Studia Croatica

 

Studia Croatica

Año XII, Buenos Aires, 1971, N° 40-41

 

La lucha por una nueva Constitución y los fondos centrales. 2

Cuentas turbias: La destrucción de la economía croata. 6

Cisma en la estructura de poder e ideología del marxismo-leninismo. 11

El centenario de la ópera croata en Zagreb (1870-1970) 19

Reseña histórica de la lengua literaria croata. 25

La poesía del resurgimiento croata. 29

Ivan Ratkaj, primer misionero croata en América (1647-1683) 33

Documentos. 49

Discurso de Esteban Radic. 49

Die stimme der kroaten - La voz de los croatas. 54

Micronoticiero. 55

In memoriam a Sava M. Stedimlija. 56

Reseña de libros. 58

Zvonimir Kulundzic: Los Escritos Políticos de Esteban Radic. 58

Vladimir Maric: Kroatische Adriaküste (Land der Tausend Inseln) 59

Ivan Muzic: Hrvatska polítika i jugoslavenska ideja (La política croata y la idea yugoeslava) 60

Der Donau-Raum, Zeitschrift des Forschungsinstitudes für den Donauraum.. 62

Ives Ivonides: El mártir de la Ciudad de Kresimir, Zagreb 1970, pág. 32. 63

 


La lucha por una nueva Constitución y los fondos centrales

Francisco Nevistic

La crisis de la idea estatal yugoeslava y de su régimen de autogestión

La Yugoslavia comunista pasa actualmente por una crisis de carácter múltiple: político, económico, social y cultural. En efecto, aquel Estado nunca tuvo un período de estabilidad política, como tampoco de trabajo aunado de sus fuerzas por el bien común. Simplemente porque nunca supo encontrarlo.

Con la llegada del comunismo al poder en 1945, las relaciones entre sus naciones empeoraron más aún. Lo mismo sucedió en cuanto a las relaciones de clases. El comunismo no supo solucionar el problema nacional que viene aquejando aquel Estado plurinacional desde su nacimiento, como tampoco el problema social. Además de la incapacidad en general del comunismo al respecto, en el caso concreto yugoslavo hay otro factor de significado decisivamente negativo. La hegemonía servia, su unitarismo y centralismo representaron siempre el obstáculo principal para todas las tentativas, incluso las más sinceras, de organizar en aquel país tan singular un sistema político-social que satisficiera a todos sus componentes nacionales y no sólo a los servios.

Con la caída del "famoso" jefe de policía A. Rankovic en 1966, terminó formalmente una fase de esa hegemonía servia, sin que terminara la hegemonía misma. En lugar del aparato opresivo policial, se instalaron nuevas formas de predominio servio. Las más evidentes de ellas son los bancos y las sociedades reexportadoras de Belgrado. Allí está acumulado el potencial financiero de todo el país. Los administradores servios de Belgrado, que es a la vez la capital servia y del país, disponían y siguen disponiendo de ese capital en forma más o menos arbitraria. Se da prioridad a las necesidades de desarrollo de Servia y de los que ayudan a los servios en su política de opresión y hegemonía.

Este estado anormal pudo quedar disimulado mientras EE.UU. consignaban sumas ingentes en concepto de ayuda al régimen. El descontento en estado latente pudo mitigarse con migajas caídas de la mesa llena de bienes ajenos. Pero, al restringirse y cesar por completo esa ayuda norteamericana, el comunismo yugoslavo demostró lo que puede y lo que vale. El "socialismo democrático", "la sociedad de autogestión" y la "democracia de los productores inmediatos" no pudo desempeñar el pretendido papel de alternativa entre el capitalismo liberal y el socialismo totalitario de tipo stalinista. Ilusiones, profetismo marxista y fe en un rosado futuro acaban de llegar a su fin.

La crisis de la idea estatal, es decir, de la unidad política de esos pueblos, entre sí tan opuestos, como también la crisis de la sociedad de autogestión llevaron a aquella comunidad política a una situación muy penosa. Tanto, que el mariscal Tito en persona tuvo que declarar el 21 de septiembre ppdo. que "así no podemos ir adelante", que estaba en cuestión "todo el sistema" y que era obligatorio tomar medidas necesarias de cambio porque "el tiempo no trabaja para nosotros". ¿En qué, pues, consiste la crisis tan grave de Yugoslavia comunista?

Es menester elegir algunos elementos que consideramos esenciales para poder entender el complejo que no podemos analizar en su totalidad.

Se trata en primer término de la cuestión nacional, y en el segundo de la cuestión económico-social. En efecto, implantando un sistema federal en 1946, Tito y su Partido creían haber solucionado el problema nacional de su Estado plurinacional. Mejor dicho, Tito y sus colaboradores sabían bien cuán inexacta era esa suposición. Para suplir la falta de una solución real de la cuestión nacional, se hizo un considerable esfuerzo para hacer creer a los demás en dicha supuesta solución. Y no sin efecto. Una gran parte de la opinión mundial aceptó como verdad lo que era solamente la apariencia. A Tito se lo mencionaba una y otra vez como el hombre que supo hallar la solución efectiva a una cuestión tan complicada y difícil de su país. El federalismo de Tito se contraponía al unitarismo-centralista de la Yugoslavia monárquica.

Pero la verdad no permite que se esconda por mucho tiempo. En la discusión actual relativa a una nueva (la cuarta) Constitución después de 1945, la verdad sale a la luz del día. La reconocen los mismos líderes del comunismo yugoslavo. Basta atenerse solamente a sus palabras para ver la verdad que se pretendía no existir. "Me parece que estamos construyendo otra vez la federación, en condiciones completamente nuevas... Se trata de un novedoso arreglo entre las naciones y las nacionalidades... diferente de aquél de los veinte años últimos, aun cuando muchos creían -algunos hoy todavía- que muchas cuestiones fueron solucionadas para siempre..." (Hrvatska u Federaciji - Croacia en la Federación, en "VUS", Zagreb, noviembre de 1970, en un diálogo con el presidente de gobierno local comunista de la república de Croacia, el Sr. D. Haramija).

Para completar su opinión, citaremos apreciaciones de la misma índole del líder comunista macedonio, K. Crvenkovski: "La génesis de la Yugoslavia como Estado -me refiero a 1918- dejó, profundas huellas que sentimos en cierta forma todavía hoy... La Yugoslavia monárquica se formó como un Estado centralista con predominio evidente de la burguesía servia... Siendo la nueva Yugoslavia la continuación en cierto sentido de la anterior... no pudo liberarse de dicha herencia... Lo que me queda como un enigma es que a pesar de los últimos veinte años de nuestro desarrollo, es decir desde 1950 cuando habíamos proclamado el sistema de autogestión y cuando toda nuestra preocupación intelectual tendía hacia una filosofía de la sociedad descentralizada y de autogestión, de facto se desarrollaban continuamente el estatismo y el centralismo federales... Si hay crisis en nuestra sociedad, ella no reside -como lo desean presentar algunos- en que se insiste por más espacio para las naciones y las repúblicas... sino justamente en el hecho de que hay fuerzas que se oponen a dicha exigencia..." Contestando las observaciones de que el otorgamiento de más espacio a las nacionalidades las repúblicas significaría el retroceso histórico, Crvenkovski contestó: "Los hombres se asocian, lo mismo que las comunidades nacionales, para lograr sus intereses parciales y para trazar el camino de sus intereses comunes... No es posible sacrificar estos intereses parciales, justamente vitales de una nación, por unos intereses supuestamente superiores. Estos intereses superiores en la historia de cincuenta y más años del socialismo fueron siempre ajenos y alienados de todos los pueblos, menos, aquellos que soñaban con la hegemonía". Para ser más concreto, Crvenkovski se refirió al caso de Croacia y de Macedonia: "Me parece que es imposible exigir de una nación que renuncie a su estabilidad nacional, como tampoco y todavía menos se puede aceptar la tesis que, señalando la presencia real de otras nacionalidades en algunas de las repúblicas, niega la estatalidad nacional de las mismas, como por ejemplo en caso de Croacia y Macedonia. Tomando el caso de estas dos repúblicas, debo ser completamente franco y sincero para decir: no veo una perspectiva de igualdad de los servios en Croacia, o de la nacionalidad albanesa o turca en Macedonia, si los mismos siguieran negando la estatalidad croata o macedónica respectivamente" ("VUS", Nº 972, Zagreb, 16 XII de 1970).

El fiscal de la capital croata, Zagreb, Slobodan Budak, recalcando la necesidad de rescindir toda idea o práctica con los elementos de centralismo y unitarismo, acota: "Hablando francamente, con esta rescisión no hemos acabado completamente. Debemos hacerlo...". Después de haber explicado la concepción leninista de la nación, Budak prosiguió: "Considero de suma importancia saber en este momento, si nosotros, como Liga de los Comunistas de Yugoslavia y partiendo del punto de vista de que cada nación tiene derecho de constituirse en su comunidad propia, nacional, soberana y republicano-estatal, si somos capaces sacar las últimas consecuencias de las posiciones que hemos tomado de común acuerdo". Una de esas decisiones, según él, sería la siguiente: "La república debe ser organizada como la comunidad nacional soberana y estatal. Esto implica que todo el poder, originalmente, es de la república y que la parte de este poder las repúblicas pueden separar y transferirla... a la federación". Además: "Al Estado socialista lo caracteriza también el monopolio de fuerza (violencia)... Pero el atributo de monopolio de fuerza es atributo propio del Estado y, en consecuencia, este monopolio no lo puede tener, en lugar de la república soberana, su emanación, es decir, la federación. No se puede pasar por alto la cuestión de quienes son los órganos de fuerza como se intenta hacerlo. En Croacia es de amplia difusión la opinión que la policía y el poder judicial deben ser de competencia total de las repúblicas..." (Jesmo li spremni na sve posljedice? - ¿Estamos listos a sacar todas las consecuencias?, en "VUS" 3/12/71).

Vladimir Bakaric a su vez, el comunista Nº 1 de Croacia y uno de los colaboradores más íntimos de Tito, hablando a los comunistas de la Universidad de Zagreb, dijo también lo siguiente: "En el segundo grupo de problemas se halla la cuestión de la relación federación-república, o si quieren así, la relación naciones-federación. Aquí hubo muchísimas discusiones. Muchísimas justamente porque aquí se hallan problemas que se trata unificar mediante el Estado y las organizaciones políticas, conciliando diferencias entre las naciones, las economías, el grado de desarrollo, etc... Lógicamente, tratándose aquí de una estructura superior de la base fundamental económica, alienada del productor inmediato, se han creado posiciones desde que se dispone de plusvalía sin ser sometida a la consideración del mismo productor inmediato. Creándose esos centros de poder, era natural que las diferencias vinieran acentuándose cada vez más. Aquí tenemos... el sitio de nuestros litigios principales" ("Vjesnik" del 22 de febrero de 1971, Zagreb).

El profesor y economista, el Dr. S. Djordan, refiriéndose a las Constituciones anteriores de la Yugoslavia comunista dice: "...la federación había tomado en sus manos todas las funciones esenciales: el conjunto económico total, es decir, todo el sistema de inversiones con el monopolio a la política de desarrollo y de inversiones, monopolio a las relaciones económicas internacionales, toda política de impuestos y finanzas en general... Las repúblicas fueron instaladas por deducción y les fue confiada la función de recaudador de impuestos para las necesidades de la federación, la ejecución de los planes de la misma, etc., mientras su autonomía e independencia eran tan reducidas que ni siquiera se pudo hablar de un federalismo real..." (Ekonomske Funkcije Nove Federacije - Funciones Económicas de la Nueva Federación, en "Studentski - List Gazeta Estudiantil, Nº 21, Zagreb, 17 de noviembre de 1970, pág. 20-21).

Confirmando la misma necesidad de reforma en el sentido antes dicho, el presidente de la Juventud comunista yugoeslava, Janez Kocijanic, esloveno, declaró: "Estamos empeñados en convertir a Yugoslavia en una comunidad de Estados -comunidad socialista de Estados- los que deben desempeñarse como portadores de la soberanía nacional" (en Neue Zürcher Zeitung del 20 de febrero de 1971 en el artículo: Die Schwierigkeiten beim Umbau Jugoslaviens - Las Dificultades en la Reorganización de Yugoslavia).

Este sería un aspecto de la profunda crisis actual yugoeslava. El federalismo formal no pudo solucionar el problema nacional. Es por eso que actualmente se destaca la necesidad de "desmontaje" de la Federación.

En cuanto al aspecto social-económico, la situación parece todavía peor. El centralismo económico parecía al principio llevar al éxito, y aunque el nivel de vida estaba por debajo de los 500 dólares per cápita. El país estaba devastado por la guerra, por lo cual la demanda era muy grande. Todo lo que se producía, encontraba compradores. Desde 1963 las cosas toman otro cariz. El consumo interior disminuye y la mercadería de mala calidad no encuentra clientes en el mercado internacional. Surge la necesidad de la reforma del sistema, pero los centralistas no ceden. El Prof. Djodan explica: "...Se trata del capital, concentrado en manos de la federación y de sus reexportadores como por ejemplo "GENEX" y los bancos de la federación. El monto de ese capital se estima ser de unos 9 billones de viejos dinares. Si quedara a la disposición de una república, pronto toda Yugoslavia se convertiría en el botín de dichos bancos y las sociedades de reexportadores y en la colonia de aquella república. Hay que decir esto abiertamente para evitar más tarde todo malentendido. Nosotros no queremos sin lucha el status de colonia. Nadie tiene derecho renunciar a la parte de dicho capital que pertenece a la clase obrera croata. Hay que devolverlo a clase obrera de cada una de las naciones en proporción que le corresponde". De la misma manera hay que solucionar el problema del balance extrapresupuestario, que igualaba por su monto al presupuesto federal y su contabilidad se llevaba "peor que la de una cooperativa agrícola". "Este fondo hay que liquidarlo y los medios transferirlos a la clase obrera organizada en sus comunidades de trabajo.

El siguiente problema lo constituyen las deudas exteriores invertidas por unos para sus necesidades y pagadas por otros con sus divisas. La solución debe buscarse de acuerdo al principio de que las deudas debe pagarlas el que las creó. El sistema de divisas es una dolorosa cuestión del desarrollo yugoeslavo. Un curso irreal de divisas desanima la exportación, estimulando la importación, lo que crea un déficit de pago astronómico. Mediante este mecanismo salen enormes medios financieros de Croacia a otras repúblicas. Nuestra república tendrá este año (1970) 300 millones de dólares del suficit abierto y, probablemente una vez más, tanto proveniente del clearing particular y las remesas que consignan nuestros obreros en el extranjero para sus familiares. Todo esto pasa a las manos del Banco de la federación (Belgrado) por un cambio irreal, mientras la economía croata queda sin medios para la importación del material de reproducción. Si dicho suficit quedara a nuestra disposición, nosotros tendríamos suficientes medios de desarrollo".

El Prof. Diodan profundiza su explicación: "La nación que consiguió proclamar su capital como capital de la federación, también impuso la política de equipos en la federación, la prioridad de desarrollo de regiones domésticas como también la política de la división de trabajo internacional y nuestra participación en ella. En una palabra: aquel que tenía en sus manos la caja de la federación, no vaciló de sacar de ella la parte de león... Algunas regiones fueron declaradas como desarrolladas y otras no desarrolladas, debiendo las primeras pagar todos los errores del centro, mientras las otras tuvieron poca utilidad de los nuevos y malos objetos. Así se produjo un descontento general".

Para poner en descubierto esta política centralista de desarrollo, Djodan agrega: "En cuanto al fondo de los no desarrollados, lo aceptamos en principio, pero hay que reconsiderar el grado de no desarrollo en una forma más compleja de la que se usaba hasta ahora. Hasta este momento se aplicaba el criterio de la productividad de la economía nacional emitiéndose el factor de consumo, en otras palabras, se analizaba solamente la oferta sin tomar en consideración la capacidad adquisitiva. Este procedimiento es un método anticuado. Pues hoy en día no es difícil producir mercadería pero resulta difícil venderla a crédito.

En consecuencia, resulta económicamente más fuerte quien dispone de más capital financiero. De acuerdo con los criterios de producción y visto a través de las entradas per cápita, Yugoslavia debería tener en 1970 entradas 765 dólares de promedio. Bosnia y Herzegovina, 513; Montenegro, 560; Croacia, 936; Macedonia, 575; Eslovenia, 1.434; Servia, 757; Vojvodina, 827; Nosovo, 312. Si tomamos en consideración el lado financiero, la imagen cambia por completo. Así, el potencial crediticio por cada 100 dinares de la producción nacional alcanza en Bosnia y Herzegovina, 111 dinares; en Montenegro, 228; en Croacia, 108; en Macedonia, 294; en Eslovenia, 121, y en Servia, 227. De acuerdo a lo expuesto, Croacia, aplicado el criterio anticuado, sería desarrollada, pero aplicado el criterio moderno resulta ser subdesarrollada y la más subdesarrollada de todas las repúblicas... El consumo está deformado. Gastan más los que producen menos, porque el potencial crediticio está deformado y mediante esta deformación gran parte de la plusvalía de la producción de unos corre a las manos de los que poseen un potencial crediticio superior. Aquí están los datos al respecto: Bosnia y Herzegovina, Eslovenia y Croacia producen unos 56,6% del producto social de Yugoslavia, disponiendo de un potencial crediticio sólo de 38,3%, mientras Servia, Macedonia y Montenegro producen sólo 43,5% del producto nacional, disponiendo de 61,7% del crédito. En consecuencia, ¿quién es subdesarrollado?". Srecko Bijelic, presidente de la Liga Comunista de Zagreb dice lo siguiente: "Cuando sumamos todas las necesidades y las posibilidades, resulta que la ciudad de Zagreb no puede asegurar 301 millones de dinares para financiar las actividades indispensables. No puede, porque también en 1970 de sus cinco mil millones quedó a su disposición sólo el 20,2%, mientras la federación se llevó 58,2% y la república de Croacia el 21,7%. Estas relaciones son insoportables y hay que cambiarlas..." (En "VUS" de diciembre de 1970).

Las relaciones son verdaderamente insoportables. Si sabemos que Croacia el año pasado pudo tener un suficit de cerca de 600 millones de dólares que tuvo que vender al Banco de la federación por el curso de cambio oficial de 5,70 dinares y aquella entidad los vende en mercado paralelo por 18,20 dinares, resulta claro que Zagreb no puede cubrir sus necesidades más indispensables y en Belgrado, en cambio, están engrosando los fondos financieros. De aquí también las migraciones masivas de los croatas al extranjero y una vertiginosa caída de la natalidad en Croacia. La política centralista-unitarista de Belgrado, conocida de contrabando como política de la "fraternidad y unidad", se convierte así en una verdadera política de genocidio. La reacción violenta y esporádica de jóvenes obreros croatas como últimamente los dos casos en Suecia, ¿a quién puede sorprender, conociendo la realidad en que vive el pueblo croata?

¿Qué se puede esperar de esta lucha por una nueva Constitución y el cambio del sistema? La comisión especial de la Asamblea de Belgrado ha puesto a la discusión pública unas veinte enmiendas. A juzgar por la enmienda 29, que retiene para la federación las funciones políticas y financieras más vitales, no se puede esperar mucho. Bajo la presión centralista -los servios en el país y en la emigración- ("Nasa Rec" de Londres e "Iskra" de Munich, reaccionan unánimemente, defendiendo la supremacía servia). El mariscal Tito pronunció un discurso en la pequeña localidad croata Bugojno, en Bosnia, donde, si bien se declara fautor del decentralismo declinó, enérgicamente la idea de la reorganización del Estado en una confederación. Además, ya con anterioridad dijo que la Liga de Comunistas de Yugoslavia es una organización unitaria y monolítica sin consideración a la división por repúblicas y nacionalidades.

Es poco, en consecuencia, lo que podemos esperar de la actual reforma, cuya campaña entró ya en la fase "del entusiasmo organizado". Si agregamos a estos hechos concretos la opinión de los sabios y especialistas en los asuntos del comunismo internacional, la imagen será completamente clara.

La cuestión, cuál significado tiene la Constitución en un Estado comunista resulta casi superflua. La concepción de derecho en la teoría comunista dista muchísimo de la del mundo occidental. Mientras la doctrina y práctica occidentales le atribuyen una fuerza deontológica propia, la teoría y práctica soviética lo niegan[1].

El "titoísmo" como un "camino especial" hacia el socialismo, no difiere en este sentido del bolchevismo. Al comienzo, en 1945-1952, era su más celoso imitador. Rusia soviética ha cambiado hasta ahora tres Constituciones y la Yugoslavia comunista está discutiendo por su cuarta. Sobre el valor de la Constitución, a que por ejemplo J. Bryce, atribuye la función político-filosófica y puramente jurídica, los teóricos soviéticos opinan lo contrario[2].

Como hemos ya visto, el federalismo yugoeslavo no era ni una sombra del federalismo. El centralismo partidario, unido con la hegemonía servía, dieron la característica fundamental al Estado comunista yugoslavo. La crisis actual, provocada por estos dos factores principales obligaron a una semicapitulación oficial. Palpitando bien el pulso de "sus" pueblos, el mariscal, atemorizado por la suerte de su obra capital, si bien acepta la descentralización, recalca la unidad del Partido y rechaza la idea de la confederación. Una Constitución de carácter confederativo, bajo el poder de la unidad del Partido, tendría el significado de una "orden administrativa", como diría Akripov. Pero, rechazando también la orden administrativa de carácter de una Constitución confederativa, Tito vuelve a someterse a la hegemonía servia y la política de clase, ignorando el problema nacional. Crvenkovski dice, como ya hemos visto, que una política de clase, que también esta vez niega lo nacional en Yugoslavia, es una política equivocada.

Pero aun admitiendo una solución ideal de carácter jurídico-constitucional, sin el desmantelamiento de fondos financieros de Belgrado, aquella quedaría una solución de carácter romántico. Hasta ahora Belgrado permanece inconmovible.

Tendremos que esperar para ver si el monolitismo del comunismo yugoslavo y la hegemonía servia llevarán una vez más la victoria sobre los derechos legítimos de los demás pueblos sojuzgados en aquel Estado multinacional, que presenta serias fisuras incluso dentro del Partido y de acuerdo al criterio multinacional.


Cuentas turbias: La destrucción de la economía croata

Jure Petricevic

Hrvoje Šošić desenmascara el poder y la inescrupulosidad de los bancos centrales y grandes reexportadores, privilegiados por el Estado

El Dr. Hrvoje Šošić y Matica Hrvatska[3] hicieron un gran servicio a su pueblo. El libro de Šošić Cuentas Claras, publicado a fines de 1970, brinda un cuadro documentado del desempeño de los bancos centrales yugoslavos y firmas de reexportación, a los que durante la reforma económica fueron transferidos cuantiosos fondos estatales y conferidas atribuciones de privilegio, de modo que hoy esos entes explotan y expropian a otras empresas, a determinados sectores económicos y regiones, y afectan especialmente a, la economía de Croacia. En base a documentos y datos cuidadosamente recogidos, Šošić prueba que la situación de las empresas en Croacia empeoró considerablemente durante la autogestión y la reforma económica. A primera vista podría parecernos que un sistema rígido de financiación de la renovación de las instalaciones obsoletas y de otros medios radiados de producción, y la reinversión, afectan por igual a todas las empresas y sectores económicos y que se trata de una nueva forma de dirigismo burocrático con el apoyo y abuso del poder estatal en un sistema totalitario. Pero si se tiene en cuenta que en Yugoslavia, país multinacional, tanto el poder central estatal como los bancos y fondos centrales se hallan en manos de los servios, entonces, dado el conflicto croata-servio, la economía croata sufre las consecuencias, y la servia se beneficia con el nuevo sistema de financiación y reinversión. Precisamente, este aspecto del problema queda aclarado en la exposición de Šošić, de modo que su libro nos recuerda la obra publicada hace más de tres décadas, de R. Bicanic "La base económica de la cuestión croata" [4] y llega, en parte, a conclusiones idénticas. La diferencia estriba en que Bicanic había abarcado todos los sectores de la vida pública, y Šošić se limita a la financiación de los medios amortizados de producción y a las nuevas inversiones. Al esclarecer esos problemas surgen en toda su complejidad las relaciones económicas y política entre Servia y Croacia, y la aguda cuestión croata pendiente.

Cabe resumir el análisis financiero exhaustivo de Šošić como sigue.

La propiedad privada, confiscada y expropiada después de la llegada de los comunistas al poder en 1945, constituyen la base principal de las empresas colectivas. Hasta 1950 y en parte hasta 1965 el Estado, es decir el Gobierno Federal de Belgrado, disponía directamente de esos fondos. El Estado establecía, mediante un plan social, el desarrollo de las empresas y su financiación. Dicho procedimiento quedó en vigencia incluso después de la introducción de la reforma económica en 1965. La administración y la dirección de las empresas fueron confiadas a las "colectividades de trabajo", mas la función de financiar la renovación y la inversión fue reservada al Estado, es decir a los bancos centrales y ciertas firmas comerciales. Los dineros necesarios fueron recaudados con métodos centralistas y estatistas, sin ser devueltos a las empresas. De ese modo las empresas no pudieron disponer de la mayor parte de sus amortizaciones, derivadas al fondo central de amortización.

En el viejo sistema, el Estado devolvía dichos fondos según criterios especiales. Para muchas empresas esos recursos fueron limitados y bloqueados, utilizados según criterios,políticos en otras regiones, generalmente, allí donde favorecían los intereses granservios, de modo que se hablaba de las "fábricas políticas" e "inversiones políticas". Con esas maniobras quedó malparada la economía de Croacia, Eslovenia y Bosnia-Herzegovina.

Durante la reforma económica el viejo sistema centralista de recaudación de los recursos para la reinversión -destinados a la renovación de los medios obsoletos y a las nuevas inversiones- fue reemplazado por un nuevo sistema de crédito. Las empresas pueden obtener los recursos necesarios, pero deben devolverlos con intereses altos, aunque esos fondos fueron sacados de los ingresos de esas mismas empresas. Paralelamente, el Estado sigue reteniendo una parte considerable de los ingresos de las empresas para financiar las nuevas inversiones de carácter público. Huelga, subrayar que ciertas empresas no tienen que devolver los fondos invertidos, mientras que otras, al asumir las obligaciones de un crédito oneroso, se volvieron no competitivas. A una empresa se deja todo, a la otra nada. Por otra parte, al adaptarse el nuevo sistema de financiación, las inversiones quedaron divididas en dos grupos: los fondos básicos y los operativos. Como los fondos básicos de inversión pagan intereses más bajos, el nuevo sistema da prioridad a los créditos para los fondos operativos, créditos a corto plazo, que a su vez, en condiciones desfavorables, deben utilizarse en las inversiones a largo plazo.

Esa división es la parte integrante de la nueva política de financiación de las inversiones después de 1964. Entonces, vale decir con anterioridad a la reforma agraria, quedaron suprimidos los fondos de inversión y transferidos a los bancos. De esa manera la reforma implantada no pudo alcanzar sus fines por cuanto la decisión sobre los fondos de amortización y las inversiones fue tomada un año antes por el aparato burocrático servio en el Gobierno Federal. Además, los recursos del fondo de vivienda fueron transferidos a los bancos en 1966.

El poder de los bancos iba creciendo. Los bancos centrales y, por su intermedio, las grandes empresas de exportación[5] reciben del Banco Nacional de Yugoslavia, de sus emisiones de billetes, créditos gratuitos que a su vez otorgan a las empresas con altos intereses y otras condiciones muy onerosas. Vale decir, utilizan los fondos heredados y los cuantiosos créditos gratuitos, provenientes de la emisión de billetes, sin ningún control por parte de la economía y sin normas definidas.

De ese modo los bancos centrales y las firmas exportadoras de Belgrado se convirtieron en un gran poder, son amos de las economías y también importantes factores políticos en vista de la política anticroata de la federación granservia que en el ámbito económico practicaba hasta la reforma el aparato estatal centralista en forma directa y después de 1964/65 en forma indirecta por intermedio de los bancos y reexportadores. De ahí que la caída de Rankovic en 1966 no pudo, en el campo económico, traer alivio alguno para las repúblicas de Croacia, Bosnia-Herzegovina y Eslovenia.

Comentando el nuevo sistema de financiación, en comparación con el anterior, Šošić con acierto subraya un rasgo común a ambos sistemas: quienes deciden acerca de la financiación ni antes ni ahora se responsabilizan de las consecuencias económicas de sus medidas. Las decisiones las toman los funcionarios, los empleados de los bancos y grandes firmas sin ningún control por parte de la opinión pública, sin la obligación de rendir cuentas y, por ende, sin las sanciones inherentes. Esos funcionarios servios son únicamente responsables ante sus connacionales y los superiores en el Partido comunista, en el ejército y el Gobierno Federal.

Este cuadro se completa si se agrega que los fondos monetarios quedaron intactos, que todo el movimiento de divisas en el mercado oficial paralelo y negro, se realiza a través de estas mismas instituciones. Las empresas reciben de sus operaciones con las firmas en el extranjero una ínfima parte de las divisas ganadas, en promedio el 7% (la llamada cuota de retención), de libre disposición. Šošić, a la luz de documentos, prueba que los bancos centrales y las firmas reexportadoras sacan sin escrúpulos, al distribuir los créditos, esas divisas pagando por ellas según el curso oficial de cambio y luego las venden en el mercado negro, obteniendo ganancias fabulosas.

En vista del conflicto croata-servio resultan de suma importancia las inversiones colocadas en Servia con ventajas y preferencias especiales. Tales preferencias federales benefician a Djerdap (*) y la producción automovilística, lo que quiere decir que reciben créditos sin intereses y ciertas sumas sin obligación de devolverlas, dispone de divisas y de las facilidades fiscales, etc. De ese modo se engrandece, Belgrado, y Zagreb, capital de Croacia, queda estancada. En contraste con las preferencias federales para las inversiones en Servia, en Croacia quedan rezagadas la industria naviera, la flota mercante, el turismo, la agricultura, las comunicaciones, la industria manufacturera que van de crisis en crisis.

Esta somera reseña permite apreciar las consecuencias negativas del nuevo sistema de financiación para la economía de Croacia y Eslovenia. El creciente capital de los bancos y de las firmas privilegiadas se fusiona con la emisión de billetes y constituyen el capital financiero indivisible que desde 1965 domina en la economía. Eso genera la disminución de la capacidad de inversiones de las empresas, y el capital financiero, en lugar de los productores directos, se erige en el factor principal. La economía depende cada vez más del capital financiero, su poder de autofinanciación decrece y los productores directos participan cada día menos ahora que antes de la reforma en la reproducción de los fondos básicos y operativos. De esa manera quedaron burladas la idea y la exigencia de que la economía participe más en las ganancias. La economía, no decide sobre las inversiones ni sobre el empleo de una parte de la amortización para compensar los medios obsoletos de la producción. "El capital financiero ocupa tal posición que en base al capital de los valores creados se sacan más recursos que del trabajo... No se practica la reinversión de acuerdo a las necesidades de las empresas de autogestión sino en relación capital financiero-trabajo, donde el capital juega el papel predominante y, según el grado de su participación en el proceso de producción, adquiere el derecho legítimo de absorber la mayor parte de las ganancias".

En Croacia hay muchas fábricas anticuadas. Estas plantas perimidas se sienten especialmente afectadas y su situación se agrava. Al pasar del viejo sistema administrativo al nuevo, supuestamente autónomo y autárquico, las empresas no recibieron los valores radiados de los medios de producción. Las amortizaciones obligatoriamente bajas acusan en los libros contables una mayor ganancia ficticia, lo que ofrece, un cuadro erróneo del éxito de las empresas, mientras que, en realidad, faltan los recursos para absorber los mayores costos en cuanto a la reposición de las maquinarias, instalaciones y dependencias. Esas empresas anticuadas se vuelven cada vez más inoperativas y Belgrado destina los fondos de amortización a otros fines.

El banco agrícola yugoslavo Poljobanka controla y explota extensas áreas rurales en Croacia. Šošić demuestra cómo ese banco durante años utilizó los fondos de "Belje" y de otros establecimientos agrícola-ganaderos (sus depósitos y divisas) ganando sumas ingentes, rehusando otorgar recursos a dichos establecimientos para reponer maquinarias, implemento y hacer inversiones indispensables. Los créditos se conceden a plazos cada día más cortos y en condiciones cada vez más onerosas. Lo dicho vale no sólo para los establecimientos mencionados sino para toda la economía de Croacia. Šošić afirma: "No se trata de excesos ni de casos aislados sino del proceso de una expropiación total de la economía por parte del capital financiero... En 1969 la entera economía de la República Socialista de Croacia ganó menos dinero destinado al fondo operativo, que el importe de las obligaciones vencidas para con el capital financiero... Ya no cabe decir que el capital financiero presta dinero a intereses usurarios. Hoy debemos decir: se trata de un robo desenfrenado e inescrupulosos".

Los bancos centrales y las grandes firmas exportadoras ganan sumas fabulosas mediante los llamados "intereses beneficiados" que para, los créditos en determinados sectores económicos se pagan por anticipado de los fondos estables por el plazo de 25 años. Por ello Poljobanka invierte mucho en el turismo y, según el cálculo de Šošić, recibe enseguida el 55% de la suma invertida y además de 8 a 9% de interés anual. No es extraño pues que Poljobanka pudiera aumentar su fondo crediticio más de trece veces, es decir de 72 a 951 millones de dinares desde 1964 hasta 1969.

Šošić cita un ejemplo palmario de la inversión en la industria turística. El crédito por 48 millones de nuevos dinares fue acordado por 25 años en las siguientes condiciones: 1) el interés básico es el 5%, los intereses adicionales para el turismo el 3%, luego es necesario agregar los intereses beneficiados del 2,5%, provenientes de los fondos federales, pagaderos por adelantado por el plazo de 25 años. Para las anualidades impagas el beneficiario abona los intereses punitivos del 4% anual. 2) El beneficiario del crédito debe vender a Poljobanka, los dólares ganados por valor de 8,9 millones de nuevos dinares según un acuerdo especial (vale decir, según el curso oficial y si faltan esas divisas el beneficiario debe adquirirlas en el mercado negro; Poljobanka luego las vende en el mercado negro ganando diferencias sustanciales). 3) El contratista debe también comprar y vender a Poljobanka divisas convertibles por valor de 500.000 dólares. 4) El contratista, debe ser registrado en dicho banco y depositar 1 millón de nuevos dinares, pagaderos en cinco cuotas anuales y no rescatables. 5) El contratista en el plazo de 30 días, a partir de la adjudicación de la obra, debe depositar en Poljobanka el importe de 5 millones de dinares por tres años con el interés del 6%. Si no dispone de esta suma el banco, la retiene de la liquidación de los certificados y la contabiliza como una obligación no cancelada.

El contratista y el beneficiario viven en Croacia y de ese modo se trasvasan los fondos de una república a otra. Šošić concluye: "Ello prueba que el capital financiero tiene en jaque a toda actividad económica y cada día, más la explota y expropia". Esta construcción financiera de Poljobanka, como de otros bancos centrales y entes financieros, es muy compleja y "difícilmente la entenderá quien no esté versado en la materia contable". Šošić cita este ejemplo de la relación entre Poljobanka y el contratista de obra. El banco tuvo que abonar a una empresa constructora un millón de dinares por los trabajos ejecutados. No le pagó esta suma sino que le obligó a ejecutar dichos trabajos por cuenta del banco (y no por cuenta de la empresa turística) con la condición de pagarlos en tres años con el 6% de interés. "Ahora Poljobanka se presenta ante la tesorería estatal y reclama el pago anticipado por 25 años del 2,5% por haber abonado un millón de dinares, y dicho interés importa 330.000 dinares. Poljobanka exhibe sus "derechos legítimos" pues argumenta haber abonado a la empresa constructora por la edificación del hotel para los turistas extranjeros. El hecho de no haber abonado lo justifica alegando que el contratista "voluntariamente" depositó esta suma a plazo fijo. "No importa el hecho de que el contratista carecía de dinero, importa crear nuevos papeles (no documentos, por cuanto son falsos) y en base a esos papeles se saca dinero del Estado y de la sociedad". Ante la tesorería del Estado se presentará Poljobanka, aunque el acreedor real es la empresa constructora. "La empresa constructora, tuvo que vender sus derechos a Poljobanka para poder conseguir el trabajo", afirma Šošić. Qué dimensión asumieron tales transacciones lo evidencia Ekonomska Politika (revista bien informada, en opinión de Šošić) que sostiene que los intereses beneficiados para 1970 importarán más de 2.000 millones en lugar de los 250 millones previstos.

Las obligaciones contraídas por la empresa turística y constructora, en cuanto a la provisión de divisas que deben hacer a costa de los trabajadores, significan qué "los obreros no tendrán que ir al extranjero sino construir a su propio país".

Leyendo el trabajo de Šošić, uno recuerda las maniobras de explotación que realizaba la camarilla granservia en la Yugoslavia monárquica. Entonces como ahora se hablaba en Croacia de robo, estafa, expoliación y malversación. Son métodos a que recurre el submundo, la maffia y las organizaciones delictivas de los gangsters.

Un ejemplo ilustrativo son las empresas reexportadoras "Generalexpor" y "Genex", de las que se ocupa Šošić in extenso. "Genex" con sus operaciones se convirtió en Croacia en ejemplo de la explotación servia. Si bien concede créditos a un interés promedio del 6,45%, las condiciones con la venta de divisas y los créditos acordados le reditúan de ese modo un interés anual superior al 25%. Para encubrir sus ganancias, publica balances prefabricados que no se conocen en la práctica y la teoría de la contabilidad. Šošić interpela públicamente a "Genex" sobre sus ganancias en las transacciones con divisas y las demás operaciones comerciales y financieras. Respecto a sus ganancias con divisas dice textualmente: "Si esta ganancia es menor del 30% y si "Genex" lo demuestra, reconoceré públicamente que soy un mentirosos".

Pero lo peor es que "Genex" realiza estas pingües operaciones utilizando los recursos de las emisiones de dinero del Banco Nacional, sin que se sepa cuántos son estos recursos. "Este dinero le sirve para llegar, con torcidas operaciones financieras, a la posición de explotar a otras empresas que tienen igual derecho a usufructuar el crédito. "Genex", gracias a su posición privilegiada, pudo acumular un enorme capital y actualmente el Banco Nacional le otorga ingentes créditos" para los fines operativos que sirven a los reexportadores para transformar sus propios recursos en inversiones y sacar la ganancia a quienes dan el crédito. Es obvio que no podría hacerlo si el Banco Nacional le suspendiera los créditos y les otorgara a las empresas que ahora son deudores de "Genex" en las condiciones más abusivas.

Los bancos centrales y las grandes firmas exportadoras, con el apoyo del Banco Nacional de Yugoslavia, crearon de ese modo un monopolio monetario-crediticio, capaz de explotar a las demás empresas y provincias, comprarlas y arruinarlas económicamente. Šošić recalca que los términos explotación y expropiación son demasiado suaves para definir ese sistema y que habría que inventar nuevos términos para caracterizar el procedimiento del capital financiero yugoslavo. El interés de los bancos y las firmas reexportadoras de Belgrado consisten, según Šošić, en lo siguiente: que la economía, disponga con muy escasos medios financieros; que se reduzca al mínimo la capacidad acumulativa de la economía, disminuyendo así las reinversiones; que la diferencia entre el valor real de las divisas y su cambio oficial sea mayor, posibilitando así mayores beneficios y que con los instrumentos como, por ejemplo, los intereses beneficiados para el desarrollo turístico, se facilite el más rápido crecimiento del capital financiero.

"Ese modo inescrupuloso de expoliación de economía" es posible "porque los montos adeudados y vencidos son superiores a las ganancias de las empresas y porque todos los canales que vuelcan los recursos pasan por la red existente de las instituciones bancarias", porque todo crédito extranjero de uno, u otro modo debe, gestionarse a través de los bancos que "exigen el depósito de grandes sumas de divisas que enseguida vuelcan al mercado", y porque únicamente los bancos y las empresas de reexportaras pueden beneficiarse con los créditos del Banco Nacional y no directamente las empresas.

Resultan sumamente interesantes aquellas partes del estudio de Šošić que demuestran como el capital bancario lleva necesariamente a la quiebra de las empresas. Ese capital se vuelca preferentemente a las empresas deficitarias, pues con su quiebra y pérdidas únicamente él gana y todos los demás pierden. Semejante procedimiento no significa sólo la explotación sino que lleva a la liquidación de la empresa, pues el capital nada arriesga. Toda la ganancia de la empresa pasa al capital de los bancos y de las firmas inversoras en forma de datos, intereses, los ingresos personales de los obreros y empleados disminuyen, se reducen las obligaciones legales hacia la comuna y el Estado.

Se aplican métodos especiales en las operaciones con las divisas y en el otorgamiento de créditos. Últimamente los bancos acuerdan créditos a largo plazo para la promoción turística con la condición de que los beneficiarios del crédito deben pagar la deuda según el curso vigente en el momento de firmarse el contrato. Lo que quiere decir que los bancos se beneficiarán con todas las devaluaciones posteriores. Jugobanka acordó a una empresa de Rijeka un crédito en dineros, pagadero en divisas durante cinco años, y con el interés en dinares del 7,5% anual. Según el curso vigente en el mercado negro, por un dólar se pagaba 18,20 dinares, lo que quiere decir que el beneficiario del crédito abona al banco la diferencia del 45,6%, diferencia esta entre el curso oficial y el mercado negro de cambios. En otro caso "Genex" otorga el crédito de 10 millones de nuevos dinares con el 8% del interés y con la condición de que el beneficiario debe venderle, antes de disponer del crédito otorgado, la suma de 800.000 dólares según el cambio oficial. "En el mercado negro de divisas un dólar vale 18,20 dinares, lo que significa que el beneficiario del crédito de Genex, antes de aprovecharlo, debe comprar divisas por la suma de 4.560.000 dinares". Ese sistema Šošić lo define como "la pesca en las aguas turbias".

Šošić, censurando la discriminación en el trato que se da a las empresas croatas y servias, propone la nacionalización del capital financiero "que debería sacarse a los bancos ya los reexportadores sin compensación alguna y devolverlo a las empresas con destino a los fondos operativos de la economía". Exige también que la federación transfiera importantes funciones económicas a las repúblicas y provincias. Ante todo solicita que se efectúe un balance total de los recursos disponibles, del debe y haber". "Este balance financiero debería contener además de los bienes y del patrimonio nacional de Yugoslavia, todo haber y debe indicando las causas de los ingresos y las deudas". Todos deberían estar en el mismo punto de partida; habría que hacer la revisión de los contratos, mediante los cuales el capital de los bancos y de los reexportadores impuso a la economía las condiciones de explotación, suprimir a los bancos y a las firmas privilegiadas los créditos del Banco Nacional y ponerlos a disposición de la economía, etc. Šošić hace también varias otras propuestas interesantes y lógicas.

***

Este exhaustivo estudio de Šošić requiere algunas notas marginales. La propuesta "tercera nacionalización" indudablemente aliviaría y mejoraría la situación de la economía croata. Es obvio que si se sigue con los métodos actuales de financiación, la independencia de la economía croata corre gravísimo peligro de convertirse en la propiedad de los grandes bancos y reexportadores servios con el apoyo estatal. Eso llevaría a Croacia al status de colonia frente al amo imperialista, cuyos propósitos políticos son la emigración acelerada de los croatas y a la larga su exterminio como nación.

Teniendo en cuenta el régimen terrorista de Rankovic bajo el disfraz de la "reforma económica" cabe dudar en las posibilidades de un acuerdo entre los imperialistas servios y los reformistas croatas. Las propuestas actuales sobre la creación de una "nueva federación" no son alentadoras para los croatas. ¿Qué harán los reformadores croatas si sus demandas son desoídas? Es el primer interrogante que se plantea al leer el estudio de Šošić.

Los métodos actuales y el sistema de gobierno de Belgrado no difieren mucho de la política discriminatoria de la Yugoslavia monárquica. Stjepan Radic al censurar esos métodos de explotación y desnacionalización cayó víctima del imperialismo enano servio. Hoy critican ese sistema los economistas, los profesores, las instituciones culturales y científicas, mientras Tito y Bakaric, líderes políticos de los comunistas, declaran que la cuestión nacional croata fue borrada del orden de día en 1945, que está en principio solucionada y que es preciso rectificar únicamente ciertos "aspectos clasistas" de dicha cuestión. Los hechos, sin embargo, dicen claramente que la tremenda explotación y expropiación actual de la economía croata son precisamente la consecuencia del pendiente problema nacional croata.

Mientras los dirigentes comunistas croatas, pesa a la postura de Tito y de Bakaric, no se convenzan de ello, no se podrá solucionar el problema económico en el sentido de los postulados de Šošić. Sin la realización de la autodeterminación nacional y sin la cooperación con las fuerzas anticomunistas de Croacia, que sostienen la necesidad de un Estado independiente y democrático de Croacia, no cabe esperar soluciones positivas y duraderas en ningún sector de la vida nacional.

Brugg, Suiza

 


Cisma en la estructura de poder e ideología del marxismo-leninismo

Su impacto en la política mundial

D.A. Tomasic

I

La estructura original de poder de las sociedades contemporáneas bajo el régimen comunista se funda en los principios teóricos e ideológicos, elaborados por Lenin y enraizados en el marxismo y el anarquismo ruso. Lenin, siguiendo los pasos de su hermano Alejandro, un anarquista, ejecutado por haber completado el asesinato del zar, decidió vengar a su hermano destruyendo al zarismo. Lenin, empero, para alcanzar su propósito, buscaba modos más eficientes que el método de asesinar a líderes individuales como hacían los anarquistas. De ahí que, al conocer el socialismo marxista, Lenin aceptó sus premisas básicas según las cuales el orden capitalista sería derribado por la acción revolucionaria masiva del proletariado y no mediante el terrorismo individual. Lenin, además, resolvió derribar el sistema zarista durante su vida y, en consecuencia, no quería esperar que el capitalismo en Rusia alcanzara el punto en que la concentración del capital en manos de pocos y la pauperización de las amplias masas populares originaran el derrumbe del sistema capitalista, conforme lo predijo Marx. En opinión de Lenin tal proceso duraría mucho tiempo en la Rusia zarista que, comparada con la Alemania de Marx, no estaba todavía suficientemente adelantada en el orden industrial. Los obreros industriales -la fuerza de choque de la revolución proletaria según Marx- entonces eran pocos en Rusia cuya población la constituía en gran extensión el campesinado iletrado.

Para superar esas dificultades y acortar "el inevitable proceso histórico hacia el comunismo", Lenin inventó la teoría adaptable a sus propósitos. Sostenía que la teoría marxista de la revolución era correcta para el sistema capitalista en los tiempos de Marx, pues entonces en la Europa Occidental el capitalismo estaba en la plenitud de su vida, todavía vigoroso y expansivo. En el ínterin, afirmaba Lenin, el sistema capitalista había pasado su cenit, decaía rápidamente y que se encontraba "moribundo". El nuevo capitalismo monopolista se debatía en contradicciones internas, y no sólo entre los obreros y el capital, sino también entre los mismos países capitalistas que pugnaban por el control de los mercados mundiales, situación que, según Lenin, llevaba a las guerras mundiales y revoluciones internas. En su opinión, el curso ineludible hacia la revolución debe acelerarse, sin demora alguna, para desarrollar la conciencia de clase en la gran mayoría de la población. La revolución, decía Lenin, debía realizarla un selecto grupo de conspiradores profesionales full-time y revolucionarios hábiles, quienes como "la avanzada del proletariado", socavarían el gobierno capitalista existente, confundirían la clase gobernante, la desacreditarían a los ojos del pueblo y conducirían a las masas frustradas y desorganizadas a tomar el poder.

En opinión de Lenin, expertos revolucionarios y especialistas en la conspiración, necesariamente no debían ser proletarios. Todos, sin distingo de origen o profesión, serán bienvenidos en las filas de esa élite revolucionaria para ser líderes de la revolución proletaria con tal de aceptar el interés de la clase obrera como propio y adoptar la "estrategia y táctica" de la revolución. Según Lenin, deben dedicarse íntegramente a la causa de la revolución y subordinar todos sus intereses personales, incluso los de su familia, a la causa revolucionaria. Deben trabajar full-time como agentes profesionales de la revolución y, por lo tanto, han de someterse a un entrenamiento riguroso y más eficiente que el de la policía zarista; dentro de la organización revolucionaria sus miembros deben someterse a la disciplina militar de hierro. Siguiendo la posición y prácticas anarquistas, Lenin aprobaba métodos despiadados, crueles y terroristas en la consecución de los objetivos de la revolución. Declaró que cualquier cosa hecha para promover la revolución era ética y buena. Al igual que los anarquistas, Lenin esperaba que los revolucionarios pusieran sus vidas a disposición del liderazgo revolucionario. O como más tarde declaró Fidel Castro: "La vida del revolucionario pertenece al Partido".

En opinión de Lenin, la revolución proletaria es la guerra de exterminación más cruenta, la lucha sin cuartel, por la vida o muerte. O los revolucionarios proletarios destruirán a los capitalistas y los restos del feudalismo o ellos mismos serán aniquilados. La cuestión era quién destruiría a quién, decía Lenin. La revolución, por lo tanto, como cualquiera otra guerra, debe ser conducida por los estrategas militares y todos los revolucionarios profesionales deben estar entrenados en la estrategia militar como asimismo en la conspiración y subversión. Lenin mismo estudió las obras del estratega militar alemán Klausewitz, al elaborar sus principios estratégicos y tácticos de la revolución comunista.

Como toda guerra, también la revolución proletaria debe contar con un Estado Mayor. En el sistema leninista, los revolucionarios profesionales están organizados como un partido político cuyo Comité Central y Politburó componen el Comando Supremo que dirige todas las actividades subversivas y revolucionarias y toma las decisiones finales en cuanto a la estrategia y táctica de la revolución. Para conseguir mayor eficiencia y asegurar el éxito de la revolución, las decisiones del Comando Supremo deben ser obligatorias para todos los miembros del Partido. Como algunos otros aspectos del leninismo, el descripto sistema autocrático de organización fue calcado según la estructura de poder de los anarquistas rusos. Lenin, empero, deseaba al mismo tiempo conferir a su sistema de poder una apariencia democrática para que él y sus movimiento no fuesen acusados de métodos dictatoriales. Tratando de combinar los aspectos conspirativo y militar de la revolución con los principios democráticos, Lenin inventó el lema, conocido como "centralismo democrático", que consistía en un sistema autocrático de gobierno bajo el disfraz democrático.

Según este principio organizativo, todos los miembros del Partido son alentados a discutir libremente los problemas corrientes y luego a tomar decisiones en votación libre. El voto mayoritario toma la decisión, entendiéndose que todos los miembros del Partido, prescindiendo de su voto, deben apoyar, promover y aplicar unánimemente la decisión mayoritaria en la medida en que lo permitan su capacidad y energías. Estaban terminantemente prohibidos cualquier desacuerdo o intentos para formar facciones en base a sus diferencias de opinión, lo que debía erradicarse inmediatamente mediante "purgas" y liquidaciones que servían como una operación quirúrgica de un tumor potencialmente fatal que de otro modo destruiría al Partido.

Fue este sistema de la organización partidaria que permitió a Stalin y luego a otros líderes comunistas perpetuarse en el poder. El instrumento principal de esta modalidad de perpetuarse como líder máximo del Partido y del Estado constituyó otro principio del "centralismo democrático", según el cual cada cuerpo subordinado del Partido, en todos sus niveles, debe aceptar y aplicar "sin disputa, presta y correctamente" las órdenes o instrucciones emanadas del nivel superior. El mismo principio fue usado para imponer a los miembros del Partido cada una y todas las decisiones, tomadas en la cúspide del poder partidario. Semejante control monolítico se logró mediante el sistema de la manipulación conspirativa.

Stalin, siendo secretario general del Partido, mientras Lenin estaba enfermo y guardaba cama, preparó el terreno para su accesión al poder tras la muerte de Lenin organizando una cadena de Secretariados desde la base hasta la cúspide de la pirámide del Partido. Los titulares del Secretariado, seleccionados por Stalin, fueron responsables a él personalmente y obligados a aplicar "sin disputa, presta y correctamente" sus órdenes e instrucciones personales, so riesgo de su purga o liquidación. Conociendo la rivalidad de otros líderes supremos en el Partido y sabiendo que Lenin desconfiaba de su tendencia a acumular el poder en sus manos, Stalin montó esta máquina partidaria como un instrumento que le iba a ayudar a eliminar del Comité Central y del Politburó a sus enemigos y luego llenar esos altos cuerpos con sus fieles adeptos.

De acuerdo a los estatutos de los Partidos comunistas de tipo leninista, el principal cuerpo resolutivo del Partido es el Congreso del Partido que se reúne periódicamente. En el ínterin el Partido es gobernado por el Comité Central y por el Politburó, ambos foros elegidos por el Congreso del Partido. Por lo tanto, la preocupación principal del supremo líder partidario, decidido a perpetuarse en el poder, consiste en controlar las decisiones del Congreso. Las elecciones son indirectas y se realizan en los niveles locales, regionales, provinciales y nacionales. En cada uno de esos niveles, la elección de los delegados al Congreso debe manejarla el Secretariado del nivel respectivo, de tal modo que elimine cualquier candidato de oposición a favor de los partidarios adictos al líder supremo. En este caso, como también en los debates concernientes a otros temas en los foros del Partido en todos los niveles de la organización partidaria, se recurre a la conspiración detrás de los bastidores.

El recurso de este juego conspirativo permitió a los líderes partidarios en todos los niveles de la organización del Partido imponer su voluntad e incluso aparentar que la decisión de la respectiva organización partidaria era tomada o de modo democrático y con el consentimiento de todos los miembros o delegados presentes del Partido. La faz conspirativa de esta técnica de gobierno consistió en un sistema de juntas secretas que tomaban decisiones finales. Esas decisiones se mantienen secretas y luego las discuten abiertamente todos los miembros del foro partidario o de la organización partidaria. Por ello, cuando el Primer Secretario de la Organización partidaria recibe una orden de su instancia superior, inmediatamente proyecta cómo promover que dicha orden sea aceptada, discutiendo el problema y trazando la estrategia con sus ayudantes y consultores. Cuando se decide la estrategia en la reunión de ese "círculo interno", entonces a unos cuantos afiliados al Partido, hombres de confianza -particularmente a los que aspiran a alcanzar el status de "cuadros" o funcionarios profesionales del Partido-, se les pide ayuda. Se les instruye apoyar con vigor, durante la discusión del problema en la reunión de los miembros o delegados del Partido, las propuestas hechas por el secretario del Partido y otros cuadros profesionales del Partido. Por regla general, las discusiones llevadas de esa manera no terminan hasta que la reunión del Partido o del foro partidario acepte por unanimidad o con mayoría abrumadora el punto de vista del Secretario. Así en todos los niveles de la organización social, es decir en cada institución social, política, militar, profesional, docente, cultural, recreativa, deportiva u otra, el núcleo partidario es el que toma las decisiones finales sobre todos los temas.

Cuando el Partido no está todavía en el poder sino en la oposición legal y lo integran patriotas idealistas, además de individuos ansiosos de poder y fanáticos propensos a la violencia, llegar a esa unanimidad puede exigir mucho tiempo y requiere gran dosis de paciencia para convencer a todos los presentes que se siguió el procedimiento democrático. Mas cuando el partido está en el poder y los ambiciosos, arribistas y oportunistas ocupan puestos clave, entonces se simplifica el problema de tomar por unanimidad las decisiones, siguiendo las directivas del primer secretario del Partido, puesto que el desacuerdo con el secretario del Partido, incluso en los niveles más bajos, se torna en obstáculo para la promoción de uno y puede terminar en su remoción o purga. De ese modo "la purga permanente" se convierte en instrumento de la regimentación total de los partidos comunistas en los niveles nacionales e internacional bajo el liderazgo de Stalin de la Internacional Comunista. En semejante sistema, una oposición al primer secretario en los niveles inferiores de la organización es posible cuando una instancia superior muestre su desagrado con su trabajo, brindando así la oportunidad a otro funcionario profesional del Partido a reemplazarlo. En el modelo stalinista de la organización partidaria a cada secretario principal en los niveles inferiores se le asigna uno de sus rivales personales como vigía y candidato al puesto respectivo.

Stalin no hubiera logrado regimentar todo el movimiento comunista en el mundo de no haber conseguido tener bajo su control total al Partido Comunista de la Unión Soviética. Lo hizo recurriendo a las manipulaciones conspirativas y a la purga desde la base hasta la cúspide de la pirámide partidaria y digitando la elección de los delegados a las conferencias y congresos partidarios en que se elegían los foros partidarios y tomaban decisiones sobre las líneas principales de la política partidaria y estatal. Siguiendo el modelo stalinista, la cadena de los Secretariados del Partido (eje secretarial) se convirtió en el pilar del poder del Partido en sus similares de todo el mundo. La pérdida del control de este eje secretarial significó la pérdida del control del Partido, según lo demuestran los casos de Malenkov, Khruschev y Mao.

II

El sistema de control descripto precedentemente deriva del concepto leninista del liderazgo partidario como un "cuerpo estable y autoritativo" que actúa "en perfecta armonía". Sin embargo, el ascenso constante a la cumbre de la jerarquía del Partido de individuos ansiosos de poder y ambiciosos, y la declinación de humanistas y patriotas desinteresados hicieron que la lucha por el poder se convirtiera en el problema central en todos los niveles de la jerarquía del Partido. Precisamente, este cariz del desarrollo originó eventos de largo alcance en las sociedades bajo el gobierno comunista, tanto en el plano nacional como internacional.

Pues la máquina política, concebida por Lenin y perfeccionada por Stalin, funciona sin trabas mientras reina una "armonía perfecta" en los organismos supremos: el Politburó y el Comité Central. Pero cuando se desata la lucha por el poder en dichos cuerpos, sobre todo en el Politburó y cuando esta pugna no se resuelve enseguida mediante purgas, entonces todo el eje secretarial puede verse afectado y la estructura de poder puede desintegrarse tanto en la pirámide del Partido como en la jerarquía gubernamental, como lo demostró el caso chino.

Igualmente el control monolítico por parte de Kremlin de todo el movimiento comunista mundial empieza a desmoronarse cuando el eje secretarial internacional, construido por Stalin, no funcionó adecuadamente. Mientras no hubo Estados comunistas independientes, salvo la Unión Soviética, se mantuvo el stalinismo monolítico. Pero tan pronto se establecieron esos Estados y estalló el conflicto entre los intereses creados de esos Estados y los de la Unión Soviética, se debilitó la entera estructura internacional de poder, construida por Stalin. Este proceso de desintegración fue acelerado por el tipo de personalidades, deseosas de poder, que tendían a ascender a las cumbres de las jerarquías comunistas y debido al respaldo que encontraron en las amplias capas de la población para la defensa de los intereses nacionales contra la intrusión soviética.

Antes de tomar el poder, los partidos comunistas se dirigen no sólo a los individuos ansiosos de poder y a la inteligentsia humanista, sino también a los oprimidos, desechados, explotados y humillados, tanto individuos como, grupos, incluyendo a las minorías étnicas y religiosas, como también a aventureros, neuróticos u otros tipos humanos. Incluso antes y durante la revolución los líderes ambiciosos están escalando los puestos en la jerarquía partidaria a expensas de otros gracias a su astucia en maniobrar y a su crueldad en alcanzar su objetivo "pisoteando los cadáveres de sus compañeros". Antes de conquistar el poder, pueden ser utilizados otros miembros si rinden servicio al Partido, tales como idealistas y patriotas como también la inteligentsia humanista si ocupa un puesto de influencia. Esta gente es utilizada para minar el sistema vigente, suministrar información útil o prestar otra ayuda que promueva los fines del Partido. Pero, conquistado el poder y consolidado el gobierno comunista, su utilidad disminuye. En esta fase, la preocupación de los líderes ambiciosos en consolidar su poder personal empieza a alejar a los idealistas, humanistas, patriotas, como también a las minorías étnicas u otras. De ese modo muchos cuadros, miembros y simpatizantes del Partido se retiran a la pasividad ("migración interna"). Otros critican abiertamente que el régimen traicionó los objetivos proclamados por el Partido y son purgados o liquidados "prescindiendo de sus méritos", según lo ordenó Lenin.

En un sistema totalitario de gobierno, el futuro de la sociedad que controla depende en gran parte de la composición del núcleo que toma decisiones. Si esa clase gobernante es dominada por individuos ambiciosos que se sienten inseguros en lo que atañe al respaldo popular de su régimen y temen por la estabilidad de su estructura de poder, lo que más les preocupa es el mantenimiento de su sistema político. Por ello, subordinan las necesidades y las aspiraciones de las amplias capas populares a los fines de su perpetuación personal en el poder. El fracaso en satisfacer las demandas y expectativas del pueblo lleva al desasosiego general, lo que agudiza la inseguridad de los gobernantes y su preocupación por el poder, convirtiéndose en un círculo vicioso. Precisamente, en esta fase se hace necesario el gobierno de un hombre y el culto de la personalidad si la clase gobernante quiere perpetuarse en el poder. La deificación del gobernante actúa como recurso para promover sentimientos de dependencia y seguridad entre las masas, ya que el consagrado líder "siempre tiene razón" y no puede errar. Cualquier falta del régimen no se atribuye al amado líder, sino a los errores cometidos por algunos de sus ayudantes que luego son "purgados" o "liquidados" para expiar los sufrimientos del pueblo.

De ese modo la persona exaltada y sus más íntimos colaboradores pueden cometer errores en sus decisiones sin temer la crítica o la pérdida del poder. Fue precisamente ese poder ilimitado combinado con la inseguridad de los gobernantes que llevó a una rígida regimentación de toda la sociedad y al énfasis de la preparación militar. También ese curso de acontecimientos provocó el atraso de la Unión Soviética, en comparación con el mundo occidental, en lo económico, social e intelectual.

III

Después de la muerte de Stalin la situación cada día peor del país y su creciente atraso con respecto a Estados Unidos, obligaron a sus sucesores a buscar alternativas a la política stalinista. Eso era indispensable para mejorar el nivel de vida de las masas populares y pacificarlas como asimismo para asegurar la perpetuación de su poder personal, mantener y expandir la posición de potencia de la Unión Soviética en el escenario mundial. Para lograr esos objetivos, los nuevos líderes se empeñaron en llegar a un acuerdo con los Estados Unidos a los que consideraban principal obstáculo en el camino de sus aspiraciones internacionales y como rival más peligroso en la puja por la supremacía militar. Se esperaba que un respiro en las relaciones con los Estados Unidos traería aparejado el aflojamiento de la preparación bélica de su rival y de ese modo permitiría a la Unión Soviética producir más bienes de consumo interno y conseguir la paridad militar o incluso la supremacía sobre los Estados Unidos. A la vez, la Unión Soviética promovería los movimientos "de liberación nacional" en los países subdesarrollados e impondría en esos países el control económico y militar de un sistema de dependencia colonial. Tal política ya fue aplicada con éxito por Stalin en Europa Oriental y en Asia.

Justamente a raíz de esa fase de la "coexistencia pacífica" en la política internacional soviética, las relaciones entre la Unión Soviética y la China continental llegaron al punto de rotura. Aunque los comunistas chinos, en gran medida, deben su victoria militar sobre los nacionalistas a la Unión Soviética, se consideraban en pie de igualdad con Rusia en la política mundial y no como miembros juniors del bloque soviético. Impresionados por la vastedad territorial y el número de la población de su país, muy orgullosos a la vez de ser líderes de la nación con grandes logros históricos, el mundo debía dividirse en dos esferas iguales de intereses entre Moscú y Pekín. Pero sus planes sufrieron rudo revés como resultas de: la nueva política soviética de coexistencia con el mundo capitalista.

Los líderes comunistas chinos, siguiendo el ejemplo de la Unión Soviética, ajustaron sus planes económicos a las necesidades militares. Esperaban poder proseguir con su independiente política de conquista con el apoyo económico y diplomático de la Unión Soviética. Mao Tse-tung veía pues en la política de la "coexistencia pacífica" un acuerdo entre la Unión Soviética y los Estados Unidos para dividir entre ellos el control del planeta terrestre y hacer de China una dependencia soviética. Mao, enfurecido ante tal perspectiva, decidió romper con la Unión Soviética e iniciar un nuevo movimiento internacional comunista bajo su conducción.

Sin embargo, hubo líderes destacados en los círculos partidarios de la China continental, en los altos puestos de la jerarquía burocrática, entre los comandantes de las fuerzas armadas, en la dirección de los establecimientos industriales, en las instituciones docentes, en el ámbito periodístico, literario y artístico que no aprobaron el modo como Mao manejaba los asuntos internos y externos. Esta gente estaba convencida de que la ruptura con la Unión Soviética y su enfrentamiento con China en momentos en que ésta necesitaba urgentemente la ayuda económica de Moscú, era una política desastrosa. Esos líderes del Partido no sólo se opusieron a las intenciones de Mao de romper con la Unión Soviética sino que criticaron su nefasta política económica de una excesivamente acelerada industrialización y comunización.

Para hacer frente a este peligro que distorsionaba su imagen de líder infalible y para recuperar el poder absoluto, Mao recurrió a la contrarrevolución (conocida como Gran Revolución Proletaria Cultural) contra el Partido y el gobierno que él mismo había construido y también contra los intelectuales en los que nunca confió. El hecho de que Mao no pudo imponer su voluntad, recurriendo a las purgas -como lo hizo Stalin- se debe a su omisión (o incapacidad) para controlar el eje secretarial del Partido. Tal situación permitió a la oposición antimaoísta atrincherarse en los altos puestos tanto del Partido como del gobierno.

Como antes, durante su revolución antimaoísta, así ahora en su "Revolución Cultural", Mao se apoyó en la "estrategia y táctica" leninista que podríamos resumir en la fórmula "unir-dividir-destruir". Por ese motivo no atacó enseguida a sus enemigos principales en las filas del Partido y el gobierno. En aras de la "unidad del Partido" renunció al cargo de jefe del Estado en favor de Liu Shao-chi, su principal adversario. Mao, desde luego, hizo esta concesión para ganar el respaldo del Comité Central del Partido y para destituir a Peng Te-huai, comandante de las fuerzas armadas y acerbo crítico de su política, y reemplazarlo por Lin Piao, su adepto fiel. Con la ayuda de Lin Piao, Mao pudo obtener el sostén de las fuerzas armadas para sus planes ulteriores. El siguiente paso de Mao consistió en atacar a sus blancos secundarios: los medios masivos de propaganda y las autoridades literarias y académicas. Pudo eliminar sin mayor oposición a algunas figuras principales en esos ámbitos. De ese modo, después de haber dividido a sus oponentes y controlado al ejército y los medios de propaganda, Mao apuntó sus armas a los blancos primarios: al Partido y el aparato gubernamental antimaoísta.

En las guerras civiles contra el régimen nacionalista, la espina dorsal de la revolución la constituían pequeños y medianos arrendatarios y los trabajadores agrarios a quienes el Partido Comunista había prometido la abolición del arriendo y de la propiedad, la redistribución de la tierra a los que la trabajan, como asimismo la rebaja de impuestos a la tierra, la ayuda oficial en la técnica de la producción agraria, oportunidades educacionales y otros beneficios sociales. Poco después de la revolución, empero, el Partido renegó de esas promesas, emprendió la colectivización agraria y luego la comunización total de la vida y hacienda. Persiguiendo esos objetivos Mao estableció un sistema de discriminación permanente contra los ex propietarios de tierra y los ex campesinos medianos y grandes, favoreciendo a los campesinos pobres y trabajadores agrarios. La política de Mao de la comunización total alejó, sin embargo, a todas las clases rurales y ya no pudo contar con su apoyo en su nueva revolución, no habiendo más promesas que hacer a los campesinos. También los obreros industriales, aunque mejor tratados que los campesinos, estaban descontentos con el sistema acelerado de producción, los salarios bajos y la falta de libertad para organizarse y hacer huelga. Mao, por tanto, se dirigió a la juventud para que lo apoyara en su Revolución Cultural contra las "autoridades académicas" y contra los antimaoístas en otras instituciones sociales y políticas. Apeló al idealismo y entusiasmo de los jóvenes, pero principalmente en su propio interés. Como el Partido durante la revolución antinacionalista había hecho grandes promesas a favor de los campesinos, obreros industriales e inteligentsia, Mao ahora abogó por la libre educación sin exámenes previos hasta los más altos niveles de todos los muchachos y muchachas que se destacaran en las actividades revolucionarias contra sus profesores y contra los antimaoístas en el Partido y el aparato gubernamental.

Ansia del saber, educación y estudios son sana vieja y cara tradición china. Tradicionalmente la gente que estudió ocupaba altos cargos del poder. En general, todos los hombres de letras, con o sin cargo oficial, incluso si eran pobres, eran altamente respetados y honrados. Tradicionalmente, sin embargo, el acceso a la educación era limitado a un pequeño número de candidatos a causa de la severidad de los exámenes de ingreso, demasiado rigurosos, y debido a los estudios largos y costosos. De ahí que la oportunidad de estudios que brindó Mao, prescindiendo de los exámenes de ingreso o grados y libres de impuestos, supeditada únicamente a la participación en la contrarrevolución, tuvo atrayente eco entre millones de jóvenes. Por otra parte, hubo predisposición en muchos jóvenes chinos a la rebelión contra sus mayores debido a la rigidez y la disciplina en el patriarcal sistema familiar chino. Mao mismo fue uno de esos rebeldes y el movimiento comunista chino reclutó a muchos de sus líderes y partidarios entre los tránsfugas y los estudiantes fracasados. Tras la conquista del poder, la política de Mao siguió apoyando esa rebeldía y la intensificó fomentando "la lucha de clase" en la familia. Es decir, Mao al incitar a los hijos a través de la enseñanza masiva a rechazar a su padre, quería destruir la tradicional lealtad china a la familia. En cambio, esa lealtad debía transferirse al Partido y el Estado, y especialmente a Mao como encarnación deificada del Padre de la nación china.

Reclutando esos jóvenes combatientes para su contrarrevolución, Mao se dirigió en primer lugar a los hijos de los campesinos pequeños y medianos, de los obreros industriales, de los veteranos revolucionarios y de los militares, conocidos como "Las Cinco Categorías Rojas". Pues se esperaba que esas clases, que la ideología marxista-leninista-maoísta considera propensas a la revolución, iban a dar la prole revolucionaria. Mao también prestó su atención a los jóvenes de los nuevos parias, clases proscriptas de los ex feudalistas y capitalistas, ex terratenientes, campesinos ricos y a los hijos de los "reaccionarios" y de los "elementos malos", conocidos colectivamente como "Las Cinco Categorías Negras". Los hijos de esas nuevas clases y capas sociales proscriptas debieron probar en la acción que se han rebelado y que han repudiado a sus padres y mayores si querían ser aceptados en las filas de la Gran Revolución Cultural Proletaria. Más aún, esos muchachos y muchachas signados por los pecados de sus padres debían borrar esas manchas negras en el bautismo de fuego y sangre descollando en los actos terroristas de la contrarrevolución maoísta como prueba de que su conversión era sincera y permanente.

Alentado por decenas de millones de esos seguidores ardientes y fanáticos, Mao incitó a estos "Centinelas Rojos" y otros jóvenes "Rebeldes Revolucionarios" para que atacasen a sus enemigos. También estimuló la tendencia de esos jóvenes hacia el extremismo al insistir en sus pronunciamientos en que "no debían temer nada si cometen errores". La propaganda maoísta les pedía que "exterminaran" y "utilizaran como blancos vivos" a sus profesores y a todos los funcionarios del Partido, gobierno y establecimientos industriales sospechosos de ser antimaoístas. Mao, siguiendo las ideas de Lenin y Stalin, quería que sus jóvenes adictos se "endureciesen en la lucha revolucionaria" y de esa manera se moldearan como "Nuevos hombres del Comunismo". Este nuevo tipo de hombre debía carecer de todo egoísmo, sentirse feliz en la frugalidad, trabajo duro y bajo, trabajando exclusivamente por los intereses del grupo. El Nuevo Hombre debía ser consecuente, valiente y combativo. Tampoco debía temer a la muerte, sino enfrentarla con valor y renunciación.

En el anhelo de sobrepasar uno a otro en la violencia, los Centinelas Rojos y otros jóvenes revolucionarios primero incendiaron edificios y oficinas, torturaron y lincharon a sus víctimas. Pero luego se dividieron en numerosas fracciones, reclamando cada una ser más revolucionaria que otra, acusándose recíprocamente de herejías y por último entablando sangrientas luchas y exterminación mutua. En semejante situación caótica, el ejército que hasta ese momento había entrenado, armado, protegido, transportado, alimentado y alojado a los revolucionarios, recibió órdenes de Mao de impedir más disturbios y derramamiento de sangre. Comprendiendo que habían perdido el respaldo de Mao, que habían dejado de ser la piedra angular de la "Gran Revolución Cultural Proletaria" y que el poder se hallaba ahora en manos de las fuerzas armadas, un número de los grupos revolucionarios rebeldes rehusó entregarse y siguió luchando uno contra otro y contra las fuerzas armadas. Siguiendo los modelos tradicionales de las rebeliones chinas, esta gente se organizó en bandas clandestinas, atacó los depósitos militares para armarse y se pasó al bandolerismo y a la guerra de guerrillas hasta que esos nuevos jenízaros fueron finalmente aplastados por las fuerzas militares.

IV

Este fracaso rotundo del experimento con la juventud revolucionaria, la destrucción de gran parte del aparato partidario y gubernamental -además del antagonismo entre el campesinado y el Partido y la apatía general de los obreros industriales- obligaron a Mao a apoyarse en el ejército como pilar de su nuevo régimen. De modo que en lugar del Partido y del aparato gubernamental destruidos fueron organizados Comités Revolucionarios desde la base hasta la cúspide de la nueva pirámide del poder. Esos Comités constituían los cuerpos directivos en los niveles nacional, regional, provincial y local, y los integraban los representantes de la alianza tripartita del ejército, del Partido y gobierno maoístas, y de la juventud revolucionaria. Los militares, no obstante, asumieron el papel rector y dominante en esos Comités.

Cuando, por último, Mao intentó construir un nuevo Partido, totalmente maoísta, nuevamente los militares se encargaron del papel principal, por cuanto el nuevo Partido fue sólo la secuela de los Comités Revolucionarios, dominados por los militares. Mao escribió que el poder político descansaba en el cañón del fusil, pero que el Partido y no el ejército debía disponer del gatillo del mismo. Sin embargo, en el nuevo sistema de poder, construido como consecuencia de la contrarrevolución antimaoísta, era el ejército y no el Partido que apretaba el gatillo. Esta ascensión de los militares a la cúspide del poder político en la China de Mao se manifestó en el nuevo Congreso del Partido. Este Congreso compuesto de los delegados, escogidos por los Comités Revolucionarios, designó a Lin Piao, comandante en jefe de las fuerzas armadas, como sucesor de Mao con plenos poderes.

El aspecto más importante de este ascenso del ejército en la China continental fue la militarización total de la sociedad. Ya durante la revolución antinacionalista, una de las concepciones estratégicas básicas de Mao en la retaguardia fue la militarización total de las áreas bajo el control comunista. En la agricultura, industria, educación y otras instituciones sociales los militares tomaron la parte activa y predominante. Todas las actividades fueron organizadas según el modelo militar y la disciplina castrense. El ejército, con la guía del Partido, dirigió toda la vida del pueblo.

Después de la toma del poder, la idea de Mao era organizar de la misma manera a China continental. Hubo, no obstante, una diferencia esencial entre la situación prevaleciente durante la revolución antinacionalista y la que surgió en China continental después de la victoria comunista. En el primer caso, las tropas japonesas habían invadido a China y Mao -siguiendo la estrategia de Lenin- hizo llamamiento a todas las clases de la población, sin distingo de su afiliación política, para que se unieran bajo un solo liderazgo a los efectos de luchar con éxito contra el enemigo tradicional y común del pueblo chino. Fue una suerte de respuesta a la real e inminente amenaza japonesa que las áreas bajo el control comunista pudieran ser totalmente militarizadas.

En cambio, tras la derrota japonesa y la victoria comunista, la situación cambió radicalmente. La opinión general era hacer un descanso y deshacerse del control y la manera de vida de los militares. Por ello, cuando los gobernantes comunistas emprendieron la regimentación de toda la sociedad, se produjo una reacción masiva contra ese intento que terminó en el fracaso de la política maoísta de colectivización, de la industrialización y comunización aceleradas. Como consecuencia de este fracaso se produjo la primera grieta en el liderazgo partidario. De modo que Mao, cuando recuperó el poder absoluto durante su contrarrevolución, tuvo que descubrir otra "amenaza inminente a la unidad y la supervivencia de China" que usaría como instrumento de la regimentación y militarización del país bajo su liderazgo.

Su primer intento en esta dirección fue la propaganda sistemática y masiva sobre la inminente invasión de China por las tropas estadounidenses. Mas al no producir esa amenaza el impacto esperado sobre la población china, Mao aprovechó su desacuerdo con la Unión Soviética y utilizó frecuentes incidentes a lo largo de la frontera chino-soviética. La concentración de las tropas soviéticas en esa zona fue entonces esgrimida como prueba de la invasión inminente cae China por los soviéticos en connivencia con los Estados Unidos. Toda la población de China continental debió ahora consagrarse a los preparativos bélicos. "Cada hombre un soldado" fue el slogan y todo el mundo debía trabajar más duro y consumir menos para construir refugios antiaéreos, almacenar alimentos y adiestrar a cada adulto y niño, hombre y mujer, en el manejo de armas, de modo que todo el pueblo pudiera participar en la guerra nacional de guerrillas cuando se produjera la invasión. A los efectos de una guerrilla más eficiente, cada comuna, integrada por determinado número de aldeas, debía ser autosuficiente en lo económico y militar como ocurrió durante la revolución antinacionalista y la resistencia antijaponesa. En tal situación, cada ciudadano, prescindiendo de edad o sexo, debía ser no sólo un soldado eficiente sino también un productor eficiente.

La personalidad de Mao y su pensamiento político provienen de varias fuentes: De pequeño y adolescente se rebeló contra el despotismo y la explotación de su padre. Se identificó con los héroes populares, con los bandidos rebeldes y guerreros que vienen excitando la imaginación popular de los chinos desde épocas remotas. Cuando obrero en la granja de su padre, mal alimentado y obligado a realizar trabajos difíciles, se identificó con los peones, explotados por su padre igual que él. Después de huir de su casa y pasar por malos trances hasta completar sus estudios, Mao se identificó con los revolucionarios contra Manchú y al mismo tiempo influyeron sobre él las ideas socialistas y anarquistas que a la sazón estaban penetrando en China. Entre tanto, estudió la historia de China y las ideas políticas que la dominaron. Particularmente le impresionó el primer emperador de la dinastía Ch'in, el unificador de China; se interiorizó del sistema de gobierno de Ch'in y de las ideas legalistas. Esta corriente de pensamiento apoyaba y promovía el despotismo de Ch'in, dándole una justificación filosófica y teórica. Los intelectuales legalistas creían en la deificación del emperador, en la glorificación de la guerra, en la expansión territorial, en la regimentación y militarización total de la sociedad, y en el gobierno por decretos administrativos. Proponían limitación en la educación, la supresión de los literatos cuyas obras estaban socavando las bases de este sistema autocrático y militar de gobierno. Bajo Ch'in las reuniones públicas estaban prohibidas, muchos libros quemados, sobre todo los de la escuela humanista de Confucio, y algunos eruditos de Confucio fueron quemados vivos. La sociedad constaba de dos clases reconocidas: los militares y los productores agrícolas, mientras que el número de los comerciantes fue restringido y sus operaciones eran estrictamente controladas. Los militares, además de las campañas bélicas, estaban también a cargo de la administración pública.

Al término de la primera guerra mundial, Mao, igual que la mayor parte de los chinos, se rebeló contra el mundo occidental a raíz del trato incorrecto que los Aliados dieron a China mientras favorecieron al Japón. En ese tiempo triunfó también la revolución bolchevique en la Rusia zarista, acontecimiento éste que señalaba cuánto puede realizar un país mediante la revolución. Así también Mao, influido por las ideas y escritos prosoviéticos de algunos intelectuales chinos, quedó hechizado por la teoría y la práctica marxista-leninista. Luego fue admirador de Stalin y seguramente encontró mucha similitud entre la teoría y la práctica legalistas y la de Stalin, otro constructor de imperios. Y como Lenin había combinado el anarquismo ruso con el marxismo, Mao aplicó la teoría de Lenin y la práctica de Stalin como asimismo las tradiciones de la China imperial.

Hay muy poco en la teoría y en la práctica legalistas que no podamos hallar en el maoísmo, elaborado en base a los escritos y las prácticas marxistas-stalinistas, tal como fueron ejemplificadas por el sistema stalinista de gobierno y de la expansión imperial. El sistema de gobierno en todos esos imperios -el de Ch'in, el soviético y el maoísta- tuvo la necesidad imperiosa de expandirse mediante la guerra y otras formas de conquista y dominación. Pues en esos sistemas de gobierno el interés de la minoría gobernante prevalecía sobre las necesidades y aspiraciones de las multitudes sometidas. En consecuencia, dichas sociedades quedaron atrasadas respecto a las sociedades libres en lo económico, social e intelectual. Pero como esa situación amenazaba la seguridad de la casta dirigente, en vista de la potencial inquietud y rebelión de las masas, las guerras, la expansión territorial y la formación de dependencias coloniales eran los medios para perpetuar el poder despótico.

Enfrentado con dos adversarios gigantescos en el escenario mundial, Mao escogió el camino de la revolución global bajo su liderazgo. Su estrategia consiste nuevamente en la probada fórmula leninista: "unir-dividir-destruir" y en la guerra de guerrillas que se convertirá en la guerra móvil y posicional a medida en que las fuerzas revolucionarias se robustezcan. Durante este plan revolucionario que seguirá el modelo de la revolución comunista china, todas las fuerzas antiimperialistas en Asia, África y la América latina deben adueñarse del poder bajo la guía de Mao. Luego, cuando el gobierno maoísta se consolide en estas "áreas rurales del mundo", le tocará el turno a Norteamérica y Europa.

Uno de los problemas fundamentales de la China continental consiste en satisfacer la creciente demanda de las necesidades básicas de la población que en una o dos décadas alcanzará mil millones. El recurso menos costoso y más racional para resolver este problema sería los préstamos extranjeros para industrializar a China, preferentemente las industrias livianas para el consumo interno y la exportación. Eso significaría una desviación radical de la economía actual, orientada hacia la guerra. Semejante cambio en la política económica implicaría el correspondiente cambio en la política exterior, llegar a un acuerdo con los vecinos y contar con la ayuda económica de las potencias capitalistas. La alternativa opuesta seria una alianza de los militares de Pekín con los igualmente agresivos gobernantes del Kremlin, que en un pacto dividirían sus esferas de intereses en el mundo, en un empuje conjunto para revolucionar los continentes de Asia, África y América latina. Pues, precisamente en estas áreas, en opinión de los maoístas e ideólogos sociales, habitan centenares de millones de "desarraigados", dispuestos a la revolución global bajo la guía comunista.

Bloomington, Indiana, EE.UU.

(Tradujo del inglés: Branko Kadic)


El centenario de la ópera croata en Zagreb (1870-1970)

Vladimir Ciprin (*)

Ojeando páginas de la historia cultural y política croata resalta a la vista el hecho de una íntima ligazón entre actividad y realizaciones culturales por un lado y la política del otro. Un hecho, quizás, más visible que en la vida de las naciones vecinas. En efecto, mientras Croacia estuvo en el cenit de su poder político como un Estado soberano bajo el rey Tomislav en el siglo X, precisamente en 925, con un gran territorio, con un poder militar de importancia, ya al final del siglo XII Croacia integra una comunidad estatal con los húngaros, al extinguirse la dinastía de sus reyes nacionales y en el siglo XVI, junto con los húngaros, una comunidad con Austria, para encontrarse después de la primera guerra mundial en la Yugoslavia monárquica, por obra de políticos irresponsables, sin previa consulta del pueblo. Después de un breve pero difícil período de cuatro años de independencia, a causa de los torbellinos bélicos dentro y fuera de sus confines, Croacia restaurada como Estado soberano en 1941, fue otra vez en mayo de 1945 incluida en Yugoslavia, esta vez comunista.

En estas condiciones, especialmente en el curso del siglo XIX y en la lucha contra la germanización y magyarización, fueron fundadas muchas instituciones culturales, mediante las cuales viene acentuándose siempre más el intento permanente de realizar los ideales nacionales, es decir reconquistar la independencia y la libertad en su propio Estado nacional. Tomando en consideración que el pueblo croata tuvo dificultades y complicaciones más grandes en el proceso de creación de las instituciones culturales que otros pueblos que pudieron dedicarse en libertad a su vida cultural, es necesario valorizar el significado histórico de ese proceso, porque se logró mucho y de un valor considerable, a pesar de las dificultades, especialmente las de hoy en el Estado artificial de Yugoslavia, cuando está en peligro la existencia biológica misma del pueblo croata.

Ya en siglo XVI, durante recias y permanentes batallas contra los otomanos, cuando nos dieron el título "antemurale christianitatis", teníamos los croatas en la isla Hvar en el Adriático nuestro primer teatro dramático que existe hoy todavía. Allí, como también en Dubrovnik (Ragusa) actuaron compañías teatrales permanentes. En Zagreb, capital de Croacia, se organizaron en Gric (la parte alta de la vieja ciudad) presentaciones teatrales con alumnos de escuelas secundarias.

Ya desde 1797 hasta 1834 se presentaban así en Zagreb, en su teatro (hoy edificio del Museo Natural) varias piezas de las compañías teatrales alemanas o italianas para dar luego la primera presentación en croata el 10 de junio de 1840. Esta presentación se efectuó en el edificio de la municipalidad actual, donde, en efecto, empezó también el teatro permanente dramático en 1860. Ya antes de organizar el teatro lírico Permanente (Ópera), fue ejecutada en 1846 la primera ópera nacional croata del autor Vatroslav Lisinski (1819-1854), titulada "Amor y Malicia", es decir sólo 10 años después de la primera ópera rusa de Glinka "La vida por el Zar" (hoy "Ivan Susanjin"), y, antes de la creación de la ópera nacional checa.

El sentido musical como un talento natural del pueblo croata, que canta en días de tristeza y de alegría, recibió un impulso mayor de desarrollo con la fundación del Instituto de Música como institución permanente en Zagreb en 1827.

Todas estas instituciones fueron creadas, resistiendo a la germanización y magyarización intentadas por parte de las autoridades políticas y administrativas en Croacia, que se sentían molestas por el despertar de la conciencia nacional croata y que brotó vigorosamente en la primera mitad del siglo XIX en el movimiento del renacimiento nacional al ("ilirio") croata, cuando empezó la lucha por el idioma nacional en todos los campos de la actividad y la eliminación del latín y alemán. Así también el teatro nacional croata, como un reflejo fiel de las condiciones en que vivió el pueblo, desarrolló, junto con sus esfuerzos y logros artístico-estéticos, también el entusiasmo y la necesidad para que el pueblo se pusiera política y culturalmente firme y sobre sus propios pies.

Así, pues, fue organizada también el 2 de octubre de 1870 la Ópera croata como una institución permanente que viene actuando, con dos interrupciones muy breves, hasta hoy. Por su organización tenemos que agradecer especialmente al compositor croata Juan pl. Zajc (1831-1914), creador de la ópera croata más popular "Nicolás Subic Zrinski".

Zajc nació en Rijeka y ya a temprana edad se dedica a música. A los diez años de edad compone su primera fantasía para violín y piano, desarrollando el tema de la ópera de Verdi "Nabucodonosor", y con doce años de vida compone su primera ópera "María Teresa". Más tarde fue a Milán donde estudió música, siendo premiado en 1855, mientras su ópera "La Tirolesa", también premiada, era ejecutada en el escenario del Conservatorio de Milán. La renombrada casa Ricordi tenía propósito de editar esta ópera, pero las intrigas y envidias de otros músicos consiguieron frustrar el proyecto.

Cuando se intentó darle el puesto de director de la Scala, prefirió regresar a su patria donde fue nombrado director de la orquesta del teatro de su ciudad natal. Pero poco tiempo después, Zajc se marchó a Viena, donde, por intermedio de su connacional von Suppé, también compositor, nacido en Split, conoció el ambiente musical y pronto empezó a componer operetas. Sus obras tuvieron éxito y se ejecutaron en los escenarios de Viena. Su éxito es tanto más significativo por conseguirlo en la ciudad de los valses y las operetas de Johann Strauss. Después de gran éxito, su opereta "Muchachos a bordo" fue también estrenada en Zagreb, y la dirección del teatro croata lo llamó a dirigir la orquesta. Aceptó la invitación y con su llegada a Zagreb la vida musical recibe un nuevo y decisivo impulso, madurando también la idea de organizar la Ópera independiente. Al organizarla, Zajc fue nombrado su director y conductor musical.

En la solemne inauguración de la Ópera permanente croata fue ejecutada la ópera de Zajc "Mislav", donde actuó el mejor cantante croata de su tiempo, el barítono José (Josip) Kasman (1847-1925). Junto con las óperas nacionales, en el programa estaban también las obras de los autores internacionales reconocidos, especialmente italianos, como ser Rossini, Bellini, Donizzeti y, sobre todo, Verdi. Entre las obras nacionales, el más grande éxito lo tuvo la ópera "Nicolás Subic Zrinski" del mismo Zajc y que fue ejecutada por primera vez el 4 de octubre de 1876. Un par de años más tarde se presentó como director Nicolás pl. Faller, alumno del compositor francés Massenet, que coincidía idealmente con Zajc, realizando prácticamente sus ideas.

Ya antes de la fundación de la Ópera, se solía cantar, en los entreactos, varias arias de óperas y canciones, destacándose así algunas cantantes nacionales. Entre ellas se convirtió en celebridad de todo el mundo Irma pl. Murska, nacida Puksec. Fue huésped de todos los teatros de renombre en Europa, América y Australia. Bernard Shaw la denominó "pirotécnica vocal", y la crítica vienesa la llamó "Die kroatische Nachtigal" (el ruiseñor croata).

Más tarde cobra gloria universal la croata Milka Trnina (1863-1944). Era huésped en Alemania como también permanentemente en la Metropolitan Opera House, en Covent Garden de Londres y en Bayreuth. En los anales de la Metropolitan quedó anotada como primera Tosca newyorquina y el mismo Puccini caracterizó su creación con las siguientes palabras: "Jamás Tosca alguna pudo acercarse a la Trnina". Sus papeles preferidos son heroínas como Isolda, Senta, Elsa, Elizabeth, Brunilda y Kundry de Wagner. Además de estas dos croatas, se desempeñaron en aquel tiempo en Alemania otras dos connacionales. Blazenka Krnic y Thea pl. Pesc.

En 1894 se organiza el primer conjunto permanente de ballet -"corps de ballet"- que se presentó por primera vez en la ejecución de la ópera "Nicolás Subic Zrinski". Más tarde, en la primera mitad de nuestro siglo, un destacado talento del ballet, la croata Mija Corak, conocida en el mundo por el nombre Slavenska, participa en los conjuntos de París y Nueva York, donde queda definitivamente organizando una escuela de ballet.

En 1895 fue inaugurado el nuevo edificio del teatro, el actual, que es, de acuerdo a la opinión de especialistas, por su ubicación y colocación, uno de los más hermosos teatros, cercado por grandes espacios, canteros y flores. En la misma oportunidad y en presencia del mismo emperador Francisco José I, fue descubierto al público también el gran telón del teatro, obra del pintor Vlaho Bukovac, elaborado de acuerdo a las ideas del director del Teatro, Stjepan pl. Miletic, representando el Renacimiento croata. Son pocos los teatros que tienen algo semejante, uniendo en sí con el significado histórico-nacional también un valor artístico de consideración. De lo mismo se desprende qué gran papel desempeñó el Teatro en la vida política y cultural del pueblo croata.

El teatro de Zagreb no es un edificio sin personalidad, frío y sin alma como son los teatros de América y algunos centros europeos, donde se unen solamente las pretensiones artísticas y comerciales. El teatro de Zagreb tiene un carácter completamente diferente. Aquí se unió el ideal de rebelión croata con las ideas liberales del occidente europeo sintetizando todo en un ropaje artístico. Esta misión del Teatro croata empezó ya en el edificio anterior, el antiguo, en la parte alta de la ciudad, con las primeras arias y canciones del renacimiento para convertirse, en el nuevo edificio, en una protesta universal y magnífica de todo el pueblo contra la tiranía y por la libertad. El estilo de esta protesta se lo dieron los versos del poeta Gundulic, como también la poesía llena de entusiasmo por la libertad de la ópera "Porin" de Lisinski, convirtiéndose el todo en un imperativo categórico político y cultural.

Así, en este nuevo lugar, bajo la experta y segura mano del intendente del Teatro, Stjepan pl. Miletic, un creador y reformador ideal y entusiasta del arte teatral croata, empieza la subida, rápida y constante, del arte teatral. Hasta algunos estrenos se ejecutan antes en Zagreb que en Viena. Así fue, por ejemplo, con la ópera "Dalibor" de Smetana y "Eugenio Onegin" de Chaikovski. En 1897 fue efectuada la primera presentación (43 años después de la muerte de su autor) de ópera "Porin" de Vatroslav Lisinski. El acontecimiento tuvo éxito artístico y nacional, pues, junto a su valor musical (el autor compuso la obra en Praga, donde Lisinski perfeccionaba en el Conservatorio local su saber musical) en el espíritu del momento, la obra se refiere a la liberación de Croacia del dominio extranjero. Naturalmente, las autoridades austríacas no miraban todo esto con indiferencia y cuando Milka Trnina, después de 8 presentaciones triunfales, saludada y ovacionado por el público, declaró públicamente que era croata y que lo sería para siempre, fue motivo para la segunda supresión de la Ópera croata. El ban Khuen Hedervary, húngaro y enemigo de Croacia, prohibió la actividad de la Ópera en 1902. Pero igual como después de la primera (1889-1894), Zagreb continuó sus presentaciones teatrales líricas. Se realizaron presentaciones en diversas asociaciones culturales y de beneficencia así que, a pesar de la supresión oficial, la continuidad fue lograda. En 1909 la Ópera empieza otra vez a trabajar oficialmente continuando así hasta el momento presente. Desde 1911 hasta 1918 se presenta en todas las partes de Croacia. En Dubrovnik, Split, Sibenik, Opatia y Sarajevo y, hasta que no fue organizada la Ópera en Lubiana, capital de Eslovenia, la Ópera croata se presentó en el curso del año 1913 también en esa ciudad.

Si tenemos presente que en el teatro de Zagreb, junto con drama y ópera, se vieron también opereta y ballet, recién entonces podemos apreciar con justicia la amplitud e importancia de la labor cultural de esa institución. En efecto, muchos especialistas reconocieron que pocos teatros en el mundo hicieron tantos esfuerzos y desarrollaron tanta actividad con resultados casi siempre de un nivel artístico digno del reconocimiento.

Después de la Primera Guerra Mundial fue organizada la Filarmónica de Zagreb, que mereció en los últimos años elogios y reconocimiento, presentándose en el extranjero (Alemania, Austria, Checo-Eslovaquia), dirigida no sólo por maestros croatas como Milan Sachs, Kressimir Baranovic, Lovro Matacic, Milan Horvat, sino también por los extranjeros de renombre internacional en calidad de huéspedes como Hans Knappertsbusch, Bruno Walter, Tullo Serafin, Karl Böhm, para mencionar sólo a algunos de ellos.

En el mismo período se formó el "Cuarteto de Zagreb", presentándose por todas partes en Europa y mereciendo grandes elogios. La alta cultura musical de Zagreb hizo posible también la creación del conjunto "Los Solistas de Zagreb" que contribuyeron a la reputación de la metrópoli de Croacia, pero lamentablemente aquí en Buenos Aires, con motivo de su presentación, no se mencionó ni una sola vez de que se trata de croatas, a pesar que sus participantes eran todos croatas y egresados del Instituto de Música de Zagreb, especial en su última presentación en el teatro Colón en 1969.

Durante todo este tiempo, especialmente entre las dos guerras, el nivel de las realizaciones de la Ópera croata compitió con éxito con los grandes escenarios europeos. Esto está confirmado muy bien por la presentación de los artistas extranjeros en Zagreb y los croatas en el extranjero. Así se presentaron en Zagreb Beniamino Gigli, Lauro Volpi, Cristi Solari, Belina Skupjevski, Burdinot, Leo Siezak, Fedor Chaliapin, Zalewski, Jurenjev, Gino Becchi, Ema Destinova, Jarmila Noovtny, Bidú Sayao, María Caniglia, Rosette Anday y más tarde, después de la Segunda Guerra Mundial, Richard Tucker, Mario del Mónaco, Birghit Nilson y otros cantantes que fueron también huéspedes de la Metropolitan Ópera House, del Colón y el Covent Garden, para mencionar sola mente los centros más renombrados. Entre los dirigentes más famosos se presentaron en Zagreb Bruno Walter, Tulio Serafin, Furtwaengler, Knappertsbusch, Karl Böhn y Richard Strauss. Un éxito considerable y el reconocimiento a la Ópera croata fue contabilizado con motivo de la presentación de Chaliapin en la ópera "Boris Godunov". Chaliapin elogió la presentación en su totalidad, especialmente la creación vocal y dramática del bajo Toso Lesic en el papel de Varlaam. Chaliapin declaró que éste fue el mejor Varlaam que actuó con él hasta entonces.

De los teatros extranjeros tomados en su conjunto total, se presentaron en Zagreb la Ópera de Dresden y Frankfurt con solistas, coro, orquesta y decorados en "El caballero de la Rosa" de R. Strauss y "Fidelio" de Beethoven; luego "Ópera Comique" en las óperas "Carmen" (Bizet); "Fausto" (Gounod) y "Manon" (Massenet), la Ópera Real de Bucarest con "Aída" y "Carmen", como también la Scala de Milán y el Teatro Reale dell'Opera di Roma.

La presentación de la Scala de Milán con personal de segunda categoría fracasó y tuvo una crítica muy negativa. La segunda presentación de los cantantes italianos de la Ópera de Roma fue completa con las figuras más destacadas como ser Gigli, Gino Becchi, María Caniglia en la ópera "Aída" . Al cantar la primera aria, Gigli demostraba visible miedo. Más tarde se estabilizó y estuvo excelente como siempre. En el banquete preparado en su honor en la sede del alcalde de Zagreb señor Werner Gigli hizo elogio sin reserva a la crítica musical de Zagreb, añadiendo conocer la crítica negativa que se hizo sobre la actuación de la Scala y que por eso tenía un poco de temor al empezar su papel. Esto puede servir también como prueba de la alta calidad de la Ópera croata, porque si ésta no estuviera acostumbrada a las actuaciones de calidad, la crítica de la Scala no habría sido tan severa.

De las cantantes croatas, que gozaron de una gloria internacional, junto a las dos ya mencionadas -Irma pl. Murska y Milka Trnina- la más conocida es la alumna de M. Trnina, Zinka Kunc-Milanov, del elenco estable de la Metropolitan Ópera House durante 25 años y poseedora del título "First Lady of Met", es decir primera dama de la Metropolitan.

Entre una treintena de sus papeles, las más importantes son: Tosca, Turundat, Amelia (El Baile de Máscaras), Norma, Luisa (Charpentier). Además participó en los festivales de Salzburgo dirigidos por B. Walter en "Requiem" de Verdi y en "Missa Solemnis" de Beethoven y en su "IX Sinfonía".

También Maja Strozzi-Pecic tuvo grandes éxitos internacionales como una cantante de coloratura, cantando obras de Stravinski y de compositores contemporáneos croatas, acompañada en el piano por su esposo Bela pl. Pecic. Además hay que mencionar a Djurdja Milinkovic, huésped de las Óperas alemanas, a Ana Jelacic, Marjada Radev, Marta Pespisil, Vilma Nozinic, Srebrenka Jurinac, miembro de la Ópera estatal de Viena en la actualidad, Biserka Cvejic, Ruza Pospis, Draga Martinis, etc.

De los cantantes croatas que se presentan en el extranjero vale mencionar: a Tomislav Neralic (miembro permanente de la Ópera de Berlín), Vladimir Pulzjak, miembro de la ópera de Hamburgo y huésped también en la Metropolitan; Ratko Delorko en Dusseldorf. Muchas veces se han presentado también los cantantes Pavao Marion Vlahovic y Marko Vuskovic (ya fallecido). Además, Marko Rothmueller, actualmente tiene su escuela de canto en Nueva York, Tino Patiera, Rodolfo Zupan (actualmente en Santiago de Chile), Dragutin Sostarko (actualmente en Chicago), etc.

De los directores croatas fueron huéspedes o lo son: Lovro pl. Matacic, primer croata que dirigió en Bayreuth 1959 (se presentó también en el Colón), hoy director de la Filarmónica de Zagreb; Kresimir Baranovic, Berislav Klobucar (se presentó en el Colón y en la Metropolitan), Bailan Basic, ex director del teatro de Salzbtirg y Milan Horvat, conocido en Europa por sus múltiples actuaciones, hoy director de la radio, de Viena.

Todas estas actuaciones recíprocas confirman y elevan el nivel de los logros artísticos de la Ópera croata, haciéndole posible el conocimiento de los estilos de varias épocas musicales y la técnica vocal de los cantantes, mientras sus directores, escenógrafos y cantantes se habilitaron para la ejecución de los más variados estilos en la forma más auténtica enriquecidos por una experiencia muy amplia. Así la Ópera croata con su tradición cultural ya afirmada pudo, durante la restauración de la independencia de Croacia de 1941-1945, presentarse en su propio Estado bajo el nombre "Ópera Estatal de Croacia" y bajo la dirección del Prof. D. Zanko, reconocido erudito croata en el campo literario filosófico y de crítica teatral, de igual a igual con otras instituciones de primer rango en Europa. Durante los cuatro años de la independencia renovada de Croacia, a pesar de una guerra devastadora, no se puede aplicar a la actividad cultural aquel proverbio latín: Inter armas silent musae. La actividad cultural anotaba constantes progresos. En la Ópera se ejecutaron obras, nacionales y extranjeras, se organizaron conciertos de Filarmónica nacional o extranjeras como si los croatas hubieran querido sofocar los gritos de la guerra y el fuego con las voces y complejos orquestales, lo que, en su conjunto, casi preparaba al trágico final del pueblo croata en 1945. En aquel período la Ópera croata se presentó por primera vez en el extranjero con sus solistas, coro, orquesta y decoraciones en cuatro centros europeos: En Viena con la ópera de Zajc "Nicolás Subic Zrinski" y con la ópera cómica del compositor croata contemporáneo Jakov Gotovac "Ero del otro Mundo" en Venecia, Florencia y Roma. En Viena presencia la presentación de "Ero del otro Mundo" R. Strauss, mientras en Roma el público melómano obliga varias veces la repetición de partes enteras, especialmente la danza final del último acto.

A mediados de 1945 Croacia, después de la pérdida de su independencia, se halló en la comunidad de las repúblicas federales de Yugoslavia. La Ópera, después de una breve pausa, empieza a trabajar y después de un par de años se presenta con sus cantantes en los mayores teatros de Europa y hasta en el Japón (Tokio y Osaka) donde el público entusiasta arrojaba flores sobre los cantantes, la orquesta y el director.

Por fin los festivales musicales y dramáticos en Dubrovnik que se organizan cada año, en agosto y septiembre, están reuniendo cada vez más a los artistas mundiales, dramáticos y musicales, recobrando cada vez más su notoriedad en el mundo y haciendo una buena propaganda no sólo para los artistas croatas, sino también para las bellezas naturales de aquella maravillosa región. Uno de los amigos de los festivales de Dubrovnik es también el compositor inglés Benjamín Britten. El dirigente alemán, de renombre mundial, Herbert von Karaian se entusiasmó de tal manera con la ejecución de la ópera "Boris Godunov" por el conjunto teatral de Zagreb que personalmente invitó a los solistas y el coro del teatro de Zagreb a los festivales de Salzburgo.

Lamentablemente todas las presentaciones de los artistas croatas y sus éxitos se contabilizan como éxitos yugoeslavos, porque así oficialmente se exige. Por lo tanto, los testimonios de los círculos artísticos extranjeros tienen más importancia en este sentido, cuando se refieren con objetividad desinteresada a la actividad creadora y artística croata. Así, por ejemplo, Thomas Mann en la obra "Dr. Fausto" dice entre otras cosas: "...lo mejor de lo mejor... Maja de Strozzi-Pecic, croata, hoy la más hermosa soprano de los dos hemisferios".

Los compositores croatas

Hablando de la actividad de la Ópera croata, debemos mencionar también que en Croacia hay un gran número de compositores, sea de la generación anterior o la contemporánea, cuyas obras, especialmente, de carácter sinfónico o lírico, fueron presentadas o se están ejecutando en varios teatros europeos.

En cuanto al fundador de la Ópera croata -Juan pl. Zajc- hay que recalcar que su ópera "Nicolás Subic Zrinski", la más popular ópera, es una apoteosis del heroísmo del ban Zrinski, quien con un puñado de sus soldados impidió la invasión de los turcos contra Viena y Budapest (1666). Lo mismo vale para las dos óperas de V. Lisinski: "Amor y Malicia" y "Porin". Lisinski trabajó en Praga, lo que favoreció la edición y ejecución de muchas de sus obras vocales que hoy se están ejecutando en Croacia.

Entre los compositores de la generación actual, el más conocido es Jakov Gotovac (n. 1895), autor de la ópera cómica y más conocida "Ero del Otro Mundo", que fue ejecutada unos 40 veces en el extranjero (en Francia, Inglaterra, Alemania e Italia) y hasta en el Japón (Tokio y Osaka). Este autor compuso también la ópera "Morana", que también tuvo éxito en extranjero, luego "Kamenik", etc. Su "Danza Sinfónica" tuvo un considerable éxito en el exterior por su rica escala de melos popular y por su ritmo en un ropaje muy sonoro. Una serie de opus para coro y canciones son parte integrante de su amplia creación artística, obra preferida de todos los coros croatas y de muchas en el exterior que los hacen figurar en sus programas.

Como el maestro de orquestación fue conocido en el extranjero el compositor Blagoje Bersa (1873-1934), autor de las óperas "Oganj" (El fuego) y "Postolar od Delft" (El zapatero de Delft). Es conocido también como instrumentador del compositor francés de ópera D'Albert y de opereta de Lehar. Su obra sinfónica es "Suncana Polja" (Los Campos de Sol).

Además hay que mencionar a Antonio Dobronic (1878-1955), autor de la ópera "La Viuda Roslinka", al Dr. Bozidar Sirola (1889-1956), pionero de las tendencias folklóricas modernas en la música, conocido como musicólogo y autor de muchas obras para coros. Una de ellas, el oratorio "La Vida de los S.S. Cirilo y Metodio" tuvo gran éxito en Frankfurt, Alemania en 1927. Es autor también de la ópera "Grabancijas Djak (El alumno Grabancijas). Aquí pertenece también Josip Stolcer-Slavenski (1896-1955), autor de muchas obras de la música de cámara, para coros y de carácter sinfónico, reconocido como un revolucionario en la música croata. Es discípulo de Kodaly y de Viteslav Novak, sintiéndose también una gran influencia del folklor moderno de Bartok. Es conocido también en Alemania y algunas de sus obras fueron impresas en la casa editorial Schott mientras su cuarteto fue ejecutado en Donauschingen.

Cristobal Odak es autor de la opera "Dorica Plese" (Dora está bailando) concebida e inspirada por puros motivos populares exclusivamente Francisco Lhotka, compositor de ballet, "El diablo en aldea", que fue ejecutado en varios teatros europeos.

De la generación anterior y que todavía viven, el más conocido es Boris Papandopulo (1906) hijo de la renombrada cantante croata Maja Strozzi-Pecic, compositor de "Sinfonietta" conocida también en el extranjero, autor de dos óperas y unas cuantas obras orquestales, y por fin Francisco Lucic (1889).

De la generación más joven, mencionamos a Stjepan Sulek (1914), autor de dos óperas "Coriolán" y "Oluja" (Huracán) y pedagogo para la orquestación en la Academia Musical de Zagreb. Su alumno Milko Kelemen, el representante de la composición atonal-serial y organizador del Bienal de Zagreb, adonde concurren representantes creativos y recreativos de casi todo el mundo, con un programa muy amplio de la música contemporánea. Ivan Brkanovic (1906), autor de la ópera "Equinoccio", mientras del grupo electrónico el más conocido es Branimir Saka (1918). Su obra "La Sinfonía de un soldado muerto", fue adaptada más tarde para ballet con el que el ballet de la Ópera de Zagreb se presentó con gran éxito en Nápoles. Mencionamos también a Milo Cipra (1906) autor de la música de cámara y orquesta, conocido también fuera de los confines de su Patria.

El Instituto Musical de Zagreb, fundado en 1827, como hemos dicho, ha desarrollado una amplia actividad en el campo pedagógico, formando un gran número de los excelentes profesores y los artistas de reproducción, que son su mejor legitimación en el mundo (Solistas de Zagreb). De allí salió la primadonna Zinka Kunc-Milanov. Después de las primeras instrucciones por parte de Milka Trnina, continuó sus estudios en la Academia Pedagógica de Zagreb, con la profesora del Instituto de Música María Kostrencic que formó una serie de las cantantes.

El Prof. Svetislav Stancic, el conocido virtuoso, alumno de F. Busoni, autor de muchas obras para el piano, formó una entera generación de pianistas. Entre ellos se destaca el compositor y pianista el Prof. Bozidar Kunc, hermano de Zinka Kunc-Milanov. El Prof. Kunc murió hace algunos años en Detroit, durante un concierto. Su concierto para violín y orquesta fue premiado en Norteamérica después de la ejecución por el violinista Zlatko Balokovic. El Prof. Kunc se presentó como pianista en muchos conciertos en Europa y América donde, en su calidad de colaborador de piano y correpetidor de su hermana Zinka tuvo la oportunidad de conocer los ambientes musicales de toda la América.

Entre los alumnos de Stanislay Stacibic, son conocidos mundialmente Branka Musulin (hoy en Alemania) y Melita Lorkovic (hoy en El Cairo).

Entre los musicólogos croatas el más conocido es el Dr. Artur Schneider (1879-1940) y entre los que viven, el Dr. Dragan Plamenac (1895), actualmente en la Universidad Illinois, U.S.A., ex presidente de American Musicological Society, autor de la compilación completa de las obras de Ivo Lukacic, franciscano de Sibenik (1587-1648) compositor del estilo monodiano, y el Prof. José Andreis (1909) un trabajador incansable en su campo, autor de la "Historia de Música" croata, fundador de la Enciclopedia Musical y la recién fundada Sociedad de la Musicología.

Los operistas croatas en el Teatro Colón y la Metropolitan Opera House

Que los cantantes croatas y los artistas musicales en general se han consagrado también fuera de los confines de su Patria y Europa, nos ofrece testimonio también el Simposio, publicado en Buenos Aires con motivo de cumplirse 60 años de la existencia y actividad del Teatro Colón.

Por él nos enteramos que en el Colón, el teatro más grande y más conocido después de la Metropolitan de Nueva York, actuaron como huéspedes los siguientes croatas: Zinka-Kunc-Milanov, 25 años en la Metropolitan con el título "the first Lady of Met" y titular de las creaciones más brillantes de Leonora, Norma, Tosca, Aída, etc., digna alumna de Milka Trnina y la tradición de la escuela de canto del Instituto Musical de Zagreh, luego el barítono Marko Rothmuller, hoy maestro de canto en Nueva York. Después de la publicación de dicho Simposio cantaron en el Colón también: Djurdja pl. Milinkovic, Sena Jurinac, miembro permanente de la Ópera de Viena; Marjana Radev, frecuente huésped de la Scala de Milán y Biserka Cvejic. De los directores: Lovro pl. Matacic y Berislav Klobucar, huésped también de la Metropolitan. De otras nacionalidades, permanentes miembros y huéspedes de la Ópera de Zagreb se presentaron en el Colón: los tenores rusos B. Skupjevski y A. Veselowski y los bajos-barítonos Zalewski y Jurenjev como también el tenor esloveno Josip Rijavec, miembro por muchos años de la Ópera croata.

En esta oportunidad hay que destacar con orgullo por parte nuestra, que en la segunda presentación de inauguración de la Metropolitan Ópera en 1883 se presentó el croata Josip Kasman, considerado el rey de los barítonos en aquel tiempo y cantó en la ópera de Donizzeti "Lucía di Lamermoore". Además el primer protagonista de "Don Giovanni" de Mozart, primer conde Luna ("ll Trovatore"), primer Hamlet de la ópera homónima de Thomas y primer Teiramund en "Lohengrin" de Wagner.

Entre los huéspedes de la Metropolitan -aparte de Zinka Kunc-Milanov y Marko Rothmuller que ya hemos mencionado-, de la generación reciente se presentaron Vladimir Ruzdjak, miembro de la Ópera de Hamburgo, y la señora Ruza Pospis-Baldani, que en sus 24 años de vida sorprendió al público newyorkino con una voz de un alto pastoso y de mezzosoprano de altura brillante. En el campo del arte del Ballet y luego también en coreografía, Mija Corak-Slavenska representó dignamente a Croacia.

Visto todo esto, resulta lógico que Antonio Janigro, quien vino a Zagreb de muchacho y se asimiló allí y se desempeñó durante 20 años como profesor de violoncelo en la Academia de Música de Zagreb, pudo organizar el conocido conjunto de cámara "Zagrebacki Solisti" (Solistas de Zagreb), de los cuales dijo un serio crítico musical de Buenos Aires que están entre los mejores, si no son quizás, los mejores del mundo. Janigro pudo hacerlo porque casi la totalidad de su conjunto salió directa o indirectamente de la renombrada escuela para violín de la Academia Musical de Zagreb del Prof. V. Huml, alumno de Sevcik. Sus alumnos son también Zlatko Balokovic y Ladislav Slik.

Con motivo de celebrarse el primer centenario de la existencia de la Ópera estable croata, que se efectuó en octubre de 1970 en Zagreb, en su edificio renovado y modernizado, provisto de los instrumentales más modernos y máquinas escénicas como también de un interieur de lujo, hemos considerado oportuno informar en estas breves líneas sobre la cultura musical del pueblo croata. Así se podrá tener también un panorama de lo que el pueblo croata contribuyó al patrimonio universal en el campo de la cultura -precisamente en el campo musical-. Zagreb, de acuerdo a lo expuesto, es un importante centro, realmente un vivero de los talentos musicales.

Esta es la breve reseña de la música croata creativa y reproductiva en sus rasgos principales. Creemos que podrá servir suficientemente para apreciar el significado y el aporte de la creación musical croata en la misma Croacia como también en el contacto e intercambio recíproco de los bienes espirituales de aquel país y los demás pueblos.

(Traducido por F.N.)

 


Reseña histórica de la lengua literaria croata

Branko Franolic

A comienzos del siglo VII, en la costa adriática, los croatas introdujeron y desarrollaron la lengua paleocrata, rama del paleoslavo, dividida en varios dialectos entre los cuales predominaban en el norte el kajkavski, en el sur y en una parte de Bosnia el caikavski y en sur-este el stokavski[6]. Había también dialectos mixtos. Con la cristianización, los croatas adoptaron en el siglo IX, como lengua litúrgica, un dialecto paleobúlgaro que modificaron y adaptaron a sus usos y necesidades y que hoy día se llama el eslavo-croata o "el paleoslavo eclesiástico de recensión croata". Esta lengua de culto y de literatura, escrita en caracteres glagolíticos existió hasta mediados del siglo XIX como lengua literaria de los sacerdotes glagolitas que se oponían a los sacerdotes latinizantes. Como lengua litúrgica se usó todavía hasta nuestros días y fue reemplazada, muy recientemente, después del Concilio de 1965, por el idioma literario croata contemporáneo. Por lo tanto, ese eslavo-croata fue el primer idioma literario croata. El primer texto escrito en eslavo-croata es la losa de Baska, del año 1100, que registra el acto de donación de un terreno efectuado por el rey Zvonimir al convento benedictino de la isla de Krk. Respecto al paleobúlgaro, el eslavo-croata constituye un paleoslavo croatizado en el campo de la fonética, la morfología y la sintaxis y sobre todo del vocabulario. Esta lengua semiartificial fue utilizada en los actos notariales, en el culto y en la literatura glagolítica que, por otra parte, era muy rica en una época en que el número de literatos europeos era bastante restringido[7]. Cabe suponer que, paralelamente a esta lengua, existía en los siglos XIV y XV una lengua literaria popular (vernácula) utilizada en la poesía popular de tradición oral y en la poesía creada por los laicos para el uso del oficio eclesiástico vespertino, o sea en "prosas" para el culto divino. Pero ya de los siglos XII y XIII disponemos de documentos y de recopilaciones de leyes escritas en el croata vernáculo, como por ej. Isprava Kulina Bana, 1189 (Documento de Ban Kulin) y Vinodolski Zakonik de 1288 (Código de Vinodol). Parece que los poetas versificadores de temas litúrgicos se llamaban zacinjavci, los "entonadores" [8]. Fueron ellos y otros literatos quienes introdujeron poco a poco la lengua popular en el ámbito literario [9], lo que permitió a Kombol constatar: "De ese modo en la literatura croata, desde la Edad media, se operó la transformación que en la literatura rusa tuvo efecto en los tiempos de Pedro el Grande y en la literatura servia y búlgara en el siglo XIX, vale decir que en la literatura croata la lengua popular predominaba ya en aquella época" (cf. M. Kombol, Povijest hrvatske knjizevnosti do narodnog preporoda, pág. 22). Hay versificaciones [10] en lengua popular desde el siglo XIV aunque Marko Marulic (1450-1524) es considerado como el primer poeta, cuyo poema Judit (Istorija svete udovice Judit v versih hrvacki slozena, Historia de la santa viuda Judit compuesta en versos croatas) publicado por primera vez en 1521, lleva en la introducción la fecha de 1501. Al mismo tiempo aparecieron en Dubrovnik los poetas Sisko Mencetic Vlahovic (1457-1527), Dzore Drzic (1461-1501), Marin Kristicevic (fallecido en 1531), Andrés Cubranovic y otros que escribían en ragusino cakavizado, reemplazado más tarde por el ragusino stokavski en los escritores de los siglos XVI y XVII, posteriores a la primera generación, tales como Gundulic, Bunic, Palmotic y otros que escribían en stokavski jekavski.

Mientras nacía la lengua literaria croata en el seno de la pequeña república de Dubrovnik, al mismo tiempo se formaba la literatura croata en el dialecto cakavski en las ciudades de Split, Zadar y Hvar (isla de Hvar). Los escritores, sucesores de Marulic, fueron Hanibal Lucic, Petar Zoranic, Sime Budinic, Brno Krnarutic, Juraj Barakovic, redactando en dialecto cakavski.

En el siglo XVI, sobre el escenario literario croata, apareció también el dialecto kajkavski, usado por los escritores de Croacia septentrional, cuya metrópoli era la ciudad de Zagreb. Los iniciadores y figuras principales de esta literatura fueron Antun Vramec (Kronika, 1578, Postila, 1586) e Ivan Pergosic (Tripartitum, 1574).

Sin embargo, ya en esa época se pensaba adoptar el dialecto stokavski como base de la lengua literaria oficial y esta idea estimuló a muchos croatas de esos siglos a utilizarlo en su creación literaria. Así Bartol Kasic de la isla de Pag (1575-1650), si bien compuso en 1604 una gramática en cakavski (Institutionum linguae illyricae libri duo), escogió, sin embargo, en 1622, el stokavski para su traducción de la Biblia. Pensaba, en efecto, que la lengua croata, más hermosa sería la que tuviera como base el stokavski. Lo mismo ocurrió a Jakov Mikalja quien proclama en su Vocabulario y en su Gramática (1649-1651) que la lingua bosnese (es decir el stokavski ragusino) e la più bella. A. Kasic se debe también atribuir la stokavización de la lengua en Palmotic. Este predominio del stokavski jekavski se explica por la influencia que ejerció sobre los croatas la literatura ragusina en stokavski jekavski del siglo XV al XVIII. Por ello, ese dialecto se convirtió en la lengua literaria de los escritores de Bosnia, M. Divkovic, S. Matijevic, P. Posilovic y P. Papic (siglo XVII). Por ese tiempo en Bosnia y en Dalmacia predominaba el stokavski ikavski; por ejemplo, en F. Grabovac y A. Kacic-Miosic (1704-1760), cuyo poemario Plática amena del pueblo croata (1756) ejerció gran influencia en todas las capas sociales. El stokavski ikavski se extendió también como lengua literaria en Eslavonia (actualmente Croacia del noreste) y fue usada por los escritores A. Reljkovic, Kanizlic y Katancic. De modo que ese dialecto (de habla jekavski o ikavski), desde el siglo XV al XVIII, conquistó la mayor parte de las regiones croatas, lo que originó la aparición de diccionarios y gramáticas en stokavski: Dizionario de A. Della Bella (en ragusino, con citas de escritores ragusines, publicado en 1728, reimpreso en 1785), Grammatica della lingua illyrica de F. M. Appendini (1808), igualmente en ragusino jekavski, lo mismo que los diccionarios voluminosos (en 6 tomos, 4721 páginas) del franciscano ragusino J. Stulli (1801, 1806, 1810).

Obras similares aparecieron también en Eslavonia y Bosnia, todos en stokavski. Durante la acusación napoleónica, incluso en el litoral croata (Hrvatsko primorje), región de habla cakavski por excelencia, una gramática croata-francesa (Nova ricoslovnica iliricko-franceska) de S. Starcevic y una gramática croata (Nova ricoslovnica iliricka) del mismo autor fueron escritas en stokavski ikavski y publicadas en 1812 [11].

De lo antedicho cabe concluir que la literatura croata escrita en el dialecto stokavski se remonta al siglo XV y se desarrolla hasta el siglo XIX, difundiéndose constantemente e imponiéndose sobre las dos restantes literaturas dialectales (en cakavski y kajkavski).

Sin embargo, incluso hoy, la literatura en cakavski y kajkavski está viva y rica, si bien relegada a segundo plano. Numerosos son los poetas y hasta los mejores que siguen escribiendo en kajkavski (Domjanic, Goran-Kovacic, Calovic, Krleza, Pavic) o en cakavski (Nazor, Balota, Gervais, Franicevic). Después de la segunda guerra mundial y también muy recientemente se pudo observar un resurgimiento de esas literaturas regionales (cf. la revista literaria Kaj, uno de los mejores periódicos mensuales publicados en Croacia). Con justo título cabría distinguir el idioma croata literario en stokavski, kajkavski y cakavski. Por lo demás, los escritores que no son oriundos ni de Bosnia-Herzegovina, ni de Eslavonia ni del norte de Dalmacia, se sienten mucho más a gusto en su habla regional, cakavski o kajkavski que en stokavski que aprendieron en la escuela. Como esos autores escriben a veces indistintamente en stokavski y en cakavski o kajkavski, se produjeron numerosas interferencias entre los dos dialectos tanto en lo que atañe a la gramática como al vocabulario. Introducen en el stokavski literario vocablos y una fraseología particular, de usos regionales, lo que genera diferencias cada vez mayores entre el croata literario, basado en el habla de Herzegovina y el servio, literario, basado en las hablas de Voivodina y Sumadija.

En Croacia, la tradición ha ejercido influencia muy grande en la formación de la lengua literaria del siglo XIX y en evolución del siglo XX. El sentimiento de la continuidad, del pasado, y de lazos con los escritores del siglo XV y XVI resulta muy fuerte en los autores contemporáneos croatas y es evidente el encadenamiento entre Marulic y Ujevic, entre Vramec, Brezovacki y Krleza, entre Gundulic, Mazuranic y Nazor. Sean cuales fuesen las alternativas sufridas por el léxico y por los elementos gramaticales a través de los tiempos, es obvio que la lengua literaria del siglo XVI y la del siglo XX observan el principio de la continuidad lingüística.

Cuando a principios del siglo XIX el servio Vuk Stefanovic Karadzic publicó un pequeño diccionario en stokavski jekavski (Srpski rjecik, 1818, reimpreso en 1852, 1898, 1935) y una pequeña gramática (Pismenica, en 1818), este acontecimiento tuvo cierta importancia para los servios que hasta esa época escribieron en el paleoeslavo rusificado llamado también "el eslavo-servio"). Pero la situación era muy diferente para los croatas[12] bajo el impacto del romanticismo, del renacimiento nacional y patriótico los croatas proclamaron, durante el movimiento denominado "ilírico", cuyo jefe era Ljudevit Gaj, que la lengua literaria de Dubrovnik y de otros escritores en stokavski era la lengua literaria oficial, que debía llevarlos a la unidad lingüística. Los ilirios trataron de renovar la antigua lengua literaria para unificarla y con gran interés siguieron los esfuerzos paralelos de Vuk Karadzic (entre los servios). Pero, mientras con su reforma de la lengua literaria Vuk rompía brutal y deliberadamente con la tradición "eslavo-servia" y con el pasado, en cambio los croatas buscaban unificar las lenguas literarias regionales, basándose en la tradición. La acción de Vuk y de los "ilirios" croatas tuvo por resultado que los servios (sobre todo los que vivían en Austria-Hungría) y los croatas decidieron elegir como lengua literaria común el dialecto stokavski jekavski. Las diferencias que surgieron desde el comienzo de esa tentativa y que en gran parte subsisten todavía hoy pueden atribuirse a la influencia de civilizaciones heterogéneas.

El punto culminante de esos esfuerzos para crear una lengua escrita común a todos los croatas y todos los servios fue el "Acuerdo de Viena" (Becki knjizevni dogovor) en 1850. Fue firmado por los escritores croatas Ivan Mazuranic, Dimitrije Demeter e Ivan Kukuljevic y por los filólogos servios Djuro Danicic y Vuk S. Karadzic. En el primer artículo de dicho acuerdo léese "que no es razonable mezclar los dialectos para crear uno nuevo que el pueblo desconoce, sino que es mejor escoger de entre los que existen un dialecto como lengua escrita". En el segundo artículo se subraya que es recomendable elegir como la lengua escrita de los croatas y de los servios un dialecto ijekavski, el de Herzegovina, escribiendo las sílabas largas -ije (bijelo) y las cortas -je (bjelina). Esta elección la dictó la gran extensión de la lengua ijekavski, la célebre literatura en ijekavski de Dubrovnik y las canciones populares. Pudo pensarse entonces que el camino estaba preparado para una lengua escrita común servio-croata. Pero en el siglo XIX los servios y los croatas estuvieron repartidos en tres, hasta en cuatro Estados el principado (luego reino) de Servia; la monarquía de Austria-Hungría (Croacia, Eslavonia, Dalmacia, Istria, Voivodina); el imperio otomano (Bosnia y Herzegovina), mientras los montenegrinos poseían su propio principado. Una política cultural uniforme no era pues viable[13]. Por otra parte, no obstante otros importantes esfuerzos, el sentimiento nacional y el espíritu de independencia se robustecían en Croacia cada día más, al igual que en Servia. Todo ello desempeñó un papel importante en la cuestión del idioma común. Además, huelga acotar que en sus respectivas tentativas para reformar la lengua, Gaj y Karadzic no persiguieron el mismo fin[14]. La reforma de Vuk era netamente servia y los croatas le reprocharon su particularismo servio.

Los representantes del ilirismo buscaban principalmente unificar la lengua escrita, mientras que la pronunciación podría variar. Consideraban la lengua y la gramática de Karadzic como provinciales puesto que tomaba en consideración un solo dialecto, el habla neostokavski de Herzegovina y dejaba de lado los dialectos cakavski y kajkavski; en cambio, los ilirios (Babukic, Antun Mazuranic) también tenían en cuenta en sus gramáticas formas antiguas y palabras de otros dialectos, es decir de kajkavski, cakavski e incluso del esloveno. Trataron de realizar la unión lingüística y nacional mediante la fusión gradual de los dialectos en una lengua común. De ese modo en la formación de la lengua nacional y en el desarrollo de la koinê croata, cuya base es el dialecto stokavski, los préstamos dialectales (cakavski y kajkavski) desempeñaron un papel importante. El cakavski aportó los términos marítimos y náuticos. Además, el cakavski fue el intermediario de la mayoría de los términos mediterráneos y, durante mucho tiempo, de las palabras italianas. El propósito del movimiento ilírico era crear un idioma común a todos los yugoeslavos. En el plano lingüístico su programa era ecléctico y toleraba la mezcla de dialectos, pero se basaba fundamentalmente en el dialecto stokavski. Por eso, Lj. Gaj, el genuino fundador del movimiento ilírico y reformador de la ortografía croata, no había firmado el famoso acuerdo de Viena de 1850 que debía regir en materia de la lengua escrita de los servios y de los croatas. En definitiva, dicho acuerdo tuvo el valor de una mera declaración, por cuanto no lo respetaron ni la prensa croata ni la servia.

Por otra parte, los "ilirios" no pensaban sólo en unificar la lengua sino que sentían la necesidad de introducir muchos vocablos nuevos para uso de las escuelas secundarias y de las universidades, de la ciencia y de la técnica. Esos vocablos faltaban, desafortunadamente, en los diccionarios de Karadzic, quien recurría al habla popular y al folklore. Como el vocabulario, para asegurar su función, debe estar en constante expansión y renovarse sin cesar, los "ilirios" consideraban que el préstamo era una manera normal del enriquecimiento léxico, ya que amplía los medios de expresión de un dialecto que tiende a convertirse en el órgano cultural de un pueblo. Su selección de los vocablos prestados para enriquecer la lengua escrita correspondía a su deseo de crear una lengua uniforme para el uso de todos los sureslavos.

Por esta razón encontramos palabras del dialecto kajkavski en los textos del gramático Babukic y de sus contemporáneos. A la vez notamos allí muchas palabras prestadas de otros idiomas eslavos, especialmente del checo y del ruso[15]. En el diccionario alemán-croata de Mazuranic y de Uzarevic de 1842 (Njemacko-ilirski slovar) encontramos ya muchos bohemismos y rusismos (por ej. casopis, lucba, obzor, okolnost, tocan, tocka, etc.). Bogoslav Sulek, fundador de la terminología croata, procedió de igual forma en sus diccionarios. El primero lleva por título Njemacko-hrvatski rjecnik (Diccionario alemán-croata) de 1860 y el segundo Rjecnik znanstvenog nazivlja (Diccionario de la terminología científica) de 1874. El primero jugó un papel importante en la fijación de la norma lingüística. El segundo apareció con su nombre, pero, de hecho, era el trabajo conjunto de los filólogos de Zagreb, es decir de Vatroslav Jagic, Josip Torbar, Bogoslav Sulek, Franjo Erjaveb, etc. De ese modo se daban las condiciones necesarias para el desarrollo de la lengua en 1874. El lexicógrafo Sulek adoptaba las palabras de los dialectos stokavski y científica en la época de la fundación de la universidad croata, kavski, kajkavski y algunas del cakavski; además, introdujo muchos vocablos culturales prestados, bohemismo, y rusismos, como también neologismos en la lengua escrita y de ese modo hizo posible que la lengua popular respondiera a las necesidades de la literatura y de la ciencia. Resultaba pues inevitable que la lengua escrita iliria (o más tarde croata) se alejase cada vez más de la lengua de Karadzic.

Sin embargo, si el vocabulario de Sulek no debía aceptarse íntegro, su penetración en la lengua escrita fue tan considerable que incluso hoy se reconoce la importancia de su aporte. Citemos sólo algunas palabras: brzojav, dojam, geslo, dusik, kipar, olovka, pogon, pojam, poduzetnik, postotak, srecka, stroj, tvornica, tvrtka, znanost, etc. Pero hay otro equivalente para esas palabras en servio, a saber: telegram, utisak, azot, lozinka, vajar, preduzimac, loz, masina, fabrika, firma, nauka, etc.[16].

El desarrollo ulterior de la lengua escrita croata demostró que no se podía pasar sin un cierto número de las palabras introducidas por Sulek. En 1953 Petar Skok, miembro de la Academia, calificó al lexicógrafo Sulek como genio lingüístico que podía compararse por sus grandes méritos con Vuk Karadzic.

En resumen, todos esos hechos ligados a la formación de la lengua croata en el siglo XIX demuestra que no se puede dirigir la evolución de una lengua en virtud de una convención concertada entre hombres de letras.

Por lo demás, ni los servios ni los croatas acataron fielmente las cláusulas del acuerdo de Viena de 1850. En la literatura servia del siglo XIX la lengua neostokavski-ekavski prevalecía ampliamente sobre el neo stokavski-ijekavski. Aunque se hable ijekavski en algunas pequeñas comarcas de la Servia occidental, la mayoría de los servios usan la variante ekavski de Voivodina, porque la capital intelectual servio en el siglo XIX fue Novi Sad, ciudad de Voivodina y sede de Matica Srpska. Pero esta lengua escrita ekavski se desarrolló de modo diferente de la ijekavski. En la segunda mitad del siglo XIX se enriqueció, en forma independiente, con la terminología erudita y científica, con un importante aporte ruso, igualmente como se formó una nueva terminología en Croacia bajo la influencia de la lengua checa. Además, como el Principado de Servia se opuso a la lengua de Vuk Karadzic hasta 1868, el pueblo servio tanto en Hungría (Voivodina) como en Servia propiamente dicha, usando las hablas stokavski ekavski de Voivodina y de Sumadija, de los alrededores de Belgrado, aceptó a fines del siglo XIX la lengua de Vuk pero bajo una forma alterada, es decir el stokavski ekavski como lengua literaria oficial. Fueron los escritores servios de los centros culturales del norte (Novi Sad y Belgrado) quienes impusieron el habla ekavski como base del servio literario. De esa manera se alejaron de la lengua de Vuk, puesto que los buenos escritores son los que fijan las lenguas literarias y no los dramáticos. Hoy la lengua literaria servia constituye un compromiso entre la lengua de Vuk y la de los centros literarios de Novi Sad y Belgrado, entre la reforma y la tradición de Dositej Obradovic[17]. Por último, es menester acotar que en el servio ekavski hay un elevado número de homónimos debido al reflejo del jat paleoeslavo. Para evitar la colusión homonímica, la lengua ekavski recurrió a los términos nuevos, diferentes de los empleados por los croatas. Así se acumularon las diferencias. ¿No cabe pues extraer la conclusión de que el acuerdo de Viena fue totalmente inútil?

Por cierto que el desarrollo de la lengua escrita de los croatas y la de los servios en el siglo XIX fue bastante irregular y sus resultados no eran precisamente lo que quería Gaj ni lo que había previsto Karadzic. No obstante, su obra no fue inútil, ya que tanto los croatas como servios adoptaron el dialecto stokavski como base de sus lenguas literarias escritas. Las diferencias que surgieron con el tiempo se deben a dos hechos: por un lado, la existencia de dos centros culturales distintos, Zagreb y Belgrado, y por el otro la existencia de dos naciones, la croata y la servia, considerando cada una su lengua literaria como un rasgo nacional esencial. Lo que a veces se denomina sin más "el genio" de un pueblo, a menudo lo contiene su lengua nacional y Ferdinand de Saussure observa que "la lengua en gran medida hace a la nación". Esos hechos dieron por resultado que al comienzo del siglo XX, antes del desmembramiento de Austria-Hungría, los croatas y los servios usaban una lengua oficial biforme, ekavski en Servia y jekavski en Croacia y esta divergencia se viene arrastrando hasta nuestros días[18]. Se manifiesta en el nivel de la fonética, la morfología, la sintaxis y sobre todo el léxico. A la diferencia de hablas se agrega la de alfabetos: los cirílicos son los caracteres de los servios ortodoxos, mientras que el alfabeto latino es la escritura de los croatas católicos y musulmanes de Bosnia [19].

Por otra parte, las diferencias de orden fonético, morfológico y sintáctico se vieron incrementadas bajo la influencia del léxico que se formó separadamente en los dos idiomas y proviene, en general, de las altas capas de la civilización: la terminología científica y técnica de los tiempos modernos, la formación de palabras bajo la influencia de civilizaciones heterogéneas (Roma-Bizancio, catolicismo-ortodoxia), numerosos vocablos prestados del ruso por los servios, del alemán y del checo por los croatas. Son precisamente estas diferencias que dan la impresión, tanto a los que hablan como a los que escuchan, de que francamente se trata de dos estructuras comunicativas bien diferentes, aunque se use el único término "servio-croata" para designar los idiomas servio y croata y se tome una sola base lingüística en cuanto a la diacronía[20]. Incluso desde el punto de vista del materialismo dialéctico o histórico que sostiene que la acumulación de diferencias de orden material debe traducirse en una nueva calidad, podríamos hablar de dos estructuras, ya que las diferencias cuantitativas entre ambas lenguas resultan muy importantes en ciertos contextos, aunque en algunos otros aparecen sin importancia o mínimas[21].

Dejando de lado la dialéctica hegeliana, podemos constatar que en 1940 Matica Hrvatska de Zagreb publicó un pequeño diccionario, bastante incompleto, conteniendo diferencias entre los idiomas croata y servio literario [22] y que hoy nos promete la publicación de un diccionario mejorado diferencial servio-croata (el primero contenía hasta 5.000 palabras y el nuevo tendrá 10.000 términos)[23]. Entre tanto, en la Yugoslavia actual únicamente el término "variantes" ha sido legalizado y no se habla sino de dos variantes de un mismo idioma literario[24]. Sin embargo, son muchos los croatas que exigen la autonomía completa de las variantes y que la Constitución Federal reconozca el idioma literario croata y el idioma literario servio en lugar de decretar el término ambiguo de servio-croata[25]. Acaso en el futuro próximo veamos la solución de esos problemas que se plantean con mucha vehemencia y están estrechamente ligados a las cuestiones nacionales y a la situación política en el país. En efecto, en Yugoslavia subsiste desde 1918 hasta hoy una constante lucha entre los centralistas servios y los federalistas croatas, eslovenos, macedonios, montenegrinos, albaneses y otros, y un conflicto permanente entre el megaloservismo y las fuerzas opuestas. La convergencia lingüística entre los dos idiomas fue favorecida y forzada por razones políticas por el gobierno federal de Belgrado, que impuso como "lengua oficial" el idioma servio ya en uso en el ámbito político, administrativo y militar. Pero se entremezclan motivos culturales, nacionales y sociales que se oponen a la convergencia. De ese modo, vemos presentarse al mismo tiempo y en el mismo lugar los dos fenómenos: la convergencia y la divergencia.

Nosotros creemos que el término la lengua literaria croata se justifica totalmente: en efecto, la literatura croata ha conocido una evolución específica, como tratamos de demostrar y, además, este idioma comporta una fonética, una morfología y un léxico a menudo diferentes de los del idioma literario servio[26].

Sin embargo, aunque un idioma es, ante todo, parte de la herencia cultural[27] y si bien esta herencia es diferente entre los croatas y los servios, cabe constatar que el croata y el servio, estrechamente emparentados desde el punto de vista genético y siendo vecinos geográficos, se interpenetran cada vez más, sobre todo desde el momento en que estos dos pueblos pasaron a integrar el mismo Estado (*).

(Reproducido de la acreditada y especializada revista Lingua, Vol. 25 Nº 2, 1970, North-Holland Publishing Company, Amsterdam).

Versión castellana: Branko Kadic

 


La poesía del resurgimiento croata

Ante Kadic

¡Que mi país alcance la libertad!

Entre los escritores del movimiento "ilirio"-croata (*) hubo prosistas (Matias Mazuranic y Antun Nemcic publicaron sus recuerdos de viaje), dramaturgos (Ivan Kukuljevic describió a los luchadores contra los otomanos y Demetrio Demeter el pasado lejano), críticos literarios (sobre todo Stanko Vraz), pero el campo en el cual descollaron más fue la poesía épica, lírica y a veces reflexiva.

Aunque muchos escribían poesía, limitaré este estudio a los cuatro más salientes, quienes, si bien cada uno con rasgos peculiares, en conjunto representan el romanticismo croata en sus máximas realizaciones.

Ivan Mazuranic (1814-1890) nació en el Litoral Croata, estudió en Rijeka y Zagreb; ya de joven aprendió el italiano, el latín, el húngaro y el alemán, luego los idiomas eslavos, el inglés y el francés. Leía mucho y adquirió una vasta cultura. Calmo y de modales exquisitos, hablaba poco y controlaba sus sentimientos y emociones que en su juventud solía exteriorizar en poesías. Mas, al percatarse de que sus versos individualistas dejó de escribirlos y algunos poemas más breves no los llegó a publicar nunca.

Como los croatas durante el año revolucionario de 1848 no lograron la libertad e independencia nacional, Mazuranic opinaba que en las circunstancias graves el mejor camino que conducía a la libertad era la educación. Durante su gobernación (era ban, prorex croata 1873-1880) se implantó en Croacia un progresista sistema educativo y el aparato administrativo funcionaba a perfección. Destituido del gobierno, se consagró enteramente al estudio de la filosofía, matemáticas y astronomía. Hasta hoy perdura en el recuerdo popular como un varón ejemplar, hondamente religioso, un patriota a carta cabal quien contribuyó con hechos y realizaciones para que los croatas pudieran resistir la creciente presión húngara.

Tan pronto Ljudevit Gaj fundó el periódico Danica (1835), Mazuranic comenzó a publicar sus poesías y otras colaboraciones hasta 1848. Como el célebre poema de Gundulic, Osman quedó inconcluso y sin imprimir, muchos trataron de completarlo pero sin éxito; Matica llirska encomendó a Mazuranic esta ardua tarea. Lo hizo a satisfacción general (1844) y demostró estar a la altura del máximo poeta clásico croata. Dos años más tarde la revista Iskra publicó su poema épico Smrt Smail-age Cengic (La muerte de Smail-aga Cengic) que sigue siendo una de las obras maestras de la literatura croata. Aunque después de 1848 vivió más de 40 años, nada importante escribió; lo que había creado lo hizo en su juventud cuando todavía el hombre político no había rezagado al poeta. Dio mucho por haber escrito una obra que refleja la quintaesencia de la literatura croata: ¡por su estilo y por su espíritu genuinamente croata!

En la juventud sus maestros fueron los escritores clásicos e italianos, luego los poetas renacentistas croatas de Dubrovnik, a continuación lo entusiasmó la poesía popular para familiarizarse, por fin, con las obras del romanticismo europeo. Cuando en 1845 se decidió a componer el poema La muerte de Smail-aga Cengic, había pasado por todas las escuelas, de cada una aprendió algo, pero gradualmente elaboró su propio estilo, su propio modo de expresarse, reconocibles desde los primeros versos del poema aludido. Reflexivo, conciso, rebosante de sabiduría como los dichos populares, muchos de sus versos los sabe de memoria cada croata medianamente culto.

Ya desde el siglo XIV los sureslavos estaban sometidos al dominio otomano sin dejar de anhelar y esperar el día de su liberación. Esos padecimientos de los cristianos y los alientos a resistir y combatir constituyen los temas principales de las mejores obras de las letras croatas: desde Judith (1501) de Marulic, pasando por Osman de Gundulic y hasta La plática amena del pueblo croata de Kacic (1756) la preocupación constante de los mejores escritores croatas fue cómo consolar a los oprimidos, alentar sus esperanzas y decirles que en el horizonte surgía una nueva luz. Como integrante del Movimiento Ilirio, Mazuiranic esperaba la pronta liberación de la desgraciada rayeh.

Ocurrió que en 1840 en las escaramuzas fronterizas los montenegrinos habían matado al oficial (aga) turco Cengic. Ese incidente, uno de tantos, que Mazuranic leyera en los diarios o se lo contara algún viajero, fue el motivo que lo animó a describir los sufrimientos seculares de los cristianos, su dolor pero también su convicción de que la dominación turca estaba acercándose a su fin. En cinco cantos breves todos los protagonistas son caracterizados de modo soberbio: no sólo la figura del tirano turco, sino también los vengadores cristianos. Mientras Smail-aga es amo y señor en el cuartel turco, cruel hasta con los musulmanes que no cumplen en el acto órdenes o se atreven a dudar de sus motivos, entre los cristianos no hay amo, sino la comunidad; todos están imbuidos por el mismo espíritu y esperan vivir en libertad como ciudadanos iguales.

Si bien es obvio que en ciertas imágenes su modelo era Lamartine y su Smail-aga nos recuerda a los héroes de Byron, entre ellos hay una gran diferencia: cuando Mazuranic evoca el cielo como trono divino no se trata de meras reminiscencias bíblicas sino de un hondo sentir del hombre que por doquier ve la presencia de Dios y se entrega en sus manos; Smail-aga, aunque valiente sin par, no goza de sus simpatías ("valiente sí, pero hombre no") ya que sus favores van hacia los que le darán la muerte; aunque lo pintó en forma convincente, Mazuranic lo hizo no para que lo comprendamos sino para que lo condenemos. Cuando los humillados, anónimos y sufridos levantan sus manos al cielo y con estas mismas manos degüellan a su opresor, el poeta está exaltado, pues cree que en lo sucesivo los hombres vivirán mejor. Mazuranic está íntegramente impregnado de sentimientos humanos, se muestra elocuente en la condena de sus tiranos, vivan en tiendas de campaña, torres o palacios, y juegan con el destino de los pueblos respectivos; sus palabras y su censura pueden aplicarse también a la situación actual.

Aunque Mazuranic y Stanko Vraz (1810-1851) pertenecían al Movimiento Ilirio, eran coetáneos, publicaban en la misma revista y a menudo leían los mismos autores, pues ambos eran muy cultos, entre ellos hablan grandes diferencias.

El primero superó el desborde de sus emociones, se casó con la mujer querida, miró con realismo la situación imperante y realizó todo lo que pudo; el segundo se consumía en el fuego amoroso, considerando el amor como supremo bien, vivió momentos de dicha con su novia Ljubica y luego --cuando ella se casó con otro y pronto murió-- escribió versos deprimentes y angustiosos. Mazuranic incluso cuando cantaba sobre los pueblos eslavos, nunca se olvidó de su Croacia, mientras Vraz, de origen esloveno (el único esloveno que adhirió al Movimiento Ilirio) consideraba que el espíritu eslavo era el criterio rector según el cual había que evaluarlo todo Mazuranic sostenía que en la renovación de la literatura croata había que recurrir tanto a la poesía popular como a la renacentista, mientras que Vraz rechazaba el interés "exagerado" por el renacimiento que, a su juicio, estaba demasiado influido por los autores italianos. Mazuranic hizo pocas traducciones (es admirable su versión croata del Cinque Maggio de Manzoni), mientras que Vraz hizo accesible al público lector croata las mejores obras del romanticismo europeo, especialmente de los escritores románticos eslavos.

Las amadas de Vraz (era muy enamoradizo) no eran seres reales con los que habían pasado momentos de dicha sino seres anhelados que no proporcionan el gozo por ser puros, a los que se reza por ser tal vez ángeles. Cuando de joven se sintió cansado, enfermo de tuberculosis, cuando sus alas estaban quebradas, entonces expresaba o su cinismo en epigrama logrados o su disposición de cerrar los ojos para siempre (Confesión), ya que se encontrará con su amada en el otro mundo. Creía en la vida ultraterrenal, porque arriba, allende las estrella, los enamorados experimentarán la dicha de los bienaventurados.

Vraz era poeta de talento, pero no consiguió, debido a su desconocimiento del acento stokavski, dejar una obra de relieve. Toda su vida la dedicó a la literatura, recurriendo a sus más distintas formas, desde el soneto clásico hasta la romanza y la balada, y no obstante no alcanzó la cúspide del Parnaso croata, ya que sus mejores poesías acusan irregularidades idiomáticas.

Con un grupo de amigos Vraz fundó en 1842 la revista literaria Kolo y en sus páginas sostenía reiteradamente que la literatura no era la sierva de la política. Poseía un gusto literario refinado y la mayoría de sus juicios siguen vigentes, incluso hoy. Vraz exhibe títulos sobrados para ser considerado padre de la crítica literaria croata. Así contribuyó en medida considerable al progreso y el enriquecimiento de las letras croatas.

Como Vraz empezó a escribir en esloveno, así Petar Preradovic (1818-1872) escribió en su juventud en alemán. Cuando en Italia conoció a ciertas integrantes del Movimiento llirio y fue trasladado como oficial austríaco a Zadar, comenzó a escribir en croata, su lengua materna que había olvidado bastante.

Preradovic se acerca a la acepción occidental del poeta romántico no sólo porque sus primeras primeras poesías las compuso cerca de Viena y porque conocía a fondo a los románticos occidentales y checos, sino también por el hecho de que su vida está llena de lamentaciones. Se casó dos veces, en las primeras nupcias con una italiana que se suicidó y en las segundas con una alemana que no lo comprendía, de modo que para él el amor era algo extraterreno, inalcanzable. Como los hijos se le murieron y él mismo estaba enfermo, a menudo se quejaba y llegaba al borde del pesimismo o buscaba el consuelo en el espiritismo. Al no hallar ni en sus prójimos ni en sus sentimientos algo estable, creía que todo lo humano era transitorio. (El corazón humano; Almuecín). Como vivió mayormente fuera de su patria, y por eso la quería más aún, compuso patéticos poemas patrióticos:

No vayas, hijo, tesoro querido, no vayas lejos del hogar paterno, el país extraño abriga a los suyos, sin comprender penas tuyas, el amor ajeno se vuelca a lo suyo... (El viajero).

Preradovic sabía muy bien que viviendo en el extranjero era difícil conservar la pureza del idioma materno y su poder expresivo, y por eso reiteradas veces se refirió al idioma como el don más sagrado. Ensalzaba al poeta quien más que nadie siente y vive todos los sufrimientos de su pueblo.

No obstante, ese hombre de temperamento romántico, supo dominar sus sentimientos; no le gustaba la vocación castrense, su ideal era convertirse en el poeta de los eslavos que debieran reconciliar a la humanidad y por otra parte cumplía a conciencia con los deberes militares alcanzando el grado de general. Ardiendo por hondas emociones, las escondía bajo una apariencia pulida y las sometía al control del intelecto, expresándoles en forma concisa.

Cabría decir que Preradovic estaba crucificado en su propia cruz: siendo lírico creía en la supremacía de los sentimientos, pero se dio cuenta de que eran engañosos e inestables; felices quienes no les crean. El que amaba a su patria como a la propia madre:

Pasé por todas partes del mundo, vi los paisajes que tantos cantaron, cuya gloria llega hasta los cielos, todos son hermosos en su esplendor, todos son hermosos, pero todos juntos, no son para mí lo que tú, madre única... (Saludo a la Patria)

Sabía que también otros pueblos sienten lo mismo hacia su terruño; todo pues es relativo. En ese desgarramiento, en ese espasmo del corazón e intelecto, creó algunas poesías que todavía hoy conquistan al lector. Lo sienten sobre todo los emigrados croatas.

Aunque el resurgimiento nacional croata fuera quebrantado en 1848 y pocos años después se implatara el absolutismo en el imperio austríaco, el romanticismo como corriente literaria no dejó de existir; en cambio, hasta los años 1870 había escritores que evidenciaban rasgos afines con los románticos, eran o realistas románticos (August Senoa) o idealistas (Francisco Markovic). En los años 1850 vivía el poeta Luka Botic (1830-1863) que con todo su ser sostenía y reflejaba la cosmovisión romántica.

Ese ciudadano de Split, expulsado del seminario teológico de Zadar, viajó a través de Bosnia y Servia, donde en vano buscaba empleo. El obispo Strossmayer lo empleó en su hacienda pero lo despidió cuando rehusó jurar fidelidad al emperador de Austria. Falleció cuando contaba 33 años, dejando en la miseria a su joven esposa y un hijo.

Botic era el poeta favorito en Croacia en la década de 1850; escribió tres largos poemas épicos y un cuento corto. Como estudiante en Split y Zadar leía mucho a los autores italianos, especialmente románticos (Manzoni, Tommaseo). Si bien estuvo influido por la poesía popular, no la imitaba ciegamente ni en la dicción ni en el contenido. No pintaba, como hasta entonces solía hacerse, a los croatas musulmanes de Bosnia como tiranos, depredadores y hombres moralmente corrompidos, sino que los describió como amigos leales y valientes en la lucha, y fue entre los primeros en proclamar que eran nuestros hermanos de sangre, connacionales, y que el hermano es querido sin distingo de credo religioso. En base a los documentos históricos relató con acento conmovedores los amores desafortunados entre cristianos y musulmanes. Su obra más conocida es Bijedna Mara (Pobre María) (1861). Cuando a fines del siglo XVI Mara Vornic de Split se enamoró de Adel de Klis, los padres la encerraron en el convento donde pronto murió. Hoy también los espectadores, con lágrimas en los ojos presencian la tragedia de dos croatas, separados por creencias religiosas.

En las narraciones épicas de Botic descuellan sus fragmentos líricos, mientras que el conjunto no convence. No logró pulir y depurar sus obras porque viajaba, trabajaba para ganar el sustento y se dedicaba a la política. Como diputado, con ardor defendía los derechos nacionales en el Sabor (Parlamento) croata. Esperaba que los croatas también verían un día el amanecer de su independencia nacional:

¡Para que mi patria alcance la libertad de mí quedará nada más que el polvo, pero este polvo desparramado en la tumba vibrará al repicar la campana de la libertad!...

(Pobre María, canto al sol)

Mientras que Mazuranic creó una obra maestra, los demás escribieron poesías de valor desigual o por las dificultades del idioma (Vraz, Preradovic) o por su situación económica (Botic). Todos ellos vieron a su alrededor la tiranía, la injusticia y la miseria y, sin embargo, esperaban un futuro mejor. Mazuranic era pragmático, un paciente constructor y por ello optimista, mientras que los demás pasaban del entusiasmo ciego a la desesperanza, pero siempre dispuestos a subordinar los sentimientos individuales a los intereses nacionales. Grande era su amor hacia su patria Croacia. Este mismo amor los inspiró para escribir versos que incluso hoy están grabados en la memoria y en los corazones de sus compatriotas. Constituyen un ejemplo, en momentos de desánimo, de que quienes trabajan para su pueblo nunca mueren.

Bloomington, Indiana

(Tradujo al castellano: Branko Kadic)


Ivan Ratkaj, primer misionero croata en América (1647-1683)

George J. Prpic

En muchas fuentes históricas extranjeras se lo menciona como rev. Juan María Ratkay. Los historiadores croatas lo conocen como Iván Ratkaj, mientras en los documentos en latín su nombre se escribe Joannes Ratkai o Rattkay. Fue el primer misionero croata que llegó a América, hace ya casi trescientos años. Sobre él se escribió en Croacia, pero no lo suficiente. En América y el resto del mundo se escribió mucho más, citándose fuentes más exactas y amplias que aquellas en su patria. La historiografía croata hoy, todavía, sabe poco de este personaje y no aprecia debidamente su relevancia. Pero, para los croatas, es de importancia especial: Ratkaj se reconocía en el extranjero como croata. En los documentos más importantes en el latín, alemán y español, relacionados con su vida, obra y trágica muerte, se lo menciona como croata.

En la actualidad, los millares de exilados croatas que viven en países de habla hispana, pueden decir con orgullo que tuvieron hace casi trescientos años ya un compatriota que vivió, trabajó y murió en México.

El trasfondo histórico

Ratkaj es uno de los primeros inmigrantes croatas en el continente americano. Por habitar la orilla oriental del Adriático desde hace largos siglos y ser el primer pueblo eslavo marítimo, es muy comprensible que los croatas empezaran tempranamente a emigrar a las tierras allende el océano sea en forma temporaria o definitivamente. Ya antes de la llegada de Ratkaj, vinieron varios de sus compatriotas a México y en diferentes regiones del hemisferio occidental del imperio español. Incluso antes que llegaran los primeros inmigrantes anglosajones a la provincia mexicana de California, ahí ya vivían muchos pioneros croatas[28].

Dedicándonos a Ratkaj, es necesario tomar en consideración la situación política del país donde nació, como también la influencia de su familia. Esto facilitará la comprensión de nuestra tarea.

Los siglos XVI y XVII representan para la historia croata un período sumamente trágico. Después de la derrota y ocaso del reino húngaro en la batalla de Mohac, en 1526, los restos de Croacia, por su libre decisión, se sometieron al poder de los Habsburgo, en 1527. Durante siglos las regiones de Croacia quedaron así divididas entre los turcos, los venecianos y los Habsburgo. Los restos de la Croacia no ocupada se limitaron a los alrededores de Zagreb, o sea las regiones étnicas croatas nord-occidentales, convirtiéndose paulatinamente en el nuevo centro político, cultural y, en tiempos modernos, también económico de la entera Croacia. El Sabor (Dieta) croata y algunas familias nobles de la clase dirigente --especialmente los Zrinski-- se hallaron entre dos fuegos en la lucha entre los poderosos imperios turco y austríaco. Esta penosa situación culminó en la conspiración y rebelión de los croatas y húngaros contra el emperador Leopoldo y las pretensiones imperialistas germanas en las regiones colindantes con el imperio otomano. Exactamente hace trescientos años empezó la rebelión de Zrinski Frankopan (1670) y al año siguiente (1671) fueron ejecutados en Wiener-Neustadt[29].

Miles y miles de exilados croatas se refugiaron entonces en las regiones occidentales de Hungría, lejos del poder turco, pero bajo la férula de los Habsburg. Así, Por ejemplo, los croatas de Gradisce (Austria) de hoy pueden ver a sus ascendientes en aquellas corrientes migratorias. Muchas de las familias croatas nobles como, por ejemplo, Zrinski y Draskovic, tuvieron sus bienes inmuebles en Hungría y en Croacia, convirtiéndose algunos de ellos en personalidades de fama, tanto en Croacia como también en la vecina Hungría, allende los ríos Drava y Mura. Muchos nobles húngaros, a su vez, llegaron a Croacia, allí se quedaron y croatizaron.

La familia Ratkaj llegó a Croacia desde Hungría. Su nombre deriva de la localidad de Ratko, en la Hungría septentrional, y fue probablemente de origen eslovaco. En Croacia son conocidos desde el siglo XVI y el fundador de la familia fue Pablo. Allí llegaron, se asimilaron y dieron a su nueva patria guerreros contra los turcos, miembros activos de los status croatas, historiadores y misioneros. La primera posesión de Ratkaj y su centro familiar fue Veliki Tabor en la Zagorje croata. Así se los conoció como Ratkay de Veliki Tabor (Ratkaji Velikotaborski)[30]. Fueron primero barones y luego duques.

Resulta casi incomprensible que los restos del Estado croata, restringidos a un pequeño y empobrecido espacio, con población escasa y pobre, fueran capaces de enviar, a pesar de toda su desgracia, misioneros y pioneros a los más alejados países del mundo. Es interesante destacar como un hecho simbólico que el contemporáneo de Iván Ratkaj fue Juraj (Jorge) Krizanic. Sacerdote seglar, idealista impulsado por una visión personal de unir al pueblo ruso ortodoxo con la Iglesia Católica, Krizanic se marchó a Moscú en 1659. Allí llegó de incógnito por su propia iniciativa y sin permiso previo de la Propaganda Fide. Las autoridades rusas descubrieron, parece, sus intenciones y lo confinaron en Tobolsk, Siberia, donde pasó 15 años de su vida. Por sus escritos y obras, de los cuales la más conocida es Politika, Krizanic mereció que se le llamara el "Precursor del Paneslavismo".

Nuestro Ratkaj, parecido a su vez a Krizanic por su idealismo y entusiasmo, por su soñar y por su energía, fue miembro de la Orden jesuítica. La suerte lo llevó al lado opuesto del de Krizahnic. No obstante, los dos son representantes típicos de la idea mesiánica y misionero de su pueblo.

Hablando ya de la Orden jesuita, hay que recordar que los primeros croatas entraron en la Orden jesuita durante la vida de su fundador, Ignacio de Loyola. Cuando la Orden se instaló en Croacia, en 1606, ya había algunos croatas en la misma[31].

Los jesuitas llegaron a Zagreb el 28 de noviembre de 1606, provenientes de la ciudad eslovaca de Trnava que en aquel momento estaba bajo el poder húngaro. El año siguiente inauguraron su colegio en Zagreb, mientras en 1662 empezaron con instrucción académica de filosofía y teología. El emperador Leopoldo I les otorgó el privilegio por orden real el 23 de setiembre de 1669, para impartir enseñanza superior con jerarquía de Universidad. Por eso, con derecho, fue celebrado en Zagreb el año pasado, el 300 aniversario de la enseñanza universitaria en Croacia[32].

El primer misionero croata conocido que actuó en Asia fue Nicolás Ratkaj (Nicolaus Ratkaj, "Taborensis, Croata", como lo mencionan varios documentos históricos). Nació en Veliki Tabor. Ya de joven entró en la Orden de Jesús, la que lo envió a alejadas regiones desconocidas de India y de Tibet. Murió en 1662 en India [33].

No sabemos si este ejemplo del sobrino de Juan tuvo una influencia especial sobre él. Otro consanguíneo de Juan fue Jorge Ratkaj (Georgius Ratkaj: 1612-1666). Fue primero jesuita y luego sacerdote seglar en Zagreb. Es uno de los fundadores de la historiografía moderna croata, que publicó obra la Memoria Regnum et Banorum Regnorum Dalmatiae, Croatiae et Slavoniae (Viena, 1652[34]]). Este libro histórico decidió a sus contemporáneos, los hermanos Nicolás y Pedro Zrinski, a comenzar la rebelión contra el gobierno de Viena que Pedro continuó después de la muerte de Nicolás[35].

En su calidad de barones desde principios del siglo XVI, los Ratkaj tuvieron junto con Veliki Tabor muchos otros bienes y tierras y un número considerable de siervos. Hoy todavía permanece vivo el recuerdo de los Ratkaj como señores feudales de Veliki Tabor en la Zagorje croata. Los campesinos los recuerdan de acuerdo a una tradición oral como señores buenos y justos, y hasta hace poco, los descendientes de sus siervos se llamaban "Ratkajci" los de Ratkaj. Es interesante también el emblema familiar de los Ratkaj; sobre el mismo observamos un recipiente de agua colgado por un cordón. El castillo Veliki Tabor, luego de ser varias veces renovado, hoy todavía se levanta orgullosamente en buen estado de conservación, representando una atracción turística en aquella región croata[36].

Vida de Juan Ratkaj en Europa

Juan Ratkaj nació el 22 de mayo de 1647. Los historiadores no concuerdan con el lugar en donde nació, la mayoría es de opinión que ocurrió en Veliki Tabor, mientras otros argumentan que nació en Ptuj (Pettau en alemán), en la vecina Estiria inferior, en Eslovenia, que estaba en aquel momento histórico bajo el imperio austríaco. Ptuj está situada unos 40 km de distancia de Veliki Tabor. Al intentar averiguar tal información, nada pude encontrar en Ptuj como cierto en este sentido[37].

Krmpotic, como tampoco otros escritores croatas, no menciona los nombres de los padres de Juan. Una carta manuscrita que se refiere a la biografía de Juan Ratkaj y que se halla en el Archivo jesuita en Roma (Vol. Vitae 68, 11, 54-57v, f. 54) dice de Juan que "parentibus illustrissimis Petro et Constancia Baronibus de Ratcay [sic] natus" [38]. En un documento histórico de Zagreb, se menciona como nombre del padre de Juan "Johann III Adam, Baron Ratkai", mientras de su abuelo da el nombre de "Peter IV, Baron Ratkai", y el nombre de su madre se indica como "Constantia, Ehenlalige Gräfin Herberstein" -- Constancia, ex duquesa Herberstein que fue la segunda mujer de Pedro IV Ratkai[39]. En el mismo documento se menciona a "Peter V, duque de Ratkai" con la observación: "Jesuit ermordet 1681 en América" (Jesuita matado en 1681 en América). El año de su muerte resulta inexacto. Todos los escritores croatas lo mencionan como Iván Ratkaj. Este nombre "Iván" se reproduce varias veces en varios idiomas y documentos. A pesar de esto, los documentos jesuitas lo llaman generalmente Joannes Ratkai o Rattkay, mientras los historiadores norteamericanos, Herbert E. Bolton y Peter M. Dunne lo llaman Juan María Ratkay.

De joven Juan fue recibido por el emperador Leopoldo I como paje en el servicio de la Corte. No sabemos con exactitud la fecha. En un dato comprobado nos confirma la distinción de su familia. En esta condición tuvo oportunidad de conocer a aquel gobernante contra quien se levantaron más tarde los Zrinski y Frankopan. Este muchacho piadoso terminó sus estudios secundarios en Viena y luego estudió durante dos años Derecho. Paralelamente se dedicó a la filosofía. Se enclaustró como novicio jesuita el 3 de noviembre de 1664. Con el curso de los años aprendió, además del idioma materno croata, también el alemán, latín, italiano y parcialmente el francés. Más tarde aprendió el español y uno de los idiomas indios.

Después de su segundo año de noviciado continuó los estudios en Graz (Austria) donde cursó hasta 1669 filosofía y otras materias necesarias. En su calidad de "escolástico" jesuita enseñó durante dos años: 1669-1671 en el colegio, jesuita de Goricia. En los años 1671-1672 enseñó en el colegio similar de Zagreb. De esta manera, Juan Ratkaj está íntimamente ligado con el comienzo de la enseñanza de la Universidad croata, fundada en aquellos momentos históricos. En 1672 Juan continúa estudiando filosofía y teología en Graz. El 4 de abril fue ordenado sacerdote en la misma ciudad. En las postrimerías de su preparación para ser jesuita, Juan permaneció de 1676 a 1677 en la ciudad de Judenburg (Estiria).

Preparándose para el sacerdocio, ya lo inquietaba la idea de marcharse como misionero a América. Solicitó el permiso a sus superiores y éstos dieron su visto bueno. Existe su carta en el Archivo Jesuita en Roma (Fondo Gesuitico, Vol. 755) en latín con fecha "datum Viennae Anno 1678 die 23 April", firmado por él como Joannes Rattkay". En la misma, Ratkaj agradece a sus superiores por haberle aceptado la solicitud de marchar a América. El documento está redactado en una hermosa caligrafía y tiene gran importancia[40].

Resultaría interesante la pregunta: ¿por qué Juan Ratkaj decidió ir a la lejana América? Sin entrar en el problema, tiene importancia e interesa saber que, luego de enterarse del permiso de sus superiores al respecto, en una carta dice: "tuve una audiencia concedida benignamente por nuestro Ilustrísimo Emperador quien me dijo de tener un consuelo y alegría especiales por algunos de los suyos, que desean servir a Cristo en los países tan lejanos". El emperador Leopoldo le dijo también que le escribiera desde América y que, por su parte, iba hacer todo lo posible para ayudarle como también a la Compañía. Para el viaje, de él y sus 5 compañeros, Leopoldo le dio 100 monedas de oro y a él personalmente otras 200. En la misma carta Ratkaj anota que viajará el 26 de abril junto con otros seis de sus cofrades de Génova donde empezaría el viaje a América[41]. Si así quiso seguir el ejemplo de su pariente y predecesor Nicolás, éstas y otras preguntas ligadas con su vida, probablemente nunca las podremos contestar, mediando aquí muchos hechos que permanecen en el misterio.

Es posible que Juan escuchara algo sobre América y la labor misionera que en ella se realizaba por intermedio de los informes de algunos misioneros austríacos, checos, italianos y alemanes. En aquel entonces, éstos se marchaban en número considerable justamente a México, que formaba parte del imperio español bajo el poder de la rama española; de los Habsburgo. De acuerdo a las palabras del historiador norteamericano Bolton, muchos de estos misioneros americanos "tenían en sus venas la mejor sangre europea", lo que quiere decir que pertenecían a las familias distinguidas y nobles de varios países[42]. Antes de entrar a la Orden de los jesuitas, estos jóvenes crecieron en condiciones cómodas y de abundancia, en los castillos y palacios de sus padres y abuelos. En los países lejanos y desconocidos les esperaba una vida penosa, muchas veces un clima insoportable, sacrificios y esfuerzos, viajes largos y peligrosos, una vida de abnegación y hasta la eventual muerte por enfermedades o las rebeliones indias.

Ratkaj se prepara para el viaje a América

Su viaje a América fue una larga y grande aventura. Ya temprano en el mes de junio de 1678, junto con otros 18 jesuitas se hallaba en el puerto italiano de Génova. De ahí tuvieron que navegar a Cádiz, en España. Uno de los acompañantes de Juan, el rev. José Neumann viajará con él hasta la provincia mexicana de Tarahumara. Más tarde, este mismo Neumann dejará un importante documento sobre la suerte de Ratkaj. Conocemos todos los nombres de los viajeros. Fueron los padres. Galvanese, Borgia, De Angelis, Manoker, Borango, Tilpe, Strobach, Cuculinus, Klein, Christmann, Reidl, Fischer, Kerschpamer y el hermano Poruhradski. Vale destacar que entre ellos estaba, también el rev. Eusebio F. Kino, quien más tarde se convirtió en un misionero famoso y explorador de la Baja California. Su labor la continuó luego en la misma provincia el compatriota de Ratkaj, el croata Konscak[43]. Kino confeccionó también el diario relatando el viaje de Génova hasta Sevilla. Las fechas del diario son el 12 de junio de 1678 (Génova) como el comienzo, y el 27 de julio de 1678 (Sevilla) como el fin.

Todos estos jesuitas --en total 19-- eran súbditos de los Habsburgo. Por sus sotanas negras que llevaron, los historiadores norteamericanos los llaman popularmente "Black Robes", lo que se convirtió en un sinónimo de misioneros jesuitas, al otro lado del mar. De acuerdo a los datos de Kino, Gerstl y del archivo de Roma, el historiador norteamericano Bolton describió esa interesante navegación, que el 12 de junio empezó Ratkaj desde Génova.

Ya antes del medio día de la venturosa navegación se dirigieron los 19 pasajeros de la (jesuítica) Casa Profesa hacia el puerto, acompañados por muchos sacerdotes de Génova. Desde la orilla los transportaron en un bote hasta el barco principal, amarrado a cuatro millas alemanas; era éste de gran porte, comandado por el capitán Francesco Columbus, de quien Kino dice tratarse de un descendiente del famoso Colombo. Entre personal de servicio, soldados y pasajeros, sumaban en total 200 personas incluyendo el grupo de jesuitas. Otro buque, el "San Nicolás", está también listo para salir junto con el barco más grande.

La navegación por mar no era tan mala, en aquel entonces como actualmente solemos pensar. El precio del viaje a Cádiz, incluida la comida, fue de 60 imperiales, suma que tuvo que abonarse enseguida al capitán. Esta, disposición fue rigurosa, pero por eso "el capitán Columbus proporcionaba una buena comida" [44].

El segundo día del viaje se levantó un gran temporal, acompañado de truenos, relámpagos, lluvia y mar turbulento. Algunos jesuitas se descompusieron por el mareo. El 15 de junio el mar se calmó y los viajeros quedaron otra vez de buen humor. El viaje continuó lentamente por el Mediterráneo hacia el occidente, en dirección a las costas españolas. Pero el 17 de junio se produjo otro temporal. Al día siguiente observaron con temor en las cercanías de la Isla Menorca, a varios buques armados, creyéndolos al principio piratas. Pero eran naves reales inglesas "completamente armadas y abastecidas"; cuya tarea era defender aquellas aguas "contra la audacia de los turcos y los piratas" [45].

Kino, nacido en Ingolstadt, Alemania, era un viajero "nato", anotando todo con precisión. En su diario describió de manera interesante los pormenores de este viaje verdaderamente penoso, cuyo partícipe fue también su cofrade croata, Ratkaj[46].

Por la mañana del 25 de junio llegaron nuestros jesuitas al puerto español Alicante. Hallándose en la ciudad un colegio de la Orden, dos jesuitas llegaron para saludar y dar la bienvenida al grupo de 19 hermanos. A las siete de la noche Ratkaj llegó al colegio con sus amigos, acompañados por los hermanos españoles. Así terminó la primera parte del viaje[47].

Esta ciudad tenía, importancia especial para los jesuitas, porque había allí un santuario de renombre. En las cercanías de la ciudad estaba el monasterio de Santa Verónica, donde se custodiaba el pañuelo de aquella santa, con la semblanza de la cara de Cristo[48].

Pero la estadía fue de gran peligro, porque en aquel momento brotó en los alrededores la peste.

Al día siguiente se reunieron para decidir si proseguirían el viaje hasta Cádiz por tierra o por mar. Desde esta ciudad la flota española salía una vez por año para Vera Cruz en México. Por entonces la flota no partiría de Cádiz antes del 10 o 12 de julio, por lo que podían llegar a aquella ciudad con tiempo para embarcarse para México. Después de someterse a la revisación médica y obtener los certificados de salud exigidos, se embarcaron hacia Cádiz el 3 de julio de 1678. Pero los acompañó la mala suerte. Soplaba un viento muy débil para su velero. El día 5 de julio vieron las montañas cubiertas por la nieve, y el 8 de julio, ya cerca del peñón de Gibraltar, los viajeros vieron las costas africanas, donde se destacaban las dobles cadenas de las alturas de Ceuta. En aquel momento tuvieron un accidente grave. El viento soplaba de occidente con tanta violencia que destrozó las velas del "San Nicolás". La mañana siguiente el mar estaba tan agitado que ninguno pudo celebrar Misa, los dos buques tuvieron que alejarse de su ruta, en las cercanías de Málaga, y así en tres horas perdieron la ventaja que habían logrado durante cuatro días de navegación[49].

El 13 de julio hubo tanta neblina que hasta perdieron el rumbo. Recién el 14 de julio entraron en el puerto de Gibraltar. A todos los preocupaba la idea de no llegar a tiempo a Cádiz para poder continuar el viaje a América. El mismo día 14, al anochecer, acercándose a su destino, "vieron a la flota española, compuesta por 44 buques, en la cercanía inmediata. Era la flota en viaje para India" (posesiones españolas en América). Esto es, llegaron tarde. Todos quedaron desilusionados y abatidos.

Por el mal tiempo y el peligro de la peste, de acuerdo a las disposiciones vigentes, tuvieron que esperar cuatro días el permiso para entrar al puerto de Cádiz. Allí los esperaba el padre Pedro Espinar, S.J., procurador de las misiones españolas en México y la India Occidental. Los llevó al colegio jesuita. Unos días más tarde los acompañó hasta el colegio de San Hermenegildo en la ciudad de Sevilla, donde permanecieron hasta que fuera posible embarcarse para México[50].

La estada en Sevilla fue para ellos como otro período de noviciado. Se preparaban para su futura labor. Estudiaban matemática, astronomía y otras ciencias. Fabricaban también diversos utensilios para sus futuras necesidades en México. Todo esto lo describió más tarde el propio Ratkaj[51].

En efecto, tuvieron oportunidad para estudiar y trabajar, porque su permanencia en aquella ciudad se prolongó dos años. Fue esta etapa muy interesante y productiva para los jesuitas "náufragos" en esa hermosa ciudad española. Un viejo proverbio español dice al respecto: "Si no ha visto Sevilla, no ha visto maravilla". Los jesuitas concuerdan en sus informes sobre Sevilla. El vienés Gerstl, por ejemplo, dice: "La catedral es tan amplia, que la iglesia de San Esteban en Viena podría caber completamente en ella". A pesar de que no dejó testimonio al respecto, Ratkaj tuvo también que quedar impresionado por esta ciudad española[52]. Conocieron sus bellezas, pero también el aspecto desagradable de la vida española. Por un lado había grandes riquezas, lujo en las iglesias, actividad industrial y comercial de miles de holandeses, franceses y otros. Hallaron un gran número de sacerdotes y de monasterios, de monjas, iglesias y capillas. Pero al mismo tiempo la peste devastaba la provincia, matando mucha gente. Gerstl y sus amigos conocieron la gran pobreza de miles de seres, encontraron mendigos a millares, vieron las ejecuciones públicas y las corridas de toros[53]. A pesar de todo, su obligada estadía debe haberles causado mucha impaciencia. Por fin, en marzo de 1680, volvieron a Cádiz, situada unos centenares de kilómetros al sur de Sevilla. En Cádiz tuvieron que esperar tres meses más.

Por fin se embarcaron, después de tanta espera, el 7 de julio de 1680, con todo su bagaje --"mit Sack und Pack", como lo dice Ratkaj en su informe-- en el Nazareno. Este barco integraba el conjunto de la flota española que aquel año tenía que navegar a México. Ahora había 23 jesuitas, de los cuales 18 tenían que, después de desembarcar en Vera Cruz, viajar para Filipinas. Ratkaj y otros (entre ellos Esteban Kino y Neumann), estaban destinados para desempeñarse en México.

En la misma flota viajó también el nuevo virrey para las posesiones españolas en México, don Antonio de la Garda, conde de Paredes, marqués de la Laguna, con su esposa. El mismo día, 7 de julio, se embarcaron también estos importantes personajes con mucho personal de servicio en la nave capitana, disparándose salvas en su honor[54].

Por el gran apuro con que se embarcaron en el Nazareno, los viajeros jesuitas olvidaron en el puerto los alimentos necesarios para el viaje. Durante tres días tuvieron que vivir sólo de pan y agua. El día siguiente los botes y veleros sacaron a los barcos listos para navegar. Ratkaj y sus compañeros tuvieron otra vez mala suerte. El remolcador que tiraba a su buque al mar abierto, lo llevó casualmente a un punto sin profundidad y con arena de donde el viento lo empujó contra una roca. El Nazareno quedó gravemente, averiado y empezó a hundirse, lo que causó consternación y confusión. Los hombres pedían socorro, y el capitán dio la señal de ayuda disparando un cañonazo. Mientras, la tripulación, totalmente incapaz, huía hacia la parte superior para, salvar la vida. Ratkaj describió todo esto en una carta con estilo y palabras muy ágiles[55].

El buque quedó averiado de tal manera que el almirante ordenó abandonarlo y salvar a todos los viajeros. Los botes convergieron recogiendo a todos los viajeros náufragos. En ese accidente los jesuitas perdieron todo su bagaje y los objetos que prepararon durante dos años, esperando viajar a México. A las 8 de la tarde el grupo de jesuitas, junto con Ratkaj, regresaron al colegio jesuita.

Apenas se enteró el padre Procurador de lo ocurrido, se lanzó al trabajo. Corriendo al puerto, visitó a cada uno de los barcos solicitando que recibieran a los náufragos. Las naves estaban ya fuera del Puerto, repletas de viajeros. Gracias a la intervención del virrey, once de los jesuitas consiguieron subir en diversos barcos. A último momento casi Ratkaj también queda junto con Kino y Gerstl. Al ver Ratkaj que el Procurador trataba de embarcar a los misioneros para Filipinas, se dirigió a él y le dijo que "Cristo no derramó su sangre preciosa sólo por los filipinos sino también por los mexicanos" que viven en las regiones misioneras de "Cinalos, Tarahumara y California". Las palabras de Ratkaj conmovieron al Procurador de tal manera que intervino también por él y su camarada, el rev. De Angelis, obteniendo para ellos lugar en el buque San Diego. Fueron bien recibidos y el capitán los alojó en su propia cabina. Allí estaba otro distinguido huésped, el recién nombrado obispo para la ciudad de Manila en las Filipinas, un sacerdote dominicano. Al entrar a la cabina, vencido por el hambre, agotamiento y esfuerzo Ratkay se desmayó[56].

El 24 de julio de 1680 Iván (Juan) Ratkaj abandonó definitivamente Europa. Detrás de él quedaron doce de sus amigos jesuitas, desesperados, que no pudieron unírsele[57]. Kino llegará a Vera Cruz en mayo del siguiente año. En México se convertirá en un misionero de fama y geógrafo de la Baja California. Algunas décadas más tarde el compatriota de Ratkaj --el padre Konscak-- impulsado por los mismos ideales de Ratkaj llegará a la Baja California, continuará las exploraciones de Kino y averiguará definitivamente y sin duda alguna, que California no es una isla sino una península[58].

La travesía del Atlántico

Su viaje a través del océano, hasta el puerto mexicano de Vera Cruz, Ratkaj lo describió muy bien en la carta que envió en el mes de noviembre de 1680 a su Provincia en Austria. La carta resulta interesante, especialmente porque por ella nos enteramos de las condiciones en que se viajaba al Nuevo Mundo en aquel tiempo.

Después de haberse desmayado en la cabina, Ratkaj fue objeto de las atenciones del obispo de Manila, que le prestó un trato paternal, proporcionándole comida y todo lo necesario para que se repusiera. Ratkaj y su colega De Angelis fueron huéspedes del obispo, pero de mayor consuelo para ellos más han sido las conversaciones piadosas sostenidas con él que la excelente comida". Es también de gran interés la descripción detallada del orden del día de la flota real española durante su viaje a América[59].

Ratkaj elogia también el buen comportamiento de la tripulación y los pasajeros. Luego dedica atención a la buena comida que puede considerarse verdaderamente exquisita en comparación con la dieta misionera que le esperaba en las montañas mexicanas. La mayor parte de la comida les fue servida en vajilla de plata[60]. Para dar testimonio de su gratitud y recompensar de alguna manera por todo esto, los jesuitas dedicaban su tiempo libre a los servicios espirituales. Al respecto, agrega alegremente: "Nuestros esfuerzos tuvieron tanto éxito que todos nuestros pasajeros recibieron por lo menos una vez al SS. Sacramento y así renovaron sus vidas espirituales" [61].

Claro que con aquellos veleros se navegaba en aquel tiempo muy lentamente. Esas aguas eran ya conocidas antes de la época de Ratkaj, durante la misma y por mucho tiempo después, por los buques de Dubrovnik y otros puertos croatas de Dalmacia. Antes y después de la época de Ratkaj, los veleros con tripulaciones croatas --y en las mayoría de los casos de propiedad croata-- navegaban por las vías atlánticas hacia las costas nórdicas, del centro y del sur del Atlántico. Muchos se dirigían hasta él extremo meridional de la América del Sur, el Cabo de Hornos, circunnavegándolo para Chile, Perú y California. Estos primeros contactos croatas con el continente americano hasta ahora quedaron desconocidos porque los historiadores croatas no los investigaron suficientemente.

En los primeros dos días del viaje de Ratkaj --12 y 13 de julio-- los buques hicieron escaso adelanto. Recién el 14 desapareció de la vista Cádiz y las costas de España. El 21 de julio el buque del almirante izó las banderas, dio vuelta y se detuvo, lo que significaba que los demás buques tenían que agruparse alrededor. En dicho barco se efectuó una consulta de todos los capitanes sobre la ulterior navegación hacia México y otros lugares. El conjunto de buques en el mar abierto ofrecía un magnífico espectáculo a los presentes, que miraban desde sus respectivas naves[62].

El 25 de julio se celebró en todos los barcos la fiesta de San Santiago, protector del imperio español. Mientras las banderas ondeaban al viento de Océano, los cañones saludaban el gran día español con sus truenos. En la nave de Ratkaj San Diego, el obispo de Manila celebró una misa cantada solemne con un sermón alusivo. El mismo día la flota se desdobló y 17 barcos se dirigieron hacia Cabo Verde y otras colonias españolas[63].

Pero los festejos no terminaron aquí. Algunos días más tarde, el 31 de julio, se celebró la fiesta de San Ignacio, fundador de la Orden de los jesuitas. Es una fiesta ya tradicional entre los miembros de la Orden como también entre la población española. También esta vez el obispo de Manila celebró una misa, solemne comulgando un gran número de pasajeros[64].

Al hallarse el 10 de agosto ya lejos en mar abierto, los sorprendió una gran tempestad con vientos huracanados que llevó a los buques en todas direcciones. El tremendo temporal persistió cuatro días, de manera que hasta los más experimentados marineros temían perderse en las gigantescas olas. El capitán del barco en que viajaba Ratkaj dio orden de tirar por la borda al mar una gran cantidad de objetos. La nave se inclinaba tanto que sus mástiles casi tocaban las olas. Las mismas pasaban por encima de la proa y el último día se llevaron consigo a un joven. En aquel momento se calmó el mar de repente "como si hubiera esperado a esa víctima". El mismo día se reunió el consejo de capitanes para determinar la distancia a la India Occidental.

El 15 de agosto, al celebrarse la fiesta de la Asunción de María, avistaron en la lejanía las islas de la India Occidental. Los pasajeros, con gran alegría, saludaron a bandadas de pájaros que volaban al encuentro de los buques.

Era costumbre de aquel tiempo que un barco bien armado acompañara a la flota. Navegaba en la cola del convoy y se llamaba, Pinta. Los buques acompañados tenían que permanecer en contacto con él, pero como éste era bastante pesado, se movía con más lentitud, causa por la cual el convoy entero tenía que ir a su misma velocidad. Así sucedió esta vez como se desprende de la carta de Ratkaj. Por esta razón, cuando llegaron el 18 de agosto a la isla, de Puerto Rico, llevaban 10 días de atraso de acuerdo al programa previsto. El 22 del mismo mes abandonaron la isla, y el 28 alcanzaron el puerto de San Domingo en la misma isla, y el 30, como dice Ratkaj: "...vimos a la isla de Jamaica, arrebatada a los españoles por los ingleses"; en poco tiempo los mismos "poblaron la tierra, introdujeron leyes, las artes y la agricultura, edificando todo así que esta tierra no está rezagada con respecto a cualquier país europeo"[65].

El 6 de septiembre dejaron a Cuba detrás suyo y dos días más tarde llegaron a una zona de poca profundidad, llamada Sund. Allí había abundante pescado y tortugas. "En una media hora --escribe Ratkaj-- sacamos sobre cubierta unos cuarenta pescados, pesando cada uno entre veinte y treinta funtas, y además cuatro muy grandes llamados burones de un peso aproximado de cuatrocientas funtas" [66].

Al día siguiente se alejaron de estas aguas entrando nuevamente en mar abierto. Allí encontraron un grupo de buques de guerra españoles, custodiando aguas mexicanas ante el peligro de enemigos y piratas. Reconociéndose recíprocamente, el capitán de la flotilla de guerra disparó una salva en honor del virrey, que viajaba, como sabemos, a México. Dos días más tarde, el 15 de septiembre, después de una navegación que duró 65 días, amarraron en el puerto mexicano Vera Cruz. El largo y penoso viaje había terminado. Iván Ratkaj, primer misionero croata, estaba ya en América[67].

En México

A la noche del mismo día 15 de septiembre llegaron los jesuitas y con ellos Ratkaj, al colegio de su Orden en la ciudad de Vera Cruz. Su recepción fue cordial.

En breve llegaron los delegados del provincial jesuita en México invitando por carta a los recién llegados a visitarle en la ciudad de Puebla de los Ángeles (Ratkaj la llama "Engelstadt", en alemán ciudad de los ángeles) (para ampliar la actividad misionera, en su provincia. Ratkaj continúa literalmente: "Dos de los delegados fueron encargados de convencernos a aceptar aquellas misiones que, por falta de sacerdotes, tenían 13 puestos vacantes... Me sentí feliz por haber seguido la voz del Señor para dedicarme a esta noble tarea misionera y por el amor Suyo haber abandonado a mis mejores amigos y la patria. No quise prestar atención a los que intentaron hacerme desistir" [68].

Al octavo día después de la llegada, el grupo se dirigió hacia la, localidad de Puebla de los Ángeles, que estaba situada en él trayecto que conducía a México. Viajando pasaron por varios pueblos, dependientes de la ciudad de Puebla. En uno de ellos hallaron ochenta mil ovejas y "muchos millares de ganado". Así llegaron a Puebla a principios de octubre. El provincial, con otro sacerdote, les dio la bienvenida a la entrada de la ciudad. Subiendo a las carrozas, los llevaron hasta el colegio jesuita, donde fueron saludados calurosamente por unos cuarenta hermanos de la Orden. Antes se dirigieron a la iglesia para dar gracias a Dios. La iglesia estaba tan adornada con oro que Ratkaj reconoció no haber visto nada semejante en toda su vida[69].

Mientras Ratkaj en su descripción no nos deja una imagen muy plástica y rica del viaje hacia Puebla de los Ángeles, el padre M. Dunne, un jesuita norteamericano que describió en sus obras de una forma excelente la vida de los "Sotanas Negras", dejó una descripción muy viva de este viaje entre Vera Cruz y la capital de México[70].

De acuerdo al testimonio de Ratkaj, el grupo se quedó en Puebla, solamente cuatro días. Luego se encaminaron rumbo a la antiquísima ciudad la "Capital Azteca" siguiendo el camino por la región "cuyas bellezas naturales los viajeros admiran todavía hoy" [71]. A la ciudad de México llegaron el 10 de octubre, hospedándose los tres primeros días en el colegio jesuita. Más tarde fueron trasladados a la casa Profesa de la misma Orden. Ratkaj en persona, viajero y escritor, anota que la ciudad es más o menos de la misma amplitud de Viena, sin los suburbios, y que los edificios son de un piso por miedo de los terremotos que se repiten a menudo.

"Las calles son rectas. Hay mucho oro y plata; el oro adorna casi todas las iglesias; es una maravilla mirarlas. Las frutas que crecen aquí son muy baratas... El rey español regala a cada uno de los nuevos misioneros 300 tálares para que pueda cubrir sus primeras necesidades misioneras. La tesorería real paga: anualmente la misma suma a cada uno de los misioneros. La Casa Profesa es mucho más linda que el colegio, a pesar de que es más pequeña. Actualmente hay aquí 70 misioneros. El interior de la Casa Profesa, brilla maravillosamente por el oro y los cuadros hermosos, quedando prácticamente las paredes completamente cubiertas. El arzobispo actual de México --que se desempeñaba provisoriamente también como virrey-- un sacerdote de la Orden de San Benito, muy devoto y bien conocido. De él hemos recibido el permiso de confesar y nos dio la necesaria autoridad sin dificultad alguna. Aquí hay también una Universidad, donde estudian los sacerdotes seglares y religiosos. La Filosofía tiene tres grados; las demás escuelas están representadas por casi el doble, y el número de los estudiantes no llega a 1500 [72].

En cuanto a los españoles, representan el grupo dominante y todos los indios son sus súbditos. Según sus informaciones, la población india es inteligente, fácilmente aprende varios oficios y muchos son buenos pintores y cinceladores. Tschocolate (y esta palabra mexicana fue aceptada por todo el mundo) es una costumbre general hasta entre los más pobres. Cada uno de los misioneros recibía de sus superiores tres funtas de chocolate mensualmente.

La carta --en realidad su itinerario-- en que dejó para las generaciones venideras sus testimonios de importancia, Ratkaj la había dirigido en realidad a su] Provincial austríaco, fechándola en México el 16 de noviembre de 1680. La firmó como "Diener in Christo Joannes Ratkay der Gesellsehaft JESU Missionarius" (Siervo de Cristo, Juan Ratkay, de la Compañía de Jesús, misionero)[73]. La carta fue fechada el último día de su estadía en la ciudad, pues como dice él mismo: "Mañana partiré a la misión que me fue indicada" y que está "como todas las demás misiones bien provista de todo lo necesario".

Ratkaj y Neumann tuvieron que ir a la región noroccidental de México, en la provincia Tarahumara, habitada por la tribu india de los tarahumaras. Se halla en la región de México llamada actualmente Chihuahua.

Los sacerdotes Kino y Gerstl llegaron a México ocho meses más tarde, pasando por un camino más largo, por Panamá, y "viajando con mulas por el mismo camino que Ratkaj hizo a pie, Kino llegó a México probablemente el 1º de junio de 1681".

El grupo de los "Sotanas Negras" se dispersó por todas partes del mundo y "el cuento romántico sobre sus experiencias personales en América y en las islas de los mares occidentales ocupan gran parte de la obra de Stöcklein Der Neue Welt-Bott, considerada como una de las más grandes obras aventureras de todos los tiempos[74]. En estas aventuras nuestro Ratkaj tuvo su parte personal.

De los que juntos partieron de Italia, diez llegaron a México. Una parte se decidió viajar a las Filipinas y la otra, a las Islas Marianas. El reverendo Gerstl fue uno de los que prefirieron la lejana y misteriosa China. De Angelis, el acompañante de Ratkaj en el Atlántico, murió más tarde mártir en las Islas Marianas[75].

Ratkaj y Neumann tuvieron la oportunidad de elegir misiones entre varias regiones mexicanas: Sinaloa, Topia, Sonora y Tarahumara. El provincial en la ciudad de México, Bernardo Pardo "concedía benévolamente a los nuevos misioneros que eligieran ellos mismos la misión que preferían". Pero Ratkaj y Neumann "instintivamente" y en el espíritu de Loyola "eligieron regiones que se consideraban las más difíciles y peligrosas": a la Tarahumara del norte "que era considerada, por la inaccesibilidad y por el clima frío... como un lugar especialmente difícil para el trabajo" [76].

En efecto, el 17 de noviembre de 1680 Ratkaj con su comitiva abandonó la ciudad de México. Cabalgaban lentamente con sus mulas. Llevaban consigo la recomendación del Provincial para el superior de todos los jesuitas en Tarahumara, en que, según palabras del dicho superior, Ratkaj y Neumann "pueden trabajar por doce hombres", por lo abnegados y enérgicas. En la comitiva había algunos servidores que conducían las mulas, guiándolos un hombre de confianza. Quince mulas y caballos llevaban a los misioneros, al equipaje y los objetos para los indios, como también para las necesidades misioneras. Se podían contar adornos, medallas, collares, casimires, telas en color, clavos, hilo, sogas, utensilios diversos como también vino, chocolate y medicamentos[77].

En 20 días superaron la distancia de 325 km. El 7 de diciembre la caravana llegó a la ciudad de Zacatecas, conocida por sus minas de plata. Al día siguiente continuaron su penoso viaje y recién el 14 de diciembre alcanzaron la ciudad Guadiana, capital de la Nueva Vizcaya[78]. El acompañante de Ratkaj, Neumann, también describió este viaje en una carta dirigida a un amigo jesuita de Chequía[79].

Algunos días más tarde los padres y su comitiva muy cansados, llegaron a la ciudad de Durango. Allí descansaron en un colegio de la Orden durante una semana junto con otros hermanos. Hasta aquel punto, como dice Ratkaj, viajaron sin peligro. Más de temer que los indios eran en aquellas regiones los desertores españoles (ex soldados y siervos) "quienes desesperados hacen pillaje y matan" a los viajeros[80].

Pero el verdadero peligro les amenazaba más al norte, en la región llamada Tepehuán, donde se juntaban en las montañas las bandas de los indios hostiles. En Durango Ratkaj y Neumann esperaron a que se les reuniesen algunos otros viajeros como así también un destacamento militar, antes de encaminarse por el camino peligroso de noreste. El obispo de Nueva Vizcaya, Bartolomé de Escañuela (franciscano) invitó a los dos jesuitas para comer con él y un día antes de la partida los visitó para despedirse de ellos[81].

Después de celebrar la Navidad en Durango, continuaron el viaje el 27 de diciembre. En su compañía había veinte soldados españoles bien armados. En los primeros dos días superaron gran parte del camino. Cruzaron la parte montañosa y bajaron a la planicie, por donde corría el río de Ramos. Sin zozobras llegaron a Papasquiero, donde ya desde hacía ochenta años existía la misión jesuitas de San Jacobo, considerada como la principal del territorio de Tepehuán. En este lugar fue substituido el primer grupo de soldados por otro. A continuación alcanzaron el lugar llamado Bocas "sin peligro por la vida", debiendo pasar por una montaña, donde los indios tres días antes habían matado a un español[82].

"Entre Bocas y Parral, con muchas minas ricas de plata --escribe nuestro Padre-- desde aquí hasta, Hucotislan los caminos son tan peligrosos que sólo es posible viajar durante la noche en grupos y con acompañamiento armado" [83].

Esta última parte del viaje abarcaba casi 100 millas. En la localidad minera de Parral los "Padres Neumann y Ratkaj encontraron al Gobernador, que se instaló recién en los últimos años en este centro minero" [84]. Los pasajeros luego continuaron rumbo nor-occidental. El 1º de febrero llegaron por fin Ratkaj y Neumann a la misión jesuita llamada San Ignacio Coyachic, donde los recibió el padre Visitador Joseph Tarda[85]. A principios de marzo, Tarda. envió a Neumann a su lugar de destino, en la misión Sisoguichic. Después de una labor muy fructífera, el padre Neumann dejó una amplia descripción de su trabajo en un excelente libro, que más tarde se usó como manual por los jesuitas austríacos[86].

El Padre Croata en Tarahumara

Tarahumara se halla al sudeste del río Grande, que forma una larga frontera entre México y los Estados Unidos. Está ubicada al este del golfo de California, en el extremo occidental de México. Ratkaj fue enviado el 2 de febrero a Ypomeran y menciona que esta región está "cerca de Hobas y Nueva México" [87]. (Un Estado de los EE.UU. en el suroeste, junto a la frontera mexicana, se llama actualmente New Mexico - Nuevo México).

La región de Tarahumara o Tarhumar pertenece a la provincia mexicana (oficialmente: Estado) de Chihuahua y se extiende por su parte sur y suroeste. Está habitada por los indios llamados tarahumaras. Sus poblaciones, de varios siglos de antigüedad se hallan en la parte central montañosa, denominada por los mexicanos Mesa Central. El río más importante es el Conchos y la montaña principal es la Sierra Madre. Aquí, junto a este río y otros más pequeños, los jesuitas fundaron en el siglo XVII muchas misiones con éxito. Aquí trabajaron y edificaron durante décadas antes de fundar a fines de este siglo sus primeras misiones en la Baja California, del otro lado de la bahía californiana. De tal forma las misiones de Tarahumara unieron sus partes centrales de México con las regiones más lejanas del extremo occidental de California. Mientras las zonas occidentales de Tarahumara yacen junto al golfo californiano, del otro lado se extendían las tierras desconocidas y desoladas de la Baja California, pero conocida por los españoles en tiempo de Ratkaj. En efecto, ni se sabía si se trataba de una isla o una península. Los tarahumaras que aun hoy permanecen "entre las tribus indias más compactas y puras en México", fueron en aquel tiempo un pueblo vigoroso e independiente, de cutis oscuro, erguidos y veloces como ciervos o gacelas[88].

Ratkaj describió al pueblo y la región tarahumara en su informe, fechado el 21 de febrero de 1681, y que fue amoroso como Informe Nº 29 en Der Neue Welt-Bott, abarcando en este libro de Stöklein tres páginas completas en la gótica alemana. Este informe tiene un valor especial por ser el primero conocido, escrito por mano de uno de los primeros emigrantes croatas sobre una parte de su nueva patria: América. Para la historia de las emigraciones croatas y de su actividad en América, éste era un documento interesante y de excepcional valor.

En él se queja que por la escasez de sacerdotes debieron abandonarse trece misiones. Como era de esperar, la vida misionera resultaba muy difícil. Se vivía en permanente peligro. Los misioneros comían mal. No podían tener confianza en sus guías y siervos indios, porque se fugaban cuando les placía. Los indios y los bandidos se dedicaban al pillaje y mataban a los pobres misioneros. Ratkaj se queja también que las mulas a veces se empacaban y dejaban a los misioneros de a pie. Además, los indios robaban dichos animales. Se sentía la falta especialmente de agua potable y los misioneros --principalmente durante su viaje-- sufren de sed y de hambre. Luego añade: "No pudiendo obtener otras cosas, tuvimos que contentarnos con pan y agua y, para los días de yeyuno con queso queso y chocolate. Pero, después de cierto tiempo, nos acostumbramos a todo, porque el hambre nos adaptó a la comida más magra. Nuestro férvido deseo de predicar a los paganos sustituía la falta de alimentos. Hasta podría decir que me sentí mejor al llegar aquí que cuando salí de México[89].

Cada misión estaba dividida territorialmente en varios pueblos, Llamados por Ratkaj en alemán "kleine Völker". Se trata, en efecto, de pequeñas poblaciones distante algunas millas una de otra. En cada misión hay un jesuita, que aparte de iglesia vive en una, pequeña casita con un huerto y algunos animales, especialmente mulas necesarias para viajar y visitar los enfermos[90].

Ratkaj describe a aquellos indígenas primitivos: "Nuestros indios no tienen cultura ni civilización. Hasta desconocen el pan horneado, viviendo de maíz que queman en el fuego. Desconocen los frutales, salvo los que nuestros padres jesuitas importaron de Europa. Por eso hay poca variedad en sus comidas. Si un misionero desea comer bien, debe llevarse un cocinero español de la ciudad de México por su cuenta y pagarlo muy bien. Teniendo presente todos estos peligro ¿quién es el que desearía llegar a estas regiones, especialmente por por la vecindad de la Nueva México donde el año pasado se rebelaron unos 30.000 indios y durante ella mataron unos quince españoles junto con veintisiete franciscanos?".

Se refería Ratkaj a la gran rebelión india, de 1680 en Nueva México, que empezó en la misión San Juan. Es un hecho comprobado que los indios en esa oportunidad mataron unos 400 españoles y destruyeron completamente 21 misiones. Fueron fundadas en los albores del siglo XVI y conducidas y regidas por franciscanos. Toda parte norteña de la región de Santa Fe (hoy dentro de los EE.UU.) fue devastada, y los españoles sobrevivientes tuvieron que retirarse a la ciudad de El Paso sobre el río Grande inferior (hoy parte integrante de Texas, EE.UU.).

Los indios a los cuales el padre Ratkaj tuvo que predicar el Cristianismo, gozaban de fama de ladrones de animales y aficionados al pillaje. Les gustaba, especialmente robar vacunos, mulas y caballos de los españoles. No se limitaban sólo a los pequeños poblados, sino a veces atacaban también a pequeñas localidades y hasta ciudades, como por ejemplo Guadiana. De esta ciudad, en una sola oportunidad robaron unas mil cabezas de animales.

Pero no son todas las tribus iguales. Hay entre ellas diferencias de cultura y de capacidad natural; por ejemplo "aquellos alrededor de la ciudad de México son por naturaleza perezosos... y trabajan por la tercera parte del sueldo que gana un español". Es un hecho "y todos los americanos están de acuerdo al respecto, que los indios aprenden muy rápidamente y pueden hacer todo después de haber visto una vez como se hace, y pueden convertirse en muy buenos artesanos". Así, por ejemplo, si un indio mira una, o dos veces tocar a harpa, intentará en seguida imitar a su maestro y dentro de poco lo va superar. Son de cutis moreno y deambulan casi desnudos; algunos de ellos se visten con una especie de manto. Preparan un licor de las hojas de un árbol, que les gusta mucho beber, acostumbran emborracharse completamente una vez por semana. A este licor lo llaman pulque. Para gozarlo, deben pagar impuestos al rey de España" [91].

Es interesante destacar que hoy todavía en Tarahumara existen estas costumbres y el alcoholismo es tan agudo como en la época de Ratkaj, sin que le den la menor importancia[92]. Ratkaj, como también Neumann y los demás testigos oculares, mencionan el hecho de que en Tarahumara se emborrachan y que a veces hacen verdaderas orgías a lo largo de varios días. Ratkaj, a pesar de su lugar de origen, donde la gente toma vino con gusto, no pudo aprobar estas prácticas alcohólicas de los tarahumares.

Los indios de la misión de Ratkaj eran muy buenos cazadores. Manejaban con tanta habilidad las flechas que, "cuando tengo una moneda de oro entre dos dedos, son capaces de arrancármela sin que me lesionen los dedos". Muchos viven en las montañas "como animales" antes de ser convencidos a que bajen a la planicie para vivir en las poblaciones o aldeas.

Son interesantes las siguientes anotaciones de Ratkaj: "una cosa me extraña especialmente en esta Norte América: poca gente vive aquí. A veces viajé varias millas sin ver a nadie. Cuando una vez encontré algunos de ellos en el desierto, quedaron muy asustados, parados, sin decir una palabra, y muy maravillados por nuestra presencia... Muchos empero trabajan en las minas de oro y plata que abundan en esta región montañosa, sin bosques. Su Majestad Católica, el rey de España, recibe de todo esto una quinta parte para su Tesorería; no obstante, esto suma una renta anual de cinco a seis millones de táleres españoles. Las minas pertenecen a los que las descubrieran y quieran explotarlas por su cuenta. Las minas más ricas de plata se hallan en las localidades de Parral, Zacatacas, Kanazabi y en Indike" [93].

Toda esta región salvaje era custodiada por unos 130 soldados españoles, disgregados en unos cinco pequeños destacamentos. Y, mientras los ocupantes militares españoles estaban interesados en explotar las minas y el ganado, los sacrificados misioneros se esforzaban por propagar la fe y la civilización.

Es interesante para los croatas lo que dice su compatriota en este informe sobre América, donde vive tan poca gente. Es de opinión que "un general alemán con unos dos mil alemanes y unos 500 húsares croatas podrían conquistar a toda la América del Norte hasta el grado 70º de latitud norte". Con esto se facilitaría la propagación de la fe y la cultura. Resulta de esto que el padre Ratkaj tenía una buena opinión sobre las cualidades militares de sus compatriotas croatas. Para imaginarnos la amplitud del territorio a que se refiere, digamos que el paralelo 70º de latitud norte pasa justamente por el extremo septentrional del Canadá actual.

Ratkaj describe también la organización y distribución administrativa de México, dedicando su atención también a la organización y poder de la Iglesia Católica. Los obispos y arzobispos tenían grandes entradas anuales. Pero había también grandes diferencias, especialmente en cuanto a los sueldos. Así, por ejemplo, mientras el sueldo anual del arzobispo de Puebla alcanzaba 8.000 táleres, el superior de Ratkaj el obispo de Guadiana recibía solamente 3.000 táleres. Ratkaj se queja contra él por su poco favor para con los jesuitas y que le importaba más imponer su estricta autoridad que ayudar a los misioneros en su penosa labor[94].

El virrey, al contrario, era muy amigo de los jesuitas y de todos los demás misioneros. Por eso les prometió asegurar una ayuda monetaria mayor por parte del gobierno español, por lo cual el Provincial jesuita tenía intención de ampliar la labor de sus hermanos de la Orden[95].

Ratkaj hace notar también que la autoridad de los jesuitas en México es muy grande, mucho mayor que en la misma España. En algunas oportunidades en México, cuando los indios enemigos atacaron a las caravanas españolas, mataron a todos los soldados, pero liberaron a los jesuitas. Hasta los acompañaban y llevaban a la primera población o destacamento español sin lastimarlos. Así son, por ejemplo, los indios de la tribu Topokán y Chichimekan que parecen ser "diablos y no seres humanos", porque se afeitan las barbas y pintan las caras de una manera muy fea. Viven en cuevas vigilando a los españoles desde esos "agujeros de diablo" como los llaman los españoles, atacándolos con un tremendo griterío y con flechas innumerables. Degüellan a todos: tanto hombres como mulas. Aquí hay creencia que las mulas puedan olfatear desde lejos la presencia de estos indios, asustándose y huyendo" [96].

Comparados con estos indios que comen carne cruda de mula, hasta los de Tarahumara son "suaves e civilizados y les gusta el comercio; el comercio no se hace con la moneda sino por el cambio de objetos, teniendo cada uno su valor especial. Así por ejemplo, por una aguja, los indios daban dos gallinas, por un cuchillo dos ovejas, mientras un metro de cachemir se paga con un caballo".

A fines del año 1680 y principios de 1681, Ratkaj tuvo oportunidad de mirar durante la noche un enorme cometa. Claro, todos se asustaron y maravillaron, porque tradicionalmente, en especial en Europa, se creía que un signo semejante anunciaba guerras u otras tragedias de la humanidad. Ratkaj estaba también preocupado sin saber cómo explicar el fenómeno. "La explicación de todo esto --dice-- la confío a Dios. Pero temo que este signo sea de mal augurio para la Europa occidental, especialmente para la monarquía. española" [97].

De mayor consuelo para él fueron la instrucción y educación de la juventud india. Estos jóvenes eran "los frutos más ricos que se recogía en estas misiones". Dos veces, diariamente, les enseñaba en su modesta morada en religión y otras disciplinas. Los niños y jóvenes cantaban juntos, presenciaban la Misa, recibían los sacramentos y ayudaban de variadas maneras a su modesto maestro y cura.

Al terminar su informe (para el provincial de Viena, llegaron noticias que le causaron mucha alegría: "Tres sacerdotes nuestros empezarán su actividad misionera, en California, y la Nueva México, propagando así el Evangelio entre los paganos, servicio éste por el cual yo mismo me había recomendado ante mis superiores". De acuerdo a, sus propias palabras su "único deseo" era que lo enviaran a las regiones desconocidas de California y ahí ofrecer a Dios su sacrificio más grande: su propia vida, es decir, convertirse en mártir de la fe[98].

En su informe Ratkaj no indica la localidad donde lo escribió. Dice solamente que lo escribió "en los confines de la Nueva México". P. M. Dunne en su detallado informe sobre la labor de los jesuitas en Tarahumara menciona que al padre Ratkaj lo habían enviado a Carichic para substituir al sacerdote vasco Rolandegui quien fue llamado de regreso a la ciudad de México. Dunne afirma, también que Ratkaj, junto con Neumann, quedó en la localidad Coyachic "durante el mes de febrero de 1681, estudiando el idioma indio" [99]. Empero, el mismo Ratkaj, en su segunda carta del 25 de febrero dice que ya al segundo día se fue a Ypomeran, pero no se sabe por cuánto tiempo se quedó allí. Ya un poco más tarde, Dunne relata sobre el viaje de Neumann a su pueblo y que pasando por Carichic encontró "al padre Bernardo Rolandegui, quien debía a la brevedad regresar a la Capital y que acompañó a Neumann hasta Sisoguichic. Ratkaj no menciona para nada su eventual morada en aquel momento en Carichic. Neumann, Rolandegui y su acompañante indio llegaron a Sisoguichic el 7 de marzo 1681. Aquí pasará Neumann largos veinte años. Al llegar él, esta misión hecha ya tres años que estaba vacante. De lo arriba dicho fácilmente se desprende que Dunn está confuso e inseguro en cuanto a la estadía de Ratkaj en aquel momento. Ratkaj llegará más tarde a Carichic, que era una nueva misión, convirtiéndose recién en noviembre de 1675 en un pueblecito.

La causa por la cual la misión Sisoguichic estuvo vacante, hay que buscarla en el hecho de que en lugares tan difíciles los nativos mexicanos o criollos por lo general se enfermaban del clima y forma de vida hostiles resultaban insoportables por lo cual muchos se morían. Aunque parezca paradojas, los nativos europeos --a pesar de no estar acostumbrados a tal clima-- soportaban con más facilidades el rigor de esos lugares. Neumann y sus amigos europeos eran "resistentes, de una voluntad férrea y decididos", soportándolo todo, como lo comprobó de la mejor manera el mismo padre, Neumann, que vivió allí veinte años[100]. Su misión Sisoguichic era la población más rezagada de la comunidad del pueblo tarahumara, para continuar viviendo y trabajando todavía treinta y un años en la localidad Carichic. Neumann, en ese terreno muy difícil, se convirtió en "apóstol tarahumaro". Como él vivió condiciones similares a las que vivió Ratkaj, fácilmente podemos concluir cómo le fue entonces al mismo Ratkaj.

Sobre la base de las fuentes contradictorias se puede concluir que Ratkaj en poco tiempo estuvo ya en la misión de Pesiquechic, que estaba situada entre Sisoguichic y Carichic, pero bastante al sur de la localidad de Ypomeran. Esta localidad está marcada en el mapa de las misiones tarahumaras en el extremo norte de la misma provincia, bastante lejos de Carichic, causa por la cual probablemente Ratkaj anota en su informe del 23 de febrero de 1687 que lo escribió en los confines de la Nueva México.

Es seguros que los primeros 20 meses de la estadía de Ratkaj en aquella región estuvo plena, de variados inconvenientes temporales, huracanes, inundaciones y rumores alarmante sobre rebeliones indígenas[101].

Más tarde, en el mes de agosto de 1681 Ratkaj fue avisado sobre la inminente rebelión de los indios. Alarmado por esos voceros, el amigo de Ratkaj, Neumann, huyó de Sisoguichic pasando por la misión de Ratkaj, Pesiquechic, dirigiéndose a Carichic.

Neumann se enteró que Ratkaj se había ido dos días antes "en alguna dirección al este". Tras pasar la noche en la modesta habitación de Ratkaj, Neumann continuó, su camino" [102]. Desconocemos por qué, a dónde y por cuanto tiempo Ratkaj se fue, probablemente, ante el peligro de la rebelión. Empero, la anunciada rebelión no se concretó. Las misiones desarrollaban su actividad con nuevo rigor y con más éxito que antes.

El escritor croata M. D. Krmpotic, en su breve biografía de Ratkaj menciona qué éste ya desde el principio bautizó a unos cuarenta indios y que en breve lapso aprendió el idioma indio. Dónde encontró Krmpotic dichos documentos lo desconocemos[103].

Allan Christelow en su estudio sobre Neumann afirma (citando al respecto una carta de Neumann del 2 de febrero de 1682) que Ratkaj "fue enviado a una misión montañosa: Guerucarichic en la Sierra Madre superior, la que es hoy la parte de la Chihuahua sur-occidental". El mismo dice que Ratkaj, a causa de su precaria salud, fue trasladado a Carichic el clima es algo más suave. Así la confusión acerca de la primera estadía de Ratkaj viene a ser todavía, más grande. Pero es seguro que, en las postrimerías del año 1682, llegó a la localidad de Carichic, donde quedará hasta su muerte[104].

Cómo vivía Ratkaj, podemos aproximadamente reconstruirlo por las notas de su vecino Neumann, que escribió en 1682, es decir, en tiempo cuando Ratkaj todavía estaba con vida[105].

La vivienda de Neumann tenía tres habitaciones. La más grande estaba destinada para comedor y pieza de trabajo, mientras la otra era dormitorio y la terceras como una especie de depósito. El padre en persona levantó las paredes internas y las puertas. Como los demás de sus colegas, Neumann era junto a su profesión sacerdotal, también carpintero, sastre, cocinero, monaguillo y enfermero para sus parroquianos. Lavaba personalmente su ropa y hacía todos los demás quehaceres porque los "indios, no saben ni entienden mucho de estos trabajos"[106].

A los misioneros no les era permitido tener sirvientas o cocineras. Los reglamentos para estas misiones permitía sólo la llegada una vez por semana de una india que preparaba para la entera semana lo suficiente de tortillas. Esta especialidad mexicana es en realidad una masa delgada hecha de harina de maíz sin levadura, cocinada sobre una caja muy caliente. La cocina de Neumann era una pequeña cabaña distante de su habitación.

Había, además en aquellas misiones la costumbre de que dos pequeños indios vivieran con el misionero, que le ayudaban y le obedecían. Neumann también tenía dos de estos indecisos. Proveía por ellos como si hubieran sido sus hijos, los alimentaba, vestía y trataba muy bien, sabiendo que en caso contrario los chicos iban a huir junto a sus padres. Le ayudaban en la iglesia, le servían en el comedor, etc. En su ausencia cuidaban de la casa, guiaban la oraciones colectivas, como también en el catecismo y otras prácticas religiosas de sus compatriotas. Los indios los llamaban Temastianes. Este hecho era casi común en todas las misiones[107].

A pesar de que Ratkaj haya descripto a aquellos indígenas con bastante optimismo, en realidad era muy difícil colaborar con ellos, tal como lo testimonió el padre Neumann. Este los describe como gente muy astuta y pérfida, de la que era difícil esperar la sinceridad. Hasta los llama "hipócritas experimentados y de regla los peores son aquellos que parecen mejores". En las nuevas poblaciones, donde los llevaran desde sus cuevas en montañas, tenían a sus jefes. A pesar de que los jesuitas mismos los elegían como eventualmente los mejores y de mayor confianza, a menudo eran justamente los peores y más peligrosos[108].

En muchos casos el hecho de que un indio fuera bautizado, no significaba un cambio de vida y no renunciaba a sus creencias paganas. Así Neumann se queja de sus convertidos porque "se quedan completamente indiferentes ante el bien, manifestando todas sus pasiones carnales y una inclinación inquebrantable para emborracharse" [109].

Como ya hemos dicho, el año 1681 fue muy interesante en aquella parte de América. El mejor conocedor de las misiones tarahumaras, Peter M. Dunne, denomina el lapso desde febrero de 1681 hasta febrero de 1682 "el caleidoscopio docemesino". Así en efecto fue. El verano pasó con insistentes rumores sobre la rebelión que se preparaba. Pero a pesar de todos los peligros y amenazas, los misioneros tenían tiempo suficiente para las fiestas religiosas, como por ejemplo para la Asunción, el 15 de agosto. En ese día el padre Neumann y otros seis de sus compañeros asumieron definitivamente los votos de la Compañía de Jesús en la localidad de San Rafael Mátachic. El acto fue presenciado por todos los misioneros de la Tarahumara superior menos Ratkaj, quien tuvo que quedarse en su misión "porque la misma estaba en el centro, por lo que de allí se prestaban servicios en caso de emergencia para todas las demás misiones organizadas" [110]. Así Ratkaj perdió la oportunidad de hacer profesión de votos definitivos y no se le iría ofrecer más la oportunidad para hacerlo.

Entre los invitados estaban también cinco españoles con el capitán García, un buen amigo de los jesuitas. Era un día grande y solemne para los grupos cristianos de Tarahumara. Para ganarse sus simpatías, los jesuitas los agasajaron ofreciéndoles comida con carne, lo que era un verdadero lujo en aquel año cuando se comía casi exclusivamente pescado, porque era un año de escasez y de hambre. Junto con los ritos religiosos se organizó también un festival para el pueblo con música y carreras hípicas, donde los indios mostraron su destreza. No hubo alcohol, pero se bailó, cantó y gritó hasta el alba. Luego otra vez se rumoreó sobre la preparación de la rebelión, pero gracias a Dios, la misma no se produjo[111].

En 1681 los misioneros tenían también problemas con respecto a la jurisdicción eclesiástica. El obispo, con sede en la ciudad de Durango, monseñor Bartolomé de Escañuela, era un franciscano, y que, a su tiempo se mostró muy afectuoso con Ratkaj y Neumann. Últimamente causaba a los jesuitas siempre más inconvenientes. Se arrogaba el completo control de las misiones, tratando de sustraerlo al Superior de los jesuitas. El gobernador de la provincia de Nueva Vizcaya (a la que pertenecía Tarahumara) como también el virrey Tomás Antonio de la Garda y Aragón (aquel mismo que viajó desde Cádiz en la misma flota con Neumann y Ratkaj) fueron fieles protectores de los jesuitas. Ellos intervinieron en esa disputa, resolviéndola a favor de los jesuitas. Además, el virrey dio orden de aumentar el número de misioneros en aquella región y, para tal fin, proporcionó también los medios necesarios[112].

A principios del año 1682, en el mes de febrero, cayó la nieve en la Tarahumara superior como no se recuerda que en muchos años atrás. Los hombres y los animales quedaron aislados del resto del mundo. Ratkaj y Neumann no pudieron salir de sus moradas por varios días y casi murieron de frío. Durante algunos días no tuvieron nada para el fuego y nadie pudo visitarlos. Además sufrían "por falta de varios elementos necesarios, porque hasta aquel momento no se había recibido cosa alguna de la Tesorería real de México". Neumann se enfermó gravemente y sobre el estado de Ratkaj no tenemos noticias. Sabemos que, al finalizar ese invierno, se hallaba ya en la misión de Carichic[113].

Neumann sobrevivió a todos estos inconvenientes, trabajando todavía por muchos años. Cómo lo pasaron Ratkaj y los demás que sufrieron el rigor del momento, no lo sabemos. Pero en todo caso aquel tremendo invierno hizo un grave impacto en las misiones de Tarahumara. La nieve y el frío casi exterminaron a las ovejas, vacunos, mulas y los demás animales. Pero no obstante, las misiones progresaban. Al desaparecer la nieve, llegó oficialmente de visita en aquella región el rev. padre Bernardo Rolandegui, sustituido a su tiempo en Carichic por Ratkaj. El 14 de febrero el visitador Rolandegui hizo un informe oficial sobre el estado de la Alta Tarahumara, como llamaron oficialmente a esa región misionera de Tarahumara. Pidió también algunos misioneros más para reforzar el trabajo de los siete que estaban desarrollando ahí su labor misionera. El número de los indios bautizados alcanzaba la 8.000 [114].

La obra y la muerte de Ratkaj

Poco se escribió sobre la labor de Ratkaj en los años 1682 y 1683. Es seguro que las misiones tarahumaras se recuperaban después de la catástrofe del invierno pasado. Pero es una incógnita para nosotros el estado de salud de nuestro misionero después de aquel frío y escasa alimentación. De acuerdo a ciertos informes, Ratkaj estaba enfermo desde 1681, causa por la cual fue trasladado a Carichic, que poseía un clima más benigno. Pero si realmente estaba enfermo antes de llegar a Carichic, no lo sabemos con certeza. En la carta de febrero de 1681 afirma que gozaba de buena salud. Por eso, las aseveraciones sobre su supuesta enfermedad antes de la llegada a Carichic, no son seguras.

De acuerdo a Peter M. Dunne y su obra "Early Jesuit Missions in Tarahumara" --hasta ahora la mejor historia de la actividad jesuita en aquella parte del mundo-- "la llegada de Neumann y Ratkaj y de otros más tarde aseguraron la existencia permanente de las misiones en el norte de México" [115]. Parte de estos méritos pertenece, como vemos, también a este misionero croata.

Lo más importante que nos legó Ratkaj en les últimos años de su corta vida, es un manuscrito bastante largo en latín. Se titula Relatio Tarahumarum Missionum eiusque Taraumara Nationis Terresque Descriptio, adjuntando un mapa cartográfico de aquella región.

Su Relatio Tarahumarum Missionum --como lo vamos a citar en adelante-- es su obra escrita más importante. Desconocemos si alguno de los historiadores croatas ha anotado la existencia o escrito algo sobre este manuscrito que se halla en los Archivos de la Compañía de Jesús (Archivum Romanum Societatis Iesu, Borgo Santo Spirito). Durante muchos años el principal archivista de la Compañía de Jesús en Roma fue el jesuita austríaco Josef Teschitel, que permaneció en ese cargo hasta principios del año 1967. A él agradezco públicamente por haber puesto a mi disposición los documentos más importantes relativos a Ratkaj, entre los cuales encontré también el mencionado mapa y la descripción de Tarahumara. Si la "Relatio" de Ratkaj de veras quedó inadvertida por parte de nuestros historiadores (hasta por el mismo padre Vanino), entonces debemos agradecer al rev. Teschitel por haberme advertido sobre este importante manuscrito de nuestro compatriota en México. Si la otra no apareció hasta ahora en croata, sería un deber de la Provincia jesuita de Croacia en Zagreb traducirla y publicarla en latín y croata. Por lo que sabemos hasta ahora, el mapa fue publicado en Madrid en 1962 y en México en 1967.

Relatio Tarahumarum Missionum está escrita en 23 páginas grandes. Dada la caligrafía pequeña de Ratkaj, el manuscrito tiene unas 12.000 palabras. Para los croatas esto es importante por tratarse de la primera obra escrita por un emigrante croata y su primer misionero en el continente americano, relatando sobre una región de dicho continente. La obra es importante también para la historia americana, para la temprana historia de México como también para aquel período de la actividad misionera europea de ese lado del Atlántico. En la primera página, en el ángulo superior izquierdo, como también al final del manuscrito, al pie de la página 23, Ratkaj indicó la fecha "20 Martii 1683". En la misma página dijo haberlo escrito en Carichic. Su firma es "Joannes Rattaky". Lo terminó entonces el 20 de marzo del año fatal de 1683 [116].

Ratkaj usó, en su documento una forma acostumbrada en los informes misioneros de aquella época, enviados de las tierras del otro lado del mar. Describió la región, la población, las costumbres, las dificultades misioneras actuales y dio sugerencias para la futura labor, subrayando todo lo que podría interesar a sus superiores como también a las autoridades civiles que estaban detrás de los mismos.

Esta obra escrita --por cuanto sabemos-- es el último testimonio escrito por mano de Ratkaj y guardado en el archivo de la Compañía, departamento "Mexicana". Cómo pasó el resto de aquel año, no se sabe. Fue para Europa y el imperio austríaco un año decisivo, cuando los turcos, bajo la guía del gran Vizir Kara Mustafá, durante el verano asediaron a Viena. El rey polaco, Jan Sobieski, y el ejército polaco salvaron a Viena y, probablemente, a Austria y Alemania, impidiendo la llegada de los osmanlíes para hacer beber a sus caballos en el río Rin. En el ejército polaco murió en aquella oportunidad también Juraj Krizanic, compatriota de Ratkaj, ex confinado de Siberia, por ese tiempo dominicano y capellán del ejército polaco. Al final del mismo año Ratkaj estaba ya muerto y su muerte causó más discusiones, y controversias que su vida. El problema de estas discusiones es: ¿Ratkaj murió enfermo o fue asesinado?

De acuerdo al necrologio oficial de la Compañía de Jesús en el archivo de Roma --llamado "Elogium"-- (donde a Ratkaj anotan como "Ratkay"), escrito el 3 de noviembre de 1684, Ratkaj murió el 26 de diciembre de 1683 [117]. El mejor historiador de Tarahumara, el americano P. M. Dunne, relatando de Neumann, menciona que Ratkaj, después de dos años de trabajo en Carichic (lo que confirma haber llegado Ratkaj allí al final del año 1681 y no antes como afirma el inseguro Dunne "murió de una enfermedad lenta" [118].

Herbert E. Bolton, a quien hemos citado varias veces, descubriendo algunas de sus inexactitudes, dice en su obra que Ratkaj a quien llama "the good story teller" (un buen narrador) "murió en breve en su misión" después de su llegada a Tarahumara[119]. Esto tampoco es exacto, porque Ratkaj vivió casi tres años en las misiones antes de su muerte, y eso no se puede considerar ni "en breve" ni "dentro de poco". El autor del estudio sobre Neumann, Christelow dice: "Hubo rumores sobre envenenamiento, lo que negó Neumann" [120]. Parece que este autor no leyó con atención la declaración de Neumann en el libro de Stöklein. Por haber estado en la vecina misión, Neumann resulta el testigo más cercano al lugar de la tragedia. En su carta de julio de 1686, dirigida a un amigo en Chequia, Neumann habla de la muerte de Ratkaj y dice que un día llegó a verlo --a Neumann-- una vieja india y le dijo que Ratkaj había sido envenenado por los indios, porque les prohibió las orgías de borracheras. Con la misma muerte amenazaron a Neumann, pero él no se inmutó, comunicándoles que no tenía miedo y que él no les permitía tampoco emborracharse[121].

Del testimonio de Neumann en el libro "Neue Welt-Bott" no resulta visible que éste negara el martirio a Ratkaj. Por lo demás, en esta misma colección de documentos, unas cuantas páginas después de la carta de Neumann, se menciona a tres mártires jesuitas de Tarahumara, y Stöcklein aquí menciona también a "el barón nacido croata" Ratkaj, que "de acuerdo a algunos testigos fue envenenado por indios... en tierra Tarahumara" [122].

El 26 de diciembre, segundo día de Navidad, probablemente --ateniéndose a la costumbre europea-- los indígenas indios celebraron y bebieron. Ratkaj quiso prohibirles beber, y ellos en venganza le dieron a beber agua envenenada. Ratkaj y sus colegas misioneros tuvieron un problema permanente con este vicio de los indígenas, especialmente con el "pecado persistente de los Tarahumaros". Se sabe que Neumann en 1685 llegó a un lugar secreto donde sus parroquianos tenían una borrachera, los echó y, sin tomar en consideración el peligro, derramó el vino que encontró. A principios de 1686 hizo lo mismo después de haberle confesado la vieja india la causa de la muerte de Ratkaj [123].

Antes de la muerte de Neumann, Michael Bonbardi publicó en Graz su libro sobre los mártires austríacos, entre los cuales hubo 8 jesuitas que murieron en las tierras del otro lado del océano. En la página 24 se halla el retrato dibujado de Ratkaj con el siguiente epígrafe. "P. Joannes Ratkai, S.J., Croata", y luego. "veneno in America Septentrional" (envenenado en Norte América)[124]. Este testimonio tiene importancia también por señalar a Ratkaj como croata y por considerarlo también mártir. Bonardi a su vez, anota erróneamente el año 1680 y no 1683 como el de su muerte. Este error se repite más tarde en algunas otras fuentes. Pero la fecha de la muerte de Ratkaj --el 26 de diciembre de 1683-- podemos hoy considerarla como cierta.

En pocos artículos existentes sobre Ratkaj, o su mención en otros artículos y disertaciones en idioma croata, siempre se subraya que Ratkaj murió por muerte violenta y que fue, en consecuencia, un mártir de su fe. El renombrado historiador jesuita, Miroslav Vanino, S.J., que murió en 1965 dejando el voluminoso manuscrito recientemente aparecido con el título Isusovci i Hrvatski Narod (Los Jesuitas y el Pueblo Croata), erróneamente señala el año 1684 como el de la muerte de Ratkaj. Todos nuestros autores concuerdan con M. D. Krmpotic de Kansas City, quien dice que Ratkaj "fue envenenado por paganos, quienes le dieron agua envenenada, cuando tenía sed, porque les prohibía las orgías nocturnas y emborracharse... Murió como mártir de su vocación" [125].

Una obra mexicana de importancia sobre la historia de jesuitas en México, menciona en una lista de mártires que perecieron entre los indios, también al croata Ratkaj[126].

Nuestro compatriota, al morir en 1683 en la localidad de Carichic de Tarahunara, tenía sólo 36 años de vida. Murió, como hemos dicho, sin profesar definitivamente los votos solemnes de su Orden.

Después de su muerte, su sucesor en Carichic fue un jesuita italiano, nacido en Sicilia, Francisco María Piccolo. Este jesuita edificó en Carichic una iglesia, "la más hermosa, en toda la provincia", y que existe hoy todavía, Más tarde, el padre Piccolo se dirigió hacia occidente, pasando por la bahía de California, y se unió al pionero J. M. Salvatierri, quien fundó la primera misión jesuita en Loreto en 1697. Así el sucesor de Ratkaj realizó lo que éste soñara. En 1732 aparece aquí en la Baja California el padre Fernando Koscak (Consag), compatriota de Ratkaj, nacido en la misma región donde nació Ratkaj, en la ciudad croata de Varazdin, en la Zagorie croata.

Una suerte mucho mejor que Ratkaj tuvo su buen amigo Joseph Neumann, que junto con él viajó desde Génova en 1678. Juntos llegaron en las montañas tarahumara quedando vecinos y colaboradores. Este incansable misionero que llegó a América como miembro de la Compañía de Jesús de la provincia checa, sobrevivió a todas las contrariedades de vida, los peligros y las dificultades. De acuerdo a las investigaciones del historiador Dunne, el padre Neumann murió en 1732 como el más conocido apóstol de Tarahumara [127].

***

En el Museo Histórico de Croacia, Zagreb, se halla un retrato al óleo de Ratkaj, hecho después de su muerte. El nombre del autor es desconocido. Las medidas de 100 x 110 cm, que aquí reproducimos. Alrededor del retrato que representa la cara juvenil de un delgado y refinado sacerdote, están pintadas cuatro medallas, refiriéndose a los cuatro momentos más importantes de su vida. La primera ilustración representa a Ratkaj como paje en la Corte imperial de Leopoldo I. La segunda se refiere a la entrada de Ratkaj en la Orden Jesuita, la tercera reproduce el naufragio de Ratkaj en Cádiz, mientras la cuarta escena nos presenta a un indio ofreciéndole un vaso de agua y el texto latino de arriba dice: A barbaro in odium fidei vaeneno necatur. Este cuadro y la inscripción en el cuadro son un testimonio más por lo que las autoridades de los jesuitas en Austria creyeron que Ratkaj fue envenenado en Tarahumara[128].

La descripción latina del cuadro de abajo del retrato destaca que Ratkaj fue de "Natione Croata", es decir que fue croata. También debajo del retrato en el ya mencionado libro de M. Bonbardi se dice, que Ratkaj fue "croata". En el título de la segunda carta de Ratkaj, publicada en la obra de Stöcklein Der Neue West-Bott se dice textualmente. "Ein ander Brief P. Joannis Ratkay, der Gesellschaft Jesu Missionarii aus der Oesterreichischen Provinz, an E. P. Nicolaum Avancinum, gedachter Societät in Oesterreich und Hungarn vorgesetzten Provincil. Geschrieben in Americanischien Landchaft New Mexico den 25, Hornung (febrero) 1881. Inhalt: Reise- Beschreibung Patris Ratkay eines gebohrenen Frey-Herrn aus dem uralten adelischen Geschlecht der Croatischen chemaligen Baronen, nunmesr aber Grafen von Ratkay" (Otra carta del padre Juan Ratkaj, misionero de la Compañía de Jesús de la provincia austríaca, dirigida a R. P. Nicolás Avancino, provincial de dicha Compañía en Austro-Hungría. [La carta] Fue escrita en la localidad americana de Nueva México el 25 de febrero de 1681. El contenido: Descripción del viaje del padre Ratkaj, señor nacido libre, descendiente de una antigua familia noble de barones croatas y actualmente conde Ratkaj)[129].

En consecuencia, no existe duda alguna para esta fuente histórica que Ratkaj fue un noble "de una muy antigua familia croata noble de ex barones y actualmente condes Ratkaj". Resulta pues extraño que el historiador americano H. E. Bolton lo llame en sus obras como "húngaro", es decir magyar. P. M. Dunne hace lo mismo en su obra Early Jesuit Missions in Tarahumara. En su otra obra --por cierto una obra, muy buena, referente a la Baja California-- Black Robes in Lower California, Dunne llama a Ratkaj en la pág. 239 "Bohemian Noblemann" --un noble checo--, mientras en la página 304 de la misma obra dice "the Hungarian Ratkay". Estas afirmaciones resultan ridículas. Ejemplos de esta clase también en otras obras de estos dos historiadores americanos y de algunos de sus compatriotas al referirse a los dos misioneros croatas --Ratkaj y Konscak--. Si hubiera por lo menos leído el título de la segunda carta de Ratkaj en Der Neue Welt-Bott, se habrían enterado que Ratkaj fue croata. Los dos afirman así sin leer ésta ni las otras obras ni documentos europeos y mexicanos, de donde se desprende con certeza que Ratkaj era croata. Y la ya mencionada obra mexicana de G. Decorme sobre la actividad de los jesuitas en México, en la página 410 se dice que Ratkaj era "croata".

En las seis cartas que últimamente he recibido, basadas en archivos jesuitas en Roma, siempre se repite y de acuerdo a los demás documentos existentes allí, que, Ratkaj era croata. Por lo demás, tantos siglos después de su muerte, hoy todavía sobrevive en su ex misión Carichic (hoy Carichí) el recuerdo y memoria de que Ratkaj era croata. En el mes de enero de 1967 escribí una carta a la misión de Patkaj, de la cual recibí la contestación con fecha 15 de febrero de 1967. La misma está firmada por el rev. prefecto Arellano, S. J. rev. padre Arellano dice que Ratkaj fue un gran misionero de Tarahumara y que era de Croatia (sic)". Actualmente, en la ciudad Carichí se halla la sede del Vicariato Apostólico para Tarahumara y en la misma misión de Ratkaj está el "Seminario Menor de San José". El trabajo de Ratkaj, Piccolo y Neumann ha dado su fruto y sus sacrificios no fueron en vano.

El deseo de Ratkaj de convertirse en misionero americano y allí ofrendar su vida, se ha cumplido. Pero, lástima que este hombre joven, docto y noble de una destacada familia croata, muriera tan tempranamente. Pero a pesar de estos años escasos de trabajo en México, Ratkaj ocupa un lugar importante en la historia escrita sobre la actividad de los pioneros europeos en aquella parte del mundo americano. Prescindiendo de que la labor de Ratkaj se desarrolló en la región que hoy pertenece a México, Bolton y Dunne como también otros historiadores americanos lo consideran como a un importante pionero que con sus contemporáneos aportó muchísimo para la penetración ulterior de la civilización en el sudoeste y oeste americanos. Esas misiones tarahumaras fueron eslabones en la cadena de las misiones y poblaciones que se unirán, a través de Sonora y Sinaloa con la California inferior y, más tarde, también con la superior, es decir con la actual California norteamericana. Estos jesuitas sacrificados, en cuyas venas corría sangre europea, trazaron el camino para los misioneros y pioneros que más tarde abrieron la ruta hacia la península y luego hacia las localidades que hoy conocemos como Los Ángeles y San Francisco.

En síntesis: Juan Ratkaj, S.J., es una contribución croata a la América latina como también a la América del Norte, una víctima nuestra para la civilización y la cultura latinas, uno de los más tempranos emigrantes y pioneros croatas en el continente americano. Consideramos digno reconocerle sus méritos en nuestro nombre y el del ambiente cultural de ambas Américas.


Documentos

Discurso de Esteban Radic

Pronunciado el 24 de noviembre de 1918 antes del viaje de una delegación autoelegida para proclamar la unión de Croacia con Servia

"Sin pueblo no hay autoridad valedera ni justificada..."

"Señores:

Como ven, aquí no hay público en las galerías, no hay taquígrafos como tampoco secretario de actas. Resulta por eso muy claro que no voy a hablar para hacer simple publicidad, como alguien podría pensar. Debo destacar también que no abrigo la esperanza de hacerles desistir a ustedes de vuestra decisión y convencerles de aceptar la mía. Estoy completamente de acuerdo con el diputado Hrvoj que dijo saber de antemano que su explicación sería vana. Hablo, en consecuencia, para cumplir con mi deber y ejercer un derecho que que pertenece y, especialmente para hacer un llamado a sus conciencias. De esta manera nadie podrá alegar que no se les advirtiera el abismo en que quieren precipitar a todo el pueblo, en especial al croata.

Por este recinto ha desfilado una larga serie de oradores. Pero, ¡qué milagro!, todos hablaron, excepto el diputado Hrvoj, como si no estuvieran en el Sabor croata, como si este no fuese el centro -yo diría el santuario- de defensa croata, en donde a través de los siglos se oyó la palabra audaz y sabia en pro de equidad y el derecho en busca de un futuro mejor para el pueblo croata y los demás pueblos eslavos. No sólo ninguno de los oradores se acordó de Croacia y los croatas, sino que parecieron competir en su afán por perjudicar y hasta destruir a Croacia; en la búsqueda también de primero oprimir y después pisotear a nosotros los croatas. Pero el error más grave -pecado imperdonable- consiste en el hecho de que ninguno de los mencionados oradores parece haber aprendido nada de esta guerra, como si nada supiesen de su pueblo y, por eso, dijeron justamente lo contrario de lo que el pueblo quiere y necesita.

Señores: Ustedes tienen la boca llena de palabras: "la unidad nacional", "un estado único y unitario", "un reino bajo la dinastía de Karageorgevich". Ustedes creen que basta decir que nosotros los croatas, los servios y los eslovenos somos un solo pueblo por hablar el mismo idioma y que por eso deberíamos formar también un Estado unitario y centralista y, además, que un reino y solamente un reino bajo la dinastía de Karageorgevich nos podrían salvar y hacernos felices.

En cuanto a la unidad lingüística, todos nosotros los eslavos somos en realidad un solo pueblo. Preguntad a los centenares de miles de nuestros soldados y prisioneros, que pasaron por Galizia, Ucrania, Polonia, Rusia, Dobrudja, Eslovaquia o Servia. Todos les van a contestar que en los países mencionados vive o, todavía mejor, sufre un único pueblo eslavo. Pero ustedes no quieren oír nada de eslavismo ni, incluso, de un verdadero yugoslavismo. Ustedes están obsesionados por una extraña sigla SHS que nada dice a nuestro corazón o a nuestra razón, y se sorprenden de que los italianos califiquen a esta sigla como una especie de comida. ¿Existe, quizás, un ejemplo en la historia donde el nombre de una nacionalidad se escribe con una abreviatura enigmática. Se puede, eso sí, abreviar la denominación de una profesión, de un oficio, de un partido, de una organización o incluso de un Estado, pero el nombre de una nación no se abrevia como tampoco se abrevia el apellido de una persona y, especialmente, de todo un pueblo y de manera tan poco sincera. SHS significó primero: eslovenos, croatas y servios, actualmente significa: servios, croatas y eslovenos. Y mañana ¿qué significará?

Señores: Toda la labor que desempeñan en el Consejo Nacional no es ni democrática, ni constitucional, como tampoco es justa ni cuerda.

Ustedes no son demócratas de ninguna clase, porque nada les interesa lo que hizo esta tremenda guerra de nuestro pueblo, especialmente del pueblo croata. Todo el pueblo croata, el campesino en especial, odia desde sus más profundas entrañas al militarismo en forma casi indescriptible. Pero ustedes se interesan tan sólo por la opinión y la, convicción del pueblo que, incluso, están hablando, de cobardía y miedo, porque el pueblo no quiere incorporarse al ejército. Ustedes no, quieren creer que nuestro campesino permaneció adormecido sólo hasta hace muy poco en que la guerra, lo sacudió y despertó haciéndole hombre.

Ustedes no comprenden qué grande debe ser el coraje y sabiduría de los cien mil o más campesinos croatas que uno tras otro abandonaron el frente sin querer volver a él, mientras unos huyeron a los bosques y otros emplearon todos los medios -el dinero, la amistad o la astucia- para no exponer su propia piel en la pretendida defensa del rey y de la patria, obedeciendo al comando extranjero.

Ustedes, señores, no dan oídos al hecho de que el campesino, especialmente el campesino croata, no quiere saber nada de rey o de zar, como tampoco del Estado, ese Estado que se le impone por la fuerza. Nuestro campesino está tan maduro que sabe en cualquier lugar en que se encuentre, que el Estado y la patria radican en la justicia, la libertad, el bienestar y la cultura. Cuando ustedes lo están apaleando por intermedio de la gendarmería y obligando por la fuerza a que nos supuestamente defienda de los italianos, él dice, o por lo menos piensa, que ustedes son iguales que los opresores húngaros o alemanes. Pero, ¿por qué? Simplemente porque todo hombre entiende lo que les explicó esta mañana el diputado Hrvoj al decir: "O Italia tiene de su lado a toda la Entente, y entonces nosotros solos no podemos defendernos; o Italia procede por su propia cuenta, caso en que nosotros venceremos de ella sobre la base de nuestro derecho. En ningún caso nos salvará un Estado unitario o alguien otro".

Ustedes saben bien, señores, que ni Italia ni la Entente procederán de acuerdo a la voluntad de Belgrado. Ustedes saben muy bien que allí donde no vale el derecho de un pueblo entero, tampoco ayudará la influencia de un gobierno o de una persona.

Y a pesar de que saben todo esto, están diciendo voluntaria y conscientemente la mentira de que nuestro pueblo corre grave peligro si inmediatamente y a la mayor brevedad no acepta un reino centralista, un gobierno monárquico centralista. Están asustando a nuestro pueblo y creen al mismo tiempo poder atraerlo a la política de ustedes. Posiblemente lo conseguirán, no lo sé, con los eslovenos; posiblemente por un tiempo también con los servios, pero sé, con seguridad, que con los croatas no lo lograrán y no lo lograrán porque todo el pueblo campesino está contra vuestro centralismo, como también contra el militarismo y al mismo tiempo anhela una república y un compromiso con el pueblo servio. Si quieren imponer por la fuerza el centralismo, sepan lo que sucederá: Nosotros los croatas vamos a decir clara y sinceramente: bien, si los servios desean tener un Estado y gobierno centralista, que Dios los bendiga, pero nosotros no queremos otro tipo de organización estatal que una república federal.

Señores, yo he explicado repetidas veces en las reuniones de esta Comisión Central que la guerra convirtió a nuestros campesinos en republicanos y que era falso pensar que por eso yo sea responsable y de haberlos inducido por esa senda. Ya les explique con toda sinceridad que yo mismo fui sorprendido -agradablemente se entiende- cuando en la primera sesión de la Comisión del Comité Central (en tiempo de guerra) efectuado el 27 de julio de 1918 advertí que todos los campesinos estaban decididos entusiastamente inclinados por la república, saludándome ya antes de la sesión con vivas para el primer republicano, refiriéndose evidentemente a mi reciente discurso en el Sabor (dieta croata) en que intentaba demostrar -y lo demostré- que la Constitución croata del Banato es en efecto republicana, que el Banato de Croacia es lo mismo que la Croacia republicana y el ban croata, en sentido estricto, un verdadero presidente de la república.

Pero ustedes no dieron crédito a esto, como tampoco lo creen ahora. Y es así porque para ustedes la democracia es una palabra hueca; porque ni en el sueño les viene a la mente el vivir de acuerdo con el sentido de esta palabra, palabra, que indica la necesidad en toda ocasión y todo asunto de importancia el consultar al pueblo y que toda la vida de la comunidad estatal debe regirse de acuerdo con la voluntad de la mayoría, campesina, y en ningún caso de acuerdo al arbitrio de una minoría señorial insignificante.

Señores: Por ser ustedes demócratas sólo de nombre, es lógico que no actúan constitucionalmente, es decir, que no les interesan las leyes de ninguna clase, ni reglamentos, ni costumbres, sino que proceden violenta y arbitrariamente. Esta reunión de hoy es una prueba cabal que no les interesa la constitucionalidad, es decir, la forma más elemental y decente en que debe escucharse al pueblo.

Por ello ustedes no han convocado al íntegro Comité Nacional, sino solamente a esta Comisión, sabiendo bien que tampoco el Consejo Nacional representa al pueblo, porque no fue elegido por el pueblo; pero aquí están representados por lo menos todos los partidos y grupos y, lógicamente, aquí debería estar también el público; en su presencia no puede darse la arbitrariedad ni la prepotencia, oligárquicas.

Les pregunto, en consecuencia. ¿Por qué no han convocado al Comité Nacional en pleno, tratándose de un asunto de tal trascendencia? Porque ustedes saben que están actuando mal y que esto se pondría en evidencia si se deliberara públicamente y en un círculo más amplio. Pero, ¡qué enorme es la falta que cometen contra la constitucionalidad, ya que ustedes pasan por sobre nuestro Sabor estatal! Sobre esto habló bien y en forma irrefutable el diputado Hrvoj. Y yo no quiero repetir lo mismo, pero les advierto que están equivocados si piensan que es posible pasar por alto tan arbitrariamente más de mil años de la historia croata, y de la vida estatal del pueblo croata.

Ustedes no aprecian esta historia y esta vida estatal porque, presuntamente, nosotros los croatas hemos vivido bajo el poder extranjero y esta historia sería, presuntamente, una historia extranjera. Mas no tienen razón, porque intencional y conscientemente no quieren reconocer que nosotros los croatas -especialmente los que somos de izquierda- luchábamos sin cesar contra este poder extranjero y que en esta lucha supimos imponernos de tal manera como para que el extranjero nunca pudiera sentirse verdadera y totalmente dueño de Croacia.

Esto es una cosa. La otra es que ustedes como hombres cultos saben que la historia -mil años de historia-, tiene también su valor moral, sin consideraciones de carácter político. Al hombre que olvida todo lo que vivió y que no se acuerda de su pasado lo tenemos por demente y decimos que ha sufrido una alteración mental. El pueblo croata no desea ser tal enfermo mental y no quiere olvidarse de su pasado, tanto menos porque para ello no hay ninguna razón. Bien, ustedes invocan el ejemplo de nuestros hermanos checos. Lean los mensajes de su líder Masaryk -quien por otra parte escribió mucho contra el derecho histórico- y verán que él también, con insistencia, acentúa el derecho estatal checo, las fronteras históricas checas, como también la herencia milenaria política y cultural checa.

Ustedes, sus antecesores y los partidos políticos que representan, están actualmente repudiando todo lo que hasta ayer han afirmado en sus discursos y sus escritos.

Voy a mencionar en primer término a los eslovenos. Han sido los que pusieron el grito al cielo, espontáneamente y por sí solos, de que eran una sola alma con los croatas y que querían unirse con nosotros sobre la base de nuestro derecho a un Estado. En esto todos fueron unánimes, tanto los clericales -como el Dr. Sustercic, el Dr. Krek, el Dr. Korosec, como los liberales, el Dr. Tavcar, Triller, Hribar y también los radicales-. En este sentido escribieron todos ellos en sus diarios, se firmó la Declaración de Mayo (30 de mayo de 1918) y, lo que es esencial, hablaron a su pueblo de que ésta era la única salvación. Justamente, por todo esto -la unión nacional y estatal de los eslovenos y los croatas- ustedes merecieron la confianza del pueblo y así han llegado también aquí.

Pero van a decir: Bien, nosotros no sólo mantenemos esta idea, sino que deseamos extender la unidad nacional y estatal de los eslovenos y los croatas a los servios. Se puede bien decir, pero ¿ustedes han recibido de su pueblo la autorización y el consentimiento para esta clase de ampliación? No. No lo han consultado con su pueblo y tampoco tienen la intención de hacerlo, ya que alegan simplemente que el pueblo esloveno quiere lo que ustedes están proponiendo aquí, es decir, una clase de unión nacional y estatal con Servia en virtud de la cual en Belgrado quedará el gobierno y toda la administración, mientras Zagreb y Lubiana no estarán a su nivel, sino bajo su poder.

Pero yo les digo sin rodeos que eso no es verdad y, además que, hasta hace cuatro días atrás, ustedes mismos han dicho que esto no era verdad. Hace cuatro días solamente el Dr. Remac declaró, en la sesión de esta Comisión, que estaba en total acuerdo con Radic y que los eslovenos eran todos republicanos.

Cuando el señor Svetozar Pribicevic reaccionó enérgicamente con las palabras: "Aquí está también el Dr. Kramer, y él y su partido no son republicanos", se levantó el Dr. Remac, diputado del partido Popular Panesloveno, recalcando que declaraba "en nombre de nueve décimas partes del pueblo esloveno que todos eran republicanos". A pesar de que los eslovenos saben esto muy bien, ustedes no obstante, voluntaria y conscientemente, contra la voluntad de su pueblo, es decir, en forma completamente anticonstitucional, proponen la unión estatal centralista con la Servia monárquica. Pero ¡qué puedo decir de ustedes, señores dálmatas! La totalidad de la historia política de Dalmacia durante cinco siglos -desde el VII al XII- es la historia puramente croata. A Dalmacia, por aquel entonces, la formaban un par de ciudades e islas, como lo saben todos, pero la Dalmacia de hoy y además todo hasta el río Kupa era la Croacia más auténtica.

Ustedes dirán: ¡Deja esta vieja historia! Pero, miren, el los últimos 50 años los croatas de Dalmacia no ansían políticamente otra cosa que su reunión con la Croacia del ban en un Estado único y unitario. Y ahora, cuando se les ofrece la oportunidad de realizar este programa nacional dalmato-croata, ustedes, señores, deciden, sin la voluntad de pueblo, en contra de él, separarse de Croacia y sin consultar a sus representados quieren ir bajo el poder de Belgrado y en una unión centralista estatal con Servia. Además, se han vuelto tan anticonstitucionalistas, que tampoco tienen la intención de consultar a su pueblo, con la intención de imponerle lisa y llanamente la unión con Servia.

Señores servios, voivodianos, ustedes también han olvidado el programa y los anhelos de su líder Svetozar Miletic: Trojednica nasa uzdanica - Unidad de tres, luego de dos, y por fin de ninguno.

Lo mismo vale para los representantes de Bosnia. Uno de sus líderes, el Dr. Alaupovic dijo: Ustedes, los croatas, como si quisiera manifestar claramente que él era croata. Todos ustedes están renegando de sus anteriores promesas, de los votos públicos ante el pueblo, todo lo que habían hablado o escrito, tratando de crear algo sobre lo que no dijeron antes al pueblo una sola palabra...

Ya sé lo que me van a decir: Llegó el gran momento, cuando ya podemos realizar lo que vinimos soñando durante siglos y con lo que era prohibido soñar bajo el poder -y si ustedes prefieren, la esclavitud- del extranjero.

Bien. Pero ¿qué era lo que estaba prohibido soñar? Entre los servios sí es verdad lo que dicen ustedes, los servios, que Servia debería agrandarse, gloriosa; que el rey Pedro debería coronarse como zar, renovando el imperio de Dusan. El pueblo servio no tiene otra idea -de acuerdo a la opinión de usted-. Pero, según mis propias informaciones, también en Servia la mayoría es republicana, mas aquí no están los hermanos de Servia, y ustedes los servios de Croacia, de Hungría y de Bosnia, son todos partidarios de Dusan, todos entusiastas de un gran Estado servio, de un fuerte y glorioso imperio, seguidores de las ideas de Kosovo, de los nueve Jugovici, de Marcos Kraljevic, etc. Nosotros, los croatas, no. Nuestro campesino croata -las nueve décimas partes del pueblo croata- durante la guerra se convirtió en un hombre íntegro y completo, lo que quiere decir que no desean servir más a nadie, trabajar para nadie, ni para el extranjero, ni para el hermano, ni por el Estado propio ni ajeno, pero sí quiere que en estos tiempos tan trascendentales el Estado se organice sobre una base libre, republicana y justa, es decir, sobre una base humana (social). ¡Así es! Ustedes, un puñado de hombres están oponiéndose a todo un pueblo. Oponiéndose al libre deseo republicano y a esta justa causa humana, como también a la voluntad, a la necesidad de todo el pueblo -especialmente del pueblo croata en nombre del cual estoy hablando-. Ustedes piensan ni por un instante la injusticia -y sin deseo de ofender-, la locura que están cometiendo.

Es una tremenda injusticia, y para ustedes no tiene ningún valor el torrente de sangre -ustedes mismos dicen de sangre heroica- de los mártires servios, croatas y eslovenos, pues afirman que dicha sangre se derramó por el rey Pedro y por un nuevo y grande reinado. Para ustedes no tienen ningún significado las lágrimas, los rezos y los suspiros de todas nuestras madres, esposas e hijas. Ustedes están hablando que las lágrimas deben ser las joyas de la corona del rey Pedro y los fulgurantes rayos de una supuesta gloria o grandeza reales.

Ustedes no tienen ni la menor idea -o no la quieren tener- de que todo nuestro pueblo, especialmente el pueblo croata desea, quiere y exige que su sangre derramada le traiga una justicia afectiva y auténtica, republicana como la sintieron muchos de nuestros hombres en América, y aquellos innumerables e inocentes lágrimas para que le aseguren la justicia por la cual están luchando y que conseguirán sus hermanos campesinos en Rusia. (Aquí, evidentemente se equivocó, dando fe al bolchevismo en este sentido en el momento inicial de su instalación en Rusia soviética. N. de R.).

Por su extremada injusticia, ustedes tampoco demuestran ser prudentes.

Acaban de leer un telegrama de aquellos ministros servios que ya se hallan en Belgrado. Esos ministros dicen muy acertadamente que están listos para reunirse y discutir con los delegados del Comité Nacional y, en lo que hallen de común, lo presentarían para su aprobación al parlamento servio, mientras nuestros delegados al Comité Nacional y, en lo que atañe en forma especial al pueblo croata, lo presentarían para aprobación al Sabor estatal croata.

Todo esto no les basta a ustedes. Tienen apuro para imponer su poder cuanto antes al pueblo entero, especialmente en Croacia. No se dan cuenta ni por un momento que es una locura y contra toda razón obrar contra el pueblo. No han aprendido nada con la caída de Titza ni de Wilhelm. Ustedes se han convertido en Comité Nacional por una presunta revolución, pensando que este Comité Nacional se convierta en una nueva "su majestad", pero yo les digo lo que ya varias veces he repetido: que sin pueblo no hay autoridad estable ni justificada.

Ya sé bien que piensan no solamente ser parte del pueblo sino que también son sus representantes. Mas yo comprobé que no es verdad. Todo el pueblo croata está por la libertad republicana y la justicia social (humana); ustedes por un burocratismo fracasado, por un egoísmo señorial y por el pillaje. Ustedes no pertenecen más al pueblo y tampoco lo representan.

Por eso de su plan no resultará nada bueno. Irán a Belgrado, crearán un Estado unitario (centralista) sin el pueblo croata y contra su voluntad, y después gobernarán sin miedo y vergüenza sobre la base de las viejas y malas leyes austríacas y húngaras, y por intermedio de los viejos, sumisos y corrompidos empleados. Quizás, gobernarán sin ninguna clase de leyes, apoyándose exclusivamente en la fuerza y la arbitrariedad. El pueblo descubrirá que ustedes no son de los suyos y por eso no estará con ustedes. Por donde quiera que lo llame, no le hará caso y nunca les van a dar su confianza ni con su libre voluntad aprobará el engaño y el terror. En el supuesto caso que ustedes lograsen y la Entente no fuese lo suficiente prudente y les ayudase, ni en tal circunstancia el pueblo estará con ustedes. Apenas se realicen las primeras elecciones, de cualquier clase que fueren, para la asamblea constituyente o por el parlamento ordinario, el pueblo no elegirá más a tales personas que pisotearon todas sus promesas y todos sus programas y que le impusieron sin consultárselo, la violencia, la injusticia, y el pillaje de antaño. El pueblo eligirá solamente a los campesinos de pala y arado y, de los señores, solamente a aquellos que en este momento más difícil aceptaron como suya la opinión del pueblo, es decir la libertad republicana y la justicia social. Yo, a quien ustedes excluyen y arrojan de mi lado, amenazándole la vida, yo, si Dios quiere, estaré como pez en el agua no sólo entre los campesinos croatas sino también entre los de Eslovenia y de Servia.

Señores: Terminaré hablando sobre la idea de la que ustedes están hablando tanto y tan poco piensan y aprecian, de la unidad nacional. Entre ustedes hay unos que saben bien que yo defendía nuestra unidad nacional -unidad de todos los eslavos, del sur, especialmente de los croatas y los servios- en aquel tiempo hace ya 20 años, cuando nos jugábamos la vida y nos exponíamos al peligro de encontrarnos encerrados. Hay muchos que saben muy bien esto, pues yo en el mes de septiembre de 1902 expuse mi vida, la de mi esposa y la de mis hijos levantando públicamente la voz contra la destrucción de bienes servios en Zagreb, que se sintió ofendida y amargada, y por aquella inconcebible ofensa servia, escrita en la "Gazeta Literaria" servia y reeditada en el periódico servio "Srbobran" en Zagreb, de que nuestra lucha recíproca debe prolongarse hasta la "exterminación" de unos u otros. Yo, desde aquel momento, profundicé y amplié la idea de nuestra unidad nacional. La amplié abrazando a todos los eslavos y la profundicé de tal manera que les digo ahora, después de esta tremenda guerra y antes de que sea demasiado tarde.

Señores: No se conformen con palabras huecas sobre la unidad nacional. No digan ni escriban que nuestro idioma común es suficiente y fuerte ligazón para nuestro pueblo. Entiendan una vez por siempre que la nacionalidad es algo mucho más profundo y más amplio que el mismo idioma popular. Entiendan que la nacionalidad vale, especialmente después de esta guerra, en que participaran millones de campesinos y burgueses en el frente de guerra y en el del trabajo en casa, que desde ahora la nacionalidad vale solamente tanto por cuanto defienda y desarrolle la humanidad, es decir, solamente tanto, por cuanto por su nacionalidad crean más y marchan más de acuerdo. Entiendan, por fin, que una vez por siempre desapareció el poder señorial militarista, del capitalismo, la burocracia y el clericalismo.

Nuestro pueblo no quiere oír especialmente de militarismo y burocracia, de violencia y arbitrariedad burocrática. El pueblo entero, especialmente nuestro pueblo croata, desea, pide, quiere, y exige para que cada uno sienta la nueva libertad y justicia en sí, en su hogar, en su aldea, en su comuna y en su región. Para que sea así, debe eliminarse enseguida a todos los viejos burócratas arbitrarios, todas las leyes y decretos nefastos; además, se debe hace posible para que el pueblo gobierne por sí mismo. Si ustedes no le dan esta oportunidad y no le reconocen este derecho, el pueblo se dará a sí mismo esta oportunidad y derecho sin ustedes y contra ustedes.

Señores:

¡Todavía no es demasiado tarde! ¡No se precipiten como los corderos de la fábula al mar! No formen un gobierno unitario con el reino de Servia, ya que no hay nadie y nada aquí que lo aconseje, excepto un telegrama en que se propone una cosa completamente diferente de lo que están haciendo. No procedan así, pues se podría decir más tarde que ustedes, los eslovenos, los servios de Voivodina y de Bosnia, los croatas de Dalmacia y, sobre todo los servios de Croacia, que todos ustedes se habían reunido hoy aquí únicamente para hacer una confabulación contra el pueblo, especialmente contra Croacia y el pueblo croata. Entiendan, por lo menos, que este asunto es tan importante y de tal trascendencia para que se convocara al Comité Nacional pleno y, lógicamente, al Sabor croata. En efecto, de acuerdo con la decisión de ustedes, han acordado enviar inmediatamente a 26 delegados de la Comisión Central a Belgrado, y por no tener más miembros esta Comisión, resulta evidente que todos van a decir que la Comisión se delegó a sí misma, se autorizó a sí misma, para proclamar un gobierno común con el reino de Servia, a pesar de que esta Comisión, evidentemente, no tiene ni autorización ni derecho alguno al respecto.

Señores: Todo el mundo reconoce el derecho de autodeterminación. Nosotros tenemos que agradecer a este derecho nuestra liberación. Este derecho de autodeterminación corresponde a cada uno de nuestros pueblos en el sentido internacional -a los eslovenos, los croatas y los servios- al determinarse las fronteras estatales son otros pueblos, pero este derecho pertenece en conjunto a nuestros tres pueblos, especialmente a nosotros, los croatas de Croacia, sea en cuanto a la fundación o la organización del Estado común.

Nosotros somos tres hermanos: el croata, el esloveno y el servio, pero no somos uno. Hay que preguntar a cada uno de los hermanos. No hay aquí servios de Servia, y cómo nosotros los croatas estamos representados, todos lo saben. Nadie ni nada los apura, salvo el cargo de conciencia que los obliga a terminar cuanto antes con el asunto ya que saben bien que el pueblo croata no lo va a aprobar.

Señores: La cosa más horrible, el pecado más grave y el error político más grande es poner a su propio pueblo ante los hechos consumados, es decir, hacer una política de acuerdo con su propia arbitrariedad señorial sin el pueblo y contra él. Si esto llega a suceder, que Dios les permita vivir lo suficiente -y eso no durará mucho- para que puedan ver cómo el pueblo croata, en su conciencia republicana y humanitaria, a rechazarlos en el momento que ustedes crean que se resignaba y sometía. ¡Viva la república! ¡Viva Croacia!

(Traducido por F.N.)

Con motivo de cumplirse el primer centenario del nacimiento de este gran tribuno popular, líder de los campesinos y la unidad nacional croata, reproducimos íntegramente este su discurso de tanta intuición política y el espíritu auténticamente democrático. Inclinamos nuestras cabezas ante el martirio de este gran croata, que sacrificó, su vida por un mejor futuro de Croacia y de sus hijos. Si se hubiera prestado atención a sus ideas democráticas, otra sería actualmente la realidad en aquella parte del mundo y, especialmente, de su pueblo croata que está "expiando" pecados de algunos de sus hombres políticos que no habían entendido la "hora de los pueblos".

La Redacción de S.C.

 

Die stimme der kroaten - La voz de los croatas

"Matica Hrvatska" toma la posición, frente al caso de Ivo Andric

Belgrado, 23 de noviembre de 1970.

"La Asamblea general de la "Matica Hrvatska", una federación cultural croata, si podemos decirlo así, nos dio el domingo ppdo. una clara imagen del inquieto sentimiento de autoconciencia de la inteligentzia croata. La "Matica", una organización rica en tradición, no es una organización para charlas culturales y sociales sino un ente representativo de la inteligentzia nacional croata consciente y su abogado también ante las autoridades políticas.

Durante largos años después de la guerra, cuando la conducción partidaria croata aceptaba, a la verdad contra su voluntad, pero silenciosamente, la política granservia-unitarista de Belgrado, "Matica" fue la única voz croata que se oponía a la alienación de su idioma e historiografía, como también de toda la cultura de su pueblo.

Cuando en la primavera de 1967 todos los que tenían nombre e importancia en la literatura y lingüística croatas sostenían la independencia del idioma croata y reclamaban en la ya famosa "Declaración" su nombre croata, el Comité Central de Zagreb tuvo que unirse a la campaña política que Belgrado empezó contra los hombres más prominentes de "Matica". Mientras tanto, los mismos funcionarios del partido croata ahora denominan su idioma no más croata-servio sino solamente croata. El domingo, el presidente saliente de "Matica" celebró la "Declaración": ella produjo un efecto positivo. El documento por primera vez llamó la atención de que el idioma croata estaba tratándose como el idioma de un pueblo sometido.

Las consecuencias de la "Declaración" llegan aún más lejos. "Matica", en su Asamblea General, suspendió oficial y definitivamente la colaboración croata en el trabajo común que se realizaba para el "Diccionario del idioma literaria servio-croata" y sostuvo que ahora debía aparecer el propio diccionario croata. El diccionario común que se estaba editando por la "Matica" croata y la servia, se convirtió en causa de discordia entre los especialista literarios y lingüísticos de las dos naciones. La parte croata encontró su idioma marginado y falseado.

En el afán de romper con todos los tabúes nacionales, "Matica" se ocupó también de la orientación nacional del escritor Ivo Andric. Su nombre fue mencionado l referirse uno de los socios destacados de "Matica" a una camarilla de oportunistas que se formó en el siglo pasado en la Croacia del período austro-húngaro y que más tarde se apartó por completo de su pueblo "Se han separado de nosotros y el pueblo vivirá sin ellos". Estas palabras provocarán disgusto en todo el país, incluso en una parte de la inteligentzia croata, porque Ivo Andric es una de las comunas del orgullo común yugoeslavo". (El autor se equivoca, evidentemente, en cuanto a un supuesto orgullo común yugoeslavo. Tal clase de sentimiento, dicho simplemente, no existe - Obs. de la R. de S.C.).

"Aunque, no obstante, fueron pronunciadas, esas palabras pueden sorprender sólo a aquel quien desconoce cuánto duele a muchos croatas la transición de Ivo Andric al ambiente cultural servio. El escritor, como hijo de padres croatas, nacido en la pequeña ciudad de Bosnia -Travnik- y donde frecuentó la escuela de los franciscanos croatas (en realidad de jesuitas. - Obs. de la R. de S.C.), se unió, después de la primera guerra mundial, también idiomáticamente, el círculo cultural de Belgrado. Diplomático de carrera, se convirtió en "yugoeslavo", lo que naturalmente significa la separación de su origen croata, pues el yugoeslavismo conduce al grupo servio. Ningún croata niega seriamente que Ivo Andric ha merecido el premio Nobel, pero muchos están amargados por no habérsele concedido dicho premio también a su mejor escrito: Miroslav Krleza".

(El artículo aparecido en "Frankfurter Allegemaine Zeitung" del 24 de noviembre de 1970, firmado por Georg Reismüller).

Versión castellana: F.N.

 

Micronoticiero

El 29 de marzo ppdo., S.S. el Papa Paulo VI recibió al mariscal Tito, presidente de la Yugoslavia comunista, en audiencia solemne con todo el ceremonial protocolar reservado a soberanos. Con tal motivo fueron distribuidos volantes de protesta en la plaza de San Pedro del Vaticano, tildando al mariscal de "uno de los peores tiranos de nuestra época". Sabemos que por el mismo motivo llegó gran cantidad de protestas de los croatas radicados en el mundo libre. El Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires envió también una misiva al Sumo Pontífice. En el próximo número de Studia Croatica publicaremos el texto de la misma y trataremos en forma más extensa este gesto de la diplomacia vaticana, visto a través de las relaciones milenarias entre la Santa Sede y el pueblo croata. Desde ya lamentamos tener que manifestar nuestra disconformidad con ese acto diplomático que tanta confusión y desconcierto está suscitando entre los feligreses en general y entre, los croatas católicos en especial. El mismo Pontífice que hace un año elevó a la dignidad de santo mártir croata Nicolás Tavelic, ahora recibe solemnemente a Tito, verdadero verdugo del cardenal Stepinac y el comunista excomulgado expresamente en momento del "proceso infame" contra el dignatario mencionado, "imagen del Buen Pastor", como lo llamó el Papa Juan XXIII. Confunde sumamente el hecho de que el mismo foro -personal e institucional- dispense un trato plausible y formule expresiones laudatorias a la víctima y su victimario.

El gran diario argentino "Clarín" del 16 de febrero ppdo. publicó un extenso artículo sobre un sabio croata, el jesuita R. Boskovic. Destacando sus méritos de científico y de filósofo, el distinguido diario reconoce la verdadera nacionalidad -la croata de Boskovic-. Los propagandistas servios habían proclamado falsamente su nacionalidad servia. El Instituto Croata Latinoamericano de Cultura y la revista "Studia Croatica" se atribuyen parte del mérito de dicha rectificación histórica. Bajo la propaganda servia, los señores Louis Pauwels y Jacques Bergier, en su libro "El Retorno de los Brujos" afirma también la nacionalidad de Boskovic como servia. Después de un cambio de correspondencia sobre el asunto entre el Instituto y la revista "Studia Croatica" y los mencionados señores, el señor J. Bergier publicó en "Planeta", Nº 13 de 1966, un artículo titulado: Un Mutante del Siglo XVII: Roger Boskovich, señalando varias veces su origen nacional croata. Así, de acuerdo al renombre de la cultura intelectual francesa, los mencionados autores corrigieron su error, de acuerdo a las promesas que nos dieron y en concordancia con las investigaciones ulteriores que les habíamos sugerido. ¡Desde aquí, en cuando podemos ver, empezó la "recroatización" internacional de Boskovic, esfumándose una de las mistificaciones balcánicas, inventadas por la fantasía poco altruista de nuestros vecinos servios!

"The New York Times" del 10 de febrero ppdo. imprimió un artículo titulado: Croatian Nationalism Gets New Impetus (El nacionalismo croata adquiere un nuevo ímpetu). El señor Alfred Friendly Jr. se refiere en dicho artículo al actual conflicto nacional entre los croatas y los servios. El prof. J. Juras expuso al corresponsal del rotativo newyorquino los elementos esenciales del conflicto de carácter político, económico y cultural, expresando su fe que los, croatas terminarían pronto con la hegemonía servia y que tomarían su destino en manos propias.

"The New York Times" del 21 de diciembre ppdo., dedica una nota de elogio a la cantante croata Ruza Pospis de Baldani. Allen Hughes, firmante de la nota, escribe también lo siguiente: "La voz de la señora Baldani se acomodó perfectamente a la música del Orfeo y su canto "Che faró senza Euridice" fue verdaderamente el punto culminante de la ejecución. El tono de su voz fue rico e infundió el lamento con la intensidad emocionada". La señora, Pospis Baldani y su compatriota Liliana Sukic cantaron en dicha oportunidad (diciembre de 1970) las principales partes de la ópera "Orfeo y Eurídice", ejecutada en el Metropolitan Opera House.

El gran diario de Buenos Aires "La Nación" publicó en su edición del 16 de febrero ppdo. el artículo "El rey ha muerto". Su autor, el conocido periodista norteamericano C. L. Sulzberger, refiriéndose a la muerte del ex rey yugoeslavo Pedro Karagueorgevich, describe con gran realidad el ambiente servio que rodeaba a aqueIla dinastía balcánica y oscura, de una manera muy apropiada. Sulzberger dice también: "Murió en una atmósfera de misterio balcánico". Haciendo referencia a su testamento lleno de errores históricos, indicando incluso el nombre de su ex esposa en forma equivocada, el periodista norteamericano agrega: "La partida está tan equivocada en otros aspectos que es discutible si el rey no sufrió con anterioridad (es decir antes de su enfermedad que determinó su muerte - Ob. de la R. de S. C.) cuando firmó su testamento la "lesión cerebral crónica". La muerte y el sepelio produjeron una riña muy oscura entre varias facciones servias, desinteresándose completamente la emigración croata, eslovena o macedonia por ese asunto expresamente servio.

El diario alemán de Buenos Aires "Freie Presse," del 14 de marzo de 1971 ha publicado por segunda vez, su atención a nuestra revista Studia Croatica. De acuerdo al espíritu alemán, asiduo y profundizador (die deutsche Gründlichkeit), la última nota, más amplia de la que hemos publicado en el volumen 38-99 de S.C., no es una registración de rutina, sino una reseña que denota que el señor J. v. K. que la firma, había leído el número correspondiente 38-39) de nuestra revista, objetivo principal de los esfuerzos de quienes la están editando. Las observaciones del señor J. v. K. son acertadas. Nuestra Redacción agradece sus elogios como también observación sobre la programación del material publicado que hemos hecho de acuerdo a nuestro criterio, que no es familiar al autor de la nota de "Freie Presse".

El vicepresidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura de Buenos Aires -Juan Rojnica- pronunció el 12 de enero del año en curso una conferencia, en el Rotary Club de Olivos, provincia de Buenos Aires, sobre el valor de la libertad política. La reunión del Rotary fue efectuada con motivo de los "juicios" de Leningrado y de Burgos, respectivamente. El señor Rojnica, analizando estos dos juicios, hizo también una comparación paralela entre la lucha croata por la independencia y la del pueblo israelí por la independencia de su patria, Israel. La numerosa concurrencia del mundo de los negocios y el intelectual aplaudió vivamente al conferenciante croata.

"Croatia Press, Review and New Bulletin", vol. XXIII, Nº 3 de 1970, que se publica en Nueva York, hizo una reseña elogiosa del libro de Juan Rojnica "Susreti i Dozivljaji". Se trata de un libro de vivencias personales del autor que abarca el lapso entre 1938-1945. Son las vivencias expresamente políticas siendo su autor uno de los actores principales. Studia Croatica dio su opinión, también positiva, en los números 36-37 de 1970, pág. 79-82. El autor de la reseña de "Croatia Press" es su director el Ing. Carlos Mirth, quien dice entre otras cosas: "Sobre el período de 1941-1945 se escribió hasta ahora desde el punto de vista de los vencedores y en la forma parcial y propagandista. Sólo ahora están haciéndose grandes esfuerzos para presentar los hechos con más imparcialidad. Por parte de los que perdieron la guerra se ha escrito poco, lo que parece lógico. Resulta, en consecuencia, incomprensible de que los que pueden escribir sus memorias e incluso las podrían publicar sin demora, si es que desean verlas publicadas en vida, nada hayan hecho en este sentido. La importancia de las memorias de esta índole es evidente, debiendo enfocar muchos acontecimientos desde otro ángulo. Rojnica ofreció un ejemplo al respecto y hay que imitarlo".

El monseñor Dr. K. Zoric, residente en Roma, el promotor de la canonización del primer santo croata Nicolás Tavelic, visitó en diciembre ppdo. la redacción de S. C. Después de las palabras de saludo, pronunciadas por el presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, el ilustre huésped conversó un largo rato con la Comisión Directiva del Instituto.

En el curso del mes de abril (1971) los croatas residentes en el mundo libre celebraron el trigésimo aniversario de la restauración de la independencia de Croacia. El Club Cultural Croata-Argentino de Buenos Aires, agrupación de un considerable número de los intelectuales croatas, organizó, por su parte, el día 10 de abril (fecha exacta de la proclama de la Independencia) una cena de sus socios, oportunidad en que el presidente de la entidad, el Dr. R. Latkovic, pronunció una alocución que, por sus conceptos y expresiones, sobresalió de lo común que se acostumbra decir en semejantes actos conmemorativos.

Gracias a las circunstancias desfavorables en que se proclamó la independencia de Croacia (cambio violento del cosmos europeo de Versalles), existen todavía ciertos sectores de la opinión pública mundial que no quieren o no pueden ver la realidad de que el pueblo croata en aquel momento manifestó su auténtica voluntad nacional de liberarse de la opresión de Belgrado y vivir en la libertad de acuerdo con el derecho de autodeterminación, universalmente reconocido.

* * *

In memoriam a Sava M. Stedimlija

El 25 de enero de 1971, a los 64 años, murió en Zagreb y fue sepultado en el cementerio local (Mirogoj) el publicista e historiador Sava M. Stedimlija. Nació cerca de Podgarica (ahora Titograd), perteneciendo a una antigua familia montenegrina, Markovic. Ya de joven se decidió por la profesión periodística, dedicándose también, desde el comienzo con más asiduidad, al estudio del pasado histórico de su tierra natal, Montenegro. En el periodismo croata apareció en 1928 y precisamente en el periódico "Narodni Val" (La Ola del Pueblo), condenando el asesinato organizado de los diputados nacionales croatas en el parlamento de Belgrado.

Estudiando la tradición popular, el idioma y las costumbres de los montenegrinos, S. M. Stedimlija se convenció tempranamente de que los montenegrinos no eran servios, por su fondo étnico, sino croatas.

Para poder dilucidar este problema en forma más clara y más libre, Stedimlija se radicó en Zagreb, utilizando las bien surtida biblioteca de la Universidad y la Academia de Ciencias y Artes. Desde aquel entonces fue colaborador de los periódicos croatas: "Obzor", "Jutarnji List", "Hrvatski Dnevnik", "Hrvatski Narod", etc. De sus trabajos del período entre 1930 y 1945 hay que mencionar los siguientes:

1) La Croacia Rubra y sus rastros culturales, en "Jadranski Dnevnik", 31/1936; 2) La Croacia Rubra, una obra editada por Matica Hrvatska, 1937; 3) El Croata - baja Montenegrino, en "Obzor", 1937; 4) Los Rastros del Chakavismo en Montenegro y Albania, en "Obzor" 20/I/1937; 5) El Desarrollo y Crecimiento de la Croacia Rubra, "Jadranski Dnevnik", 4/1937; 6) El Significado del Nacionalismo Montenegrino, en "Jadranski Dnevnik", 4/1937, 113, 12; 7) Por las Pautas del Pope (sacerdote) de Duclia, Zagreb; 8) Los Croatas y el Nombre Croata en Constantinopla, en "Alma Mater Croatica", 5/1942.

S. M. Stedimlija era amigo y partidario del patriota y político montenegrino, el Dr. Sekula Drljevic. Junto con él se retiró en 1945 hacia occidente, pero en el viaje fue capturado por los rusos y enviado a Siberia. Allí sufrió mucho y se enfermó. Esta enfermedad lo acompañó hasta la muerte. Al morir Stalin, fue liberado del campo de concentración donde pasó 10 años. Así pudo regresar en 1955 a Zagreb. Gracias a su actividad periodística anterior de carácter croatófila, UDBA (policía secreta) de Rankovic no le permitió quedar en Zagreb y lo confinó en su aldea natal en Montenegro. Sólo en 1959 obtuvo el permiso de regresar a Zagreb, pero se le prohibió escribir bajo su nombre. Tampoco pudo obtener empleo alguno. Pero ninguna presión no pudo quebrantar su fortaleza montenegrina. En este nuevo período de vida, Stedimlija continó trabajando en la misma línea, el mismo sentido y el espíritu anteriores. Aún más, esta vez con mayor rigor metódico-científico y de acuerdo a las reglas de la ciencia histórica. Publica una serie de trabajos bajo seudónimo y otros fueron publicados bajo la firma de sus amigos. Recién en el último par de años pudo publicar algunos trabajos bajo su propia firma. Entre ellos el más valioso es: Aportes para la historia nacional, política, económica y cultural de Montenegro, Nº I-II, Zagreb, 1969. Su novísima obra El Reino de Croacia, es el texto vaticano de la más vieja crónica croata, provista por su introducción y las notas aclaratorias. De acuerdo con lo que me comunicó por una carta el recién desaparecido, esta obra la entregó a Matica Hrvatska para su publicación. Es de esperar que Matica la publicará cuanto antes en memoria de un valiente montenegrino y gran amigo del pueblo croata. S. M. Stedimlija trabajó durante tantos años, investigando y demostrando -y por eso también sufrió- que la Croacia Rubra o la Croacia Meridional, al comienzo del Medioevo, se extendía desde el río Cetina en Dalmacia hasta el río Drim en la Albania de hoy y que, en consecuencia, el pueblo montenegrino desciende en su antigüedad étnicamente del pueblo croata y no del servio.

¡Que el Señor le otorgue la paz eterna a aquel querido difunto! Al mismo tiempo, un profundo y sincero pésame a su esposa Ljubica y a todos sus parientes. Que los pueblos montenegrino y croata conserven una memoria límpida y decorosa por ese luchador intrépido y escritor histórico que era S. M. Stedimlija.

Dr. Dominik Mandic

(Por parte de la Redacción de la S.C., recordamos la memoria de ese hombre excepcional en muchos sentidos y gran amigo de la libertad de Croacia y su pueblo. A tal fin reproducimos el artículo del Dr. D. Mandic, su amigo personal. El artículo fue publicado en el periódico semanal "Danica" del 10 de marzo de 1971 que se edita en Chicago, Estados Unidos. Stedimlija apreciaba muchísimo al Dr. Mandic, considerándolo el mejor historiador croata en la actualidad, quizás, como el mejor de todos los historiadores croatas en general).

 


Reseña de libros

Zvonimir Kulundzic: Los Escritos Políticos de Esteban Radic

Zagreb 1970, edición de "Znanje", pág. 620.

El año en curso significa un múltiple aniversario en la historia croata. Junto con el 300º aniversario de la tragedia de Zrinsiki-Frankopan, el pueblo croata conmemora también el primer centenario del nacimiento de Esteban Radic, personalidad política que supo despertar y activar a las masas campesinas convirtiéndolas en un movimiento político muy, poderoso y que, fue el primero en iniciar la resistencia decisiva a la hegemonía servia entre las dos guerras.

Zvonimir Kulundzic es uno de los escritores más productivos en la literatura croata después de la última guerra. Entre una treintena de obras -tanto voluminosas como de tamaño reducido- publicadas después de 1945 hasta hoy, se destacan especialmente sus tres obras de reciente edición: El Atentado contra Esteban Radic (Zagreb, 1967); La Política y la corrupción en la Yugoslavia Monárquica (Zagreb, 1968) y La Tragedia de la Historiografía Croata (Zagreb, 1970).

Esta, última obra ha provocado, con su violento tono polémico, discusiones entre los historiadores croatas contemporáneos, refutando o corrigiendo las afirmaciones de Kulundzic que no siempre están sin apoyarse en la realidad.

Es interesante destacar que Kulundzic fue uno de los primeros que atrayeron la atención pública sobre el descubrimiento de la primera imprenta glagolítica en suelo croata en la pequeña aldea de Kosinij, en la provincia de Lika, donde fue impreso el primer misal croata en el año 1483, y el breviario del año 1491. Se creyó, y hoy todavía hay muchos que lo creen, que dichas obras fueron impresas en Venecia, lo que se puede considerar definitivamente descartado, gracias a la labor científica -justamente- de Kulundzic.

En la novísima obra, monumental por su amplitud, Los Escritos Políticos de Esteban Radic, publicada en noviembre último en Zagreb, con el subtítulo muy actual: Esteban Radic, hoy y aquí, el autor acumuló una verdadera enciclopedia de literatura sobre el "Gandhi croata" como lo llamó no sin razón Romain Rolland, premio Nobel francés. Radic, un tribuno popular, ideólogo de los rezagados y explotados campesinos croatas, fue igualmente conocido en París, Londres, Moscú o Viena. De él escribieron los periodistas franceses, suizos e ingleses más destacados, que era un genio político de primer orden, no conocido hasta entonces en la Europa oriental, especialmente en los Balcanes, donde siempre prevalecía el espíritu despótico.

El "socialismo campesino" de Radic tuvo sus fundamentos sanos. Esta fue la causa principal para que el pueblo croata -sus masas campesina- la abrazaran con ardor. Por eso ni él ni su hermano Antonio tuvieron que imponerse al pueblo. El pueblo los aceptó como acepta a los suyos.

Veinte años antes de su gran ideal indio -Mahatma Ghandi- de manera muy similar, cayó víctima de una bala mortal, disparada contra él y sus partidarios en el Parlamento de Belgrado; contra el hombre que proclamó la no violencia croata y el pacifismo, mérito por el cual en la actualidad se están distribuyendo los premios de Nobel. Radic fue muerto por un fanático servio al servicio de una camarilla criminal de la dinastía servia de Karagueorguevich, y Ghandi por un fanático político hindú. El escenario en ambos casos fueron los parlamentos.

Gracias a Z. Kulundzic, disponemos ahora de una enorme herencia política, unida en una obra, constituida por numerosos artículos, declaraciones y discursos (aproximadamente cuarenta de los más sobresalientes), pamfletos, etc. Radic fue político, filósofo, humanista y líder de su pueblo. Su hermano Antonio, posiblemente, fue superior como escritor y periodista, pero el corazón y el intelecto del Movimiento Campesino Croata fue sin duda alguna Esteban Radic.

Entre sus discursos con que abrió los ojos de su pueblo explotado y levantó la cortina negra que escondía los verdaderos problemas del pueblo croata, vale mencionar especialmente aquel discurso pronunciado el 29 de octubre de 1918 en el Sabor (Dieta Croata). De igual valor son sus discursos en las asambleas de Zagreb (12 de marzo de 1893) y en Varazdin (ciudad croata) del 12 de abril de 1893, dedicados a la unión de la oposición croata. Luego vale destacar el discurso pronunciado el 18 de marzo de 1910 en el Sabor y especialmente su encendido discurso dirigido a los miembros del Consejo Nacional en la sesión nocturna del 24 de noviembre de 1918, cuando el mencionado Consejo decidió realizar la unión de Croacia con Servia, etc.

Con un extenso prefacio del autor, con múltiples notas y comentarios, con ocho fotografías de Radic, con bibliografía, e índex de todas las obras de este gran líder democrático croata, que supo usar de la táctica, pensar políticamente y conducir a su pueblo en un país sin justicia, como lo fue de común opinión, la Yugoslavia monárquica, el escritor Z. Kulundzic da al pueblo croata su máximo aporte posible en homenaje a Esteban Radic, con motivo de cumplirse el primer centenario de su nacimiento, acaecido el 11 de junio de 1871.

Los Escritos Políticos de Esteban Radic podemos considerarlo como el libro croata del año, mereciendo la plena atención no sólo de la Patria, sino también de los croatas en el exilio político.

M. Maglica

 

Vladimir Maric: Kroatische Adriaküste (Land der Tausend Inseln)

Köln, 1968 - La Costa Adriática Croata (La Región de Mil Islas), libro publicado en Köln, Alemania, en 1968.

No podemos pasar por alto la aparición de este libro prolijamente redactado, valioso por sí mismo y representativo. El libro está dedicado a los croatas y Croacia, especialmente a su parte meridional, ala costa adriática, sin omitir tampoco breves excursiones en el interior. Sus autores informan primordialmente con fotografías, luego también con textos, a todos los que desean conocer Croacia, el país de las "mil islas", como la denominan ellos mismos. Los autores de las fotografías seleccionadas con gusto y criterio, para mencionar sólo algunos, son: el Dr. Werner Schwanke, el profesor M. Crcevic, Alejandro Kukec, Ernest Baumann, Magdalena Boric, etc., mientras el texto del libro -el prefacio y la introducción- fue redactado por los señores: M. Wülfing, S. Sulek, V. Maric y P. Fischer.

Ojeando sus páginas, resulta claro que el libro está destinado en primer término a los turistas, es decir, a todos que todavía desconocen las bellezas naturales de Croacia, pero desean conocerlas. Prescindiendo de este objetivo que parece haber inspirado a sus autores, la rica serie de fotografías y el texto que la acompaña, trascienden tal objetivo y pueden servir de fuente de informaciones a cuantos deseen conocer algo más sobre Croacia, su historia y su pueblo. Escasos son los informes que aparecen de vez en cuando en publicaciones de carácter efímero. Es nuestra impresión que los autores han conseguido su doble objetivo: afición a viajar por gusto de visitar y conocer a un país.

La tapa, en colores, del libro está gráficamente bien hecha, introduciéndonos así en una larga serie de fotografías artísticas, prevalentemente en blanco-negro. Empezando con la vetusta ciudad de Rovinj en Istria, los autores nos conducen a través de Opatia, Novi, Rab, Senj, Zadar, Sibenik, Split, Hvar y Korcula hasta Dubrovnik. De allí hacen una pequeña excursión a los lagos de Plitvice, Mostar, Sarajevo y Jajce, terminando su itinerario imaginario en Zagreb, centro político y cultural de Croacia. Cada una de estas fotografías (en total 71, de las cuales 4 en colores) está provista de un texto explicativo indicando lo que representa en el sentido histórico o estético. Hay también un mapa cartográfico de toda Croacia, que facilita la orientación, sea turística o político-nacional.

La parte más interesante y valiosa son cinco páginas que relatan en forma clara y breve sobre lo más importante que los croatas crearon en el campo cultural y su contribución al patrimonio cultural universal. Esta breve reseña, empieza con una certera constatación que los comienzos, de la creación cultural propia de los croatas se remontan al siglo IX, y la poesía al siglo XV, especialmente en Dubrovnik, Split (Marko Marulic) y en Hvar (Haníbal Lucic y Petar Hektorovic). Al mencionar al primer escritor croata de dramas -hoy todavía de gran actualidad- Marin Drzic ("Dundo Maroje", su conocida comedia), a Ivan Gundulic (siglo XVII) y al poeta popular Kacic-Miosic, el autor llega al siglo XIX informando que el centro de la actividad cultural y luego política de Croacia se trasladó al norte, a Zagreb, convirtiéndose rápidamente en el centro de dos movimientos culturales croatas, cuyas consecuencias se proyectaron también al campo político: son el movimiento llamado "ilirio" y el movimiento literario moderno. Entre los escritores más destacados quedaron coma valores perdurables August Senoa, Silvije Kranjcevic, Milan Begovic, Ivo Vojnovic i Anton Gustav Matos, mientras que después de Ljudevit Gaj, propulsor entusiasta de la idea "iliria", Antun Starcevic y Stjepan Radic descollaron como políticos. El autor enumera también a Miroslav Krleza, Tin Ujevic y Mile Budak como los más representativos de la literatura croata contemporánea, sin omitir los valores más visibles de la generación reciente como ser Petar Segedin, Slavko Mihalic, Zlatko Tomicic, Vlatko Pavletic, etc.

En pocas líneas se informa a los lectores sobre la música croata, mencionando al primer compositor croata de ópera, Vatroslay Lisinski, y su también primera obra "El Amor y la Malicia"; luego a Ivan pl. Zajc, el fundador de la Opera Croata, un compositor muy productivo cuya ópera "Nicolás Subic Zrinski" quedó como símbolo cultural y político croata hasta hoy en día, como también a Jakov Gotovac, autor de la muy popular ópera "Ero de otro Mundo", que tuvo gran éxito en las capitales europeas. Son conocidos también los festivales folklóricos y musicales que se organizan anualmente en Zagreb, Siplit, Opatia y Dubrovnik, donde concurren los artistas más conocidos del mundo. Los autores han dedicado algo más de espacio a la pintura, escultura y arquitectura de Croacia, que empezaron ya en el siglo XI. Se mencionan los maestros Buvina y Radovan, los pintores V. Karas, Racic, Kraljevic, Becic y Babic como también, lógicamente a Ivan Mestrovic, F. Krsinic, A. Auguatincic y Vanja Radaus. La última parte de este capítulo cultural termina con lo que los croatas aportaron al mundo en el campo científico. Se menciona al filósofo Matija Vlacic (Mathias Flacius Illiricus) el primer humanista croata, a R. Boskovic (1711-1787) el matemático, físico, astrónomo, filósofo y hoy considerado precursor de la ciencia nuclear, y por fin a los contemporáneos Andrija Mohorovicic (astrónomo y meteorólogo), al físico Nikola Tesla (1856- 1943) y al premio Nobel Leopold Ruzicka.

En el capítulo dedicado a la historia de Croacia se relatan los acontecimientos políticos más salientes desde el siglo VI, antes de, Cristo, sobre la, llegada a su patria actual en el siglo VII después de Cristo y su dinastías nacional de Trpimirovic, la unión con Hungría en 1102 y, junto con ella la unión con Austria en 1527, hasta los tiempos recientes como ser el año 1928, cuando fueron asesinados en el Parlamento de Belgrado los diputados croatas, encabezados por Stjepan Radic; luego la proclamación de Independencia de Croacia (1941-1945) y la matanza de sus soldados y población civil, conocida como la Tragedia de Bleiburg (Austria 1945), ejecutada por los comunistas de Tito, termina con la conocida Declaración sobre la denominación y función del idioma croata de 1967, considerada como protesta y rebelión de los intelectuales croatas contra la opresión actual de Belgrado.

Este libro-álbum de Croacia, en imagen y palabra, será de gran utilidad a quienes desean conocer no solamente las bellezas naturales y la posición geográfica de Croacia, sino también como un pequeño manual sobre el pasado y presente político y cultural de los croatas.

El sacrificio de los autores debe ser recompensado por los exilados croatas. Su libro debe ser un regalo para nuestros hijos, nacidos lejos de la patria de sus padres, como también para obsequiarlo a los amigos de Croacia.

Milan Rakovac

 

Ivan Muzic: Hrvatska polítika i jugoslavenska ideja (La política croata y la idea yugoeslava)

Split 1969, pág. V-VI, 318.

A título de introducción a la reseña de este segundo libro de Ivan Muzic, que no es historiador de profesión, mencionaremos que el motivo de su dedicación a la investigación histórica, y por ende a su primer libro Razmatranja o povijesti Hrvata, (Reflexiones sobre la historia de los croatas), Split 1967, pág. 70) han sido los artículos de A. Farcic, publicados en la revista de Belgrado "Republika" (Nº 380 y 381, año 1953) bajo el título "Los servios y la navegación marítima", Icos que Muzic tildó de malintencionados en la introducción a su primer libro concebido como una tesis para una obra mayor. Atento al existente conflicto nacional entre los servios y los croatas, que también invadió la historiografía, Muzic expresa el postulado, que es a la vez la idea básica que extrae de su estudio histórico, que "las regiones de común convivencia son patria común, debiendo sus habitantes sacrificar mutuamente todos los posibles conflictos emanados de diferentes religiones, convicciones políticas y sentimientos nacionales, en pro de la paz y no permitir a nadie, de afuera inmiscuirse en sus relaciones para que no se conviertan en sirvientes del extranjero en su propio hogar".

En su segunda obra, que todavía no es la anunciada obra mayor, el autor concibió como aporte para la descripción de las concepciones croatas de la idea yugoeslava más influyentes desde los tiempos postilirios (1850) hasta la terminación de la segunda guerra mundial y ello tan sólo con respecto a los servios y sin tomar en consideración la base socio-económica.

A tal efecto, el autor divide su obra en cuatro partes principales, las que a su vez se subdividen en varios capítulos. La excepción la constituye la, primera parte, denominada "Introducción", que contiene un solo capítulo intitulado "El ilirismo y los servios". Este capítulo es fundamental para la comprensión de toda la obra, pues revela la actitud de los hombres políticos croatas respecto a la unidad de los eslavos del Sur en la primera mitad del siglo XIX. En efecto, los croatas son portadores de la idea de la unidad eslava desde el siglo XVI, sustituyendo el nombre croata por el de "slaveni" o "slovinci" (Vinko Pribojevic en 1526; Mauro Orbini "Storia sul Regno degli Slavi", Pesaro 1601; Juraj Krizanic (1618-1683); Andrija Kacic (1704-1760), con su "Razgovor ugodni naroda slovinskoga"). En el siglo XIX los croatas, bajo el nombre de quieren abarcar a todos los pueblos eslavos del Sur, pretendiendo que todos eran descendientes de los viejos ilirios y dando así origen al "movimiento ilirio" con el pensamiento político de la unidad nacional. Sin embargo, mientras los croatas en la época del despertar de la conciencia nacional sacrificaban su propio nombre nacional a favor de un nombre general y unificador, buscando el apoyo de sus vecinos, especialmente servios, éstos lo rechazaban a favor de su propio nombre nacional. Es, pues, así que bajo el nombre de "ilirios" se inició el sentimiento de unidad al que recién Ante Starcevic (1823-1896) devolvió el nombre de croata. Pero, mientras desaparecía el nombre "ilirio" como inaceptable para los servios y los eslovenos, aparecía el nombre "yugoslavo" como sinónimo de la unidad eslava (Sulek, Kukuljevic, Racki, Strossmayer, etc.) como contrapeso a la germanización y magyarización. Resulta así que a principios del siglo XIX la nación croata se debatía políticamente entre las denominaciones "ilirio" y "croata", considerándose este último como sinónimo con "pro-húngaro" (magyarón), y a mediados del mismo siglo, entre las denominaciones políticas de "yugoslavo" y "croata". Esta vez la denominación "croata" se usaba en el sentido de Ante Starcevic, o sea, como noción jurídica y política sin distinción de religión, origen o raza, y como contrapeso a cualquier subordinación foránea.

La segunda parte, bajo el título "Política croata en la segunda mitad del siglo XIX", abarca los capítulos: Las relaciones servio-croatas en el caso de Bosnia y Herzegovina; La actitud de Strossmayer hacia los servios, y de Starcevic acerca de los servios.

La tercera parte -"Política croata a principios del siglo XX y durante la primera guerra mundial"- trata de los siguientes temas: Equiparación del croatismo con el catolicismo; Idea de la unidad nacional croato-servia; Bosnia y Herzegovina en el centro de los acontecimientos; El Comité Yugoslavo; El Concepto de Supilo de la unificación; La idea yugoeslava y la diplomacia de Pasic, y El concepto de Radic de la unificación.

En la cuarta parte -"Política croata entre las dos guerras y durante la segunda guerra mundial"- el autor describe: El estado de ánimo después de la unificación; Compromiso Radic-Pribicevic; El fracaso del pensamiento unitarista yugoslavo; La relación de la Iglesia Católica con el Estado yugoslavo; La actitud de Malek respecto al Estado yugoeslavo; Las concepciones de los Ustacha; El Partido Croata Campesino después del derrumbe de Yugoslavia; La relación de la Iglesia Católica hacia el partido Ustasha y el Estado Independiente de Croacia; Los planos de los cetniks para con los croatas y los servios y el movimiento de la liberación nacional entre los croatas.

En el prefacio, el autor expresa la esperanza de que sobre la base del material presentado y tratado en su libro el lector llegará a la conclusión que el "yugoslavismo" fue creado por la inteligentzia croata recién en el siglo XIX, o sea que después del "ilirismo" empezó a programarse más concretamente en el sentido de la unión estatal yugoeslava, mayormente como garantía de protección croata contra las pretensiones de las naciones eslavas. También debería colegirse de su libro que a la sazón, el yugoeslavismo en caso de algunos croatas (o por lo menos en distintas épocas de su vida política) se manifestó también en el sentido unitarista y como tal representaba muy a menudo la negación de la individualidad nacional croata. A diferencia de estas concepciones se destacan, con anterioridad a la unión realizada en 1918, las concepciones políticas de Frano Supilo y Esteban Radic, quienes se declararon en pro de la unión estatal yugoeslava bajo la condición de conservación de la individualidad y soberanía nacional croata.

De la presente obra se puede también deducir que todos los representantes y nombres políticos croatas, con muy pocas excepciones, empezaron su carrera, política fomentando la idea de la comunidad nacional de los eslavos del Sur y que la terminaron también casi sin excepción, desilusionados de sus propios ideales políticos -sea al conocer a los líderes políticos servios, sea al efectuarse la anhelada unión en forma, del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos (1918-1939)- o del Reino de Yugoslavia (1929-1941). Todos ellos después de estas experiencias volvieron a las posiciones de la individualidad nacional y estatal croata. A título de ejemplo citaremos el caso del obispo de Djakovo, J. J. Strossmayer (1815-1905), fundador de la moderna Universidad de Zagreb, de la Academia de Ciencias y Arte (denominada por el propio fundador "Yugoeslava", para servir de núcleo de la unidad espiritual de los eslavos del Sur) y de la Galería de Arte. Es que él, quien en 1868 estaba, dispuesto a ceder Bosnia a Servia, el 10 de abril de 1884 escribe a su amigo F. Racki: "El pueblo nuestro se halla en una situación peligrosa. Los servios son nuestros enemigos sangrientos. Bien dijo -creo Markovic- que mientras nosotros estamos luchando contra los húngaros, el hermano servio nos ataca por la espalda. Si esto fuera para su bien ¡vaya y pase!, pero la tumba que los servios están cavando para nosotros podría servir para enterrar también a ellos. Ya los diarios extranjeros informan de ello, o sea la forma como se juntaron los servios con los húngaros solamente para aniquilarnos a nosotros. Esta es la característica principal y el propósito primordial de su conciliación con los húngaros. Confiemos en Dios y no sucumbamos espiritualmente" (pág. 28).

Excepción de esta regla la representa, como mencionamos más arriba, Ante Starcevic quien estaba contra el eslavismo, yugoslavismo y servismo, como así también contra una unión estatal que no fuera bajo el nombre croata, pues consideraba a todos los eslavos del Sur como croatas, contrarrestando de tal manera la ideas y enseñanzas bastante semejantes del servio Vuk St. Karadilc, al afirmar que casi todos los eslavos del Sur eran servios.

En una obra de tan abundante material sobre un tema delicado y a la vez complicado hay numerosas aseveraciones y formulaciones con las cuales no es posible coincidir.

Por ejemplo, no podemos aceptar que Starcevic aparezca considerado como "eslavoservios" (un término peyorativo para designar a los colaboradores de Austria en el aniquilamiento de Croacia) "a todos los ortodoxos que se sentían servios y que, según él (Starcevic), eran croatas" (pág. 32). Aquí se trata de una "contradictio in adiecto" con la noción misma del término "eslavo-servio" que, además, el autor no explica. Tampoco podemos identificarnos con la pálida presentación de la desilusión con Yugoslavia del Dr. Ante Trumbic, presidente del Comité Yugoslavo en Londres y uno de los principales protagonistas de la unión de los croatas, eslovenos y servios en 1918. Menos aún podemos coincidir con el autor en cuanto a algunos juicios y opiniones relativas a la época de la segunda guerra mundial. Sin embargo, la cuestión lave de cualquier comunidad estatal de los croatas y servios es el problema de su relación mutua en tal comunidad.

Hoy en día existe tal comunidad estatal basada en el principio de "hermandad y unidad" de los pueblos de Yugoslavia bajo la égida del Partido Comunista Yugoslavo. Estos hechos de por sí imponen a cada autor en su trato de las relaciones servio-croatas en el pasado y en el presente, algunas limitaciones.

A pesar de ciertas liberalizaciones en la vida cultural en Yugoslavia después de la caída del famoso jefe de la policía secreta, Alejandro Rankovic, parece que nuestro pasado se está juzgando, o debe seguir juzgándose, desde el punto de vista de antifascismo y teniendo en cuenta los fines y propósitos de " la lucha de liberación nacional" . Es por ello que algunos grupos o partidos políticos y algunos hombres políticos o apolíticos entre los croatas (e. g. Macek, A. Stepinac, A. Pavelic y el movimiento "ustasha") como así también con los servios (e. g. el rey Alejandro y la dinastía en general, M. Nedic, D. Mihajlovic y los "cetniks") deban ser forzosamente proscriptos. Sobre los políticos de las épocas anteriores a la última contienda ideológico-político-social, como por ejemplo sobre Dr. A. Starcevic, Stj. Radic, se puede escribir con más objetividad histórica. Por ello, es difícil opinar cuál es el juicio libre del autor y cuál es el juicio sujeto a las limitaciones impuestas por las circunstancias arriba señaladas.

El capítulo "Anexo" contiene un breve pero muy interesante estudio sobre valacos (pág. 254-270), que pudiera, si se lo elaborara más ampliamente, verter más luz sobre el origen de las crueldades cometidas por parte de los tres bandos en pugna durante la última guerra: los ustasha, los cetniks y los comunistas.

Las casi 40 páginas de bibliografía (pág. 271-309) testimonian la seriedad con que el autor se abocó a la tarea y lo que podemos esperar en el futuro de parte de Ivan Muzic. Esperamos una obra definitiva sistemática, exhaustiva, de carácter imparcial, libre de inhibiciones Políticas circunstanciales.

Milan Blazekovic

 

Der Donau-Raum, Zeitschrift des Forschungsinstitudes für den Donauraum

15 Jahrgang, 3-4 Helf, 1970.

Esta revista que se dedica con ahínco a los problemas de las naciones de la cuenca danubiana, presta su atención también a la actualidad yugoeslava. En consecuencia, tampoco pasa por alto los problemas de Croacia, parte integrante de aquel Estado comunista y multinacional. En el número del epígrafe, Ernesto Bauer publica en artículo muy informativo, un estudio sucinto sobre el fenómeno de la presencia masiva de los obreros de aquel Estado "socialista" en el área de las naciones libres del occidente europeo.

Refiriéndose al número de dichos obreros en el extranjero, el autor, y de acuerdo a las estadísticas oficiales de Belgrado, dice que en el año 1969 alcanzó 595.000, agregando que este número puede duplicarse con la presencia de los obreros que abandonan el país sin intervención oficial.

Esta masa humana presenta un problema muy serio por igual para el país de origen, como también para aquel hospitalario-patronal. En Yugoslavia se está acentuando siempre más la escasez de mano de obra especializada para su industria, lo que provoca la recesión y el deterioro de productos de la misma. Mientras que de Yugoslavia sale mano de obra en esta proporción: 14%, obreros sin calificación, 27% obreros instruidos y 55% obreros calificados, de Italia, como el segundo país por el número de sus obreros en los países europeos, la proporción es la siguiente: 48% sin calificación, 37% obreros instruidos y 13% calificados.

A pesar de esta consecuencia negativa, las autoridades yugoeslavas, a causa de su crisis económica y su balance de pago exterior deficitario, considera el fenómeno, por lo menos provisoriamente providencial. Las remesas y ahorros de obreros subsanan considerablemente ese estado de cosas. Sólo del 1º de enero hasta 31 de julio de 1970 las remesas alcanzaron 227 millones de dólares. Además, en las cuentas de ahorro del Banco para el comercio exterior de Yugoslavia, hubo en 1969 5,661,326 dólares. Se supone que dichos, obreros guardan en los bancos de los países donde trabajan, un importe de 500 millones de dólares.

Una investigación en un distrito croata de Bosnia -Livno- ha demostrado y de acuerdo a las declaraciones de las autoridades locales de Livno, Glamoc y Kupres (Bosnia) y de Imotski (Dalmaciá), que dichos distritos sin los aportes de obreros en el extranjero, no podrían cubrir las erogaciones comunales, como tampoco hacer inversiones para desarrollo de estas regiones.

Pero, dice Bauer textualmente: "el reverso de esos procesos es la caída impresionante de natalidad, especialmente en Croacia", y que se está ya hablando de un "peligro biológico del pueblo croata", y con razón. El porcentaje de la población de Croacia dentro del total de Yugoslavia era en 1954 el 23,1% y en 1969 el 19%, mientras el crecimiento natural decayó del 11,5 por mil (del promedio 1950-1954) a 5,1 por mil en 1969. La prensa yugoeslava escribe ya, que la población de algunas islas en Dalmacia, está extinguiéndose paulatinamente". Pero este fenómeno se convierte también en un problema político. Primero, sirve a la emigración como un fuerte argumento contra la política económica y social del gobierno de Belgrado y, segundo, inquieta, a los mismos dirigentes políticos de aquel país comunista. Así, por ejemplo, el presidente del Comité Central del Partido Comunista de Croacia, la doctora Savka Dabcevic-Kucar, habló del peligro de la despoblación de Croacia y en la X sesión del mismo Comité dijo expresamente "que la Liga de los Comunistas Yugoeslavos no se preocupó suficientemente para crear un estado satisfactorio para el pueblo croata".

Para entender mejor esta anomalía, hay que agregar que el porcentaje croata dentro de aquella masa humana que está trabajando en el extranjero, supera el 50% de la totalidad de Yugoslavia. El régimen, evidentemente, realiza una política discriminatoria en perjuicio croata.

El Dr. Drago Matkovic escribe en La situación de la Iglesia Católica en Yugoslavia lo siguiente, después de dar una imagen general de las relaciones entre la Iglesia Católica en Yugoslavia, que pasaron por varias peripecias, a veces muy graves: "El 25 de junio de 1966 y después de dos años de tratativas, firmaron un Protocolo monseñor Casaroli en su calidad de representante del Vaticano y Milutin Moraca, presidente de la Comisión federal para les asuntos religiosos, obligándose el gobierno yugoslavo hacer efectivos los derechos de la libertad de conciencia, de credo y de igualdad de las comunidades religiosas, previstos en la Constitución yugoeslava, y el Vaticano, por su parte, aceptó la obligación de hacer presión sobre el clero para, que se abstuviera de toda la actividad política. Este convenio fue objeto de muchas y fuertes controversias y ataques. Amplios círculos eclesiásticos veían en el Protocolo la posibilidad otorgada al Estado de inmiscuirse en los asuntos eclesiásticos internos. "El cardenal Seper nunca dio su consentimiento al Protocolo, porque él quería más garantía para la Iglesia Católica en Yugoslavia".

Matkovic, sintetizando las relaciones, dice bien: "La relación del Estado con la Iglesia Católica en Yugoslavia puede caracterizarse antes como "tolerancia" que "libertad religiosa"".

Sin embargo, después de haberse reanudado las relaciones diplomáticas entre el Vaticano y Belgrado y en vista de la visita del Papa Paulo VI a Yugoslavia, prevista para el mes de septiembre de 1971 con motivo de efectuarse el Congreso Mariano Internacional en la capital croata Zagreb, el autor supone la normalización y la conciliación completas entre el Estado yugoslavo y el Vaticano.

Por nuestra parte, disentimos con el autor del artículo. Sólo a condición de renunciar a su totalitarismo de un Estado marxista sería posible dicha reconciliación, lo que es improbable.

Francisco Nevistic

 

Ives Ivonides: El mártir de la Ciudad de Kresimir, Zagreb 1970, pág. 32.

El autor de este gráficamente muy vistoso opúsculo es el actual redactor para las cuestiones religiosas de la revista mensual Veritas, que se publica en Zagreb. El mártir en torno del cual gira esta publicación es Nicolás Tavelic (1341-1391), solemnemente canonizado el 21 de junio de 1970 como primer santo croata, oriundo de Sibenik, la ciudad fundada en el año 1066 por el rey croata Kresimir IV. El nombre del autor es seudónimo.

En las 32 páginas del librito, formato bolsillo, el lector no encontrará más datos biográficos sobre el santo que los registrados en las 5 páginas del artículo "El franciscano Nicolás Tavelic: primer santo croata", aparecido en Studia Croatica, Nº 36-37 (1970), pág. 25-30, pero sí encontrará una biografía diríamos poco común: datos personales de por sí escasos explicados a la luz de los hechos históricos de la época y dilucidados con las interpretaciones de la naturaleza y destino ineludible de un mártir.

El opúsculo abarca cuatro capítulos: "Desde la niñez hasta el sacerdote", con datos históricos sobre la ciudad de Sibenik y la orden franciscana, fundada en 1209, y su primer convento en Sibenik del siglo XIII. "Misionero en Bosnia" contiene un bosquejo histórico de esta provincia croata y del surgimiento del "bogomilismo" y al que perteneció la mayoría del pueblo croata en Bosnia bajo el nombre de "cristianos bosníacos", desde el siglo XI hasta su desaparición a los fines del siglo XV, con el abrazamiento del cristianismo o el Islam. En este ambiente actuó Tavelic 12 años para trasladarse a Jerusalén e intentar la conversión al cristianismo de la autoridad suprema turca en Jerusalén, y -como era de esperar- dar con la muerte de mártir. ¿Muerte voluntaria? Parece que sí, como lo describe en forma fascinante el capítulo tercero -"Sacrificio para los hermanos musulmanes"-, explicando el imperativo de autosacrificio, alabando "el procedimiento del kadí de Jerusalén" y desligándolo así de toda responsabilidad por la suerte de mártires que corrieron Nicolás Tavelic y sus tres compañeros "por amor a sus enemigos". Esta explicación es tanto más loable por cuanto la quinta parte de la nación croata la constituyen los musulmanes de Bosnia y Herzegovina.

"La gloria después de la muerte" es el cuarto y último capítulo de la obra en el que se describen las tentativas para la canonización después de la beatificación del año 1889. Entre otras personas él autor destaca lo que parece ser por primera vez los extraordinarios méritos, para el éxito de la canonización, del monseñor Dr. Kreso Zoric, postulador de la causa del beato Nicolás Tavelic, pues el autor dice: "Ocurrió que las estrellas eclipsaron el sol". Lo mismo vale también para el obispo de Sibenik, monseñor Josip Arneric. A los dos también nuestro reconocimiento y agradecimiento.

Milan Blazekovic

 



[1] B. M. Guetzevich: La Theorie générale de l'Etat sovietique, París, 1928. En el Prefacio el Prof. G. Jèze dice: "L'Etat sovietique est une dictature extrajuridique. La classe dominante, celle qui a la plus grande force materielle, se sert du Droit pour regler, dans son interest propre, la conduit de tous les membres de la societé. La force n'est pas mise au service du Droit. Il ne s'agit pas de concilier... les interests opposés des differents classes sociales. Le régime sovietique se résume en ceci: La violence au service des intereses d'une classe". El autor Guetzevich a su vez dice "L'Etat sovietique ignore toute contrainte juridique. Il considère que le proletariat -minorité révolutionarie active- est historiquement prédestiné à s'amparer du pouvoir, que'il possède a priori le droit à la violence. L'unité de classe ignore les normes du droit superieur, qui domine l'Etat et commande a l'Etat..." como lo enseñaba, por ejemplo, León Duguit, pág. 8.

[2] Así, por ejemplo, Stuckha aclara: "Dans I'impossibilité où l'on est de distinguer où finit la loi et où commence l'ordonance administrative, cette opposition n'est que'une pure fiction de la science et de la practique bourgoise". Akripov por su parte dice: "Nous croyons que la formule juridique la plus adequate a l'ideal que Lenin se fesait du droit révolutionaire, serait le suivant: le decret, révolutionaire est une directive administrative", Op. cit. pág. 80.

[3] Hrvoje Šošić, Za ciste racune (por las cuentas claras), Zagreb, 1970, pág. 180.

[4] Rudolf Bicanic: Ekonomska podloga hrvatskog pitanja. Ed. Dr. Vladko Macek, Zagreb, 1938, pág. 224.

[5] El papel dominante lo desempeñan tres grandes firmas de exportación de Belgrado: "Interxport", "Generalexport" y "Progres" (Vjesnik, 2 de febrero de 1971, Zagreb: ¿Cuánto "pesan" nuestros reexportadores?).

* La represa yugoslavo-rumana sobre el Danubio.

* El autor del presente artículo es crítico musical de Zagreb en el período de 1931-1945.

[6] Estos dialectos se denominan según el pronombre interrogativo qué: kaj en el dialecto homónimo, ca en cakavski y sto en stokavski. El dialecto sltokavski por lo que toca, al reflejo del jat paleoslavo se dividió en las hablas ikavski, ekavski y ijekavski, y mientras el kajkavski es mayormente ekavski y el cakavski es ikavski allí donde no es ikavski-cakavski.

[7] Sobre la evolución del eslavo croata, cf. J. Hamm, Hrvatski tipcrkvenoslavenskog jezika, Slovo Staroslavenskog instituta 133, 1963, pág. 43-67; Vj. Stefanic. Tisucu i sto godina od moravske misije, ibid., 5-42 y A. Nazor, Jezicni kriteriji pri odredjivanju donje granice crkvenoslavenskog jezika u hrvatskoglagoljskim tekstovima, ibid., 68-86. Sobre la literatura en eslavo-croata, cf. el material de S. lvsic en M. Kombol, Povijest hrvatske knjizevnosti do narodnog preporoda, 1945, primeros capítulos.

[8] Cf. P. Skok en Prilozi za knjizevnost, jezic, filologiju i folklor 18; F. Fancev en Nastavni vjesnik 48 y Gradja JAZ 15. En lo que concierne a los "entonadores" de los templos cf. K. Moskatelo en Danica istarska, 1952. Cf. También Korablja zacinjavaca, Antologija cakavske poezije, Rijeka, 1969.

[9] "Los católicos, en el siglo XV, empiezan a romper con la tradición eslava y en todas partes entre los católicos, salvo un remanente de los caracteres glagolíticos en el litoral croata" (A. Vaillant, La formation de la langue littéraire serbo-croate, Revue des Etudes Slaves XXVIII (1951), pág. 81, 82.).

[10] Sobre lo que sigue, concerniente a la literatura croata de los siglos precedentes, cf. M. Kombol, o. c., passim, con la bibliografía al final del libro (también en la zevnosti du XIX st. en Encicklopedija Jugoslavije vol. IV. pág. 520-521, a. 1960; cf. artículos de Mate Hraste, Kajkavski knjizevni jezik, pág. 525-526. La obra de M. Kombol y los artículos precitados contienen la bibliografía de esta materia; cf. también en historial de la lexicografía croata y servia de V. Putanec en Enciclopedija Jugoslavije, Vol. V (1962), pág. 503-511.

[11] Cf. P. Skok. La littérature croate sous Napoléon, Annales de l'Institut français de Zagreb, VIII (1944) Nº 24-25, pág. 71-83.

[12] Respecto a la historia de la constitución de la lengua literaria moderna entre los croatas y los servios ver: A. Vaillant, La formation de la langue littéraire serbo-croate, R. E. S. XXVIII (1951). pág. 8092; Ljudevit Jonke. Die Entstehung der neuren Schriftsprache bei den Kroaten und Serben im 19 Jahrhundert (Aus der Geisteswel der Slaves) Mélanges Erwin Koschmieder, 1967, pág. 5567.

[13] "Los servios y los croatas han vivido separados hasta la primera guerra mundial, desarrollando paralelamente y no conjuntamente su actividad cultural y su literatura" (A. Vaillant, ibid., pág. 91).

[14] Cf. Lj. Jonke, op. cit., pág. 57-68.

[15] Cf. Lj. Jonke, Ceski jezicni elementi u hrvatsko-srpskom knjizevnom jeziku. Radovi Zavoda za Slavensku Filologiju, Zagreb 1963, Nº 5, pág. 35-46.Tomo Maretic, Ruske i ceske rijeci u knjizevnom hrvatskom jeziku, Rad JAZ, Zagreb, 1892, ps. 68-98.

[16] Cf. Lj. Jonke, Knjizevni jezik u teoriji i praksi, Zagreb, 1965, 2ª edición, pág. 138, 150.

[17] "Un historiador de la literatura servia como Skerlic no nota la ruptura entre la lengua literaria del comienzo del siglo XIX y la lengua literaria moderna: la ve como una lengua que se ha depurado progresivamente, a medida que se desarrollaba la literatura servia" (A. Vaillant, ibid., pág. 87).

[18] Cf. Z. Vince, Filoloske skole 19. stoljeca u razvoju hrvatskog knjizevnog jezika, en Radovi Zavoda za slavensku filologiju 10, 1968, pág. 159-174 y Lj. Jonke, Razvoj hrvatskog knizevnog jezika u 20. stoljecu, ibid. pág. 99-110.

[19] "Existe identidad de la escritura y de la religión, hay identidad de la religión y del sentimiento nacional, puesto que el sentimiento religioso en los eslavos estuvo siempre íntimamente unido al sentimiento nacional... Pero subsiste el dualismo de alfabetos, de escrituras que resulta siempre tan fastidioso en la práctica como la diversidad idiomática... Lo que produce la división que sigue siendo bastante profunda en ese país donde el sentimiento yugoeslavo y la voluntad de unión son evidentes". (A. Vaillant, L'écriture et la psychologie des peupues, París 1964, pág. 307). Sobre el dualismo de las escrituras manifestó Simeon Potter: "Actualmente, pues, la línea demarcatoria corre entre Belgrado y Zagreb, dividiendo a Yugoslavia en dos. De hecho, el mundo eslavo entero está dividido por este significativo problema" (Modern Linguistic, Londres 1957, pág. 57).

[20] Cf. S. Babic, Htijenja i ogtvaienja Novosadskog dogovora, "Jezik", 15, 1967-68, pág. 313; M. Mogus, Varijante prelaze puke okvire komunikativnosti, "Jezilk" 16, 1968-69, pág. 13; Z. Malie, Pismeno i usmeno komuniciranje, "Jezik" ibid, pág. 6-7.

[21] El artículo de S. Babic, citado en la nota precedente, Jezik 15.

[22] Su título completo: Petar Guberina-Kruno Krstic, Razlike izmedju hrvatskoga i srpskoga knjizevnog jezika, Zagreb, 1940, pág. 218. Véase también el informe de B. Jurisic en Nastavni Vjesnik, 1942, pág. 268-81.

[23] Cf. B. Vancik, en Hrvatski knjizevni list (1969), Nº 10 del 31-1-1969.

[24] Lo que era la lucha por la libertad de las "variantes" se desprende de los artículos publicados en el periódico Jezik, editado por Hrvatsko filolosko drusstvo (Sociedad filológica croata) de Zagreb que se publica anualmente en cinco fascículos. Es preciso consultar especialmente los años 13, 14 y 15 donde se encuentran muchos artículos sobre el problema e incluso resoluciones emanadas de clubes, sociedades y comités ejecutivos del Partido comunista.

[25] a) Ver la famosa declaración sobre la denominación y el status de la lengua literaria errata del 15 de marzo de 1967: Deklaracija o nazivu i polozaju hrvatskog knjizevnog jezika; b) Cf. Hrvatski knjilevni jezik i pitanje varijanata (La lengua literaria croata y la cuestión de las variantes) Zagreb, 1969; e), Cf. La discusión sobre el status del idioma literario croata entablada en el seno de la Sociedad de escritores croatas y publicada en Telegram, Zagreb, octubre de 1969, Nº 463, del 14 de marzo de 1969; d) cf. Thornas Magner, Language and Nationalism in Yugoslavia, Canadian Slavie Studies, Vol. 1, Nº 3 Fall 1967; e) Cf. D. Brozovic, Rjecnik jezika ili jezik Rjecnika? Varijacije na temu varijanata, Zagreb, 1969.

[26] Las diferencias de léxico entre el croata y el servio literarios se refieren a unas dos mil palabras; ochenta y cinco fenómenos de orden fónico representan las diferencias fonéticas, asimismo, podríamos citar cientos de casos, en cuanto a la formación de palabras y cierto número de reglas relativas a la sintaxis, la declinación y la conjugación que difieren en los dos idiomas. (Véase el artículo de Bozidar Vancik en Bilten Interstena, Varazdin, Nº 22, de setiembre de 1967.).

[27] Según Weisgerbeor, "...el idioma es el producto cultural supraindividual, la herencia de las generaciones pasadas" (cf. Robert Lord, Comparative linguistics, Londres, 1966, pág. 241.

* Sobre el estado actual ver: La voz de los croatas, pág. ... del presente volumen.

* Trátase de un movimiento de dimensión natural, iniciado por los daños 1830 y encabezado por Ljudevit Gaj, que tuvo por finalidad la unión lingüística, literaria, político-administrativa y territorial de todas las provincias croatas que en ese entonces estaban separadas. A este movimiento de lo considera también precursor de la idea política y cultural " yugoeslava" , duramente desmentida por la vida y la realidad. -- Nota de la Redacción.

[28] Sobre los emigrados de la República de Dubrovnik y las demás regiones de la Croacia adriática como también sobre las relaciones y primeros contactos de los croatas con América, ver: George J. Prpic, Early Croatian Contactas with America and the Mystery of the Croatians en Journal of Croatian Studies, Vol. I (Nueva York, 1960), pág. 6-24.

[29] Ferdo Sisic, Pregled Povijesti Hrvatskov Naroda, edición Matica Harvatska, Zagreb, 1962, pág. 268-270, como también: Stanko Guldescu: History of Medieval Croatia (Hague: Mouton 1964) período hasta 1526.

[30] Emilij Laszowski, Rod Ratkaja Velikotaborskih en Vitezovic vol. II, Nº 2-3 (Zagreb,1905), pág. 26-31, y Poradica Ratkaja en Prosvjeta, Vol. III (Zagreb, 1895), Nº 5, pág. 146-149; Nº 6, pág. 176-179; Nº 7, pág. 203-207; y Nº 8, pág. 239-241. Los húngaros llaman a Ratkaj "Rattkay de Nagythabor".

[31] Sobre los jesuitas en el primer período escribió Miroslav Vanini, S. J., Prvi Isusovci en Vrela i Prinosi -- Fontes et Studia Historicae Societatis Jesu in Finibus Croatorum, Nº 4 (Sarajevo, 1934), pág. 48-64. Vanino fue el más conocido historiador jesuita en Croacia. Al morir en 1966 nos legó su obra principal de unas 2.000 páginas, referente a la historia de la Compañía de Jesús en Croacia -- titulada: Isusovci i Hrvatski Narod (Los Jesuitas y el Pueblo Croata).

[32] Ver los sucintos y exactos datos en: Vladimir Bazala, Stopama nase visokoskolske povjesnice en Alma Mater Croatica, Vol. VII, Nº 9-10 (Zagreb, 1944), pág. 166-1677; del mismo autor, 300 godina visokoskolske nastave u Hrvatskoj, Matica, calendario de los emigrados 1966 (Zagreb: Matice Isaljenika Hrvatske, 1965) pág. 47-56.

[33] M. Vanini, Duae epistolae Euphrosynae vid Ratkai filio Nicolao (1622) en Vrela i Prinosi, Vol. I. (1932), pág. 100-105. E. Laszowski, Ratkai Velikotaborski barun Nicola, en Znameniti i Zasluzni Hrvati (Zagreb, 1925), pág. 227. Ivan Bojnicic, Hrvatski Misionar XVII vijeka en Vjesnik Kr. Drzavnog Arkiva u Zagebu, Vol. I (Zagreb, 1925), pág. 97-114. Krunoslav Draganovic, Opci Sematizam Katolicke Crkve u Jugoslaviji (Sarajevo: Regina Apostolorum, 1939), pág. 447, G. A. Patrigiani, Mononologio di Pio Memorie d'Alcuni Religiosi della Compagnia di Gesú (Venezia: N. Pezanno, 1730), Vol. I, pág. 215-218; y Slavko Jezic, Hrvatska Knjizevnost od Pocetka do Danas (Zagreb: A. Velzek, 1944), pág. 124-126.

[34] F. Sisic, Pregled Povijesti Hrvatskov Naroda, pág. 22-23, 84, 265, 349 y 498; E. Laszowski, Ratkaj Velikotaborski barun Djuro, en obra ya citada, pág. 226-227. Zvano Crnje en su historia social y cultural de carácter marxista dogmático Cultural History of Croatia (Zagreb, Office of Information, 1962) intenta subestimar el significado de todo Ratkaj, sean barones o sacerdotes.

[35] S. Jezic, Hrvastka Knjizevnost (Literatura Croata), pág. 126.

[36] Gjuro Szabo, Kroz Hrvatsko Zagorje, Zagreb, 1939, pág. 32-33.

[37] El archivista del Archivo Histórico de Ptuj me comunicó por carta del 7 de febrero de 1967 que revisó atentamente los libros de nacimientos de la parroquia de San Jorge en Ptuj de aquella época como también el índice de todas las casas en la misma ciudad, pero sin encontrar mención alguna de Ratkaj. Ver, también: M. D. Krmpotic, Ratkai Baron Juan, el primer misionero croata en América en Znameniti i Zasluzni Hrvati, Zagreb, 1925, pág. 227.

[38] J. C. Teschitel, el archivista de jesuitas en Roma, su carta del 11 de octubre de 1966.

[39] La genealogía de la familia Ratkaj, en un microfilm, preparada en alemán por N. Zmajic, recibida por nosotros del prof. Iván Cizmic en Zagreb en el mes de octubre de 1966.

[40] La fase terminal de la preparación para la profesión religiosa de jesuitas se llama en latín tertia probatio (en inglés Tertianship). Una copia de la carta de Ratkaj 23 páginas me la mandó el rev. Teschitel. El original de la misma se guarda en Indipetae Austriae 1914-1730, f. 294 r. El mismo padre me proporcionó una reproducción del "Elogium", un manuscrito de 8 páginas sobre la vida de Ratkaj. Sobre los jesuitas que se fueron a México, sobre Ratkaj y sus compañeros hay que estudiar bien la obra maestra: Herbert E. Bolton: Rim of Christendom: A Biographoy of Eusebio Francisco Kino, Pacific Coast Pionner (Nueva York: Macmillan, 1936) como también: Peter M. Dunne: Early Jesuit Missions in Tarahumara, Berkeley, 1948.

[41] Los datos sobre Ratkaj son muy escasos en el artículo de Krmpotic, publicado en Znameniti Hrvati, 1925, pág. 227 como también en la disertación de D. Nezic, Laudemus Virus gloriosos, en Croatia Sacra, Zagreb 1943, Nos. 20-21, pág. 56-77.

[42] H. E. Bolton, Wider Horizons of American History (Nueva York: D. Appleton-Century, 1939, pág. 184). El prof. Boltony su discípulo P. M. Dunne son considerados entre los autores norteamericanos los mejores especialistas para las misiones jesuitas en México. Los dos escribieron bastante sobre Ratkaj, pero están confundidos en cuanto a su nacionalidad.

[43] Bolton, Rim of Christendom, pág. 40-41; Dunne, Early Jesuit Missiones in Tarahumara, pág. 138.

[44] Bolton, op. cit., pág. 41.

[45] Ibid., pág. 43-44.

[46] Ibid., pág. 43-44.

[47] Ibid., pág. 45.

[48] Ibid., pág. 46.

[49] Ibid., pág. 47-48 anotando las medidas de la nave capitana.

[50] Ibid., pág. 48-50. Nuestras citas son de Bolton.

[51] La carta de Juan Ratkaj, fechada el 6 de noviembre de 1780, escrita en la ciudad de México, dirigida a su Provincial rev. Nicolaus Avancinus y reproducida en: Joseph Stöcklein: Allerhand... Brief Schriftum und Reis-Beschreibungen welche von denen Missionariies der Gesellschaft Jesu aus Beyde Indienund andern über Meer geiegenen Laendern seit An. 1642, bis auf das Jahr 1726 in Europa angelangt seynd, Vol. I, 8 parts (Augsburg und Gratz: Verlang Philips und Veith, 1726), pág. 79. Boilton, Dunne y los demás autores, incluso los croatas, aducen estos informes publicados sobre las misiones jesuitas de varias partes del mundo en forma abreviada "Der Neue Welt-Bott", mit allerhand Nachrichten der Missionariorum Soc. Jesu". -- Rev. F. Ivekovic, publicó la traducción croata de estos interesantes y muy valiosos documentos con amplios datos referentes a Stöcklein y a Avancinus en "Katolicki List", Vol. LVII, Zagreb 1907, Nº 38, pág. 441-444; Nº 39, pág. 453-457.

[52] Las cartas del rev. Gerstl a su padre desde el 30 de junio de 1678 a 14 de julio de 1681, en Stöcklein, De Neue Welt-Bott, Vol. I, Nº 31.

[53] Ibid.

[54] Ratkaj a Avicinus, en carta del 16 de diciembre de 1680 en obras citadas de Stöcklein, Bolton y Dunne.

[55] Der Neue Welt-Bott, Vol. I, pág. 77-78.

[56] Ibid., pág. 78; Bolton, op. cit., pág. 65-66; Dunne, Early Jesuit Missions, pág. 139.

[57] Bolton, op. cit., pág. 54-65.

[58] P. M. Dunne, Lower California an Island, "Mid-America", Vol. 35, Nº 1, 1953, pág. 37-66.

[59] Ratkaj, in Der Neue Welt-Bott, pág. 78-79; Bolton, Rim of Christendom, pág. 66; Dunne, Early Jesuit Missions..., pág. 139. He usado solamente los originales.

[60] Ratkaj, op. cit., pág. 79.

[61] Ibid.

[62] Bolton, Rim of Christendom, pág. 67; Ratkaj, op. cit., pág. 79.

[63] Ratkaj, op. cit., pág. 79.

[64] Ibid.

[65] Ibid., pág. 79-80. Aquí he comparado textos y encontrado muchos errores de Bolton.

[66] Ratkaj, op. cit., pág. 80.

[67] Ibid., Bolton a su vez en Rim of Christendom, pág. 68 dice: "llegaron (en Vera Cruz) en 25 de setiembre después de 65 días de viaje", Ratkaj sin embargo dice en su carta publicada en Der Neue Welt-Bott:"Den 15. Abends sind wir zu Vera Cruz glücklich angelangt".

[68] Ratkaj, op. cit., pág. 80.

[69] Ibid.; Bolton, op. cit., pág. 69-70.

[70] Dunne, Early Jesuit Missions..., pág. 139-140.

[71] Bolton, op. cit., pág. 70, Dunne en Early Jesuit Missions..., pág. 249 anota que Bolton reelabora el contenido de la carta de Ratkaj en un "cuento sabroso".

[72] Ratkaj, op. cit., pág. 81; Bolton, op. cit., pág. 71.

[73] Ratkaj, op. cit., pág. 81.

[74] Bolton, op. cit., pág. 72. En la misma página Bolton termina con nuestro misionero: "Ratkay, un buen narrador, murió al poco tiempo en su misión" sin decirnos cuándo ni cómo ocurrió la muerte.

[75] Ibid.; Dunne, Early Jesuit Missions..., pág 140. De Angelis, por nacimiento fue descendiente de los duques de Nápoles, Piccolomini.

[76] Dunne, op. cit., pág. 140.

[77] Dunne, op. cit., pág. 140-141.

[78] Ratkaj en la obra de Stöcklein, pág 81. Ratkaj anota la distancia en millas ("Meil"), pensando efectivamente en leguas (league), más grandes de ingleses, casi 5 km. Una comparación entre el número de millas de Ratkaj y de Neumann puede causar confusión si no tenemos presente esta diferencia.

[79] Dunne, Early Jesuit Missions..., pág. 141.

[80] Ratkaj, op. cit., pág. 81.

[81] Dunne, op. cit., pág. 141.

[82] Ratkaj, op. cit., pág. 82; Dunne, op. cit., pág. 141.

[83] Ratkaj, op. cit., pág. 82.

[84] Dunne, op. cit., pág. 141.

[85] Ratkaj, op. cit., pág. 82; Dunne, op. cit., pág. 141-142, anota que habían llegado a Coyachic y "allí quedaron durante el mes de febrero estudiando el idioma (indio)", lo que no puede ser exacto en cuanto a Ratkaj, porque él, según su propia carta, abandonó a Coyachic el día siguiente.

[86] Dunne, op. cit., pág. 149. El mapa no tiene título, pero la Prefacio está fechada con 15 de abril de 1724.

[87] Ratkaj, op. cit., pág. 82.

[88] Dunne, op. cit., pág. 4.

[89] Ratkaj, op. cit., pág. 82.

[90] Ibid.; Sobre la rebelión india ver: Dunne, Early Jesuit..., pág. 160.

[91] Ibid., pág. 82-83.

[92] Dunne, Early Jesuit..., pág. 6.

[93] Dunne, Early Jesuit..., pág. 83.

[94] Ibid.; El virrey conde de Paredes "fue virrey de México durante seis años: 1680-1686. El período de su gobierno se caracterizó por los ataques de los ingleses y los piratas franceses, quienes hicieron pillaje en Vera Cruz en 1683, y en Tampico y Campeche en 1684", como lo escribe Bolton en la obra Rim of Christendom, pág. 53.

[95] Ratkaj, op. cit., pág. 83. Aquí hay que subrayar que España derogó ya en 1664 la prohibición de entrada de los misioneros extranjeros y así posibilitó la llegada de muchos extranjeros entre ellos también de nuestro Ratkaj. Sobre el particular ver: P. Dunne, Jacobo Sedelmayn (Arizona Pionners: Historical Society, 1945), pág. 1.

[96] Ratkaj, op. cit., pág. 84.

[97] Ibid.; Kino observó ese cometa en Cádiz en diciembre de 1680.

[98] Ratkaj, op. cit., pág. 84. Parece que estas noticias fueron prematuras porque recién en 1697 --es decir 16 años más tarde-- el rev. Juan María Salvatierra, S. J. fundó a la primera población estable y la misión en la California interior, en Loreto.

[99] Dunne, Early..., pág. 142.

[100] Ibid., pág. 142-143.

[101] Ibid., pág. 152.

[102] Ibid., pág. 157; a pesar de que algunas páginas antes, Dunne dice que Carichic era la primera localidad de Ratkaj, y ahora afirma que este prestó servicio primero en Pesiquechic.

[103] Martin P. Krmpotic, Znameniti i Zasluzni Hrvati, pág. 227.

[104] A. Christelow, Father Joseph Neumann, Jesuit Missionary to the Tarahumares en The Hispanic American Historical Review, Vol. XIX, Nº 4, 1939, pág. 426.

[105] La carta de Neumann del 2 de febrero de 1682, citada por Dunne en Early..., pág. 145.

[106] Ibid.

[107] Ibid., pág. 146. En aquel momento había en Sisoguichic 74 familias cristianas con 179 almas. Cierto número de semejantes poblaciones fue llamado pueblos o cabeceras y constituían un partido.

[108] Ibid., pág. 149.

[109] La carta de Neumann dirigida al rev. Stowasser, del 29 de julio de 1986, publicada en Stöklein, op. cit., Vol. I. Report, Nº 31.

[110] Dunne, Early..., pág. 155-156.

[111] Ibid., op. cit., pág. 156-159.

[112] Neumann, su carta ya citada y Dunne, op. cit., pág. 160-161.

[113] Neumann, la misma carta, Dunne, op. cit., pág. 161.

[114] Dunne, op. cit., pág. 261.

[115] Ibid, pág. 149.

[116] Una copia de la carta y el manuscrito se hallan en mi poder; el manuscrito de la obra "Relatio" está firmado por el rev. Teschitel como "Mexic. 17"; Neue Signatur fol. 494 r -- 505 r; Alte Sign. rechte bzw. linke oben 1-23" -- Mexic. 17 -- la nueva signatura fol. 494 r -- 505 r; la vieja sign. derecha o izquierda respectivamente arriba 1-23".

[117] "Elogium de P. Joannes Radkay" (noviembre de 1684), Archivum Romanum S.I., Vitae 168, ff. 54 -- Ocho páginas del texto.

[118] Dunne, Early Jesuit Missions, pág. 163.

[119] Bolton, Rim of Christendom, pág. 72. Bolton y Dunne afirman en sus obras que Ratkaj murió por enfermedad, pero los dos autores abundan también de otras inexactitudes.

[120] Christelow, Father Joseph Neumann..., pág. 426.

[121] Stöcklein, op. cit., pág. 105.

[122] Ibid, pág. 115-116.

[123] Dunne, Early..., pág. 165-166.

[124] M. Bonardi, Undeni Graecenses Academici suo sanguine Porpurati, Graz, 1927, pág. 124, y la biografía de Ratkaj en pág. 125-136. El autor ha conseguido una copia por gentileza de la Biblioteca de la Universidad de Graz. Vea también el retrato de Ratkaj que aparece en este estudio. El mismo fue reproducido en el libro: A. Hammy, Galerie Illustrée de la Compagnie de Jesús, un álbum de 400 retratos (París, 1892). Ratkaj y su muerte son mencionados también en: Elesban de Guilhermy, Mónologe de la Compagnie de Jésus (París, 1898), pág. 505-508; Giuseppe A. Patrignani, Monologio de Pie Memorie d'alcuni Religiosi della Compagnie de Gesú (Venezia: N. Pezzana, 1730), pág. 215-218.

[125] Krmpotic sobre Ratkaj en Znameniti i Zasluzni Hrvati, pág. 227. Krunoslav Dragonovic en su obra Opci Sematizam Katolicke Crkve u Jugoslaviji, Sarajevo 1939, pág. 447 menciona también a Ratkaj como mártir.

[126] Gerard Decorme, La Obra de los Jesuitas Mexicanos (2 vols., México; José Porrúa, 191), Vol. I, pág. 410.

[127] Dunne, "Early Jesuit Missions..., pág. 197.

[128] Las reproducciones como también los negativos del retrato de Ratkaj los he conseguido por gentileza del Museo Histórico de Croacia y por la mediación del prof. Rodojko Karaman, S. J. Ninguno de los autores americanos que escribieron sobre Ratkaj conoce este retrato o el texto que estoy mencionando.

[129] Stöcklein, op. cit., pág. 81.