STUDIA CROATICA

 

STUDIA CROATICA

Año XXVI – Octubre – Diciembre 1985 - Vol. 99

 

 

El Himno Nacional Croata. 2

La controversia político-nacional entre los inmigrantes croatas de Magallanes (1896-1918) 5

Pero Tutavac Bilić - In memoriam.. 23

Crónicas - glosas - comentarios. 23

Solemne conclusión del Año Internacional de la Juventud en Croacia. 23

Reflexiones del presidente Ronald Reagan en torno al pueblo croata. 25

La lengua propia — uno de los derechos humanos fundamentales. 25

A. G. Matoš y Francia. 27

Branko Kadić: Exposición de Zdravko Dučmelić - Oleos y esculturas. 28

Croatas en el mundo. 30

Argentina: dos generaciones de la misma estirpe. 30

Aurelio (Zlatko) Tanodi: empeño sin pausa. 30

Juan (Ivo) Rojnica: realizaciones y esfuerzos validos para varias vidas. 33

Festival folklórico "Nuestras Raíces" 35

Canadá: Fundación de Estudios Croata-Canadienses. 35

Estados Unidos de Norteamérica: Los inmigrantes croatas en Estados Unidos en defensa de su idioma  36

Suecia: Maniobras "balcánicas" de Belgrado. 37

En defensa de los derechos humanos. 37

La Navidad en Croacia es día laborable. 38

Presos politicos en hospitales psiquiátricos. 38

Documentos. 39

Carta Encíclica "Slavorum Apostoli" del Sumo Pontífice Juan Pablo II 39

Corrigiendo errores. 46

Arnold J. Toynbee — La Europa de Hitler 46

Ecos de la prensa mundial 49

Yugoslavia no logra detener el resurgimiento islámico. 49

El barril de pólvora con la mecha encendida. 51

Futuro de Yugoslavia. 52

El Año Europeo de la Música. 54

Exposición retrospectiva de Lily Garafulić. 54

Juan Karzulović nuevo decano en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile  55

Raíz e historia de las palabras. 55

Reseña de libros. 56

Vjekoslav Vrančić: "Branili smo državu - Uspomene, Osvrti, Doživljaji" 56

Journal of Croatian Studies. 60

Malkica Dugeč: "Zemlja moja - nebo moje" 62

Información bibliográfica. 63

En el XXV Aniversario de la revista Studia Croatica. 63

 

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El Himno Nacional Croata

Con motivo del centésimo quincuagésimo aniversario de la publicación del poema "Horvatska Domovina" (Patria Croata) de Antonio Mihanović

Vinko Nikolić, Barcelona, España

En cierta oportunidad un periódico francés llevó a cabo una encuesta en torno a esta pregunta: ¿Cuál es el verso más bello de la poesía francesa? Y fue la Marsellesa, el himno francés, el que obtuvo el mayor número de votos.

De realizarse una encuesta similar entre los croatas seguramente nadie dudaría en señalar como verso más hermoso de nuestra poesía al primer verso del himno nacional croata, "Hermosa Patria Nuestra", ya que éste reúne tanta belleza en su simplicidad y tan profundo contenido que conmueve a todo corazón croata.

Es un tanto curiosa la suerte del himno nacional croata. Fue escrito hace ya mucho tiempo, allá por el año 1835, pero en ese entonces nadie —y menos aún su autor, el poeta Antun Mihanović— imaginaba que ese poema, titulado "Horvatska Domovina" (Patria Croata), pudiera algún día convertirse en la pieza poética croata más sagrada, en el himno nacional. Su propio autor parece no haber tenido verdadera conciencia de la belleza y valor de su obra, y menos aún de su significado, circunstancia por la cual la firmó tan sólo con sus iniciales. Por aquel entonces, cuando apareció esta poesía estaban muy en boga las canciones patrióticas y marciales, gozando de gran popularidad, entre otras, la conocida creación de Ljudevit Gaj "¡Aún Croacia está de pie!" No obstante esto, la escrita por Mihanović mereció el máximo honor a que un poema puede aspirar en una nación, el de convertirse en su himno nacional.

Esta poesía posee en sí un poder maravilloso, como si hubiese surgido de su propia tierra y no de la pluma de un mortal. A través de ella nos dirigen su palabra nuestros ancestros, todo nuestro pasado, nuestros héroes y mártires, como si hubieran insuflado en sus versos toda la belleza de nuestro terruño, toda nuestra admiración y amor que profesamos hacia esta muy hermosa tierra.

Varios poetas croatas compusieron poesías con la finalidad de crear un himno nacional como por ejemplo Petar Preradović con sus obras "Nuestra Tierra" y "Viva Dios" y Hugo Badalić con su "Himno Croata". Esas poesías son vigorosas desde el punto de vista poético y patriótico, muy logradas y bellas, llenas de contenido, idiomáticamente pulcras, rítmicamente mesuradas, y cuentan además con hermosos arreglos musicales, ,pero en el camino recóndito del destino la poesía de Mihanović se impuso y venció a mejores poetas y compositores pues "ninguna de ellas supo expresar tan espontánea e impremeditadamente todo aquello que más tarde sería de crucial importancia para un siglo entero de la vida nacional croata"[1], ninguna de ellas logró condensar con tanta sencillez poética, musical y de contenido tanta abundancia de sentimientos, admiración, respeto y amor para con nuestra tierra y su gente. Ninguna de ellas pudo despertar tantos cálidos y vibrantes sentimientos que constituyen preciosas pruebas de que los croatas aman a su pueblo hasta el último latido de su corazón.

El autor del Himno Nacional Croata

Antun Mihanović Petropoljski nació en Zagreb el 10 de junio de 1796. Allí frecuentó la escuela primaria como así también la secundaria. Luego cursó filosofía pero deseaba, sin embargo, seguir la carrera militar. Final-mente en 1811, se fue a Viena para estudiar Derecho. En dicha ciudad pronto se incorporó al movimiento patriótico croata, cooperando en sus actividades. En 1815 Mihanović regresa a Zagreb donde en 1817 concluye sus estudios de Derecho. Luego se dirige a Padua donde vive un tiempo y después a Venecia, dedicándose en ambas ciudades a trabajos literarios.

En Padua descubre el manuscrito del canto épico "Osman" del poeta croata del siglo XVII oriundo de Dubrovnik, Ivan Gundulić. Desde Padua dirige una carta abierta redactada en latín y croata a los "amigos de la ciencia y del idioma nacional" invitándolos a suscribirse a la publicación del "Osman". Ese año ingresa también como auditor en las fuerzas armadas sin por ello abandonar su trabajo literario. Se dedica en especial a la filología comparada escribiendo, entre otros, un tratado en alemán sobre las semejanzas entre el sánscrito y las lenguas eslavas.

En 1826 Mihanović abandona el ejército entreteniéndose un tiempo en Budapest y Rijeka. En esta última ciudad se inicia en la carrera administrativa siendo nombrado secretario de gobierno (1826-1837); en 1827 es elegido representante de Rijeka ante la Dieta húngaro-croata de Požun. En Rijeka Mihanović se une al círculo de patriotas croatas "ilirios" desarrollando una intensa actividad literaria. De toda su obra en este campo sólo la poesía "Horvatska Domovina (Patria Croata) le aseguró la inmortalidad en su pueblo. Esta poesía fue publicada en el periódico "Danica", Nro. 10, del 14 de marzo de 1835. Es importante destacar que este poema de Mihanović fue la primera colaboración publicada en dicho periódico con la nueva ortografía croata (štokavica) elaborada por el propio Ljudevit Gaj, fundador del citado periódico. De esta forma, este poema se convirtió no sólo en simbolo de la unidad político-espiritual sino también de la unidad idiomático-cultural de los croatas de todas las provincias.

En 1836 fue nombrado cónsul en Salónica y luego en Trapesunto, Esmirna, Estambul y al parecer también en Odesa. Cuando en 1843 estuvo en el Monte Santo de Athos (Calcídica), descubrió el Evangelio Zoográfico, una escritura paleoeslava dei siglo décimo. En los lugares donde estuvo, Mihanović se dedicó a recolectar viejas escrituras encontrándose gran cantidad de sus hallazgos en la Academia de Zagreb. En 1853 Mihanović se retira enfermo a la región de Zagorje pero ya al año siguiente desempeña funciones diplomáticas en Bucarest. En 1858 se jubila como consejero ministerial para fijar su residencia en Novi Dvori, en Zagorje, cerca del pueblo de Klanjec, donde muere el 14 de noviembre de 1861.

La poesía de Mihanović ocupa un lugar de preeminencia

El poema de Mihanović se hizo popular cuando Josip Runjanin compuso la música para su ejecución vocal. Cabe destacar que Runjanin no fue un músico profesional. Nació en la ciudad de Vinkovci en 1821 y siguió la carrera militar prestando servicios como oficial del ejército en diversos destinos, llegando al grado de coronel. Es notable que la música del futuro himno croata la compusiera a temprana edad, en 1840, siendo aún cadete en Glina y no imaginando ni remotamente el destino trascendental de su inspiración juvenil[2].

Los conjuntos corales croatas ejecutaban en sus conciertos la música de Runjanin sobre las palabras de Mihanović a la par de otras canciones en boga. Lijepa naša Domovina fue ejecutada por primera vez en Glina, luego en Petrinja y después en otras localidades croatas. De esta manera fue ampliándose el círculo de sus conocedores y admiradores. Cada vez con mayor frecuencia la cantaban en oportunidad de festividades e incluso la escuchaba el público quitándose el sombrero y con especial unción destacando con ello la particularidad y trascendencia de esta canción.

El poema de Mihanović fue convirtiéndose así por consenso popular en nuestra canción sagrada. Tanto agradó al alma del pueblo croata la letra de esa poesía como así también su cálida y majestuosa melodía que fue Ilevada desde Glina a todos los rincones de Croacia.

Hermoso fue el destino de la canción Mihanović-Runjanin. Querida y sagrada, flameaba como nuestra insignia tricolor sobre nuestra Patria. El pueblo la había acogido ya como su canción mientras que los expertos aún seguían buscando un himno patrio encomendando a poetas y compositores su letra y música con lo cual de hecho descartaban la poesía de Mihanović.

Pero su destino —ya intuido— flotaba sobre Croacia como un blanco rayo luminoso que constantemente cobraba mayor intensidad. Esta canción se mantuvo siempre vigorosa por su firmeza interior. No se dejó desplazar pues era el anismo pueblo quien sentia que era la canción buscada. Ella reunía en una indestructible armonía de amor a todo el pueblo, desde los confines de Croacia, desde nuestros ríos hasta nuestro hermoso mar. Cual un arco embelesado, labrada con lágrimas y sangre, bañada en áureos rayos, de nuestras esperanzas y de nuestra fe, brillaba ella coma un arca iris radiante bajo el cielo croata. Ella, cual un signo oculto de revelación, por sí sola y en contra de todos los expertos en la materia, fue ocupando el sitial de la canción sagrada del país croata. Recién hace 94 años fue elevada oficialmente a la categoría de himno nacional croata reconociéndosele con ello el honor que hasta ese entonces ya detentaba. Ello aconteció el día de la Natividad de la Virgen María, 8 de setiembre de 1891.

La canción Mihanović-Runjanin es declarada himno nacional

En ocasión de la exposición pecuaria y forestal de 1891, realizada en la ciudad de Zagreb, la Federación Coral Croata llevó a cabo en los jardines de la "Feria de Zagreb" su concierto matinal. Participaron de dicho evento alrededor de sesenta sociedades corales con unos 700 cantantes. En el programa se hallaban varias composiciones y como principal figuraba la canción de Zajc-Badalić, "Himno Croata". La letra de Badalić fue preparada, al igual que la música de Zajc, con la finalidad de que fuese aceptada como himno nacional. El público presente —cerca de unas 600 personas— la aclamó con beneplácito pero no halló en ella lo que el alma del pueblo croata esperaba de su himno. Por tal motivo los organizadores fueron agregando otras canciones como por ejemplo la conocida "Despuntó la aurora". Entre estas el coro ejecutó también la canción de Mihanović-Runjanin. Fue entonces cuando el público se incorporó y la acogió espontáneamente. Fue ésta la voz del pueblo croata, la voz de sus aldeas y ciudades, la cual a través de este público la proclamó unánimemente como himno nacional croata. Fue ella la expresión más cabal del espíritu nacional croata que ama con admiración a su bella Patria, en ella el pensamiento de la Patria se vuelve sagrado fiemo una oración que ya de antes el pueblo cantaba con piadosa unción. El pueblo sintió en los versos de Mihanović la presencia de ese estrecho vinculo que une a la tierra y al hombre. Esta, sin el hombre, es un desierto, y aquel sin ella, es un vagabundo.

Resulta significativo el hecho de que a propuesta de los croatas de Dalmacia, fuera aceptado y oficialmente confirmado este fallo del pueblo. Fue otra prueba del vivo y sincero sentimiento patriótico de la gente de esa entrañable provincia marítima. Fue una confirmación más de que la Croacia dálmata se halla ligada por el destino a su querida y única tierra, que el soberbio monte Velebit no separa sino liga, junta, unifica, en amor y sacrificio, a la Patria común y única de los croatas.

Belleza y trascendencia del Himno Nacional Croata

Mihanović escribió esta poesía volcando en ella su admiración por la hermosura de su tierra natal, su respeto para con sus mártires, su expresión de júbilo por su gloria, su pasado y sus próceres; la concibió como oración por su dicha y su futuro. El comprendió qué significa para esta Patria el compesino y su terruño entretejiendolos bellamente, ligándolos y uniéndolos. Debe haber sido un instante divino aquel en el que Mihanović realizó su obra por cuanto sus dos estrofas, la primera y la última, constituyen dos piezas clásicas de la literatura croata. Estas dos estrofas sobresalen nítidamente del marco un tanto rutinario de las demás. Mientras éstas ocupan un nivel muy bajo en la poesía del renacimiento nacional croata, las dos citadas son ejemplares; en ellas se halla todo reunido y condensado en apretada síntesis. Ellas aparecen como revelación, como bella inspiración poética, impregnadas de sangre, adornadas de bellezas. De ellas irradia un sentimiento patriótico embriagador, de suerte que escuchándolas nadie puede sustraerse a una bonda emoción. Ellas conmueven nuestros sentimientos más hermosos y recónditos. No es pues por azar que se canten estas dos estrofas como Himno Nacional Croata, ricas de denso contenido y fruto artístico del vigor creativo más depurado de su autor quien, sin ser un verdadero poeta, expresó en un rapto de inspiración y entusiasmo patrióticos, en solamente dieciséis versos, todo lo esencial de nuestra Patria. Con el correr del tiempo y la evolución política e idiomática algunas palabras de estos versos fueron modificadas, algunas agregadas —como ocurre en los casos de la poesía popular—conservándose siempre intactos la expresión artística y el sentido original del poema de Mihanović.

En los primeros ocho versos, el poeta, embelesado por la hermosura de su Patria, rinde homenaje a la tierra heroica y expresa el orgullo por la gloria de sus ancestros; en los versos de la segunda estrofa se dirige a nuestros ríos que con sus cauces turbios, pesados, densos y frecuentemente ensangrentados marcan desde siglos los confines de Croacia. Ellos fluyen hacia tierras lejanas en su interminable curso y es por ello que el autor les pide que por donde pasen o confluyan atestigüen, al igual que nuestro mar azul, el amor del hombre croata por su Patria, amor inagotable que perdurará para siempre

"Mientras el sol irradie sus surcos,

Y los robles mezca el viento,

Mientras a sus muertos guarden las tumbas

Mientras el corazón le palpite!"

Ese amor por su tierra, el orgullo por su pasado, esa indestructible fidelidad —expresados tan sencilla y espontáneamente en los versos y en la música— fue lo que hizo que en el curso de los años el canto de Mihanović-Runjanin traspasara los límites de un himno formal y se convirtiera en una auténtica fuente de fe y esperanza de todo un pueblo en lucha por su libertad. Sin recalcar un programa nacional los versos de Mihanović se han compenetrado perfectamente con el ambiente, la vida y el estado de ánimo del pueblo croata a partir de las primeras décadas del siglo pasado. Habiendo sido despedazado su territorio nacional, diezmada su población en las guerras seculares, amenazada su existencia, el pueblo croata en "los restos de los restos. del una vez glorioso reino" se aferraba a sí mismo, a las raíces ocultas que brotarían algún día con fuerzas renovadoras. El arma más fuerte del pueblo croata fue y sigue siendo su amor y su arraigo a la tierra, a su pasado glorioso, a su ser nacional.

El poeta, el compositor y el pueblo encontraron un idioma común. Si el pueblo croata hubiese realizado su independencia en el siglo pasado el himno croata, a pesar de toda su belleza expresiva, no hubiese probablemente logrado jamás ese carácter de inspiración nacional casi místico. Fueron los años de largas luchas —que no han terminado aún— los que confirieron ese timbre particular a este Canto Supremo. La prohibición de su himno nacional por el régimen dictatorial de la Yugoslavia monárquica confrontada con la fuerza indoblegable del pueblo croata, condujo a su consagración definitiva. El amor y la fidelidad a su tierra y a su patria que resuenan en las estrofas de su himno se han erigido en su arma más poderosa y la más temida por sus opresores.

A pesar de que hoy el himno croata está formalmente reconocido por la Constitución de la llamada República Socialista de Croacia, los usurpadores del poder siguen temiéndole al percibir en las nobles y pacíficas estrofas y en los solemnes sones del himno nacional croata el canto revolucionario a la libertad —meta que no se menciona en los versos ni con una sola palabra pero que resuena con tremenda fuerza en el conjunto de su mensaje patriótico hallando eco en lo más hondo de los corazones croatas sin distinción de credos politicos.

Por eso —¡qué paradoja!— este canto simple casi bucólico sigue siendo temido hasta hoy por los enemigos del pueblo croata. Hace tan sólo un año, en ocasión del Congreso Eucarístico Nacional en Marija Bistrica —el último de los festejos con motivo de los 1300 años de cristianización de los croatas—una de las principales preocupaciones del gobierno fue la de tratar de conseguir que los organizadores del acto evitaran que se cantara el himno croata. Esta exigencia, expresada en muchas oportunidades anteriores, y a veces en forma amenazante, sólo logró incentivar el sentir nacional. En Marija Bistrica lo confirmaron espontáneamente medio millón de voces al cantar al unísono y con más fervor que nunca su himno nacional — el canto de fidelidad, promesa y esperanza de todo el pueblo croata.

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La controversia político-nacional entre los inmigrantes croatas de Magallanes (1896-1918)

Mateo Martinić Beroš, Punta Arenas, Chile

INTRODUCCION

La masiva presencia croata (dálmata) en la región de Magallanes (Chile) se ha singularizado históricamente por dos características: una, inicial, referida a su cuantía numérica, considerada en relación con otros aportes inmigratorios de origen europeo arribados al antiguo territorio de colonización, principalmente durante el lapso 1890-1914; y otra, sobreviniente, como es la importancia social, económica y cultural derivada de la presencia y actividad de los inmigrantes y su descendencia chilena en el desarrollo ulterior de Magallanes.

Para comprender lo aseverado, basta tener presente que los croatas han conformado aproximadamente la mitad del total de los inmigrantes europeos llegados a la región meridional chilena. Ello a su tiempo ha significado una participación de tal aporte sanguíneo en la sociedad magallánica actual, probablemente no inferior a un cuarto de la misma.

Pero se dio asimismo una característica que habría de resultar exclusiva de este contingente inmigratorio y que hasta el presente no ha sido considerada debidamente y que, por lo mismo, permanece virtualmente desconocida, aún para la propia descendencia. Se trata de la controversia que por razones político-nacionales hubo de surgir y desarrollarse en el seno de la inmigración, a partir de los años finales del siglo XIX y hasta pasada la primera mitad de los años diez, o mejor, hasta la conclusión de la Gran Guerra Europea, de la que derivaría la unión de los pueblos eslavo-meridionales en un nuevo estado, como fuera el Reino de los Servios, Croatas y Elovenos, antecesor de la actual República Federativa de Yugoslavia.

Conviene puntualizar además, que la controversia hubo de preocupar en particular a una elite entre los inmigrantes, naturalmente aquellos que poseían un mayor nivel cultural. La gran masa dispensó a los sentimientos e ideas en pugna una simpatía pasiva, lo que no obstó a que en general y hacia el fin del período en consideración, todos, quien más quien menos, acabaran por adoptar una de las dos tendencias que habrían de predominar.

LA FUNDACION DE LA SOCIEDAD AUSTRIACA DE SOCORROS MUTUOS

Al promediar la década final del siglo XIX, el contingente inmigratorio croata en Magallanes se componía de tres y medio centenares de individuos[3]. Es sabido asimismo que el caudal migratorio era incesante, con lo que aquella corriente no dejaba de incrementarse visiblemente. Ello significa que para entonces había una base grupal suficiente como para despertar el afán gregario e intentar la formación de una mancomunidad mutual, destinada a entregar una posibilidad cierta de protección a los trabajadores que conformaban la gran mayoría de los croatas.

A medidos de 1896, en el café de propiedad de Antonio Miličić, en Punta Arenas, había como era habitual en un día cualquiera un buen número de parroquianos, la mayoría dálmatas, entre ellos Natalio B. Kosović, Elías Ilić, Alejandro Radulović y Vicente Litrica. Durante el transcurso de la animada conversación que sobre distintos tópicos sostenían, Kosović planteó la necesidad de formar una fraternidad de ayuda mutua para asistir a los connacionales enfermos o necesitados. Es del caso señalar que para entonces los portugueses, españoles e italianos radicados en Magallanes habían constituido sus propias organizaciones mutuales y que, además, desde 1893 existía una entidad similar pero de carácter cosmopolita.

La iniciativa de Kosović fue acogida con entusiasmo por los participantes y habiéndose difundido rápidamente la noticia entre otros inmigrantes dálmatas, a los pocos días se hizo una reunión con el único propósito de considerar la idea, acordándose la creación de una sociedad de beneficencia, lo que en efecto tuvo ocurrencia el 4 de septiembre de 1896.

Viene al caso mencionar que ya durante la reunión preparatoria se manifestó una circunstancia que pronto habría de perturbar el consenso societario. Ocurrió que cupo dirigir el debate a Pedro Pasinović, uno de los hombres con mayor ilustración entre los inmigrantes, y al hacerlo se dirigió a los reunidos en idioma italiano, lo que motivó una interpelación de los dálmatas presentes. Ante ello Pasinović argumentó que obraba de tal manera en obsequio de los pocos asistentes que no hablaban la lengua croata.

Luego se discutió la pertenencia a la entidad y, por consiguiente, la denominación que había de llevar la misma. A pesar de la abrumadora mayoría de dálmatas entre los concurrentes y de su opinión en el sentido de que la misma llevase la denominación eslava, se impuso la austríaca, por razón de que había algunos pocos —una minoría ínfima— que no eran de origen croata, y porque todos cuantos habrían de incorporarse a la sociedad debían tener la calidad de súbditos del Rey Francisco José de Habsburgo.

En la disconformidad abierta o soterrada de muchos sobre tan importante asunto, estaría desde un comienzo el germen de futuras disensiones y discordias [4] [5].

Es comprensible la molestia de la enorme mayoría de los socios, pues aunque reconocían ser súbditos de la corona de Austria, no era menos cierto que su raza era eslava, y su lengua y cultura eran croatas, por lo que su sentimiento de nacionalidad era indesmentible y vigoroso. La circunstancia conocida para la Dalmacia natal, tierra de origen de prácticamente la totalidad de ellos, en donde el gobierno real de Viena había impuesto el idioma italiano con carácter de oficial, carecía de toda validez y vigencia en un territorio extraño y libre como lo era, para el caso, el chileno.

La resistencia consiguiente no hubo de cesar, por ésa y otras razones, según avanzó el tiempo; y quienes en su momento la encabezaron, como fue el caso de Juan Sekul y Andrés Stambuk, fueron expulsados de la institución. Ello motivó que el 9 de octubre de 1900, 36 socios se dirigieron al directorio peticionando una asamblea general para tratar el asunto, que estimaban de la mayor seriedad y trascendencia.

La agitación interna cundió entonces, formándose bandos pro y antidirectorio, lo que a su vez condujo a la renuncia del secretario Andrés Juričić y de otros directores que compartían la opinión disidente, situación que a su tiempo acarreó la del propio presidente, Mateo Pasinović. En vano fue que se procurase dar satisfacción reglamentaria a los descontentos, ofreciéndose incluso la aceptación de la lengua croata para uso en las sesiones y documentos, pues la discordia interna asumió para entonces la característica de un hecho irreversible que preanunciaba la división.

En la sociedad habrían de permanecer finalmente aquellos que podían ser tenidos por súbditos leales de Su Majestad Francisco José: una masa apreciable de inmigrantes dálmatas, gente sencilla y buena, que sin haber renegado jamás de su raza, lengua, religión y cultura, tampoco llegaría a conmoverse especialmente ante los llamados del nacionalismo exultante de la dirigencia de la otra parte considerable de la inmigración.

LA BIBLIOTECA CROATA

Entre tanto así había venido ocurriendo, el nacionalismo croata había cobrado renovado vigor en Magallanes, nutrido sin duda con el arribo masivo de nuevos inmigrantes, de manera tal que acabó por encontrar apropiada expresión por intermedio de la espontánea decisión de algunos espíritus patriotas, en el sentido de dar forma a una entidad de carácter eminentemente cultural, destinada a servir de centro de propagación de ideas y de servicio social.

De ese modo el 2 de abril de 1899 nacía la Hrvatska Čitaonica (Biblioteca o Salón Croata de Lectura), que habría de ser la primera institución en su género nacida en el seno de la inmigración croata en la América ibérica y a la que el historiador Lucas Bonačić calificaría como "lucero del eslavismo".

Entre sus fundadores han de mencionarse a Andrés Juričić, su primer presidente, y Juan Sekul, Simón Paravić, Jerónimo Martinić y Nicolás Stambuk, quienes fueron sus compañeros en el directorio.

No obstante su breve existencia, apenas un año, esta entidad logró desarrollar alguna labor cultural, que le hizo ganar el merecimiento de ser considerada como el vocero institucional precursor del croatismo magallánico.

LA SOCIEDAD CROATA DE BENEFICENCIA

Ante la crisis que sacudía a la Sociedad Austríaca, hubo quienes definitivamente insatisfechos con su conducción optaron por retirarse de ella, llevando la intención manifiesta de dar vida a otra institución congénere, con notorio carácter eslavo. En efecto, un grupo encabezado por Francisco Tomsić, Juan Sekul, Andrés Stambuk, Bartolo Poduje, Juan Ursić, Juan Spanić y Juan Turina, entre varios más, el día 28 de noviembre de 1900 echaba las bases de la nueva entidad mutual que pasó a llamarse Hrvatsko Dobrotvorno Društvo (Sociedad Croata de Beneficencia) [6].

La condición indesmentidamente croata que la misma había de tener derivaría no sólo de su precisa identificación, como del empleo del idioma y atributos nacionales[7],sino y especialmente porque ella, más allá de sus fines propios, habría de constituirse con los años en el núcleo aglutinante primero, y en el centro difusor después, del nacionalismo croata magallánico.

Expresión cabal del sentimiento colectivo de los asociados eran las elocuentes frases contenidas en la memoria del segundo año institucional, leído por Jorge Jordán en sesión del 14 de diciembre de 1902 y que vale transcribir:

Podemos enorgullecemos de la fundación de la Sociedad Croata de Beneficencia. Fuimos los primeros iniciadores del movimiento para que no se nos llame y conozca de austríacos, sino que por nuestro legítimo nombre de croatas, por nacionalidad y por lengua. Afirmo sin equivocarme que aún somos inconscientes de la obra realizada. Croacia, queridos hermanos, nos es querida, pero esto no basta, y más que nunca tenemos que ser por Croacia y el nombre croata. No permitamos que nadie ofenda nuestra sagrada causa. Con veneración tenemos que exaltar nuestro idioma croata. Adornemos y embellezcamos nuestras casas, únicamente con nuestro querido tricolor croata. Asá demostraremos a todo el mundo nuestros sentimientos croatas, y ser hijos dignos de la tierra que tantos hombres dignos dio a Europa durante los pasados siglos, y que hoy yace bajo el despotismo austro-húngaro. Procuremos con nuestras fuerzas libertar de la esclavitud a nuestra querida patria croata[8].

LA COMPAÑIA DE BOMBEROS ESLAVA

Una secuela tardía de aquella disputa intestina austro-croata había de registrarse poco más de un año después de la fundación de la Sociedad Croata de Beneficencia, con la creación de una compañía de bomberos integrada únicamente por voluntarios originarios de tierras eslavas y que tuviesen además la calidad de súbditos de la monarquía dual.

La iniciativa hubo de tenerla Miguel Kačić, en noviembre de 1901, quien para ello solicitó al directorio de la Sociedad Austríaca la autorización para realizar en el local social la reunión informativa del caso. Esta, en efecto, tuvo ocurrencia el día 19 de enero de 1902, con la asistencia de 29 inmigrantes, todos dálmatas. Allí se aprobó ampliamente la iniciativa de Kačić y se acordó citar a la sesión fundacional que fue fijada para el dia 6 del mismo mes.

Con tal fecha y bajo el auspicio de la Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos, se fundó la que se denominó Cuarta Compañía de Bomberos Voluntarios Austríaca, y cuyos primeros dirigentes fueron Miguel Kaić, Lorenzo Miloš, Bartolo Poduje, David Dragičević, Juan Marović y Andrés Juričić.

Es evidente que el nombre elegido no debió ser de general aceptación, tanto que ya en abril, Juričić, a la sazón investido con el cargo de capitán, propuso en sesión del día 10 que el nombre institucional se mutara a Slavjansko Dobrovoljno Vatrogasno Društvo (Compañía Eslava de Bomberos Voluntarios). Sin embargo, como tal petición no concitó por entonces una aceptación unánime, fue desechada. Juričić, no obstante su fracaso, continuó empeñado en su propósito llevando adelante una campaña de convencimiento de carácter patriótico. En ese ambiente se realizó una nueva asamblea social el día 4 de mayo, ocasión en que y con general aceptación se adoptó la variante denominativa propuesta por el tenaz Andrés Juričić.

El adjetivo "Slavjansko", no obstante su aceptación, satisfacía a medias el espíritu nacionalista de la mayoría de los voluntarios y su aceptación por entonces debía tomarse como una concesión hacia quienes podían molestarse con la denominación croata. A pesar de tal circunstancia, cabe consignar que desde un comienzo las actas sociales se llevaron en lengua croata y que el saludo adoptado era Bog i Hrvati (Dios y los Croatas). Con ello el espíritu nacionalista de los voluntarios pareció contentarse por entonces, y se inició sin mayores problemas internos una tranquila y firme evolución institucional.

FUENTES INSPIRADORAS DEL CROATISMO EN MAGALLANES

Para comprender el proceso anímico que se desarrollaba en el seno de la inmigración eslavo-meridional, en especial de la radicada en Punta Arenas, cabe recordar cuál era la situación que para la época, inicio del siglo XX, existía en las tierras madres croatas.

A partir de la cuarta década de la centuria precedente y como tardío reflejo de la Revolución Francesa, reavivado por los movimientos políticos y sociales de 1848 en Europa central, había surgido en Dalmacia el Ilirismo, como fuerza ideológica inspiradora de recuperación nacional entre los eslavos occidentales del Sur, y del que habría de derivar el denominado Renacimiento Croata, a la manera del Risorgimento Italiano contemporáneo.

El despertar de la adormilada conciencia nacional croata se inició con Ljudevit Gaj (1809-1872), padre del ilirismo. Bajo la inspiración de sus ideas adquirió forma un movimiento que paulatinamente fue imponiendo el uso generalizado de la lengua croata, por sobre el empleo de dialectos locales y lenguas foráneas, a partir de lo cual tuvieron un notable desenvolvimiento la literatura y la lírica croatas, como expresiones de un renacimiento espiritual que identificaba a la cultura nacional de antiquísimo arraigo. En lo político el sueño de Gaj estaba en la organización de un estado que aglutinara a todos los pueblos eslavo-meridionales a la sazón dispersos y sujetos bajo distintas soberanías (Austria, Hungría, Servia, Imperio Otomano). Pero este ideal romántico no conseguiría prosperar ante el rechazo que obtuvo por parte de los servios, de los eslovenos y de parte del propio pueblo croata.

Entre tanto, la revolución de 1848 en Austria hizo de las tropas croatas un factor decisivo en la afirmación de la monarquía y de la permanencia de Hungría en el imperio, participación histórica que despertó, como nunca antes había sucedido, las esperanzas en muchos patriotas en cuanto a la resurrección de la personalidad política nacional croata, mediante la unificación de todas las tierras históricas de tal origen, en el contexto de una federación en el viejo imperio de los Habsburgo. Así, el valor y la sangre croatas sostuvieron el poder de Viena, permitiendo la derrota de la insurrección húngara. Pero aquel sueño de una Croacia rediviva hubo de verse frustrado por la ingratitud del joven monarca Francisco José.

Tal era la situación cuando comenzó a surgir la figura admirable de un gran pensador y patriota croata*, Ante Starčević, quien con claridad y entereza defendió desde el parlamento de Zagreb (Sabor) y aun en la misma Viena, los derechos inalienables del pueblo al que pertenecía. En torno a su persona y bajo su inspiración hubo de formarse el Partido del Derecho, en donde hallaría expresión filosófico-política cabal el nacionalismo croata o croatismo, que se fortaleció en la lucha contra el hegemonismo húngaro.

Las ideas de Starčević, que se afirmarían y difundirían entre 1861 y su muerte, ocurrida en 1896, tenían como fundamento la recuperación de la identidad nacional croata a través de la unificación de las regiones históricas y el desarrollo renovador de la vieja cultura, para luego superar el legitimismo (lealtad a la dinastía real) — una vez que se perdiera la confianza en Viena—y buscar la construcción final de un estado nacional de corte democrático y liberal, a tono con la evolución política de Europa occidental.

A partir de 1870 sin embargo hubo de surgirle al nacionalismo croata una suerte de adversario ideológico, cuando el ilustre obispo de Djakovo, monseñor Josip Juraj Strossmayer, recogió la vieja bandera romática del ilirismo de Gaj y renovando su ideario proclamó cómo objetivo fundamental la unión política de todos los pueblos de raigambre eslava meridional: el Yugoslavismo [9].

Las ideas de Strossmayer hubieron de ganar entusiastas adeptos en Dalmacia, conquistando inclusive a dirigentes como Frano Supilo y Ante Trumbić, alcalde de Split, que había adherido con fuerza a la tesis de Starčević.  Ello explicará más tarde el vigor del ideario yugoslavista entre la juventud instruida de Dalmacia, que se desparramaría con la emigración.

No obstante la difusión que alcanzaría su filosofía, la fría acogida que a la misma dispensarían los servios, hizo que Strossmayer recapacitara un tanto y concluyera por encontrarse con Starčević[10]. De tal modo cobró forma concreta, en 1894, la unidad de la oposición croata al régimen gobernante en el imperio Austro-Húngaro, proclamando coma aspiración inmediata la unión de las tierras históricas croatas en un estado común, pero dentro del esquema político del imperio de los Habsburgo.

En ese ambiente de vigoroso renacimiento del espíritu y la cultura nacionales, y de controversia respecto de los medios para hallar una solución práctica para la suprema aspiración de la reconstitución de la patria croata —sentimiento que anidaba por largos ocho siglos en lo recónditd del alma popular—, se había nutrido la inteligencia y la intelectualidad. que en los sentimientos y en las voces de tantos inmigrantes tendría un lejano eco en las tierras americanas.

Así considerada la situación, con el despertar del siglo XX, podían advertirse dos tendencias o posiciones entre los inmigrantes de Magallanes. Una, la legitimista o austrianista, oue aparentemente comprometía a una mayoría, teniendo en cuenta el número de adherentes dálmatas con que contaba la Sociedad Austríaca de Secorros Mutuos, y que podía ser definida como una simple, y de hecho no reflexiva, aceptación por los mas del estado de cosas imperante en la madre patria; y de deliberada adhesión al dominio austrohúngaro, en sólo contados individuos. La otra, la nacionalista croata, que progresivamente concitaba el respaldo patriótico de la masa inmigrante y que virtualmente monopolizaba a la "intelligentsia" de tal contingente.

LA PUGNA POR LA REPRESENTATIVIDAD DE LOS INMIGRANTES, ENTRE LAS SOCIEDADES MUTUALES AUSTRIACA Y CROATA

Las disensiones políticas que agitaban a la inmigración dálmata-crosta en el Territorio de Magallanes, habrían de tomar estado público durante 1903, cuando las correspondientes entidades societarias procuraron ganarse la simpatía y el reconocimiento por parte del primer reppresentante diplomático de Austria-Hungría ante la República de Chile[11].

Había de por medio una cuestión de prestigio ante la sociedad local, en particular ante la propia colonia residente, y ante las propias autoridades territoriales. De allí que la Sociedad Croata de Beneficencia consideró adelantarse a su rival en la correspondiente presentación, en cuanto a la designación de un agente consular para la atención de las variadas necesidades de los inmigrantes[12].

En efecto, con fecha 19 de abril y en comunicación suscrita por Juan Sekul, presidente; Jorge Jordan, secretario, y Juan Turina, tesorero; y dirigida al conde Leonardo Starzénski, Ministro de Austria-Hungría, se expresaba en parte:

Su Excelencia, como fieles súbditos de la Monarquía austro-húngara, la cual hoy en día V.E. tiene el honor de representar en esta República, y en nombre de un mil quinientos ciudadanos nuestros, los cuales hablan el idioma croata, y radicados aquí en este extremo sur del Universo, venimos pidiendo justicia, la cual nos pertenece por Dios y por las leyes de AustriaHungría, para que cuanto antes le sea posible a V.E. se sirva nombrar un cónsul en esta ciudad, el cual además de representar el Estado de que somos súbditos, también defendería nuestros intereses de las contingencias del porvenir.

Han pasado veinte años desde que principiaron a pisar estas playas nuestros croatas, habiendo permanecido hasta hoy como un barco sin timón.

Muchas veces nos hemos dirigido a nuestros diputados en Viena, para que se nos nombre un cónsul, pero siempre ha sido en vano. Hoy día todas nuestras esperanzas están puestas en V.E., para que nuestra solicitud sea oída, y que se nos nombre un cónsul, designación que debería recaer en la persona de un hombre justo y honorable de nuestra nacionalidad croata, haciendo honor a Austria-Hungría, y que además nos podamos entender en nuestro idioma croata[13].

Es de hacer notar que el espíritu patriótico que animaba a los peticionarios no estaba tanto en la respetuosa exigencia de la parte final del segundo párrafo transcrito, cuando en la advocación de saludo final: "Que Dios guarde Su Majestad, nuestro buen Rey Croata Francisco José 1ro. y a su representante Conde Leonardo Starzénski". De modo tan elegante como sutil se recordaba al diplomático la precisa vinculación de su soberano con la tierra croata.

La respuesta, como correspondía a la de un personaje ducho en el oficio, contenía el beneplácito del ministro por los saludos y votos, además de hacer suya la aspiración representada. Para ello se adelantó a solicitar el envío de los antecedentes de los posibles candidatos al consulado imperial y real en Punta Arenas.

De tal manera iban Ias cosas, cuando los legitimistas austríacos, que se habían mostrado lerdos en su correspondiente expresión de adhesión a Starzénski, se enteraron de aquel intercambio epistolar y determinaron manifestar con la mayor premura su fidelidad. El 27 de mayo de ese afio 1903 era cursada una nota al representante imperial y real, en la que los firmantes se condolían por el apresurado reconocimiento que aquél hiciera de la entidad croata congénere.

Los que suscriben —señalaban—, miembros del directorio de la Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos, nos permitimos hacer presente a V.E. el profundo desengaño que hemos experimentado al ver que V.E. se ha dirigido al Directorio de la Sociedad Croata de Beneficencia, a fin de obtener datos sobre las personas que pudieran asumir la representación de nuestra patria en este territorio.

Esta extrañeza será justificada ante la opinión de V.E., cuando sepa que la sociedad a que pertenecen, es la única genuina representante de la colonia austriaca, como lo dice claramente su título social.

Creemos de nuestro derecho hacer presente a V.E. que la Sociedad Austríaca fue la iniciadora de la colonia; organismo existente desde el año 1896, y siguiendo una marcha de prosperidad notable, merced a los esfuerzos de sus 280 socios. logra a la fecha poseer un capital de reserva de 10.000 pesos moneda chilena. Los beneficios que esta sociedad ha aportado a los que se han visto obligados a recurrir a su protección, están de manifiesto y son bien reconocidos, sin negar a la Sociedad Croata, de muy posterior organización, sus méritos. Creemos que no es ella la llamada a representar nuestra colectividad, pues deseamos la unidad del gran imperio a que pertenecemos, que hace una distinción hiriendo a los fieles súbditos austríacos.

Estas razones nos obligan a protestar respetuosamente ante V.E. de cualquier dato que represente a nuestra más conveniente representación en este territorio, pudiera ser enviado por esa sociedad[14].

Esta comunicación fue seguida un par de semanas después por una solicitud dirigida a Starzénski, y que era del siguiente tenor:

Los abajo firmantes, fieles súbditos de S.M. el Emperador de Austria-Hungría, al mismo tiempo que protestan contra la aseveración hecha al digno representante de ese imperio en Chile, por la Sociedad !Croata de S.M., al decir que sólo existe la colonia croata en Punta Arenas, exhortan al señor Ministro que, para el nombramiento de un representante en ésta, se atenga a la indicación de persona que considere apta el Directorio de la Sociedad Austríaca, por ser esta corporación la que más méritos reúne, por su antigüedad, personería y liberalidad de fines sociales[15].

En su respuesta el diplomático cuidó de herir susceptibilidades, evitando pronunciarse en favor de una u otra sociedad, y, respecto del nombramiento consular, planteó la conveniencia de una proposición formulada de común acuerdo.

Conocido como era el grado de animosidad entre los grupos dirigentes de ambas entidades, tal sugerencia no habría de tener probabilidad alguna de éxito. Por el contrario, los filoaustríacos se apuraron en hacer saber al ministro la imposibilidad de acordar con la sociedad croata, pues conocido es el espíritu revolucionario y separatista que abrigan los naturales de la provincia de Croacia y que lo ponen de manifiesto siempre aún por la prensa, como lo prueba la existencia del diario "Sloboda" en este país, todo esto en contraposición del ánimo de la mayoría de súbditos de S.M. el Emperador, que afirmativamente es de 90% en ésta[16].

Para entender la referencia a "Sloboda", es menester consignar que este periódico, fundado en Antofagasta en marzo de 1902 por Juan Karstulović, y que rápidamente comenzó a circular entre los inmigrantes radicados en distintos puntos de Chile, había asumido una posición de exaltación del nacionalismo croata, propugnando directamente la independencia del antiguo reino.

El malestar evidente con que sería recibido el periódico entre los legitimistas, hubo de concitar animosidad en contra de su corresponsal en Punta Arenas, Andrés Juričić, al punto de expulsársele de la Sociedad Austríaca en la que el mismo se había mantenido.

Con tales antecedentes, era natural que el conde Starzénski se inclinara a dar el reconocimiento a dicha entidad y acogiera su proposición para la representación consular. Esta recayó en José Pasinović, ilustrado comerciante originario de Boka Kotorska.

En una y otra materias, pues, el legitimismo austríaco en Magallanes había ganado la partida. Pero tal triunfo tendría el carácter de pírrico, pues en definitiva sus consecuencias locales, añadidas a otras circunstancias externas, habrían de contribuir a la vigorización y difusión del croatismo en la colectividad dálmata residente.

LOS SUCESOS DE 1903 A 1909 EN CROACIA Y SU REPERCUSION EN MAGALLANES

Pese a todo, lo ocurrido en el seno de la colonia dálmata de Magallanes parecía, a marzo de 1903, una simple disención intestina sin mayor relevancia. Pero la misma hubo de cobrar fuerza e importancia, una vez que se difundieron entre los inmigrantes las noticias francamente inquietantes que procedían de la lejana patria y que daban cuenta del levantamiento croata anti-húngaro de 1903.

La torpe y ciega política conjunta de Viena y Budapest respecto de Croacia, lejos de aplacar el legítimo malestar del grueso de la población, no había hecho más que exacerbarlo. Los reclamos autonómicos, que se hacían considerando la unidad del imperio, y la justísima aspiración por la auto-determinación de la nación croata, fueron ignorados o burlados una y otra vez, provocando un levantamiento popular en distintas partes de Croacia (Eslavonia) sometidas a la tutela magiar, y que fue brutalmente repelido.

Fue entonces que las diputaciones croatas de Dalmacia e Istria ante el Parlamento de Viena, demandaron a Francisco José su intervención como rey croata, pero infructuosamente. Como bien ha señalado Prvislav Weissenberger, tal desatino del monarca contribuiría a la larga a la radicalización del nacionalismo croata (1968:25).

La numerosa colonia croata de Magallanes fue la primera en Chile que conoció las informaciones sobre los sucesos comentados, y las reacciones de pesar y condena no se hicieron esperar en su seno. La bandera nacional fue izada a media asta en el frontis de la sede de la Sociedad Croata de Beneficencia, en expresión de duelo por las víctimas de la represión húngara. Por otra parte, una comisión ad hoc tuvo a su cargo la recolección de dinero para concurrir en ayuda de los deudos de los caídos en las jornadas de protesta; y, en su oportunidad, se llamó a los inmigrantes a abstenerse de celebrar el natalicio del Emperador, el 18 de agosto, solidarizándose así con demostraciones semejantes de repudio puestas en práctica por otras comunidades distribuidas en la zona norte de Chile.

Las actitudes de reprobación de los nacionalistas croatas magallánicos, con todo no llegaron al grado de vehemencia y aún de violencia que se registraría después entre los inmigrantes de Antofagasta.

Pero la cosa no había de quedar en lo señalado, pues una nueva muestra de la reacción local ante los oprobiosos sucesos de Croacia, se tuvo en la decisión adoptada en asamblea del 25 de octubre de ese año por la Cuarta Compañía de Bomberos, en el sentido de pasar a denominarse Hrvatsko, sin eufemismos.

Al calor de la efervescencia patriótica, meses después germinaron nuevas organizaciones croatas en Punta Arenas.

La primera fue Hrvatsko Tamburaško Društvo "Tomislav" (Sociedad Estudiantina Croata "Tomislav"), fundada el 22 de mayo de 1904 bajo la inspiración del profesor Pedro Gasić hacía poco llegado al Territorio de Magallanes. Sus fines eran los de promover el cultivo de la música, el canto y la poesía, además de fomentar los sentimientos patrióticos, todo ello pira servir como órgano de expresión y difusión de la cultura croata en el medio regional, para propios y extraños[17]. Un propósito semejante, a más del cultivo del arte escénico, condujo a la creación durante aquel mismo año del Hrvatsko Omladinsko Dramatsko Društvo (Centro Dramático Juvenil Croata). Por fin, viene al caso consignar la aparición, el 19 de marzo de 1905, del semanario Male Novine (Pequeño Noticiero), fundado por el ya citado Gasić, quien desde entonces y para lo futuro pasaría a ser uno de los inspiradores intelectuales del croatismo magallánico, cuya creciente consolidación era cosa manifiesta.

De tal modo marchaban las cosas al promediar la primera década del siglo. La situación, podría afirmarse, había quedado en una suerte de status quo. El legitimismo, concentrado en su bastión de la Sociedad Austríaca, disponiendo de la representación consular y de una cuota más bien escasa de adherentes fervorosos. El nacionalismo croata, afirmado en sus distintas organizaciones societarias emergía vigoroso, ganando progresiva popularidad en el interior de la inmigración.

Por aquel tiempo comenzaron a jugar un papel interesante en la consolidación de las posiciones conocidas, las noticias que regularmente procedían de otros dos centros importantes de concentración de inmigrantes croatas, como eran Antofagasta y Rosario, importante ciudad argentina; sin dejar de lado, por supuesto, las informaciones que se recibían de Dalmacia y Croacia.

De allí precisamente provino la noticia que daba cuenta del acuerdo denominado "Resolución de Rijeka", establecido por la dirigencia dálmata croata como parte de un pacto político convenido con la oposición húngara al gobierno imperial de Viena, en cuya virtud ésta aceptaba el respeto al compromiso croata-húngaro de 1868 (que había establecido el estatuto regulador de las relaciones recíprocas, sobre la base histórica del Pacta Conventa de 1102). Ello a cambio del apoyo por parte de los representantes dálmatas y croatas ante los parlamentos de Viena y Zagreb, respectivamente, a las posiciones de la oposición húngara[18].

Dicho acuerdo fue seguido y complementado tiempo después por otro, conocido como "Resolución de Zadar" por la ciudad dálmata donde fue suscripto, en virtud del cual la minoría servia residente en Croacia apoyaría, a través de su dirigencia política, a la referida oposición húngara, a cambio del compromiso de ésta en cuanto a conseguir mayor libertad para la nación croata, en cuyo seno los servios tendrían completa igualdad de derechos como los mismos hijos de aquélla.

Esta circunstancia que se presentaba auspiciosa para el porvenir y que parecía asegurar la posibilidad de un entendimiento armonioso de mutuo provecho, se perdió lamentablemente durante las primeras semanas de 1906, cuando, la oposición magiar logró entenderse con el gobierno de Viena, acuerdo del que derivó la incorporación del viejo líder liberal Ferenc Kossuth, inspirador de aquel movimiento, y, como consecuencia, la postergación sine die del proyecto de elecciones universales que habría de proporcionar una base apropiada para la reacomodación política de las nacionalidades en el interior del Imperio, y al que los húngaros se oponían decididamente, por cuanto implicaba una amenaza cierta a su hegemonía.

La frustración que acarreó aquella efímera esperanza, favoreció la tesis de una minoría que reclamaba la adopción de definiciones radicales, abiertamente separatistas. De tal modo pudo conseguirse el entendimiento político croata-servio (en el interior de Croacia), que preanunciaba el futuro auge de la idea yugoslavista. Los signos del tiempo, entonces, señalaban una marcha sin retorno hacia posiciones francamente radicales.

Entre la diápora croata en el mundo, particularmente en las dos Américas, aquellos sucesos contribuyeron a catalizar el sentimiento patriótico, de manera tal que, en distinto grado y con variantes locales, fueron afirmándose corrientes cada vez más definidas de opinión, paulatinamente favorable al reclamo nacionalista extremo.

Antofagasta, el importante puerto del Norte chileno, y lugar de radicación de un apreciable contingente de croatas de Dalmacia, fue uno de los centros de más temprana efervescencia política y su influencia consiguiente se extendería sobre otros núcleos cercanos; también más allá de las fronteras chilenas, sobre grupos establecidos en Bolivia y Argentina y, ya por supuesto, alcanzaría hasta la remota Punta Arenas, en el estrecho de Magallanes.

Aqui encontraría eco el pensamiento de los croatas de Antofagasta, que se divulgaba principalmente por intermedio de "Sloboda". Cundía entonces el fervor patriótico en un amplio sector de la colonia residente y que se expresaba de variada manera: desde simples conversaciones de café, hasta improvisadas charlas o disertaciones en asambleas o incluso en espontáneos debates; en la difusión de oleografías conmemorativas de sucesos históricos, tales como las que representaban la coronación de Tomislav, primer rey croata y el sínodo epicopal convocado por Zvonimir; o bien una alegoria relativa al Renacimiento Croata o, por fin, retratos de personalidades como Ivan Gundulić, el general José Jelačić, Starčević y Strossmayer. También con la presentación de dramas heroicos y la difusión de canciones e himnos de contenido patriótico, entre ellos la sentida Lijepa Naša Domovina[19].

En este ambiente de profundo sentimiento nacional, surgió en el inicio de la primavera de 1907 la idea de constituir una entidad matriz, Dom (Hogar), bajo cuyo alero habrían de cobijarse todas las instituciones preexistentes, inclusive la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos. La interesante idea provino de Pedro Hrdalo, Jorge Jordan, Juan Trutanić y Esteban Livačić.

La reunión fundacional fue celebrada el 28 de setiembre y en ella se acordó la creación del Jugoslavenski Dom (Hogar Yugoslavo). La denominación debe sorprender, tanto por lo prematuro del uso del adjetivo, cuya connotación politica era manifiesta, cuanto porque entre los fundadores se contaban hombres como Hrdalo y José Pasinović, conocidos como austrianistas o legitimistas. A falta de otra explicación que satisfaga, ha de tomarse la aceptación que hicieron del nombre como muestra de tolerancia para con los principios político-nacionalistas croatas.

Es del caso destacar que en la gestación y organización de esta nueva entidad social participaron varios otros destacados personeros del grupo legitimista, lo que revela que a pesar de las diferencias, el trato armónico recíproco era posible, circunstancia que pone de relieve la voluntad fraternal .superior que inspiraba a los participantes.

Naturalmente, quisiéramos o no, los sentimientos croatistas, yugoslavistas o legitimistas, debieron sin embargo aflorar y constituir fuente de divergencias, a las que habría de atribuirse el fracaso de la iniciativa cuando la misma estaba en germen. Con todo había sido un meritorio esfuerzo precursor, pues los tiempos no estaban maduros para un proyecto semejante.

Por la misma época aparecería un nuevo periódico en Punta Arenas, ostentando el sugestivo nombre de Domovina (La Patria) y que debía convertirse desde un comienzo en el vocero de inquietudes nacionales.

Entre tanto las noticias procedentes de Europa eran ciertamente para preocupar, pues anticipaban una crisis en el entendimiento eslavo-austromagiar, que habría de influir en el devenir de los acontecimientos en los Balkanes.

La tensión había comenzado en la Croacia propiamente dicha, sujeta a la férula húngara. El lamentable gobierno del ban (virrey) impuesto por Budapest acarreó el malestar de los representantes de la oposición en el Parlamento de Zagreb y que interpretaban a la mayoría abrumadora del pueblo croata. Como consecuencia de la tirantez sobreviniente, el ban había disuelto el Parlamento el 12 de diciembre de 1907. Las acusaciones de los representantes populares eran serias: violación grave y reiterada de la constitución, lo que implicaba el quebrantamiento del acuerdo húngaro-croata.

En tal caldeado ambiente se convocó a nuevas elecciones parlamentarias para febrero de 1908, consulta en la que el oficialismo pro-húngaro sufrió una derrota severísima. Ante lo ocurrido. Francisco fosé, llamado naturalmente a servir de árbitro en la contienda política, dispuso por decreto del 13 de marzo la clausura del Sabor. Frente a tal actitud real los parlamentarios de la opositora coalición croata-servia respondieron con el llamado "Manifiesto de Marzo" (20-III-08) por el que proclamaban el derecho inalienable a la autodeterminación del pueblo croata y la unidad entre los pueblos hermanos de sangre eslava y lengua común.

La respuesta de la autoridad real impuesta, fue condigna de la inveterada y obstinada ceguera de la monarquía dual para enfrentar un problema que de suyo era delicado y ahora además candente: gobierno absoluto y atrabiliario, represión de las libertades públicas y atropello de la autonomía de la Universidad de Zagreb, foco de la intelectualidad nacionalista.

La juventud universitaria croata viendo atropellados los derechos fundamentales de su alma mater, determinó emigrar hacia otros centros de estudios superiores como Praga y Viena, llevando consigo el fermento de una disconformidad irreversible para con el régimen gobernante.

Tal era de difícil la situación cuando el gobierno austro-húngaro decidió la anexión de las históricas regiones croatas de Bosnia y Herzegovina (octubre de 1908). Una acción semejante que debía haber sido recibida con alborozo por la nación croata por cuanto significaba la liberación definitiva de aquellas seculares tierras cristiano-occidentales irredentas, que hasta 1878 habían estado bajo el vasallaje turco, se vio ensombrecida por la decisión imperial de mantener esos territorios como un condominio austro-húngaro, en vez de incorporarios —como correspondía por derecho histórico— a Croacia. Así, innecesariamente se agravió, y en forma profunda, el sentimiento nacional croata, además de molestarse de paso al Reino de Servia que también tenía aspiraciones sobre aquellas viejas tierras eslavas.

Para rematar tanto dislate se fraguó el discutido y fraudulento proceso en contra de algunos personeros de la oposición croata-servia, bajo la acusación de haberse puesto en convivencia con el gobierno extranjero de Belgrado y contra los intereses del imperio. Fue el tristemente famoso proceso de Agram (denominación austríaca para Zagreb), que lejos de conseguir sus objetivos, logró en cambio concitar el repudio internacional y contribuyó a consolidar la unión de los croatas de la diáspora migratoria, en torno al ideario que inequívocamente se orientaba al yugoslavismo.

En vano algunos escasos estadistas y politicos en Viena, entre los cuales habría estado el archiduque Francisco Fernando, heredero del trono, aconsejarían moderación al gobierno dual, a fin de no extremar la tensión en Croacia, que de antihúngara se iba convirtiendo en antiaustríaca y antiimperial. Para los moderados, la única opción que quizás restaba, en el contexto de la conservación del imperio, era el reconocimiento de un status de igualdad a los eslavos, con respecto a los alemanes y magiares, y la reorganización de sus naciones integrantes en una gran federación.

Cabe imaginar cómo se fueron recibiendo en Punta Arenas una tras otra tan importantes informaciones, las que luego eran comentadas y debatidas con la característica vehemencia eslava en grupos y reuniones. Ha de suponerse también que durante tal proceso, la reflexión y el convencimiento habrían de ir imponiendo paulatinamente una visible orientación hacia la tesis yugoslavista, en desmedro de la otrora fuerte opinión croatista. Sería un cambio lento pero finalmente irreversible.

Así las cosas, a fines de 1908 arribaba a Punta Arenas, como inmigrante, el médico Mateo Benčur, eslovaco de nacimiento pero con larga práctica profesional y residencia en la isla dálmata de Brač, donde había contraído matrimonio con Petronila Didolić, hija de una respetable familia de Selca. Benčur era un hombre de inteligencia superior y vasta cultura, que pronto habría de destacarse y hacerse respetar en el seno de las entidades croatas por su gran calidad humana y por su prudencia. Como pensador, Benčur era un convencido eslavista; sus ideas lo situaban entonces en el ideario político de Starčević. Su saber y la claridad conceptual que poseía harían del mismo un factor indudable de moderación y armonía, de manifiesta influencia sobre el núcleo intelectual croata de Magallanes y sobre la masa común de los inmigrantes.*

Apropiada expresión del sentimiento que entonces y a raíz de tantos acontecimientos debía conmover a buena parte de la inmigración, hubo de tenerse en la proclama distribuida en Punta Arenas el 23 de octubre de 1909 y dirigida a Ios croatas, servios y demás eslavos (sic) de Magallanes [20], a propósito del mentado proceso de Zagreb, y de cuyo texto viene al caso transcribir algunos párrafos expresivos:

Hermanos,

A nosotros los eslavos de la monarquía de los Habsburgos, a pesar de ser desde antaño sus más fuertes pilares, se nos vislumbra un trágico porvenir, debido a la prepotencia de tudescos y magyares, que tratan de destruirnos.

El trireino de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, y luego las recientemente anexadas provincias de Bosnia y Herzegovina, existen para nosotros sola-mente en el papel. Estos, antes libres restos de nuestra gloriosa y antigua patria, se han convertido realmente en lugares intencionales de procesos políticas.

En la capital de Croacia, la culta Zagreb, acaba de terminar en estos últimos días, un odioso proceso en el que fueron condenados muchos de nuestros dignos hermanas servios, verdaderos mártires y defensores de nuestro nombre eslavo y de la libertad nacional.

¿Y por qué todo esto?

Desde algún tiempo, servios y croatas se dan cuenta que son unos mismos y un solo pueblo con doe nombres, y que interrumpiendo su lucha fratricida, se tendieron cordialmente las manos de la reconciliación, para obrar juntamente en el campo de la cultura y la economía nacional, y para que a nuestro pueblo amanezcan días mejores.

Esta sincera y fraternal unión, llegó a alarmar a alemanes y húngaros, y como trataran de la ocupación de Bosnia y Herzegovina, comenzaron a obrar violentamente para reducirlos por la fuerza, ya que no podían hacerlo benignamente.

(...) Desde este suelo libre de nuestra segunda patria, desde la gloriosa República de Chile, en la que gozamos de libertad y de la hospitalidad de sus hijos, desde esta tierra regada por la sangre de sus mártires, triunfantes de la tiranía, demostraremos que somas hijos dignos de nuestros inmortales antepasados, y protestemos contra este moderno vandalismo del siglo XX [21].

Suscribían este encendido documento, entre otros Juan Sekul, Mateo Benčur, Pedro Hrdalo, Jerónimo Martinić, Andrés Juričić, Vladimir Perović, Pedro Gasić, Simón Juan Paravić, Agustín Denegri y Jorge Jordan.

La proclama tenía por objeto convocar a los croatas magallánicos a una asamblea para debatir la situación. La misma se efectuó al día siguiente, con una concurrencia masiva de inmigrantes, nunca antes registrada en acto social eslavo alguno, a los cuales se dirigieron Juan Sekul, Vladimir Perović y Jorge Jordan para explicar las motivaciones de la reunión, cargadas de sentimiento patriótico.

La asamblea culminó aprobándose por aclamación un voto público del siguiente tenor:

1ro. Los croatas y servios (sic) residentes en Punta Arenas, Chile, reunidos hoy en gran asamblea pública, protestan solemnemente en contra de la injusta sentencia y de los procedimientos en el así llamado proceso por supuesta alta traición, en Zagreb, y saludan cordialmente a los injustamente condenados hermanos servios.

2do. Convencidos que croatas y servios son un mismo pueblo, y que solamente en su acción conjunta reside la salvación de nuestro pueblo, concuerdan con ella y aprueban la obra de la Coalición Croato-Servia, deseando que cuanto antes le sea posible eliminar de Croacia a sus sanguinarios enemigos internos y externos[22].

Este voto de acuerdo fue divulgado hacia el exterior a través de la agencia de noticias Havas y remitido especialmente al combativo periódico Materiniska Riječ, de Rosario.

No obstante el fervor patriótico que estos actos y sucesos consiguieron despertar entre muchos croatas residentes, la moderación proseguía siendo la norma reguladora en la convivencia cotidiana de los inmigrantes, aunque sus sentimientos respecto de la materia de que se trata fueran encontrados. Inclusive, unos y otros concurrieron a recibir y festejar a personalidades austriacas que visitaron Punta Arenas hacia 1910. Tal conducta por parte de los croatas imbuidos del patriotismo era posible, por cuanto si de una parte afirmaban con decisión la personalidad y derechos de la patria lejana, y consecuentemente protestaban por la tirania húngara, tolerada por Viena; por otra se reconocían como šúbditos respetuosos de la doble monarquía.

Este espíritu de moderación y conciliación también había inspirado la redenominación del antiguo periódico "Domovina" (que había sido dirigido por Casić, de postura francamente radical) a Novo Doba (Nueva Epoca), ahora bajo la dirección de Juan Trutanić, su nuevo propietario (1910). En el nuevo plan editorial este vocero había partido llamando a la unificación de las sociedades mutuales, bajo la sola denominación eslava.

A esta campaña vino a sumarse después una recomendación semejante por parte del periódico Progonjena Materinska Riječ, de Rosario, órgano que inclusive patrocinaba la integración bajo el nombre Hrvatsko-Slavensko Pripomoćno Društvo (Sociedad de Beneficencia Croata-Eslava). Pero la unificación no llegaria a producirse atendidas las opuestas posiciones ideológicas de los dirigentes.

Por aquel tiempo el objetivo central del croatismo moderado, esto es la solución del problema nacional croata en el contexto del imperio de los Habsburgo, seguía contando con el apoyo de la intelectualidad croata residente. Lo prueba el extenso artículo "Austria-Hungría y el Federalismo" firmado por Lucas Bonačić y publicado por "Domovina" en su edición del 18 de setiembre de 1910. En él su autor propugnaba al indicado sistema de gobierno interior y organización estatal, como el único posible para armonizar las contradicciones nacionales en el interior dei imperio y, de tal manera, para salvar su unidad.

Así se daban las cosas, cuando un nuevo cambio en "Novo Doba" (1911) llevó a la dirección a Bonačić, quien para entonces ya insinuaba una postura filoyugoslavista, quien hubo de contar con la colaboración de Miroslav Tartaglia, figura notable del núcleo radicalizante. Bajo la nueva dirección el periódico puntarenense sostuvo un amistoso debate con el periódico rosarino Zajednica, que había pasado a reemplazar al agresivo "Materinska Riječ", en el contexto de la moderación que parecía inspirar al croatismo militante.

Esta circunstancia condujo a la dirigencia de las instituciones croatas entonces existentes, a convocar a una reunión amplia, a realizarse el 12 de julio de 1911, para el efecto de considerar la fundación de un nuevo periódico que interpretara a cabalidad los sentimientos y aspiraciones de los inmigrantes radicados en Magallanes, pero que al propio tiempo fuese un vocero del croatismo en América del Sur. El doctor Benčur al dirigirse a los concurrentes a la asamblea tuvo conceptos que entendemos no sólo reflejaban su propio pensamiento, sino el de la generalidad de la intelectualidad croata.

El vocerq oue se quería fundar, señaló con claridad el ilustrado médico, estaría al servicio de nuestro espíritu nacional croata y podría convertirse en órgano no solamente de la colonia croata de Punta Arenas sino de toda nuestra emigración en la América dei Sur. Punta Arenas se con irla así en centro del despertar nacional, en momentos cuando ha dejado de salir "Materinska Riječ" que tan bien nos representara, y en momentos que nos imponemos de la desconfianza que se despierta alrededor de "Zajednica", en Rosario de Santa Fe. No solamente que representaría nuestros intereses sino que congregaría a su rededor a todos nuestros hermanos eslavos, especialmente a los sureslavos, y en primer lugar a los servios con los que aspiramos por la unificación.

Luego, precisando sus sentimientos e ideas, añadió:

El periódico defendería los mismos derechos por los que está aspirando nuestra patria y que por derecho natural le corresponde y que tiene que conquistar de sus opresores. Croacia es un reino autónomo con gobierno y parlamento propios; pero, señores, ella no es tan independiente como lo son Servia y Rumania, sino que forma parte del imperio austro-húngaro. Por eso tenemos que estimar a nuestro rey como a nuestro legítimo soberano por ser a la vez Rey de Croacia. Tenemos que estimarlo porque no podemos arstraernos a esta obligación. Esto no nos perjudica y no impide que defendemos nuestros legítimos derechos y los de nuestra patria. El periódico tendría que estar por encima de todos nuestros conflictos. Como la existencia de la periódicos no nos reporta más que desunión, y como esto ya lo estamos experimentando, el proyecto evitaría este mal. Estas son nuestras ideas respecto al proyecto que tenemos que debatir y resolver[23].

Puesta en consideración la moción y como hubo quienes estimaran que su filosofía implicaría una adhesión irrestricta hacia Austria, controvirtieron tal aspecto, recordando antiguos agravios de los Habsburgo hacia la nación croata, todo ello aunque concordaban los impugnadores con la idea general.

Jorge Jordan, otro de los portavoces indiscutidos del nacionalismo, defendió a su turno la postura de Benčur, expresando que sus palabras debían entenderse como las propias de un hombre de insospechables ideas liberales, que exponía que era nuestro deber estimar a nuestro rey, sin que esto sirviera de motivo para renunciar a nuestros derechos. Agregaba que nosotros no podríamos llegar a la independencia por la revolución porque las utopías eran utopías. Solamente constitucionalmente se podría conquistar nuestros derechos y la libertad.

Tenemos que buscar nuestra unificación y de las tierras croatas, dentro de la monarquía austro-húngara, cuyos derechos nos pertenecen y defiendan las leyes. Es imposible concebir nuestra libertad por otros métodos. Este nuestro periódico tendría que estar dirigido a todo lo que no sea justo y ser dirigido contra el gobierno y sus órganos. Así tendrían que ser interpretadas las palabras del doctor Mateo Benčur[24].

Aclarando finalmente sus conceptos, el médico filántropo precisaría aún más:

Dije que tendríamos que respetar a nuestro soberano como a nuestro rey croata. A esto nos obliga el deber y la moral, pero esto no es un impedimento para que no aspiremos a la liberación y unificación de nuestras tierras y de ser fieles a nuestros derechos y que los mismos se nos otorguen y respeten. Muchos no han entendido ni comprendido mis palabras. Nuestro periódico escribiría contra todo aquello que significara injusticia y contra los gobiernos que intentaran en contra de nuestros derechos. Esto sería una parte del programa de nuestro periódico.

Si nuestros gobiernos son malos, en primer lugar sabre nosotros mismos recae la culpa. Nosotros somos los que elegimos a nuestros representantes cuya mayoría formaría gobiernos. No es nuestro rey el que forma los gobiernos sino la mayoría parlamentaria. El rey tiene tanta influencia en la formación de los gobiernos como la podría tener el Presidente de la República de Chile sobre el Congreso. Siempre estuve en oposición a los gobiernos y las ilegalidades y no he sido influenciado de ninguna parte. Les puedo declarar que por haber sido opuesto a los gobiernos me he inclinado a venir a América[25].

La iniciativa de los dirigentes de las instituciones croatas fue finalmente aprobada por la mayoría de los reunidos. De tal modo "Novo Doba" cesó en su publicación con el término de aquel mes de julio. Pronto fue reemplazado por un renacido "Domovina", cuyo tono estuvo acorde con la moderación ambiente.

Quienes postulaban una posición más extrema, disconformes a su vez con la línea de "Novo Doba", a la que tenían por semejante a la de "Zajednica", determinaron crear a su turno otro periódico que fuera el reflejo de sus ideas radicales. Este fue Dom, que fundado y dirigido por Pedro Gasić, apareció por ese tiempo atribuyéndose la condición de portavoz de una rara Hrvatska Pučka Narodna Omladina u Magallanes (Juventud Nacional Popular Croata en Magallanes), nacido, así lo afirmaba, para combatir las tendencias austrianistas en Sudamérica (léase "Zajednica"). Su vida periodística con todo habría de ser efímera, pues dejó de publicarse en 1912.

LA TRANSICION: DEL CROATISMO AL YUGOSLAVISMO

La actividad societaria en el interior de la inmigración croata en Punta Arenas en tanto, mostraba por aquellos alias iniciales de la década de 1910 un renovado dinamismo.

De tal modo, en abril de 1911 había revivido la Hrvatska Čitaonica, por iniciativa del incansable Andrés Juričić, antiguo animador intelectual y cultural. Al año siguiente, el 27 de setiembre surgía el Hrvatski Sportski Klub "Sokol", inspirado en los objetivos deportivos, espirituales y principios eslavistas del movimiento Sokol, común a los pueblos occidentales de tal procedencia. De allí su pronta afiliación al Hrvatski Sokolski Savez (Unión del Sokol Croata) de Zagreb. En contemporaneidad con esa iniciativa tan loable como necesaria para la juventud croata, se registró un nuevo intento por dar vida al Hrvatski Dom, como entidad superior aglutinadora de las instituciones nacidas de la fecundidad societaria de la inmigración local, pero que tampoco entonces llegó a prosperar. Recién año y medio más tarde, el 13 de marzo de 1914, la voluntad común daría vigencia al sostenido anhelo del Hogar Croata. teniendo a Jorge Jordan como presidente fundador.

Así las cosas, la tensión que existía entre los estados balcánicos cristianos y el decadente imperio otomano, desembocó en un conflicto armado (noviembre de 1912). La guerra consiguió despetar un vivísimo espíritu de solidaridad sureslava en favor de los reinos de Servia y Montenegro entre los croatas dispersos por el mundo.

Este sentimiento fraternal se expresó de partida en el ánimo de colaboración con la Cruz Roja Servio-Montenegrina, con el propósito de contribuir a su humanitaria misión en el teatro de la guerra. Pero especialmente el conflicto sirvió para reavivar el adormilado vigor del croatismo local magallánico, pues dándose por descontado –como en efecto ocurrió– una victoria cristiana sobre los turcos, se esperaba la emergencia de una Servia fortalecida y prestigiada, que tanto pudiese asumir el movimiento de la esperada unificación sureslava, cuanto contribuir a consolidar la situación de los eslavas meridionales y el cambio de faz de los eslavos del imperio de los Habsburgo, según lo había manifestado Mateo Benčur en reunión de las entidades croatas realizada por aquellos días.[26]

Pero la obstinación ciega del hegemonismo magiar en Croacia, con la tolerancia del gobierno de Viena, proseguía por entonces con su política de presión, sin advertir que el tiempo para enmendarla se reducía angustiosamente.

Sin embargo, en Magallanes, todavía hasta los patriotas radicales parecían esperar el milagro a través de la desfalleciente idea federalista.

En una conferencia pública pronunciada el 5 de abril de 1914 por inquieto intelectual que era Lucas Bonačić, bajo el título de "La Cuestión Austro-Húngara", expresaria un sentimiento que todavía era general.

La monarquía austro-húngara, había afirmado, no es una nación de población compacta, sino un núcleo heterogéneo y centrífugo de muchas razas yuxtapuestas, cuyas tendencias de oposición han sido puestas bajo un sistema centralizador e imperialista, que no corresponde ni satisface sus principios nacionales. Por lo mismo Austria-Hungría está condenada a ser única y exclusivamente una confederación. El federalismo aseguraría todas las aspiraciones, satisfacerla todos los derechos y contribuiría a la solución de todas los problemas de la cuestión austro-húngara.

En el federalismo hallaría también solución la cuestión croata, que tan hondamente perturba el funcionamiento regular del sistema reinante. Para los croatas, les sería indiferente que dentro del cuadro de la monarquía de los Habsburgos, se hallen dentro del trialismo o del federalismo; lo esencial es que lleguen hasta la unificación de la Patria Croata. El federalismo satisface todos los deseos y asegura eficazmente todos los derechos.

La política antieslava que hoy caracteriza el sistema del dualismo, cesaría como por encanto en el federalismo, en su política interior y exterior, porque habría desaparecido también su causa inmediata, es decir la preponderancia y la hegemonía de dos razas. Austria-Hungría dejaría de ser una nación avasalladora e imperialista, porque para ello hay que poseer la unidad de la conciencia nacional. Lo que es hoy posible en Alemania, es imposible en la monarquía habsburguesa.

El federalismo debería por consiguiente ser saludado como una cormbinación feliz y principio de grandes resultados, y que traería la pacificación y correspondería plenamente a las tendencias históricas y la democracia. Se habría resuelto un gran problema, el problema político y social de la Europa Central, haciéndose honor y justicia a la justicia[27].

No obstante lo aseverado, Bonačić advertía que al fin el federalismo sería una etapa, importantísima de suyo, mas no la meta. Por ello, creía indispensable precisar que, si se llegara en la Monarquía hasta la expresión completa de un federalismo, éste seria solamente un período de transición, en la ley de la evolución y la cristalización de las sociedades y de los pueblos. El principio democrático impone que la idea nacional alcance su mayor desarrollo, mientras que el proceso natural de las cosas vaya alcanzando la meta del perfeccionamiento humano.

Austria-Hungría tarde o temprano está condenada a la desaparición. Esa tendencia que lleva a los pueblos hacia su unidad nacional con sus respectivas agrupaciones étnicas; elementos a que los liga el parentesco de la raza, tiene que ir cumpliéndose como ley universal que gobierna el mundo, mientras haya organización social basada en el Estado.

Esto no es solamente una aspiración política; es una inclinación de la naturaleza, en oposición al principio de conquista y predominio. Y así, por inclinación de esta ley, los diversos grupos de la monarquía se unirán a los suyos. Los croatas, correspondiendo al llamado de esta ley, celebrarán su unidad nacional con los servios, como celebran hoy su comunión del espíritu y la cultura, para formar la agrupación eslavomeridional y los anhelos del renacimiento del abismo, y así veríamos resucitada la Yugoeslavia que un siglo fuera la esperanza más viva de los ilirios. Este proceso se produce en los Balcanes, después de siglos de cautiverio.[28]

Pero los disparos homicidas de Sarajevo aventarían para siempre toda esperanza de reacción .en Viena y Budapest, y conducirían, a muy poco andar, al croatismo magallánico, como a toda la migración eslava, hacia un abierto yugoslavismo.

Si la serie de acontecimientos que siguieron al atentado y que originarían la Gran Guerra, conmoverían a Europa y a la humanidad entera, cuanto más debieron influir en el sentimiento de la diáspora croata.

Hubo de ser aquel aciago período un tiempo de definiciones, pues el estallido del conflicto austro-servio hubo de obligar a tomar partido por uno de los dos bandos, y en general a expretsar simpatías por los imperios centrales o por la Entente. La abrumadora mayoría de los croatas desperdigados por el mundo, tanto en Magallanes Como en otras partes, hubo de ver entonces —desde su propia óptica— a la guerra que se iniciaba como un enfrentamiento entre el germano-magiarismo y el eslavismo.

Pero la definición en el caso de los croatas magallánicos no fue por cierto inmediata, ya que entre el 28 de junio de 1914, fecha del atentado que costara la vida al heredero del trono imperial de Austria-Hungría, y la proclamación pública de su adhesión a la causa servia, debió mediar un lapso de indecisión a modo de espera sobre el desarrollo de los acontecimientos europeos.

Tienen explicación de esa manera las palabras de Benčur, presidente del Hrvatski Dom y Hrvatski Savez, pronunciadas durante el curso de una importante reunión realizada el 27 de agosto, a la que concurrieron todos los dirigentes de las instituciones croatas, y que fuera convocada por la Sociedad Croata de Beneficencia para considerar la creación de un comité de apoyo humanitario a los combatientes serviomontenegrinos.

El prudente Benčur aconsejó entonces moderación, en espera del curso de los sucesos en el Viejo Mundo, recordando que por Austria-Hungría habrían de luchar obligadamente muchos croatas, a los que por cierto no podía considerárseles como enemigos. Pero sus palabras fueron entonces replicadas con vehemencia por Miroslav Tartaglia, quien de esa manera interpretó a la mayoría de los concurrentes. En verdad no había de resultar fácil en aquellos días moderar el entusiasmo de cuantos propugnaban la fraternidad sureslava y que con su verbo inflamado lograban tocar la fibra más recóndita del corazón croata.

Así nació el Odbor Srbskog-Crnogorskog Crvenog Krsta i Siročadi Domovini (Comité de la Cruz Roja Servio-Montenegrina y Huérfanos de la Patria), primera organización surgida del seno de la inmigración croata de Punta Arenas, con carácter de fruto inicial del yugoslavismo militante.

Es necesario consignar también que el legitimismo, agrupado en la Sociedad Austríaca, había adoptado con anticipación (6 de agosto) la determinación de abrir una suscripción voluntaria entre los asociados, en favor de la Cruz Roja Austro-Húngara. Fue entonces manifiesta la separación de las simpatías hacia los beligerantes entre hermanos de la misma nación croata. Con ello sólo pudo ahondarse la divergencia, ya irreconciliable, entre los bandos croatas de Magallanes. Sin embargo, a la larga, tal actitud habría de ocasionar el retiro voluntario, o incluso la expulsión de algunos socios, por razón de su íntima disconformidad con el estado de cosas internas en dicha entidad mutual.

LA ECLOSION DEL YUGOSLAVISMO

Las semanas que siguieron fueron de expectación para todos, pues se aguardaba conocer la actitud de los dirigentes nacionales en Croacia y Dalmacia, y la orientación que por consecuencia habría de darse al movimiento croatista. Así se supo de la emigración de los respetados líderes Frano Supilo, Ante Trumbić y otros más, y sobre su actuación ulterior referida a la concertación de un planteamiento político común para toda la emigración sureslava repartida por el mundo, especialmente para los croatas. Tal planteamiento resumía el propósito fundamental de conseguir la separación de las tierras y pueblos de origen croata, y su integración en un nuevo estado conjuntamente con servios, montenegrinos y eslovenos. Para luchar por tal trascendente objetivo se organizó en Paris el Comité Yugoslavo, en el .que se incorporaron los máximos dirigentes del nacionalismo croata y representantes de la minoría servia que habitaba en Croacia. Su primera actividad, por consecuencia, hubo de ser la de propaganda en los centros de principal nucleamiento de la diáspora migratoria, Estados Unidos y América del Sur.

Al calor del entusiasmo que despertaría ese propósito, comenzó a producirse la franca definición por parte de los nacionalistas croatas de Magallanes en favor del yugoslavismo, y la vigorización de este movimiento. De ese modo, el 27 de diciembre de aquel aciago año de 1914 se creaba la Gospojinsko Društvo "Hrvatska žena" (Sociedad de Damas "La Mujer Croata"), que más tarde habria de transformarse en el Odbor Jugoslavenske Narodne Obrane "Katarina Zrinski" (Comité de la Defensa Nacional Yugoslava "Catalina Zrinski").

El año 1915 fue, como cabía esperarlo, un período de intensa propaganda yugoslavista entre los inmigrantes de Punta Arenas, los que, si falta hacía, recibían una fuerte influencia de los grupos de Antofagasta y Valparaíso. Sus principales portavoces, Tartaglia, Slavko Brnčić y Pedro Gasić realizaban una intensa y constante labor de difusión y convencimiento mediante charlas y conferencias. El incansable Gasić había fundado mucho tiempo antes la Jugoslavenska Škola, en cuya denominación ha de verse una muestra más de su inquebrantable posición unionista eslava.

A fines de ese año, los yugoslavistas más fervorosos (Jordan, Bonačić, Antonio Jovanović y Pedro Marangunić, entre otros) consiguieron la creación del Comité "Dalmacia" de la Defensa Nacional Yugoslava (Jugoslavenska Narodna Obrana Ogranak "Dalmacija"). Una de sus primeras actividades fue la de nominar a los delegados al Congreso Yugoslavo de Sudamérica, convocado por la dirigencia croata de Antofagasta, y que habría de realizarse en el próximo enero de 1916. Fueron elegidos para llevar la representación de Magallanes, Jorge Jordan, presidente provisional del Comité, y el periodista Lucas Bonačić.

El Congreso de Antofagasta (21-24 de enero), como cabía esperarlo habría de tener una influencia decisiva en la evolución del movimiento yugoslavista sudamericano y mundial, al concitar la adhesión de la mayoría de la inmigración a la idea de la unidad sureslava en la postguerra. Bajo la inspiración de sus acuerdos se fortaleció la actividad de propaganda patriótica y apoyo solidario del Comité "Dalmacia", que a contar de mayo pasó a ser presidido por el respetado Mateo Benčur. La labor de difusión entre otros núcleos de inmigrantes desperdigados en el territorio austral, significó a poco andar la creación de filiales o subcomités en Puerto Santa Cruz y San Julián (Patagonia argentina) y en Porvenir (Tierra del Fuego). Otra consecuencia de esta renovada actividad fue la transformación, una vez más, del periódico "Domovina", en vocero oficial del Comité "Dalmacia", ahora bajo la denominación Jugoslavenska Domovina.

Los legitimistas entre tanto daban localmente el deplorable espectáculo, para los nacionalistas, de colaborar con el enemigo austro-germano. De ese modo se les veía contribuir con erogaciones para la Cruz Roja Austro-Alemana, o participar en kermesses y bazares para reunir fondos destinados a la misma; o suscribirse sus organizaciones (Sociedad y Centro austríacos) a periódicos comprometidos con la causa de los imperios centrales. Así era natural que se produjeran, como en verdad ocurrió, continuas deserciones en sus filas; y que la odiosidad entre los bandos condujera a un suceso lamentable, como fuera el atentado en contra de Juan Lica, que le produjera la muerte (1917), y que se atribuyó a elementos exaltados del legitimismo.

Cuando concluía aquel año 1916 el Comité "Dalmacia" de la Defensa Nacional Yugoslava convocó a una reunión general que tuvo ocurrencia el 30 de diciembre, con el exclusivo objeto de protestar por la coronación de Carlos de Habsburgo, sucesor de Francisco José, como rey húngaro y croata, acto que precisamente sucedía en la misma fecha en Budapest.

En el discurso más importante de la asamblea, a cargo de Benčur, éste hizo énfasis en que los soberanos croatas sólo podían ser reyes pertenecientes a la dinastía nacional Karageorgević, coronados en Zagreb. Como conclusión de la reunión contestataria, la asamblea acordó desconocer al monarca Habsburgo y proclamó su fidelidad a Pedro Karageorgević, soberano de Servia, a quien se tenía por futuro rey de todos los eslavos meridionales.

Transcurrieron los meses y entre tanto la situación parecía irse desmejorando en general para los beligerantes imperios alemán y austrohúngaro, no obstante el derrumbe del frente ruso a comienzos de 1917. En tales circunstancias y cuando el mundo conoció las razones por las cuales Estados Unidos había decidido entrar a la guerra por el lado de los países de la Entente, una de las cuales estaba en el reconocimiento a las autodeterminaciones nacionales una vez que llegara la paz, los diputados croatas, eslovenos y servios que representaban a sus respectivas regiones en el Parlamento de Viena, reclamaron del gobierno imperial la constitución de un estado que agrupara a Ias nacionalidades eslavomeridionales, aunque comprendido en los términos políticos del imperio habsburgués (Declaración de Mayo).

Semejante aspiración, una vez que se hizo pública, sirvió para vencer la resistencia de Servia a la idea yugoslava y la llevó a dar su reconocimiento al Comité Yugoslavo, establecido en Londres. Realizadas las negociaciones de rigor y establecidas las concordancias políticas, Ante Trumbić, por el Comité, y Nikola Pašić, primer ministro de Servia, suscribieron el 2 de julio de 1917 la denominada "Declaración de Corfú", por la isla griega donde tuvo lugar el encuentro de ambos líderes, que habría de sentar la base político-juridica sobre la que se fundamentaria el futuro estado nacional de los Servios, Croatas y Eslovenos.

Antes todavía de dicho acontecimiento, pero ya en el espíritu que materializaría el acuerdo Trumbić-Pašić, las federaciones sokolistas de América del Norte y Sudamérica habían conseguido de la abrumadora mayoría de sus entidades integrantes, la suscripción de sendas declaraciones de apoyo en favor de la liberación de los pueblos eslavos del Sur y su ulterior unificación en un estado nacional soberano. La declaración correspondiente a Sudamérica, fue firmada simultáneamente por los Sokoles croatas de Punta Arenas y Antofagasta el día 5 de julio.

Eran ésas, jornadas de triunfo para el yugoslavismo, que los croatas dispersos por el mundo había convertido en su razón suprema de lucha para la concreción de las más acariciadas ideas de renacimiento nacional.

Los acontecimientos que siguieron durante el resto dei año 1917 y en 1918 son por demás conocidos: el derrumbe estrepitoso del imperio austro-húngaro, más que las insuperables contradicciones internas que por la fuerza de las armas aliadas, circunstancia histórica que, en lo que concernía a Ios eslavos del Sur, condujo el 29 de septiembre de 1918 a la proclamación en Zagreb, la capital croata, del Estado Yugoslavo, cuyo Consejo Nacional de Gobierno acordaría dos meses después la unión con Servia, proclamándose oficialmente el día 19 de diciembre la institución del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos.

CONSECUENCIAS REGIONALES

Teniendo en consideración el objeto de este estudio, no corresponde hacer referencia a las circunstancias en que se produjo históricamente la integración de los pueblos sureslavos y sus consecuencias hasta nuestros días. Si, en cambio, procede exponer y analizar, siquiera de modo somero, las consecuencias que regionalmente derivarían de la unión eslavomeridional.

Desde luego, en lo humano, y salvo situaciones personales de carácter excepcional en que la malquerencia persistiría, las manos hermanas se tendieron generosas para la reconciliación, con pronto olvido de antiguas diferencias. Unicamente se mantendría hasta el presente la separación de las instituciones mutuales, por razón de porfiada independencia en el caso de la Sociedad Dálmata, denominación que adoptó la antigua austríaca en 1919.

Pero, cosa singular, la aceptación ardorosa que de la idea yugoslavista se hiciera por parte de los inmigrantes croatas de Magallanes, condujo después de 1918 a una adhesión ciega al nuevo gentilicio nacional, como referencia de procedencia, con abandono total de aquel del propipo origen. De tal a apera, los inmigrantes de Magallanes pasaron a ser, para si y para Ios extraños, no más croatas o dálmatas, sino simple y exclusivamente "yugoslavos". Se ha dado de ese modo un caso rarísimo, pues en la propia Dalmacia de la que eran originarios prácticamente la totalidad de los inmigrantes arribados al Sur de Chile, la población desde 1918 hasta el presente ha seguido sintiéndose e identificándose como croata.

Procurando encontrar una explicación para tan extraña metamorfosis, que hubo de conllevar una renuncia a su identidad nacional (croata) difícil de entender, sólo atinamos a conjeturar que ello pudo arrancar del sentido peyorativo con que los inmigrantes tomaron la denominación "austriacos", con que por muchos años se les identificara.

En efecto, el rechazo que íntimamente expresaron los inmigrantes por tal calificación, que recién llegaron a conocer cuando se radicaron en América, pues en sus tierras natales eran sola y sencillamente dálmatas o croatas, aunque politicamente fueran súbditos de Austria, se expresó después públicamente. El adjetivo gentilicio "austríaco", de tal manera, pudo ser tomado —y en el hecho ciertamente lo fue— como una identificación ofensiva y rebajante para su condición racial eslava. De allí que el triunfo del yugoslavismo y la consiguiente creación del estado nacional sureslavo, les entregaron a los inmigrantes croatas la oportunidad feliz para sacudirse de una vez y para siempre aquel odioso y molesto calificativo. Y así pasaron a ser simplemente yugoslavos.

Pero más allá de la metamorfosis gentilicia, los antiguos fervientes nacionalistas croatas se fueron desentendiendo de las ingratas y conflictivas situaciones que se fueron dando en toda Croacia, una vez que Servia, olvidando el compromiso histórico de Corfú, buscó imponer su hegemonía política sobre aquélla y otras naciones sureslavas incluidas en el nuevo reino.

Esta prescindencia o indiferencia, explicable tal vez en el caso de los hijos chilenos, para quienes aquellos sucesos podían aparecer como extraños, podria entenderse en los viejos migrantes como consecuencia de la tenaz prédica porfiadamente yugoslavista que habrian de mantener entre las dos guerras mundiales hombres como Lucas Bonačić, Mateo Domić y Pedro Marangunić, por señalar sólo a los principales voceros[29]. Ellos, con tenacidad, a través de charlas, conferencias, artículos de prensa y en la fecunda vida societaria, acabaron por imponer la denominación yugoslava como identificatoria para el apreciable contingente originalmente croata radicado en el Sur de Chile.

FUENTES DE CONSULTA

a) Inéditas

Bonačić Dorić, Lucas: "Cuarta parte y final de la Historia de los Yugoslavos en Magallanes" (Manuscrito mecanografiado). Archivo Instituto de la Patagonia, Punta Arenas.

Sociedad Austríaca de Socorros Mutuos de Punta Arenas: Libro de Actas (20 setiembre 1904 - 12 de mayo 1918). Archivo Instituto de la Patagonia, Punta Arenas.

b) Impresa Libros y artículos en revistas

BONAČIĆ DORIĆ, LUCAS: 1939-1946. "Historia de los Yugoslavos en Magallanes". Imprenta La Nacional, Punta Arenas.

GOETZ, WALTER y otros: 1953. "HISTORIA UNIVERSAL". Tomo IX "El sistema de los estados mundiales" y tomo X "La época del imperialismo". Espasa-Calpe, Madrid.

INSTITUTO CROATA-LATINOAMERICANO DE CULTURA: 1977. "Croacia y su destino". Buenos Aires.

KORSKY, IVO: 1985. "El mito yugoslavo, fundamento de Yugoslavia". Studía Croatica, Vol. XXVI:20-39. Buenos Aires.

MARTINIĆ B., MATEO: 1978. "La inmigración yugoslava en Magallanes". Imprenta Hersaprint. Punta Arenas.

— 1981. "Sociedad y Cultura en Magallanes (1890-1920). Anales del Instituto de la Patagonia, Vol. 14:45-94. Punta Arenas.

SFORZA, CARLO: 1939. "Pašić o la unión de los Yugoslavos". Ediciones Ercilla, Santiago de Chile.

WEISSENBERGER R., PRVISLAV: 1965. "El destino de los pueblos de la cuenca del Danubio". Anales de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación. Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago de Chile.

— 1967. "Relaciones entre Austria-Hungria y Chile. Parte Primera: Año 1900' Id. id.

— 1968. "Relaciones entre Austria-Hungría y Chile. Parte Segunda: La Misión del Conde Starzenski, primer ministro de Austria-Hungría en Chile (1903-1904)". Id. id.

Diarios y periódicos

"EL COMERCIO", Punta Arenas, año 1903; "JADRAN", Organo de la Defensa Nacional Yugoslava, Buenos Aires, número extraordinario 2 de diciembre de 1916; "JUGOSLAVENSKI GLASNIK", Chile, enero de 1960.

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Pero Tutavac Bilić - In memoriam

El 9 de octubre de 1985 falleció en Buenos Aires Pero Tutavac Bilić nacido el 9 de julio de 1913 en Dančanje, Croacia. Con su inesperada muerte la diáspora croata pierde a un gran idealista y luchador, un infatigable y abnegado promotor cultural.

Ya en Croacia se dedicaba al periodismo y en la Argentina, adonde llegó después de la Segunda Guerra Mundial, se dedica casi exclusivamente a investigaciones lingüísticas.

Escribió artículos y estudios en los diarios croatas y argentinos. También fue colaborador de nuestra revista Studia Croatica.

Editó periódicos y revistas en idioma croata: Napridak (El Adelanto, Mendoza 1954) y Svitlenik (El Faro. Buenos Aires 1968) y entre otras cosas publicó el trabajo titulado: Hrvatski jezik nad ponorom (El idioma croata ante el abismo, Buenos Aires 1963) y poco después: Pravopis hrvatskog jezika (Ortografía croata. Buenos Aires 1971) y el libro Sedam pečata hrvatske novistnice (Siete sellos de la historia croata, Buenos Aires, 1984).

En el año 1976 Pero Tutavac Bilić publicó la primera traducción al idioma croata dei poema cumbre da la poesía gauchesca Martín Fierro de José Hernández. Con esta traducción Tutavac Bilić demostró ser un excelente traductor y conocedor de la poesía popular épica croata, en especial de decasílabo lo que confirió el ritmo adecuado, la belleza y armonía interior del original a la traducción.

Por iniciativa de Pero Tutavac Bilić fue constituida en 1981 la Asociación de los traductores de Martín Fierro, de la cual fue secretario.

La primera traducción de Martín Fierro al idioma croata realizada por Tutavac fue presentada el 20 de julio de 1977 por José Isaacson, destacado poeta y presidente del Centro Argentino del PEN Club. Su alocución terminó el señor Isaacson con estas palabras:

"Felicitamos a Pero Tutavac por la ardua tarea que ha emprendido como 'homenaje a la Obra Mayor de la Literatura Argentina' y en nombre de los escritores argentinos le expreso mi agradecimiento porque nuestro Poema Máximo pueda ser leído en lengua croata..."

"Croatas amigos: Muchas gracias por esta nueva versión de Martín Fierro. Desde hoy nuestro gaucho recio y viril cabalga sobre la ancha y acogedora pampa de la Lengua Croata."

Crónicas - glosas - comentarios

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Solemne conclusión del Año Internacional de la Juventud en Croacia

El Año Mundial de la Juventud proclamado por las Naciones Unidas y auspiciado por el Vaticano fue clausurado solemnemente por la juventud católica croata en Zagreb su ciudad capital los días 26 y 27 de octubre del año en curso.

El creciente fervor religioso de la juventud croata está entrelazado con el sentir nacional reprimido que se exterioriza en forma cada vez más abierta en los encuentros juveniles.

Por ello, no obstante el carácter religioso del referido encuentro masivo de los jóvenes el gobierno junto con los órganos policiales y autoridades locales, tomaron todos los recaudos a su alcance para frustrar su concreción.

Con anterioridad al encuentro anunciado el arzobispo de Zagreb, cardenal F. Kuharić, fue advertido oficialmente que el gobierno veria con desagrado un encuentro de los jóvenes católicos a nivel nacional en Croacia, si bien un encuentro similar de los jóvenes eslovenos tuvo efecto poco tiempo antes y sin mayores inconvenientes. Sin embargo, pese a las presiones y amenazas el cardenal Kuharić se mantuvo firme en su decisión. Las obstrucciones y trabas de toda índole, "previsibles e imprevisibles" no faltaron, según lo sonsigna el semanario Glas Koncila (La Voz del Concilio, órgano de la archidiócesis de Zagreb) del 3 de noviembre de 1985, ilustrando su reportaje con las fotos que muestran el interior de la catedral y la amplia plaza a su frente totalmente repletos de jóvenes.

El modo de presión "imprevisible" fue "la nota del gobierno croata", dirigida al cardenal Kuharić. En todas las ciudades de la "República Socialista de Croacia" y de la "República Socialista de Bosnia y Herzegovina" los párrocos y capellanes fueron citados por las autoridades locales tratando de amedrentarlos para que los jóvenes desistiesen de su viaje a Zagreb y haciéndolos personalmente "responsables de las consecuencias por posibles incidentes nacionalistas".

Hubo, por supuesto, "dificultades previsibles". Todos los autobuses cancelaron de golpe sus servicios, contratados y abonados con antelación. También fueron canceladas todas las reservaciones hoteleras. Los párrocos no pudieron comprar pasajes ferroviarios colectivos. Por último ,para el fine de la semana se"palada, los profesores en toda Croacia y Bosnia-Herzegovina adrede organizaron excursiones escolares para separar el mayor número de alumnos e impedir su traslado al encuentro juvenil de Zagreb.

Pese a todos esos inconvenientes el encuentro tuvo pleno éxito. Más de 15.000 jóvenes se reunieron y asistieron al oficio religioso en la histórica Catedral de San Esteban (unos 5.000 caben dentro del templo y más de 10.000 restantes se ubicaron en la amplia plaza frente a la Catedral).

Los jóvenes presentes se sintieron conmovidos por el mensaje que les dirigió el Papa Juan Pablo II, cuyos pasajes salientes pasamos a transcribir en versión castellana:

"Fundados en la fe en Jesús Cristo que el pueblo croata abrazó hace trece siglos, primero entre todos los eslavos, todos vosotros sois llamados hoy, queridos jóvenes, a testimoniar sin miedo por Cristo ante sus coetáneos en todas las cuestiones vitales, abogando a la vez por la edificación de un mundo mejor. Vuestra generación es la que debe trasmitir la fe cristiana al tercer milenio junto con los valores perdurables de vuestras culturas...".

"Este Año Internacional de los Jóvenes, al que las Naciones Unidas asignaron el tema 'Coparticipación - Desarrollo - Paz', quiere llamar la atención de los jóvenes de todo el mundo que una sociedad justa y un mundo mejor se construyen sólo cuando en ello participe activamente cada miembro y cuando al mismo tiempo se elimine toda forma de discriminación...".

"La civilización del amor, ideal al Dual deben orientarse todos vuestros esfuerzos cristianos... se realiza trabajando por la paz, sirviéndose de la verdad, tratando de vencer las divisiones, de fomentar la comprensión y la tolerancia recíprocas, superando escisiones históricas mediante una exposición objetiva y verdadera de los acontecimientos históricos, con el perdón y la reconciliación cristianos y también, mis queridos jóvenes, respetando la dignidad de cada hombre y sus derechos inherentes, como asimismo respetando el derecho de cada pueblo a su identidad, su cultura y sus tradiciones...".

"Compartiendo las raíces cristianas comunes con las naciones europeas.. . vosotros, jóvenes católicos, por vivir en un punto de encuentro del Oriente y del Occidente, en contacto con diversos pueblos y culturas, en un estado como es Yugoslavia, multinacional y pluriconfesional, estais llamados especialmente a promover, con plena conciencia de vuestra identidad religiosa, cultural y nacional, el diálogo con los cristianos de otras confesiones, con los musulmanes y con los que no creen...".

"Y, por último, envío mis saludos cordiales a todos los jóvenes de otras naciones y nacionalidades que con vosotros conviven en Yugoslavia, a los jóvenes cristianos ortodoxos, a los musulmanes, a los jóvenes de otros credos y convicciones como también a los que no creen. Junto con vuestros amigos y connacionales católicos, en un respeto sincero y recíproco de la identidad nacional y religiosa de cada uno... construyan vuestra coexistencia común en una confianza, comprensión y tolerancia mutuas, y respetando la dignidad humana y los derechos individuales y nacionales, siempre abiertos a la gran comunidad de los pueblos de Europa y de todo el mundo...".

Después del mensaje papal el arzobispo de Zagreb, cardenal Francisco Kuharić, subrayó, entre otros conceptos, en su homilía pronunciada al 27-X-1985:

"...Si amamos a Dios con todo nuestro corazón y nuestra alma, entonces necesariamente amamos también al prójimo con todo nuestro corazón; queremos a la patria, a nuestro pueblo y a todos los pueblos y hombres. El amor excluye todo odio como el día excluye la noche. Unicamente semejante amor es remedio contra todo odio y todo odio proviene del mal...

Jesús Cristo va hasta el final en su exigencia de amor y ordena a sus fieles: 'Yo os digo: Amen al enemigo, recen por los que os persiguen para que seals hijos de vuestro Padre que está en los cielos'."

A su vez el arzobispo de Split, F. Franić, en su alocución destacó: "No tenemos que pelear sobre si Dios existe o no. ¡Todos estamos contestes de que existe el pueblo! ¡Existe el pueblo croata y por lo tanto es la obligación común de todos trabajar por él!".

Como se colige, pese a todas las presiones —concluye su despacho La Voz de Concilio— pese a la presencia provocativa de los contingentes policiales, uniformados y en civil, durante esos días ni en Croacia ni en Bosnia, ni en Zagreb, lugar del encuentro nacional de la juventud, se registró un solo "incidente cleronacionalista". Los jóvenes con sus chales amarillos, emblema del encuentro, iban de una iglesia a otra, viajaban en los medios públicos de locomoción, se trasladaban a dormir a los hogares hospitalarios de los ciudadanos de Zagreb que, atentos, les ofrecieron sus casas, sin provocar el más mínimo incidente.

Claro, el régimen de Belgrado, que está pisoteando los derechos y libertades individuales y nacionales del pueblo croata y de otros pueblos com-ponentes de Yugoslavia, teme incluso los encuentros de la juventud de carácter religioso, auspiciados por las Naciones Unidas y el Vaticano como prenda de "coparticipación del desarrollo y de la paz".

0990501

Reflexiones del presidente Ronald Reagan en torno al pueblo croata

El cardenal Franjo Kuharić, arzobispo de Zagreb y metropolitano de Croacia, invitado por la Comunidad Católica Croata (Hrvatska Katolíčka Zajednica) de Norteamérica y Canadá, presidió los días 7 y 8 de setiembre último los festejos del XV aniversario de la consagración de dos altares croatas en el santuario mariano nacional norteamericano de la Inmaculada Concepción en Washington. Al mismo tiempo los católicos, oriundos de Croacia y sus descendientes, residentes en EE.UU. y Canadá —cuyo número oscila alrededor de 2.000.000— dieron término con dichos actos a la celebración de 13 siglos de la cristianización de sus antepasados.

Hace 15 años, el 17-10-1970, el mismo alto dignatario eclesiástico había consagrado en el majestuoso santuario mariano de la Inmaculada Concepción de Washington dos altares, levantados por la colectividad croata de EE.UU. y Canadá, uno en honor de Nuestra Señora de Bistrica y el otro en homenaje a la Reina Celestial de Croacia.

A los numerosos peregrinos les llegó, entre otros, un conceptuoso saludo del Presidente Reagan, cuyo texto reproducimos a renglón seguido:

"Me complace poder dar mi bienvenida a todos los participantes de la peregrinación anual de la Comunidad Católica Croata. Saludo con respecto al cardenal Franjo Kuharić, arzobispo de la histórica sede de Zagreb. Quienes estudian la historia de nuestra civilización, advertirán con qué denuedo defendió ese pequeño pueblo cristiano en medio de los Balcanes su herencia y su subsistencia ante las agresiones provenientes del Oriente y del Occidente.

El pueblo croata sufrió, pero jamás perdió esperanza y valor, y sobre todo no perdió su fe. Durante más de mil años los croatas nos vienen dando el ejemplo cómo hay que sobrevivir y perseverar."

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La lengua propia — uno de los derechos humanos fundamentales

Del siglo XX se suele decir que es el "siglo de los derechos" (the age of rights). Uno de los componentes básicos del hombre y de la vida humana son "los derechos lingüísticos" que integran los "derechos humanos", pertinentes a todas las personas. A cada comunidad etnolingüística le asiste el derecho de defender y fomentar su idioma, por cuanto el idioma constituye el símbolo de esa comunidad e instrumento indispensable de cada integrante de dicho grupo.

En Yugoslavia multinacional y multilingüística, el pueblo dominante, el servio, bajo la máscara falaz de la "fraternidad y unidad" y al amparo de una teoría cientificamente insostenible sobre dos "variantes del idioma servio-croata", impone por fuerza su "variante", practicando de ese modo la peor discriminación que pueda imaginarse y cometiendo "el genocidio cultural" contra la identidad nacional de los croatas.

Brian Weinstein en su libro The Civic Tongue: Political Consequence of Language Choices (La lengua cívica: Consecuencias políticas de las selecciones lingüísticas, Nueva York-Londres, Longmans, 1983) pone de relieve los deberes de cada uno para con su país, ya que sin la nación serían imposibles expresiones o manifestaciones de los derechos individuales.

"Planificar el idioma equivale a planificar la vida de una nación: cuidar el idioma, conservarlo y fomentarlo es igual que cuidar, proteger y mejorar al pueblo" (Cfr. Joshua Fishman en La norme linguistique, p. 386, Paris, Le Robert, 1983). Cada pueblo tiene derecho a vivir y ese derecho nadie le puede negar. Ahora bien, un pueblo vive y subsiste, en primer lugar, a través de su idioma, por cuanto un pueblo "sin su idioma es un pueblo sin alma", tal como ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo lo expresó alegóricamente en galés en octubre de 1981 el diputado europeo Ivor Richard (cendl heb iaith, cendl heb galon). Esta opinión es compartida por la gran parte de los europeos y de los países democráticos europeos.

El Parlamento Europeo con sede en Estrasburgo adoptó en su reunión de octubre de 1981 una resolución sobre la protección del derecho de todas Ias lenguas y culturas europeas, particularmente en la educación, los medios masivos de comunicación y en la vida pública y social. Esa resolución fue respaldada también por el delegado de Suecia y acatándola el gobierno sueco pasó a la aplicación de sus principios. Ya en 1982 la Dirección Suprema de Educación sueca (Skolövestyrelsen) propuso entre otros temas la compilación e impresión de un diccionario sueco-croata para uso de los inmigrantes de esa nacionalidad.

Acaba de imprimirse el referido diccionario sueco-croata (Svensk-Kroatiskt lexicon.) como obra conjunta de lexicógrafos suecos y croatas. La revisión de la parte croata del glosario estuvo a cargo de los miembros del Instituto de Filología y Folklore de Zagreb, Božidar Fink, P. Šimunović y A. Šojat. Una treintena de especialistas colaboró en la compilación del diccionario en cuestión, lo que prueba la seriedad con que las autoridades suecas pertinentes acometieron la tarea emprendida.

El formato es 165x240 mm, es decir gran in octavo. Consta de 568 páginas más 64 ilustraciones. Puesto que está destinado a los inmigrantes croatas en Suecia, trata en primer lugar el material léxico del idioma hablado. El diccionario explica también las palabras, locuciones y expresiones más corrientes en sueco. Fueron seleccionadas del material lexicográfico actual para reflejar fielmente la realidad lingüística de la Suecia de hoy.

El glosario comprende 17.000 términos, de los que alrededor de 1000 son administrativos, mientras que las frases incluidas ilustran el uso y la aplicación de algunas palabras en su contexto hablado. Un sistema fonético muy accesible indica cómo se pronuncian y acentúan las palabras suecas.

Los equivalentes croatas de las palabras suecas fueron compilados por el Departamento de las Lenguas Eslavas en Upsala (letras A-L) y por la Sección Lingüística del Instituto para las Cuestiones de Inmigrantes en Norrkoping (letras M-W), mientras que la revisión del material lexicográfico fue efectuada por los lingüistas de Suecia y Croacia.

La hermosa composición en la contratapa con motivos populares croatas se debe al pintor Vladimir Pavlinić. Tanto el trabajo lexicográfico como la diagramación y la presentación gráfica son más que esmerados.

Catorce años después de la quema de la nueva edición de la Ortografía Croata (con motivo de la supresión violenta en 1971 del movimiento emancipador conocido con la denominación La Primavera Croata, a pedido de la clase dirigente comunista-servia). se publicó en Estocolmo el diccionario bilingüe sueco-croata. Hace trece años, para compensar la "quema vandálica" de la Ortografía croata en Zagreb, se imprimió en Londres su nueva edición, difundida clandestinamente en número restringido en Croacia y libremente en las numerosas y nutridas colonias croatas en los cinco continentes. Lo que no se puede en la patria ocupada, podemos en el mundo libre. Lo que se nos saca en la Yugoslavia totalitaria, se nos restituye en la Suecia democrática. El gobierno sueco reconoció a la pequeña colectividad croata, integrada por alrededor de 20.000 inmigrantes, lo que las autoridades yugoslavas niegan al pueblo croata entero, el derecho a su idioma propio.

Mientras que en todo el mundo sigue el proceso de descolonización y se reconoce como indiscutibles los derechos lingüísticos de cada individuo y de cada pueblo, en Yugoslavia, mediante una colonización interna de Croacia, intentan negar esos mismos derechos al pueblo croata. Mientras en todo el mundo se celebran congresos y simposios sobre los derechos lingüísticos de los pueblos, en la oscuridad totalitaria yugoslava los órganos oficialistas se ensañan y persiguen a los lingüistas y escritores croatas, sabiendo que no les pueden contestar en Yugoslavia por falta de otro derecho humano fundamental, el derecho de réplica.

Pero esta respuesta llegó de Estocolmo. Una respuesta clara, directa y exacta: el pueblo croata existe y tiene derecho a su idioma nacional.

Danijel Develja

Traducción: B . K.

(Nova Hrvatska, 21-1983, Londres)

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A. G. Matoš y Francia

Un escritor croata en 1900

Con el título y el subtítulo del epígrafe se realizó del 3 al 8 de diciembre de 1984 en la Biblioteca de la Sorbona, París, una interesante exposición de 75 documentos entre cartas, manuscritos, dibujos, diseños, retratos, litografías, fotografías, libros con dedicatoria de sus autores, 'souvenir' parisienses de dicha época, amén de obras literarias de A.G. Matoš, sus reiteradas ediciones y estudios y comentarios.

Antun Gustav Matoš (1873-1914), sobresaliente prosista y lírico croata, pertenece a la línea de los escritores que, siguiendo la tradición de hombres de letras y de cultura de Croacia, abrevaron principalmente en las fuentes galas y admiraron la cultura y el espíritu libertario francés. No fue el primero ni el último. En lo político fue discípulo de Ante Starčević, Padre de la Patria —que abrazó el ideario de libertad y derechos nacionales e individuales fraguados en Francia.

Remontándonos en el tiempo deberíamos mencionar decenas de escritores célebres que dan testimonio de su comunicación espiritual con los escritores franceses. Entre ellos uno de los más brillantes y elocuentes fue Marc Bruére, hijo del cónsul de Francia en Dubrovnik a fines del siglo XVIII quien se "enamoró de la más poética de las ciudades croatas" a punta de adoptar su lengua y consagrarse como un destacado poeta croata bajo el nombre de Marko Bruerović.

Poco tiempo después de la muerte de Matoš, su discípulo Agustín Ujević, sin duda uno de los poetas modernos y de todos los tiempos croatas más vigorosos, profundos y estimados, renovó el entusiasmo de su maestro viviendo una experiencia similar en París, ciudad que ambos consideraron como fuente inapreciable de la cultura moderna y como su segunda patria espiritual.

Empero, Matoš fue el primero en captar toda la importancia de contactos y vínculos literarios (y extraliterarios) entre Francia y Croacia, lazos éstos a la vez antiguos, numerosos e intensos. Fue él quien supo darles una dimensión espiritual y elevarlos a un rango de nuevos valores, de adhesiones durables y de notables afinidades. Pese a las dificultades y obstáculos que tuvo que superar y sostenido por un lado por la intensidad de su ideal, y descartando todo tipo de idolatría, Matoš, basándose en la experiencia de sus predecesores y merced a la originalidad de su talento, francamente construyó el más sólido e imponente de los puentes entre la cultura francesa y croata. Por ese puente debieron pasar, obligatoriamente, todos los que vinieron después de él como tendrían que hacerlo los que en el futuro sigan sus pasos. El "primer baudelaireiano", según se lo califica en la crítica literaria croata, Matoš hizo conocer al público croata, de una manera sistemática y exhaustiva, no sólo los valores de la poesía francesa moderna sino también los valores clásicos del arte francés y de la cultura francesa. Algunos de sus ensayos y estudios sobre los temas de Francia se hallan entre las mejores páginas de la crítica croata en general.

Al mismo tiempo Matoš actuó en forma inversa, es decir trató de difundir entre los lectores franceses los movimientos políticos y literarios vigentes en la Croacia de entonces. Los testimonios de ese esfuerzo son por una parte su correspondencia con Maurice Toussaint y por la otra sus artículos para la revista L'Oeuvre d'Art International, aparecidos en 1902 y 1903 bajo la rúbrica "Cartas de Croacia".

La referida exposición fue preparada con motivo del septuagésimo aniversario del fallecimiento de A.G. Matoš y entre otros documentos expuestos debemos destacar: Agradecimiento de Filippo Tommaso Marinetti (1878-1944) a Matoš por el artículo que consagró al futurismo, con la carta en francés y la primera colección de la poesía futurista (Milán, 1912) que Marinetti dedicó a Matoš: "A. G. Matoš combatiendo por la liberación nacional y el acercamiento franco-croata", extracto de la correspondencia entre Matoš y Maurice Toussaint, secretario de M. Barrès y redactor de la revista política Les Marches de l'Est (1912); André Rouveyre, Carcasses divines, Paris, Jean Bose, 1907, libro dedicado por el autor a Matoš; Maurice Toussaint, Blenod-les-Toul, Nancy, 1908, dedicado a Matoš por el autor; Maurice Barrès,, Adieu a Morèas, París, 1910, dedicado a Matoš por su autor; Maurice Barrés, Amori et dolori sacrum. La mort en Venise, París, 1912, con dedicación del autor a Matoš; I poeti futuristi, con la proclama de F.T. Marinetti, Milán, 1912, dedicado por Marinetti a Matoš; Itinéraire de París a Jérusalem, escrito por Julien, doméstico de M. de Chateaubriand. Con introducción y notas de Edouard Champion, Paris, 1904, dedicado por Champion a Matoš; Pour nos Églises. Discurso pronunciado en la Cámara de Diputados por Maurice Barrés. L'Echo de Paris, 1911, dedicado por el autor a Matoš; André Rouveyre, Ise Gynécée, libro precedido por una glosa de Remy de Gourmont, Paris, Mercure de France, 1909, dedicado a Matoš por el autor; André Rouveyre y A.C. Matoš en París en 1900. Diseño mostrando a Matoš de paseo con A. Rouveyre en París durante la Exposición Universal de 1900; es una litografía original de Rouveyre. El diseño fue reproducido por primera vez en Suvremenik (El Contemporáneo, revista cultural de Zagreb) para ilustrar el artículo de Rouveyre titulado "Recuerdos fragmentarios de Antun Gustav Matoš en París" (1926) ; folletín de Matoš al comienzo del año 1900 con la perspectiva de erección del monumento a Baudelaire. El monumento fue inaugurado el 22-10-1902.

Los datos precedentes son extraídos del catálogo ilustrado por Dubravko Jelčić y Božidar Petrač, quienes prepararon también la exposición que fue organizada con los auspicios de la Academia Sureslava de Ciencias y Artes de Zagreb, la Biblioteca nacional y universitaria de Zagreb, la Universidad de Paris (Sorbona), la Biblioteca A.G. Matoš y la Biblioteca de la Sorbona.

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Branko Kadić: Exposición de Zdravko Dučmelić - Oleos y esculturas

Durante el mes de setiembre último Zdravko Dučmelić realizó su exposición bianual en la prestigiosa sala porteña Wildenstein como uno de sus artistas preferidos desde 1966. La muestra dei epígrafe constituye un nuevo y significativo eslabón en el arduo y constante crecimiento y renovación creadora del artista. La visión del mundo de Dučmelić, obviamente, ha cambiado desde su primera muestra en Buenos Aires efectuada en la desaparecida galería Müller en 1950, donde los temas predominantes —recuerdos vivenciales del éxodo y holocausto del pueblo croata al término de la segunda conflagración mundial, conocido como la Tragedia de Bleiburg, de la que fue testigo ocular y uno de los pocos sobrevivientes— eran desgarrantes, pesimistas y desesperanzados, hasta la presente exposición de motivos y temas "atemporales".

El pintor, nacido y educado en Croacia, con fructíferas etapas en Roma y Madrid, llegó a la Argentina en 1949 y muy pronto se consubstancio con el Nuevo Mundo y superando los horrores y miserias de la guerra, a través de sinuosos laberintos y de una técnica paciente y depurada llega a los límites donde el pasado remoto se confunde con un futuro aún más lejano, con la infinitud y la eternidad. Sus paisajes imaginarios y oníricos o escenarios petrificados en su inmovilidad y transparencia, sus ruinas de piedras y polvo, pobladas a veces por tigres y leones, igual que sus figuras inmóviles, extáticas, asexuadas y a veces hieráticas, sabre todo su autorretrato, parecen emerger de tiempos inmemoriales y de un ambiente lunar, inmerso en un silencio crepuscular absoluto.

Este nuevo ascenso en la madurez creativa, la paleta enriquecida en colores tenues, apenas sugeridos, o su gráfica de trazo superpuestos, fueron advertidos por todos los críticos de artes plásticas de Buenos Aires, cuyos juicios y observaciones salientes pasamos a transcribir.

Rafael Squirru, bajo el título: "Dučmelić y los enigmas de la imaginación" (La Nación, 21-9-1985) subraya:

"Sus ciudades, construcciones, ruinas o laberintos, como se prefiera llamarlas, así como sus esculturas zoomórficas o de abstracciones antropomórficas, nos hacen viajar al más remoto de los pasados, a la más antigua de las metrópolis o de la memoria que queda de ellas... Nuestras sensaciones y sentimientos se producen a partir de estos logros de pincel o de la mano y no a la inversa; se trata de observaciones que podrian emular a Huysmans inspirándose en la Salomé de Gustavo Moreau. Y esta comparación quizá sea menos casual de lo pretendido, porque Dučmelić en cierto modo se emparenta más con aquellos grandes simbolistas que con los estados oníricos del surrealismo de nuestro siglo...

Albino Dieguez Videla (La Prensa, 15-9-1985) en su nota titulada "Apogeo de la temporada" comenta:

"Sólo otro pintor nacional tiene la forma de conmovernos como Zdravko Dučmelić; se trata de Roberto Aizemberg. Ambos poseen ese algo más que se le pide al arte, ese algo más indefinible que está en su esencia y la trasciende. Dučmelić presenta en Wildenstein un admirable conjunto de pinturas y esculturas; éstas son de marcada tendencia surrealista en algunos casos y en otros ofrecen un carácter totémico, de formas severas de rico simbolismo... Inspirado en algunos cuentos de Borges, Dučmelić no ilustra obras ajenas sino que crea su propia literatura — por ,medio de la plástica... Sus paisajes de buscado sincronismo colorista nos traen a la memoria las visiones fantásticas de Momper, son las metáforas de este maestro, que es un hombre del siglo XX, que adopta una actitud de tal —alejado de cualquier eclecticismo—, aunque en 61 convergen técnicas pictóricas clásicas y mitos ancentrales".

César Magrini (El Cronista Comercial, 26-9-1985), en su recorrido por las galerías de Buenos Aires, lo evoca en los términos siguientes:

"Entro en Wildenstein (Córdoba 618) y automáticamente el diámetro de mis pupilas se adapta a la luz que hay allí dentro; en pocos instantes deberán adaptarse a otra, muy particular y sugestiva. La de los cuadros de Zdravko Dučmelić. Fría, inmemorial, a la que no tardo en reconocer. Es la misma —si lo sabré yo— que baña las mesetas, los valles, las llanuras, rugosas, del insomnio. Nunca cumbres o laderas. Horizontalidad, gris verdosa, del no dormir. Del no soñar tampoco, aunque ésta parezca ser la escarpada geografía de los sueños. Mujeres que brotan desde la raíz del tiempo, como si fueran los recuerdos del recuerdo. Paisajes duros, con caballos y con leopardos, esculpidos en la incansable piel de la memoria. Murmullos violáceos, dichos en una cerrada lengua extranjera. Un creador solitario y taciturno, que hace sonar su propia música, impenetrable a la mudanza de los días. La hermosura desnuda, frontal, aterradora. ¿Es éste sólo un pintor? No convoca, a cada gesto suyo, los remolinos del misterio, apaciguándolos de inmediato? La pintura de Dučmelić se ve pero también se oye. Están en ella esos silencios, cósmicos, de los que habla Pascal cuando se refiere a la infinitud de la que venimos, y a la que inexorablemente nos encaminamos. Se va metiendo dentro de uno como un río extrañamente salvaje y reparador. Deja sin palabras. Porque tal vez las palabras, frente a cuadros así —otra vez las insoslayables cuestiones de uno y de otro lenguaje— sean totalmente superfluas, por completo olvidables".

Elba Pérez (Tiempo Argentino, 18-9-85, reproduce dos cuadros y una escultura), habla de las visiones y laberintos que Zdravko Dučmelić comparte con Borges y comenta:

"Dučmelić resuelve estas visiones con la nitidez de un dibujo implacable en su justeza. Este subyace en la pintura, en su fundamento, y es a partir de esa norma que la monocromía sutilmente matizada construye la imagen. La técnica del pintor evoca a los maestros flamencos y renacentistas pues tiene de ellos la luz que baña la totalidad, la unidad compositiva, el rigor de la composición y una pericia de la factura realmente prodigiosa. En su caso, el lenguaje empleado es imprescindible para sostener la atmósfera trascendente de la imagen.

En idéntico rango se mantiene su gráfica. Dučmelić opera con el grafito a modo de buril, superponiendo tramas que construyen el modelado —casi de bajo relieve— de los volúmenes, trazando sus personajes de forma pura y clásica. En algunos casos la técnica mixta (témpera y tintas) caldea soterradamente el dibujo. Pero Dučmelić se interna ahora en la escultura —como lo prueban los pequeños bronces que acompañan su muestra en Wildenstein. Decididamente abstractos, sugieren el testimonio tangible de esas formaciones rocosas que imagina para sus laberintos".

Argentinisches Tageblatt (14-9-85) en la nota referida a las pinturas y esculturas de Dučmelić, firmada por Bl., recuerda su primera exposición en Buenos Aires y sus intensos colores, estructuras vigorosas y de un rigor acabado y destaca su aporte a la pintura contemporánea argentina. "Sus composiciones son formas exactamente construidas que a menudo se asemejan a paisajes lunares. Constituyen configuraciones masivas ordenadas rigurosamente desde el punto. de vista estético... Su estilo y su manera de expresarse, así como la poesía de sus pinturas son inconfundibles y únicos... Una serie de más bien pequeños bronces acompaña la muestra. Esculturas de formas escogidas con libertad,'no despojadas del influjo del experimento cubista. En su obstinación completan la obra pictórica del artista, que como siempre merece la atención de todos los amigos del arte auténtico".

Thelia Conrad de Behar (Buenos Aires Herald, 22-9-1985) destaca, entre otros conceptos elogiosos, que desde hace tiempo no habíamos visto una exposición, integrada por cuadros totalmente nuevos de Z. Dučmelić. "Dučmelić también ilustró los poemas de Jorge Luis Borges. Colaboraron en forma más que armoniosa. La presente exposición de dibujos, cuadros y esculturas en bronces circulares llena la entera Galería Wildenstein... Particularmente en Europa, Lejano Oriente y en Sudamérica adquirió un renombre bien merecido. Esta importantísima muestra pictórica es una de las mejores de este año".

Eduardo Baliari, crítico artístico de El Economista (20-9-1985), pone énfasis en la breve serie de esculturas expuestas, definiéndolas como "piezas de metal, generalmente perfiladas, de escasas dimensiones, a las que parece estar confiada la revelación de un mensaje por sus enigmáticas representaciones, más allá de la vida, más acá de la muerte... Y en las visiones pétreas o en el hieratismo de sus figuras —sus inolvidables perfiles de mujer— la realidad permanece coma a disposición de la ráfaga que los anime... Una cuidadosa técnica, sutil y exacta, disimula una de las grandes virtudes de este artista que confía a ella la sabiduría olvidada en la pintura de hoy".

Merece destacarse que cada comentario que hemos resumido en los párrafos precedentes viene ilustrado por la reproducción de un cuadro o bronce del artista.

La fructífera trayectoria de Dučmelić pasa ahora por una nueva fase creadora y lejos de estancarse cobra nuevas dimensiones y remozadas formas de expresión, siempre con fidelidad al ostinato rigore, al rigor obstinado, lema de Leonardo da Vinci, siempre actual y siempre imprescindible si se quiere producir obras imperecederas.

Croatas en el mundo

0990901

Argentina: dos generaciones de la misma estirpe

Después de la Segunda Guerra Mundial la Argentina abrió las puertas a numerosos croatas que abandonaron su país por motivos políticos, buscando la residencia en los países del mundo libre. Estos seres perseguidos y desterrados contribuyeron a enriquecer en corto tiempo a los países que los recibieron con su trabajo fecundo —intelectual o manual— y con los hijos que nacieron de ellos en los países adoptivos, aportando al nuevo ambiente los valores morales y culturales de su raíz étnica.

En la sección Croatas en el Mundo prestamos atención a las manifestaciones y actividades preponderantemente colectivas de los grupos croatas diseminados por el mundo; sin embargo cabe destacar también a sus representantes sobresalientes.

En esta nota nos referimos al profesor dr. Aurelio Tanodi y Juan Rojnica, pertenecientes a la generación de los refugiados de posguerra y al lic. Nicolás José Ivandić de la generación de los hijos de éstos.

Aurelio (Zlatko) Tanodi: empeño sin pausa

Con ese título lo presenta Mundo Archivistico, Informativo mensual independiente, Lima, en su número 19 de setiembre de 1984, dedicado enteramente al dr. Tanodi, en los siguientes términos:

"Con el mismo entusiasmo y alegría de las celebraciones familiares recordamos el setenta aniversario del doctor Aurelio Tanodi y hacemos propicia la oportunidad para reconocer y agradecer a viva voz su fecunda obra en favor de los estudios históricos, archivísticos, paleográficos y diplomáticos de América Latina.

Don Aurelio, hijo de Tomás Tanodi y Juana Rozić, nació en la localidad de Hum, cerca de Zagreb, capital de la república de Croacia, el 19 de setiembre de 1914. Europeo por origen y formación, el destino quiso que sin perder ese rasgo fundamental de su vida se convirtiera en un genuino hombre del Nuevo Mundo a fuerza de espíritu y de trabajo. Hace 36 años cruzó el Atlántico en un barco de refugiados y se afincó en la Argentina, país hospitalario que le brindó su ciudadanía en 1952 y al cual correspondió con decisivos aportes intelectuales, docentes y laborales. La trascendencia de sus múltiples esfuerzos y preocupaciones cubrió muy pronto gran parte del continente, definiendo para siempre su alargado gentilicio: croata-argentino-latinoamericano.

Su presencia entre nosotros es verdaderamente providencial. Con ojos de baquiano probó terreno firme y al descubrir los posibles caminos del desarrollo archivístico latinoamericano, los anduvo a paso seguro hasta darle el sentido y la madurez que necesitaba. Para ello eligió la vía educativa lato sensu ( clases, conferencias, asesoramientos, publicaciones, consejos). Hizo de la Escuela de Archiveros y del Centro Interamericano de Desarrollo de Archivos, ambos salidos de sus manos en Córdoba, el cuartel general de su muy intensa actividad. Hoy las cosas son diferentes gracias a la notable influencia que ejerció a través de un auténtico magisterio profesional y humano. Tantas veces dio pauta con un ejemplo, con un gesto, con una palabra... y sigue dándola.

Con esta edición-homenaje al doctor Tanodi, en la que se incluye una admirable nota autobiográfica suya, Mundo Archivístico quiere destacar de su extraordinaria personalidad las cualidades que le distinguen como gran archivero, maestro y señor."

Lamentamos que por razones de espacio no podemos reproducir—enteramente esta realmente "admirable nota autobiográfica". Nos limitaremos a determinados pasajes que ilustran su figura como hombre e investigador, y el destino que lo llevó a la Argentina, su nueva patria.

"Mi carrera profesional encaminada hacia la investigación histórica y los archivos se decidió en el último año de mis estudios secundarios, que cursé en la tranquila y provinciana ciudad de Varaždin, cercana a la capital de Croacia, Zagreb, de larga tradición histórica, que posee un relativamente rico archivo municipal.

Durante los estudios de la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía (1933-37) me vinculé especialmente con el profesor Mijo Barada, catedrático de Ciencias Auxiliares de la Historia (Paleografía latina, Diplomática y Cronología) y de Historia Medieval Croata. Terminados los estudios, en 1938 empecé a trabajar en el Archivo Municipal de Varaždin, en la sección de documentos medievales, preparando su transcripción y publicación, y dictaba clases en el colegio clásico de los Padres Franciscanos. Por iniciativa y gestión del doctor Barada pasé en 1940 al Archivo Nacional Croata de Zagreb, donde desempeñé la función de encargado de la sección de documentos medievales, sin descuidar las actividades generales de este importante archivo. A pesar del torbellino de la Segunda Guerra Mundial que en 1941 se precipitó sobre mi patria nativa, la mayor parte de mi tiempo pude dedicarla a labores archivísticas e investigaciones paleográficas, diplomáticas e históricas, efectuar inspecciones a varios archivos del país, pre-parar publicaciones y obtener el grado de Doctor en Filosofía, especialidad de Historia. En 1945 Barada me propuso como su sucesor en la cátedra de Ciencias Auxiliares de la Historia, que yo pensaba ampliar a los estudios de archivologia y vincular la citada cátedra, para la cual fui elegido por las autoridades de la Facultad de Filosofía, con el Archivo Nacional Croata. Sin embargo, la situación postbélica cambió el rumbo de mi vida.

Por no compartir la exclusividad político-ideológica del nuevo gobierno, dejé mi patria nativa, mi esposa e hija, mi profesión, todo el entorno de mi juventud, y una fría noche de noviembre de 1945 crucé la frontera austríaca arriesgando la vida. Esperaba encontrarme para el resto de mis andanzas por el mundo con sistemas democráticos basados en la libertad. ¿Realidad, ilusiones? Llevé conmigo dos fundamentos, la fe —firme y constante— y la vocación —firme pero expuesta a los vaivenes y embates de fuerza mayor—.

Empezó la segunda fase de mi vida profesional de grandes oscilaciones.

Mi primer contacto con occidente fue memorable. Me metieron en la cárcel por haber pasado ilegalmente la frontera. Pero fue por pocos días. Me fui a la ciudad de Graz, donde las fuerzas de ocupación inglesas dis-ponían de un campamento estudiantil para los refugiados de los países de oriente. Allí me inscribí en la Facultad de Derecho de la Universidad, donde puse atención en estudios de Introducción al Derecho y de Derecho Municipal de la Edad Media. Tomé contacto con la cátedra de Paleografía en la Facultad de Filosofía y con el Archivo Provincial de Estiria, con el fin de realizar una investigación sobre los documentos medievales. Durante mis viajes por Austria visité algunos archivos. En Graz me surgió la idea de coleccionar documentos relacionados con los refugiados croatas y de formar un archivo de migrantes croatas. De Graz pasé a Salzburg, donde encontré a un conocido padre franciscano, quien fue profesor en el Colegio Franciscano de Varaždin. Le expuse la idea del archivo, la que le gustó mucho y ya empezamos a reunir algunos documentos. Me propuso la gestión de emplearme en el Archivo Arquidiocesano, que necesitaba refuerzos de especialistas en documentos medievales, pero mi nuevo camino se dirigió a Roma, por intervención de otro franciscano que vino de Italia y consideraba que podía prestar servicio en la Universidad Pontificia Antonianum de los Padres Franciscanos, cuyo rector era un croata, el Dr. Carlos Balić, famoso mariólogo y especialista en la filosofía de Duns Scoto.

Una noche de febrero de 1947 crucé, con ayuda de un fraile tirolés, las gélidas alturas nevadas del paso de Brenero, esquivando las fuerzas fronterizas austríacas e italianas. En Roma, fray Balić me contrató para hacer el catálogo de una biblioteca que compró la Universidad de un lingüista italiano, que contenía muchos libros en lenguas eslavas. Al mismo tiempo, ayudaba a Balić en la transcripción de fotocopias de unos códices del siglo XIII. Me quedó un buen margen de tiempo para cursar, en el año lectivo 1947-1948, archivología en el Archivo Secreto Vaticano y bibliotecología en la Biblioteca Apostólica Vaticana. Cuando terminé el catálogo, realicé en las bibliotecas romanas una investigación sobre la repercusión de la revolución de 1848 en Croacia; entonces se conmemoraba el centenario de la misma y preparé un libro que no pudo imprimirse por falta de fondos económicos. En Roma expuse la idea de creación de un archivo de emigración croata que tuvo buena acogida, pero no hubo medios para concretarla. Balić quiso que me quedara en Roma como especialista para los documentos relacionados con los pueblos eslavos en el Archivo Secreto Vaticano o en el Archivo Franciscano, pero no prosperó su intento de realizarlo. Cerradas las puertas allí y en la necesidad de ganarme el pan y ayudar económicamente a la familia, que permanecía en Zagreb, nuedaron las puertas abiertas de Argentina, cuyo gobierno facilitó, único en el mundo por entonces, la recepción de grandes contingentes croatas. Me dirigí a Grugliasco, cerca de Torino, donde una parte de un manicomio se utilizó para los refugiados en tránsito hacia América via Génova. Allí concluyó mi peregrinaje europeo, que empezó en una cárcel austríaca y terminó en un manicomio italiano...

En Italia tuve una nueva experiencia vital. De origen eslavo, inclinado un poco a la melancolía, tímido pero no exento de energía y decisión, experimenté la mentalidad germánica de orden, responsabilidad, trabajo sistemático que me dieron algunos profesores de origen alemán y la estadía en Austria. En Italia me familiarice con la mentalidad latina que me impresionó por su intuición, agilidad, calor humano, inclusive la improvisación y me sirvió para la mejor adaptación en el ambiente argentino latinoamericano.

Dejé Italia con el nuevo dolor por lo que dejaba y con renovada esperanza en el futuro.

Agosto de 1948. Un buque de transporte de tropas norteamericanas, puesto a disposición de la Cruz Roja, entra en el puerto de Buenos Aires.

Intenté como primer paso realizar los planes de crear un archivo de la vieja emigración croata bastante numerosa en Argentina, Chile y Estados Unidos, reforzada ahora con los nuevos refugiados. No hubo medios económicos.

A fines de 1948 llegó Balić a Buenos Aires, donde organizó un gran congreso mariológico. Habló con el ministro Ivanisevich, de origen croata de Dalmacia, quien le prometió el empleo profesional para unos 3 ó 4 profesores, entre ellos incluida mi persona, pero pronto se olvidó de la promesa. Traté de vincularme con el Archivo General de la Nación, carrera de Historia de la Universidad, Biblioteca Nacional y otras bibliotecas. La respuesta fue unísona: lo lamentamos. Había que buscar cualquier ocupación. Hice un curso elemental de contabilidad en la Academia Pittman, que me vino bien después en Comodoro Rivadavia. Entré en una fábrica de tejidos como obrero. Día tras día, semana tras semana, durante ocho horas continuas había que des-enchufar todo pensamiento y enchufar la atención exclusiva a las máquinas. No resistió el cerebro contaminado de estudios e ideas. Debía abandonar la fábrica y decidí dejar la capital porteña.

En Comodoro Rivadavia necesitaban mano de obra física y administrativa. Encontré vínculos con una empresa constructora que me empleó como jefe de personal en grandes obras que ejecutaban allí. Me dirigí al sur patagónico, difamado de ser tierra de soledad con un clima inhóspito. No importaba. El almanaque mostraba el mes de noviembre de 1949.

Me vinculé con el Instituto Superior de Estudios Patagónicos, cuyo presidente el Dr. Federico Escalada, médico y antropólogo de indígenas en la Patagonia, me dio en mano la reproducción del repartimiento de indios que hizo Juan de Garay en 1582 al fundar la dudad de Buenos Aires. Publiqué un artículo sobre el repartimiento que cambió mi destino. En Comodoro Rivadavia concebí la formación de un archivo con características de un repositorio de documentos de interés histórico, que reuniera también el material audiovisual a producirse por las entrevistas a las personalidades y simples pobladores, pero con mi alejamiento no se concretó. Allí, al recibir en 1952 la carta de ciudadanía argentina, en uno de mis solitarios paseos por las áridas latitudes patagónicas. me arrodillé y besé la tierra. A este beso lo tomé como el signo del noviazgo espiritual con mi nueva patria adoptiva, libre y emotivamente aceptada, incrustada en el mosaico de los países de tradición hispana en el suelo americano. Me sentía hijo de dos patrias, la nativa fielmente querida; a esta fidelidad la consideraba como prenda para ser fiel a la adoptiva.

Mientras tanto, en otra parte de Argentina, el Dr. Carlos A. Luque Columbres logró introducir la paleografía y la diplomática en los planes de estudio de la carrera de Historia en la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. En su calidad de decano buscó en vano en Buenos Aires un profesor dispuesto a asumir la nueva cátedra y, en base al artículo arriba citado, me invitó para llenar el vacío. Así, en junio de 1953 me incorporé a la famosa Universidad y, en un abrazo definitivo con la prestigiosa institución. Poco después llegó de Zagreb mi familia. Así empezó la tercera y definitiva fase de mi vocación... ".

Manuel Vázquez en el Anuario Interamericano de Archivos, vol. IX-X, pp. 271-306, Córdoba 1982-83, dedica a nuestro distinguido connacional un estudio titulado "Homenaje Bibliográfico".

Ese trabajo que comprende 36 páginas y que agrupa los datos bibliográficos de las numerosas obras del dr. Tanodi, libros, artículos, informes y escritos inéditos ("Pienso que no hay tópico de Archivología que no haya sido tratado por el Dr. Tanodi"), nos proporciona una imagen cabal de su extraordinaria labor que trasciende la Cátedra de Paleografía y Diplomática y de la Historia de la Edad Media de la Universidad Nacional de Córdoba y se proyecta en el vasto campo de toda Latinoamérica, labor del investiga-dor, pedagogo, consejero y organizador, alcanzando también a Europa y los países del Oriente en sus incansables viajes de exploraciones, de investigador científico, profesor visitante, participante de los simposios internacionales,

"Al crear la Escuela de Archiveros —dice Vázquez—, tuvo que ser profesor y autor, además de formador. La literatura archivística era entonces mucho más escasa y, en lengua española, casi inexistente" ... "Antes de su llegada a la Argentina, ya tenía estudios diplomáticos escritos en su lengua croata natal. En Córdoba aplicó sus profundos conocimientos y el diplomatista español José Joaquín Real Díaz, en Sevilla, comentó así su obra diplomática. Dice este autor que esta especialidad en general y sobre todo en el área de los documentos coloniales hispanoamericanos que él llama 'Documentos indianos', son campos vírgenes 'donde sólo encontramos al meritísimo profesor argentino Dr. Tanodi, auténtico pionero de los estudios diplomáticos indianos' ... ".

La última distinción del dr. Tanodi —el motivo reciente de esta nota—fue la adjudicación del título "Doctor Philosophiae Honoris Causa" por la Universidad de Colonia de la República Federal de Alemania en reconocimiento de sus méritos en investigación histórica en los campos de paleo-grafía, diplomática y archivística y por su contribución al estrechamiento de lazos entre la Universidad Nacional de Córdoba y la Universidad de Colonia.

Este alto honor le fue conferido oficialmente en una ceremonia que tuvo lugar en la Universidad Nacional de Córdoba el 26 de abril de este año y en la que hicieron uso de la palabra el rector de la Universidad, Dr. Mario A. Piantoni; el vicerrector y decano de la Facultad de Filosofía y Humanidades, profesor Carlos A. Segreti y el cónsul de la República Federal de Alemania en Córdoba, Hugo M. Fehrenbach.

Juan (Ivo) Rojnica: realizaciones y esfuerzos validos para varias vidas

Esta frase, empleada por una publicación croata comentando su septuagésimo aniversario, define realmente muy bien la compleja personalidad de Juan Rojnica en la que se entrelazan un eminente empresario, industrial, hombre político, escritor y, sobre todo, el incansable luchador y abnegado patriota croata.

Juan Rojnica nació el 20 de agosto de 1915 en Cista, Croacia, en el seno de una numerosa familia croata. Radicado a Dubrovnik, se destacó ya en su juventud por su actuación patriótica que intensificó en los momentos más graves de la lucha del pueblo croata por su independencia, durante la Segunda Guerra Mundial. En circunstancias sumamente dramáticas, en 1945, se salvó en el holocausto croata junto con su familia, sin saber por un tiempo el destino de su mujer e hijita de un mes de edad.

En 1947 se radicó en la Argentina. Instalado en Buenos Aires se incorporó muy pronto a la actividad política y cultural de los croatas exiliados, al mismo tiempo que ha continuado con la actividad comercial que había iniciado ya en su país de origen, extendida ahora al ramo de la industria textil. En largos años de labor ardua, sacrificada y de notable responsabilidad llegó a desarrollar uno de los más prestigiosos establecimientos textiles del tejido de punto en la Argentina, Puloverfin S.A., actualmente fabricante de prestigiosas marcas internacionales y exportador, principalmente a los Estados Unidos de América. Su planta industrial se integra con establecimientos de hiladería y de tintorería, Ivolana S.A., formando un circuito de producción autónoma y comnetitiva en el mercado interno y externo.

El éxito industrial le permitió a Rojnica financiar muchas actividades de los croatas en el exilio. El fue el principal iniciador de la revista Studia Croatica y su principal financista desde su fundación hasta el presente.

Su actividad industrial se complementa desde un principio con la actividad social, política y cultural. Escribió dos libros de sus memorias titulados: Susreti i Doživljaji (Encuentros y vivencias), ed. de la Revista Croata, Barcelona 1969 y 1983, 856 pp., que abarcan los acontecimientos y su actuación en Croacia y en el exilio entre los años 1938 v 1975. (Ver reseñas en Studia Croatica, Nro. 36-37. 1970; Nro. 92-93 v N9 94-95, 1984).

Como croata y ciudadano argentino Rojnica se ha compenetrado íntimamente con el ambiente argentino, al que siente como su patria adoptiva. Apreciado por sus numerosos amigos argentinos supo siempre informarles y despertar en ellos las simpatías por la causa noble y justa del pueblo croata. A su vez, apreciando en la misma medida a la Nación Argentina y a sus ilustres próceres quiso instar a sus compatriotas a que conozcan mejor su historia y a la vez poner de relieve los aportes de los emigrantes croatas y sus descendientes a la Argentina. El resultado de esta inquietud fue el tercer libro de Rojnica, publicado en 1974: Prikaz povijesti Argentine i doprinos Hrvata (Panorama de la historia argentina y el aporte croata), pp. 269, que de hecho constituye el primer compendio de la historia argentina escrito en croata. (Vea Studia Croatica, N9 54-55, 1974).

Rojnica es miembro de varias asocivciones argentinas y croatas, como ser: La Asociación Católica de Empresarios (ACDE), Rotary Club Internacional, Club Cultural Croata Argentino, Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, en el que se desempeña como vicepresidente y es miembro de la Redacción de Studia Croatica.

En ocasión de su septuagésimo aniversario fue agasajado en una reunión de amigos realizada el 19 de octubre en el Club Cultural Croata Argentino en Buenos Aires. En esta oportunidad fue saludado por el rev. Lino Pedišić, director espiritual de los croatas católicos en la Argentina, el prof. Tonko Gazzari, presidente del Club Cultural Croata Argentino y el dr. Radovan Latković, presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura y director de Studia Croatica, quienes destacaron en su brindis diversas facetas de la múltiple, abnegada y exitosa actuación del homenajeado Juan Rojnica.

Lic. Nicolás José Ivandić: una promesa

A diferencia de los dos croatas-argentinos mencionados precedentemente, el joven Ivandić nació en la Argentina. Pero por su sangre y su formación familiar siente apego y afinidad hacia la patria de sus progenitores, quienes, como tantos otros croatas, tuvieron que abandonar, en 1945, su país ante el dilema: la esclavitud o la libertad.

Nicolás José, hijo del ing. José Ivadić y Mira Vesel, nació el ,15 de julio de 1959 en Buenos Aires. Cursó los estudios primarios y secundarios en el "Instituto Pestalozzi", colegio alemán de doble escolaridad, donde evidenció aplicación y disciplina además de inclinación hacia varias asignaturas. Recibe el "Trofeo Pestalozzi al mejor bachiller" y el "Premio Federico Alemán" como mejor alumno en alemán.

En virtud de un intercambio de estudiantes secundarios con la República Federal de Alemania en 1977 asistió durante seis meses al "Hölty Gymnasium" en Celle, lo que le permitió en los recesos escolares conocer además de Alemania, varios otros países de Europa, incluyendo Croacia.

Sus múltiples inquietudes van desde el deporte (certificados y medallas por pruebas de penthatlon) hasta la música a la que se dedica intensamente como alumno regular en el "Instituto Santa Ana", al par de sus estudios universitarios, y en 1983 obtiene el título de profesor nacional de música, especializado en piano.

Asimismo estudia a fondo el inglés y obtiene en 1985, entre los centenares de alumnos, el más alto puntaje en los exámenes de GMAT (Graduate Management Admission Test) y TOEFL (Test of English as a Foreing Language). Estas pruebas de validez internacional tienen por objeto evaluar las habilidades lingüísticas y lógico-matemáticas necesarias para comenzar estudios de postgrado en management y los conocimientos del idioma inglés de aquellas personas cuya lengua materna no es el inglés.

El mismo año obtiene también su titulo universitario. El diploma otorgado por la Pontificia Universidad Católica Argentina Santa María de los Buenos Aires, indica su máximo éxito logrado hasta el presente: "Nicolás José Ivandić ha obtenido el más alto promedio de su promoción durante sus estudios de Licenciado en Ciencias Políticas (Especialización en Relaciones Internacionales). Por ello, el Consejo Superior le otorga la Medalla de Oro. Dado en Buenos Aires, a 2 dias de julio del Año del Señor 1985".

Esos promedios distinguidos le valieron la beca para proseguir durante dos años los estudios de postgrado, master en economía y dirección de empresas en el Instituto de Estudios Superiores de Empresa (IESE) de la Universidad de Navarra de Barcelona. En España lo acompaña su flamante esposa Gabriela Ababa que se dedica a los estudios de biología.

Se vislumbra pues una nueva generación de croatas-argentinos que, estamos seguros, tenderá un sólido y ancho puente de relaciones entre la Argentina, su patria nativa y Croacia, patria de sus padres.

RL

0991001

Festival folklórico "Nuestras Raíces"

El 20 de octubre de 1985 tuvo efecto en el Auditorio Belgrano de Buenos Aires, el 4to. Festival Folklórico Nuestras Raices, organizado por la Agrupación Folklórica de Colectividades del Este Europeo, que actualmente integran cinco conjuntos, a saber: el croata, el húngaro, el lituano, el polaco y el ucraniano.

La referida agrupación fue constituida en 1982 con el objeto de hacer conocer en su conjunto y en su diversidad el riquísimo folklore de sus naciones de origen y al mismo tiempo hermanar a los jóvenes integrantes de las colectividades involucradas.

Participó con singular éxito el conjunto de danzas croatas La Primavera, perteneciente a la Asociación de Estudiantes Católicos Croatas y dirigido por Željka Hasenay, de fina sensibilidad artística. Dicho conjunto danzante fue acompañado por el gruro de cuerdas Bosna, que actúa desde hace más de 12 años bajo la experimentada y entusiasta conducción de Darko Mažuranić, completado últimamente por el prometedor grupo vocal Klapa.

Todos los conjuntos nacionales actuaron ataviados en sus coloridos trajes típicos. Con respecto al repertorio croata especial entusiasmo suscitó la ejecución de drmež, una movida danza que expresa la vitalidad y la alegría del milenario pueblo croata, de svatovac, ronda vivaz y briosa, característica de las fiestas nupciales como asimismo de Me preguntan de qué pueblo soy, baile popular acompañado por el canto.

El desbordado entusiasmo del auditorio, totalmente llenado, se tradujo en un aplauso prolongado y ovaciones espontáneas.

0991101

Canadá: Fundación de Estudios Croata-Canadienses

Los representantes de escuelas, parroquias, asociaciones culturales e instituciones de carácter social, comercial y empresario de la colectividad croata en Canadá, reunidos el 20-4-1985 en Mississauga, convinieron sentar fundamentos de la Fundación de Estudios Croata-Canadienses. El primer paso consiste en abrir una cátedra para los estudios precitados. La comisión, creada ad-hoc, analizó las condiciones presentadas por varias universidades canadienses y optó por la de York, Toronto, una moderna y dinámica casa de altos estudios con más de 30 mil alumnos y con posibilidades para casi todas las disciplinas y asignaturas.

Como año tras año se acrecienta el número de estudiantes de ascendencia croata, una cátedra, dedicada a los estudios croatas, brindará amplias posibilidades a las nuevas generaciones en cuanto al estudio en el nivel universitario del idioma, letras, migraciones, historia y economía de Croacia, amen de otros tópicos.

La flamante fundación hace su primer llamado a mecenas, sociedades, entidades e instituciones de las colonias croatas en Canadá y América para que aporten su apoyo moral y material a esta noble y prometedora iniciativa.

Enviar consultas, propuestas y correspondencia en general a:

THE CROATIAN - CANADIAN STUDIES FOUNDATION

50 Alder Street North

SUDBURY,

Ontario, Canadá, P3C 4J8

0991201

Estados Unidos de Norteamérica: Los inmigrantes croatas en Estados Unidos en defensa de su idioma

Como hemos subrayado reiteradas veces en las páginas de esta revista la clase del pueblo servio en la Yugoslavia plurinacional y plurilingiiística, en su política imperialista, tanto durante el régimen monárquico anterior y el comunista actual, ambos de carácter totalitario, con pequeñas diferencias, trata de absorber y diluir la identidad nacional croata. Para conseguirlo, impone su idioma, diferente del croata si bien ambos pertenecen al grupo lingüístico eslavo, con fuertes similitudes morfológicas, semánticas y fonéticas. Empero, la política granservia de Belgrado persigue el mismo propósito, lo que se refleja en todas las instituciones internacionales y en los organismos de varios estados con proyección y destino para los pueblos integrantes de Yugoslavia, como es la agencia radiofónica estadounidense La Voice of America (La Voz de América). Reproducimos a continuación la nota dirigida el 13-6-85 por el presidente y secretario de Hrvatska Bratska Zajednica (La Comunidad Fraternal Croata) dirigida a Edward Mainland, Jefe de la División Europa de "La Voz de América" sobre el tema de marras. Cabe poner de relieve aquí que dicha entidad constituye la más fuerte organización de casi tres millones de croatas y sus descendientes radicados en los Estados Unidos y Canadá.

13 de junio de 1985

"Estimado Sr. Mainland:

Llegó el momento de decir la verdad sobre el servicio yugoslavo de La Voz de América, desde hace muchos años discriminatorio en cuanto al pueblo e idioma croatas de nuestra digna herencia, por tratarse de un idioma bien definido que no puede confundirse con el servio que es también un idioma independiente y digno de todo respeto.

Ultimamente hemos advertido que dicha discriminación se está convirtiendo en una burda ofensa al pueblo croata y sus intereses ai que esas emisiones están destinadas...

Nada tenemos en contra del personal mixto, pero desde que en 1944 fue creado el Buró servio-croata, la mayor atención se dedica al idioma, actividades, cultura, etc., servias, lo que no condice con las demás nacionalidades que conviven en Yugoslavia que, por supuesto, respetan a su país, pero apreciarían sin duda alguna si los Estados Unidos tomarian en cuenta su idioma, lo que es, en substancia, la finalidad de este programa de La Voz de América.

Por eso le rogamos revisar esta situación y procurar corregir todas Ias desigualdades y distorsiones relacionadas con los inmigrantes croatas en América y en cuanto al pueblo croata que vive en Yugoslavia se le asegure que América está interesada en su bienestar por tratarse de un pueblo de ricas tradiciones y elevada dignidad, en lugar de calumniar a su país.

Esperarnos que preste atención especial a este problema y tome las medidas positivas y conducentes para que en el programa para Croacia de La Voz de América no trabaje sólo un periodista locutor croata (mientras que los restantes son 9 servios y 4 eslovenos, N. de la R.) y que habrá más igualdad con respecto a las emisiones destinadas al pueblo croata...

Solicitamos la igualdad en este asunto y si no hay respuesta en un plazo razonable, nos veremos obligados a plantear este problema ante el Congreso con el fin de no ver más humillado nuestro idioma croata por algunos grupos enemigos que quieren borrar la lengua croata de la faz de la tierra.

Los socios de nuestra institución por sus estatutos deben cuidar el honorable idioma croata que no debe ser falseado, distorsionado ni descartado por quienes trabajan sólo por intereses internos propios.

Hrvatska Bratska Zajednica (La Comunidad Fraternal Croata) es una sociedad de socorros mutuos, autorizada a operar en 27 estados de Norteamérica y seis provincias de Canadá, integrada por más de 100.000 socios. Al mismo tiempo representa la organización mutualista más numerosa entre los inmigrantes provenientes del área sureslava y sus socios fomentan las costumbres, tradiciones e idioma croatas."

Bernard M. Luketich, Presidente

John P. Plea, Secretario

* * *

Seis días después, el 19 de junio, Sr. Patrick E. Nieburg, Director Regional de la La Voz de América, contestó la carta de la Comunidad Fraternal Croata, informando a su presidente que desde el 1 de agosto del corriente año, en atención al reclamo interpuesto, el programa de La Voz de América en el idioma croata será reforzado con cuatro periodistas locutores croatas.

0991301

Suecia: Maniobras "balcánicas" de Belgrado

La Alianza de asociaciones croatas en Suecia organizó a fines de octubre pasado en Olofstrôm un variado festival cultural y deportivo, en el que participó también la entidad Kroatia de Oslo, capital de Noruega. El programa resultó muy atractivo y constó de danzas y canciones populares, recitales musicales y poéticos, y con un partido de fútbol.

La concurrencia era numerosa, pues además de los obreros croatas, radicados en Suecia, asistieron los lugareños con destacadas figuras de la vida política y cultural suecas. La huésped de honor era Gunnel Liljegen, diputada nacional por el partido conservador y activo miembro de la Comisión en pro de la Salvación de Ivan Dragičević, obrero metalúrgico croata, radicado en Olofstrôm desde hace quince años y cuya familia lo está esperando hace más de 18 meses, ya que fue retenido y encarcelado en Yugoslavia sin motivo alguno cuando fue a ver a sus padres.

Este caso, agregado a otros atropellos y abusos, cometidos por las autoridades yugoslavas contra la colonia croata radicada en Suecia, despertó viva reacción tanto de la opinión pública como de sociedades de la defensa de los derechos humanos.

En vísperas del aludido festival Marjan Oblak, embajador yugoslavo en Estocolmo, presionó en forma improcedente a Ulf Adelsohn, presidente del partido conservador y otros funcionarios diplomáticos y consulares yugoslavos trataron de impedir la asistencia de figuras políticas suecas al referido acto y su difusión en los medios masivos de comunicación. Por supuesto, tratándose de un país genuinamente democrático, esas intrigas y maniobras de la diplomacia de Belgrado consiguieron efectos bien contrarios y dieron pauta a la opinión pública de los métodos sinuosos y "balcánicos" a que recurre el régimen totalitario comunista en su denigración y persecución de los croatas, que sólo anhelan ver a su país libre e independiente.

Con ese motivo la diputada nacional Gunnel Liljegren declaró que "el procedimiento de las autoridades yugoslavas con Ivan Dragičević equivale al terrorismo que practica el régimen yugoslavo".

En defensa de los derechos humanos

0991401

La Navidad en Croacia es día laborable

Desde hace cuarenta años, por primera vez en su historia milenaria, los croatas católicos desde el siglo VII —igual que otros cristianos, ortodoxos y protestantes— no pueden festejar dignamente su tradicional fiesta religiosa, por prohibirlo el gobierno comunista yugoslavo, implantado en 1945.

Mientras que Polonia, país perteneciente al Pacto de Varsovia, ha declarado la Navidad como el día no laborable, el régimen yugoslavo sigue engañando hábilmente al mundo libre fingiendo un régimen socialista de tendencia "liberal", mientras que viola sistemáticamente los más elementales derechos humanos.

0991501

Presos politicos en hospitales psiquiátricos

En el Código Penal yugoslavo está vigente el art. 63 que reza (inciso 3) : "El que comete un hecho punible en un estado de anormalidad (irresponsabilidad) o de una normalidad disminuida el tribunal requerirá obligatoriamente su tratamiento psiquiátrico y su internación en un instituto de salud mental si verifica que es peligroso para terceros y que para obviar ese peligro resultan necesarios su tratamiento e internación en tal instituto".

El 2 de setiembre de 1985 un grupo de 25 belgradenses, fundadores de la organización humanitaria Akcija (Acción) para protegerse de los abusos de la psiquiatría con fines políticos y otros en Yugoslavia, dirigió un llamado a la Presidencia de la República Federativa Socialista de Yugoslavia para que se libere inmediatamente de los pabellones psiquiátricos carcelarios a los presos politicos Vlado Perišić, croata, y Bajram Ajeti, albanés de Kosovo.

En la documentación respaldatoria del grupo Acción, liderado por Tomislav Krsmanović y apoyado por un número considerable de disidentes servios y algunos croatas, se citan otros presos políticos, mentalmente sanos y recluidos en los hospitales psiquiátricos. Entre ellos figuran Božidar Boričić, Djorje Šimičić, Stevan Poznić y otros.

Empero, los casos más conmovedores son los de Bajram Ajeti y Vlado Perišić. Bajram Ajeti, nacido en Podujevo en 1954, fue condenado según el diario "Politika" del 20-V-85, como "miembro", o mejor dicho como secretario del grupo enemigo denominado "el Grupo marxista-leninista de Kosovo". El tribunal dictó enseguida "la medida de seguridad del tratamiento obligatorio en un hospital neuropsiquiátrico de tipo cerrado por tiempo indeterminado", puesto que "padece de esquizofrenia paranóica". Desde entonces se halla en la sección psiquiátrica del hospital, sito en la calle Bačvanska 14, Belgrado. -

Vlado Perišić, nacido hace 32 años en Šibenik, Croacia meridional, tuvo la "desgracia" de haber hecho tatuar en su antebrazo el escudo croata. Por ese motivo, sobre todo durante los meses de verano, con frecuencia fue citado e interrogado por la policía de Šibenik. Le prohibieron aparecer en los balnearios y playas y cuando una vez declaró en la estación de milicianos que no podía, sin correr grave riesgo, eliminar el escudo tatuado, le contestaron que "debía amputar el brazo".

Como no pudo encontrar trabajo en Šibenik, en 1979 se fue a Alemania donde tenía parientes. Recordando las molestias sufridas envió a la policía de Šibenik una copia del periódico Nova Hrvatska (que se publica en Londres), con una carta anónima en la cual denostaba a sus perseguidores. Un día le informaron falsamente que su padre estaba moribundo.

Vlado Perišić tomó el primer avión para Zagreb, donde fue detenido y trasladado a la prisión del distrito de Šibenik. Seis meses pasó en la celda solitaria, torturado con sadismo. Los guardias le sacaron en invierno la yacija y la manta, de modo que durante meses se acostaba en el suelo de la celda sin calefacción. Durante la instrucción los guardias borrachos lo despertaban y pegaban. Una vez le desgarraron la ropa y le daban "porrazos educativos" en el cuerpo desnudo hasta que le brotó la sangre y se desmayara. Luego le derramaron agua fría para que recobrase el conocimiento.

El juez de instrucción Veljko Cvijetić buscaba los cargos que le podría imputar. En ausencia de otro hecho reconocido, salvo el envío postal del periódico a la policía, lo acusó de que "durante su estadía en Alemania se conectó con un número determinado de personas no identificadas que actúa activamente contra la República Federativa Socialista de Yugoslavia y se reúnen en torno del centro pro-ustasha católico Leopold Mandić en Friedrichshafen, Bodensee".

En dicha localidad no existe semejante "centro pro-ustasha Leopold Mandić" sino una misión católica y una iglesia para los croatas católicos que transitoriamente trabajan alli. Le imputaron también que "el motivo principal" de su salida del país en abril de 1979 era "festejar en Austria el cumpleaños de Adolfo Hitler".

Terminado el procedimiento instructivo y formulada la acusación el Tribunal de Distrito de Šibenik mandó a Perišić al examen psiquiátrico al Instituto Penal y Correccional y Mental Šimunska de Zagreb. En la celda solitaria del hospital debe tomar fuertes psicofármacos como ser "Tavor", "Frazinel", "Nozinal" de 100 a 200 mg, etc. Los psiquiatras de ese establecimiento varias veces le aplicaron choques eléctricos en la cabeza. Después, el Dr. Ivan Košuljandić, jefe del departamento psiquiátrico de dicho penal, devuelve al acusado Perišić al Tribunal de Šibenik con el diagnóstico siguiente: "El acusado padece de psicosis endógena esquizofrénica manifestada en forma alucinante-paranoica con escasa probabilidad de curación, de modo que se recomienda prosigan su internación y tratamiento en el hospital psiquiátrico de la penitenciaria por cuanto hay peligro de que repita el hecho".

Así fue. El juzgado de Distrito de Šibenik condenó en octubre de 1982 a Vlado Perišić por los hechos delictuosos previstos en los artículos 133 y 157 (propaganda hostil y lesión del prestigio de Yugoslavia) "a la medida de seguridad de internación y tratamiento ilimitados en un instituto psiquiátrico de perfil cerrado".

Cuando nuevamente fue llevado al penal Šimunska, Vlado Perišić pidió sacerdote para confesarse. En lugar de llamar a sacerdote el centinela, apodado Acan, lo molió a puñetazos en el plexo y estómago.

La Corte Suprema de Croacia anuló a fines de 1982 el fallo de la primera instancia y devolvió el expediente para nuevo proceso "pues encuentra que no existen elementos probatorios de hechos delictuosos imputados, apenas cabe hablar de indicios que podrían influir en la comisión eventual de delitos. Por ello, al no existir el hecho delictuoso, no procede dictaminar medidas de seguridad de internación y tratamiento ilimitados".

En la audiencia general repetida el Tribunal de Distrito de Šibenik declara a Perišić culpable y nuevamente dicta la medida de seguridad de internación y tratamiento ilimitados. El juzgado de segunda instancia anula también este fallo, pero el Tribunal de Distrito justifica su sentencia en base al diagnóstico del "perito" judicial, del cual no desiste.

Vlado Perišić fue trasladado el 24-1-1984 al hospital psiquiátrico Popovača, sector judicial-carcelario. Desde entonces, a quienes se interesan por su salud, algunos empleados contestan: "No revuelvan el caso de Vlado Perišić. Está en Popovača. ¡Allí está su lugar... !".

Por tener tatuado el escudo croata y por enviar innocuamente por correo el periódico Nova Hrvatska. ¿Cuántos parecidos a Perišić están encarcelados e internados en hospitales de enfermedades mentales en Croacia?

Guido Saganić (Nova Hrvatska, 19/1985, Londres)

 

Documentos

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Carta Encíclica "Slavorum Apostoli" del Sumo Pontífice Juan Pablo II

A los obispos, sacerdotes, familias religiosas y a todos los fieles cristianos en memoria de la obra evangelizadora de los Santos Cirilo y Metodio después de once siglos.

Se reproducen sendos fragmentos de la Encíclica del epígrafe, "la más personal por su tono y contenido de las cuatro publicadas hasta hoy por Juan Pablo II y uno de los documentos más abiertos y constructivos de su Pontificado" (Corriere della Sera, 3-7-1985), transcriptos de L'Osservatore Romano del 14-7-1985, edición semanal en lengua española.

Venerables, hermanos, amadísimos hijos: ¡Salud y bendición apostólica!

I. Introducción

Los Apóstoles de los Eslavos, Santos Cirilo y Metodio, permanecen en la memoria de la Iglesia junto a la gran obra de evangelización que realizaron. Se puede afirmar más bien que su recuerdo se ha hecho particularment vivo y actual en nuestros días.

Al considerar la veneración, plena de gratitud de la que los Santos hermanos de Salónica (la antigua Tesalónica) gozan desde hace siglos, especialmente en las naciones eslavas, y recordando la inestimable contribución dada por ellos a la obra del anuncio del Evangelio en aquellos pueblos y, al mismo tiempo, en la causa de la reconciliación, de la convivencia amistosa, del desarrollo humano y del respeto a la dignidad intrínseca de cada nación con la Carta Apostólica Egregiae Virtutis[30] del 31 de diciembre de 1980, proclamé a los Santos Cirilo y Metodio Copatronos de Europa. Continué así la linea trazada por mis predecesores y, de modo particular, por León XIII, quien hace alga más de 100 años, el 30 de setiembre de 1880, extendió a toda la Iglesia el culto de los dos Santos con la Carta Encíclica Grande munus[31], y por Pablo VI, quien, con la Carta Apostólica Pacis nuntius[32], proclamó a San Benito Patrón de Europa, el 24 de octubre de 1964.

El documento de hace cinco años quería avivar la conciencia ante estos solemnes actos de la Iglesia e intentaba llamar la atención de los cristianos y de todos los hombres de buena voluntad, que buscan el bien, la concordia y la unidad de Europa, a la actualidad siempre viva de las eminentes figuras de Benito, de Cirilo y Metodio, como modelos concretos y ayuda espiritual para los cristianos de nuestra época y, especialmente, para las naciones del continente europeo, que, desde hace ya tiempo, sobre todo gracias a la oración y a la labor de estos Santos, se han arraigado consciente y originalmente en la Iglesia y en la tradición cristiana.

La publicación de mi citada Carta Apostólica, el año 1980, inspirada por la firme esperanza de una superación gradual en Europa y en el mundo de todo aquello que divide a las Iglesias, a las naciones y a los pueblos, se referia a tres circunstancias, que constituyeron objeto de mi oración y reflexión. La primera fue el XI centenario de la Carta Pontificia Industriae tuae[33], mediante la cual Juan VIII, en el año 880, aprobó el uso de la lengua eslava en la liturgia traducida por los dos Santos hermanos. La segunda estaba representada por el primer centenario de la ya mencionada Carta Encíclica Grande munus. La tercera fue el comienzo, precisamente el año 1980, del feliz y prometedor diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas en la Isla de Patmos.

II. Referencia biográfica

Siguiendo el ejemplo ofrecido por la Carta Grande munus, deseo recordar la vida de San Metodio, sin omitir por esto las vicisitudes –que tan íntimamente le están unidas– de su hermano San Cirilo. Esto lo haré a grandes rasgos, dejando a la investigación histórica las precisiones y las discusiones sobre los puntos más concretos.

La ciudad que vio nacer a los dos Santos hermanos, es la actual Salónica, que en el siglo IX era un importante centro de vida comercial y política en el Imperio bizantino y ocupaba un lugar de notable importancia en la vida intelectual y social de aquella región de los Balcanes. Al estar situada en la frontera de los territorios eslavos, tenía por lo tanto un nombre eslavo: Solun.

Metodio era el hermano mayor y verosímilmente su nombre de pila era Miguel. Nace entre los años 815 y 820. Menor que él Constantino —posteriormente más conocido con el nombre religioso de Cirilo— vino al mundo el año 827 u 828. Su padre era un alto funcionario de la administración imperial. La situación social de la familia abría a los dos hermanos una similar carrera, que, por lo demás. Metodio emprendió, alcanzando el cargo de arconte, o sea. de gobernador en una de las provincias fronterizas, en la que vivían muchos eslavos. Sin embargo hacia el año 840 la abandona para retirarse a uno de los monasterios situados en la falda del monte Olimpo —en Bitinia—, conocido entonces baio el nombre de Sagrada Montaña.

El hecho que debía decidir totalmente el curso de su vida, fue la petición hecha por el Príncipe Rastislao de la Gran Moravia al Emperador Miguel III, para que enviara a sus pueblos "un obispo y maestro..., que fuera capaz de explicarles la verdadera fe cristiana en su lengua" [34].

Son elegidos los Santos Cirilo y Metodio, que rápidamente aceptan la misión. Seguidamente se ponen en viaje y llegan a la Gran Moravia —un Estado formado entonces por diversos pueblos eslavos de Europa Central, encrucijada de las influencias recíprocas entre Oriente y Occidente —probablemente hacia el año 863 comenzando en aquellos pueblos la misión, a la que ambos se dedican durante el resto de su vida, pasada entre viajes, privaciones, sufrimientos, hostilidades y persecuciones, que en el caso de Metodio llegan hasta una cruel prisión. Soportan todo ello con una gran fe y firme esperanza en Dios. En efecto, se habían preparado bien a la tarea que les había sido encomendada; Llevaban consigo los textos de la Sagrada Escritura indispensables para la celebración de la sagrada liturgia, preparados y traducidos por ellos mismos a la lengua paleo-eslava y escritos con un nuevo alfabeto, elaborado por Constantino Filósofo y perfectamente adaptado a los sonidos de tal lengua. La actividad misionera de los dos hermanos estuvo acompañada por un éxito notable, pero también por las comprensibles dificultades que la precedente e inicial cristianización, llevada por las Iglesias latinas lindantes, ponían a los nuevos misioneros.

Después de unos tres años, en el viaje a Roma se detienen en Panonia, donde el Príncipe eslavo Kocel —huido del importante centro civil y religioso de Nitra— les ofrece una hospitalaria acogida. Desde aquí, algunos meses más tarde, continúan el viaje a Roma en compañía de sus discípulos, para quienes desean conseguir las órdenes sagradas. Su itinerario pasa por Venecia, donde son sometidas a público debate las premisas innovadoras de la misión que están realizando. En Roma el Papa Adriano II, que ha sucedido mientras tanto a Nicolás I, les acoge con mucha benevolencia. Aprueba los libros litúrgicos eslavos, que ordena depositar sobre el altar de la iglesia de Santa María ad Praesepe, llamada en la actualidad Santa María la Mayor, y dispone que sus discípulos sean ordenados sacerdotes. Esta fase de sus trabajos se concluye de un modo muy favorable, Metodio, sin embargo, debe continuar solo la etapa sucesiva, pues su hermano menor, gravemente enfermo, apenas consigue emitir los votos religiosos y vestir el hábito monacal, pues muere poco tiempo después el 14 de febrero del 869 en Roma.

San Metodio fue fiel a las palabras que Cirilo le había dicho en su lecho de muerte: "He aquí, hermano, que hemos compartido la misma suerte ahondando el arado en el mismo surco; yo caigo ahora sobre el campo al término de mi jornada. Tu amas mucho —lo sé— tu Montaña; sin embargo, por la Montaña no abandones tu trabajo de enseñanza. En verdad, ¿dónde puedes salvarte mejor?" [35].

Consagrado obispo para el territorio de la antigua diócesis de Panonia y nombrado Legado Pontificio "ad gentes" para los pueblos eslavos, toma el titulo eclesiástico de la restaurada sede episcopal de Sirmio. La actividad apostólica de Metodio se ve, sin embargo, interrumpida a consecuencia de complicaciones político-religiosas que culminan con su encarcelamiento por un periodo de dos años, bajo la acusación de haber invadido una jurisdicción episcopal ajena. Es liberado sólo gracias a una intervención personal del Papa Juan VIII. Finalmente, también el nuevo Soberano de la Gran Moravia, el Príncipe Svatopluk, se muestra contrario a la acción de Metodio, oponiéndose a la liturgia eslava e insinuando en Roma ciertas dudas sobre la ortodoxia del nuevo arzobispo. El año 880 Metodio es llamado ad Limina Apostolorum, para presentar una vez más toda la cuestión personalmente a Juan VIII. En Roma, una vez absuelto de todas las acusaciones, obtiene del Papa la publicación de la bula Industrias tuae[36] que, por lo menos en lo fundamental, restituía las prerrogativas reconocidas a la liturgia en lengua eslava por su predecesor Adriano II.

Análogo reconocimiento de perfecta legitimidad y ortodoxia obtiene Metodio de parte del Emperador bizantino y del Patriarca Focio, en aquel momento en plena comunión con la Sede de Roma, cuando va a Constantinopla el año 881 u 882. Dedica los últimos años de su vida sobre todo a ulteriores traducciones de la Sagrada Escritura y de los libros litúrgicos, de las obras de los Padres de la Iglesia y también de una recopilación de las leyes eclesiásticas y civiles bizantinas, conocida bajo el nombre de Nomocanon. Preocupado por la supervivencia de la obra que había comenzado, designa como sucesor a su discípulo Gorazd. Muere el 6 de abril del año 885 al servicio de la Iglesia instaurada en los pueblos eslavos.

La acción previsora, la doctrina profunda y ortodoxa, el equilibrio, la lealtad, el celo apostólico, la magnanimidad intrépida le granjearon el reconocimiento y la confianza de Pontífices Romanos, de Patriarcas Constantinopolitanos, de Emperadores bizantinos y de diversos Príncipes de los nuevos pueblos eslavos. Por todo ello, Metodio llegó a ser el guía y el pastor legítimo de la Iglesia, que en aquella época se arraigaba en aquellas naciones y es unánimemente venerado, junto con su hermano Constantino, como el heraldo del Evangelio y el maestro "de parte de Dios y del Santo Apóstol Pedro" [37] y como fundamento de la unidad plena entre las Iglesias de reciente fundación y las más antiguas.

En honor a la verdad, la obra de los Santos hermanos, después de la muerte de Metodio, sufrió una grave crisis, y la persecución contra sus discípulos se agudizó de tal modo, que se vieron obligados a abandonar su campo misional; no obstante esto, su siembra evangélica no cesó de producir frutos y su actitud pastoral, preocupada por llevar la verdad revelada a nuevos pueblos —respetando en todo momento su peculiaridad cultural—, sigue siendo un modelo vivo para la Iglesia y para los misioneros de todas las épocas.

III. Heraldos del Evangelio

Los hermanos Cirilo y Metodio, bizantinos de cultura, supieron hacerse apóstoles de los eslavos en el pleno sentido de la palabra.

La vida eslava de "Metodio recoge con estas palabras la petición, hecha por el Príncipe Rastislao al Emperador Miguel a través de sus enviados: "Han llegado hasta nosotros numerosos maestros cristianos de Italia, de Grecia y de Alemania, que nos instruyen de diversas maneras. Pero nosotros los eslavos... no tenemos a nadie que nos guíe a la verdad y nos instruya de un modo comprensible[38]. Entonces es cuando Constantino y Metodio fueron invitados a partir. Su respuesta profundamente cristiana a la invitación, en esta circunstancia y en todas las demás ocasiones, está expresada admirablemente en las palabras dirigidas por Constatino al Emperador: "A pesar de estar cansado y físicamente débil, iré con alegría a aquel país" [39]; "Yo marcho con alegría por la fe cristiana"[40].

Precisamente por tal motivo consideraron una cosa normal tomar una posición clara en todos los conflictos, que entonces perturbaban las sociedades eslavas en vías de organización, asumiendo como suyas las dificultades y los problemas, inevitables en unos pueblos que defendían la propia identidad bajo la presión militar y cultural del nuevo Imperio romano-germánico, e intentaban rechazar aquellas formas de vida que consideraban extrañas. Era a la vez el comienzo de unas divergencias más profundas, destinadas desgraciadamente a acrecentarse, entre la cristianadad oriental y la occidental, y los dos Santos misioneros se encontraron personalmente implicados en ellas, pero supieron mantener siempre una recta ortodoxia y una atención coherente, tanto al depósito de la tradición como a las novedades del estilo de vida, propias de los pueblos evangelizados. A menudo las situaciones de contraste se impusieron con toda su ambigua y dolorosa complejidad; pero no por esto Constantino y Metodio intentaron apartarse de la prueba: la incomprensión, la manifiesta mala fe y, en el caso de Metodio, incluso las cadenas, aceptadas por amor de Cristo, no consiguieron hacer desistir a ninguno de los dos del tenaz propósito de ayudar y de servir a la justa causa de los pueblos eslavos y a la unidad de la Iglesia universal. Este fue el precio que debieron pagar por la causa de la difusión del Evangelio, por la empresa misionera, por la búsqueda esforzada de nuevas formas de vida y de vías eficaces con el fin de hacer llegar la Buena Nueva a las naciones eslavas que se estaban formando.

En la perspectiva de la evangelización —como indican sus biografías—, los dos Santos hermanos se dedicaron a la difícil tarea de traducir los textos de la Sagrada Escritura, conocidos por ellos en griego, a la lengua de aquella estirpe eslava que se había establecido hasta los confines de su región y de su ciudad natal. Sirviéndose del conocimiento de la propia lengua griega y de la propia cultura para esta obra ardua y singular, se prefijaron el cometido de comprender y penetrar la lengua, las costumbres y tradiciones propias de los pueblos eslavos, interpretando fielmente las aspiraciones y valores humanos que en ellos subsistían y se expresaban.

Anteriormente, Constantino y sus colaboradores se habían preocupado en crear un nuevo alfabeto, para que las verdades que había que anunciar y explicar pudieran ser escritas en la lengua eslava y resultaran de ese modo plenamente comprensibles y asimilables por sus destinatarios. Fue un esfuerzo verdaderamente digno de su espíritu misionero el de aprender la lengua y la mentalidad de los pueblos nuevos, a los que debían llevar la fe, como fue también ejemplar la determinación de asimilar y hacer propias todas las exigencias y aspiraciones de los pueblos eslavos.

La perfecta comunión en el amor preserva a la Iglesia de cualquier forma de particularismo o de exclusivismo étnico o de prejuicio racial, así como de cualquier orgullo nacionalista. Tal comunión debe elevar y sublimar todo legítimo sentimiento puramente natural del corazón humano.

IV. Implantaron la Iglesia de Dios

Pero la característica que, de manera especial, deseo subrayar en la conducta tenida por los apóstoles de los eslavos, Cirilo y Metodio, es su modo pacifico de edificar la Iglesia, guiados por su visión de la Iglesia una, santa y universal.

Aunque los cristianos eslavos, más que otros, consideran de buen grado a los Santos hermanos como "eslavos de corazón", éstos sin embargo siguen siendo hombres de cultura helénica y de formación bizantina, es decir, hombres que pertenecen en todo a la tradición del Oriente cristiano, tanto civil como eclesiástico.

Ya en sus tiempos las diferencias entre Constantinopla y Roma habían empezado a perfilarse como pretexto de desunión, aunque la deplorable ecisión entre las dos partes de la misma cristiandad estaba aún lejana. Los evangelizadores y maestros de los eslavos se prepararon para ir a la Gran Moravia, llenos de toda la riqueza de la tradición y de la experiencia religiosa que caracterizaba el cristianismo oriental y que encontraba un reflejo peculiar en la enseñanza teológica y en la celebración de la sagrada liturgia.

Dado que desde ya hacía tiempo todos los oficios sagrados se celebraban en lengua griega en todas las Iglesias dentro de los confines del Imperio bizantino, las tradiciones propias de muchas Iglesias nacionales de Oriente —como la georgiana y la siríaca— que en el servicio divino usaban la lengua de su pueblo, eran bien conocidas a la cultura superior de Constantinopla y, especialmente, a Constantino Filósofo, gracias a los estudios y a los contactos repetidos que había tenido con cristianos de aquellas Iglesias, tanto en la capital como en el curso de sus viajes.

Ambos hermanos, conscientes de la antigüedad y de la legitimidad de estas sagradas tradiciones, no tuvieron pues miedo de usar la lengua eslava en la liturgia, haciendo de ella un instrumento eficaz para acercar las verdades divinas a cuantos hablaban en esa lengua. Lo hicieron con una conciencia ajena a todo espíritu de superioridad o de dominio, por amor a la justicia y con evidente celo apostólico hacia unos pueblos que se estaban desarrollando.

El cristianismo occidental, después de las migraciones de los pueblos nuevos, había amalgamado los grupos étnicos llegados con las poblaciones latinas residentes, extendiendo a todos, con la intención de unirlos, la lengua, la liturgia y la cultura latinas transmitidas por la Iglesia de Roma. De la uniformidad así conseguida, se originaba en aquellas sociedades relativamente jóvenes y en plena expansión un sentimiento de fuerza y compactibilidad, que contribuía tanto a su unión más estrecha, como a su afirmación más enérgica en Europa. Se puede comprender cómo en esta situación toda diversidad fuera entendida a veces como amenaza a su unidad todavía in fieri, y cómo pudiera resultar grande la tentación de eliminarla recurriendo a formas de coacción.

Habiendo iniciado su misión por mandato de Constantinopla, ellos buscaron, en un cierto sentido, que la misma fuese confirmada dirigiéndose a la Sede Apostólica de Roma, centro visible de la unidad de la Iglesia[41] (21). De este modo, movidos por el sentido de su universalidad, edificaron la Iglesia como Iglesia una, santa, católica y apostólica. Esto se deduce, de la forma más transparente y explícita, de todo su comportamiento. Puede decirse que la invocación de Jesús en la oración sacerdotal —ut unum sint[42] — representa su lema misionero según las palabras del Salmista: "Alabad a Yavé las gentes todas, alabadle todos los pueblos"[43]. Para nosotros, hombres de hoy, su apostolado posee también la elocuencia de una llamada ecuménica: es una invitación a reconstruir, en la paz de la reconciliación, la unidad que fue gravemente resquebrajada en tiempos posteriores a los Santos Cirilo y Metodio y, en primerísimo lugar, la unidad entre Oriente y Occidente.

La convicción de los Santos hermanos de Salónica, según los cuales cada Iglesia local está llamada a enriquecer con sus propios dones el "pleroma" católico, estaba en perfecta armonía con su intuición evangélica de que las diferentes condiciones de vida de cada Iglesia cristiana nunca pueden justificar desacuerdos, discordias, rupturas en la profesión de la única fe y en la práctica de la caridad.

V. Sentido católico de la Iglesia

Sabemos que el Concilio Vaticano II hace veinte años, tuvo como objetivo principal el de despertar la autoconciencia de la Iglesia y, mediante su renovación interior, darle un nuevo impulso misionero en el anuncio del eterno mensaje de salvación, de paz y de recíproca concordia entre los pueblos y naciones, por encima de todas las fronteras que todavía dividen nuestro planeta destinado, por voluntad de Dios creador y redentor, a ser morada común para toda la humanidad. Las amenazas, que en nuestros días se ciernen sobre el mundo, no pueden hacer olvidar la profética intuición del Papa Juan XXIII, que convocó el Concilio con la intención y convicción de que con él se podría preparar e iniciar un periodo de primavera y resurgimiento en la vida de la Iglesia.

Podemos afirmar con toda tranquilidad que una visión así, tradicional y a la vez muy actual, de la catolicidad de la Iglesia —sentida como una sinfonía de las diversas liturgias en todas las lenguas del mundo, unidas a una única liturgia, o como un coro armonioso que, sostenido por las voces de inmensas multitudes de hombres, se eleva según innumerables modulaciones, timbres y acordes para la alabanza de Dios, desde cualquier punto de nuestro globo, en cada momento de la historia—, corresponde de modo particular a la visión teológica y pastoral que inspiró la obra apostólica y misionera de Constantino Filósofo y de Metodio, y favoreció su misión entre las naciones eslavas.

En Venecia, ante los representantes de la cultura eclesiástica que, apegados a un concepto más bien angosto de la realidad eclesial, eran contrarios a esta visión, San Cirilo la defendió con valentía, indicando el hecho de que muchos pueblos habían introducido ya en el pasado y poseían una liturgia escrita y celebrada en su propia lengua como "los armenios, persas, abasgos, georgianos, sugdos, godos, avares, tirsos, jázaros, árabes, coptos, sirianos y otros muchos" [44].

La catolicidad de la Iglesia se manifiesta también en la corresponsabilidad activa y en la colaboración generosa de todos en favor del bien común. La Iglesia realiza en todas partes su propia universalidad acogiendo, uniendo y elevando en el modo en que le es propio y con solicitud maternal, todo valor humano auténtico. Al mismo tiempo, ella se afana, en cualquier área geográfica y en cualquier situación histórica, en ganar para Dios a cada hombre y a todos los hombres, para unirlos entre sí y con Él en su verdad y en su amor.

Cada hombre, cada nación, cada cultura y civilización tienen una función propia que desarrollar y un puesto propio en el misterioso plan de Dios y en la historia universal de la salvación. Este era el modo de pensar de los dos Santos hermanos: Dios "clemente y compasivo[45], esperando que todos los hombres se arrepientan, para que todos sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad... [46] no permite que el género humano sucumba a la debilidad y perezca, cayendo en la tentación del enemigo, sino que. en todos los años y tiempos no cesa de concedernos una gracia múltiple, desde el origen hasta hoy, del mismo modo: antes, por medio de los patriarcas y de los padres y, después de ellos, por medio de los profetas; y más tarde por medio de los apóstoles y de los mártires, de los hombres justos y de los doctores, que Él escogió de en medio de esta vida tempestuosa"[47].

El mensaje evangélico, que los Santos Cirilo y Metodio tradujeron para los pueblos eslavos, recogiendo sabiamente del tesoro de la Iglesia "cosas antiguas y nuevas" [48], fue transmitido mediante el anuncio y la catequesis en conformidad con las verdades eternas y adaptándolo, al mismo tiempo, a la situación histórica concreta. Gracias a los esfuerzos misioneros de ambos Santos, los pueblos eslavos pudieron, por primera vez, tomar conciencia de su propia vocación y participar en el designio eterno de salvación del mundo. Con esto reconocían también el propio papel en favor de toda la historia de la humanidad creada por Dios Padre, redimida por el Hijo Salvador e iluminada por el Espíritu Santo. Gracias a este anuncio, aprobado en su tiempo por las autoridades de la Iglesia —los Obispos de Roma y los Patriarcas de Constantinopla— los eslavos pudieron sentirse, junto con las otras naciones de la tierra, descendientes y herederos de la promesa hecha por Dios a Abrahám[49]. De este modo, y gracias a la organización eclesiástica creada por San Metodio y a la conciencia de la propia identidad cristiana, ellos ocuparon el lugar que les estaba destinado en la Iglesia, establecida también ya en aquella parte de Europa.

VI. Evangelio y cultura

Los hermanos de Salónica eran herederos no sólo de la fe, sino también de la cultura de la antigua Grecia, continuada por Bizancio. Todos saben la importancia que esta herencia tiene para toda la cultura universal. En la obra de evangelización que ellos llevaron a cabo como pioneros en los territorios habitados por los pueblos eslavos, está contenido, al mismo tiempo, un modelo de lo que hoy lleva el nombre de "inculturación"— encarnación del Evangelio en Ias culturas autóctonas— y, a la vez, la introducción de éstas en la vida de la Iglesia.

Al encarnarse el Evangelio en la peculiar cultura de los pueblos que evangelizaban, los Santos Cirilo y Metodio tuvieron un mérito particular en la formación y desarrollo de aquella misma cultura, o mejor, de muchas culturas. En efecto, todas las culturas de las naciones eslavas deben el propio "comienzo" o desarrollo a la obra de los hermanos de Salónica. Ellos, con la creación, original y genial, de un alfabeto para la lengua eslava, dieron una contribución fundamental a la cultura y a la literatura de todas las naciones eslavas.

Además, la traducción de los libros sagrados realizada por Cirilo y Metodio, junto con sus discípulos, confirió capacidad y dignidad cultural a la lengua litúrgica paleo-eslava, que vino a ser durante largos siglos no sólo la lengua eclesiástica, sino también la oficial y literaria, e incluso la lengua común de las clases más cultas en la mayor parte de las naciones eslavas y, en concreto, de todos los eslavos de rito oriental. Dicha lengua se usaba también en la Iglesia de la Santa Cruz, de Cracovia, en la que se habían establecido los benedictinos eslavos. Aquí se publicaron los primeros libros litúrgicos impresos en esta lengua. Hasta el día de hoy es ésta la lengua usada en la liturgia bizantina de las Iglesias orientales eslavas de rito constantinopolitano, tanto católicas como ortodoxas, en Europa Oriental y Sudoriental, así como en diversos países de Europa Occidental; es tambión usada en la liturgia romana de los católicos de Croacia.

En el desarrollo histórico de los eslavos de rito oriental, dicha lengua tuvo un papel similar al de la lengua latina en Occidente; además, ella se ha conservado durante largo tiempo —en parte hasta el siglo XIX— y ha ejercido un influjo mucho más directo en la formación de las lenguas nativas literarias gracias a la estrecha relación de parentesco con ellas.

Estos méritos en favor de la cultura de todos los pueblos y de todas las naciones eslavas, hacen que la obra de evangelización realizada por los Santos Cirilo y Metodio esté, en cierto sentido, constantemente presente en la historia y en la vida de estos pueblos y de estas naciones.

VII. Significado e irradiación del milenio cristiano en el mundo eslavo

La actividad apostólico-misionera de los Santos Cirilo y Metodio, que se sitúa en la segunda mitad del siglo IX, puede considerarse como la primera evangelización efectiva de los eslavos.

Entre los eslavos de la península Balcánica, la solicitud de los Santos hermanos fructificó de modo aún más visible. Gracias a su apostolado, se consolidó el cristianismo, radicado desde hacia tiempo en Croacia.

Justamente, por tanto, los Santos Cirilo y Metodio fueron muy pronto reconocidos por la familia de los pueblos eslavos como padres, tanto de su cristianismo como de su cultura. En muchos de los territorios ya mencionados, si bien habían sido visitados por diversos misioneros, la mayoría de la población eslava conservaba, todavía en el siglo IX, costumbres y creencias paganas. Solamente en el terreno cultivado por nuestros Santos, o al menos preparado por ellos para su cultivo, el cristianismo entró de modo definitivo en la historia de los eslavos durante el siglo siguiente.

Su obra constituye una contribución eminente para la formación de las comunes raíces cristianas de Europa; raíces que, por su solidez y vitalidad, constituyen uno de los más firmes puntos de referencia del que no puede prescindir todo intento serio por recomponer de modo nuevo y actual la uni-dad del continente.

Después de once siglos de cristianismo entre los eslavos, constatamos que el legado de los hermanos de Salónica es y sigue siendo para dichos pueblos más profundo y serio que cualquier división. Ambas tradiciones cristianas —la oriental, que viene de Constatinopla, y la occidental, que viene de Roma— surgieron en el seno de la única Iglesia, aunque sobre el entramado de culturas diversas y con una óptica distinta respecto a los mismos problemas. Tal diversidad, cuando sea bien comprendido su origen y convenientemente ponderados su valor y significado, no hará sino enriquecer tanto la cultura de Europa como su tradición religiosa, y convertirse de esta manera, en una base adecuada para su deseada renovación espiritual.

Cirilo y Metodio son como los eslabones de unión, o como un puente espiritual, entre la tradición oriental y la occidental, que confluyen en la única gran tradición de la Iglesia universal. Para nosotros son paladines y a la vez patronos en el esfuerzo ecuménico de las Iglesias hermanas de Oriente y Occidente para volver a encontrar, mediante el diálogo y la oración, la unidad visible en la comunión perfecta y total: "unión que —como dije durante mi visita a Bari— no es absorción ni tampoco fusión" [50]. La unidad es el encuentro en la verdad y en el amor que nos han sido dados por el Espíritu. Cirilo y Metodio, en su personalidad y en su obra, son figuras que despierten en todos los cristianos una gran "nostalgia por la unión" y por la unidad entre las dos Iglesias hermanas de Oriente y Occidente[51]. Para la plena catolicidad, cada nación y cada cultura tienen un papel propio que desarrollar en el plan universal de salvación. Cada tradición particular, cada Iglesia local, debe permanecer abierta y atenta a Ias otras Iglesias y tradiciones y, al mismo tiempo, a la comunión universal y católica; si permaneciese cerrada en sí misma, correría el peligro de empobrecerse también ella.

En la actuación del propio carisma, Cirilo y Metodio dieron una contribución decisiva a la construcción de Europa, no sólo en la comunión religiosa cristiana, sino también con miras a su unión civil y cultural. Ni aún hoy existe otra vía para superar las tensiones y reparar las rupturas y antagonismos existentes, tanto en Europa como en el mundo, los cuales amenazan con provocar una espantosa destrucción de vida y de valores. Ser cristiano en nuestro tiempo significa ser artifice de comunión en la Iglesia y en la sociedad. A tal fin ayudan un espíritu abierto hacia los hermanos, la mutua comprensión y la prontitud en la cooperación mediante un generoso inter-cambio de los bienes culturales y espirituales.

En efecto, una de las aspiraciones fundamentales de la humanidad actual es la de volver a encontrar la unidad y la comunión para una vida verdaderamente digna del hombre a nivel mundial. La Iglesia, consciente de ser signo y sacramento universal de salvación y de unidad del género humano, está dispuesta a desempeñar este deber suyo, "que las condiciones de nuestra época hacen más urgente", para que "todos los hombres, que hoy están más íntimamente unidos por múltiples vínculos sociales, técnicos y culturales, consigan también la unidad completa en Cristo"[52].

VIII. Conclusión

Conviene, por tanto, que toda la Iglesia celebre con solemnidad y alegria los once siglos transcurridos desde la conclusión de la obra apostólica del primer arzobispo ordenado en Roma para los pueblos eslavos, Metodio, y de su hermano Cirilo, al recordar el ingreso de estos pueblos en la escena de la historia de la salvación y en el número de las naciones europeas que, desde los siglos precedentes, habían acogido el mensaje evangélico. Todos pueden comprender con qué profundo gozo desea participar en esta celebración el primer hijo de la estirpe eslava, llamado, después de casi dos milenios, a ocupar la sede episcopal de San Pedro en esta ciudad de Roma.

Toda la Iglesia te da gracias a Ti, que llamaste a las naciones eslavas a la comunión de la fe por la herencia y por la contribución dada al patrimonio universal. Te da gracias por esto, de modo particular, el Papa de origen eslavo. Que esta contribución no cese jamás de enriquecer a la Iglesia, al continente europeo y al mundo entero. Que no se debilite en Europa y en el mundo de hoy. Que no falte en la conciencia de nuestros contemporáneos. Deseamos acoger íntegramente todo aquello que, de original y válido, las naciones eslavas han dado y siguen dando al patrimonio espiritual de la Iglesia y de la humanidad. Toda la Iglesia, consciente de su riqueza común, profesa su solidaridad espiritual con ellos y reafirma su propia responsabilidad hacia el Evangelio, por la obra de salvación que es llamada a realizar también hoy en todo el mundo, hasta los confines de la tierra. Es indispensable remontarse al pasado para comprender, bajo su luz, la realidad actual y vislumbrar el mañana. La misión de la Iglesia, en efecto, está siempre grientada y encaminada con indefectible esperanza hacia el futuro.

A todos vosotros, amadísimos hermanos, mi bendición apostólica. Dado en Roma, junto a San Pedro, el día 2 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, del año 1985, VII de mi pontificado.

Corrigiendo errores

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Arnold J. Toynbee — La Europa de Hitler

Acotaciones con motivo de su nueva edición en español

A principios del año en curso (1985) apareció en el mercado de libros en Buenos Aires una nueva edición del libro del epígrafe. Decimos que se trata de una nueva edición aunque este hecho no se desprende de la página que normalmente refleja datos bibliográficos. Por ello, al lector inadvertido esta obra puede parecer de reciente data y ello tanto más por cuanto trae una bibliografía de obras de Toynbee en traducción al castellano publicadas recientemente (entre 1969 y 1981), y una bibliografía de obras sobre la Segunda Guerra Mundial también de fecha reciente (p. 19-20). En realidad se trata de una reedición hecha por SARPE de Madrid de la primera edición española de la obra La Europa de Hitler, impresa en 1955 por la editorial AHR (León XIII, 24), Barcelona.

La Europa de Hitler no es una obra directa y exclusivamente escrita por Arnold J. Toynbee, aunque se le atribuye la autoria en la portada. Más bien ella "es el trabajo de una serie de historiadores, coordinados por Arnold J. Toynbee, entre los que se destacan Verónica M. Toynbee, Patricia Harvey, Katharine Duff, Elisabeth Wiskemann, James Parker, sir Desmond Morton, el vizconde Chilston y Sidney Lowery", según se dice en la nota sobre Arnold J. Toynbee, en la cual se menciona la fecha de su natalicio (14-4-1889) pero no de su muerte (22-10-1975) ! Todo parece apuntar a que el lector obtenga la impresión de que aquí se trata de una obra recientemente escrita. Lo nuevo en esta edición es que fue publicada en un solo tomo, mientras que la edición española del año 1955 ha sido publicada en dos tomos. Además, en la presente edición están omitidas todas las notas y referencias, privando así al lector de la información bibliográfica útil para la evaluación de distintas aseveraciones dudosas u objetables de la obra.

El motivo de volver nuevamente sobre este tópico estriba en el hecho que la misma —o sea la nueva edición— fue recomendada por las autoridades universitarias de Buenos Aires a los estudiantes de la historia como libro de referencia. Este hecho impone la necesidad de formular algunas observaciones pues esta obra, en cuanto a Croacia se refiere, adolece de insuficiencias y errores que reclaman corrección o aclaración. Ya en 1963, al referirse a la edición del año 1955, el director de la revista Studia Croatica, el finado Ivo Bogdan, escribió: "...en el libro 'Hitler's Europe', redactado con la ayuda de todo un equipo de colaboradores, en capítulo dedicado a Croacia (La Europa de Hitler, Barcelona, 1955, vol. II, pp. 289-74) publica (i.e. A. Toynbee), mayormente, un montón de datos y slogans, tomados del arsenal de la propaganda de guerra servio-comunista". (Véase: La Tragedia de Bleiburg - Documentos sobre las matanzas colectivas de los croatas en la Yugoslavia comunista en 1945; Edición especial de Studia Croatica, Buenos Aires, 1963, p. 71). Es lamentable pues que después de treinta años esta nueva edición repite las mismas formulaciones dudosas y aseveraciones erróneas como si en el ínterin no se hubiera publicado ninguna obra histórica o de otra índole que justificara algunas rectificaciones en una nueva edición. Al escribir estos juicios nos referimos, por supuesto, al párrafo titulado "El Estado 'Independiente' de Croacia" (p. 437-440) con el cual comienza el capítulo "La Yugoslavia desmembrada" (p. 437-451).

A continuación trataremos de corregir las aberraciones más obvias que se formulan en ese capítulo en relación con la creación y la existencia del Estado Independiente de Croacia durante la guerra 1941-1945.

Dicho capítulo comienza diciendo: "Antes de mediados de abril de 1941, el famoso terrorista Ante Pavelić fue nombrado Jefe, o Poglavnik, de un hipertrofiado Estado fascista croata que pronto había de incluir toda Bosnia, con Syrmia, hasta cerca de Belgrado, mientras perdía la mayor parte de Dalmacia". Al respecto valga el siguiente comentario.

El Dr. Ante Pavelić, diputado nacional por la capital de Croacia, Zagreb, en el parlamento de Belgrado 1927-1929, y fundador de la Organización Revolucionaria Croata Ustaša (1929), asumió la jefatura del Estado Independiente de Croacia por derecho propio como Poglavnik (jefe) de la mencionada organización Usćaša, en cuyo nombre el coronel Slavko Kvaternik proclamó el Estado Independiente de Croacia por la radio de Zagreb, el 10 de abril de 1941. Por lo tanto, el Dr. Ante Pavelić no fue nombrado jefe del nuevo Estado croata por nadie extraño, como lo parecen insinuar los autores de este capítulo. La calificación de Pavelić como "terrorista" depende mayormente de la posición que uno asume en el problema de calificación de asesinato de un tirano o dictador, o sea, si el regicidio es un acto terrorišta o no lo es. Los servias, por ejemplo, consideran el asesinato del archiduque Francisco Fernando en Sarajevo, el 28-64914, un acto patriótico, por lo cual instalaron un museo en Sarajevo en memoria de su autor Gavrilo Princip y sus compañeros. Los croatas, en cambio, consideraban el atentado de Marsella (9-10-1934), contra el rey dictador Alejandro I. como un acto de necesidad política conducente a la liberación nacional. Sin embargo, es menester destacarlo, que durante toda la existencia del Estado Independiente de Croacia jamás se había escrito sobre ese regicidio. Los autores del capítulo en discusión evidentemente hicieron suya la opinión de los servios y de la opinión pública en algunos países occidentales de la época Por ello, toda discusión al respecto resulta superflua.

No es así, sin embargo, con respecto a la aseveración de que Pavelić "fue nombrado Jefe... de un hipertrofiado Estado fascista croata" por haber incluido "toda Bosnia, con Syrmia", poniendo así en duda el carácter croata de estos territorios. El Estado Independiente de Croacia abarcaba las siguientes partes constitutivas del territorio étnica e históricamente croata: Croacia propiamente dicha, Eslavonia con Srijem (Syrmium), Bosnia y Herzegovina y una parte de Dalmacia, debiendo ceder (1941-1943) a Italia la otra parte que los Aliados, mediante Pacto de Londres del 26-4-1915, prometieron a Italia en compensación o precio por la declaración de guerra a las Potencias Centrales de las cuales hasta entonces formaba parte. Si Bosnia y Herzegovina no son provincias croatas, cabe la pregunta: ¿De quién son?

A fin de facilitar la respuesta, mencionemos tan sólo los siguientes datos históricos.

Durante las migraciones de pueblos los croatas poblaron Bosnia y Herzegovina y siguen viviendo en ellas permanentemente. Bajo el duque (dux) Trpimir (845-864) y luego bajo el rey (rex) Tomislav (910-928) y sus sucesores Bosnia formaba parte del reino croata que se extendía desde el Mar Adriático hasta el río Drina que ya en 395 el emperador Teodosio fijó como línea demarcatoria entre el Imperio Romano Oriental y el Occidental. Desde la llegada de los croatas a las orillas del Adriático, donde fundaron su Estado, hasta mediados del siglo. XV cuando cayó bajo el dominio otomano, Bosnia formaba parte, de uno u otro modo del ente estatal croata, siendo uno el reino de Bosnia a los fines del siglo XIV. Bosnia jamás formó parte de Servia, con excepción de un lapso de doce años (949-960) cuando el župan (comes) servio Časlav, aprovechando desórdenes internos en Croacia, ocupó Bosnia y otras regiones croatas hasta los ríos Vrbas y Cetina. Ni siquiera el imperio de Dušan (1331-1355), el más poderoso y capaz monarca servio (Serborum et Graecorum imperator - 1346), jamás había incorporado a Bosnia de aquel entonces dentro de sus fronteras. Existen innumerables documentos históricos que dan prueba de la conciencia y sentimiento nacionales croatas tanto de los católicos como también de los musulmanes en Bosnia y Herzegovina en el pasado y en el presente[53].

En cuanto a Srijem (Syrmia) hay que recordar que recién desde 1946 esta región pertenece a Vojvodina y como tal a la República Socialista de Servia. Hasta entonces Srijem perteneció al Reino triuno de Croacia, Eslavonia y Dalmacia, salvo períodos en que en el pasado pertenecía a Hungría, o Turquía, o cuando se hallaba bajo la administración imperial austríaca de 1849 al 1861. De 1861 al 1918 Srijem constituía župania srijemska' (comitatus syrmiensis) y como tal parte de Croacia.

Aparte de estos errores fundamentales este capítulo contiene varias aseveraciones de menor envergadura que requieren aclaración o rectificación.

Hablando de la formación del primer gobierno croata los autores dicen que el dr. Andrija Artuković "había estado complicado en los preparativos del asesinato del Rey Alejandro en 1934". Es cierto que Artuković, como uno de los sospechosos en la organización del atentado, fue extraditado de Londres a Belgrado a pedido del gobierno francés. Sin embargo, también es cierto que Artuković ha sido absuelto de toda culpa en el proceso que se llevó a cabo en la primavera de 1936 y que fue devuelto a Londres donde vivía.

La frase: "...la ficción de una recuperada independencia croata, después de mil años de servidumbre. obtuvo inevitablemente aplausos" revela el total desconocimiento de los autores del capitulo de la historia constitucional de Croacia. Si bien había épocas durante la milenaria historia croata en que estaban infringidos los poderes del Sabor (dieta, parlamento) y del Ban (prorex, virrey) croata como pilares de la constitución de la Croacia feudal, es una aberración imperdonable calificar los mil años de la historia croata como años de "servidumbre". Los croatas elegían a sus reyes libremente de acuerdo a sus intereses vitales. Políticamente no se puede hablar de servidumbre de Croacia en la cual se vivía como en el resto de los países europeos, salvo en las regiones de Croacia bajo la cambiable dominación turca.

No es correcto sostener que "el 24 de enero de 1942 el Poglavnik creó un Consejo de Estado croata ...". Lo que hizo el Dr. Pavelić el 24-1-1942 fue convocar por decreto para el 23-2-1942 el Sabor (parlamento) croata, suspendido el 29-10-1918. Evidentemente los autores del capítulo confundieron el Sabor con el Consejo de Estado creado en octubre de 1942 para facilitar la labor legislativa.

El penoso fenómeno de la exterminación mutua entre servios (četniks) y croatas (ustaša) durante la guerra los autores la ligan indebidamente con el aún más penoso problema de los judíos en el nuevo Estado, obligado, en Ias circunstancias reinantes, a dictar la legislación racial impuesta. A pesar de ello es históricamente erróneo afirmar: "...los servios de Bosnia y los judíos, en todos los lugares donde pudieron ser encontrados, fueron víctimas de la furia desenfrenada de los salvajes pretorianos de Pavelić". Hubo muchos excesos contra los funcionarios y dirigentes servios en las primeras semanas del clima revolucionario de la existencia del nuevo Estado. Pero —como regla— ningún servio fue ultimado por el solo hecho de ser servio, menos aún por ser judío. Las pocas excepciones de esa regla fueron castigadas por las autoridades gubernamentales. Es sabido que la jefatura militar croata comprendía a varios generales y oficiles ortodoxos y que un ministro en el gobierno croata era un servio de Bosnia (Dr. Sava Besarović). También es conocido que las esposas de varios miembros de la conducción política croata (la del mariscal Kvaternik, del Dr. M. Žanić, del prof. I. Oršanić, etc.) eran judías o de origen judío, lo que explica porqué en las altas esferas políticas la legislación racial había sido recibida a regañadientes y porqué la misma fue provista de varias excepciones. Por fin cabe destacar que era judío el Dr. Josip Frank, jefe del Partido Croata de Derecho, cuyo fundador ha sido el gran liberal y demócrata, el Dr. Ante Starčević (1823-1896), reconocido por el pueblo croata como Padre de la Patria. Los seguidores de Starčević, bajo el liderazgo de Frank, recibieron el apodo "frankovci" ("frankistas") y eran ellos los que jugaban el papel predominante en la política del Estado Independiente de Croacia. Es por ello que en la historia moderna croata jamás se dio el antisemitismo.

También adolece de inexactitud la frase: "Resultaba irónico que, en la primavera de 1942, el Poglavnik estableciese una Iglesia Ortodoxa Croata, con el fin de controlar más rígidamente a los servios que habían sobrevivido a las matanzas". Aquí no hay ironía alguna, sino el desconocimiento de las verdaderas causas de la creación de la Iglesia Ortodoxa Croata en reemplazo de la Iglesia Ortodoxa Servia. Los ortodoxos en Croacia no han sido solamente los servios, sino también los croatas, rusos, ucranianos, macedonios y montenegrinos. Pero la razón principal era el hecho de que las iglesias ortodoxas son nacionales, motivo por el cual en el Estado croata la Iglesia Ortodoxa debía denominarse croata y no servia.

Tampoco es correcta la aseveración: "Más tarde, después de una serie de acuerdos que culminaron en junio de 1942, cuando los ustaša se pusieron abiertamente de acuerdo con los Četnicis, aumentaron los sentimientos croatas contra Pavelić". Lo correcto es exactamente lo contrario! El pueblo croata aceptaba con alivio los acuerdos de no agresión mutua entre las autoridades croatas en distintas zonas de Croacia con los comandantes regionales de las unidades de los četniks servios, quienes mediante acuerdos reconocían el Estado croata y se comprometían a combatir a los partisanos comunistas. El acuerdo del 19-6-1942 no ha sido firmado con los četniks, sino con el general italiano Mario Roatta, comandante de Supersloda (Comando Supremo Slovenia-Dalmacia), en Zagreb, que entre otros asuntos de índole militar, policial, administrativa y de comunicaciones, también regularizaba el uso y el comportamiento de las unidades de la "milicia anticomunista" (Milizia volontaria anticomunista), o sea, los četniks armados y aprovisionados por el ejército italiano en su zona de guarnición en el territorio croata. En base al mencionado acuerdo de Zagreb las comisiones especiales croatas estaban autorizadas a negociar con los comandantes individuales de los četniks en las zonas sublevadas. Recién en 1945 hubo contactos entre el gobierno croata y el general Draža Mihajlović, supremo comandante de los četniks servios y ministro de defensa del gobierno yugoslavo en Londres, con el fin de coordinar la acción contra los comunistas.

Por fin cabe referirnos a las denigrantes acotaciones respecto al valor militar y la lealtad hacia el Estado croata del ejército regular croata —domobrani— al que los autores denominan "Guardia Interior". En efecto, escriben: "Esto (i.e. la requisa de la cosecha) hizo tambalearse la lealtad de la Guardia Interior (Domobranstvo) que, con excepción de los oficiales ustaša, no había dado señales de entusiasmo desde los primeros momentos; nunca se pudo confiar en ella para luchar contra los partisanos; cuando fue enviado al frente oriental, no se portó bien". Respecto a estas afirmaciones debemos observar que un ejército compuesto de reclutas (domobranstvo) siempre evidencia menor entusiasmo combativo que las unidades integradas por voluntarios (ustaša). Además, los domobrani no estaban comandados por los oficiales ustaša, sino por sus propios oficiales. No obstante y descontando pocos casos de defección de sus oficiales, los domobrani lucharon denodadamente contra los partisanos y los četniks, pues éstos combatían por la Yugoslavia comunista, o la monarquía respectivamente, si bien pudieron impunemente cambiar de bando. Si fuera así como escriben los autores, ¿cómo se explica que unos ciento treinta mil domobrani no se rindieron, en mayo de 1945, a los partisanos, sino, siguiendo las directivas del gobierno croata, se rindieron al VIII Ejército británico? Este, sin embargo, no aceptó su rendición, y violando las convenciones internacionales, los desarmó y entregó al ejército comunista de Tito para ser masacrados en forma inmediata o durante marchas de muerte. De este terrible fin del ejército croata a manos de los comunistas yugoslavos, los autores pretenden no saber nada. Así es, pues, cuando sólo los vencedores escriben la historia!

Milan Blažeković

Ecos de la prensa mundial

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Yugoslavia no logra detener el resurgimiento islámico

Con el título del epígrafe ARAB NEWS, uno de los principales diarios en inglés de Arabia Saudita, publica el 9 de setiembre último el despacho de su corresponsal y colaborador Kerim Reis, buen conocedor de la situación política y religiosa imperante en el sureste europeo. Transcribimos a continuación sus puntos salientes:

"El joven iman (sacerdote) Mustafa Spahić conducía un día las oraciones de los escolares primarias cuando irrumpió la policía y se lo llevó. Luego fue condenado por "la propaganda hostil" y todavía se encuentra encarcelado. Es cosa que con frecuencia ocurre ahora en Yugoslavia cuando el régimen comunista decidió ensañarse nuevamente con la comunidad musulmana.

En Yugoslavia viven más musulmanes que en cualquier otro país europeo. Cada quinto habitante de ese estado multinacional pertenece al Islam. Se trata de hijos de los aborígenes croatas y albaneses que abrazaron el islam durante los 500 años cuando sus tierras formaban parte del imperio otomano.

Todavía hoy y con gran orgullo ponen de relieve a sus prohombres, poetas, constructores, generales y estadistas que durante siglos dieron al mundo islámico. Hoy los musulmanes croatas están concentrados en Bosnia, una de las repúblicas federativas de Yugoslavia...

Recientemente asistimos a la renovación del islam en Yugoslavia. En general, se debe esa reforma a la juventud. A principios de los años 70 muchos musulmanes se fueron al extranjero a trabajar o estudiar. Al volver, no trajeron plata sino también el deseo de merecer otro trato en casa. Uno de los signos de esa renovación y de la nueva conciencia fortalecida son centenares de nuevas mezquitas y escuelas religiosas que surgen por doquier donde haya nucleos musulmanes. Gracias a la ayuda de ciertos estados musulmanes en 1978 fue reabierta la facultad teológica islámica y Medresa (colegio) femenino en Sarajevo, cerrados por el gobierno comunista en 1945.

Pero las nuevas mezquitas se convirtieron en foco de nuevos conflictos. El gobierno sostiene que "exceden las necesidades" de la comunidad musulmana y que ese hecho "puede generar dificultades políticas". No hace mucho un funcionario de Belgrado advirtió que "todo edificio religioso, levantado sin el debido permiso sencillamente será demolido...

Por su parte los musulmanes temen que el estado consiga lo mismo, pero de otra manera, y dan como ejemplo el caso de la nueva mezquita de Zagreb, capital de Croacia. Tras largos años de peticiones y debido en primer lugar a la presión ejercida por las naciones musulmanas sobre el gobierno yugoslavo, fue otorgado el permiso de construir una nueva mezquita en lugar de la anterior, convertida en museo. Pero, justamente antes de terminarse su construcción quedó gravísimamente dañada en un incendio asaz sospechose. Luego, los funcionarios gubernamentales demoran su reparación, sosteniendo que la mezquita es más amplia de lo necesario. Los musulmanes de Zagreb temen ahora que el régimen nunca permitirá su habilitación.

Uno de los frutos de la nueva conciencia islámica es el reclamo de los iguales derechos para los musulmanes que para otros ciudadanos. Los musulmanes se preguntan a menudo por qué no están proporcionalmente representados en la administración, la economía y las fuerzas armadas. Traen a colación el caso de Bosnia, pues el grupo étnico servio favorecido facilita más de cuatro veces empleados al gobierno federal que la comunidad musulmana croata, si bien esas dos comunidades confesionales casi se igualan numéricamente. Para eso dan ejemplo del Estado Independiente de Croacia, de corta duración durante la Segunda Guerra Mundial, cuando a los musulmanes se los trataba a pie de igualdad, como ciudadanos totalmente iguales.

Los musulmanes se hallan en el escalón más bajo de la escala económica. En Kosovo el desempleo es dos veces mayor del promedio estatal. El ingreso per rápita, a su vez, es dos veces menor que en la vecina Servia.

Las autoridades tratan especialmente de impedir el acceso al Corán. Un estudiante árabe que cursó sus estudios en Yugoslavia, me contó que pudo ingresar al país sólo un ejemplar del Corán, que fue registrado en la aduana y descargado del registro cuando salió del país. En 1984, en Sarajevo las autoridades requisaron y destruyeron todas las copias de una gramática árabe por haber descubierto en ella un inspector estatal unas pocas líneas extraídas del Corán.

Los jefes religiosos e intelectuales se han convertido en blanco especial de la persecución oficial contra la comunidad musulmana. Alija Izetbegović —musulmán croata de Sarajevo— fue condenado a prisión hasta 1993. Fue acusado de "propaganda hostil" y de "la idea panislámica". Es autor de la Declaración islámica, que de hecho es un ensayo filosófico en el cual se invitan los musulmanes a cumplir con su religión. Sin embargo, el gobierno interpretó el repudio de todas las dictaduras que hace la Declaración como una critica especial del marxismo...

Belgrado fue sorprendida con los llamados del extranjero en los que se pidió el cese de la violación de los derechos humanos de los musulmanes en Yugoslavia. Los funcionarios gubernamentales lo calificaron como "injerencia foránea en los asuntos internos de Yugoslavia" y atacaron con virulencia a la Liga Mundial Musulmana, al Consejo Islámico Mundial y Amnesty International. El gobierno de Belgrado es muy sensible, por razones económicas, a qué actitud toman los estados islámicos. Los contratos de construcción y la venta de armamentos en el Medio Oriente aporta a Yugoslavia centenares de millones de dólares anualmente. El petróleo y la ayuda procedente del Medio Oriente, contribuyen a que se mantenga la economía yugoslava, gravemente hipotecada.

Es prematuro predecir de qué modo el gobierno yugoslavo piensa resolver lo que denomina "el problema musulmán Hasta ahora no hay indicios de que modificará sus procederes. Pero, cuanto más dura esta crisis, más difícil será resolverla- y de ese modo la comunidad musulmana se enajenará aún más. De hecho, según manifestó un dirigente musulmán, la pregunta más frecuente que hacen los creyentes musulmanes cuando formulan "fetva" (consulta a mufti) es: "¿Deben los musulmanes en caso de guerra en general defender a Yugoslavia?".

* * *

Como repercusión del comentario precedente ARAB NEWS (25-10-85, p. 6) publicó la siguiente carta de Javed Ahmad (Omán):

"El reciente artículo del Sr. Kerim Reis sobre el Islam en Yugoslavia es muy informativo. Mi hermano estudió en Yugoslavia y confirmó todo lo que publicaron acerca de ese pais. Me extraña que no cunda alerta en el mundo islámico en vista de esta triste situación".

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El barril de pólvora con la mecha encendida

El semanario italiano L'EXPRESSO en su número del 1-9-1985 publicó un extenso reportaje sobre la Yugoslavia actual, titulado "El servio en escenario" y con el subtitulo "Bajo los golpes de la crisis económica y del nacionalismo empezó a desmoronarse el edificio constitucional frágil, construido por Tito para asegurar el equilibrio entre sus repúblicas constitutivas". Prescindiendo de ciertas inexactitudes y ligeras conclusiones, el articulo reviste importancia por salir en Italia, donde la opinión pública conoce muy poco acerca de la situación imperante en el pais vecino. Por ello, transcribimos, en versión castellana, los extractos más salientes del referido reportaje.

El estado trata de recordar a sus 23 millones de súbditos que en los próximos meses estará sometido a una operación radical que hará peligrar la coexistencia, no siempre pacifica, de las seis repúblicas y dos provincias autónomas que lo integran. Por esa razón se reunió en Belgrado "la nueva clase" —según la denomina Milovan Djilas— y en un cónclave secreto decidió —como alguien la definió con eufemismo— el destino de Yugoslavia.

¿De que se trata, en realidad?

Para comprenderlo hace falta seguir con atención el hilo de los últimos acontecimientos. El 19 de julio se reunió el Comité Central del Partido Comunista Yugoslavo. Hay "mucha sopa pasada de punto"; en el Congreso hay varias leyes que esperan su aprobación y promulgación. La primera tendría que definir con mayor precisión cuáles son las zonas subdesarrolladas. ¿Quién necesita más la ayuda? Kosovo, por supuesto, este eterno foco estacionario en la cola de la Federación. Pero, ¿por qué no también Macedonia, Montenegro, determinadas zonas de Bosnia e incluso de Servia?

El segundo problema estriba en cómo repartir la torta de las divisas extranjeras? Croacia y Eslovenia, gracias al turismo, las tienen en abundancia, pero se niegan a entregarlas a los organismos centrales. Qué egoismo, sostienen los delegados de las demás repúblicas; es fácil para comerciantes, hoteleros y dueños de restaurantes croatas y eslovenos em-bolsar divisas fuertes y olvidarse que para ello contribuyeron también sus vecinos (El periodista italiano da crédito con ingenuidad a esos argumentos. desconociendo que el gobierno central de Belgrado, de una u otra manera, se apropia del 90% de divisas, ganadas por las dos repúblicas más industriosas y desarrolladas: Croacia y Eslovenia. N. de la R.)

Luego se plantean problemas cruciales: aplicar nuevos métodos en la planificación. Yugoslavia, en opinión de su cúspide partidaria y estatal, perdió el compás. Cada república y cada provincia autónoma tiene su propio sistema de precios, impuestos, sueldos y salarios, jubilaciones y ayuda social. Una parcelación salvaje y rígida hace imposible cualquier forma de planificación razonable. Bueno, eso son cuentos viejos. Pero el 22 de julio estalló una nueva "bomba" más enervante todavía.

Ese día la presidencia federal de la Alianza Comunista hizo público un informe que conmovió a todos los funcionarios. "La Presidencia", dícese en dicho informe, "evalúa que la situación en la República Socialista de Servia, pese a los resultados logrados, empeoró debido a las diferencias político-administrativas y a las interpretaciones opuestas de la Constitución. La presidencia recalcó que esos conflictos y diferencias pue-den solucionarse sólo en virtud de los documentos partidarios y constitucionales de 1974".

¡La questión servia! ¡Qué espectro viejo emerge en nuestra memoria! Para un cronista actual resulta des-agradable enfrentarse nuevamente con ese viejo problema, que indagaban renombrados corresponsales europeos, que hace más de cincuenta años hacían combinaciones en los hoteles belgradenses tratando de atar cabo con rabo en esas complicadas intrigas y conjuraciones del ámbito servio y balcánico.

Sin embargo, si hoy queremos comprender qué es lo que pasa en la galaxia de los sureslavos, es indispensable comenzar por Servia ...

La Apuesta de 1974: Todo empezó en 1974 con la implantación de una reforma bizantina constitucional la más intrincada de nuestros días. En la cumbre de la pirámide se encontró una presidencia colegiada de ocho miembros en representación de las seis repúblicas y dos provincias autónomas que a su vez elige al titular de la Federación por el término de un año. El mismo sistema rige para el gobierno, la Alianza Comunista y todos los cargos electivos. Una sagacidad muy ocurrente, aparentemente perfecta, detrás de la cual subyacen casi todos los infortunios actuales de Yugoslavia.

Gran Servia: Con la muerte de Tito y la agravación de la crisis económica la faraónica pirámide institucional empezó a crujir. Las criticas se tornan cada vez más clamorosas... No es de extrañar que reapareciera también la llamada cuestión servia. Este problema resurge debido a la situación de hecho y a los reclamos nacionalistas. La situación de hecho consiste en que desde la promulgación de la Constitución de 1974 en Yugoslavia ya nada es yugoslavo...

La cenicienta en ataque: En ese momento Servia que se considena madre y padre de la Nación empieza a reaccionar. Servia, arguyen, se transformó en cenicienta de la Federación.

En el .papel, tomando en consideración Kosovo y Voivodina, Servia es la república más importante con nueve millones y medio de habitantes... De hecho, Kosovo y Voivodina son provincias autónomas, con gobierno y planificación propios. En Kosovo, fértil y nacionalista, el éxodo de servios está en curso... A quienes sustentan que sería bueno que Kosovo y Voivodina se convierten, también formalmente, en repúblicas, contestan al unísono, tanto los "liberales" como los "centralistas" servias que no debería ni pensarse en ello. Sin Voivodina, y sobre todo sin Kosovo, Servia no puede existir. Allí está el santuario de la ortodoxia, allí se libraron los combates por la independencia, allí están acumulados los recuerdos y sentimientos comunes...

¿Una nueva Constitución? Tocar la Constitución, me dicen en Zagreb y Belgrado, significaría meterse en un barril con la mecha ya encendida. Están en juego intereses que no afectan sólo a Servia que nuevamente quiere ser el centro de la Federación... Se trata incluso del edificio acrobático, construido por Tito y Kardelj. Podría volatilizarse. Hay gente que habla en Croacia de una Yugoslavia simplificada, de un estado en el que Montenegro y Voivodina desaparecerían como unidades federales; Bosnia-Herzegovina sería integrada a Croacia, y Kosovo quedaría librado a su destino.

Por supuesto son sueños, combinaciones político-geográficas que hacen los nacionalistas croatas más enfervorizados. Sin embargo, ¿hay posibilidad de introducir una nueva Constitución ¿Qué hacer? Los mecanismos de la autogestión fallan en cada instancia. La inflación y la escasez de alimentos básicos crean un descontento creciente. Con ese descontento nacen nuevos nacionalismos y autonomismos enardecidos que Tito, en los últimos años, quiso erradicar de cuajo.

0992001

Futuro de Yugoslavia

Un colaborador nuestro nos ha enviado estos días el comentario de epígrafe, publicado en EL MERCURIO de Santiago de Chile el 24 de abril de 1980. Dada su actualidad pese a cinco años transcurridos, lo reproducimos íntegro.

"Ante la inminencia del reemplazo del Mariscal Tito, la pregunta universal es si Yugoslavia continuará siendo una nación unida e independiente o si sobrevendrá su división o, lo que es peor su ocupación y anexión por parte de la URSS.

Quien retroceda en la historia has-ta llegar al Imperio Austro-Húngaro y su derrumbe en la guerra de 1914-1918, tendrá presente que Yugoslavia nació, en el fondo, de la desintegración de ese Imperio y pasó, por el Tratado de Versalles. a constituir un mosaico arbitrario y forzado de diferentes nacionalidades. La situación no mejoró en la Segunda Guerra Mundial, en que la Unión Soviética convenció a los aliados de que debía mantenerse como nación independiente, tal como estaba, preocupándose subrepticiamente de socavar la monarquía para poner a la cabeza de ese país al guerrillero Josip Broz.

Son seis las naciones o repúblicas eslavas que integran Yugoslavia y en ellas se incluyen dos amplias mino-rías nacionales, la de los albaneses y la de los húngaros. Los idiomas que se hablan en el territorio son cuatro eslavos diferentes, y se emplean dos alfabetos, el latino y el cirílico, aparte de que la población profesa las más diferentes religiones, desde la musulmana o islámica hasta la ortodoxa y la católica.

Por lo mismo, y reduciendo el problema a sus términos más esenciales, hay a lo menos dos grandes sectores dentro de Yugoslavia: el de cultura latina y el de cultura bizantina. El primero lo forman los eslovenos y los croatas, inclinados y asimilados al Occidente, y el segundo los servios, montenegrinos y macedonios. Los servios son los más numerosos, siguiéndoles los croatas, eslovenos, macedonios y montenegrinos en orden decreciente. Como el Gobierno está en manos de los servios, hacia los cuales sienten aversión estos otros, las pugnas internas son continuas y puede decirse que Yugoslavia vive en un estado de sofocación política, por la dictadura de Tito, su Ejército —en su mayoría servio—, y su policía secreta.

No es extraño, en consecuencia, que hayan continuos choques y la unidad y la paz de superficie se mantengan sólo por el rigor del centralismo de Belgrado. Incluso el Partido Comunista yugoslavo se encuentra dividido según sus agrupaciones nacionales, de manera que los comunistas que no son servios protestan por el excesivo poder de Belgrado y proclaman que la consigna oficial de la Liga de Comunistas "Hermandad y Unidad", no pasa de ser una expresión retórica, vacía de contenido.

A lo dicho se agrega la explotación económica de que son objeto los croatas y eslovenos, pues las repúblicas referidas son las más ricas en recursos y de más vigoroso desarrollo económico, justamente por su psicología y formación occidentales, lo que aprovecha Belgrado, o sea, Servia, para alimentar sus gastos. Por esto el centralismo de Tito las ha gravado con los impuestos más pesados y las obliga a remitir una parte considerable de sus ingresos a los bancos de Belgrado o directamente al Gobierno central. Es frecuente leer y oir a croatas y eslovenos la afirmación de que su desarrollo económico se halla bloqueado por la dictadura servia. Añadamos a esto que es precisamente la región croata-eslovena la que atrae mayores masas turísticas, que producen buenas divisas, fenómeno que también aprovecha el Gobierno central.

Esta situación provoca una continua emigración desde Croacia y Bosnia Herzegovina hacia Europa occidental o a ultramar, hecho que viene a explicar por qué también Yugoslavia recibe un flujo de remesas del extranjero, provenientes de recursos que los residentes fuera de sus fronteras y que trabajan y ganan buenas remuneraciones envían a sus familias. Igual ocurre con los eslovenos, que sufren de despoblación, y se suman a las acusaciones contra Belgrado de ser el eje de una burocracia "centralista y arbitrariamente unitarista", que instiga a expatriarse para disminuir la masa de opositores, que se agrega a la croata.

Como si lo anterior no fuera suficiente, se agrega el problema lingüístico o idiomático. Los croatas reclaman la igualdad lingüística, para que se reconozca en su territorio el uso de su idioma en el mismo plano que los servios, los eslovenos o los macedonios, protestando contra el acuerdo artificial de Novi Sad, que en 1954 creó la ficción de un idioma "unitario", que sería el servio. Además, los croatas reclaman su derecho a un nacionalismo, a una cultura y a un modo de ser propios, junto al de ejercer sin hostilidades ni opresiones el culto católico.

Hay, pues, un grave problema interno en Yugoslavia, disimulado por la dictadura de Tito, cuya ausencia pondrá de nuevo en evidencia las pugnas de los distintos sectores o núcleos culturales y raciales que la integran.

El descontento alcanza sobre todo a las juventudes y la Universidad de Zagreb, en Croacia, es el bastión de la protesta contra la dictadura titoista.

Por eso Tito, en su flexibilidad acrobática, se vio obligado a crear una presidencia colectiva, que mezcla en una misma mesa a las distintas tendencias, con hábil predominio de los adictos a su gobierno, pero que es sólo un disfraz de las tensiones y desacuerdos internos."

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El Año Europeo de la Música

L'OSSERVATORE ROMANO, edición semanal en lengua española, del 6 de octubre de 1985, publica la siguiente nota:

"La Santa Sede se adhirió desde un principio a la iniciativa del Consejo de Europa y del Parlamento Europeo de celebrar en 1985 el Año Europeo de la Música, con motivo del III centenario de Bach, Haendel y Scarlatti, no sólo para poner de relieve el papel que la música ejerce actualmente en la sociedad, sino también y sobre todo para subrayar el valor espiritual, religioso y litúrgico de la música. En realidad, toda la música europea proviene de una misma fuente: el canto gregoriano, que es el canto "propio de la liturgia romana" y que durante siglos ha constituido un eficaz lazo de unión para Europa. Para este Año Europeo de la Música la Santa Sede designó un Comité especial presidido por mons. Doménico Bartolucci, maestro director perpetuo de la Capilla Sixtina, y compuesto por miembros de diversas naciones. Este Comité ha realizado numerosas inicativas, que han culminado los días pasados con el Congreso internacional de las "Scholae Cantorum" y que reunió en Roma a veinte mil cantores procedentes de 24 países.

Inauguró el Congreso el cardenal Augustin Mayer, o.s.b., Prefecto de la Congregación para el Culto Divino, el día 26 de septiembre. El día 28 intervino en las sesiones el Secretario Papal, cardenal Agostino Casaroli, que pronunció una alocución. El Congreso se clausuró con la Misa del Papa en la basílica de San Pedro el 29 de setiembre."

Al final, de su homilía que pronunció durante la concelebración eucarística Juan Pablo II se dirigió a los croatas presentes diciendo:

"¡Sean alabados Jesús y María! Saludo de corazón a los representantes de la "Schola Cantorum" de Croacia. Sé cuánto ama el pueblo croata la música y cómo incluso el pueblo sencillo participa en la música sacra durante la Santa Misa y las otras devociones cristianas. Además existe allí la costumbre de que los campe-sinos croatas acompañen el trabajo de sus campiñas con bellísimas canciones marianas, que son numerosísimas, y así dan gloria al Señor con el trabajo y la plegaria-canción. Seguid así también en el futuro.

A vosotros aquí presentes y a todos los nue han quedado en casa el Papa imparte de corazón su bendición apostólica."

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Exposición retrospectiva de Lily Garafulić

En la última entrega de Studia Croatica nos hemos referido marginalmente a la exposición retrospectiva de la escultora chilena de origen croata Lily Garafulić, realizada en el Instituto Cultural de Las Condes. Disponiendo de comentarios, referencias y juicios que esa retrospectiva mereció a los críticos de artes plásticas chilenos, a continuación transcribimos sendos conceptos y juicios, lamentando que las razones de espacio no nos permiten ser más extensos.

Sonia Quintana, en el suplemento Artes y Letras del diario EL MERCURIO de 22-9-85, en su glosa "Lily Garafulić, Monumento a la Solidez" destaca que la retrospectiva que presenta "responde, en primer lugar, al concepto de imponente. Las 60 obras expuestas hablan de su existencia dedicada a la escultura, de su oficio riguroso, de su infinito vuelo traducido en piezas de mármol, piedra, madera o metales".

"Mujer de principios y pasiones, de voluntad granítica y generosidad sin medida. Artista de talento y esfuerzo, Lily Garafulić es capaz de provocar toda suerte de impresiones, pero jamás indiferencia. Reconoce haber heredado de sus ancestros los ojos intensamente azules, las facciones europeas y por sobre todo la perseverancia".

Gema Swinburn, en su ensayo titulado Azules 70 (REVISTA DEL DOMINGO, 25-8-85) y acompañado por varias esculturas, trabajos y fotografías de la septuagenaria artista igual que la nota precedente, precisa que sus padres eran oriundos de Croacia, que nació en Antofagasta en 1914, la menor de nueve hermanos, que en su infancia aprendió el idioma de sus progenitores y también en la escuela primaria, donde su cuñado era director y que en su hogar se mantenían las tradiciones y costumbres ancestrales.

Para Garafulić es el volumen lo que más cuenta, pero también le encanta Pevsner. quien no busca volumen, sino las relaciones en el espacio.

Entre los años 1940 y 1945 la motivan las cabezas y los bustos. Muestra un gusto por la sencillez, el refinamiento y la pureza de los rasgos faciales. "Monumentalidad" significa también fuerza interna de la obra. Cierra esta primera etapa con los 16 profetas en cemento para la cúpula de la basílica de Lourdes de Santiago de Chile, proyectada y dirigida por su hermano arquitecto Andrés.

Del viaje que efectuó en 1960 a la Isla de Pascua, de aquella poderosa naturaleza y los anonoliticos moai, de Ia desolación, el silencio y la aproximación a la vida primitiva y rústica nace la serie de esculturas, los Aku-Aku, los espíritus del hombre, del silencio, de la noche del andrógeno... Atrás quedan los retratos, aparece un profundo sentido de abstracción, estudia las formas orgánicas. La estremece la conquista espacial y aparece la serie de las lunas. Parecen revelar la cara nocturna de la luna que aparece y desaparece en medió de las nubes. Son bloques cerrados, compactos y macizos.

Luego, la temática sigue cambiando. Nacen los signos idiogramáticas. Estilizados, puros, pulcros, austeros. Surgen de distintos párrafos de una Biblia. Más de mil idiomas se comunican.

Alexander Calder, el famoso escultor estadounidense, se sentia loco por ella. Para demostrárselo le enviaba sus mensajes: móviles con servilleta de papel.

Al critico Waldemar Sommer dicha retrospectiva le merece el mejor concepto, pues "permite seguir con toda claridad la evolución de uno de los escultores fundamentales de las artes visuales chilenas, Lily Garafulić. Cada una de las etapas que constituye ese desarrollo atestigua, además la coherencia creadora, un nivel singularmente parejo de calidad estética". Tras la fase inicial, vemos la búsqueda de las esencias formales, con Brancusi como norte inicial que se convierte en el intermediario que interpreta su visión del hombre. Sin embargo, la personalidad poderosa de la autora sabe obtener vibraciones de inequívoco aliento visceral desde muy adentro del volumen abstracto. Pasando por las etapas de los totems de Aku Aku y las dinámicas variaciones "lunares", con o sin trabajo de textura, últimamente surgen signos que recuerdan antiguas civilizaciones orientales. La síntesis racional hace, entonces, del Oriente enigmático forma impregnada con claridades de Occidente. A través de la producción última de L. Garafulić, mármoles blancos resuelven cuestionamientos de antaño".

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Juan Karzulović nuevo decano en la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile

EL MERCURIO (11-9-1985) comunica que Juan Karzulović (de origen croata, Nota de S.C.) fue designado nuevo Decano subrogante de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (Ingeniería) de la Universidad de Chile.

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Raíz e historia de las palabras

Transcribimos la parte de la glosa "De unas cosas y otras" publicada en LA NACION de Buenos Aires del 16-8-85, referente al origen de las palabras en conexión con el vocablo corbata:

"Pasemos ahora a otro vocablo: corbata, nombre de la famosa prenda de vestir tan apreciada por unos y tan detestada por otros, mamarracho convencional y molesto o atuendo de distinción según el punto de vista desde el cual se la mire, viene a nuestro idioma del italiano corvatta, es decir, croata, perteneciente a Croacia. Los soldados de caballería de esa región se ponían la prenda alrededor del cuello (más o menos lo que hoy designamos con los términos bufanda, chal o el galicismo echarpe).

El uso de la bufanda croata se habría introducido en 1636, en tiempos de las guerras de Alemania. Primero sirvió para designar a los mismos croatas y luego, en Francia, a los mercenarios empleados por Luis XIII y Luis XIV, que estableció el regimiento de la Royal-Cravate.

El término se internacionalizó (español corbata, italiano cravatta, francés cravate, inglés cravat, alemán Krawatte), pero mucho más se extendió en todo el mundo el uso de la prenda, que parece además querer eternizarse."

Reseña de libros

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Vjekoslav Vrančić: "Branili smo državu - Uspomene, Osvrti, Doživljaji"

(Defendimos el Estado - Recuerdos, Reseñas, Acontecimientos vividos). En dos tomos. Edición de la Biblioteca de la Revista Croata, Munich-Barcelona, 1985, pp. 370 y 484 respectivamente, con ilustraciones.

La aparición de la obra del doctor Vjekoslav Vrančić coincidió con la apertura de la Feria Internacional de Libros en Francfort del Meno, Alemania Federal, que tuvo lugar del 9 al 14 de octubre del año en curso. El interés por esta obra lo justifica y explica por sí la personalidad de su autor. En efecto, el autor es uno de los últimos testigos oculares entre altos funcionarios del Estado Independiente de Croacia, de los acontecimientos ocurridos desde el mes de abril de 1941 hasta mayo de 1945. Se trata, pues, de las memorias de un sobreviviente de los dramáticos sucesos políticos y militares durante el lapso de cuatro años de la existencia del Estado croata, en cuyo servicio y defensa, como por lo demás lo hizo la mayoria del pueblo croata, empeñó todo su saber y energía. De ahí el título "Defendimos el Estado"; de ahí también el período de las memorias y su limitación temporal hasta el año 1945.

Debido a su volumen la obra —que consiste en tres partes— fue publicada simultáneamente en dos tomos. El primer tomo abarca las dos primeras partes, o sea: Recuerdas de la niñez y juventud y Reseñas de factores extranacionales en la formación del Estado Independiente de Croacia, mientras que el segundo tomo comprende la tercera parte: Acontecimientos vividos.

La primera y la tercera parte revisten carácter personal, Ia segunda, en cambio, es de carácter un tanto impersonal. La presente reseña se ocupará tan sólo del primer tomo, o sea, de las dos primeras partes de la obra.

En el Prefacio el autor explica que al ver que todos los dias hay menos testigos de la guerra defensiva croata, ha decidido aprovechar los últimos años de su vida para la anotación sistemática de sus recuerdos personales, corroborándolos con documentos y otros testimonios fehacientes. Cumplido este propósito, el autor entrega su libro al público croata con doble intención: por una parte, como testimonio, y por la otra, como rendición de cuenta del cumplimiento de las tareas que le había encomendado la conducción del Estado Independiente de Croacia (en adelante: EIC). El autor agrega que el libro, por su contenido, no toca todos los sectores de la actividad pública croata de la época, por ser concebido "como aporte parcial a la historia del EIC".

La primera parte —Recuerdos de la niñez y juventud— comprende la primem etapa de su vida en la patria. su estadía en la América del Sud y sus estudios en Viena. Con un estilo narrativo vivaz y cautivante describe en esta primera parte el curso de su vida como tiempo de su formación personal en las circunstancias políticas y sociales de aquel tiempo, que reseña con objetividad y conocimiento pormenorizado.

A causa del atentado de Sarajevo en 1914 y del comienzo de la guerra en la frontera con Montenegro, dejan de funcionar las escuelas y el joven Vrančić, muchacho de once años, empieza a trabajar en el Registro civil de Gacko. Tras la muerte de su padre, la familia se traslada a Mostar, donde, como anteriormente en Gacko, mantiene relaciones amistosas no solamente con los jóvenes croatas católicos, sino también con los ortodoxos y musulmanes de su edad, conociendo así desde su temprana edad la idiosincrasia de estos componentes étnicos y religiosos de la población de Herzegovina, lo que le será de mucha utilidad en su vida posterior. En la Congregación Mariana en Mostar, donde cursa la escuela comercial, conoce al dr. fray Dominik Mandić, quien con el tiempo llegará a ser uno de los más grandes historiadores croatas. También aquí conoció, entre otros, a Andrija Artuković, uno de los hombres políticos croatas con el cual más tarde cooperará como integrante del gobierno croata. Durante sus estudios en la Escuela de Comercio de Sarajevo llega a conocer a Krunoslav Draganović, quien más tarde, como sacerdote, colaborará en el rescate y la repatriación de los soldados croatas en el ejército yugoslavo y hechos prisioneros de guerra después de la breve guerra con el Tercer Reich. En el ínterin, durante las vacaciones, trabaja en la Casa Central de las cooperativas campesinas croatas en Bosnia y Herzegovina, de Mostar. entrando así en contacto con los diriren*es políticos del Partido Republicano Campesino Croata, especialmente con Nicolás Preka, más tarde ministro de Salud Pública y Política Social, quien le será de gran ayuda en su futura vida. De vuelta a Mostar, luego de terminar con notas máximas los estudios en la Escuela comercial superior en Sarajevo, gana un concurso para el cargo de contador en la Oficina regional de seguridad social. Este cargo y el cargo de director suplente de la misma Oficina, lo desempeña hasta 1929 cuando, debido a la dictadura real, se traslada a América del Sud, siguiendo la corriente de emigración generalizada entre los croatas. Antes de pasar a relatar su partida al ultramar, el autor incluye el capítulo sabre la personalidad de Esteban Radić con el título "Esteban Radić en defensa del derecho estatal croata".

En Amsterdam se embarca para Sudamérica y desembarca en Montevideo, Uruguay, puesto que en aquel entonces éste era el único país de inmigración. Aquí, debido a la dolencia de garganta, concurre al consultorio del doctor Arturo Lussich, conociendo así al hijo del renombrado Felipe Lussich, quien por deseo de su padre trataba gratis a los inmigrantes croatas. Luego describe sus recuerdos de la pequeña colonia croata en Montevideo y sus primeros empleos, terminando con el telegrama de Nicolás Preka (entonces ministro de Salud Pública y Seguridad Social en el gabinete del general Pedro Živković) por el cual le ofrece el puesto de jefe de la Delegación de migraciones para América del Sud con sede en Buenos Aires y bajo la jurisdicción directa del Ministerio de Seguridad Social. Aconsejado por sus amigos. Vrančić acepta el puesto y el 9 de julio de 1930 desembarca en Buenos Aires.

En los siguientes capítulos el autor narra sus impresiones y Ia situación política y social de la Argentina. habla de la Embajada yugoslava y su personal, especialmente del correcto embajador Dr. Milorad Stražnicky, quien en 1941 ofrecerá su colaboración al EIC, y de la organización de su Delegación y sus funciones principales. En cumplimiento de sus funciones —especialmente en lo tocante a la organización de la repatriación de los inmigrantes croatas afectados por la crisis económica mundial —viaja Vrančić a Chile (Santiago, Antofagasta, Valparaiso), donde conoce a don Pascual Baburrizza (Paško Baburica) oriundo de la isla Koločep, cerca de Dubrovnik. Son emocionantes las descripciones del autor de las condiciones de vida de los croatas en Chile, donde se los conoce como austriacos o yugoslavos. En ese contexto Vrančić se refiere extensamente a las relaciones entre Chile, Bolivia y Perú. De vuelta a Buenos Aires, tiene lugar su primer encuentro con él, en aquel entonces joven Dr. Branko Jelić (28-2-1905-31-5-1972), uno de los destacados integrantes de la emigración política croata. Al Dr. Jelić como también al profesor Ivan Žuvanić e ingeniero Marion Kolusi con su Boletín "Croacia", dedica Vrančić varias páginas llenas de información valiosísima, aportando así datos a la historia de la inmigración croata en la República Argentina.

Con el cambio de carteras en el gobierno de Belgrado (Nicolás Preka pasa a ser Ministro de Obras Públicas) cambió también la suerte de Vrančić en Buenos Aires, donde su actividad politica entre los inmigrantes croatas se tomó con el tiempo bastante notoria. En efecto, a mediados de agosto de 1931 el nuevo embajador, el barón Dr. Ivan Švegel, le da a conocer el telegrama del nuevo ministro de Seguridad Social, por el cual se le traslada a Zagreb, al Comisariato de Migraciones. Pero, Vrančić decide no volver a la patria por dos motivos: primero, porque había denuncias en su contra por sus contactos con la emigración croata, y - luego, porque quiere seguir estudiando en Francfort, Alemania. Branko Jelić le aconseja que se vaya a Viena por ser más barata y conveniente para el estudio, prometiéndole además ponerlo en contacto con los líderes de la emigración política croata en esa ciudad. "Opté por Viena y con ello abri un surco para el resto de mi vida" —concluye el autor y pasa a relatar, en la tercera sección, su estadía y sus estudios en Viena a partir del mes de setiembre de 1931 hasta mediados de julio de 1936, cuando, luego de la promoción en la Escuela de Comercio Internacional (Hochschule für Welthandel), regresa a Croacia.

En Viena, naturalmente, enseguida toma contacto con el coronel Ivo Perčević y por su intermedio con José (Joža) Milković y Lucas Fertilio, quienes después desempeñarán altos cargos en el Estado croata. En Graz, durante las vacaciones veraniegas, conoce al ex coronel del Estado Mayor austro-húngaro Esteban (Stevo) Duić, uno de los más conspicuos exiliados políticos croatas en Austria, quien fue asesinado en 1934 por la policía secreta yugoslava en Karlovy Vary Checoeslovaquia. A la memoria de Duić el autor dedica un capítulo entero. En Viena se encuentra con Mladen Lorković, quien luego será ministro de relaciones exteriores del EIC, y con muchas otras personas como, por ejemplo, Alfred Bergman, conocido comunista, y Novica Kraljević, uno de los lideres de los četniks servios, quienes terminarán trágicamente durante la Segunda Guerra Mundial. El vencimiento de su pasaporte obliga a Vrančić a efectuar una breve visita a la patria con el propósito de regularizar su prórroga. Con humor y con dramatismo describe el autor esa estadía en la patria que termina con pleno éxito. De vuelta en Viena, en otoño de 1934, Vrančić describe el clima de incertidumbre política en virtud del asesinato del presidente de Austria, el Dr. Engelbert Dollfuss, y luego del rey Alejandro I de Yugoslavia, en Marsella. Después de haber rendido los últimos exámenes Vrančić trabaja un breve lapso como empleado, primero en Viena y luego en Zagreb. Gracias a las circunstancias favorables regresa a Viena y en 1936 logra el título de doctor de ciencias económicas. "En ese momento me sentí de veras feliz. Ante todo, con ello había terminado aquella parte de mi turbulenta vida que desde mi niñez estaba obsesionada con el insaciable y, a veces, inasequible deseo. Ahora puedo decir, cumplí con mi deber" —concluye el autor sus recuerdos de la juventud.

En octubre de 1936 llega el Dr. Vrančić a Zagreb y empieza a trabajar, primero, un breve lapso en el Banco Yugoslavo, y luego en la empresa "Juganil s. en c.". En 1941 comenzará una nueva época en su vida, que describirá en la tercera parte de su obra — Acontecimientos vividos. A fin de evitar en esa tercera parte largas explicaciones de los sucesos políticos y militares, el Dr. Vrančić ha reseñado en la segunda parte los acontecimientos y circunstancias más sobresalientes en que fue creado el EIC y en que había que conducirlo no obstante el hecho que los croatas, como nación, no habían participado en la generación de aquellas situaciones en el mundo ni tampoco las habían siempre deseado. Al respecto el autor escribe en el Prefacio: "El Estado Independiente de Croacia, su conducción estatal, política y militar se han encontrado en un determinado marco histórico, producido por las circunstancias europeas de aquel tiempo, dentro del cual nos cupo necesariamente actuar, luchar y trabajar por amor a la independencia nacional y con miras al futuro del pueblo croata".

La segunda parte — Reseñas de factores extranacionales en la formación del Estado Independiente de Croacia — comienza con el relato de los acontecimientos vividos en marzo de 1941 cuando se encontraba en uno de sus viajes de inspección en Bosnia y Herzegovina. En Mostar lo sorprende la noticia del 25-3-1941 de la adhesión de Yugoslavia al Pacto Tripartito. Un amigo servio le aconseja volver enseguida a su casa puesto que ese hecho significaba la guerra. De regreso a Zagreb, en Visoko —un día viernes—un conocido le explica que todos los musulmanes se hallan en las mezquitas, rezando por la victoria alemana. "Y no solamente en Visoko, sino en toda Bosnia los musulmanes piden a Dios que Alemania los libere de Servia", le dijo el interlocutor. Esta disposición anímica le corroboraban también otros amigos musulmanes en Visoko. Como complemento al capítulo anterior, Vrančić explica la creación del Pacto Tripartito, firmado en Berlín el 27-9-1940 entre Alemania, Italia y Japón, con referencia especial al empeño de Hitler de que Yugoslavia se adhiera a ese convenio internacional. Hitler lo logra el 25-3-1941 pero sólo por 24 horas, ya que en la noche del 26 y 27 de marzo se produce el así llamado "putch de Belgrado" que termina en la destitución del gobierno de Cvetković-Maček, en la declaración de mayoría de edad del rey Pedro II y la expulsión a Grecia del lugarteniente príncipe Pablo.

En el tercer y el cuarto capítulo el autor describe los eventos que culminaron en la proclamación de la independencia de Croacia, el 10 de abril de 1941. Las tentativas del Dr. Vladko Maček, presidente del Partido Campesino Croata y vicepresidente del nuevo gobierno yugoslavo bajo la presidencia del general Dušan Simović, han fracasado; el 6 de abril Belgrado fue bombardeada y Yugoslavia invadida por el ejército alemán; los regimientos croatas en Bjelovar se sublevan el 8 de abril; el día 10 de abril el coronel Slavko Kvaternik proclama por la radio Zagreb la independencia de Croacia y luego se dio lectura de la declaración del Dr. Maček al pueblo croata, instándolo a acatar las órdenes del nuevo gobierno y mantener el orden. A las 17.45 horas entran en Zagreb las tropas alemanas aclamadas por la ciudadanía. Todos estos hechos los presenta el autor, testigo ocular por lo demás, en todos sus detalles y con las referencias a los documentos y testimonios, establecïendo con exactitud la cronología de los sucesoš, especialmente de la hora de la proclamación de la independencia y de la entrada de las fuerzas armadas alemanas en la ciudad de Zagreb.

En el capítulo quinto — Croacia entre el 27 de marzo y el 15 de abril de 1941 (o sea, entre el putch de Belgrado y el reconocimiento del EIC)— el autor presenta en forma pormenorizada y documentada el desarrollo de las acciones políticas del Dr. Maček tendientes a salvar el Estado yugoslavo de la guerra y de su desintegración, mientras que la otra corriente del pensamiento político croata consideraba su deber patriótico aprovechar el conflicto diplomático y la amenaza bélica para separarse de Servia y restablecer Estado propio. Es de notar que los alemanes estaban empeñados en convencer al Dr. Maček no ir a Belgrado y no formar parte del nuevo gobierno, sugeriéndole a la vez que él proclame la independencia de Croacia. El Dr. Maček declinó la sugerencia pues consideraba que la separación sugerida sería posible solamente mediante la guerra; él ,en cambio, quería evitarla a toda costa. El autor analiza también las instrucciones de Hitler del 12-4-1941 sobre el próximo desmembramiento de Yugoslavia dejando a los croatas que resuelvan solos con sus vecinos el problema de los futuros límites de su Estado.

El siguiente capitulo trata el problema del reconocimiento internacional del EIC. El Estado croata fue recòñocido explicitamente por nueve países europeos y tres asiáticos, a saber: Hungría (10-4-1941), Alemania, Italia y Eslovaquia (15-4-1941), Bulgaria (21-4-1941), Rumania (6-5-1941), Japón (7-6-1941), España (27-6-1941), Finlandia (2-7-1941), Dinamarca (10-7-1941), Manchuria (2-8-1941) y Tailandia (27-4-1943). Por su parte el EIC reconoció a China nacionalista (1-7-1941), a Burma (7-8-1943), a Azad Hind (India libre, el 20-11-1943), y a la República de Filipinas (16-10-1943). Las relaciones de facto mantuvo el EIC con el Vaticano, Francia y Suiza. Sin embargo. el reconocimiento por parte de Italia y Alemania no ha sido una cosa simple. De la documentación presentada se desprende las gestiones de las dos potencias ten-dientes a encontrar la fórmula coincidente de reconocimiento. La misma insistencia de Mussolini de que la respectiva fórmula debe mencionar que los futuros límites tendrán que negociarse "en un intercambio libre de opiniones", demuestra que no existió; el compromiso previo por parte del Dr. A. Pavelić para ceder a Italia partes del territorio croata.

La fórmula del reconocimiento del Estado de Croacia no fue la única dificultad entre los dos aliados en el territorio croata durante las operaciones contra Yugoslavia. Existió también el problema de la línea demarcatoria táctica durante dichas operaciones y la politico-militar después de las mismas entre las fuerzas armadas alemanas e italianas en el territorio croata. El autor presenta con gran prolijidad el trazado de esta línea y sus cambios entre los ejércitos del Eje, que en definitiva constituyeron dos regiones, o zonas: primero de ocupación y luego de guarnición (después del 18-5-1941) . Recién el día 7-5-1941 habían concluido su labor las comisiones italoalemanas de delimitación estableciendo el limite definitivo.

Después del reconocimiento por parte de Italia y Alemania el problema más serio fue el de fijar las fronteras. La delimitación con Alemania, Hungría y Servia no representaban mayores inconvenientes. No fue así con Italia. Ya en la reunión de ministros de relaciones exteriores de Alemania e Italia, que tuvo lugar en Viena el 21 y 22 de abril de 1941, el conde Ciano rečlamaba para Italia la totalidad de Dalmacia y la unión personal de Croacia con Italia. Ribbentrop dejó a Italia las manos libres respecto de la delimitación de fronteras con Croacia a la cual aconsejó negociaciones directas con Roma. Ante esta situación Croacia se enfrentó con el dilema histórico: no negociar, y perder todo; negociar y salvar el Estado con menos pérdidas posibles. El Dr. Pavelić, como negociador principal, optó por salvar el Estado. A fin de aclarar las relaciones entre Croacia e Italia, el autor recurre a la reseña de estas relaciones desde el año 1927, cuando el Dr. Pavelić tomó el primer contacto con los italianos, luego a través de los contactos del Dr. Maček con Ciano en mayo de 1939 por intermedio de una interpósita persona y siguiendo con del Dr. Pavelić el 3-11-1940 personalmente, hasta el 29 de marzo y el 11 de abril de 1941, cuando Pavelić se encontró con Mussolini. Luego relata extensamente las conversaciones Ciano-Pavelić en Ljubljana (25-4-1941), analizando minuciosamente todos los testimonios de los cuales es fácil deducir que no existió compromiso previo alguno por parte del Dr. Pavelić respecto de las exigencias italianas, puesto que recién ahora los italianos piden en forma de ultimatum concesiones inaceptables: ceder toda la costa dálmata y del Litoral en el norte, o retener la salida al mar en el Litoral en una extensión de 30 km y entrar con Italia y Albania en la unión personal, dinástica, aduanera y monetaria! Las conversaciones en Ljubljana fracasaron, continuando luego por vía diplomática en Zagreb y Monfalcone y concluyeron con la firma de tres tratados en Roma, el 18 de mayo de 1941.

En el capítulo noveno el autor analiza los tres tratados y los compara con los proyectos y exigencias italianas durante las negociaciones. Estos instrumentos interestatales son: Tratado sobre la determinación de los límites entre el Reino de Croacia y el Reino de Italia; Acuerdo sobre las cuestiones de índole militar concernientes a la zona litoral adriática: Tratado de garantía y de colaboración entre el Reino de Croacia y el Reino de Italia y el Protocolo final. Al respecto hay que mencionar que por Decreto-Ley del 15-5-1941 fue establecida la Corona del rey Zvonimir (último rey croata 1076-1089) como símbolo de la soberanía del Estado Independiente de Croacia y que en virtud de ello el jefe del Estado croata solicitó al rey Víctor Manuel, el 18-5-1941, previo a la firma de los tratados en Roma, designe a un miembro de la Casa de Saboya como rey de Croacia. La designación recayó en la persona de Aimone de Saboya-Aosta duque de Spoleto. Con la firma de los mencionados tratados Croacia perdió el 50 por ciento de su costa adriática pero conservó su independencia constitucional con respecto a Italia.

Entre las demás delimitaciones a las cuales el autor se refiere en el capítulo décimo, la con el Tercer Reich no presentó dificultades, fijándose la línea que separa a Croacia de la provincia de Estiria como frontera. No fue así con Hungría. El problema surgió debido a la ocupación (16-4-1941) y posterior incorporación (17-12-1941) por parte de Hungría de la región de Medjimurje, en 99 por ciento croata. Mientras se había fijado la frontera a lo largo de los ríos Drava y Danubio, la de Medjimurje (entre los ríos Mura y Drava en el noroeste de Croacia) turbada las buenas relaciones entre Croacia y Hungría, quedando sin solución durante toda la guerra.

La frontera oriental con Servia fue fijada por Decreto-Ley del 7-6-1941 del gobierno croata, de acuerdo con el gobierno alemán. El curso de la frontera coincide con el que existía entre Bosnia y Servia con el agregado que todas las islas en el río Drina pretenecen a Croacia.

La fijación de la frontera con la Provincia de Ljubljana incorporada a Italia, ha sido un acto unilateral por parte del rey Víctor Manuel III mediante el Decreto-Ley del 3 de mayo de 1941 que fue comunicado al gobierno croata el 3.7.1941 para su conocimiento. La línea fronteriza fue trazada en dos lugares en detrimento de Croacia que jamás logró la rectificación reclamada. La frontera con Montenegro fue fijada mediante un tratado firmado en Zagreb recién el 27 de octubre de 1941 entre los apoderados croatas e italianos, pues el gobierno croata no aceptaba condiciones previas (la aceptación del proyecto italiano de Estatuto para Split) para la firma de dicho tratado de delimitación con Montenegro.

En uno de los capítulos anteriores el autor esclareció las causas y los alcances de la fijación de la línea demarcatoria italo-germana en el territorio croata. Por razones imprevistas, y contrario a las expectativas de estas fuerzas de guarnición ítalo-alemanas serían pronto retiradas, las fuerzas armadas italianas se quedaron en Croacia hasta la capitulación del mariscal Badoglio (8-9-43) y las alemanas hasta el fin de la guerra (7-5-45). El último capítulo está dedicado a datos detallados sobre el estacionamiento. las actividades y el estado numérico de las fuerzas armadas alemanas e italianas en Croacia. Las estimaciones sobre el número de soldados italianos en el territorio croata oscila entre 150 y 300 mil hombres, siendo la cifra menor la más probahle, según el autor.

La abundancia de datos, de documentos detalles, generalmente desconocidos oue contiene la segunda parte del primer tomo de la obra del Dr. Vrančić hace de la misma un valioso manual político-histórico tan necesario en la literatura política y memorial croata. En uno de los próximos números de STUDIA CROATICA reseñaremos el segundo tomo de la obra.

Milan Blažeković

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Journal of Croatian Studies

tomo XXIV, 1983, Nueva York, pp. 216.

El presente tomo del Journal of Croatian Studies (Revista de los Estudios Croatas) anuario publicado en inglés por la Croatian Academy of America, está dedicado casi en su totalidad al centenario del nacimiento del consagrado escultor Ivan Meštrović. Forma, pues, un libro de 216 páginas que contiene aportes del mismo escultor, artículos y estudios de nueve colaboradores, varias ilustraciones y 37 reproducciones de obras escultórico-arquitectónicas de Meštrović en papel adecuado.

Ivan Meštrović, "fenómeno escultórico del siglo XX" (Auguste Rodin) nació en 1883 en Vrpolje, Croacia, y murió en 1962 en South Bend, Indiana, EE.UU.

La Academia Croata de América hizo un esfuerzo excepcional que la honra, al reunir en su anuario valioso material y testimonios sobre la vida y la obra del gran creador en su etapa norteamericana.

El libro, objeto de la presente reseña, viene encabezado por el ensayo de Meštrović sobre Michelangelo a quien define como "uno de los progenitores característicos del hombre moderno que bregó con todo su organismo, con huesos, carne y nervios, con sus dudas y su fe, para poder llegar a Dios y convencerse de que el Hombre no es más que un fragmento de la Eternidad".

A continuación se pueden leer las reflexiones del último gran maestro en nuestro sigle que trató de modo soberbio, en una incomparable serie de tallas de madera —la Pasión y la Muerte de Jesucristo— acerca del arte religioso que Meštrović formuló el 11-4-1954 en Windsor, Ontario, Canadá con motivo de habérsele otorgado el "Christian Culture Award" (Premio de la cultura cristiana).

Aquí procede subrayar múltiples talentos de Ivan Meštrović, pues aparte de sus obras plásticas, descolló como escritor y dejó varios cuentos y poemas, inspirados en motivos, leyendas y la poesía popular de Croacia y escritos siguiendo la métrica y el ritmo de esa poesía épica popular. Como muestra Journal reproduce su Plática del anciano Milovan con el pueblo en original y la versión inglesa, en traducción excelente de Antun Nizeteo y Marvin Tatum.

Michael Mulnix se refiere a la etapa vienesa de Ivan Meštrović, a sus años de formación y estudios, peripecias y lenta ambientación a la Viena del fin de siglo, a sus años de Academia, sus encuentros con la Secesión, Gustav Klimt, Bücklin, A. Rodin, el arquitecto Otto Wagner y su empeño por buscar su propio estilo, su propio camino. Mulnix resume su trabajo con los siguientes términos: "La grandeza y la tragedia de Ivan Meštrović estriba en el hecho de que procede de una nación pequeña, šu grandeza y su tragedia están en sus obras como conjunto. Su vida entera, sublimada con todos los elementos positivos y negativos, fue una urgencia concentrada en la búsqueda de su propia forma de expresión espacial y totalmente diferente de cualquier otra, sea entre sus contemporáneos o precursores".

Laurence Schmeckbier, profesor de Bellas Artes en la Universidad de Syracuse, EE.UU., y autor de una sesuda monografía Ivan Meštrović, Sculptor & Patriot (Syracuse University Press, 1959), comenta el segmento de la vida y obra de Meštrović después de su radicación en Estados Unidos, en 1946, donde fue bienvenido y honrado con una exposición retrospectiva individual en el Museo Metropolitano de Nueva York, hecho sin precedentes en vida de un artista. Actualmente, dos centros principales de influencia del arte mese troviciano y colecciones mayores de sus obras en América se hallan en las Universidades de Syracuse y de Notre Dame donde dictó cátedra. Su grandioso proyecto de monumento al Holocausto de los judíos no llegó a concretarse todavía debido a desacuerdos internos de los patrocinadores.

L. Schmeckbier puntualiza en su interesante comentario: "Hoy, al repasar los 16 años de carrera de Meštrović transcurridos en América y los 20 años desde su muerte, cabe admitir que él fue uno de aquellos que, como Thomas Mann, eran sobrevivientes de una era más noble, que el Nuevo Mundo y la cultura revolucionaria de la segunda mitad del siglo XX no saben qué hacer con las ideas y la opera de Meštrović, el Fenómeno".

Dean A. Porter, curador de colecciones, director del Museo de Arte Snite, organizador de exposiciones de Meštrović en 1974 y 1983 y autor de sus catálogos. en Nueces Observaciones sabre I. Meštrović publica datos interesantes y pormenores desconocidos, juicios y detalles valiosos referentes en primer lugar a la etapa norteamericana del escultor y a las obras realizadas en ese periodo.

Ante Kadić, profesor y crítico de literaturas sureslavas, presenta "el perfil literario de Ivan Meštrović" analizando sus poesías épicas com-puestas en décimas, baladas y endecasílabos de la poesía popular, sus cuentos, incluidos en la colección Ludi Mile (Mile el Chiflado, Zagreb, 1970) y su relato inédito de carácter autobiográfico Fuego y cenizas. Asimismo hace referencia al drama inédito Aleksandar y a las cualidades literarias de sus memorias en las que nara sus encuentros y reminiscencias de hombres y sucesos políticos sur-eslavos desde el comienzo de este siglo y hasta 1947.

Joseph E. O'Connor, profesor de historia en la Universidad de Springfield, Ohio —está preparando una biografía de I.M.— trata de penetrar en el mundo íntimo de este creador en acción casi constante, hombre por demás reservado y en sus aspectos personales casi introvertido y ensimismado, y evoca el amor platónico que experimentó el maestro para con Ružena Zatkova-Kroščinsky, esposa del diplomático ruso en Roma en 1912, según las memorias de Meštrović, escritas alrededor de 1949-1950, cuando ya se aproximaba a sus 60 años.

Bogdan Raditsa, escritor y periodista exiliado croata, destaca la notable contribución de Ivan Meštrović a la formación del Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos en 1918 y concluye: "Murió convencido de que la nación croata ha alcanzado el grado de madurez necesario para ingresar en la comunidad de estados independientes y que, realmente, logrará su independencia y soberanía política y nacional. La Croacia de Meštrović halló su expresión más noble al insistir en el principio de Pravica, la Justicia. Los croatas siempre lucha-ron y sufrieron por la justicia. El centenario del nacimiento de Meštrović brindará una oportunidad tanto a los croatas que viven en Croacia como a los dispersos por el mundo en diáspora, para exteriorizar su adhesión a la Justicia y a la Libertad".

Cristóbal Spalatin, profesor de lenguas modernas, relata sus contactos y recuerdos personales con Meštrović tanto en Roma como en los Estados Unidos y en su colaboración con Meštrović como traductor, por cuanto el artista, sin ser afiliado a partido politico alguno, sriempre se ocupó en forma intensiva y activa de los sucesos politićos de su país de origen.

Matthew Meštrović, hijo del escultor, escribe sobre la "experiencia americana" de su padre, sus exposiciones en Norteamérica empezando por la primera en Brooklyn Museum en 1924, sus vínculos artísticos, in-fluencias y repercusiones en la prensa. Por otra parte, da testimonio presencial y fidedigno sobre su vida familiar, sus sentimientos paternales y su enfrentamiento con los infortunios familiares y la misma muerte, datos y pormenores éstos muy valiosos para futuro biógrafo con pretensión de presentar un cuadro completo de su vida y sus obras.

Merece que destaquemos la poesía titulada Meštrović compuesta por May Lewis en 1924 con motivo de la primera muestra del escultor en Nueva York.

Karlo Mirth, editor del boletín Croatia Press (desde 1947) y codirector del Journal of Croatian Studies publica extensos extractos de sus memorias y correspondencia con I. Meštrović, iniciada en 1948. Resultan sumamente interesantes numerosos episodios, comentarios, encuentros y opiniones de Meštrović, relatados en recuerdos referidos que, sin duda, servirán a estudiosos e historiadores para formar un cuadro verídico y exhaustivo de una personalidad tan compleja y sobresaliente como lo era la de Ivan Meštrović, interesado no solamente en lo que pasa en el mundo artístico, sino también y más aún en lo que acontece en su patria lejana Croacia.

En síntesis, Journal contiene datos, detalles, juicios y testimonios suficientes como para componer una imagen asaz completa de los años que I. Meštrović pasó en los Estados Unidos y las obras que ejecutó en ese periodo.

Además, el anuario reproduce un retrato en bronce de I. Meštrović, esculpido por Malvina Hoffman en 1966 (se conserva en el Museo de Brooklyn, N.Y.), la portada y la primera página del Catálogo de la exposición de I.M. en 1924 en Brooklyn Museum, el fácsimil de una carta manuscrita del escultor y su firma, nómina de las colecciones de Meštrović que se hallan en Baton Rouge, Louisiana, recopilada por Kathleen Orillion.

Además del material relativo a I. Meštrović, Journal publica documentos recopilados y sistematizados por Ivo Omrčanin, relacionados con las negociaciones llevadas a cabo por Ivan Šubašić, último primer ministro del gobierno real yugoslavo, exiliado en Londres, con Tito y Stalin durante octubre y noviembre de 1944.

El anuario Journal of Croatian Studies concluye su tomo, correspondiente al año 1983, informando acerca del simposio sobre Juraj Križanić, celebrado en Zagreb del 1 al 4 de setiembre de 1983. Se presentaron trabajos de 65 especialistas, procedentes de 12 países. Por último. siguen informaciones concernientes a la actividad de la Academia Croata de América y notas sobre los colaboradores del presente volumen.

Branko Kadić

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Malkica Dugeč: "Zemlja moja - nebo moje"

(Tierra mía - cielo mío). Ed. Biblioteca de la Revista Croata. Ciclo: Los poetas croatas. Munich-Barcelona, 1984, pp. 120.

La destrucción brutal de la Primavera croata en 1971 por parte del presidente Tito, tuvo varias consecuencias nefastas para la nación croata, siendo una de ellas la fuga de centenares de jóvenes- intelectuales y talentos croatas al mundo libre. Entre esos se encuentra la poetisa Malkica Dugeč, joven profesora del idioma croata y las literaturas sureslavas. Nació en Zavidovići, Bosnia, en 1936, curso sus estudios en la Facultad de filosofía en Zagreb, continuando su carrera docente en Donji Miholjac, Eslavonia. En el ínterin, conoció a Croacia meridional, o sea Dalmacia y el Litoral croata, abrazando así en su amor patrio a todas las tierras croatas, a Croacia entera.

Sus prinçras poesías aparecieron en la revista colegial "Polet" (Impetu), en 1952, y en 1953 en "Student-ski List" (Gaceta Estudiantil). En 1960, publicó en Slavonska Požega su primer libro de poesías con el título "Perlas coloradas". Desconocemos los temas, la motivación y el contenido de esta primera colección de poesías de Malkica Dugeč. Sin embargo, colegimos del epílogo de la presente antología, escrito por el profesor Vinko Nikolić, que aquella poesía refleja la profunda e íntima sensibilidad de su creadora engendrada en las horribles vivencias de la posguerra en Sarajevo a la edad de nueve años. Con este rasgo tan pro-pio de su sensible alma, Malkica Dugeč comienza su primer libro de poesías en el exilio. En efecto, el primer ciclo —el de los cinco en total— que titula "El hombre común", la autora convierte en versos su autobiografia: su aspecto personal, su infancia y adolescencia abroquelados y reprimidos en cuanto al sentimiento nacional croata, ya que su exteriorización está mal vista, y a su amor ("Fue en otoño", dedicada a su marido). Con una composición en prosa, denominada "Autorretrato de mis ojos", concluye este primer ciclo intitulado: El hombre común.

Los siguientes tres ciclos, denominados: A un paso de Croacia; Sobre el pedregal ajeno, y Tojadillas de eternidad, contienen la poesía lírica que refleja la hondamente sentida nostalgia de la patria croata denegada. Ahora bien, todas estas poesías, con muy pocas excepciones, se relacionan de una u otra manera con Croacia, sin transformarse por ello en la poesía patriótica ya superada en la expresión poética moderna. El exilio forzoso y prolongado, sin ninguna esperanza de un próximo retorno al terruño patrio, inspira y nutre la añoranza y la melancolía de la poetisa, expresadas no solamente en sus versos sino también en sus poesías en prosa, como por ejemplo las tituladas ¡Croacia habla!, Tan sólo a un paso de Croacia; Defendiendo a Croacia; Apocalipsis del Amor, y ¡Por la Croacia eterna!, que agrupó en el último ciclo con el título de la última creación poética.

El lenguaje de Malkica Dugeč es el idioma literario croata decantado, con la casi total ausencia de expresiones foráneas o internacionales, regionalismos o provincialismos. La excepción en este sentido la constituyen dos pequeñas y amenas poesías compuestas en dos distintas formas populares del idioma croata: una en el dialecto kajkavski ("Por teléfeno desde el exterior") y la otra en el dialecto čakaoski ("La carta del exterior"), según el pronombre interrogativo "kaj" y "ča" (¿qué?) que caracterizan esos dialectos.

En su epilogo a la obra poética de Malkica Dugeč, Vinko Nikolić compara su poesía con la poesía de otra poetisa croata, Sida Košutić (+ 1965), y señala que Malkica Dugeč continúa ahora allí donde terminó Nada Kesterčanek (+ 1971), hasta entonces la única poetisa croata en exilio. El mensaje principal de su poesía es el anuncio de la libertad y un llamamiento a sus connacionales a dirigir sus pasos hacia esa meta —¡pues estamos a un paso de Croacia!.

Milan Blažeković

Información bibliográfica

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En el XXV Aniversario de la revista Studia Croatica

VERBO — Revista española de formación cívica y de educación cultural — publica en su número 237-238 (julio-agosto-septiembre 1985), en la sección Información Bibliográfica, la nota del epígrafe que reproducimos íntegramente.

"La aparición del volumen 94-95 de Studia Croatica (Revista trimestral de Estudios Políticos y Culturales, editada por el Instituto Croata-Latinoamericano en Buenos Aires) marca su feliz XXV aniversario.

Un cuarto de siglo de vida editorial ininterrumpida significa ya de por sí mucho, y si, además, se tienen en cuenta las condiciones y circunstancias en que nació y tuvo que sostenerse esta revista, junto con las enhorabuenas se merece la debida admiración.

La Revista Studia Croatica nació en Buenos Aires allá por los años 1959-1960 como fruto de la iniciativa de un grupo de intelectuales y empresarios croatas sobrevivientes del trágico final del Estado Croata, quienes después de la Segunda Guerra Mundial encontraron una nueva patria en la lejana y acogedora Argentina. Tal como consta en el primer número de la revista, su propósito fue el de "explicar, afirmar y difundir la verdad sobre Croacia, borrada prácticamente del mapa político, aunque poseía y posee los atributos de una nación merecedora de ser tenida en cuenta y ocupar un digno lugar entre las demás naciones del mundo". Y ahora, al cumplirse los veinticinco años de Studia Croatica, sus iniciadores pueden constatar con satisfacción que han cumplido debidamente con lo prometido. Ello ha sido posible gracias a la conjunción de varios factores: Sus tres directores sucesivos pertenecían a una generación de distinguidos intelectuales quienes, además de su saber y tesón, estaban imbuidos de un gran amor a la verdad. Estos hombres de amplias miras han abierto las páginas de la revista a otros tantos colaboradores, quienes —preocupados por el pasado, presente y porvenir de Croacia— iban aportando desde su experiencia una visión dinámica de los aconteceres. Lo más selecto de la numerosa emigración croata esparcida por ambas Américas, por Europa y Australia, tenían en las páginas de esta revista un lugar para la libre manifestación de sus inquietudes culturales. La independencia total de la revista, sin sujeción a grupo alguno, y subvencionada tan sólo con las generosas aportaciones de algunos mecenas y las cuotas de sus suscriptores, supuso y supone la mejor garantía de su libertad, otro de los factores decisivos para el éxito de esta valiosa publicación.

Bajo el patrocinio de los editores de la revista se publicaron obras de un valor histárico especial, como "La tragedia de Bleiburg", "Bosnia y Herzegovina", etc. La primera de Ias obras mencionadas narra Ias espeluznantes peripecias y final dantesco de un nutrido grupo de militares y civiles croatas huidos al Occidente y, ¡firmado ya el armisticio!, entregados (luego) a los milicianos-esbirros de Tito y por éstos masacrados en su gran mayoría. Este crimen de lesa humanidad, que supuso una horrenda muerte para más de 200.000 hombres, mujeres y niños, fue siempre taimadamente ocultado por Tito y sus gerifaltes. El prólogo a esta documentada obra se debe a la pluma del doctor Eduardo Augusto Garcia, antiguo presidente del Consejo de la Organización de los Estados Americanos, dato que avala y confirma el significado e interés internacionales que ha despertado. En la segunda de las obras mencionadas se presenta un análisis histórico-político de la provincia croata de Bosnia-Herzegovina, de los móviles y del trasfondo del magnicidio de Sarajevo, cual preludio de la Primera Guerra Mundial, etc.

Desde la perspectiva de unos hombres estudiosos e interesados en los acontecimientos históricos, sobre todo eúropeos y, en particular de aquella parte tan pérfida y violentamente amputada del Occidente libre, las aportaciones de Studia Croatica son de un interés innegable. Como voz libre de la Croacia oprimida que es, la Revista Studia Croatica constituye una fuente de orientación y una contribución a la causa de la auténtica paz, por lo que, además de su valor propio, adquiere valor a nivel universal en pro de la verdad. La Yugoslavia actual con su rígido y costosísimo aparato propagandístico, pretende ofrecer al mundo una imagen distorsionada y deformada de una supuesta "felicidad" de unos pueblos "contentos". La realidad es muy distinta, y uno tiene la obligación de dar con ella, conocerla y darla a conocer. Y para esto la Revista Studia Croatica es una de las fuentes primordiales. Sumemos, pues, a nuestra calurosa felicitación por su XXV aniversario también nuestro apoyo moral a ese esfuerzo noble de unos hombres dedicados a la tarea de decir la verdad sobre Croacia, defenderla y difundirla.

Proporciona una gran satisfacción poder leer nombres nuevos, de colaboradores jóvenes que van incorporándose a tan digna labor. Las nuevas generaciones croatas en ambas Américas, en Europa y Australia, ponen así manos a la obra y empresa de sus mayores, que éstos —en circunstancias y condiciones mucho más arduas— habían iniciado en su día. Esos jóvenes, hombres de gran prestigio profesional ya, han contraído una deuda: la deuda con la verdad. Y están emplazados a no abandonar lo que tanto sacrificio ha costado y tanto bien había hecho."

Gabriel Alferez

 



[1] Ljubomir Maraković, descollante crítico literario entre las dos guerras mundiales.

[2] El actual arreglo vocal e instrumental del Himno Nacional Croata sobre la música de Runjanin fue realizado en 1941 por el renombrado compositor croata Jakov Gotovac.

[3] El censo de la República del año 1895 dio al Territorio de Magallanes 5.170 habitantes, de los que 3.312 eran chilenos y 1.858 extranjeros (19,32%), de los que únicamente 35 no eran europeos. Del total de extranjeros, 359 (6,9%), fueron censados como súbditos austro-húngaros, identificación gentilicia que comprendía prácticamente en su totalidad a individuos de origen croata (dálmata).

[4] La situación descripta molestó a Kosović, el propulsor de la iniciativa, quien no ingresó a la nueva sociedad mutual.

[5] Del total de 249 socios ingresados a la Sociedad Austriaca de Socorros Mutuos entre 1896 y 1900 inclusive, sólo 13 eran presumiblemente de nacionalidad no croata, es decir, menos del 5%.

[6] Los socios fundadores fueron 34, y al final de 1900 ya se contaban 127 inscriptos en el registro institucional (80 miembros con carácter de fundadores, 46 socios regulares y uno honorario).

[7] Las insignias institucionales eran el estandarte tricolor croata y el escudo del trireino de Croacia, Dalmacia y Eslavonia.

[8] Lucas Bonačić D., "Historia de los Yugoslavos en Magallanes. Su vida y su cultura". tomo III, p. 15.

[9] De jug, sur.

[10] Para entonces la dirigencia política de Servia aceptaba la unidad eslavo-meridional únicamente bajo la concepción hegemónica del predominio de aquel estado sobre los futuros integrantes (Granservismo).

[11] El Imperio Austro-Húngaro carecía hasta el año indicado de un representante acreditado en forma permanente cerca del gobierno de Santiago. Para entonces la estabilidad política y el desarrollo económico que exhibía Chile, le habían ganado un creciente prestigio. Tal circunstancia, como la de la apreciable presencia de inmigrates súbditos de la monarquía habsburguesa, habían movido al gobierno dual a considerar la concertación de relaciones regulares con la república del Pacífico Sur.

[12] Para aquel tiempo la población croata en Magallanes podía estimarse en un millar de personas.

[13] Prvislav Weissenberger, "Relaciones entre Austria-Hungria y Chile. Parte segunda: I La misión del Conde Starzénski Primer Ministro de Austria-Hungría en Chile (19031911). Apartado de Anales de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación 1968), Pontificia Universidad Católica de Chile, pág. 17; y "E1 Comercio", Punta Arenas, 4 de junio de 1903.

[14] Id., p. 19.

[15] Bonačić, op. cit., tomo III, p. 57.

[16] Id., p. 58.

[17] Esta organizacién musical fue la primera en su género surgida en la inmigración croata en Sudamérica.

[18] Para evitar confusiones, ha de recordarse que siendo parte de una sola nación histórica, los croatas de Dalmacia eran súbditos de la corona real de Austria desde 1797 (salvo el lapso napoleónico entre 1806-1814). Por otra parte Croacia como reino asociado ya desde 1102 (Pacta Conventa) formaba parte de la corona húngara de San Esteban. Ahora bien, aunque una y otra coronas se reunían en la persona de Francisco José, los negocios internos del imperio se hacían en forma separada por los gobiernos de Viena (Cisleithania) y Budapest (Transleithania), según correspondiera, de acuerdo con el compromiso austrohúngaro de 1867, que dio origen a la doble monarquía danubiana.

[19] "Nuestra Hermosa Patria", himno nacional croata.

* N. de la R. Mateo Benčur como escritor usaba el seudónimo Martin Kukučin. Ver Studia Croatica, No 82-83 (1981), p. 168-175: Esteban Polakovich: La soledad étnica en la obra de Martin Kukučin - La suerte de los croatas en Punta Arenas.

[20] En verdad no había virtualmente entonces más que croatas entre los eslavos de Magallanes; de allí que la mención de "servios y demás eslavos" aparece única-mente como efecfista.

[21] Bonačić, op. cit., III: 165-166.

[22] Id., III: 176-177.

[23] Lucas Bonačić Dorić, "Cuarta parte y final de la Historia de los Yugoslavos en Magallanes", manuscrito inédito, pág. 223. Archivo Instituto de la Patagonia, Punta Arenas.

[24] Id. pág. 224.

[25] Id. pág. 224.

[26] Ibid., pág. 381.

[27] Ibid., pág. 348.

[28] Ibid., pág. 349.

[29] Inclusive los antiguos símbolos nacionales croatas, otrora tan queridos y defendidos, fueron quitados y olvidados durante la euforia yugoslavista de los años siguientes a 1918-20. De esta suerte de iconoclastia ni siquiera se libró el escudo histórico del antiguo reino de Croacia, Dalmacia y Eslavonia que coronaba como mojinete el edificio del Hogar Croata de Punta Arenas.

[30] Juan Pablo II, Carta Apostólica Egregiae virtutis, 31 de diciembre de 1980; AAS 73, 1981, págs. 258-282.

[31] León XIII, Carta Encíclica Grande menus, 30 de setiembre de 1880; Leonas XIII Pont. Max. Acta, II, pógs. 125-137; cf. también Pio XI, Carta Quod S. Ciryllum, 13 de febrero de 1927, a los arzobispos y obispos del Reino de los Servios-Croatas-Eslovenos y de la República Checoslovaca: AAS 18, 1927, págs. 93-96; Juan XXIII, Carta Apostólica Magnifici eoeatus, 11 de mayo de 1963, a los obispos de las naciones eslavas: AAS 55, 1963, págs. 434-439; Pablo VI, Carta Apostólica Antiquae nobilitatis, 2 de febrero de 1989, con ocasión del XI centenario de la muerte de San Cirilo: AAS 61, 1969, págs. 137-149.

[32] Pablo VI, Carta apostólica Pacts muntius, 24 de octubre de 1964: AAS 56, 1964, págs. 965-967.

[33] Cf. Magnae Moraviae Fontes Historici, t. III, Brno 1968, págs. 197-208.

[34] Cf. Vita Constantini XIV, 2-4; Constantinus et Methodius Thessalonicenses, Fontes, recensuerunt et illustraverunt, Fr. Grivec et Fr. Tomsic, Radovi Staroslavenskog Instituta Knjiga 4, Zagreb 1960, págs. 199.

[35] Vita Methodii VI, 2-3: ed. eft, pág. 22.5.

[36] Cf. Magnae Moraviae Fontes Historiei, t. III, Brno 1969, págs. 197-208.

[37] Cf. Vita Methodii VIII, 1-2: ed. cit., pág. 225.

[38] Vita Methodii V, 2: ed. cit., pág. 223.

[39] Vita Constantini XIV, 9: ed. cit., pág. 200.

[40] Ib., VI, 7: ed .cit., pág. 179.

[41] Los sucesores del Papa Nicolas I, aunque preocupados por las informaciones contradictorias que llegaban sobre la doctrina y la actuación de Cirilo y Metodio, en el encuentro directo con ellos dieron plena razón a los dos hermanos. Las prohibiciones o las limitaciones en el uso de la nueva liturgia eslava deben atribuirse más bien a la presión de las circunstancias, a las mudables relaciones políticas y a la necesidad de mantener la concordia.

[42] In 17, 21 s.

[43] Sal 117/116, 1.

[44] Vita Constantini XVI, 8: ed. cit., pág. 205.

[45] Cf. Sal 112/111, 4; Il 2, 13.

[46] Cf. I Tim 2, 4.

[47] Vita Constantini I, 1: ed. cit., pág. 189.

[48] Cf. Mt 13, 52.

[49] Cf. Gén 15, 1-21.

[50] Juan Pablo II, Discurso en el encuentro ecuménico en la basílica de San Nicolás de Bari, Italia, 26 de febrero de 1984, 2: L'Osservatore Romano, edit. en lengua española, 11 de marzo de 1984, pág. 19.

[51] Ib., pág. 19.

[52] Conc. Ecum. Vatic. II, Constitución dogmática Lumen gentium, sobre la Iglesia, 1.

[53] Para mayores detalles respecto a la pertenencia de B. y H. —la actual República Socialista de Bosnia y Herzegovina— véase la edición especial de la revista Studia Croatica: "Bosnia y Herzegovina — Aportes al esclarecimiento del origen de la Primera Guerra Mundial", Buenos Aires, 1965.