Kreso Zoric, postulador de la causa del beato Nicolás Tavelic,
pues el autor dice: "Ocurrió que las estrellas eclipsaron el sol". Lo
mismo vale también para el obispo de Sibenik, monseñor Josip Arneric. A los dos
también nuestro reconocimiento y agradecimiento.
Milan Blazekovic
[1] B. M. Guetzevich: La Theorie
générale de l'Etat sovietique, París, 1928. En el Prefacio el Prof. G. Jèze
dice: "L'Etat sovietique est une dictature extrajuridique. La classe dominante,
celle qui a la plus grande force materielle, se sert du Droit pour regler, dans
son interest propre, la conduit de tous les membres de la societé. La force
n'est pas mise au service du Droit. Il ne s'agit pas de concilier... les
interests opposés des differents classes sociales. Le régime sovietique se
résume en ceci: La violence au service des intereses d'une classe". El
autor Guetzevich a su vez dice "L'Etat sovietique ignore toute contrainte
juridique. Il considère que le proletariat -minorité révolutionarie active- est
historiquement prédestiné à s'amparer du pouvoir, que'il possède a priori le
droit à la violence. L'unité de classe ignore les normes du droit superieur,
qui domine l'Etat et commande a l'Etat..." como lo enseñaba, por ejemplo, León
Duguit, pág. 8.
[2] Así, por ejemplo, Stuckha aclara:
"Dans I'impossibilité où l'on est de distinguer où finit la loi et où
commence l'ordonance administrative, cette opposition n'est que'une pure
fiction de la science et de la practique bourgoise". Akripov por su parte
dice: "Nous croyons que la formule juridique la plus adequate a l'ideal
que Lenin se fesait du droit révolutionaire, serait le suivant: le decret,
révolutionaire est une directive administrative", Op. cit. pág. 80.
[3] Hrvoje Šošić, Za ciste racune
(por las cuentas claras), Zagreb, 1970, pág. 180.
[4] Rudolf Bicanic: Ekonomska podloga
hrvatskog pitanja. Ed. Dr. Vladko Macek, Zagreb, 1938, pág. 224.
[5] El papel dominante lo desempeñan
tres grandes firmas de exportación de Belgrado: "Interxport",
"Generalexport" y "Progres" (Vjesnik, 2 de febrero de 1971,
Zagreb: ¿Cuánto "pesan" nuestros reexportadores?).
* La represa yugoslavo-rumana sobre el Danubio.
* El autor del presente artículo es crítico musical de Zagreb en el período
de 1931-1945.
[6] Estos
dialectos se denominan según el pronombre interrogativo qué: kaj en el dialecto
homónimo, ca en cakavski y sto en stokavski. El dialecto sltokavski por lo que
toca, al reflejo del jat paleoslavo se dividió en las hablas ikavski, ekavski y ijekavski, y mientras el kajkavski es mayormente ekavski y
el cakavski es ikavski allí donde no es ikavski-cakavski.
[7] Sobre la
evolución del eslavo croata, cf. J. Hamm, Hrvatski tipcrkvenoslavenskog jezika,
Slovo Staroslavenskog instituta 133, 1963, pág. 43-67; Vj. Stefanic. Tisucu i
sto godina od moravske misije, ibid., 5-42 y A. Nazor, Jezicni kriteriji pri
odredjivanju donje granice crkvenoslavenskog jezika u hrvatskoglagoljskim
tekstovima, ibid., 68-86. Sobre la literatura en eslavo-croata, cf. el material
de S. lvsic en M. Kombol, Povijest hrvatske knjizevnosti do narodnog preporoda,
1945, primeros capítulos.
[8] Cf. P.
Skok en Prilozi za knjizevnost, jezic, filologiju i folklor 18; F. Fancev en
Nastavni vjesnik 48 y Gradja JAZ 15. En lo que concierne a los "entonadores"
de los templos cf. K. Moskatelo en Danica istarska, 1952. Cf. También Korablja
zacinjavaca, Antologija cakavske poezije, Rijeka, 1969.
[9]
"Los católicos, en el siglo XV, empiezan a romper con la tradición eslava
y en todas partes entre los católicos, salvo un remanente de los caracteres
glagolíticos en el litoral croata" (A. Vaillant, La formation de la langue
littéraire serbo-croate, Revue des Etudes Slaves XXVIII (1951), pág. 81, 82.).
[10] Sobre lo
que sigue, concerniente a la literatura croata de los siglos precedentes, cf.
M. Kombol, o. c., passim, con la bibliografía al final del libro (también en la
zevnosti du XIX st. en Encicklopedija Jugoslavije vol. IV. pág. 520-521, a.
1960; cf. artículos de Mate Hraste, Kajkavski knjizevni jezik, pág. 525-526. La
obra de M. Kombol y los artículos precitados contienen la bibliografía de esta
materia; cf. también en historial de la lexicografía croata y servia de V.
Putanec en Enciclopedija Jugoslavije, Vol. V (1962), pág. 503-511.
[11] Cf. P. Skok. La littérature
croate sous Napoléon, Annales de l'Institut français de Zagreb, VIII (1944) Nº
24-25, pág. 71-83.
[12] Respecto
a la historia de la constitución de la lengua literaria moderna entre los
croatas y los servios ver: A. Vaillant, La formation de la langue littéraire serbo-croate,
R. E. S. XXVIII (1951). pág. 8092; Ljudevit Jonke. Die Entstehung
der neuren Schriftsprache bei den Kroaten und Serben im 19 Jahrhundert (Aus der
Geisteswel der Slaves) Mélanges Erwin Koschmieder, 1967, pág. 5567.
[13]
"Los servios y los croatas han vivido separados hasta la primera guerra
mundial, desarrollando paralelamente y no conjuntamente su actividad cultural y
su literatura" (A. Vaillant, ibid., pág. 91).
[14]
Cf. Lj. Jonke, op. cit., pág. 57-68.
[15]
Cf. Lj. Jonke, Ceski jezicni elementi u hrvatsko-srpskom knjizevnom jeziku. Radovi Zavoda za Slavensku Filologiju, Zagreb 1963, Nº 5, pág.
35-46.Tomo Maretic, Ruske i ceske rijeci u knjizevnom
hrvatskom jeziku, Rad JAZ, Zagreb, 1892, ps. 68-98.
[16]
Cf. Lj. Jonke, Knjizevni jezik u teoriji i praksi, Zagreb, 1965, 2ª edición,
pág. 138, 150.
[17] "Un
historiador de la literatura servia como Skerlic no nota la ruptura entre la
lengua literaria del comienzo del siglo XIX y la lengua literaria moderna: la ve
como una lengua que se ha depurado progresivamente, a medida que se
desarrollaba la literatura servia" (A. Vaillant, ibid., pág. 87).
[18] Cf. Z.
Vince, Filoloske skole 19. stoljeca u razvoju hrvatskog knjizevnog jezika, en
Radovi Zavoda za slavensku filologiju 10, 1968, pág. 159-174 y Lj. Jonke,
Razvoj hrvatskog knizevnog jezika u 20. stoljecu, ibid. pág. 99-110.
[19]
"Existe identidad de la escritura y de la religión, hay identidad de la
religión y del sentimiento nacional, puesto que el sentimiento religioso en los
eslavos estuvo siempre íntimamente unido al sentimiento nacional... Pero
subsiste el dualismo de alfabetos, de escrituras que resulta siempre tan
fastidioso en la práctica como la diversidad idiomática... Lo que produce la
división que sigue siendo bastante profunda en ese país donde el sentimiento
yugoeslavo y la voluntad de unión son evidentes". (A. Vaillant, L'écriture
et la psychologie des peupues, París 1964, pág. 307). Sobre el dualismo de las
escrituras manifestó Simeon Potter: "Actualmente, pues, la línea
demarcatoria corre entre Belgrado y Zagreb, dividiendo a Yugoslavia en dos. De
hecho, el mundo eslavo entero está dividido por este significativo
problema" (Modern Linguistic, Londres 1957, pág. 57).
[20] Cf. S.
Babic, Htijenja i ogtvaienja Novosadskog dogovora, "Jezik", 15,
1967-68, pág. 313; M. Mogus, Varijante prelaze puke okvire komunikativnosti,
"Jezilk" 16, 1968-69, pág. 13; Z. Malie, Pismeno i usmeno
komuniciranje, "Jezik" ibid, pág. 6-7.
[21] El
artículo de S. Babic, citado en la nota precedente, Jezik 15.
[22] Su
título completo: Petar Guberina-Kruno Krstic, Razlike izmedju hrvatskoga i
srpskoga knjizevnog jezika, Zagreb, 1940, pág. 218. Véase también el informe de
B. Jurisic en Nastavni Vjesnik, 1942, pág. 268-81.
[23] Cf. B.
Vancik, en Hrvatski knjizevni list (1969), Nº 10 del 31-1-1969.
[24] Lo que
era la lucha por la libertad de las "variantes" se desprende de los
artículos publicados en el periódico Jezik, editado por Hrvatsko filolosko drusstvo
(Sociedad filológica croata) de Zagreb que se publica anualmente en cinco
fascículos. Es preciso consultar especialmente los años 13, 14 y 15 donde se
encuentran muchos artículos sobre el problema e incluso resoluciones emanadas
de clubes, sociedades y comités ejecutivos del Partido comunista.
[25] a) Ver
la famosa declaración sobre la denominación y el status de la lengua literaria
errata del 15 de marzo de 1967: Deklaracija o nazivu i polozaju hrvatskog
knjizevnog jezika; b) Cf. Hrvatski knjilevni jezik i pitanje varijanata (La
lengua literaria croata y la cuestión de las variantes) Zagreb, 1969; e), Cf.
La discusión sobre el status del idioma literario croata entablada en el seno
de la Sociedad de escritores croatas y publicada en Telegram, Zagreb, octubre
de 1969, Nº 463, del 14 de marzo de 1969; d) cf. Thornas Magner, Language and
Nationalism in Yugoslavia, Canadian Slavie Studies, Vol. 1, Nº 3 Fall 1967; e)
Cf. D. Brozovic, Rjecnik jezika ili jezik Rjecnika? Varijacije na temu
varijanata, Zagreb, 1969.
[26] Las
diferencias de léxico entre el croata y el servio literarios se refieren a unas
dos mil palabras; ochenta y cinco fenómenos de orden fónico representan las
diferencias fonéticas, asimismo, podríamos citar cientos de casos, en cuanto a
la formación de palabras y cierto número de reglas relativas a la sintaxis, la
declinación y la conjugación que difieren en los dos idiomas. (Véase el
artículo de Bozidar Vancik en Bilten Interstena, Varazdin, Nº 22, de setiembre
de 1967.).
[27] Según
Weisgerbeor, "...el idioma es el producto cultural supraindividual, la
herencia de las generaciones pasadas" (cf. Robert Lord, Comparative
linguistics, Londres, 1966, pág. 241.
* Sobre el
estado actual ver: La voz de los croatas, pág. ... del
presente volumen.
* Trátase de un movimiento de dimensión natural, iniciado por los daños 1830
y encabezado por Ljudevit Gaj, que tuvo por finalidad la unión lingüística,
literaria, político-administrativa y territorial de todas las provincias
croatas que en ese entonces estaban separadas. A este movimiento de lo
considera también precursor de la idea política y cultural " yugoeslava" , duramente desmentida por la vida y la realidad. --
Nota de la Redacción.
[28] Sobre
los emigrados de la República de Dubrovnik y las demás regiones de la Croacia
adriática como también sobre las relaciones y primeros contactos de los croatas
con América, ver: George J. Prpic, Early Croatian Contactas with America and
the Mystery of the Croatians en Journal of Croatian Studies, Vol. I
(Nueva York, 1960), pág. 6-24.
[29] Ferdo
Sisic, Pregled Povijesti Hrvatskov Naroda, edición Matica Harvatska, Zagreb,
1962, pág. 268-270, como también: Stanko Guldescu: History of Medieval Croatia
(Hague: Mouton 1964) período hasta 1526.
[30] Emilij
Laszowski, Rod Ratkaja Velikotaborskih en Vitezovic vol. II, Nº 2-3
(Zagreb,1905), pág. 26-31, y Poradica Ratkaja en
Prosvjeta, Vol. III (Zagreb, 1895), Nº 5, pág. 146-149; Nº 6, pág. 176-179; Nº
7, pág. 203-207; y Nº 8, pág. 239-241. Los húngaros llaman a Ratkaj
"Rattkay de Nagythabor".
[31] Sobre
los jesuitas en el primer período escribió Miroslav Vanini, S. J., Prvi
Isusovci en Vrela i Prinosi -- Fontes et Studia Historicae Societatis Jesu in
Finibus Croatorum, Nº 4 (Sarajevo, 1934), pág. 48-64. Vanino fue el más
conocido historiador jesuita en Croacia. Al morir en 1966 nos legó su obra
principal de unas 2.000 páginas, referente a la historia de la Compañía de
Jesús en Croacia -- titulada: Isusovci i Hrvatski Narod (Los Jesuitas y el
Pueblo Croata).
[32] Ver los
sucintos y exactos datos en: Vladimir Bazala, Stopama nase visokoskolske
povjesnice en Alma Mater Croatica, Vol. VII, Nº 9-10 (Zagreb, 1944),
pág. 166-1677; del mismo autor, 300 godina visokoskolske nastave u Hrvatskoj,
Matica, calendario de los emigrados 1966 (Zagreb: Matice Isaljenika Hrvatske,
1965) pág. 47-56.
[33] M.
Vanini, Duae epistolae Euphrosynae vid Ratkai filio Nicolao (1622) en Vrela i
Prinosi, Vol. I. (1932), pág. 100-105. E. Laszowski, Ratkai Velikotaborski
barun Nicola, en Znameniti i Zasluzni Hrvati (Zagreb, 1925), pág. 227. Ivan
Bojnicic, Hrvatski Misionar XVII vijeka en Vjesnik Kr. Drzavnog Arkiva u
Zagebu, Vol. I (Zagreb, 1925), pág. 97-114. Krunoslav Draganovic, Opci
Sematizam Katolicke Crkve u Jugoslaviji (Sarajevo: Regina Apostolorum, 1939),
pág. 447, G. A. Patrigiani, Mononologio di Pio Memorie d'Alcuni Religiosi della
Compagnia di Gesú (Venezia: N. Pezanno, 1730), Vol. I, pág. 215-218; y Slavko
Jezic, Hrvatska Knjizevnost od Pocetka do Danas (Zagreb: A. Velzek, 1944), pág.
124-126.
[34] F.
Sisic, Pregled Povijesti Hrvatskov Naroda, pág. 22-23, 84, 265, 349 y
498; E. Laszowski, Ratkaj Velikotaborski barun Djuro, en obra ya citada, pág.
226-227. Zvano Crnje en su historia social y cultural de carácter marxista
dogmático Cultural History of Croatia (Zagreb, Office of Information, 1962)
intenta subestimar el significado de todo Ratkaj, sean barones o sacerdotes.
[35] S.
Jezic, Hrvastka Knjizevnost (Literatura Croata), pág. 126.
[36] Gjuro
Szabo, Kroz Hrvatsko Zagorje, Zagreb, 1939, pág. 32-33.
[37] El
archivista del Archivo Histórico de Ptuj me comunicó por carta del 7 de febrero
de 1967 que revisó atentamente los libros de nacimientos de la parroquia de San
Jorge en Ptuj de aquella época como también el índice de todas las casas en la
misma ciudad, pero sin encontrar mención alguna de Ratkaj. Ver, también: M. D.
Krmpotic, Ratkai Baron Juan, el primer misionero croata en América en Znameniti
i Zasluzni Hrvati, Zagreb, 1925, pág. 227.
[38] J. C.
Teschitel, el archivista de jesuitas en Roma, su carta del 11 de octubre de
1966.
[39] La
genealogía de la familia Ratkaj, en un microfilm, preparada en alemán por N.
Zmajic, recibida por nosotros del prof. Iván Cizmic en Zagreb en el mes de
octubre de 1966.
[40] La fase
terminal de la preparación para la profesión religiosa de jesuitas se llama en
latín tertia probatio (en inglés Tertianship). Una copia de la carta de Ratkaj
23 páginas me la mandó el rev. Teschitel. El original
de la misma se guarda en Indipetae Austriae 1914-1730, f. 294 r. El mismo padre
me proporcionó una reproducción del "Elogium", un manuscrito de 8
páginas sobre la vida de Ratkaj. Sobre los jesuitas que se fueron a México,
sobre Ratkaj y sus compañeros hay que estudiar bien la obra maestra: Herbert E.
Bolton: Rim of Christendom: A Biographoy of Eusebio Francisco Kino, Pacific
Coast Pionner (Nueva York: Macmillan, 1936) como también: Peter M. Dunne:
Early Jesuit Missions in Tarahumara, Berkeley, 1948.
[41] Los
datos sobre Ratkaj son muy escasos en el artículo de Krmpotic, publicado en
Znameniti Hrvati, 1925, pág. 227 como también en la disertación de D. Nezic,
Laudemus Virus gloriosos, en Croatia Sacra, Zagreb 1943, Nos. 20-21, pág.
56-77.
[42] H.
E. Bolton, Wider Horizons of American History (Nueva York: D.
Appleton-Century, 1939, pág. 184). El prof. Boltony su discípulo P. M.
Dunne son considerados entre los autores norteamericanos los mejores
especialistas para las misiones jesuitas en México. Los dos escribieron
bastante sobre Ratkaj, pero están confundidos en cuanto a su nacionalidad.
[43] Bolton, Rim of Christendom, pág. 40-41;
Dunne, Early Jesuit Missiones in Tarahumara, pág. 138.
[44]
Bolton, op. cit., pág. 41.
[45]
Ibid., pág. 43-44.
[46]
Ibid., pág. 43-44.
[47]
Ibid., pág. 45.
[48]
Ibid., pág. 46.
[49] Ibid.,
pág. 47-48 anotando las medidas de la nave capitana.
[50] Ibid., pág.
48-50. Nuestras citas son de Bolton.
[51] La carta
de Juan Ratkaj, fechada el 6 de noviembre de 1780, escrita en la ciudad de
México, dirigida a su Provincial rev. Nicolaus Avancinus y reproducida en:
Joseph Stöcklein: Allerhand... Brief Schriftum und Reis-Beschreibungen welche
von denen Missionariies der Gesellschaft Jesu aus Beyde Indienund andern über
Meer geiegenen Laendern seit An. 1642, bis auf das Jahr 1726 in Europa
angelangt seynd, Vol. I, 8 parts (Augsburg und Gratz: Verlang Philips und
Veith, 1726), pág. 79. Boilton, Dunne y los demás autores, incluso los croatas,
aducen estos informes publicados sobre las misiones jesuitas de varias partes
del mundo en forma abreviada "Der Neue Welt-Bott", mit allerhand
Nachrichten der Missionariorum Soc. Jesu". -- Rev. F. Ivekovic, publicó la
traducción croata de estos interesantes y muy valiosos documentos con amplios
datos referentes a Stöcklein y a Avancinus en "Katolicki List", Vol.
LVII, Zagreb 1907, Nº 38, pág. 441-444; Nº 39, pág. 453-457.
[52] Las
cartas del rev. Gerstl a su padre desde el 30 de junio
de 1678 a 14 de julio de 1681, en Stöcklein, De Neue Welt-Bott, Vol. I, Nº 31.
[53] Ibid.
[54] Ratkaj a
Avicinus, en carta del 16 de diciembre de 1680 en obras citadas de Stöcklein,
Bolton y Dunne.
[55]
Der Neue Welt-Bott, Vol. I, pág. 77-78.
[56] Ibid., pág. 78; Bolton, op. cit., pág.
65-66; Dunne, Early Jesuit Missions, pág. 139.
[57]
Bolton, op. cit., pág. 54-65.
[58] P. M. Dunne, Lower California an Island,
"Mid-America", Vol. 35, Nº 1, 1953, pág. 37-66.
[59] Ratkaj, in Der Neue Welt-Bott, pág. 78-79;
Bolton, Rim of Christendom, pág. 66; Dunne, Early
Jesuit Missions..., pág. 139. He usado solamente los originales.
[60] Ratkaj, op. cit., pág. 79.
[61] Ibid.
[62] Bolton, Rim of Christendom, pág. 67;
Ratkaj, op. cit., pág. 79.
[63] Ratkaj,
op. cit., pág. 79.
[64] Ibid.
[65] Ibid.,
pág. 79-80. Aquí he comparado textos y encontrado muchos errores de Bolton.
[66] Ratkaj,
op. cit., pág. 80.
[67] Ibid.,
Bolton a su vez en Rim of Christendom, pág. 68 dice: "llegaron (en Vera
Cruz) en 25 de setiembre después de 65 días de viaje", Ratkaj sin embargo
dice en su carta publicada en Der Neue Welt-Bott:"Den 15. Abends sind wir
zu Vera Cruz glücklich angelangt".
[68] Ratkaj,
op. cit., pág. 80.
[69] Ibid.;
Bolton, op. cit., pág. 69-70.
[70] Dunne, Early Jesuit Missions..., pág. 139-140.
[71] Bolton,
op. cit., pág. 70, Dunne en Early Jesuit Missions..., pág. 249 anota que Bolton
reelabora el contenido de la carta de Ratkaj en un "cuento sabroso".
[72] Ratkaj,
op. cit., pág. 81; Bolton, op. cit., pág. 71.
[73] Ratkaj,
op. cit., pág. 81.
[74] Bolton,
op. cit., pág. 72. En la misma página Bolton termina con nuestro misionero:
"Ratkay, un buen narrador, murió al poco tiempo en su misión" sin
decirnos cuándo ni cómo ocurrió la muerte.
[75] Ibid.; Dunne, Early Jesuit Missions..., pág 140. De
Angelis, por nacimiento fue descendiente de los duques de Nápoles, Piccolomini.
[76] Dunne, op. cit., pág. 140.
[77] Dunne, op. cit., pág. 140-141.
[78] Ratkaj
en la obra de Stöcklein, pág 81. Ratkaj anota la distancia en millas
("Meil"), pensando efectivamente en leguas (league), más grandes de
ingleses, casi 5 km. Una comparación entre el número de millas de Ratkaj y de
Neumann puede causar confusión si no tenemos presente esta diferencia.
[79] Dunne, Early Jesuit Missions..., pág. 141.
[80] Ratkaj, op. cit., pág. 81.
[81] Dunne, op. cit., pág. 141.
[82] Ratkaj, op. cit., pág. 82; Dunne, op.
cit., pág. 141.
[83] Ratkaj,
op. cit., pág. 82.
[84] Dunne,
op. cit., pág. 141.
[85] Ratkaj,
op. cit., pág. 82; Dunne, op. cit., pág. 141-142, anota que habían llegado a
Coyachic y "allí quedaron durante el mes de febrero estudiando el idioma
(indio)", lo que no puede ser exacto en cuanto a Ratkaj, porque él, según
su propia carta, abandonó a Coyachic el día siguiente.
[86] Dunne, op. cit., pág. 149. El mapa
no tiene título, pero la Prefacio está fechada con 15 de abril de 1724.
[87] Ratkaj,
op. cit., pág. 82.
[88] Dunne,
op. cit., pág. 4.
[89] Ratkaj,
op. cit., pág. 82.
[90] Ibid.;
Sobre la rebelión india ver: Dunne, Early Jesuit..., pág. 160.
[91] Ibid., pág. 82-83.
[92]
Dunne, Early Jesuit..., pág. 6.
[93] Dunne, Early Jesuit..., pág. 83.
[94] Ibid.;
El virrey conde de Paredes "fue virrey de México durante seis años:
1680-1686. El período de su gobierno se caracterizó por los ataques de los
ingleses y los piratas franceses, quienes hicieron pillaje en Vera Cruz en
1683, y en Tampico y Campeche en 1684", como lo escribe Bolton en la obra
Rim of Christendom, pág. 53.
[95] Ratkaj,
op. cit., pág. 83. Aquí hay que subrayar que España derogó ya en 1664 la
prohibición de entrada de los misioneros extranjeros y así posibilitó la llegada
de muchos extranjeros entre ellos también de nuestro Ratkaj. Sobre el
particular ver: P. Dunne, Jacobo Sedelmayn (Arizona Pionners: Historical
Society, 1945), pág. 1.
[96] Ratkaj,
op. cit., pág. 84.
[97] Ibid.;
Kino observó ese cometa en Cádiz en diciembre de 1680.
[98] Ratkaj,
op. cit., pág. 84. Parece que estas noticias fueron prematuras porque recién en
1697 --es decir 16 años más tarde-- el rev. Juan María
Salvatierra, S. J. fundó a la primera población estable y la misión en la
California interior, en Loreto.
[99]
Dunne, Early..., pág. 142.
[100]
Ibid., pág. 142-143.
[101] Ibid.,
pág. 152.
[102] Ibid.,
pág. 157; a pesar de que algunas páginas antes, Dunne dice que Carichic era la
primera localidad de Ratkaj, y ahora afirma que este prestó servicio primero en
Pesiquechic.
[103] Martin P. Krmpotic, Znameniti i Zasluzni Hrvati, pág.
227.
[104] A.
Christelow, Father Joseph Neumann, Jesuit Missionary to the Tarahumares en The
Hispanic American Historical Review, Vol. XIX, Nº 4, 1939,
pág. 426.
[105] La carta
de Neumann del 2 de febrero de 1682, citada por Dunne en Early..., pág. 145.
[106] Ibid.
[107] Ibid.,
pág. 146. En aquel momento había en Sisoguichic 74 familias cristianas con 179
almas. Cierto número de semejantes poblaciones fue llamado pueblos o cabeceras
y constituían un partido.
[108] Ibid., pág.
149.
[109] La carta
de Neumann dirigida al rev. Stowasser, del 29 de julio
de 1986, publicada en Stöklein, op. cit., Vol. I. Report, Nº 31.
[110]
Dunne, Early..., pág. 155-156.
[111] Ibid., op. cit., pág. 156-159.
[112] Neumann,
su carta ya citada y Dunne, op. cit., pág. 160-161.
[113] Neumann,
la misma carta, Dunne, op. cit., pág. 161.
[114] Dunne, op. cit., pág. 261.
[115] Ibid,
pág. 149.
[116] Una
copia de la carta y el manuscrito se hallan en mi poder; el manuscrito de la
obra "Relatio" está firmado por el rev.
Teschitel como "Mexic. 17"; Neue Signatur fol. 494 r -- 505 r; Alte
Sign. rechte bzw. linke oben 1-23" -- Mexic. 17 -- la nueva signatura fol.
494 r -- 505 r; la vieja sign. derecha o izquierda respectivamente arriba
1-23".
[117]
"Elogium de P. Joannes Radkay" (noviembre de 1684), Archivum Romanum
S.I., Vitae 168, ff. 54 -- Ocho páginas del texto.
[118]
Dunne, Early Jesuit Missions, pág. 163.
[119] Bolton, Rim of Christendom, pág. 72. Bolton y Dunne
afirman en sus obras que Ratkaj murió por enfermedad, pero los dos autores
abundan también de otras inexactitudes.
[120]
Christelow, Father Joseph Neumann..., pág. 426.
[121] Stöcklein, op. cit., pág. 105.
[122] Ibid, pág. 115-116.
[123] Dunne, Early..., pág. 165-166.
[124] M.
Bonardi, Undeni Graecenses Academici suo sanguine Porpurati, Graz, 1927, pág.
124, y la biografía de Ratkaj en pág. 125-136. El autor ha conseguido una copia
por gentileza de la Biblioteca de la Universidad de Graz. Vea también el
retrato de Ratkaj que aparece en este estudio. El mismo fue reproducido en el
libro: A. Hammy, Galerie Illustrée de la Compagnie de Jesús, un álbum de 400
retratos (París, 1892). Ratkaj y su muerte son mencionados también en: Elesban
de Guilhermy, Mónologe de la Compagnie de Jésus (París, 1898), pág. 505-508;
Giuseppe A. Patrignani, Monologio de Pie Memorie d'alcuni Religiosi della
Compagnie de Gesú (Venezia: N. Pezzana, 1730), pág. 215-218.
[125] Krmpotic
sobre Ratkaj en Znameniti i Zasluzni Hrvati, pág. 227. Krunoslav
Dragonovic en su obra Opci Sematizam Katolicke Crkve u Jugoslaviji,
Sarajevo 1939, pág. 447 menciona también a Ratkaj como mártir.
[126] Gerard
Decorme, La Obra de los Jesuitas Mexicanos (2 vols., México; José
Porrúa, 191), Vol. I,
pág. 410.
[127] Dunne, "Early Jesuit
Missions..., pág. 197.
[128] Las
reproducciones como también los negativos del retrato de Ratkaj los he
conseguido por gentileza del Museo Histórico de Croacia y por la mediación del
prof. Rodojko Karaman, S. J. Ninguno de los autores americanos que escribieron
sobre Ratkaj conoce este retrato o el texto que estoy mencionando.
[129] Stöcklein, op. cit., pág. 81.