STUDIA CROATICA
Año XXVIII – Julio – Septiembre 1987 - Vol. 106
Los requisitos históricos para la autodeterminación
de los pueblos y la integración mundial
El perfil literario y espiritual de Rogelio Jose
Boskovic
La iglesia católica y los croatas fuera de su
patria
Crónicas - Glosas - Comentarios
Intensa lucha por la identidad de la lengua
literaria croata
El lugar que ocupa Yugoslavia en Europa
Sljeme - Un ejemplo de explotación descarada
La mezquita de Zagreb: blanco permanente de las
autoridades
Intercambio Cultural Catalán-Croata
Federación Mundial de la Juventud Croata
Alemania Federal - Interesante seminario de una
Sociedad germano-croata
Canada - Congreso Mundial del Partido Campesino
Croata y de laa Confederación Obrera Croata
En defensa de los derechos humanos
Hay más detenidos políticos en Yugoslavia que en
Hungría, Checo-Eslovaquia y Polonia juntas
Federación Cristiana de los Sindicatos Alemanes aboga
por los Derechos Humanos en Yugoslavia
La posición croata frente al Memorandum de la
Academia Servia de Ciencias y Artes
Zagreb — Sede de la Universiada 1987
Saludos del Papa a los peregrinos croatas
Descubrimientos sensacionales del semanario alemán
"Der Spiegel"
La policía secreta yugoslava muy activa en Suiza
Yugoslavia ante la quiebra financiera
Patricia Stambuk M.: Rosa Yagan - El último
eslabón
Franjo Tudjman,
Zagreb
El trabajo que reproducimos a
continuación es la versión española de la conferencia pronunciada en la
University of Toronto en su parte correspondiente al tema de la
autodeterminación del pueblo croata. Consideramos esta disertación de
particular interés no solamente por la calidad de su exposición sino también
por la personalidad de su autor.
El doctor Franjo Tudjman es un
destacado historiador disidente croata residente en Zagreb quien, en junio de
este año, obtuvo excepcionalmente un permiso temporario para pronunciar
conferencias en las universidades canadienses: York University - Toronto;
Laurentian University - Sudbury; Carleton University - Ottawa.
Siendo aun muy joven, habiendo
apenas terminado el bachillerato, se unió en 1941 a los guerrilleros de Tito y,
terminada la guerra, prosiguió sus estudios en la Academia Superior de Guerra
en Belgrado. Luego actuó en el Ministerio de Defensa Nacional y en el Estado
Mayor del Ejército llegando al grado de teniente general.
En el año 1961 abandonó la
carrera militar para dedicarse enteramente a los estudios históricos y en 1965
obtuvo el doctorado en ciencias de la historia con la tesis: "Las causas
de la crisis de la Yugoslavia monárquica desde 1918 hasta 1941". Desde
1961 hasta 1967 desempeñó el cargo de director del Instituto para la historia
del movimiento obrero de Croacia. Participó en simposios de investigación
históricas en el país y en el extranjero, dictó clases en la Facultad de
ciencias políticas de la Universidad de Zagreb y temporariamente en varias
universidades de Europa y Norteamérica. En 1966 participó en el seminario de la
Harvard University con su estudio sobre el "Futuro de la supremacía y la
coexistencia en la época nuclear de la historia mundial". El doctor
Tudjman es autor de varios libros en idioma croata, inglés y alemán y de
numerosos artículos aparecidos en revistas especializadas nacionales y
extranjeras.
Su destacada actuación en el
movimiento comunista desde temprana edad y su capacitación profesional y
científica no le sirvieron de nada cuando manifestó públicamente su sentir
nacional croata al firmar en 1967 la conocida "Declaración sobre el idioma
croata". Ese mismo año, a raíz de esta "desviación", fue
expulsado del Partido Comunista iniciándose así para él y muchísimos otros
patriotas croatas una serie de persecuciones que llegan hasta nuestros días. En
1972, a raíz de la proscripción del movimiento llamado "La primavera
croata", fue arrestado junto con las principales personalidades políticas
y culturales croatas y condenado a dos años de reclusión y a la prohibición de
realizar actividades públicas en los dos años subsiguientes. En 1981, en el
primer gran proceso político después de la muerte de Tito, fue nuevamente
juzgado y condenado a tres años de prisión y cinco años de prohibición de
desempeñar actividad pública debido a las entrevistas que concedió a las TV
sueca y alemana y a la Radio France-Internationale, calificadas de
"propaganda enemiga". (Ver Studia Croatica, año 1981, vol. 82-83).
En la introducción a una de sus
conferencias pronunciadas recientemente en Canadá, el doctor Tudjman destacó:
"Tuve la oportunidad de vivir personalmente toda la problemática de la
cuestión nacional: como partícipe en la 'creación de la historia' en la época
de la Segunda Guerra Mundial, como miembro de uno de los pueblos históricos de
la Yugoslavia multinacional y finalmente como investigador científico de las causas
de los acontecimientos históricos y como escritor sobre las relaciones
internaiconales. Con eso no quiero decir —prosigue-- que comparta enteramente
el punto de vista filosófico de Thomas Hobbes: 'no hay historia, sólo
biografía', sino que mis opiniones están fundadas en la experiencia personal y
en el razonamiento filosófico de la historia".
El texto de la conferencia que
reproducimos a continuación está extraído de la publicación de la Sociedad de
los Intelectuales y Profesionales Croatas - Croatian Profesional and
Businessmen Society, Ontario, Toronto.
La Redacción
Componentes y determinantes de la autodeterminación del
pueblo croata
En la formación y autoafirmación
del pueblo croata en el camino hacia la autodeterminación jugó un papel preponderante
la conciencia histórica acerca del derecho estatal croata, fundada en la
tradición tanto sobre la existencia y grandeza del Estado croata medieval en
las tierras que se extienden entre el Adriático y el Drava, como sobre la
particular identidad estatal-nacional croata —aunque abarcando a veces un
espacio asaz limitado—a lo largo de toda su historia, hasta su unión, en 1918,
con Servia y otras naciones sureslavas.
La iglesia católica desempeñó
fin papel importante en la formación espiritual e incluso en la conservación
del ser nacional croata. Si bien le cupo en tal aspecto y a lo largo de toda la
historia croata un lugar cardinal, esto no fue óbice a que también los
seguidores de la religión musulmana fuesen considerados componentes —de iguales
derechos— del pueblo croata, quienes en su enorme mayoría hablan el mismo
idioma y tienen el mismo origen étnico. El hecho de que los servios -basados en
su pertenencia a la iglesia ortodoxa— no los hayan aceptado como componente
étnico propio, sino que incluso desarrollaron una justificación místico-poética
para excluirlos de su etnia, constituye de por sí un testimonio histórico
terminante.
Cuando se habla de la formación
de la conciencia nacional croata contemporánea, cabe volver la mirada hacia la
idea del ilirismo y yugoslavismo.
Ella germinó en el suelo de las
tierras croatas divididas, con el anhelo de llegar cuanto antes y de manera más
fácil, sobre una base más amplia, a la unificación, primero, de tierras
croatas, y luego, de otras naciones sureslavas. Esa idea, inclusive cuando,
desde Strossmayer y Rački hasta Ribar y Tito, ostentaba elementos de
utopía integralista, nunca descuidó enteramente la afirmación de la
particularidad histórica del pueblo croata. La ciencia histórica hace mucho ha
confirmado que el movimiento ilírico fue un movimiento renacentista croata, e
inclusive pienso que no nos equivocaríamos si afirmáramos que la idea de
yugoslavismo contenía en mayor medida elementos favorables que nocivos para los
intereses del pueblo croata, a pesar de que tenía que pagar tributos a
ilusiones supranacionales.
La conciencia hondamente
enraizada acerca del derecho estatal croata, que se fue transfiriendo
gradualmente de los señores feudales a las capas sociales burguesas y
populares, constituyó la causa principal por la que el pueblo croata, en el
nuevo Estado común, en ningún momento se avino a la pérdida de su
individualidad nacional y estatal, hecho por el cual la idea sobre el derecho
estatal histórico croata se enfrentó indeclinablemente con la idea estatal
servia, convirtiéndose aquélla en principal obstáculo a su expansionismo,
respectivamente a la conversión del Estado yugoslavo en la Gran Servia.
La concepción de la
autodeterminación nacional sobre las bases del histórico derecho estatal croata
impregnaba todas las principales corrientes de la vida estatal croata, desde la
izquierda hasta la derecha.
Ella se hallaba en la médula de
aquella porción de los seguidores del partido croata de derecho, de la cual
—después del asesinato de la conducción del partido campesino de Radić en
el Parlamento de Belgrado— surgiría el
movimiento derechista radical de Pavelić (ustaša) que, para la consecución
de la independencia de Croacia, se apoyó en las fuerzas fascistas del Eje, por
cuanto éstas perseguían la destrucción del orden europeo implantado en
Versalles. Esta política pragmática trajo consigo, por cierto, la instauración
del Estado Independiente de Croacia, dentro del "nuevo orden europeo"
de Hitler. Pero su precio y consecuencias fueron desproporcionadamente
trágicas. Pavelić tuvo que aceptar la entrega de Dalmacia a Italia y de
Medjimurje a Hungría, cosa que —agregada a la aplicación de métodos de gobierno
fascista y de persecución terrorista— quitó valor al Estado Independiente de
Croacia (EIC) incluso a los ojos de su propio pueblo. Además, se había vuelto
evidente que el EIC iba a compartir el destino de la inevitable derrota de las
fuerzas del Eje en su guerra con la coalición antifascista.
Del derecho
estatal de Starčević hasta la constitución de la república croata de
Radić
Tomando del movimiento de
derecho, de Starčević, la idea del derecho histórico estatal croata,
Radić la trasplantó a su movimiento campesino, a través del cual ella
englobó a todo el ser nacional, adquiriendo al mismo tiempo contenido social. Sobre
la base de esta idea Radić exigía —junto a los adherentes al partido de
derecho— en la Austro-Hungría, la unificación de las tierras croatas,
incluyendo en ellas a Bosnia y Herzegovina, o sea la solución de la cuestión
croata en la Monarquía reorganizada en forma trialista, dentro de la cual el
Estado de Croacia integrada, debería equipararse en derechos a Austria y
Hungría.
Manteniéndose consecuente con la
exigencia del derecho del pueblo croata a la autodeterminación, Radić aducía
en apoyo de esta exigencia, además del derecho histórico, también el natural de
todo pueblo a la soberanía nacional, que proclamaban, después de la primera
guerra mundial, por igual el presidente de los EE.UU., T. W. Wilson en nombre
de la democracia burguesa, y el jefe de la Revolución de Octubre, V.I. Lenin en
nombre del internacionalismo marxista.
En calidad de expresión de este
pensamiento y de esta determinación del pueblo croata en el sentido de la
consecución de su autodeterminación, la representación parlamentaria croata,
bajo la conducción de Radić, proclamó en 1921, ante la adopción en
Belgrado de la Constitución centralista de Vidovdan en contra de la voluntad y
sin la participación de representantes del pueblo croata, la Constitución de la
República Neutral Campesina de Croacia, que seguirá siendo la base duradera de
la política del partido de Radić para la búsqueda de las formas
confederativas del Estado común o del camino para su disolución.
En ese momento Radić
dirigió a los que propulsaban el centralismo estatal y el unitarismo yugoslavo,
una significativa advertencia histórica: o bien los servios habrán de
satisfacer las demandas croatas, o se producirá la revolución que será un mal
para los croatas, pero también una calamidad aún mayor para los servios.
Cayeron entonces sobre
Radić graves objeciones de las filas croatas, tanto de la derecha como de
la izquierda, en el sentido de que no se había mantenido consecuente en la
conducción de la política nacional, dado que en 1925, al aceptar el orden
establecido por la llamada Constitución de Vidovdan, había abandonado no sólo
el programa republicano de su partido campesino, sino también la exigencia de
independencia para Croacia. Estos juicios son en verdad históricamente errados,
pues Radić y todo su movimiento jamás desistirán de esta meta final de la
política croata.
Mis investigaciones me han
indicado que él, para la consecución de la meta que se había fijado para
siempre en la Constitución de la soberana y neutral República Croata, estaba
dispuesto a emprender pasos más decisivos, no obstante haber deseado concretar
su programa con métodos políticos democráticos y pacifistas, íntimamente
convencido de que la lucha armada revolucionaria acarrea a todo pueblo más
perjuicios que beneficios.
En este sentido —dicho sea de
paso— el movimiento de Radić sobre nuestro suelo fue un fenómeno idéntico
al posterior movimiento de Mahatma Gandhi, que condujo a la independencia de la
India, aún cuando en circunstancias muy distintas, en confrontación con un
adversario diferente y en una situación internacional diversa.
Radić reconoció, pues, el
orden establecido por la Constitución de Vidovdan tan sólo por razones
tácticas, por la posibilidad de continuar la lucha política para la concreción
de la meta estratégica de la política croata.
Así lo hizo porque quedó
convencido a través de las conversaciones mantenidas en París, Londres y Moscú,
donde incluso afilió su partido a la Internacional Campesina "Verde",
de que Croacia debe fundar su política sobre la realidad del Reino de Servios,
Croatas y Eslovenos (RSCE), dentro del orden europeo establecido en Versalles,
del que no había perspectivas de cambio en un futuro cercano.
La vuelta de Radić al
Parlamento y gobierno de Belgrado —determinada por esta cognición— no fue
recibida con beneplácito por las amplias capas —ni populares ni intelectuales—,
del pueblo croata, de suerte que en los comicios parlamentarios de 1927 había
perdido un considerable número de votos, incluidos los dos representantes de la
ciudad de Zagreb, donde, en cambio, fueron elegidos Trumbić y
Pavelić.
Sabiendo que Radić no había
desistido de sus objetivos finales, los seguidores del hegemonismo granservio
organizaron su asesinato en el Parlamento de Belgrado. Este atentado constituyó
un raro ejemplo de bandidaje bárbaro, en toda la historia parlamentaria del
mundo entero. La efectividad de este delito resultó, empero, contraria a las
expectativas de sus ejecutores.
Al lado de Radić asesinado
se aglutinó, con el programa de la Croacia libre, el pueblo croata entero, en
un movimiento nacional único con prescindencia de diferencias ideológicas y
políticas, con la consecuencia de que en su seno fueron cobrando repentinamente
mayor fuerza, especialmente a causa de la declaración de la dictadura del 6 de
enero de 1929 por el rey Alejandro Karadjordjević, las corrientes de la
derecha y de la izquierda, la nacionalista radical y la revolucionaria.
Cuando Maček —como sucesor
de Radić— fue apresado y acusado de predicar la idea de una Croacia independiente
y libre, declaró ante el tribunal de Belgrado que esa acusación era infundada
por cuanto dicha idea no necesitaba ser predicada ya que ella vivía en el
corazón de todo croata; con ello por cierto expresó la verdad histórica más
profunda, y además la esencia omnipresente e indomable del estado de ánimo del
pueblo croata que -al igual que en el caso de cualquier otro pueblo de la
tierra— no puede ser doblegado por fuerza alguna ni por ideologías
integralistas mientras perdure el ser nacional croata.
Dentro de la línea del instinto
innato de todo ser nacional y de la exigencia ya históricamente impostergable
del pueblo croata, Madek declarará algo más tarde ante el mundo entero, con el
propósito de inducir a los responsables de Belgrado a emprender negociaciones
más realistas, que al pueblo croata le resultará completamente lo mismo si
habrá de ser Roosevelt o Hitler quien le abrirá la puerta de la cárcel de su
servidumbre nacional.
Con la firma del acuerdo
croata-servio de 1939, la conducción del Partido Campesino Croata de
Maček, no desistirá en esencia de los objetivos finales de la política
croata, al destacar abiertamente que la instauración de la Banovina Croata
(cuerpo nacional autónomo de Croacia) constituye tan sólo el primer paso en
dirección a la solución de la cuestión croata.
Tras la firma del acuerdo
croata-servio de 1939, la conducción del Partido Campesino Croata no desistirá
de perseguir los objetivos finales de la política croata, destacando en forma
abierta que la Banovina Croata era tan sólo el primer paso hacia la solución de
la cuestión croata. El consentimiento al mencionado acuerdo, que hizo que la
conducción partidaria de Maček fuese expuesta a una dura critica por parte
de la derecha e izquierda croatas a causa de su claudicación, confirmaba que
dicha conducción no se oponía a que el pueblo croata alcanzara a concretar sus
derechos nacionales dentro del marco del Estado común yugoslavo.
Con su rechazo de la oferta
hecha por Hitler en el sentido de que, luego del derrumbe de Yugoslavia,
declarara el 10 de abril de 1941 la instauración del Estado Croata, Maček
exteriorizó su determinación democrática en favor de las potencias occidentales
democráticas y su correcta apreciación de que las potencias fascistas del Eje
iban a perder la guerra, y no deseaba ver a su pueblo croata del lado de los
derrotados.
Mientras tanto, en la moledera
de los acontecimintos mundiales durante la segunda guerra mundial, en medio de
las potencias de la coalición anti-fascista y del Pacto Tripartito, y en la
confluencia de todo aquello que sobrevino sobre el suelo yugoslavo como
consecuencia de la política de las potencias de ocupación, del Estado
Independiente de Croacia de Pavelić, del gobierno monárquico en exilio y
del movimiento de los četnik de Draža Mihajlović, y, finalmente del
movimiento revolucionario de Tito, la política de espera practicada por
Maček demostró ser históricamente tan extremadamente ineficaz, que llevó
al partido político más poderoso de la historia croata al margen de la
existencia histórica, con una vana invocación de legitimidad de su
representatividad política. Los miembros de la conducción y los seguidores del
Partido Campesino Croata fueron indudablemente copartícipes sui generis y en
mayor o menor medida importantes factores actuantes en todos los componentes de
la historia croata durante la guerra y la posguerra, pero no parte de sus
líneas de fuerza determinantes.
Consecuencias
de la oposición de las corrientes granservias a la solución de la cuestión
croata
Un destino similar al
experimentado por el Partido Campesino Croata tuvieron los principales partidos
burgueses servios, pero con consecuencias más perniciosas para las metas de sus
respectivas políticas. Aunque provocaron a través de su propia determinación y
actuación activa movimientos históricos o procesos socio-políticos en los
cuales el Partido Campesino Croata mantendria más o menos un papel de
observador pasivo, aquéllos al final desempeñarían el rol del principal
copartícipe derrotado en la revolución llevada a cabo en Yugoslavia durante la
segunda guerra mundial.
En realidad, solamente una
pequeña y no representativa parte de los más encumbrados círculos de la
política burguesa servia, allegada al principe Pablo y Dragiša Cvetković,
había abrazado la política de solución pacífica y concertada de la cuestión
nacional croata, y todo ello tan sólo al comienzo de la segunda contienda
mundial cuando los gobiernos de Francia y Gran Bretaña, en su calidad de protectores
de la Yugoslavia versallesca, recomendaron que debían satisfacerse las
exigencias croatas para salvar el Estado Yugoslavo.
Por el contrario, la abrumadora
mayoría de los responsables círculos burgueses servios, incluyendo casi sin
excepción a toda la oposición unida liberal-democrática, se levantó en contra
inclusive de la incompleta autonomía de la Banovina Croata, declarándose
terminantemente en contra de ulterior federalización del país. Tan sólo unos
pocos políticos servios esta-ban dispuestos a concebir que podria admitirse la
autonomía federal de Croacia y Eslovenia con la condición de proceder a la
simultánea institución territorial de la Gran Servia y de establecer garantías
de su ulterior predominio en el gobierno central yugoslavo.
Mediante el "putsch",
y el golpe de estado, del 27 de marzo de 1941, que había sido ejecutado a
instancias de la inescrupulosa y pragmática política del gobierno británico, y
personalmente del propio Churchill, pero también con la participación prácticamente
de todas las corrientes políticas servias, desde la extrema derecha y la
Iglesia Ortodoxa hasta los comunistas de la extrema izquierda, se provocó la
crisis de Estado, la ocupación y el derrumbe de la Yugoslavia monárquica.
La supuesta
culpa histórica del pueblo croata
Las acusaciones en el sentido de
que el pueblo croata es el único responsable del derrumbe de Yugoslavia son
expresión de ceguera histórica y confirmación del pensamiento de Hegel, cuando
dice que los hombres y los pueblos por la mayor parte son incapaces de aprender
de la historia.
El pueblo croata, por cierto, es
responsable del derrumbe de Yugoslavia, pero ante todo por su misma existencia,
es decir por la justificación histórica de su soberanía nacional, mientras que
la responsabilidad primaria del pueblo servio se funda no sólo en lo más arriba
mencionado, sino en la política hegemonista de los círculos responsables
servios, que persigue a toda costa conservan su dominación, ya que nunca
pudieron imaginar siquiera a Yugoslavia como una comunidad de pueblos con
iguales derechos, sino únicamente como una Gran Servia ampliada.
El hecho de que en la
confluencia de todos los factores internacionales e internos, en las
circunstancias imperantes durante la segunda contienda mundial, se encontraran
en la escena nacional croata tales líneas de fuerza políticas que, por un lado,
tendían a la concreción de la independencia croata dentro del marco del nuevo
orden europeo de Hitler —para el caso de su victoria—, y por el otro, a la
obtención de la liberación de Croacia por la vía de la revolución socialista,
constituye la prueba al canto de que la cuestión croata desde el punto de vista
de las relaciones internas e internacionales había madurado a tal punto que su
solución no podía postergarse por más tiempo.
El fracaso de la política de los
partidos burgueses servios de conservar su hegemonía y de esta manera impedir
la solución de la cuestión nacional croata y de los demás pueblos no servios a
pesar de contar para ello con todos sus apoyos internos y externos, indica por
cierto que las relaciones de fuerza entre el pueblo servio y las restantes
naciones de Yugoslavia son tales, que el hegemonismo granservio no puede
perdurablemente conservar su predominio. Y ello aún más, cuando no le favorecen
los factores internacionales debido a la posición geopolítica que ocupa
Yugoslavia, que se muestra muy sensible ante todas las líneas de fuerza
internacionales que, por ende, deben estar interesadas en contar con una
situación ordenada en una región de encrucijada.
Aparte de ello, cuando algunos,
incluso los más serios escritores fundamentan sus acusaciones de culpabilidad
histórica del pueblo croata sobre la base del mero hecho de que el Estado
Independiente ed Croacia fue instituido bajo la protección de potencias
extranjeras, Alemania e Italia, cabe señalar que esto no constituye excepción
histórica alguna o novedad, por cuanto en oportunidad de grandes alteraciones
de fronteras, desde Napoleón hasta Hitler y Stalin, pueblos aún más importantes
que el croata no pudieron escapar al destino de imposición de gobiernos que no
deseaban. Cabe además destacar, que durante la segunda guerra mundial, por ej.
en países del Lejano Oriente, los movimientos de liberación, bajo la conducción
de demócratas y comunistas, se colocaban al lado de invasores japoneses
—aliados de Hitler— con el fin de derribar el poder colonial francés o inglés,
para levantarse luego contra esos mismos aliados suyos —que trataban de
imponerles su nueva dominación— con el propósito de conquistar su plena
independencia nacional.
Este papel, en el caso del
pueblo croata durante la segunda contienda mundial, estaba distribuido entre su
derecha e izquierda. Como ya hemos marcado en líneas más o menos generales, los
puntos de partida y ocaso de los movimientos del Partido Campesino Croata y de
los Ustaša, que representaban el centro y la derecha del movimiento nacional
croata, nos resta echar una mirada sobre los objetivos programáticos de su
izquierda, que conformaban Ios comunistas —marxistas— y los partidarios de
Radić de orientación izquierdista e incluso algunos secuaces del
mencionado partido croata de derecho.
Por cierto, no cabe atribuir a
la casualidad que los marxistas croatas; ya a principios de la década del 20, fueran
los primeros en levantarse contra el programa nacional unitarista que el
Partido Comunista de Yugoslavia había aprobado en su congreso fundacional, como
punto de partida para su actividad revolucionaria. Los destacados caudillos del
movimiento comunista croata, como asimismo los promotores de la cosmovisión
marxista, como fueron los revolucionarios Đuro y Stjepan Cvijić, Ante
Ciliga, Kamilo Horvatin y los escritores Miroslav Krleža y August Cesarec,
enfrentando la fuerza del movimiento naional burgués, y muy en especial el
campesino de Stjepan Radić, muy pronto comprendieron que el movimiento
obrero revolucionario no tenía perspectivas si en su programa no incluía la
lucha por la autodeterminación del pueblo croata y de los demás pueblos no servios
de Yugoslavia.
Estos puntos de vista —que
compartió una fracción más pequeña del movimiento comunista servio, la así
llamada fracción de izquierda, al tiempo que la mayoría adhería a la fracción
de derecha y a las concepciones unitaristas, yugo-marxistas, de Sima
Marković— condujeron, principalmente por idénticos juicios vertidos por el
Komintern, a que a mediados de la década del 20 el Partido Comunista de
Yugoslavia aprobara el programa e desmembramiento de este Estado, "cárcel
de los pueblos", en repúblicas independientes, con el compromiso de su
unión en una confederación primero balcánica y luego danubiana.
Cuando hoy en día los
adversarios de la autodeterminación de los pueblos rechazan incluso el
federalismo fundado en los principios sentados por el Consejo Antifascista de
Liberación Nacional de Yugoslavia (CALNY) y ampliado después por la
Constitución de 1974, argumentando que aquél es consecuencia de la política
errada del Komintern que fue aplicada por Tito y otros sirvientes de dicho
organismo, entonces puede decirse sin temor a equivocarse que ello constituye
tanto una desatención de toda experiencia histórica como un intento de hacer
retroceder las ruedas de la historia.
Por más que fuesen exactas las
afirmaciones acerca de que el Komintern promovía la política soviética de
desmembramiento de Yugoslavia en su calidad de una importante pieza del orden
europeo versallesco, no es menos cierto que tal política respondía íntegramente
a los anhelos históricos de los pueblos croata y los demás no servios, en pos
de la autodeterminación y la consecución de la libertad nacional. Todo ello se
había reflejado en la colaboración entre los comunistas y los revolucionarios
nacionales croatas en su lucha contra la dictadura del rey Alejandro,
incluyendo su compañerismo en las cárceles yugoslavas, en las que había
mártires políticos croatas en número mucho mayor que de todos los demás juntos.
En confirmación del hecho de que
—en el momento histórico de cambio, cuando después del derrumbe de Yugoslavia
en 1941 la derecha croata, bajo la conducción de Pavelić, se estaba
engañando en el sentido de que podria obtener la iidependencia de Croacia con
la ayuda de las fuerzas del Eje—, la izquierda croata perseguía las mismas
metas, sus seguidores dejaron al respecto un testimonio histórico más que
fidedigno.
Un grupo de
revolucionarios-comunistas croatas, después del fracasado intento de su
liberación del campo de detención de Kerestinac en julio de 1941, esculpieron
con sus manos en la pared de la prisión de la calle Rački número 9 en
Zagreb, antes de su ejecución, esta inscripción estremecedora:
"En estos recintos han
vivido sus últimas horas los 4 luchadores internados en Kerestinac. La condena
de fusilamiento la aceptaron todos con la cabeza erguida, porque sabían que
iban a morir por una causa justa, por la causa del pueblo trabajador. ¡Viva
Croacia soviética!"
La izquierda
croata y la autodeterminación del pueblo croata
Por cierto, la exclamación
"Croacia soviética" no expresaba el anhelo de subordinación a la Unión
Soviética de Stalin, sino la adhesión a la libertad e independencia croata, a
la emancipación de todo hegemonismo, trátese del granservio o cualquier otro,
inclusive, naturalmente, del soviético.
Esta idea de lucha para la
concreción de las metas revolucionarias y nacionales por las cuales morían los
conscientes revolucionarios marxistas y nacionales croatas, imbuía a los
conductores y a la mayoría de los seguidores del movimiento revolucionario de
los partisanos de Tito en Croacia con tan vehemencia, que el acuerdo
Tito-Subašić había provocado el temor en las amplias capas sociales del
pueblo croata de que el mismo pudiera implicar el peligro del retorno a una
vieja Yugoslavia hegemonista, de cualquier conformación que fuere.
Aparte de ello, cabe destacar
—ya lo hice en mis libros— que no fue de ninguna manera casual que se
encontraran al frente del Movimiento de Liberación Nacional, que adoptó las
decisiones del CALNY, los croatas Josip Broz Tito e Ivan Ribar, y que el primer
papel en las negociaciones sobre su reconcimiento internacional lo había
desempeñado un tercer croata, el Dr. Subašić. Es un hecho incuestionable
que su orientación comunista, respectivamente yugoslava, jugó un rol muy
importante, más bien primordial. Sin embargo, esa orientación no había de
ninguna manera reemplazado ni suprimido sus sentimientos nacionales croatas,
pues de ello hablan claramente las decisiones del CALNY, y muy en especial las
palabras pronunciadas por Tito en 1942, en el sentido de que la lucha de
liberación nacional sería una mentira y una mistificación, si ella no
significara, amén de la liberación de Yugoslavia, también la del pueblo croata
y de todas las demás naciones, de todo tipo de hegemonía.
La renovación
de las tendencias centralistas-hegemonistas
Es un mérito histórico del
movimiento comunista servio, el haber contribuido a la victoria del
reconocimiento, por parte del CALNY, del derecho de los pueblos no servios a la
igualdad jurídica y la autodeterminación, inclusive hasta la misma separación.
Empero, el hecho de que el
programa de Tito sobre Yugoslavia, estructurado por las decisiones del CALNY,
no haya sido acogido en Servia con el mismo fervor que en Croacia, Eslovenia o
Macedonia, atestigua que el pueblo servio —que estuvo expuesto hasta las mismas
postrimerías de la guerra a la preponderante influencia y control del
movimiento "četnik'' de Draža Mihajlović— no poseía para ello
esa histórica motivación, que sí la tenían los pueblos no servios. Ello por sí
solo lleva a la conclusión de que él no contaba con los motivos que embargaban
a los pueblos no servios para participar en el movimiento de Tito con el fin de
impedir el retorno al estado del pasado.
A esta cognición le sigue,
naturalmente, la de que no fue de ninguna manera casual, de que en su seno
nacieran tendencias hegemonistas en la forma que le había dado Ranković, y
hoy en día en la que le está dando el ampliamente difundido brote
literario-científico de los memorandistas servios en contra del titoísmo, no
tanto por su condicionamiento ideológico, sino por su contenido esencial: el
federalismo surgido de las decisiones adoptadas por el CALNY, por más que a
través del mismo no había sido ni remotamente resuelto el problema de la
autodeterminación nacional, es decir, en el sentido de que cada uno de los
pueblos en cuestión pudiera decidir libremente sobre si iba a seguir siquiera
—y bajo qué condiciones— viviendo, y bajo qué clase de techo común.
Los problemas
abiertos de las relaciones entre distintas naciones y el enfoque de su solución
Con lo señalado, no tuve la
pretensión de decir que no existen serias razones, y menos aún ninguna, para el
planteamiento de la cuestión nacional servia en nuestros días. Pero desde ese
mismo y factible punto de vista, existen muchas más, desde el punto de vista
croata. En todo caso, sin embargo, no cabe buscar soluciones en la negación
incluso del derecho a la subjetividad de, por ejemplo, los pueblos croatas y
eslovenos, que son tildados de principales causantes de la crisis
político-social que padece el Estado yugoslavo, sino únicamente en la
consideración sobria, tendiente a poner en armonía los esenciales intereses
nacionales. Toda nuestra experiencia histórica, desde el siglo pasado hasta
nuestros días, nos advierte que, para la comunidad yugoslava y para la
situación general en esta región geopolítica, es de esencial importancia el
ordenamiento de las relaciones croata-servias.
Esta escueta referencia a la
anterior y la actual forma de encarar la problemática de la cuestión nacional,
se confirma en el pensamiento del historiador Delbrück, de que "todo
pueblo es hijo de su historia y de su pasado, y que no puede alejarse de ellos,
más de lo que el hombre puede desprenderse de su juventud".
Yo le agregaría: todo movimiento
es criatura y parte constitutiva de su pueblo, dél que no puede separarse, con
prescindencia del papel positivo o negativo que haya desempeado en su historia.
La tarea primordial de los movimientos futuros ha de ser la de sintetizar todos
los aspectos positivos de los anteriores en la senda del logro de la integridad
de los seres nacionales como precondición para el logro de su autodeterminación
y convivencia armoniosa en más estrechas o más amplias comunidades
internacionales.
La
autodeterminación de los pueblos en el mundo contemporáneo
Echemos ahora una mirada desde
la problemática de la República Federativa Socialista de Yugoslavia hacia cómo
se encuentra la cuestión de la autodeterminación de los pueblos en el mundo
contemporáneo en general.
Cuáles son, en general, las
perspectivas para la independencia y la soberanía de los distintos pueblos en
un mundo que alcanzó un inimaginable grado de integración
científico-tecnológica, económica, cultural, de transporte y de información, en
dimensiones que abarcan todo nuestro planeta y que hacen que, a primera vista,
las separaciones nacionales se presenten totalmente como superfluas y sin
importancia, y aún más, como irracionales?
Ante la imposibilidad de encarar
un análisis más pormenorizado, nos limitaremos a fijar tan sólo algunos hechos.
Simultáneamente con el proceso
de esta integración del mundo, y junto a ella y frente a ella, se desarrolló el
proceso de autodeterminación de los pueblos en el sentido del logro de su
independencia y soberanía estatal. En las postrimerías del siglo pasado (en
1871) había, por ejemplo, en Europa tan sólo 14 Estados independientes, ante la
primera contienda mundial (1914) algo más (20), mientras que después de su
finalización (precisamente en 1924), su número había crecido ya a 26, para
alcanzar después de la Segunda Guerra Mundial la cantidad total de 33 Estados
independientes en ese continente. La ONU comenzó su actividad en la década del
cuarenta con unos cuarenta Estados miembros, para duplicar en dos decenios su
número, y cuadruplicarlo en nuestros días.
A medida que el mundo avanza por
su senda de integración civilizada, se va individualizando cada vez más en lo
político-nacional.
Desde la antigüedad hasta
nuestros días sigue este proceso contradictorio. Las aspiraciones del
panhelenismo de convertirse en civilización mundial mediante la ampliación de
su poder sobre los "bárbaros" extraños, terminaron en la inmersión en
éstos de las primeras teorías integracionistas helenísticas. Populus Romanus
impuso a muchos pueblos su civilización romana (Pax Romana), pero no creó
nación común alguna. Tampoco fue capaz de hacer lo mismo la civilización
cristiana universalista, mientras la Iglesia Católica en nuestros días
precisamente experimenta su renacimiento a través de su más intensiva
incorporación en las particularidades de los entes nacionales. Los esfuerzos de
fundar el internacionalismo de clase sobre la base de la cosmovisión marxista,
y el intento de crear un pueblo soviético-socialista único, quedó varado sobre
la resistencia contra el granrrusismo que se hallaba detrás de aquél. También
la Pax Americana en sus enunciaciones no podrá por cierto evitar el mismo
destino.
La evolución global de la
historia que se desarrolla ante nuestros ojos, en este tiempo espacial y en su
sociedad posindustrial e informática, indica que el proceso de
autodeterminación de los pueblos sigue vigente, y que la integración del mundo
se verifica tan sólo a través de la comunión de pueblos soberanos y hombres
libres.
También en nuestro tiempo
histórico sigue siendo la máxima meta en la historia de todo ser nacional, el
logro de la plena libertad nacional en su Estado soberano propio, como
prerrequisito básico de desarrollo global y pleno desenvolvimiento de las
fuerzas creadoras y de todas las fuentes materiales y espirituales de un
pueblo, tanto en beneficio propio como de la humanidad entera.
Teniendo en cuenta que tanto las
relaciones de fuerzas en el orden internacional, como la integración
contemporánea del mundo, encaminan a todos los pueblos en dirección a una más
estrecha cooperación, no reviste un carácter de esencial significación el hecho
de que un determinado pueblo elija la concreción de sus derechos soberanos en
un Estado propio completamente soberano, o en convivencia con otras naciones en
comunidades más amplias o más estrechas. Empero, es de esencial importancia
histórica que él solo, y sin impedimento alguno, pueda juzgar qué es lo que
mejor responde a sus intereses nacionales.
Nadie puede apropiarse de este
derecho, salvo el pueblo en cuestión.
Si es plenamente soberano,
entonces podrá por su propia decisión desistir de algunos elementos no
esenciales de dicha soberanía, o bien transferirlos a cuerpos de codecisión
común en aras del desarrollo de los intereses propios o comunitarios. Ejemplos
de una integración así de Estados nacionales con el pleno respeto de sus
individualidades y voluntad soberana, nos ofrece la forma en que se van
formando las Comunidades de países europeos probablemente ya bien encaminadas
hacia la creación de la liga de Estados europeos.
En todos los casos contrarios,
es decir de sujeción de la libre voluntad y limitación de los derechos
soberanos, los pueblos afectados no se resignan a la opresión ni a la
postergación de cualquier naturaleza de su ser nacional, hasta la plena
conquista de su lugar bajo el sol.
Sobre esto tenemos innumerables
ejemplos en la historia cercana o más lejana.
Por su parte, la historia nos
recuerda, por cierto en forma reiterada y muy frecuentemente de manera vana,
que élla se cobra de todos aquellos que olvidan estas enseñanzas ya bastante
caras, en su momento un tributo aún más caro por su perseverancia consciente,
su ignorancia o sus yerros de que podrán impunemente jugar permanentemente con
la esencia y la suerte de un ser nacional.
Con motivo del bicentenario de
su muerte
Ante
Kadić, Indiana University, EE.UU.
Como las ciudades griegas
disputaban donde nació Homero, así, en menor escala, varios pueblos se arrogan
la nacionalidad de Bošković[1]. La disputa en torno a Homero no nos extraña, por cuanto
no estamos seguros si existió y menos que menos donde nació, mientras que en el
caso de Bošković no hay duda dónde nació y cuándo murió (18 de mayo de
1711 en Dubrovnik - 13 de febrero de 1787 en Milán), qué lengua habló y
escribió, qué escuelas cursó y a qué nación él y su familia pertenecían.
Si los franceses lo contaron
entre los suyos, es comprensible, ya que se había naturalizado francés, y si
algunos italianos, todavía hoy en día, lo consideran suyo [2] —aunque se
oponía a esa actitud[3] — se puede comprender, pues en Roma terminó sus altos
estudios, escribió bastante en italiano y murió en su medio, pero no se da
motivo alguno para que los servios, vecinos orientales de los croatas, lo
consideren uno de ellos: por un lado sostienen que la lengua de los servios y
de los croatas es idéntica, pero si alguien se llama Boško, arguyen, debe ser
servio, por tratarse de un nombre preferentemente servio; si alguien escribió
objetivamente sobre sus monasterios medievales, como lo hizo Nikola, padre de
Rogelio, quien, —siendo mercader— pasó su juventud en Novi Pazar, forzosamente
debe ser servio.
Sólo (lamentablemente) los
croatas denominaban su lengua como iliria, eslavonia, dálmata, nuestra". Así
lo hacía también Bošković. Si hubiera sido servio, y según subraya Dr. Petronijević,
"de origen servio"[4], él mismo lo hubiera dicho. Dándose cuenta, poco a poco,
que no podían arrogárselo (si bien para su tesis habían ganado a algunos
estudiosos extranjeros como, por ejemplo, Elisabeth Hill) [5], los servios empezaron a sostener que pertenecía tanto a
ellos como a los croatas, por cuanto él se sentía eslavo, no hacía distingo
entre esos dos pueblos "hermanos" y no vale la pena discutir sobre
nimiedades, como por caso si era servio o croata. Este problema él no se
planteaba, por cuanto para él "su ciudad natal y su patria era únicamente
Dubrovnik, de modo que se sentía, en cuanto a la filiación nacional, sólo
raguseo. Bošković era un típico dinárico, raguseo y eslavo, es decir un
eslavo meridional o balcánico[6]. Y, sin embargo, era croata!
Muchos estudiosos han enumerado
todo lo que Bošković hizo por su ciudad natal, particularmente por los
"señores" de Dubrovnik siempre cuando tuvieron algún inconveniente
con los ingleses, franceses, austriacos o rusos, de modo que no me ocuparé aquí
de esos asuntos.
Si bien Bošković ayudaba
también a otros connacionales, sobre todo a los jóvenes jesuitas, sus
relaciones con tres sacerdotes raguseos en Roma eran francamente ejemplares. Stay,
Kunić y Džamanjić lo querían sinceramente y lo apreciaban mucho como
al hermano mayor y famoso científico[7].
Entre esos tres el más allegado
a Bošković fue su pariente Benedicto (Beno) Stay (1714-1801). Stay nació
en Dubrovnik, fue educado en el colegio de jesuitas y cuando tenía 24 años
resumió en versos latinos la filosofía de Descartes[8]; en ciertos lugares la amplió con los descubrimientos de
Galileo, Kepler y Newton. Con fama de un "nuevo Lucrecio", Stay se
trasladó a Roma a estudiar la teología, fue ordenado sacerdote, dictó cátedra
como profesor de oratoria en la Universidad "Sapienza" y por
intervención de Bošković fue nombrado presidente de la cofradía croata de
San Jerónimo[9].
En una carta a su hermano
Bartolomé (1748), Rogelio describió cómo se gestó el segundo poema en el que
Stay trató la filosofía de Newton, ilustrado por abundantes aclaraciones y
suplementos de Bošković; muchas tardes Rogelio dictaba una o dos horas a
Beno la física de Newton: en ciertos lugares, cuando lo consideraba apropiado,
insertaba sus concepciones metafísicas.
En su prólogo a la Nueva
Filosofía de Stay[10] Bošković señala al "aplicado lector" que
el poeta no ha popularizado la filosofía de Newton, como con anterioridad lo
hicieron Algarotti y Voltaire, pues él caló hondo, hasta el meollo (sed ad
intimam ubique medullam usque se insinuat). Bošković sostiene que del
poema de Stay disfrutarán y aprovecharán todos quienes gozan de la belleza de
la lengua latina y quienes calaron los secretos más arcanos de la naturaleza y
se familiarizaron con un análisis más hondo de los fenómenos naturales[11].
Stay se daba cuenta de cuánto debía a
Rošković y al final del tercer tomo, publicado (1792) después del
fallecimiento de Rogelio, rindió un cálido homenaje al amigo y exhortó a
Dubrovnik para que alzara su testa, ya que en adelante, por mérito de
Bošković, será tenida entre las primeras ciudades:
Tu quoque tolle caput felix Epidauria Cive
Terra tuo, primis teque urbis insere clarum (III, 1320-21) [12].
Raimundo Kunić (1719-94)
cursó sus estudios en el colegio jesuítico de Roma, donde Bošković era
profesor de matemáticas; a su vez, Kunić llegó a ser profesor de griego en
el Collegium romanum. Cuando fue abolida la orden de los jesuitas
(1773), Kunić siguió en Roma como profesor secular.
Igual que Bošković,
Kunić frecuentaba los salones romanos; le gustaba estar en compañía de
distinguidas damas. Compuso un puñado de logrados epigramas. Más que por su
propia creación poética, Kunić se hizo famoso como traductor de la Ilíada,
de Homero.
De la correspondencia de
Bošković se colige cuanto apreciaba a Kunić (a quien llamaba Remo)
como hombre y como talento poético.
Mientras Bošković residía
en París, Londres, Estambul o Viena, Kunić, igual que los demás raguseos
residentes en Roma, extrañaba la conversación sabia y amistosa con don Rogelio.
Cuando éste, por fin, regresó (1763), Kunić compuso en su honor una elegía
(canción de bienvenida), subrayando que a ningún hermano suyo quiere tanto como
a Rogelio; se alegra que Rogelio de nuevo está mirando el Tíber amarillo y las
colinas del Capitolio y no vive más entre los aburridos británicos, los rudos
osmanlíes ni los bárbaros tracios[13].
Lucas Sorkočević,
enterado de la muerte de Bošković y sabedor de los lazos íntimos que lo
unían a Kunić, le pidió escribiera un "lamento" circunstancial. Kunić
aceptó de buen grado, más su "epigrama fúnebre y lúgubre" versa en
buena parte sobre su ineptitud para describir poéticamente a tan excelso varón:
Supremum volui Rogero solvere munus,
Funereum triste carmen ad exequias,
Ingeniumque ingens, clara et laudare reperta
Et vitam, mores dicere et eximios,
Nec potui: cari admonitu mens negra sodalis
Frangitur, haud voces, haud subeunt numeri,
Ima fodit moeror luctu praecordia, manant
Perque genas largae perque sinum lacrymae...
Nunc plorat meus hic tantum; post tempore longo
Fors erit, ut fundat verba diserta dolor[14].
Brno Džamanjić (o Zamanja,
1735-1820) estudió en los colegios de los jesuitas de Dubrovnik y Roma, donde sus
maestros eran Bošković y Kunić. Antes de traducir la Odisea, de
Homero, publicó dos breves poemas (Echo, Roma, 1764; Navis area,
Roma, 1768); en el primer poema versificó la doctrina de Bošković sobre el
eco, y en el segundo, con su imaginación, se elevó a las alturas desde las que
observaba varios continentes.
A la sazón se rumoreaba que
Bošković partiría a California para observar el paso de Venus por el sol. Džamanjić,
solicito, ruega a su paisano y maestro para que vaya a América, pues, termine
como termine este viaje, no regresará sin gloria:
I, decus o nostrum: non tu sine laude redibis,
quo res cumque cedat! [15]
Džamanjić, ya cuatro años
de regreso a Dubrovnik, se enteró del fallecimiento de Bošković. El
Consejo Superior de la República de Dubrovnik le pidió pronunciar la oración
fúnebre durante las solemnes exequias en la catedral (21 de mayo). Džamanjić
acepté gustosamente y en un estilo elevado y panegírico glorificó al difunto. Su
panegírico lo empezó con la oración siguiente: "Si alguna vez existió un
ciudadano de Dubrovnik quien, por derecho propio, podía exigir de todos
nosotros máximos signos de honor y agradecimiento de corazón, este ciudadano es
Bošković". Puso de relieve la claridad y la profundidad del genio de
Bošković y su prestigio en Roma, Italia, Francia, Inglaterra y Viena[16].
Esta oración fúnebre le gustó
tanto a Anita, hermana de Bošković, que le agradeció a Džamanjić en
versos.
Empero, Džamanjić no estuvo contento
con su pieza oratoria y pronto escribió un epigrama en recuerdo de
Bošković, en el que se dirige a Dubrovnik y le dice que, si bien es una
ciudad pequeña, no es insignificante; el poeta antepone la República de
Dubrovnik a todos los demás reinos;
Qui potis hoc, dices? Illius patria nonne es.
Cui non ella parem regna tullere Virum,
Nulla farent? Homines idoirco quam anteit omnes
Rogerius, tam regna omnia tute supra es [17].
Durante las últimas vacaciones
navideñas (1986) examiné en la biblioteca Bancroft, Universidad de Berkeley, la
extensa correspondencia de Bošković[18]. Mientras que Bošković conservaba cuidadosamente
las cartas de terceros, sus cartas en muchos casos se extraviaron o todavía no
fueron halladas. Llegué a la conclusión que esas cartas, igual que las que con
anterioridad han publicado F. Rački, V. Varićak y V. Radatović,
son no sólo la fuente más segura para la biografía de Bošković sino
también el manual más importante para conocer sus ideas.
En esta oportunidad me permito resumir el
contenido de algunas cartas de un inglés, de un francés y de un suizo, como
asimismo de su hermana Anita: mientras el inglés lo irritó, haciéndolo sin
querer cómplice de su materialismo, con el francés quedó en relaciones más que
cordiales y en parte con el suizo, y su hermana Anita le rogaba de no ir a
California, "ese lugar salvaje", cuyo sólo nombre cuesta pronunciar.
Bošković no es el primer
físico y filósofo mal interpretado. Algunos sabios fueron entusiasmados con su
obra maestra (Theoria philosophiae naturalis, Viena, 1758; Venecia,
1763; Chicago, 1922; Zagreb, 1974), pero de esa obra deducían erróneamente su
cosmovisión (Weltanchauung).
Como si lo presintiera, al final
de su obra principal había agregado un apéndice sobre el alma y Dios (Appendix de
anima et Deo), en el que subrayó el principio dualista, o sea: la existencia
del alma y del cuerpo. Bošković con claridad manifestó su fe en Dios,
quien no sólo creó a los seres humanos sino que se les reveló. Mientras en la
puerta principal de su Theoria, explicando su doctrina sobre el rechazo y la
atracción de la materia, Bošković resulta un científico riguroso y es
difícil seguir sus deducciones, en el "Apéndice" resulta elocuente y
polemiza con los que no están de acuerdo con él.
Si bien de temperamento fuerte,
Bošković raras veces se muestra tan irascible como en su correspondencia
con Joseph Priestley (1733-1804), teólogo y físico inglés, que adquirió fama
con sus descubrimientos de determinadas propiedades de gas y oxígeno[19].
Priestley y Bošković se
encontraban en París en 1774; el inglés en sus conversaciones con don Rogelio
aceptaba su teoría sobre la composición de la materia[20].
Tres años después Priestley
publicó una de sus obras principales (Disquisitions relating to matter and
spirit, Londres, 1777). Un amigo de Bošković, miembro de la Academia
Francesa, le previno que Prestley es un teólogo que enseñaba el materialismo
mecánico y que invocaba su Theoria. Temiendo que sus discípulos y adversarios
lo acusen de supuesta duplicidad, o sea, que a ellos les dice una cosa y
escribe otra, dirigió una carta al lord Shelburne, en cuyo servicio estuvo
Priestley y con quien Bošković se carteaba desde hacía tiempo. Solicitaba
la intervención de Shelburne y su exhortación para que Priestley reconozca públicamente
que interpretó erróneamente su teoría[21].
A su vez, Priestley, que
económicamente dependía de Shelburne y era reacio a escuchar crítica que sea de
sus libros muy discutibles (por ello chocó con el obispo Horsley, el populacho
le incendió la casa, se fugó a América donde se convirtió en uno de los
principales unitarios, siendo antes calvinista-presbiteriano), contestó muy
acremente a Bošković (19 de agosto de 1778); 1o) si algo tenía que
reprocharle, le debía escribir directamente y no a su protector; 2o) él no
escribió que Bošković compartía sus conclusiones; él, en base a la
Theoria, de Bošković, llegó a su materialismo. Además, declara con orgullo
que su doctrina concuerda con la revelación y no con la doctrina de la iglesia
romana que él tiene por anticristiana, por un sistema abominable, algo mejor
que el infernal (a system of abomination little better than heathenism)[22].
Bošković esperaba, dado su
conocimiento insuficiente del inglés, que alguien le tradujera la carta de
Priestley. Después de dos meses (17 de octubre) contestó al inglés con una
carta que no fue más suave de la que recibió: no sólo que no se excusó por
haber escrito a Shelburne, sino que el materialismo de Priestley lo calificó de
impío en lo religioso y estúpido en cuanto a una filosofía sana ("une
doctrine que je déteste comme impie du côte de la Religion et sotte du côte de
la saíne philosophie"). Escribe a Priestley que lo agravió personalmente
no sólo por haber puesto en tela de juicio su honor y también por haber
calificado al Jefe de su Iglesia como Anticristo. Al final agregó: si ha
utilizado algún término fuerte, lo hizo ya que no permite que se dude de él y
que se agravie a su Iglesia. Concluyó con la expresión latina: amicus usque
ad aram[23].
Jerôme de Lalande (1732-1807)
fue un famoso astrónomo francés. Desde joven sobresalió en el ámbito científico
y en 1760 fue nombrado profesor de astronomía en Collège de France y en
1768, director del Observatorio de Paris.
Muy pronto trabó relación con
Bošković, lo estimó como científico, se carteó regularmente con él, le
tomó sincero afecto durante su viaje por Italia, popularizó en Francia sus
descubrimientos, a menudo se refirió a ellos en Journal des Scavans, donde
también publicó (en febrero de 1792) un interesante, detallado y cálido
necrólogo con motivo del deceso de Bošković, destacando numerosos méritos
y virtudes del difunto, sin omitir su conocido defecto, o sea, su
irascibilidad.
En el segundo
"Fragmento" de la correspondencia de Varićak (publicado en Rad
193, Zagreb, 1912) donde, además de las cartas de Anita Bošković, se
hallan también las cartas de los científicos extranjeros, las más numerosas son
las de Lalande (son 30, No. 21-50).
La primera carta se remonta a
1764. Lalande escribe a Bošković que, a través de común amigo, Ch. La
Condamaine, supo que se hizo cargo de la cátedra en Pavía "con todos los
honores y beneficios pertinentes"; le felicita a Bošković y le dice
que personalmente es feliz, pues de ese modo tendrá la oportunidad de visitarlo
en Italia el año próximo[24].
Bošković acompañó a Lalande
a lo largo de tres meses que duró su recorrido de Italia. Este no tardó en
agradecerle (30-XI-1765) acotando que cuando piensa en su agradable estada en
Italia, se recuerda del hombre que la posibilitó. Luego agregó: "En su
hermosa alma usted hallará el premio por todo el esfuerzo que hizo para que yo
la pasara bien y me sintiera feliz"[25].
En la carta en italiano, fechada
el 16 de junio de 1766, Lalande, con ironía se refiere a D'Alambert por
pertenecer a la categoría de los "sublimi singolari maestri
del'universo", por haber expresado que Bošković era "un italiano
que en parte sobresalió en matemática". Lalande observa que para él
Bošković siempre será uno de los hombres más grandes que conoce y quiere
más"[26].
Bošković pensaba
trasladarse a Inglaterra y de allí partir para California para observar el paso
de Venus por el sol. Lalande le ruega detenerse en París. En la misma carta (27
de abril 1767) llama a Bošković su "maestro, ángel guardián,
protector y benefactor"[27].
Otras cartas de Lalande están
redactadas en un tono parecido. En ellas informa a Bošković de lo que
sucede en la Academia Francesa, como D'Alembert (al que llama
"déspota") se convirtió en su irreductible enemigo, lo que está
haciendo para traducir sus obras, lo que le gusta más y lo que menos en los
trabajos de Bošković; le advierte que cuide su salud, que no se ponga
nervioso por naderías, ya que sus enemigos (La Place y Rochon, Frisi y Luino)
se sentirían felices si se enteraran que le molesta lo que ellos dicen y
escriben. Ellos no merecen que les preste su atención.
Si bien tenemos que tener
presente —según observa Varićak— que en el siglo XVIII los científicos se
prodigaban loas recíprocas, sin embargo, "el encanto de la personalidad de
Bošković sin duda era grande"[28].
G. L. Le Bage (1724-1803) a su
tiempo fue conocido como matemático y físico: inteligente y muy aplicado, pero
demasiado meticuloso, de modo que pocas cosas publicó en vida. Ese hecho lo
puso de relieve también su biógrafo Pierre Prévost quien en Ginebra dictaba las
mismas asignaturas[29].
Durante la Ilustración los
científicos solían cartearse con mucha frecuencia, de modo que se conservan
tres cartas de Bošković.
En las cartas de Bošković
—publicadas por Varićak y comentadas por P. Costabel[30], hay muchas informaciones que generalmente conocemos. Le
Sage le escribió a Bošković en francés y éste le respondía en latín. Se
excusa, ya que habla mejor que escribe en francés. En la segunda carta (7 de
mayo de 1765) Bošković vuelve al problema del idioma. "Resulta asaz
dañino para el mundo científico que en estos tiempos nuestros se arraigó la
costumbre en todas las naciones que cada uno se sirve con su lengua materna. Cuanto
más sería conveniente que se mantenga el latín para la comunicación recíproca,
como era otrora, y ahora esta lengua no pertenece a nadie"[31].
En la primera carta conservada
del ginebrino (22 de junio de 1772) Le Sage cuenta que desde mucho tiempo atrás
trata de restablecer el contacto interrumpido con Bošković, y en la segunda
(fechada también en Ginebra, 8 de mayo de 1772) expone sus puntos de vista,
diferentes de los de Bošković, referentes a las partículas en la
composición de la materia que él denomina "corpuscules
ultramondains"). En lugar de la disputa científica, prefiero citar los
términos elogiosos, usados por Le Sage a cuenta de Bošković estaba muy
desencantado, pues en su lugar fue nombrado L. Lagrande[32] jefe del observatorio de Brera: "Con motivo de sus
ingentes gastos (a raíz de la construcción del observatorio) y de sus
significativos descubrimientos, permítame expresarle mi admiración. Para todos
que aman la ciencia es muy consolador ver, sobre todo en este siglo, mientras
los escritores se pavonean preocupados por sus propios intereses, a un
científico como usted, altruista, laborioso, original, profundo y que reúne, en
grado sumo, distintos talentos; que parecen incompatibles"[33].
Anita Bošković (1714-1804)
no se casó, pero tampoco se hizo monja; vivía con su vieja madre y el hermano
mayor Božo, seguía atentamente la labor científica y los numerosos viajes de su
amado Rogelio con el cual se carteaba regularmente. Sus once cartas fueron
publicadas por Varićak [34].
A fines de la década del 60 del
siglo XVIII se hablaba mucho en Londres de la oportunidad para que algunos
astrónomos se trasladasen a California para observar el paso de Venus por el
sol. Cuando la Royal Society, de Londres, invitó a Bošković para
que integrara la delegación científica, aceptó con gusto la invitación. Pero
pronto surgieron inconvenientes: 1-, le imputaban que, siendo ciudadano
austríaco (en aquel entonces residía en Milán, parte integrante del Imperio
Austríaco), era demasiado afecto a los ingleses ("singularis erga Anglos
affectus"); el otro inconveniente radicaba en el hecho de que era jesuita
y justamente esa orden fue abolida en aquellos años en muchos países europeos,
incluso en España que, a la sazón, era dueña de California. Tras una prolongada
negociación e intercambio epistolar, Bošković, al final, no consiguió el
permiso español.
Eso ocurrió para su bien, pues
la mayor parte de los científicos que se habían trasladado a California y allí
terminaron con éxito su misión, murió de una epidemia [35].
La familia de Bošković en
Dubrovnik estaba convencida de que sus oraciones eran atendidas, pues nadie,
ningún familiar suyo quería que Rogelio viajara a ese país lejano y
desconocido.
Bošković, mientras, se
aprestaba a partir para California, informó a sus familiares en Dubrovnik
acerca de sus intenciones. Anita, que le contestaba en nombre de la madre y del
hermano Božo, le cuenta como ellos, al igual que otros amigos, han reaccionado
al enterarse de que sale con destino a "un lugar salvaje" —California[36] —. Su hermana, que normalmente aplaudía las acciones de
Rogelio, en esta carta lo refrenaba discretamente y le pedía cautela.
Antes de reproducir algunos
pasajes de esta carta de Anita, subrayo que está escrita en el hermoso dialecto
ragusino, que es espontánea e íntima, entretejida con detalles familiares y con
profundos pensamientos; esta tierna y devota escritora ni se imaginaba que, dos
siglos después, estas líneas suyas serían analizadas en sus pormenores. Anita
le escribe al hermano (13 de octubre de 1766) desde Dubrovnik:
"Božo estaba en Gruž cuando
nos entregaron tus cartas y me dio alegría al ver tres cartas juntas. No
solemos abrirlas en su ausencia. Si bien él siempre nos dice que por qué no
hemos de abrirlas, aguantamos esperándolo. Esta vez, y pensando en tu salud, la
madre me dijo que abriera una y le tocó a la última...
Leyéndola y encontrando
California, nombre que hasta ahora no sólo nunca hemos oído, sino que nos costó
pronunciar, y si en mi libro no la hubiéramos encontrado bajo otra
denominación, no sabríamos de qué se trata ni dónde ese "lugar
salvaje" se encuentra. Piensa un poco, que sabes pensar mejor que yo, como
nos quedamos, si bien del dicho al hecho hay mucho trecho".
Sabiendo que Rogelio atenderá
más el consejo de la madre que de la hermana, le informa lo que su madre piensa
sobre su planeado viaje a California: "Antes también pensabas ir a las
Indias, pero no lo has hecho. Si ahora se cumple tu intento, alabado sea Dios. Unicamente
siento que estarás demasiado lejos cuando me tocará hacer a mí el viaje más
largo, lo que será muy pronto, de modo que te llegará tarde la noticia sobre mi
muerte y a mí tarde el auxilio de tus misas y oraciones".
Rogelio no comentó mucho a los
suyos sabre el paso de Venus por el disco solar, sino que dio a entender que de
su viaje podría sacar provecho ¡qué sea para su mayor gloria! Confío que
también ahora te usarán para la orden de los jesuitas. La hermana le contesta
ese punto: "Yo creo de que lo primero que tienes en la mente es la causa
de la santa religión, pues no puede ser de otra manera que este viaje, como
dices tú, sea beneficioso tanto a tus jesuitas como a todos los cristianos, por
tu intervención".
Por la mente de Anita se
cruzaban también algunas dudas; quería mucho a su hermano y le dijo
sinceramente lo que pensaba: "Es cosa extraña, pienso yo en mi foro
íntimo, que las ingleses te aprecien tanto, siendo tú católico y jesuita, que
te elijan entre los suyos. Pues hasta aquí puede mi inteligencia, exclusivo don
de Dios; y cuando se lo da a alguien, ese fin, para que en las latitudes tan
lejanas seas más conocido y honrado" [37](36).
Con anterioridad (1761) la Royal
Society, de Londres, había mandado a Bošković a Estambul para observar
el paso de Venus por el sol. En Venecia tomó un barco que cerca de la isla
Teneda fue sorprendido por una gran tormenta. Esta ocasión la aprovechó
Bošković para visitar e investigar las ruinas de Troya (sobre ese tema
escribió luego el estudio "Relazione delle rovine di Troia"). A
Estambul no llegó a tiempo para observar dicho fenómeno astronómico. Tras
permanecer varios meses en la capital del Imperio otomano, donde incluso
enfermó, regresó a Roma (1763) en la compañía del embajador británico, J.
Porter, atravesando Bulgaria, Moldavia, Polonia y Austria.
Este viaje suyo por los Balcanes
orientales, sometido al dominio turco desde hace varios siglos, Bošković
lo describió en el libro Gionarle di un viaggio da Constantinopoli in
Polonia, publicado en Bassano (Italia) recién en 1784, mientras su
traducción francesa (Lausanne, 1772) y luego la alemana (Leizpig, 1779), fueron
editadas antes que el original[38].
Excede el marco de este trabajo
dar una reseña íntegra de esta tan importante obra geográfica y política. Me
limitaré a las primeras impresiones de Bošković, referidas a Bulgaria y a
sus habitantes (1-3 de junio de 1762). El autor en seguida captó y en plásticas
pinceladas describió la tremenda pobreza y una ignorancia increíble a la vez
que la bondad del campesino búlgaro y, por otra parte, la corrupción y la
tiranía de la clase gobernante otomana.
Apenas llegados a la localidad
Faki, "rodearon nuestros carruajes muchísimas jóvenes, que tenían en sus
manos cestos llenos de avena que, a puñados, lanzaban a carruajes, mientras que
las Excelencias les tiraban monedas a los cestos". Cuando partieron, las
campesinas cantaban y bailaban en medio del barro. Bošković observa:
"Si cabe calificar baile ese lento movimiento que efectúan teniéndose de
las manos y meciéndose ora delante ora atrás".
Si bien los campos alrededor de
la aldea Kanara eran verdes y floridos, los campesinos vivían en casuchas,
hechas de madera y barro. Esas viviendas carecían de ventana y llovía por la
chimenea. En las habitaciones, salvo íconos, no había otros ornamentos.
Frente a las casas y en la aldea
entera había tanto barro que costaba salir de esas chozas que se parecían más
cárceles".
Esta "buena gente" que
se esfuerza por mantener, dentro de lo posible, limpias sus chozas, es
extremadamentee ignorante. "De su religion conoce sólo ayunos, fiestas de
guardar, signo de la cruz y la veneración de algún ícono... No conoce ni el
Padrenuestro, ni el Credo, ni los sacramentos fundamentales de la fe. Le
dijeron que su 'pope' (sacerdote) no enseña nada a los adultos ni a los
niños".
"Sus sacerdotes dependen de
los obispos que reconocen al patriarca de Constantinopla. En cierto modo el
sacerdote toma en alquiler de su obispo la parroquia. El sacerdote de la aldea
Kanara era un hombre joven, de unos 25 años de edad, casado, con hijos. Vestía
como los demás campesinos. "Los feligreses le pagaban con motivo de
entierro, bautismo y casamiento, tenía también otros ingresos. Los ritos
litúrgicos los leía en griego, pero su ignorancia igualaba la de su
feligresía"[39]. (Se trata de ortodoxos. N. del Tr.).
La aldea debió proveer el
alojamiento y la comida al séquito del embajador. Dada su pobreza, ello era una
carga muy onerosa y, además, los funcionarios turcos Ies imponían impuestos
harto gravosos.
Los varones tuvieron que sacar a
los carruajes del fango y ayudarlos en los pasos difíciles, y por ello huyeron
de la aldea. Entonces los turcos obligaron al acerdote y a un pobre anciano a
realizar ese trabajo.
Vale la pena registrar aquí que
Bošković pone de relieve que "el idioma de esa comarca es un dialecto
de la lengua eslava, que es también mi lengua materna de Dubrovnik, de modo que
pude lograr que me entendiesen y yo también entendí algo de su habla" [40].
- 0 -
A Bošković le gustaba
escribir versos en honor de ciertas damas, reyes, papas y personas influyentes.
Si bien dice que no sabía adular a los poderosos, siempre buscaba su compañía. No
era una excepción entre científicos y literatos, por cuanto en aquel tiempo
todo el poder estaba en manos de unos pocos. Su latín es muy correcto. Algunos
poemas (por ejemplo, "Virgo sine labe concepta") sobresale por su
calidez y el carácter reflexivo, pero no cabe afirmar que poseen particular
valor artístico. Si su autor no fuera Bošković, es muy probable que se
pudrirían en los polvos de los archivos.
La obra poética más conocida de
Bošković es De Solis ac Lunae defectibus —Eclipses del Sol y la
Luna—, editada primero en Londres (1760), luego reimpreso en Venecia y Graz y,
por último, traducida al francés (París, 1779).
Siendo aún estudiante
Bošković (1735) compuso un poema acerca de los eclipses del sol y la luna,
que luego pacientemente pulía y completaba para terminarlo a principios de la
década del '50, esperando un decenio más antes de imprimirlo. Los especialistas
conjeturan las razones de tanta demora[41], pero aquí reina incertidumbre total.
Bošković estuvo influido
por Horacio, Ovidio, Virgilio y, particularmente, por Lucrecio (De natura
rerum) no sólo su terminología, sino algunas comparaciones y a veces los
pensamientos coinciden con los de los citados autores clásicos.
El poeta recurrió generosamente
a la mitología; tierra, sol, luna y los demás cuerpos celestes llevan nombres
mitológicos; se hace necesario un diccionario mitológico para saber de qué se
trata. Sin embargo, como si se cansara de ese ropaje mitológico, al final,
manifiesta que todos esos seres mitológicos no significan para él tanto como se
verdadera divinidad (numen), es decir, Isaac Newton, quien abrió nuevos
horizontes en el campo científico:
Tu decus Angligenum atque humanae gloria gentis,
Y majus mihi numen eris, Newtone, repostos
Cui primo penetrare aditus penetusque latentes
Sponte dedit vires Natura arcanaque jura
Discere et attonitum late vulgare per orbem... (V, 1-5) [42]
Bošković no era el único sabio que en
hexámetros correctos versificó los problemas científicos. Como, generalmente,
se circunscribió a los límites de su oficio, no pudo dar vuelo libre a su
fantasía. Su musa estaba al servicio de la ciencia. Más aún, la forma
versificada le trababa en la formulación exacta y clara de sus ideas.
Como en sus comentarios
explicaba la Nueva filosofía, de Benito Stay, así sus Eclipses
fueron acompañadas con numerosas notas que facilitan al lector común entender
lo manifestado en la densa y simbólica forma poética[43].
Abolida la orden jesuítica
(1773), Bošković se trasladó a París y se naturalizó francés; como
director de la óptica náutica cobraba un sueldo regio y contaba con muchos
amigos en cargos importantes.
Con anterioridad había conocido
al jesuita A. de Barruel y lo instó para que tradujera al francés su poema Eclipses.
El autor controlaba la traducción y ayudaba al amigo Barruel. Esta versión
sobresale por su fidelidad al original y por la elegancia de la expresión[44].
La edición londinense de Eclipse
Bošković la dedicó a la Royal Society y a su presidente, lord Macclesfield.
Residiendo en Francia, donde gozaba de privilegios especiales, la nueva edición
francesa de Eclipses la dedicó al rey Luis XVI[45]. Le predijo que tendría un heredero que, con felicidad y
gloria, reinaría sobre Francia. El poeta lo vio (así se expresa), en las
estrellas. Como a tantos otros, también a Bošković la astrología no era un
guía muy seguro.
Ya antes, en el canto cuarto de
sus Eclipses, refiriéndose al observatorio de París cantaba loas a la
urbe que atraviesa el río Sena:
"En el corazón de Europa se
halla un lugar y dentro de sus altas orillas corre el majestuoso Sena y baña a
la ciudad-capital. En ella vive un pueblo provisto de gran riqueza, muy
valiente en la guerra ardua y, al mismo tiempo, atento adalid de la Minerva
benévola"[46].
Ahora, no sólo que en su
dedicatoria glorifica al rey y algunos de sus ministros que le fueron
particularmente favorables, sino que les agradece también por haber sido
magnánimes para con Dubrovnik, "mi pequeña patria" y concertaron un acuerdo
que no fue tan malo como lo decían los cónsules franceses, y los señores de
Dubrovnik lo temían. Esta vez tampoco Bošković deja de mencionar que
Dubrovnik posee todo lo que le hace falta: nobleza de rancia estirpe y
ciudadanos instruidos; desde hace tiempo vive en libertad (libertate perenni) y
sus naves navegan por todos los mares.
Gran amigo de Bošković era
el conde Ch. de Vergennes, ministro de relaciones exteriores, con quien trabó
amistad ya a principios de los años '60 cuando lo encontró como embajador en
Estambul. De Vergennes respaldaba enérgicamente a las colonias americanas en su
lucha de liberación del imperio británico. Bošković conoció a B. Franklin
en Londres y lo visitaba cuando se trasladó a París como delegado americano con
la misión de ganar la simpatía de los franceses para la independencia
norteamericana. Por otra parte, como ciudadano de Dubrovnik, Bošković
tenía en alta estima la libertad y, lógicamente, estaba a favor de quienes
luchaban por ella.
Por ello no es extraño que siguiera
con atención lo que acontecía en Norteamérica. Cuando se enteró de que los
ingleses fueron vencidos y se promulgó la independencia norteamericana (1776),
Bošković saludó ese evento que se convirtió en una importante encrucijada
en la historia de la humanidad[47].
En su Epístola al rey canta como
hasta hace poco tiempo los pueblos sojuzgados se levantan en armas combatiendo
por la libertad (in bellum pulchra pro libertate rueban oppressi nuper
populi); la Filadelfia libre se regocija y las tropas enemigas huyen. El
río liberado Delaware se ensancha; se levanta muy seguro el edificio del nuevo
imperio (Imperiique novi surgit tutissima moles).
Aunque Eclipses no es una
gran obra poética, con sus distintas digresiones referentes a los sucesos y
personajes contemporáneos y con sus comentarios sobre la ligazón de la tierra
con los demás planetas y su interrelación, contribuye a que conozcamos aún
mejor a Bošković como hombre y gocemos en sus brillantes hexámetros en
torno a los temas tan prosaicos como ser eclipses del sol y la luna y de sus
causas.
Bošković no sólo quedó fiel
a la religión de sus antepasados y a la Compañía de Jesús, sino también a su
ciudad natal Dubrovnik, cuyos intereses defendió por doquier, a sus familiares,
que ayudaba y con los que se carteaba, y también a sus amigos a los que
confiaba sus pensamientos y, en los trances difíciles, sus pesares. Era tal
cual se manifestaba: no había doblez en él, era enteramente sincero y, por
ello, a veces tenía inconvenientes; además, no supo dominarse y, esclavo de su
temperamento dálmata, solía gritar y proferir palabras inapropiadas.
Todos sus biógrafos,
particularmente los primeros que lo conocían personalmente, están contestes en
que era impulsivo, excesivamente sensible y que paulatinamente, consciente de
su envergadura intelectual y de varios éxitos científicos, no toleraba si
alguien lo subestimaba, si no reconociera sus logros, si no se diera cuenta de
sus méritos y que su Theoría philosophiae naturalis... tuviera mucho en
común con Leibniz y Newton, pero también muchas diferencias y que en algunos
aspectos los superaba (ab utraque discrepat et vero etaima utrique praestat)[48].
Si, según anota el profesor M.
D. Grmek, poseía fuertes inclinaciones eróticas, empero conseguía dominarlas y
sublimarlas[49]. Le atraía la compañía femenina y en honor de algunas
damas, pertenecientes a la alta clase social, componía versos circunstanciales,
expresando su admiración; sin embargo, nadie le reprochó haberse excedido,
haber dicho o hecho algo que no cuadraba con su vocación y cargo. Siempre quedó
a la altura del prestigio ganado.
Habladurías eran cosa común y
corriente entre los coetáneos de Bošković; muchos en conversaciones,
cartas y panfletos contaban cosas que manchaban la integridad moral de algunos
caracteres. De Bošković no encontramos nada que lo podría rebajar: era
conflictivo, muchos lo envidiaban, tenía enemigos, algunos incluso ponían en
tela de juicio sus descubrimientos científicos, pero de todos los escritos y
documentos conocidos su perfil espiritual emerge honroso.
Este titán de la ciencia, este
varón hermoso, vigoroso y bien plantado, cuando viejo enfermó de insania. ¿De
qué? Dicen que por herencia era propenso a la melancolía, que su hermano
cometió suicidio (su familia sostenía que, atacado por la fiebre alta, saltó
por la ventana) y los especialistas afirman que su dolencia trágica se debió a
la arterioesclerosis cerebral que suele afectar a los ancianos. No se sabe si
dicha enfermedad era secuela de abundante comida o del trabajo excesivo (en los
últimos años preparó cinco tomos de su importante obra sobre la Optica y la
Astronomía (Opera pertinentia ad opticam et astronomiam, Bassano, 1785).
Tal vez contribuyó también el hecho de que se dominaba en demasía, que
pertenecía a una orden religiosa con reglas estrictas y severas, por haber
estado rodeado de enemigos que pesaban cada palabra suya, por temer morir de
hambre, por sospechar que sus escritos están repletos de errores, que será
olvidado después de la muerte, que se halla solo en el extranjero, lejos de sus
queridos y de la patria. Grmek y otros biógrafos mencionan todas estas
posibilidades, pero todos refutan la teoría perimida según la cual hay una
relación de causa y efecto entre la genialidad y la locura[50].
Desesperado y enloquecido,
aquejado en todo el cuerpo, Rogelio Bošković murió de neumonía. Testigo de
su deceso fue su fiel acompañante Luigi Tomagnini. Su entierro fue modesto: lo
acompañaron al último descanso unos cuantos amigos y conocidos. Fue enterrado
en la iglesia Santa María Padone, de Milán, pero pronto se perdió todo rastro
de su tumba. Tras un par de hermosos necrólogos, verbales y escritos, sobrevino
el silencio. Parecía que la rueda del tiempo lo había hollado también a él, que
él también se cuenta entre nosotros los mortales cuyo recuerdo palidece poco a
poco, que no logró erigirse un monumento más duradero que el bronce.
Así parecía los primeros
decenios posteriores a su fallecimiento. Pero Bošković era uno de aquellos
sembradores (evangélicos) cuya siembra rindió una cosecha fértil que alimenta
hasta la generación actual de los científicos.
De Bošković hablan con
elogio conocidos filósofos, físicos e historiadores: así, por ejemplo,
Nietzsche opina que la teoría de Copérnico, según la cual la tierra gira
alrededor del sol y la de Bošković que la materia es inextensible,
"es el máximo triunfo sobre los sentidos alcanzado hasta hoy en la
tierra" [51]. Bohr, premio Nobel, afirma que las concepciones de
Bošković ejercieron honda influencia creativa en varias generaciones de
físicos que le siguieron[52], mientras que otros consideran que la filosofía de la
naturaleza de Bošković en su conjunto se convertirá en la filosofía del
futuro. Elizabeth Hill, quien junto con Željko Marković, nos brinda la
biografía más completa de Bošković, sostiene que don Rogelio no es
inferior a Leibniz y Newton[53].
Entre los connacionales de
Bošković mencionaré a tres: Mihovil Kombol se refiere a Bošković como
el más grande croata del siglo XVIII[54]. Veljko Cortan subraya que recién en los últimos tiempos
pudo verificarse que Bošković en muchos problemas superaba su tiempo y que
es precursor de nuevas conquistas científicas[55], mientras que Vladimir Filipović subraya que
Bošković "ha inventado el nuevo sistema que sirvió de base a la
física de quanta, a la teoría de la relatividad y a la filosofía moderna de la
naturaleza" [56].
Bloomington, 13 de febrero de
1957
(Traducción al
castellano: Branko Kadić)
Vladimir
Stanković, Zagreb
Es la segunda parte del trabajo
que reproducimos en la versión castellana de Bogolavska Smotra (Cuaderno
teológico), Zagreb, año 1986, vol. 1-2. El autor, Msgr. Vladimir Stanković,
desempeña desde 1969 el cargo de Director Nacional para los Croatas Católicos
radicados en el extranjero y desde 1986 es Delegado Pontificio en la Comisión
Católica Internacional en Ginebra.
IV — ADMINISTRACION DE LA OBRA
PASTORAL CROATA EN EL EXTERIOR
Si bien ya a fines del siglo
pasado los obispos y los responsables de las órdenes religiosas habían
comenzado a preocuparse por el bien espiritual de los emigrantes croatas en los
EE.UU., no existía en Croacia institución eclesiástica oficial que tuviera
jurisdicción sobre los misioneros croatas en el exterior. En general, todo ello
quedaba confiado a la iniciativa de algunos obispos y responsables de órdenes
religiosas y laicos católicos emprendedores. Cuando, finalizada la Primera
Guerra Mundial, fue fundada la Conferencia Episcopal, uno de estos prelados
estuvo encargado de seguir de cerca los acontecimientos en el mundo de nuestras
migraciones, pero sin competencia especial alguna. Todo ello respondía a las
concepciones vigentes en aquel entonces en torno a la Iglesia Universal, que
hasta el año 1952 aún no tenía reglas codificadas para la acción pastoral para
con la gente migrante que rigieran para todo el mundo.
1. El Instituto de San
Jerónimo-Zorić-Vince-Dirección
Mientras las parroquias y los conventos
en ambas Américas actuaban durante e inmediatamente después de la última
contienda mundial dentro del marco de las Iglesias locales y con el personal de
que disponían al comienzo de dicha guerra, en Roma, el Instituto Croata de San
Jerónimo se venía perfilando cada vez más como centro pastoral y caritativo,
que no solo se dedicaba a los refugiados en Italia sino extendía su influencia
hacia el mundo occidental. En esta tarea desempeñó un papel principal su rector
Jorge Madjerec y los sacerdotes que vivían en dicho Instituto, especialmente el
vicerrector y más tarde rector Jorge Kokša y otros. La situación cambió en
parte con el nombramiento en 1957 de Krešimir Zorić por parte de la
Congregación Consistorial como miembro de su Consejo Supremo para la
Emigración.
En 1958 él fundó la oficina
"Cura pastoralis pro emigrantibus croatis", que en los años
siguientes emprendió varias útiles iniciativas pastorales. Pero la
administración de la labor pastoral en el exterior recibía su verdadera forma
organizada en el sentido de la Constitución de 1952 "Exsul Familia"
con el nombramiento del primer director nacional en la persona de Vladimiro
Vince, quien organizó en Roma la institución "Directio Nationalis Operum
pro migrantibus croatis". Desde el comienzo en su tarea, Vince se apoya en
los obispos croatas que tuvo la ocasión de conocer en oportunidad del Concilio
Vaticano II, habiéndoles solicitado el envío de sacerdotes croatas, que ellos,
junto con los responsables de las órdenes religiosas, le envían desde Croacia. El
primer director de la Cura Pastoral croata en el exterior en el transcurso de
sólo 20 meses de desempeño en ese cargo emprendió varias iniciativas útiles,
fundó una serie de misiones en Europa Occidental, visitó colonias croatas en
EE.UU. y Canadá y cuando regresaba de su gira por América del Sur pereció en un
accidente de aviación el día 6 de marzo de 1968.
2. Consejo de la Conferencia
Episcopal de Yugoslavia para la Migración Croata
Tanto Zorić como Vince
habían aconsejado a los obispos croatas que crearan una comisión episcopal
especial para la migración. Cuando en 1969 entró en vigencia la
"Institución sobre la cura pastoral de los migrantes" del Papa Paulo
VI, la Conferencia Episcopal de Yugoslavia fundó el Consejo para la Migración
Croata, y por separado el Consejo para la Migración Eslovena. El obispo
auxiliar de Zagreb, Josip Lach, fue nombrado primer presidente del Consejo para
la Migración Croata, y primer secretario el nuevo director nacional —que
sucedió en el cargo al fallecido Vladimir Vince— el sacerdote de Zagreb,
Vladimir Stanković.
El obispo Lath desempeñó su
función de presidente hasta su muerte en 1983, cuando los obispos croatas
eligieron para ese puesto al obispo auxiliar de Sarajevo, Tomislav
Jablanović. El director nacional administra la oficina de la Dirección de
la Cura Pastoral para los Croatas en el Exterior con sede en la ciudad de Roma
y la oficina del Consejo de la Conferencia Episcopal de Yugoslavia para la
Migración Croata en Zagreb, y en la práctica realiza todas las tareas
administrativas con la ayuda de un secretario en Roma y otro en Zagreb.
El Consejo para la Migración
Croata está compuesto de 15 miembros y en él figuran representantes de la Iglesia
en Croacia y de la acción pastoral en el exterior, los sacerdotes, las hermanas
religiosas y los laicos. Este Consejo se reúne una vez por año para tratar los
asuntos corrientes y sugerir a la Asamblea de la Conferencia Episcopal
importantes soluciones, como por ejemplo la introducción en los institutos de
teología de una materia especial sobre la cura pastoral de la migración, el
nombramiento de delegados en países de Europa Occidental, etc.
La actual administración de la
Cura Pastoral en el Exterior, en cooperación con las Iglesias locales de los
distintos países y los misioneros y delegados croatas, procuró crear un número
necesario de misiones y enviar desde Croacia la correspondiente cantidad de
sacerdotes. Durante los 16 años de su actuación: el Consejo logró enviar con
destino a la labor pastoral en el exterior para los fieles croatas 152
sacerdotes, ayudó a emplear 100 trabajadores y 97 asistentes pastorales
(catequistas), habiéndose fundado en el mismo lapso 102 misiones o parroquias,
de las cuales 86 en Europa Occidental y 16 en tierras de ultramar.
En el citado número no figuran
incluidos los sacerdotes que a los EE.UU. y Canadá enviaron los franciscanos de
Mostar y Split, que en dichos países mantienen vínculos directos con obispos
locales. El Consejo editó una serie de libros sobre la problemática de la cura
pastoral en el exterior; además, organiza la celebración del Día del Emigrante,
colabora con la prensa católica en Croacia que ha publicado miles de noticias y
artículos acerca de este tema (especialmente en el periódico "Glas
Koncila"); su director, hace ya cuatro años, dicta clases en la Facultad
de Teología de Zagreb y en las Escuelas Superiores de Teología de Rijeka y
Sarajevo sobre la materia "Teología pastoral de los Migrantes",
participa del trabajo de la Comisión Católica Internacional para la Migración
con sede en Ginebra y de lso congresos vaticanos sobre la cura pastoral de
migrantes.
En especial se trata de vincular
las parroquias en Croacia con las misiones en el exterior, se organizan
frecuentes visitas de nuestros obispos a las parroquias y misiones en el
exterior, al tiempo que la oficina del Consejo invierte muchos esfuerzos y
recursos para el envío de libros y periódicos religiosos a croatas residentes
en países vecinos. El Consejo desarrolla también una cooperación constructiva
con los responsables de las órdenes religiosas, cuyos sacerdotes representan
casi las dos terceras partes del clero empeñado en la labor pastoral en el
exterior, en particular los de la orden franciscana de todas las provincias en
Croacia.
Se mantienen asimismo vínculos
activos con unas cuatrocientas hermanas religiosas que trabajan en
instituciones que pertenecen a las Iglesias locales en Alemania Federal,
Austria, Suiza, Bélgica e Italia. El Consejo brindó sus servicios a la
comunidad religiosa islámica en Yugoslavia en oportunidad de iniciar la
organización de la labor pastoral para sus fieles en Europa Occidental. Sin la
acción del Consejo no se hubiera podido promover los esfuerzos en torno a la
institución del apostolado marítimo para los marinos extranjeros en Croacia y
los nuestros en el mundo. Dado que las oficinas del Consejo se hallan en el
edificio del arzobispado de Zagreb, donde también vive el director de la Cura
Pastoral en el Exterior, éste mantiene constantes contactos con el presidente
de la Conferencia Obispal, cardenal Francisco Kuharić, quien no sólo sigue
con mucho interés el trabajo de la asistencia pastoral croata en el exterior,
sino le imparte sugerencias y directivas.
V — PROBLEMAS Y PERSPECTIVAS
1. Problemas de organización
Es natural que, con el
incremento de parroquias y misiones y del número de sacerdotes y sus
colaboradores, aumenten no solamente el trabajo y la eficiencia de múltiples y
variadas iniciativas, sino también las tensiones y otras dificultades en el
área de relaciones humanas. Cabe sin embargo destacar que en el amplio y
multicolor abanico del clero que pertenece a todas las diócesis de Croacia (y
también a las locales en el exterior) y comunidades de órdenes religiosas, en
este campo entre sacerdotes de la cura pastoral croata en él exterior no
existen mayores tensiones.
Ello no obstante, es
comprensible que los miembros de una misma comunidad religiosa u obispado se
entiendan mejor y se reúnan más frecuentemente. La administración de la cura
pastoral en el exterior trata de mantenerse equidistante entre los obispos
croatas y extranjeros, y entre los responsables de las órdenes religiosas
masculinas y femeninas y sus miembros que se hallan trabajando momentáneamente
en la obra pastoral en el exterior y se encuentran bajo jurisdicción de sus
jefes eclesiásticos. El futuro mostrará en qué forma evolucionarán las cosas si
la Santa Sede, en consonancia con las disposiciones y posibilidades que ofrece el
nuevo Código de derecho canónico, se embarca en constituir —con un obispo al
frente para cada grupo étnico en el exterior— prelaturas personales.
Por el momento en los últimos
años consiguieron contar con obispos de esta índole en el exterior sólo los
católicos eslovacos, checos y húngaros, aun cuando todavía no han sido creadas
sus prelaturas personales. Sin embargo, estos pueblos atraviesan en sus países
condiciones distintas a las que tienen los croatas, que siempre pueden a sus
emigrantes en cualquier parte del mundo enviar desde Croacia obispos y
responsables de órdenes religiosas.
2. Problemas de los jóvenes
Los problemas de los jóvenes
migrantes son particularmente significativos. Con ellos se enfrentan el Estado,
la Iglesia y toda la sociedad. Este fue el tema del reciente II Congreso
mundial sobre la cura pastoral que se efectuó en Roma del 14 al 19 de octubre
de 1985. La mayoría de las parroquias y misiones croatas en el exterior
resultan adecuadas para la primera generación de migrantes, especialmente en
Europa Occidental.
Pero teniendo en cuenta que la
permanencia temporaria de nuestros trabajadores se va transformando en
duradera, se torna cada vez más perentoria la necesidad de reexaminar nuestros
métodos pastorales que deberían tener más en cuenta a nuestros jóvenes que,
según opinan los sociólogos, en su mayoría no regresarán a su patria de origen.
Como ya se ha dicho, de un
millón cien mil ciudadanos yugoslavos que viven en países de Europa Occidental
250 mil son menores de 16 años. Tal vez la mayoría de ellos ya habla mejor el
idioma del país anfitrión que su lengua materna. Ellos se ubican mejor allí que
en un lugar pobre acerca del cual le hablan sus padres con tanto nostalgia. A
estos jóvenes nuestros sacerdotes y catequistas deben muy a menudo explicarles
los conceptos religiosos en idioma extranjero, por cuanto en croata entienden
poco. No caben dudas de que la integración y asimilación de los jóvenes en la
sociedad de la nueva patria en países de ultramar ha progresado aún más.
No se trata solamente de nuevos
métodos pastorales para los cuales tal vez los sacerdotes nacidos y educados en
Croacia no están preparados, sino que se halla amenazado todo el acervo cultural
nacional, y de manera especial el mismo idioma materno. Al mismo tiempo existe
un problema sociológico también: el nuevo medio ambiente atrae y rechaza a los
jóvenes simultáneamente, por cuanto no les ofrece las mismas oportunidades en
la vida como a los hijos del país anfitrión, de manera que en medio de la
crisis económica general los extranjeros son los que se quedan sin trabajo, o
sea que sus hijos logran difícilmente empleos que posibilitan ascensos en la
escala social.
En un retorno a la madre patria
no puede ni pensarse, por cuanto en Yugoslavia entre un millón de desacupados
la mayoría está conformada por gente instruida y joven. Si bien éstos no son
problemas que debe resolver exclusivamente la Iglesia, que por otra parte
afligen a otros pueblos, es necesario reconocer que toda esta situación se
refleja en la cura pastoral regular. Es por ello que en la primavera
(Septentrional) de 1985 los trabajadores pastorales croatas, reunidos en su
seminario anual, discutieron también estos problemas, adoptando al respecto
ciertas resoluciones que hicieron llegar a la Santa Sede y a las Conferencias
obispales de sus Iglesias locales.
3. Problemas políticos
La labor pastoral croata en el
exterior no puede compararse con la de italianos, españoles o portugueses, ni
con la de húngaros, checos, eslovacos e incluso polacos. Mientras todos los
países occidentales cuentan con una numerosa emigración económica, las naciones
de Europa Oriental tienen, junto a la vieja económica, también una emigración
política, la cual no puede comunicarse con la patria de origen. Asimismo, al
tiempo que los vínculos eclesiásticos de los citados países occidentales son
una cosa normal, en el Oriente tales conexiones prácticamente no existen (con
cierta diferenciación en el caso de Polonia).
Por su parte, Yugoslavia es el
único país socialista de Europa Oriental que ha permitido trabajar en Occidente
a más de un millón de sus ciudadanos, como así también regresar a su patria. De
allí que tenemos una emigración económica vieja y otra nueva. como también una
política vieja y otra nueva. Teniendo en cuenta que nuestros fieles viven
entremezclados, no existen curas pastorales especiales para emigrantes
políticos por un lado y para aquellos que cuentan con pasaporte yugoslavo por
el otro. Los sacerdotes cooperan equitativamente en la acción pastoral si bien
es muy natural que en Europa Occidental haya muchos más jóvenes sacerdotes
provenientes de Croacia que aquellos que se consideran emigrantes políticos. Ningún
sacerdote católico, tanto croata como esloveno o albanés, podía legalmente
abandonar Yugoslavia hasta el año 1956 con el fin de dedicarse a tareas
pastorales entre sus connacionales en el exterior.
A partir de entonces los obispos
y los jefes responsables de órdenes religiosas, como así también la
administración de la cura pastoral en el exterior, son completamente
independientes de las autoridades yugoslavas para elegir los candidatos para la
labor pastoral en el exterior, ante dichas autoridades ya no se presentan
solicitudes de autorización al respecto.
Empero, al mismo tiempo cabe
señalar que las citadas autoridades eclesiásticas carecen de poder para
proteger exitosamente a dichos trabajadores pastorales o sociales en el caso de
que las autoridades yugoslavas les quiten el pasaporte al regresar a su patria.
Mientras en el transcurso de los últimos 20 años hubo intervalos en que
pudieron oírse en la vida pública política de Yugoslavia algunas palabras de
encomio en favor de la acción desplegada por las misiones católicas croatas en
el extranjero, durante 1984 y 1985, los medios de comunicación social públicos
expresaban por lo general juicios negativos.
Esto ha tenido y aún tiene
repercusiones en el extranjero, especialmente en Europa, donde especiales
funcionarios de distintas instituciones yugoslavas, clubes y escuelas más o
menos abiertamente entorpecen la labor de nuestras misiones, a las cuales se
les achacan nacionalismo y confabulación con la emigración política. Cabe
empero señalar que todo ello respondió a la orquestación del empeoramiento
general de las relaciones entre el Estado y la Iglesia en Croacia en estos dos
últimos años.
En esta situación delicada no
cabría perder de vista que la labor pastoral en el exterior dentro de un grupo
étnico constituye sólo una parte de la actividad pastoral de la Iglesia local
del respectivo país, la cual actúa de acuerdo con las leyes de la Iglesia
Universal, bajo las directivas del obispo local, y según las leyes prescriptas
para las parroquias y misiones étnicas, al tiempo que esa Iglesia debe tener en
cuenta las sugerencias de los obispos y jefes de órdenes religiosas del país de
emigración.
Mientras todas las leyes de la
Iglesia y los responsables eclesiásticas instan a los capellanes étnicos y sus
colaboradores a que en su trabajo, además de enseñar las verdades pastorales de
contenido religioso, traten de afirmar todos los valores de un determinado
grupo nacional (el idioma y el acervo cultural en general) al mismo tiempo les
prohiben descender a la arena de los acontecimientos políticos diarios. El
papel del sacerdote es unir y juntar y no separar.
La práctica ha demostrado que
todo compromiso político de parte de. un sacerdote católico, especialmente en
las condiciones importantes en la labor pastoral en el exterior, no conduce a
buen fin, al tiempo que perjudica grandemente a su primordial vocación, es
decir, predicar el Evangelio. Simultáneamente el sacerdote no les impedirá a
sus fieles ni les impondrá fijar tal o cual opción política. Mientras los
sacerdotes croatas en el exterior sigan ateniéndose a estos principios, no
tendrán que temer amenazas ni presiones de cualquier parte. Por más que
tuvieran que padecer por ello, permanecerán conscientes de que han obrado con
plena responsabilidad al servicio de los Evangelios y de la Iglesia y al final
todos tendrán que reconocerles que de ese modo, en su condición de sacerdotes,
han contribuido en la mayor medida posible al verdadero interés del pueblo
croata.
4. Perspectivas
Teniendo presentes las
condiciones generales imperantes en el mundo de las migraciones y las vigentes
en la política mundial, en la Iglesia Universal y aquéllas en que se
desenvuelve la Iglesia en Croacia, debemos agradecer a Dios por la gran ayuda
que nos ha brindado en el ordenamiento y el mejoramiento de la situación en que
se desarrolla la cura pastoral croata en el exterior. Aparte de las cuestiones
ya enunciadas, a nuestra acción pastoral afligen otros numerosos problemas,
siendo sin embargo todos ellos un fenómeno normal en un mundo en movimiento,
anormal y revuelto. Aún más, en comparación con la acción pastoral de otros
grupos étnicos —teniendo en cuenta las comprensibles diferencias— los croatas
podemos sentirnos bastante satisfechos.
Nuestros esfuerzos son altamente
estimados en los más elevados niveles de la Santa Sede, al tiempo que los
obispos locales de los países de inmigración destacan a los croatas muy a
menudo como ejemplo a los demás fieles. Es verdad que hacer milagros no
podemos, como tampoco corregir las omisiones irreparables, pero tratamos, en
este tiempo que vivimos y en la situación que realísticamente enfrentamos, de
brindar el máximo bien a los emigrantes y trabajadores temporarios croatas en
el extranjero en aspectos espirituales, sociales, nacionales y culturales-educativos.
Contamos con cuadros
sacerdotales relativamente jóvenes y suficientes en cantidad, con un
considerable número de colaboradores sociales y pastorales, con una ramificada
red de misiones y parroquias —que aún sigue expandiéndose—, con el apoyo y
comprensión del Santo Padre y sus colaboradores más cercanos, de los obispos
croatas y jefes de órdenes religiosas y por sabre todo con la confianza del
pueblo de Dios que nos ha sido confiado. Por más que el futuro sea incierto y
no seguro, y a pesar de algunos focos de crisis e innecesarias dificultades,
tenemos fe en una buena perspectiva para nuestros centros religiosos a lo largo
y lo ancho del mundo. La garantía para esa perspectiva consistirá en tratar de
realizar aquello que el cardenal Kuharié deseó en el libro de oraciones y
cánticos "Alabemos a Dios" a los católicos croatas residentes en el
extranjero, que "conserven la fe y permanezcan hombres de Dios,
transmitiendo a sus hijos la herencia del amor a Dios, al hombre y a la
patria".
CONCLUSION
Concluyamos esta exposición con
las palabras de un conocido experto croata en cuestiones de emigración, el
profesor Jure Prpić, que las virtio en su valoración del libro de
Većeslav Holjevac "Los croatas fuera de su patria", trabajo que
muy poco o nada habla acerca del importante papel desempeñado por las Iglesia
Católica entre los emigrados croatas.
"La fundación de las
parroquias croatas, la vida y actividad de sacerdotes croatas, la construcción
de tantas iglesias católicas, escuelas e instituciones y toda esa vida
religiosa de los croatas en América constituye una parte importante de la
historia de nuestro pueblo en aquella parte del mundo. No se puede así nomás
omitir todo ello. Aquellos mismos pioneros croatas que fundaron las primeras
filiales de la Unión Nacional Croata (Narodna Hrvatska Zajednica), precursora
de la actual Unión Fraterna Croata (Hrvatska Bratska Zajednica), erigieron
también las primeras parroquias croatas, las nuestras primeras iglesias y
escuelas. Hoy en día existen aún en los Estados Unidos, 34 iglesias y
parroquias, 20 escuelas católicas croatas y numerosas instituciones.
No es posible callar simplemente
su existencia y menospreciar su significado en la vida nacional de los croatas
norteamericanos. Todas las iglesias y parroquias croatas fueron fundadas por
nuestros trabajadores, hombres que. a pesar de las difíciles condiciones
imperantes, invirtieron en estos perdurables monumentos de nuestra existencia
millones de dólares ganados con amargo sudor. Estos monumentos croatas levantó
nuestro pueblo trabajador. Todo ello, resultado de largos y arduos esfuerzos
realizados por nuestros emigrantes, constituye además su orgullo y algo que
perdurará allí por mucho tiempo para recordarlos.
La mayor parte de nuestros
sacerdotes eran verdaderos pioneros y conductores de su pueblo, sufrieron las
mismas penurias y condiciones difíciles en el país, donde en ese entonces los
católicos norte-americanos no acogían con benevolencia a los croatas en sus parroquias
en que se empleaban idiomas como el inglés y/o el alemán. Tales sacerdotes,
como Božić Lanš (a quien el escritor croata Tresić-Pavičić,
indiferente en materia religiosa, dedica su conocida obra "A través del
Atlántico al Pacífico"), Bekavac, Krmpotić, Stipanović, y más
recientemente Žagar y decenas de otros más, no eran sólo pastores religiosos.
Ellos se ocupaban de la prensa
croata, ellos mismos editaban diarios, folletos y libros. Fundaban escuelas y
trataban de ayudar de distintas formas a su pueblo, siendo sus consejeros,
líderes y consoladores. Todo ello lo hacían con grandes sacrificios, sin ayuda
alguna proveniente de la patria, a menudo en condiciones dificilisimas y en
medio de la incomprensión, los ataques y ofensas por parte de muchos
individuos, acerca de lo cual ya hace más de sesenta años escribía el citado
Tresić-Pavičić. Como se ha dicho, no es posible dejar de
mencionar porque sí todo ello, por cuanto la obra de todas estas personas y la
existencia de todas estas parroquias constituyen una parte muy significativa e
infaltable de la historia de los croatas de Norteamérica".
Para finalizar permítaseme citar
las palabras del obispo primado de Croacia, el cardenal Francisco Kuharić,
quien dijo, en la introducción al libro "La Iglesia católica y los croatas
fuera de su patria": "Con sincero agradecimiento bendigo a todos
aquellos que aportaron su sacrificada labor —o aún la aportan— para el cuidado
de nuestros emigrantes, tanto a aquellos que lo hicieron en el pasado como a
los de nuestros días; son ellos los misioneros sacerdotes, las hermanas
religiosas, los asistentes pastorales y los trabajadores sociales. Sería una
gran injusticia olvidar a todos estos trabajadores pastorales al servicio de
los croatas en el exterior. Ellos saben muy bien cuántas dificultades tuvieron
que superar en el desempeño de su tarea. La recompensa la tienen en la
conciencia de que a muchos de sus hermanos hicieron el bien, y que aún ahora lo
siguen haciendo".
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DUŠOBRI2NIŠTVA ZA HRVATE U INOZEMSTVU, Roma.
"Freedom House"
patrocino seminario sobre la crisis yugoslava
El 6 de junio último se realizó
en Nueva York, bajo el patrocinio de "Freedom House", un interesante
simposio donde en forma de discusión, en base a las preguntas formuladas con
anticipación, fue analizada la situación socio-política actual, imperante en la
Yugoslavia comunista. Fredom House es bien conocida entidad norteamericana (su
órgano bimensual es Freedom at Issue) que una vez por año evalúa el
grado, el progreso, el retroceso de la democracia en todos los países. En ese
sentido aboga de modo particular por la democratización de la Europa del Este,
por cuanto su objetivo principal es la extensión y el afianzamiento del orden
democrático en el mundo. Coopera estrechamente con el gobierno de Washington y
es lícito afirmar que en cierto sentido actúa como una entidad no oficial del
gobierno norteamericano que se sirve de sus propuestas y estudios en su
análisis, examen y/o reexamen de los puntos de vista ya establecidos o nuevos,
relacionados con sendos problemas mundiales, antes de adoptarlos en forma
definitiva o desestimarlos en la práctica política cotidiana.
Al seminario, organizado por
Freedom House, fueron invitados activistas políticos y estudiosos académicos,
comentaristas y analistas de la realidad político-social yugoslava, residentes
en los EE.UU. y provenientes de las distintas naciones que integran a la
Yugoslavia actual. Bajo los auspicios de Freedom House despliega también su
actividad CADDY (Committee to Aid Democratic Dissidents in Yugoslavia, Comité
de Ayuda a los Disidentes Democráticos en Yugoslavia).
A continuación reproducimos en
versión castellana las partes sustantivas del comentario que en esa oportunidad
escribiera Rogdan Radica, veterano publicista y analista croata de la política
nacional e internacional en la prensa europea y norteamericana, ex profesor de
la historia moderna en la Universidad de Fairleigh y asiduo colaborador de
nuestra revista en la década del 60. El aludido comentario fue publicado como
artículo de fondo del principal periódico de la millonaria colonia croata en
los EE.UU., el semanario Danica (Núm. 28, 10 de julio de 1987) :
"En Nueva York entre
diversas organizaciones que se ocupan de los problemas internacionales, existe
también la conocida Freedom House. Su objetivo siempre fue celebrar seminarios
periódicos de las más diversas corrientes de distintos países, en los que
suceden acontecimientos críticos y a veces peligrosos, preñados de vuelcos
revolucionarios. Freedom House prestaba su atención en primer lugar a la
América Central y a los países que están en peligro de experimentar el destino
de Cuba o Nicaragua. Por fin, recientemente decidió organizar un seminario en
forma de la mesa redonda para tratar la actualidad yugoslava.
...Las preguntas que Freedom
House planteó a los participantes fueron las que siguen:
1) ¿El gobierno yugoslavo puede
proseguir con su política de aflojamiento del sistema de la planificación
centralizada sin arriesgar la actual estructura política unipartidaria?
2) ¿Qué perspectivas económicas
se vislumbran para Yugoslavia? ¿El gobierno comunista es capaz de solucionar el
problema de la ingente deuda externa, del desempleo y de la inflación de
Yugoslavia? ¿Sigue siendo funcional la autogestión obrera en las fábricas?
3) Si bien crece la oposición en
Yugoslavia, el régimen logró mantener divididos a los disidentes,
particularmente según el criterio étnico. ¿Cabe esperar que en adelante la
oposición será más unida?
4) ¿Hay peligro de que
Yugoslavia se desintegre en sus partes nacionales constitutivas? ¿Qué efecto
surten distintos conflictos étnicos? ¿Es posible la democracia sin que peligre
la unidad de Yugoslavia?
5) ¿Influyó la política de glasnost
(apertura, transparencia), promovida por Gorbachov en la Unión Soviética, en
Yugoslavia? ¿Cuál es la reacción oficial y cuál la no oficial frente a glasnost?
6) ¿Qué política debería llevar
Occidente para con Yugoslavia?"
Como cabe concluir de las
preguntas precedentes, no pudo haber respuestas concordantes. Por cierto,
conversando con Leonard R. Sussman, gerente general de Freedom House, me enteré
que el comienzo de un acuerdo entre los participantes, sobre todo entre los croatas
y los servios, resultó más que difícil. Sin hablar de la declaración final,
inaceptable tanto a los servios como a los croatas y eslovenos. El texto del
seminario sorprenderá, a buen seguro, a los especialistas no sólo del
Departamento de Estado sino también en otras cancillerías. Quedarán
sorprendidos al enterarse que los croatas Meštrović y Sunić, los
eslovenos Žebot y otros rehusaron firmar la declaración conjunta en la que, a
los ojos de los nortemarecianos ad usum Delphini, debieron dar su bendición a
Yugoslavia.
Ese criterio fue subrayado por
Meštrović al fundamentar su actitud: "La oposición democrática
croata, tanto en el extranjero como dentro del país, está perfectamente de
acuerdo con los disidentes servios en cuanto a la necesidad de liberar a todos
los prisioneros de conciencia, a suprimir el siniestro artículo 133 del Código
Penal, a constituir sindicatos libres, un sistema multipartidista, etc. Pero
los servios lo ligan con su exigencia imperativa de suprimir la constitución de
1974 que, en su opinión, creó la `confederación', mientras que ellos quieren
fortalecer el hegemonismo servio en Yugoslavia".
Tanto Meštrović como Žebot
enfatizaron que en Yugoslavia la mayoría de los pueblos involucrados lucha por
la independencia nacional contra el centralismo granservio...
Semejante intercambio de opinión
resulta imprescindible. Es difícil pronosticar sus resultados concretos. A los
yankis les gusta pertenecer a distintas organizaciones que se ocupan de los
problemas internacionales, no sólo por curiosidad y por estar informados, sino
también por lucirse en su círculo de amistades. Para ello aportan enormes
recursos materiales. Pero entre esa actitud y las decisiones de los órganos
oficiales hay una distancia como entre el Atlántico y el Pacífico.
Respecto a Yugoslavia en los EE.UU.
prevalece todavía la opinión siguiente: si nosotros los occidentales
propiciamos modificaciones en Yugoslavia, los rusos aparecerán en el Adriático.
Este criterio lo comparten tanto Washington como París y Londres. Empero, los
últimos sucesos ocurridos en Eslovenia no dejan de confundirlos. La maduración
de la juventud marxista eslovena tomó de sorpresa a ciertos círculos
occidentales. Los eslovenos, en su reciente teoría y práctica política,
arribaron a la conclusión de que no hay vida para ellos sin su estado propio. Al
estado se debe llegar mediante la aplicación del principio de la
autodeterminación nacional!
El New York Times informa
que en el área de Kosovo no hay más de 200.000 servios junto a un millón
setecientos mil albaneses. Los yankis saben lo que eso significa, pero hasta
que aborden seriamente este problema, habrá que tener mucha paciencia. Si
Freedom House decidió organizar semejante simposio con los nuevos y novísimos
inmigrantes, ese hecho puede tener cierto valor. Los norteamericanos deben
comprender que desde 1918 y hasta el presente Yugoslavia fue conducida con el
espíritu hegemónico granservio, que no pensó en el reparto igualitario del
poder, ni siquiera resultó capaz para facilitar a sus ciudadanos no servios una
vida decorosa y fetliz".
(Sintetizó:
B.K.)
Entre el 3 y el 9 de agosto
ppdo. fue celebrado en Toronto, Canadá, el II Congreso Mundial de la Juventud
Croata, con la participación de 68 delegados provenientes de Australia, Canadá,
Estados Unidos, Europa (Francia, Alemania Occidental, Suecia y Suiza) y Sud
América (la Argentina y Venezuela).
Un interesante y bien redactado
catálogo de 74 páginas explica los antecedentes y la finalidad de esta
importante reunión. Sonia Tomić, una de las principales organizadoras del
Congreso, nos introduce al tema evocando el I Encuentro Mundial de la Juventud
Croata, celebrado en Paris, entre el 4 y el 8 de septiembre de 1985. "El
Consejo Nacional Croata organizó y posibilitó aquel encuentro de los jóvenes,
como uno de los eventos del `Año de los jóvenes'... Gracias a este primer congreso
mundial, prosigue Sonia Tomić, la juventud croata de todo el mundo se
convenció que el futuro de Croacia reposa en sus hombros".
La inquietud despertada en París
hace. dos años de "vincular toda la juventud croata en el mundo dentro de
una sólida organización... con el propósito de ayudar a sus mayores, y con el
tiempo reemplazarlos, en la lucha por la liberación nacional de Croacia",
ha madurado en los dos años transcurridos y culminado en este II Congreso.
En las sesiones generales y en
las sesiones de trabajo los delegados analizaron detenidamente el tema de su
organización con especial referencia al restablecimiento del Estado croata
libre y soberano.
El Catálogo mencionado contiene
el programa detallado de las sesiones y los nombres de todos los participantes
con la indicación de los países y de las organizaciones que representan,
prologado con el mensaje de su Excelencia el primer ministro canadiense Brian
Mulroney en el que destacó: "Canadá creció y prosperó en gran medida
gracias al hecho de que dio bienvenida a hombres y mujeres de todas partes del
mundo. Los canadienses de origen croata han aportado a esta prosperidad. Pueden
sentirse orgullosos por el papel que han desempeñado en la historia canadiense,
y pueden vislumbrar un continuo desarrollo futuro.
En nombre del gobierno de Canadá
felicito a los organiazdores del II Congreso Internacional de la Juventud
Croata por preparar un evento tan soberbio y les deseo a todos éxito continuo
en el futuro".
Siguen los mensajes de las
destacadas personalidades canadienses: David Crombie, ministro de asuntos
multiculturales; Don Blenkarn, M.P., diputado nacional; David Peterson, primer
ministro de Ontario; Lily Munro, ministro de cultura; Tony Ruprecht, ministro
para la multicultura; Larry Grossman, líder del Partido Conservador
Progresista; Yuri Shymko, diputado nacional; Bob Rae, líder del Nuevo Partido
Democrático; Arthur C. Eggleton, alcalde de Toronto, etc.
El catálogo inserta casi un
centenar de saludos de distintas organizaciones políticas, culturales,
deportivas y comerciales croatas en adhesión a la celebración de este evento,
precedidos por los mensajes del doctor Mate Meštrović, Presidente del
Comité Ejecutivo del CNC, del Partido Republicano Croata, firmado por el doctor
I. Korsky y el profesor K. Katalinić, del Ivan Koren, presidente de las
organizaciones del Partido Campesino Croata en Canadá.
En la sesión plenaria, celebrada
el día 8 de agosto, con la participación de todos los delegados provenientes de
los nueve países, fue constituida la Federación Mundial de la Juventud Croata y
aprobada unánimamente la Carta Fundacional que sintetiza los objetivos de la
organización en los cinco puntos siguientes:
1. Restablecimiento del Estado independiente y soberano de
Croacia en todo su territorio nacional étnico e histórico, desestimando la idea
de un estado yugoslavo en la forma de gobierno que sea.
2. Adhesión al régimen democrático, expresión de la voluntad
popular y garante de la libertad del pueblo.
3. Logro de la justicia social para todos los ciudadanos del
Estado Croata.
4. Respeto de los derechos humanos e igualdad de todos los
ciudadanos sin discriminación de raza, religión, orientación política,
nacionalidad, clase social, condición económica o de cualquier otra índole.
5. Oposición a cualquier tipo de totalitarismo,
particularmente el practicado en Yugoslavia, ajeno a la tradición del pueblo
croata y a su convicción democrática, demostrada en el curso de su historia.
Studia Croatica se adhiere al regocijo unánime de los croatas por el
éxito logrado en este II Congreso Mundial de nuestra juventud. Compartimos la
fe puesta en esta nueva generación de los jóvenes croatas en el mundo
convencidos de que su apoyo humano y patriótico se hará efectivo para el logro
final de las metas nacionales que persigue el pueblo croata.
(Reproducido de NOVA HRVATSKA, Nro. 14/87, Londres)
Informe norteamericano sobre las
violaciones yugoslavas a los acuerdos de Helsinki.
Aproximadamente en el mismo
tiempo en que durante el año pasado los miembros de la Presidencia del estado
yugoslavo se aprestaban en Belgrado a proclamar su "amnistía" con
motivo del "Día de la República" (29-XI), mediante la cual fueron
liberados 70 presos de los cuales sólo dos eran detenidos políticos, en Viena
se daba comienzo a la Conferencia de Control de los cumplimientos del documento
final de los acuerdos de Helsinki sobre la seguridad y colaboración en Europa
(KESS). Los representantes de 35 países europeos, con la colaboración de Canadá
y los EE.UU., intentaban en esta reunión resolver los problemas de seguridad,
relaciones económicas y cuestiones humanitarias en Europa.
Estuvo presente también la
delegación estatal yugoslava, que trataba de convencer al KESS sobre la fiel
observancia fáctica por parte de Yugoslavia del acuerdo de Helsinki, como
también sobre su excelente e insuperable política humanitaria. El KESS por lo
general sesiona en reuniones reservadas, por lo cual aún la opinión pública no
conoce cómo reaccionaron las delegaciones europeas y norteamericanas al informe
yugoslavo sobre el cumplimiento de los acuerdos de Helsinki.
A pesar de esto, es conocido el
contenido del Informe que para el KESS de Viena confeccionó la organización
norteamericana The U.S. Helsinki Watch Committee. Bajo el título
"Violations of the Helsinki Accords: Yugoslavia", el Helsinki Watch
Committee dio a publicidad este trabajo en cuyo prólogo ya se afirma: "...
El informe en esta instancia documenta las violaciones a los derechos humanos
en un determinado número de estados firmantes del acuerdo de Helsinki en los
cuales estas violaciones son particularmente serias. Estos estados son:
Bulgaria, Checo-Eslovaquia, Alemania Oriental, Hungría, Polonia, Rumania,
Turquía, Unión Soviética y Yugoslavia" (Violations of the Helsinki
Accords: Yugoslavia; A Helsinki Watch Report, November 1986; ISBN
0-938579-77-0).
En un prólogo aparte del Informe
sobre las violaciones a los derechos humanos en Yugoslavia, entre otros datos,
se afirma lo siguiente: "En Yugoslavia existen entre 1.000 y 1.300
personas encarceladas a causa de las contravenciones políticas, en su mayoría
por 'delitos de opinión'. Esto significa que en Yugoslavia hay más detenidos
políticos que en Checo-Eslovaquia, Hungria y Polonia juntas... En sus esfuerzos
por conservar la estabilidad política interior, el Estado castiga severamente a
los grupos que considera destructivos y proclives a la crítica. En esta
categoría el estado cataloga a aquellos que critican la política y accionar del
Estado, a los que persisten en la particularidad de sus credos religiosos y a
los que pretenden la independencia o mayor autonomía para sus pueblos y
territorios históricos".
El Helsinki Watch Committee
dividió su informe en diez capítulos. En el primero (condenas legales e
ilegales), el HWC particularmente condenó por "ambiguos" los
artículos 133, 134, 136, 131 y 114 del Código Penal yugoslavo. Estos artículos
se refieren a la "difusión de propaganda enemiga", al "fomento
del odio nacional, racial y religioso", a la "asociación para
actividades enemigas", a la "colaboración con actividades
enemigas" y a las "actividades contrarrevolucionarias que ponen en
peligro el orden social". Según el HWC, en base a estos artículos de la
ley, el régimen yugoslavo persigue a los opositores y críticos políticos.
En el mismo capítulo la
organización advierte al KESS que Yugoslavia posee, además de estos
"instrumentos legales, los ilegales, de los cuales se sirve para ahogar
todo intento de oposición política en el país. Estas son: pérdida de la
afiliación partidaria, pérdida del empleo, prohibición de tareas en
establecimientos educativos, prohibición de publicidad, prohibición para viajar
al exterior, chicaneos a los hijos de ex detenidos poli-ticos, que padecen
marginaciones, dificultades o imposibilidades para esta-dios ulteriores, etc.
El segundo capítulo se refiere a
los sucesos concatenados con el juicio al "sexteto de Belgrado" de
1985 y 1986. La muerte de Radomir Radonić, los chicaneos a los abogados
Srdja Popović y Vladimir Šeks, el juicio a Vojislav Šešelj, Pavle
Imširović, Milan Nikolić y Dragomir Olujić.
En el tercer capítulo, el HWC se
refiere a las molestias sufridas por individuos y grupos que anteriormente
intentaron en Yugoslavia crear organizaciones para controlar el cumplimiento de
los acuerdos de Helsinki, como también la creación del Comité Ćosić
para la defensa de la libertad de pensamiento y expresión.
El capítulo cuarto (libertad de
expresión) expone el ejemplo de algunos hombres que fueron condenados en los
últimos años por expresar libremente sus convicciones. De los croatas
incluidos, se menciona al sacerdote católico R. P. Filip Lukenda y el Dr. Marko
Veselica. Son mencionados además Diemaludin Latić, poeta de Bosnia, el
director de MLADINA. Tomaž Mastnak, el director de la Radio Juvenil de Zagreb
(que protestó en la Plaza de la República' metido dentro de un barril) como
también un determinado número de condenados servios y las torturas en las
prisiones. Extensamente se dan a luz los casos de Dobroslav Paraga y Vlado
Perišić, este último encarcelado en el hospital psiquiátrico de
Popovaća.
El capítulo séptimo está
consagrado a la región de Kosovo. Se afirma que desde 1981 "Más de 1.000
personas han sido condenadas a penas desde 1 a 15 años", mientras
"5.000 hombres jóvenes fueron apresados. Muchos de ellos jamás
participaron de acciones violentas. En gran parte de los casos fueron acusados
por el "delito" de difundir "propaganda enemiga"... Cada
año hay centenares de hombres jóvenes condenados en Kosovo por delitos
políticos punibles, por ser miembros de organizaciones
"irredentistas", o por actos "nacionalistas".
El capítulo octavo describe el
juicio y condena de los musulmanes de Bosnia-Herzegovina (juicio a Alija
Izetbegović y demás intelectuales mahometanos autores de la Declaración
Islámica y otros). En este capítulo se dice: "El gobierno bosníaco en el
pasado juzgó y condenó a nacionalistas servios y croatas. Actualmente los casos
se han tornado incluso contra los nacionalistas musulmanes. Muchos de los
aprehendidos no han recurrido a la. violencia ni la propugnan, a pesar de lo
cual las autoridades han descripto la situación de Bosnia-Herzegovina como
"otro Kosovo".
El capítulo noveno del documento
de la organización norteamericana menciona la actitud del régimen yugoslavo
contra la emigración política y los trabajadores durante su estadía en labores
temporarias en el exterior. Entre otros casos, destaca el de Petar Ivezaj. el
asesinato de Stjepan Djureković, el atentado contra Rasim Zenelaj y el
rapto de Vjenceslav Čižek.
El décimo y último capítulo
describe las intranquilidades laborales (aumento de huelgas) y la manipulación
de sindicatos por parte del régimen tendiente a cercenar los derechos
laborales. Se describe la discriminación de los trabajadores en la asignación
de viviendas. las prebendas de la élite del régimen, las "afinidades
político-morales" como condicionamiento para progresar en la sociedad;
todo ello en abierta contradicción con las declaraciones internacionales de los
derechos humanos que el acuerdo de Helsinki garantiza y trata de proteger. El
capítulo finaliza con un ejemplo de "(no) afinidad político-moral".
Basándose en fuentes yugoslavas. The Helsinki Watch Committee precisa:
"Entre marzo de 1981 y junio de 1983 en Kosovo fueron cesanteados 14
jueces con la excusa de su 'no afinidad político moral'. Ciento diez jueces
renunciaron a sus cargos para evitar tener que imponer condenas a los
'irredentistas'."
En la introducción de esta obra,
el director ejecutivo del "The U.S. Helsinki Watch Committee" apela a
los delegados estadounidenses ante el KESS en Viena, para que "postulen
cuestiones puntuales de los casos individuales de cada víctima de las
violaciones de los derechos humanos".
En el Informe sobre Yugoslavia,
los delegados estadounidenses poseen suficientes casos individuales como para
mantener por varios meses en el banquillo de los acusados a los delegados
yugoslavos en el KESS.
En octubre del año pasado
apareció en Belgrado el Memorandum de la Academia Servia de Ciencias y Artes
—ASCA— (borrador) que suscitó la atención general por su aguda crítica del
régimen imperante en Yugoslavia, y en particular por las ideas políticas que
sostiene con respecto a las relaciones del pueblo servio con los restantes
pueblos de la comunidad estatal yugoslava.
Ante la ausencia de un examen
crítico de este documento por parte de los círculos políticos e intelectuales
croatas en la patria —faltante evidentemente debido al régimen represivo
vigente en el país—, hemos considerado oportuno y necesario someter a un
reexamen detallado el Memorandum de la ASCA y exponer a través de este análisis
nuestra posición frente a las principales tesis sobre la base de las cuales los
académicos servios construyen sus "puntos de vista", en especial
respecto de las cuestiones de relaciones recíprocas entre los pueblos servio y
croata.
CRISIS DE LA ECONOMIA Y SOCIEDAD
YUGOSLAVAS
Si bien el Memorandum destaca
una serie de factores objetivamente existentes de la crisis económica, como
ser: "decaimiento de la productividad (del trabajo y el capital)",
"capacidad productiva ociosa", "frente de inversiones no
concluidas" (pág. 6), "tolerancia para con el trabajo a desgano y
otros aspectos de la demagogia social", "mantenimiento de privilegios
materiales de los estratos gobernantes", "manutención de una administración
gigante, cuyo costo representa una carga insoportable para la economía"
(pág. 8), "ausencia de la conciencia sobre el trabajo honrado",
"adquisición legal de riquezas sin trabajar" (pág. 29), para
mencionar sólo los más importantes de los señalados, resulta increíble que el
documento expresamente no resalte, con su pretensión de análisis científico
objetivo, las causas fundamentales de estos fenómenos: el estatismo, la
economía dirigida, agravada por la inexistencia de propiedad privada, de
iniciativa privada y competencia comercial; la destrucción de la economía
campesina, fundamento del sistema económico de todos los pueblos de Yugoslavia.
No sólo que el Memorandum no
destaca la inexistencia de liberalismo económico como fuente de la crisis y
recesión yugoslavas, sino que, por el contrario, observa las "verdaderas
causas de la crisis económica" precisamente en cierta
"liberalización-descentralización" generada en los años sesenta. "La
descentralización, ideada primordialmente como una liberación de la economía de
las fuerzas burocráticas, degeneró en una descentralización por territorios y
ramas económicas. Han sido creadas ocho regiones económicas con economías
nacionales en calidad de substrato ideológico. El mercado único yugoslavo fue
con ello roto" (pág. 4).
El hecho de que se ha producido
en verdad una cierta desintegración económica debe atribuirse a otros factores,
en primer lugar a la falta de realización de una liberalización real y a la
inexistencia de una coordinación de las economías nacionales, y no a la
descentralización administrativa. ¿Qué significa, en general, la "rotura
del mercado único yugoslavo"? La comunidad Económica Europea la conforman
13 Estados independientes, y sus economías no se "escinden", sino que
precisamente forman el mercado común europeo.
Es evidente que la crítica de la
descentralización apunta a la aspiración de fortalecer la economía dirigida,
base del unitarismo estatal, si bien no se aboga por ello en forma abierta. La
causa es evidente: no se desea quitar a la nación servia gobernante el poder
económico y político que le ofrece la economía dirigida.
Según los autores del
Memorandum, la descentralización conduce a la desintegración, la cual,
"como tendencia antihistórica" proviene directamente "de una
tendencia antihistórica más amplia y más significativa, es decir, de la
transformación de la federación en una confederación sui generis que fue
institucionalizada en la última Constitución del año 1974" (pág. 14).
De las aclaraciones posteriores
sobre el carácter "confederativo" de la Yugoslavia actual, surge
claramente que se trata tan sólo de una serie de disposiciones administrativas
que brindan una mayor autonomía a las repúblicas individuales, y de ninguna
manera de una real confederación, a saber una alianza de Estados soberanos, como
la define la teoría jurídica constitucional.
Según los redactores del
Memorandum, "el elemento más significativo del confederalismo consiste en
el indispensable consenso de los parlamentos de todas las repúblicas y
provincias para cualquier modificación de la Constitución por más pequeña que
sea, como así también en la exigencia de que toda desición al respecto en el
Consejo de las Repúblicas y Provincias, debe considerarse aprobada si votan en
tal sentido todas las delegaciones. En ambos casos, el disentimiento de un solo
participante en la decisión, tiene carácter de veto" (pág. 15).
Otro elemento del confederalismo
es también —según la misma fuente— la composición paritaria de la Presidencia
de la República Federativa Socialista de Yugoslavia (RFSY), como asimismo otros
órganos supremos. En esencia, es confederativa también la disposición
constitucional de que, en principio, los órganos de las repúblicas y las
provincias están encargados de aplicar las leyes federales, cosa que a menudo
en la práctica conduce a la no aplicación de esas leyes. Un elemento muy
destacado del confederalismo lo constituye el hecho de que las Constituciones
de las Repúblicas y Provincias no deben, necesariamente, concordar con la
Constitución federal, sino tan sólo no pueden ser contrarias a ella" (pág.
16).
Todas estas normas amplían
solamente la autonomía administrativa de las unidades federativas y provincias,
pero no presentan un carácter constitutivo de la confederación. El actual
sistema político de Yugoslavia, puede calificarse —tal como lo hacen los
propios académicos servios— de "cada vez más contradictorio, no funcional
y caro", un "ejemplo escolar de ineficiencia" (pág. 16), pero en
ningún caso, de una confederación.
A las repúblicas yugoslavas les faltan
las esenciales características de soberanía de los cuerpos estatales
confederados, de soberanía en la legislación y economía, relaciones exteriores
y ejército. Las repúblicas se hallan sometidas en todos estos sectores —en
menor o mayor medida— a la administración central. En especial en cuanto al
ejército y a la politica exterior, no tienen ingerencia alguna. Tan sólo en
materia económica puede hablarse en cierta medida de independencia, pero de
ninguna manera de una posición económica soberana de las repúblicas
confederadas.
Pero a pesar de esa cierta
autonomía, ellas se encuentran en gran medida en condiciones de dependencia
económica frente al poder central. Los funcionarios federales en Belgrado, por
ejemplo, controlan la mayoría de las decisiones básicas, como son las
concernientes a los precios de materias primas y productos finales. El
presupuesto federal es más grande que los presupuestos de las repúblicas y
municipios tomados en conjunto. El sólo hecho de que el Banco Nacional de
Belgrado haya obligado a la industria turística de Croacia a canjear las
divisas fuertes obtenidas durante la última temporada veraniega a razón de 283
dínares por dólar (al mismo tiempo el tipo de cambio oficial era superior a los
400 dinares por dólar), indica patentemente en qué medida Yugoslavia se ha
transformado en una confederación.
La imposición del sistema
unipartidista, no obstante haberse creado posteriormente secciones por
repúblicas del Partido Comunista único de Yugoslavia, constituye el factor
decisivo del unitarismo en patente oposición al concepto de soberanía de las
repúblicas confederadas. Junto a un sistema unipartidista impuesto —no
libremente escogido— no puede imaginarse la existencia de un Estado
confederativo libre.
El quebrantamiento brutal de los
derechos humanos en Yugoslavia es una prueba del persistente autoritarismo. Los
autores del Memorandum destacan las características descentralizadoras de la
Constitución de 1974, pero callan que el infame artículo 133 del Código Penal
yugoslavo anula todas las libertades formales logradas mediante las enmiendas
constitucionales. Los así llamados "delitos verbales" y "delitos
de opinión" son controlados desde el centro del poder político, en
Belgrado.
No olvidemos que entre los
derechos humanos se cuentan también los universalmente reconocidos derechos de
los pueblos, el derecho a la autodeterminación y la separación de la actual
unión estatal, formalmente reconocido por la Constitución de la RFSY. El
Memorandum destaca que la soberanía de los pueblos se halla en "los
fundamentos mismos de la civilización moderna, que la única autoridad política
legítima es la que emana de la voluntad libremente expresada por los
pueblos" (pág. 36). Sin embargo, cuando los pueblos en Yugoslavia
manifiestan su voluntad y derecho de autodeterminación, los mismos académicos
califican ello como "nacionalismo", que el poder unitarista en forma
directa o a través de los órganos de las Repúblicas que les son subordinados,
persigue como crimen contra los intereses del pueblo y del Estado.
Los académicos servios se
contradicen cuando, recalcando el supuesto carácter confederativo de la actual
Yugoslavia, destacan al mismo tiempo una serie de factores que confirman su
conformación unitarista. Por ejemplo: "la Liga de Comunistas de Yugoslavia
(LCY) constituye la columna vertebral del sistema, y sus funcionarios detentan
el monopolio absoluto del poder social". "La LCY creció junto con el
Estado". "En Yugoslavia pueden aún quebrantarse impunemente los
derechos civiles básicos de las personas; las elecciones de funcionarios son
una ficción; el poder judicial sigue dependiendo del poder ejecutivo; la
libertad de palabra, la organización y las manifestaciones públicas están
limitadas por la arbitrariedad burocrática y las disposiciones legales que
posibilitan la persecución de las opiniones distintas a las oficiales.
La clase trabajadora no tiene
derecho legal de autoorganización y de huelga, y carece de toda influencia real
sabre la decisión política" (págs. 34 y 35). Con la constatación de que el
"estatismo no fue abolido, sino transferido al ámbito de las Repúblicas,
donde es más irracional y maligno", se intenta en forma no convincente
salvar una serie de contradicciones entre las realidades que apuntan al
estatismo y unitarismo, y las afirmaciones respecto de la supuesta
transformación hacia una forma confederativa de la unión estatal yugoslava.
Los académicos servios recurren
a la historia para demostrar la imposibilidad de permanencia de la supuesta
confederación yugoslava como forma de organización estatal. Dicen que "la
historia conoce varios ejemplos de transformación en federación, como
consecuencia natural de las debilidades comprobadas de la forma confederal,
pero ninguno de transformación en sentido inverso" (pág. 14).
Empero, los académicos no
mencionan que la historia conoce justamente la evolución también en
"sentido inverso", como es la separación, la autodeterminación de los
pueblos en dirección de su Estado propio, soberano, como por ejemplo en el caso
de Suecia y Noruega o de Bélgica y los Países Bajos. Esta tendencia está
nítidamente acentuada en la evolución actual de la unión yugoslava, y ello no
constituye una tendencia "antihistórica", sino precisamente una
tendencia histórica de la evolución de los pueblos incorporados en el Estado de
Yugoslavia, que justamente ha cobrado plena fuerza de expresión en los últimos
años. Los autores del Memorandum siguen tildando esta tendencia natural de la
evolución histórica con la terminología estereotipada de la propaganda yugoslava,
y afirman que para "poder realizar los cambios indispensables, hay que
deshacerse de la ideología que coloca en el primer plano la nacionalidad y la
territorialidad" (pág. 17).
A esta fuerza histórica de las
aspiraciones nacionales claramente manifestada, especialmente en el caso de los
croatas, albaneses y últimamente eslovenos, a este "primado de lo
nacional", los académicos lo presentan como resultado de la influencia de
la Cominterna sobre los partidos comunistas entre las dos contiendas bélicas. "La
estrategia del Cominterna en dicho período fue extraída de la apreciación de
que, al no producirse la revolución proletaria en Europa Occidental, los
partidos comunistas en los países de Europa Central, Oriental y Meridional
deben apoyarse en movimientos nacionales, por más que éstos fuesen abiertamente
antisocialistas y sustentasen la idea de unión nacional y no de clase"
(pág. 18).
"A nadie es menester tratar
de convencer —afirman seguidamente— de que el separatismo y el nacionalismo
actúan ahora en la escena social, pero pocos entienden que justamente este tipo
de opciones son facilitadas por la Constitución de 1974. El continuo
fortalecimiento y el recíproco estímulo del separatismo y el nacionalismo han
alejado a las naciones unas de las otras, hasta un punto crítico" (pág.
19). Por otra parte, "todas las nuevas creaciones étnicas, por cuanto son
desdichados productos de una ciencia encerrada y preñada de ideologías
regionales, resultan sintomáticas del alejamiento no sólo del presente y el futuro
común, sino también del pasado común. Como si a todo el mundo sólo le importara
escaparse cuanto antes y lo más lejos posible de la casa que se derrumba. El
estado de ánimos advierte que la crisis política está acercándose al punto
crítico de una total desestabilización de Yugoslavia" (pág. 20).
Una posición así del Memorandum
oscila permanentemente entre percepciones objetivas y correctas, y conclusiones
frecuentemente incomprensibles, sino incluso abiertamente contradictorias. ¿Cómo
entender que un conjunto de científicos pueda abogar a favor de tesis tan
voluntariosas? Cómo se puede pasar por alto el hecho de que las aspiraciones de
los croatas, como también las de los restantes pueblos sojuzgados y sin
soberanía en Yugoslavia, son partes constitutivos de un proceso mundial
generalizado de los tiempos modernos, según el cual todo pueblo, ni bien cobra
conciencia de su propia individualidad, de su particular existencia nacional,
exige la constitución de su estado nacional propio. Pero el chauvinismo es
evidentemente más fuerte que las apreciaciones intelectuales objetivas, y, en
su aspiración de mantener la unión de los pueblos yugoslavos en sumisión al
hegemonismo servio, impone puntos de vista infundados e insostenibles. Esto
salta a la vista particularmente en la segunda parte del Memorandum:
POSICION DE SERVIA Y DEL PUEBLO
SERVIO
Como se desprende del mismo
título, esta parte está dedicada en especial al análisis de la posición de
Servia dentro de la unión estatal yugoslava y de las relaciones del pueblo
servio con los demás pueblos de Yugoslavia.
Pasaremos revista a las
principales tesis de esta parte del Memorandum, en cuatro grupos de cuestiones:
1) Posición política y económica de Servia en la Yugoslavia Federativa. 2)
Factores que ejercieron influencia sobre la posición política y económica de
Servia después del derrumbe de la Yugoslavia monárquica. 3) Calificación de la
política servia en la primera Yugoslavia. 4) Posición del pueblo servio frente
a los demás pueblos de Yugoslavia, en especial los croatas.
1. — POSICION POLITICA Y
ECONOMICA DE SERVIA EN LA YUGOSLAVIA FEDERATIVA
Tesis: "La discriminación
económica y la subordinación de Servia no puede comprenderse plenamente sin tener
presente su posición política inferior que determinó todas las relaciones"
(Pág. 41-44).
Con el cambio de la Yugoslavia
monárquica a la República Federativa Socialista, la capital de Servia y del ex
Reino de Yugoslavia, Belgrado, siguió siendo la sede del nuevo Estado federal. En
lugar de crear un Nuevo centro administrativo, cosa que correspondería a la
constitución de un nuevo Estado federativo, se retuvo a Belgrado, gracias a la
decisiva influencia servia, como sede exclusiva del gobierno federal y demás
instituciones federales, con lo cual se dio paso decisivo hacia el
favorecimiento de la hegemonía del equipo gobernante servio respecto de los
centros políticos, económicos y culturales de las demás naciones, con
repercusiones de largo alcance. En un lapso relativamente corto, fueron
invertidos enormes capitales en la construcción de la nueva Belgrado, símbolo y
centro de la dominación servia sobre los restantes pueblos de Yugoslavia.
Aun cuando Tito era el principal
factor político de la Yugoslavia comunista, todos los cuadros directivos del
partido, del Estado y del ejército eran preponderantemente servios: Aleksandar
Ranković, todopoderoso ministro de asuntos interiores, vicepresidente del
gobierno e infame jefe de la policía secreta; Milovan Djilas (montenegrino,
pero servio por opción), reemplazante del jefe de Estado; Koča
Popović, ministro de relaciones exteriores; Arsa Jovanović, jefe del
Estado Mayor del ejército; Sreten Žujović, ministro de finanzas, etc.
Los bancos, las empresas de
exportación, el control de cambios, todo ello quedó como antes, dirigido desde
Belgrado a través del dominante círculo de intereses servios
("čaršija"), encubierto ahora bajo un nuevo disfraz.
Según los datos publicados por Ekonomska
Politika (Belgrado, número 847/1969), en la administración federal había
sólo un 8,6% de croatas, frente al 73,6% de servios, 7,2% de montenegrinos, 3,8%
de indefinidos y 6,8% de varias nacionalidades. Diez años más tarde, declinó la
participación de los croatas al 6%.
En el ejército y la policía los
servios ocupan un porcentaje aún mayor: del 75% y 80%, respectivamente.
La posición hegemónica de Servia
permanece hoy en día inmutable. Según los datos publicados por NIN del 4 de
enero de 1987, Yugoslavia está representada en el exterior por 27 embajadores
servios y sólo 8 croatas. En total, Yugoslavia tiene 83 embajadores, de los
cuales la tercera parte son servios y menos del 10% son croatas. Si a los
servios agregamos los 12 embajadores montenegrinos, resulta que los servios en
total detentan casi la mitad del cuerpo diplomático superior. Embajadores
croatas hay menos que eslovenos, macedonios e incluso montenegrinos (que son la
nacionalidad menos numerosa en Yugoslavia). La diferencia empero es aún mayor,
si se toma en cuenta el total del personal del Ministerio de Relaciones
Exteriores. NIN cita al periódico DELO de Ljubljana, indicando que hay sólo 60
eslovenos empleados en dicho ministerio, sobre un total de 2.400 funcionarios,
al tiempo que la participación croata es parecida a la de los eslovenos.
Las importantes inversiones en
Servia tienden a asegurar la continuación y el fortalecimiento del predominio
político y económico servio. Es significativo que se haya seguido con esta
política después de la reforma económica de 1965 y la abolición formal del
hegemonismo unitarista (1966). Eso lo confirman los montos de los créditos del
Banco Nacional, de los cuales fueron invertidos en Servia el 58%, mientras que
en Croacia lo hicieron en tan sólo el 16%. A fines de la década del 60, de
todos los equipos industriales yugoslavos fue instalado en Servia el 46%, en
Croacia el 18%, en Eslovenia el 17% y en las restantes repúblicas el 19%.
La "subordinación"
económica de Servia se trasluce solamente por su baja productividad. A pesar de
su posición privilegiada en materia de inversiones y de política
económico-financiera en general, según estadísticas dé 1971 Servia aportaba
únicamente el 18% del ingreso dé divisas, mientras que Croacia lo hacía en un
término tres veces mayor, en un 51%. Mas las divisas que aporta la economía
croata no quedan en Croacia, sino que se concentran en la Federación y se
liquidan a un tipo de cambio irreal, cosa que conduce a una permanente
expoliación de la economía nacional croata.
El poder financiero y la
política exterior, concentradas en Belgrado, condujeron a Croacia a un
empobrecimiento y a un estancamiento económico y cultural, mientras que
llevaron a Servia a un desarrollo económico-industrial envidiable y a un
destacable enriquecimiento. Según cálculos efectuados por expertos en economía,
en el transcurso de los años 1965-1971 el trasvasamiento de los medios
pecuniarios desde Croacia alcanzaron el 30 % del producto nacional, o el 65 %
de todos los ingresos.
Como ejemplo de la manera en que
se favoreció a Servia basta mencionar, entre otros casos, la construcción de la
central hidroeléctrica de Djerdap (Puerta de Hierro), en su género el más
grande emprendimiento en Europa, si se excluye a la Unión Soviética, obra que
aseguró a Servia la primera posición (prácticamente monopólica) en materia de
generación de energía eléctrica en Yugoslavia.
Además, Servia se convirtió en
centro de la industria yugoslava de material bélico y del automotor, hecho que
le ha valido una posición dominante no sólo en el campo político y militar,
sino en el económico, si se tiene presente que actualmente la industria de
armamentos de Yugoslavia es el puntal de sus exportaciones. Al precio de un
gravoso endeudamiento del país entero, los servios, llevados por su política
expansionista, construyeron la línea férrea —absolutamente improductiva— que
une la ciudad de Belgrado con el "mar servio", en el puerto
montenegrino de Bar, mientras los croatas aún siguen esperando la concreción de
las autopistas que tendrían que conectar la ciudad de Zagreb con las ciudades
portuarias de Rijeka y Split, como asimismo la región de Bosnia y Herzegovina
con el litoral croata.
En 1979 fueron construidos y
entregados al tráfico 96 kilómetros de carreteras para autotransporte en Servia,
mientras que en Croacia ¡tan sólo 6 (seis) kilómetros!
Los analistas políticos
extranjeros han observado hace ya tiempo hechos que confirman la continuidad
del hegemonismo y unitarismo servio en Yugoslavia. Así, por ejemplo, Francois
Fejtö escribía en "Le Monde Diplomatique" (junio 1971): "Los
vencedores comunistas repitieron todos los errores de la monarquía de la
primera posguerra, y condujeron al mismo resultado: acumularon disconformidad
no sólo entre los croatas, sino también entre albaneses y macedonios ... Se
inspiraron en el modelo stalinista, es decir: federalismo en teoria, y
centralismo en la práctica. Pero el centralismo instalado en Belgrado adoptó,
inevitablemente, un. sesgo gran-servio".
Son totalmente infundadas las
afirmaciones expuestas en el Memorandum acerca de la supuesta discriminación
económica y la posición política inferior de Servia en la Yugoslavia
Federativa. Al igual que la Monarquía Austro-Húngara en el pasado, y hoy en día
Africa del Sur, Yugoslavia es un Estado multinacional marcado por el
"colonialismo interno", en el cual Servia ocupa la posición
dominante, por encima de los restantes pueblos de la comunidad estatal. Los
acontecimientos políticos ocurridos a lo largo de 65 años de su existencia,
como asimismo los datos estadísticos en dicho periodo, demuestran que Croacia
en determinado sentido es una colonia servia, en la cual los servios detentan
el poder real, el que aprovechan económicamente en exclusivo interés de la
nación servia dominante y de Servia propiamente dicha.
Habitualmente, las colonias
estaban geográficamente alejadas del Estado que las tenía sometidas, por
ejemplo en el caso de las colonias británicas. El hecho, empero, de que Croacia
sea limítrofe con Servia, no atenúa su status similar al de esas colonias.
2. — FACTORES QUE EJERCIERON
INFLUENCIAS SOBRE LA POSICION POLITICA Y ECONOMICA DE SERVIA DESPUES DEL
DERRUMBE DE LA YUGOSLAVIA MONARQUICA
Tesis: "La discriminación
consecuente en contra de la economía de Servia en el período de posguerra, no
puede aclararse totalmente sin tomar en consideración las relaciones
internacionales entre las dos guerras mundiales, tal como las veía y calificaba
el partido comunista de Yugoslavia. En estas maneras de ver las cosas ha
influido decisivamente la autoritaria Cominterna, que en sus esfuerzos por
lograr la la concreción de su concepción estratégica y táctica en el plano
internacional, aspiraba a desmembrar Yugoslavia, encontrando su justificación
en la confrontación de la nación 'opresora' servia con las naciones 'oprimidas'
" (pág. 41) .
"La apreciación de estas
relaciones, que se reduce a la afirmación de que la hegemonía política de la
burguesía servia venía acompañada de la correspondiente dominación por parte de
Servia, fue tomada en realidad por los partidos burgueses orientados en sentido
separatista. El partido comunista de Yugoslavia no estaba dispuesto en la
preguerra, como tampoco en la posguerra, a determinar, mediante su cognición
directa, el verdadero estado de cosas, ni tampoco a entrar en discusión alguna
que pudiere cuestionar las apreciaciones vertidas hace tiempo y las posturas
antaño adoptadas, en las que se mantuvo hasta nuestros días" (pág. 42).
"La posición subordinada de
Servia debe observarse dentro del contexto de la dominación política y
económica por parte de Eslovenia y Croacia, que siempre fueron promotores de
cambios en todos los sistemas" (pág. 43). "Los eslovenos y croatas
crearon en la preguerra sus partidos comunistas nacionales, al tiempo que
adquirieron una influencia decisiva dentro del comité central del partido
comunista de Yugoslavia. Sus líderes políticos se convirtieron en árbitros en
todas las cuestiones políticas durante y después de la última contienda bélica.
Estas dos repúblicas contiguas han compartido un destino histórico parecido,
han tenido una misma religión y una aspiración por una mayor independencia y,
en su condición de las más desarrolladas, también intereses económicos comunes,
que fueron —todos ellos— razón suficiente para una coalición duradera, tendiente
a lograr la concreción de su dominación política. Esta coalición, se vio
fortalecida por la larga colaboración entre Tito y Kardelj, las dos
personalidades más destacadas de la Yugoslavia de posguerra, y que gozaban de
una autoridad indiscutible en los centros de poder. El monopolio sobre los
cuadros les permitía influir decisivamente en la composición de la cúspide
política de Yugoslavia, en todas las repúblicas y provincias" (pág. 4).
La apreciación de las relaciones entre los
pueblos incorporados a Yugoslavia no fue tomada de "los partidos burgueses
orientados en sentido separatista", sino que se fue creando sobre la base
de una estimación real del estado de cosas existente en el país.
Desde el comienzo de su
fundación (1919), el partido comunista de Yugoslavia fue unitarista, y no
tomaba en consideración el carácter multinacional del Estado. Su secretario
general, Sima Marković (1919-1924), fue un decisivo partidario del
centralismo y unitarismo, en contraposición a la postura anticentralista de los
croatas.
Marković mantenía la tesis
de que Ios servios, croatas y eslovenos eran tres ramas de un mismo pueblo. Estos
puntos de vista, sin embargo, fueron pasajeramente modificados por Stalin en el
sentido de incluir, en la estrategia sobre la concreción de la revolución
comunista en Europa y el mundo, el reconocimiento del derecho de
autodeterminación de los pueblos.
En consonancia con el espíritu
de esta nueva estrategia, fue destituido Marković del puesto de secretario
general del partido comunista yugoslavo, al tiempo que la tercera conferencia
nacional del partido, celebrada en Belgrado, adoptaba en enero de 1924 la
decisión de que el Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos no puede ser
considerado un Estado étnicamente homogéneo, dado que en él se manifiestan
tendencias de dominación por parte de la nación que ostenta el poder.
"La Unión Soviética
consideraba al Reino de los Servios, Croatas y Eslovenos como una creación
reaccionaria del dictado de Versalles y de las potencias imperialistas de Occidente
—señala Tudjman—, por lo cual la Tercera Conferencia Comunista Internacional de
Moscú sostenía que Yugoslavia debía desmembrarse por ser 'una de las cárceles
más negras de los pueblos', y 'baluarte de la contrarrevolución en los
Balcanes', abogando por la creación de repúblicas independientes de los pueblos
nacionalmente sojuzgados, de Croacia, Eslovenia y Macedonia, por parte del
'imperialismo granservio' ".
Siguiendo las directivas de la Comiterna,
el partido comunista de Yugoslavia adoptó en su IV Congreso realizado en Dresde
en 1928 la posición del desmembramiento de Yugoslavia. Sin embargo, esta
postura fue abandonada a partir de 1933 bajo la influencia del robustecimiento
del fascismo y el nacional-socialismo y de la evolución general de las relaciones
internacionales en Europa y en el mundo. De conformidad con las nuevas
instrucciones de la Cominterna, el partido comunista de Yugoslavia, en su
plenario de 1935 realizado en Split, vuelve a su anteriorconcepción unitarista,
ahora en una un tanto modificada variante de "federalismo integral". Ante
el exiguo éxito alcanzado por este programa poco popular, especialmente entre
los croatas, se procedió a organizar partidos comunistas nacionales de Croacia
y Eslovenia. El Memorandum presenta este hecho como una prueba de la
predominación croata y eslovena sobre los servios, por cuanto en ese entonces
no fue constituido el partido comunista de Servia sino "sólo después de
terminada la última guerra". La causa de tal retraso fue, dicen los
académicos, "la política revanchista contra los servios", la cual
"comenzó en realidad antes de la guerra al haberse considerado que la
'nación opresora' no necesitaba un partido comunista propio" (pág. 45).
Este es un ejemplo clásico de
cómo el Memorandum, destacando un hecho histórico, tergiversa su verdadero
significado. No tenía Servia su partido comunista nacional por el hecho de ser
víctima de una supuesta política revanchista, sino simplemente porque no lo
quería, por cuanto el reconocimiento de partidos comunistas nacionales
significaba indirectamente reconocer las individualidades nacionales de los
respectivos pueblos.
Los servios luchaban por un
partido comunista único en Yugoslavia, por cuanto constituía el camino más seguro
para la concreción del hegemonismo gran-servio. La oposición de los comunistas
servios aplazó la aceptación de la reorganización del PCY por el lapso de
cuatro años (hasta 1937). Sin embargo lograron finalmente, no obstante el
reconocimiento de "los partidos nacionales" de Croacia y Eslovenia,
que el PCY siguiera siendo marcadamente centralista y dominado por ellos.
Las causas por las que llegaron
a constituirse dos partidos comunistas nacionales en Yugoslavia fueron
confirmadas por el vocero del partido "El Proletario" (1935):
"...hemos constituido los partidos comunistas croata y esloveno ante todo
porque las masas trabajadoras de Croacia y Eslovenia demandan que sus partidos
lleven nombres nacionales... hemos formado partidos comunistas de Croacia y
Eslovenia con el fin de movilizar las aspiraciones de los trabajadores de
Croacia y Eslovenia, por cuanto no deseamos, a través del nombre mismo del
partido, debilitar sus esfuerzos tendientes a atraer la participación de las
masas trabajadoras en la organización de su partido".
Ante la pregunta formulada al
mencionado vocero partidario de por qué no se constituye también un partido
comunista de Servia, la dirección del "Proletario" contestó: "La
primera y fundamental razón es la siguiente: no lo hemos creado porque las
masas trabajadoras de Servia no lo reclaman. El pueblo servio no se halla
nacionalmente sojuzgado. Los servios son un pueblo dominante. Consecuentemente,
en ellos la lucha de clases no toma forma de lucha por la liberación
nacional". Recordamos al respecto que también en esto se ha seguido el
modelo soviético. En la Unión Soviética los ucranianos, los bielorusos y demás
pueblos tienen sus partidos comunistas, pero no así los rusos. No existe el
partido ruso, ni el comité central ruso. Su partido es el partido comunista de
la Unión Soviética. Siguiendo la argumentación del Memorandum, los rusos
podrían afirmar que también ellos son un pueblo sometido y no gozan de iguales
derechos en la URSS porque no cuentan formalmente con partido propio, como lo
tienen los demás pueblos de la Unión.
Es completamente infundada la
afirmación de que existe una "dominación política y económica de parte de
Eslovenia y Croacia", y una influencia decisiva de parte de ellas en el
Comité Central del PCY. Tal como lo hemos destacado, los servios fueron desde
el inicio mismo contrarios a la existencia de partidos comunistas nacionales,
al tiempo que luchaban denodadamente por eliminar la influencia de sus líderes,
en especial croatas.
La liquidación, en 1941, de los
más destacados comunistas croatas en Kerestinec fue realizada mediante un
premeditado plan de denuncias urdido por elementos anticroatas del PCY. La
destitución de Andrija Hebrang del puesto de secretario general del Comité
Central del partido comunista de Croacia y su asesinato en la cárcel
"Glavnjača" de Belgrado representan un ulterior paso decisivo en
la liquidación del liderazgo de orientación croata en el partido comunista de
Croacia. La decisión de destituir a Hegrang fue adoptada, según ahora se
conoce, de común acuerdo entre Ranković, Djilas y Kardelj.
Tito jamás fue un exponente de
la Línea croata en el PCY. Es plenamente exacto que Tito y Kardelj
"gozaban de autoridad indiscutible en los centros de poder", y que el
"monopolio sobre los cuadros les permitía influir decisivamente en la
composición de la cúspide política de Yugoslavia". Pero cabe preguntarse,
cómo se ha reflejado esa influencia en la República Socialista de Croacia?
Desde el comienzo mismo, el
poder político y administrativo, al igual que el ejército, fueron entregados a
la minorfa servia, la cual —según el censo de 1948 y de acuerdo al Memorandum—
representaba el 14,48 % de la población de la República Socialista de Croacia,
al tiempo que detentaba más del 50 % de las funciones más importantes de la
administración de la república.
La práctica generalizada durante
toda la existencia de Yugoslavia (de la primera y de la segunda), consistía en
que el comandante militar en Croacia fuera un servio oriundo de Servia, o bien
uno oriundo de Croacia (por ej. Djoko Jovanić), cosa que no siempre
ocurría en Ljubljana o Belgrado. Los comandantes de casi todos los cuarteles
militares en las regiones croatas, al igual que la mayoría de sus oficiales,
son por regla servios, al tiempo que la tropa también proviene de regiones no
croatas. En la policía de Zagreb ( cuya población consistía de un 89% de
croatas y sólo de un 5% de servios), había ocupados entre personal uniformado
el 56,5% de servios y el no uniformado el 47,6%. La situación en los restantes
centros urbanos de Croacia era algo similar, o peor todavía.
"Desde 1945 hasta 1959 el
comunismo se presenta en el territorio croata bajo el manto del imperialismo
servio. El pueblo croata era nacionalmente perseguido y económicamente explotado,
al igual que en la Yugoslavia monárquica. El comunismo en el territorio croata
se vive en la Yugoslavia actual como "serviocomunismo". En apoyo de
esta afirmación, el historiador Jere Jareb aporta datos publicados por el
teniente coronel de los partisanos y comisario de la brigada de seguridad de
Tito, Adil Zulfikarpašić, quien, entre otras cosas, expresa lo siguiente:
"Hoy en día el comunismo se
presenta en Croacia mayormente como una cosa servia; tal comunismo se mantiene
gracias al ejército, la milicia y el servicio secreto de seguridad, en los
cuales los servios son en su gran mayoría factores decisivos. El comandante del
ejército de Zagreb es el teniente general (servio) Milan Kuprešanin; el jefe
del Estado Mayor es el teniente general Mile Kalibarda; el comandante del
servicio de contra-espionaje es el general Veljko Drakulić, el de la
defensa nacional de Yugoslavia el general Petar Brajović y el comandante
de la milicia, el general Stevo Kovačević. El 78% de los milicianos
en la república de Croacia y el 82% en la república de Bosnia y Herzegovina son
servios.
El 75% de los 'secretarios' de
los comités municipales del partido comunista en Eslavonia son servios (exclusivamente
campesinos), el 90% de los secretarios de los comités distritales de Bosnia y
Herzegovina, son servios. El presidente del gobeirno de Bosnia y Herzegovina
Djuro Pucar, el secretario general del gobierno de esa república Novak
Mastalović (pope ortodoxo de Gacko), el jefe del servicio secreto de
seguridad y ministro del interior, Uglješa Danilović, el comandante del
ejército Mihajlo Apostolski, el comandante de la milicia Obren Kosović, el
comandante de la defensa nacional Miloš Zekić, el presidente de la 'cámara
de diputados' Vlado Šegrt, el fiscal público Boro Popović, el presidente
de la Corte Suprema de Bosnia y Herzegovina Božo Cikota, el 'secretario'
político del comité central del partido comunista de Bosnia y Herzegovina Djuro
Pucar, el secretario organizativo Cvijetin Mijatović, el rector de la
Universidad de Sarajevo Vaso Butozan, etc., etc., son todos servios.
De los miembros del Comité
Central del partido comunista de Bosnia y Herzegovina 61 son servios, 13
musulmanes y católicos; de estos últimos 13 sólo uno, Rudi Kolak, manifiesta
ser croata. En las 4 regiones en que está dividida administrativamente Bosnia y
Herzegovina, los servios en forma exclusiva ocupan los puestos directivos,
tanto en el servicio secreto de seguridad, como en los puestos de secretarios
del partido gobernante; el secretario del partido para Herzegovina es Radovan
Papić y el jefe del mencionado servicio secreto es Brana
Kovačević.
El secretario del partido para
la región de Krajina es Velja Stojnić, y el jefe del citado servicio es
Slobodan Bajić; para la Bosnia Central ocupan esos cargos Dušan Grk y
Djuras Djurašković; para la Bosnia Oriental Gjuro Novaković y Savo
Predja. Los secretarios de los comités municipales del partido comunista son:
en Sarajevo Rato Dugonjić, en Banja Luka Voja Ilić, en Tuzla Mitar
Gavrić, en Mostar Sveto Gagović, al igual que en Travnik, Jajce,
Foča, Rogatica, Bijeljina, Brčko, Zenica, Prijedor, Bihać, etc.
son exclusivamente servios, en su mayoría hijos de campesinos.
También en otras ciudades
croatas como Karlovac, Gospić, Glina, Osijek, Slavonski Brod, Mitrovica,
Ruma, Zemun, e incluso Dubrovnik y Rijeka, los secretarios de los comités
distrituales y municipales son servios. De las 14 divisiones del ejército en
las Repúblicas de Croacia y Bosnia y Herzegovina, 13 tienen comandantes y 12
comisarios servios". ("En aras de la verdad", Hrvatski Glas,
Winnipeg, Canadá, año 24, No 45, del 3. XI.1952) .
La política seguida por Tito era
expresión del hegemonismo servio y de las aspiraciones servias de predominio no
solamente en Yugoslavia, sino en los Balcanes, o por lo menos en parte de
ellos. Incluso el enfrenta-miento entre Tito y Stalin de 1948 se presenta en
cierta medida como colisión de dos imperialismos; el grande, mundial, soviético
y el enano, balcánico-servio. Yugoslavia, en realidad Servia, aspiraba a absorber
Albania y Bulgaria. La propuesta yugoslava era incorporar Bulgaria en
Yugoslavia en calidad de séptima República, que tuviera que aceptar la posición
de Croacia, Eslovenia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina y Macedonia; todas
ellas sometidas al poder de Belgrado.
Cuando la resistencia natural
del pueblo croata en contra de este estado de subordinación en su República
—que según la Constitución debía ser el Estado del pueblo croata— condujo a la insurección
que se manifestó en el llamado movimiento de masas o la primavera croata, fue
precisamente Tito quien, a través del Comité Central del PCY y el ejército,
conducido por los generales servios, brutalmente sofocó —¡y por cierto
simbólicamente desde la localidad de Karadjordjevo!— este movimiento libertador
croata. Fue instaurado entonces un gobierno manifiestamente servil y un
reforzado terror policíaco. 32.000 croatas fueron arrestados, despedidos de su
trabajo, sometidos a interrogatorios policiales y sometidos a otras
persecuciones y presiones. Al mismo tiempo fueron prohibidas nuevamente todas
las manifestaciones públicas del sentir nacional croata, y fue disuelta la
centenaria institución cultural croata "Matica Hrvatska", mientras
"Matica Srpska" siguió actuando libremente.
De ahí entonces, ¿cómo puede
hablarse de la subordinación política y económica del pueblo servio como
consecuencia de la colaboración de muchos años entre Tito y Kardelj y la
supuesta coalición croata-eslovena? Es verdad que estos dos pueblos (y no
"estas dos Repúblicas contiguas") han compartido un destino histórico
similar, pero este destino no ha sido apreciado correctamente hasta hace poco
por el pueblo esloveno y sus representantes de aquel entonces, quienes sacaban
provecho, tanto de la primera como en los comienzos de la segunda Yugoslavia,
de su posición privilegiada en perjuicio de Croacia.
Es no obstante significativo
que, precisamente como prueba de lo insostenible de la unión estatal yugoslava,
con el tiempo los mismos eslovenos llegaron a convencerse acerca de lo
pernicioso de la concepción yugoslava para la conservación de su identidad
nacional y su libre desarrollo cultural y económico. De esta manera, nos
encontrarnos efectivamente ahora ante la perspectiva de la concreción de una
coalición esloveno-croata, pero no con la finalidad de "dominación
política y económica de Servia", como destaca el Memorandum, sino por el
contrario con un programa de alianza defensiva ante el hegemonismo servio (en
la actualidad acertadamente apreciado también por los eslovenos) y en favor de
la autodeterminación y la independencia estatal de sus pueblos.
3. — CALIFICACION DE LA POLITICA
SERVIA E'N LA PRIMERA YUGOSLAVIA
Tesis: "Sin estudios
especiales, sino incluso mediante un somero examen elemental de los indicadores
básicos del nivel de desarrollo en el año censal de 1948, se podía constatar
que Servia no pudo tener una posición económica privilegiada entre las dos
guerras" (pág. 42). "La insistente repetición de la infundada calificación
de preguerra, sustentada a lo largo de cuatro décadas de la posguerra, apunta a
la existencia de un descomunal interés político y económico en el sentido de
mantener vigente tal apreciación errónea. Su intención radica en la pretensión
de enraizar en el pueblo servio el sentimiento de culpabilidad histórica con la
finalidad de frustrar su resistencia a la subordinación política y económica a
la que se ve constantemente expuesto. Sobre la base de esta apreciación de
preguerra está fundada la política de posguerra sobre la economía de
Servia" (págs. 42 y 43).
"En tales condiciones y
bajo permanentes acusaciones de ser 'opresor', 'unitarista', 'centralista',
'gendarme', el pueblo servio no podía lograr su posición igualitaria en
Yugoslavia, a cuya creación aportó los mayores sacrificios" (pág. 45). "La
seriedad de las consecuencias sociales y económicas que surgen de estas
relaciones durante la última posguerra exige que cesen sin demoras los abusos
de la tesis acerca de la nación opresora y las oprimidas, la cual condujo a
Servia a una posición económicamente nada envidiable" (pig. 46).
Llegamos aquí al punto clave, y
el más flojo a la vez, del Memorandum: el intento de justificar la hegemonía
servia sobre los restantes pueblos de Yugoslavia, de concretar el sueño y el
programa de Vuk Karadžić Garašanin, Pašić, Karadjordjević, Draža
Mihajlović y, hoy en día, Vuk Drašković (a quienes por razones
tácticas no mencionan en el Memorandum).
Pasando en forma ligera por
encima de los hechos v documentos conocidos por todo el mundo, los académicos
servios se atreven a declarar que "sin estudios especiales, sino incluso
mediante un somero examen elemental de los indicadores básicos", se puede
constatar que "Servia no pudo tener una posición económica privilegiada
entre las dos guerras". Según el Memorandum, la mentira acerca de la
posición privilegiada del pueblo servio se difunde con la finalidad de enraizar
en él "el sentimiento de culpabilidad histórica" y de "frustrar
su resistencia a la subordinaciónt política y económica a la que se ve
constantemente expuesto".
¿Qué es lo que nos revela el
"somero examen elemental" de los indicadores básicos de la
"subordinación política y económica" de Servia y del pueblo servio
entre las dos guerras?
He aquí tan sólo algunos
ejemplos y datos estadísticos:
Desde la misma constitución del
Reino de Servios, Croatas y Eslovenos (en 1918), la conducción del Estado
estuvo casi exclusivamente en manos de la corona servia y de los representantes
de los partidos políticos servios. Los representantes de los partidos políticos
croatas fueron —en el lapso de los primeros 19 años de su existencia— sólo en
dos oportunidades miembros del gobierno, durante exiguos 558 días. Durante
dicho lapso hubo en total 35 gobiernos en que tomaron. parte 656 ministros, de
los cuales tan sólo 26 fueron representantes de partidos políticos croatas, lo
que significa en total un 4%.
En los ministerios más importantes
(presidencia del gobierno, relaciones exteriores, del interior, ministerio de
guerra, finanzas, justicia y educación) estaban representados en el lapso
mencionado 208 servios y apenas 16 croatas, de los cuales sólo dos
representantes de partidos políticos nacionales, mientras los 14 restantes eran
individuos de orientación yugoslava. La estadística del año 1937 nos demuestra
que 6 servios ocupaban el cargo de presidentes del Consejo de ministros y uno
sólo de ascendencia croata (musulmán). En el buró central de prensa, de 47
personas, había 36 servios y 5 croatas; en el Ministerio de relaciones
exteriores, de 7 vice ministros 6 eran servios y uno croata; de 22 embajadores,
20 eran servios y 2 croatas, y, de 13 cónsules, también 2 eran croatas y los 11
restantes servios; en el ministerio de finanzas, de 9 directores 7 eran servios
y 2 croatas.
Una proporción parecida se
repite, según las estadísticas oficiales de ese tiempo que cita Rudolf
Bićanić, por igual en otros ministerios, en la Procuraduría suprema
del Estado, en los directorios de los principales bancos estatales, en la
Dirección de Monopolios, en la Lotería Nacional, al igual que en toda la
administración estatal en general.
Una influencia parecida, e
incluso más marcada, de los servios en la conducción del Estado se aprecia en
el ejército. En los cuadros de oficiales y suboficiales de la Yugoslavia
monárquica había tan sólo un 10 % de croatas, a pesar de representar el tercio
de la población del país. Sin embargo, este dato no demuestra ni remotamente la
proporción verdadera de la influencia servia en el ejército yugoslavo. La
imagen verdadera surge de la lista oficial de sueldos de los generales activos:
161 servios, 2 croatas y 2 eslovenos. Bićanić, registra en 1938 que
"ministro de guerra jamás fue un croata, al igual que sus ayudantes. Los
comandantes de cuerpos de ejército y sus ayudantes siempre fueron servios. De
todos los comandantes de división, tan sólo uno fue esloveno, todos los demás
servios". Fue éste, en el verdadero sentido de la palabra, un ejército
servio, de manera que resulta absurdo cuando los servios buscan entre los
croatas a los culpables de la derrota de 1941.
Estos dos factores: la corona —a
través del aparato administrativo y policíaco— y el ejército, tanto en forma
directa como por intermedio de la gendarmería que le estuvo subordinada,
posibilitaron la dominación no sólo política, sino también económica y
financiera sobre los demás pueblos del Reino de SCE —luego Yugoslavia—, en particular
sobre los croatas y eslovenos, por cuanto ya desde el comienzo mismo de este
Estado, Pašić consideraba, según observaciones registradas por su
colaborador, el dr. Iván Ribar, "a Macedonia como Servia Meridional y a
Voivodina como Servia Septentrional, ambas en unión geográfica y nacional con
Bosnia y Herzegovina, junto con Montenegro, dentro de una Gran Servia
unitaria".
"Dentro del marco de esta
idea —advierte el coronel Babić— de un plumazo han sido anuladas las
naciones macedonia y montenegrina y negadas sus individualidades nacionales. En
Macedonia fueron violentamente servizados los apellidos personales,
agregándoles la desinencia "ić". Fue instituido un régimen de
terror, y por ley de organización del ejército y la marina de guerra, Macedonia
fue declarada territorio de condiciones difíciles y peligrosas para la vida y
el servicio público, de manera que a los oficiales y suboficiales les era
concedido un adicional especial a los sueldos y cada año de servicios prestados
en esa región, a los fines de la jubilación, valía el doble, tal corno se
estila para los tiempos de guerra. En Montenegro se desarrollaba hasta el año
1923 una verdadera guerra civil contra los nacionalistas montenegrinos,
sucediéndose frecuentes choques sangrientos aún después de la fecha señalada.
En el mensuario 'Zavičaj',
del 29 de abril de 1962 (editado en New Hollywood, California), en un artículo
intitulado 'Djabergraberi', han sido enumerados 110 casos de barbarie,
violencia, torturas y asesinatos que hasta el año 1938 cometieron los
hegemonistas de Servia sobre la población de Montenegro, citando para la
mayoría de los casos fechas, lugares y nombres de víctimas y de sus
victimarios. Para lograr la exterminación de los albaneses, fue provocada la
llamada "Insurección Albanesa" en la cual —en una lucha puramente
defensiva para preservar su vida y existencia— fueron asesinados alrededor de
100.000 hombres, mujeres y niños, habiéndose suspendido este genocidio sólo
ante una intervención internacional.
A su vez, los musulmanes de
Macedonia y Kosovo eran violentamente expulsados a Turquía. De esta manera,
mediante la proclamación por decreto de la nacionalidad servia para los
macedonios, montenegrinos y demás ortodoxos, como asimismo a través de la
numerosa disminución violenta de la población albanesa y turca, fue
artificialmente creada la nación gran servia, cuyos líderes se apoderaron de la
conducción prácticamente monopólica del nuevo Estado".
Una vez adquirida la supremacía
de esta forma, se abrían las puertas de la explotación económica por parte de
Servia, dirigida primordialmente a Croacia, que entonces superaba con creces a
Servia en todos los sectores de la vida económica: en agricultura,
silvicultura, industria, la banca y el nivel general económico-social y cultural.
Desde el mismo comienzo se
tendió sistemáticamente a destruir económicamente a Croacia, en primer lugar mediante
el cercenamiento del 20% del valor de la corona austríaca y luego mediante un
tipo de cambio forzoso entre el dinar servio y dicha corona, por 1 dinar = 4
coronas. Eso representó una exacción lisa y llana del valor de la corona del 50%,
por cuanto la relación de valor en el mercado abierto era en ese momento de 1 a
2. La etapa ulterior la constituyó la desigualdad impositiva que favorecía apreciablemente
a la "subordinada" Servia. El impuesto inmobiliario era en Croacia el
doble del vigente en Servia, si es que siquiera se cobraba en esta última pues
allí no existía un catastro ordenado. En algunos casos, esa proporción era aún
más inicua. Así, por ejemplo, sobre un ingreso anual de una casa de 80.000
dinares, en Croacia debía oblarse 34.040 en concepto de impuesto, mientras en
Servia era de sólo 7.594.
La "subordinación" de
Servia en la desigual determinación de impuestos fue anulada sólo en 1928 bajo
la enérgica presión del partido campesino croata y la coalición
campesino-democrática. Empero, esta desigualdad impositiva siguió, perdurando por
cuanto los funcionarios impositivos servios "interpretaban" la ley
según criterios propios. Los datos estadísticos demuestran que el resultado de
la "igualdad' impositiva se había reflejado de manera tal que Croacia,
Bosnia y Herzegovina y Dalmacia soportaban una carga impositiva mayor en un 57%
en concepto de impuestos directos que Servia, Montenegro y Macedonia.
La desigualdad en la fijación y
luego en la exacción de los impuestos se vio incrementada por un adicional
detrimento de la economía croata, si se tiene en cuenta que los impuestos
cobrados se empleaban apenas en una exigua parte en beneficio de las provincias
croatas y extra servias donde eran ingresados, debido a que gracias a una
política especial de inversiones eran destinados a Servia y manipulados por los
círculos corruptos de la "čaršija" (camarilla) belgradense.
Así por ejemplo, según datos del
Ministerio de Construcciones, para el decenio 1925-1934 fueron erogados para
distintas obras de construcción estatales con imputación al presupuesto del
Estado de Yugoslavia, 2.771 millones de dinares, de los cuales Croacia y
Eslovenia percibieron solamente 250 millones (9%) en conjunto, mientras Servia lo
hacía con 1.753 millones (63%). Para el mantenimiento de sus carreteras Croacia
recibió en el mismo período 108 millones de dinares, mientras Servia percibía
casi 8 veces más. En este lapso de 10 años se construyeron en Croacia en total
13 km. de nuevas carreteras, mientras en Servia se realizaron obras de igual
naturaleza por un total de 499 km. En dicho decenio se gastó en todas las obras
públicas (carreteras, puentes, edificios, instalaciones y trabajos
hidroeléctricos) realizadas en la totalidad de las provincias croatas (Croacia
y Eslavonia, Dalmacia, Bosnia y Herzegovina), 630 millones; en cambio,
solamente en Servia (sin Voivodina y Montenegro) 1.753 millones de fondos
públicos, o sea casi tres veces más.
En estos diez años, el
Ministerio de Construcciones gastó en la erección de edificios públicos 1.135
millones de dínares y en la construcción de instalaciones militares otros 1.100
millones, lo que demuestra que sólo en la tarea de construir la capital servia
se gastó mucho más que para el resto de las provincias en su conjunto. Resulta
directamente increíble que para la construcción de Belgrado se haya gastado
unos 2.235 millones de dinares, cuando para el mantenimiento de 69 puertos más
importantes y de otros 300 menores sobre el litoral croata no se ha gastado,
entre 1919 y 1937, más de 59 millones de dinares. Debido a ello, los puertos
croatas, bajo la administración del gobierno de Belgrado, se han vuelto los más
anticuados de toda Europa.
Para completar este panorama de
la "no privilegiada posición de Servia", basta con dar una hojeada a
los datos suministrados por el director de construcciones ferroviarias en el
Ministerio de Transportes, de acuerdo con los cuales en el lapso de 1920 a 1935
fue invertido en las provincias croatas (Croacia y Eslavonia, Dalmacia y Bosnia
y Herzegovina) 371 millones de dinares, mientras que sólo en Servia (sin
Voivodina) 2.852 millones, o sea casi ocho veces más que en dichas provincias
en conjunto.
Esta enorme desproporción en
materia de inversiones entre Servia y Croacia fue justificada frecuentemente
por parte de los gobernantes servios en la importancia "estratégica",
o bien en la falta de esa importancia, cuando se trataba de la programación de
dichas inversiones en Croacia. Así, por ejemplo, la propuesta de la comisión
especial del Ministerio de Obras Públicas, elaborada en el período de la
primera posguerra, en el sentido de construir una carretera estatal en el
territorio de las entonces denominadas "banovinas" (provincias) del
Sava y del Litoral, en el tramo Zagreb-Split, fue rechazada por el Estado Mayor
del ejército yugoslavo, fundamentando tal temperamento en la absoluta falta de
importancia estratégica de esta obra; dicha carretera espera aún hoy su
concreción.
Dentro de la línea de la
hegemonía política y económica servia, encuadra también la industria de
armamentos, que fue erigida enteramente en Servia. "Si sobre la base de
las rendiciones de cuentas intentamos calcular solamente las inversiones
militares más importantes en Servia, comprobamos —dice Bićanić— una
enorme suma de 4.000 millones de dinares. En cambio, en Croacia no fue
construido edificio militar importante alguno.
Según dichas cuentas, la
cantidad total de las inversiones militares en las provincias croatas llegan a
lo sumo a 150 millones de dinares. Algo parecido sucede con las industrias
subvencionadas por el Estado".
Como ejemplo, podemos mencionar
la tentativa de levantar en Croacia la industria del automotor. Cuando la
empresa Ford había propuesto construir una fábrica de automóviles en Slavonski
Brod, el Estado Mayor del ejército yugoslavo respondió que por razones
estratégicas no puede considerarse adecuada la localidad elegida, sugiriendo en
cambio la ciudad de Smederevo, en Servia, cosa que Ford rechazó. Un juego
similar fue repetido 30 ó 40 años más tarde en la Yugoslavia
"federativa". La Volkswagen y la General Motors ofrecieron levantar
fábricas de automotores en las vecindades de Zagreb, y los japoneses en la
región Adriático-Karlovac-Zagreb, pero también aquí prevalecieron razones
"estratégicas". Fiat levantó su fábrica de automóviles —en
condiciones mucho más desfavorables— en la localidad servia de Kragujevac.
La mentada hegemonía política y económica
(que el Memorandum denomina "subordinación económica de Servia")
—prueba al canto de que hablamos dos idiomas distintos— era imposible
instrumentarla sin la dictadura financiera de los bancos estatales. Según
Bićanić, el sector financiero representaba relativamente la mayor
fuerza de Croacia en los primeros años de existencia del Reino de los Servios,
Croatas y Eslovenos.
En Croacia se hallaba
concentrado el 47% de todos los recursos bancarios privados del país, siendo
Zagreb el centro financiero indiscutible. Este poderío financiero tenía que ser
quebrado a través de los bancos estatales en manos de los servios (en el Banco
Nacional de Yugoslavia se hallaba en manos de los servios algo más de 35.000
acciones de un total de 40.000; en Belgrado misma, los círculos de la llamada
"čaršija" detentaban 35.370 acciones, mientras la plaza de
Zagreb contaba con tan sólo 3.135 acciones).
En 1931, el Banco Nacional,
mediante una hábil maniobra, en plena crisis mundial revocó los créditos no
utilizados, medida que afectó primordialmente a los bancos de Zagreb, que
perdieron la mayor narte (60 %) de los créditos acordados mientras los bancos
de Belgrado perdían sólo el 25 % de ellos. El favoritismo en beneficio de los
bancos servios tampoco decreció en los tiempos del gobierno de Milan
Stojadinović, administración que prometía mayor equidad en la distribución
de créditos. Por el contrario, en 1937 la plaza de Belgrado recibió 136
millones de créditos más, mientras la de Zagreb 90 millones menos que en 1934. Los
créditos de todos los bancos estatales (Banco Hipotecario Estatal. Caja de
Ahorro Postal y Banco Agrario Privilegiado) alcanzaban en 1936 el total de
7.533 millones en todo el país. De ese importe Croacia y Eslovenia recibieron
sólo 763 millones (10%).
La constante de la hegemonía
servia en ambas Yugoslavias —y la inaceptabilidad correspondiente de la
creación estatal yugoslava por parte de los croatas y demás pueblos en ella
sojuzgados— viene claramente señalada por el continuo descenso de la economía
croata y el ininterrumpido ascenso de la servia en algo menos de medio siglo,
entre 1925 y 1971, tal como lo demuestran indudablemente los siguientes datos
estadísticos:
En la
industria: Participación de Croacia, del 33% (en 1925) desciende al 18% (en
1971). Participación de Servia, en el lapso mencionado sube del 20 % al 35 %.
En la
banca: Participación de Croacia, desciende del 51% al 17%.
Participación
de Servia, crece del 25% al 52%.
En el comercio
mayorista: Participación de Croacia, baja del 55% al 7%.
Participación
de Servia, aumenta del 15% al 86%.
De esta estadística se desprende
que en 1971 Servia superó el nivel en que se hallaba Croacia en 1925, y que
Croacia en 1971 descendió por debajo del que tenía Servia en 1925. Esta
desproporción se destaca especialmente en el ámbito del comercio mayorista. No
caben dudas acerca de que esta sensible disminución de la participación croata
en la economía, y el simultáneo ascenso de la servia —situación que aún hoy en
día sigue sin modificarse esencialmente— es consecuencia del hegemonismo
sistemático y constante ejercido en el campo político y económico por parte de
Servia sobre los pueblos incorporados en la comunidad estatal yugoslava. Los datos
estadísticos aportados hablan por sí solos acerca de hasta qué punto está
justificada la tesis sobre las "naciones oprimidas y la opresora",
tesis que los académicos servios desean presentar como infundada y
malintencionada.
4. — POSICION DEL PUEBLO SERVIO
FRENTE A LOS DEMAS PUEBLOS DE YUGOSLAVIA, EN PARTICULAR EL CROATA
Tesis: "La expulsión de
Kosovo del pueblo servio es testimonio espectacular de su derrota
histórica" (pág. 52). "Kosovo no es la única región en que se halla
el pueblo servio bajo presión de discriminación" (pág. 57). "Exceptuando
el período de existencia del Estado Independiente de Croacia, los servios en
Croacia jamás estuvieron expuestos a tanto peligro como en la actualidad. La
solución de su situación nacional se presenta como una cuestión política de
primer orden. Si no se encuentran soluciones, las consecuencias pueden ser
perniciosas de manera múltiple, no sólo para las relaciones en Croacia, sino
también en toda Yugoslavia" (pág. 61).
El problema de Kosovo (al que se
vincula también el problema de Voivodina) es señalado por los académicos como
una "cuestión vital para todo el pueblo servio". "En menos de 10
años, si las cosas no se modifican esencialmente, no habrá servios en Kosovo, y
la meta de Kosovo 'étnicamente puro', se habrá concretado plenamente". Si
no se llega a una solución correspondiente, "esta parte de la República de
Servia y de Yugoslavia se convertirá en una cuestión europea con consecuencias
gravísimas e imprevisibles" (págs. 56 y 57).
No entraremos aquí a discutir
los problemas específicos de la República de Servia. Deseamos tan sólo advertir
respecto de la manera superficial en que el Memorandum trata el problema de
Kosovo y Metohija, al ubicar las causas de los conflictos servio-albaneses,
transformados en una "guerra abierta y total", en "cambios
administrativos, políticos y jurídico-estatales" (pág. 52) .
Imbuidos de la evidentemente
petrificada idea de Gran Servia, los académicos aceptan con mucha reticencia la
evolución y los cambios a que se halla sometida la vida de los pueblos. "El
actual curso con que se mueve nuestra sociedad en Yugoslavia es completamente
inverso al que por decenios y siglos ella siguió hasta la formación de la nueva
patria común. El actual proceso está enderezado hacia el total desmembramiento
de la unidad nacional del pueblo servio. La mejor ilustración de cómo todo está
subordinado a la consecución de tales objetivos, nos brinda la actual Voivodina
con su autonomía" (pág. 62).
A los académicos les resulta por
demás difícil comprender cómo la gente de Voivodina, que bajo la monarquía
austrohúngara aspiraba a separarse, en un momento favorable y con menores
sacrificios posibles, de ella y unirse a sus hermanos del otro lado de los ríos
Sava y Danubio", hoy en día "no actúan en dirección al acercamiento y
la unión, sino hacia una mayor independización y separación de la República
Socialista de Servia". Según los autores del Memorandum, este proceso es
"innatural y contrario a la lógica histórica". Aún cuando no lo
entienden, son conscientes empero de que "contribuye poderosamente a la
desintegración del pueblo servio" (pág. 62).
Esta incomprensión se incrementa
aún más cuando se trata de los servios residentes en Croacia. De lo ya
expuesto, es un absurdo hablar del supuesto peligro que corren los servios en
Croacia. Los hechos comprobados hablan a las claras del poder servio ejercido
en Croacia a través de los exponentes del hegemonismo granservio, el
afincamiento planificado de servios en regiones croatas, el constante y
sistemático impedimento de manifestaciones del sentir nacional croata, etc. Ello
no obstante, y a pesar del poder colonial servio ejercido en Croacia —que los
académicos segura-mente no desconocen—, ellos observan que "los servios,
como un grupo advenedizo, minoritario y socialmente inferior, son muy expuestos
a la asimilación" (pág. 57).
Ello es, evidentemente,
resultado de un proceso natural al que se ven sometidas todas las minorías
étnicas en el mundo, cosa que experimentan diariamente millones de croatas
emigrados consigo mismos, sus hijos y nietos, de suerte que tampoco los servios
pueden escapar a esta ley sociológica. Los académicos aquí también cierran los
ojos ante la realidad, cuando dicen que la asimilación en cuestión es resultado
de una "política de asimilación refinada y eficaz". Si ello fuera
así, ¡significaría esto que los granservios residentes en Croacia, como en su
momento muchos a la Brkić, y luego los Dragosavac, Baltić, Uzelac,
etc., que ejercieron o aún ejercen el poder en la República de Croacia,
aplicaban y continúan aplicando una refinada política de croatización de la
minoría servia!
Es que a esta afirmación absurda
del "peligro que corren los servios en Croacia como nunca se conoció en el
pasado (salvo en el lapso de la existencia del Estado Independiente de Croacia)
", podemos y debemos interpretar únicamente como cognición intuitiva por
parte de los académicos de que la étnia servia no posee ya aquella fuerza
expansiva de la que soñaron Vuk y Garašanin. En Kosovo, en Voivodina y ahora
también en Croacia —a despecho del poder que detentan— los servios son
asimilados y abandonan su escritura cirílica, se lamentan los autores del
Memorandum. Sin embargo, es aún más importante el fenómeno de migraciones de
los pueblos en dirección a sus centros nacionales, que el Memorandum pasa por
alto.
Según los periódicos NIN y
DANAS, los servios emigran de algunas provincias croatas, al igual que de la de
Kosovo, hacia su tierra de origen —Servia. En una total incomprensión de estos
procesos históricos, los académicos lanzan la señal de alarma con el fin de
sacudir la conciencia servia y dar un nuevo impulso a los mandamases servios en
Croacia para que preserven, mediante la negación y la disgregación de la identidad
nacional croata, el 11,5% de servios residentes en la República de Croacia (el
porcentaje es el citado por el Memorandum), en calidad de conscientes
adversarios y gendarmes en el organismo nacional croata.
Es por ello que luchan, no
científicamente sino en forma consciente e intencionada, contra el fundamento
mismo de la conciencia nacional croata, que es el idioma croata. No rehusan
atacar al idioma croata como si éste fuera el resultado de "una acción
sistemática y resoluta de los filólogos croatas de orientación nacionalista,
quienes alejan cada vez más el idioma croata del que se habla en las restantes
repúblicas del área idiomática servio-croata" (pág. 58). Según los
académicos servios, nos encontrarnos enfrentados con una "política
linguistica que se sigue en la República de Croacia", con "un celo
horrible que tiene por objeto la constitución de un idioma croata separado que
se viene elaborando en contraposición con toda idea de un idioma común de
croatas y servios, no dejando al pueblo servio en Croacia, a largo plazo,
muchas perspectivas de conservación de su identidad nacional" (pág. 61).
Estaría demás refutar la
afirmación injuriosa respecto de la inexistencia histórica del idioma croata,
el cual se encontraría apenas en la fase de "constitución", por
cuanto los científicos y literatos servios lo conocen muy bien, y no es
necesario demostrarlo aquí en forma especial.
Sin embargo, es importante
destacar la arcaica nocividad de la idea expresada, en el sentido de que la
existencia y el empleo de la lengua croata pone en peligro la identidad del
grupo servio en Croacia. La encubierta idea de esta afirmación evidentemente
apunta a señalar que el reconocimiento del idioma croata y la conservación de
la identidad nacional croata no dejan a la minoría servia "a largo plazo
mucha perspectiva" para el mantenimiento de la hegemonía política y
económica granservia.
Precisamente con la cuestión
idiomática llegamos al meollo del problema: los académicos no conciben la
posibilidad de que los croatas hablen su idioma propio y que la minoría servia
pueda hablar su propio, el servio, y que esta diferenciación idiomática y
nacional pueda mantenerse dentro del pleno respeto de las libertades políticas
mutuas, culturales y religiosas, y la conservación de sus identidades
nacionales.
OBSERVACIONES FINALES
Dentro del marco de una crítica
en parte objetiva del régimen imperante en la RFS de Yugoslavia, el Memorandum
de la Academia Servia de Ciencias y Artes formula —en la base a una serie de
afirmaciones voluntariosas y a veces ilógicas y contradictorias— el programa
nacional servio, cuya primera etapa comprende la reforma de la Constitución
"confederativa" del año 1974. "Sin la modificación de esta
Constitución —destacan los académicos servios— y del sistema político-económico
construido sobre la base de la misma, no será posible resolver ningún problema
esencial actual de nuestra sociedad, al igual que será imposible detener el
presente proceso de desintegración y la caída en una crisis cada vez más
profunda" (pág. 35). La conclusión que surge de esta premisa es, para
ellos, el retorno al centralismo y unitarismo, definido como "federalismo
democrático integral".
Los académicos servios
fundamentan y justifican su punto de vista, su "visión", en tesis
sobre la supuesta posición de inferioridad y discriminación del pueblo servio
en las dos Yugoslavias, tesis que con sus inexactitudes patentes ponen en tela
de juicio la seriedad misma de este documento.
Es inconcebible que los autores
no estuvieran conscientes de la posición hegemónica de Servia en Yugoslavia,
desde su creación hasta nuestros días. Es por ello que estas tesis nos conducen
a una sola y posible conclusión, de que esta táctica aparentemente defensiva no
es casual, que persigue un objetivo muy preciso: destacar que el grado de la
posición dominante servia que hasta ahora se ha mantenido no satisface las
aspiraciones del pueblo servio, y que los servios sienten esa posición como una
frustración de sus "metas históricas". Esto constituye una admonición
indirecta dirigida a los restantes pueblos de Yugoslavia y a los factores
políticos internacionales, y para el pueblo servio —"dividido entre
servios residentes en Servia y aquellos que viven fuera del territorio de la
Servia propiamente dicha"—un llamamiento a que despierte y acometa su
lucha por "una posición equitativa que Servia debe empeñarse en
lograr". Constituye también una incitación al ajuste de cuentas con los
croatas y eslovenos, pueblos que —según los académicos servios— llevaron a
Servia a una posición de subordinación.
Los académicos servios reconocen
que parece "como si a todos les interesara escapar cuando antes y más
lejos de la casa que se derrumba". Ellos, empero, desean salvar a Yugoslavia
a todo precio. Están en contra de Yugoslavia, solamente para el caso de que
Servia no tuviese en aquélla una posición hegemónica. Al mismo tiempo, mientras
afirman que la actual Yugoslavia ha adquirido la forma de una confederación, es
decir que las repúblicas federativas ostentan un status de Estados soberanos,
plantean una tesis ininteligible a primera vista, en el sentido de que "el
pueblo servio no posee un Estado como lo tienen los restantes pueblos"
(pág. 70). Esta tesis puede sin embargo entenderse solamente como expresión de
una aspiración a la concreción en Yugoslavia de una posición hegemónica
constitucionalmente garantiazda a favor de Servia, expresada en primer lugar
—dentro de la misma República de Servia— a través de un importante cercenamiento
o abolición lisa y llana de las autonomías provinciales de Kosovo y Voivodina,
y en las restantes repúblicas mediante la eliminación de la limitada
independencia administartiva existente, todo ello gracias a una modificación de
la Constitución de 1974.
Un "Estado servio"
así, pueden concretar los servios de manera mucho más fácil dentro de la
comunidad estatal yugoslava, a la que ellos consideran, desde su misma
constitución hasta nuestros días, como si fuera una Servia ampliada. Es por
ello que los académicos exigen, decididamente, la revisión de la mentada
"apreciación errónea" šobre la Yugoslavia monárquica, ya que ésta
constituía la concreción del programa nacional gran-servio, ideal que aún
persiguen con vehemencia.
A pesar de destacar insistentemente
la "posición subordinada y la discriminación" en ambas Yugoslavias,
paradójicamente se empeñan en forma tozuda en preservar esa creación estatal y
además "reformarla". En un único lugar, al destacar que
"Yugoslavia corre peligro de una ulterior descomposición", admiten la
posibilidad de que "Servia en tal caso, por sí sola, determinaría su
posición y definiría su propio interés nacional" (págs. 72 y 73).
No caben dudas de que un
programa de "federalismo democrático integral" por el que aboga el
Memorandum, significa en la jerga política el retorno al unitarismo legalmente
instituido y a la hegemonía progresiva del pueblo servio sobre los restantes
pueblos y minorías étnicas de Yugoslavia.
Al defender el unitarismo
yugoslavo, los académicos servios se apoyan en la supuesta tendencia de la
actual evolución en el mundo diciendo: "mientras en la sociedad civilizada
contemporánea se potencian las funciones integradoras, en nuestro sistema
politico se fortalecen las fuerzas desintegradoras, locales, regionales y el
egoísmo nacional" (pág. 17).
Los autores del Memorandum
asignan aquí, malintencionadamente y sin base científica, un carácter
peyorativo al sentimiento nacional, el cual representa la determinante politica
predominante de nuestro siglo, que se manifiesta en el derecho universalmente
reconocido de autodeterminación de los pueblos y de ninguna manera en un
egoísmo nacional regional. El reconocimiento de las individualidades
nacionales, que caracteriza nuestro tiempo, de ningún modo se opone a las
"funciones integradoras", que también representan una característica
de nuestros días.
Este carácter integrador no se
refleja en el unitarismo, sino más bien en una vinculación pluralista de un
número cada vez mayor de Estados independientes, en un plano internacional (la
ONU), al igual que en un plano de estímulos e interconexiones de actividades
culturales, económicas y sociales varias, entre Estados soberanos, siempre con
la premisa de respeto de su igualdad e independencia (UNESCO, CEE, EUREKA,
etc., etc.).
La idea de autodeterminación e
integración de pueblos europeos no es antagónica sino complementaria. Este
hecho lo confirman las estadísticas acerca del constante incremento del número
de Estados en los últimos 100 años: en 1871, después de la unificación de
Alemania e Italia, había en Europa tan sólo 14 estados; en 1914 había 20; en
1924 eran 26, después de la Segunda Guerra Mundial este número creció a 33
Estados.
Esta tendencia generalizada,
expresada en la concreción del derecho de los pueblos a la autodeterminación,
no se reflejó solamente en Europa, sino también en todos los demás continentes.
La ONU comenzó su existencia en el verano de 1945 con 51 Estados miembros,
alcanzando en la actualidad a algo más de 170 Estados independientes adheridos,
cuyo número, según previsiones de expertos, habrá de alcanzar para fines de
este siglo algo más de 200.
Los autores del Memorandum
frecuentemente hacen referencia a tendencias "históricas" y
"antihistóricas", decisivas para la observación de las relaciones de
los pueblos de la comunidad yugoslava. En contra de sus propias apreciaciones,
ellos mismos se incluyen, con sus tesis, entre las fuerzas antihistóricas y
retrógradas de Vuk y Garašanin, las cuales sí podían, hace un siglo,
representar programas con perspectivas, al igual que en su tiempo lo hacían las
ideas de romanticismo político de los croatas Gaj y Strossmayer.
Sin embargo, la evolución
histórica, en especial en los últimos 65 años de convivencia en un Estado
común, ha comprobado su irrealizabilidad: los croatas y eslovenos se han
convencido de la inexistencia de un "pueblo fraterno compuesto de tres
tribus" y han madurado en la cognición de su propia y auténtica identidad
nacional, amenazada y carente de perspectiva de desarrollo dentro de la
creación estatal de la primera y la segunda Yugoslavia.
Los servios han demostrado su
incapacidad de vivir una coexistencia armónica con los demás pueblos de ambas
Yugoslavias, al tiempo que ha quedado patente que no poseen poder ni capacidad
política y organizadora para concretar el concebido poder colonial sobre esos
pueblos, que en un comienzo estaban dispuestos a reconcer a los servios el rol
del "primero entre los pares" en la conducción del Estado común.
Es significativo que aún hoy en
día cierta parte de servios, juzgando por el Memorandum de la Academia Servia
de Ciencias y Artes, no buscan las causas del fracaso de su programa nacional
del último siglo en las apreciaciones históricas y políticas erróneas y en la
carencia de suficientes fuerzas y precondiciones. Precisamente resulta
incomprensible la ingenuidad con que los servios achacan aún ahora a los
croatas la responsabilidad por el derrumbe de la primera Yugoslavia en una
guerra de doce días en abril de 1941. Incluso los académicos, como pudimos
verlo, cierran los ojos ante la realidad y encuentran las causas de los
fracasos servios en los pueblos que los rodean, y no en sus ideólogos y
malogros políticos.
Los autores del Memorandum
adoptan una postura antihistórica, la de la conservación de Yugoslavia en
contra de la voluntad de todos los demás pueblos: el croata, el esloveno, el
albanés y parte del macedonio y montenegrino, quienes sobre la base de la
evolución histórica y la experiencia adquirida, y por méritos de su
autodeterminación y no por "leyes que llevan a la desunión" —como
dicen los académicos—, maduraron en sus aspiraciones de separación de la
comunidad yugoslava y de formación de propios Estados nacionales.
Este conflicto político y de
ideas entre Servia y todos los demás pueblos y minorías étnicas conduce al
pueblo servio a una posición de aislamiento e inferioridad real frente a los
restantes pueblos de Yugoslavia, posición de la cual Servia puede encontrar
salida únicamente a través del reconocimiento de sus derechos y aspiraciones de
autodeterminación e independencia. Toda persistencia en la oposición a la
voluntad de estos pueblos a través del actual poder político, o mediante su
agudización en forma de una abierta nueva dictadura, sólo podrá demorar la
concreción de estos anhelos —al precio de nuevos y más graves conflictos y
adicionales víctimas y padecimientos recíprocos—, pero sin lograr
erradidicarlos de la conciencia y voluntad de estos pueblos, al tiempo que
tampoco permitirá duraderamente la hegemonía minoritaria servia sobre ellos.
Los académicos servios evalúan
esta voluntad de autodeterminación de los pueblos de la comunidad estatal
yugoslava como "manifestación de chauvinismo y servio-fobia en algunos
ambientes"; destacan que este fenómeno "beneficia el resurgimiento y
la manifestación cada vez más drástica de la sensibilidad nacional del pueblo
servio y las reacciones que pueden resultar muy inflamables y peligrosas"
(pág. 70),
Cabe preguntarse si esta
advertencia representa una variante actualizada de aquella frase de amenaza
proferida en el conocido artículo del periódico "La voz literaria
servia" de 1902, "hasta la exterminación nuestra o vuestra".
Según hemos podido saber, el
Memorandum ha excitado, por cierto, la "sensibilidad nacional"
servia, que se vio reflejada en "reacciones inflamadas". En la
reunión del comité de la Liga Socialista del Pueblo Trabajador de la ciudad de
Belgrado, efectuada en enero de 1987, se comentó que el Memorandum había
hallado eco en las inscripciones murales que casi a diario aparecían en las
calles de Belgrado, como por ej.: "por un hermano servio, 100
croatas", o "Oh Servia, madre querida, nuevamente serás monarquia".
En su pretensión de justificar
la postura granservia que sustenta, el Memorandum expone una serie de tesis
que, no obstante su momentánea aprobación, creemos incitarán, sin embargo, a
determinados cuestionamientos en los juicios de las actuales generaciones
servias. Ante todo, la cuestión de la responsabilidad de los políticos servios
que llevaron a su pueblo al punto en que todas las demás naciones de
Yugoslavia, e incluso otras fuera de ella, lo consideran un pueblo
"opresor", "unitarista", "centralista",
"gendarme".
Aún aceptando incluso el parecer
expuesto en el Memorandum en el sentido de que las mentadas apreciaciones
fueran erróneas, podemos suponer justificadamente que por lo menos a las
generaciones servias más jóvenes se les planteará, tarde o temprano, el
siguiente interrogante: ¿cuáles son las causas objetivas y quiénes son los
responsables de que el pueblo servio "lleva sobre sí, más de medio siglo,
el sello y la carga de conciencia de que fue el carcelero de los demás pueblos
yugoslavos?" (pág. 64), por cuanto la existencia de esta convicción en
todos los pueblos no servios de la actual Yugoslavia reconocen los mismos
autores del Memorandum.
En varias partes de su trabajo,
destacan los académicos que "al pueblo servio se le ha impuesto el
sentimiento de culpa histórica". Esta afirmación nos lleva a pensar que el
pueblo servio tal vez ya comienza a sentir su responsabilidad histórica. Podemos
suponer que este sentimiento, si bien actualmente aún vivido como
"impuesto" y por ello conscientemente todavía no aceptado, conlleva
empero un germen de duda en cuanto a la corrección y factibilidad de una
política de hegemonismo a la que la indujeron sus líderes nacionales y
políticos, por la cual se malquistó con todos los pueblos sobre los que ejerce
su predominio.
El germen de esta duda podría
generar la cognición de la realidad histórica, que ya adquirieron todos los
demás pueblos de Yugoslavia, marcando un paso hacia una apreciación objetiva de
las fuerzas y posibilidades reales del pueblo servio, apreciación que le
revelará los valores auténticos de la identidad nacional propia, lo liberará
del servicio de odiado gendarme en tierras ajenas, le. posibilitará en
libertad, en su patria, desarrollar su lengua y su escritura, su cultura, su
vida social, económica y nacional servias.
Un paso en dirección de esta
objetiva cognición histórica posibilitaría el tan necesario diálogo entre
"dos viejos pueblos distintos" (Mandić), y otros que actualmente
con ellos conviven, el diálogo entre vecinos sobre una pacífica delimitación de
fronteras.
El Memorandum de la ASCA
representa una advertencia a los pueblos de Yugoslavia de que una parte
importante de intelectuales servios aún abogan obstinadamente por la idea de
una Gran Servia, y desean a toda costa realizarla dentro de una nueva
Yugoslavia centralista bajo el disfraz del "federalismo integral".
Tenemos la esperanza, sin
embargo, de que las nuevas generaciones servias comprenderán el anacronismo
histórico y la imposibilidad de concreción de esta idea, por cuanto hoy en día
la mayoría de los pueblos no servios de Yugoslavia rechaza la comunidad estatal
yugoslava en cualquier forma que sea, muy en especial el pueblo croata,
mediante su autodeterminación por la independencia estatal propia.
Mayo de 1987.
CONSEJO
NACIONAL CROATA
Dr. Mate Meštrović, Presidente del Comité Ejecutivo
Dr. Radovan Latković, Presidente del Sabor (Asamblea)
PRINCIPALES FUENTES DE DONDE SE
HAN EXTRAIDO DATOS
Rudolf Bićanić,
Ekonomska podloga hrvatskog pitanja (La base económica de la cuestión croata),
Editor Dr. Vladko Maček, Zagreb 1938.
Franjo Tudjman, Nacionalno pitanje u
suvremenoj Europi (La cuestión nacional en la Europa contemporánea). Edición de
la Biblioteca de la Revista Croata, Barcelona, 1981.
Jere Jareb, Pola stoljeća
hrvatske politike (Medio siglo de la política croata), Edición de la Biblioteca
de la Revista Croata, Buenos Aires, 1960.
Ivan Babić, Jugoslavija? Za
srbe? – Da! Za Hrvate? - Ne! (¿Yugoslavia? ¿Para los servios? - ¡Si!; ¿Para los
croatas? - ¡No!), Revista Croata, 1977, vol. 49
Ivan Supek, Krivovjernik na ljevici (El
hereje de la izquierda), B.C. Review Publications, Bristol, 1980.
Branko Pešelj,
"Dogmatizam" hrvatskih komunista ("Dogmatismo" de los
comunistas croatas), Revista Croata, vol. 49, 1986.
Studia Croatica, Croacia y la actual crisis de Yugoslavia, edición
especial, Buenos Aires, 1972.
The Washington Post, 13 de
diciembre de 1986.
El semanario inglés THE
ECONOMIST del 11-17 de julio último publicó un reportaje titulado "Las
ciudades europeas - Zagreb más feliz en el corazón de Europa". Por ser muy
interesante, lo reproducimos íntegro:
Como lo descubrió Seúl, el hecho
de ser sede de una Olimpíada puede entrañar cambios múltiples. Zagreb, donde se
inauguró la Olimpiada estudiantil bianual, pasa por una experiencia similar, si
bien menos agitada. Durante decenios y decenios Zagreb, la segunda ciudad de
Yugoslavia, estaba postergada y abandonada. Nuestro corresponsal informa que
Zagreb ahora empieza a erguir altivamente su cabeza, gracias en parte al cotejo
deportivo Universidad-87.
En la Plaza de la República, la
plaza mayor de Zagreb, pasean grupos de gente y miran a su alrededor. Su
ciudad, antes llamada "Zagreb Blanca", pero últimamente gris y en
ruinas, acaba de pasar por un tratamiento embellecedor. Los paseantes
embelesados miran edificios altos y elegantes, despojados de andamios y
encofrados, descubriendo fachadas decoradas con figuras de dioses y diosas, de
leones y dragones que hasta ahora, durante decenios, estuvieron cubiertos con
capas de hollín y excrementos de palomas. La "Ciudad Superior"
medieval, ubicada en una loma por encima del centro urbano, quedó también
remozada en todo su esplendor. Igual que la catedral católica en el Cabildo
eclesiástico (Kaptol) contiguo.
Zagreb es una ciudad antigua. En
los documentos escritos aparece por primera vez en 1094, o sea cuando se
convirtió en sede del obispado y escasos años antes de que Croacia dejó de ser
un reino independiente y se asoció con Hungría. Igual que Viena, Zagreb nunca
fue conquistada por los turcos, si bien escapó por un pelo: en 1489 el ejército
turco llegó hasta las murallas de la ciudad. pero fue detenido por las aguas
desbordadas del río Sava y nunca más volvió. Las útimas décadas del gobierno de
los Habsburgo, antes de que la vieia monarquía se desintegrara en 1918,
marcaron para Zagreb la época de su florecimiento económico y cultural. En ese
tiempo. precisamente, se levantaron magníficos edificios públicos que ahora,
renovados, son redescubiertos.
Zagreb cuenta hoy con 870.000
habitantes (1.200.000, si incluimos su conurbano) frente a 250.000 en 1940.
Aloja cerca del 10 por ciento de la industria yugoslava. Mas, igual que durante
el régimen monárquico (los Karageorgevich), durante el gobierno comunista desde
1945 esta ciudad tuvo que pelear duro para no convertirse en un anodino anexo
de Belgrado, capital de Yugoslavia.
Los zagrabienses se acuerdan
cómo Većeslav Holjevac, héroe de guerra y un intendente muy popular
después de 1945, peleó para no permitir que la feria de Zagreb, una de las más
viejas de Europa, fuese trasladada a Belgrado. Lo logró, pero su denodada
oposición le costó el cargo de lord mayor. Miroslav Krleža, el mayor escritor
contemporáneo croata, recurrió a su amistad personal con Tito para impedir que
su prestigioso Instituto Lexicográfico fuese trasladado a Belgrado.
Igual que las demás ciudades
europeas, sometidas al gobierno comunista, Zagreb tuvo que pagar alto precio
por la obsesión de sus gobernantes respecto a ingentes inversiones en la
industria pesada y por su desinterés total en cuanto al mantenimiento y
conservación de los monumentos. La consecuencia fue que el centro de Zagreb y
hasta los barrios nuevos, construidos después de 1945, se volvieron
asquerosamente derruidos. Pequeñas viviendas familiares, de propiedad privada
de los obreros de Trešnjevka, con su aspecto externo limpio y huertas bien
cultivadas, constituyen un contraste llamativo. Incluso en las ciudades
occidentales pueden verse contrastes semejantes, pero en su totalidad en
oriente eso aparece todavía más gris y chato.
La misma Univerzijada, al
principio, parecía sospechosamente análoga a un elefante comunista blanco más.
Al revés de la Olimpiada Invernal de Sarajevo de 1984 no se esperaba sacar
beneficio o divisas extranjeras de ese certamen deportivo estudiantil.
Precisamente Zagreb se sorprendió a sí misma.
Los políticos croatas empezaron
a enfocar ese concurso deportivo como una inversión para el futuro de la
ciudad, tanto politico como económico. Recolectaron dinero donde pudieron
encontrarlo, no sólo, para los juegos deportivos sino para el embellecimiento
de la ciudad. Junto a nuevas e impresionantes instalaciones deportivas o
modernizadas, Zagreb dispone ahora de un nuevo centro de procesamiento de
datos, de una nueva central telefónica automática y de un flamante centro
gráfico y televisivo.
Hasta su vida cultural adquiere
una nueva pincelada. La nueva galería de arte Ante Topić-Mimara es tal vez
la contribución más significativa a esa renovación, a lo que debe sumarse el
nuevo teatro juvenil. Quedó modernizada la Opera Nacional Croata y varias salas
de concierto. Incluso la nueva mezquita de Zagreb, edificada para uso de
numerosos musulmanes radicados en Zagreb, pero todavía sin inaugurar debido al
pleito pendiente si puede anexar o no un centro social y educativo, fue puesta
a disposición de los participantes y visitantes de la Univerzijada:
Nada de eso sale barato. Sólo el
cálculo oficial del certamen deportivo alcanza 92 mil millones de dinares (140
millones de dólares según el curso de cambio oficial). Los funcionarios
sostienen que las cuatro quintas partes de ese monto quedan cubiertas mediante
el patrocinio, la venta de lotería y las remesas de los trabajadores, empleados
en Europa occidental; los presupuestos federal y de la república de Croacia
cubren el resto. Para pagar la nueva central telefónica, los abonados croatas
afrontarán facturas más elevadas que otros usuarios en Yugoeslavia durante el
decenio próximo. Para abonar la cuenta -y dicen que oscila entre 30 mil
millones de dinares— de la reforma de los edificios viejos y la erección del
nuevo teatro, los habitantes de Zagreb aportaron un jornal cada uno en 1984 y
1985.- Hace falta tiempo, si es que alguna vez ocurra - que todas esas
inversiones sean compensadas por el esperado auge (boom) turístico.
Orgullo de
Croacia
¿Valió la pena todo esto? Toda
esa actividad originó ciertos rumores, debido a tantas obras de refacción y
reconstrucción de instalación sanitaria y porque los trabajos duraron más
tiempo de lo necesario, debido a controversias y pleitos entre distintas
autoridades comunales involucradas. Las habladurías se aplacaron ahora. Zagreb
luce hermosa; la desocupación es del 1,7% en comparación con el promedio
yugoslavo del 14%; y a los habitantes de Zagreb empieza a gustarles toda esa
historia.
Tras la purga practicada en 1971
por Tito que puso fin al período liberal en Croacia (la llamada Primavera
croata, N. del T.) siguió una disposición de ánimo lindante con la
desesperación. Ahora la situación cambia. Zagreb, que en los últimos años de la
década del 70 y los primeros de la del 80 era conocida como ciudadela del
dogmatismo partidario comunista, ahora cuenta con una conducción más flexible
encabezada por el ex director fabril, Ante Marković. (Antes y ahora las
principales palancas del poder están en manos de la minoría servia [11,5 %] en
Croacia, N. del T.)
Marković y sus colegas se
zafaron del ala radical del partido (los manos duras): a los más viejos los
jubilaron y a cierto número de los más jóvenes les asignaron cargos federales
en Belgrado. Mientras tanto, Zagreb experimentó el aire resfrescante de
glasnost (apertura, transparencia). La radio juvenil, dirigida por los
estudiantes, atrae enorme auditorio por sus emisiones vivaces y (políticamente)
osadas. (Los radioescuchas abrigan la esperanza que las emisiones no cambiarán
cuando de su madriguera actual, situada en un hogar estudiantil periférico, se
traslade al centro, al nuevo teatro juvenil). Aquí también está el periódico
Danas, que unánimemente es tenido por el semanario más interesante en
Yugoslavia.
Dicho semanario debe en gran
parte su popularidad actual, que excede las fronteras de Croacia, a Tanja
Torbarina, su brillante comentarista de televisión, y que, además, se convirtió
en la lectura buscada por todos los políticos. En uno de sus artículos
recientes aconsejó a los jefes partidistas dejar de buscar a "sus enemigos
en la derecha". En cambio, deberían centrar su atención en los obreros que
ganan menos de 100.000 dinares (cerca de 150 dólares) por mes, quienes
—puntualizó Tanja Torbarina— deben ser enemigos del sistema...
Como cuadra a una ciudad que
redescubre su pasado centroeuropeo, los de Zagreb se interesan mucho por lo que
pasa en los países que integraban el ex imperio austro-húngaro. No hace mucho
la revista zagrabiense Gordogan dedicó toda una sección a la Europa central.
Fueron reproducidos ensayos de Milan Kundera, Gyorgy Konrad, Joseph Roth y de
otros. Se incluyó también una reflexión vivaz del escritor croata Branimir
Donat referente a la cocina centroeuropea, que define como un reflejo auténtico
de una civilización, basada en la razón y la moderación.
¿Significa todo ello una especie
de arranque de la nostalgia filohasburguesa? No, sólo se trata de la búsqueda
de horizontes espirituales e intelectuales más amplios. Claro, la evocación de
Mitteleuropa (Europa central) estorba a los comunistas empedernidos. Pero, por
lo menos en estos momentos, nadie se ocupa de esas moscas molestas.
...
"Unicamente durante julio, Belgrado debería pagar
600 millones de dólares del total de sus obligaciones de 5,6 mil millones que
vencen en 1987, si una parte de dicha deuda no sea condonada o reprogramada. El
endeudamiento total de Yugoslavia con el exterior llega todavía a más de 20 mil
millones de dólares".
Ed. Andrés Bello, Santiago de
Chile; 1986, pp. 112.
La Tierra del Fuego es un vastísimo
archipiélago al sur del Estrecho de Magallanes, formado por miles de islas y
rodeado por el Pacífico, el Atlántico y el Mar Antártico.
El archipiélago fueguino fue, en
un tiempo y no hace mucho, el hogar de cuatro tribus de indios hoy en total extinción:
los indios de la tribu más antigua, los huash, cazadores de guanaco, fueron
empujados a la punta este de la isla por los onas y paganas. Los onas,
recorrían la mayor parte de la Isla Grande siguiendo el guanaco. Usaban arcos y
flechas, eran muy corpulentos, excelentes rastreadores y corredores. Vestían
con pieles de guanaco y usaban cueros de guanaco para sus toldos. Se
diferenciaba de sus vecinos del norte, los tehuelches, en que usaban sus pieles
con el pelo por afuera, no tenían caballos y los toldos estaban pintados de
rojo sin diseños. Nunca usaban canoas, lanzas o arpones, usaban tatuajes en los
brazos y pintaban sus caras para mostrar sus sentimientos. Se llamaban a sí
mismos shelkman. Muchos onas fueron muertos por los blancos y en peleas entre
ellos mismos, pero perecieron más todavía por sarampión y otras enfermedades,
según cuenta Rae Natalie Prosser Goodall, historiadora norteamericana en su
excelente compendio Tierra del Fuego (ed 1979, Buenos Aires, edición bilingüe).
Yaganes (yahganes) o yamanas
como ellos se llamaban y que quiere decir "vivos" u
"hombres", son indios nómadas de canoa y habitaban las playas del
canal de Beagle y de las islas, islotes, roqueríos, bahías, ensenadas y canales
del Cabo de Hornos. Mudaban sus campamentos cada dos o tres días. En las
playas, aún hoy, se notan los sitios donde vivían, por los montículos de
conchas de mejillones, su principal alimento. Nunca se internaron en la isla,
por temor a los onas. Usaban lanzas y arpones para matar nutrias, peces y focas;
hondas para pájaros, y palos para pelear entre ellos. Las mujeres eran las
únicas que sabían nadar.
Vivían casi desnudos, sólo
llevaban un pequeño cuero de lobo. Vivían siempre cerca del fuego, ya fuera en
las canoas o en las chozas. De allí el nombre que dieron los primeros
navegantes blancos a esa región: Tierra del Fuego. Se pintaban entre sí la cara
para mostrar su mutuo cariño. Tejían preciosas canastas de juncos. Poseían un
idioma tan rico en palabras como el español. El primer blanco que conocieron,
el rev. Thomas Bridge, misionero inglés, compuso un buen diccionario de pagan,
nombre que dio a esos indígenas. No obstante estar protegidos en las islas
remotas y aisladas de las matanzas del hombre blanco, murieron de sarampión y
tuberculosis. Los que sobrevivieron se refugiaron principalmente en la isla
Navarino (Chile) y poco a poco se extinguieron.
Rosa Yagan —el último eslabón de
esta raza más primitiva y austral—junto con los alacufes que vagaban en canoas
desde Puerto Eden, en los canales chilenos y en el canal de Beagle.
La autora, Patricia Stambuk
Mayorga, estudiosa chilena de origen croata (provincia de Dalmacia), en esta
historia de una yagana del Archipiélago del Cabo de Hornos, en sus palabras
preliminares, recalca que "Rosa Yagan es una india transculturada, mágico
puente entre un siglo y el otro; entre la canoa, la chalana y el avión; entre
la hechicería y la medicina moderna; entre las leyendas de sus más remotos
antepasados y la religión de los misioneros. Ve, siente y cuenta, todo a su
modo. Cede los derechos de tamiz y de la sintáxis, tácitamente, sin saber qué
ocurrirá tras esos ocho meses de conversación diaria, con una grabadora
olvidada en un rincón... Sus relatos de ceremonias o leyendas tienen la
autenticidad esencial del que vive desde adentro su realidad, Rosa protagonizó
el último rito espontáneo de iniciación a la pubertad de los yaganes cuando el
corneta Halley surcaba el cielo austral en 1910. Demuestra en cada frase su
dignidad y su orgullo, el destino inexorable de las minorías raciales en el
mundo y la riqueza de la vida de su pueblo, el más meridional y primitivo de la
Tierra. No es ella el último eslabón en el sentido darwiniano, es decir, aquel
que puede deslizarse de la cadena humana y enlazarse con la cadena animal sin
que alguien lo objete. Lo es en el sentido de la postrera versión de una etapa
dramática en la vida de una raza, porque ella, Rosa Yagan, es la última que
podrá vivir lo que vivió y decir lo que dijo".
La historiadora Goodall, en su
enjundioso libro, cita a los indios vivos en 1977 entre onas, haush, yagan y
alacauf, y escribe textualmente: Antonio Domingo Milicich. Yahgan puro. Madre:
Margarita, yahgan. Padre: Charlie Domingo, yahgan. Nacido alrededor de 1915. Criado
por Milicich, otro yahgan; tomó su apellido. El viejo Milicich fue criado por
un yugoslavo, y tomó el apellido de éste. Rosa Domingo Milicich. Yahgan pura.
Hermana de Antonio Domingo Milicich (Ver arriba) ".
Resulta pues que la última
yagana, la señora Rosa, hija adoptiva de la familia dálmata Milicich y esposa
de José Milicich, falleció en 1985 en el hospital broncopulmonar Miraflores de
Punta Arenas. La periodista y escritora Patricia Stambuk Mayorga grabó sus
últimas confesiones, las pulió, las articuló, les dio coherencia y continuidad
y el ameno fluido narrativo y como manifiesta ella misma: 'en la línea de la
novela testimonio de Pozas, Joubert o Barnet, este libro refiere los caracteres
y costumbres de la realidad directa transmitida por una informante'.
A su vez en la contratapa del
libro se lee entre otras cosas:
"Una antigua dolencia la
condujo al Hospital de Punta Arenas, capital de la región de Magallanes, donde
Patricia Stambuk la entrevistó por primera vez: `Estaba sentada en una cama
blanca, de fierro, y tejía un par de medias amarillas. ¡Era tan dramáticamente
distinta a los demás pacientes! Su dignidad y su temple me impresionaron. Era
tarde me dio las claves necesarias para iniciar un largo trabajo y una amistad
profunda y única".
Informante y entrevistado fueron
hilvanando paciente y cuidadosamente ante la grabadora la vida del personaje y
de su pueblo... porque Rosa habló como jamás lo había testimoniado hasta
entonces y la periodista aquilató en el testimonio de Lakutaia le kipa —su
nombre yagán--- el mensaje final de una raza que desaparecía para siempre del
planeta."
Es un testimonio conmovedor de valor
humano e histórico gracias a las cualidades literarias de la novelista.
Para mejor comprensión de los
lectores van agregados: un mapa de la Isla Grande de Tierra del Fuego; varias
fotografías ilustrativas desde 1907 y hasta 1957, Notas explicativas de las
fotografías y de las ilustraciones, como asimismo glosario. La portada luce la
fotografía de la última yagana, tomada en Ukika, su última residencia, en 1981.
Branko
Kadić
tomos XXV-XXVI, 1984-85,
Annual Review of the Croatian Academy of America, Inc., Nueva York, 1986, p.
280. Directores: Jerome Jareb y Karlo Mirth.
La presente entrega del anuario Journal
of Croatian Studies, correspondiente a los años 1984-85, está dedicada
íntegramente al idioma croata (Croatian Language). Su programa fue trazado en
primer lugar por el joven y promisorio eslavista prof. Vinko Grubišić,
residente actualmente en Canadá. Su contenido es informativo y científico y
abarca temas siguientes:
Desde el siglo XI hasta la era de
computación (K.M.); La declaración sobre el nombre y la posición del idioma
croata; Las características principales de la cultura literaria croata en el
medioevo (Stephen Krešić); La lengua croata en la liturgia; Las
diferencias entre las lenguas literarias croata y servia: Reflexiones y
realidades (Antun Nizeteo); Dos poemas en torno a la lengua croata del poeta
Vladimir Nazor (traducidas al inglés por Antun Nizeteo y G. Marvin Tatum); La
política lingüística en Yugoslavia con referencia especial al idioma croata
(Branko Franolić); Reseña del periódico lingüístico Jezik
(1952-1980) (Christopher Spalatin); Reseña de las recientes gramáticas del
croata y sus predecesores (Vinko Grubišić); Algunas observaciones sobre la
lexicografía croata (Vinko Grubišić); Fluencia bilingüe: componentes de
enseñanza en Hišak-CSAC escuelas (Ljubo Krašić); Una bibliografía
seleccionada (Vinko Grubišić); El origen de las palabras extranjeras en el
idioma croata y su conexión austríaca; La cronología de la lengua croata; La
lengua croata actual (Christopher Spalatin).
Pedidos: The Croatian Academy
of America; P.O. Box 1767 Grand Central Station, Nueva York, N.Y. 10017, USA. Precio de la suscripción anual: U$S. 15.
B. K.
[1] Cfr.: M.V.
Bobetić: Rudje Josip Bošković, S.J. - Fundador del Atomismo Moderno, Studia
Croatica, año XVIII, vol. 66-67, pp. 112-130, Buenos Aires, 1977.
[2] G. Carducci señaló que
Bošković, Stay, Kunić y Džamanjić no se sentían croatas:
"Allora no affettavano d'esser croati" (Opere, tomo 8, 1944, 13). Desde
Carducci hasta hoy muchos italianos los consideran suyos.
[3] Bošković incluyó
en su Voyage astronomique et géographique una nota aclaratoria,
expresando que "era dálmata, nacido en Dubrovnik, y no italiano"
(Cfr. Z. Marković, II, Zagreb, 1969, 1063).
[4] En la introducción a la
traducción inglesa de la Teoría de la filosofía natural (A Theory of Natural
Philosophy, Cambridge, Mass., 1966, p. VII) Branislav Petronijević
sostiene que Bošković era de "puro origen servio" (of purely
Serbian origin).
[5] Elizabeth Hill, en su
excelente ensayo biográfico sobre Bošković se inclina a la opinión de que
el padre de Bošković era servio (Roger J. Boscovich, ed. L.L. Whyte, Nueva
York, 1961, pp. 17 y 24).
[6] Dušan Nedeljković,
Rudjer Bošković u svome vremenu i danas —R. B. en su tiempo y hoy—
Belgrado 1961, pp. 132 y 91.
[7] A. Kadić, "Uloga
četvorice hrvatskih isusovaca u Rimu" (El papel de los cuatro
jesuitas croatas en Roma, Domovinska riječ, II, Chicago 1978, pp.
18-29.
[8] Philosophiae
versibus traditae libri VI. Venecia 1744.
[9] Josip Burić,
"Kanonici hrvatskog kaptola sv. Jeronima u Rimu" —los canónigos del cabildo
croata de San Jerónimo en Roma, Radovi Hrvatskog povijesnog Instituta u Rimu,
Anales del Instituto Histórico Croata en Roma - vls. III-IV (1971), 126-28
[10] Philosophiae
recentioris versibus traditae libri X, t. I-III, Roma 1755, 1760, 1792.
[11] Hrvatski latinisti, II - Los latinistas
croatas, Zagreb 1970, 328.
[12] Ž. Marković,
Rudje Bošković; I, Zagreb 1968, 326.
[13] Ž. Marković,
Rudje Bošković, II, 637.
[14] Hrvatski
latinisti, - II, 518
[15] Idem, 593.
[16] Ž. Marković,
Rudje Bošković, II, 1047-48.
[17] Hrvatski
latinisti, II, 568.
[18] Todo lo de
Bošković, archivado en Berkeley, fue descripto prolijamente por el prof.
Roger Hahn en el artículo "The Boscovich Archives at Berkeley", ISIS,
Bruselas, tomo 56 (1962), 1, 183, 70-78.
[19] Véase el original en
latín y la traducción croata en la edición zagrabiense de la Teoría
(1974), pp. 248-63.
[20] D. Nedeljković, Rudjer
Bošković u svom vremenu i danas —R. B. en su tiempo y hoy, pp. 75-87.
[21] Ž. Marković,
Rudjier Bošković, II, 884-85.
[22] La carta fue publicada
primero por V. Varićak en "II fragmenta de la correspondencia de
Bošković", Rad 193 (1912), 208-20 Varićak y
Nedeljković confundieron la palabra "heathenism" por "the
atheism". Cfr. R. Schofield, A Scientific auto-biography of Joseph Priestley,
Cambridge - Mass, 1968, pp. 166-88.
[23] Rad 193
(1912), 208-210.
[24] Idem, 224.
[25] Idem, 227:
[26] Idem,
234-35.
[27] Idem, 240.
[28] Idem,179.
[29] Pierre Prévost, Deux
traités de physique mécanique, Ginebra 1818, pp, pp. XXXIII-XXXVII.
[30] V. Varićak,
"Algunas cartas de Bošković", Rad 241 (1931), 211.28; P.
Costabel, "Correspondance Le Sage-Boscovich", Atti del Convegno
internazionale celebrativo del 250 anniversario della nascita di R. C.
Boscovich, Milán 1963, pp. 205-18.
[31] Rad, 241 (1931), 215.
[32] Žarko Dadić, autor
de una excelente Historia de las ciencias exactas en Croacia, define
como sigue a ese jesuita: "Era bueno para arreglar cosas mediocres, pero
no para inventar y elaborar cosas grandes" (Libro Io, Zagreb 1982, p.
302).
[33] Rad 193 (1912), 213.
[34] Zdenka Marković
dio una brillante semblanza de Anita Bošković en su obra Las poetisas
del viejo Dubrovnik (Zagreb 1970), pp. 287-344.
[35] Acerca de ese
proyectado viaje a California escribe con pormenores Ž. Marković en el
capítulo XIII de su obra sobre Bošković (pp. 895-784).
[36] A. Kadić, "La
hermana de R. B. sobre California", Iseljena Hrvatska (La croacia
emigrada), Chicago 1979, pp. 139-41.
[37] Rad 193 (1912), 189-91.
Véase Ž. Marković, R. B., II, 725; Zdenka Marković, Las poetisas
del viejo Dubrovnik, 303.
[38] Dušan Nedeljković
tradujo ese Diario del Viaje al servio (Belgrado 1937),y Maria
Katalinić al croata (Zagreb 1951). Recurrí a esta última versión.
[39] (38) R. J. B., Dnevnik
putovanja iz Carigrada u Poljsku, Zagreb 1951, pp. 35-40.
[40] Idem, p. 37.
[41] Cfr. Divina Ježić,
"R. J. Bošković-poète des éclipses en la obra Rudjer Bošković,
ed. Gabriel Vidan, Zagreb 1983, pp. 258-97.
[42] Hrvatski latinisti —Los latinistas
croatas—, II, 338.
[43] "Para que esta
obra pudiese brindar provecho y gozo al mayor número de los lectores consideré
no escatimar trabajo y esfuerzo alguno" (Idem, 326).
[44] Barruel "a réalisé
une de ces raras traductions qui sont à la fois artistiques et fidèles" D.
Ježić, "Bošković-poète des éclipses, R. B., Zagreb 1983, p.
283).
[45] Les Eclipses. Poème en six chants,
dédié a sa Majesté par l'abbé Boscovich, traduit en français par l'abbé de
Barruel. París, 1779.
[46] Hrvatski
latinisti, II, 334. Sin embargo, Barruel
reforzó y embelleció esos versos:
"Une nation puissante,
enrichie des dons de la fortune, terrible et redoutable dans l'art de la
guerre, mais en méme temps dévouée aux arts paisibles de Minerve, y tient son
empire" (Ch IV, pp. 293-95).
[47] A. Kadić,
"R. B. on American independence", Journal of Croatian Studies,
tomo XVII (1976) 10-13.
[48] La Teoría de la
filosofía natural, Zagreb 1974, p. XVII.
[49] "Il est facile de
deviner dans son naturel des tendances érotiques tres fortes, mais elles
paraissent maitrisées, réprimées. Il est possible que la sublimation de cette
forte sexualité se trouve à la source d'une partie de son énergie
créatrice" ("Essai médico-psychologique sur la personalité de
Bošković", Rudjer Bošković, ed. G. Vidan, Zagreb 1983, pp.
229-30).
[50] Mirko Dražen Grmek,
"Le mallatie di Ruggero Boscovich", Physis, revista di Storia
della Scienza, III, Nv 3, Florencia 1961, 195-70.
[51] Ž. Marković,
Rudjier Bošković, I, 469-70.
[52] Véase
"Pogovor" – El epílogo- de Vl. Filipović a la traducción croata
de La teoría de la filosofía natural, p. 3.
[53] En su ensayo sobre
Bošković, en la obra R.J.B. (ed. L. L. Whyte, Nueva York, 1961) p.
98.
[54] M. Kombol, Povijest
hrvatske književnosti – Historia de la literatura croata – II ed. (Zagreb
1961), p. 329.
[55] V. Gortan, en Hrvatski
latinisti – Los latinistas croatas-, II, 313.
[56] Vl. Filipović en
el epílogo de La teoría de la filosofía natural, p. 4.