STUDIA CROATICA
Año XIX – Julio – Diciembre 1978- Vol. 70-71
Una victoria croata y una derrota del hegemonismo comunista de Belgrado
Los derechos del hombre en la Yugoslavia comunista
¿Yugoslavia? ¡para los servios sí, pero para los croatas no!
El Congreso de Berlin (13/6/1878 - 13/7/1878) y sus consecuencias para
Croacia
Ivo Lendić - Su época y su poesía
Cuatrocientos años de la muerte de Julio
Klović (Julio Clovio)
El Profesor Prvislav Weissenberger, Profesor Emérito
de la Universidad Catolica de Santiago de Chile
Žarko Šimat expone en la Casa de Salta
Opiniones sobre "Croacia y su Destino"
Cambios en la suprema jefatura de la Iglesia Católica
Nota recibida de la Embajada de la República Fed.
de Alemania
Bruno Bušić muerto a balazos en la capital
francesa
La conmemoración del cincuentenario de la muerte
de Esteban Radić
900 años de la consagración de la Basílica de
Santa María en Croacia
Mirko Vidović: Sakrivena Strana Mjeseca
Presentación del libro de cuentos de Ana Blažeković
La segunda edición croata de "Martín
Fierro"
El pueblo, el gobierno y las autoridades judiciales alemanas merecen nuestro más profundo agradecimiento
Franjo Nevistić
Muchas veces nos sentimos los
croatas desesperados en nuestra lucha por la autodeterminación y la libertad
nacionales. Es como si existiera una misteriosa confabulación internacional
contra nuestro derecho natural a vivir libres dentro de los límites del país
natal que hemos poblado y defendido durante más de 1300 años. Los métodos
pacíficos de lucha que adoptamos son ignorados. Nadie les da importancia como
si no hubiera pasado nada. Cuando recurrimos a medios de fuerza, pronto se pone
en movimiento una maquinaria de las denigraciones más abominables. Los epítetos
y las etiquetas del diccionario político de más bajo significado son
precipitados públicamente para desacreditar tanto a los protagonistas como
también la causa por la que los mismos exponen su libertad, sus familias y sus
vidas mismas. El terrorismo insensato, los restos del nacifascismo, la voluntad
criminal de unos cuantos malvados natos que matan por matar y que ponen en
peligro la seguridad del orden internacional!
Pero, en esta campaña
difamatoria que nos cuesta años y decenios del doloroso drama humano con noches
sin descanso, a veces irrumpe la luz de verdad, de esperanza, y de alegría. Se
trata realmente de un premio al que cree, perdura y no abandona su puesto de
lucha por nada. Nada más bello que el triunfo de la justicia sobre la injusticia,
aún cuando se trate sólo de casos en que la primera triunfa sobre la segunda en
proporciones aunque sean mínimas. En la oscuridad ---prolongada y tan
deprimente— sólo un destello de luz, por cuanto efímero, consuela, revive la
esperanza, levanta el ánimo y anuncia un futura más luminoso.
Tal es este el momento en que
vivimos actualmente todos los croatas en el mundo entero. Un rayo de luz, un
arco iris, como diría el prematuramente desaparecido papa Juan Pablo I,
apareció en el cielo de Croacia. Este no es solamente el extendido sobre la
patria ocupada; todos sus hijos dispersados por el mundo libre lo llevan en sus
corazones. Tanto es que, si aparece la luz de esperanza en el horizonte croata
por dondequiera, Ia misma ilumina nuestra cielo en su totalidad, tanto en la
patria como también en el fraccionado y escondido dentre del interior de cada
uno de nosotros.
Pues, la decisión de las
autoridades alemanas de rechazar el pedido de Belgrado de extradición de seis
croatas, un albanés y un servio como pretendidos terroristas, adversarios de
Tito, a intercambio por cuatro anarco—comunistas del grupo alemán
Baader-Meinhof, constituye para todos los croatas un luminoso momento de gran
alivio en nuestra lucha nacional. Las acusaciones de Belgrado fueran develadas,
una por una, como falsas y rechazadas. A pesar de un gran interés de Bonn en
someter a la justicia a sus terroristas refugiados en Yugoslavia, prevaleció la
serenidad, el sentido de responsabilidad jurídica y humana: los croatas,
seguros candidatos de la muerte en el "gulag" de Tito, fueron
liberados con el derecho de asilo político en Alemania. La reacción de Belgrado
es furibunda, ultrajante, agresiva. Pero Bonn queda firme, fiel a los
principios de un Estado de derecho.
La Redacción de esta revista y
el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura han elevado —entre miles de
protestas y solicitudes de los demás croatas— también su voz en pro de la justa
causa de los compatriotas falsamente acusados. Lo hicieron seguros de que ese
caso particular el nuestro coincide perfectamente con los principios
universales de justicia y la libertad política, cuyo origen proviene del seno
de la civilización occidental.
¿Son bárbaros los alemanes?
Al finalizar la Segunda Guerra Mundial, deambulando por las zonas devastadas del centro europeo, llegó a nuestras manos un periódico que se publicaba bajo el auspicio de los aliados vencedores. Allí se enunciaba enfáticamente que la civilización occidental se había parado en la orilla del río Rin. Alemania, según la opinión de dicha publicación, es la parte del "mapa mundi" que pertenece al mundo bárbaro - a la anticivilización.
Prescindiendo de la aventura tan
dolorosa e insensata en que Hitler sumió a su propio país y casi a la totalidad
del mundo, quedamos con duda en cuanto a la afirmación del citado periódico
referente al antioccidentalismo alemán. El país de Goethe, de Schiller, de
Kant, de Hegel, de Bach, de Wagner, de Jaspers, de Mann, de Boell, etc... etc.,
el pais que durante siglos fue el núcleo central del Imperio romano de
nacionalidad alemana, no pudo y no merece ser proclamado como la parte del
mundo bárbaro. Un testimonio más: no sabemos por qué razón fue silenciado el
escritor rumano V. Georgiu, pero sabemos por experiencia de millones y de
nuestra propia que Ia anécdota, por cierto muy dramática, que registró en su
"Hora 25" está fuera de toda discusión. Al referirse, pues; al caos
general, producido por la penetración de los ejércitos rojos al suelo europeo
con el eufórico triunfo comunista, el autor rumano decia que quedaban sólo los
restos de las tropas alemanas donde se estaba seguro y se los reconocía en
aquel caos general por su positiva respuesta al saludarlos con: Alabado sea
Cristo Dios! ¿Puede, pues, alguien con suficiente razón proclamar al pueblo
alemán como bárbaro; si este alguien fue aliado de aquellas tropas soviéticas
que sembraron miedo, devastaciones, deportaciones, violaciones y el caos
general?
El Instituto Croata Latinoamericano
de Cultura y la Redacción de su revista STUDIA CROATICA han recibido la
respuesta de las autoridades alemanas a su solicitud por Ia protección de los
hermanos en peligro, cosa que no es tan frecuente, cuando los particulares se
dirigen a las autoridades constituidas y diplomáticas de un país soberano y de
tanta importancia en la vida política y económica internacionales. (Ver dicha
respuesta en la página 186 del presente voltimen de S. C.). Antes de decidir la
suerte de los mismos, se dice allí, les están a la disposición todos los medios
de un poder judicial independiente.
Asi fue. Con la decisión del 13
de septiembre de 1978 el Gobierno de la República Federal Alemana fueron
puestos en libertad todos los jóvenes cuya extradición solicitó el Gobierno de
Belgrado. Si bien el tribunal de Koeln había dado la opinión, "prima
facie", de que se habría podida entregar a uno de los acusados —Esteban
Bilandžić— el Gobierno puso en libertad a él también. Según nuestras
informaciones, lo hizo, pues el Tribunal Constitucional del mismo país al
recibir el recurso de apelación por parte de la defensa de Bilandžić y
antes de pronunciarse al respecto, dio a conocer públicamente un documento
según el cual las autoridades comunista de Belgrado habían enviado a Alemania a
un asesino a sueldo para matar al mencionado activista croata. De esa manera
hizo entender a todos los interesados de que iba a examinar el caso con toda la
seriedad, la objetividad y la independencia que le otorga la Constitución,
situación ésta en que quedaba poca esperanza para el pedido de las autoridades
yugoslavas. Asi el apetito de sangre del gobierno yugoslavo fracasó
miserablemente. Junto con esta vergüenza que pasó Belgrado, la opinión pública,
especialmente europea, se enteró de que los agentes secretos de Belgrado habían
matado más de treinta croatas, la mayoría en el territorio alemán, mientras los
croatas dieron muerte a los mismos sólo en dos casos, descontando varios
intentos de represalias por la ocupación y humillación de su patria en manos
comunistas y servias. Los "cuentos chinos" por parte de Belgrado
acerca del supuesto "nazifascismo croata" y de los restos del
movimiento "Ustacha", todo terminó en el tacho de mentiras ante las
autoridades alemanas y de un Estado de derecho. Belgrado furibundo ante tal
decisión; invoca derecho, convenios, la seguridad de paz mutidial, la
cooperación internacional y las buenas relaciones "entre los Estados,
etc., etc., pero en Bonn saben muy bien que todos estos valores de la
civilización occidental son meras palabras en el diccionario político de un
Estado comunista. Kelsen, por ejemplo, que también obtuvo su fama de jurista
del siglo, en el ambiente alemán, había mostrado magistralmente la misma
verdad.
Es por eso que nosotros los
croatas formulamos nuestro reconocimiento y gratitud tanto a las autoridades
oficiales, como también a la opinión pública y la oposición política al
Gobierno actual alemán. Debemos un agradecimiento especial al episcopado de
aquel país que, por intermedio de su presidente, el cardenal Joseph Hoeffner,
hizo una seria admonición al Gobierno y al pueblo alemanes para que no
cometiesen tan grave error con que pondrían las vidas humanas de los acusados
entregándolas a un Estado totalitario y comunista como lo es Yugoslavia. Un elogio
especial mereció este paso del episcopado por parte del "Frankfurter
Allgemeine Zeitung" en el momento del más virulento embate acerca de la
suerte de nuestros compatriotas. "La preocupación especial a que se siente
obligada la Iglesia Católica en el caso de Croacia, la ha movido a advertir con
énfasis al Estado acerca de sus obligaciones de un Estado de derecho y nada
más", dice el distinguido diario de gran difusión.
Muchos otros periódicos, la
televisión y los periodistas alemanes —H. P. Rullmann especialmente--- se han
destacado defendiendo la justicia del caso croata, sin negar tampoco voces
contrarias, lo que es del todo comprensible en un país democrático, libre y de
un pluralismo político sin trabas.
Perduran denigraciones
No obstante todo, esto, hay
círculos en el mundo, también fuera de los confines de Alemania, que siguen con
su campaña difamatoria contra los croatas y contra Croacia. Lo hacen a pesar de
la existencia indiscutible de los fallos judiciales en el sentido contrario y
en los casos más conocidos como son justamente este caso de los
"terroristas" en Alemania o el del secuestro de un avión
norteamericano en 1976.
En este caso que mencionamos en
segundo lugar, el juez norteamericano, el señor John Berthels, antes de
pronunciar el fallo contra sus protagonistas, dijo entre otras cosas:
"...Sería injusto y deshonesto, si yo no dijera ante todo que no los
considero (mencionó luego los nombres de los acusados individualmente) como
criminales de guerra ni como terroristas...", porque "se trata de una
protesta humana contra el tratamiento tiránico e inhumano de los croatas por
parte de Belgrado... los castigos que serán proclamados... son por la lesión a
las leyes de este país y no porque los acusados luchan por la independencia
croata, la que es considerada noble y sublime por parte de este
Tribunal...". Y mientras dicho tribunal norteamericano aplicó castigos de
extremo rigor salvando, por lo menos formalmente, el honor de aquellos jóvenes,
lo que constituye una grave contradicción que no podemos discutir aquí (*), las autoridades alemanas sin más,
reconociendo la justicia, liberaron a nuestros compatriotas.
¿Cómo, pues, explicar que hay
periódicos y periodistas de gran seriedad por lo general, que continúan
acusando a los croatas de terroristas, destacando sus acusaciones en los
lugares más visibles apenas algunos de ellos dé el signo de protesta por la
opresión comunista y extranjera en su pais, interpretando su acto como criminal
y, cuando ias autoridades competentes y directamente interesadas desmienten
dichas denigraciones, los mismos periódicos y periodistas hacer oídas sordos?
Simplemente pasan por alto el caso y lo cubren con un silencio incomprensible.
Tal es así, como si la sensación y el deseo de hacer el mal a su prójimo fuesen
la norma de ciertos órganos de información y no la búsqueda de la verdad, el
respeto y el amor para con el mismo.
¿Cómo pues explicar el fenómeno?
¿No se trata de un oportunismo político pragmático? ¿De un maquiavelismo de
nuestros días? Muy probable. Y lo hacen hombres y periódicos que diariamente
formulan lamentaciones sobre la crisis de la civilización, buscando
afanosamente la salida de la misma. ¿Cómo encontrarla, si se adopta la postura
contraria a la que se busca? ¿Vale la pena citar la opinión de un autor que
alguien podría considerar anticuado? A. Comte decía, enfrentado un fenómeno
semejante de su tiempo: "Todo intento de ordenar las instituciones me
parece como cómico, pues mientras no surja ninguna nueva organización
espiritual de la sociedad, no avanzaremos mucho". Si el autor parece
anticuado ¿vale lo mismo para su idea?
No recurrimos esta vez a los
pensadores cristianos, para que no se nos diga que repetimos en forma
estereotipica ideas que defienden posiciones harto conocidas. En lugar de esto,
invocamos opiniones de dos sabios judíos.
Así, por ejemplo, Martín Buber
opina de que los que no aceptan una evaluación de la historia y del acontecer
histórico desde un punto espiritual, nada podrán inventar que podría solucionar
la crisis en que se halla el mundo actual. Los que renuncian a la evaluación
espiritual de la historia, renuncian al espíritu y se someten a lo que impone
ciegamente el "espíritu de la historia", que se identifica con los
hechos que nos oprimen y agobian sin preguntar, si hay un otro criterio que no
sea el conformismo con los mismos. Luego dice textualmente: "Aquel que se
somete a su imperio (espíritu histórico), es pues el verdadero representante
del espíritu; y quien viene con críticas y exigencias es atrapado por las redes
de la locura y la insolencia al creer que hay algo superior a la fuerza de la
"Historia". El poder usa esta demostración aún en el caso en que el
mismo nació mediante la fuerza del espíritu, el espíritu crítico y la exigencia
revolucionaria: sólo éste es el espíritu de la verdad para los poderosos. Pero
el que ahora se les rebela, el que critica y les viene con exigencias, es para
ellos, el espíritu de la mentira, el que no tiene derecho a exigir y
amonestar".
R. Aron, otro sabio judío,
refiriéndose en su defensa de la "Europa Decadente" y al futuro de la
misma y del mundo en general, nos imagina dos visiones: una optimista, pero
falsa, y una pesimista, pero, a pesar de ser errónea, con mas probabilidad de
su cumplimiento. Partiendo desde la posición santsimoniana de que el fin de
este siglo y el siglo venidero pertenecerían a los productores y no a los
generales y guerreros, la producción de tanques soviéticos no tiene ningún
sentido. Los países industrializados con su potencial nuclear inutilizan la
guerra, porque cualquier supuesto vencedor será sepultado bajo las propias
ruinas. En consecuencia y según esta opinión optimista, que no es de R. Aron,
el mundo occidental podría vender a Rusia usinas y máquinas, mientras ella
misma podría abastecerlo con materia prima, inaugurando un mundo de cooperación
y de paz en el progreso. Esta sería la opinión optimista. Pero Aron describe
también la perspectiva pesimista. La ciencia y la técnica que seguramente
cambian nuestra condición de vida "¿determinan también efectivamente la
suerte de los Estados?". "Hoy como ayer, continúa el sabio, la virtud
en el sentido maquiavelino, la capacidad de acción colectiva, la vitalidad
histórica ¿no permanecen como causa última de la suerte de las naciones, de su
ascenso o de su caída? De repente cambia la perspectiva". Esta es la
visión pesimista.
Según Aron, el mundo occidental,
bajo la presión del marxismo vulgar pierde confianza, en sí mismo y no responde
de conformidad con sus principios al desafío de los acontecimientos actuales...
"la democracia no tiene más que dos formas de suicidio: o entregar el
poder a los que la destruirán, o bien violando el principio de su legitimidad;
la crisis de civilización, o la invectiva contra la represión en una sociedad
ante todo permisiva".
Confrontando la civilización
occidental con el mundo comunista, Aron por su propia cuenta concluye: "La
defensa (de la civilización occidental N.O.[1])
muy fácil, si se comparan libertades de un lado y del otro, pero la defensa lo
mismo difícil, si nos preguntamos acerca de la virtud en el sentido
maquiavélico de las sociedades que cuestionan la autoridad en la Iglesia, en la
Universidad, en las empresas, incluso en el mismo ejército".
Pues bien, un maquiavelismo y un
pragmatismo puros en una sociedad ante todo permisiva destruye a ella misma. La
traición de sus principios de la libertad universal e indivisible, la obliga a
buscar el subterfugio en el pragmatismo y de protección de los intereses
sectoriales. Pero precisamente aquí, perdiendo fe en sí misma, debilitada por
el falso "cientismo!" y el vulgar profetismo de cuño marxista, la
civilización occidental sigue desconfiada con sí misma a pesar de su
superioridad en todos los campos de creación-producción.
Aquí, posiblemente, podemos
encontrar la comprensión imposible de la campaña denigratoria de la lucha
nacional croata, pues la misma no deja de criticar, de protestar, de exigir y
de rebelarse contra el "espíritu histórico" en el sentido como lo critica
M. Buber. "Espíritu histórico" que nos encadena en pro de los
intereses de los poderosos que encubren su falacia con un régimen jurídico
internacional, con invocación a la colaboración y la paz internacionales,
olvidando que este orden y su paz son el orden y la paz de cementerio. No sólo
para nosotros, sino para otros millones y millones de la humanidad. Nos
rebelamos y nos rebelaremos, pues sabemos así, como decía Camus, que no somos
solos.
La reciente posición de Bonn
hace patente la idea de que todavía vive el verdadero espíritu occidental, que
hoy tiene el derecho de criticar, de exigir y de rebelarse contra cualquier
política que hegemónicamente trata de identificarse con el "espíritu de la
historia", de lo impuesto por la violencia y suprimir la libertad humana y
de naciones.
- -
Y, para que no dure mucho
nuestra alegría y para que se cumpla la ley de la naturaleza acerca de la
inseparabilidad de los momentos luminosos y los oscuros de la vida, al terminar
estas líneas hemos recibido la noticia de la violenta muerte en París de
nuestro joven compatriota Bruno Bušić, uno de los croatas que figuraban en
la lista de Belgrado para ser forzosamente devueltos a Yugoslavia y sometidos a
la "justicia" totalitaria y hegemonista del ocupador servio que no
conoce límites de su opresión y persecución de los croatas.
La tradicional tolerancia de
Austria para con sus minorías nacionales culmina en el hecho de que no hubo un
serio problema al respecto tanto en la primera como tampoco en la segunda
República. En relación con la cuestión eslovena en Carinthia, Yugoslavia habla
casi de una matanza de locos dirigida contra eslovenos. Para decir la verdad,
algo parecido se ha comprobado realmente no en la Carinthia inferior sino en la
resurgida "nueva Yugoslavia" de los años 1944/45 y después. Aquí una
"Orden de Jajce", publicada en 21 de noviembre de 1944, que sacamos
de la documentación oficial de la R. F. de Alemania, firmada por el comisario
político de Tito - Moša Pijade:
"1) Todas las personas que
viven en Yugoslavia y son de origen alemán pierden automáticamente la
ciudadanía yugoslava junto con todos los derechos privados y públicos;
"2) La total posesión de
bienes muebles o inmuebles (raíces) de las personas de origen alemán se
consideran confiscados y pasan automáticamente en la propiedad de Estado;
"3) Las personas de origen
alemán no pueden pedir o ejercer derecho alguno; no pueden presentarse ante el
tribunal u otra institución para pedir la protección personal o jurídica".
Este Decreto fue el fundamento
legal para una vasta exterminación de 300.000 personas de habla alemana,
ciudadanos de Yugoslavia, quienes se quedaron allí después de la retirada de
las tropas alemanas. En este infierno fueron incluidos otros 80.000 alemanes (y
austriacos) más, quienes fueron degollados como prisioneros de guerra. ¿Teme,
quizás Yugoslavia a una semejante solución del problema de las minorías en
Austria? - Firmado: Josef Schörghofer, Salzburg, Insbrücker Bundesstrasse 22.
(Reproducimos esta nota de
"Salzburger Nachrichten", del 23-IX-76, la que sirve como la
ilustración del humanismo de Belgrado (Redac. de S. C.).
Ivan Babić
Mi ex colega del Estado Mayor
del ejército yugoslavo, Miodrag Djordjević se refirió en el periódico Glas
Kanadskih Srba (Vocero de los servios en Canadá) (Nos. 17 y 24 de marzo y
del 1 de abril de 1977) a mi entrevista con un redactor de Nova Hrvatska
(Nueva Croacia, periódico quincenal que se publica en Londres).
Luego el mismo señor publicó un
artículo en dicho periódico servio (11, 18 y 14 de agosto de 1977) como réplica
a mi reseña acerca de la misión que cumplí ante Ios Aliados en 1944 y que salió
en el Simposio jubilar de la Revista Croata.
Sus ideas y argumentos en siete
entregas consecutivas en GKS no aportan nada nuevo o diferente de lo que no se
ha ya dicho en Ias periódicas polémicas croata-servias, de modo que no pienso
referirme a ellas.
El tema principal pues de este
articulo no es la respuesta a las afirmaciones - de mi interlocutor, sino la
respuesta a una carta privada suya en la que me hizo varias preguntas que
merecen ser contestadas. Lo merecen además por cuanto —habida la experiencia
anterior— no se trata de conciernen el presente y el futuro de las relaciones
croata-servias. La merecen además por cuanto —habida la experiencia anterior—
no se trata de puntos de vistas personales de mi interlocutor, sino de un grupo
de los servios exilados que se dicen demócratas y amigos de los croatas; se
dicen servios de orientación yugoslava. De manera que todo lo que sigue no está
destinado sólo a él sino a cuantos piensan como él o parecido como él.
El tono de mi interlocutor en su
carta es medido, amistoso y, podría decirse, caballeresco. En cambio, el tono
de sus artículos en GKS es acentuadamente anticroata, agrio, apasionado y a
veces insultante en cuanto a mi persona, de manera que cuesta mucho no devolver
con la misma vara. Cuanto más pienso en el tono, me convenzo que a veces es
mejor replicar con la misma vehemencia y no con moderación. La contención suele
considerarse debilidad. Lo mejor es seguir el viejo adagio servio: La limosna
según el santo.
Antes de abordar el tema
principal, conviene aclarar un asunto.
Mi ex-colega me llama insistentemente,
en los títulos y en el texto, "Babić, el coronel de
Pavelić". De acuerdo a su concepción bizantino-levantina eso acaso
sea normal. Según esa forma de pensar cada uno sirve en primer lugar al jefe
autócrata de Estado y a través de él y en la medida en que él se digne
conceder, se sirve al Estado y al pueblo. Según su mentalidad el mismo no era
un oficial del ejército yugoslavo sino un sirviente armado de Alejandro
Karageorgević, luego del regicida Pera Živković, después del débil
mental Bogoljub Jeftić, del especulador de bolsa Milan Stojadinović,
del zíngaro de Niš (como lo llaman los servios) Dragiša Cvetković y por
último durante pocos días del menor y mentalmente retardado (cfr. el Iibro de
su educador Mr. Cecil Parrott) jovenzuelo, rey Pedro II, entronizado por una
camarilla de conjurados, tomó el poder pisoteando la Constitución. Clara, según
tal mentalidad, yo podia ser únicamente "el coronel de Pavelić",
pues a su mente escapa la idea, por otro lado normal y lógica, que un croata (u
otro cualquiera) puede servir a su pueblo, ser oficial del ejército en el que
sirven los hijos del mismo pueblo al que el pertenece, prescindiendo del hecho
si el jefe accidental del Estado es Ante Pavelić u otra persona.
Ahora paso al tema principal del
presente artículo, es decir a las respuestas de las preguntas formuladas en su
carta. Me apresuro a subrayar que mis respuestas serán sumarias, las que caben
en el marco restringido de un artículo. El esclarecimiento total e íntegro de
sus preguntas requeriría extensos estudios.
¿Yugoslavia o su repartición?
Su primera pregunta reza si yo
"como hombre razonable e inteligente" no me doy cuenta que la
división de Yugoslavia en varios Estados sería la solución peor que la
situación actual.
Le contesto rotundamente que yo
no lo veo así. Es correcta su opinión de que, dada la importancia geopolítica
de ese territorio, cada uno de esos Estados pequeños se vería expuesto a
presiones y maniobras de las grandes potencias. Desde luego, el mismo juego se
da con la Yugoslavia no dividida, lo que continuará también en el futuro.
Ya muchos antes que yo —y no los
ustashi, sino muchos extranjeros neutrales escribieron y comprobaron que
Yugoslavia —desde sus orígenes— existe coma dictadura (o seudodictadura), bajo
los regímenes que se mantienen en el poder únicamente al amparo de un aparato
represivo —la policía o el ejército— en un permanente estado de guerra con
todos los pueblos que la integran y además con los conflictos de tradiciones e
intereses entre los mismos. Unicamente como tal podrá existir también en el
futuro. No se puede imaginar Yugoslavia como Estado democrático y cuando mi
ex-colega habla de la "Yugoslavia democrática", uno no sabe qué
pensar: o se trata de un ciego político o intenta "engrupir" a
alguien. Milovan Djilas escribió: "Yugoslavia es una comunidad de
odio", para afirmar en otro lugar: "La Unión Soviética y Yugoslavia
son dos Estados en los cuales no puede haber democracia". Lenin declaró:
"No se justifica la existencia de Yugoslavia como Estado". La fuerza
de resistencia de Yugoslavia ante las "presiones y maniobras de las
grandes potencias" es igual a cero. Toda esperanza de que podría
fortalecerse no pertenece al campo politico real sino a lo fantasioso.
En cambio, la fuerza opositora
de cada Estado pequeño sería mayor que la resistencia de cualquier Yugoslavia.
Los croatas y los eslovenos que
constituían el grueso del ejército austro-húngaro en el frente italiano en
1915-1918, aguantaron y rechazaron once ofensivas italianas, pues los empujaba
la conciencia —y la fuerza moral que de ella deriva— de que en ese frente ellos
no defendía al rey y al emperador de Viena, sino a su suelo natal contra el
imperialismo italiano. Ellos ni otros pueblos quisieron defender a Yugoslavia,
y nadie por ello debe asombrarse: Vasa Bogdanov, prestigioso historiador
servio, contestando a Ricardo Simeon, escribió en 1939:
"El señor Simeon sostiene
que los croatas prefieren ese Estado, con su sistema a la libertad propia y que
ellos en caso de poder elegir, renunciarían a su libertad a favor del
mantenimiento de ese Estado con su organización vigente".
"Pero eso no es verdad: La
prioridad número uno del pueblo croata fue y sigue siendo la conquista de su
libertad nacional (como en cualquier pueblo consciente) a la que no puede
renunciar so pretexto que sea. Y particularmente no so pretexto de mantener un
sistema y organización estatal que en la forma de un gobierno centralista,
dictatorial y antipopular desde hace ya más de dos decenios oprime pesadamente
a toda la nación croata...".
"Para que los croatas en
las fronteras de este Estado pudieran combatir con sacrificio y heroismo,
defendiendo «los intereses y Ios bienes comunes», es necesario que en ese
Estado realicen sus propios intereses, que alcancen sus propios bienes... Y
cuando el señor Simeon afirma que los croatas combatirán con abnegación y
heroismo en las fronteras de este Estado, incluso antes de que se arreglen las
relaciones croata-servias y prescindiendo de dicho arreglo, entonces él quiere
confundir y falsear una de las verdades fundamentales y más decisivas del
presente croata y servio..." [2].
Aquí Vasa Bogdanov previó
proféticamente lo que iba a ocurrir dos años después. Reemplazando los términos
"organización estatal" y parecidos con la palabra
"Yugoslavia", sus ideas tienen la absoluta vigencia hoy en día, no
sólo para los croatas sino para todos los pueblos de Yugoslavia.
Por otra parte el pueblo servio
en las guerras balcánicas y en la Primera Guerra Mundial se portó heróicamente
contra enemigos superiores, porque luchaba por un ideal concreto y muy querido:
por su Servia. Las divisiones servias en la Segunda Guerra Mundial se
desmoronaron como castillos de naipes y una de las causas principales (hubo
otra también) fue que el soldado servio no tuvo ningún ideal por el cual
Iuchar. Yugoslavia no es el ideal de nadie ni patria para nadie. Así los
extranjeros pudieron emitir opiniones sumamente negativas:
"Sabíamos que el ejército
yugoslavo no seria capaz de resistir a las fuerzas del Eje; pero esperábamos
que el comando enemigo, sabiendo que la lucha estaba perdida, iba a tratar de
emprender algunas acciones brillantes en nuestros puntos flojos, sea en los
Alpes o en Albania, para morir con gloria [3].
— "Desde el punto de vista
alemán, la conquista de Yugoslavia constituyó un desfile militar" [4].
"Las bajas alemanas en la
guerra contra Yugoslavia fueron muy pocas: 151 muertos, 392 heridos y 15
desaparecidos. En su ataque a Belgrado el XLI Cuerpo Blindado tuvo como baja a
un solo oficial, muerto por la bala de un civil emboscado" [5].
Miodrag Djordjević puede
dudar de mi inteligencia y razón, pero esa es mi opinión; me atrevería a decir
que es coincidente con la opinión de la mayoría abrumadora de los croatas,
fuera y dentro de su patria. Por mi parte dudaría en cuanto al razonamiento y
la inteligencia de quienes consideran que Yugoslavia para el futuro es la
solución de los pueblos que la integran y un factor de orden, paz, estabilidad
y equilibrio de las fuerzas entre los. bloques en esa región. Quienes entre los
servios sustentan ese criterio, lo hacen por mero oportunismo, ya que
Yugoslavia —a corto plazo constituye la mejor "solución" para los
intereses servios tal como ellos los conciben. No tienen ganas para pensar en
las consecuencias a largo plazo. Por el momento Yugoslavia les conviene y
cuando lleguen las horas críticas, sálvese quien pueda. No les interesa cómo
pasará esos trances el pueblo servio. Los círculos exteriores, que sostienen
ideas parecidas —por lo menos por ahora— se defraudarán como se defraudaron los
Aliados en 1941.
Toda política que en nuestra
área persigue sinceramente la paz, debería procurar que los pueblos que la
habitan se constituyan en sus Estados nacionales: independientes. Recién
entonces —demarcadas las fronteras y saldadas las cuentas— sería viable la
colaboración y la paz.
En su segunda pregunta, M.D.
afirma que la mezcla de población entre los servios y los croatas (yo agregaría
también entre los servios y otros pueblos) dificulta la demarcación de las
fronteras de acuerdo al neto criterio nacional.. Luego agrega que las minorías
nacionales se convertirán en la manzana de discordia entre nasotros,
"sobre todo después de lo que pasó en el Estado Independiente de
Croacia".
Ese argumento de "la mezcla
de la población", luego la presunta "amenaza" para los servios
que quedarían fuera del poder directo de Belgrado y luego la concepción
específica servia del principio de "la autodeterminación de los pueblos".
conforman una trilogía —una especie de la Santa Trinidad política servia— con
la cual la propaganda servia fuera y dentro del país defiende desesperadamente
la existencia de Yugoslavia, confunde y deforma la realidad e impide toda
discusión realista para solucionar los problemas existentes entre los pueblos
de esa área. Vale la pena pues analizar cada uno de los componentes de esa
"Santa Trinidad".
Mezcla de la población
Es correcto el aserto de M. D.
de que la mezcla de la población croata y servia dificulta trazar fronteras
sobre una base netamente nacional.
Quisiera recordar a todos que se
aferran a esa "dificultad" que ese inconveniente se da también entre
otros pueblos y en otras áreas. Se da entre los turcos y los:búlgaros, entre
los búlgaros y los rumanos, entre los búlgaros y los griegos; entre Ios
macedonios y los griegos, entre los servios y los búlgaros, entre las servios.
y los macedonios (que no son los servios meridionales); entre los servios y los
albaneses, entre los servios y los rumanos, entre los. servios y los húngaros,
entre los húngaros y los rumanos, entre los húngaros y los eslovacos, entre los
húngaros y los austríacos, etc: Todo eso no fue impedimento para la
constitución de Estados nacionales, donde todavía hoy conviven varias minorías
nacionales. Que las relaciones del pueblo estatal (mayoritario) con las
minorias nacionales se conviertan o no en la "manzana de discordia"
depende por un lado de la madurez y la comprensión de pueblo estatal y por el
otro de la conducta de las minorías nacionales ante el Estado en el que viven.
Si miramos a nuestro alrededor
vemos que las relaciones entre varios pueblos resultan peores precisamente en
la Yugoslavia multinacional. En otras partes son mejores y más tolerantes.
Pueden surgir tensiones y malentendidos sobre distintos problemas, pero en
ninguna parte amenazan la existencia misma del Estado; no constituyen el
problema "to be or not to be" como en Yugoslavia y en forma
permanente. Eso podría comprobarse analizando las relaciones entre el pueblo
estatal (mayoritario) y las minorías nacionales en cada país, comparándolas con
las vigentes en Yugoslavia.
Los servios amenazados por los croatas
Utilizando los términos "Ia
manzana de la discordia" y sobre todo "después de lo que pasó en el
Estado Independiente de Croacia", M. D. plantea el tan trillado problema
de que los servios están amenazados por los croatas; falso slogan con el cual
la propaganda servia crea su capital politico. Dicho de paso, esa propaganda
también opera con el slogan de la amenaza proveniente d'é los skipetaros
(albaneses) sanguinarios, de los "búlgaros voraces" y de "los
húngaros negro-amarillos" Pero, limitémonos a la "amenaza" que
generan los croatas:
El subrayar especialmente
"lo que ocurrió en el Estado Independiente de Croacia" (en adelante
abreviado: EIC) "se basa en la falsa premisa de que las tensas relaciones
croata-servias empiezan recién en 1941, como si eso fuese el único episodio
"y el único criterio con respecto a esas relaciones y como si con anterioridad
al año 1941 nada hubiera ocurrido que influyó en dichas relaciones. El complejo
problema de las relaciones croata-servias, que extrae sus 'hondas raíces' y
causas de la historia, mucho antes del año 1941 y EIC, se circunscribe de ese
modo al corto período 1941-45 y en ese período se enfoca sólo al Estado
Independiente de Croacia, "el así llamado" o "monstruoso"
EIC, a los ustashi y sus "bestialidades" y se presenta a los servios
como víctimas inocentes de los ustashi. Si algún croata, se refiere a su
aspiración a constituir un Estado independiente, automaticamente se lo tilda de
"ustasha", "chovinista" o "extremista", que se
trata de la "megalomanía croata" y de la "amenaza" contra
los servios.
A todos que quieren plantear ese
problema en un marco tan estrecho debemos recordar que dicho problema se
remonta a siglos atrás. Primero a la monarquía austro-húngara, cuando en la
segunda mitad del siglo XIX existió también Servia que influyó en esas
relaciones. Luego a la Yugoslavia monárquica y por último al EIC. La conducta
de los croatas para con los servios debe ser evaluada en ese marco tan amplio y
no separar únicamente el período del EIC y ponerlo como ejemplo. Pero si
analizamos y ponderamos esas relaciones en su conjunto. entonces podré afirmar
con lo que seguramente no se pondrán de acuerdo M.D. y quienes comparten sus
opiniones, o sea que nunca en los periodos anteriores los servios se sintieron
amenazados por los croatas y que el status de la minoría servia en el futuro
Estado de Croacia seguramente será más favorable que el status de las minorías
no servias en el Estado servio.
Veamos cada período.
La minoría servia convivía con
los croatas en la monarquía de los Habsburgos a lo largo de los siglos,
progresando económica, cultural y religiosamente, sin que los croatas lo
impidiesen. El nacionalismo servio avanzó paralelamente con el croata, y en su
fase inicial incluso más rápido. Aqui no me detendré en el hecho que la mayoría
de los ortodoxos, establecidos en Croacia y Bosnia - Herzegovina. no era de
origen servio, sino que tomo como hecho que ellos —por lo menos desde fines del
siglo XIX— nacionalmente se sienten servios. Huelga destacar aquí que los
croatas poseían en la monarquía danubiana los atributos de un Estado y por esa
razón pudieron impedir el desarrollo de las servios o "amenazarlos"
para usar el slogan de la propaganda servia. Para que ello no pareciera una
expresión de la megalomania croata, lo corroboraré con la opinión del servio
Svetozar Pribićević, sin cuya actuación acaso no se habría sido formado
el Estado de Yugoslavia nunca, escribe:
"En 1102 el Estado croata
formó una comunidad con Hungría. El rey húngaro fue a la vez el rey croata. El
ban (virrey) croata fue el lugarteniente del rey en Croacia y comandante de las
fuerzas armadas. De allí el dicho croata: Para los croatas el ban es rey ... En
1868 Croacia concertó con Hungría un acuerdo bilateral, modificable únicamente
con el consentimiento simultáneo del parlamento magiar y del Sabor (parlamento)
croata. El ban llegó a ser el jefe del gobierno autónomo croata, que gobernaba
soberanamente en los asuntos de la administración interna, de educación, en el
ámbito judicial y económico... El ban era responsable ante el Sabor croata que
promulgaba y aprobaba las leyes referidas a los asuntos indicados
precedentemeate. Si seguimos el criterio del conocido catedrático francés del
derecho constitucional, señor Hauriou, quien ve la característica esencial en
el poder legislativo, Croacia después de 1868 poseía todos los atributos de un
Estado" [6].
En otro lugar le mismo autor
escribe:
"Croacia existe como Estado
desde hace mil años; los atributos de esa soberanía los conservó en mayor o
menor grado en Austria-Hungría y hoy los reclama de Servia que, sin excusa
alguna, desempeña un papel hegemónico en la vida de Yugoslavia, más que Prusia
en Alemania" [7].
Nikola Pašić, desprovisto
de cualquier miramiento en cuanto a los croatas, en su carta al Presidente del
Consejo Nacional en Zagreb, doctor A. Korošec, manifiesta :
"... En nombre del gobierno
real servio tengo el honor de informarle que este gobierno reconoce al Consejo
Nacional en Zagreb como un gobierno legítimo de los servios, croatas y
eslovenos que habitan en el territorio de la monarquía austro-húngara, y que
hoy he dirigido una nota a los gobiernos de Francia, Inglaterra, Italia y
Estados Unidos de Norteamérica solicitando que ellos también otorguen su
reconocimiento del Consejo Nacional de Zagreb como gobierno legítimo de las
áreas de la ex monarquía de Austria-Hungría... [8].
El prof. Slobodan
Jovanović, a quien, supongo, ningún servio negará la autoridad en la
materia dei derecho constitucional, opina:
"A lo largo de los siglos
Croacia vivía una vida independiente. Los vínculos existentes hasta el derrumbe
de la monarquía austro-húngara entre los croatas y Austria-Hungría, podían
menguar la independencia de Croacia pero no anularla. Desintegrada
Austria-Hungría, esos vínculos fueron rescindidos y Croacia en virtud de sus
indiscutibles derechos históricas apareció como un Estado totalmente
independiente" [9].
La situación de los servios en
ese Estado croata la describiré transcribiendo nuevamente las palabras del
servio Pribićević:
"Pese a la rivalidad entre
los croatas y los servios, que existían antes de la guerra en Croacia y
Eslavonia, los croatas cuidaban rigurosa-mente para que se respete el principio
de la igualdad de derechos en la administración del país, pese al hecho de que
ellos tenían el poder en sus manos y numéricamente representaban las tres
cuartas partes de la población y de acuerdo a la Ley Fundamental de 1868 fueron
el único pueblo politico en Croacia. Así se respetaba la costumbre según la
cual el jefe del departamento de los asuntos interiores (denominado vice-ban)
siempre fue un servio. Los servios ocupaban el puesto del presidente del Sabor
(parlamento) croata yen línens generales,. ocupaban los cargos máximos en todas
las instancias judiciales y administrativas, en escala proporcional a su fuerza
numérica. La idea de una comunidad tuvo pues su tradición".
Cuando se visualiza
retrospectivamente la situación de preguerra en Austria-Hungría, y
especialmente en Croacia, debe reconocerse que allí nuestro pueblo vivía en
libertad bastante grande. Por ello debe comprenderse el sentimiento de
desagrado que se exterioriza en Croacia ante las declaraciones, provenientes de
Servia : Nosotros os hemos liberado"[10].
Vale la pena subrayar el hecho
de que "la idea de la. comunidad" en la conducta de los croatas no
fue afectada ni en los períodos cuando loa dirigentes servios en las áreas
croatas llevaban una política anticroata, como por ejemplo durante el gobierno
de Khuen Hedervary, los compromisos con los autonomistas italianos de Dalmacia
y las complacencias anticroatas con Kallay en Bosnia - Herzegovina.
En contraste con esta "idea
de la comunidad, que tuvo su tradición" en Croacia, según lo destaca el
servio Pribićević", el Estado servio del siglo XIX se desarrolló
—como todos los Estados ortodoxos-- conforme a las tradiciones del Bizancio.
Ser heredero del Bizancio fue el ideal de todos los Estados ortodoxos y de allí
que en su esencia son imperialistas.
El principio fundamental de su
política exterior consiste en el sometimiento y luego la asimilación: nacional
o el exterminio físico de los vecinos sojuzgados para asegurarse el monopolio
del poder como en el Bizancio. Esa es una de las razones porque esos Estados
quedaron económica y culturalmente atrasados, por cuanto todas las energías se
consumían para la conquista y la extensión del poder, de modo que no quedaba ni
fuerza ni gana para un ordenamiento interno del Estado en procura del bienestar
de las masas populares.
De esa manera el fenómeno de la
intolerancia nacional frente a los pueblos no servios bajo el dominio servio y
la tendencia de servizarlos o exterininarlos (o por lo menos intentarlo) fueron
los componentes permanentes de la práctica política servia, desde la masacre de
los residentes musulmanes y` la demolición de la última mezquita en Servia, el
exterminio de los fieles islámicos en Montenegro, el intento de la servización
compulsiva de los macedonios y el programa de Protić y Drašković para
solucionar le problema de los "turcos" en Bosnia, Herzegovina y
Sandžak, etc.
Cuando toda la prensa servia,
tanto la de los exilados como en Yugoslavia, dirigida por la policia secreta
politica (UDBA), con fuerzas unidas ataca al Estado Independiente de Croacia
como un Estado terrorista (menos por ser pretendidamente terrorista y mas por
ser croata), entonces uno no puede evitar no subrayar que toda la historia de
Servia de. los siglos XIX y XX es inseparable del terrorismo: El terrorismo fue
practicado por los gobiernos y autoridades regulares servias sea por via
directa o por intermedio de las organizaciones formadas ad hoc. Lo practicaron
las camarillas de conjurados, el ejército e individuos "nacionales".
Se aplicó contra los no-servios y contra los servios en su condición de
adversarios politicos. Se practico también en forma de genocidios ejecutados o
intentados o malogrados. Se practicó contra los propios monarcas y gobernantes.
"Karadjordje regresó a
Servia y Miloš Obilić mandó asesinarlo mientras dormia"[11].
"Cuando pensamos en ello
(el proceder de Alejandro para con su hermano Jorge, nota del autor), por qué
han de asombrarnos las atrocidades que hallamos en la historia de los monarcas
servios en el Medioevo. El rey Milutin (santo) vació los ojos de su hijo
Stevan, luego rey. Cuando subió al trono su hijo Dušan lo destronó y mandó
asfixiarlo. La historia de los monarcas servios de la época moderna desde 1804
hasta 1918, no es más humana"[12].
"Nosotros los servios
gustamos destacar que somos un pueblo «imperial». Cuánto ello es verdad lo
testimonian los datos siguientes: En 117 años de diez monarcas dejamos que uno
sólo muriera en su casa, el rey Pedro I. Salvo el rey Alejandro, asesinado por
los ustashi, nosotros matamos a cuatro y a otros tantos los expulsamos. Quienes
hemos leído la historia servia sabemos que, desde Karadjordje y Miloš, el mazo
fue un intrumento característico de la diplomacia servia y en Montenegro los
palos toscos estaban activos durante quinientos años"[13].
La intolerancia para con los
servios y el terrorismo como el arma política de EIC no fue ninguna idea típica
ustashi, sino mera imitación de esa política servia. Pero sobre ese tema
hablaremos más tarde.
Con la mentalidad semejante y la
práctica política, es decir con la tradición de la idea de comunidad de los
croatas y los métodos bizantinos de recurrir a la violencia en Servia, se
empezó a convivir en Yugoslavia y así se inauguró un nuevo período de las
relaciones croata-servias. Mientras que en el primer período —anterior a la
Primera Guerra Mundial—los croatas tenían la posibilidad de
"amenazar" a los servios, en el período yugoslavo el papel principal
lo desempeñaba Servia.
Yugoslavia en general fue creada
con falsos supuestos. La responsabilidad de ello recae, mayormente, en un grupo
minoritario de intelectuales croatas inspirados por los supuestos románticos,
pero equivocados de que los eslavos meridionales eran "tribus" de un
mismo pueblo y que esas tribus, conviviendo en una comunidad estatal, iban a
amalgamarse en un pueblo integrado. También los guió la idea de que los croatas
(acosados por el imperialismo italiano y húngaro) y los eslovenos (expuestos al
imperialisemo germano e italiano), unificados con sus "connacionales"
servios en un Estado democrático, libre e igualitario para todas las
"tribus", iban a ser más fuertes en su resistencia a los enemigos
externos. Todos esos creadores de Yugoslavia: Trumbić, Meštrović,
Pavelić (dentista), Ostović, Kljaković y el mismo servio S.
Pribićević, se darán cuenta luego de su error y la falsedad de ambas
premisas. No es fácil imaginarnos qué proceso psíquico se desarrollaba en el
espíritu de Pribićević - servio, imbuido de ideas granservias,
paladín del unitarismo como presupuesto para "unidad nacional",
perseguidor de los croatas, oponentes a tal "unidad"— cuando tuvo que
admitir ante sí y ante el mundo entero que la idea de la unión estaba
comprometida y que sus ideas sobre la democracia y la libertad que Servia iba a
traer a todos fue una ilusión.
"Servia en ese período
(después de la llegada al trono de los Karageorgević, nota del autor)
actuó como un magneto. Nosotros observamos las cosas desde afuera. No hemos
ponderado hasta el fondo esas libertades, nuestras ideas sobre el particular
fueron superficiales"[14].
Sea como sea Yugoslavia fue
creada sin el consentimiento de sus pueblos, particularmente sin el consentimiento
de los croatas. Sobre ese tema podemos teoretizar de una u otra manera y aquí
se reproduce la opinión de uno de sus principales artífices, Sv.
Pribićević:
"Fue un error político y
constitucional que las decisiones atinentes a la unión, adoptadas en Belgrado
por la delegación del Consejo Nacional en consonancia con los representantes
del gobierno y partidos servios, no hayan sido sometidas, previamente su
proclamación, a la sesión plenaria del Consejo Nacional, el único con la
facultad para aceptarlas en forma definitiva. Lealmente reconozco mi papel en
ese error fatal"[15].
"Declaro que se cometió un
gran error, es decir que con motivo de la votación por la Constitución en 1921,
no nos hemos atenido estrictamente a las condiciones que el Sabor Croata había
exigido para ese caso"[16].
Frente a esas ideas en parte
románticas y en parte oportunistas de los intelectuales croatas y eslovenos,
Pašić y los círculos gobernantes servios tuvieron puntos de vista claros,
precisas y muy realistas. Veían en Yugoslavia la Gran Servia que jamás pudieron
soñar y para asegurar en ella su poder, desde el comienzo planificaron para
construirla en esa dirección, transfiriendo a ella la práctica política servia.
Abrazaron la idea yugoslava sólo en forma, como un disfraz y en la práctica la
negaban. Relatando sus conversaciones con Pašić, el Dr. Ivan Ribar acota:
"Con ese nombre (es decir
el Reino de los Servios, Croatas y Eslovemos y no Yugoslavia, nota del autor)
excluyó hasta la idea de que en el nuevo Estado viven también los macedonios y
los montenegrinos, que existe una unidad peculiar que se llama
Bosnia-Herzegovina, pues sentía que bajo la denominación de Yugoslavia podrian
vivir y subsistir. Consideraba que Macedonia era la Servia meridional y
Voivodina septentrional, ambas en la unidad geográfica y nacional con Bosnia y
Herzegovina, sumando Montenegro en el cuerpo de una Gran Servia unificada"[17].
En el marco de esa política con
un plumazo fueron abolidas la nación macedonia y montenegrina y denegada su
individualidad nacional. En Macedonia hasta los apellidos fueron
compulsivamente servizados, agregándoseles el sufijo "ich". Fue
implantado el régimen de terror y Macedonia en virtud de la Ley sobre la
organización del ejército y la marina fue declarada hasta 1928 zona de condiciones
agravadas y peligrosas, de modo que a los oficiales y suboficiales en servicio
en dicha zona fue asignado un adicional al sueldo y cada año de servicio se
computaba como dos años para la jubilación, como suele hacerse en los años de
guerra. En Montenegro hasta 1923 se libró una verdadera guerra civil contra los
nacionalistas montenegrinos, sucediéndose también después frecuentes y
sangrientos conflictos. En el mensual Zavičaj del 29/4/1962
(editado en New Hollywood, California) en el artículo titulado
"Djubergraberi", se citan hasta 110 casos de bestialidades,
violencias, torturas y asesinatos, cometidos hasta 1938 por los hegemonistas
servios contra la población de Montenegro, consignando en la mayoría de los
casos fechas, lugares y nombres de las víctimas y de sus victimarios.
Para masacrar a los albaneses
fue provocada la llamada rebelión albanesa, en la que —en mera lucha defensiva
por la vida y supervivencia— fueron matados alrededor de 100:000 entre hombres,
mujeres y niños y este genocidio fue detenido gracias a la intervención
internacional.
Los turcos radicados en
Macedonia y Kosovo fueron obligados a emigrar a Turquía.
De ese modo decretando que los
macedonios, montenegrinos y los demás ortodoxos (los válacos rumanos y los
gitanos) son servios y reduciendo el número de los albaneses y turcos, fue
creada artificialmente la nación servia, numéricamente importante, cuyos
dirigentes asumieron el papel principal y prácticamente monopólico en la vida
del nuevo Estado.
Dado este marco general, pasemos
a la situación de los croatas. Los croatas eran un hueso duro de roer para
aplicar a ellos los métodos directos de aniquilación. Contra ellos se libró la
lucha con métodos más sutiles, siguiendo las ideas expuestas en Srpski
Književni Glasnik - Gaceta Literaria Servia) de 1902, donde se declaró la
guerra a los croatas hasta "el exterminio vuestro o nuestro". Como una
prueba drástica de esos planes puede servir el mapa, confeccionado en base al
texto de la carta de Pašić del 21/9/1914 al entonces embajador servio en
Petrogrado, Miroslav Spalajković, completada por el telegrama del
3/10/1914. [Ver el mapa Nro. 1] [18].
Es importante declarar que entre
los círculos dirigentes servios esa idea nunca fue olvidada. No fue sólo una
idea del pasado sino del presente y del futuro.
Como una de las pruebas típicas
sirva el plan dei rey Alejandro para la "amputación" de Croacia en
1929[19]
y la concepción de Draža Mihailović sobre la organización de Yugoslavia
después de la Segunda Guerra Mundial[20].
Sobre el último plan hablaremos después. Para que no se concretasen esos planes
se debe, por un lado, a que Pašić y la camarilla belgradense
sobreestimaron las posibilidades de los servios y por el otro, subestimaron el
poder de resistencia de los croatas.
Comparando la situación
imperante en el nuevo Estado con la de Austria-Hungria, Pribićević
escribe:
"En Servia pensaban que los
sureslavos en Austria-Hungría eran rayeh, como lo eran los eslavos en
Turquía y que era necesario liberarlos. Pero cuando se habla con objetividad,
es necesario constatar que los sur-eslavos en Austria-Hungria antes de la
guerra gozaban de más libertades políticas que en su nuevo Estado yugoslavo y
eso con anterioridad a la dictadura; pues después de la implantación de la
dictadura rige en Yugoslavia tal esclavitud que peor no es dable
imaginar".
"Los yugoslavos en
Austria-Hungría no poseían su propio Estado nacional... Pero el orden jurídico,
la seguridad y las libertades políticas eran garantizadas en mayor grado que en
Yugoslavia".
"¿Fraude electoral? Eso en
la Croacia de la preguerra era imposible...".
"Despidos, cesantías,
traslados o jubilaciones forzosas de empleados a causa de sus convicciones
políticas o filiación partidaria? En Croacia, Eslavonia, Dalmacia y Eslovenia
antes de la guerra casos de esa naturaleza eran muy raros.
"Las torturas en las
cárceles y empalamientos que se practican en Yugoslavia como parte normal del
procedimiento de investigación, para la vergüenza de la civilización del siglo
XX, fueron absolutamente imposibles en las áreas sureslavas de
Austria-Hungría... El principio de respeto de la dignidad humana regía
soberanamente. En Yugoslavia la persona es considerada una hormiga o gusano que
cualquier representante del gobierno puede pisotear sin responsabilidad ni
conciencia"[21].
"Por supuesto en ese tiempo
(se refiere al periodo de las actividades encaminadas a destruir a
Austria-Hungría) nadie pudo imaginar que los Estados herederos, salvo
Checo-Eslovaquia y Austria, implantarían regímenes que por su carácter
reaccionario iban a superar y por mucho el que imperaba en Austria-Hungría. El
record reaccionario lo alcanzó Yugoslavia, donde toda crítica del estado de
cosa actual, hasta la más moderada, expresada ante varias personas (pues en la
prensa no se puede decir nada) se castiga según la ley penal y sanciona con
atentado contra la seguridad del Estado... Se puede decir con franqueza, sin
pecar de exagerados, que hoy en Yugoslavia la situación referida a las
libertades individuales de los súbditos (pues no hay ciudadanos) resulta peor
que en Austria bajo el régimen absolutista de Bach después de la revolución
húngara de 1848"[22].
Especialmente referido a la
situación de los croatas se da el cuadro siguiente:
"Antes de la guerra el ban
de Croacia era jefe del gobierno autónomo, responsable al Sabor (parlamento)
croata. Según la constitución del rey Alejandro, ban era jefe de provincia
—algo como jefe del departamento francés— designado y removido por el ministro
del interior, facultado para anular o modificar toda decisión del ban"[23].
"Pero esa idea (yugoslava)
es una máscara que encubre la política granservia o mejor dicho la politica de
los servios de Servia. Por parte de los servicios hace falta tener valor moral
para reconocer públicamente ese hecho y candenarlo. Todas las instituciones más
importantes están en manos de los servios. No sólo el rey, el gobierno y los
generales. el presunto Parlamento (asamblea y senado) sino también todos los
cargos en la administración central. Así por ejemplo en la Ilamada Asamblea el
68% de los mandatos están en manos de los servios y el 54% en el Senado. En
cuanto a los ministerios: en la Presidencia del gobierno trabajaba el 100%
servios, en el Ministerio del Interior el 89, en el Ministerio de Educación el
96%; en la Oficina Central de Prensa el 78%, y en los bancos Hipotecarios y de
la Nación el 98%. Si se toma en cuenta que los servios de la ex Austria-Hungría
representan un pequeño porcentaje en dichas cifras, el cuadro se vuelve más
claro aún[24].
"Los estudios de los
economistas prueban que incluso en la esfera política la gente proveniente de
la ex Austria-Hungría, tanto los servios como los croatas fueron postergados.
De 656 ministros en 35 gobiernos desde 1920 hasta 1937 hubo 452 servios (entre
ellos sólo 53 procedentes de Croacia) y sólo 137 croatas"[25].
"En la Yugoslavia actual la
individualidad de los croatas está reducida a cera; está borrada"... Todo lo
que lleva impronta croata está puesto fuera de la ley. De hecho, todo el pueblo
croata está puesto fuera de la ley"[26].
Un extranjero, cuya posición es
acusadamente antiustashi, evaluó la situación, después de la dictadura de
Alejandro, en los siguientes términos:
"Otras medidas de la
dictadura real reflejaron su verdadero propósito: la solución del problema
croata en el sentido servio. En ello desempeñó papel especial la división
administrativa del Estado, que reforzó las posiciones servias y debilitó las
croatas. Los límites son trazados de modo que los servios que no alcanzan el
50% de la población total, obtuvieron la mayoría en las seis banovina (unidad
administrativa) mientras que el espacio vital de los croatas quedó reducido a
dos. La bandera y el himno croatas fueron prohibidos y la denominación del
Estado fue cambiada en "El Reino de Yugoslavia", en la que los
servios, al amparo de la dictadura, tenían todo el poder. Lo aprovecharon para
presionar y terrorizar a la población no servia, especialmente a los croatas y
macedonios, y para servizar al país en todos los ámbitos de la vida en una
medida acelerada"[27].
Pero con semejantes procederes
no se vieron afectados solamente los croatas. Tras el entusiasmo inicial a raíz
de la unión can Servia incluso los servicios de Croacia experimentaron que
estaban explotados por Belgrado y que no recibían ninguna recompensa por la
ayuda que le prestaban. Nuevamente recurriré a las palabra de su principal
representante, Sv. Pribićević:
"El centralismo y el unitarismo
representan la forma de la organización estatal, que conviene particularmente a
los intereses de Servia y posibilita su hegemonía y dominación sobre las demás
regiones y pueblos, siendo eso netamente la concepción servia de la
organización estatal"[28].
"Cuando se trataba de
solucionar la crisis de Belgrado dije que no debemos olvidar que también los
servios en distintas áreas se sienten humillados y pisoteados como los croatas
... El papel que los actuales partidos hegemónicos asignan a los servios fuera
de Servia propiamente dicha ni mucho menos es un papel digno, pues quieren
imponerles el papel de gendarmes, convocados para someter a los croatas e
impedir su justificada lucha por la igualdad"[29].
"Después de la guerra
Belgrado siempre solicitaba ayuda de los servias en Croacia, cuando
supuestamente era preciso salvar la unidad amenazada del Estado, cuando había
que combatir el separatismo croata. Pero cuando estimaba que le convenía pactar
con los croatas, la Belgrado oficial, sin remordimiento ni vergüenza,
sacrificaba a los servios de Croacia que de ese modo se convirtieron en agentes
provocadores a los ojos de los croatas... Para la Belgrado oficial la idea
nacional servia consistía en que todos los servios debían contribuir para su
predominio..."[30].
Parece que M. Djordjević
está obseso en su odio a todo lo que es croata o tiene razones que yo no alcanzo
a comprender. El a sabiendas deforma y falsifica la realidad afirmando
tontamente que los croatas en Yugoslavia no fueron amenazados ni sometidos y
que por lo tanto no tendrían que temer nada en lo sucesivo.
Por último llegamos al tercer
período de Ias relaciones croatas-servias (o sea el periodo del 1941-45, en que
M. D. ve sólo a los ustashi y sus crímenes y nada más).
Se plantea el interrogante:
¿Cómo surgió el movimiento ustashi en lia vida política croata. que más bien se
caracterizaba por su táctica legalista, formalista y jurídica en todos los
problemas importantes e incluso frente a los servios, radicados en el espacio
étnico croata? La respuesta no es complicada. El origen de ese movimimiento
debe buscarse en los métodos de violencia y terror, en les métodos
"`ustashi" que Belgrado aplicaba contra los croatas, antes de que se
formara dicho movimiento. Los croatas habían llegado a la conclusión de que la
camarilla de Belgrado está librando contra ellos una guerra de exterminio y una
parte del pueblo croata sacó la conclusión lógica de que la condición elemental
de la autodefensa, indispensable e inevitable, consiste en contestar al enemigo
con los mismos métodos.
El movimiento ustashi no surgió
pues de una propensión innata a la violencia y el terrorismo, sino es el fruto
de la necesidad política. Su creador y el padre espiritual es la camarilla de
Belgrado y el motivo inmediato la constitución de Vidovdan, Obznana (policía
política) distintas organizaciones extremistas, el maltrato dada a los croatas,
el atentado en el recinto del Parlamento de Belgrado, la dictadura de
Alejandro. los asesinatos cometidos por los gendarmes en Sibinj, Gospić.
Senj, Šibenik, Omiš, los atentados contra el Dr. Šufflay y Budak[31],
la depredación de los chetniks, armados por el gobierno y el ejército, en las
aldeas croatas y muchas cosas más. B. Radica en un artículo constató
acertadamente: "Los croatas necesitaban el movimiento ustashi no sólo como
autodefensa de la política granservia, sino también como rehabilitación que no
se limitaban sólo al pacifismo estéril, a la resistencia pasiva, a las ideas de
Tolstoi y por último a la dialéctica jurídica. Resulta significativo que a
todos los servios los impresionó más ese movimiento que todas las tendencias
pacifistas y la sabiduría jurídica". Pavelić fundó el movimiento
ustashi recién al ser asesinado Radić en el Parlamento e implántase la
dictadura de Alejandro. El mismo Pribićević dice de Pavelić que
"antes de la dictadura la conducta de Pavelić fue moderada, sus
discursos ,en el Parlamento no eran extremistas y no atrajo atención
especial"[32].
También los extranjeros ven el
origen del movimiento ustashi en los métodos violentos de Belgrado:
"Belgrado, junto con el
pueblo servio gobernante, provocaron con esos métodos un verdadero complejo de
odio, cuya consecuencia era el excesivo padecimiento de la población servia en
Croacia después del restablecimiento del Estado Independiente de Croacia. Esos
métodos favorecieron en Macedonia la organización de un movimiento
revolucionario que propiciaba la unificación del área macedonia con Bulgaria.
Belgrado pues originó indirectamente la radicalización de los círculos opositores
y revolucionarios en su propio país, por ende a Pavelić y a sus
seguidores"[33].
"Es la gran culpa histórica
de la monarquía servia y del grupo dirigente que la conducía el haberse
opuesto, con increíble prepotencia, a los sentimientos nacionales y a la historia
milenaria de los croatas. En 1928 cayó Esteban Radić, durante una sesión
del parlamento, blanco de las balas del diputado nacional Puniša.
Raćić, de Montenegro, de ideología nacionalista-granservia. Los
croatas nunca perdonaron a los servios el haber asesinado a su líder popular.
La venganza de Radić se llamó Pavelić, Pocos días después de la
muerte del gran líder campesino croata, un hombre joven, llamado Ante
Pavelić, fundó el movimiento ustashi..."[34].
M. Djordjević dice que
"Ios crímenes ustashi no pueden encubrirse, puesto que los archivos de los
países beligerantes se abrieron", y que yo no podré "lavarlos".
Son muy escasos los grupos e
individuos políticamente comprometidos entre los exiliados croatas que
"esconden" los crímenes ustashi. La mayoría abrumadora reconoce
objetivamente (allí me cuento yo también) que en el período de cuatro años —un
tramo de tiempo mínimo si tomamos en cuenta la convivencia plurisecular entre
los croatas y los servios— un grupo de los croatas exteriorizó la tendencia que
puede calificarse "amenaza" contra los servios. Aquí cabe subrayar el
hecho histórico, es decir que dicha tendencia no tenía precedente en la
historia croata; que fue la idea de un hombre y un pequeño grupo —una especie
de la camarilla croata— sin raíces en las amplias capas del pueblo croata; que
dicho personaje intentó realizar sus propósitos en los tiempos de guerra,
cuando las crueldades no son una excepción; que esa política fue mera imitación
—políticamente errada y moralmente injustificada— de los métodos tradicionales
de Servia (y de otros países balcánicos), por lo tanto era algo opuesto a los
métodos políticos croatas habituales y de muy corta duración, mientras que el
amenazar a sus vecinos era la política permanente de Servia en la guerra y en
la paz durante un largo período histórico.
Lo que M. Djordjević llama
"lavado" no quiere decir la defensa de la política ustashi sino la
actitud de autodefensa de todos los croatas con el propósito lógico y natural
de rechazar y rectificar la falsificación de la realidad del periodo 1941-45.
Se pone en claro la astuta táctica servia que elude el análisis y
esclarecimiento de las causas que generaron la condición psicológica de
radicalización de ciertos círculos croatas y favorecieron las tendencias a
reacciones excesivas. Se combate, además la tendencia a atribuir todo al pueblo
croata como conjunto, y no sólo a un pequeño grupo de ese pueblo. Luego se
combate la exageración tendenciosa en cuanto a las cifras de las víctimas
servias, llevándolas a millones, e imputándolas a todos los ustashi (es decir a
los croatas como totalidad), silenciando el hecho de que muchas víctimas
cayeron de ia mano no croata y en buena parte de la mano servia. Por último se
combate la táctica de atribuir todos los males, acaecidos en Yugoslavia durante
ese período, sólo a los ustashi y a la vez otra táctica, consistente en
silenciar hasta lo ridículo las bestialidades comprobadas, cometidas contra la
población croata, tanto católica como musulmana, exclusivamente por los chetniks
(guerrilleros nacionalistas servios) (para que la ironía y la hipocresía fueron
mayores bajo el sonoro nombre de "El ejército yugoslavo en la
Patria") y mayormente por los partisanos servios (guerrilleros
comunistas). En eso pues consiste mi lavado".
Ahora bien; los archivos de las
naciones beligerantes, que menciona M. D., contienen también otros datos que él
silencia. En ellos se puede hallar muchísimos datos concretos y documentos,
relacionados con los crímenes de los chetniks servios y de las atrocidades
cometidas contra los croatas católicos y musulmanes que sirvieron para publicar
varios estudios y libros documentados en todos los idiomas principales.
Esos datos documentados, donde
M.D. encuentra únicamente los crímenes ustashi, demuestran:
— Primero, que las bestialidades
de los chetniks no fueron sólo la reacción de autodefensa contra las violencias
ustashi, sino que fueron perpetradas también en las áreas donde no había
ustashi y en los períodos cuando los ustashi no las cometían.
— Segundo, esas crueldades no
fueron cometidas en forma casual o transitoria, en circunstancias bélicas
excepcionales, sino que constituían la parte integrante del programa a largo
plazo de la política servia de exterminio de los no servios —culpables o inocentes—
en el espacio que el imperialismo granservio considera como Gran Servia.
El primer documento conocido de
los tiempos de guerra, en el cual fueron expuestos los objetivos a largo plazo
de la expansión granservia —y al mismo tiempo el peligro y la "amenaza"
contra los vecinos servios—fue el Memorándum que el Comité Chetnik de Belgrado,
en colaboración con la Iglesia Ortodoxa Servia, elaboró en el verano de 1941 y
lo entregó al gobierno yugoslavo exiliado el Dr. Miloš Sekulić en
septiembre del mismo año.
Para realizar una Gran Servia
nacionalmente homogénea se prevé en dicho documento la expulsión de su
territorio de 2.675.000 personas, de esas cerca de 1.000.000 croatas y cerca de
500.-000 alemanes. Allí habría que radicar alrededor de 1.310.000 personas y
entre ellas cerca de 200.000 servios, procedentes de Croacia. Alrededor de
200.000 croatas quedarían en Gran Servia. No hay cifras exactas en cuanto a los
musulmanes, pero en un párrafo se sintetiza: "En la unidad servia los
musulmanes constituyen un grave problema que debe solucionarse en esta
fase" [en la guerra o inmediatamente después de la guerra][35].
En un sentido parecido formuló
Draža Mihailović el objetivo a largo plazo del imperialismo servio en su
carta, redactada en diciembre de 1941 a los jefes chetniks Lasić y
Djurišić. La combinación de ambos planes consistía en el ensanchamiento de
Yugoslavia y en el ordenamiento interno del Estado, "inspirado por la idea
de la Gran Yugoslavia y por las pasiones servias más extremistas"[36].
Dada la importancia excepcional
de este documento —y como advertencia a los croatas y a todos los vecinos de
Servia— vale la pena reproducir sus puntos fundamentales:
"1. La lucha por la
libertad de todos nuestros pueblos bajo la égida de Su Majestad el Rey Pedro;
2. La creación de la Gran Servia, dentro de la Gran
Yugoslavia, étnicamente pura, que incluirá a Servia, Montenegro, Bosnia,
Herzegovina, Srijem, Banat y Bačka;
3. La lucha por la anexión a nuestro Estado de todos los
territorios eslavos bajo los italianos y alemanes (Trieste, Gorizia, Istria,
Carintia);
4. La eliminación del territorio estatal de todas las
minorías y elementos anacionales;
5. La creación de la frontera común entre Servia y Eslovenia,
como asimimo entre Servia y Montenegro, expulsando del Sandiak a todos los
musulmanes y de Bosnia-Herzegovina a todos los musulmanes y croatas;
6. El castigo de todos los ustashi y de aquellos musulmanes
que en estos momentos trágicos aniquilaban despiadadamente a nuestro pueblo;
7. El castigo de quienes son culpables de la catástrofe de
abril;
8. Colonizar con los montenegrinos las zonas que quedarán
limpias de las minorías y elementos anacionales"[37].
Dicho plan fue nuevamente
discutido y aprobado en la conferencia de los Jóvenes Intelectuales Chetniks, en
Šahovići, del 30 de noviembre al 2 de diciembre de 1942, y aceptado casi
sin modificaciones, con precisiones adicionales, de las cuales resultan
sintomáticas las siguientes:
—El poder lo mantendrán las
organizaciones de los chetniks —con el consentimiento de la corona— por un
período lo suficientemente largo para llevar a cabo la renovación y la
reorganización del país;
—La población de la Yugoslavia
será integrada por los servios, croatas y eslovenos (lo que equivale negar la
individualidad nacional a los macedonios y montenegrinos, N. del autor);
—La exclusión de las minorías
nacionales[38].
En la misma conferencia se habló
de la "dictadura chetnik en los Balcanes", que comprenderá "la
mitad de Albania, la mitad de Hungría y Rumania hasta los yacimientos
petroleros"[39].
En base a esas directivas de D.
Mihailović fue elaborado el programa de acción para "La división
chetnik dinárica" al mando del sacerdote ortodoxo (pope) Momčilo
Djuić. Las directivas fundamentales del programa no se modificaron, sino que
fueron introducidas ciertas disposiciones adecuadas a las circunstancias
específicas en la Bosnia occidental, Dalmacia y Lika. Allí se dice:
`La división dinárica tiene puro
carácter nacional (es decir chetnik, servio, N. del autor) ... debe ser integrada
sólo por los servios como soldados, suboficiales y oficiales... para poder
realizar la idea de una Gran Servia que abarcaría a Servia, Voivodina, Bosnia y
Herzegovina, Montenegro, Dalmacia (hasta Šibenik) y Lika... En esa unidad
servia concebida de ese modo puede vivir exclusivamente la población servia
ortodoxa ...[40].
Idénticos objetivos e ideas se
hallan resumidos en un Instructivo para la acción de los chetniks. publicado en
diciembre de 1942. De acuerdo a las fuentes alemanas, el auter de dicho instructivo
era Moljević, uno de los colaboradores más allegados de D.
Mihailović. En ese Instructivo se expresa claramente que los chetniks
consideran el terror en la guerra y por período indeterminado después de la
guerra, parte integrante de sus acciones. En la parte que se refiere a las
instrucciones para la actividad después de la guerra y en el capítulo
intitulado: "El problema de la venganza", destacándose que la
venganza es el deber sagrado del pueblo servio contra quienes le hiciron mal durante
la guerra y la ocupación. Las principales víctimas de esa venganza deben ser
los comunistas y los croatas. Estas instrucciones no establecen el número de
los croatas que debe ser eliminado, pero ello se desprende en forma indirecta
del siguiente pasaje:
"No hay que temer que la
venganza llevada a cabo de ese modo (o sea, contra los ustashi y una parte de
los intelectuales croatas, N. del eutor) no será completa en cuanto al número
de los liquidados. Si no les habrá bastante, por lo menos habrá tantos
seguidores de Frank e integrantes de una clase de inteligencia cuantos servios
serán matados". Como los servios estiman que fueron asesinados de 600 a
800 mil, tantos croatas habría que matar después de la guerra[41].
Como conclusión sobre el
problema de "los servios amenazados por parte de los croatas" sobra
todo comentario. Los servios en el espacio étnico croata podrían considerarse
"amenazados" únicamente en un breve período bélico y sólo por parte
de un grupo, surgido como reacción contra los atropellos anticroatas en la
Yugoslavia monárquica. Habida la experiencia histórica y tomando en
consideración los planos concretos servios para el futuro, con pleno derecho
podemos hablar de la amenaza —hasta del peligro del exterminio físico y
genocidio— que pende sobre todos los no servios en el futuro Estado servio.
"La manzana de la discordia" entre los servios y todos sus vecinos
está allí y no entre los croatas.
Por último interesa formular la
siguiente pregunta.
El objetivo político-estratégico
de la política granservia fue la creación de una Gran Servia, nacional y
religiosamente homogénea. La técnica utilizada en el pasado consistía en que
ese objetivo fuese difundido entre los círculos muy íntimos y ante la opinión
pública mundial ese objetivo debió encubrirse y disfrazarse con distintos lemas
como ser "la liberación", "la unión de las tres tribus".
"el pueblo yugoslavo unido" y parecidos, mientras que hoy, gobernando
la camarilla roja, culmina en el slogan "la fraternidad y la unidad".
Uno se pregunta: ¿Por qué D.
Mihailović y su grupo abandonó esa táctica, mostró sus cartas, hizo
público su verdadero objetivo como asimismo los métodos terroristas para el
exterminio de sus vecinos para alcanzar dicho fin?
Con gran margen de seguridad
podemos contestar que la razón estriba en que D. Mihailović y su camarilla
estaban seguros de que los Aliados iban a ganar la guerra también para las
servios, como en 1918. Estaban seguros que entregarían el poder a Ios servios y
les dejarían manos libres, para que se las arreglen según su voluntad y que
diriman el conflicto con los croatas —según sus concepciones—, culpables por
haber estado en el bando contrario. El relativo desinterés del Occidente, que
toleró el abuso del poder por parte de los servios entre Ias dos guerras, les
sirvió coma argumento que su libertad después de la victoria iba a ser
irrestricta. Por ello creían que la táctica de ocultamiento de sus verdaderos
objetivos estaba superada y que —dada la nueva situación— existe la necesidad
táctica de proclamar públicamente esos fines y los métodos para su consecución
e inyectarlos en el alma de sus adherentes para prepararlos psicológica y
tácticamente para las empresas grandiosas durante y después de la guerra. La fe
de que esa táctica era acortada. no los había abandonado ni cuando en el
escenario aparecieron los soviéticos y cuando sus exponentes —los partisanos,
guerrilleros comunistas— eran más fuertes que los chetniks, ode modo que la
base para realizar sus fines estaba perdida.
Se equivocaron, pero... los
croatas y todos los vecinos servios deben ser cautos y vigilantes. El objetivo
no fue abandonado. Lo abrazó y trata de alcanzarlo la camarilla roja.
La autodeterminación
Ahora aparece para su análisis
la tercera persona de la "santa trinidad" politica servia, a saber
sus puntos de vista sobre el principio de la autodeterminación de los pueblos.
M. Djordjević dice que los
servios tienen derecho a la autodeterminación en todas las zonas "en que
habitan en densos establecimientos". Idéntico criteria sostiene la mayoría
de los exiliados servios, según se colije de sus publicaciones.
Empero, ¿quién es servio? O
mejor dicho: ¿a quién, ellos consideran servio?
Describiendo las condiciones en
el campo de concentración en Osnabrück en 1941, Djordjević escribe:
"...Entre esas (es decir
las minorías, N. del autor) deben contarse a quienes se declararon como pueblo
«montenegrino», «bunjevaćki» y otros que, de hecho, como tales no
existen".
"... Gran parte de los de
Voivodina volvió a casa declarándose «bunjevci» y algunos húngaros. Además de
los «bunjevci» aparecieron dos naciones más: los macedonios y los
montenegrinos. Se anotaron unos 300, pero otros tantos no lo hicieron..."[42].
Con un plumazo Djordjević
"autodetermina" a los macedonios, los montenegrinos y los bunjevci
como servios, ya que ellos fuera de la nación servia "no existen".
Con semejante "autodeterminación" queda resuelto el problema de la
inclusión de Macedonia y Montenegro en la Gran Servia. No es el único en pensar
así, pues lo acompaña la mayoría de los exiliados servios.
En Voivodina existe —si bien
creada artificialmente— la mayoría servia del 55 %. Si por Servia optan también
los bunjevci (que no pueden declararse croatas), esa mayoría aumenta. El
problema de las minorías húngara, la alemana, la rumana, etc. —no se resuelve
acatando el principio de autodeterminación. sino según los conceptos de D.
Mihailović y de todas las camarillas debe resolverse mediante "la
limpieza". De ese modo también Voivodina con semejante "autodeterminación"
debería anexarse a la Gran Servia.
La minoría albanesa habita el
espacio que era la cuna de la nación servia, donde se constituyó el Estado
servio de los Nemanjić, donde tiene su sede el Patriarcado de Peć, el
monasterio Dećani, Gračanica y el Campo de Kosovo, etc. Es verdad que
ellos viven allí "en densos asentamientos", pero la teoría de la
autodeterminación cede aquí lugar al "derecho histórico" de la nación
servia. Por lo demás, siendo minoría nacional se les aplicará (como contra los
turcos de esa zona) el concepto de "la limpieza".
De ese modo parece que el
principio de la "autodeterminación según los asentamientos densos"
debería prácticamente aplicarse sólo en algunas comarcas de la actual República
de Croacia. Hace tiempo vi un mapa, publicado en una publicación de los
emigrados servios, con la delimitación de los distritos de la actual República
de Croacia que se arrogan para Servia. Calculé que, según los datos
estadísticos de 1971, se anexarían a Servia distritos donde viven 460.000
servios (del total de 620.000) pero también no menos de 940.000 croatas.
Autodeterminación en Bosnia y Herzegovina
Pero dejemos de lado a los
macedonios, montenegrinos, albaneses y otros, pues ellos sabrán defender su
individualidad nacional. Dejemos por el momento de lado las pretensiones servias
sobre las partes de Croacia, Eslavonia y Dalmacia. Detengámonos en el problema
de los musulmanes en Bosnia y Herzegovina, por cuanto dicha provincia constituye
el quid del conflicto croata-servio y los musulmanes constituyen la clave para
solucionarlo.
"Vale la pena mencionar
que, desde la llegada de los eslavos a los Balcanes, Bosnia y Herzegovina
vivían una vida independiente en su Estado que periódicamente fue colocado bajo
el poder soberano de Hungría (por lo tanto y de Croacia, N. del autor), pero
que siempre conservó atributos de un Estado independiente"[43].
"De ese modo,
Bosnia-Herzegovina, Dalmacia, Croacia, Eslavonia (salvo Srijem), Bačka,
Banat y Baranja, como también Eslovenia, nunca estuvieron unidas a Servia"[44].
"Bosnia y Herzegovina nunca
en su historia fueron unidas a Servia"[45].
"Pero adónde incluir a los
musulmanes bosníacos por los cuales contienden los croatas y los servios y que
hablan el servio-croata (lengua literaria) y que ascienden a alrededor de
700.000? * Sus intelectuales en
gran mayoría son de orientación croata; las masas populares siguen ciegamente a
sus intelectuales en todas acciones políticas. No debemos engañarnos en ese punto.
Sobre todo el sistema hegemónico de Servia... produjo el efecto de que los
musulmanes bosníacos con sus aspiraciones y sus puntos de vista en cuanto al
porvenir coinciden totalmente con los croatas. Todo estadista servio, que no
tiene presente ese hecho, no puede considerarse político serio"[46].
"Servia siempre tuvo
pretensiones de conquista respecto a Bosnia y Herzegovina como también respecto
a Bulgaria y Montenegro"[47].
Hablando de la formación de la
Legión de los Voluntarios en 1917, Meštrović escribe:
"A los croatas se les
preguntaba: ¿Quieren ingresar a la Legión o no? A los bosníacos se los trataba
de otros modo. Se separaba a los católicos, y a los demás les preguntaban:
«¿Sois bosníacos?», y entonces todos debían ser voluntarios. Cuando los musulmanes
empezaron a rebelarse arguyendo que no eran servios, entonces los separaban y
"convencían" de un modo especial. En qué consistió esa persuasión rne
contó algunos meses después un tal Semez, ortodoxo de Bosnia, encargado de «esa
misión para los bosníacos». «Si algún turco no quiso (eran pocos de los no
instruidos que querían) se le cortaba la cabeza con un hacha y al ver otros ese
procedimiento, accedían. En esa tarea me ayudaban algunos musulmanes
«concientizados»"[48].
Es conocido coma Protić pensaba
solucionar el problema de los "turcos" en Bosnia-Herzegovina, de
manera que proseguiremos[49].
Se conoce menos que parecido
punto de vista sostenía el ministro Milorad Drašković. Discutiendo sobre
el concepto de la "mayoría calificada" para la futura organización
del Estado, manifestó:
"De esa manera a nosotros
los servios está asegurada la mayoría que prácticamente podremos organizar el
Estado como queremos". Preguntado "¿Cómo?", contestó: "Pues
así. Nosotros dentro de las viejas fronteras estaremos completamente unidos.
Los servios de las nuevas áreas votarán con nosotros y los turcos de Bosnia
serán obligados por fuerza a votar con nosotros"[50].
"De los 18 diputados
nacionales musulmanes en la Asamblea Nacional en 1923, 17 se declararon
croatas"[51].
Božidar Purić escribió en
Srbobran del 6/10/1972 que la Regencia en 1939 rechazó la propuesta de
Maček para que se llevase a cabo un plebiscito en la parte de Bosnia que
no perteneció a Croacia. La razón de esa actitud negativa se colige de la opinión
del granservio Dr. Laza Kostić, quien escribe: "Si un plebiscito
hubiera tenido efecto en 1941, la mayoría tal vez hubiera votado por Croacia[52].
Las unidades ustashi más
combativas eran integradas por los musulmanes, que se salvaron del cuchillo de
los chetniks, anota el servio Svetozar Vukmanović - Tempo en sus
"Recuerdos".
"Para los servios en Bosnia
y Herzegovina, los croatas y los musulmanes constituyen el peligro común"[53].
De lo que antecede, y que tomado
mayormente de las fuentes servias, se infiere que la filiación servia de los
musulmanes de Bosnia y Herzegovina o incluso una comunidad entre servios y
musulmanes son frases huecas sin la base real y sin valor político. Los
políticos servios saben muy bien que los musulmanes no son servios que junto
con los ortodoxos constituirían la mayoría que aseguraría la inclusión de
Bosnia y Herzegovina en virtud del "derecho de autodeterminación",
sino que los musulmanes con los croatas integran una comunidad que invalida ese
derecho por inexistente. Ipso facto los musulmanes automáticamente se
convierten en "enemigos" que "amenazan"' a los servios y
por lo tanto hay que exterminarlos.
Siendo realistas políticos los
jefes de la camarilla servia extrajeron de ese hecho lógicas conclusiones : La
incorporación de Bosnia y Herzegovina en la Gran Servia no puede lograrse con
los musulmanes sino sólo sin ellos. El principio de la autodeterminación debe
ser obviado sosteniendo con insistencia y en forma permanente que Bosnia y
Herzegovina son comarcas servias, de modo que allí no hay porqué
"autodeterminarse". Una vez bajo el dominio servio, entonces contra
los musulmanes (y también católicos) habrá que emplear los métodos de
"limpieza".
En la práctica este término
contiene tres significados: primero, el exterminio físico; segundo, la
servización compulsiva y tercero, sálvese quien pueda huyendo al extranjero.
Según este análisis de la
situación los jefes de los chetniks en 1941 —y no era la primera vez en la
historia servia— propusieron la "limpieza" de los musulmanes como el
objetivo inmediato de la estrategia política servia en la guerra y como el
objetivo a largo plazo en el período de posguerra.
Que este programa no fue letra
muerta lo prueban series de horrendos crímenes y matanzas, perpetrados por los
chetniks, cuyos documentos se hallan "en los archivos de los ex
beligerantes", a que alude M. Djordjević y según él contiene sólo los
crímenes ustashi. Del inagotable catálogo citaré aquí algunos crímenes,
cometidos sobre los musulmanes.
"En los alrededores de
Bileće en Herzegovina los chetniks fueron más crueles para con Ios
musulmanes que con la escasa población croata"[54].
"Djurišić concentró su
actividad en la política agresiva contra la población musulmana en la buena
parte de Sandžak. En cierto sentido las crueldades perpetradas por los
oficiales de Mihailović fue una manifestación extrema del componente
antimusulmán del nacionalismo servio, representado por los chetniks[55].
"El anticroatismo, el
antimuslimanismo y el antiyugoslavismo es la ideología de los chetniks
servios"[56].
Los oficiales chetniks, todos
servios, educados en la tradición que identificaba los éxitos militares servios
y su hegemonía política con la idea yugoslava, no sólo que toleraron sino que
participaron activamente en las campañas contra la población civil no servia,
que no tuvo ningún vínculo ni con los comunistas ni con los ustashi (subrayado
por el autor)[57].
"Desde entonces (la derrota
en Servia en 1941) el movimiento de Mihailović, pese a sus planes contra
el Eje y su orientación a largo plazo, de hecho libraba la guerra contra los
partisanos y la población civil musulmana y croata"[58].
"El movimiento chetnik
identificaba la nacionalidad y la ciudadanía con la religión. El servio —es
decir adherente a la Iglesia, Ortodoxa—tiene por croata a cada católico y por
turco a cada musulmán. Estos, en el Estado servio, siendo enemigos, deben ser
exterminados o expulsados"[59].
"Ningún estudio sobre
chetniks y su política durante la Segunda Guerra Mundial puede ser completo sin
tomar en consideración el uso del terror masivo de los chetniks contra sus
varios enemigos... El terror masivo de los chetniks apuntaba a tres grupos.
Primero, a los croatas ... Segundo, a la población musulmana en
Bosnia-Herzegovina... Tercero, a los partisanos (guerrilleros
comunistas"..."[60].
"La política, antiyugoslava
y anticroata de los chetnik servios creó un abismo tan hondo entre Draža
Mihailović y la población croata y musulmana que todos Ios esfuerzos de
Mihailović por conseguir su colaboración fracasaron"... En esa época
las consecuencias catastróficas de la política de Ios chetniks servios en las
regiones occidentales de Yugoslavia eran evidentes. Para ellos no había
diferencia entre los ustashi y los croatas. Sus comandantes, especialmente
Jevdjević y Djuić, exterminaban a la población croata y musulmana
siempre y cuando podían"[61].
En los considerandos de la
sentencia de Draža Mihailović se citan también una serie de matanzas y
bestialidades, cometidas contra la población musulmana.
Una de las primeras tuvo efecto
en diciembre de 1941 en el sureste de Bosnia, especialmente en la comarca de
Foča, donde fueron asesinadas 2.000 personas.
En enero y febrero fue ordenada
la "acción de limpieza" de los musulmanes en la zona de Bijelo Polje,
luego en las adyacencias de čajniče y nuevamente en la comarca de
Foča. Las pérdidas de la población musulmana se estiman en 10.000
personas; las bajas de los chetniks eran mínimas.
De acuerdo al informe de
Djurišić del 10 de enero de 1942, fueron incendiadas 33 aldeas musulmanas
y matados cerca de 400 combatientes musulmanes y cerca de 1.000 mujeres y
niños.
Las acciones de
"limpieza" emprendidas en febrero de 1942 tuvieron consecuencias más
horrendas aún. Según el informe de Djurišić del 13 de febrero en dichas
acciones los chetniks dieron muerte a 1.200 combatientes musulmanes y
degollaron alrededor de 8.000 ancianos, mujeres y niños. Además destruyeron
todas las casas y otros bienes, salvo el ganado, trigo y forraje que requisaron.
Cuando hoy todo el mundo conoce
esos crímenes de los chetniks servios, documentados en los "archivos
extranjeros", a que alude M. Djordjević para señalar los crímenes
ustashi, entonces a su pregunta "¿qué tienen que buscar los croatas en
Bosnia y Herzegovina?", obligatoriamente se impone la réplica: "¿Qué
tienen que hacer los servios en Bosnia y Herzegovina?".
¿"Limpiar", degollar, destruir, exterminar al 63% de la población no
servia para que Bosnia y Herzegovina "en virtud del derecho de autodeterminación"
pudieran anexarse a la Gran Servia"?
El peligro de los soviéticos
En otro pasaje M.
Djordjević alega que tanto los servios como los croatas están enfrentados
con un peligro más serio de lo que era Hitler.
Coincidimos con esa opinión.
Pero en relación con ello se impone el interrogante: ¿A qué se debe ese
peligro?
Por supuesto una de las causas
de ese peligro —tal vez la principal—es la importancia geopolítica y
estratégica del territorio yugoslavo en las relaciones actuales en el mundo,
particularmente las que rigen entre las dos grandes potencias. Ese factor
constituye vis mayor. Ni los servios ni los croatas, ni otros pueblos de
Yugoslavia son culpables de ello.
Pero aparte de ese factor, la
causa de ese peligro estriba también en la debilidad interna de Yugoslavia, que
por su naturaleza provocan maniobras y presiones de las grandes potencias.
Cuando se plantea la cuestión : Quién es culpable, los servios suelen dar la
respuesta estereotipada: "Tito", con el agregado casi obligatorio:
"Croata de Kumrovec", con lo cual en forma discreta tratan de
insinuar la culpabilidad de los croatas como si Tito procediera como una
representante legítimo del pueblo croata y llevara una política beneficiosa
para los croatas. Como si el georgiano Stalin llevara una política a favor de
su pueblo o el ucranio Khrushchev en beneficio de los ucranios y no en
beneficio de los rusos, o los eslovacos Husak y Bilak en la actual
Checo-Eslovaquia en favor de los eslovacos y no de los checos hegemonistas.
No cabe duda que buena parte de
la culpa recae en Tito personalmente. Por otra parte no es verdad que Tito
lleva —no puede llevarla—esa política sólo sino que la lleva conjuntamente con
un enorme aparato partidario y estatal. Y por más vueltas que se dé, queda el
hecho que la sede de ese aparato está en Belgrado y que, mayormente se halla en
manos de los servios. Pese a la federación falaz y a pesar de que en los cargos
cumbre del partido y del Estado hay algunos no servios (inclusive croatas), la
mayor parte de los puestos en todas Ias escalas de la administración estatal y
partidaria Los ocupan los servias y los montenegrinos que se consideran (o por
lo menos cooperan) con servios. De todas las estadísticas yugoslavas se colige
que tal situación impera en el partido, en la administración estatal, en la
economia, diplomacia, fuerzas armadas y en la policía regular y secreta, etc.
Si evaluamos la actitud de esos
portadores del aparato frente al "peligro mayor que el de Hitler", no
podemos evitar de concluir que si tuviesen que elegir entre las dos
alternativas, es decir por un lado la concreción de la verdadera igualdad de
todos los pueblos de Yugoslavia (lo que para ellos equivaldría perder el
monopolio del poder) y por el otro, la invasión soviética, los servios
eligirían la segunda alternativa.
A favor de esa tesis podríamos
aportar varias pruebas. pero por razones de espacio nos limitaremos a las
fuerzas armadas. Una encuesta llevada a cabo entre los oficiales (según los
datos neutrales (65-70% servios y montenegrinos) y suboficiales (idem 75-80
idem) arrojó los resultados siguientes:[62].
-54 %
oficiales superiores (de mayor para arriba)
-40 %
de los oficiales restantes
-47 %
de suboficiales
declararon que el
"nacionalismo" (léase no servio) constituye el peligro mayor para
Yugoslavia que cualquier agresión exterior (léase soviética). Unicamente
- 13,3 % de oficiales superiores
- 10,0 % de oficiales restantes
- 11,7 % de suboficiales
sostenían el criterio de que una agresión foránea era le mayor peligro para Yugoslavia. Los demás no se definieron.
Una encuesta sabre la
disposición reinante en la policía —regular y secreta— fue interrumpida por
orden superior, pero los datos preliminares han demostrado que allí la
predisposición prosoviética era aún más acentuada.
Si se toma en cuenta ese ánimo
en el ejército que, naturalmente, debería ser la columna dorsal de la defensa
del país ante el "peligro mayor que el hitlerista" y en la policía,
(por supuesto y en otras organizaciones) entonces resulta improcedente
cuestionar a los croatas. Su disposición anímica es obvia, más la situación
creada en el país sin ellos y contra ellos, les atan Ias manos y no deja que se
exteriorice.
El comandante del Distrito
Militar de Zagreb es siempre un servio (con breve intervalo cuando era un
croata, Ivan Rukavina que pronto fue relevado y cesanteado).
Los comandantes de todas las
guarniciones en las áreas croatas como también la mayoría de la oficialidad son
servios y las tropas por regla general procede de las regiones no croatas.
En la capital de Croacia, Zagreb
(5% servios y 89% croatas) el plantel de la policía acusa:
—entre
el personal uniformado: 56,5 % servios
—entre
el personal civil: 47,6 % servios[63].
La situación en Ias otras
ciudades y localidades de Croacia es similar si no peor.
La culpa por "el peligro
mayor que el hitlerista" no recae pues en los croatas, sino en los
connacionales de M. Djordjević dentro del país.
¿Qué tipo del futuro Estado croata?
M. Djordjević, extrañado,
se pregunta (y a mí también): cómo es posible que yo (lo mismo se refiere a los
demás croatas) puedo abogar por el Estado croata, utilizando la expresión:
"tal como era durante 1941-45" y agregando: "creado por los
enemigos".
La expresión "tal como
era..." resulta provocativa. Sea adrede sea por no haber pesada el tono de
insulto de sus palabras, el intenta negar el Estado croata como un Estado
normal e insinúa que cualquier Estado croata debe ser
"ćriminal", "fascista" o tildado con otros epítetos
con los cuales la propaganda enemiga califica al Estado Independiente de
Croacia. Es un intento indirecto de degradar el mismo concepto del Estado
croata como tal e intento de presentar a la lucha de los croatas por su
independencia nacional como algo reaccionario y fascista.
Si el señor Djordjević sigue con una pizca de buena disposición las declaraciones de los croatas exiliados (y de los que quedaron en la patria, en los limites de la posibilidad de su libre expresión), deberá reconocer ante sí que la lucha politica de los croatas no persigue la creación de aquel tipo de Estado como era el EIC sino de un Estado libre, democrático y socialmente justo, donde todos —y por supuesto los servios— que habitan el territorio étnico croata tendrán garantizadas todas las libertades individuales, nacionales, económicas, sociales y religiosas en la forma que decidirá el pueblo en la patria en una forma libre y democrática. La visión de ese Estado apunta al futuro y todo parangón con el pasado, sobre todo si es malintencionado, carece de sentido.
En cuanto al término
"fascista" que suele imputarse al EIC, cabe recordar que el Rey
Alejandro había instaurado el fascismo en Yugoslavia antes que Hitler subiera
al poder en Alemania y que Yugoslavia permaneció fascista hasta su derrumbe,
con un púdico intento de desfascización después de 1939.
Si el EIC fue creado solo por
los "enemigos" y en qué medida participó el pueblo es tema de largas
discusiones. Objetivamente debe admitirse que habría sido imposible crearlo sin
el consentimiento de los alemanes, en aquel momenta dueños de casi toda la
Europa. Tampoco debemos olvidar que Yugoslavia no fue creada por habernos
"liberado" Servia, sino porque convenía a las grandes potencias
vencedoras. Pribićević conversando con el rey Alejandro le pregunta:
"¿Quién liberó a los checos y los eslovacos?" y le demuestra que no
es verdad que Servia había "liberado" a los croatas sino que, si se
quiere emplear el verbo "liberar" en su acepción verdadera, entonces
las potencias occidentales han "liberado" a nosotros (sureslavos de
Austria-Hungría) y a vosotros (Servia)[64].
La diferencia de la creación de Yugoslavia en el sentido favorable y del Estado
Independiente de Croacia en el sentido desfavorable estriba en que la primera
fue creada por las potencias victoriosas y EIC se vinculó con ias potencias que
perdieron la guerra. En cambio, el factor negativo para Yugoslavia consistió en
que fue creada sin el consentimiento de los pueblos componentes, mientras que
la proclamación de la independencia estatal de Croacia fue anhelada y vitoreada
por el pueblo entero, prescindiendo de la división de opiniones en cuanto a los
bandos beligerantes. Pues el 10/4/1941 el pueblo croata por primera vez desde
1918 tuvo la ocasión de expresar en forma plebiscitaria —sin el procedimiento
formal plebiscitario— su voluntad a favor del propio Estado nacional.
Deploramos que los servios consideran esa decisión como "hostil", sin
poder modificar su valor intrínseco. El Consejo Nacional Esloveno siguió los
pasos del Consejo Nacional Croata y el 11 de abril proclamó que era eI único
representante soberano del pueblo esloveno[65].
Cuándo, en qué condiciones y de
qué modo se restablecerá el Estado de Croacia, no dependerá, lamentablemente,
sólo de la voluntad y la acción del pueblo croata (ni servio) , sino en gran
medida de las circunstancias fuera de nuestro alcance. Cuando llegue ese
momento, ese Estado croata será proyectado al futuro, y no, de acuerdo con
aquel del pasado.
Diálogo entre croatas y servios para ponerse de acuerdo
El deseo de M. Djordjević
para que entre los servios y los croatas se entablen conversaciones en un nivel
civilizado y que se busquen nuevas vías, en el sentido abstracto es plausible.
Los croatas nunca carecían de voluntad para llegar a un acuerdo. Por esa razón
los servios solían llamarnos despectivamente "sporazumaši" (los que
buscan un acuerdo, un compromiso) en contraste con los servios
"luchadores". Toda la política croata desde 1918 (salvo Pavelić
desde 1929) fue inspirada por el afán de llegar a un acuerdo con los servios en
base a la igualdad de todos los pueblos en Yugoslavia. Radić, en aras del
compromiso, sacrificó su idea republicana en 1925.
Sin embargo no se logró el
acuerdo. Distintos "acuerdos" entre los representantes croatas (en
primer lugar el Partido Campesino Croata) y ciertos partidos servios servían a
estos últimos para. obtener el apoyo de Ics croatas a efectos de reemplazar a
otro grupo en el poder y luego seguían la misma política. El compromiso
Maček-Cvetković de 1939, por su naturaleza, era algo incompleto y
transitorio. Los factores políticos servios nunca lo aceptaron, de medo que el
golpe de Estado del 27/3/1941 fue dirigido más contra ese compromiso que contra
el Pacto Tripartito.
Expuse mi opinión sobre el
particular en dos cartas a un amigo, publicadas en "Hrvatska Revija",
septiembre 1972, pp. 339-357. Reproduciré aquí algunos fragmentos que hacen al
conjunto de esta exposición:
"Sin embargo, una experiencia
política secular, demostró que esa racionalidad teórica (o sea, la solución
mediante compromiso) fue anulada sin excepción alguna por la realidad política
y mayormente en perjuicio nuestro. Pues para pactar hace falta dos. Mientras
nosotros les croatas hemos practicado como una constante de nuestra política la
tendencia a llegar a un acuerdo, en base a ciertos compromisos y a veces íbamos
en ello demasiado lejos que en aras de un acuerdo sacrificábamos incluso
nuestros intereses vitales, la camarilla servia en esas tratativas y acuerdos
veía sólo la táctica y el instrumento para engañarnos y someternos".
"Y así no se llegó a ningún
acuerdo. Tampoco pudo haberlo. como ya dije, por cuanto para un compromiso se
necesitan dos pactantes. Nosotros fuimos una parte pactante, pero otra, pese a
nuestra mejor voluntad. no se encontraba. Pues, querido amigo, durante un
siglo, no surgió ni un solo partido político, grupo o individuo de importancia
política, una sola organización o agrupación no política (proveniente del
ejército, iglesia, la corte, círculos económicos o financieros, de la
conducción laboral, juventud, etc.); ni una sola organización o
asociación de intelectuales o algún destacado intelectual, científico,
escritor, artista, periodista, en otras palabras nadie —repito nadie—
quien tendiera a un auténtico acuerdo. Cada problema, que por sü naturaleza
sería tema de negociaciones y de un acuerdo, la camarilla, (čaršija.)
servia lo encara de otro modo —mayormente en el sentido contrario que nosotros
... Si no por otra cosa, en esa materia cabe afirmar que hablamos dos idiomas
distintos"[66].
Leyendo la prensa de los
exiliados servios no observo ningún cambio fundamental, ni en la mentalidad, ni
en la táctica ni en los objetivos, comparándolos con los del pasado; no
obstante que ciertos grupos servios declaran aceptar un sistema federalista de
Yugoslavia. Pero un análisis somero de su "federación" demuestra que
presupone la creación de una Gran Servia en esa Yugoslavia, comprendiendo a
todos los- servios, no importa si viven en los territorios ajenos. No quiero
referirme a la postura de los demás pueblos, pero tengo que decir que con este
supuesto, todo diálogo con los croatas carece de sentido.
Quisiera reiterar lo dicho
antes, o sea que los emigrados en el futuro próximo desempeñarán un papel de
tercer orden en cuanto a la determinación del destino de Yugoslavia, pues
primero les tocará decidir a las grandes potencias y a los factores dentro del
país, es decir al pueblo y a sus gobernantes, prescindiendo si estos son
legítimos o no. Sin embargo, pese a esas circunstancias, un compromiso y una
acción conjunta de los exiliados croatas y servios (incluyendo por supuesto la
de los eslovenos, macedonios, montenegrinos y albaneces) ante el Occidente y
Oriente podría contribuir a una solución más favorable para todos los pueblos y
por ende, sería útil.
Pero para llegar a una acción
conjunta es imprescindible reexaminar los criterios pasados, y asumir nuevos,
tanto por parte croata como servia.
Por parte croata se insiste
públicamente; lo que los exiliados servios no ignoran, las siguientes ideas y
pautas básicas en la lucha nacional:
1) El rechazo rotundo y total de
cualquier Yugoslavia que sea y su objetivo es: la restauración del Estado de
Croacia.
Eso importa la radicalización de
los puntos de vista croatas, que inevitablemente tuvo que producirse después
del análisis de las relaciones servio-croatas a lo largo de la historia y a la
luz de la situación actual del pueblo croata. Puede haber (y las hay) diferencia
entre ciertos grupos de los exiliados croatas en cuanto a los métodos y la
táctica, para conseguir el objetivo final, pero en cuanto al objetivo hay
unanimidad. Me atrevería a afirmar que la misma unanimidad se da también en el
pueblo croata.
2) Rechazo del criterio de
algunos de que los ortodoxos en el territorio étnico croata no son servios y el
franca reconocimiento que son servios.
3) Las declaraciones públicas,
francas y sinceras en el sentido de que a los servios en el espacio étnico
croata se les reconoce la igualdad y todas las libertades: individuales,
nacionales, económicas, sociales, culturales y religiosas de las que gozan las
minorías nacionales en los países más adelantados.
Esos dos puntos de vista
significan las desradicalización, en comparación con los anteriores criterios
que sustentaban ciertos grupos políticos croatas y el rechazo de los puntos de
vista del régimen ustashi que los servios podrían considerar como
"amenaza".
M. Djordjević publica en
GKS. para corroborar su tesis, algunos puntos de vista del Dr. M. Maček[67]
y los opone a los mías. Conviene pues, precisamente en este lugar, sintetizar
los criterios del Dr. Maček, sobre los problemas fundamentales,
relacionados con los tres puntos expuestos precedentemente.
El Dr. Maček reacciona
contra las palabras de Adam Pribićević quien escribió en GKS[68]:
"Una Croacia, capaz para la
vida independiente es inimaginable sin la incorporación de un número
significante de servios. Según el compromiso de 1939 la Banovina de Croacia
(región autónoma) incluía más de 800.000 servios... No se puede imaginar que
los servios de hoy, después de la masacre de los ustashi y su forzoso pase al
catolicismo, accederían de buen grado a que gran número de los servios sea
entregado a la vecina república de Croacia".
Luego el Dr. Maček recuerda
un diálogo entre Stojan Protić y Esteban Radić donde el primero
empezó a argumentar coma sigue: "Mire, señor Radić, incluso sin el
departamento de Srijem les damos 600.000 servios" ... "No, señor
Protič", lo interrumpió Radić, "ustedes no nos los dan, por
desgracia los tenemos".
"Es el único criterio
acertado", observa el Dr. Maček.
Luego el Dr. Maček expone
como durante las guerras turcas numerosos ortodoxos se establecieron en las
tierras croatas; como algunos de ellos llegaron con la conciencia nacional
servia desarrollada, mientras que otros traidos por los turcos carecían de
conciencia nacional. Como no se asimilaron con los croatas únicamente por la
diferencia religiosa, mejor dicho de la Iglesia. Como en el departamento de
Modruš-Rijeka precisamente los ortodoxos abrazaron la ideología de A.
Starčević (restablecimiento de la independencia estatal de Croacia,
mientras que los croatas, bajo la influencia de Strossmayer, tendían a la idea
sureslava. Como el padre del regente Srdjan Budisavljević, Bude
Budisavljević, firmaba como "escritor croata" y recién más
tarde, bajo la influencia de Khuen Hedervary, se volvió servio fue designado
por eso prefecto del departamento Lika-Krbava. Por ultimo el Dr. Maček
concluye:
"Hoy todos los ortodoxos en
esa comarca se consideran servios y nadie que piense razonablemente puede
negarles su sentimiento nacional. Pero al mismo tiempo cada hombre que siente
un poco lo que es justicia, ha de comprender que esos servios, siendo minoría
en Croacia, deben respetar su patria Croacia, si ya no la pueden amar".
Más adelante el Dr. Maček
contesta el siguiente pasaje de Adam Pribićević :
"Ni U.S.A. cedería al
Estado vecino tantos ciudadanos suyos, aunque cuenten en un espacio de tamaño
de Europa con 140 millones".
"Muy bien" contesta
Maček. "Por esa misma razón ni Croacia puede ceder a sus ciudadanos
ni su territorio, prescindiendo de si los servios en ese territorio se
asimilaron con los croatas o no. Cuando el señor Pribićević ya
menciona a U.S.A., pregunto qué dirían los norteamericanos si de golpe se
acordaran los holandeses, los alemanes, italianos, chinos y japoneses que por
haber sus antepasados llegado de distintos países, le corresponde a cada uno
reclamar un pedazo del territorio estadounidense, o lo que mejor se adecuaría a
los conceptos políticos del señor Pribićević, si alguno de esos
pueblos se acordara que para conservar sus derechos Norteamérica íntegra
debería caer bajo el control de Irlanda, Alemania o Japón".
Por fin el Dr. Maček
concluye:
"Por ello la cuestión de si
los pueblos de la Yugoslavia actual quedarán, una vez liberados del yugo
comunista, aunque sea —como se expresa el Sr. Pribićević— en una
confederación frágil o no, y sobre todo si en semejante comunidad se quedarán
los croatas, depende de otra circunstancia, es decir de si los croatas podrán
conservar la soberanía del pueblo croata y de su Croacia, pisoteada y atacada a
lo largo de los siglos. Atropellada por los visires turcos, por los generales
austríacos y los exponentes magiares, atropellada por Ante Pavelić y Josip
Broz Tito, atropellada pero nunca y por nadie sometida".
Ningún servio puede decir que
Maček era ustashi. ¿Por qué entonces tildan de "ustashi" la
actividad política, que en el fondo es idéntica con las ideas arriba expuestas
del Dr. Maček? ¿Por qué a quienes piensan en el fondo de modo idéntico
como el Dr. Maček los califican "ustashi", imitando la misma
terminología de UDBA (policía secreta de Tito)? No son estas las condiciones
propicias para entablar los diálogos croata servios y negociar un acuerdo.
El diálogo se ve dificultado
también por el hecho de que los grupos servios que se dicen
"moderados" y que —en mi opinión— constituyen la parte más
representativa de los exiliados servios, asumen una posición hermafrodita, ora
son servios, ora yugoslavos, al mismo tiempo como si esos dos fuesen idénticos.
Además, los servios suelen
asumir una actitud de superioridad frente a los demás pueblos de Yugoslavia. En
eso podría haber cierta lógica hasta 1918. Los servios estaban entonces en la
cumbre de su expansión nacional e imperialista. Por otra parte se encontraban
en el bando de los vencedores. Los croatas y los eslovenos se encontraron en una
situación de inferioridad: los croatas amenazados por el imperialismo húngaro e
italiano y los eslovenos por el alemán e italiano. Ambos pueblos estaban de
lado de los vencidos.
Hoy la situación cambió
totalmente. Ni los croatas ni los eslovenos se dejan ya atemorizar por el
peligro alemán, italiano o húngaro. Para los eslovenos no hay ningún frente
exterior; para los croatas únicamente el granservio. Para los servios, en
cambio, existen el frente croata, albanés, búlgaro y en el momento preciso se
abrirá también el montenegrino.
Como se ve los diálogos en un
nivel decente serían; posibles e incluso útiles para todos, si los servios
fussen dispuestos a dialogar con nosotros coma servios y no como hermafroditas
servioyugoslavos; si comprendiesen que Yugoslavia no es su feudo, que los
croatas no piden ni concesiones ni mercedes sino que reivindican sus derechos
elementales, pues nada no dan de ellos, sino que nosotros tomaremos lo que es
nuestro, lo que nos quitaron por fuerza circunstancial. Por fin, si los servios
(de Servia) no usurparan el derecho de representar a todos los intereses
servios sino aceptar que servios, radicados en Croacia, hablen en su nombre, si
conociendo el sentido por el realismo político de los mismos, estoy seguro que
entre ellos hay hombres como Nikola Tesla —servio, cuya patria es Croacia— o
como Sv. Pribićević quien tuvo el valor moral de dejar el camino
equivocado y comprender en qué consisten los auténticos y permanentes intereses
de la minoría servia, radicada en las provincias croatas.
Traté de apoyar mis concepciones
más con las declaraciones de Ios servios y extranjeros que de Ios croatas. Como
conclusión reproduciré dos opiniones más:
"El célebre historiador
francés y conocedor de la situación yugoslava, profesor Albert Mousset, quien
durante dos decenios defendió el centralismo servio, por fin rectificó sus
criterios respecto a las relaciones servio-croatas, pues la "cuestión
nacional", cuya clave consiste en solucionar las relaciones servio-croatas
sigue en vigencia... En el fondo de su corazón los croatas —pese a la aventura
desgraciada de Pavelić alientan gran esperanza de que algún día
restablecerán su Estado... Radić dio a su pueblo la conciencia nacional y
social, más honda que la conciencia que antes tenían en base a sus derechos
históricos y la oposición pasiva a los húngaros. Su asesinato en el recinto del
parlamento en Belgrado cavó una sangrienta fosa entre Ios servios y los
croatas, que nunca fue tapada. Por último entre 1941/45 se libró entre ellos la
guerra, que no era la guerra civil, sino la guerra entre dos naciones"[69].
"No hay poder en el mundo
capaz de quebrar la idea croata. Antes la montaña Velebit se hundirá en el mar
y los ríos Drava y Sava quedarán secos que los croatas desistirán de sus
aspiraciones que es la garantía para su seguridad y el desarrollo, sin impedimentos,
de su individualidad"[70].
Me siento obligado a referirme a
dos asertos en Ios artículos de M. Djordjević en GKS. Por una parte para
no dejar la impresión de que me siento "culpable" y eludo la
respuesta y por el otro, porque dichos asertos comprenden a todo. el cuerpo de
los oficiales croatas.
Primero: En su carta privada
(que leo sólo yo) mi ex colega me elogia pues según la declaración de mi
comandante de división, general Stanojlović, me porté correctamente, según
el código moral de un oficial en aquellos momentos críticos. En cambio, en su
articulo en GKS (17/3/1977) —que leerán muchos— dice textualmente: "El día
10 de abril Babić abandonó el Estado Mayor y lo hallamos en Zagreb como
integrante del Estado Mayor General, acaso para esperar la solemne entrada de
las tropas alemanas en la capital de Croacia... ".
Tengo derecho de suponer que no
se trata aquí de una confusión casual sino de un truco premeditado —verdadera
intriga servia— para lisonjearme en la carta privada y calumniarme ante el
público lector. Para su gobierno y como un detalle insignificante para entender
la historia de eses días decisivos, a breves rasgos relataré lo que pasó en
aquellos días:
9 de abril de 1941. El Estado
Mayor de la división se hallaba en Rogatec (Eslovenia). La división
prácticamente no existió más, pues ya el 6 de abril los soldados reservistas
eslovenos (incluso los oficiales reservistas) regresaban a sus casas. Se
redactó el informe sobre la situación de la división y el día 10 de abril lo
llevaba por la mañana al Cuartel del VII ejército, instalado en Kerestinec
(Croacia). No encontré al comandante del ejército general Dušan Trifunović
(y ex ministro de defensa) ni a su reemplazante. Se fueron a Petrinja para
buscar donde instalar el Estado Mayor en el momento del repliegue. Tal vez eso
sea el único caso en la historia militar de que un comandante del ejército y el
jefe de su estado mayor cumplen la misión de un suboficial o cabo. Dicho de pasada
fueron hechos prisioneros en Petrinja, por los campe-sinos croatas que los
entregaron a los alemanes. No los mataron.
De Kerestinec me fui a Zagreb
donde almorcé en casa de un pariente. Me enteré que los alemanes estaban en
Vrbovec (unos treinta kilómetros al norte de Zagreb) y nada más. Alrededor de
las cinco volví a Rogatec; y allí supe que ya habían impartido órdenes para el
repliegue de la división (inexistente) a la montaña Mačeljska (cerca de la
frontera esloveno-croata) de manera que el Estado Mayor de la división se
encuentre en Klanjec (Croacia) alrededor de las 10 horas de la noche. Recién
entonces me enteré por boca de un esloveno, mayor de reserva y abogado de
Ljubljana, que en Zagreb fue proclamado el Estado Independiente de Croacia, lo
que al principio no creí pero luego me convencí en casa de un posadero al oír
la radio de Zagreb.
El general Stanojlović y
los oficiales servios vacilaron mucho en pasar de Eslovenia a Klanjec, pero por
fin tuvieron que hacerlo, ya que no podían quedarse entre las tropas alemanas y
las propias. De ese modo el Estado Mayor de la división —compuesto de 2 coches
particulares, un ómnibus y creo 2 ó 3 camiones— un poco antes de las 10 llegó a
Klanjec, donde las autoridades croatas dispusieron un local para su instalación
y un hotel para los oficiales. Allí se produjo una violenta discusión entre los
oficiales servios sobre lo que habría que hacer. Se oían palabras altisonantes
como "rey", "patria", "juramento militar",
"el honor de un oficial", "combatir y morir por la patria"
y cosas por el estilo con una preocupación muy realista, por otra parte como
salir de la nueva situación. Prevaleció el típico realismo servio, o sea
"deja de perorar y salva su pellejo". La conclusión unánime era
abandonar el territorio croata, pasar a Eslovenia a través del Sutla y allí
"sálvese quien pueda". Me pidieron que los acompañase, lo que hice y
en Eslovenia nos despedimos. Los oficiales eslovenos resolvieron volver a sus
casas. Cuando le pregunté qué iba a pasar con los oficiales servios, dispersos
por la zona (alrededor de 100) y con los reclutas —la mayoría servios y algunos
albaneses, algo más de 1.000)— el general Stanojlović me contestó más o
menos: ¿"Que sé yo"?... "¿Qué puedo hacer?"... "Traten
de ver las cosas y hacer lo que se pueda". El plantel de los oficiales
servios estaba de acuerdo.
Regresando de Esloenia el
capitán Milko Vagner y yo, únicos dos croatas en el Estado Mayor de la din,
tratamos de comunicarnos por las líneas telefónicas postales —con otra
comunicacion Ia división no contaba ya desde el comienzo de la guerra— con los
dispersos grupos y ellos con nosotros durante la noche del 10 de abril y todo
el día 11 de abril solicitando directivas y consejos. Algunos grupos huían y
ciertos fanáticos servios, con sus grupos armados, amenazaban con matar e
incendiar las aldeas croatas. Les aconsejé a todos que eviten toda provocación,
pues perderán la cabeza entre la población local armada, que se dispersen en
pequeños grupos y traten de llegar a sus casas. A unos les decía eso en tono
tranquilo y persuasivo y a los fanáticos, enloquecidos en su desesperación, en
tono imperativo y amenazador, pues como integrante del Estado Mayor todavía
representaba un poco de autoridad.
Durante el 11 de abril muchos
grupos pequeños Ilegaron a Klanjec donde se les ayudó para que compren en
comercios o a los particulares trajes civiles, mientras que el jefe del
distrito y el comisario de los ustashi (aunque los servios no lo crean) daban a
quienes lo querían el pase con los nombres inventados y croatizados para que
pudieran sin dificultad atravesar las líneas alemanas hasta sus casas en
Servia, Kosovo o Macedonia. Por intermedio de los vecinos de prestigio se
impartían instrucciones a las unidades de la Guardia Campesina Croata, bien
pertrechadas con las armas dejadas por el ejército, inclusive con las
ametralladoras pesadas, morteros y cañones de campaña, en el sentido de abrir
el fuego en una situación extrema, es decir si fueran atacadas.
Al terminar el día 11 de abril
todos Ios grupos se dispersaron y desaparecieron de la zona de Klanjec, sin que
se produjera un solo choque ni se derramó una gota de sangre. Al anochecer, en
compañía con el capitán Vagner y el general Matas Parač, quien llegó a
Klanjec, fui a Zagreb, atravesando las líneas alemanas sin que nadie nos
detuviera o interrogara.
Por lo tanto, contrario a la
malévola insinuación de Djordjević, no he abandonado el Estado Mayor para
esperar a los alemanes, sino que lo abandonaron todos los oficiales servios
para salvar su pellejo. Un día después de la desintegración de Yugoslavia
estaba salvando las vidas de los soldados rasos servios, abandonados por sus
oficiales, cuyo deber militar, patriótico por tratarse de servios y moral era
quedarse con ellos y compartir su destino.
Valió la pena describir este
caso del derrumbe y descomposición de mi división, pues no se trata de una
excepción, sino de un modelo como se produjeron los sucesos casi en todas
partes, inclusive en Servia[71].
En muchos casos los generales
fueron los primeros en abandonar su puesto y huir en automóviles, a veces con
sus mujeres, hijos, amigos y mucho equipaje hacia el centro del país, hacia las
montañas servias o bosníacas, esperando encontrar allí poderosas fuerzas para
entonces conducirlas "heroicamente" y defender
"triunfalmente" al Rey y la Patria. El ejemplo de los generales fue
imitado por los grados inferiores, que abandonaron a sus soldados y procuraron
llegar a sus casas. Los soldados, sin conducción, desorientados, atemorizados y
hambrientos deambulaban sin dirección fija hasta que los alemanes los
capturaban, lo que para ellos en esos momentos significaba un alivio. A los
generales y nutridos grupos de oficiales armados los desarmaban y capturaban en
Croacia, Bosnia, Herzegovina y Dalmacia no sólo los grupos organizados de la
Guardia Campesina Croata sino grupos de hombres y mujeres casualmente reunidos,
incluso sacerdotes.
En uno de los 1.500 informes de
los oficiales croatas, que menciona también M. Djordjević, se cita un
ejemplo concreto cuando un contingentes de unos 60/70 oficiales servios huía
con varios camiones de la Dalmacia del Norte hacia Bosnia. El más antiguo en el
grupo fue un general de brigada, de cuyo nombre no me acuerdo. En los camiones
llevaban banderas y cuando atravesaban las aldeas croatas les deban vuelta y
vitoreaban "viva Croacia", se decían croatas y declaraban que estaban
buscando a las autoridades croatas para ponerse a su disposición. Cuando
pasaban por las aldeas servias izaban los colores yugoslavos y gritaban "viva
Yugoslavia" y "muerte a los croatas traidores" y explicaban que
iban a Bosnia para ponerse al frente de fuerzas poderosas con las cuales
volverían enseguida y arrojarían a los italianos al mar.
Según otro informe el general
Antić —hermano del todopoderoso ministro de la Corte Real— y algunos
oficiales servios, entregaron sus pistolas y se dejaron capturar por un
sacerdote católico quien se puso en medio del camino por el cual huían. Ni el
sacerdote ni los ustashi los mataron sino que los entregaron como prisioneros a
los alemanes. Según otro informe, el general Brasić —muy influyente en el
Estado Mayor General—, comandante del Tercer Ejército, cuya misión era expulsar
a los italianos de Albania, no tuvo contacto can sus divisiones desde el 8 de
abril. Huía en un coche con su familia y detrás iba un camión con su equipaje,
incluso un gallinero con las gallinas de la raza Leghorn.
Podría citar más casos
parecidos.
En resumen, no es verdad que yo
había abandonado el Estado Mayor para esperar a los alemanes, sino que me porté
conforme a los preceptos tradicionales de la moral de un oficial, igual que la
mayoría de los oficiales croatas, acusados de "traición".
Por lo demás ¿qué sentido tiene
hablar tanto de la "traición" de los croatas? ¿Es que ellos tuvieron
que sacrificarse por la Yugoslavia que los había traicionado ya en 1918,
mientras que los servios estaban huyendo como moscas?
Segundo: Como
"lei-motiv" de su crítica contra mi artículo, publicado en el
Simposio de la Revista Croata sobre mi misión ante los Aliados en 1944, M.
Djordjević cita (por supuesto, parcialmente) una carta que el coronel de
gendarmería Ladislav Nedved y yo dirigimos a Ante Pavelić en agosto de
1941.
No es verdad que yo traje la
carta a Bari y que allí me la quitaron los norteamericanos con los cuales
estuve sólo media hora para ser conducido ante los ingleses. La carta ya la
tenían los ingleses por intermedio de sus órganos de información en Zagreb y
ese hecho fue mencionado varias veces en nuestras conversaciones. Del artículo
de mi ex colega colijo que mi carta la tenían también los norteamericanos, lo
que antes desconocía. Había llevado conmigo también otros documentos, como por
ejemplo los acuerdos entre los chetniks y ustashi y la documentación probatoria
de los crímenes de los chetniks y partisanos contra la población croata.
La carta del coronel Nedved y
mía fue la protesta contra los procedimientos, utilizados por ciertos círculos
ustashi (no todos) contra la minoría servia y nuestra condena de dichos
procedimientos. Subrayo que no fue la única protesta de parte croata, pues
había varias entonces y después. La intención del coronel Nedved y mía era,
claro está, impedir los hechos que en definitiva iban a perjudicar los
intereses nacionales y estatales croatas y al mismo tiempo intervenir
públicamente a favor de los servios perseguidos. Nuestra protesta tenía, pues,
no sólo alcance político, sino también ético-moral y reflejaba "el
sentimiento humano", según lo califico, el mismo Djordjević.
Nadie exige que esa protesta y
muchas otras de otros croatas sea objeto de alabanzas por parte servia. Pero
podría esperarse que dicha carta no fuera esgrimida sólo como
"prueba" que me había pasado "al bando contrario", cuando
este "bando" es siempre igual, es decir con los sentimientos croatas
y humanos, entonces según las circunstancias de aquel momento, hoy según las
circunstancias actuales.
Mientras los croatas condenaban
los excesos, cometidos por algunos grupos ustashi, idénticos excesos cometidos
por los servios contra los croatas —no sólo contra los ustashi armados sino
contra la inerme e inocente población civil— no fueron deplorados ni condenados
por ninguna organización servia política, cultural u otra ni por ningún
intelectual servio, ni siquiera por M. Djordjević. Por el contrario, esos
crímenes son exaltados como hazaña heroica y sus autores como héroes
nacionales, se conmemoran las fechas de esos crímenes en los salones, se
ofician servicios religiosos y fúnebres en los templos.,. en recuerdo de los
"héroes" caídos.
Hasta tanto los servios sigan
glorificando las figuras como Draža Mihailović, Pavle Djurišić, Baja
Stanišić, y otros "conductores" como Jevdjević y Djuić
y delincuentes semejantes como héroes nacionales (siempre confundiendo los
conceptos, sin determinar si se trata de servios o yugoslavos, de modo que en
ese último caso tendrían que glorificarlos también los croatas), nadie debe
extrañarse si en ciertos círculos croatas subsiste la tendencia a glorificar
coma héroes nacionales al Dr. Ante Pavelić, Luburić, Gutić y
otros. Desde un punto de vista superior esa es lamentable, pero —•rebus sic
stantibus— es natural e inevitable.
Torremolinos, España, noviembre
de 1977.
(Versión castellana: B. K.)
Ivo Boric
Vida de la colonia y sus obras
Una vista panorámica, fruto de
la experiencia personal
Algunas palabras de introducción
Antes de iniciar el tema
referente a la inmigración croata a Chile, y presentar a la colonia que ellos
formaron en dicho país, objetivo que persigue este trabajo, no está demás
exponer las causas que determinaron esa emigración, y que fueron las mismas que
determinaron la emigración de croatas a la Argentina, y el resto de
Latinoamérica, a Estados Unidos, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, Sudáfrica y
Europa occidental.
Antes de hablar del efecto de la
emigración, es necesario señalar sus causas. Es imprescindible aclarar por qué,
de uno de los países más ricos de Centro-europa, cuya población apenas si
alcanza a 8.000.000 de habitantes, emigraron en los últimos 130 años más de
2.000.000 de hombres y mujeres. Sería más absurdo creer que las oleadas
emigratorias de croatas, especialmente aquellas oleadas de principio del siglo,
y las que se produjeron al finalizar las dos Guerras Mundiales -cuando tenían
carácter de verdaderos éxodos,- pudieron haber tenido por motivo periódicas
explosiones del espíritu de aventuras. La avidez de conocer otros horizontes, o
el espíritu de aventura si así se prefiere, pudo haber guiado los pasos de un
Marco Polo, hijo de la isla croata de Korcula.
El espíritu de aventuras pudo
haber guiado los pasos de algunos viejo marinos de Dubrovnik (antigua República
conocida también como Rausa y Ragusa), que desde la Edad Media tripulaban naves
de esa bandera, en viaje a Italia, España e Inglaterra, donde eran bautizados
con el nombre de su ciudad, su provincia, o su país (Raus, Ragusso, Dálmata,
Croatto), haciéndose de nuevo a la mar, rumbo al Nuevo Mundo, quedando así
definitivamente cortados de su tronco nacional. (Según antiguos escritos de
navegantes de Hvar, Omis y Losinj, aquellos nombres de neto origen croata, eran
conocidos en América ya a comienzos del siglo XV, lo que hace pensar que algún
Raus o Ragusco, o Dálmata o Croatto pudieron haber sido tripulantes de
carabelas de Colón). Si tal sucedió, siempre se trataba de casos aislados muy
común. Lo que nada tiene de común es el éxodo de más de dos millones de seres
en solo 130 años, cifra que representa más de un 20 por ciento del actual
caudal demográfico de Croacia; porcentaje superado únicamente por Italia y
España en el mismo período. Esto habla con claridad que el fenómeno tuvo otro
origen, y fue sin duda alguna de carácter político.
De un país nacionalmente
oprimido, con limitaciones de todo orden impuestas desde más allá de sus
fronteras, sin perspectivas de un pronto cambio de tal condición, el hombre
emigra, huye de él, muy a su pesar. Y en esas condiciones se vive en Croacia
desde hace siglos. Después de la invasión otomana de Bosnia y partes de
Dalmacia, numerosos croatas se refugiaron en Burgeland (Austria), en los
Abruzos y Molise (Italia), y en la propia metrópoli otomana. Tres siglos
después, debido a la cada vez más intolerable presión que ejercía sobre Croacia
la Viena imperial, y a partir de 1918, a causa de una política de sometimiento
y desnacionalización practicada en tierras croatas por los gobernantes de
Belgrado, centenares de millares de croatas se vieron obligados a dejar su país
natal. Y en esa verdadera fuga nada tuvo que ver un supuesto espíritu
aventurero.
La fuente de datos en los que se basa esta nota
No es esta la primera vez que se
habla sobre la emigración de croatas a Chile, sobre las colonias que surgieron
en numerosos puntos de ese país, y sobre hechos y obras que protagonizaron. En
años no muy recientes, fueron varios los trabajos publicados sobre el mismo
tema. Pero algunos de los trabajos adolecían de una falta de enfoque general,
reflejando solo parcialmente la vida y el desenvolvimiento de la colonia.
Publicáronse también otros, más amplios, pero negativos y funestos, puesto que
sus autores, además de pasar por alto importantes aconteceres, se "olvidaron"
de registrar como croata a dicha colectividad, se "olvidaron" de
llamar croatas a sus hombres representativos, y de considerar croatas a sus
instituciones sociales, culturales y patrióticas. Por eso, para labrar esta
nota, debióse recurrir a otras fuentes, pasando por alto los trabajos aludidos.
En contraposición de los casos
citados, aquí se hablará de la colonia abarcando sus poco menos de cien años de
vida. Se tomará como punto de partida el año 1864, en que se inició la
inmigración de croatas en Chile, hasta 1956, año en que fueron reunidos los
datos que aquí se presentan. Para su mejor entendimiento, la inmigración y el
posterior desenvolvimiento de la colonia se dividen en cuatro períodos.
El primero, de 1864 a 1890
corresponde al lapso inicial con una colonia poco numerosa.
El segundo fue el de una
inmigración masiva, interrumpida por el estallido de la Primera Guerra Mundial,
es decir, de 1890 a 1914, años en los que la inmigración era masiva. Durante el
tercer período, de 1920 a 1939, el ingreso de inmigrantes fue menor que en el
anterior, y quedó interrumpido por el desencadenamiento de la Segunda Guerra
Mundial.
A la cuarta y última etapa le
corresponden los años que corrieron de 1946 hasta 1956, durante la cual solo un
reducido número de croatas se estableció en el país. Además de enfocar
panorámicamente los cuatro períodos de inmigración, se presentarán hechos
sobresalientes de la vida de la colectividad, y lo que ésta representó para Chile
y para su propia patria. Los datos obtenidos que aquí se ofrecen fueron
reunidos en los años 1955-56 por este autor, cuando editaba en Santiago la
revista "Jadran". Debido a aquella circunstancia visitó Antofagasta,
Iquique, Valparaíso, Viña del Mar, Quillota, San Antonio, Llolleo, Rancagua,
Talca y otros puntos, donde se relacionó con descendientes de inmigrados de la
primera hora, y con algunos sobrevivientes del oleaje establecidos allí entre
1890 y 1914.
Entre los primeros cabe
mencionar a los hermanos Jordan, los hermanos Katunaric, los hermanos Rendic,
la doctora Ansic de Barrionuevo, Carmen Ostojic, Radomiro Tomic y los hermanos
Jorge y Víctor Matetic.
Entre los mencionados en segundo
lugar figuraban Nicolás Trevizan, Vicente Kusanovic, Domingo Peric, Milivoj
Paravic, Jorge Zmirak, Antonio Marusic, Antoni Mimica, Miguel Poklepovic y
Jorge Petrinovic. Lo que aquí se registra es, en su mayor parte, lo que ellos
recordaron y relataron. Ciertos datos pudieron ser extraídos de unos pocos
ejemplares de antiguos periódicos "Sloboda" (La Libertad) y
"Domovina" (La Patria), y también de tres Libros de Actas de
sociedades ya desaparecidas, que algunos de los entrevistados aun conservaban.
Lo que se rescató en aquella oportunidad, y salvó de un posible olvido total,
se hizo sobre el filo de la hora 24 de vida de la vieja colonia. Hoy sería poco
menos que imposible intentar el rescate, puesto que los inmigrados de los dos
primeros períodos se han extinguido. Y sus nietos tal vez conserven, como único
recuerdo de los pioneros de la colonia, algunas fotos de "abuelos con
paisanos".
Ahora, al pasar al objetivo de
la nota, se desea subrayar que esta no pretende ser una historia completa,
cronológicamente tejida, del proceso inmigratorio, ni de la colonia. En primer
lugar. porque las historias, aun tratándose de la correspondiente a una
colectividad, no se escribe ni se sintetiza en un par de carillas; y, en
segundo lugar, por el temor de que algunos hombres de real relieve, y hechos
que pudieron haber protagonizado, no hayan sido rescatados. Existe el temor de
que algo pudo haber quedado cubierto por el manto del olvido. Es que los
croatas en Chile -lo mismo que en otras partes-, trabajaron, crearon,
inventaron, pero, tal vez en muchos casos, no se preocuparon en registrar sus
realizaciones y sus nombres. Y las obras quedaron, pero sus autores pasaron al
anonimato. Posiblemente ellos ni imaginaron que con sus aportes al progreso de
su nueva patria, prestaban a la vez incalculables servicios a su patria de origen.
Ellos, -y no fueren los únicos- jamás pensaron que sus obras representaban para
Croacia su mejor carta de crédito; que eran sus genuinos embajadores.
Lo dicho aclara por qué la nota
no pretende ser la historia de la colonia croata en Chile; es tan solo un
manojo de datos que como tal se ofrece a aquellos que un día escribirán la
historia de toda la Croacia emigrada.
Los croatas en el norte de Chile
Los primeros emigrantes croatas
que llegaron al norte de Chile fueron dos hermanos Buratovic y dos hermanos
Palaversic, oriundos de la isla de Hvar, y ocurrió en 1864. Durante los
primeros años residieron en Iquique, donde se dedicaron al comercio, para luego
radicarse definitivamente en Antofagasta. Nada se sabe respecto a posibles
nuevos emigrantes durante los tres años siguientes. Pudo establecerse, en
cambio que en 1868 arribaron a Iquique los hermanos Juan y Pedro Ivanovic,
nacidos en Sutivan, isla de Brac. Después de permanecer allí un corto tiempo,
también los Ivanovic se dirigieron a Antofagasta, en aquel tiempo solo una
aldea, formada por grupos de viviendas de madera y otros materiales livianos.
Como guiados por una firme
convicción que aquélla llegaría a ser la zona de un gran futuro, los hermanos
Ivanovic fundaron en el poblado el primer comercio importante de ramos
generales, y una empresa de construcción, que fue conocida durante mucho tiempo
por el nombre de "Compañía Comercial y Constructora, Ivanovic y Cía."
Los primeros edificios levantados allí sobre bases de la concepción arquitectónica
europea fueron obra de dicha empresa, y significó el primer paso en la
transformación de la aldea en ciudad. Entre 1868 y 1872 llegaron a Iquique y
Antofagasta pequeños grupos de croatas, entre ellos Miguel Lopuzic, Luis Moro,
Ramagio Gazari, Jerónimo Jankovic, Antonio Vrsalovic, Jorge Sabioncello, Pedro
Marinkovic, Marcos Cicarelli, Juan Sargo, los hermanos Luis y Pablo Mitrolvic,
los hermanos Lujak, los Stijepovic, Luksic, Lukinovic, Matetic, etc.
Al año de haberse establecido en
Antofagasta, Ramagio Gazari se destacaba como hombre emprendedor y talentoso,
por lo que fue llamado a ocupar un alto cargo en la Administración de
Ferrocarriles ingleses; mientras los Mitrevic, Jankovic, Sabioncello, Luksic y
Vrsalovic, apoyados por los hermanos Ivanovic, por entonces dueños de la más
activa y sólida empresa de todo el norte chileno, se iniciaban en comercio y
pequeña industria.
Hasta el año 1889, la
explotación de salitre, presente por doquier en las pampas antofagastinas,
iquiqueñas y en el desierto de Atacama, no se efectuaba en gran escala. Luego
de explorar extensas zonas, algunos inmigrantes croatas se dispusieron al
impulsar esa explotación, con métodos rudimentarios. El primero entre ellos,
que ya en 1886 había organizado su "oficina" (administración de la
planta) en la pampa antofagastina fue Pedro Marinkovic y su empresa llevaba su
propio nombre. Poco después se inician en esas mismas actividades, en Iquique,
Stijepovic y Kralievic, fundando "oficinas" "Diana" y
"Constancia", respectivamente. Como el salitre despertará cada vez
mayor interés en el mercado internacional, en 1890 también los hermanos Luis y
Pedro Mitrovic se suman al grupo de empresarios salitreros.
En contados años, los Mitrovic
llegaron a poseer una cadena de "oficinas", iniciando así su ascenso
a la categoría de verdaderos magnates. La veloz evolución y prosperidad de
empresarios, nombrados, indujo a nuevos compatriotas a dedicarse a las mismas
actividades; y pronto, un apreciable número de ellos ocupaba posiciones jamás
soñadas. Entre éstas cabe mencionar a Ramagio Gazari, los hermanos Buratovic,
Luis Moro, Pedro Pavicic, Juan Sargo, Pedro y Pablo Vodnica, Marcos Cicarelli,
los hermanos Banic, Lonza y Martinovic. En aquellos años la colonia croata de
Antofagasta, en su conjunto, ya había conquistado una posición económica tan
sólida, que su prosperidad llegó a reflejarse ampliamente en la ciudad.
En efecto, hombres de la colonia
fundaron la "Usina Eléctrica", y su director fue Luis Mitrovic.
Fundaron también al mismo tiempo la "Compañía de Teléfonos", que
funcionó durante un largo tiempo bajo la dirección de Jerónimo Jankovic. Pocos
años después la firma "Baburica y Lagarique" construye el puerto de
Antofagasta. No sería justo dejar de mencionar que no todos los hombres de la
colonia que participaron en la colosal empresa del salitre lograron convertirse
en magnates; algunos solo fueron modestos tentadores de fortuna, mientras que
un número de ellos, nunca conocido, dejó sus huesos en las pampas de
Antofagasta, Iquique y Atacama. En relación a esto, y que representa una página
dramática de la fiebre del salitre, Nicolás Trevizan, nacido en Bobovisce, isla
de Brac, narró con detalles cómo "muchos paisanos" murieron
sepultados por tempestades de arena, durante exploraciones de terrenos, o cuando
llevaban abastecimientos, a lomo de mulas, a alejadas "oficinas".
Relató también que, cuando
vientos contrarios levantaban la arena acumulada, aparecían esqueletos de
"paisanos" y de sus mulas. Pascual Baburica y Francisco Petrinovic El
hecho de que dentro de una nota, no suficientemente extensa, se dedique un
espacio relativamente amplio a dos hombres surgidos de la colonia croata,
obedece a dos razones. En primer lugar, porque, al haberse dedicado a diversas
actividades empresarias y financieras, y por haber tomado parte activa en el
quehacer social, cultural y patriótico de la colectividad, no resultaba difícil
obtener datos sobre ellos; y en el segundo, porque, al presentar la obra por
ellos realizada será más fácil comprender de lo llevado a cabo por la
colectividad en su conjunto.
Pascual Baburica nació en
Kolocep, comuna de Dubrovnik, en 1875. Emigró a Chile en 1892, estableciéndose
en Iquique, donde se empleó en la firma de su coterráneo Lujak. Joven dotado de
talento, y de una iniciativa poco común en esa edad, pronto se destaca en dicha
firma. En 1893 ya se independiza, fundando su propia empresa comercial. Poco
tiempo después se une a Ramagio Gazari, y entre ambos organizan centros
abastecedores de "oficinas" salitreras. Fue en su nueva empresa donde
Baburica pone de manifiesto más notoriamente su inteligencia y afán de
progreso, con lo que se gana la confianza de connacionales y la buena voluntad
de autoridades chilenas. Antes del fin del siglo, cuando aun no había cumplido
los veinticinco años, Baburica inicia la compra de empresas salitreras; en
otras ingresa en calidad de accionista.
Así surgieron las firmas
"Baburica, Lukinovic y Cía.", "Baburica, Cicarelli y Cía."
y "Baburica, Bruna y Cía". Algunos años más tarde, en 1913, con
Francisco Petrinovic, funda una nueva firma salitrera, con el nombre de
"Baburica, Petrinovic y Cía.". Fue en esa ocasión cuando se unieron
por primera vez dos hombres de negocios croatas, complementándose y apoyándose
mutuamente durante largos años, hasta el fallecimiento de Baburica. En el mismo
año 1913, las empresas salitreras de Baburica, junto con las firmas
"Marinkovic y Cía.", "Mitrovic y Cía.", "Juan Sargo y
Cía." y otras de menor volumen, llegaron a controlar el 63 por ciento de
la explotación salitrera, y negocios anexos de salitre. Antes de estallar la
Primera Guerra Mundial las actividades de este magnate habían traspasado las
fronteras de Chile. En numerosas ciudades y puertos de América y Europa, en
Liverpool y Londres en primer lugar, funcionaban otras empresas o agencias de
Baburica.
En su ininterrumpido avance, el
nivel más alto alcanzado por este hombre extraordinario prodújose entre los
años 1920 y 1925, cuando totalizaban 23 sus plantas de salitre. En ese mismo
tiempo era dueño también de emporios abastecedores de "oficinas" en
general. Poseía maestranza, empresas industriales, diversas empresas de
transportes, compañías de seguros. A su vez, era propietario de grandes
edificios en Valparaíso, Santiago, Antofagasta e Iquique, y accionista de
instituciones bancarias. Una importante finca en Valparaíso, y la
"Hacienda Ñuble y Rupanco", esta última dedicada a la fabricación de
quesos, fueron también propiedad suya. Después del año 1920, al fundarse
sociedades navieras en Split y Dubrovnik Baburica ingresa en dichas sociedades
en calidad de uno de los accionistas más importantes. Años después, junto con
Petrinovic, intervino en la fusión de aquellas sociedades en "Compañía
Atlántica de Navegación Ivo Racic S. A.".
Algunos de sus contemporáneos en
Santiago afirmaban que en un tiempo fue accionista de la empresa de su amigo y
coterráneo, magnate naviero croata-argentino, Nicolás Mihanovic. Toda la
fortuna de Baburica nunca fue bien conocida. Unos pocos sobrevivientes, entre sus
contemporáneos de Valparaíso y Santiago, afirmaban que dicha fortuna superaba
los 1.000 millones de dólares. Respecto a bienes que manejaba se tejieron no
pocas versiones; y una de ellas, que no pudo ser confirmada, sostenía que
Balburica fue el firmante del cheque con cifra más fabulosa de su tiempo contra
una cuenta bancaria particular en un banco de Londres. El nombre del banco, y
la cantidad girada no fue posible conocer.
En 1956 ya no era fácil rescatar
datos respecto a algo que habría sucedido treinta años antes. Lo que antecede
constituye al menos algunas facetas de la intensa vida de Pascual Baburica como
empresario y hombre de finanzas. Pero en el reverso de esa personalidad tan
definida, y en abierto contraste para el concepto de muchos, había otra imagen,
la imagen de un hombre tierno, comprensivo, de corazón abierto; la de un
benefactor y filántropo; la de prototipo de dálmata. Como hijo de la otrora
libre República de Dubrovnik, fiel a sus más arraigadas tradiciones, Baburica
vivió y actuó siempre como un hombre libre, como demócrata, como un buen
croata. Hombre de empresa, supo amasar riquezas, pero también supo realizar
obras sociales y humanitarias en el medio en que se hallaba, y también en
Croacia.
A muchos de sus centenares de
obreros y empleados, chilenos y croatas, ayudábales a superarse social y
económicamente. Ayudaba monetariamente a las instituciones sociales, culturales
y patrióticas croatas, formando parte, de alguna manera, de todas ellas.
Durante la Primera Guerra Mundial una y otra vez enviaba abultadas sumas de
dinero a los croatas prisioneros de guerra, a través de la Cruz Roja; otras
sumas, igualmente abultadas, donaba al fondo de propaganda aliada. Concluida
aquella contienda, aunque no con resultados que él esperaba, pues, según lo
expresara ante algunos de sus amigos, "se dejaron de un lado los 14 puntos
del Presidente norteamericano Woodrow Wilson", Baburica desborda su
generosidad a favor de necesitados en Croacia.
Su ayuda se materializa a través
de las instituciones "Domus Cristi", "Blago Dilo",
"Javna Dobrotvornost", "Dom Staraca" y "Dicje
Zakloniste", todas en Croacia. Hace construir escuelas e iglesias, y funda
el "Instituto Rugero Boskovic". Además, reiteradamente enviaba ayuda
monetaria al fondo de "Hrvatski Radisa" (El Croata- Laborioso) de
Zagreb, la más grande y benemérita institución en el país, a través de la cual
aprendieron artes y oficios, y recibieron enseñanza secundaria muchas decenas
de millares de jóvenes croatas. Empero, ese hombre singular no fue menos
generoso con su segunda patria, Chile.
Donó allí a la comunidad su
fundo en Los Andes, destinándole a una escuela agrícola, y dinero para su
sostenimiento. En efecto, en el fundo fue levantado el "Instituto Agrícola
Modelo Pascual Baburica", que fue dirigido durante largo tiempo por el ex-
gerente general de las firmas de Baburica, Bosko Babarovic. Dejó su finca
"Olivares" (hay Parque Salitre), en Valparaíso, a la comuna de dicha
ciudad. En la finca había hecho plantar árboles nobles de lugares más remotos,
figurando entre esos árboles un nogal, un olivo y una higuera, traídos
expresamente desde Dalmacia.
Donó dinero para la fundación
del "Instituto para la Investigación de las Enfermedades de la
Sangre", al que después de su muerte financiara su sobrino Juan Baburica.
Hizo entrega también a la ciudad de Valparaíso de su Galería de Cuadros, 99
obras en total, pintadas por cotizados maestros del siglo pasado y del
presente. Dicha donación dio lugar a la fundación del Museo de Bellas Artes, de
la calle Condell. Además, en no pocas ocasiones ayudaba económicamente a la
fundación "Jadranska Vila" (Hada del Adriático), de Santiago.
En 1929 Baburica se retiró del
negocio de salitre, vendiendo todas sus empresas a la firma inglesa
"Guggenheim". Poco después murió, dejando una trayectoria de hombre
de bien, y quedando en paz con Dios, con el pueblo chileno y con los croatas.
Francisco Petriovic Karlovic: Otro inmigrantes que en su época desempeñó un
notable rol en la obra de progreso de Chile, fue Francisco Petrinovic Karlovic,
nacido el 13 de marzo de 1882, en Supetar, isla de Brac. En 1900, luego de
finalizar sus estudios secundarios, y disconforme con la realidad en que se
debatía su tierra natal, gobernada por los Habsburgos, emigró a Chile. Radicóse
en Antofagasta, donde, durante un tiempo, fue empleado de la firma
"Ivanovic Hnos. y Cía.".
En 1906, se radica en Santiago,
para fundar allí una empresa comercial e industrial. En 1913 ingreso en la
firma salitrera "Baburica, Bruna y Cía.", la que a partir de entonces
es conocida por su nueva denominación, "Baburica, Petrinovic y Cía.".
Dieciséis años después, cuando se inició la venta de las grandes empresas
salitreras, también ésta fue vendida a la firma inglesa "Guggenheim".
En el mismo año 1929, Petrinovic reestructura su firma comercial de Santiago,
conocida a partir de entonces bajo el nombre de "Francisco Petrinovic y
Cía.", en la que incluye negocios diversos, transportes marítimos,
industrias y su "Hacienda Chacabuco", productora, envasadora y
exportadora única de aceite de oliva chileno. Simultáneamente, organiza otra
empresa en Londres, denominándola "Francisco Petrinovc y Cía.
Limitada".
También fue uno de los
principales accionistas de "La Fabulosa Mines Co.", productora de
estaño, con sede en La Paz, Bolivia. Lo mismo que Baburica, a quien le unían no
solo asuntos de negocios sino, primordialmente, una sincera amistad, afecto y
convicciones comunes, también Petrinovic aporta capitales a sociedades navieras
surgidas en Split y Dubrovnik; que luego, como fuera dicho, se fusionan en la
"Compañía Atlantia de Navegación Ivo Racic S.A.". Y en 1939 funda su
propia empresa de navegación transoceánica. No será difícil imaginar cuánta
dedicación y cuán enormes sacrificios representaba para este hombre la atención
de tan numerosos y variados negocios. Sin embargo, cometeríase un error si se
creyera que dicha atención podía impedir vivir confundido con su colectividad,
o formar parte de sus instituciones y ayudarlas económicamente.
Supo él estar siempre en todas
partes, y cumplir con todas sus obligaciones. Bregó incansablemente por la
separación de Croacia del Imperio Austro-húngaro, y con más determinación
durante la contienda de 1914. (Sobre la actitud asumida por Petrinovic en
aquellos años, que fuera cuestionada y polemizada en su tiempo, se hablara más
adelante). Francisco Petrinovic amó entrañablemente a su isla, Brac, y a su
provincia, Dalmacia, de la que decía era "un rincón del paraíso". Su
amor él lo practicaba, a lo largo de su vida, y en primer lugar, prestando
ayuda económica a su pueblo natal, Supetar, y a su isla, en forma directa, y
apoyando instituciones culturales y caritartivas de Croacia toda. También, en
repetidas ocasiones, enviaba importantes sumas de dinero a la institución
"Hrvatski Radisa", de la capital croata.
A esta altura de la narración
cabe admitir la posibilidad de que algunas interesantes facetas de la vida de
Francisco Petrinovic no fueron muy conocidas, razón demás para hablar de las
conocidas. Se ha dicho más arriba cuánto ha amado este hombre a la tierra que
lo vio nacer. Sí, la amó tanto que no concebía entregarse al último sueño en
ningún otro lugar. Por eso, en la plenitud de su vida, diseñó con su propia
mano, y luego hizo construir un monumental mausoleo en su pueblo natal, dejando
a su familia un ruego supremo en el que pidió que, dondequiera se extinguiera
su vida, sus restos fueran trasladados a ese mausoleo, al lado de sus padres.
La conmovedora resolución es precisamente una de las facetas poco conocida de
Petrinovic. De la misma faceta habla también el propio mausoleo, del que, como
fue dicho, él mismo fuera artífice intelectual. Lo construyó el escultor
splitense Toma Rosandic, y era su obra maestra en su tipo. Las líneas
arquitectónicas del mausoleo, sus ornamentos y símbolos, su portal de bronce en
el que, en altos relieves, es presentada la eterna lucha entre el bien y el
mal, con el triunfo del bien, más otros detalles que armonizan con el conjunto,
constituyen un himno sublime de devoción, de recogimiento, plegaria, piedad y
amor; amor a lo eterno, amor a sus padres, amor a su patria.
Y en ello precisamente ha
quedado reflejada la vida, la verdadera vida de Francisco Petrinovic. A fin de
conocer algo más sobre esta interesante figura, este autor, entre otros,
preguntóle en una ocasión a su hermano Jorge, cómo era, cómo pensaba y qué se
sentía Francisco. En su respuesta quedó todo definido. "No puede negarse
que Francisco fue un hombre de empresa, un hombre de finanzas, un caballero de
los solares de Nueva York y Londres. Pero su verdadera esencia fue otra. Era un
hijo cariñoso, un padre y esposo tierno, un buen hermano, un amigo leal. Era
piadoso y creyente. Se sentía un hombre libre, un demócrata. Se sentía también
un "veliki" (gran) supetrense, un "veliki" Bracense, un
"veliki" Dálmata, un "veliki" croata, y tanto se sentía
croata que a su hijo, nacido en Inglaterra, lo bautizó con el nombre de Ivo. Y
todas esas cualidades armonizaban en él". Luego añadió: "Si después
de tantos "veliki" aun ha quedado algo, que con ese "algo"
se quedan los que se lo disputan". En los mismos términos, respecto a la
personalidad de Petrinovic, se expresaba el doctor Ilic, su ex apoderado en
Split, refugiado en Chile después de la última contienda.
Hubo también otros croatas
quienes, con su trabajo y sacrificio fueron la fuerza motriz del milagro del
norte chileno, y que prestaron innegables servicios a su tierra natal. Entre
los muchos que fueron, cabe mencionar a los Buratovic, Palaversic, Ivanovic,
Gazari, Lukinovic, Marinkovic, Lujak, Mitrovic, Sargo (el benefactor de Milna).
Cada uno de ellos se hizo merecedor de largos capítulos en esta nota, pero
faltaron datos para ello. Es que en 1956 había quedado atrás la hora 24 en la
vida de la vieja colonia.. No obstante, como una sincera expresión de gratitud
hacia ellos, y hacia aquellos quienes ni sus nombres dejaron, lo menos que
puede hacerse es reconocer que, de alguna manera, posibilitaron el surgimiento
de aquellos dos gigantes de la Croacia emigrada: Pascual Baburica y Francisco
Petrinovic.
Reflexiones sobre algunos hechos
políticos, ocurridos en 1916, en los que Petrinoc debió jugar un papel
protagónico. Sin que ello represente una desviación en el tema que hasta aquí
se sigue antes de proseguir es necesario hacer algunas reflexiones sobre
ciertos hechos ocurridos en la colonia croata de Chile a mediados de la Primera
Guerra Mundial. Como se sabe los hombres de la colonia procedían todos de
Dalmacia, litoral de Croacia y, en número no elevado, de Istria. Por lo tanto,
todos eran croatas, y sería monstruoso, ponerlo en duda. Pero dichas provincias
croatas -verdaderos almácigos de emigrantes- por espacio de varios siglos,
permanecieron sometidas y formaban parte de Austro-Hungría. En consecuencia, la
colonia croata en Chile oficialmente era considera austrohúngara. Al estallar
la guerra de 1914, presentósele a la colonias a sus hombres de empresa en
primer lugar, una situación imprevisible.
Por considerarlas propiedad de
ciudadanos de un país enemigo, sus empresas de salitre, y otras del resto de
Chile, era registrada por los Aliados en su "Lista Negra". Frente a
la nueva situación, aquellos empresarios, con Baburica y Petrinovic a la
cabeza, apelaron a todos los recursos posibles para que se los excluyera de aquella
Lista, pues les amenazaba una ruina total. Es que su mejor mercado eran
precisamente los países constituídos en Aliados, y estos se les cerraban sin
contenplación alguna. A todo esto, ya en los comienzos de la guerra algunos
emigrados y refugiados políticos croatas, eslovenos y serbio, residentes en
París y Londres, con miembros del gobierno serbio en exilio, planificaban la
organización de un movimiento pro unificación de eslovenos, croatas,
montenegrinos, macedonios y serbios en un solo Estado. Como expresión inmediata
de ese plan surge en la capital británica el llamado "Comité
Yugoslavo", en cuyo programa de acción figura la realización de una
intensa propaganda entre emigrados de nacionalidades arriba mencionadas a favor
de la unificación de sus respectivas patrias.
Figuraba también el
reclutamiento de voluntarios que entrarían en acción en momento oportuno para
ayudar a materializar aquel objetivo. En lo básico, en esto consistía la
llamada "Idea Conductora" (Misao Vodilja) del "Comité Yugoslavo",
en el que ingresaron, por iniciativa propia, los doctores Trumbic y Supilo, y
el escultor Ivan Mestrovic, croatas. Conocedor de la existencia y de las
aspiraciones del flamante organismo, en un todo coincidente con la línea
política aliada de aquel momento; conocedor también de la angustiosa situación
por la que atravesaban los empresarios de origen croata en Chile, debido a su
inclusión en la "Lista Negra", un alto personaje de un país aliado,
amigo de Petrinovic, sugirióle a éste su adhesión, y la de sus compatriotas
empresarios al "Comité Yugoslavo", como paso previo a la exclusión de
sus empresas de la "Lista Negra".
La opción de aquellos
empresarios, en especial los salitreros, consistía en adherirse al organismo
surgido en Londres, o correr el riesgo de su quiebra. No quedaba margen para
una tercera posición. Y Petrinovic, y demás empresarios, adhirieron. La
concretización inmediata de dicha adhesión fue la fundación del "Comité de
Defensa Nacional" (Narodna Obrana), con sede en Antofagasta. En 1916
realizóse en Antofagasta un congreso de "Obrana", convocado para
hacer conocer a los delegados asistentes los alcances de la "Idea
conductora", y determinar, a su vez, cuál habría de ser el camino que
seguiría la colonia a partir de entonces.
Según lo manifestara Jorge
Petrinevic en 1956, la mayoría de congresistas aceptó los términos de
"idea conductora"; no así, sin embargo, ciertos delegados encabezados
por Milivoj Paravic, quienes estuvieron de acuerdo con los objetivos de la
política de guerra aliada, especialmente con el punto que se refería a la
liberación de pueblos oprimidos por Austro-Hungríá, pero dejando puntualizado
que ni Antofagasta, ni París, ni Londres eran lugares apropiados para tratar
sobre el futuro de Croacia.
Esta posición fue pasada por
alto. A partir de entonces la colonia no solo quedaba adherida al "Comité
Yugoslavo", sino que ayudó a sostenerlo con fuertes sumas de dinero.
Después del congreso de Antofagasta las viejas instituciones croatas fueron
desapareciendo. Hasta aquí el papel que le tocó desempeñar a Francisco
Petrinovic en un momento crucial para la vida de la colonia croata en Chile.
La colonia en el sur de Chile
La llegada de primeros
emigrantes croatas al sur de Chile tuvo lugar al promediar el siglo XIX. En ese
tiempo el estrecho de Magallanes fue la única, vía de comunicación entre el
Atlántico y el Pacífico. Por esa vía, transportando producto y mercancías a
Chile y Perú, surcaban veleros españoles, genoveses, triestinos, ingleses y,
según afirmaciones de viejos navegantes, también los de Dubrovnik. Al llegar a
Punta Arenas, posiblemente atraídos por el oro, cuya existencia en Magallanes
no era desconocida por europeos, era inevitable que algunos tripulantes de
veleros desembarcaran allí. Entre aquellos tripulantes casi siempre hubo
croatas; lo que no resultará difícil explicar si se tiene en cuenta la secular
tradición marítima croata,, pues ya en los comienzos del siglo X Croacia fue
una potencia marítima de primer orden. En consecuencia, los hombres de las costas
de Dalmacia y del litoral croata todo, siempre eran atraídos por el mar. El
capitán Bozo Bogunovic, nacido en Bacina, distrito de Makarska, quien llegó al
Río de la Plata en 1873, y murió en Buenos Aires cincuenta y cinco años
después, afirmaba que marinos dálmatas, istrianos y litoraleños croatas,
tripulantes de veleros de distintas banderas europeas, fueron los fundadores de
pequeñas colonias croatas en la Argentina, Uruguay y Chile.
En la época señalada el
territorio de Magallanes contaba solo con una escasa población, y Punta Arenas
era un pequeño poblado. Por entonces las autoridades no oponían obstáculos al
ingreso de extranjeros, y solo se llevaba sobre ellos un control rutinario.
Pero debido a aquella falta de control siempre ha resultado difícil obtener
datos respecto a los inmigiantes croatas, u otros, establecidos en el sur
chileno en la primera hora. Hilvanando relatos de viejos residentes, y de
descendientes de aquellos que se establecieron allí en aquella primera hora, se
llega a la conclusión que entre los primeros -posiblemente los primeros-
croatas llegados a Punta Arenas figuraba el piloto Pedro Zambelic y el capitán
Mateo Paravic, oriundos ambos del litoral de Croacia. Y fue en 1866.
En los años siguientes, nuevos
tripulantes desembarcaron en aquel poblado, y se inició la inmigración
propiamente dicha de familiares y coterráneos de los ya establecidos. Por
encontrarse Punta Arenas en aquel entonces en un proceso de organización,
algunos de los inmigrados participaron desde el primer momento en ese proceso,
interviniendo en obras de progreso y formando parte de instituciones locales.
Tal era el caso, entre otros, de Simón Paravic (hijo de Mateo), Andrés
Svilicic, Mateo Mihaic, Natalio Foretic, Pedro Sgombic, Esteban Bundolic, Simón
Pisulic, Jorge Skarmeta, Tomislav Goic, los hermanos Radulovic, los Kordic,
Misetic y Radulic. El piloto Pedro Zambelic, después de efectuar peligrosas
exploraciones, y realizar prolongados estudios, confecciona y luego entrega a
las autoridades locales la hasta entonces más completa carta topográfica de
Magallanes.
Natalio Foretic inicia la
construcción de primeros edificios y viviendas que el proceso transformador de
una aldea en ciudad reclamaba, figurando en primer lugar el edificio del
"Banco de Tarapaca y Argentina", la maestranza naval, el apostadero
naval y la Administración del Puerto. Simultáneamente, Simón Pisulic organiza
los primeros hornos de ladrillos; mientras que los hermanos Radulovic se
dedican a la búsqueda de oro. En 1874 el número de croatas afincados en Punta
Arenas se acercaba a 200, y algo menor era el del resto de Magallanes. Ese
mismo año Pedro Zambelic había adquirido el cuter "Juanito", en el
que transportaba mercaderías en general entre aquel estrecho y el puerto de Valparaíso.
Su ejemplo lo sigue Esteban Bundolic, con su cuter "Dalmacia",
transportando carga general entre Punta Arenas y los canales sureños.
Mateo Paravic, y su hijo Simón,
con sus cuters "Bakar" y "Kvarner, realizan viajes regulares
entre el sur de Chile y la Patagonia argentina. Por su parte, Andrés Svilicic,
propietario de la goleta "Sara" y del cuter "Jadran"
inagura su propia línea de transportes, entre Punta Arenas y los puertos
intermedios hasta Valparaíso. A la misma ruta se incorporan Radulovic y
Misetic, con su goleta "Rosario", y los hermanos Kordic, con su cuter
"Josefina". Si se tiene en cuenta la fragilidad de las embarcaciones
utilizadas en esas travesías, en la mayoría de los casos impulsadas solo por
velas, más la peligrosidad de los mares sureños, la intrepidez de aquellos
marinos croatas es apenas creíble.
A fines de la década de 1890, el
número de croatas establecidos en Punta Arenas y el resto del territorio de
Magallanes era de cerca de dos mil. Tal fue la cifra registrada por la "Sociedad
Dálmata" de la nombrada ciudad. Los nombres de la mayor parte de
establecidos en la misma década quedaron en el anonimato al desaparecer dicha
institución. De algunos, sin embargo, y debido a que se destacaron en el
quehacer del territorio, no solo quedaron bien registrados sus nombres, sino
que, a lo largo de varios decenios eran recordados con respeto y cariño por los
pobladores. Se trata de Natalio Simunovic, Francisco Brzovic, Gregorio
Tomasevic, Juan Ansic, Juan Depolo, Jorge Jordan, Vicente Kusanovic, Antonio
Tafra, Felipe Turina, Antonio Mimica, Jorge Smirak, Antonio Marusic, los
hermanos Zamjanovic, los hermanos Bonacic Doric, los Domic, Goic, Boric,
Katunaric, Mladineo, Peric y Pedro Hrdalo.
En efecto, los hermanos Bonacic
Doric fueron los fundadores del primer astillero naval no solo de Punta Arenas
sino de todo Magallanes, conocido con la denominación "Astilleros Navales
Bonacic Hnos. y Cía.", pioneros de la industria naval del sur chileno. Al
geólogo Gregorio Tomasevic le tocó ser descubridor de ricos yacimientos
cupríferos en Cuter Cove. Pedro Svilicic es nombrado miernbro del Consejo Civil
y Naval, y participa en el gobierno del territorio. Con su iniciativa se llevan
a cabo importantes obras públicas. Pedro Hrdalo funda el primer periódico del
territorio, "El Magallanes". Colaboraron en el mismo Jorge Jordan,
Lucas Bonacic Doric y Juan Arsic. Además, a iniciativa de Jordan surge la
"Sociedad de Bomberos Dalmacia", integrada en su totalidad por
hombres de la colectividad, y sostenida por ésta: A fines de la misma década de
1890 algunos miembros de la colectividad comenzaban a dedicarse a la cría de
ganado lanar, actividad en la que veían un gran futuro. Convencidos, que todas
aquellas iniciativas que se originaban en la colonia florecían y daban
excelentes frutos, las autoridades del territorio facilitó tierras para ese fin
a numerosos reisidentes.
En contados años muchos croatas
de Magallanes contaban con millares de cabezas de ganado. En cantidades cada
vez mayores, carnes y lanas del sur chileno ganaban mercado en Europa, lo que
representaba para Chile una importante fuente de ingresos. Entre los artífices
del nuevo mi]agro socioeconómico cabe destacar a Francisco Brzovic, Antonio
Mimica, Felipe Turina, Natalio Simunovic, Jorge Zmirak, Antonio Tafra, Antonio
Marusic, Jorge Jordan, los hermanos Katunaric, los hermanos Goic y Vicente
Kusanovic. Kusanovic, a poco de iniciarse como ganadero, vivió una experiencia
que por muchos años recordaba todo Magallanes. En cierta ocasión se había desencadenado
una de las frecuentes tormentas de viento y nieve sobre la zona donde se
encontraba su ganado. Temió perderlo todo; pero no desesperó. Acompañado por
dos coterráneos, desafiando al elemento, dirigióse a la zona castigada.
Con manos semicongeladas
arrancaban a los animales de la nieve, arrastrándolos luego a lugares
protegidos por rocas y árboles. Alimentándose con el pan seco, tocino,
aguardiente y nieve, trabajaron sin descanso durante siete días. Para no
perecer congelados, las siete largas noches sureñas las pasaron entre ovejas.
Fue así como Kusanovic y sus dos acompañantes salvaron la mayor parte del
ganado. Como habían transcurrido nueve días sin que regresaran ni dieran
señales de vida, los amigos de Punta Arenas oficiaron una misa "por el
eterno descanso de sus almas". Así, gracias a su esfuerzo de aquella larga
jornada, pocos años después Kusanovic llegó a contar con 25.000 ovejas.
A partir de 1900 ya era notable
la presencia de inmigrantes croatas en todo el territorio sureño, y no hubo una
sola actividad social, cultural o económica en las que ellos no estuvieran
representados. Su fuerza numérica, por otra parte, aumentaba cada año, para
alcanzar en 1914 la cifra de cuatro mil, residiendo en su mayor parte en Punta
Arenas. Algunos ex- presidentes afirmaban que en esa época "una mitad de
los habitantes de la ciudad hablaba el croata, y la otra mitad lo
entendía". Por su parte, chilenos hijos de croatas, nacidos en Punta
Arenas, y que en 1956 irían en Santiago, lo mismo que algunos otros chilenos
que habían conocido dicha ciudad, entre estos el general Mario Bravo,
coincidían en afirmar que difícilmente colonia extranjera alguna llegó a
armonizar tanto con el elemento nativo como lo supo hacer la colonia croata.
Sin embargo, fuera de Chile, de todo esto muy poco se sabía en el mundo. Poco
se sabía inclusive en países del continente. En efecto, en 1955 encontróse el
que escribe, en un café de la calle Bandera, de Santiago, con dos periodistas
que acababan de visitar aquella ciudad sureña. Como quien supiera demasiado,
afirmaban que no era difícil advertir la obra transformadora realizada por la
colectividad "Yugoslava".
En sus libretas de anotaciones
tenían registradas obras que más les habían llamado la atención, y nombres de
personas a las que esas obras se debían en realidad, pero que no eran
registradas como croatas. Una verdadera ensalada. Como era natural se les
advirtió que carecía de base y de seriedad todo lo anotado; que las
realizaciones en el campo urbanístico, industrial, comercial, ganadero,
naviero, cultural y tantos otros, eran debidas, en un alto porcentaje, a los
integrantes de la colonia croata; que los Zambelic. Paravic, Sgombic, Jordan y
Bonacic Doric, registrados en sus cuadernos con otra nacionalidad, eran todos
croatas, y que, además, ello no era un secreto para ningún vecino de Punta
Arenas. No fue posible averiguar si aquellos dos periodistas publicaron lo que
llevaban anotado. Si lo hicieron, y si convencieron, ello se pudo deber al
menos en parte, a que los croatas no hicieron conocer la única verdad. Y es
hora de hacerlo.
El mundo debe conocer a la
Croacia emigrada con la imagen hasta hoy casi ignorada; debe conocerla con la
imagen de un ejército de paz, formado por más de 2.000.000 de sacrificados
trabajadores, empresarios, industriales, inventores, científicos,
profesionales, artistas y sabios; ejército que no hizo ni hará conquistas que
nada destruyó ni destruirá, sino,que ayudó a construir la grandeza de ese mismo
mundo.
Referencias sobre la colonia del período 1920 a 1939.
Algunos datos estadísticos
Después de 1920 un importante
número de croatas residentes en el territorio de Magallanes desplazóse hacia
distintos puntos del centro del país. Como consecuencia de los desplazamientos,
más las bajas producidas por fallecimientos, en 1939 el número de afincados en
dicho territorio había descendido en ese año a menos de 2.000, de los cuales
más de una mitad vivía en Punta Arenas. El mismo fenómeno tuvo lugar en el
norte, muy acentuadamente después de producidas las ventas de empresas
salitreras. Por esta razón, las colonias de Iquique y Antofagasta, otrora muy
numerosas, apenas si eran algo más que simbólicas.
Pero al mismo tiempo, las
migraciones aludidas, y la incorporación de 4.500 nuevos inmigrados, revitalizaron
a las pequeñas colonias existentes en La Serena, Valparaíso, Llolleo, San
Antonio, Talca, Rancagua, Valdivia y otros puntos, aumentando considerablemente
a la más numerosa entre ellas, la de Santiago. Cabe señalar que durante los
tres períodos inmigratorios, el tercero de los cuales terminaba precisamente en
1939, el total de ingresados se acercaba a 22.000. Pero a causa de bajas
naturales producidas hasta entonces, debido también a que más de ochocientos de
ellos habían regresado a la tierra natal, y que unos 1.500 dejaron Chile para
radicarse en la Argentina, Bolivia y Estados Unidos, el total de radicados en
el año señalado no pasaba de 8.000.
A causa de la notable
disminución de su fuerza numérica, al desgaste físico e intelectual de los
hombres de la vieja colonia, y a ciertos hechos de carácter político que se
sucedían en la patria, la vida social y cultural de la colonia apenas si era
perceptible en vísperas del estallido de la Segunda Guerra Mundial.
Vida social y cultural de la vieja colonia
La colonia croata en Chile, ya
desde su fundación, no se destacó como una comunidad creativa tan solo en el
terreno material; ella hizo innegables aportes al medio en que se desenvolvía
también en el terreno social y cultural.
Al mismo tiempo, destacábase
sobresalientemente entre colonias hermanas, esparcidas por el mundo, en el
quehacer patriótico. En efecto, en 1885 fue fundada en Punta Arenas la
"Sociedad Dálmata", como centro de reunión de la colectividad. Cinco
años más tarde, a iniciativa de Juan Simón Paravic, Pedro Zambelic, Felipe
Turina, Jorge Jordan, Jorge Zmirak, Antonio Peric y Lucas Bonacic Doric (autor
del libro "El oro maldito"), fue organizada la "Sociedad Croata
de Socorros Mutuos", cuya finalidad consistía en socorrer a enfermos y
ayudar a menesterosos de la colectividad. En 1901, la nueva institución
construye su sede social y el mausoleo. Ese mismo año fue organizado el
conjunto orquestal "Tomislav", siendo su director el profesor de
música Juan Lokmar. Cooperaron con Lokmar el periodista Miroslav Tartaglia y el
profesor Gasic.
Casi simultáneamente fue
organizado el grupo teatral, primero en su género en todo Magallanes, y también
un coro polifónico. Las actuaciones de estos grupos artísticos representaban
grandes sucesos, no solo entre los croatas residentes, sino también entre
chilenos y extranjeros afincados en la ciudad. En 1906, a iniciativa de hombres
entusiastas y activos, como lo fueron Milivoj Paravic, Juan Pavlov, Juan
Trutanic, Jorge Jordan, Juan Skarmeta, Lucas Njiric, Slavko Brncic, Pedro Goic,
Mladen Paravic, Pedro Eterovic, Mateo Bencur, Lucas Bonacic Doric, Jorge
Kamnelic y otros más, fue fundada la sociedad "Hrvatski Sokol" (El
Halcón Croata). Los halcones, o "sokolinos" como se los prefería
denominar, practicaban cultura física y deportes en general.
También llevaban a cabo grandes
concentraciones y desfiles, haciendo gala de sus vistosos uniformes;
particularmente en ocasión de la fiesta patria chilena, y el día 30 de abril,
en recordación de la decapitación, por parte de austríacos, de patriotas
croatas, Petar Zrinski y Krsto Frankopan. En la misma ciudad de Punta Arenas,
la colonia croata llegó a contar con su periodismo propio. En 1906 vio la luz
su periódico "Domovina" (La Patria), que fundara el periodista
Miroslav Tartaglia, formando parte del cuerpo de colaboradores Lucas Bonacic
Doric, el doctor Mateo Bencur, Jorge Jordan, Pedro Grasic, Juan Ansic y Pedro
Marangunic. "Domovina" fue un órgano muy querido por la colonia, pues
era un medio para cultivar la lengua materna, y mantener encendido el fuego del
ideal patria.
En medio de tan numerosa y
activa colonia, en medio de tantas instituciones, no podía faltar la presencia
de la mujer croata. En efecto, en 1912, a iniciativa de Josefina Mikulicic de
Paravic, Apolonia Juricic de Paravic, Apolonia Juricic y María Ansic, surgió en
Punta Arenas la nueva institución consistía en realizar periódicamente fiestas
sociales y sociedad "Hrvatska Zena" (La mujer croata). La labor
principal de la patrióticas, llevar cabo obras benéficas y enseñar el idioma
croata a hijos de residentes. En 1916, con el propósito de reafirmar su
carácter de institución patriótica, "Hrvatska Zena" adopta el nombre
de la heroína nacional croata Katarina Zrinski.
También en el lejano norte la
colonia desarrollaba actividades sociales, culturales y patrióticas. En 1892,
los residentes en Antofagasta fundaban la "Sociedad Dálmata de Socorros
Mutuos", que era apoyada por toda la colectividad. En 1898 fue organizada en
la misma ciudad la sociedad "Hrvatski Sokol" (El Halcón Croata),
institución que atraía a jóvenes de origen croata, deseosos de practicar
cultura física. Además, en 1902, cuatro años antes de que ello se llevara a
cabo en Punta Arenas, aparece en Antofagasta el periódico "Sloboda"
(La Libertad), siendo su director Juan Krstulovic.
Nueve años después vio la luz en
la misma ciudad otro periódico, "Pokret" (El Movimiento), que editaba
Mateo Skarnic. La colonia croata supo en todo momento reconocer y agradecer al
país y al medio ambiente en que se desenvolvía, la prosperidad que allí había
logrado. Su reconocimiento y gratitud las pusieron de manifiesto los hombres de
la colonia, contribuyendo grandemente al bien común de Iquique y Antofagasta.
Participaron con su labor y monetariamente en el mejoramiento del aspecto
urbano de las dos ciudades; financiaron la construcción de no pocas escuelas;
construyeron y ornamentaron la plaza principal de Antofagasta, y en ambas
ciudades fundaron y sostuvieron económicamente sendos cuerpos de bomberos, que
en los dos lugares se denominaban "Sociedad de Bomberos III
Compañía".
La imagen de la colonia entre
los años 1946 1956 Entre 1946 y 1956 no hubo emigración de croatas hacia Chile,
y los grupos no muy numerosos que ingresaron procedían de campamentos de
refugiados de Austria, Alemania e Italia. Los nuevos inmigrados, por su
reducido número, no representaba, de modo alguno, un aumento notable en las
familias de la colonia, pues, por causas naturales su número seguía
disminuyendo. Así, en 1956, el total de residentes croatas en todo Chile era
calculado en 6.000, y estos fueron fundiéndose en sociedad chilena, destino
final de toda inmigración.
Ese mismo año 1956 continuaban
desarrollando sus actividades, en forma no muy dinámica, la institución
"Jadranska Vila" y el "Club Croata", y se editaba la
revista ilustrada "Jadran", en los tres casos en Santiago. En el
campo cultural la colonia fue bien representada por los profesores
universitarios Fertilio, Rebune y Weissenberger. Sin embargo, fue precisamente
en esos años cuando mejor se apreciaba el fruto de los cien años de trabajo y
sacrificio de los hombres de la vieja colonia. A lo largo de 3.000 kilómetros
de extensión que tiene Chile, en todas las ciudades, y en los campos, era posible
contemplar ese fruto.
En manos, no ya tanto de
inmigrantes, cuanto en las de sus hijos, florecían centenares de industrias,
grandes y pequeñas, comercios, empresas de transporte, sociedades financieras,
compañías de seguros, industrias de la construcción, campos de ganado, viñedos,
olivares, pesca y todas las demás actividades que hacen a la vida económica de
un país. Por último, el fruto más apreciado de un siglo de lucha y sacrificios
de los hombres de la vieja colonia, y del que todos los croatas tienen motivo
para enorgullecerse, son los hijos y nietos de aquellos lejanos marinos y
ganaderos de Punta Arenas, y de pioneros de la industria salitrera del norte.
Entre esos hijos surgieron centenares de profesionales, médicos, ingenieros,
arquitectos, catedráticos, científicos, diplomláticos, músicos, artistas.
periodistas, escritores, deportistas, hombres públicos y sacerdotes.
Monseñor Boric, obispo de Punta
Arenas, es hijo de croatas. También es hijo de croatas el internacionalmente
valorado escritor Roque Skarpa, y lo son los periodistas Simón Sterovic, Simón
Stanisic y Lenka Franulic (directora de "Ercilla"). Es hijo de
croatas Radomiro Tomic (ex- candidato a la presidencia de la nación), y es
nieta de croatas por parte materna, la cantante lírica señorita Barrionuevo
Ansic, nieta -cabe subrayarlo- de Juan Ansic, destacadísimo miembro de la vieja
colonia de Punta Arenas. Hay una anécdota emotiva relacionada con esta
cantante, anécdota que constituye la esencia misma del espíritu croatista de la
colectividad. En los años 1948-52, esta destacada exponente del arte lírico
chileno solía dar conciertos de temporada en su ciudad natal, Punta Arenas, en
Valparaíso, Viña del Mar y en Santiago.
Como un broche de oro de sus
conciertos, previamente solicitada la venia del público asistente, entonaba el
Himno Nacional Croata, "Liepa Nasa Domovino" (Hermosa Patria
Nuestra). En una oportunidad manifestó a este autor que lo hacía en homenaje a
su amadísimo abuelo Juan, a los hombres de la colonia y a la tierra que diera a
Chile hijos tan nobles. ¿Cabe agregar algo más? Está todo dicho. (Mencionado el
origen, autorízase reproducción parcial o total). Quinientos años del éxodo
croata Katarina Kosaca de Kotromanic fue la esposa del penúltimo rey croata de
Bosnia Esteban Tomas Kotromanic. Hija del conde (herzog) Esteban Vukcic Kosaca,
el más grande señor feudal de Herzegovina, Katarina en su niñez de religión
patarena, conocida en tierras croatas como "bogumila", abrazó el
catolicismo antes de contraer el matrimonio con el rey Tomas.
Se destacó por su devoción y
apego al pueblo. Edificó varias iglesias y, después de la ocupación turca de
Bosnia, tuvo que refugiarse primero en Split y luego en Roma. De allí intento
liberar a Bosnia y a sus dos chicos -Sigismundo y Katarina- llevados al
cautiverio por los turcos. Lo hizo sin éxito y los dos fueron educados en la
doctrina del Islam y murieron en el Imperio otomano sin que su madre los
hubiera visto nunca más. Katarina murió el 25 de octubre de 1478 y fue
sepultada en la iglesia franciscana de Santa María en la colina Ara Coeli
(Roma).
Previendo su no lejana muerte
llamó al escribano de la ciudad de Split y con otros testigos croatas de
Bosnia. Los franciscanos pusieron sobre su sepulcro la inscripción en "sus
caracteres" en idioma croata, que luego, al reconstruir a la iglesia, fue
reelaborado en el idioma latín. Los croatas en el mundo entero, especialmente
en el exilio, conmemoran esta trágica figura de su historia, considerándola
protectora de su secular emigración. Fue la más destacada personalidad
-dignatario político- estatal- del éxodo croata, que sigue hoy todavía por la
opresión del régimen y la hegemonía de Belgrado en su patria. Cinco siglos de
injusticias, creemos, en un futuro próximo terminarían con el triunfo de la
justicia. Las plegarias de los croatas ante su sepulcro en Roma contribuirán
para la liberación de Croacia, pues Catarina está en el proceso de la
beatificación, mientras los católicos croatas en Bosnia, especialmente en la
ciudad Sutjeska guardan celosamente recuerdos de la misma, denominando una de
sus prendas "catarineas".
Con motivo del primer centenario
del Tratado de Berlín y la ocupación de Bornia y Herzegovina
Milan Blažeković
El artículo XXV del Tratado de
Berlín del 13 de julio de 1878 estipula textualmente: "Las provincias de
Bosnia y Herzegovina serán ocupadas y administradas por Austro-Hungría".
Con el cumplimiento de ésta, la más breve de todas las estipulaciones del
Tratado de Berlin, y a la vez la única que se refería a Bosnia y Herzegovina en
todo el Tratado, había comenzado el último acto de liberación de estas dos
provincias croatas de la dominación turca, y el primero desde 1463 en cuanto a
su reincorporación a la comunidad estatal en la cual se hallaban las demás
partes constitutivas del territorio nacional croata —o sea, a la monarquía
austro-húngara—. En efecto, mediante la ocupación de Bosnia y Herzegovina por
parte de Austro-Hungría, después de haber las mismas formado parte del Imperio
otomano a lo largo de cuatro siglos, llegó a su fin el paulatino retroceso del
poderío turco en Europa iniciado con la derrota de los ejércitos turcos en los
muros de Viena imperial, en 1683. El proceso de decaimiento del poderío turco
llegó a tu término con la firma del Tratado de Berlin en 1878, cuyas numerosas
cláusulas echaron las bases del futuro orden politico del sur-este europeo. Por
lo tanto, los años 1463 y 1878 representan dos hitos y puntos cruciales no
solamente en la historia de Bosnia y Herzegovina, sino en la historia de
Croacia como tal. De ese modo, el Congreso de Berlín jugó más o menos el mismo
papel desempeñado por el Congreso de Viena de 1815, al ratificar la liberación
de Dalmacia de la dominación francesa —después de cuatro siglos bajo la
soberanía veneciana— y la reincorporación de la misma en la comunidad estatal
multinacional con la Croacia septentrional, o sea, a la monarquía de los
Habsburgo.
Sin embargo, con este último
acto, i.e. con la ocupación y la administración de las provincias de Bosnia y
Herzegovina, no ha sido resuelto el problema de la posición de Croacia en la
monarquía austro-húngara, pues jamás se había dado cumplimiento al postulado
fundamental de la política secular del Sabor (Dieta) croata y del ban (virrey)
de Croacia por la integridad territorial e independencia nacional. Las tierras
croatas: Croacia sensu strictiori, o sea Croacia bajo la jurisdicción de ban
(virrey) (Banska Hrvatska), Dalmacia y Bosnia-Herzegovina, siguieron separadas
una de otra tanto después del Congreso de Viena en 1815, como también después
de los compromisos austro-húngaro y húngaro-croata de 1867 y 1868
respectivamente. Esta situación no cambió tampoco después de la ocupación de
Bosna y Herzegovina en 1878 y su anexión en 1908, sin llegar a formar una
unidad politices y estatal con la Croacia en el sentido arriba mencionado, o
sea Croacia y Eslavonia y sus partes anexas que formaban la mitad húngara de la
doble monarquia; Istria y Dalmacia pertenecían a la mitad austríaca como
"Kronland", siendo gobernadas desde Viena; mientras que a Bosnia y
Herzegovina las administraba el común ministro de finanzas austro-húngaro como
condominio.
Tal situación, sin serias
perspectivas de cambio, es uno de los principales motivos por los cuales estas
tierras croatas —reinos en el sentido histórico— desertaron de la monarquía
austro-húngara en 1918, y buscaron su independencia nacional e integridad
territorial fuera de ella.[72]
I
El Congreso de Berlín fue
convocado para ocuparse de la cuestión oriental, de la cual se había ocupado
veinte años antes el Congreso de París a los postres de la guerra de Crimea
(1854-1856). De tal modo la cuestión oriental había imprimido a ambos el
carácter de importantes hitos no solamente en la historia de esta cuestión,
sino también en la diplomacia de las potencias europeas en general. La así
llamada "cuestión oriental" es pues una noción, un problema complejo.
Consistió fundamentalmente en la grave situación socio-económica de distintas
nacionalidades del sureste europeo bajo el dominio turco y que luchaban por su
emancipación, gozando de las simpatías de algunas potencias europeas; en la
situación económica cada vez más precaria del mismo Imperio otomano y, como
consecuencia de ello, en las distintas relaciones de las potencias europeas con
la Turquía adeudada y en el proceso de reorganización mediante reformas
("Tanzimat") o revoluciones.
En el curso del siglo XVIII
Austria ya había llevado a cabo varias guerras para liberar a Bosnia y
Herzegovina, "pues, debido a la jurisdicción de Austria en Croacia, a
estas provincias las han considerado parte de la herencia de los Habsburgo.
Finalmente esta cuestión se convirtió en el punto principal de las
negocia-clones diplomáticas entre Catalina II de Rusia y José II de Austria. En
setiembre de 1782 los dos monarcas llegaron a un entendimiento secreto sobre la
partición de la parte europea del Imperio otomano. Este entendimiento llevó a
la arena. internacional lo que se denominó la cuestión oriental, asignando a
Austria toda la parte occidental de la península balcánica, o sea Bosnia y
Herzegovina, como así también de Servia, mientras que Rusia se quedaba con el
resto".[73] Pero para
Austria esta situación de la cuestión oriental no era por el momento
apremiante.. El apremio llegó más tarde luego de las derrotas en Magenta y
Solferino en 1859, y en Königgrätz (Sadowa), en 1866, cuando Austria fue
excluida no sólo de Italia y Alemania, sino que también tuvo que abandonar el
Occidente a favor de Prusia, y volcar sus miradas hacia el Oriente, hacia
Salónica y el Mar Egeo. De ahora en adelante la política austriaca era la
presión hacia Oriente ("Drang nach Osten"), en la cual encontró
amplio apoyo de Prusia. Sin embargo, Austria chocaba con los intereses de
Rusia, que se consideraba protectora de los principados cristianos de los
Balcanes bajo el dominio turco. Asi, la situación de Bosnia y Herzegovina,
situadas inmediatamente detrás de Dalmacia y formando su hinterland, aparte de
ser un problema turco, fue y se convirtió primordialmente en una cuestión
austro-rusa.
A comienzos del año 1875 estalló
en Mostar, Herzegovina, la rebelión agraria a raiz del aumento del diezmo en un
25%. La revuelta obtuvo luego, especialmente al extenderse al territorio
bosnio, ciertos fundamentos políticos. Los centros de la rebelión fueron Crni
Potoci, bajo el liderazgo de Golub Babić y Petar Uzelac, mientras que fray
Bono Drežnjak encabezaba los rebeldes croatas en la zona de Livno[74],
y don Ivan Musić cerca de Gabela[75].
A fin de pacificar a Bosnia y Herzegovina, el ministro ruso en Viena, el
principe Gorchakov, propuso a Austrio-Hungría la ocupación de las provincias,
lo que rehusó el ministro de relaciones exteriores austro-húngaro, el conde
Julio Andrassy, temiendo mayor propagación de la influencia rusa en la zona, ya
que el 29/I/1875, en la reunión del Consejo de Corona (Kronrat) fue considerada
la posibilidad de ocupación de Bosnia y Herzegovina. y para tal eventualidad
impartida la "instrucción, en marzo de 1875, para el mariscal de campo
José Freiherr von Phillipovich en su carácter de comandante de las tropas
previstas para la ocupación de Bosnia y Herzegovina y zonas limítrofes".[76]
Los cónsules de las siete potencias europeas, reunidos en Mostar, en 1876,
intentaron apaciguar a los insurgentes, prometiendo reformas. En aquella
oportunidad el provincial franciscano fray Paskal Buconjić, sometió a los
cónsules un memorial con las proposiciones de cómo se podria pacificar la
región. No obstante, Servia y Montenegro, declararon la guerra a Turquia en
1876, salvándolos de la completa aniquilación la intervención rusa al declarar,
a su vez, la guerra a Turquia en 1877.
Con anterioridad a la guerra
turco-rusa (1877-1878), o - sea en julio de 1876, se reunieron en Zakupe
(Reichstadt) los emperadores Francisco José I y Alejandro II, y sus respectivos
ministros de asuntos exteriores, Gorchakov y Andrássy, y convinieron en la
partición de Turquía. En el acta, labrada sobre estas conversaciones, Austria y
Rusia preveían para el caso de resultar vencedores los turcos en un conflicto
bélico con Servia y Montenegro, impedir el aniquilamiento de los eslavos
cristianos y que los mismos retuviesen sus territorios intactos. En cambio, en
caso de que Turquía resultara vencida, ambas potencias convinieron en que, en
tal supuesto, Servia de ningún modo debería ocupar las regiones situadas entre
Dalmacia, Croacia y Eslavonia, o sea Bosnia y Herzegovina, pues si Servia
ocupara a las dos provincias, Dalmacia caería en peligro. En tal caso,
Austro-Hungría se vería obligada seriamente a pensar en la ocupación de Servia
a fin de salvar su litoral. Por ello, y en caso de victoria sobre las fuerzas
armadas turcas, Servia obtendría un pequeño incremento territorial cerca de
Zvornik y Novi Pazar, mientras que Montenegro recibían una extensión del lado
herzegovino (Nikšić), atracadero Spić y regiones en la costa
izquierda del río Lim. Todo el resto, o sea prácticamente toda la
Bosnia-Herzegovina, anexaría Austro-Hungría.[77]
Este plan del conde Andrassy
francasó, pues Servia resultó batida. El ministro ruso Gorchakov presiona a
Turquía para concluir armisticio con Servia, mas Turquía rehusó la idea
queriendo nuevamente someter a Servia a su poder. A fines de setiembre de 1876
Rusia sugiere a la corte de Viena una intervención con el fin de conquistar:
Rusia a Bulgaria, y Austro-Hungría a Bosnia y Herzegovina. La misión del conde
Sumarkov Elston fracasa, pues Andrassy logró convencer al emperador de rechazar
la sugerencia. Andrassy esperaba conseguir la ocupación de Bosnia y Herzegovina
en alguna oportunidad posterior, sin entrar en guerra. Esta se presentó, cuando
Alejandro II comunicaba a Francisco José I, el 22 de octubre de 1876, que debe
acudir en apoyo a la Servia apremiada. Andrassy acepta la iniciativa rusa y
entabla conversaciones diplomáticas secretas con Novikov, embajador ruso en
Viena. Las conversaciones se realizaron en Budaest, donde se hallaba en este
momento el Emperador. El convenio de Budapest del 15 de enero de 1877 es de
carácter militar, en el cual Austro-Hungría pone de manifiesto su benévola
neutralidad en el caso de un futuro conflicto bélico ruso-turco. Como
contraprestación, el artículo VIII dispone: "Su Majestad el emperador
austriaco y rey húngaro se reserva el derecho de decidir, cuándo y cómo
ocuparía con sus tropas a Bosnia y Herzegovina".[78]
Además, Rusia se obligó de no crear un gran Estado eslavo en los Balcanes, de
modo que Servia y Montenegro quedarían separados y no obstruirían la expansión
de Austro-Hungria hacia el Este. El Gobierno ruso prometió al Gobierno
británico que no se apoderaria de Constantinopla.
De esta manera, Rusia estaba
preparada diplomáticamente para una contienda bélica con Turquía. La campan se
inició en abril de 1877, y, en diciembre del mismo año —tras la penosa
superación de la tenaz resistencia turca en Plevna— las unidades rusas se
acercaban a Constantinopla. Desconfiando de las intenciones rusas, Gran Bretaña
despacha una escuadra del Mediterráneo a las aguas del Bósforo. Austria, a su
vez hizo saber que quería intervenir. Los rusos se ven obligados a suspender
las hostilidades e imponer al Imperio otomano condiciones de paz sumamente
duras, el 3 de marzo de 1878, en San Esteban, pequeño suburbio de
Constantinopla. En virtud de ese Tratado, los turcos aceptan la cesión a Rusia
de Kars, Ardahan, Batumi, Alaschkert y Bayazid en Asia y de Dobrudja en Europa,
a cambio de 1100 millones de rublos, como parte de indemnización total de 1.400
millones de rublos.[79]
Sin embargo, el punto más sobresaliente del Tratado de San Esteban fue la
creación de Gran Bulgaria de unos 175.000 km2, que se extendía desde el Mar
Negro hasta Salónica en el Mar Egeo, abarcando a Macedonia. Este Estado, que,
por lo demás, debía quedarse bajo la ocupación rusa por dos años, aseguraba a
Rusia influencia dominante en los Balcanes. Además, Servia y Montenegro, debían
agrandarse y, como Rumania, liberarse de toda dependencia de Constantinopla.
"Bosnia-Herzegovina debería gozar de autonomía bajo la supervisión
austro-rusa".[80]
Las disposiciones del Tratado de
San Esteban despojaron a Turquía no solamente de su poder en Europa, sino
también representaban la violación de lo pactado con anterioridad entre las
potencias europeas, incluso de algunas estipulaciones del Tratado de París de 1856.[81]
Por ello, el conde Andrassy propuso a las grandes potencias: Gran Bretaña,
Francia, Rusia e Italia la convocatoria de una conferencia general en Viena con
el fin de concertar la paz definitiva. Las grandes potencias aceptan la
invitación y, a proposición de Grochakov, se elige a Berlín como sede del
Congreso, convirtiéndose así el príncipe Otto von Bismarck, el canciller dei
Imperio alemán, en el anfitrión y presidente del Congreso.
El Congreso de Berlín se reúne
el 13 de junio y termina con la firma del acta general, el 13 de julio de 1878.
Sus disposiciones principales son: Montenegro, territorialmente agrandado y con
un acceso al mar, fue reconocido como Estado independiente. Rumania y Servia
también son declaradas independientes. Bulgaria forma un principado ligado a
Turquía, Turquía, siendo reducida a 64.000 km2. Al sur de los Balcanes, Rumelia
forma una provincia bajo la dependencia del Sultán en lo político y militar,
pero con vasta autonomía local. Rusia adquiere una parte de Besarabia, posesiones
asiáticas turcas de Ardahan, Kars y Batumi, quedando a Turquía los demás
territorios cedidos por el Tratado de San Esteban. Bosnia y Herzegovina se
someten a la administración de Austria. Inglaterra obtuvo el 4/6/1878 la isla
de Chipre mediante un tratado directo con Turquía. La navegación por el Danubio
se hizo libre desde la Puerta de Hierro hasta el estuario.[82]
Rusia quedé decepcionada con el
Tratado de Berlin que no hizo otra cosa que ratificar lo interiormente pactado.
Alemania no pretendía nada, como tampoco Francia. Italia se conformó tan sólo
con verse reconocida como gran potencia europea. La frase de su representante
en Berlín, Corto, sobre las "manos limpias" fue recibida por sus
críticos con la observación, que las manos limpias son también
"vacías".[83]
La inmediata consecuencia del congreso de Berlin y de sus decisiones fue el
desmoronamiento de la Alianza de los Tres Emperadores (Alemania, Austro-Hungria
y Rusia) que había creado, después de la guerra franco-alemana de 1871, un
bloque firme de potencias conservadoras, dominantes hasta entonces de Europa.
II
Asi, pues, la insurrección en
Bosnia y Herzegovina, en 1875, dio origen a la guerra ruso-turca de 1877/78
suspendida el 3 de marzo de 1878 con la firma del tratado de San Esteban, cuyos
términos, sin embargo, violaron las estipulaciones de los convenios de Budapest
del 15 de enero de 1877, lográndose su propósito recién en Berlín el 13 de
julio de 1878.[84]
De acuerdo con el mandato del Congreso
de Berlín, la ocupación se inició el 27 de julio de 1878 con el XIII cuerpo del
ejército croata bajo el mando del general de artillería Josip Freiherr von
Filippovich, avanzando desde el Norte. Más tarde entró a través de Dalmacia, en
Bosnia y Herzegovina el teniente general Stjepan von Yovanović con el
ejército del Sur, ocupando Mostar, la capital de Herzegovina, el 5 do agosto de
1878. El 19 de agosto de 1878 el general Filippovich ocupó a Sarajevo. A fines
de octubre de 1878, ambas provincias han sido ocupadas y pacificadas, a pesar
de numerosas y a veces sangrientas luchas con los insurgentes servios y restos
del ejército otomano.
La primera organización
administrativa fue instaurada por el supremo comandante de las fuerzas de
ocupación, el general Filippovich quien, como croata y por motivos
lingüísticos, hizo llegar al país los experimentados funcionarios croatas como
Josip Sertić para la organización de la comuna de Sarajevo, Vladimir
Mužuranić, Napoleón von Spun-Stritić, Nikola Badovinac y Milutin von
Kukuljević, para desempeñar cargos de jefes de distintos departamentos
civiles.
Quizás estas circunstancias
personales motivaron al Sabor croata para que el 28 de setiembre de 1878,
adoptase un memorial al monarca en el cual se le pide la incorporación de los
Confines Militares (una región especial de administración militar en Croacia,
sometida directamente al poder de Viena) y de Dalmacia al Reino de Croacia,
Eslavonia y Dalmatia, y que la organización de Bosnia y Herzegovina se efectúe
de tal manera para que, tarde o temprano, puedan ser incorporadas al mencionado
Reino. Este memorial del Sabor croata provocó gran disgusto en Hungría. La
prensa húngara reclamó la renuncia del ban croata Ivan Mažuranić (virrey
desde el 29/9/1873 hasta el 21/2/1880). Las autoridades húngaras lograron
convencer al monarca para que contestara al Sabor croata: "El Sabor
croata-eslavonio se excedió de su jurisdicción al ocuparse de Bosnia y
Herzegovina."[85]
Es cierto, sin embargo, que en
aquel entonces no ha sido posible la incorporación de Bosnia y Herzegovina en
alguna de las dos mitades de la Doble Monarquía, ya que el Congreso de Berlín
le había otorgado el mandato tan sólo para la ocupación militar, dejando al
Sultán la soberanía nominal sobre las provincias.[86]
A pesar de ello, y especiamente a pesar del convenio con Turquía del 9 de abril
de 1879 sobre la soberanía territorial en las provincias, todas las medidas
tomadas por las fuerzas de ocupación y por las posteriores autoridades civiles
señalaban claramente que la ocupación seria duradera y definitiva.
Al introducir su administración
en las provincias. el Gobierno austro-húngaro se enfrentó con dificultades de
índole económica y constitucional: ¿Quién gobernará las provincias? ¿Un
gobierno militar o civil? El ejército era una institución común en la Doble
Monarquía y por ello había sido lógico que el ejército las gobernase. Sin
embargo, eso implicaba un problema financiero. Las Delegaciones (austríaca y
húngara, de 60 miembros cada una, que gobernaban a la Monarquía) eran
contrarias a la ocupación y por lo tanto no votaran los fondos necesarios para
la ocupación. La decisión a favor de un gobierno civil a su vez implicaba una
cuestión constitucional: ¿Quién gobernará a Bosnia y Herzegovina? ¿Austria,
Hungría, Austro-Hungría, o la corona? Y consecuentemente ¿quién afrontará los
gastos del régimen? La solución de estos problemas tuvo que buscarse en dos
planos: en el nacional y en el local. Las autoridades centrales en Viena (el
ejército, la política exterior y las finanzas eran asuntos comunes en la
Monarquía!) debían de-terminar la política a seguir; en cambio el mecanismo de
ejecución debía radicarse en las provincias.
El cónsul francés en Sarajevo,
un hombre que bien conocía el problema, señaló que en las provincias todo quedó
"in suspenso", esperando la respuesta a las preguntas como: ¿Si
Bosnia y Herzegovina serán parte de Hungría y de tal manera reconstituirían el
famoso Reino de Hungría con el cual estaban soñando Ios húngaros, o si serán
agregadas a Croacia y de tal modo presionarían sabre las autoridades centrales
en pro de una reestructuración constitucional de la Monarquia en forma de
trialismo (en lugar de dualismo existente), con el componente eslavo, o si se
evadirá el problema, proclamando a Bosnia y Herzegovina posesión de la corona?[87]
Fue adoptada la última solución, convirtiéndose Bosnia y Herzegovina como
"Reichsland" en posesión de la corona.
A nuestro modo de ver el Sabor
croata no se había excedido de su jurisdicción al formular al monarca su pedido:
"La misión, que la Monarquía asumió con la ocupación de Bosnia y
Herzegovina, podría asegurarse permanentemente sólo si la organización de la
adquirida provincia se adaptase poco a poco de tal manera que sea posible
agregarla a la organización del Reino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, vista
su relación estatal con el Reino de Hungria."[88]
Esta formulación concordaba con
el párrafo 65 del Compromiso húngaro-croata del año 1868, según el cual Hungría
había asumido la obligación de reclamar la reincorporación de Dalmacia al Reino
de Croacia y Eslavonia. Con la sola incorporación de Dalmacia a Croacia se
hubieran eliminado el absurdo jurídico y real ya que Dalmacia formaba parte de
la unidad croata, mientras como "Kronland" pertenecía a la mitad
austríaca de la Monarquía.
Sin duda, Austro—Hungría tenia
varios motivos y razones a su favor como para reclamar en Berlín la ocupación
de Bosnia y Herzegovina como ser: las ventajas estratégico-militares y de
seguridad en esta arte de la frontera con Turquía, y el problema constante de
los refugiados cristianos y su protección. Pero, uno de los títulos más
valederos para la ocupación, incluso la anexión, de dichas provincias lo
constituye el hecho de que las mismas, al igual que Dalmacia, formaban parte de
la unidad nacional y territorial croata, hasta sus respectivas pérdidas en el
siglo XV, pues debe considerárselas parte constitutiva del Reino de Croacia,
también desde el punto de vista constitucional de Croacia.
III
En prueba de que Bosnia y
Herzegovina eran parte integrante de Croacia previo a la conquista turca en
1463, el prof. Dominik Mandić formula varios argumentos de índole
geopolítica, constitucional, religiosa y étnica, reunidos en un breve artículo
bajo el titulo "Bosnia es croata"[89]
y que aquí reproducimos.
1. — La actual Bosnia y
Herzegovina carecen de fronteras naturales y, desde el punto de vista
geopolitico, no forman una unidad territorial independiente y cerrada. Este
ente político es el resultado del proceso histórico-cultural, iniciado a fines
del siglo XII bajo el gobierno del ban Kulin y terminado en nuestros días. Por
la configuración natural del suelo y por el curso de sus montañas y rios la
actual Bosnia y Herzegovina constan de varias partes más unidas a las regiones
adyacentes croatas que entre sí. Es por ello que los prácticos romanos
adjudicaron las regiones del rio Sava de la actual Bosnia a sus provincias
panónicas, mientras que la Bosnia central con, la cuenca del Vrbas superior,
Tropolje (los campos de Glamoć, Hlivno y Duvno) y toda la Herzegovina
actual la adjudicaron a la provincia de Dalmacia. Con las cadenas montañosas,
cursos de sus ríos y con toda su gravitación geopolítica, Bosnia y Herzegovina
prolongan, complementan y unen las regiones croatas del Norte panónico con las
septentrionales - adriáticas. Sin Bosnia y Herzegovina las regiones croatas
estarían cortadas, sin comunicaciones naturales y territorialmente cerradas. El
río Drina con su cauce hondo y escarpado entre las altas montañas encierra las
regiones croatas y las separa de las regiones servias y los Balcanes centrales.
Siguiendo esta línea, los romanos trazaron la línea de la división definitiva
del Imperio Romano entre Occidente y Oriente; con la misma coincide la
separación de la Iglesia Oriental y la Occidental y de la cultura con los
mismos caracteres, orientales y occidentales respectivamente.
I. - Durante las migraciones de Ios pueblos los croatas poblaron Bosnia y Herzegovina y siguen viviendo en ellas permanentemente
2. — Según Constantino VII
Porfirogeneta (905-959), a su llegada al sur en 626, Ios croatas se radicaron
en: Dalmacia, Ilírico y Panonia. Consecuentemente, los croatas ocuparon al
principio toda la Bosnia y Herzegovina de hoy, pues formaban la parte integrante
de dichas provincias romanas.
Describiendo la situación
política a mediados del siglo X, Porfirogéneta menciona el "terruño
Bosnia" al final del capítulo 32 de su obra "De Administrando
Imperio", donde habla de los servios. Hizo eso debido a que su contemporáneo,
el župan servio Časlav, justamente en aquel entonces (949) ocupó Bosnia y
otras regiones croatas hasta los ríos Vrbas y Cetina. Sin embargo, alrededor
del año 960 el rey croata Kresimir III reincorporó Bosnia a Croacia. Desde
aquel entonces y hasta el año 1918 Bosnia jamás formó parte del Estado servio,
ni estaba bajo el poder servio.
3. — También confirma la antigua
crónica croata del siglo VIII, incorporada en la crónica "Kraijevstvo
Hrvata" (Regnum Croatiae) del siglo XI, que a su arribo al Adriático los
croatas ocuparon a Bosnia. Respecto al primer máximo gobernante croata esta
crónica dice: "...tomó el reino de Iliria, o sea todo el territorio que se
halla aquende Valdemije/Val-de-verso = Vinodol / y hasta Polonija / Polina,
antigua Apollonia cerca de Valona / ... y llegaba a Bosnia y bajaba a
Dalmacia... la comarca inferior y superior... Y su reino abarcaba Bosnia y
Valdemin hasta Polonia, tanto el reino marítimo como el interior...".
4. — Desde los tiempos más
antiguos Bosnia ha sido banovina (o sea, una unidad estatal autónoma croata) la
que gobernaban los banos (ban = "banus" en latín) ininterrumpidamente
hasta el año 1377, cuando el ban de aquel tiempo, Tvrtko I, se había proclamado
rey. La dignidad de ban es una institución netamente croata, siendo desconocida
por los servios, búlgaros y otros pueblos de la Europa medieval. Por lo tanto,
donde gobernaban los banos, debemos deducir que allí también vivieron los
croatas, pues sólo ellos pudieron conferir a su gobernante el título genuinamente
croata. Así, también la dignidad de ban prueba que en Bosnia vivían los croatas
desde los tiempos más remotos y a lo largo de todo el Medioevo.
5. — El ordenamiento social en
la Bosnia medieval era croata. En aquellos tiempos Bosnia ha sido estrechamente
ligada en lo cultural con las demás regiones croatas. Eso lo corroboran los
restos arqueológicos de las iglesias, de los palacios reales y de los
potentados, y sepulcros. Todos ellos llevan las características occidentales y
croatas.
6. — El cronista bizantino
Johannes Kinamos, secretario del emperador Emanuel Comneno (1142-1180), estuvo
reiteradas veces con el Emperador en Servia de antaño y en la frontera de
Bosnia, es decir, llegaba hasta el rio Drina. Apoyándose en su propio
conocimiento él escribe sobre el ban Borić lo siguiente:
"Cuando llegó cerca del río
Sava, se dirigió hacia otro rio Drina, que desemboca en otra parte y separa a
Bosnia de otra comarca Servia. Bosnia no está sometida al župan (gobernador)
servio, pues es independiente; la gente vive de manera peculiar y se gobierna a
sí misma."
Kinamos sostiene claramente,
gracia a sus propios conocimientos, que en Bosnia no viven los servios, sino
otro pueblo, o sea el pueblo croata, pues en aquel entonces, como hoy en dia,
no hubo en los Balcanes centrales otros pueblos que no fueren los croatas y los
servios.
II. - La conciencia nacional croata de los católicos y musulmanes en Bosnia y Herzegovina
7. — Desde el siglo XII hasta el
siglo XV no se registraron mayores migraciones de la población en Bosnia. En
esa comarca vivían permanentemente los mismos pobladores autóctonos, de los
cuales Kinamos dice que no eran servios. Este pueblo autóctono empezó a
destacar su nombre croata con cierta insistencia cuando Bos-nia cayó bajo el
dominio turco. Mencionemos tan sólo estos ejemplos:
Cuando a fines del siglo XV y
comienzos del siglo XVI una parte de la población autóctona bosníaca emprendió
la huida hacia el Occidente: los bunjevci, los vodeni (= bosnios) croatas, los
predavci y otros, se llamaban a si mismos croatas, y así los llamaban sus
contemporáneos.
El enviado pontifical A. Burgio
escribe en 1526 que "Bosnia pertenece a Croacia". Un otro enviado
papal en 1580 acotó que el rio Una "es el río principal de Croacia".
8. — El escritor croata fray
Francisco Glavinić, nacido en Glamoč, Bosnia, en 1585 llama su idioma
"croata". En su obra "Los comienzos de la provincia franciscana
Bosnia-Croacia" escribe: "Los bosnios son la misma nación con los
croatas; también el idioma les es el mismo."
Los pobladores autóctonos de
Bosnia de religión católica, al alistarse al servicio militar turco, solían
llamarse a sí mismos "héroes croatas". Este nombre es mencionado
varias veces por el escritor turco Evlija Čelebija, quien repetidas veces
viajaba por Bosnia en el siglo XVIII. Čelebija acotó que los pobladores de
Piva montenegrina se llamaban "genuinos, puros croatas",
Fray Lovro 'Šitović, de
origen musumán de Ljubuški, siempre llamaba croata el idioma que hablaba. En la
introducción de su Gramática, dedicada a la juventud de Dalmacia, Bosnia,
Herzegovina, Slavonia y Bačka, se dirije a todos con las palabras:
"Nosotros los croatas".
9. — Hasta el fin del siglo XII
toda la población de Bosnia y Herzegovina era croata, perteneciendo a la
religión católica de rito romano. A fines del siglo X aparece en Bosnia la
herejía de los bogomili (llamada así por su iniciador Bogomil, sacerdote
búlgaro), pero recién en el siglo XIII cobra tanta importancia que a principios
del siglo XIV su herejía fue abrazada por la mayoría de los croatas de Bosnia y
Herzegovina. Gracias a la labor de los franciscanos de la provincia de Croacia
y del Vicariato de Bosnia (1392-1463) los adeptos a la herejía de bogomili han
sido en su mayoría reincorporados al seno de la iglesia católica, de modo que
al caer Bosnia y Herzegovina bajo el dominio turco en 1463, de toda la
población no más del 10% se decían bogomili.
Los croatas bogomili en su
totalidad abrazaron el Islam. Los croatas católicos, aunque se incrementaban
por razones naturales, retrocedían día a día numéricamente debido a las
persecuciones turcas y por la falta de sacerdotes católicos. A fin de preservar
su fe católica, más de 300.000 de ellos emigraron a las regiones limítrofes de
Croacia libre, y otras regiones no croatas como: Eslovenia, Austria, Bohemia,
Hungría, Italia. Por todas estas razones unos 500.000 abrazaron el Islam y unos
50.000 pasaron a la religión ortodoxa.
Hasta las guerras de Viena
(1683-1699) los croatas musulmanes convivían estrechamente vinculados a los croatas
católicos: en un mismo lugar y de un mismo clan unas familias eran católicas y
otras musulmanas; a veces los padres eran católicos y los hijos musulmanes, o
el marido musulmán y la mujer católica. Los croatas musulmanes como así también
los católicos hablaban el viejo idioma croata ikavski con fuertes matices del
dialecto čakavski; seguían valiéndose de la escritura croata llamada
bosančica; conservaron muchas viejas costumbres populares croatas en la
vida familiar y comunitaria, como así también las vetustas supersticiones
populares acerca de hadas, brujas y vampiros. También hoy en día los croatas
católicos y musulmanes en Bosnia y Herzegovina forman una separada comunidad
linguistica y biológica, distinta de la de los servios inmigrados.
10. — Desde mediados del siglo
XV y hasta promediar el siglo XVII los musulmanes de Bosnia y Herzegovina con
su espada y su intelecto, sea como jenizares, sea como gobernadores
administrativos, llevaron el Imperio otomano hasta su apogeo de poder y
magnitud. Veinticuatro croatas, mayormente de Bosnia, fueron grandes visires
del Imperio, veintitrés de ellos fueron yernos del Sultán. Algunos de ellos se
enorgullecían enfáticamente de su nombre croata de tal modo que los
historiadores turcos hasta hoy los distinguen como croatas, a saber: los
grandes visires: Mahmud bajá Abogović Veli (santo), Rustem bajá El Croata,
Sivajuš bajá El Croata, Murad bajá El Croata, etc. Los demás croatas musulmanes
de Bosnia y Herzegovina tampoco renegaban de su nombre y lengua croata cuando
se encontraban en el extranjero. En la Adzami oglan, alta academia militar de
los jenizares en Constantinopla, y cumpliendo altos cargos estatales a lo largo
y ancho del Imperio, ellos hablaban en croata, obligando de este modo a los
demás servidores de otros pueblos de Turquía a aprender y hablar el idioma
croata, lo que hicieron incluso algunos sultanes, como por ejemplo Solimán
magnífico (+ 1566). El enviado vienés A. Pigafetta, en 1567, escribe al
respecto: "Hablamos en croata. En Constantinopla es usual hablar croata,
idioma que casi todos los funcionarios turcos conocen, especialmente los
militares."[90] En los
siglos XVI y XVII el idioma croata ha sido el segundo idioma diplomático en el
Imperio turco. Mohamed bajá Sokolović (1510-1579), oriundo de Bosnia
oriental cerca de Višegrad, al terminar sus altos estudios con distinción, el
Sultán Solimán le preguntó de dónde provenía, y éste le respondió: "De los
croatas"[91]
Sokolović fue el más grande estadista de la Turquía de todos los tiempos.
Ill. - Los válacos y los servios son inmigrantes extranjeros en Bosnia y Herzegovina
11. — En Bosnia y Herzegovina,
que eran regiones puramente croatas, empezaron a inmigrar en el transcurso del
siglo XI elementos foráneos. Los magnates bosníacos empezaron entonces a traer
a los válacos étnicos, de origen mauro-africano, para que se desempeñen como
soldados o boyeros y arrieros. Hacia fines del reino de Bosnia en estas
provincias hubo cerca de 100 aldeas ("katuni") válacas con unas
15.000 almas, mayormente de religión católica.
La colonización de válacos no
eslavos la favorecían los turcos, empleándolos en el servicio militar como tropa
de choque ("bašybozuk") y custodios de las fronteras. En el año 1540
en el sandyacato de Bosnia hubo 9.879 casas válacos entre los válacos antiguos
y nuevos. Hasta las guerras de Viena (1683-1699) los nuevos válacos turcos
hablaban su idioma romano.
12. — En Herzegovina hasta la
época de los Nemanjić, y en Bosnia hasta la llegada de los turcos, no bubo
servios ni ortodoxos, salvo algunos carreros de mercaderïas a los cuales
contrataban los magnates bosníacos y comerciantes ragusinos (de Dubrovnik) para
el transporte de la mercadería desde la costa marítima al interior.
Tras la derrota servia en la
batalla de Kosovo (1389) los auténticos servios étnicos retrocedían bajo la
presión turca, a lo largo de los ríos Ibar y Morava hacia el rio Danubio y
Vojvodina. También la gran migración de los servios bajo Arsenije
Crnojević en el año 1690, se efectuó hacia el Norte. Históricamente no se
puede comprobar si algún mayor grupo de servios étnicos haya inmigrado a Bosnia
hasta la ocupación Austro-Hungría en 1878.
Conclusión
La actual población de Bosnia y
Herzegovina es del siguiente origen étnico:
Los croatas católicos son en un
95% descendientes de los antiguos croatas católicos de Bosnia y Herzegovina; el
2-3% provienen de los antiguos mauro-válacos croatizados, y el 3-4% de
distintas minorías étnicas.
Los musulmanes son descendientes
de los croatas bogomili de Bosnia y Herzegovina en un 10-12%; el 85% son
croatas católicos islamizados; de origen turco u oriental el 2-3%, y de origen
válaco el 1-2%.
Los servios son descendientes de
los croatas católicos y bogomiles pasados a la religión ortodoxa en un 33%; de
los mauro-válacos no esclavos el 50-52%; de diverso origen étnico un 6%, y de
los servios étnicos el 8-10%. La mayoría de los servio étnicos ha Llegado a
Bosnia y Herzegovina durante la ocupación de Austro-Hungría y durante la
primera y la segunda Yugoslavia. Los croatas ortodoxos y los válacos no eslavos
fueron servizados por la Iglesia ortodoxa servia a fines del siglo XVIII y
durante el siglo XIX.
IV
Retrospectivamente, podemos
atrevemos a sostener que los factores responsables de la monarquía
austro-húngara cometieron dos errores fundamentales en sus relaciones con los
ciudadanos eslavos de la monarquia, especialmente en su trato con los croatas.
El primer error consiste en rehusar a aceptar la proposición de anexar
Bosnia-Herzegovina directamente, postergando esta decisión treinta años. El
segundo error está en la omisión de acceder a los constantes reclamos de los
croatas en lo que a su unificación nacional y territoial se refiere. Las
infundadas pretensiones servias sobre estas dos provincias hubieran perdido de
su virulencia frente a un Reino de Croacia consistente de Croacia propiamente
dicha, Eslavonia, Dalmacia y Bosnia-Herzegovina. El temor de tener que
compartir el poder en la monarquía con una unidad estatal croata y perder la
hegemonía absoluta en la misma, no ha favorecido ni su estabilidad ni su
duración. El trialismo hubiera sido, quizás, la salvación de este Estado-
multinacional. Por el temor al trialismo y a sus consecuencias, o sea a la
igualdad absoluta de las principales naciones del conglomerado, los tiros en
Sarajevo del 28 de junio de 1914 fueron guiados desde Belgrado y acogidos con
indiferencia en Budapest. Austro-Hungría reconoció su error demasiado tarde,
pues este error alentaba las equivocas esperanzas de unificación sureslavas de
algunos, favoreciendo las ilegítimas aspiraciones servias a aquellas provincias
centrales de Croacia. Las nefastas consecuencias del mismo error culminaron en
1918, cuando Servia ocupó a Bosnia y Herzegovina con todas las demás provincias
croatas, momento que se considera como la fecha de la creación de Yugoslavia.
Su existencia también hoy en día constituye un problema de suma inseguridad y
peligro para la paz, teniendo presente en especial la vecindad de las tropas
soviéticas y las aspiraciones de Moscú al Adriático.
Con motivo de su septuagésimo
cumpleaños
A. GAZZARI
Dos generaciones de poetas
representan la poesía croata en el exilio: los que emigraron, que dejaron la
patria, ya formados y reconocidos en el mundo literario, y los que surgieron y
se formaron en el destierro. Lamentablemente, estos últimas son pocos. Es
difícil la creación poética en el idioma materno lejos de las fuentes, del
manantial de donde se recibe la fuerza espiritual y la forma de la creatividad
artística específica. Incluso, podríamos decir, que no existen en esta
literatura croata contemporánea, poetas con dichas características, debido, a pesar
de todo, a que ellos también se iniciaron en la patria de origen. Allí
recibieron primeras inspiraciones, primeras impulsos y fuerzas que desembocaron
en sus expresiones poéticas.
Esta situación se torna más
patente, cuando el mejor representante de esta generación ,en realidad, uno de
los más importantes poetas de la poesía croata en la actualidad —Viktor Vida—
desaparece trágicamente y el otro —Srećko Karaman— muere cuando se
esperaba, con buena razón, los mejores frutos de su talento. El tercero —Alan
Horić— deja el idioma materno y se convierte en un poeta de habla
francesa. El cuarto —Zvonimir Katalenić falleció (2-X-78) en el El Bolsón,
Argentina, se destacó por su talento poético de valor excepcional tanto en
versos castellanos y mucho más en los del idioma croata.
De este grupo nos quedan
prácticamente sólo dos poetas con fuerte personalidad, con su estilo propio y
con una propia concepción: Lucijan Kordić y Mirko Vidović. Aquí
también podríamos mencionar a Boris Maruna, con interesantes innovaciones.
Del primer grupo, igualmente
poco numeroso, uno sólo es creativamente activo: Vinko Nikolić, redactor
de la importante "Hrvatska Revija" (Revista Croata). Otros aparecen
esporádicamente, con alguna colaboración en las revistas literarias que se
editan en idioma croata: Antun Bonifačić, Ivo Lendić, Antun
Nizeteo. Registramos también tres poetas que pertenecían a este grupo. Dos
fallecieron en el destierro, Jeronim Korner y Ljubo Wiesner y el tercero,
Raimundo Kupareo, autor de un apreciable libro de poesía, volcó su actividad
hacia los estudios estéticos del arte, la literatura, la poesía y otros.
En este breve ensayo nos
ocuparemos de Ivo Lendić, un refinado poeta que, como hemos dicho, de
tanto en tanto colabora en las revistas literarias. Hacemos esto aprovechando
la ocasión de cumplirse 70 años de su nacimiento.
Poéticamente Lendić no
pertenece a ninguna escuela literaria en particular, pero sí ideológicamente.
En el seno del así llamado movimiento literario "Hrvaska Moderna"
(Moderna Croata) que surgió a principios de siglo y terminó en los años
posteriores a la Primera Guerra Mundial, aparecieron con el tiempo varias
figuras y luego una cierta bifurcación que no se debió a la diferente expresión
poética, sino a los distintos puntos de vista ideológicos, filosóficos y
sociales. El "L'art pour l'artisme" dejó de existir y los poetas se
volcaron a la estructura ideológica de la poesía. De este modo empezaron a
formarse, no se puede decir escuelas, pero sí movimientos o manifestaciones que
elaboraron su propio modo de pensar, su modo de vivir, su propio mundo.
Lógicamente, fueron varias las corrientes políticas e ideológicas que tuvieron
mayor o menor influencia en la formación de estos grupos.
Finalmente, en relación con
estos movimientos y para hacer frente al pronunciado materialismo y liberalismo
filosófico en literatura y la vida cultural en general, se formó un bloque de
intelectuales llevados por la idea de cristianizar y evangelizar la vida
política, cultural, social y pública en general de las nuevas generaciones. Con
este propósito surgió un movimiento católico entre la gente joven, particularmente
entre los intelecuales y estudiantes, llamado "Hrvatski katolički
pokret" (Movimiento católico croata). Este movimiento, a través de la
revista literaria "Luč" (La Antorcha) —fundada en el año 1905—
supo reunir al comienzo a un grupo considerable de intelectuales católicos,
extendiéndose con resultados mny interesantes.
Defendiendo estas ideas
filosóficas, se creó alrededor de este núcleo un movimiento literario, no
definido tanto formalmente, cuanto ideológicamente. A estos jóvenes se adhieren
algunos poetas de la vieja escuela, anterior al modernismo: Sabić,
Pavelić, Poljak, que profesaban un lirismo religioso, casi convencional,
opuesto al de los jóvenes y donde la presencia de Dios era profundamente
vivida.
Durante, y especialmente después
de la Primera Guerra Mundial, este movimiento se consolidó con los aportes de
nuevos poetas que, aunque no pertenecían al movimiento, fueron considerados,
por su expresión poética, por los motivos y por su fe religiosa, como poetas
católicos.
Si bien es cierto que no podemos
comparar esta poesía con la de los grandes maestros de la poesía mundial,
especialmente con la francesa (ésta ejercía no sólo influencia sino que tuvo
también secuaces entre estos poetas croatas) hay que reconocer que llenó un
vacío en las letras croatas. Haciendo una comparación en términos universales,
no se trata de obra de gran envergadura, pero muchos de ellos poseen
indudablemente valores intrínsecos y perdurables. "No es fácil ser poeta:
no es fácil ser cristiano; doblemente difícil es ser al mismo tiempo uno y
otro" (Maritain).
A esta generación pertenecían
las tres figuras más destacadas de aquel movimiento en el mundo poético croata:
Djuro Sudeta, Nikola Šop, Ivo Lendić.
Sudeta, desaparecido
tempranamente, a los 23 años, consumido por la tuberculosis, fue un lírico
sutil, tierno, delicado. Cantó las cosas pequeñas, pero sublimándolas en las
dimensiones de su grandeza espiritual y artística. El dolor, la noche, la
oscuridad, la muerte fueron los motivos de esta poesía. Aceptó su destino. con
pesar, pero sin protesta, sin rebelión.
Šop es en el fondo un humanista.
La originalidad y un tono clásico son sus rasgos fuertes. Posee una cierta
humildad que atrae. Se hizo famoso por sus motivos poéticos. Introdujo
directamente en la poesía la persona de Jesús, no como Dios, sino como un ser
cotidiano. Su Jesús es muy parecido al Jesús que paseaba por las aldeas de
Judea y Galilea y por el valle del Jordán. Los encuentros del poeta Šop y sus
diálogos con este Jesús demuestran una sencillez y una inocencia antes nunca
experimentada en la lírica croata. A Šop lo han comparado con Francis Jammes y
con Russell. Pero debemos subrayar que Jesús de Šop dista mucho de ser un Jesús
hierático, o sublime. Aquí se trata de un Jesús que lee los diarios; que visita
la pobre y humilde pieza del vagabundo; que toma un vaso de vino junto a un
ocasional agasajador. Un Jesús amigo, apacible, compañero.
Lendić es otra cosa en
comparación con las dos primeros (Sudeta y Šop). Es diferente en la expresión
artística y en profundidad ideológica. El es más profundo, más espiritual. El
espíritu del catolicismo iluminó todo su pensamiento, su creatividad poética,
su vida.
Nació Ivo Lendić el 4 de
junio de 1908 en Janjina, un pueblo de la península Pelješac sobre el litoral
croata del Adriático. Luego de finalizado sus estudios secundarios ingresó en
la Universidad de Zagreb (capital de Croacia), graduándose en Ia Facultad de
Filosofía en psicología experimental y lógica.
Desde temprana edad sintió la
vocación literaria. Ya como estudiante secundario colaboró en algunas revistas
especializadas. En el año 1930 edité su primer libro de poesías:
"Lirika". Seis años después (1936) aparecieron los
"Angelusi".
Este libro, como bien acentúan
los observadores de la literatura moderna croata, significó la victoria de la
poesía católica contemporánea en Croacia. No es lo mismo la descripción de los
crucifijos en los cruces del camino (aunque sea muy poética); la capilla sobre
la colina; el cementerio del pueblo entre los cipreses; un cuadro poéticamente
dibujado en la procesión de Corpus Cristi, o la búsqueda de Dios en la
naturaleza lindante con el panteísmo, que aquel diálogo improvisado por
Lendić entre los obreros enfermos y Cristo en la terraza del sanatorio,
"en el silencio del brillo matutino del espejo del mar". La primera
es una cosa placentera, una pincelada pintoresca, lo segundo, pues, la fe.
Diríamos que la sublimación de la fe es el eco más penetrante de la poesía de
Lendić. Este sentido adquiere su aparición poética. En este sentido
también se declararon con elogios, pero desde el punto de vista estético, los
destacados críticos croatas Ljubomir Maraković y Petar Grgec; el esteta
Dušan Žanko y los poetas Vinko Nikolić y Ton Smerdel (entre otros).
Smerdel, poeta, esteta y crítico literario, consideraba el poema de Lendić
"Ave María" una de las más hermosas Ave María de la poesía universal.
"Doce obreros enfermos y yo el décimotercero" dio lugar a que se
comparara a Lendić con Claudel por su expresión poética (Gerardo Diego,
poeta y miembro de la Real Academia Española).
Lendić, profesor, dada su
carrera universitaria, poeta por inspiración, fue periodista profesional. Como
tal, alcanzó los primeros puestos en el periodismo croata. Fue colaborador y
director por largos años de la revista "Luč" y redactor del
diario "Hrvatska straža" (Guardia croata) en la página cultural,
tratando un rico repertorio de los más variados temas del quehacer cultural de
la época.
A este período pertenecen sus
muy conocidas polémicas en las que Lendić, como croata y creyente
católico, saca a la luz del día las ideas nihilista-comunista del conocido
escritor croata Miroslav Krleža. Lendić fue el primero que en Croacia dio
cuenta de Krleža cuando nadie osaba siquiera objetar su destructiva acción
ideológica entre los jóvenes intelectuales croatas a través de la literatura.
Fue fundador y director de la
colección MOSK (Crónica social moderna). Entre los años 1941-45 corresponsal
especial en Roma del más importante diario croata "Hrvatski. Narod"
(La Náción Croata). En Buenos Aires, donde llegó en 1947 como refugiado
politico, fue el director de la revista mensual "Glas Sv. Antuna" (La
voz de San Antonio) que editaban los franciscanos croatas.
Lendić se dedicó también a
la traducción. Tradujo del italiano al croata a Papini (Gog) y Fagauzaro
(Piccolo mondo anticuo); del castellano al escritor argentino Manuel Gálvez (El
miércoles santo); del inglés a Jerome J. Kiapka (Tres hombres en el bote -
Three men in a boat).
Sus ensayos, estudios, artículos
y poesias pueden encontrarse en las publicaciones más representativas, como
"Hrvatska Revija" (Revista croata Zagreb), "Hrvatska
Prosvjeta" (La cultura croata - Zagreb) Y "Hrvatska Revija"
(Revista croata - Buenos Aires). Entre sus ensayos críticos se destacan
aquellos sobre el poeta Viktor Vida y sobre Silvio S. Kranjčević, uno
de los más famosos poetas croatas. Este ensayo es lo mejor que se ha escrito
sobre Kranjčević. Rivaliza únicamente con el estudio del crítico Branimir
Livadić, pero los dos parten de diversos puntos de vista y con un notable
trabajo recientemente publicado por Ante Kadić. Agreguemos también a estos
ensayos un profundo análisis y estudio (aun no publicado, pero leído en una
conferencia este año) sobre la vida y la obra del mencionado poeta Djuro
Sudeta.
Pero para la literatura croata,
Ivo Lendić es interesante en primer término como poeta, a pesar de que
"Angelus" fue su último libro de poesías que se ha publicado. Todo lo
que creó después de este libro se encuentra esparcido en varias revistas
literarias, para dejar ya de publicar en el afio 1963, cuando, en la
"Hrvatska Revija" aparecieron diez poesias bajo el título "Ex
Ponto Argentino". Consideramos que este material, junto con las poesías anteriormente
publicadas, en el año 1960, también en "Hrvatska Revija" y tituladas
"El corazón desterrado" perteneció a un proyectado libro de versos,
nunca publicado. Estos versos son eco de Ias frustraciones de un ser
atormentado y en el mismo tiempo la reafirmación de su fe.
Lendić, enfermo de una
seria dolencia desde muy joven, pasó buena parte de su juventud en Ios
sanatorios. No obstante seguía con su trabajo de periodista y con sus aportes
literarios. No tuvo mucha suerte. Se curó de la enfermedad que lo atacó desde
temprana edad, pero a los 50 años de vida sufrió un inesperado percance que
puso en peligro su vida. Felizmente, una vez más, superó el duro trance, pero a
partir de ese momento prácticamente termina su actividad literaria. Apenas
algunas colaboraciones.
Los mejores versos surgieron
"inter angustias", para emplear y generalizar el titulo de una de sus
poesías. Aquel periodo de su vida transcurrido en los centros asistenciales de
Croacia y aquel rudo golpe recibido en Buenos Aires, dieron a la literatura
croata hermosos versos. Engendrados en el dolor, son también hijos del dolor,
pero, al mismo tiempo, están compenetrados de una profunda fe que le hizo
posible sobrevivir al mal. En estos versos leemos, descubrimos, la
desesperación de los días difíciles.
En la expresión poética de estos
días de angustia y sufrimiento Lendić se acerca, como nadie y como nunca, a
Cristo. En un momento de dolor intenso y crudo exclama "Dios, Dios de mi
juventud. Dios de mi corazón. ¿Todavía el fondo de la copa no toqué?" Nos
acordamos de las palabras de Cristo crucificado: "¿Dios, Dios mío, por qué
me abandonaste?".
Este dolor profundo laceraba su
cuerpo y su alma. Si no, ¿de dónde nacieron estos versos?
Ni un rayito de esperanza en esta ennegrecida oscuridad
Sin luz y sin calor?
¿Ninguna salida de esta soledad impotente?
¿Nunca se acabarán estas horas dolorosas?
O más adelante:
Estoy postrado, sólo, sumergido en el fondo de la
oscuridad.
No llega el sueño
Para cerrar mis ojos y sosegar el alma.
A veces parece que el dolor psíquico
supera el dolor del cuerpo. En esta poesía de sufrimiento encontramos también
estos versos :
No sé lo que duele más, lo que pesa más.
¿La inmovilidad del cuerpo tendido sobre la cama
o mis pensamientos tristes, inciertos e inquietos?
La vida de Lendić es un
sufrimiento total. Su poesía, análogamente, es sólo un eco de este sufrimiento.
De este tipo de poesía podemos excluir únicamente sus primeiros versos y el
primer libro de poesías. Lendić trata de encontrar en la naturaleza, en lo
hermoso de su terruño natal, en los paisajes, en el entusiasmo juvenil, los
motivos de esas primeras realizaciones.
Lendić transcurre su juventud y los mejores años de su vida, en la lucha por los principios cristianos, por la justicia evangélica, por la libertad nacional de su pueblos oprimido. Perteneció a los movimientos católicos, para ser más exacto, a las organizaciones "Domagoj" y "`Seniorat", organizaciones que dieron un apreciable número de intelectuales, políticos, literatos, hombres públicos. Siendo así, es normal que todo esto también se refleje en su poesía. Vibra en sus versos el elemento nativo y el eco de la lucha y de la victoria nacional. Como ejemplo nombramos Ias poesías "Uskrs" (La Pascua) y "Aleluja" (Aleluya).
Esto se acentúa particularmente
—es muy lógico y comprensible— en las poesías que nacieron en la emigración. Se
trata de los sonidos de un poeta desterrado. Son sus "Ex Ponto". En
este sentido se asemeja a todos los demás poetas de esta convulsionada época de
nuestra vida.
En su última etapa, Lendić
cantó a la "más querida, nunca olvidada, dolorida, pisoteada, atada,
abandonada Croacia" (Diario de un emigrante).
La dolorosa realidad de la
lejanía irrumpe en los momentos de angustia con estas palabras: ¿Jamás regresar
desde estas lejanías, Croacia mía? La sola posibilidad de esta negación
endurece sus sentidos.
Conmueven los versos donde
ofrece a su Patria todo lo que le quedó en la vida: "Este dolor es el
único regalo que te puedo ofrecer, Croacia, pobre Patria mía". El dolor,
lo único que posee.
Citaremos solamente unos versos
más. Son lúgubres, pero poéticamente, de una riqueza sorprendente:
"Si algún día me encuentran muerto, helado y solo,
sepan que terminé mi camino y mi pena
con la bendición en los labios y sin amargura
con mi Croacia en el corazón y un beso de leal dolor en
la frente."
Esta alma sensible, esta vasta inteligencia y profundo humanismo, no se pueden describir en unos pocos renglones. Todo esto necesita su propio y especializado estudio. Tal vez a nosotros esto no nos haga falta, porque somos testigos de los días de Ivo Lendić que son también nuestras días. Eso, sí, creemos que la Croacia en diáspora está en deuda con el poeta Lendić. Todavía no se editaron sus obras poéticas completas. Un deber hacia él, hacia la literatura y la cultura croatas. No olvidemos que Lendić fue en la patria defenestrado como poeta. Lo hicieron los "historiadores" modernos de la literatura croata. Es muy interesante lo que uno de ellos, el doctor M. Šicel, profesor de la Universidad de Zagreb, dice de Lendić, o mejor, de la generación de los años cuarenta, en su "Reseña de la literatura croata moderna"; "Ciertamente, es necesario excluir de estas características a algunos escritores (previamente nombró a Budak —ahorcado por el régimen comunista yugoslavo—, Korner, Nikolić, Lendić y Bonifačić) que antes de la guerra se desvían hacia Ias corrientes clerofascistas, aunque no se puede decir que no han escrito varias páginas interesantes por más que se pierden a menudo en el dulce verbalismo o en la nebulosa contemplación religiosa".
Defenestrado, pero no negado. Lo
primero se puede hacer por decreto, lo segundo, no.
STUDIA CROATICA ha publicado en
su número 61, págs. 19-21, un artículo de Branko Kadić dedicado a esta
celebridad croata, reconocida universalmente. Cuando Croacia sostenía guerras
seculares contra la invasión otomana, Klović, entre muchos croatas de
renombre internacional, tuvo que refugiarse, estudiar y crear en Italia. Nació
en una pequeña aldea croata en las orillas del Adriático (Grižane) en 1498 y
murió en Roma en 1578. A su tiempo fue considerado el mejor miniaturista del
mundo. Ateniéndose más al clasicismo que a las nuevas ideas de manirismo que
venia destruyendo las antiguas concepciones del universo y de sus ideas
artisticas las obras de Klović, trabajando en casas de sus mecenas,
cardenales y reyes, quedaron en pinacotecas particulares. El mismo Greco, su
alumno, lo consideraba como uno de los mejores artistas de la época,
eternizándolo en su cuadro "Purificaciõn del Templo" (se halla
actualmente en Miniápolis) junto con Michelangelo, Tiziano y Rafaele, faltando
incluso Bassano y Tintoretto". dice el prof. G. Gamulin en una lujosísima
edición, preparado por Marla Gianoni-Visani, italiana, y el ex profesor de la
Universidad de Zagreb ya mencionado Gregorio Gamulin. El libro con
reproducciones en colores de gran valor tanto histórico como técnico, fue
editado por "Matica Hrvatska", departamento universitario
"Liber" en 1977. En la R.S. de Croacia hubo una solemne conmemoración
de este aniversario, pero dentro de los muros eclesiásticos. Klović ha
sido también por un cierto tiempo monje. En tal oportunidad se celebró una Misa
en el idioma antiguo eslavo y una Academia en que muchos oradores y
especialistas rindieron homenaje al gran artista que nuevamente, gracias a las
artes gráficas, empieza a recuperar su valor en el mundo.
"El Mercurio" en su
edición del 18 de agosto inicia la noticia de la siguiente manera:
"Tres académicos de la
Facultad de Filosofía, Letras, Estética e Historia, de la Universidad Católica
de Chile, el padre Osvaldo Lira, y los doctores Prvisiav Weissenberger y
Ricardo Krebs, recibieron ayer el titulo de profesores eméritos de esta
corporación.
La ceremonia se efectuó en el
auditorio del Campus Oriente y fue presidida por el Rector Jorge Swett Madge,
asistiendo autoridades de esta casa de estudios, profesores y alumnos. El
elogio de los profesores del decano de la Facultad de Filosofía, Roque Esteban
Scarpa, agradeciendo cada uno de ellos el honor de que eran objeto.
"En breves intervenciones,
los tres homenajeados agradecieron la distinción universitaria. En su discurso,
el padre Osvaldo Lira advirtió a los estudiantes sobre el peligro de enfocar
sus existencias desde un punto de vista materialista, pidiéndoles que tuvieran
una fe ilustrada y razonada. El doctor Weissenberger, por su parte, se refirió
a particulares circunstancias que lo habían conducido desde su tierra natal,
Croacia, hasta Chile. El doctor Krebs, a su vez se refirió a la filosofía que
había informado su acción en los cargos docentes que ha ocupado dentro de la
corporación."
"LAUDATIO" DEL DOCTOR
R. E. SCARPA
La honra que la Universidad
otorga a los que en ella sirven, sostienen y configuran en parte significativa
la cultura del país, es, en primer término, una honra que se concede a sí
misma, la complacencia por tener el mérito y la excelencia entre los suyos y
cumplir a través de ellos su misión, y en segundo término recae esa honra en
aquellos a quienes se les reconoce la dignidad.
No crea la entidad universitaria
el mérito: lo admite y lo proclama como fragmento significativo de su
permanencia como ser espiritual. Sin él, ¿podría ser otra cosa que un cuerpo
cotidiano, regido por Ias leyes de la regularidad, sin trascendencia de la
sustancia eterna que ha de animar, dar sentido, a todo ser vital situado en un
tiempo dado. Si el hombre ha recibido con la creación el soplo originario, el
aparentemente invisible don del alma, y en todo su vivir deja la impronta de lo
que ha hecho de ella, a la Unversidad, que, por algo se la llama Alma Mater, se
le reconocerá por lo que ha hecho por cada uno de sus hijos, por su
responsabiIidad materna de hacer crecer, velar, perfeccionar, iluminar,
permitir el desarrollo de cada una de sus almas hijas en el cuerpo de la
profesión que han escogido, según el impulso vocacional de cada una o de lo quo
la mecánica de la época permite a cada joven situarse dentro de lo que entiende
o le cabe cercano a su vocación, que es su destino terrestre.
SIN LA UNIVERSALIDAD NO HAY
UNIVERSIDAD
El gran peligro de las
Universidades formadas por hombres es, a veces, el ceñirse en demasía al
apetito de los tiempos. La gran conciencia que es la Universidad, que debería
ser, sin desdeñar la realidad del mundo que actúa se obliga al menester de
orientar, quizá a contrapelo si es una Universidad Católica, de rectificar la
preponderancia temporal de algunos postulados y mantener la verticalidad, la
escala ascendente de lo terrenal a Dios. ¿Sin Dios qué sentido tiene el mundo?
¿Sin la universalidad qué significación tiene la Universidad? ¿Sin la
catolicidad dónde se apoya la hermandad de los hijos de Dios? La Universidad ha
de pensar el destino, y el destino se construye en el presente, y esa es su
grave y permanente reponsabilldad: en cada minuto del presente se está
elaborando el mañana. Y en cada palabra que se dice, desde lo más hondo del ser
y desde lo más humilde de la cátedra, se despierta en el joven –no se les
añade, sino lo técnico— la infinita gama de sus sueños incitadores al ser que
sustentará su futuro quehacer en el mundo. Nada se hace realmente, sin ser
antes realmente. Los dormidos, los cómodos, los repetidores, los que miden el
tiempo a su medida, sin dejar que el ángel remueva Ias aguas de la salud, no
pertenecen a la Universidad aunque en ella ocupen un lugar físico. Pensaréis
que en este momento del elogio de tres maestros, me extiendo en consideraciones
ajenas a sus méritos. He estado hablando dei sentido de la responsabilidad que
ellos han ejercido y porque no debo cesar de repetir, por si en alguno hubiera
olvido, de que ese sentido lo han ejercitado en la Facultad que tiene la más
grave responsabilidad en cualquiera de Ias Universidades chilenas o
extranjeras.
Nuestra Facultad tiene la misión
apostólica del "Id y predicad a las gentes". El cómo hacerlo es la
confluencia en primer lugar de nuestro ser y en segundo de una manera que, a
pesar de todas las ciencias especializadas, el hombre ha de adecuar a las
circunstancias a menudo muy variables donde debe actuar. Pero el ira-pulso que
le mueve, la sabiduría que lleva consigo, que no es simplemente el
conocimiento, sino entrañar ese conocimiento y hacerlo uno con nosotros, de tal
modo que nada de lo que digamos nos sea ajeno o simple cosa de memoria; el amor
hacia nuestra tarea, la ductilidad en lo accidental y la fortaleza en lo que es
esencia, ayuden a pensarse al joven que ha de repetir, a su manera peculiar,
nuestro gesto. El verdadero mundo se hace de hombres individuales que dan la
tónica en que habría de cantar la época que adviene. Cada hora de clase ha de
constituir una lección no sobre una cosa, sino desde ella hacia la totalidad
del hombre. Ese es nuestro magisterio fundamental. Los conocimientos son el
punto de partida, pero su apertura como un abanico que toque la esencia del
humanismo, de la historia del hombre pensante en quien debe convertirse en otro
hombre que piensa quizá, momentáneamente, en contra nuestra por afirmar su
libertad y su crecimiento, es nuestra misión. En tanto, nuestra Facultad,
formadora de profesores que han de repetirse a lo largo de la patria para crear
vida espiritual, genere seres vivos que no le temen a pensar con propiedad su
propio pensamiento, asentado en su conciencia de su trascentalidad, podremos
dormir en sosiego ese sueño que llaman eterno los que no piensan en el amor
eterno que nos tiene misericordia.
Así lo han hecho, lo han estado
haciendo y esperamos que, por muchos años, lo seguirán haciendo, los tres
catedráticos que el señor Rector, a propuesta de los Institutos y del Decanato,
mediante un decreto fundado declarasu calidad de Profesores Eméritos y que en
esta ceremonia reciben el testimonio escrito de lo que que ya era testimonio
general.
EL PROFESOR WEISSENBERGER
El Dr. Prvislav Weissenberger ha
servido a esta Universidad durante 23 años, aportando a este servicio una
riquísima gama de experiencias y de conocimientos. Oriundo de una tierra a la
que no puedo mencionar sin emoción, la Croacia del P. Raimundo Kupareo, ex-Decano
de esta Facultad y de mi propio padre; nacido junto a ese mar, origen de la
expansión de diversas culturas, que terminan aunándose en sus hombres, expresa
de una manera dignisima la fidelidad a ese herencia. No sólo porque estudia en
las Universidades de Viena, de Frankfurt, de la Sorbonne, en Paris, sino
porque, además de unir varios títulos profesionales como el doctorado en
Ciencias Políticas y la Licenciatura en Derecho, el ejercer la docencia y la
investigación histórica, todo su saber no nace del papel escrito sino de la
estrecha relación humana con una gran parte de su obra publicada y de su
expresión magisterial. Testigo de guerras y revoluciones europeas ha podido
conocer la grandeza y la miseria de los hombres, sus peligros y sus amistades,
la sabiduría y la locura que pueden arrastrarle; pero frente a esta dualidad,
el sólido temple de su alma, las disciplinas recibidas de grandes maestros, le
alentaron y le sostuvieron. Pensemos sólo en sus ligazones con la escuela del
gran Karl Vossler, representada poe un joven docente, el Dr. Helmut Herzfeid.
en Frankfurt que, a pesar de tener en aquel entonces en un Seminario sólo tres
seguidores, entre los que se contaba el Dr. Weissenberger, la bondad de sus
calidades le llevaron a tener fama internacional. Cuando ocupó la Jefatura del
Departamento de Lenguas y Literaturas Románicas en la Universidad Católica de
Washington, tuvo allí como alumna a la Prof. Hatzfeld, a quien hoy es
Secretaria Académica del Instituto de Letras, Cister Cyria Huff. Esta relación
del Prof. Weissenberger con el mundo románico, así como lo había tenido con el
eslavo y el germánico, la perfeccionó con su permanencia en el servicio
diplomático de su patria en España, del que surgirán varias obras de
importancia. Pero más allá, de toda esta transhumancia con sedes en el alma, el
Dr. Weissenberger, por esa circunstancias misteriosas, que Dios quiere, se
sintió desde temprano ligado a nuestra patria, y un momento clave le permitió
escoger el lugar de la más larga permanencia y voluntariamente optó por Chile.
Por eso desde 1955, lo tenemos vinculado a nuestra Universidad, donde tres años
después se arraiga en el Departamento Alemán, entonces incipiente, y prosigue
su tarea de investigación en diferentes direcciones que se traducen en un enriquecimiento
de la docencia que imparte durante 20 años en las cátedras del Instituto de
Historia: Filosofía y Teoria de la Historia, Historia de la Cultura y en sus
cursos monográficos sobre la Historia Universal Contemporánea. Agreguemos a su
saber, expuesto con claridad lúcida, su condición humana, y en ambas vertientes
del darse ha hecho de su servicio a la Universidad un preclaro ejemplo, que hoy
la Universidad reconoce...".
El Prof. Scarpa, después de
haber destacado en un estilo brillante las virtudes de otros dos homenajeados
—el padre Osvaldo Lira y el Prof. y ex-Decano Ricardo Krebs— ha terminado su
alocución con las siguientes palabras:
Al mencionar, con parquedad, los
merecimientos de los tres Profesores Eméritos, creo probar que la Universidad
se honra al reconocer sus excelencias. Tener entre los suyos tres
personalidades diferentes y un sola pasión por la verdad, es ser Universidad.
Que Dios nos siga guiando por este camino. Así tendremos el puente entre la
eternidad y el futuro que será eternidad y transitaremos por un presente vital,
y caminarán los jóvenes con los ojos llenos de luces y con el agua del alma
removida por los ángeles de Dios, que son amor, sabiduría y piedad por los
hombres.
CONTESTA EL DOCTOR WEISSENBERGER
Reproducimos, parcialmente, lo
que dijo nuestro colaborador y patriota:
Agradezco muy cordialmente las
palabras tan sentidas del señor Decano, el Dr. Roque Esteban Scarpa, referentes
a mi actividad docente y profesional que me proporcionó el señalado honor de
ser nombrado "profesor emérito" de la Facultad de Filosofía, Letras e
Historia de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Hay algo, sin embargo, que no
figura en el "curriculum" —o, por lo menos, no resalta
explícitamente—; me refiero a las causas de mi decisión de trasladarme desde
lejos a esta tierra hospitalaria: el espectro de las guerras y revoluciones
europea.
Los primeros seis años de
humanidades en Šibenik, mi ciudad natal en el centro del Adriático oriental
—ciudad fundada por los reyes croatas hace más de nueve siglos—, fueron seis
años de guerra: las dos guerras balcánicas, 1912-1913, y la Primera Guerra
Mundial, 1914-1918.
La generación que ha crecido
bajo el impacto de Ias guerras conserva imborrables impresiones de Ias
condiciones excepcionales de vida. Lejos de ser un lugar idílico, como uno se
lo imagina al contemplar el mapa de la soleada costa croata, Šibenik, base
naval de la Armada de Austria-Hungría y sede de un regimiento de infanteria,
ofrecía un espectáculo permanente de las tensiones provocadas por las tres
guerras su fjord servía, además, de refugio a toda la flota mercante de Austria
y Hungria e inclusive para los barcos alemanes que acudieron allí en los
momentos críticos desde el Mediterráneo y el próximo Oriente. Así los años de
guerra ofrecían lecciones adicionales de geografia e historia, dado el contorno
tan peculiar dentro del cual se desarrollaban los acontecimientos.
En 1918 se vislumbraba el final
de las hostilidades. Habla ya indicios evidentes del desmoronamiento de la vetusta
monarquia habsburguesa, debido, principalmente, a su estructura multinacional.
También la Revolución rusa, con su divisa "hoz y martillo", ejercía,
por su parte, una influencia disgregadora sobre las masas de los moviIizados
campesinos y obreros...
AI terminar la Gran Guerra, el
Imperio de los Habsburgo cesó de existir, esto es, se descompuso en siete
piezas entre los Estados sucesores de la cuenca del Danubio.
El Tratado de Versalles (junio
de 1919) y el de Saint Germain (septiembre de 1919) dejaron pendiente el
arreglo de las fronteras entre Italia y el nuevo Estado de los servios, croatas
y eslovenos (Yugoslavia) basta el Tratado de Rapallo, el 12 de noviembre de
1920, en negociaciones directas entre los dos Estados vecinos:
Debido a la ocupación italiana y
el subsiguiente cierre del Colegio de Šibenik, tuve que trasladarme a Split, la
ciudad histórica que fue residencia del emperador Diocleciano y escenario de
las últimas persecuciones de cristianos, en el siglo III, para continuar allí
los dos restantes años de humanidades...
La cercana isla Brach, frente a
Split, la mas grande del archipiélago dálmata, no cayó bajo la ocupación
italiana. Brach es la región de donde proviene, la mayoría de los emigrantes
ex-"austríacos" en Chile, esto es, croatas-católicos.
En Split tuve la primera ocasión
de entrar en contacto directo con los emigrantes que regresaban de Chile;
acudían a menudo al bufete de mi cuñado, el abogado Dr. Božidar Štambuk, nativo
de Selce, la hermosa villa en la punta sur de Brach, frente a Hvar, la
"Madeira del Adriático"', otro emporio isleño de emigrantes a Chile,
si bien en menor escala...
En aquellos días inolvidables oí
decir mil maravillas de Chile, país de oportunidades democráticas y albergue de
una sociedad abierta al progreso económica y cultural. Dentro de la próspera
colonia sobresalían magnates de la industria salitrera y capitanes de grandes
empresas comerciales y marítimas: Baburizza, Petrinović, Sabioncello, los
hermanos Mitrović, Gazzari y otros.
Viviendo en la incertidumbre de
que seria la suerte de mi ciudad natal, bajo la ocupación italiana, y siendo en
Split testigo de las tensiones sociales, provocadas por los comunistas, y del
caos económico, debido al desplazamiento y aislamiento de los mercados de la antigua
comunidad económica, sufriendo la inflación y la drástica desvalorización de la
moneda —la corona austriaca, no resulta extraño que me entusiasmara la idea de
un próximo traslado a Chile. No había aún resuelto qué carrera seguiría después
del bachillerato; más el trato con los emigrantes me orientó hacia el estudio
de la Administración de empresas y Economía; una preparación adecuada en dichas
disciplinas, no cabe duda, me serviría de provecho en vista de mis planes para
Chile.
El curriculum de altos estudios
inicié en la Universidad de Comercio Internacional de Viena para continuarlos
en la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la Universidad de Francfort
del Mena, donde pude, además, aprovechar la ocasión de conocer la organización
de la Feria Internacional de muestras para el fomento de las relaciones
comerciales con el exterior.
De postgraduado en la Sorbonne,
siendo testigo en Francia de la reacción frente al movimiento fascista en
Italia y el fermento de las fuerzas contrincantes en el Centro y Sureste de
Europa, me percaté del peligro potencial para la paz en el viejo Continente y
consideraba oportuno trasladarme lo más pronto del Atlántico al Pacífico ...
Al terminar el año castrense,
resolví sin más, viajar primero a Alemania y, mediante la Feria Internacional
de Francfort, establecer el contacto con algunas casas exportadoras interesadas
en los mercados de Chile y Bolivia, pues era Antofagasta el punto de mi
proyectada destinación...
Interpretando fielmente el
momento histórico, la Feria de Francfort había lanzado un programa de
colaboración cultural en un alto nivel universal: La Exposición "Música en
la vida de los pueblos", combinándola con un Super Festival: "Un
verano de música". Fue así como se me ofrecía una excelente oportunidad de
cooperar en los planes para la participación también de mi país en el gran
certamen.
Por encargo de la Feria emprendí
mi primer viaje a Belgrado; en una misión al servicio de la paz y entendimiento
entre los pueblos. No faltó el éxito en la empresa, gracias al aporte de dos
coros de Croacia que vinieron a Francfort.
"Kolo" (Ronda), de
Zagreb, la capital que se hizo cargo del estreno mundial en Francfort del
"Oratorio de los Santos Cirilo y Metodio", del compositor croata
Božidar Širola. obra premiada por la Sociedad de Música Moderna de Londres,
mientras "Zora" (Aurora) de Karlovac, el más antiguo de Croacia. se
prestó para un vistoso programa folklórico.
Mi segunda diligencia en
Belgrado, en representación de la Feria, con el proyecto algo más práctico de
una Exposición Internacional de "Flores y frutas". me acercó al
Departamento de Comercio Exterior. Un ofrecimiento halagüeño con tal de que me
quedara a su servicio no parecía desdeñable, pues, en tal caso, podría aplicar
los acumulados conocimientos teóricos del mundo hispánico...
Después de informar acerca de su
actuación en España por el encargo de la Feria y Belgrado, que por entonces
dominaba sobre Croacia en forma de una monarquia absoluta de carácter
granservio, donde lo sorprendió la guerra civil española, el Prof.
Weissenberger prosiguió:
Fruto de los malogrados intentos
para democratizar al país bajo la Segunda República, la guerra civil española,
que duró casi 33 meses, fue, además, el preludio de la Segunda Guerra Mundial,
1939-1945.
Los siguientes siete años,
sumamente revueltos (1938-1945), transcurren entre asesoría, viajes y servicios
exteriores en Austria y Alemania (Graz, Viena, Berlin), donde me encontré
malparado después de la capitulación del Tercer Reich, en mayo de 1945: entre
ruinas por doquiera y rodeado de millones de personas desplazadas, que
vegetaban al borde de la desesperación.
A diferencia de la situación
creada a raíz de la Primera Guerra Mundial, cuando la perspectiva de emigración
a Chile alentaba mi entusiasmo juvenil, el problema de la emigración después de
la Segunda Guerra Mundial se planteaba como una apremiante y pura necesidad, ya
en forma de exilio irrevocable.
Chile era ahora el único refugio
apropiado, ya que tenía en Santiago familiares que me consiguieron la visa para
la entrada al país. Mas en este momento crucial, cuando menos lo esperaba,
aparece otra vez en el horizonte el espectro de las guerras y revoluciones, que
tan a menudo se presentaba en mi vida...
Siguen siete años de
irresolución, años de interinidad dentro del mundo hispánico; en un arco
tendido desde Buenos Aires a Madrid. Cuando en 1955, los EE.UU. de América
abrieron Ias puertas a las "personas desplazadas" del Sureste de Europa,
tenía yo la maleta ya lista en Barcelona, para el embarque con rumbo hacia
Nueva Orleans, Luisiana (EE.UU.).
En el postrer acto del drama de
mi éxodo surgió de repente un "deux ex machina": la invitación de la
Pontificia Universidad Católica de Chile —tramitada por conducto de mi
compatriota, el siempre bien recordado R. P. Dr. Kupareo para que dictase aquí
la cátedra de Comercio Internacional.
Ante el dilema Chile o EE.UU.,
dados los antecedentes, la elección precisa no admitía zozobras, pues la imagen
prístina de Chile no perdió jamás en mi mente su atractivo de antaño.
Pero hay otro factor más que
inclinó el fiel de la balanza en favor de Chile, lo que me veo obligado a
confesar en esta ceremonia solemne de "reconocimiento de la prolongada y
destacada actuación": al comunicar a mi madre (q.e.p.d.), que frisaba
entonces en los 85 años, que me iba a incorporar al claustro de la Pontificia
Universidad Católica de Chile, creía haber cumplido con su ferviente deseo de
ver a uno de sus nueve hijos entrar al servicio de la Iglesia. Así, de veras,
lo comprendió mi madre y en la lúcida soledad, hasta su último día, habiendo ya
rebasado los 97 años, rezaba el rosario para la prosperidad de esta nuestra
casa, donde su Benjamín encontró amparo y consuelo al comprobar, muy complacido
de que sus empeños durante los transcurridos lustros no fueron en vano y hasta
merecen un reconocimiento enaltecedor.
Cuando uno emigra —y tanto más
si lo hace en una edad algo avanzada—, deja en el país que lo vio nacer mucho
más de lo que lleva consigo, si se descuentan los recuerdos enraizados y las
esperanzas irrealizables.
Pero como sea, y para terminar,
recurriendo al consejo del viejo Goethe, de que habría que cambiar el programa
de la vida cada siete años —dándole cada vez otro enfoque a la ocupación
profesional—, con profundo agradecimiento y suma satisfacción por el muy
apreciable título de "profesor emérito", recuerdo las tres veces por
siete años, repartidos entre filosofía, letras e historia en esta querida Alma
Mater, la Pontificia Universidad Católica de Chile.
***
En su discurso el padre Osvaldo
Lira advirtió a los estudiantes sobre el peligro de enfocar sus existencias
desde un punto materialista, pidiéndoles que tuvieran una fe ilustrada y
razonada.
El doctor Krebs, a su vez, se
refirió a la filosofía que había informado su acción en los cargos docentes que
ha ocupado dentro de la corporación.
(3-14 de julio de 1978)
Žarko Šimat evocó el año pasado
los 30 años de su vida artística en la República Argentina, con una exposición
retrospectiva de su obra bajo el lema: "Opino, que vale la puna contar los
años, cuando están visibles los mojones". Estas palabras tienen su
aplicación, más intensa aún, en oportunidad del cierre de un ciclo de 40 años
del vida artística, excepcionalmente fértil. La exposición que mencionamos en
el subtítulo, se refiere únicamente a sus motivos salteños, inspirados por las
bellezas de la provincia del norte armentino.
Šimat nace en Šid (Croacia) en
1909. Cursa estudios secundarios y luego universitarios, recibiéndose de
abogado en la Facultad de Derecho en Zagreb.
La actividad artística de Šimat
podemos dividiria en tres épocas no perfectamente definidas, a pesar de que
cada una de ellas lleva su signo específico sus características, sus sombras y
sus luces. La primera se define por la influencia de pintores consagrados; en
primer lugar, de su maestro, el neoimpresionista Bonnard, del agitado Van Gogh
y del apacible Constable para finalmente detenerse en su propio mundo, apoyado
por un sólido dibujo y armoniosos colores térreos. Este período se desvanece
con el fin de la trágica y apocalíptica Segunda Guerra Mundial.
Es justamente entonces cuando
comienza una época de contemplación y meditación que llamaremos "segundo
tiempo". Su primer fruto fue un álbum de dibujos en tinta china titulado:
"Roma pagana y cristiana".
Al "tercer tiempo", el
actual (desde 1974), nos atreveríamos a llamar "iluminismo" por sus
colores e ideas y surgió como resultado de una visión optimista. Todavía están
presentes el color azul y, particularmente, el violáceo intenso. Este último diríamos
preferido y predominante en sus anteriores trabajos. Ahora, la sombra está
llevada a los registros verdes más bajos y la luz resplandeciente elevada hasta
insospechados efectos. Resulta muy significativo el simbolismo de este
"tiempo" de optimismo.
Apasionado amante de
conocimientos, Šimat recorrió en toda su extensión la República Argentina.
Salta lo inspiró con sus tipos autóctonos, con sus costumbres, con sus
quebradas, para aportar un granito pictórico al rico acervo patrio.
El texto que reproducimos aquí
en forma incompleta se halla en el folleto preparado para la exposición de las
obras con inspiración y motivos de Salta, escrito por el profesor Antonio
Gazzari, presidente del Club Cultural Croata Argentino de Buenos Aires.
"Sij Slovenske
Svobode" - Alba de la Libertad Eslovena
Esta publicación eslovena en su
número de junio de 1978 publicó la siguiente nota: "Studia Croatica
(Instituto Croata Latinoamericano de Cultura) publicó el libro "Croacia y
su Destino", Buenos Aires, 1977, pp. 286 con ilustraciones y mapas
geográficos. Se trata de un libro cuyo similar nosotros los eslovenos
necesitamos para nuestros problemas con suma urgencia. La publicación está
preparada por los especialistas y está provista de una numerosa literatura
científica. Con maestría está elaborada la historia política (1 - 30); los
autores la han dividido en los siguientes capítulos: el período de los duques y
reyes de sangre nacional; Croacia en la comunidad con otros pueblos; Croacia
durante la Primera Guerra Mundial; Entidades estatales croatas peculiares. El
componente yugoslavo en la Política Croata y La Restauración de la
Independencia de Croacia. Está bien escrita la historia de la literatura (133
-1137). ¿La poesía popular no merecería más espacio ¿El maravillosamente
productivo escritor de dramas Palmotić fue omitido a propósito o
casualmente). Luego siguen ensayos sobre la música, arquitectura, escultura,
pintura y obras científicas de varias especialidades (167- 218). Después de una
sintesis de la economía (247 - 270), tenemos un capítulo dedicado a la
importancia estratégica de las tierras croatas (247 - 270).
En las palabras de introducción
del renombrado publicista argentino —R. O. Abdala— encontramos la observación
cómo los croatas, leyendo el libro, supieron constituirse como la nación y
conservarse entre el glorioso mundo latino. Nuestras felicitaciones cordiales a
los editores".
En el mismo número, nuestros
hermanos eslovenos dedican un igual espacio a la revista STUDIA CROATICA, Nos.
66-67, enumerando títulos y autores, formulando elogios donde lo consideraban
merecido. Por nuestra parte agradecemos al director de "Sij Slovenske
Slobode", el señor Luis Geržinić y a sus colaboradores que dignamente
continúan por el sendero de una labor publicista envidiable y de amistad
también con nosotros los croatas —herencia espiritual de su desaparecido
predecesor, el publicista y literato Rudi Jurčec, de valor indiscutido y
reconocido por todos eslovenos sin distingo partidario alguno.
"La Prensa'' del 18 de
junio de 1978 publicó la siguiente nota:
"Croacia y su Destino.
Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Buenos Aires. 285 páginas
ilustradas.
"El Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura nos entrega este compendio sabre la nación croata,
su historia, cultura, economía e importancia geopolítica, que también nos
informa, tangencialmente, sobre otros pormenores religiosos y étnicos de las
comarcas que componen la actual Yugoslavia. Asistimos así a la evolución de un
pueblo enclavado entre Oriente y Occidente, entre turcos y venecianos, entre el
Islam y la Cristiandad. Buena parte de sus luchas, penurias y aun debilidades
nos recuerdan los de otros países que han sufrido el "inconveniente"
de una posición estratégica demasiado importante. Pero Croacia hubo de soportar
asimismo, durante largos períodos, las limitaciones y agresiones que suelen
sufrir las minorías étnicas asociadas —en teórica independencia e igualdad de
condiciones— a una entidad política mayor. La historia de Croacia es, en estos
aspectos, una verdadera síntesis aleccionadora que no excluye los errores
políticos o tácticos de sus propios hijos (por ejemplo, la decisión tomada en
1790 por la nobleza feudal croata de formar un gobierno común con los húngaros
para oponerse a las reformas de José II).
Croacia y su Destino no es un
estudio absolutamente imparcial. Ninguna obra histórica o política lo es. Así y
todo, y precisamente teniendo en cuenta que uno de sus fines es contribuir a
una mayor comprensión de los esfuerzos croatas por liberarse del régimen
comunista de Tito, nos parece poco acertado su enfoque del Estado Independiente
de Croacia (1941-1945), pues podría interprtearse como un empeño en justificar
la postura política y el gobierno de Ante Pavelić. - Z. V.".
Observación de la Red. de S. C.:
En cuanto a la observación del
señor que firma con Z. V. de que hubiéramos tratado de "justificar la
postura política y el gobierno de Ante Pavelić, hay que leer lo que dice
el señor O. R. Abdala: "Creo importante —porque entraña toda una
autodefinición— lo que en este libro se dice respecto del nazifascismo, en
respuesta a cargos que se han formulado contra los croatas en general, en tiempos
de Mussolini e Hitler. "El fascismo, el nacionalsocialismo y el racismo
—leemos— fueron y son esencialmente contrarios a la educación, la tradición, la
mentalidad y la cultura del pueblo croata". Por otra parte, el libro
critica la conducta de A. Pavelić, el dirigente croata que se mostró
excesivamente complaciente con los dictadores totalitarios". ("La
Prensa" (del 20 de junio de 1978).
En consecuencia, si hacemos un
balance entre las dos opuestas opiniones, resulta claro que defendíamos solo,
en la medida más posible, la objetividad y la realidad y esta es de que el
pueblo croata tiene el derecho de auto-determinación nacional, luchando por el
mismo hasta el día de hoy.
"Hrvatski Katolički
Glasnik" - "El Noticiero Croata Católico", Chicago, en su número
del 9 de septiembre de 1978 escribe la siguiente:
"Casi dos decenios viene
actuando en la capital de la República Argentina —Buenos Aires— el
"Instituto Croata Latinoamericano de Cultura"... Este instituto
publica su revista trimestral STUDIA CROATICA en el idioma castellano, ha
editado también unos cuantos libros de gran valor en el mismo idioma.
Mencionaremos en esta oportunidad solo uno realmente de gran valor y muy útil:
"La Tragedia de Bleiburg", Buenos Aires, 1963. La revista como también
los libros del mencionado Instituto persiguen el objetivo de hacer conocer
problemas croatas, esperanzas y fines por parte de un número rada vez mayor de
los hombres de influencia decisiva de habla española en el mundo !atino y este
es numeroso, amplio e importante, creciendo su importancia con el correr de los
días.
Hace poco la revista STUDIA
CROATICA, patrocinada por el ya mencionado Instituto publicó dentro de la serie
de sus ediciones, un libro preparado prolijamente. necesitado por muchos, un
libro que es un rotundo éxito: "Croacia y su Destino". Este libro,
según la intención de la Editorial, está previsto para previsto para todos los
que hablan español y desean por cualquier razón que sea conocer la realidad de
Croacia y de su pueblo: este libro debería convertirse en un
"vademecum" y el indispensable manual a todos quienes tienen interés
por Croacia y sus vecinos más cercanos.
En 280 páginas del pequeño
octavo, escritas con maestría, con buen criterio selectivo y de fácil
aprehensión, gracias a la experiencia, conocimientos y la preparación de los
colaboradores, especialmente del principal redactor de la revista STUDIA
CROATICA, el Dr. Francisco Nevistić, se ha ofrecido en forma abreviada y
densa mucho material, de donde el lector podrá ver las características
fundamentales geográficas, demográficas, el desarrollo esencial de la
borrascosa historia, de la literatura y la cultura del pueblo croata, junto con
sus obstinados esfuerzos y amargas peripecias por los que pasó y está pasando
ese pueblo, tratando de conseguir nuevamente la libertad nacional en el Estado
propio y soberano. Los que lean el libro, sentirán la simpatía por Croacia y su
pueblo, como lo destaca al final de su Prefacio el señor Raúl Oscar Abdala.
Este valioso libro, escrito con
espíritu profesional y en forma convincente, muy idóneo —ni muy largo, ni muy
corto— para conocer la historia croata, los logros de los croatas en todos los
campos y las actividades del espíritu humano, como también para estudiar la
triste situación actual del pueblo, de la cual podrá liberarlo únicamente su
Estado independiente; debería ser traducido a los idiomas más importantes del
mundo: el inglés, el francés, el alemán y el ruso. Aquí un trabajo muy útil,
necesario y merecido para la recién fundada Sociedad de los traductores
croatas. No lo sugerimos nosotros como primeros, pero recomendamos de todo
corazón.
El libro es realmente tan
acertado y tan apto para el conocimiento del pasado croata y el presente, que
algunos escriben de que resultaría muy bien traducirlo también en el idioma
croata. De esta manera se convertiría en un manual de primera categoria para
muchos croatas, quienes, a causa del sistema escolar comunista vigente en la
patria, no tuvieron la oportunidad ni la posibilidad de conocer, por lo menos en
las líneas fundamentales, la historia da su propio pueblo.
Gracias al Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura, especialmente al director de la revista del
Instituto STUDIA CROATICA... el mundo de haba española tiene actualmente un
manual muy ajustado para conocer problemas de Croacia. Esperamos que la
Sociedad de los traductores croatas lo hará accesible también a otros pueblos
que no hablan español".
Este artículo está firmado por
G. R. (Gracian Raspudić) director del "Noticiero Católico
Croata", redactado con un criterio muy elevado por sobre los periódicos de
esta clase que se publicaban con anterioridad en Croacia: y que fueron objeto
de una amarga e irónica crítica. Amarga por parte del Cardenal L. Stepinac, de
venerable memoria, porque no estaba a la altura intelectual y de educación
doctrinaria, tanto teológica como tampoco científica de acuerdo con Ias
necesidades de la sociedad contemporánea. Irónica por parte del gran escritor
croata comunista —Miroslav Krleža— quien, con cierto sadismo, señalaba esas
publicaciones como anacrónicas por su estilo igual que por el contenido. El
doctor Gracian Raspudić, franciscano croata, un talento sobresaliente de
su generación, redacta el "Noticiero Católico Católico Croata" con
acertado criterio, no dejando lugar tanto a la amargura de benevolencia de
Stepinac, como tampoco a la ironía mordaz del comunista croata con acertado
criterio, no dejando lugar tanto a la amargura del doctor S. Grubišić, los
teólogos I. Sivrić, V. Barbir y otros. Gracian Raspudić ha convertido
su mensual periódico en una revista, repleta de conocimientos de todos los
campos del saber humano que pueda interesar al hombre de nuestra época. Lo que
más importa, la hace e interpreta de acuerdo al eterno mensaje evangélico,
completando la concepción espiritual del mundo, nriquecida y armonizada con
nuevos logros de las ciencias naturales y socio-políticas.
"La Nación" del 12 de
noviembre de 1978 dice:
"Croacia y su
Destino", (Instituto Croata Latinoamericano de Cultura).
Repasar estas páginas y
adentrarse en su contenido es de alguna manera valorar la fe y el esfuerzo de
un noble pueblo —nación más allá de lo puramente jurídico— que ha luchado y
sigue luchando por los dos ideales que lo identifican: la libertad y el
espíritu. La vocación croata para el primero es un sello inextinguible, y en
cuanto al segundo es la consecuencia de aquél. Libertad y espíritu se
amalgamaron a través de los siglos en este pueblo, el primero de los eslavos
que fue bautizado; empleó el latín y adoptó el régimen de instituciones
políticas del Occidente medieval. Esta nación, de rica cultura, tiene su
historia y tiene sus héroes. Es una historia que se pierde en los siglos y
florece cautivante y atrayente a través de enconadas luchas con venecianos,
húngaros, otomanos, austríacos. Y finalmente, sometido a un régimen
totalitario, en el que pervive para lograr su individualidad de pueblo y su
carácter de nación. La realidad política, cultural y social de Croacia fluye de
estas páginas elaboradas con aptitud inteligente. No hay aquí un solo autor; el
Instituto Croata Latinoamericano de Cultura confió la tarea a un grupo de
expertos en diversas materias, quienes han conjugado esfuerzos en una obra
donde la coherencia constituye su mejor testimonio.
"Croacia y su Destino"
es un largo trajinar por las centurias que va desde el período de los duques y
reyes de la dinastía nacional hasta su participación en la comunidad política
con otros pueblos, en la Primera Guerra Mundial, y otros detalles de su
historia dramática, saturada siempre por su ideal de libertad. (285 páginas).
CARTA RECIBIDA DEL MINISTRO
GENERAL DE LA ORDEN DE LOS HERMANOS MENORES, DE ROMA
Roma, 27 de septiembre de 1978.
Sr. Director de
STUDIA CROATICA - Buenos Aires.
Estimado señor:
He recibido la obra
"Croacia y su Destino", que ha tenido a bien enviarme.
AI agradecerle su atención,
quiero manifestarle también mi complacencia de ver reunidas en las densas
páginas de la obra apreciaciones selectas, que ponen de relieve valores
importantes del pueblo croata.
Con mis mejores deseos de que la
vean difundirse ampliamente y ejercer la infiuncia esperada, de usted
atentamente servidor en Cristo,
Fr. CONSTANTINO KOSER, O.F.M.
Ministro General de la Orden
Franciscana
Desde la aparición del último
volumen de STUDIA CROATICA se han producido tres cambios en el supremo Gobierno
de los 700 millones de católicos en el mundo. Mucho para un periodo tan breve.
Ha desaparecido el papa Paulo VI, había subido al trono de San Pedro como un
meteoro el patriarca veneciano Albino Luciani: Juan Pablo I y, después de
apagarse su amable y apostólica sonrisa, dentro de pocos dias subsiguientes fue
elegido el cardenal polaco, monseñor Karol Wojtya, como papa de la Iglesia
Católica con el nombre de Juan Pablo II.
Un cambio realmente vertiginoso.
No sólo físico, sino también "politico" para quienes la Iglesia
Católica, la más grande autoridad moral en el mundo, es de suma importancia
para una posible salida de la actual crisis del orbe entero. El mismo se ha
convertido, técnicamente, en un mundo único, mientras la concepción de este
universo (Weltanschauung) llega a culminar en un verdadero caos de ideas y
valores. Estos últimos deberían prestar la coherencia y la estabilidad política
y moral a lo que se considera una unidad única en el sentido técnico. Sin
ellos, esta unidad, se sabe, tiene sólo un carácter precario llevando inherente
en sí un peligro de destruirlo todo, porque, dada esta situación, no sabemos a
qué objetivo deben servir la ciencia y la tecnología.
Nosotros los croatas somos
vecinos inmediato de la Roma papal. No de ayer. El catolicismo es el factor
decisivo en la vida de la mayoría absoluta del pueblo croata desde más de mil
trescientos años. Fuimos los primeros dentro de los pueblos eslavos en abrazar
al cristianismo. En este sentido aventajamos también a Polonia, cuyo preclaro
hijo —Karol Wojtyla— subió al trono de San Pedro, de donde venían al pueblo
croata durante tan largos siglos rayos de la esperanza de la comprensión y la
ayuda, pero a veces también cierta incomprensión.
No es esta la oportunidad
propicia para hacer resaltar uno u el otro momento de nuestras relaciones con
los Pontífices romanos. Recordamos sólo algunos hechos ocurridos durante los
reinados de los papas Pío XII, Juan XXIII, Paulo VI y Juan Pablo I.
El papa Pío XII mostró una
comprensión paterna y efectiva para con nuestro cardenal Luis Stepinac de
venerable memoria, cuando el régimen comunista y gran-servio de Belgrado trató
de aislarlo, denigrarlo y dejar al olvido de la historia entre las
personalidades dignas de desprecio. "L'Osservatore Romano", no sin
previa aprobación del Papa Pío XII, abrió una larga, bien fundada y persistente
defensa del quien fue un hombre, un patriota, un sacerdote y un alto dignatario
de Ia Iglesia, que merecía, sólo y exclusivamente, una admiración
incondicional. Fue una admirable síntesis de todas las virtudes humanas,
iluminadas y elevadas a un grado superior por inspiración y la ayuda de su
Divino Maestro. El ejemplo del semioficial vocero del Vaticano fue imitado por
la prensa católica de todo el mundo. Se han registrado con tal motivo también,
múltiples voces de simpatía no de pocos periódicos de otros cultos cristianos,
no cristianos o de orientación liberal.
De este modo, fue el Papa Pío
XII, quien hizo frustrar, para siempre, los diabólicos intentos del enemigo
para enlodar lo que brillaba por su blancura e inocencia, intrínseca, y esencial.
Defendiendo a Stepinac, Pio XII defendió indirectamente también a Croacia, a su
pueblo y a su dignidad, porque Stepinac fue su más pre-claro testigo en los
años de la última gran guerra, cuando las pasiones bestiales del hombre
devastaban todo lo que no coincidia con sus propósitos. Para reafirmar su
inspirada posición inicial, el Papa Pío XII, desafiando al régimen de Tito que
había condenado a Stepinac como un "criminal de guerra", lo elevó a
la dignidad del purpurado de la Iglesia de Cristo. Al morir beatamente Stepinac
en el "exilio" en su propia patria, el Papa Juan el Bueno lo mencionó
como "la imagen del Pastor Divino". Además, Pío XII nombró al
arzobispo de Zagreb —Monseñor Franjo Šeper— como cardenal y el presidente de la
Congregación para la Doctrina de Fe, el honor en la jerarquía eclesiástica
inmediato después del Santo Padre.
Por fin Paulo VI canonizó al
primer santo croata —Nicolás Tavelić, franciscano— y elevó a la dignidad
de beato al capuchino croata Leopoldo Mandić.
Nosotros, y el pueblo croata
entero, nunca olvidaremos esta comprensión que, por cierto, arraiga en lo más
hondo de nuestro común credo católico que une a Croacia con la Santa Sede.
Luego, con el "cambio"
de la politica del Vaticano, el nombre de Stepinac pasó al período en que se
está guardando el silencio sobre su persona. La "Ostpolitik" del Papa
Paulo VI, inaugurada ya por su predecesor, parecia, especialmente para nosotros
los croatas, como una política que quiso hacer de Croacia un polígono de
experimentos politicos que nos parecían, si no muy peligrosos, por lo menos
como difícilmente comprensibles. El Protocolo (1966), luego el restablecimiento
de las relaciones diplomáticas con Belgrado y la solemne recepción en el
Vaticano de Tito con su "esposa" Jovanka —ortodoxa oriental,
guerrillera comunista, perteneciente a la minoría senta en la Croacia, quien
luchó contra la existencia de su patria croata. ella misma actuamente de un
destino desconocido para nosotros— parecia una política que nos llenaba de
amargara. Con tiempo, nuestras inquietudes comenzaron a calmaran. Un
"modus vivendi" entre la Yugoslavia comunista y la Iglesia Católica
de ese pals, donde Ios croatas son de la mayor importancia, facilitó la
reaparición de la prensa católica y de un considerable alivio en la
pastorización. A pesar de los intentos comunistas de separar la jerarquía de
las masas del pueblo. lo que perdura hasta hoy, favoreciendo a la primera y
persiguiendo a estas últimas, esta politica, dentro de los precarios límites
para su acción, hace considerable bien, tanto religioso como nacional, al
pueblo croata. Poco a poco se aclara Io enigmático y se vislumbra la coherencia
de la doctrina y la acción eclesiástica también en nuestro país, como lo
comprueba recientemente el académico argentino Manuel Tagle en el plan general.
El Papa Juan Pablo I, como lo
dijimos, apareció y desapareció como un meteoro, pero no sin dejar dos
consuelos en el alma de los católicos de Croacia. Primero, al declarar que no
valía más el lema, introducido furtivamente en las obras teológicas y la
actividad pastoral de algunos sacerdotes: "Ubi Lenin, ibi Jerusalem",
lo que quiere decir: no hay compromisos entre la doctrina católica y el
marxismo, se pone coto a un peligroso azar, significando a la vez movilizar el espíritu
de resistencia de unos 700 millones de católicos también detrás de los cinco
millones de católicos croatas que afrontan el peligro mortal en la lucha contra
una extraña síntesis del marxismo y el cesaropapismo tradicional de la capital
servia. Además, vecino de Croacia, Juan Pablo I dio a entender a sus
compatriotas italianos, injustos reivindicadores de Dalmacia, tierra étnica y
jurídicamente croata desde hace más de 1300 años, para que no lesionasen nunca
más el derecho croata, renunciando al titulo de "patriarca de
Dalmacia", conseguido por Venezia en los trágicos momentos de las luchas
seculares croatas contra el invasor otomano y cuando los croatas no podían
defender aquellas sus zonas marítimas, conquistadas por ellos y reconocidas
como croatas tantas veces por el Bizancio, igual como por la Santa Sede.
Ahora el tercer cambio en el
Gobierno de la Iglesia. El Papa Juan Pablo II es, como se destaca generalmente,
"el primer Papa de origen eslavo". Nosotros los crostas dividimos
nuestra alegría junto con el pueblo polaco. Nuestros poetas y teólogos.
politicos y generales soñaban con una acción común bajo la égida de los reyes
polacos con el fin de defendernos tanto contra los otomanos, como contra la
ortodoxia proselitista rusa. Hedviga hija del rey húngaro-croata Ludovico el
Grtande y de la Jelisava (Elena) hija del ban croata de Bosnia, Esteban
Kotromanić, fundó la dinastía polaco-lituana Jagelo, familia que daba
reyes también a la comunidad politica húngaro-croata. Además, el Papa Juan
Pablo II fue cardenal de Cracovia, ciudad que en el siglo VI fue la capital de
"Croacia Blanca". De allí Ilegaron al Adriático nuestros antepasados
en la patria actual.
La tradición croata quedó allí
durante el milenario proceso de la polonización. Tanto es que basta el comienzo
de este siglo los polacos inmigrantes en los EE.UU. de aquella parte de Polonia
se registraban como "Belo Horvati" – Croatas Blancos o
"cracovianos". Sin la minima intención de ofender a Su Santidad Juan
Pablo II en su sentimiento nacional polaco, nosotros podemos sentirnos
autorizados a presumir también un lazo de sangre, en Ias lejanías históricas,
con el actual Pontífice Romano, como el primer papa eslavo".
En cuanto a esta última
afirmación que actualmente viene repitiéndose varias veces en público, debemos
acordar de que el Papa León XIII en su Breve del 1/8/1901 decía: "Cuando
el Papa Sixto V fue elevado al supremo oficio apostólico, por su devoción hacia
San Jerónimo y su benevolencia hacia la nación croata, de la que
provenía..." lo que significa de que Sixto V habría sido el primer papa
eslavo, pues también los croatas son un pueblo eslavo. Es de suponer que el
gran Papa León XIII sabía lo que afirmó. Raro que en esta novísima oportunidad
nadie se acordó del episodio, aun por lo menos como de una hipótesis. ¿Media
aquí un desconocimiento del hecho o un silencio intencional para eludir por lo
menos un reconocimiento público al pueblo croata? No se procede así sin embargo
por parte de algunos órganos de información masiva, cuando se escribe del "terrorismo
croata", a pesar de que se trata de la lucha por el derecho de
autodeterminación de la Croacia sojuzgada.
Saludando filialmente al nuevo
Papa, esperamos que la iluminación con que el cardenal Karol Wojtyla supo
vislumbrar el camino para la Iglesia de Polonia, le ilumine también el sendero
de un futuro mejor de Croacia, cuya fidelidad a Cristo y a la Santa Sede
—tomando en consideración la mayoría absoluta de su población— en nada es
inferior a la de otros pueblos católicos. La experiencia del nuevo Papa con el
comunismo, que es por desgracia la ideología oficial de los gobiernos en todos
los paises eslavos, le servirá al nuevo Pontífice para contribuir a la
liberación de los oprimidos y salvar al resto del mundo libre ante el
totalitarismo más completo, que es el poder político comunista.
Muchas esperanzas y de
muchísimos se depositan en el nuevo Pontífice. La elección del Papa Juan Pablo
II robustece la fe de los que creen en la intervención del Espíritu Santo por
igual que la convicción de quienes tienen la confianza en la sabiduría de la
diplomacia vaticana. Humano es equivocarse, pero esta vez es casi unánime la
opinión de que la elección resultó óptima y cabalmente acertada. La barca de
San Pedro de la Iglesia universal está en las manos humanas débiles del ex
cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla, pero firmes por la fe del Papa Juan Pablo
II, robustecidas por su fe y la gracia de Aquel en quien cree con tanta
firmeza.
Efemeron
"Sr. Dr. F. Nevistić -
Presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura.
De mi mayor consideración:
Dado que el Embajador Jaenicke
actualmente no se encuentra en la Argentina me permito contestar, en su nombre,
su atenta carta del 29 de junio de 1978.
"Quiero asegurarle en
primer lugar, que el Gobierno de la República Federal de Alemania comprende
plenamente su preocupación por sus compatriotas croatas cuya extradición fue
solicitada por Yugoslavia. Como manifestara el Gobierno federal en reiteradas
oportunidades, no ve ninguna relación entre las solicitudes citadas y las
solicitudes de extradición de los cuatro ciudadanos alemanes detenidos en
Yugoslavia con el cargo de haber cometido delitos terroristas.
En tal sentido un
"canje" no puede ser considerado por el Gobierno de ia República
Federal de Alemania. Antes bien las solicitudes yugoslavas de extradición son
tratadas basándose en los principios del estado de derecho de acuerdo con el
convenio yugoslavo-alemán de extradición del 26 de noviembre de 1970 y del
orden jurídico interno alemán. La admisibilidad de una extradición es
actualmente sometida a estudio por los juzgados territoriales competentes. En
el procedimiento los perseguidos están representados por abogados. Tanto estos
juzgados como el Gobierno federal estudiarán minuciosamente todas las
objeciones expuestas por los perseguidos con respecto a su extradición y en
forma particular el riesgo de una eventual persecución.
"Hago propicia esta
oportunidad para saludar a Ud. con mi consideración más distinguida.
Firmado: Hans von Vacano,
Ministro."
IN MEMORIAM
El día lunes 16 de octubre del
año en curso, como lo han divulgado casi todas Ias agencias noticiosas del
mundo, a las 23,20 horas fue asesinado el destacado periodista croata y jefe
del Departamento para la Prensa y la Propaganda del Consejo Nacional Croata en
el exilio, Bruno Bušić. Una mano criminal y desconocida le quitó la vida,
dedicada únicamente a la liberación de su patria Croacia, ocupada por el
comunismo granservio de Belgrado. Fue acribillado con cinco balas
reglamentarias del ejército del "mariscal" Tito, tan
irresponsablemente glorificado criminal de nuestro siglo. La noticia trajo, con
la velocidad de relámpago, la tristeza en todos los hogares croatas en el
mundo. "Muchos, dice el secretario general del mencionado organismo,
simplemente no podían creer en la veracidad de tan cruel noticia; fue tan
chocante, increible e inesperada"... "Bruno Bušić fue
fisicamente liquidado y no está más entre nosotros. Pero con nosotros quedó
permanente su obra. Con nosotros quedará su semblanza de un luchador impávido y
sin compromiso por los derechos humanos y nacionales. Su víctima traerá
múltiples frutos. Allí, donde se paró él, otros continuarán su marcha hasta la
liberación final Por su sendero caminarán miles y miles de nuevos luchadores
croatas, quienes lograrán la victoria y realizarán los ideales por los que él
luchó durante toda su vida con ahínco y desinteresadamente"... "El
enemigo eligió con minuciosidad su víctima y el momento para su crimen. Con su
asesinato quiso matar una idea, la idea de la lucha revolucionaria de la
liberación croata. Pero se equivocó una vez más en sus cálculos. Seguro, porque
las ideas no se matan con la pólvora de fusil. La inocente sangre de nuestro
hermano en lucha Bruno Bušić traerá múltiple cosecha. Bajo la bandera de
la lucha de liberación nacional se congregarán nuevas legiones de los
revolucionarios croatas, quienes devolverán la deuda al odiado enemigo,
castigarlo por todos los crímenes cometidos contra el pueblo y liberar al suelo
croata del ocupador y de sus colaboradores vernáculos. ¡Gloria al gran luchador
y mártir croata Bruno Bušić!"
Estas son las palabras del
secretario general del Consejo Nacional en el exilio —señor Lun— publicadas en
el "Boletín Informativo", N° 4/78, New York, del 27 de octubre de
1978, órgano del mencionado organismo politico central croata en el mundo
libre.
En el mismo "Boletín
Informativo", el presidente y el secretario del Consejo, Ios señores Janko
Skrbin y Hrvoje Lun respectivamente, han invitado a todos los croatas en el
mundo, organizar las manifestaciones de protesta contra la Yugoslavia comunista
y su terror, salvaguardando siempre el orden, la dignidad y el respeto por las
autoridades de los paises respectivos donde se realicen las deseadas
manifestaciones.
DECLARACION DEL CONSEJO NACIONAL
CROATA
En la reunión extraordinaria del
Consejo Nacional Croata en el exilio con motivo del asesinato de su funcionario
Bruno Bušić del día 16 de octubre de 1978, acaecido en Paris, el
mencionado organismo preparó para el público nacional e internacional la
siguiente declaración:
"En un concentrado intento
para impedir la Jucha del pueblo croata por su libertad y la independencia
estatal, el régimen yugoslavo, totalitario y terroista, no se abstiene de los
crímenes más abominables, incluso del asesinato brutal de un prominente
intelectual croata y luchador por la libertad.
"Bruno Bušić, de 39
años de edad, conocido periodista y funcionario del Consejo Nacional Croata, es
la víctima de aquellas mismas fuerzas granservias hegemonistas, que hace poco
intentaron en Alemania Federal apoderarse de los patriotas croatas que luchan
por la libertad, falsamente acusados por el terrorismo.
"En el mismo tiempo en la
Croacia ocupada está desarrollándose un proceso más en la serie de
"monster" procesos: esta vez contra seis destacados intelectuales
croatas, acusados sólo por haber intentado informar al público mundial acerca
de una grave lesión de los derechos humanos en Croacia, contraria a las
decisiones de la Conferencia de Helsinki, referentes a la seguridad y la
cooperación en Europa.
"El régimen de Belgrado no
se limita sólo a ejecutar el terror en Croacia, sino que, en contra de todos
los principios del derecho internacional, está enviando sus asesinos
profesionales detrás de los luchadores croatsa, exilados en el territorio de
los Estados extranjeros.
"El Consejo Nacional
Croata, un organismo politico democráticamente elegido, que representa a la
emigración nacional de millones de hombres y habla en el nombre del pueblo en
la patria, se dirige a todos los factores políticos y morales del mundo, para
que condenen e imposibiliten esa actuación criminal del régimen de Belgrado,
apuntando contra la existencia biológica y contra los derechos politicos y
nacionales del pueblo croata."
Firmado: Janko Skrbin,
presidente del Consejo Ejecutivo; Dr. Ivo Jelić, vice presidente; Hrvoje
Lun, secretario general; Miro Gal, tesorero; Franjo Mikulić, presidente de
la Asamblea; Ragib Avdić, vice presidente; Kazimir Katalinić,
secretario de la Asamblea; fray Antonio Čuvalo, integrante del Consejo de
Trabajo de la Asamblea; Dr. Ernesto Bauer, jefe del Departamento Politico;
Zlatko Markus, jefe del Dep. de Relaciones con extranjeros; Tomislav
Mićić, jefe del Dep. de la Prensa y la Propaganda.
EL INSTITUTO CROATA
LATINOAMERICANO DE CULTURA rectifica su nota que fue publicada en "La
Prensa" del 23 de octubre, que reproducimos a continuación:
ACERCA DEL PERIODISTA BRUNO
BUŠIĆ
Señor director: En "La
Prensa" del 18 del corriente, apareció una noticia de la agencia EFE sobre
la trágica muerte de Bruno Bušić, al que califica de "periodista
yugoslavo". Por la presente rogamos rectificar la noticia. Bruno
Bušić no era un periodista yugoslavo, sino un periodista croata. Si bien
vivía en la Yugoslavia comunista y allí escribió, todos sus escritos y obras
llevan impronta visible de un periodista croata. Fue por mucho tiempo el
colaborador muy íntimo del doctor F. Tudjman, en el Instituto para la Historia
del Movimiento Obrero en Croacia. Defendiendo los dos la verdad histórica
contra el dictamen de Belgrado, fueron removidos y, en 1971, condenados a uno y
a dos años de cárcel, respectivamente. Bruno Bušić dio la prueba de su
patriotismo croata y de su carácter intrépido, cuando publicó la estadística
preparada por el partido Comunista de Croacia, según la cual en los campos de
Croacia durante la última gran guerra murió un número mayor de croatas que
servios y que las estadísticas de Belgrado exageran tanto en lo relativo a este
momento como también en cuanto al número de las víctimas en general en
Yugoslavia. No obstante, las víctimas croatas son ignoradas y a las servias se
levantan monumentos en el suelo de Croacia, a pesar de que habían caído como
acérrimos enemigos de ella.
Bušić, al terminar la
condena en 1972, se refugió poco más tarde en el exterior. Allí desarrolló una
actividad periodística y de organización que le valió como premio, en 1977, el
que la emigración croata le diera el mayor número de votos para el Consejo
Nacional Croata en el mundo libre. Alli fue el último campo de su actividad,
cuando una mano criminal y oculta le quitó la vida.
Sería un acto de piedad corregir
la noticia a favor de quien mereció ser registrado como croata y quien luchó y
murió en la lucha contra la tiranía comunista, impuesta desde afuera a su
patria. ¿Por qué, preguntamos, cuando los croatas recurren a la fuerza, lo que
sucede pocas veces, se destaca como crimen de los "terroristas" y,
cuando muere un croata como mártir de su justa causa, se lo registra como una
víctima "yugoslava"? Así se crean artificalmente antecedentes de que
sólo los criminales surgen del seno de los croatas y las víctimas siempre del
ámbito "yugoslavo". Claro, todo el mundo que siente problemas
humanos, simpatiza con las víctimas y rechaza a los victimarios.
F.
Nevistić y M. Rakovac
Presidente
y secretario, respectivamente
Carlos
Pellegrini 743, Buenos Aires
Erik Von Kuetnelt-Leddhin
"El Mercurio" (Chile),
del 22 le octubre de 1978, publicó el siguiente artículo:
Los errores cometidos
sistemáticamente depués de las dos guerras mundiales han creado una conflictiva
situación en la actual Yugoslavia. Las profundas diferencias y las largas
luchas entre servios y croatas han estimulado el nacionalismo de estos últimos.
La muerte de Tito puede er el punto de partida para la disgregación de la
República Federal de Yugoslavia y la temida invasión soviética.
La solicitud de extradición de
seis terroistas croatas que formuló el Gobierno yugoslavo a la República
Federal de Alemania, despertó la atención mundial en torno al movimiento
extremista de Croacia. Cabe recordar que sobre los seis pende la pena de muerte
y que la RFA rechazó la solicitud del Gobierno de Tito. La organización croata
internacional, procedió, al momento de hacerse pública la solicitud yugoslava,
a ocupar por la fuerza el consulado germano occidental en Chicago. Los rehenes
capturados debían garantizar la negativa de Bonn. Los extremistas fueron luego
persuadidos por sacerdotes católicos y compatriotas a deponer su actitud y no
hubo víctimas que lamentar. Sólo un mes más tarde la policía australiana
descubrió, en las montañas al sur del país, un secreto campo de adiestramiento
de rebeldes croatas. Los arrestos no se hicieron esperar.
RAICES DE UN EXTREMISMO
¿Qué es el terrorismo croata y
qué persigue? ¿Cuáles son sus raíces? La mayoría de nosotros conoce las
fundamentaciones del extremismo palestino, armenio o vasco y aun del corso y
bretón, pero el croata parece más enigmático. Lo que se sabe de és es que es
yugoslavo y que el lenguaje de los croatas es similar al de los servios y no
demasiado distinto del esloveno. Los croatas fundaron uno de lo reinos más
antiguos de Europa y tenían fama de ser guerreros de suma fiereza. Luis XIV de
Francia. contaba con una guardia especial croata, cuyos miembros usaron, por
primera vez en la historia, un lazo al cuello que llegó a ser conocido como
"cravate" (corbata).
Al igual que la mayoría de los
males europeos contemporáneos, el problema croata se origina en el Tratado de
Paz de Paris de 1919 y 1920, cuando el mapa de la Europa Central fue
arbitrariamente alterado por los aliados y sus colaboradores de esa región,
emigrantes europeos que sólo buscaban granjearse las simpatías de los
estadistas vencedores: Clemenceau. Lloyd George y no en último lugar, Woodrow
Wilson. Las decisiones de esos hombres hicieron que la Segunda Guerra Mundial
fuera algo totalmente inevitable. Aunque muchos croatas siempre rechazaron su
anterior unión con Hungria. se sintieron aún más oprimidos cuando, sin antes
consultárseles, se les amalgamó con los servios y los eslovenos para formar un
nuevo reino federado de tres naciones. Los croatas reclamaron y también
actuaron, y eso les costó la vida a muchos de ellos y. finalmente, no lograron
más que la imposición de la monarquía absoluta en el año 1929. Se alteraron las
fronteras internas de la federación y se eliminó el nombre de Croacia. El país
fue rebautizado como "Yugoslavia", es decir, "país de los
eslavos del sur'". La sanguinaria dictadura yugoslava se derrumbó en 1941.
Las tropas nazis fueron
saludadas por los croatas con entusiasmo, puesto que veían en ellas a sus
libertadoras. La Ustasha, organización que había combatido contra los servios,
fue encargada del gobierno de Croacia, que para 1943 volvió a contar con sus
fronteras originales. El gobierno de la Ustasha fue rígidamente autoritario y
cometió una serie de errores, además, de ser- por completo servil frente a los
ale-manes. Pero fue, en todo caso, el primer gobierno croata independiente desde
el siglo XI. El nombre oficial de Croacia fue entonces, el de Estado
Independiente Croata.
En cuanto a las atrocidades
cometidas contra los servios, estas fueron muchas. Claro que en cierto modo
debe considerárselas una venganza por las atrocidades de los servios contra los
croatas entre los años 1918 y 1941.
EXPLOTACION DE DESCONTENTO
Sería conveniente que se
comenzara a comprender en Occidente que los nacional socialistas alemanes
fueron capaces de explotar en beneficio propio todos los errores y arreglos
equívocos cometidos después de la primera guerra. Yugoslavia fue un estado
artificial, al igual que Checo-Eslovaquia, y por ello, acusados por los
peligros. La creación de una república alemana fue tan insensata como la
mutilación de Austria-Hungría y la de Bulgaria, el enorme crecimiento de
Rumania o la hipertrofia de Italia, en dirección noroccidental. Debe admitirse
que a las injustas pretensiones expansionistas del nazismo se sumaron una serie
de causas justas de los pueblos sometidos por el azar de la historia.
Los croatas tenían alergia a los
servios y viceversa. La similitud del lenguaje no es necesariamente un lazo que
una a las naciones, como queda demostrado, por ejemplo, con las dos guerras
habidas entre los Estados Unidos e Inglaterra, la guerra civil norteamericana o
las revueltas irlandesas contra Gran Bretaña e, incluso, las guerras
austro-prusianas. El no poder comunicarse conduce a menudo a la paz, ya que las
luchas emergen del debate.
SERVIOS Y CROATAS
Entre servios y croatas existen
ciertas diferencias físicas y en ocasiones no es difícil distinguirlos a simle
vista. Además, los croatas son, sin excepción, católicos, mientras que casi
todos los servios pertenecen a la Iglesia de Oriente. Los croatas emplean la
escritura latina y los servios su propia versión del cirílico. Los servios
sufrieron por 400 años el dominio turco y los croatas jamás. Los servios viven
en su mayoría en la península de los Balcanes y los croatas en la Europa
central. Zagreb, capital de Croacia, tiene una expresión típicamente
"austro-húngara", mientras que las ciudades genuinamente servias se
ven orientales.
Desde luego, que, al igual que
en el pasado, el terrorismo croata tiene ramificaciones extranjeras. La
Ustasha, que luchó muy eficientemente en las montañas durante la década de 1930
y se hizo reponsable de asesinatos a lo largo y ancho del país, recibía ayuda
de los húngaros, con quienes los croatas habían estado aliados por espacio de
800 años, y también de los italianos. (Ellos no fueron, sin embargo, los
asesinos de Alejandro en Marsella, crimen que fue cometido por los macedonios).
En la actualidad, muchos croatas se hallan exiliados -an el norte de Europa, en
los Estados Unidos y en Australia. Prime que nada están los emigrantes croatas
de la preguerra y luego siguieron los exiliados posteriores a 1945 (no todos
conectados con la Ustasha). Finalmente, están todos los croatas que trabajan
como obreros extranjeros, en los países industriales de Europa Occidental,
especialmente en la República Federal de Alemania. Es fácil imaginar que esos
croatas, que viajan entre la Yugoslacvia socialista y los países donde
trabajan, suman el nivel de vida que llevan sus familias con aquél de las
sociedades libres de Occidente. Tito puede ser croata, pero para los croatas,
el comunismo es un mal de origen servio y la fe de un pueblo semisalvaje y
oriental. La militancia comunista es en la actualidad mucho más fuerte en
Servia y en Montenegro (habitado por servios), que en Croacia, y el antagonismo
entre servios y croatas puede percibirse en el seno mismo de la Liga Comunista,
como se llama el partido núico de Yugoslavia.
FUTURO DE LOS CROATAS
Es importante tener presente que
el régimen de la "Croacia independiente" surgió de los cuadros de la
Ustasha y que esa organización podría, en el caso de una crisis, tornarse
efectiva una vez más. No sólo Yugoslavia, sino toda Europa espera con
preocupación y curiosidad el momento de la muerte del mariscal Tito, Presidente
vitalicio de la "República Socialista Federada de Yugoslavia". A
menudo se le llama el "Francisco José rojo" y ello en doble sentido.
Hay que recordar que sólo dos años después de la muerte de ese venerable
monarca terminó la monarquía austro-húngara. A ello se suma que Tito es el último
miembro de la generación anterior a la Primera Guerra Mundial que aún gobierna
en el mundo. Tito es también la encarnación de la zaga de los partisanos, una
historia más bien desagradable, pero interesante a fin de cuentas. Así y todo,
los terroristas croatas de hoy aún pueden llegar a ser los gobernantes de la
Croacia del mañana.
En qué punto de desarrollo se
encuentra el actual "nacionalismo croata"? Hace algunos años las
tensiones, demostraciones, arrestos y represión de los croatas lograban grandes
titulares en la prensa de Austria, Alemania e Italia, aunque no en el resto de
las naciones occidentales.
En la actualidad, parece haber
gran inquietud en toda Yugoslavia y no sola-mente en el frente croata. Se suele
pensar en esa nación del Adriático que cualquier cambio político decisivo
traería la intervención directl de los soviéticos (sobre todo después de los
sucesos de Checo-Eslovaquia). Y lo más probable es que Occidente se cruce una
vez más de brazos en su característica actitud de indolencia y egoísmo. El Presidente
Carter señaló una vez, al comienzo de su mandato y en uno de sus momento de
descuido, que la invasión soviética de Yugoslavia no constituiría un
"casus belli", lo que equivale a cederle el aiento al viejo Kremlin.
Un pequeño grupo de
nacionalistas croatas intentó en cierto momento establecer contacto con los
soviéticos para lograr un acuerdo con ellos, los soviéticos debian, para el
caso de que Yugoslavia se hundiera en el caos, tomar el control sobre Servia y
dejar a Croacia a un lado para que ésta se constituyera en un pequeño Estado
con un sistema similar al de Austria. Se cree, sin embargo, que esa estrategia
ha sido abandonada.
CUENTAS PENDIENTES
Es común entre los yugoslavos
pensantes temer, que, debido a que las fronteras entre servios y croatas no
están en absoluto definidas, para el caso de una ruptura interna ambos pueblos
se irían a las manos y buscarían arreglar cuentas pendientes de modo semejante
a como sucedió durante la Segunda Guerra Mundial. Tal situación nuevamente
equivaldría a una invitación a los temidos soviéticos. Para mejor o peor, las
diferentes nacionalidades hostiles que componen la sintética Yugoslavia fueron
puestos en un mismo bote tanto en 1918 como en 1945 y temen que la barca
zozobre definitivamente. Pero la aparente unidad entre servios y croatas es
mero pretexto para "sobrevivir". En el plano cultural como en el
mental forman mundo aparte. Y los errores cometidos en 1919 y en 1945 siguen
vivos.
La afinidad humana existente
entre Ljubljana en Eslovenia y Skopje en Macedonia, es tan grande coma la
existente entre Oslo y Nápoles, o como la que podría haber entre Boston y
Barbados. Y tal situación solamente puede engendrar males futuros.
Observaciones de la Redacción de
STUDIA CROATICA: No dudamos de la buena fe dei autor del artículo. No obstante
hay algunos puntos esenciales que necesitan de aclaración y rectificaciones. Es
así, porque al autor le faltan parcialmente informaciones más completas y
exactas y, en parte, porque como lo confiesa el mismo, hay algo enigmático en
el caso croata, especialmente en cuanto a su "terrorismo".
En efecto, el primer párrafo del
artículo que menciona el "movimiento extremista de Croacia" necesita
un substancial esclarecimiento. El "extremismo" ya por sí tiene un
sentido peyorativo; una connotación de algo negativo, rechazable. Este término
aplicado al caso de Croacia resulta sin fundamento y, consecuentemente,
injusto, denigrante. Primero, porque la lucha croata por el derecho de
autodeterminación no es, bajo ningún punto de vista, un "extremismo",
pues el mismo derecho de autodeterminación nacional, la columna dorsal del
derecho y el orden jurídico internacional en la actualidad, sería un
"derecho extremista", lo que es evidentemente un absurdo no sólo a la
luz de la lógica general, sino también de la lógica jurídica especial. Si se
intenta etiquetizar de extremismo a los que se destacan en dicha, lucha, como
una minoría, pues, para expresarnos en términos en boga, la "mayoría
silenciosa" del pueblo croata estaría indiferente ante el sacrificado
intento de su minoría, los que proceden así se equivocan enormemente. La
ciencia política y social tiene como una ley casi indiscutible, descubierta
después de largos análisis de Ias realidades sociales, de que casi sin
excepción siempre y en general, politicamente sqn activas las minorías en
representación de sus mayorías que esperan el momento decisivo a su turno de
actuación. Luego, en nuestro caso croata concreto, la mayoría del pueblo está
en forma compacta detrás de su minoria activa. Los años 1966-1971, cuando se
desató un movimiento general en Croacia, conocido como "la primavera
croata", testimonian irreversiblemente cuanto estamos diciendo. Solo la
superior fuerza policial y militar pudo parar ese movimiento del pueblo desarmado
contra el aparato de opresión de Belgrado, apoyado con fracciones del Partido
comunista yugoslavo, compuesto por minorias comunistas de todas las cinco
nacionalidades subyugadas, no faltando tampoco una minima fracción de los
comunistas croatas, eso sí, como verdaderos extremistas en un sentido completo
y cabal.
Al intentar de develar el eniga
del "terrorismo croata", el autor acierta con ciertos factores en que
se nutre, No, precisamente el terrorismo, sino la lucha por la libertad y la
independencia nacionales. Nosotros insistimos en la diferencia esencial entre
la fuerza y la violencia y, lógicamente, entre la lucha por el derecho y la
violencia que es el sojuzgamiento del mismo. La violencia es la característica
de los brutos, donde las aves rapaces y los pescados grandes devoran a sus
similares más débiles y pequeños "summo cum jure", como lo decía
Baruch Spinosa, mientras a los hombres los dioses dieron el Derecho como el más
grande bien para vivir en paz y armonía de acuerdo con la genial intuición
griega, expresada ya al principio del pensar racional humano por el poeta y
filósofo jurídico Hesiodo.
Vale destacar que 1.480.000
musulmanes croatas no son una nación musulmana, pues así esta minoría croata no
son católicos ni el pueblo croata, un pueblo cien por cien católico.
No es claro lo que dice el autor
referente a asesinatos croatas en la "década de 1930" ... "a lo
largo y ancho del país". Aquí debe mediar una confusión del autor, pues se
puede hablar únicamente de los asesinatos por parte de Belgrado contra los
croatas.
No es exacta la afirmación del
autor del artículo e que la Yugoslavia mo-n írquica fue organizada en 1918 como
una federación. Con unas autonomías arbitrariamente organizads, fue sólo una
pseudodemocracia, controlada y sometida al aparato militar de Belgrado, para
convertirse más tarde, como lo exactamente dice el autor, en una dictadura
personal del rey servio Alejandro I y no Alejandro II, error seguramente
involuntario del autor. Esta dictadura personal costó vida de muchísimos
croatas sin mencionai el fabuloso pillaje económico con el retraso general
concomitante en el desarrollo de la vida del pueblo croata. Fue lógica,
justificada y absolutamente comprensible la reacción croata cuando en 1941, en
el momento crítico para su enemigo y ocupador, sacudió el yugo y proclamó su
inextinguible derecho a la independencia.
El autor repite luego
ceremoniosamente acusaciones contra el régimen instalado en Croacia en aquel
momento, como lo diría un joven judío —Mladen Schwartz—que recientemente se ha
plegado a los croatas en el exilio, defendiendo el dereho croata de
autodeterminación. El señor Erik von Puetnelt-Leddhin intenta explicar
"las atrocidades cometidas contra servios" porque hay que
"considerarlas como una venganza por las atrocidades de los servios contra
los croatas entre los años 1918 y 1941".
Por cierto, también este factor
tuvo su arte en el fenómeno, pero la verdad no la alcanzaremos por este camino,
si no tenemos presente de que hay una enorme exageración en cuanto a dichas
atrocidades. El cónsul norteamericano en Zagreb, capital de Croacia, señor John
J. Meily —testigo ocular— escribe de que en 1941, al proclamar los croatas su
independencia, "fue asesinado sólo un policía". Luego, la minoria
servia en Croacia, instigada y conducida por lo ex oficiales del ejército
monárquico servio, empezó desde las posiciones preparadas con anterioridad y
previstas para tal caso, con ataques contra la existencia de Croacia. Este movimiento
más tarde pasó a manos de los comunistas de Tito que devastaban al país en
todas sus dimeniones. ¿Pudo Croacia quedarse en esta situación de brazos
cruzados? ¿No debía defenderse? ¿Hay un interés superior, propio o ajeno, del
de la súpervivencia nacional? ¿Los EE. UU. no mandó a los campos de
concentración a los residentes japoneses en su territorio al declararse la
guerra entre Washington y Tokio? ¿Qué hará, por ejemplo, Chile con los
ciudadanos bolivianos, si se levantaran contra Santiago en caso de una supuesta
guerra entre Chile y Bolivia? Y, a pesar de todo lo que pasó en Croacia en
aquellos tremendos años de la última guerra, se ha comprobado con minuciosidad
científica, de que murió un mayor número de croatas por el "terror"
de su gobierno que aquel de servios que con armas en mano atacaban per todos
los lesados a la población croata en donde sus autoridades no podían darle la
protección. Bruno Bušić, adolescente, niño de 6 años al finalizar la
mencionada guerra, desmintió las mentiras oficiales de Belgrado en su
Enciclopedia Militar, exagerando el número de víctimas de servios en perjuicio
de los croatas, presentando, además, a los primeros como "liberadores"
y a los segundos como "colaboracionistas". Esta su
"audacia", apoyada por la filial croata dei partido comunista
yugoslavo, el joven intelectual croata, exilado en el exterior desde 1975, pagó
recientemente con su vida, el ansia de liberación de su patria, Croacia.
Visto todo esto, la leyenda
negra acerca de las atrocidades croatas contra los servios debería ver su fin
para todo el hombre honesto, cuyo supremo deber es actuar de acuerdo eon la
verdad y la justicia. El extremismo y el "terror" croatas se reflejan
en la tragedia de Bušić.
Las demás rectificaciones si
bien son interesantes no son de tanta importancia. Así, per ejemplo, la
afirmación de que Croacia jamás fue ocupada por los turcos es una semiverdad.
Sólo los restos del reino croata, que el autor recuerda, fueron salvados ante
la agresión turca, mientras las demás tres partes del mismo fueron ocupados por
la fuerza militar otomana. Bosnia y Herzegovina fueron anexadas a su Imperio.
Incluso, su actual parte noroccidental, llamada "Croacia Turca", fue
definitivamente proclamada como parte de Bosnia, a donde irrumpieron durante la
mortal lucha croata por la sobrevivencia los elementos étnicamente más
heterogéneos de religión ortodoxa, más tarde servizados por la jerarquía
eclesiástica servia y convertidas en enemigos acérrimos de Croacia.
Tampoco es exacta la afirmación
del autor de que Montenegro está habitado por los servios. La misma existencia
actual de Montenegro como unidad federativa de la Yugoslavia comunista
desmiente esa afirmación, pues el comunismo yugoslavo no pudo pasar por alto la
nación montenegrina, si bien una parte de los mismos asimiló o está asimilando
la conciencia nacional servia.
En cuanto al futuro de
Yugoslavia y especialmente de los croatas, el autor adopta la opinión de la
mayoría de los observadores internacionales. El futuro es incierto y sombrio.
El desenlace dependerá, por cuanto se puede vislumbrar, del poderio. la
voluntad y la decisión de los soviéticos. Todo esto especialmente en vista de
que Carter, en un momento incontrolado o la espontánea sinceridad, había
declarado de que la eventual intervención soviética en Yugoslavia no tendría
necesariamente la reacción contraria de los EE.UU. Sin embargo, creemos, que la
importancia geopolítica de Croacia —el mar Adriático— no hace como aceptable y
definitiva la mencionada posición de Carter. Las diferencias entre los pueblos
de Yugoslavia existen y el error de su forzada unión política también, lo que
tarde o temprano, sin un arreglo pacífico, respetando principios de derecho, de
historia y la vida efectiva de aquellos pueblos, causará nuevas tragedias humanas
con consecuencias imprevisibles y no tan fácilmente conjurables dentro de
aquellos límites que parecen diminutos y que realmente no lo son.
* * *
"La Razón", gran
diario de Buenos Aires, del 17 de noviembre de 1978, publicó:
CARCEL
Belgrado (EFE). — Un documento
detallado sobre la situación inhumara en Ias cárceles de Croacia (Yugoslavia)
presentará a las más altas instancias politicas del país un grupo de ex presos
políticos croatas. Así trascendió en circulos occidentales de la capital
yugoslava.
"The Buenos Aires
Herald" de Buenos Aires, informa desde Roma:
"Un noticiero italiano dijo
ayer de que guerrillas de nueve países decidió en un meeting, realizado en
Yugoslavia el mes pasado efectuar un paro simultáneo en varios paises.
"Panorama", el mayor
semanal especializado en problemas políticos, dice que ha recibido un informe
impreso en el idioma árabe referente al meeting de los representantes de los
grupos extremistas palestinos, del ejército rojo de Alemania occidental, de Ias
brigadas rojas italianas, dei ejército republicano irlandés y de otros.
La más importante conclusión de
la conferencia fue de que los grupos deberían tomar simultáneamente sus
acciones, huelgas y actos similares en varios países.
La conferencia fue efectuada al
principio del mes de octubre en una localidad no identificada en Yugoslavia no
lejos de la frontera italiana, como lo afirma el mencionado periódico.
"Panorama" dice que tenía más detalles sobre el meeting desde las
fuentes de Beirut y de Bagdad.
Los nueve participantes
adoptaron un nuevo principio de "la simultánea revolución". El mismo
semanario dice que así debe darse el comienzo a las acciones similares y
simultáneas en varios países.
Otros grupos representativos
incluídos son el ejército rojo japonés, los sandinistas de liberación de
Nicaragua, de España y de Argentina. (Reuter).
YUGOSLAVIA LIBERO A LOS
TERRORISTAS ALEMANES
"Tanjug", agencia
oficial de informaciones de Belgrado ha comunicado el día 17 de noviembre
ppdo., de que las autoridades judiciales yugoslavas no han aceptado el material
ofrecido por las autoridades como suficiente para la extradición de los
terroristas del grupo Bader Mainhof, rechazando el correspondiente pedido de
extradición de Bonn. Las autoridades de Yugoslavia ordenaron la liberación de
los presos, concediéndoles la opción a qué país deberían dirigirse.
Realmente una actitud, digna de
la neutralidad de la Yugoslavia comunista!
¡Un nuevo título para que los EE.UU. y los demás, sus aliados,
defensores de los derechos humanos y de la autodeterminación nacional, puedan
proseguir con sumas ingentes de dinero y de materait bélico, destinados a
"fortalecer la integridad y la seguridad" de aquel país comunista y
opresor! Cuando le fracasó el "negocio" con las vidas de los croatas,
arrestados en Alemania, los terroristas de Bader-Meinhof de repente obtuvieron
la libertad de que gozaban en aquel país "noalineado" también antes
del planeado negocio. ¿Aporta este procedimiento en algo para aclarar el
"enigma del terrorismo croata"?
El discurso del arzobispo de
Zagreb y primado de Croacia en la catedral de dicha diócesils. La conmemoración
con el responso fue realizada el 8 de agosto ppdo. par el expreso deseo de los
amigos y seguidores de las ideas políticas de Radić. He aquí el texto
íntegro que pronunció monseñor Franjo Kuharić:
"Esteban Radić es una
gran personalidad histórica. Con su actuación dio una poderosa tónica a la vida
política en Croacia al final del siglo XIX y en el primer cuarto del presente.
Fue sin duda alguna un hombre de extraordinaria capacidad, multifacético en sus
talentos .
"Katolički List"
—"La Gazeta Católica"— en el necrólogo que le dedicó en 1928
escribió: "Es fuera de toda duda que Esteban Radić fue la
personalidad más destacada de nuestra época. Su nombre es conocido no sólo aquí
entre nosotros, sino también en el mundo extranjero. El fue un hombre dotado de
grandes talentos, más bien geniales" (pág. 425).
"Radić fue un hombre
politico, ideólogo social y escritor literario. Pero, esta no es la hora de la
lección de historia para analizar su trabajo y su actuación en dichos campos de
actividad.
"Resultaría muy interesante
estudiar su relación con la Iglesia y la religión. Pienso, empero, que tampoco
es este el lugar y el momento para estudio de esta clase. Todo esto lo
recomendamos a los especialistas que podrían en base a un estudio serio y
objetivo, esclarecer esa personalidad extraordinaria en nuestra historia
croata.
"Nosotros, reunidos aquí,
constituimos en primer término una comunidad de oración, e incluimos a él en
nuestras plegarias, recordando su muerte que acaeció hace cincuenta años.
Nosotros deseamos marcar este cincuentenario con el encuentro en la fe y en la
oración.
"Como feligreses, nosotros
apreciamos su testimonio par la libertad y la justicia. Fue un luchador, pero
sin violencia. Creyó que mediante la lucha política, la libertad de expresión y
la libre elección se podía conseguir la libertad y la igualdad. Fue convencido
que sólo la libertad de la palabra, como medio, podía conducir a la realización
de la legalidad, para que cada uno fuese libre y que todos fuesen iguales.
"Por desgracia, a esta
argumentación se opuso la violencia. Al método jurídico de lucha se contestó
con la fuerza bruta, precisamente en la institución prevista para legislar.
"Nosotros respetamos
profundamente su holocausto y el de sus colaboradores.
"Todo sacrificio por los
ideales honestos en una consciencia recta se convierte en un bien ético y una
grandeza de martirio. Este respeto fue formulado por parte de mi antecesor de
venerable memoria, el arzobispo de Zagreb, monseñor Anton Bauer, el día 30 de
junio, en esta misma catedral, llena como hoy, oportunidad en que ofició el
funeral por las almas de Pablo Radić y del doctor Basariček. El mismo
respeto lo exteriorizó al visitar a Esteban Radić, cuando éste regresó de
Belgrado el día 9 de julio de 1928. Los mismos honores le rindió dicho
arzobispo, encabezando hace 50 años la ceremonia y el cortejo fúnebre de
Esteban Radić por las calles de Zagreb. La presencia del arzobispo de
Zagreb en aquellas circunstancias fue la manifestación y la expresión de
respeto hacia esa víctima, pero ese respeto fue expresado especialmente en la
plegaria.
"Resultaría también muy
interesante el estudio del mundo interior de Radić: de lo que vivía él en
lo más hondo de su alma, de lo que sentía en su corazón, en su conciencia.
"Es un hecho histórico que
entre él y algunos hombres eclesiásticos se registraron agudos enfrentamientos.
Existían causas al respecto, condicionadas por ciertas circunstancias y ciertas
posiciones ideológicas. Pero en el fondo, el alma de Radić era un alma
cristiana. Lo manifiesta especialmente en sus notas tituladas "Recuerdos
de la Cárcel", donde lo vemos en su temprana juventud. Salió de una
familia cristiana de nuestra Posavina. Allí deja el testimonio de que su madre
era buena, sabia y decidida.
"Desde su temprana juventud
era muy sensible en presencia de la injusticia, frente a la situación de la
gente humilde. Le interesaba de modo especial la realidad de la vida campesina,
del sector social campesino, porque el mismo provino de ese ambiente. Esta
profunda sensibilidad por la justicia tanto del hombre individual coma por el
bienestar del pueblo entero, fue su gran pasión. Ella se convirtió, diríamos,
también en su pasión política. lo condujo a la arena de batalla donde a menudo
se enfrentan débiles con Justamente esta pasión de justicia y de. derecho lo
llevó a la vida pública; poderosos. Esta fue, seguramente, su herencia de
inspiración cristiana en la que fue educado.
"En sus memorias anotó los
recuerdos cómo rezaba en las cárceles, y fue arrestado varias veces desde los
años de su escuela secundaria. Aquí descubrimos lo más hondo de su ser
interior. No fue un practicante que nosotros solemos ver y esperar de los
feligreses que viven de eucaristía, que practican ritos religiosos. El llevaba
en su alma y en su conciencia ciertas disposiciones y valores espirituales
permanentes.
"En las mencionadas
memorias escribe: «Para sosegarme espiritualmente, empecé una de aquellas
oraciones mudas, cuando el hombre ni murmura, ni habla, ni siquiera piensa sino
sólo siente intensamente ardiendo del deseo y anhelo por la bondad y la verdad
que tan poco hallamos entre los hombres. Rezando así pensé en Croacia y en el
mundo eslavo entero, pero el mismo momento esa idea me pareció tan mezquina o,
meior supereflua, porque allí donde todo el poder mundano y espiritual se pone
al servicio del becerro de oro, cabe reaccionar únicamente con la fe en Dios
viviente, porque en esta fe está también Croacia, el mundo eslavo, la humanidad
y el universo, porque en ella está la eternidad...» (pág. 47).
"En la página 53 escribe:
«Yo deseo vivamente que un número cada vez mayor de los croatas me quiera como
yo quiero al pueblo croata entero».
"Y es un hecho histórico
que la gran mayoría del pueblo croata, especialmente esa gente humilde
campesina, lo quiso. Lo que quiere decir que hablaba en la onda en la que pudo
encontrarse con lo más hondo de nuestra alma; hablando en la onda de justicia,
en la onda de bondad y de paz. Este hombre nuestro agotado que, a menudo, en la
historia soportaba todo el peso de la opresión, anhelaba simplemente en su
corazón la paz, la liberación de la opresión, la justicia. Aquí la palabra de
Radić, inspirada en los valores evangélicos, encontraba eco en el corazón
de tantas hombres y feligreses.
"Concuerda plenamente con
los principios éticos y el espíritu evangélico el amar a su pueblo, hacerle
bien y desearle que viva en paz y justicia, en libertad e igualdad con los
demás pueblos. Este era el contenido de la lucha de Radić: no odiar a
nadie, no hacer injusticia a los demás; defender lo propio y respetar lo ajeno.
"Sólo un hombre libre y un
pueblo libre pueden desempeñarse como colaboradores útiles en los esfuerzos por
un mundo más justo.
"Su interés social apuntaba
especialmente a la clase campesina y obrera. Entendía perfectamente y de modo
especial la situación de los campesinos de aquella época. El entendió muy bien
que esta clase lleva en su sangre la raigambre del suelo patrio. Esta clase
soporta el peso de la historia y las cargas de la vida. A menudo fue objeto de
explotación, obligada a dar todo de sí y recibir poco o nada. Es por eso que
Radić consagró toda su vida y sus preocupaciones a esta clase social.
"De todo esto concluimos
fácilmente que Radić ocultaba en sí la disposición de un alma cristiana.
Nunca se declaró no creyente. Tampoco en los momentos cuando dirigía sus agudas
críticas a la Iglesia y cuando solía ser brusco en sus actuaciones públicas.
"Una anécdota que sacamos
de sus "Recuerdos de la Cárcel", nos puede servir para revelar la
disposición de aquella alma juvenil, cuando, a la vigilia de Navidad en la
cárcel de Petrinja, (ciudad en la Croacia septentrional) tuvo una conversación
con un ladrón y asesino que desesperaba en su presencia. El asesino le
reconoció que se quedó como una espina, como una zarza sin cultivo ni
instrucción, mientras él, Radić, tenía instrucción, cariño y educación
como si fuera en un jardín cerrado. Reproduzco aquí una parte de dicho diálogo:
"Dígame par favor, ¿a qué religión pertenece Ud.? —No sé a qué se refiere
Ud. —¿Qué ley profesa? —Yo no he estudiado las leyes. —¿Cómo se persigna Ud.?
—De ninguna manera. —¿A qué iglesia suele ir? —A ninguna. —¿Ha oído alguna vez
de que los hombres rezan "Padre Nuestro"? —He oído a su tiempo y lo
rezaba en mi comunidad familiar. —Ahora ¿no reza más? —No, señor. Peleo con el
hermano y con los vecinos, le pego a mi mujer e hijos, robo bueyes, saqueo e
incluso mato a los hombres. Una vez asalté a un hombre de la aldea vecina que
regresaba del mercado y a quien suponía tener por lo menos varios billetes. El
gritó que tenía solo dos florines (vieja moneda en Croacia en la comunidad
política de Croacia con Austria y Hungría. O. del traduc.). Lo golpeé con el
hacha y lo derribé al suelo. Había dicho la verdad. Tenía solo dos florines.
Supongo que nada comió durante el día porque había pedido prestado esos dos
florines. Sucesió todo eso el día de Epifanía. Sí, allí en el camino, murió
congelado. Por solo este hecho he merecido ser colgado...".
—¿Quiere oír "Padre Nuestro"?
—Si es su deseo, bien, quiero.
Después de haber llegado al
final de la oración, justamente al pronunciar: "y no nos dejes caer en la
tentación, más líbranos del mal", se produjo una pausa. "El asesino
—fue evidente— estaba tan agachado que no podía verle la cara. Esperé un rato y
entonces le dije: "Amigo, no le voy a neeeuntar, si había robado la
tesorería de los impuestos, pues éste no es ahora un asunto de importancia. Yo
le pregunto una vez más: ¿Cree Ud. en Dios y el alma? —No sé qué debería contestarle.
Me parece que creo, pero es algo que me está diciendo. que no habría tanto mal
en el mundo, si Dios existiera. —Escúcheme un poco: justamente este mal del que
está hablando y que es nuestra verdadera desgracia, se halla en nosotros
mismos. Pero en nosotros está también nuestra dicha, es decir en nuestra alma y
en nuestro corazón alegre, y no está ni en el trono imperial, ni tampoco, en
América. Escuche, además, lo siguiente: ningún hombre es lo suficientemente
bueno, sólo Dios es bueno, pero tampoco ningún hombre es demasiado malo; malo
es el diablo. Si todos los pecados del mundo recayesen sobre su alma, el buen
Dios los va a perdonar si se arrepiente de haberlos cometido y si se decide a
no volver a cometerlos nunca más. Dios no es como un juez de instrucción que no
mira en su alma y no se interesa por ella y qué suerte le tocará... (Ibid. pág.
287-88).
"Poco más adelante
continúa: "Han transcurrido casi diez años desde que me formuló dicha
pregunta : ¿Por qué soy yo hierba mala? y esa pregunta mientras tanto creció en
mi alma en una grande y temible acusación contra muchos, especialmente contra
aquellos que detentan el poder, luciendo en sus pecados signos de honor y la
reputación, y en sus bolsillos dinero y otros bienes. Pero todo esto duró sólo
un instante. Enseguida me recordé de la oración "Padre Nuestro" que
recé ante aquel nuestro descastado para ayudarlo no con el poder y dinero sino
con el amor. Me acordé que yo mismo era un cristiano e hijo de un pueblo
explotado y rezagado..." (pág. 211).
"Todo esto escribió
Radić al acordarse de su encarcelamiento del año 1893. Por eso creemos que
esta nuestra oración no contradice, en la presente oportunidad, su convicción.
"Hemos oído el Evangelio
sobre los bienaventurados (Mat. 5, 142), donde el Señor Jesucristo anunció el
espíritu del Nuevo Testamento, los principios de la Nueva Alianza. Estas ideas
divinas ennoblecen el alma, la hacen amante de paz, misericordiosa, sedienta y
hambrienta de justicia y fuerte para que sepa soportar hasta la violencia misma
sin contestar con la violencia.
"Por cierto, ese Sermón de
la Montaña resonaba en el alma del joven Radić. Estos principios hacían
eco durante toda su vida, luchando por la justicia, pero no con medios
violentos sino, pacíficos, con la palabra libre y los comicios libres.
"Nosotros los creyentes
sabemos que la vida humana no termina en la historia, en el tiempo, sino que
está dirigida hacia la eternidad.
"Estamos convencidos de que
Radić creía en esta eternidad. En sus "Recuerdos de la Cárcel"
anotó, refiriéndose a quien lo mandó a la prisión, que también su conciencia un
día empezará a hablar y, aunque su alma ahora está aletargada, se despertará si
no antes, por lo menos en el momento, cuando salga al encuentro con la verdad
eterna.
"La verdad eterna del
hombre, la verdad eterna de la realidad humana y la verdad eterna de la
historia se revela recién en la Eternidad. Esta verdad eterna es revelada sólo
por Dios, juez de la historia y de la vida.
"Esta fue la convicción de
Esteban Radić y por eso, repito una vez más: la oración nuestra en este
momento no le es impuesta. El está presente en la misma. Está presente en el
recuerdo de tantos hombres, en el recuerdo del pueblo croata que le agradece
esta noche con sus plegarias.
"Por la misma razón
nosotros rezamos por él y por todos los que durante nuestra historia fueron
víctimas de opresión; quienes fueron perseguidos por su anhelo de justicia.
Para todos imploramos una alegría eterna. Amén".
(STUDIA CROATICA con estas
sabias palabras del primado de Croacia una vez más [se encuentra] ante la
sombra de aquel grande y mártir de su país.)
El Patriarca de Venecia, Cardenal Albino Luciani, Papa Juan Pablo I, estuvo en Croacia. El 11 de septiembre de 1976 participó en los festejos del milenario culto Mariano en Croacia y de la muerte de su reina Elena.
En dicha oportunidad el
patriarca de Venecia pronunció en la catedral de Split un sermón que
reproducimos a continuación en versión castellana:
"Para mi es un gran honor
transmitir los saludos de la iglesia italian a estos festejos del culto
milenario de la María en Croacia. Esto me causa la alegría ante todo por las
razones históricas y las relaciones actualles entre vuestro glorioso país y mi
Venecia.
"Hace cuatro meses el Papa elevó
a la dignidad de altar al croata Mandić. El nuevo beato terminó sus
estudios de teología en Venecia. En la misma ciudad fue ordenado sacerdote. Yo
mismo me acerqué a su confesionario para reconocer mis pecados y recibir sus
consejos.
"En Venecia vivió
(1815-1887), trabajando mucho y con abnegación heróica por las señoritas
abandonadas, la sierva de Dios, Ana-Maria Marović, oriunda de Dobrota. El
proceso de su beatificación lo promovió personalmente el cardenal Lafontaine,
mi predecesor.
"En Venecia también hoy en
día hay una iglesia en pleno esplendor —la de Santos Jorge y Trifón— con la
escuela dálmata. El actual Registro de sus alumnos está lleno de apellidos
croatas-vénietos: Barić, Kamalić, Kovačec, Fatović,
Gazić, Lucić, Meštrović y de otros muchos. En Venecia viven las
familias Foscolo y Tomaseo. De las mismas salieron dos grandes literatos: Hugo
Foscolo y Nicolás Tomaseo. Ellos fueron alumnos de dicho seminario de Split.
"Hace poco mencioné al
beato Leopoldo Mandić. El, durante toda su vida, llevaba en el corazón dos
grandes amores: a la Beata Virgen Mafria, la que denominaba con una expresión
típicamente veneciana —Patrona Benedetta-- y luego la reconciliación entre los
católicos y los ortodoxos. Bajo el juramento prometió a Dios emplear todas las
energías de su vida en dicha reconciliación. Sus superiores no le permitieron
desarrollar el apostolado ecuménico fuera del ámbito véneto. En lugar de esto,
él rezaba, enseñaba el idioma croata a sus hermanos capuchinos en Venecia y, en
1917, durante fa guerra, no quiso renunciar a su nacionalidad croata y adoptar
la ciudadanía italiana. Prefirió marcharse al exilio desde Padua a Nápoles.
"A la luz del Concilio y la
invitación apostólica "Marialis Cultos", un documento de no lejana
fecha, muy sensible por las dimensiones trinitarias, antropológicas y
ecuménicas de la mariología, su beato Leopoldo se alza como signo y precursor
del' tiempo". La doctrina mariana presenta dificultades para la
reunificación de las Iglesias. Yugoslavia, como la veía él y la queria como su
visión (se trataba de Yugoslavia,, imaginaria e idealizada antes de su
formación en 1918. N. de la Red. S. C.) podía, según su opinión convertirse en
un puente ideal entre los católicos y los ortodoxos. Nuestros hermanos
ortodoxos, que veneran extraordinariamente a la Madre de Dios, tienen, quizás,
una impresión de que nosotros hemos disminuida un poco su "fiat". Los
hermanos protestantes, por otra parte, creen que nosatros los católicos damos
demasiado espacio al mérito y la actuación de María en la historia de la
salvación.
"Si no renunciamos ni una
coma de la que fue relevado por Dios acerca de María, no será utópico esperar
que el Señor nos conduzca a todos para que rindamos los más grandes honores a
la Madre de Dios. sin el menor daña para Ias méritos de su Hijo.
"Se apodera de mí un
sentimiento conmovedor mientras estoy escuchando cómo nos habla y reza él aquí
presente Reis-el-ulema (máximo dignatario musulmán en una comunidad
político-nacional. N. de la Red. de S. C.). Su presencia nos hace recordar de
que los musulmanes, si bien no reconocen a Jesús como Dios, lo veneran como a
un profeta. Ellos honran y, de vez en cuando, invocan también a María. En el
Corán se la menciona con respeto 34 veces. Ella, pues, es el Arco Iris que
conecta el cielo con la tierra y, en cierto sentido, el Arco Iris que pone en
contacto a dos grandes religiones, de las cuales cada una abarca una parte del
mundo y que en el pasado, lucharon durante mucho tiempo por el Oriente - Ia
religión musulmana y la cristiana.
"Que este Arco Iris ilumine
el cielo de Croacia como signo de la bendición divina por la paz y el progreso
del pueblo entero".
Agradecemos al cardenal Albino
Luciani, nuestro actual supremo pastor católico (habiamos preparado esta nota y
traducido el texto de su sermón antes de haber recibido la dolorosa noticia de
su inesperada muerte. Op. de la Red. de S. C.) por Ias palabras de
reconocimiento de una parte de los méritos de los croatas en la Iglesia. Le
agradecemos especialmente por haber renunciado, siendo Patriarca de Venecia, al
título. "primado de Dalmacia", pues conocía bien las relaciones y los
hechos históricos como también la realidad étnica, que todo junto atestigua el
carácter inequívoco croata de lo que algunos irredentistas italianos pretenden
reivindicar todavía. El Patriarca de Venecia quiso borrar aquel anacronismo y
llenar el camino para armoniosa vecindad entre el pueblo italiano y el croata
en el espíritu de la verdadera y efectiva catolicidad.
Lamentablemente, agregamos
ahora, cuando la Providencia llamó al papa Juan Pablo I a su seno, que aquel
sacerdote ejemplar no podrá aportar más personalmente a la solución de los
problemas que nos agobian a todos. R. in Pace, Santo Padre Juan Pablo I - A.
Luciani.
El 17 de septiembre del año en
curso fue solemnemente conmemorado el 900 aniversario de la basilica,
construida por el rey croata Zvonimir (1076-1088) y dedicada a Santa Maria. El
templo fue edificado en la ciudad medieval de Knin, una de las principales
sedes de los reyes de Croacia y de su obispo. Las invasiones otomanas, las
devastaciones venecianas y las destrucciones llevadas a cabo por la minoría
válaca —hoy servios— inmigrada allí desde las regiones balcánicas bajo el yugo
de los invasores orientales, sepultaron bajo sus ruinas a esa basílica con tres
iglesias más, precioso testimonio de la historia croata. No obstante, la
conciencia y la tradición croatas los guardaban en el corazón del pueblo. Así
es que en 1938 el gran artista Ivan Meštrović, en colaboración con
autoridades eclesiásticas de Croacia, especialmente con el arzobispo de Zagreb,
monseñor A. Stepinac, reedificó el templo según sus planes e ideas y de acuerdo
con medios financieros que estaban a la disposición de los organizadores.
Junto con Meštrović aportó
a las decoraciones internas del templo también el pintor croata J.
Kljaković. que actuó con éxito cierto tiempo también en Buenos Aires.
El nuevo templo fue objeto de
actos de barbarie durante la última gran guerra, por parte de los ortodoxos
servios, tanto comunistas, como nacionalistas.
Al cumplirse 900 años de aquella
importante fecha y, nuevamente reparado el templo con los aportes del pueblo,
las autoridades eclesiásticas organizaron festejos que mencionamos más arriba,
a pesar de los inconvenientes que les opusieron las autoridades comunistas de
Belgrado. El cardenal S. Oddi, delegado del Vaticano, celebró solemne Misa
junto con los arzobispos de Zagreb, de Split, del obispo de Šibenik, etc. El
metropolita de Croacia, monseñor Franjo Kuharić, pronunció en esa
oportunidad una homilía de gran resonancia en el corazón tanto de los
feligreses como también de todos los croatas. Por razones de espacio he aquí
algunos párrafos del sermón de monseñor Kuharić: "Bajo estas piedras
está sepultada nuestra cuna. ¡Qué tesoro tan preciso está escondiendo este
suelo en sus entrañas!... Pero no se trata de cosas muertas. Estos viejos
fundamentos, palabras incisas en piedras... los trozos de las antiguas
inscripciones... no son cosas muertas. A través de las mismas corre todavia la
savia vital del pueblo; se trata de la vida y no de la muerte; son las raices
del árbol que vive; son los fundamentos del futuro que está forjándose en la
actualidad... Estos monumentos son el testimonio de la fe que perdura. La
plegaria desde estas iglesias destruídas y sepultadas, construidas por nuestros
reyes y reinas, se oye también hoy. Rezamos el mismo Credo, cantamos el mismo
"Padre Nuestro", suena el mismo saludo a la Madre de nuestro Señor.
En la misma fuente bautismal, inagotable, nacen hijos de Dios, y para la
comunidad de la Iglesia. Corren esta historia y la vida en la misma durante
trece siglos. La vida inapagable de un árbol no desarraigado a pesar de que
venían agitándolo y doblando tantos huracanes, quemándolo incendios y socavando
tantas guerras... Esta basílica votiva del rey Zvonimir confirma cómo la
comunidad eclesiástica está uniendo al pueblo croata ahora, igual como lo unía
en su lejano pasado...".
p. 138, Dorrance & Company, Philadelphia, 1976.
La autora, profesora en la
Universidad de Indiana, Pennsilvania, dice en la Introducción: "Escribo
este libro para señalar una solución de suma importancia para un pueblo,
quizás, para dos y más. La historia de nuestro pueblo norteamericano y de su
independencia empezó con el famoso "estampido que se oyó en el
mundo", seguido luego por un conflicto armado. Así el comenzo de nuestro
Estado y de nuestra nación se inició con la fuerza. Quizás, de esta manera
empezaron todas las revoluciones y todas las naciones en los años antes de
nuestro siglo".
Luego destaca que en 1905 se
separaron y proclamaron independientes Noruega y Suecia "sin un solo
disparo". Croacia en 1941 había restaurado su independencia sin derramar
sangre. Según el testimonio del señor John J. Meily, cónsul americano en la
capital croata Zagreb, murió solo un policía. Pero más tarde, porque el enemigo
de la independencia de Croacia (1941-1945) organizó y llevó en su territorio
una guerra que costó la vida a muchísima gente: inocentes como son los niños,
mujeres, ancianos, etc.
Al final de la guerra Croacia
fue incluida por fuerza a una comunidad contra su propia voluntad. En una
comunidad con su enemigo mortal, el pueblo servio y bajo su hegemonía. Esta
comunidad es antihistórica. A su tiempo se habían separado los países de
Benelux, a pesar de su afinidad cultural y del desarrollo histórico mucho más
grande que aquelos entre los croatas y los servios, pues esos dos últimos pertenecen
a dos diferentes civilizaciones y sin haber vivido jamás en una comunidad
política.
El descontento general provocado
por la política de opresión de toda clase por parte de Belgrado, reanimó y
revivió en 1971 el derecho de la autodeterminación nacional y la voluntad de
realizarlo por parte de las masas del pueblo croata. Incluso habían obligado
también al partido comunista de su país para que se pusiera a la cabeza del
movimiento de liberación, a pesar de que este partido es sólo una filial del partido
comunista de Yugoslavia, con la sede y el poder supremo en Belgrado. Las
represalias militares y policiales de la capital servia consiguieron decapitar
al movimiento, sin matar la idea, pues la misma brota de la historia croata a
partir del siglo VII hasta 1918, año en que la comunidad "yugoslava"
quiso pasarla por alto, imponiendo en su lugar la idea granservia, falsamente
proclamada como "yugoslava", es decir la idea de una comunidad
política para todos: los eslovenos, los croatas y los servios, reconociendo a
todos la igualdad del derecho, el desarrollo de las individualidades históricas
con el fin de defender la independencia común contra todo intento desde afuera,
que expondría al peligro su libertad y la existencia en la democracia.
Todo el mundo ahora sabe que ese
sueño fue una gran mistificación por parte servia con tremendas consecuencias
que, incluso en este momento, hacen al Estado yugoslavo como un punto de los
más peligrosos del mundo para la seguridad, como también en cuanto al respeto de
los derechos humanos. Es por eso que los croatas exigen, están luchando por el
propio derecho de autodeterminación. Considerándolo, con toda razón, la espina
dorsal del ordenamiento jurídico del mundo y de la historia en que vivimos.
Después de los capítulos I, II,
III, en que la autora nos expone, en una brevísima síntesis la historia de los
países escandinavos —Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia respectivamente— lo
que por razones de espacio no nos puede interesar aqui, en los capítulos que
siguen, se habla de los problemas específicos croatas. En el capítulo IV
escribe acerca de la soberanía de Croacia a través de siglos. En el V sobre
Croacia y el presidente Roosewelt, en el VI Croacia y Winston Churchill, en el
VII acerca de las opiniones de Lenin, Stalin y Djilas sobre la soberanía de
Noruega, Suecia y Croacia. En el último capítulo, el VIII, la autora se refiere
a la soberania de los pueblos conseguida después de 1945, donde hace la
comparación numérica —de la población y la extensión territorial— con la de
Croacia, señalando que mientras a los demás se reconoce este derecho
fundamental, se lo deniega a Croacia a pesar de su superioridad tanto numérica,
como cultural y económica sin tomar en consideración además el largo pasado
histórico de la misma.
En la conclusión Margaret
Stewart señala que Yugoslavia debe agradecer su existencia a los miles de
millones de dólares, marcos alemanes y a la fuerza militar de los EE.UU., Gran
Bretaña y Francia. Sin esto, la existencia de aquel Estado artificial, en el
permanente conflicto con la voluntad de sus pueblos, habría desaparecido desde
ya hace mucho tiempo antes. Su crisis permanente la reveló de manera especial
el año 1971-1972, cuando el aparato de represión de Tito arrestó, solo en
Croacia, a 16.000 intelectuales, estudiantes y obreros. Invocando las palabras
del líder democrático de Croacia —Esteban Radić— en el sentido de que un
pueblo no puede progresar sin vivir en su propio Estado, la autora, confesando
lo mismo, sugiere que las Naciones Unidas reconozcan a Croacia su inalienable
derecho de autodeterminación, reconocido por los documentos fundamentales del
orden jurídico internacional. Sin esto, todo en dichos documentos queda para
los croatas y muchos pueblos más, una "retórica sin sentido". Separarse
pacíficamente de Servia y asegurar su propia soberanía, este es el derecho,
exigencia y el objetivo de la lucha del pueblo croata.
El valor especial de este libro
consiste en la documentación referente a Croacia y a aquella parte del mundo,
surgida durante la última gran guerra de las tratativas de estadistas,
políticos y militares de los vencedores, tendientes a dar un arreglo a la
misma. Así nos enteramos que los ingleses, al iniciarse la guerra. incluso
cuando la misma parecía inevitable, defendían a Yugoslavia. Hasta le habían
prometido incorporar a todas las islas del Adriático, Trieste y la misma Salónica.
Rooswelt sabía poco al respecto. Por primera vez habló de Croacia en una
entrevista con Churchill el día 14 de julio de 1941, oportunidad en que
advirtió al premier británico de que él no consideraba como propias obligadones
lo que Gran Bretaña había prometido sin su participación. Sus informantes en
esta materia fueron Adolph A. Berle jr., subsecretario en el Departamento de
Estado y el embajador Arthur Bliss Lane en Belgrado. El primero había preparado
para Roosewelt un memorandum —del 8 de julio de 1941— en que decía: "Usted
recordará que el presidente Wilson sufrió en su prestigio por las obligaciones
que no había tomado y acerca de las cuales no fue informado. Yo he propuesto al
Secretario de Estado Summer Vetes para que pusiéramos un caveat (cuidado)
general y que hiciésemos dar a entender claramente que no podríamos sentirnos
con obligaciones que no hemos aceptado definitivamente... En el Diario del
mismo alto funcionario está anotado el día 11 de julio de 1941 que en este
sentido había informado al Presidente en cuanto a la promesa de Trieste y que
el Presidente mismo ha prevenido a Churchill sobre el particular. En la
declaración de Roosewelt, después de las conversaciones con Churchill, se dice
también: "Como ejemplo señalo la insensata idea de que habían prometido
restituir a Yugoslavia como existía con anterioridad y que se le había
prometido entregar Trieste". Según Arthur Bliss Lane, el hombre que fue
testigo ocular de los acontecimientos en Yugoslavia, cuando los croatas dieron
incontroversible prueba de no querer vivir en la comunidad con los servios,
Roosewelt daba una gran importancia al plebiscito para la solución de los
problemas políticos, creyendo que se lo podría aplicar también para separar a
los croatas y los servios. Summer Wells en su libro Seven Major Decisions,
refiriéndose a Croacia, escribe: "El (Roosewelt) confiaba en un plebiscito
como remedio general más que el mismo Wilson. Me habló en aquel tiempo (1942)
más de una hora sobre su deseo para que se aplicara el plebiscito como medio en
la solución definitiva de todos los litigios entre los servios, los croatas y
los eslovenos que ensombrecen la historia de Yugoslavia como un Estado
independiente". (Aquí deberíamos mencionar también los informes de otras
fuentes que Roosewelt recibía sobre el asunto antes de la guerra. En primer
término la carta del presidente Dr. Vladko Maček, líder del Partido
Campesino Croata, con fecha del 18 de enero de 1939 y la intervención en el
asunto del embajador Arthur Bliss Lane y del consulado americano en la capital
croata. Ver el voluminoso libro: "Croatia's Struggle for Independence: A
documentary History" de N. Dinko Šuljak, edición de Croatian Information
Service - Arcadia, California; 1977, a cura de Radielović).
La autora, invocando la
documentación aliada, accesible al público, desde fecha reciente, menciona
también las entrevistas de Roosewelt con el principe Otto Habsburg, cuando los
dos expresaron su gran preocupación ante la posibilidad de la penetración
soviética a la Europa central. Allí se habló también del intento de los
ministros croatas —Lorković y Vokić— de pasar del lado de los aliados
occidentales y la posibilidad del desembarco aliado en el Adriático y
especialmente del inglés en Istria. El papel de H. Hopkins y el
"encanto" de Stalin para Roosewelt fueron fatales para dichos planes,
a pesar de que según un convenio secreto entre el Gobierno croata y los aliados
occidentales por intermedio del embajador inglés —el señor Knatchbull Hugess—
en Ankara, Croacia se obligó a no atacar aviones de los mismos, mientras
cruzaban sobre su territorio, y tratar a los aviadores con toda atención, si se
vieran obligados a aterrizar en el mismo. También en Teherán se vislumbraba el
reconocimiento de Croacia, pero en Yalta triunfó Stalin con concepción de
Hopkins y el "encanto" staliniano de Roosewelt. En Teherán, incluso,
circulaba un mapa con Croacia y sus limites orientales en el río Drina, pero
Yalta hizo todo una pasajera ilusión. Tanto es que incluso hoy el historiador
croata Ljubo Boban, falsifica dicha documentación para complacerse al dictador
Tito y a pesar de que este historiador tuvo grandes inconvenientes con el
servio Vaso Bogdanov pues Boban quiso interpretar la misma en un sentido poco
más favorable para Croacia. M. Steewart invita a los escritores e historiadores
croatas para que presten más atención a las ideas e intencionet de Roosewelt
con respecto a un mejor futuro de Croacia. Hasta en 1944, él vislumbraba a una
Croacia soberana, pero el croata Ivan Šubašić y similares, últimos
residuos de la idea "yugoslava", apoyados por los que defendían la
concepción inglesa, hicieron callar sobre el asunto al mismo Presidente
norteamericano.
Es muy interesante el capítulo
Churchil y Croacia. Señalando lo enigmático en la persona del estadista
británico, la autora destaca también la ambigüedad de su política con respecto
a Croacia.
Por un lado Churchill fue un
virulento anticomunista y por el otro fue quien más movilizó las fuerzas del
mundo libre en pro de la ayuda a la Unión Soviética. Así fue vacilante también
su "política croata": Al comienzo de la guerra y en un prolongado
lapso de la misma, estaba dispuesto y ayudaba realmente a los que defendían la
idea de la Yugoslavia monárquica. Cuando fueron frustrados sus planes del
desembarco aliado en la costa croata y ante la amenaza de que aquel país se
convierta en un Estado comunista y totalitario confiaba en que las fuerzas
militares croatas y eslovenas, anticomunistas, iban a enfrentar con eficacia a
Ias tropas comunistas de Tito, para que los aliados occidentales pudiesen
tranquilamente ocupar a "Venecia Julia con Trieste" pues, reconoció,
que con Tito "hizo criar la víbora en su propio pecho".
El capítulo Lenín, Stalin,
Djilas etc., tiene un carácter de interés más teórico. Los dos primeros
aprobaron la separación pacífica de Noruega y Suecia del año 1905 contra la
opinión de Rosa Luxemburg. Los dos principales ideólogos y estadistas del
bolchevismo tomaron posición contraria a la de Sima Marković, secretario
del Partido comunista de Yugoslavia. Los primeros defendían la soberania de los
croatas, los eslovenos y los macedonios, mientras Marković consideraba la
exigencia de la misma como una mera cuestión de las enmiendas constitucionales.
Previamente a estas discusiones, A. Ciliga, secretario del Partido en Croacia,
llevó a cabo una similar discusión con Simić, defendiendo la soberania de
dichos pueblos en contraposición del servio, quien propiciaba una falsa
federación bajo la hegemonía granservia. Vale destacar que Lenín y Stalin
adaptaban sus posiciones de acuerdo con las exigencias de la política
internacional de Moscú, haciendo prevalecer ahora la idea de la soberanía de
los pueblos de Yugoslavia ahora de esta última de acuerdo con el principio de
su propia utilidad soviética. El mismo Ciliga, a pesar de todo, lo reconoce
como la realidad.
Entre los absurdos de nuestra
época está también el hecho de que el temible verdugo —M. Djilas— del pueblo
croata, se ha convertido en un teórico digno de ser escuchado, cuando se está
planeando nuevamente el futuro de los pueblos de Yugoslavia. El tampoco pudo
pasar por alto el anhelo y la lucha de los croatas por su independencia. Lo
reconoció especialmente en The Saturday Review del 25 de agosto de 1974,
cuando preveía la confederación de la Yugoslavia después de Tito. Claro, la
unidad servia se extendería hasta allí por las provincias croatas donde
"hay monasterios servios ortodoxos", como planeaban también los
"tcheniks" servios, reduciendo a Croacia a su mínimo territorial,
para que pueda optar o por la separación o quedarse en la confederación de
corte granservia. (Las conversaciones entre Djilas y algunos elementos croatas,
marginados en los años 1971-72 por Tito, reviven la actualidad de una idea
similar: separación a modo de la de Suecia y Noruega, o la Confederación de los
pueblos que actualmente viven bajo un régimen totalitario comunista y
granservio, signado oficialmente como federación, lo que no lo es bajo ningún
punto de vista. Obs. S. C.).
Los capítulos de la obra de la
profesora Stewart están provistos aparte y al final de la misma, de documentos
diplomáticos secretos que recién en los últimos años fueron puestos al estudio
de los interesados.
Por ahora podemos preguntar:
"¿Cómo Churchill pudo esperar de que tropas croatas irían a resistir a
Tito en la Croacia septentrional, teniendo presente las decisiones de Yalta?
¿Dio el premier británico entender de alguna manera al gobierno croata de que
iba a cambiar sustancialmente la política aliada en cuanto a la suerte de
Croacia, decidida en aquella localidad fatal?
Es fuera de toda duda, que la
suerte de las tropas croatas en Bleiburg fue más que trágica, pero marchaban
entonces hacia los representantes militares de Occidente con la fe en la
conciencia liberal y cristiana de los mismos. La esperada suposición de
Churchill ¿no las habria llevado al mismo trágico fin con el autoagravante que
ellas mismas hablan preparado su tragedia, sirviendo a los propósitos ajenos.
donde no hubo lugar para los derechos de Croacia?
Además. nos parece, la autora
nos debe aclarar —junto con su valioso colaborador, el prof. I. Omrčanin—
¿cómo hay que entender el "convenio" entre el Gobierno croata y los
aliados, supuestamente concluido en Ankara en 1943? El Gobierno croata cumplió
fielmente con lo "convenido" pero ¿qué es lo que los aliados
prometieron a Croacia y cómo lo observaron?
Se sabía sólo que propagaban la
idea de la "liberación" de Yugoslavia bajo el signo monárquico o el
comunista, pero nunca como la promesa, por lo menos, de la realización del
derecho de autodeterminación nacional del pueblo croata. Entre Ias dos
posibilidades, se ha optado por la que guardaba por lo menos una esperanza,
quizás, contra toda la esperanza.
Vistos todos estos elementos,
Margaret Stewart de Omrčanin sugiere para que las Naciones Unidas
favorezcan la política de separación de Croacia y Servia mediante un
plebiscito, considerado por Roosevelt como un medio general para tantos
problemas politicos, incluído también el grave caso de las relaciones
croata-servias, que amenazan con nuevo "vietnam", como lo prevén
muchos observadores internacionales.
La autora merece nuestro
agradecimiento por su valiosa obra, que es una síntesis cientifico-patriótica y
humana. Su esposo, el prof. I. Omrčanin, ha traducido en el idioma croata
el libro y lo ha editado en Munich, sin salvar, debemos decirlo, el equilibrio
entre el espíritu científico y el patriotismo, como se lo ha conservado en el
texto inglés.
Franjo Nevistić
(La Cara Oculta de la Luna -
Apuntes de las prisiones de Tito). Edición Biblioteca de la Revista Croata,
Munich - Barcelona, 1977, pp. 375.
En el último número de esta
revista se hizo breve mención del libro que reseñamos y se reprodujeron
extractos dal alegato del valiente abogado del autor Dr. Ivo Glowatzky, en el
cual sostuvo que el acusado "se había dedicado a Ia búsqueda de la verdad".
En este comentario haremos una reseña más detallada de este tremendo y estremecedor testimonio de un hombre que por buscar la verdad, la justicia y la libertad de su nación croata pasó cinco años en los presidios de Tito, poniendo al desnudo en su libro el "reverso de la trama", la trastienda de la pantalla propagandística, "la cara oculta de la luna" del régimen imperante en Yugoslavia.
A guisa de parangón nos recuerda
las descripciones de Alexander Solyenicin en su Gulag y en Un día de
la vida de Iván Denisovich, evocando al mismo tiempos ciertos pasajes de
Arthur Köstler en su libro La oscuridad a mediodía.
¿Quién es el autor de este libro
revelador, testimonial y espeluznante que comentamos? Llámase Mirko
Vidović, nacido en 1940 en Croacia, diplomado en filosofía y letras,
escritor, casado con una encantadora mujer francesa, padre de cinco hijos de
corta edad, radicado en Lyon donde obtuvo la ciudadanía francesa. Emigró de su
país politicamente sometido y económicamente explotado en busca de pan y de libertad.
Escribe poesías y cuentos y se gana la vida coma profesor en Lyon.
En 1971 su madre se halla
gravemente enferma. Vidović vuelve para verla. Lo detienen y lo procesan
en Zadar, condenándolo a cuatro años de cárcel, imputándole el cargo de haber abogado
en sus escritos y poesías por la creación de una "República independiente
de Croacia".
El contenido del extenso volumen
del epígrafe es la crónica de cinco años, transcurridos en el presidio
comunista yugoslavo que sirve como escenario, como punto de convergencia y
repercusión vital de los principales acontecimientos políticos,
socio-económicos, culturales y religiosos, ocurridos en Coracia y en toda
Yugoslavia durante los últimos decenios.
Aquel era el momento del
despertar nacional en Croacia, cuando incluso los comunistas croatas se
opusieron a la hegemonía y la explotación económica servia, el período
denominado "la primavera croata" que Tito, bajo la presión de los
generales y jefes policiales servios, en concordancia con Moscú, interrumpió
brutalmente mediante las fuerzas armarlas, destituyendo a los principales
dirigentes en Croacia y montando miles de procesos, a consecuencia de los
cuales se llenaron las cárceles con los hijos más combativos de Croacia.
M. Vidović, joven idealista
como tantos otros, consciente de haber sido condenado para escarnio y ejemplo
de los demás, asume a su vez una actitud que debe servir de ejemplo a los demás
por su valor, comportamiento, inflexibilidad, integridad moral y solidaridad humana.
Lo justifica así:
"Después de haber dado un
paso arriesgado (vuelta a la patrria) y hallándome ya sometido a duras pruebas
y puesto que mi suerte trascendió el carácter de un caso personal, fui
condenado para ejemplo de los demás. Entonces comprendí que tenía que imprimir
un sentido no sólo a mis padecimientos y ser hasta el final ejemplo a los
demás, sino que debía desmenuzar el mecanismo complejo de una práctica inhumana
de la tiranía opresora que actúa al margen de sus propias leyes, para poder dar
un sentido a los sufrimientos horribles de innúmeros presos que encontré y
conocí y de tantos otros de cuya suerte me enteré. Por lo tanto mi propio
principio de testigo de la verdad lo apliqué a todos los reclusos en el
contexto de una estructura seudojurídica en un país ilegítimo, policial, en el
cual un puñado de criminales, en su afán febril de mantenerse en el poder,
recurre a la violencia y la opresión como único medio", (pp. 8-9).
Compenetrado con esos principios
rectores y siguiendo sus objetivos trazados, se enfrenta con el sistema
penitenciario del comunimo titoista que, igual que el soviético, recurre a
todos los métodos y medios para quebrantar, anonadar, despersonalizar a sus
víctimas, obligándolas a las autoconfesiones más inverosímiles, a reconocer
culpas y hechos inexistentes, a autoacusarse por delitos o intenciones
criminales que nunca habían soñado antes. Esos métodos de lavado de cerebro y
de conciencia hace tiempo que los describió Arthur Köstler y A. Solyenicin los
analizó en su nueva versión, más refinados y perfeccionados. Vidović en
las páginas de su voluminoso testimonio ocular certifica y comprueba que no
existen mayores diferencias entre los gulags soviéticos y los presidios de Tito
como Nova Gradiska y Srijemska Mitrovica.
Al fallar las primeras
tentativas de los verdugos especialistas de "despersonalizar" a
nuestro autor mediante suplicios y torturas psico-fisicos, hambre, celdas
solitarias, agentes provocadores, la promiscuidad con los peores criminales
comunes, los psicópatas y los locos, alternando la amenaza de separarlo para
siempre de su familia con las promesas de pronta liberación si se "aviene
a colaborar" o eleva un pedido de indulto reconociéndose culpable, en
marzo de 1973 el Tribunal de Distrito de Zagreb lo juzga nuevamente y condena
"en nombre del pueblo" a la pena de una reclusión rigurosa por el
término de 6 años y seis meses", computándole el tiempo ya pasado en la
cárcel.
No lo asesinaron ni remataron
porque tanto el gobierno francés, sobre todo a instancias del primado de Galia
y arzobispo de Lyon, el cardenal Renard, como Amnesty International y la Liga
para la Defensa de los Derechos Humanos y otras instituciones, y personalidades
no cesaron en interesarse e intervenir a su favor, reiterando periódicamente sus
gestiones ante las autoridades comunistas yugoslavas en el más alto nivel para
conseguir su liberación.
Tantos otros que no contaron con
el apoyo internačional dejaron sus huesos en esos verdaderos campos de
exterminio como lo atestigua M. Vidović.
Durante el primer proceso
incoado en Zadar el fiscal le planteó el delicado problema de una posible
alternativa para la Yugoslavia actual. Vidović le contestó que por el
momento son indispensables cambios radicales, pues es innegable que cada pueblo
aspira a ser dueño soberano de su destino, no hay soberanía limitada o parcial.
La libertad es el bien supremo para cada individuo y pueblo y no puede ser
negado única y exclusivamente al pueblo croata.
Después del fallo judical fue
recluido en la penitenciaría de Stara Gradiška y después de dos años en el
penal "modelo" y modernizado de Srijemska Mitrovica, con la expiación
interminable por delitos que no cometió.
En Nueva Gradiška encontró a
muchos presos políticos pues Yugoslavia hoy en dia junto con la Unión Soviética
y Cuba en el hemisferio occidental es el país con mayor número de encarcelados
por motivos netamente políticos. Vidović se refiere a ellos en los
siguientes términos :
"Eran muchos, muchísimos,
tan distintos por su personalidad bien definida y tan parecidos por la firmeza
y la unidad de su soiuntad. Todos son croatas sin excepsción, condenados por
distintos hechos de caracter politico. Cabe agruparlos en tres generaciones:
los condenados por haber participado en el ejército croata en la última guerra,
luego los disidentes dentro de las filas del ejército yugoslavo o infiltrados
de afuera y, por último, los presos netamente politicos como Io era yo".
Vidović, escritor ducho y
agudo observador, en breves trazos describe la personalidad y el destino de sus
compafieros, su grandeza humana que llega hasta el heroísmo y sus debilidades.
el ideal común que los unia y les daba ammo y fortaleza para resistir y
proseguir la lucha "ya que no es digno de un hombre. siendo hijo de un
pueblo humillado, permanecer pasivo".
Es digna de admiración su
fortaleza espiritual que pudo aguantar tantas torturas, extorsiones y chantajes
a lo largo de cinco años, basta mencionar que su mujer viajó cincuena veces de
Lyon -4.000 kms.— para poder verlo y hablar con él la mayoría de las veces sólo
20 ó 30 minutos.
La Cara Oculta de la Luna es un valioso documento de la realidad croata de
nuestros días y una prueba irrefutable que el espíritu a la larga vence a la
fuerza y la opresión. Por ello resultan significativas las palabras con las que
lo despidió al salir a la libertad el embajador de Francia en Belgrado, Pierre
Sébilleau: "Puede estar orgulloso. Usted ha vencido".
Por todo lo expuesto este libro
merece ser traducido a todos los idiomas universales.
Branko Kadić
Santiago de Chile, 1977, pág.
126.
Ha aparecido el décimo volumen de "Aisthesis", Revista chilena de Investigaciones Estéticas, del Instituto de Estética de la Pontificia Universidad Católica de Chile.
Esta revista, única en su género
en Sudamérica, fue fundada por el Dr. Raimundo Kupareo O. P. (dominico croata
quien se radicó en Chile después de la última guerra. Obs. de la Redacc. de S.C.),
fundador también del Instituto recién mencionado. La labor académica del Dr.
Kupareo es de vastas proyecciones en el campo de la cultura y educación
contemporáneas. Hemos entregado en STUDIA CROATICA (N" 58-59/75) una
síntesis de un sistema de estética, realizada por el Dr. Radoslav Ivelić
K., director de "Aisthesis" desde 1971.
El Instituto de estética atiende
semestralmente a más de dos mil alumnos de todas las unidades académicas de la
Pontificia Universidad Católica de Chile, demostrando ser un potencial de
irradiación de un campo de cultura humana que, por desgracia, nuestros tiempos
han descuidado con graves consecuencias: la ética y la estética tienen muchos
puntos de contactos, manifestando, ambos, la espiritualidad humana. Este hecho
queda claramente verificado en los distintos artículos de "Aisthesis"
N" 10, dedicado al estudio de la razón de ser de lo bello, tanto natural
como artistico, en la vida del hombre. y, consecuentemente, a la importancia de
la estética.
Los estudios del volumen que
estamos comentando incluyen "La Muerte del Arte", del Dr. R. Kupareo;
"Belleza y Experiencia", de Osvaldo Lira; "El Hombre y los
Valores Estéticos", de Alfonso Kastner; "Ser y Razón de la Estética
en el Mundo Actual", de R. Ivelić y F. Sepúlveda; "El Sistema de
Estética de R. Kupareo", de R. Ivelić; "Los Fenómenos Expresivos
en la Estética de F. Schwartzman"; "Bibliografía sobre Isla de
Pascua", de Camila Laureani.
En la sección
"Experiencias" se realiza una entrevista a los Profs. Dora Aguila y
Luis Vaisman. El ejemplar se cierra con una muy interesante y útil bibliografia
sobre los diez números de "Aisthesis", que ofrece colaboraciones de
los más renombrados especialistas contemporáneos en la disciplina estética,
tales como Thomas Munro, Herbert Read, José Camón Aznar, Etienne Souriau,
Maurice Nedoncelle, P. A. Michelis y Oscar Niemeyer.
Luis Cecereu
Se trata del libro titulado
"Venancio" que fue presentado el dia 10/7/78 en la SADE - Sociedad
Argentina de Escritores. Las palabras de presentación fueron a cargo de la
poetisa argentina Teresa Carmen Freda. Después de destacar el origen croata de
la escritora y Ias dificultades que afrontó en su patria de origen a causa de la
última guerra y luego en el camino de exiliada, la señora Freda dijo también:
Porque un libro como
"Venancio" puede semejarse al espejo de un lago, quebrada su calma
por la caída de una estrella. Se marcan rumbos concéntricos, en ellos se
amplían las orillas, se quiebra el espejo, cada trozo marca un rostro nuevo,
que tiene por centro el pensamiento...". Esta cuentista nos ofrece en
estos cuentos una prueba evidente de que en la vida no ha aceptado ser
simplemente espectadora, sino protagonista del tiempo en que vive... En estos
cuentos Ana pone magia y realidad en un recuerdo subyacente que los transforma
en realidad viviente", invocando la oradora los conceptos de Marcel Brión:
"La verdad que resulta de la fabulación apenas se distingue de la realidad
objetiva. La cosa creada se convierte en verdadera a partir del momento en que
aparece la trama de función...".
Por razones de espacio no
podemos reproducir el texto íntegro de la señora Freda, como tampoco Ias
palabras de agradecimiento de la autora A. Blažeković. Ella agradeció a
Dios por el don que le dio para poder "comunicarse con mis
semejantes". Con emotivas palabras se acordó de su madre patria Croacia,
como también de la Argentina, expresando la esperanza de que sus esfuerzos de
sobrevivir en sus cuentos igual como los padres sobreviven en sus hijos,
anunciando también un nuevo libro que ya "se está gestando".
El acto fue presenciado por un
numeroso público, prevalentemente argentino, en el elegante salón de la SADE.
Agradecemos a la señora Ana por su imperturbable testimonio por nuestra patria
Croacia sojuzgada. Su ejemplo debería servir de paradigma para tantos quienes
tienen éxitos, pero tímidamente esconden su origen croata.
Pero Tutavac, traductor de esta
obra maestra de la literatura argentina ha preparado la segunda edición de su
trabajo. El día 17 de noviembre ppdo., se realizó el acto de presentación, en
el Hogar Croata, Buenos Aires. En la oportunidad usaron de la palabra el prof.
A. Gazzari como conductor del acto, mientras la profesora María Carmen Lauria
destacó el valor permanente de Martin Fierro, dando un elogio especial al
traductor croata P. Tutavac. Por fin el traductor agradeció a los mencionados y
a la concurrencia que fue para la naturaleza de estos actos más que numerosa.
* Ver
STUDIA CROATICA, Nos. 66-67/77, pp. 99-103 y Nos. 62-63/76, pp. 99-105, donde
hemos tomado posición al respecto.
[2] Vaso Bogdanov:
"Bistrenje političke muteži" (Aclaración de las aguas politicas
turbias), Pečat, N" 4/1939, pp. 257 y 258
[3] El general Mario
Roatta: Otto milioni di baionete, Milán 1946, p. 162.
[4] F. W. von Metenthin:
Panzer Battles (Las batallas de los panzer), Norman, Oklahoma 1956, p. 31
[5] The German Campains in the Balkans. p. 64, citado
según Jozo Tomasevich: The Chetniks, Stanford University Pies, 1956, p. 74.
[6] Svetozar Pribićević: La Dictature de Roi
Alexandre, edición Pierre Bossuet, París, 1933, pp. 8 y 9.
[7] Pribićević,
op. cit. p. 153.
[8] Šišić: Dokumenti, p. 233.
[9] Citado según Zvonimir
Kulundžić: Ubijstvo Stjepana Radića (El asesinato de S. Radić),
Stvarnost, Zagreb, 1967, p. 63.
[10] Pribićević,
op. cit., pp. 22 y 23.
[11] Idem, p. 74.
[12] Idem, p.244.
[13] Drago Zec u Glas
Kanadskih Srba del 10/6/1976.
[14] Pribićević,
op. cit., p. 23.
[15] Idem, p. 36.
[16] Idem, p. 190.
[17] Dr. Ivan Ribar:
"Iz moje političke suradnje" (Mi cooperación política), pp. 187
y 188, citado según Ivan Mužić: Hrvatska politika i jugoslavenska ideja,
Split 1969, p. 153.
[18] Ante Mandić (miembro
del Comité Yugoslavo): "Fragmenti za historiju ujedinjenja", Jugos.
Akademija, Zagreb, 1956, pp. 107 y 109, documentos Nro. 10 y 12, citado según
Kujundzić, op. cit., pp. 21 y 25.
[19] Kulundžić, op. cit., p. 465.
[20] Tomaševich, op. cit., p. 158.
[21] Pribićević,
op. cit., pp. 25 y 26.
[22] Idem, pp. 28 y 29.
[23] Idem, p. 14.
[24] Idem, p. 25.
[25] Mužić, op. cit.,
p. 154.
[26] Pribićević,
op. cit., pp. 125 y 134.
[27] Gert Fricker: Kroatien 1941-1944, Verlag Rombach,
Freiburg, 1972, p. 11. Respecto a la división en banovina el Dr.
Bićanić en su libro La base económica de la cuestión croata
calculó que trazando con otro método —igualmente falseado los límites de las
banovinas, llegaríamos a cinco con la mayoría croata, 3 con la mayoría servia
(de ellas una macedonia) y una con la mayoría eslovena.
[28] Pribićević,
op. cit., p. 252.
[29] Con motivo del
asesinato de Šufflay protestaron públicamente en 1931 Albert Einstein y
Heinrich Mann, mientras que André Gidé publicó una extensa información
documental acerca del estado catastrófico en las cárceles yugoslava.
[30] Obzor, 2/8/1928, citado
según Muzić, op. cit., p. 176.
[31] Pribićević,
op. cit., p. 12.
[32] Pribićević
op. cit, p. 145.
[33] Fricke, op. cit., p. 12.
[34] Carl Gustav Strohm: Ohne Tito-kann Jugoslawien
überieben? (Sin Tito. podrá Yugoslavia sobrevivir?, Verlag Styria, Graz, Viena,
Colonia, 1976. p. 171.
[35] La Misión Militar
Italiana en Croacia, 16/7/1942.
[36] Véase Tomaševich, op.
cit., p+. 170 y el mapa N° 3.
[37] Matteo Milazzo: The chetnik Movement & the Yugoslav
Resistance, John Hopkins University Press, Baltimore 1975, p. 92.
[38] Tomaševich, op. cit., p. 171.
[39] Documentos sobre la
traición de Draža Mihailović, Ni 4.
[40] Djuro
Stanisavljević: Pojava i razvoj četničkog pokreta u Hrvatskoj
(La aparición y el desarrollo del movimiento chetnik en Croacia, Belgrado 1962,
pp. 96 y 97.
[41] Tomaševich, op. cit., p. 261.
[42] Miodrag
Djordjević: "Entre el fascismo negro y rojo", Unión
Osjobodjenje, Londres, 1962, pp. 23, 24 y 25.
[43] Pribićević,
op. cit., p. 8.
[44] Idem, p. 12.
[45] Idem, p. 144.
* Actualmente este número
se ha diplicado. Hay 1.480.000 musulmanes.
[46] Idem, pp. 29 y 30.
[47] Palabras de Svetozar
Miletić, según Pribićević, op. cit., p. 193.
[48] Meštrović:
Uspomene (Memorias), pp. 69 y 70. El musulmán "concientizado" fue después
ministro Halidbeg Hrasnica, persona de confianza especial del rey Alejandro.
[49] Idem, pp. 71 y 74.
[50] Idem, pp. 72, 75.
[51] Obzor, 16/8/1928.
[52] Dr. Laza Kostić:
Izvori hrvatske megalomanije (Las fuentes de la megalomanía croata), p. 97.
[53] Stevan Trifunac, Sloboda, Chicago, 30/4/1971.
[54] Comando del VI Cuerpo
italiano, Ni 1497, del 29/6/1941.
[55] Milazzo, op. cit., p.
85.
[56] Dr. Živko
Topalović, Pokreti narodnog otpora u Jugoslaviji (Movimientos de
resistencia popular en Yugoslavia) pp. 52 y 53, citado según Tomaševich. op.
cit.
[57] Milazzo, oh. cit., p. 112.
[58] Idem, p. 185.
[59] Topalović, op.
cit., p. 52, citado según Tomaševich.
[60] Tomaševich, op. cit.,
pp. 256 y 257.
[61] Topalović, op.
cit., p. 103, citado según Charles Zalar Yugoslav Comunism, a Critical Study, pp.
83 y 85.
[62] NIN, Belgrado,
20/6/1971. Lo mencionó y comentó también Adam Roberts en Nations in Arms,
Chatto & Window, Londres, 1976, pp. 199 y 200.
[63] Hrvatski Tjednik (El
semanario croata), N" 24, p. 6.
[64] Pribićević,
op. cit., p. 46.
[65] Franček Saje: Belogardizem, Ljubljana 1951, p.
27.
[66] Para detalles véase
Revista Croata, septiembre 1972, pp. 339-357.
[67] Glas Kanadskih Srba, en
el artículo de fondo del 24/3/1977 ataca al Dr. Maček como megalómano.
[68] Cfr. Američki
Hrvatski Glas del 16/3/1949.
[69] Citado según Zafar, op.
cit., p. 84.
[70] Pribićević,
op. cit., p. 203.
[71] Véase p. ej. el
artículo "Recuerdos del cuerpo de infantería en la guerra de abril de
1941", Njegoš, vocero de la sociedad servia histórico-cultural, junio
1977.
[72] Johann Christoph Allmayr-Beck, "Das Ende der Habsburgermonarchie vor 50 Jahren", en: Der Donauraum, año 1968, N° 4, pp. 205-219.
[73] Stephen Gazi, "A History of Croatia", Philosophical Library, Inc., New York 1973, p. 178.
[74] Ernest Bauer, "Zwischen Halbmond und Doppleadler - 40 Jahre österreichische Verwaltung in Bosnien-Herzegowina", Wien-Munchen 1971 (Verlag Herold), p. 44.
[75] Dr. fray Oton Knezovic, "Poviest Hrvata", tomo
1, Madrid 1961, p. 381.
[76] E. Bauer, o. c., p. 45; O. Knezovic, o. c. p. 380.
[77] O. Knezovic, o. c. p. 384.
[78] Idem, p. 385.
[79] Paul Fauchille, "Traité de Droit International Public", tomo II, París 1921, p. 1041.
[80] René Albrecht-Carrié, "A Diplomatic History of Europe - Since the Congress of Vienna", University Paperbacks, Mathuen: London 1965, p. 172.
[81] P. Fauchille, o. c. tomo I, p. 93.
[82] Idem, p. 95.
[83] René Albrecht-Carrié, o. c. p. 177.
[84] Peter F. Sugar, "Industrialization of Bosnia-Herzegovina 1878-1918", University of Washington Press, Seattle, 1963, p. 23.
[85] L. v. Südland, "Die Sudslawische Frage und der Weltkrieg", Zagreb 1944, p. 508.
[86] Rudolf Kiszling, "Die Kroaten - Der Schicksalsweg eines Südslawenvolkes", Graz-Löln, 1956, p. 70.
[87] P. F. Sugar, o. c. p. 26 (Archives des Affaires Etrangères, París, Corresp. Commec. des Consuls, Vol. III., Oct. 2, 1878).
[88] Dr. Rudolf Horvat, "Hrvatska politika od 1860 do 1895", en: Obzor Spomenknjiga 1860-1935, Zagreb, 1936, p. 13.
[89] Hrvatska Misao No 41 (diciembre 1968), Buenos Aires, p.
5-11. Más abundante en: "Studia Croatica", Edición Especial del año
1963, pp. 153-223 artículo del prof. Dominik Mandić bajo el título:
"Bosnia y Herzegovina provincias croatas".
[90] "Parlar in croata... et ció usassi parimente a Constantinopoli... in croata lingua parlavano, la quale è familiare à tutti quasi i Turchi, e specialmente a gli uomini di guerra." A. Pigafetta, Itinerario, Londres 1585, en: Starine Jug,. Akad. T. X, 1878.
[91] "From the Croats"' - H. Lamb, "Suleiman the Magnificent", Garden City, N. Y. 1957, p. 53.