Studia Croatica
Historia de la
inmigración croata en Córdoba
Cristian Sprljan, Córdoba, febrero de
2002
Argentina: País de inmigrantes
Nikola Plantich. El primer croata en Córdoba
La inmigración croata en la Argentina
Córdoba: área receptora (1920-1960)
Causas de la inmigración económica
Causas de la inmigración política
Cerro y Pueyrredón: dos barrios croatas.
Sociedad Croata de Socorros Mutuos
Asociaciones, centros e instituciones croatas y
afines
El Arco de Córdoba, la Cañada y otras
construcciones realizadas con mano de obra croata
Historia de la inmigración croata en Córdoba
Cristian
Sprljan
Universidad Nacional de Córdoba
Facultad de Derecho y Ciencias Sociales
Escuela de Ciencias de la Información
A los que soñaron con la vuelta
Y nunca volvieron.
A Rosario, mi
madre. Por ser como es, y por enseñarme que el amor suma y no resta. De
ella aprendí, entre otras cosas, a querer mi patria Argentina y a la de mi
padre, Croacia.
A mi padre,
Antonio. Por ser como es, por enseñarme e inculcarme su cultura, por su
ayuda en las traducciones y por el material de su “archivo inquieto”.
A mis
hermanos Fede, Rorry, Gloria y Guille que, a su manera, aportaron lo suyo.
A la Dra.
Branka Tanodi de Chiapero, por su incondicional ayuda y por su guía; pero
principalmente por tratar siempre que sus correcciones no modificaran el
sentido de lo que yo quería expresar.
A
toda la colectividad croata, que aportó con testimonios, documentos, relatos,
fotos, escritos, libros, material en general y apoyo total, colaborando desinteresadamente
para la concreción de este trabajo.
A
“mis viejos” de la “Stara Garda”, por muchos años más.
A
la Juventud Croata de Córdoba y “Kolo Velebit”, con quienes pasé algunos de los
mejores momentos de mi vida.
A
todos mis amigos del barrio y de la secundaria que tuvieron voces de aliento, y
los amigos que hice en esta carrera que son, en definitiva, lo mejor de todos
estos años.
A todos mis
tíos, primos y familia en general, por ser refugio, colaboración, alegría y
contención.
A mi abuela
Tota, por ser “tan” abuela.
A mis abuelos
Dobrila, Miše y Medardo, quienes guían mis pasos desde el más allá.
En el transcurso del presente trabajo se
presentarán distintas palabras, apellidos, accidentes geográficos, ciudades,
etc., escritos en idioma croata. Si bien es un idioma que se escribe con el
alfabeto latino, a igual que el castellano, algunas letras tienen una
pronunciación diferente. A continuación describiré los casos especiales, ya que
el resto de las letras tienen el mismo valor fonético que en nuestro idioma.
C:
se pronuncia como “tz”. Ejemplo: Car (ZAR)= Tzar.
Æ:
se pronuncia como “ch” suave. Ejemplo:
Noæ (NOCHE)= Noch.
È:
se pronuncia como “ch” fuerte. Ejemplo: Èarape (media)= Charape.
Ð:
se pronuncia como “y”. Ejemplo: Anðeo (ANGEL)= Anyeo.
H:
se pronuncia como “j”. Ejemplo:
Hrvatska (CROACIA)=Jrvatska.
J:
se pronuncia como “i”. Ejemplo:
Ja (YO)= Ia.
Lj:
se pronuncia como “ll”. Ejemplo: Obitelj (FAMILIA)= Obitell.
NJ:
se pronuncia como “´ñ”. Ejemplo: Franjo (FRANCISCO)= Fraño.
Š:
se pronuncia como “sh”. Ejemplo: Šešir (SOMBRERO)= Sheshir.
Ž:
se pronuncia como “zh”. Ejemplo: Žena (MUJER)= Zhena.
También se podría comparar
con otros idiomas para ajustarse a la pronunciación de estas letras. Por
ejemplo:
La “Š” se pronuncia como la
palabra inglesa “Shopping” o la “Ž” como la portuguesa “Jamais”.
Cuando algo llega a su fin. Cuando algo que nació, murió,
ya sea porque dejó de existir o porque, simplemente, se terminó el plazo con
que los hombres medimos los hechos a través del tiempo, irremediablemente
realizamos un análisis sobre lo ocurrido. Cuántas veces observamos que hay
acontecimientos que, a nuestro juicio, no debieron haber sucedido. Otras, en
cambio, nos quedamos esperando y así se fue diluyendo un sueño o una
utopía. Algo que entendemos racionalmente como ocurrió y otras, para las cuales
no tenemos explicación coherente. Horrores de los que hemos sido testigos
dejándonos mudos y de alegrías que explotaron en nuestras gargantas hasta
dejarnos disfónicos.
El siglo XX fue un largo rosario de hechos que cambiaron
la vida de millones de seres humanos. Inscribiéndose en sus páginas dos guerras
mundiales, el crack del ´29, comunismo, fascismo, capitalismo etc... teniendo
como consecuencias de todos estos mega-acontecimientos, los comunes
denominadores de las miserias humanas: hambre, muerte, desempleo, destrucción,
desplazamientos, inmigración...
A finales del siglo XlX, en una superpoblada Europa,
donde la hambruna y la falta de trabajo hacían estragos, la inmigración a
inmensos países despoblados como EE.UU., Canadá, Australia o Argentina eran una
oferta tentadora. Allí, el sueño era encontrar calles “cubiertas de oro”
esperando inmigrantes. Pero fue el siglo XX, donde el traslado de personas de
un país a otro, pero principalmente de un continente a otro, se hizo necesario
y en muchas oportunidades indispensable. Esto se desarrolló ya sea en forma
organizada o no, con buenos resultado o no, pero con la certeza de que ni el
lugar de partida ni el de llegada iban a ser lo mismo, como así también, claro
está, la vida de los inmigrantes protagonistas.
Es por esto que
este siglo XX que terminó y que fue denominado de formas tan diversas como “El
siglo de las guerras” o “ El siglo de la publicidad”, no debe quedar sin ser
considerarlo como “EL SIGLO DE LAS MIGRACIONES” por los miles de millones de
vidas que en este siglo fueron modificadas por el fenómeno migratorio. Para
analizar este fenómeno tomaré un caso concreto al que trataré de abarcar en su
totalidad para así comprenderlo y explicarlo. También es mi anhelo que pueda
servir de espejo en el cual las corrientes inmigratorias de distintos países,
puedan mirarse y encontrar similitudes y diferencias.
En el presente
trabajo tomaré la inmigración de la actual República de Croacia a nuestro país,
la República Argentina, limitándome a la ciudad de Córdoba y sus alrededores.
El período de
tiempo que abarcará esta investigación será el siglo XX, aunque no se dejará de
mencionar a algunos casos de relevancia que ocurrieran anteriormente.
Croacia es,
quizás, la nación con mayor emigración del mundo, con la evidente excepción de
los judíos, quienes hasta hace poco más de cincuenta años no poseían un
territorio nacional determinado. El caso de los croatas es más comparable al de
los irlandeses y los armenios, con la diferencia de que los primeros hace
tiempo lograron vivir en sus tierras liberadas de la tutela foránea. Los
croatas no se pudieron llamar libres hasta 1991, año en que se independiza
de la República de Yugoslavia.
Muy diversas
fueron las causas dieron pie a la llegada de centenares de croatas a la
Argentina durante todo el siglo XX.
Como se verá en
el transcurso del trabajo, esta inmigración no es típica, ni fácil de
encuadrar; es, en sí, compleja, variada y problemática.
Por último, el
objetivo de este trabajo será arrojar luz sobre uno de los eslabones menos
conocidos de esa gran cadena humana que conformaron los inmigrantes llegados
desde todas partes del mundo a la Nación Argentina.
Para la concreción de este trabajo me apoyé en seis
pilares que me ayudaron a abordar el tema en cuestión.
Estos puntos son:
2. Relevamiento Documental: Tuve la posibilidad de acceder a
varias fuentes documentales. En primer lugar a las pertenecientes al archivo
del Hogar Croata. Allí pude investigar todo lo concerniente a las actas,
circulares, informes de secretaría, informes de tesorería y cartas recibidas y
enviadas. Todo este material está escrito en un 90% en idioma croata. También
tuve acceso a documentación de otras instituciones como la Sociedad Croata de
Socorros mutuos, de la cual obtuve el libro de actas de los primeros 20
años de la institución.
3. Registros orales: En este caso me tomaré la licencia
de considerarlos bajo dos aspectos. En primer lugar tengo a los “oficiales” que
son las entrevistas individuales o grupales que he tenido con distintos
integrantes de la colectividad, grabador mediante y con la intención explícita
de colaborar. Aquí se acumularon varias horas de cassettes con sus testimonios.
Por otro lado tengo los registros “no oficiales”, surgidos de charlas y
conversaciones de años previos a la realización de este trabajo.
Historias, comentarios y reflexiones de individuos que fueron parte de esta
inmigración, que no fueron registrados o documentados y que a lo largo del
trabajo se irán incluyendo, como parte de un relato que no ha sido olvidado.
4. Registros biográficos: Estos registros surgen de los
capítulos en los cuales trazaré una pequeña biografía de la persona cuya
vida se encuentre relacionada con la temática del capítulo en cuestión. Esto
significó contactarme con la persona a describir o en su defecto con los
familiares directos, con quienes pude trazar y resumir su historia de vida.
5. Registro Fotográfico: El registro fotográfico aquí toma
un cariz no solo ilustrativo, sino que es obviamente documental. Muchas de las
fotos expuestas son un tesoro guardado de generación en generación, ya que son
un fiel testimonio de lo que se ha vivido.
6. Para finalizar también mencionaré
que han sido de vital importancia los “archivos personales”. Muchas de las
personas consultadas han tenido el tiempo y la dedicación de almacenar recortes
de diarios, libros, fotos, tarjetas, revistas, etc., que se han brindado
generosamente para enriquecer este trabajo.
¡Éxodos! ¡Éxodos! Rebaños
de hombres, rebaños de gente
que teméis los días huraños
que tenéis sed sin hallar fuente
y hambre sin el pan deseado,
y amáis la labor que germina.
Los éxodos os han salvado:
¡Hay en la tierra una Argentina!
(Fragmento del poema “Canto a la
Argentina” escrito por Rubén Darío en mayo de 1910 con motivo del Centenario de
la Revolución de Mayo).
Nosimo u sebi
Zemlju i ljude
Mrtve i žive,
Prave i krive
S rodne grude.
U njima smo mi.
One koji jesu,
One koji su bili,
One koji èe biti.
S nama su svi.
Llevamos dentro nuestro
A la tierra y a los hombres
del solar nativo
muertos y vivos
justos y pecadores.
En ellos estamos nosotros
y con nosotros están
ellos.
Los que son,
Los que fueron, y los que serán.
Poesía Edo Bulat, Buenos Aires 1965.
Traducción Jasna Bulat
La historia de la
Nación Croata desde sus comienzos más primitivos hasta los primero años
del Siglo XX nos permitirá tener un conocimiento del porqué de la inmigración
croata. Posteriormente abordaré la historia croata de los últimos cien
años en otros capítulos más detalladamente. Es decir
todo este capítulo dará una visión del pueblo croata y nos ayudará a entender
como estos acontecimientos son precursores de la emigración croata y su llegada
a Córdoba.
Ver Capítulo “Causas de la inmigración política”.
El origen de la Nación Croata. Del Imperio Persa al mar
Adriático.
En la meseta del Irán los grupos dirigentes eran los medos y los
persas. Estas poblaciones crearon el vasto imperio Persa, que se extendió desde
la India hasta el Egipto. Fue en esa región del actual Irán, cercano a la
Mesopotamia, donde surgió el pueblo croata.
Hay tres
teorías[1] del origen de los croatas: la eslava, la goda y la
iraní. La primera da por sentado que los croatas, tanto en el pueblo (su
constitución racial, idioma y costumbres) como en su clase dirigente (quienes
le dieron la organización estatal), originalmente son eslavos. Las otras dos
teorías consideran que el origen étnico de los croatas es eslavo pero su
organización social, política y guerrera era goda o iraní según el concepto del
teórico que la estudiara.
La
teoría que cuenta con más adeptos es la que da a los croatas como de origen
iraní. Esta teoría se basa principalmente en dos monumentos del siglo III d.
C., en la época del emperador de los tanaios, Sauromates. Los mismos se
encuentran en la ciudad de Tanaís, en la desembocadura del río Don en el mar
Azov (actual Ucrania). En estos monumentos se encontró el nombre originario de
la Nación Croata. Los filólogos interpretan estas inscripciones realizadas en
idioma griego, que mencionan, en la más antigua, a uno de los cuatro arcontes
(magistrados) de los tanaios, hijo de Horoathou, y en el segundo se
habla de Horoathos de Zandarcio. Tomando estos nombres (Horoathou
y Horoathos) los filólogos eliminan las terminaciones griegas, en el
primer caso del genitivo “ou” y en el segundo del nominativo “os”, para que
finalmente nos quede la palabra HORVAT; con esta palabra exacta aún hoy se designa
al croata en los alrededores de la capital , Zagreb.
La coincidencia de en el origen del nombre de estas tribus
es de vital importancia. Cuando se comprueba el origen del nombre nacional
croata, se hace más sencillo investigar y develar su antigua historia.
Retrocediendo en el tiempo nos encontramos con la presencia de una satrapía
Croata en el Imperio Persa, gracias a su mención en documentos esculpidos en
piedras.
De las declaraciones que se han
encontrado , la más importante y que mencionan el antiguo nombre de Croacia es
en la que el rey Darío (521-486) revela: "Yo soy Darío, el grande, rey
de reyes, rey de muchos estados, hijo de Istaspe aqueménida. Dice Darío el rey:
Con la voluntad de Dios, estos son los estados que he conquistado con la ayuda del
ejército persa... Ellos me pagan tributos: Susiana, Media, Babilonia, Egipto,
Armenia, Capadocia, Esparta, Jonios, que están en tierra firme y aquellas en el
mar y los estados que están en la costa: Sagartia, Partia, Drangiana, Aria,
Bactriana, Sogdiana, Horasmia, Satagidia, Haravatia, India, Gandhara,
Scitia, Makran"[2].
En el antiguo Imperio Persa, Croacia fue la décima satrapía
(provincia federativa), llamada Haravatia, (Harauvati o Harahvatiš). Abarcaba
la mitad meridional de Afganistán y las tierras de Beluchistán entero, además
de la parte oriental del actual Irán. Fue una de las más ricas y más bellas
entre todas las provincias persas y con la cultura más desarrollada.
A través de los siglos, la
evolución del término Haravatia fue derivando paulatinamente de acuerdo al
idioma que usaban los diferentes pueblos, el nombre se escribió y pronunció de
diferentes maneras. En la lengua croata el nombre nacional es hrvat,
masculino, y hrvatica, femenino. El estado actual se denomina
"Republika Hrvatska". Los latinos usan el nombre croata para
señalar la nación y el pueblo, con la palabra Croacia identifican
el país y el estado. La forma eslava harvati predominó entre los
checos y horvati entre los rusos. Los colonos griegos en Tanais
los designaron con el nombre de horoatos y horouatos.
Las inscripciones pétreas en la antigua Persia confirmaron el uso de algunas
variantes de los nombres, tanto para el país, como para el pueblo: harahvatish,
harahvatia, harahuatia. Los babilonios los llamaban arrahut, más
tarde lo cambiaron en arahoti, la satrapía fue llamada Aracosia y
finalmente Arahosia, nombre que usaron también los romanos y los griegos
en la antigüedad, el cual quedó como de uso científico internacional[3].
Una semejanza más que uniría a
los croatas con su pasado iraní es la manera en que indican los puntos
cardinales del mundo con diferentes colores: el blanco para el Occidente (más
adelante hablaré de la “Croacia Blanca”), el rojo para el Sur (igualmente
veremos a la “Croacia Roja”), con el verde el Oriente y con el negro el Norte.
Otro aporte para corroborar la tesis es el escudo croata, que con sus 64 campos
rojos y blancos, fue traído desde Irán.
Hace sesenta años
arqueólogos franceses descubrieron en Irán (Persia), en las cercanías de
Teherán, en la localidad de Sialk, un rico yacimiento arqueológico que data del
período 1250-1100 a.C. Allí entre objetos decorativos se encontró también un
gran número de vasijas de cerámica, en los cuales los adornos, son idénticos o
muy parecidos al milenario escudo croata.
Esto es considerado como una
prueba más de que los croatas son de origen iraní. Y realmente es
extraño que esos objetos iranies del siglo XII a.C. sean idénticos o muy
parecidos a los escudos croatas que se ha mantenido desde el siglo VII hasta ahora[4]
Otro objeto que ha sobrevivido
en el tiempo y que aún hoy forma parte de la cultura croata es la “trenza
croata”, más conocida como “pleter croata”. Este detalle ornamental de
bajorrelieve se encuentra al día de la fecha en un pueblo de Irán llamado Haravatia
adornando las edificaciones. El “pleter croata” es una forma de identificación
única, ya que fue el único de los pueblos de la región que lo mantuvo en su
cultura y que se encuentra diseminado en toda la actual Croacia, como así
también en Bosnia y Herzegovina.
Podemos agregar que los antiguos
croatas formaban una comunidad, pero no una unidad, ya que no tenían una
organización estatal. Esta organización se la van a imponer desde afuera, pues
no fue el dinamismo interno, sino los empujes exteriores de los combativos e
inquietos pueblos asiáticos (los iraníes), quienes los dominaron, se mezclaron
con ellos y finalmente los pusieron en movimiento[5].
Durante
los siglos III al VII d.C. no se encuentran fuentes históricas relativas a la
vida de los croatas. Sin embargo se cree que los croatas fueron obligados a
emigrar ante el avance de los hunos, de origen mongol, que avanzaban hacia
occidente. A finales del Siglo III de la era cristiana los hunos se extendieron
por el sur de Rusia cruzando el río Volga y el Don, venciendo a quien se
interpusiera en su camino, obligando a los croatas a comenzar un derrotero que
los llevaría hasta el norte de los Cárpatos. Es en este lugar donde los
historiadores afirman que se encontraba la denominada “Croacia Blanca”.
Fue aquí donde las tribus
croatas se pudieron establecer como una organización estatal estable, una
formación social equilibrada y con unas fuerzas armadas suficientes para
resistir a las presiones externas. En el siglo V de la era cristiana, Croacia
Blanca, llamada también Croacia Grande, fue un factor importante en esos
espacios que abarcaba una parte del territorio meridional de la actual Polonia,
las tierras de Moravia, la Silesia meridional y partes de la actual República
Checa y de la Eslovaquia septentrional[6].
Los historiadores para explicar
su procedencia se basan principalmente en un texto del emperador bizantino
Constantino Porfirogéneta, quien en su obra “De Administrando Imperio”
(948-951) dice: “Los croatas, que ahora viven en Dalmacia, provienen de los
croatas no bautizados denominados “blancos” que viven del otro lado de Turquía,
cerca de Francia... La Gran Croacia, llamada también Blanca, hasta hoy no está
bautizada”. En este texto, cuando se hace referencia a Turquía, en realidad se
trata de Hungría; y con Francia ocurre lo mismo porque se está hablando de una
parte del imperio franco, que en aquel momento abarcaba regiones de las
actuales Alemania y Austria.
Por otra parte, ocho siglos más
tarde, el cartógrafo italiano Allodi, en su Atlas de Europa de 1730, reconoce a
dos Croacias: por un lado el Regno di Croacia a orillas del Adriático y
Croacia (Belocroati) al norte de los Cárpatos.
De esta manera también podemos
decir para corroborar esta teoría, a principios del siglo XX, había inmigrantes
llegados a los Estados Unidos que se registraban como “Bielohorvats” (Croatas
blancos) o “Cracovianos”.
En síntesis podemos
señalar que es imposible lograr un componente racial puro. De esta
manera podemos considerar al pueblo croata bajo dos aspectos. Por un lado la
clase superior, dirigente y organizadora que le brindó protección militar, la
formó socialmente y le dio el nombre nacional, tiene su origen iranio; por otra
parte el fondo étnico, como así también su idioma y costumbres y los nombres
personales de la población, es de origen eslavo. En definitiva, la Nación
croata es el resultado de la fusión de estos dos elementos.
El motivo del desplazamiento
croata, de los Cárpatos a su actual territorio, fue por la amenaza que
significaba para el Imperio Bizantino los continuos ataques de las hordas
ávaras a toda la región. Estas hordas, una de las tantas tribus mongolas,
llegaron desde el centro de Asia, arribando a Europa en el Siglo V, ocupando
desde las llanuras del Mar Negro hasta el Danubio.
Los ávaros tenían como objetivo
a la región de Dalmacia, y contaban con la alianza de los persas que se
hallaban luchando con el Imperio Bizantino en el Este, encontrándose éste
imposibilitado de luchar en dos frentes. La conquista de Dalmacia por parte de
los ávaros era un primer paso para cercar a Constantinopla (capital del Imperio
Bizantino) por el Oeste y junto a su aliados persas y búlgaros conquistarla.
Ante esta situación desesperante
el emperador Heraclio I (640-641) toma una decisión para salvar el Imperio. Con
hábil diplomacia pacta con los croatas, que se encontraban en las regiones
transcarpáticas, (en la Croacia Blanca) para que rechacen a sus enemigos.
También por negociaciones
diplomáticas, se lograron dos convenios internacionales. El primero, la orden
(“Prostakasis”) que resuelve la disposición de los croatas para trasladarse al
sur de los territorios ocupados por los ávaros, y en el caso de vencerlos
darles el derecho de ocupar las tierras liberadas.
Una vez
sellada la alianza, los croatas comenzaron a dirigir sus tropas hacia los ríos
Drava y Sava y de allí, siguiendo por las antiguas rutas romanas y a lo largo
de los valles de Una y Krka, hasta llegar a la ciudad de Salona, capital de la
antigua provincia romana. Los combates se prolongaron por unos diez
años. Cuando vencieron, ocuparon todo el territorio convenido. El
Emperador, por otro pacto y por decreto (“Eleusis jussio”), estableció
relaciones entre las autoridades croatas y las del Imperio Bizantino.
Jurídicamente las tierras recuperadas fueron designadas a los croatas. Con el
beneplácito del emperador, el ejército ocupó las tierras ganadas a punta de
armas, en un momento crítico para el continente europeo, y se establecieron
permanentemente en las tierras, que abarcaban el territorio entre el
desaparecido Imperio Romano occidental y el Imperio Bizantino oriental, un
espacio mucho más extenso de aquel que ocupa Croacia hoy en día: Dalmacia,
Panonia superior, territorio desde Istria hasta Valona (Albania) y la provincia
Prevalis[7].
La
llegada al actual territorio croata data del siglo VII d. C. Fue en este siglo
cuando los croatas comenzaron a poblar las tierras entre los ríos Drava,
Danubio y el mar Adriático. Citando nuevamente la fuente del autor Constantino
Porfirogéneta y su obra “De Administrando Imperio”, los croatas tomaron
posesión de tres provincias romano-bizantinas: Dalmacia, Iliria y Panonia.
Estas provincias unidas ocupaban lo que actualmente conocemos como Istria,
Dalmacia, Eslavonia, Bosnia y Herzegovina, Montenegro, parte de Albania y la
región de Srijem, anexada a Servia en 1945. De esta manera, durante más de 1300
años y, a pesar de las invasiones extranjeras conservó su mayoría étnica
dentro del área mencionada, manteniendo en forma limitada o total su soberanía[8].
El establecimiento en la actual Croacia y los reyes de
sangre nacional.
De los países eslavos, fue el
croata el primero en abrazar el cristianismo. Entre los siglos VII y IX se
llevó a cabo la evangelización y la conversión de las tribus croatas. Esta
tarea estuvo a cargo del obispo Juan de Ravena, Izacio, representante del poder
de Bizancio y el Papa Juan IV.
Las
tribus croatas que se habían establecido en todo el territorio y estaban
organizados en una federación de Banos y Županos (virreinatos y provincias) que
reconocían el poder centralizador del más fuerte. En cada comarca había un
noble que lo organizaba militar y económicamente, y para dirimir cuestiones
políticas se llamaba a asamblea a los ciudadanos adultos que conformaban el
“Sabor” o Parlamento Nacional.
Los
años posteriores al 750 fueron dedicados a la organización de un Estado
Croata y a la conquista y colonización de la costa dálmata e islas del mar
Adriático, porque su propia existencia dependía de ello. La anexión de las
islas fue motivo de conflicto con el Imperio Bizantino que ejercía su poder
sobre ellas. Este fue uno de los hechos que inició la tensión a la que fue
sometida durante gran parte de su historia a Croacia: la lucha entre Oriente y
Occidente.
Croacia
al encontrarse equidistante entre Roma y Bizancio, tuvo que optar por uno u
otro, y fue en el año 803 cuando los croatas reconocieron el poder
supremo de Carlomagno, coronado por el Papa León III en Roma. Así declararon su
orientación pro-occidental, y durante un siglo los nobles croatas sufrieron
uniones y desacuerdos con el fin de lograr un Estado Croata organizado, tanto
terrestre como marítimo.
A travéz de un documento del año 852, los
historiadores han reconocido al príncipe Trpimir como el primer gobernante
independiente que hubo en Croacia y declarado "Dux Croatorum". A
Trpimir lo sucedió el duque Domagoj quien se enfrentó y derrotó en luchas
marítimas a los venecianos, la mayor potencia naval del Adriático.
Al morir Domagoj le
siguieron luchas intestinas entre dos corrientes de la nobleza croata, que
tuvieron como finalidad definir la posición del Estado Croata a favor de
Oriente o de Occidente (nuevamente se repite la historia). Defendiendo una
postura pro-bizancio estaba Zdeslav (el hijo del príncipe Trpimir) y apoyando
una orientación latina se encontraba Branimir (hijo de Domagoj).
De esta lucha resultó vencedor
Branimir y de esta manera se terminó la influencia bizantina sobre Croacia
(fuera de las ciudades dálmatas). La victoria de Branimir significó, al mismo
tiempo, la victoria de la nueva orientación latina. Los croatas decidieron
reconocer el poder político y espiritual del Papa con el fin de ser retribuidos
por él . Apenas asumió el poder Branimir (879-892) dirigió un escrito al Papa
Juan VIII, exponiendo su voluntad y la del pueblo croata de ser siempre fieles
a la Sede Apostólica de San Pedro. Igualmente el obispo croata Teodosio de Nin
envió una carta en la que solicitaba tanto la bendición apostólica como la
protección de la Santa Sede.
El Papa, al recibir ambas cartas
y a fin de aumentar su influencia entre los croatas, el 21 de mayo de 879,
durante la santa Misa celebrada en la Catedral de San Pedro de Roma:
"Elevó sus manos al cielo y bendijo al pueblo croata y toda su
tierra". Con este acto el principado (ducado) de Croacia fue reconocido
como estado independiente[9].
Finalmente en los años
923 ó 925 (los historiadores no logran acordar la fecha) se corona en Bosnia a
Tomislav I, primer rey de toda Croacia. Quince años antes Tomislav había
derrotado a los bizantinos en un nuevo intento por conquistar Croacia. Con
Tomislav se inauguró una era de grandeza y esplendor que recogió la admiración
de toda Europa. El gran mérito de Tomislav fue unir a la Croacia del sur
(Dalmacia) con la parte norte (Panonia) que se encontraban separadas por la
cadena montañosa Velebit y los Alpes Dináricos, los cuales representaban
un obstáculo enorme para la unidad de Croacia[10].
A
Tomislav le siguió una línea sucesoria de reyes que durante 150 años no
estuvo exenta de luchas internas por acceder al trono, como otras externas con
Bizancio, Venecia y Bulgaria, por su territorio.
Uno de
sus sucesores fue Krešimir IV quien reinó con inteligencia y diplomacia desde
1056 al 1076. Entre los logros
de Krešimir IV se destacan haber recuperado la ciudad de Zadar de los
venecianos, fundar la ciudad de Šibenik y recibir el reconocimiento del Imperio
Bizantino de su soberanía sobre Dalmacia.
Antes de morir Krešimir IV, ya
había designado al ban Zvonimir como su sucesor, pero al ocurrir el deceso del
rey el Sabor rechazó a Zvonimir y nombró a Slavac como rey. El rey Slavac era
enemigo del latín y de las reformas eclesiásticas impulsadas por el Papa
Gregorio VII.
En el año 1076, con una
decidida intervención del Papa Gregorio VII, quien deseaba la unión de todos
los reyes católicos bajo su poder secular, es coronado Zvonimir; siendo
capturado y desaparecido el rey Slavac en manos de enviados del Papa. A partir
de esta elección se suceden conflictos entre los Croatas que dan como resultado
la muerte dudosa del Rey Zvonimir. A él le siguió Stjepan II, sobrino de
Krešimir IV. Stjepan murió al año de su reinado extinguiéndose con él la
dinastía croata Trpimiroviæ que rigió los destinos de Croacia durante 460
años[11].
Sin esta
rama dinástica , el reino croata cayó en un caos en el cual todos reclamaban el
trono. Entre ellos se destacaba el rey Ladislao I rey de Hungría, quien era el
hermano de la reina Helena, viuda del rey Zvonimir. Se le sumó Venecia que
reclamó y ocupó ciudades e islas de tradición romano-bizantina.
Por su
parte los croatas eligieron como rey a Petar Svaèiæ, quien era ban
(“virrey”)del rey Zvonimir. Su suerte, y la de Croacia, quedó sellada cuando el
rey Koloman I, (rey húngaro y sucesor de Ladislao I) atacó a Croacia, venciendo
el pequeño ejercito de rey Petar Svaèiæ en las montañas de Gvozd,
donde fue derrotado y muerto.
Este
hecho fue para muchos el desencadenante de las tragedias croatas que le
siguieron, ya que con la muerte de Petar Svaèiæ, desaparecen definitivamente
los reyes croatas de sangre nacional, perdiendo así su autonomía.
Pacta Conventa y los Habsburgos
A la
muerte de Svaèiæ, Croacia estaba jaqueada tanto por mar (venecianos y
bizantinos) como por tierra (húngaros) y por esto se tuvo que recurrir a una
unión con Hungría para poder sobrevivir.
Para
llegar a ella, las diferencias entre húngaros y croatas se dirimieron en
Biograd, antigua residencia de los reyes croatas, donde se llegó a la decisión
de coronar a Koloman (rey húngaro) como rey de Croacia. Este pacto entre los
croatas y Koloman se denominó “Pacta Conventa” y en sus disposiciones se
encuentra que Croacia (la Croacia continental) y Dalmacia (la Croacia marítima)
forman parte de Hungría y constituyen reinos con corona propia. De esta manera
Koloman y sus sucesores serán reyes comunes y llevarán el título de “Rey de
Hungría, Croacia y Dalmacia”.
Por más
de cuatocientos años (1102-1526) la historia croata compartió con
Hungría su comunidad política, sucediéndose las dinastías húngaras Arpad,
(hasta 1301), Anjou, (hasta 1395) y luego distintas dinastías (hasta 1526).
En estos
años el principal problema que tenían que enfrentar eran las avanzadas
venecianas que asolaban toda la costa, hasta que en 1493 el bajá Jakub y sus
tropas otomanas infligieron una durísima derrota a las croatas en la batalla de
Krbava . Las victorias turcas siguieron cuando en la batalla de Mohaæ vencieron
a los húngaros-croatas y el rey Ludovico II murió ahogado al tratar de huir.
Según
los historiadores los siglos XV y XVI fueron los peores en la historia croata
hasta ese momento; ya que no sólo comenzaba a sufrir la presión centralista de
Hungría, sino que iba cediendo su territorio al avance truco. De esta manera
los otomanos tomaron Bosnia en 1463, Herzegovina en 1483 y la ciudad de Knin
(ex capital croata) en 1522.
Con una
Croacia amenazada en su existencia por los turcos y sin un rey por la muerte de
Ludovico II, el Sabor (Parlamento Croata) elige como monarca a Fernando I de
Austria en 1527, con la esperanza de poder hacer un frente común a la amenaza
otomana. A esta unión se incorpora Hungría por los mismos motivos. El rey
Fernando I provenía de la familia imperial de los Habsburgo que desde 1278
reinaba en Austria .
Pero a pesar de esta unión, sólo
los nobles croatas como Petar Kružiæ, Nikola Jurišiæ, Nikola Zrinski, Erdödi
Bakaè, Francisco Frankopan y Juraj Draškoviæ defendieron a Croacia del invasor
turco.
En un
ataque a la ciudad fortificada de Sisak en 1593, los croatas comandados por el
ban croata Tomo Erdödy vencen al jefe del Bajalato de Bosnia Hasan –bajá
Predojeviæ, y así se comienza recuperar los territorios. Croacia se había
salvado de ser eliminada, porque su territorio había sido reducido de tal
manera que se lo describía como “Los restos de los restos del reino de Croacia
en su tiempo glorioso”.
Por
aquel entonces, solo la ciudad amurallada de Dubrovnik (actual patrimonio de la
humanidad), que tenía el status de República, conservaba su independencia
gracias a su diplomacia y poder económico.
Como ya
se ha mencionado, eran los nobles croatas quienes defendían a Croacia de las
agresiones externas. Entre ellos se destacaban las familias Zrinski y
Frankopan. Estos nobles poseían decenas de ciudades fortificadas por todo el
territorio y no sólo eran guerreros, también hubo entre ellos obispos, banes y
poetas. A los Zrinski –Frankopan, emparentados a la vez entre sí, les tocó no
solo luchar contra el dominio turco, sino también contra el intento de
germanizar a Croacia por parte de los Habsburgo. Este último hecho tuvo su
desencadenante cuando se firmó la paz de Vasvar en 1664 entre Leopoldo I y los
turcos. Este tratado entre Viena y los turcos dejaba fuera de discusión a los
croatas, quienes mediante sus victorias en las regiones de Eslavonia y Lika,
habían acumulado tal importancia, que los Habsburgo temían perder su control
centralista en Croacia. Una vez firmada la paz, los croatas buscaron aliarse
con los franceses que discutían el poderío austríaco en Europa. Esta
conspiración le valió a Petar Zrinski y a su cuñado Fran Krsto Frankopan
el ser engañados, arrestados y condenados a muerte en Wierner-Neustadt
en 1671. Sus posesiones fueron confiscadas y su familia destruida.
Al
expirar la fecha de la paz de Vasvar en 1683 , el gran visir Kara-Mustafá sitió
las murallas de Viena, pero los ejércitos cristianos lo derrotaron gracias al
rey polaco Jan Sobieski. Este paso fue fundamental para el retroceso del
imperio turco en Europa y la afirmación de Austria en una Croacia que no tenía
una representación fuerte después del la eliminación de los Zrinski –Frankopan.
Hacia
1740 la línea sucesora masculina de los Habsburgo termina con la muerte de
Carlos IV. Los croatas lo habían prevenido en el Sabor de 1712 y decidieron que
confiarían el trono a una mujer de la dinastía reinante. Esta ley es conocida
como “Sanctio Pragmática” y le comunican al rey que aceptarían a una reina pero
que quedara bien en claro la independencia de Croacia, que sólo respetaba la
personalidad soberana: Regnum regno non praescribit leges (“El reinado no
prescribe leyes al reinado”, o más claro, “Un reino no impone leyes a otro
reino”). En este escrito los croatas sientan su posición de este modo: “Nosotros
teníamos a su tiempo nuestros reyes nacionales y no húngaros. No estamos
sometidos a los húngaros por la fuerza o conquista alguna, sino que nos hemos
sometido voluntariamente, no al reino húngaro, sino a su rey... Somos libres no
esclavos” [12].
Finalmente
la elegida fue la emperatriz Maria Teresa, que favoreció a los croatas
respetando sus derechos, devolviendo lo confiscado a los Zrinski- Frankopan e
incorporaba la ciudad de Rijeka. Por contrapartida derivó el poder
administrativo y judicial a manos militares e impuso como idioma oficial el
alemán.
Durante
las guerras de la Revolución Francesa, el nieto de María Teresa, Francisco I,
por la paz de Campoformio de 1797 incorporó Dalmacia a Austria. Posteriormente,
este mismo rey, involucro a Dalmacia y a Croacia en conflictos militares que
terminaron con la victoria de Napoleón Bonaparte en 1806. A estas tierras se
les anexaron Eslovenia y Trieste para conformar la “Iliria” con capital en Ljubljana,
actual Eslovenia. Al caer Napoleón en 1814, toda Dalmacia junto a Dubrovnik y
Boka Kotorska fue sometida a Viena como provincia austriaca, separada de
Croacia, hasta 1918 [13].
El Renacimiento Nacional Croata
El siglo
XIX quedó marcado por la división de Croacia y los intentos de “magiarizar” el
país por parte de Hungría. Entre las actitudes que irritaron a los croatas se
encuentra el intento de imponer el idioma húngaro en su territorio, generando
un clima tenso por el rechazo de los delegados croatas ante la “Dieta” húngara.
Este
clima denso tiene su cenit en el conflictivo año de 1848. Durante este
año se llevaron a cabo numerosas revoluciones por toda Europa,
comenzando por Francia. En el caso de Austria, contra la política autoritaria
del ministro de Relaciones Exteriores Metternich, que atacaba reaccionariamente
el avance de dos fuerzas disgregadoras: el liberalismo y el nacionalismo. Ante
esta situación los húngaros presentan una serie de demandas que el emperador
Ferdinando acepta y da su apoyo para formar el gobierno nacional húngaro
independiente. Este hecho da pie a que en Hungría se genere la creencia de que
podían disponer del pueblo croata a placer.
Pero no
contaban con el movimiento que se comenzaba a generar en Croacia y que se denominaría
el “Renacimiento Nacional Croata”. De la mano del coronel Josip Jelaèiæ, una
delegación de cuatoscientos hombres marcha para Viena a pedirle al emperador
que nombre a Jelaèiæ como ban (virrey) de Croacia y así poder unificar toda la
nación, además de formar un ejército croata independiente, responsable del
pueblo croata. A estas peticiones, el emperador concedió el título nobiliario
de ban a Jelaèiæ y al mismo tiempo lo ascendió a general, aunque las demás
peticiones debían ser aceptadas por el Sabor.
Finalmente
el Sabor se reunió el 5 de junio de 1848 y con un inequívoco sentir
revolucionario abolió el sistema feudal, liberó a los campesinos del vasallaje,
instó a la unificación de Dalmacia a Croacia y declaró solemnemente a Jelaèiæ
como ban de Croacia.
Mientras
tanto, los húngaros continuaban con los intentos de imponer su idioma y cultura
y dominio político lo que les valió el levantamiento del ban Jelaèiæ y las
fuerzas croatas que cruzaron el río Sava el 7 de septiembre y comenzaron a
derrotar a las tropas húngaras. Al ver los triunfos, Ferdinando envía tropas
imperiales, por lo que Jelaèiæ cambia la bandera croata por la imperial. Las
batallas entre las tropas de Jelaèiæ y Hungría continuaron en la propia Viena.
En medio de este caos renuncia Ferdinando y asume Francisco José I, que se
encuentra con una Hungría, aliada con los polacos, que no reconoce su mandato y
declara que destronará la dinastía Habsburgo. Inmediatamente el emperador se
alía con el Zar Nicolás I de Rusia y junto a las tropas austro-croatas termina
con la revolución húngara.
Lamentablemente
la fidelidad croata no fue recompensada, ya que todo el imperio cayó bajo el
absolutismo y la germanización del ministro Bach. Si bien esta situación era
complicada, el ban Jelaèiæ logró separar a Croacia de Hungría desde el punto de
vista eclesiástico obteniendo el nombramiento de Zagreb como arzobispado.
Pero a
pesar de esto, la semilla del nacionalismo ya estaba plantada y fue en este
siglo cuando surgió el llamado “Padre de la Patria”: Ante Starèeviæ.
Starèeviæ,
político y escritor del siglo XIX, fue un incansable luchador por una Croacia
libre de centralismos austríacos, húngaros o de alianzas con otros pueblos
eslavos. Su sueño nacional tenía la simpleza de querer tener algo
pequeño, pero propio. Su frase “no importa que Croacia tenga una hora de
ancho y una de largo; lo esencial es que sea un libre hogar de gente feliz” es
más que elocuente. También es de suma importancia reconocer que, pese a no
aceptar bajo ningún punto de vista la influencia extranjera en los asuntos
croatas, como así también de despreciar a los croatas que los servían; para él
era muy importante la tolerancia nacional y religiosa. Como muestra vemos que
su madre era de fe ortodoxa y que a la hora de designar un sucesor entre su
sobrino y Josip Frank (judío croata) se inclinó por este último[14].
Starèeviæ
provenía de la región de Lika y fue a estudiar a Zagreb en un seminario, luego
a Budapest para completar sus estudios en teología e historia y posteriormente
se doctoró en filosofía.
El
surgimiento político de Starèeviæ se dio al responder al emperador ante un
nuevo intento de germanización y centralización de Austria. Esta contestación
se cumplió en el marco del Sabor de 1861 que tuvo a la vez dos consecuencias.
La primera fue la disolución del Sabor hasta 1865 y la segunda, el surgimiento
de una nueva fuerza política que se convertiría en el “Partido de Derecho”.
Las
actividades políticas le valieron a Starèeviæ el ser encarcelado y pasar hambre
por sus continuas contribuciones a los pobres con los pocos dineros que obtenía
como periodista y ayudante en estudios de abogados[15].
En
Croacia transcurría el siglo XIX bajo la influencia de Starèeviæ y del sentir
nacional en continuo crecimiento con el aportes de patriotas como el ban Ivan
Mažuraniæ, Eugen Kvaternik y el obispo Josip Juraj Strossmayer. Dicho sentir
nacional continuaba chocando tanto con Austria como con Hungría.
En lo relativo al imperio, la derrota de Austria frente a
Prusia en la batalla de Sadowa (1866), generó entre otras, tener un ejército
destruido, las finanzas arruinadas y el enfrentamiento con húngaros, croatas y
otras minorías del imperio. Ante esta situación el emperador Francisco José I
opta por negociar con Hungría. Como resultado de esta negociación, el emperador
reconoce la independencia de Hungría y acepta ser coronado rey de esta nación y
ejercer el poder ejecutivo asistido por un ministro húngaro, además de dividir
el imperio entre estas dos naciones. De esta manera nace en 1867 el llamado
Imperio Austro –Húngaro.
Hacia 1883, es nombrado como ban Dragutin Khuen –Hedervary,
húngaro nacido en Croacia, que ejerce su despotismo durante más de veinte
años. El nuevo ban tenía en claro que debía dividir a los croatas para
poder dominarlos. Entre las medidas impuestas por Khuen –Hedervary se destaca
una que tendría sus consecuencias durante todo el siglo XX: dejar a las
poblaciones ortodoxas búlgaras, griegas o valacas bajo administración de la
jerarquía eclesiástica serbia. El contenido ideológico de esta ley era de
dividir a los croatas católicos, perjudicándolos frente a los llamados
generalmente valacos (poblaciones no eslavas de religión ortodoxa) y generar la
conversión de diversas nacionalidades de religión ortodoxa en serbios además de
favorecer notablemente el florecimiento de instituciones serbias por toda
Croacia.
De más
esta decir que fue entonces cuando comienza a gestarse un nuevo antagonista en
la historia croata. Croacia comenzaba a sufrir la influencia y las ansias
expansionistas de Serbia.
De todas maneras, continuaban
las actitudes provocativas propuestas por Kuhen- Hedervary, entre ellas la de
poblar con banderas húngaras toda Zagreb por la visita que hizo el emperador a
Zagreb en 1895. Ante esto los estudiantes quemaron la bandera húngara dando
inicio a un nuevo movimiento nacional, en el que participaron intelectuales y
campesinos croatas, liderados por los hermanos Antun y Stjepan Radiæ de vital
injerencia en los siguientes treinta años. Fue entonces, en el
año 1904, cuando se fundó el Partido Campesino Croata, que unía al noventa
por ciento de la nación croata.
Para finalizar este capítulo
podríamos hacer un resumen de Croacia de principios del siglo XX. Nos
encontramos con una Croacia dividida entre la Dalmacia, que administrativamente
era una provincia austriaca, una Croacia continental con cierta autonomía
dentro del imperio y la región de Bosnia y Herzegovina que fue anexada
definitivamente en 1908 como una provincia del imperio, luego de su ocupación
en 1878. Finalmente un continuo incremento de la población serbia, de sus
instituciones y de sus ideales expansionistas que ya comenzaban a surgir
primero en la propia Serbia y su lucha frente a la dominación otomana y que
luego trasladarían por todos los Balcanes.
Croacia en los
primeros años del siglo XX
Los primero años del
siglo XX transcurrían en una paz relativa. Si bien se continuaba bregando por
la unión de Dalmacia al resto de Croacia, desde 1848 el pueblo no se encontraba
envuelto en ninguna guerra de importancia y gozaba de cierta autonomía.
A la paz
reinante en Croacia se contraponía un belicoso presente en Serbia, que había
comenzado el siglo, más precisamente en 1903, con el asesinato de su rey
Alejandro Obrenoviæ (de tendencia austrófila) y su esposa Draga. Bajo estos
asesinatos comandados por la dinastía Karageorgeviæ (caudillos con tendencias
rusófilas), se escondía como fin proyectar la unión de todos los eslavos del
sur bajo la corona Serbia y el surgimiento de un Imperio Serbio. Quien salió
beneficiado con los crímenes fue el mismo Pedro I Karageorgeviæ, que
soñaba con el destino de grandeza serbio, coronado como rey cinco días
después del asesinato de Obrenoviæ[16].
Con el trascurso de la primera década del siglo, Serbia
comenzaba a sentir que el dominio del imperio otomano sobre los Balcanes estaba
en plena decadencia y era necesario darle el golpe final.
El
imperio turco se había convertido en un Estado gigantesco y anquilosado con
instituciones envejecidas y caducas que lo estaban llevando al ocaso.
A esta
decadencia se les sumaban los crecientes nacionalismos de todos los pueblos
europeos que aún se encontraban bajo su poder. Grecia, Rumania, Bulgaria,
Montenegro y Serbia, naciones que durante aproximadamente seiscientos
años soportaron el poderío otomano, veían que las horas del imperio
estaban contadas.
Mientras tanto el imperio
austro-húngaro negociaba con Rusia un acuerdo para poder anexar definitivamente
a Bosnia. Este pacto, realizado en 1908, permitía no solo incluir a Bosnia en
el imperio, (sin un conflicto armado) sino que también Rusia renunciaría a sus
pretensiones en los Balcanes. Esto sería a cambio del total el apoyo de
Austria-Hungría a los reclamos de los rusos a Turquía por una salida al Mar
Negro, mediante el estrecho de Bósforo y de los Dardanelos.
La reacción en Serbia fue
inmediata. Estaban indignados no sólo de perder su influencia en la región,
sino también por la traición de Rusia que la consideraban su aliado.
Este resquemor no iba a durar
mucho porque el imperio ruso comenzó a multiplicar los gestos de apoyo a los
países eslavos para que expulsaran a los turcos de Europa y enfrentaran a
Viena. El aliento surgió efecto, ya que se logró el acercamiento de Serbia y
Bulgaria, que formaron en marzo de 1912 la “Liga Balcánica”. A esta unión se le
agregarían en abril, Grecia y Montenegro.
En octubre del mismo año
la “Liga Balcánica” ataca a los turcos y da comienzo a la Primera Guerra
Balcánica. Serbios, búlgaros y griegos les propinan importantes derrotas a los
turcos y logran expulsarlos de Europa.
Es importante aclarar que la
“Liga Balcánica” contaba con el respaldo no solo de Rusia, sino también de
Francia y Gran Bretaña que veían en ella un contrapeso al imperio
astro-húngaro y el imperio alemán.
En mayo de 1913 se firma la paz
en los Balcanes, repartiéndose la parte europea del imperio otomano entre los
vencedores, pero este acuerdo no satisface a Bulgaria que ataca al mes
siguiente a Serbia, dando origen a la Segunda Guerra Balcánica. En esta guerra
también se involucran del lado serbio: Rumania, Grecia, Montenegro y Turquía.
Finalmente Bulgaria es derrotada y se pacta la paz en el Tratado de Bucarest.
De las guerras balcánicas Serbia
surge notablemente fortalecida por sus victorias, lo que comienza a generar en
el pueblo serbio la idea de ser el país dominante de la región. Entre las
expectativas a futuro, la más inmediata es lograr el acceso al mar, mediante un
paso a las costas del mar Adriático. Como primera medida, Serbia invade Albania
en septiembre de 1913, pero se retira en octubre por pedido de Austria-Hungría.
Británicos, franceses y rusos
comenzaron a tejer alianzas con Serbia y Montenegro, mientras que Alemania
estrechaba sus lazos con Grecia, Rumania y Turquía. Por su parte
Austria-Hungría se acerca a la maltrecha Bulgaria. En definitiva las grandes
potencias europeas jugaban sus fichas en el tablero balcánico apoyando a uno y
a otro, creando alianzas y generando en sus propios países una escalada bélica
sin igual. Serbia, mientras tanto, esperaba su oportunidad para anexar a todos
los pueblos eslavos del sur, (en especial Croacia, Bosnia y la provincia de
Dalmacia) bajo su poder.
Así llegamos al fatídico 28 de
junio de 1914. Ese día el heredero de la corona austro-húngara, el archiduque
Francisco Fernando y su esposa Sofía, visitaron la ciudad de Sarajevo, capital
de Bosnia. Él había hecho pública su afinidad con el pueblo croata, como
también los deseos de la descentralización del imperio y la concesión de
libertades a los súbditos eslavos.
Lo que debía ser un tranquilo
paseo y un contacto entre el heredero del imperio y el pueblo, se tiñó
de sangre, al ser agredida y asesinada la pareja real por el estudiante serbio
Gravilo Princip, miembro de la sociedad terrorista pro-serbia “mano negra”.
Inmediatamente Austria lanzó un
ultimátum a Serbia para que entregara a los terroristas so pena de intervenir
el país. Nada pudo hacer la diplomacia y el 28 de julio Austria - Hungría
declara la guerra a Serbia. Esta era la excusa que esperaban las potencias
europeas para entrar en escena.
Durante la Primera Guerra
Mundial, Europa se dividió en dos facciones. Por un lado los británicos,
franceses y rusos con otros países entre los que se incluía Serbia y por el
otro Alemania, Turquía y el imperio austro-húngaro dentro del cual estaba la
nación croata.
La guerra fue cruenta y sembró
de muertos a toda Europa. Para octubre de 1918 la guerra estaba decidida a
favor de británicos y franceses que contaban con el apoyo militar de los EE.UU.
Ya nada podía impedir la derrota de Austria-Hungría y demás compañeros
en la guerra.
El Tratado de Versalles, redactado y firmado en Paris
en el primer semestre de 1919, dictó definitivamente la paz y el fin de la
guerra. En éste se reconstituyó geopolíticamente a Europa, se desmilitarizó las
naciones vencidas y el otrora poderoso y multinacional imperio austro-húngaro,
en su desintegración dio lugar a nuevos países como Austria, Hungría,
Checoslovaquia, Rumania y zonas que volvieron a formar parte de Italia y
Polonia[17].
Por su parte, ante la situación
de inminente derrota, el Sabor Croata ya había proclamado su independencia del
imperio el 29 de octubre de 1918. Es aquí donde se planteó el dilema de cómo
actuar en esta nueva Europa en la cual Croacia había resultado perdedora y
Serbia ganadora junto a sus aliados.
Desde el fin del Siglo XIX, a
principios del XX en Croacia se venía gestando la idea del nacionalismo, que
tendía que converger en una Nación independiente como lo habían soñado,
entre otros, Ante Starèeviæ[18]; también había empezado a gestarse en círculos
intelectuales croatas la creencia de que lo mejor para ella era conformar una
unión con otros pueblos eslavos de la región en contraposición al Imperio.
Entre estos intelectuales se
destacan Frano Supilo, político y periodista dálmata y Ante Trumbiæ, quien
había sido disputado por Dalmacia en Viena. Ellos conformaron con otros el
llamado “Consejo Yugoslavo”, que proponía en primer lugar la anexión de
Dalmacia al resto de Croacia[19] y posteriormente la unión de pueblos eslavos del sur en
una república federal, democrática y libre, donde se respetarían las diferencias
culturales, étnicas, religiosas etc.
Supilo y Trumbiæ pensaban que el
nacionalismo croata se fortalecería bajo una bandera “yugoslava” en la creencia
de que todos los eslavos son hermanos y que unidos serían más fuertes[20].
Este “Consejo Yugoslavo” que
había estado trabajando en el transcurso de la Primera Guerra ya comenzaba a
ver los primeros roces entre los países miembros: Eslovenia, Croacia y Serbia.
En 1916 Frano Supilo se retira del concejo desilusionado con el accionar
serbio.
Pero volviendo al fin de la guerra, como ya mencioné,
Croacia se declara independiente el 29 de octubre de 1918, días antes de que
Austria-Hungría capitule el 2 de noviembre. Ante la derrota del imperio, Italia
aprovecha la ocasión y ocupa territorios de Croacia y Eslovenia lo que provocó
la necesidad de unirse a Serbia para impedir la ocupación italiana, que se
cumplió en parte, porque la región croata de Istria y su capital (Rijeka para
los croatas o Fiume para los italianos) quedó en manos de los italianos como
botín de guerra.
Ante esta situación, la Junta
Central del Consejo Nacional de Zagreb, que solo era un comité y no
representaba al pueblo croata, viaja a Belgrado sin autorización del Sabor
(Parlamento Croata) y acuerda con el Parlamento Serbio la creación, de un nuevo
Estado. El 1 de diciembre de 1918 se constituye el Reino de los Serbios,
Croatas y Eslovenos. Este nuevo reino tendría su capital en Belgrado (capital
de Serbia, la gran vencedora de la región) y como monarca, a Alejandro rey de
Serbia.
Este nuevo Estado tomó a los
croatas de improviso, sobre todo al pueblo y campesinado que tenía un contacto
más directo con los serbios que habitaban Croacia desde la invasión de los
turcos, al revés de los círculos intelectuales que no tenían un contacto diario
con ellos y no tomaban en cuenta los diferente caracteres y objetivos de ambas
naciones[21].
Testigo de estos hechos, un
joven obrero metalúrgico recién llegado del frente ruso, un tal Josip Broz, a
quien la historia le tendría guardado un lugar determinante bajo el nombre de
“Tito”. Dice en su biografía “Tito habla”, escrita por su biógrafo oficial,
Vladimir Dedijer lo siguiente: “El Consejo Nacional Supremo compuesto por
políticos de diversos partidos, envió una delegación a Belgrado a rendir
homenaje al rey Alejandro, y proclamó la creación del estado unido de serbios,
croatas y eslovenos.
El único miembro del Consejo Nacional que se opuso a este
acto, fue el jefe del Partido Republicano de los Campesinos Croatas Stjepan
Radiæ, quien dijo a la delegación, cuando se preparaba a abandonar Belgrado:
“Miradlo bien antes de dar el salto... Es un error político enfrentar a vuestro
pueblo con un hecho consumado, producto sólo de nuestra fantasía”.
Tito prosigue, “así, el nuevo
estado se creó sin consultar al pueblo, sin preguntarle siquiera qué clase de
estado se crearía, cómo se establecerían las relaciones entre las diferentes
nacionalidades, si sería una república o una monarquía, o que tipo de
organización social había de adoptarse”.
También hace mención a la sublevación
armada en Zagreb a pocos días de proclamado el nuevo Estado en contra de éste. “La
sublevación fue ahogada con derramamiento de sangre. Hubo trece muertos y
diecisiete heridos. Estallaron revueltas similares en otras partes del país[22]”.
Este ataque a las masas croatas
comenzaba a marcar el rumbo del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. A
los sueños de democracia y federalización se les impuso un reinado
déspota y el centralismo serbio.
Frente a esta coyuntura, los
croatas se alinearon en masa con el político Stjepan Radiæ, que logra unir a
los croatas e intentó frenar el avasallamiento serbio. En las sucesivas
elecciones, de 1920 a 1925, Radiæ y sus seguidores se presentaron y ganaron
aumentando elección a elección la cantidad de votos y de representantes ante el
parlamento de Belgrado. Esto le valió a Radiæ ser perseguido y encarcelado por
el rey Alejandro, quien veía en él un elemento perturbador para los
sueños de hegemonía serbia.
El 8 de febrero de 1925, el
Partido Campesino Croata, que era liderado por Radiæ, a pesar de que él se
encontraba encarcelado, logra un contundente caudal de votos que “obliga” al
rey a negociar y ofrecerle el puesto de ministro de Instrucción Pública. Por el
momento dejaremos aquí la figura de Radiæ, que se acrecentaba día a día como
expresión del descontento croata y como único dique, junto al Partido Campesino
Croata, que contenía los continuos abusos provenientes de Belgrado. Luego
continuaré en otro capítulo[23] con su persona, pero ya como un factor decisivo en los acontecimientos
que desembocarán en la dictadura de la Yugoslavia monárquica, la Segunda Guerra
Mundial y los efectos que causó esta guerra en una nueva emigración croata.
“Brat hrvat je mio, koje
vjere bio”.
Yo acepto como hermano querido a todo croata, sea cual sea su fe religiosa
Dr. Ante Starèeviæ
Bosnia. Pocas palabras se han
leído y escuchado tanto en la prensa mundial durante la década de los ‘90 como
ésta. Incluso creo que ha llegado a convertirse en un sinónimo de la expresión
“guerra sin cuartel” como lo fue en los ‘70 la palabra “Vietnam”. Del
año 1991 a 1995 no hubo un día en el cual no se leyera, escuchara o
viera una noticia referida al conflicto bélico. Entonces a la palabra “Bosnia”
se le agregaba “Sarajevo”, “obús”, “limpieza étnica”, “bosnios musulmanes”,
“bosnios croatas”, “Serbio bosnios”, “Izetbegoviæ”, “Karadžiæ”, “Mladiæ”,
etc...
Con toda
esta información con la que nos “bombardeaban” los medios de comunicación, nos
era más difícil aún entender este laberinto. Porque en la Bosnia de fin de
siglo, se encontraban más mixturados que nunca los croatas y los serbios; los
católicos, los musulmanes y los ortodoxos.
Previo
al desmembramiento de Yugoslavia, para los croatas en el exilio, Croacia era
una Nación que contaba, entre otras, con dos provincias: Bosnia y Herzegovina.
Es decir, Bosnia y Herzegovina formaban parte de la Nación Croata.
Quien
recurra a un mapa de la región podrá comprobar que la actual República de
Croacia es lo más parecido a una “herradura” o una “medialuna” y que en su
interior se encuentra la actual República de Bosnia y Herzegovina, lo que lleva
a pensar que Bosnia se encuentra en el centro de Croacia y que alguna vez
perteneció a ella. Como sé que esta explicación es poco científica, me referiré
a la “Cuestión Bosnia” desde un punto de vista histórico apoyándome en diversos
autores, pero con el fin de que quede en claro que yo tomaré para mi análisis a
una sola Nación Croata y a los inmigrantes que reconociéndose como croatas, de
cualquier religión, y habiendo nacido en Bosnia o Herzegovina, serán tomados
simplemente como habitantes de una región o provincia, como también lo son los
dálmatas o los istrianos.
Como he mencionado, si la actual
Croacia es una “medialuna”, la figura de Bosnia se la podría comparar con una
gran “punta de fecha”, que quiere avanzar hacia occidente. Y en gran medida fue
así, porque de no mediar los mares de sangre derramados por los croatas en pro
de la cristiandad, el Imperio Otomano hubiera avanzado y tomado grandes
ciudades como Roma o Viena.
Pero para poder ubicarnos
geográficamente podemos decir que Bosnia y Herzegovina comprenden una
prolongación de los Alpes, limitando al Norte con las llanuras de la región
croata de Panonia, al Sur con la costa dálmata, al Oeste se destacan los montes
Velebit y al este, separándola de Serbia, el río Drina.
Más allá de lo geográfico,
Bosnia tiene un componente político que no puedo obviar. La división política
de Bosnia data del año 335 d.C. en el que Constantino el Grande,
emperador de Roma, dividió el Estado romano tomando el curso del Drina y siguiendo
esta línea. Teodosio el Grande, en 395, trazó la división definitiva del
Imperio Romano de Occidente y el Imperio Romano de Oriente[24]. Estos emperadores entendieron que era el río Drina el
que separa geopolíticamente a Occidente de los Balcanes.
Fue tan
acertada esta decisión que durante doce siglos, esta frontera natural rigió la
administración de los distintos gobiernos que controlaron la región. Desde el
Imperio Romano al Imperio Otomano.
Bosnia desde su aparición en la
historia ha sido parte integrante de Croacia. Su estructura social, su idioma,
su arquitectura y su urbanismo, su organización político-administrativa y
jurídica son idénticas al resto de las tierras croatas, esencialmente
occidentales, con ciertas particularidades locales.
El nombre de Bosnia aparece por
primera vez en la historia en el más antiguo documento jurídico croata,
Methodos, del año 753, que quedó parcialmente conservado en el escrito
"Reino de los croatas" del siglo XI, y en la "Crónica del Archipreste
de Dioclea" del siglo XII. Estos dos últimos documentos históricos,
igualmente como el emperador de Bizancio, Constantino Porfirogéneto, hacen
varias veces referencia a Bosnia, mencionándola como unidad
político-administrativa del Estado croata, con el título Banovina o "Bosnensem
ducatum”[25].
Bosnia y Herzegovina fueron
ocupadas por las tribus croatas que desde el siglo VII habían llegado a las
tierras Ilirias. El bautismo de los croatas en lo que es hoy Bosnia y
Herzegovina se inició, pues, en 640 y terminó a fines del siglo IX. Salvo
Posavina, otras regiones de Bosnia y Herzegovina recibieron la fe cristiana ya
durante los primeros cien años posteriores a su arribo al Sur, entre 640
y 753[26].
Como en toda Croacia la fe
católica vino de la mano del arzobispo Juan, quien con otros obispos dálmatas
(de cultura latina) y su clero, trabajaron con celo y devoción en la conversión
de todos los croatas. El éxito de ese esfuerzo era grande, sobre todo en el
territorio de la primera tribu croata, que comprendía las regiones de la actual
Bosnia suroccidental: Duvno, Hlivno, Glamoè y el curso superior de los ríos
Vrbaš, Sana y Una. También Zahumlje, que cubría la mayor parte de la
Herzegovina de hoy, muy pronto recibió la fe católica.
Pero fue en este siglo cuando
desde el otro lado del Mediterráneo, se comenzaba a gestar una fe religiosa que
se enfrentaría a la cristiana y que tuvo a mal traer a Europa por siglos. Esta
fe era el Islam.
El sultán turco Mohamed II, en
su primera campaña militar contra Bosnia, en la primavera de 1463, ocupó
todo el reino de Bosnia hasta el río Sana. A fines de ese año, el rey
húngaro-croata Matías Corvino, apoyado por los croatas lugareños, liberó
las partes occidentales y desplazó la frontera turca a las montañas
Vlašiæ y Vranica. A partir de 1463 y durante trescientos años, la
frontera del imperio turco oscilará entre Vlašiæ, Velebit y Una, pero correrá
permanentemente por el centro de las provincias croatas y dividirá a Croacia en
dos bandos hostiles. En esta frontera letal, en el corazón de Croacia, se enfrentarán
las fuerzas del mundo islámico oriental y del Occidente católico. Los
protagonistas principales de esta lucha sin cuartel serán los hijos de Croacia:
de un lado, los croatas católicos de los restos de la Croacia libre; del otro,
sus hermanos islamizados de la Bosnia turca. En esa pelea larga y gigantesca,
los croatas de ambos lados derramarán ríos de sangre y el pueblo croata quedará
reducido al tercio de sus fuerzas nacionales. Con todas las vicisitudes
históricas, los croatas antes de la caída de Bosnia triplicaban numéricamente a
los serbios. Pero, en las luchas seculares, en la frontera fatal del Occidente
y Oriente, en el corazón de Croacia, caerán por ambos lados más de trescientos
mil croatas. Cerca de un millón de croatas católicos será llevado al cautiverio
y dispersado por las regiones turcas y otras hasta Persia, India y Abisinia. De
Bosnia y las regiones limítrofes de la Croacia libre[27] emigrarán más de quinientos mil croatas a Eslovenia,
Austria, Bohemia, Hungría, Italia y otras partes, perdidos totalmente para la
comunidad nacional croata [28].
Bosnia y Herzegovina, provincias
croatas fronterizas, tuvieron como ya lo hemos visto, un pasado turbulento y
fuertes sacudidas étnicas. A lo largo de la frontera oriental de Bosnia, sobre
el río Drina, corría la línea limítrofe entre el imperio Romano del Oeste y el
Este, de las Iglesias Católica y Ortodoxa, entre las culturas Occidental y
Bizantina. A mediados de la segunda parte del siglo xv los turcos trasladan su
línea de combate a la Bosnia occidental, al corazón del país croata, donde
durante cuatrocientos años se desgastarán y extenuarán las fuerzas de
los croatas. En esas incesantes luchas perecerá y será llevada al cautiverio o
emigrará la gran mayoría de los croatas. En Bosnia y Herzegovina la mayor parte
de los remanentes croatas abrazará el islamismo. No obstante todos esos
cambios, Bosnia y Herzegovina permanecerán siendo étnica e idiomáticamente una
provincia croata.
Al surgir movimientos
emancipadores de los cristianos balcánicos durante el siglo XIX, llegó la hora
de que los turcos se retirasen de Bosnia. Por la resolución de las potencias
europeas congregadas en el Congreso de Berlín en 1878, el ejército
austro-húngaro al mando de los generales croatas Filipoviæ y Jovanoviæ ocupó a
Bosnia y Herzegovina, que en 1908 fueron anexadas formalmente por
Austro-Hungría. Dadas las diferencias religiosas que originaron las
divergencias políticas, la tarea de la nueva administración era sumamente
delicada.
La
anexión y administración de Bosnia y Herzegovina fue nuevamente negada al Ban
(Virrey) croata y su administración pasó a manos de los poderes centrales del
imperio: Austria y Hungría. Esta decisión produjo nuevas tensiones que llevaron
a una insurrección que fue rápidamente sofocada.
La incorporación de Bosnia y
Herzegovina al Imperio Austro-Húngaro llevó a ésta a encuadrarse bajo distintas
formas administrativas. Primero como parte del sistema dualista (bajo
administración conjunta de Austria y Hungría) y luego por su rara situación,
fueron consideradas de distintas maneras (como tierra accesoria, como
"Reichsland", como tierra independiente, etc.). Con la constitución
de 1910, Bosnia y Herzegovina no alcanzó la condición de Croacia como Estado,
pero mejoraró su posición jurídico-política.
Esta
ocupación de Bosnia, despertó también en Serbia airados reclamos. Ningún serbio
podía perdonar a Austria haber ocupado Bosnia y Herzegovina, como tampoco el
consentimiento forzado de la Rusia zarista (El pacto secreto estipulado entre
Alejandro II y Francisco José I en Reichstadt).
El odio
serbio aumentaba porque las nuevas autoridades austro-húngaras favorecieron a
los bosniosy trataron de conseguir su respaldo, muy diferente a lo que ocurría
con los musulmanes en los Estados balcánicos recientemente constituidos, donde
eran perseguidos por los cristianos ortodoxos. Además, en esos países regía el
principio de que un buen patriota puede ser únicamente el miembro de la Iglesia
Nacional[29].
Con la llegada del siglo XX, los
ánimos comenzaron a caldearse. La consecuencia fue el atentado al archiduque
Francisco Fernando en Sarajevo (Capital de Bosnia) que desencadenaría la
Primera Guerra Mundial. Nuevamente Bosnia y Herzegovina navegan en un mar de
incertidumbre, pagando el precio de ser, en primer lugar, un bastión del Islam
en medio de Europa, pero principalmente por no haberse conformado en una unidad
en todo su territorio. Porque no solo hay un gran número de musulmanes en
Bosnia y una mayoría católica en Herzegovina, sino que el componente serbio
ortodoxo, es muy fuerte. Estos serbios, fueron expulsados de Serbia por los
turcos varios siglos atrás junto con una gran cantidad de otras etnias de fe
ortodoxa.. Estos, durante el siglo XIX fueron convencidos por la propaganda
político- religiosa serbia como integrantes de la nación serbia y destinados a
formar parte de la Gran Serbia. Así los croatas vieron surgir un nuevo
problema.
Esta combinación de grupos que no tenían un claro dominador y a la
vez era muy conflictivo amalgamarlos en una unidad de cualquier tipo, ya sea
religiosa, étnica, nacional, etc., fue conformando un polvorín en el cual la
paz era una fina cuerda, que cíclicamente se tensaba y se cortaba.
El fin
de la Primera Guerra Mundial, trajo como consecuencia el desmembramiento del
Imperio austro-húngaro. Con la “Paz de Versalles”[30] Bosnia pasa a integrar el “Reino de los Serbios, Croatas
y Eslovenos”, bajo la monarquía serbia.
Durante
la monarquía Karageorgeviæ, los serbios impusieron su poder con tendencia
centralista que atentó contra el modelo federalistas que defendían croatas y
eslovenos. Estos dos último con una mayor nivel cultural y económico crearon
una pugna por los puestos políticos que sistemáticamente se les negaban. Por su
parte, los bosnios padecían como todos, las injusticias que se impartían desde
Belgrado (capital serbia).
La
Segunda Guerra encontró a Bosnia y Herzegovina envuelta en el conflicto sin una
postura unánime. Los habitantes católicos de Herzegovina lucharon en gran
porcentaje por el Estado independiente croata, al igual que los musulmanes de
Bosnia. En menor número otros lucharon como partisanos comunistas , pero todos
tenían como enemigos a los llamados “èetnik” y a la monarquía serbia. Estos
“èetnik” eran guerrilleros monárquicos serbios que desde principios de siglo
realizaban estragos y matanzas por toda Bosnia y durante la gran contienda
tuvieron carta blanca para sus crímenes.
Con la
victoria de Tito y sus partisanos, Bosnia resultó incluida en la nueva
Yugoslavia comunista, junto a Croacia y Serbia entre otros países que la
conformaban.
Desde 1945 hasta 1963 Bosnia y
Herzegovina formaron parte en la Yugoslavia comunista como una “República
Popular” y a partir de allí se convirtió en “La República Socialista de Bosnia
y Herzegovina”.
Si bien la "República
Socialista de Yugoslavia" estaba dividida en seis "repúblicas
socialistas", cinco de las cuales acusan el carácter del estado nacional
(Eslovenia, Serbia, Croacia, Montenegro y Macedonia), Bosnia y Herzegovina no
fueron integradas a Croacia, a la que pertenecen étnicamente, sino que forman
una "república socialista" aparte, reconociéndose oficialmente tres
grupos étnicos: el serbio (todos los que pertenecen a la Iglesia ortodoxa
serbia, organizada sobre el principio nacional), el croata (católicos y la parte
de los musulmanes que se declararon croatas) y el musulmán, que no constituye
un grupo étnico sino confesional, pues étnicamente los musulmanes son croatas.
Los musulmanes figuraban en las
estadísticas como un "grupo étnico" peculiar con el propósito de
separar a Bosnia y Herzegovina de Croacia y de asegurar a los serbios los
puestos directivos, aunque los croatas (católicos, musulmanes y una parte de
los ortodoxos) constituyen la mayoría absoluta de la población. Según el censo
de 1997[31] en la actual República de Bosnia y Herzegovina viven
1.204.800 musulmanes, 933.720 serbios ortodoxos , 451.800 croatas católicos y
421.000 habitantes que no se reconocen en ninguno de los tres grupos
religiosos.
No es mi intención en este
capítulo tratar el tema de la guerra recientemente acaecida en Bosnia , ni
analizar el Estado multiétnico que surgió al terminar ésta, como así tampoco el
futuro de este gran rompecabezas. Mi intención es la de contener a los
inmigrantes croatas que llegados de Bosnia o de Herzegovina. Éstos se sienten
tan croatas como alguien nacido en Zagreb o Split, y se han encontrado hoy con
la alegría de una Croacia independiente pero con la tristeza de ver a su pueblo
o ciudad en un país que no es Croacia. Que no se intemprete lo que digo como
una arenga expansionista, o, lo que es peor, que piensen que Croacia pretende
lo mismo que Serbia. Creo que hoy, las fosas comunes que se encuentran desde
Bihaæ hasta Tuzla o Srebrenica son testigos de la barbarie serbia y de sus
intenciones para con los bosnios.
Que quede en claro que cuando
mencione al inmigrante croata lo haré desde una Croacia que, salvo en casos
particulares, incluirá a Bosnia y Herzegovina.
La tierra donde me criare,
démela Dios por madre.
(REFRAN)
Cuenta la leyenda, que en las
carabelas de Colón, viajaron y llegaron al nuevo mundo en 1492, marineros
croatas junto al genovés. Dato este, difícil de comprobar aunque nos da pie a
pensar que desde la primera llegada de europeos al nuevo mundo, los croatas
estuvieron presentes.
Como ya vimos[32] la suma de factores externos e internos que le tocó
vivir al pueblo croata, hizo de este, un pueblo de emigrantes. Pero no fue ni
un marinero aventurero, ni un campesino, ni un soldado vencido el primer croata
que piso suelo cordobés. Fue un jesuita. El Padre Nikola Plantiæ, ó Nicolás
Plantich ó Nikolaus Planch un hijo de la orden de San Ignacio. Fue a mediados
del siglo XVI cuando arribaron a América los primeros ocho misioneros jesuitas
por insistencia del rey Felipe II. En ese entonces la Compañía de Jesús
se estructuró sobre tres bases: México, Perú y Brasil. En 1570, es creado el
Obispado de Tucumán siendo designado para el cargo el dominico Francisco de
Vitoria. Como este obispo tenía una especial simpatía por los jesuitas,
solicitó su ayuda. Fue así como comenzaron a evangelizar las actuales
provincias de Tucumán, Santiago del Estero y Córdoba, estableciéndose
definitivamente en nuestra ciudad en 1599 [33].
Casi ciento cincuenta
años después, Plantich llega al Río de la Plata en el año de 1748
junto a la expedición del procurador Ladislao Orosz.
Nacido en 1720 en Zagreb, capital de Croacia, Plantich cumplió su
formación religiosa en Viena desde 1736 a 1747, donde fue ordenado sacerdote[34].
Pertenecía
a la Compañía de Jesús y con ella trajo toda su impronta social,
política y religiosa, cuya consigna era la igualdad de los hombres “para una
mayor gloria de Dios”. Para lograr este objetivo él y los demás jesuitas se
formaron con el fin de servir a la evangelización, la cual se llevó a cabo en
la amplia provincia del Paraguay[35].
Previo a
su llegada a Córdoba, Plantich vivió en el Paraguay, desarrollando su misión
evangelizadora y docente.
En las misiones guaraníes
(distribuidas actualmente en los territorios de Argentina, Brasil y Paraguay),
los jesuitas se encontraron con un medio hostil como la selva y con los
guaraníes, nativos de la región, que poseían una fuerte identidad[36].
De su estadía en el Paraguay,
quedó una leyenda, creada en Europa y poco conocida en América del Sur. Esta
leyenda cuenta la historia de “Nicolás I rey del Paraguay”. Este “Nicolás I” en
cuestión era supuestamente el mismo Plantich. Hoy se sabe que fue un invento
creado en Europa para desprestigiar a los jesuitas y poder darle un mayor
consenso al decreto que firmaría el rey Carlos III en el año de 1767.
Esta “campaña de difamación” que se llevó a cabo en Europa, incluía una
guerra de libelos, panfletos y gacetas entre las cuales se encuentra el libelo
“Historia de Nicolás I, Rey del Paraguay y Emperador de los Mamelucos”, o las
gacetas de 1755 en las cuales se decía que era o un “hermano lego” o “un
jesuita elevado al trono por sus compañeros” e incluso los jesuitas
argumentaban que se trataba de un cacique indio. Una prueba que le daba credibilidad
al hecho era una serie de monedas acuñadas a su nombre, pero
investigaciones realizadas a las colecciones mas importantes del mundo de la
numismática, dieron un resultado negativo, como así también un supuesto
recibimiento por la reina de Austria en el cual lo trataba de “colega” a
Plantich[37]. Finalmente, creo que la leyenda de un rey jesuita en
Sudamérica, sólo fue una excusa malintencionada para dar a entender el poder
que comenzaban a acumular las misiones jesuíticas en el nuevo mundo.
Luego de su experiencia en el Paraguay viaja a
Córdoba, y desde el 1 de enero de 1749 actúa como docente en la Universidad
Jesuítica de Córdoba, dictando clases de lógica en 1752 y desde 1753 como
profesor de filosofía, de esta manera, se desempeñó en variadas actividades
docentes, pero no como misionero.
Nunca está de más recordar que
el sistema educativo jesuita sobrevivió a su expulsión y que después de casi
cuatrocientos años, los centros de formación cultural más importantes de
Latinoamérica reconocen la jerarquía y la importancia de la Universidad de
Córdoba. Este reconocimiento a la Universidad, está basado en el equilibrio
racional que buscaron los jesuitas entre el modelo intelectual europeo y la
sensibilidad americana, dentro de la América colonial[38].
De su paso por Córdoba, dejó
como legado un manuscrito con las lecciones de lógica que él dictaba. El
manuscrito en cuestión se llama “Tractatus in logica/ Aristotelis interiora”
(sic). Un hecho importante es que las lecciones no fueron anotadas por él sino
por un alumno suyo, Gregorio Antonio Álvarez de Sosa, estudiante del colegio de
los jesuitas de Córdoba.
Este antiguo manuscrito se le
atribuye a Plantich en virtud de la inscripción Nicolaus Plantich sobre el lomo
del pergamino, si bien no tiene indicaciones de lugar, se deduce que se
trataría del Colegio de los Jesuitas en Córdoba, porque fue allí donde
enseño Plantich en su paso por el Río de la Plata. Por las inscripciones
cronológicas en el libro, se sabe que fue el año de 1752, en el que se
dictó el curso trascripto.
El códice conserva su
encuadernación original de pergamino crudo sin doraduras, cuyas medidas son las
siguientes: Tapa: lomo 3 cm, alto 28 cm, ancho, 14, 4. Consta de 387 páginas
útiles y cuatro folios extras al final. El estado de conservación es bueno y el
texto es totalmente legible. Generalmente sobrepasa las treinta líneas por
página[39].
Sobre el contenido en sí, se han
realizado consideraciones críticas al mismo[40] , donde se considera que está correctamente
estructurado. Algunas incoherencias del texto y en el orden deben ser
atribuidas al escribiente, que varias veces, reconociendo haberse equivocado o
alterado el orden en algún punto, reenvían al lector según diversos llamadas en
el texto.
Siguiendo con el análisis de la
obra, se demuestra que “Plantich era versado en los antiguos autores
escolásticos y que conocía bien los puntos discutidos en las Escuelas. En
cambio no encontramos observaciones sobre autores modernos, y parece totalmente
ignorada la dirección cartesiana de la Lógica, sucediendo aquí lo inverso que
en otros casos, cuando velada o abiertamente los profesores se inspiran en la
Lógica Port Royal. Es claro que esta ausencia no significa necesariamente
desconocimiento, pudiendo interpretarse también como desinterés o rechazo
implícito. ... hemos de apuntar como un dato muy positivo la rigidez con que el
autor se mantiene en los límites del saber natural sin intentar aproximaciones
o referencias teleológicas, como era más que común en sus contemporáneos”.
Esta obra de Plantich, desconocida en Croacia, hasta
la década de los ’80, se conserva en el Archivo del convento mercedario de San
Ramón de Buenos Aires, habiendo pertenecido anteriormente al convento de
Mendoza y fue expuesto al público en general durante la exposición de Los
Archivos . Memoria y la conciencia de los pueblos, en el Museo Nacional de Arte
Decorativo durante el mes de mayo de 1992, como aporte a la conmemoración del V
Centenario.
En 1763 es enviado al Colegio Grande, en Buenos Aires,
donde fue supervisor de estudios superiores, vicerrector y rector del colegio.
Seguidamente su destino fue Montevideo como superior del Hospicio, donde lo
alcanzó la orden de expulsión de 1767.
En 1768
el Padre Plantich volvió a Europa, vivió en Austria hasta el año 1773,
cuando los jesuitas fueron prohibidos en también en Austria. Ese mismo
año se instala en Varaždin, donde vivió hasta su muerte, en 1777.
También es autor de un librito de carácter religioso, que
es la única producción editada que ha quedado, y de una gramática latina de dos
partes en idioma croata.
A buen varón, tierras lejanas,
su patria le son.
(REFRAN)
Antes de
empezar a desarrollar este trabajo es necesario definir la procedencia del
objeto de estudio: el inmigrante croata. A primera vista esto sería simple ya
que uno piensa, “los croatas vienen de Croacia”. Si, es así, presenta su
complejidad.
Cuando
uno habla de un “francés”, piensa en los habitantes del país que, salvo dos mil
años atrás cuando se lo denominaba la Galia, mantuvo su nombre y su
territorio, y cuando decimos “Francia”, todos sabemos que nos referimos al país
que tiene como capital a Paris.
Cuando
nos referimos a “españoles”, “italianos” o “alemanes”, también es claro.
Si bien en estos casos puede haber regionalismos, los inmigrantes de estos
países , cuando llegaban a
América se identificaban frente a las oficinas migratorias con su nombre
nacional o a lo sumo dirían, “soy vasco”, “ soy siciliano” o “soy prusiano”.
Pero así y todo es fácil caracterizar a estos inmigrantes con sus respectivas
nacionalidades. Pero en el caso croata, no.
Los
croatas (hasta 1991), fuera de sus fronteras, lo eran por su propia convicción
nacional. ¿Qué quiero decir con esto? Que en los documentos que portaban
no se hacía mención del nombre “croata”. Los que arribaron antes de la Primera
Guerra a la Argentina, en sus pasaportes se los denominaba “austriacos” o
“húngaros”; a los llegados en 1918 y después, se los inscribía según la región,
como “italianos” o “yugoslavos” hasta 1991.
Por esto
la identidad y la nacionalidad croata se mantenía sólo en la conciencia del
inmigrante que la portaba, no había registros de ello.
Muchos hijos o nietos de croatas
llegados antes de la Segunda Guerra, en algún momento de sus vidas quisieron
saber algo más de sus raíces y conocer la historia de su abuelo. En un primer
momento creían que esto sería sencillo, pero luego tomaban conciencia de los
pocos datos que tenían de él. Quizás porque hablaba poco de su vida en Europa,
quizás porque había venido a la Argentina solo a trabajar y mantenía poco
contacto con sus parientes al otro lado del mar, o quizás porque había muerto
joven para cuando sus hijos o nietos podían comenzar a realizarles preguntas
sobre sus orígenes. Lo importante es que se tenía poco material para comenzar a
investigar su historia familiar.
Primero recurrían a un pasaporte
color sepia que en muchos casos decía que su abuelo era italiano o austriaco.
Hasta aquí parece resuelto el problema, pero se sorprendían cuando veían las
cartas que habían llegado de Europa, y que eran una reliquia familiar, no
estaban escritas ni en italiano ni en alemán, sino en un extraño idioma
con acentos nunca vistos (š,ž,è,æ,ð. )
También notaban que su apellido
no era similar a los típicos apellidos italianos, como tampoco a los alemanes.
Finalmente, la persona que buscaba sus raíces, encontraba que el pueblo de su
padre o abuelo se hallaba en un país del este europeo conocido como Yugoslavia.
Muy bien, pero... cuando en los ‘90 comenzó la separación de las naciones de
Yugoslavia. ¿De que país había venido en realidad el abuelo?
Tal vez, el único documento que pueda
saltear todas las dudas de donde procedía un inmigrante croata, es por el
apellido. Los apellidos croatas fueron la forma de identificarse entre connacionales.
Son innumerable las anécdotas de croatas que se conocieron porque uno leyó o
escuchó el apellido del otro y se presentó ante él preguntado si este era
croata. Pero, aun así, el método no es infalible.
En
primer lugar porque a muchos inmigrantes, por una cuestión de fonética o de
error del funcionario, les modificaron su apellido en los registros argentinos
cuando habían llegado al país. Y el otro motivo es la similitud en algunos
casos, de apellidos de personas provenientes de países eslavos u otros, como
son los polacos, eslovenos,
eslovacos, checos, húngaros, ucranianos, rusos, judíos, serbios o
montenegrinos.
Con todo
esto sólo quiero plantear la complejidad de esta corriente migratoria ya que es
prácticamente imposible constatar fuentes oficiales y que la base del trabajo
se realizará, sobre las personas que hasta 1991 no poseían ningún documento
croata y a los cuales se los podía identificar como tales, cuando afirmaban “Yo
soy croata” o, “Yo soy descendiente de croatas”.
¿De dónde vienen los
croatas?
En este
caso definiré la zona de procedencia del inmigrante que estudiaré; ya que el
país, que denominaremos área expulsora, varió en nombre y extensión a lo largo
del siglo. Como primer concepto para definir al inmigrante croata en cuestión
tendré en cuenta la denominada “Ley de la Sangre” por lo que llamaremos croata
a aquel inmigrante que llegara a Córdoba y que se considerara étnica o
geográficamente croata por su propio origen o el de sus padres.
Geopolíticamente
es un tanto complicado definir simple y llanamente a “Croacia”, merced a los
mega eventos mundiales que conmovieron al mundo en el siglo XX, como así
también a la convulsión étnica, política y geográfica tan distintiva de la zona
balcánica en la cual se encuentra. Si hacemos un recuento de los últimos cien
años, podremos tomar conciencia de los cambios que ha sufrido este país
observando las denominaciones en las cuales se la ha incluido, ya sea formando
parte de otro país como así también en forma independiente, a la nación Croata.
Si bien me explayaré en los acontecimientos históricos en otro
capítulo, es importante tener una primera visión del contexto.
Para tener un conocimiento más
pragmático de los cambios ocurridos en la tierra croata, los graficaré tomando
la vida de mi abuelo croata que vivió todas estas etapas al igual que miles de
sus compatriotas:
·
Nació en 1911 bajo el Imperio
Austro- Húngaro.
·
Su padre muere en una batalla,
en el año 1918, al finalizar la Primera Guerra Mundial, marcando también
el fin del Imperio.
·
Trascurre su adolescencia como
súbdito del Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
·
Realiza el servicio militar en
1933 como soldado del Reino de Yugoslavia.
·
Su primer hijo nace en 1934 como
habitante del Reino de Yugoslavia.
·
Su último hijo nace en 1944 en
la ciudad de Zagreb como ciudadano del Estado Independiente Croata, mientras
que su madre y su hermano, que se encuentran en la región de Dalmacia, se
hallan bajo dominación italiana.
·
Emigra, trabaja y ve nacer a 13
nietos a lo largo de cuarenta y cinco años (1945-1990) en la Argentina,
siendo Croacia parte de la República Socialista de Yugoslavia.
·
Fallece en 1993 sin haber
regresado a Croacia, pero sabiendo que se ha constituido como una república
independiente.
Con esto quiero decir que
obviamente de la actual República de Croacia arribó la gran mayoría de los
inmigrantes croatas, pero es necesario tener este conocimiento previo cuando se
analiza a esta corriente migratoria.
También es importante destacar las características de
las principales regiones croatas, que a la vez variaron de estatus, pasando de
regiones a reinos y de reinos a provincias. Las regiones más importantes que se
mencionarán a lo largo de este trabajo son:
1.
Istria: península al noroeste de Croacia, comprendida entre los
golfos de Trieste y Kvarner. Las zonas del oeste y el sur son llanas y el
centro está ocupada por una meseta. Las principales ciudades son Pazin, Buje,
Buzet, Labin, Poreè, Pula y Rovinj. Étnicamente Istria es croata, aunque
históricamente esta región fue cambiando de dominador según las épocas. Previo
a la llegada de los croatas en el siglo VII, estuvo bajo dominación romana y
luego fue asolada por los bárbaros. Fue parte del ducado de Carintia (976) y
más tarde (siglos XI y XVIII) de Venecia. En 1797 y hasta 1918 pasa a Austria.
En 1920, por el Tratado de Rapallo, a Italia. Ocupada por las fuerzas
partisanas al final de la Segunda Guerra Mundial, en 1947 pasa a formar parte
de la República Socialista de Yugoslavia y a la vez es anexada a la República
Socialista de Croacia.
2.
Dalmacia: Toma su nombre de la principal tribu iliria que ocupaba
la zona. Se extiende a lo largo de todo el mar Adriático y su sola mención trae
a colación todo lo referido a la tradición marinera. Se caracteriza por su más
de mil islas y su clima soleado. Habitada antiguamente por los ilirios, fue
codiciada por las potencias marítimas de turno: desde Venecia hasta Bizancio.
También fue una provincia de Austria (1797-1918) y en 1920 volvió a ser parte
de Croacia, pero dentro del, por entonces, Reino de los Serbios, Croatas y
Eslovenos. Actualmente su principal industria es el turismo. Las ciudades más
importantes son: Rijeka, Zadar, Šibenik, Split y Dubrovnik.
3.
Lika: Región montañosa en la cual se encuentran los montes Velebit, la
cadena montañosa más importante de Croacia. Su su relevancia radica en
ser la barrera natural entre Dalmacia y las zonas continentales. Sus
principales ciudades son: Gospiæ, Otoèac y Senj.
4.
Bosnia y Herzegovina: La actual República de Bosnia y Herzegovina, considerada
históricamente con dos provincias croatas. Para poder explicarlo más
detalladamente, hay un capítulo aparte en este trabajo.
5.
Eslavonia: Toma su nombre de los romanos que llamaban a los croatas
“Slavoni” (eslavos) y a su tierra como “Schiavonia” (Eslavonia). Es la región
con los suelos más ricos. Virtualmente es el granero de Croacia. De aquí se
extrae el famoso “Roble de Eslavonia”. Así como a Dalmacia se la llama la
“Croacia marítima”, Eslavonia y la zona de la capital Zagreb es la “Croacia
continental. Vukovar, Osijek, Ðakovo, Valpovo y Vinkovci son las ciudades más
importantes.
6.
Zagorje: Comprende todos los alrededores de la capital croata:
Zagreb. Emplazada a orillas del río Sava y fundada hace más de novecientos
años, es el centro cultural, económico, político e industrial de
Croacia, además de concentrar al 20 % de la población.
Tampoco hay que olvidar las regiones en las cuales, durante
siglos, vivieron croatas y que ahora forman parte de otros países, por causa de
los turbulentos cambios geopolíticos. Estas regiones y los países a los cuales
pertenecen son:
1.
La región de Srijem, hoy parte
de la República Serbia.
2.
La región de Boka Kotorska
anexada por Montenegro.
3.
Las Regiones de Banat y Baèka,
actualmente forman parte de la provincia autónoma de Vojvodina en la República
de Serbia.
Habiendo aclarado tanto el
objeto de estudio, como su complejidad pasaré a desarrollar el trabajo en sí,
con la intención de contar, describir y analizar a los emigrantes de una nación
milenaria, comparando y estudiando las diversas olas inmigratorias, tanto en
forma general o grupal como así también en los casos particulares.
Sea la América para toda la humanidad.
Antes de desarrollar el
trabajo en lo relativo a la inmigración croata en Córdoba es necesario realizar
un marco general previo de la misma en la República Argentina. Para esto
describiré sumariamente las distintas corrientes migratorias y sus
características; presentaré también una breve reseña de los croatas más
destacados en el ámbito nacional.
Generalmente
las corrientes migratorias croatas en Argentina se dividen en tres, siendo las
dos primeras similares y la tercera sin punto en común con las anteriores.
El
primer período abarca desde 1870 hasta 1914. En estos años los croatas
emigraban principalmente de la costa dálmata, preponderantemente desde la
franja que componen Split- Boka Kotorska, (sur de Dalmacia) y sus respectivas
islas (en especial Braè). Su principal motivación en el momento de emigrar fue
económica. Se distribuyeron en Capital Federal, sobre todo en la Boca y
Avellaneda y en las zonas agropecuarias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Chaco,
Formosa y también una importante cantidad en la Patagonia y Cuyo
El
segundo período corre de 1918 a 1935. Luego de la Primera Guerra Mundial, la
pobreza empujó nuevamente a los croatas a emigrar. Dalmacia siguió siendo la
región con más emigrantes, aunque se le sumaron importantes contingentes de
Istria y Herzegovina. Esta migración se distribuyó geográficamente por todo el
país, tanto en las zonas agropecuarias como en los grandes centros urbanos.
La
tercera corriente fue el resultado del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Emigrados políticos contrarios al régimen de Tito y la supremacía Serbia fueron
llegando hasta mediados de los ’60. De todas las regiones croatas y de todas
las clases sociales, se afincaron principalmente en los grandes centros urbanos,
siendo escaso el establecimiento en zonas rurales.
Las
cuestiones económicas y políticas que motivaron a emigrar serán descriptas en
sus respectivos capítulos.
En
estas corrientes llegaron personas que ayudaron al progreso del país. Como
sería muy largo enumerar a todos los que se destacaron en la Argentina, tomaré
aquí solo algunos nombres del siglo XIX, de los cuales escribiré una breve
reseña biográfica. A otros me referiré más adelante.
En primer lugar hablaré de
un croata que, gracias a su trabajo, trascendió mundialmente con su invento,
llevando junto con él el nombre de la Argentina. Estoy hablando de Juan
Vucetich (Ivo Vucetiæ para los croatas). Nació en Hvar, una de las islas
dálmatas el 20 de julio de 1858 y falleció en Dolores, provincia de Buenos
Aires el 25 de enero de 1925. Llegó a la Argentina en febrero de 1884, a la
edad de 24 años.
Su
principal obra fue el descubrimiento y la implementación del “Sistema
Dactiloscópico Argentino”.
Para 1891, Vucetich era empleado de la
Policía de Buenos Aires y trabajaba como amanuense en las oficinas destinadas a
la identificación criminal. Por entonces había en el mundo una serie de teorías
y métodos destinados a la identificación de personas. El procedimiento que se
empleaba en la Argentina era el de Alphonse Bertillon y su antropometría. Este
método se basaba en una serie de medidas de distintas partes del cuerpo de una
persona que tenía como fin no identificar al sujeto, ya que la identidad se
resumía a las señas particulares y a las cicatrices[41].
Ese
mismo año, Vucetich leyó un número de la Revue Scientifique, en la cual
se publicaba un trabajo de Francis Galton (estudioso en temas del dibujo
dactilar). En solo dos meses, Vucetich inventó una forma de sistematización de
la información obtenida de las huellas dactilares.
En lo referido a estas
huellas, ya había científicos que las estaban investigando, pero obteniendo
logros aislados referidos a los dibujos de la impresión digital. El gran merito
de Vucetich es haber descubierto que las características esenciales de las
eminencias papilares (cada una de las elevaciones de la capa superficial de la
piel) son la inmutabilidad y la individualidad, ya que no hay dos dactilogramas
idénticos. En un primer momento su descubrimiento fue llamado “Sistema
Iconofalangométrico”, que luego cambió su nombre a “Dactiloscopia”, del griego
Daktilos (dedo) y Skopein (examinar)[42].
Luego
de que su invento fuera probado en varios casos policiales, el sistema fue
adoptado primero por la Policía de la Capital Federal (actual Policía Federal)
en 1892, y se fue extendiendo por el mundo. Los primeros fueron Brasil y Chile,
para convertirse con el tiempo en un sistema universal.
En
1916 impulsó y fue el primer director del Registro General de las Personas de
la provincia de Buenos Aires, que sería precursor del Registro Nacional.
Fue
premiado y reconocido por todo el mundo y hoy en día la Escuela de Cadetes
(oficiales) de la Policía de la Provincia de Buenos Aires lleva su nombre.
Otros croatas distinguidos
fueron los fundadores de la flota mercante argentina: los hermanos Nicolás y
Miguel Mihanovich (Nikola y Miho Mihanoviæ ): De una humilde familia del pueblo
de Doli, próximos a la ciudad de Dubrovnik, nacieron los hermanos Mihanovich.
El mayor, Nicolás, nació en 1848 y vivió toda su infancia y su adolescencia en
un ambiente de amor al mar y a los barcos. De joven supo los secretos del buen
marinero y comenzó a navegar tanto por el Adriático como por el mar Jónico.
Como tripulante de una fragata inglesa llega a las costas de Montevideo. De
allí se embarcó hacia el Paraguay que se hallaba en guerra. Pero esta situación
fue beneficiosa para él, ya que fue contratado por el gobierno argentino para
el traslado de tropas y provisiones mediante el tráfico fluvial. Así, con un pequeño
bote, Nicolás Mihanovich se dedica al traslado de pertrechos por el Alto
Paraná.
Con
el dinero reunido se traslada a Buenos Aires en 1868, donde algunos
connacionales lo convencieron de las oportunidades de trabajo para quedarse en
la Argentina.
Ya
instalado en el puerto de Buenos Aires se asocia con el genovés Juan Bautista
Lavarello, con quien trabaja trasladando los pasajeros desde el barco, que no
podía acercarse por lo bajo del río, hasta el puerto. Posteriormente muere su
socio y Mihanovich se casa con la viuda y se hace cargo de sus seis hijos,
aunque con el tiempo se convierte en un patriarca porque tendría seis más con
su mujer. De esta unión se aumenta el potencial de la flota que ahora dirige el
propio Mihanovich.
El
principal negocio seguía siendo el traslado de personas o el remolque de barcos
hasta la costa, trabajo que se incrementó en primer lugar por la sagacidad de
Mihanovich y por el aumento de la llegada de los inmigrantes, por los cuales el
gobierno pagaba el traslado al puerto.
Asociándose
con otros capitanes, entre ellos su compatriotas Zuanich y Cosulich, logra
reunir el capital necesario para la adquisición de nuevos barcos hasta formar
una importante flota. Para 1888 compra la parte de sus socios y queda como el
único dueño de “Nicolás Mihanovich y Cía”.
Con la
Conquista del Desierto organiza el circuito naviero hacia el sur. Su flota se
expande tanto con la compra de lanchas y remolcadores, como con los vapores
“Dalmacia” (500 ton). y el Austria (1000 ton). También establece el servicio de
viajes de Buenos Aires a Colonia y Carmelo en el Uruguay.
En 1909
la empresa se transforma en la Compañía de Navegación Nicolás Mihanovich
Ltd, con directorios en Londres y Buenos Aires, ambos presididos por su
fundador. Cuenta con trescientos barcos a vapor o motor, sesenta y ocho
remolcadores y doscientas lanchas de distintos tonelajes, que realizan
servicios de línea de carga, pasajeros, excursiones, etc. En estas
embarcaciones trabajaban más de cinco mil tripulantes, en su mayoría diestros
marineros dálmatas como él.
Fue
designado cónsul y barón por el emperador Francisco José y también recibió
condecoraciones de los soberanos de Rusia, Inglaterra y España. En el
Paraguay existe un pueblo y en la Argentina un barrio obrero, construido con
sus donaciones, que lleva su nombre. En 1929, a la edad de 83 años,
fallece.
Miguel Mihanovich nació en 1862
y llegó a la Argentina llamado por Nicolás en 1874. Comenzó sus tareas de
marino como comisario de a bordo de los barcos de su hermano, en el recorrido
de Buenos Aires a Bahía Blanca. En 1889 crea su propia compañía naviera
“La Sud Atlántica”, dedicada al tráfico por el sur del país.
En 1907 construye un muelle en
Carmen de Patagones y pocos años después contaba con nueve vapores,
dieciocho lanchas y dos remolcadores. Esta compañía contribuyó mucho al
progreso de la Patagonia, estableciendo los primeros servicios regulares entre
Buenos Aires y la misma. Luego extendió su recorrido hasta llegar a las
ciudades brasileras de Río Grande, Porto Alegre y Río de Janeiro. En 1920 se
retira cediendo sus acciones a la empresa de su hermano Nicolás. Hombre de
trabajo, recompensó a sus empleados repartiendo 75.000 pesos en oro, entre los
obreros en concepto de premios y retribuciones extraordinarias, por la venta de
la compañía de vapores. Murió en 1938.
Los hermanos Mihanovich no solo
eran conocidos como hombres de trabajo y negocios sino como personas de bien.
Nicolás donó el dinero necesario para la instalación de la Sociedad de Socorros
Mutuos Austro – Húngara, como también el dinero solicitado por el obispo
monseñor de Andrea para la construcción de las casas de un barrio de
obreros. Miguel fue parte del directorio de instituciones tales como: Patronato
de la infancia, Liga Argentina contra la tuberculosis, Sociedad de Educación
Industrial, Institución Mitre, Centro Naval, etc. Además, Miguel, aportó dinero
para la organización croata que se dedicaba a la protección y enseñanza
profesional de los aprendices obreros: “Hrvatski Radiša”. También contribuyó, junto
a su hermano, en numerosas obras culturales y sanitarias, realizadas en su
pueblo de origen, como también en otras localidades cercanas a Dubrovnik[43].
Por todo lo realizado, los
hermanos Mihanovich son considerados los fundadores de la Flota Mercante Argentina.
Por último describiré la vida del Mayor Ingeniero
Santiago Buratovich (Jakov Buratoviæ). Buratovich pisó suelo argentino,
proveniente de Dalmacia, a la edad de 22 años en 1868. Recomendado por
el Ingeniero De Leseps, llegó a nuestro país para realizar una serie de
estudios de sondeos sobre los ríos de la Plata y Paraná. La recomendación tenía
su peso por sus trabajos realizados en la construcción del Canal de Suez, donde
tuvo a cargo más de tres mil obreros.
Deslumbrado
por la tierra argentina y sus posibilidades de trabajo decidió quedarse en el
país e inmediatamente comenzó a trabajar tanto en emprendimientos privados como
públicos. En la ciudad de Rosario contrajo matrimonio y proyectó su puerto, la
línea férrea del Sauce en San José y Montevideo y el Puerto del Sauce en la
República Oriental del Uruguay. Bajo su dirección se proyectaron los primeros
ferrocarriles de Santa Fe y se construyeron los primeros tranvías en Rosario,
Paraná y San Nicolás de los Arroyos.
Buratovich
se destacó en los tendidos telegráficos entre Rosario, Córdoba y Tucumán.
En
1876 se lo nombra jefe constructor del telégrafo nacional, siendo ministro de
Guerra el Dr. Adolfo Alsina. Su valioso aporte en la construcción de las líneas
telegráficas le valió el grado de Mayor del Ejército y fue incorporado al
Ejército del Sur.
En
la Patagonia realizó la ardua tarea de comunicar a los fortines mediante el
telégrafo. El programa trazado para los poblados de Azul, Carhué y Guaminí se
completaron sin inconvenientes pero, durante el tendido de la línea entre Puán
y Bahía Blanca, sufre los primeros ataques de los malones. De allí en más todos
sus trabajos por el Río Negro, desde Carmen de Patagones hasta Conrado
Villegas, siempre fueron atacado por bandidos o tribus de la zona. Una vez
finalizada la Campaña del Desierto por el general Roca, Buratovich se
retira para trabajar en su estancia.
En
1908, mientras se construía la línea de Carmen de Patagones por la empresa del
Ferrocarril Pacífico, reservó un lote de 1500 ha. para la construcción de un
pueblo al cual dotaría de una estación. Si bien logró trazar las divisiones del
futuro pueblo, no pudo ver su obra ya que falleció el 1 de agosto de 1909. No
obstante su hijo Santiago cumplió con la promesa y se remataron las tierras, dando
paso a una localidad del partido de Villariños, Provincia de Buenos
Aires: Mayor Buratovich[44].
¿Cuántos
croatas hay en la Argentina?
Cuando alguien establece su
objeto de estudio, lo hace según determinadas cuestiones que promueven el
interés en adquirir dicho conocimiento. Uno de estos intereses es porque
llanamente considera al objeto como importante para la sociedad en la cual se
encuentra.
Si
decimos que el objeto de estudio es el inmigrante croata y el marco es no sólo
la inmigración en la Argentina, sino la sociedad Argentina misma, es importante
poder demostrar la influencia de los croatas en ella.
Más
arriba habíamos hablado del efecto determinante de croatas en acontecimientos
de gran envergadura, pero también es importante ver la influencia en el
quehacer diario del país. Esto lo determina el vecino que vive en el mismo
edificio, barrio o campo. Pero para que una comunidad extranjera pueda
destacarse en la vida de un país de inmigrantes, es importante tener un caudal
de gente para poder ejercer dicho peso.
La
colectividad croata, en general no es tomada en cuenta frente a las masivas
corrientes de inmigrantes italianos, españoles, árabes, judíos, alemanes
o polacos. Si bien es “vox populi” entre los croatas, que estos y sus
descendientes alcanzan el número de ciento cincuenta mil en todo el país, es
difícil demostrarlo por lo que es una constante en la inmigración croata: no
existen las estadísticas oficiales. Por esto me planteo. ¿ Cómo
demostrar con datos no manipulados la importancia de la colectividad croata en
la Argentina?
La
estadística es un medio para informar, aunque muchas veces es utilizado por el
estadista para “dibujar” lo que este desea afirmar. Por eso busqué la forma de
demostrar la importancia de la cantidad de croatas en nuestro país, mediante
datos aleatorios. Mi trabajo estadístico para demostrar este punto consistió en
lo siguiente:
1. Tomé jugadores del plantel de fútbol (23
hombres) que representaron a Croacia en las eliminatorias y el mundial de
Francia ’98.
2. Gracias a Internet, pude conectarme con la
página de información de la empresa de servicio telefónico Telecom
(w.w.w.teleinfo.com.ar). En esta página hay una “máscara” en la cual hay en
blanco una serie de casilleros: Teléfono, Calle, Barrio, Provincia, Nombre, Apellido,
etc. Con solo llenar uno de estos nos darán los datos completos de la persona
que responda a la característica señalada.
3. Como ya lo mencioné para los croatas el
apellido es una forma de identidad nacional.
4. En esta página de Internet, tomé el casillero
del apellido, el cual era llenado con el apellido de cada uno de los jugadores
de fútbol croata, e inmediatamente figuraban los registros de las personas que
en el territorio argentino tenían el mismo apellido y que por lo tanto se
infería que eran croatas o descendientes.
5. Cabe aclarar que en la pantalla figuraban no
todas las personas con el mismo apellido del jugador de fútbol croata, sino
solamente las personas titulares del teléfono. En definitiva, no figurando ni
sus familiares (abuelos, padres, hijos, etc. con el mismo apellido), ni los que
tenían el teléfono a nombre de su pareja, ni las mujeres que usan el apellido
de su marido no-croata, ni los que son descendientes de croata por parte de
madre y por supuesto los que no tienen teléfono.
Pese a todas estas
restricciones comencé a cargar los datos de los jugadores para ver el
resultado. En un primer momento me decepcione cuando vi que el goleador del
mundial ’98, Davor Šuker, no tenía ningún “pariente” en la Argentina. La
decepción siguió con el “estratega” Robert Prosineæki, con ningún dato
positivo.
Pero luego mi entusiasmo
creció cuando tomé nota de que los delanteros Alen Bokšiæ y Goran Vlaoviæ,
tenían dos datos cada uno. Luego el “cerebro” del equipo, Zvonimir Boban, tenía
6, los defensores Slaven Biliæ (14) e Igor Štimac (6) también tenían lo suyo.
Por supuesto no podían
faltar los arqueros: Si bien Marijan Mrmiæ no tenían a nadie aquí, el arquero
titular Dražen Ladiæ contaba con 6 y el 3º arquero Tonèi Gabriæ reunía 14.
A partir de allí me encontré
con algunos que no sumaban a nadie como Robert Jarni y Nikola Jurèeviæ, pero a
otros con números sorprendentes.
Los cinco primeros en el
ranking eran: 5º El delantero Tomislav Erceg con 39 datos y 4º Goran
Juriæ con 44. El podio lo comprendían Niko Kovaè, 3º con 45, Dario Šariæ,
2º con 67 y primero el ex volante del Parma italiano, Mario Staniæ con la
notable suma de 97 registros.
El
registro final fue el siguiente:
Mario |
Staniæ |
97 |
Dario |
Šariæ |
67 |
Niko |
Kovaè |
45 |
Goran |
Juriæ |
44 |
Tomislav |
Erceg |
39 |
Igor |
Tudor |
34 |
Zvonimir |
Soldo |
34 |
Tonèi |
Gabriæ |
14 |
Igor |
Cvitanoviæ |
14 |
Slaven |
Biliæ |
14 |
Silvio |
Mariæ |
13 |
Krunoslav |
Jurèiæ |
12 |
Dražen |
Ladiæ |
6 |
Zvonimir |
Boban |
6 |
Igor |
Štimac |
5 |
Aljoša |
Asanoviæ |
4 |
Goran |
Vlaoviæ |
2 |
Alen |
Bokšiæ |
2 |
Davor |
Šuker |
0 |
Robert |
Prosineæki |
0 |
Marijan |
Mrmiæ |
0 |
Nikola |
Jurèeviæ |
0 |
Robert |
Jarni |
0 |
Creo
que es notable que en la Argentina se encuentren 97 personas titulares de
teléfono que respondan al apellido de un jugador de fútbol, porque podemos
inferir que hay como mínimo, cuatro personas más por cada registro encontrado.
En
total encontré 452 datos por todos los jugadores. De aquí cada uno podrá tomar
nota de la importancia de una colectividad que sumó 452 registros de este tipo
sólo con los 23 apellidos de jugadores de fútbol.
Pero,
cambiando de ángulo, cuando obtenía estos datos por apellido, venían de la
siguiente manera:
Con esta suma de datos me
parece poco, solo quedarme con el apellido, por lo que creó importante tomar
los datos de las ciudades y provincias para poder realizar una muestra de la
distribución de los croatas en todo el país, pudiendo llegar a ser
significativa y describir las pautas de establecimiento en los distintos puntos
geográficos de la Argentina.
En primer lugar la Provincia de Buenos Aires, como con todo
en nuestro país, cuenta con la mayor cantidad de registros (162 datos)
alrededor de 35% distribuidos no solo en el llamado Gran Buenos Aires: Lanus,
Bernal, San Justo, Wilde, San Isidro, Dock Sud, Hurlingam, Morón, Moreno,
Vicente López, Sarandi, Avellaneda y otros. También son importantes en La
Plata, Tandil, Bahía Blanca y Mar del Plata como en varios pueblos distribuidos
por toda la provincia.
La segunda provincia es
Santa Fe. Esta provincia recibió una importantísima cantidad de croatas que en
su gran mayoría se dirigieron a trabajar en los fértiles campos del sur
santafesino, formando verdaderas colonias en los pueblos que los albergaban.
Lamentablemente esta notable cantidad no influyó en la colectividad croata en
general por lo disperso de su distribución y por ser en su gran mayoría una
inmigración de principios de siglo que se fue diluyendo con el tiempo.
Es importante destacar la
provincia de Santa Fe por lo siguiente. En la ciudad de Villa Mugueta, el 29 de
mayo de 1927 se fundó la sociedad “Hogar de los emigrantes croatas” en América
del Sur. En esta oportunidad se reunió la cantidad de 125 croatas llegados de
todas partes quienes firmaron un testimonio como “ Iniciadores, Organizadores,
Patriotas, Contribuidores y Adherentes a la vida social del Hogar de los
inmigrantes croatas”. Lamentablemente esta sociedad se diluyó sin dejar
rastros.
En definitiva en la provincia de Santa Fe se registraron 103 datos
(23%). Lo curioso fue su atomización ya que no se destacaban los de las
ciudades más grandes como Rosario y Santa Fe, sino los de los pequeños
poblados como Chabas, Arequito, Villa Mugueta, San Lorenzo, Venado Tuerto, San
José de la Esquina, San Carlos del Centro, Carmen, Gálvez y Anmstrong.
Seguidamente se ubica la
Capital Federal. Destino común de los inmigrantes que al bajar del barco
preferían buscar su lugar en el mundo cerca del puerto que los viera llegar.
Los 72 registros (16%) se ubican por toda la ciudad, no habiendo ninguna zona
en especial.
En cuarto lugar se
encuentra Córdoba con 54 (12%). Si bien la mayoría (30 datos) se concentran en
la capital varios se encuentran en la zona serrana como Villa Carlos Paz, La
Falda, La Cumbre y Villa General Belgrano. También se encontraron en Marcos
Juárez, Camilo Aldao, Adelia María, Pueblo Italiano, Río Cuarto y
sorprendentemente, la segunda ciudad con más datos es Guatimozin con 5.
El Chaco ocupa una
importante plaza con 17, distribuidos en ciudades como Las Breñas,
Presidente Sáenz Peña, Quitilipi y Resistencia.
De allí en más encontré en
las provincias de la Patagonia: Río Negro 7, Chubut 5, Tierra del Fuego 4,
Santa Cruz 1 y Neuquen 1. Las ciudades principales son: Villa Regina, Comodoro
Rivadavia y Río Grande.
En la región cuyana hallé 3
datos para Mendoza y un por San Juan, pero en este caso, creo que no son
significativos, porque la inmigración croata en estas provincias es mayor.
Si bien los croatas eran
reticentes a emigrar al noroeste argentino, Tucumán (6) Jujuy (5), Salta (3) y
La Rioja (3) también están presentes.
Y por último tenemos a
Formosa (2) y con solo un registro a La Pampa, Entre Ríos, Neuquen y
Corrientes.
Este es el ranking por
provincias:
Bs As |
162 |
Santa Fe |
103 |
Capital |
72 |
Córdoba |
54 |
Chaco |
17 |
Rió Negro |
7 |
Tucumán |
6 |
Chubut |
5 |
Jujuy |
5 |
Tierra del Fuego |
4 |
Mendoza |
3 |
La Rioja |
3 |
Salta |
3 |
Formosa |
2 |
Santa Cruz |
1 |
San Juan |
1 |
La Pampa |
1 |
Entre Ríos |
1 |
Neuquen |
1 |
Corrientes |
1 |
Con estos datos
significativos podemos tomar una idea aproximada de la dimensión de la
comunidad croata en la Argentina, pero me pareció importante, siguiendo con
este método de los titulares de líneas telefónicas, agregar a los deportistas
mencionados, a algunos de los notables croatas de todos los tiempos.
En primer lugar mencionaré
a Rudjer Boškoviæ (1711-87) científico jesuita fundador del observatorio de
Milán. Sus “parientes” en nuestro país ascienden a 20 personas. Otro notable
intelectual, filósofo y teólogo, Marko Maruliæ (1450-1524) obtiene 6 datos
positivos.
De los tres personajes más
importantes del siglo XIX también hay datos. Con mayor cantidad de ellos está
Ante Starèeviæ (1823-96), llamado “el padre de la patria” con 17, luego le
sigue de Eugen Kvaternik (1825-71) considerado el primer revolucionario moderno
de Croacia con 6 y el ban Josip Jelaèiæ(1801-59), quien suprimió el feudalismo
en el territorio croata, con 3.
Entre los artistas se
destacan el fabuloso escultor Ivan Meštroviæ (1883-1962) con 18 y el ban y
poeta Ivan Mažuraniæ (1814-90)) con 2, aunque otro afamado artista como Julije
Kloviæ (1498-1578) no presenta datos a su favor.
De los promotores del
ingreso de Croacia a una unión con Serbia, prácticamente no hay registros ya
que Frano Supinlo (1870-1917) no cuenta con ninguno y Ante Trumbiæ (1864-1938) con
uno solo.
Si Stjepan Radiæ
(1871-1928), viejo líder del Partido Campesino Croata, resucitara , tendría
aquí suficientes personas (24) para formar un nuevo partido.
Llegando a los protagonistas de la Segunda Guerra Mundial vemos
que de las facciones enfrentadas también tienen su “representantes” aquí. Josip
Broz (1892-1980), más conocido como “Tito” posee 19 y por parte de Ante Paveliæ
(1889-1959) hay 4. Pasando a personajes de segundo nivel, hay por un lado ocho
homónimos del apellido del héroe partisano Veæeslav Holjevac (1917-70) y trece
del héroe ustaša Jure Francetiæ (1912-42). No hay registros de ningún
“familiar” de monseñor Stepinac.
Desde el punto de vista
científico y cultural es notable la cantidad de representantes de los tres
premios Nobel croatas. Pese a ser mirado con recelo por su afinidad con los
serbios, Ivo Andriæ, Premio Nobel de Literatura del año 1961, logra la
notable suma de 53 datos. Por su parte, son importante los números alcanzados
por los Premios Nobel de Química Lavoslav Ružièka (7) , Premio Nobel 1939 y
Vladimir Prelog (2) en 1975.
Finalmente quien es
mundialmente reconocido por su aporte en el campo de la electricidad y la
radiofonía trifásica, el científico Nikola Tesla , cuenta con cuatro.
Curiosamente, de los
políticos actuales, llámense Franjo Tuðman, Stjepan Mešiæ, Ivica Raæan o Dražen
Budiša no se encuentra ningún dato.
Con
lo anteriormente mencionado espero haber graficado la importancia y la cantidad
de la corriente inmigratoria croata. Ahora me focalizaré en la inmigración
croata en Córdoba.
Contra vientos y mareas
Contra lluvias y peleas
A pesar de tanto cuento
A pesar de que anda lento
Córdoba va...y va.
Ya hemos visto los
motivos que causaron las corrientes migratorias croatas. De esta manera sabemos
que hay dos principales: una posterior a la Primera Guerra Mundial y otra luego
de la Segunda Guerra. Con estas, estaríamos abarcando aproximadamente unos
cuarenta años ( 1920-1960). En este período el área de recepción se fue
modificando, ya que la ciudad de Córdoba y sus alrededores sufrió a lo largo de
esos años una serie de mutaciones, a nivel de infraestructura, de
población, en lo económico y en lo social. Estos cambios fueron tan radicales,
que la Córdoba con la cual se encontraron los llamados "viejos
inmigrantes" es en muchos casos, "otra ciudad", comparada con
las sociedad cordobesa de fines de los '40 y la década del '50 a la cual
arribaron los "nuevos inmigrantes".
La Córdoba de los
años '20, era aún una gran aldea. Con sus costumbres de pueblo que no
terminaba de conformar la ciudad dinámica que era necesaria al centro del país.
La década anterior había avanzado grandes pasos, gracias a la gobernación de
Ramón J. Cárcano.
La producción
agrícola-ganadera fue la principal fuente de crecimiento, aunque el gran
porcentaje de las ganancias fluían más al puerto que a la ciudad. Córdoba en
aquellos años se encontraba, por falta de buenas carreteras,
prácticamente aislada del resto de las ciudades de al provincia, las cuales
solían tener mayor y mejor contacto con Rosario y Buenos Aires.
La tranquilidad y el
conformismo le daban su ritmo cansino a la vida de los cordobeses. Ni siquiera
la reforma universitaria del '18 pudo alterar esto. La ciudad se suscribía solo
al centro, un viaje a Carlos Paz era una aventura y uno a Buenos Aires era un
acontecimiento que incluso se solía publicar en la sección sociales de los
diarios.
"El centro
activo, vital, de la ciudad se cumplía en un radio de no más de 10 manzanas. La
avenida Vélez Sársfield por el oeste , la calle 27 de Abril por el sur, la
calle Colón por el norte y la calle Buenos Aires por el este marcaban los
lindes de toda actividad. Lo demás era caserío. La comunicación estaba a cargo de
10 líneas de tranvías y algo menos de colectivos, con pocas unidades para cada
una de ellas. No había gran comercio, ninguna industria de importancia, salvo
tal vez la calera y los alfajores... La política y la Universidad constituían
las únicas fuentes de un alto "status social"[45].
En lo referente a lo laboral, las principales
industrias de esos años eran: las canteras de cal y piedra, los molinos,
los aserraderos, las cervecerías y el ferrocarril. Éste generaba a al vez una
serie de oficios como: maquinista, foguista, limpiador, carbonero, mecánico,
engrasador, electricista y demás[46].
Una fuente de trabajo
que fue la Empresa de Luz y Fuerza (luego se convertiría en Epec) que, por
proveer gran cantidad de energía a un precio accesible, sería el motor general
de todas las industrias de Córdoba y estaba llamada a ser una de las industrias
más importantes del interior del país.
En los años '30,
Córdoba sintió la baja de un 70% de los precios en los productos agrícolas y
ganaderos con respecto a la década anterior.
En lo político, a nivel nacional se imponía el
"fraude patriótico" y en Córdoba surgía la figura disidente de Amadeo
Sabattini como gobernador. Él consideraba que la industria debía ser la
principal fuente de progreso y que para llevar a cabo un plan concreto de
industrialización era necesaria la posesión de la energía. Su frase de cabecera
"Agua para el norte, caminos para el sur y escuelas para toda la
provincia".
Como no había caídas de agua natural para la energía
hidráulica, se debía construir artificialmente por la mano de obra del hombre.
Esto generó la construcción de diques como la Viña, Cruz del Eje y el
nuevo San Roque.
Los años '30 fueron duros para todos, incluso
para los croatas. La colectividad que había llegado principalmente en los años
'20 se encontraba desamparada. A la llegada a un nuevo país, con lo duro y
difícil que supone adaptarse, había que agregarle el no encontrarse con las
condiciones de vida esperadas. Ya, a su arribo, el país en general, no era lo
anhelado. Los sueños utópicos de "juntar el dinero con pala en
América", era solo eso: un sueño. Aquí el trabajo era tan duro como
en cualquier lugar del mundo. Para peor, el "Crack" sumaba un escollo
más. Muchos inmigrantes volvieron. Los que se quedaron tuvieron que realizar un
gran sacrificio y sólo a mediados de los '40, es decir veinte años
después de su llegada, pudieron comenzar a cosechar lo sembrado.
Esta década signada por el "sabattinismo"
alcanza su fin con el Golpe de Estado de 1943.
Con la llegada, en 1946, de Perón al poder surgen
cambios a nivel país y, en consecuencia, en Córdoba también.
Luego de la intervención de la provincia es elegido
gobernador, en marzo de 1949, Juan Ignacio de San Martín quien diagrama el
perfil industrial y progresista de la provincia con la ciudad capital a la
cabeza de esta transformación. Se suscita en Córdoba una nueva era de expansión
industrial coincidiendo con la llegada de la inmigración de la segunda
posguerra.
Hasta los '40, la ciudad de Córdoba presenta una
estructura económica y ocupacional sustentada en la explotación agropecuaria y,
en menor grado, en las actividades comerciales y burocráticas. Hasta entonces
las ocupaciones industriales no gozaban del prestigio que reunían las
profesiones liberales, la propiedad rural, el desempeño en la justicia y
la docencia universitaria. La sociedad se presentaba como marcadamente
tradicional y conservadora.
La notable expansión fabril trastoca este orden de las
cosas. La ciudad abandona su carácter tradicional por el ruido de chimeneas y
motores. Se pasa de ser meramente consumidores a productores de varios rubros
industriales. Surgen nuevos empleos, oficios y ocupaciones. Se demandan cada
vez más técnicos especializados. Aumentan las escuelas de tipo
técnico-industrial. El crecimiento industrial tuvo su desarrollo hasta mediados
de los '70.
Este período puede ser considerado como de liderazgo
estatal, donde es claramente visible la expansión del Estado y su política de
promoción industrial. Por este impulso, la actividad industrial y manufacturera
se convierten en el eje y motor de la economía de la Nación, con Córdoba como
una las principales impulsoras[47].
Gracias a la promoción estatal, grandes empresas se
instalan en Córdoba. Una de las industrias que logró un mayor progreso fue la
vieja fábrica de aviones para trasformarse en Industrias Aeronáuticas y
Mecanicas del Estado (I.A.M.E). Esta fue la gran planta industrial de Córdoba.
Allí se fabricaron no solo aviones, sino también motores diesel de todo tipo,
el tractor Pampa, el automóvil Institec, el Rastrojero Diesel y la moto Puma[48].
En 1953 la poderosa firma italiana FIAT, decide
instalar una filial en las proximidades de la capital; su primera línea de
producción es de tractores. Al año siguiente adquiere la fábrica
I.A.M.E. y se constituye FIAT Concord Argentina. La instalación de este
complejo industrial consolida un verdadero polo de desarrollo de las ramas
metal- mecánicas, en especial automotriz y de tractores, en Córdoba y zonas
aledañas, conformando un poderoso incentivo para la creación y la acción
de numerosas industrias subsidiarias.
En 1955 se instala la primera y más grande fábrica de
automóviles en serie del país que en menos de diez años produce 300 mil
vehículos. Se trata de Industrias Kaiser Argentina (IKA), empresa de capital
estadounidense. Este emprendimiento señala el inicio de la producción de
automóviles a gran escala; primeramente se produce la Estanciera y el Jeep
Wllys y posteriormente los de pasajeros Kaiser Carabella y Bergantín[49].
Las empresas I.K.A. y FIAT, como también Grandes
Motores Diesel, generan la creación de una infinidad de industrias menores que
las abastecían[50] .
Junto al crecimiento industrial, la provincia de
Córdoba se convierte en un gran centro de consumo de alimentos. Es el primer
productor de cal del país y el segundo de cemento con sus principales fábricas
en Dumesnil y Yocsina. A estas dos localidades se dirigieron muchos croatas
atraídos por la posibilidad de encontrar trabajo.
También la industria de la construcción vive su
momento de esplendor.Pequeños rascacielos surgen por las principales
avenidas de la ciudad.
Para tener una idea del
vertiginoso cambio en la ciudad podemos decir que en 1935 la ciudad de Córdoba
contaba con 3.000 establecimientos industriales que empleaban a 104.893 obreros.
Esta cifra relevada en 1954 nos dará como resultado 14.963 establecimientos y
276.630 obreros[51].
Entre las ventajas que
tenía Córdoba para el establecimiento de industrias se encuentran:
Este crecimiento industrial en la ciudad cambió para
siempre su fisonomía. La docta, tradicional y pasiva ciudad se convirtió en
industrial, progresiva y activa. La población se disparó, ante la cantidad de
personas que llegaban desde el interior de la provincia y de provincias
vecinas, atraídas por las fuentes de trabajo. De los 600 mil habitantes a fines
de los '50, Córdoba pasó a tener un millón en 1970. Entre 1948 y 1968, 160 mil
personas, en su mayoría jefes de hogares llegaron a la ciudad con la meta de
conseguir trabajo en empresas estatales o privadas[53].
Con el tiempo,
una nueva idiosincrasia del cordobés se fue gestando, generando nuevos actores
sociales que serían de notable influencia en los '60 y '70.
Los inmigrantes croatas no fueron ajenos a todo esto.
Sin lugar a dudas los nuevos inmigrantes se encontraron ante otro escenario
social, distinto al que habían conocido los viejos inmigrantes, facilitando el
principal objetivo: la posibilidad de acceso social.
Nema
kruha, bez motike
(No hay pan sin la azada).
Proverbio croata
Dentro
de las corrientes emigratorias, a quienes emigraron de Croacia antes de la
Segunda Guerra se los denomina como “viejos inmigrantes”, (en croata
“starosjedioci”) y a la inmigración en sí, como “económica”.
Las
razones de la expresión “inmigración económica” hay que buscarlas en la
motivación que tenían los croatas para partir en busca de nuevos horizontes. En
este punto podemos citar a Veæeslav Holjevac[54], uno de los intelectuales más destacados en el tema de
la inmigración croata por el mundo. Según sus estudios, que luego iremos
desglosando, desde 1923 hasta 1933 emigraron poco más de ciento cincuenta mil
personas a los países de ultramar. En una tabla estadística de su trabajo,
Holjevac manifiesta que el 97% de estos croatas dijo que sus razones para
emigrar eran netamente económicas[55].
Las
causas económicas para partir son solo una de las características de esta
emigración, con el avance del capítulo iremos observando otras. En lo referido
a lo temporal, aunque ha habido casos de emigrados desde fines del siglo XIX
hasta la Primera Guerra Mundial, éstos no fueron estudiados como una
inmigración en conjunto, sobre todo en la Argentina, y además su rastro es muy
difuso y poco representativo en la ciudad de Córdoba. Ellos eran por lo general
aventureros y hombres solos, por lo tanto , me centraré en la década del ’20 y
principios del ’30 y me estaré refiriendo a hombres y mujeres croatas que
emigraron a la Argentina en general y a Córdoba en particular, por motivos de
índole económicos.
Los
acontecimientos históricos que habíamos visto en el capítulo “Historia de la
Nación Croata”, crearon las condiciones sociales y económicas que dieron pie a
que Croacia se convirtiera en una sociedad expulsora.
Cuando hablamos de la sociedad
croata de principios del siglo XX, tenemos que pensar en su gran mayoría en
campesinos que labraban pequeñas parcelas de tierra. Si bien la región
del nordeste, Eslavonia, que limita con Hungría, posee suelos ricos, la costa
dálmata es una tierra dura, pedregosa, lo que multiplica el esfuerzo por
trabajarla, para solo lograr magros resultados. En definitiva, el pueblo era un
pueblo rural y en general por cada familia se trabajaban unas cuatro hectáreas.
Al ser un país netamente rural,
pero a la vez con escasas tierras cultivables, sufría con el crecimiento de la
población a la vez que disminuía la mortalidad. Las familias campesinas eran
muy numerosas y a medida que las muertes infantiles por enfermedades
disminuían, las tierras a trabajar y a repartir eran cada vez más
pequeñas e insuficientes.
Era muy común que de una familia
campesina numerosa, el mayor de los hijos se quedara con una gran cantidad de
los bienes materiales, lo que le permitía subsistir mejor que el resto de los
hermanos. Por su parte, las hermanas mujeres se casaban y se iban a vivir con
sus maridos o, a lo sumo, una se quedaba a cuidar a los padres. El resto de los
hermanos varones o vivía con lo poco que le quedaba de herencia, o partía tanto
a los seminarios y conventos como a los cuarteles militares para poder comer
mientras recibían una educación o uno de ellos, generalmente alguno de los
menores, emigraba.
En las ciudades los salarios
eran relativamente bajos, y eran frecuentes los períodos de desempleo. Hay
quienes afirman que el desarrollo industrial y comercial no fue bastante rápido
para absorber el incremento de la mano de obra disponible producido por el
excedente de los nacimientos sobre las defunciones y la migración desde zonas
rurales[56].
Para los primeros años de 1900, se calcula que el 80 % de
los croatas eran campesinos y que el 60 % de la población era analfabeta, había
pocas escuelas y los campesinos sacaban a sus hijos de las mismas para
enviarlos al campo.
Antes de la Primera Guerra
Mundial, ya la situación económica era mala. La entrada del trigo barato de
América, (incluso de Argentina) provocó en todo el imperio astro-húngaro el
aumento de las tarifas aduaneras para los cereales importados, lo cual beneficiaba
principalmente a los grandes terratenientes y a los campesinos más ricos,
mientras que los campesinos pobres, que constituían la mayor parte de la
población rural, apenas podían mantener sus cosechas. Un quintal de trigo de
América costaba 18 coronas (4,50 dólares) y en el imperio 24 (6 dólares).
De esta manera, sobre todo los
campesinos, comenzaron a tomar impulso para emigrar a países de ultramar. Pero
semejante viaje podía ser emprendido sólo por los campesinos que tenían dinero
suficiente para un viaje trasatlántico. Muchos más se habrían ido si hubieran
tenido el dinero para hacerlo, ya que el viaje costaba cerca de 400 coronas
(100 dólares), lo que era una gran suma en aquellos tiempos. El sueldo de un
jornalero en los primeros años del siglo era de 2 coronas y 30 hellers
(56 centavos de dólar) por día. Haciendo una cuenta rápida, podemos calcular
que un obrero debía trabajar por lo menos seis meses (contando con su sueldo
íntegro) para juntar el dinero necesario para el viaje, sin tener en cuenta los
gastos en comida que eran unas 7 coronas por mes y el alquiler de una
habitación en Zagreb otras 20 mensuales[57]. Además, haciendo una la relación con el trigo, nos dará
por resultado de que el viaje tenía un precio aproximado a 1600 kilos de trigo
producido en el imperio.
Según datos oficiales, de 1918 a
1938, de la costa dálmata y de regiones cercanas a la capital Zagreb (Hrvatsko
Primorje) emigraron 75.000 habitantes, de los cuales dos terceras partes
partieron a países de ultramar y el resto a otros países de Europa. Para los
dálmatas era común emigrar por las características de la tierra ya mencionadas
y por la proximidad del mar y el contacto con barcos que surcaban el mundo
llevando y trayendo noticias de lugares en los cuales se podía vivir mejor.
Otra región de la cual partieron
mucho emigrantes fue Istria. En el período de entreguerra, Istria fue anexada a
Italia por el tratado de Rapallo en 1920. Esto generó que las nuevas
autoridades implementaran desnacionalizar e italianizar a la población croata y
a una pequeña zona de Eslovenia. Allí se aplicaron leyes y decretos que
intentaban borrar las señales de su nacionalidad . Se italianizaron
apellidos y nombres y se impuso la toponimia italiana. Al poco tiempo Italia
agravó la situación porque adquirió las odiosas características del fascismo.
Los italianos no dudaron en
presionar a los croatas y eslovenos para que emigraran y así sus lugares eran
ocupados por su gente. Italia consideraba a la emigración como el medio más
concreto y eficaz para la italianización. Una tras otra las medidas
político-económicas de Italia, tornaron la situación de los campesinos
istrianos insostenible. Ya sea por los medios legales o por la fuerza, se veían
forzados a emigrar.
Los italianos estaban
satisfechos con estos acontecimientos. En 1928 el prefecto de la ciudad de Pula
comunica al ministro del Interior italiano que los croatas están emigrando en
un considerable número hacia la Argentina[58].
Muchas aldeas eran
semiprimitivas en cuanto concierne a su aspecto y elementos. Estas aldeas antes
de la Primera Guerra estaban conformadas por un conjunto de cinco a cincuenta
casas, generalmente edificadas sobre piso de piedra o directamente sobre la
tierra. Las habitaciones eran siempre pocas para las populosas familias. En aquellos
años era común que una mujer pariera entre cinco y diez hijos de los
cuales sobrevivía a la infancia el 50% o, tal vez, menos. Los padres dormían en
una habitación y todos los hijos en otra. Además, la casa se completaba con un
pequeño establo para los animales y también era común un pequeño
cobertizo para tejer a mano.
Para poder subsistir, al trabajo
del padre en el campo y de la madre en la casa, se le sumaban todos los hijos
mayores de siete años que ayudaban a cuidar los animales, llevarlos a
pastorear, a sembrar, cosechar, acarrear agua a la casa, dar vueltas a la
pesada muela para hacer harina y en otros quehaceres domésticos.
Estas aldeas
se hallaban diseminadas por todo el país y eran rentables según las zonas de
mayor o menor fertilidad. Pero, en definitiva, eran pocas las familias que
poseían las suficientes parcelas para poder vivir solo de la producción y si a
esto se le suma una gran cantidad de hermanos para repartirla, se entiende por
qué era común que al llegar cada otoño, la mayor parte de los varones de
cada familia partía en busca de dinero a Hungría, Austria, Alemania, y otros
lugares de Europa.
Una característica social muy
importante en muchos pueblos eslavos y principalmente en el croata era la
conformación comunitaria llamada “zadruga” (familias colectivas) regidas por
los principios de la democracia económica y política.. Estas incluían a varias
familias emparentadas por parte de los varones, aunque generalmente prevalecían
más los vínculos territoriales que los consanguíneos, por lo tanto, era normal
que hubiera familias que formaban parte de la comunidad y no estaban
necesariamente emparentadas. Tampoco la unidad era gobernada por el padre o el
más anciano, sino que era elegido un encargado que se denominaba “Starjesina”
(jefe del clan). Su poder le era delegado por la asamblea de todos los miembros
activos, hombres y mujeres, quienes podían revocarlo en cualquier momento.
En estas comunidades
patriarcales la tierra era cultivada en común, y tanto el campo, el agua, los
molinos, los bosques, las casas, los establos e implementos agrícolas eran de
propiedad colectiva y se explotaban para el consumo casero y no para el mercado
o comercio.
El centro de la zadruga es la
casa donde vive el starješina con su esposa e hijos solteros. Los hijos
casados viven en dormitorios separados congregados alrededor de la casa
principal. El prestigio y poder de una zadruga se relacionaba con el número de
sus miembros y, por lo tanto, se favorecía el matrimonio con mujeres de otra
familia. En caso de que enviudaran era frecuente que un pariente del difunto la
desposara para impedir que saliera de la zadruga. Era un arte típico la
confección y bordado de su ajuar, por parte de la novia, y mientras más variado
fuera, la joven era más codiciada. El ajuar se guardaba en baúles especiales
que se colocaban a los pies de la cama. Cuando un miembro de la zadruga
se casaba, se le construía una pequeña habitación particular agregada a
la casa grande, de modo que toda la zadruga parecía un colmenar.
Además de la igualdad económica y social, la
comunidad, por su extensión (como promedio de veinte a cuarenta miembros o más)
estaba en condiciones de brindar entretenimiento, juego y contención emocional
a todos sus integrantes. Mientras que todas las familias comían juntamente en
la casa del starjesina, cada una disponía de vivienda separada en la que sus
miembros dormían, descansaban, se entretenían, ellos y sus amistades, toda vez
que buscaban aislamiento. De modo que, además de la seguridad económica y la
igualdad social, este sistema de organización proporcionaba también
independencia personal y dignidad humana, desalentaba a quienes ansiaban el
poder, reducía al mínimo los conflictos, promovía cualidades de adaptación y
compromiso, como asimismo la ayuda mutua.
Para tener una idea final de la
vida de los campesinos, trascribiré la siguiente escena: “ La comida era
cocinada, habitualmente, por la mujer de más edad de la casa, sobre un fuego
abierto encendido encima del piso de tierra de la cocina; luego, era servida en
la pieza grande en un gran cuenco de arcilla colocado en el centro de una larga
mesa, en torno de la cual se sentaban todos los miembros de la familia, armados
de cucharas de madera. En una de las casas más grandes de la aldea las mujeres
hilaban mientras los hombres más viejos contaban leyendas, cuentos,
narraciones, adivinanzas y se cantaban canciones populares. La importancia del
trabajo textil se destaca en toda Croacia. La mayor parte de la ropa era
tejida en la casa, con lana, lino y cáñamo doméstico y cosida en la
casa. Había pocas lámparas a petróleo; de noche, se encendían en el interior de
la casa leños a guisa de linternas” [59].
Toda esta condición social y
económica, con el fin de la Primera Guerra se agrava. A la frágil situación
antes de la guerra se le suma la inestabilidad provocada por la misma. De esta
sociedad rural que no los podía contener más, es de donde surgieron los
emigrantes croatas económicos. Cómo vimos desde lo histórico, un megaevento
como la Primera Guerra Mundial desencadenó una serie de variables económicas
que afectó la sociedad croata, que con una mayoría de población campesina o
empleada en pequeños oficios no podía competir con los cientos de miles
de toneladas de alimentos que provenían principalmente de América, como tampoco
con los países que poseían una industrialización de gran escala, que sólo en
alguna de las grandes ciudades tenía un importante desarrollo.
Ya en los años ’20 y como
consecuencia de la guerra, se redujo el potencial agrícola e industrial tanto
en Europa como en Croacia. Las corrientes económicas se dirigen hacia EE.UU.
por lo que Europa deja de ser el banco acreedor del mundo que pasa a manos de
los EE.UU. Siguiendo con las cuestiones económicas por los gastos de guerra se
crea, además, una grave situación financiera que tiene consecuencias
catastróficas para las monedas europeas: se contraen deudas considerables y
como la deuda pública no basta para equilibrar el déficit, los gobiernos
aumentan el volumen de billetes en circulación, mientras el stock de oro
disminuye, escapando a países neutrales y a los EE.UU.[60].
Del mismo modo, en lo económico
financiero, la unión con Serbia le produjo a Croacia serios trastornos. Por
ejemplo hasta 1918, la moneda croata era la “corona”austriaca y en Serbia se
denominaba “dinar”. Estas dos monedas tenían el mismo valor y poder
adquisitivo, pero al momento de la unión el gobierno serbio mantuvo solo el
dinar y le restó a la corona un 20 % de su valor, y luego la devaluó hasta el
punto de cambiar cuatro coronas por un dinar serbio.
Entre 1921 y 1925 el gobierno de
Belgrado recibió de la masa de la liquidación del Banco Nacional Austro-Húngaro
a título de tierras croatas y eslovenas el importe de 34.400.000 coronas de oro
y 400 millones de divisas extranjeras, y entre 1921 y 1931 Alemania pagó más de
600 millones de marcos oro por los daños ocasionados por la guerra. Pero
la mayoría de este dinero fue a parar a las arcas de Belgrado[61].
Pero no solo eran las cuestiones
económicas las que impulsaba a los croatas a subirse a un barco hacia tierras
americanas, australianas o, incluso, africanas. También había motivos los
cuales eran compartidos con todos los europeos que habían vivido la guerra y
sus consecuencias.
Nuevamente citaré a los
intelectuales argentinos del “Museo Social Argentino”[62], quienes desde América avizoraban y acertaban cuando se
les preguntó: ¿Qué factores, a su juicio, pueden favorecer la emigración
de los países actualmente en guerra?[63], lo que desde el punto de vista de los inmigrantes
croatas, (a quien los intelectuales encuadrarían entre los austriacos, húngaros
y en algunos casos también como italianos, como en el caso de los istrianos)
sería: ¿Por cuáles motivos emigrarían al nuevo mundo?
En un primer
momento las causas económicas y la tragedia de la guerra saltan a la vista.
“La situación desgraciada en que se encuentra Europa, la
carestía de la vida, los grandes gravámenes que pesarán sobre sus capitales y
el peligro de futuras guerras de liquidación de la presente, alejarán a las
familias que tienen elementos jóvenes hacia los países de inmigración, para
salvar sus vidas e intereses de nuevas catástrofes”.
Estanislao S. Zevallos
Agosto 17 de 1918.
Otro
factor económico que le podemos sumar a Croacia, es que pese a la pérdida de
vidas humanas no resultó dañada en gran medida en lo que a su
infraestructura edilicia se refiere, lo que si bien a primera vista puede
resultar positivo, la no ocupación de mano de obra en la reconstrucción también
suponía una fuente de trabajo menos.
“La
emigración alemana, austriaca e italiana se promete por millares. Estas
nacionalidades dentro de su territorio no han experimentado las devastaciones
de Francia y Bélgica, es decir que no requieren la reconstrucción intensa
apremiante en estos últimos países. Por el contrario, la desmovilización
militar es el problema de paro forzoso, el camino hacia la vagancia y el
delito”.
Dr. Enrique Ruiz Guiñazú.
Mayo de 1919
“En
los países vencidos, como Alemania, Austria y Hungría, las influencias morales
de la derrota, unidas a las restricciones de carácter comercial e industrial,
que han de emerger del tratado de paz impuesto por los vencedores, se unirán a
las razones económicas de carácter continental que encareciendo la vida en
forma superlativa en todos los países de Europa, constituirán causa de
emigración”.
Tomás Amadeo
Junio 10 de 1918
Por su
parte Andrés Máspero Castro realiza un amplio análisis de los factores que
favorecerán la emigración hacia la Argentina y que seguramente motivaron a los croatas.
“Factores Económicos: ciertas regiones de las
naciones en guerra, necesitaron de mucha labor humana para devolverles su
antigua fertilidad y para reedificar lo destruido. Esas tierras han sido
sembradas de metales hasta una profundidad que no será tarea fácil extraerlos.
Los que habitaban esas regiones, se encontraran en medio de tierras estériles,
donde la labor forzada que ellas reclamarían, no les compensarían
económicamente. Además, les sería muy duro reedificar sus casas, instalar sus comercios o pequeñas industrias, comenzar de
nuevo, en una palabra, su obra laboriosa. La solución de esta situación la
encontrarán emigrando”.
“Factores financieros: las enormes deudas públicas
de los países en guerra, les obligarán a establecer, o una serie de impuestos
exorbitantes sobre toda materia imponible, o el impuesto único sobre la tierra.
Los hombres agobiados por los impuestos, se acordarán que existen países que no
se comprometieron tanto con las deudas, porque disfrutaron de la paz y no
pensarán más: se dirigirán hacia ellos”.
“Factores sociales: es indudable que la Europa, y
en especial los países en guerra, experimentarán una vez terminada ésta,
cambios y trasformaciones en sus organizaciones sociales que seguramente
afectaran por un tiempo su tranquilidad. La presente guerra ha servido, entre
otras cosas, para poner en duda todo aquello a que más fe le prestábamos. La
renovación de todos los valores sociales, se está operando ya, pero será mayor
aún, una vez que se tiren las armas.
La guerra presente, tan sangrienta y dolorosa, no
terminará por desgracia con la paz; ella seguirá en forma de sacudidas internas
en cada país, los que comenzarán su obra de reorganización social, tal cual
como si el mundo empezara a vivir. Todo esto producirá desórdenes, traerá la
intranquilidad y dudas sobre el porvenir a los espíritus deseosos de trabajar,
y una buena parte de ellos no trepidará en emigrar “
“Factores morales: todos aquellos que hayan visto
caer a sus hijos, hermanos y padres; todos aquellos que lleven despedazado el
corazón ante la deshonra de sus hermanas, madres y novias; y todo aquellos
otros que constaten la ruina de sus bienes materiales no han de esperar ni de
las pensiones, ni de las subvenciones, ni de las indemnizaciones de sus
Estados, que llegarán tardísimo, sino que han de buscar como único remedio
salvador de sus desgracias, la inmigración.
Valores morales muertos para sus patrias, escaparán de
ellas para reconstruir en tierras lejanas, un hogar libre de los prejuicios y
maldiciones sociales. Flores marchitas, espíritus aniquilados, cerebros
anémicos formarán caravanas humanas que se dirigirán hacia otras tierras,
buscando ese aire purificado que vigorice sus espíritus, robustezca sus
cerebros, dé nuevo empuje al músculo de sus brazos, y reabra los pétalos de esas
flores azotadas por el huracán guerrero, que nada olvida ni nada respeta. Y
sobre todos estos factores particulares, habrá otros dos de carácter general,
que influirán considerablemente para que se acreciente la emigración; ellos
son: 1º el temor a nuevas guerras; y 2º el porvenir de los países
sudamericanos.
Nuestro país atraerá una enorme inmigración alemana y
austro húngara por dos razones. 1º por haber permanecido neutral, ellos la
preferirán a cualquier otro país; y 2º por el gran número de connacionales
suyos ya existentes en el país”
Andrés Máspero Castro.
Septiembre 5 de 1918
Señalan
también que lo político aunque en menor medida esta inmerso entre las causas de
la inmigración. Ellos se circunscribían sólo a las grandes potencias, pero si
tenemos en cuenta los acontecimientos históricos que se sucedieron al fin de la
guerra, no es difícil reemplazar los términos “Triunfadores de la Guerra” por
“Serbia” y a los “Perdedores de la Guerra “ por “Croacia”.
“No tengo ninguna
fe en la eficacia pacificadora de la Liga de las Naciones tal como se está
tratando de constituir. La Liga no será la Liga de las Naciones, sino la Liga
de los Vencedores”.
“Se tratará de
castigar a los culpables. Y sería de toda justicia. Pero cuando la sensatez se
sobreponga a la pasión y al rencor, los pueblos se han de preguntar si pueden
ser jueces unos de los otros aquellos que recíprocamente se han combatido con
toda clase de armas, que se han lanzado al rostro las mayores injurias, que
recíprocamente se han acusado de las mayores atrocidades. Ya el caso, en un
supremo despertar de la conciencia se pregunten unos a otros si no son reos de
las mismas culpas ante la historia y si pueden ser jueces siendo partes.
Si no hay jueces imparciales para el pleito europeo
habrá, sumisión pero también habrá mil odios nuevos, con apetitos y furores de
los vencedores, la rabia de los vencidos y la conspiración de nuevas revanchas.
Europa no tendrá tranquilidad y el fantasma de nuevas
guerras será permanente y activísimo agente de emigración”.
Emilio Frers
Marzo, 31 de 1919
Para finalizar, veamos también
ciertos componentes de esta inmigración y sus características principales.
Como ya mencioné, Veæeslav
Holjevac había contabilizado poco más de ciento cincuenta mil que habían
partido de Croacia hacia destinos de ultramar en el período 1923 – 1933.
Holjevac describe que es
dificultoso tener una clara noción de las cantidades de inmigrantes, por la
inexistencia de su nombre nacional en los registros. Hasta el año 1923
en los pasaportes se especificaba si era croata, serbio o esloveno. Desde 1924
en todos los pasaportes la nacionalidad figuraba como “yugoslava”. Por entonces
el Estado se denominaba “Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos” hasta la
proclamación de la dictadura del rey Alejandro en 1928[64], que le cambió el nombre por el de “Reino de
Yugoslavia”. Esto dificultó el poder saber a ciencia cierta la cantidad de
croatas emigrados.
Otro hecho que atenta contra la
estadística son las diferencias del número de emigrados registrado en las compañías
navieras internacionales (Cunard Line, United American Line, etc,) que eran
mayores a los oficiales porque muchos inmigrantes no se registraban en los
órganos estatales[65].
Cuando los analizamos desde el
punto de vista del sexo de los inmigrantes, predomina un 60% masculino, luego
un 23% femenino y finalmente un 17% de niños[66]. Una característica típica del emigrante económico. El
hombre busca nuevos horizontes y no tiene mayores ataduras a la hora de decidir
su futuro. Emigraba esperando reunir el dinero suficiente para pedir por su
familia, como también eran jóvenes solteros que no tenían problema del tipo
familiar y que podían hacer frente a las duras adversidades que les planteaba
el desarraigo. Por esto vemos que había casi tres hombres por cada mujer que
emigraba. Estas mujeres llegaron ya casadas o para encontrarse con sus novios
que les habían prometido el reencuentro. No debemos olvidar que en una sociedad
machista como la de principios del siglo XX, ninguna mujer se embarcaría sola a
la aventura de emigrar como tampoco dejaría su hogar paterno si no era de la
mano de su marido.
Por su parte los niños
son el reflejo de que muchos emigraron con una idea de establecerse
definitivamente en la nueva tierra, lo que los alemanes llaman la “kinderland”
(la patria de los hijos).
Cuando miramos a los inmigrantes
según su trabajo u oficio, vemos que más de la mitad son campesinos (57%) lo
que se condice con los porcentajes totales de la población croata, porque a
estos hay que sumarles un 14% de obreros no calificados lo que daría poco más
del 70%. El resto se compone de un 9% de trabajadores calificados, que serían
los pocos obreros industriales de la época. Un 4% que se lo menciona como
“trabajador libre” y el resto son niños[67].
Entre los que huían de la
pobreza había campesinos minifundistas y campesinos sin tierras (proletariado
agrario y obreros sin propiedades). Cuando estos inmigrantes de los años
’20, emigraban por motivos que podemos resumir como “la lucha por la vida”, lo
hacían también con la esperanza de que los parientes en el extranjero, que
habían emigrado hacía unos años, les facilitaran el pasaje y la
inserción laboral en la nueva tierra[68].
Un dato que hay que tomar con
pinzas es el de la formación escolar. Según Holjevac solo el 1% de los
inmigrantes era analfabeto, más un 10 % de los niños y gente que “no
sabe/ no contesta” que se podría clasificar también como analfabetos. De esta
manera se desprende que el 89% sabía leer y escribir, aunque no podemos decir
que al nivel que hoy en día suponemos debe tener una persona instruida. El
“saber leer y escribir” se limitaba a lo poco aprendido en los dos o tres
años de escolaridad que sus padres les habían dejado tener, en un aula
con otros cincuenta alumnos o más de distintas edades y niveles. Ningún
campesino podía lograr una elevada educación por la carestía económica que se
atravesaba, lo que obligaba a los niños a tener que ayudar a sus padres
en las tareas del campo, abandonando la escuela. También no hay que olvidar que
en aquella época, la capacidad intelectual de las mujeres era poco estimulada.
Con todo esto quiero decir que si Holjevac hubiera agregado un ítem más a
nombre de los “semianalfabetos”, seguramente este tendría un porcentaje más
elevado.
Cuando los croatas tuvieron que
emigrar a los países de ultramar, siempre tomando el período 1923-1933,
eligieron como principal destino a América. En primer lugar el país que venía
recibiendo inmigrantes masivamente desde 1880: los EE.UU. con un 27, 64 % de
toda la inmigración. En segundo lugar, muy cerca el país que más los atrajo fue
la Argentina (26,26%) que contuvo más croatas que el resto de Sudamérica
(21,66%). También Brasil, Uruguay, Chile y Perú fueron otros destinos
importantes.
Le siguieron Canadá con un
importante 19,20% y un pequeño 4,35% para Australia y Nueva Zelanda que
luego se convertirían en un importantísimo polo de atracción[69].
En definitiva, este 26,66% de
croatas en la Argentina representan a 39.900 personas. Esta inmigración tuvo
sus picos en los años ‘27,’28 y ’29 con un promedio de 7000 croatas por
año. Claro que no todos se quedaron y fue notable cuando el crack del
’29 hizo su efecto. La caída de la inmigración fue espectacular y los
retornados aumentaron notablemente. En este período retornaron poco más de
10.300, lo que nos lleva a evaluar que de cada cuatro personas que llegaban uno
se volvía y que la inmigración croata en Argentina, en este período, resultó
con un saldo positivo de casi 30.000 croatas[70].
Esta inmigración pobló la pampa
bonaerense, llegó masivamente al sur de Santa Fe, trabajó en los algodonales
del Chaco, se internó en la agreste Patagonia, festejó la vendimia en Cuyo,
trazó caminos en Salta y se instaló en todos los grandes centros urbanos del
país. Trabajó en los frigoríficos, y en todas las grandes industrias
nacionales, edificó con sus ásperas manos, casas, edificios y monumentos, en
los cuales quedó grabado, mediante el arte de trabajar la piedra que identificó
a los croatas, como el mudo testimonio de hombres y mujeres que llegaron a
nuestro país bajo la promesa de ser personas de buena voluntad que deseaban
poblar el suelo argentino como así lo hicieron.
Tabla 1
Tabla 2
Tabla 3
Tabla 4
Si la historia la escriben
los que ganan
eso quiere decir
que hay otra historia
la verdadera historia
¡Quién quiera oír que oiga!
(Nebbia-Mignona)
Como habíamos visto en el
capítulo “Causas de la inmigración económica”, Europa se encontraba inmersa en
una crisis económica durante la década del ’20, por causa de la Primera Guerra
Mundial. Por su parte a los croatas se les sumaban los problemas derivados del
centralismo y del monopolio económico de los serbios escudados en su rey
Alejandro. A la vez, también aumentaba, día a día, la figura del político
croata Stjepan Radiæ, líder del Partido Campesino Croata, que los representaba
y hacía oír su descontento en el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos.
Hacia
1925, gracias a la presión ejercida por los votos obtenidos en las elecciones
parlamentarias, el rey Alejandro le ofrece el cargo de ministro de Instrucción
Pública a Radiæ, el cual lo acepta. El puesto en el cargo duró dos años
y en 1927, Radiæ renunció[71].
En 1928
los serbios querían aumentar los impuestos a la población croata a favor de
Serbia. A esto se le opuso no solo Radiæ sino que también Svetozar Pribièeviæ,
un serbio nacido en Croacia, ex ministro del Interior del rey Alejandro, pero
enérgico combatiente de su política despótica.
Esta
confrontación le sirvió a los círculos reaccionarios serbios, enquistados en la
nobleza, los militares y los políticos, para deshacerse de Radiæ y con él, a
los reclamos de los croatas.
El 20 de
junio de 1928, en plena sesión del parlamento de Belgrado, en el cual se
encontraban todos los representantes del reino, el diputado Radical serbio
Puniša Raèiæ, disparó con su revólver a los diputados croatas, matando a Djuro
Basarièek, a Pavle Radiæ (hermano de Stjepan) e hiriendo de muerte a Stjepan
Radiæ y a otros dos diputados. La agonía de Radiæ fue lenta y su vida terminó
el 8 de agosto a causa de las heridas. Con Radiæ murió de igual forma la idea
de un reino federal y democrático como así también cayó definitivamente la
máscara bajo la cual se escondían las verdaderas intenciones del rey y de
Serbia.
Sobre el
atentado me gustaría hacer dos acotaciones. La primera es la similitud de este caso
con uno acaecido en la Argentina. Me estoy refiriendo a lo sucedido en 1935 en
el senado argentino, cuando se llevaba a cabo un acalorado debate sobre el
comercio de la carne y el perjuicio que esto causaba a la Nación Argentina. En
ese momento el legislador Lisandro De la Torre denunciaba irregularidades en
este comercio y fue atacado a tiros por un matón relacionado con el
conservadorismo, que mató al senador por Santa Fe y amigo de De la Torre, el
Dr. Enzo Bordahebere.
El
segundo punto es que el asesinato de Radiæ, provocó en muchos sectores croatas
la seguridad de que con los serbios no se podía dialogar ni conducirse
democráticamente. Uno de los diputados presentes en el recinto era el Dr. Ante
Paveliæ, diputado por Zagreb, que manifestó “Nunca más a Belgrado”
(nunca más discutir en tierra serbia ni dialogar con ellos) y comenzó a
trabajar desde la clandestinidad. El 7 de enero de 1929 formó el grupo
revolucionario “Ustaša” (rebeldes, insurrectos), en julio fue condenado a
muerte por Belgrado por lo que tuvo que exiliarse a Italia.
Pero no
sólo los “Ustašas” expresaban un antagonismo con el régimen del rey Alejandro.
Los propios comunistas que comenzaban a dictar sus consignas por todo el reino
fueron perseguidos con mayor resolución por las tropas reales. El propio Tito,
que ya comenzaba a ser buscado por su activismo recordó el hecho afirmando que:
“ Los sucesos del parlamento de Belgrado causaron una tremenda conmoción en
Croacia, pero los jefes del Partido Campesino no se movieron... Entonces nuestro
comité local, actuando a través de sindicatos independientes, pasó a la acción.
Llegamos hasta el punto de dictar una proclama instando al pueblo a responder
con las armas al asesinato de Radiæ... De allí en adelante, la policía me
persiguió constantemente”[72].
Nacionalistas
(Ustašas) y comunistas comenzaron a ganar adeptos, mientras que el Partido
Campesino, que aún representaba a la gran mayoría de los croatas, se encontraba
un tanto debilitado. Ante la muerte de Radiæ, había asumido su segundo, Vladko
Maèek, que siendo pacifista y medido a ultranza, trataba de apaciguar los
caldeados ánimos. Ánimos que parecía que estallarían en cualquier momento, ya
que una confrontación croata-serbia se desataría con solo una chispa. Ante una
probable revolución croata y la consiguiente reacción militar serbia, Maèek,
conduce a los croatas dentro de los límites de la democracia[73].
Pero
poco duró la democracia, porque el 6 de enero de 1929 y aprovechando que los
croatas no habían reaccionado decididamente por el asesinato de Radiæ, el rey
Alejandro disuelve el parlamento e instala una dictadura monárquica, cambiando
el nombre del reino que ahora se llamaría “Reino de Yugoslavia”.
En un
intento por disfrazar la dictadura serbia, el rey proclama una nueva
constitución, en la cual existiría un sistema de dos cámaras, pero con el
agregado que los representantes de una de ellas eran elegidos por él, y la otra
en elecciones. De esta manera intentaba mostrar una democracia donde sólo había
una concentración de poder.
Como todas
las medidas tendían cada vez más al centralismo político y económico serbio,
los reclamos no se hicieron esperar. Tanto en Zagreb, como en Eslovenia, Bosnia
o la provincia de Vojvodina, se condenaba el régimen despótico y se pedía por
la federalización. Por estas demandas fue encarcelado Maèek y reprimidos o
castigados todos los opositores.
Como la
situación lo desbordaba, el rey Alejandro viajó a Francia a pedir consejos para
resolver la crisis provocada por él mismo y su política. Pero al llegar al
puerto de Marsella, el 9 de octubre de 1934, fue muerto a balazos por un
macedonio, que pertenecía a una organización revolucionaria (VMRO), que
colaboraba con los ustašas[74].
Luego
del atentado asume como regente el príncipe Pablo, hermano de Alejandro y tío
de Pedro II, quien no podía asumir por ser menor de edad. Este cambio de rey no
resultó ser muy diferente al anterior en lo que a su política se refiere.
Por su
parte, Maèek continuaba impulsando el cambio desde la democracia y el
pacifismo. En 1935, logró una importante victoria en los comicios y en 1938,
logró aglutinar y conformar un solo bloque con todos los opositores al régimen.
Esta unión denominada “Bloque de compromiso con el pueblo”, no sólo estaba
formada por croatas, sino que también había partidos serbios y eslovenos
contrarios al rey. Este bloque solicitaba la derogación de la constitución
vigente y la convocación a una nueva Asamblea Constituyente que reorganizara el
país y a todas las nacionalidades que lo componían. El 11 de diciembre de 1938
esta coalición logra el 69% de los votos ejerciendo una gran presión en
Belgrado.
Nuevamente
los integrantes del poder serbio tienen que plantearse, ¿Qué hacer con
los croatas? Todo el año de 1939 fue para poder encontrarle una solución
a este problema. Finalmente, en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, el 26 de
agosto, se firma un convenio llamado “Sporazum”, con el cual se crea la
“Banovina Hrvatska”, es decir el banato de Croacia. Esta nueva administración
tenía su fundamento en el pasado[75], y como fin reorganizar el Estado. Otra medida adoptada
fue la de compartir el gobierno en Belgrado, entre Dragiša Cvetkoviæ
(representante serbio) y Maèek (por los croatas).
Los serbios sabían que Europa era un polvorín y que en cualquier
momento podía estallar una guerra, como también sabían que los no-serbios, no
tenían la más mínima intención de defender un reino que no los representaba,
por lo tanto había que ofrecerles algo para que tuvieran un sentimiento de
pertenencia y defensa de la “patria yugoslava”.
Respecto
al territorio de esta Banovina Hrvatska, muchos estuvieron en desacuerdo porque
regiones croatas que limitaban con Serbia, Boka Kotorska y Srijem no fueron
anexadas, como así tampoco se incluyeron zonas de Bosnia y Herzegovina. En
septiembre de 1939, Hitler y Stalin invaden Polonia dando comienzo a la Segunda
Guerra Mundial. Mientras pudo, el gobierno de Cvetkoviæ-Maèek se mantuvo
neutral pero, para poder evitar la guerra el 25 de marzo de 1941, se adhieren
al Pacto Tripartito con el Eje: Berlín-Roma-Tokio. Este pacto tenía como fin
tratar de no sufrir las consecuencias de una invasión como ya la habían
soportado entre otros, Francia y Polonia. Al día siguiente, en Serbia se
produce un golpe de estado, que conduce al poder al oficial de aviación Dušan
Simoviæ, que a la vez nombra mayor de edad a Pedro, hijo de Alejandro, y lo
declara rey como Pedro II.
Los
motivos del golpe de estado nunca estuvieron muy claros, pero lo cierto es que
nada cambió, porque, de puertas adentro reconocieron a la Banovina Hrvatska y
de puertas afuera aceptaron el pacto con el Eje.
No lo
tomó así Hitler, que siempre había tenido buenas relaciones con Belgrado,
principalmente porque todo el aluminio que se necesitaba para la Luftwaffe
(fuerza aérea alemana) lo compraba a Yugoslavia. En definitiva Hitler se
disgustó con los golpistas y decidió atacar[76].
Es
importante mencionar también que Hitler no tenía intenciones de dividir a
Yugoslavia, sino de separarla en dos grandes zonas, en las cuales, ejercerían
el dominio Alemania en una e Italia en la otra.
Cuando los alemanes atacaron
Yugoslavia el 6 de abril, no encontraron resistencia seria alguna. Esto da una
clara muestra de que no sólo el ejercito yugoslavo no estaba preparado para una
guerra, sino que ninguno de sus integrantes quería pelear para defender la
monarquía serbia . Además el ejército monárquico era otra arma de dominación
serbia y los croatas apenas tenían acceso a él. Por ejemplo, sobre un total de
ciento sesenta y cinco generales había dos croatas como también sólo el 10 % de
los oficiales y suboficiales[77]. Pero los croatas no solo no defendieron a la Yugoslavia
monárquica, sino que el 8 de abril se rebelaron las primeras unidades croatas
en la ciudad de Bjelovar a unos 50 kilómetros de Zagreb y al día siguiente la
División Marítima Adriática del ejército yugoslavo, compuesta en abrumadora
mayoría por croatas, también se rebela y produce el primer conflicto armado
entre serbios y croatas.
Mientras
tanto Maèek, a diferencia del rey, el gobierno y los generales monárquicos
serbios que huyen primero a Grecia y luego a Inglaterra, regresa de Belgrado a
Zagreb donde rechaza la alianza con el Eje y es detenido. Él permanecerá
contrario al régimen de Paveliæ, hasta 1945, aunque cuando éste fue derrotado,
Maèek prefirió el exilio en los EE.UU. al régimen comunista.
Como vimos en otros capítulos, la historia croata es milenaria y
el sentimiento nacional nunca se había perdido a pesar de ser parte de imperios
o países que la incluían. Ya en el siglo XIX, a través de personalidades como
Jelaèiæ y Starèeviæ, y en el XX con Radiæ, la conciencia de la
autodeterminación del pueblo croata era cada vez mayor, además de ser siempre
“alentada” como defensa en contra de las políticas de “germanización”,
“magiarización” o lo que podemos denominar “panservismo” (toda Yugoslavia para
Serbia) que ante su acción represora siempre generaban una reacción
nacionalista.
Así
llegamos al 10 de abril de 1941. En esta fecha los croatas, que venían
esperando desde hacía años una oportunidad, aprovechan la ocasión para
declarar el Estado Independiente Croata.
Ese día,
el general en retiro Slavko Kvaternik proclama en nombre del Dr. Ante Paveliæ,
fundador del movimiento revolucionario Ustaša, el Estado Independiente Croata.
Esta proclama se basa, entre otros, en los siguientes puntos:
a) Los croatas son un pueblo de por sí y no es idéntico a
ningún otro ni tampoco forma parte de ningún otro pueblo.
b) El pueblo croata tiene un nombre histórico y autóctono.
Bajo este nombre permaneció desde tiempos remotos y bajo él llegó hace 1400
años a su territorio actual.
c) Cuando arribó a su actual patria se compenetró y le dio
el nombre actual: Croacia. Este nombre no debe, ni puede ser sustituido por
ningún otro.
d) El pueblo croata tiene el derecho de restaurar el poder
soberano en su propio Estado Croata, en todo ese territorio étnico e histórico,
es decir reestablecer nuevamente al Estado Independiente de Croacia[78].
Paveliæ,
que hacía 12 años que se encontraba en el exilio italiano, llega a
Croacia el 15 de abril en calidad de jefe del nuevo Estado. A partir de allí
comienza una carrera en la cual poco se podrá disfrutar de esta independencia y
mucho se tendrá que luchar para poder mantenerla.
Este
movimiento de autodeterminación le vale no sólo el enfrentamiento con los
serbios, sino también con los supuestos aliados: Alemania e Italia. Si bien
Alemania había allanado el camino para la proclama del Estado Croata, no estaba
en su “Nuevo Orden” la desintegración de Yugoslavia. Por su lado, Italia y su
“Imperio Romano” solo pretendía tomar posesión de la costa dálmata. Es decir, Hitler
tenía planes para Croacia más adelante e Italia lo quería todo al instante. Por
esto el Estado Croata no fue reconocido inmediatamente por ellos, sino que,
mediante la diplomacia, fue aceptado un tiempo después.
Cuando
el movimiento Ustaša fue constituido, el Estado Alemán tenía buenas relaciones
con Belgrado y si bien Italia les permitió permanecer en sus tierras cuando
estos fueron condenados a muerte en Yugoslavia, sabían muy bien que los ustašas
no iban a permitir sus ansias expansionistas. Pero entonces ¿por qué
Croacia estuvo aliada al Eje durante la Segunda Guerra Mundial? En primer
lugar, es muy fácil decir hoy a más de cincuenta años del fin de la
guerra que era lo mejor o lo peor, es fácil reconocer al criminal y al bando
vencedor, pero en aquel momento la coyuntura era sumamente delicada, los
tiempos perentorios y los errores políticos o de Estado no se pagaban perdiendo
una elección sino con la muerte. Pero así y todo hay tres causas de la alianza:
1) Porque fue ocupada por los ejércitos de ambos y se
mantuvo un acuerdo de no agresión y colaboración, mientras los poderosos
ejércitos del Eje ocupaban Croacia y casi toda Europa.
2) Porque si no cabía esta colaboración, la otra alternativa
era plegarse a los partisanos comunistas de Tito, con los cuales no sólo había
diferencias ideológicas y religiosas, sino, que en ellos no se encontraba el
ideal de la Croacia independiente.
3) Los serbios monárquicos (èetniks) que vivían en Croacia,
comenzaron a atacarla ni bien se declaró el Estado Croata, entonces vemos que
era necesaria la ayuda extranjera para combatirlos.
En esta sumatoria de causas tuvo
que navegar Paveliæ, quien debió combatir a los partisanos que ante la invasión
alemana e italiana, veían la oportunidad de generar las condiciones sociales
necesarias para su revolución comunista. Los partisanos contaron con el apoyo
incondicional de Gran Bretaña. Este apoyo británico por poco se inclina
a ayudar decididamente a los èetniks,( los cuales desde la guerrilla no dudaban
en matar croatas nacionalistas o partisanos y de apoyar un gobierno nazi y
antisemita en Belgrado) pero Churchil tomó nota del rechazo de las distintas
nacionalidades hacia ellos y finalmente se decidió por los partisanos.
En definitiva, a los croatas se
les presentó una oportunidad histórica que más adelante describiré como
fundamental a la hora de lograr la actual República de Croacia. También
quisiera trazar un paralelismo con la historia americana y argentina, para
poder explicar esta situación, ya que en su momento los patriotas argentinos y
americanos también aprovecharon que España se encontraba debilitada por
la invasión napoleónica para librarse de su yugo y así proclamar la
independencia. Y para finalizar con esto, es necesario saber que durante toda
la Segunda Guerra Mundial, las batallas entre croatas y serbios se llevaron a
cabo siempre en Croacia.
Volviendo a la guerra, el Estado
Independiente Croata quedó conformado mediante una suma de regiones históricas
pero también perdiendo algunas. El Estado Croata abarcaba la actual Croacia y
se sumaba toda Bosnia y Herzegovina, que aportó con sus soldados musulmanes a
la causa croata. La división “Handžak” estaba compuesta por croatas musulmanes
que al uniforme de combate croata le daban su toque con el “fez” en la cabeza
en lugar de casco o gorra.
También
se agregaron varias regiones del este croata como Banat, Baèka, Srijem y
Sandžak.
Los
territorios que perdió Croacia tuvieron no solo un factor negativo en lo
territorial y poblacional sino también emocional. Croacia tuvo que ceder al
apetito del Duce la costa dálmata. Estas ansias expansionistas italianas se
vieron coronadas cuando el gobierno croata tuvo que aceptar el 15 de mayo de
1941 la pérdida de 5.400 km2 de territorio y 380.000 habitantes, lo que no solo
generó el no poder acceder al mar Adriático, sino que además, miles de dálmatas
se pasaron a las fuerzas partisanas para combatir primero al invasor italiano y
luego a sus propios hermanos del Estado Croata.
Aquí
también se repitió la historia. Como vimos anteriormente[79], los croatas que en siglos anteriores combatían
enfrentados por la cristiandad o por el Islam, ahora se luchaba entre
nacionalistas y comunistas o entre ustašas y partisanos. Si bien los
conscriptos formaban parte del ejercito del Estado, los “Domobrani”, que
defendían al Estado Croata más allá de las ideologías, era común que en las
familias croatas hubiera un tío ustaša y un sobrino partisano, o primos en cada
bando o lo que es peor, incluso hermanos. Ningún hombre en edad de cargar un
fusil, de 15 a 60 años, podía quedarse en su casa. Era reclutado por uno
o por otro, o, a lo sumo, se le daba algunas horas para que se decidiera y se
marchara a cualquier grupo, pero al frente de combate. En definitiva esta lucha
desangró y dividió a los croatas, cada uno con su ideología, que a la luz de
los años cada uno juzgará sus aciertos y errores, pero lo cierto es que
se cobraron miles de vidas y, a mi modesto entender, recién hoy en día muchos
se dan cuenta que el verdadero enemigo estaba al Este del Drina.
La
guerra arreciaba y el Estado Croata comenzaba a pagar el precio de haberse
aliado a un país por su poder, ya que Alemania comenzó con sus exigencias,
entre la que se encontraba la subordinación del ejército croata al alemán como
también el envío de tropas al frente oriental.
A
fines de 1942 los alemanes son vencidos en El- Alamein (Egipto) y cercados en
Stalingrado (Rusia). Comienza el retroceso de las fuerzas del Eje. En 1943 los
aliados desembarcan en Italia, que luego capitula, y comienza a ser base de
operaciones para las fuerzas partisanas. Esto repercute en el Estado Croata que
empezó a sufrir la guerra desde el aire y vio como los ingleses abastecían de
armamentos a los partisanos , que habían pasado de ser una tropa de irregulares
, a convertirse en un ejército bien armado y preparado. También fue importante
el aumento de sus tropas, principalmente de dálmatas por las cuestiones ya
comentadas y de las unidades serbias que masivamente cambiaban de lado al ver
al triunfador de la guerra.
En
febrero de 1943, los aliados se deciden, finalmente, por ayudar a los
partisanos, ya que hasta entonces habían dosificado su ayuda entre ellos y los
èetnik pro- monárquicos. La balanza se inclinó en su contra cuando se dieron
cuenta de que los èetniks no tenían problema de aliarse con alemanes o aliados,
siempre que tuviesen la oportunidad de combatir contra los croatas ustašas o
partisanos.
El 13 de
julio del mismo año se declara en las zonas ocupadas por las fuerzas
partisanas una República Democrática de Croacia, que se encontraba bajo el
liderazgo de Andrija Hebrang, comunista croata que falleciera misteriosamente
al finalizar la guerra, siendo sospechados sus camaradas de armas[80].
El fin de la guerra se acercaba.
Las tropas croatas seguían retrocediendo hasta los alrededores de Zagreb. La
guerrilla partisana continuaba avanzando. Lo que había comenzado como un
sueño se desmoronaba a pedazos. Todos los croatas que creían y querían
una Croacia libre de la monarquía serbia, se dieron cuenta que fue un error
aliarse con el Eje. Los partisanos croatas que también habían luchado tanto
contra la monarquía serbia como contra la ocupación alemana, ilusionados con
una “nueva Yugoslavia”, más federal y representativa, ven que los serbios
comienzan nuevamente a ubicarse en los puestos más importantes.
Los
croatas progresivamente habían retrocedido hasta Zagreb, donde esperaban poder
ofrecer la resistencia final y generar la intervención de los Aliados Occidentales
a favor del Estado Croata.
El 30 de
abril de ese año, en una última reunión el gobierno croata, decide
abandonar Zagreb y retroceder hasta Austria.
La
avalancha final de los partisanos era evidente, por esto los croatas se
reagrupan y en una interminable caravana comienzan su viaje a Austria,
esperanzados de que los países occidentales, que ya comenzaban a tener
fricciones con sus ocasionales aliados comunistas, les abrirían las puertas y
los ayudarían en su causa.
El
ejército croata que todavía tenía una importante cantidad de hombres pensaba
rendirse ante los ingleses que se encontraban en la frontera con Austria y ya
que ellos eran signatarios de la Convención de Ginebra, los oficiales croatas
suponían que los detendrían como prisioneros de guerra y en un futuro no muy
lejano, los croatas se ofrecerían para seguir combatiendo a Tito o a los rusos
que continuaban ocupando el Este europeo generando una creciente tensión en
Occidente.
El
1º de mayo partieron doscientos mil soldados croatas que flanqueaban a
otros doscientos mil civiles. Esta retirada tenía como fin llegar el 7 de mayo
a la frontera austríaca y allí negociar con los ingleses.
Los
soldados y las familias croatas partieron de Zagreb con la convicción de que
volverían en quince días... quince días que se hicieron quince semanas, quince
meses, quince años y para la gran mayoría toda la eternidad.
Cuando
los vencedores de la guerra escriben la historia en ella hay un capítulo que
nunca incluyen, un capítulo casi desconocido, un capítulo del cual muchos
desvían la mirada, sin darse cuenta que lo que pretendió ser el fin de los
croatas, fue el doloroso punto de partida para volver a la patria. Este
capítulo que pocos conocen se llama: La tragedia de Bleiburg.
Bleiburg
es un típico valle austriaco, al cual llegaron las columnas de croatas que
buscaban un refugio para la pesadilla de la guerra.Detrás de ellos también
llegaron eslovenos, alemanes que vivían en Croacia (Volkdeutsche) e incluso
algunos serbios anticomunistas y cosacos rusos que desde los años ´20
vivían en Austria como refugiados de la Revolución Bolchevique del ’17. Los
ingleses los esperaban para poder negociar la rendición y acordar el paso a las
fuerzas de Occidente.
El
ministro del Estado Croata, Vranèiæ y el capitán naval Vrkljan tomaron la
delantera para comenzar con las negociaciones. Grande fue su sorpresa cuando
los detuvieron, manteniéndolos incomunicados hasta el 20 de mayo y enviándolos
luego a un campo de prisioneros de guerra[81].
Confiados
en los resultados obtenidos por Vranèiæ y Vrkljan, un contingente de ciento
treinta representantes del gobierno croata se presentaron ante el cuartel
británico. Estos últimos les prometieron enviarlos a campos de detención en
Italia. Lo que ellos no sabían es que serían deportados. Fueron subidos a un
tren y devueltos a las manos de los partisanos que los fusilaron a todos.
De
repente todo se veía más claro, o mejor dicho, más oscuro. Un anticipo de lo
que ocurriría en Bleiburg sucedió días antes, en Maribor (Eslovenia), donde cincuenta
mil croatas caían en manos del III ejército partisano. Estos prisioneros fueron
clasificados por categorías, para que luego los dirigentes comunistas pudieran
disponer de ellos. La mayor parte de los soldados, heridos o no, fueron
fusilados y sólo se salvaron los civiles, las mujeres y los niños que
fueron devueltos a Croacia[82].
Pero no
sólo en Maribor había columnas de refugiados, también los hubo en Klagenfurt
(Austria) y en Dravograd, Celje y Zidani Most (Eslovenia). Eran columnas
compuestas por soldados que cubrían la retirada. Ellos no tuvieron mejor suerte
que en Maribor.
Es
importante dejar en claro que las autoridades británicas se rehusaron a tener
contacto con los representantes del gobierno Croata, salvo en Bleiburg. Y en
Bleiburg exigieron la rendición incondicional.
Esta
rendición incondicional marcó el comienzo de la masacre. Los croatas, con
pasmosa ingenuidad, entregaron sus armas al VIII ejército británico (al mando
del teniente general Richard McCreery), subordinado al comando aliado para el
Mediterráneo con sede en Caserta (Italia), a cuyo frente estaba el mariscal del
campo Alexander[83].
Esta
rendición afectó también a los restos del ejercito que como ya vimos se
encontraban por Austria y Eslovenia. Muchos se rindieron y cuando continuaron
su camino hacia los campos de refugiados, fueron interceptados por los
partisanos quienes comenzaron a barrer con el fuego de ametralladoras y a darle
forma a su concienzuda liquidación de todo lo que representara el Estado
Independiente Croata.
Al
informarse de los comienzos de las matanzas, muchos de los oficiales y
representantes croatas que habían parlamentado con los ingleses se suicidaron,
otros no entregaron las armas y volvieron a Croacia a seguir dando batalla en
forma de guerrilla. Algunos de estas unidades se conocieron como los Križari o
"Cruzados", que huyeron a las montañas y pelearon en
esporádicas acciones hasta 1948 [84].
Ante
esta situación límite algunos se las ingeniaron para volver a los bosques y
cruzar los Álpes llegando a Italia. Pero a la gran mayoría de los que se
encontraban en Bleiburg, les esperaba lo peor.
Acusados
de “traidores”, por no haber luchado por Yugoslavia, las fosas comunes de
Bleiburg, comenzaron a ser pobladas por los funcionarios gubernamentales. Desde
autoridades de alto rango hasta los jefes de correo, todo militar con uniforme
ustaša, (solo se salvaron algunos “Domobrani”), todo aquel relacionado con el
movimiento Ustaša fue declarado culpable de “crímenes contra el pueblo” y
eliminado en fosas comunes o en campos de detención.
Los civiles fueron presas de un
burdo campeonato de “tiro al pichón”, ya que eran masacrados desde aviones o
nichos de ametralladoras. Mientras tanto ingleses y norteamericanos miraban
para otro lado. Europa se horrorizó con la masacre de “Katyn”, donde cinco mil
oficiales polacos fueron muertos por las fuerzas de Stalin. Entonces
¿cómo podemos encuadrar o definir la matanza de más de doscientos mil
croatas[85] (cifra mínima según los historiadores) en Bleiburg?
Otro de los acontecimientos
trágicos de Bleiburg fueron las denominadas “Marchas de la Muerte”. Eran
columnas de los que habían tenido la “suerte” de sobrevivir a los fusilamientos
y las masacres en masa de Bleiburg. Columnas con varios miles de “fantasmas”.
Hombres que eran una sombra de
lo que fueron, mujeres en cuya mirada quedaba claro que lo habían visto todo,
con hambre, sed y con una tristeza sin parangón, volvían a Croacia, cruzando
por Zagreb y dirigiéndose a campos de detención en Serbia o Montenegro.
Quien era débil y quedaba
rezagado lo fusilaban. Quien era fuerte y resistía también. Todos los
habitantes de Croacia tenían que verlos desfilar para que aprendieran la
lección. Columnas de entre diez y veinte mil hombres, luego de recorrer
setecientos kilómetros, quedaban reducidas a dos o tres mil y en algunos casos
menos, cuando la distancia se extendía a mil kilómetros. El hambre y la sed
causaban estragos. Morían los que no bebían agua y quienes la probaban luego de
prolongadas jornadas sin beberla.
Todos eran exigidos al máximo de
sus fuerzas, mientras los partisanos a caballo daban rienda suelta a su sadismo
haciéndolos marchar cerca de vertientes cuando sabían de su sed.
Sobre Bleiburg hay miles de
anécdotas que servirían para ilustrar esta tragedia, pero no es de mi interés
seguir ahondando en el tema.
Quiero más bien referirme a la
pregunta ¿que fue de los croatas cuando terminó la guerra?
Todos sabemos que el ser humano es capaz de proezas increíbles en
los momentos límites, y los croatas no fueron la excepción. Escapando de las
balas de Bleiburg, cruzando montes, ríos, mares, como civiles, como refugiados,
usando mil tretas y agudizando el ingenio hasta más no poder. Muchos ya se
encontraban en Austria o Italia semanas antes del fin de la guerra, otros no se
rindieron en Bleiburg y se internaron en los bosques para poder cruzar la
frontera de contrabando y muchos trataron de quedarse en Croacia, hasta que las
persecuciones de las fuerzas partisanas y el terror de estado impuesto por Tito
al final de la guerra los empujó a emigrar de mil formas. La mayoría de ellos,
los que pudieron escapar se desperdigaron por Europa en los campos de
refugiados siendo el más importante el de “Campo Fermo” en Italia del cual
hablaré en el siguiente capítulo.
Y llegamos al punto, que define
el sentido a este capítulo; es decir, el proceso que podríamos ubicarlo, en su
comienzo con el asesinato de Radiæ, o quizás antes, con la conformación del
“Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos”, que tuvo su desencadenante en el
Estado Independiente Croata y su fin en Bleiburg, dio como resultado un gran
número de croatas exiliados; a los cuales se los define como la “Inmigración
Política”.
Todo aquel que no estaba a favor
del nuevo régimen comunista impuesto en Croacia desde 1945, estaba en contra.
Al gran número de croatas que lograron escapar al finalizar la guerra, se les
iban sumando todos los que, en pequeños grupos, lograban cruzar la
frontera porque ya habían visto una muestra de lo que sería para ellos la
“Nueva Yugoslavia”.
La causa de expulsión de estos
croata, queda claro, no era ni el hambre ni las magras cosechas, como tampoco
asegurar el futuro económico de sus descendientes. La causa de expulsión era de
corte “ideológico” o “político”. Por esto las características del inmigrante
cambiaron. Ya no eran campesinos, obreros, albañiles, etc. Ya no eran
personas que muy jóvenes emigraban, con la idea de que su fuerza de trabajo o
la capacidad de su oficio le brindaría la oportunidad de obtener un trabajo y
un porvenir venturoso que en su patria de origen no avizoraban.
La inmigración de la Segunda Pos
Guerra, al ser de características ideológicas, tuvo un espectro mucho más
amplio. En definitiva era toda una sociedad que emigraba. Entre ellos había
abogados, médicos, ingenieros, profesores universitarios, maestros, artistas,
comerciantes, escritores, poetas, pintores, sacerdotes (especialmente
perseguidos por el nuevo régimen), políticos, militares y por supuesto, también
campesinos, albañiles y gente común que ponían su vida en peligro si
permanecían en Croacia.
Esta inmigración poseerá en
conjunto un nivel intelectual mucho más elevado al de la inmigración de los
años ’20. Además, el fin de la guerra que los obligó a exiliarse, los
tomó a la mitad de sus vidas. Si en la “inmigración económica”, emigraban
jóvenes en la “política”, emigraron abuelos, hijos y nietos, pero en general
emigraron hombres maduros, la mayoría mayores de treinta años, siendo
común los hombres y mujeres que llegaron a la Argentina con cuarenta
años y tuvieron que rehacer sus vidas.
Según estudios[86], habrian aribado a la Argentina, algo menos de cinco mil
croatas en los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial.
Esta inmigración se caracteriza también por los hombres que siendo
soldados o que no pudiendo volver a buscar sus familias porque sus pueblos
estaban ocupados, lograron escapar y llegaron solos a una nueva patria. Allí
tuvieron que trabajar, y luego con ayuda de instituciones como la Cruz Roja,
pudieron informar a sus familias en primer lugar que estaban vivos y después
pagarles el pasaje y así reencontrarse.
Esta inmigración se desperdigó
por el mundo y lo sembró de instituciones croatas, ya sean culturales,
deportivas, folklóricas, etc. Y esta inmigración es, por lo vivido, la que más
disfruta la actual independencia de la República de Croacia.
A mi padre muerto en la guerra y a todos los padres que
dieron sus vidas por la libertad de Croacia.
Domovino, majko draga
sin se opet tebi vraċa
Nakom mnogo desertjeċa,
Iz tuðine nosi cvijeċe
Na grob oca, tvog junaka.
Neznam toèno gdje je pao
Boreæi se zate hrabro
Il u šumi, il u dolu,
Il u kojem kamen gorju
on je zate život dao.
Majka mi je uvenula
U tuðinu plaèeæ njega
Uvijek me je govorila:
“Ponosam mi sinko budi
ti si loza vitezova.
Sada kad se tebi vraæam
Duša mi se tugom puni,
Suza mi kroz lice pada
Pomisleæi na junake
Što su zate život dali.
Oèe mili, oèe dragi
Neæe više dušman proæi,
Na tvom grobu sin se kune,
“Nikad hrvat na hrvate
Neæe u rat više poæi”.
Pokoj vjeèni nek mu bude
Svijetlost vjeèna nek mu
svijetli
Grob uz svoje hrabre borce
Blagoslovi, Ti mu Bože,
Hrvatskom ga ružom kiti.
Ante Sudar.
Córdoba
-Argentina
Patria , madre amada,
Tu hijo de nuevo regresa
Después de muchas décadas
pasadas
Del extranjero trae flores
A la tumba de su padre, tu héroe
croata.
No sé dónde murió
Luchando por ti con valentía,
Si en el bosque o en el valle
O sobre alguna piedra en la
montaña
Él por ti la vida ofrendaría.
Mi madre se marchitaba
En las lejanas tierras, por él
lloraba,
Y siempre me lo recordaba:
“Sé orgulloso hijo mío
tu linaje es de heróica
hidalguía”.
Ahora, cuando a ti regreso,
patria mía,
El alma se me llena de tristeza,
Y una lágrima por el rostro se
desliza
Pensando en los croatas
Que por ti la vida perderían
Padre adorado, padre amado,
El enemigo no triunfará más.
En tu tumba tu hijo jura,
“El croata al croata
no combatirá jamás”.
Que tenga el descanso eterno
Que la luz eterna lo ilumine;
Bendice, Dios, su tumba
Junto con sus valientes
luchadores,
Y te ruego que con la rosa
croata la adornes.
Traducción:
Ante Sprljan
Ali još prije
Negoli Vremenu uspije
Skupiti mi i skršiti
ramena, i zemlji ih nagnuti,
nadam se, moæi æu
èuti bar,
ako ne i viditi
narod svoj ponosam,
gospodarom svoga,
na svojoj zemlji
i moru bez premca.
Y sin embargo,
tengo la esperanza de que
Aún antes de que el tiempo
Logre abatir y encorvar
mis hombros,
y doblegarlos hacia la tierra,
yo podré,
por lo menos sentir,
si no ver,
a mi pueblo orgulloso,
dueño de lo suyo,
en su tierra
y en ese mar sin igual
Poesía Edo Bulat,
Buenos Aires 1965.
Traducción Jasna Bulat
La
guerra había terminado. El verano del ’45 era testigo de los primeros intentos
de reconstruir Europa. Los ganadores de la guerra, después de Yalta, se habían
dividido el mundo en dos y los que hasta hace poco eran aliados, ahora se
miraban con desconfianza. Por toda Europa se movilizaban miles de refugiados y
desplazados a pie, en carro, en autos o en camiones. Algunos se marchaban,
otros regresaban, otros simplemente transitaban. En estos ríos de hombres y
mujeres buscando su destino, se encontraban los croatas. Los que habían logrado
pasar la frontera antes o habían sobrevivido a Bleiburg se encontraban por toda
Europa. La gran mayoría en Italia y Austria, aunque también los había en
Alemania, Francia, Suiza y Bélgica.
En la
nueva República Socialista de Yugoslavia el terror de Estado comenzaba a hacer
estragos. Los partisanos tenían el poder total sobre la vida y la muerte.
Cualquier persona podía ser llevada a los “tribunales populares”, de los cuales
se sabía de antemano la sentencia: cárcel, tortura y muerte para cualquier
sospechoso. Pero las persecuciones y secuestros no se realizaban sólo dentro de
los límites de Yugoslavia. El gobierno yugoslavo decidió exportar el terror de
estado por toda Europa, donde había células de espías yugoslavos buscando y
secuestrando a los croatas para matarlos o devolverlos a Yugoslavia y
eliminarlos.
Luego de Bleiburg, algunos
aliados Occidentales se habían apiadado de los croatas y, según el caso, no los
entregaban a las huestes de Tito porque estaban seguros de su trágico final.
Cuando el propio comandante en
jefe en la zona del Mediterráneo, el mariscal de campo Alexander, vio con sus
propios ojos lo ocurrido en Austria, comenzó a cambiar su política con respecto
a los refugiados croatas. En primer lugar se mostró más accesible a los
argumentos de los refugiados que se encontraban internados en los campamentos
para personas desplazadas (Displaced Persons). El 4 de junio, se impartió una
nueva instrucción a los militares ingleses en Austria para el trato con los
refugiados croatas. Estas nuevas normas apuntaban a no realizar repatriaciones
compulsivas siguiendo los siguientes puntos:
1) Ningún
yugoslavo será devuelto a Yugoslavia o entregado a las tropas yugoeslavas
contra su voluntad.
2) Todo
yugoslavo que luchó contra Tito será tratado como persona que se rindió y será
enviado al campamento de Vitkring a disposición;
3) Todas esas
personas serán consideradas como personas desplazadas y finalmente trasladadas
a Italia.
Con esta nueva ley mejoró la
situación de los refugiados que se encontraban bajo las tropas de ocupación
angloamericanas que tenían que encarar el problema de alimentar y alojar a
centenares de miles de fugitivos de toda Europa central y sudoriental. Por el
momento las deportaciones se suspendían, pero sólo temporariamente[87].
De esta manera los ingleses
comenzaron a resolver el tema croata enviándolos a Italia. Las autoridades
británicas que se encontraban en Klagenfurt decidieron que los tres mil croatas
que se hallaban en la ciudad vecina de Krumpendorf, fueran transportados por
tren a Italia y alojados casi en su totalidad en el campamento de refugiados
que luego se convertiría en el más importante para los croatas: Campo Fermo.
Campo
Fermo está ubicado en la provincia italiana de Marche, en la costa Este, siendo
las ciudades de Ancona, Macerata y Ascoli Piceno las más importantes de la
región. El campo se encontraba en las afueras de la ciudad de Fermo que le daba
el nombre. Esta ciudad
había sido una antigua sede episcopal. La construcción de las casas era antigua y estaban rodeadas por una
muralla. La mayoría llegó el 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen. Con
el tiempo arribaron más croatas de toda Italia y Austria.
“Nos transportaron en camiones desde Austria hasta
Italia. Desde allí en trenes de carga nos pasearon por casi toda Italia. Parecíamos
ganado. Teníamos hambre, sed, los chicos se enfermaban. Los ancianos se morían.
Una gran tristeza embargaba a todos. Cuando el tren se detenía en alguna
estación, los soldados no permitían que la gente se nos acercara, parecíamos un
tren cargado de leprosos. La suciedad y el hacinamiento hicieron que todos nos
llenáramos de piojos. El hambre hacía estragos entre los niños.
Sobrevivían únicamente los más sanos y fuertes”[88].
El campo
de refugiados que había sido destinado para los croatas antiguamente había sido
una fábrica textil compuesta de dos pabellones para habitar y unas diez enormes
naves para la maquinaria y los almacenes. En los pabellones para habitar vivían
los británicos y allí tenían sus oficinas. Las naves se utilizarían para los refugiados.
Cada barraca tenía una capacidad de entre trescientas y cuatrocientas personas.
En muchas de las barracas faltaban trozos de techos. Las camas eran muy
precarias y estaban equipadas con unas mantas y paja para que sirviera de
colchón[89].
Para
cada barraca se debía elegir de entre los croatas un representante, que se
denominaba “Starješina”. Este era responsable de la barraca ante los ingleses
e, incluso, cobraba un sueldo.
“ Después de pasar por varias ciudades y regiones, finalmente llegamos a Campo Fermo, un verdadero campo de concentración. Eran una decena de enormes barrancas, rodeadas con muros altísimos que remataban en alambres de púa electrizado. Desde la estación de trenes de Fermo, nos cargaron en camiones fuertemente custodiados por soldados ingleses como si fuésemos criminales de guerra y nos llevaron a esa prisión que fue Campo Fermo. Había soldados ingleses por todas partes: en la entrada, en las garitas, sobre los muros. A las mujeres y a los niños nos ubicaron en un sector y a los hombres en otro, separados entre sí por alambres electrizados. Era mediodía cuando llegamos. Cada familia descargaba las pocas pertenencias y se agrupaba en algún lugar de esas enormes barracas. Como era época de verano no teníamos problemas para dormir en el suelo o sobre cualquier bolso o género”[90].
A pesar
de la primera impresión poco favorable, el marco natural en el que se
encontraban el campo y la organización dentro del mismo fue haciendo tomar un
cariz más agradable la vida en él .
“El lugar donde estaba ubicado Campo Fermo era bellísimo,
rodeado de cerros y a lo lejos se veían los picos nevados de los Apeninos. Muy
cerca de allí había un arroyo de aguas cristalinas. El primer día nos pelaron a
todos los chicos y nos desinfectaron con un polvo que creo era el DDT. Esa
primera noche fue muy triste. En la oscuridad de las barracas, las mujeres
sollozaban pensando en su patria y en los seres queridos que quedaron allá
lejos y a los que quizás nunca volverían a ver. Los niños lloraban de
hambre. En el otro sector, los hombres, muchos de ellos veteranos de guerra,
mascaban su bronca y su impotencia. Muchos maldecían el haberse entregado a los
aliados en lugar de quedarse a luchar en las montañas y bosques de
Croacia. Hubieran preferido mil veces morir con dignidad en los campos de
batalla, que vivir en esta cueva de ratas”.
“Paulatinamente se fue organizando la gente en el campo.
Los que eran doctores en medicina comenzaron a buscar un lugar para dedicarse,
primero a la medicina preventiva para luego estudiar casos de distinta
gravedad, como disentería, anemia, problemas respiratorios, etc. Los que eran
maestros y maestras comenzaron a dar clases que consistían en enseñarnos
cantos, poesías y todo ello de memoria, ya que no poseíamos libros ni cuadernos.
Los primeros días, como el clima era cálido, nos reuníamos en un sector del
patio y allí sentados en el suelo, aprendíamos a cantar y recitar versos en el
idioma croata”[91].
Como ya
mencioné, la inmigración croata de la segunda pos guerra estaba compuesta por
un amplio espectro social. Esta migración que incluía a profesionales y
analfabetos, militares y amas de casa, viejos y jóvenes, ricos y pobres, etc.
se convirtió en uno de los hechos más característicos de Fermo. Lo admirable de
esta “pequeña sociedad” croata, fue, en primer lugar, que la tragedia
borró todas las barreras sociales. En Campo Fermo poco importaba si se era
noble o un cuidador de cabras; el dolor por lo sufrido y el trabajo para
sobrevivir era el mismo. Además, quizás por ese instinto tan humano, tan
maravillosamente humano, de construir sobre lo destruido y de lograr rescatar
una flor en el fango, los croatas comenzaron a organizarse según sus
habilidades. Los médicos armaron pequeños consultorios, los
albañiles construían, las mujeres cosían y confeccionaban, etc. Pero no
sólo se dedicaron a reconstruir cuerpos, casas o ropas, también se
reconstruyeron almas. Se instaló una imprenta que publicaba una revista e
,incluso, algunos libros y las maestras organizaron improvisadas escuelas para
los niños, desde la educación primaria hasta la secundaria. En lo
cultural se realizaban obras de teatro y conciertos de pequeñas
orquestas típicas croatas. La perla que surgió de Fermo fue un coro compuesto
por casi doscientas voces que luego realizó conciertos por toda la zona,
llegando incluso a cantar en el Vaticano y del cual surgió el coro “Jadran” que
desde hace más de cincuenta años actúa en Buenos Aires llevando la
música croata por toda la Argentina. Incluso se realizaron actividades deportivas
ya que se practicaba atletismo, algo de natación y hasta se formó un equipo de
fútbol “Nogometni Klub Croatia”que jugó y obtuvo importantes victorias contra
los equipos de Ancona[92].
Otro
grupo de refugiados de Dalmacia y Herzegovina, se dedicaron a placeres más
mundanos. Instalaron una fabrica de cigarrillos de nombre “Macedonia”, aunque
este nombre no tenía ninguna alusión al pueblo macedonio. Estos cigarrillos se
vendían por todo el centro de Italia, incluso en Roma. El tabaco se compraba en
la misma Italia, luego un grupo lo cortaba muy finito, otro grupo lo ponía en
los aparatos para armarlos, se le cortaba las puntas y se empaquetaba. Este
recurso generó un dinero importante entre los croatas[93].
“Lo que en un
principio nos pareció un infierno y una fría cárcel, con el correr del tiempo,
se fue convirtiendo en un hermoso hábitat de solidaridad y ayuda mutua. Cada
uno de los habitantes de ese campo, trabajaba para el bienestar de todos. Las
vallas sociales se derrumbaron como suele suceder en situaciones límites. Todos
éramos iguales, no había ni ricos ni pobres. Todos estábamos en igualdad de
condiciones. No había distinción entre profesionales ni analfabetos, todos
contribuían de acuerdo a su capacidad”.
“Ya para la primera Navidad del año 1945 nos reunimos
todos juntos a un gran árbol de Navidad para rogar por el descanso eterno de
nuestros muertos por la patria y para darle gracias a Dios de encontrarnos
vivos, después de cinco años de guerra. Los cánticos navideños
eran la mejor plegaria en esa fría Navidad. Los copos de nieve caían
suavemente. Era la Noche de Paz”[94].
En 1946
la suerte vuelve a cambiar. Británicos y yugoslavos firman un acuerdo para
detener y repatriar aquellos refugiados que figuraran en las listas de
“colaboracionistas”, confeccionadas por las autoridades comunistas yugoslavas.
Así, arbitrariamente y sin que los británicos comunicasen el porque de la
detención, cientos de croatas fueron detenidos por encontrarse en las “listas
negras”. Todos los repatriados fueron condenados y ejecutados.
En Campo
Fermo se suscitaron situaciones similares. Hubo casos de llegadas de camiones y
tanques ingleses durante la noche, que se dirigieron al sector de los hombres.
Allí los ataron de pies y manos, y como bolsas de papas los apilaron en un
camión. Sólo se salvó uno porque logró mostrar un documento en el cual constaba
que había sido exceptuado del servicio militar[95]. También ocurrió que los ingleses se llevaron, bajo
cualquier pretexto, un grupo numeroso de hombres, mujeres y ancianos, a otras
partes de Italia para luego demorarlos en otro campo de detención y allí
apartaron a los que figuraban en sus listas.
Con todo
esto, los croatas se aferraron más que nunca a la fe. Fe que no sólo se
manifestaba hacia el culto religioso, sino también hacia el creer en su propia
verdad, en valores, en tradiciones, en el futuro, en la patria, pero
principalmente en volver algún día. En medio del campamento se instaló una
capilla y en el centro de ésta, Ante Turzan, quién luego emigraría a Córdoba,
pintó el retrato de la Madre de Dios y bajo ella el escudo croata, junto a una
inscripción que decía “Advocata Croatiae Fidelissima”. (Fidelísima abogada de
los croatas). También se realizaban peregrinaciones a la Virgen de Loreto[96].
Esta fe
fue la principal impulsora para darle vida al campo. De las camas de paja se
pasó a las de hierro y a las de madera. Se refaccionaron zapatos que llegaron
del comando polaco en Ancona para los más desposeídos; con las cortinas de tela
se hicieron las divisiones entre las camas y entre las familias. Además, se
organizó la cocina para unos dos mil a dos mil quinientos comensales; se
comenzaron a arreglar los pabellones, los talleres mecánicos y el servicio
automotor.
De todos
estos ánimos para el futuro, los niños eran los privilegiados. A la
instrucción escolar se les sumó la religiosa y hasta la formación de Boys
Scauts.
“ En el verano del ’47, los maestros organizaron los
grupos de Boy Scouts. El ejército inglés nos prestó las carpas y tiendas de
campaña. Nos enseñaron el reglamento de los Scouts, cómo hacer
los distintos nudos, cómo armar una carpa, cómo hacer una fogata. Durante ese
verano las hijas del Mayor ingles a cargo del campo nos prometieron llevar al
mar. Todos los chicos estábamos locos de alegría. Cada grupo comenzó a organizarse.
Había tres grupos de Boy Scouts: Conejitos, Lobatos e Indios. Mi grupo era el
de los Conejitos. Teníamos una disciplina casi militar. A mí me nombraron
abanderado. Nuestras madres junto con otras mujeres, colaboraron en la
confección de los uniformes y de las gorritas. A los uniformes los hacían con
una tela que después la teñían de color caqui. Los pañuelos eran
de otra tela, de color azul y el triángulo que formaban el pañuelo en la
espalda les bordaban una flor de Lis de color amarillo, símbolo de los Boys
Scouts. Las gorritas las confeccionaban según algunos moldes de cartón. Nuestro
entusiasmo era tan grande que nos pasábamos horas ayudando a recortar los
casquetes de las gorritas. Luego nuestras madres los unían cosiéndolos uno por
uno”.
“Por fin llegó el día tan esperado. Los soldados ingleses
nos trasportaron en camiones hasta las playas del mar Adriático, cerca de Porto
San Giorgio. Eran unas playas estupendas de arena. Allí descargamos las carpas
y demás implementos y comenzamos a buscar el mejor lugar para acampar. Éramos
casi un centenar de chicos. Para el mediodía ya estaban todas las carpas
armadas. Por la tarde nos dedicamos a explorar los alrededores del campamento y
después todo el mundo al agua. Al atardecer nos hicieron formar frente a un
mástil donde flameaba la bandera croata. El sol se ponía en el horizonte. Sólo
se oía el rumor de las olas. Mientras dos compañeritos nuestros bajaban
lentamente la bandera, el maestro Pedro, entonó el himno nacional croata
“Lijepa naša Domovina” (Linda Patria Nuestra). Casi al unísono todos comenzamos
a cantar sacudidos pro una energía invisible, posiblemente lo que nuestros
mayores llaman patriotismo. Cien voces infantiles se elevaban desde las playas
y se perdían en la inmensidad del mar Adriático. Del otro lado estaba Croacia.
Nuestras voces eran palomas mensajeras que llevaban saludos a nuestros seres
queridos: yo buscaba en mis recuerdos a papá que quedó luchando en los bosques
y montañas por Croacia”[97].
Fermo no
se detenía. Todos trataban de vivir lo más normal posible mientras se debatían
entre la angustia de otras posibles deportaciones y la esperanza de volver a
ver algún ser querido o la llegada de dinero de algún pariente en América.
Un
médico cirujano realizaba más de cien operaciones, ingenieros mejoraban el
campamento, construían una piscina, dirigían la entrega de madera y de otros
materiales; se habilitaban escuelas de carpintería y de conducción de autos y
camiones; los profesores continuaban con las escuelas, los abogados redactaban
un estatuto para la organización y la reglamentación del campamento, la cual el
comandante inglés dejó totalmente en manos de ellos. Se elegían el Presidente y
la comisión directiva, como también preceptores, cocineros, choferes y cadetes.
El comandante inglés recibía ayuda de empleados, secretarias y traductores
croatas, tanto en las oficinas como en el hospital[98].
En la
capilla los sacerdotes forman cristianamente a los niños. Había un
padre, tan grande (medía casi dos metros) como bueno al que llamaban “Ošini po
prašini”, (viejo dicho croata que él siempre repetía) y fue quien realizó los
bautismos de los primeros niños que empezaban a nacer en el campo, como
también las primeras comuniones e, incluso, casamientos.
“Mi primera comunión la recibí en Campo Fermo. Las
mujeres que enseñaban corte y confección, nos hicieron los trajecitos
blancos, que confeccionaron de tela de lienzo que usábamos para hacer los
divisorios en las barrancas. El cura párroco viajó a Roma y consiguió cuadros
del Corazón de Jesús y al dorso escribió los datos de los comulgantes. Mi tío
Mièo que estaba alojado en la barraca de los hombres me hizo el marco de mi
diploma recordatorio, repujando y moldeando artísticamente pedacitos de lata. A
mí me parecía un marco de oro puro. La iglesia estaba llena de gente y
recibimos con devoción a Jesús Sacramentado”[99].
Para
1947, Campo Fermo era conocido en toda la zona. Se organizaban entretenimientos
y celebraciones religiosas a las cuales acudían personalidades de Fermo y de
Roma. Oficiales de alto rango, el arzobispo de Fermo, el cardenal siciliano
Ruffini, el intendente, curas, profesores, abogados y demás personalidades de
la zona se convirtieron con el tiempo en benefactores de los croatas.
En poco
más de dos años, Campo Fermo se convirtió, según los italianos, en un
"piccolo stato" (pequeño Estado). Pero el ánimo seguía
inestable. En los días claros desde las montañas de Fermo se podían ver
los picos nevados de los montes Velebit en Croacia, lo que hacía aflorar la
nostalgia. Cada tanto llegaban nuevos refugiados croatas que contaban nuevos
horrores de los que osaron quedarse en Croacia. Esto reabría las heridas y el
sufrimiento.
Poco a
poco la idea de emigrar se hizo presente. La idea de volver a Croacia para
combatir era una locura que muchos pagaron con sus vidas al intentarlo en
pequeños grupos. Los croatas se daban cuenta que mientras permanecieran
en Europa no estarían seguros y mirabanlos países de ultramar. Muchos hombres
vieron a sus mujeres e hijos y crudamente analizaron la posibilidad de emigrar
a nuevas tierras con sus idiomas e idiosincrasias tan distintas. Finalmente se
decidierona gestionar los pasaportes.
Si a
alguno le quedaban dudas para emigrar, los agentes de Tito rondaban por toda
Italia y comienzaban a acercarse a Campo Fermo. Los espías yugoslavos, para
ganarse la consideración de los altos mandos, realizaban informes y reportes
fantasiosos argumentando que Campo Fermo era una zona militar, donde croatas
armados hasta los dientes conspiraban contra Yugoslavia[100].
A fines
de 1947 y principios de 1948, llegan a Fermo comisiones principalmente de
Argentina, y luego de EE.UU., Canadá y Australia para ofrecerles la posibilidad
de emigrar como refugiados. Argentina era uno de los destinos más apreciados,
no solo porque su solo nombre implicaba (paro los que lo conocían) la idea de
un país pujante y con grandes reservas de alimentos, sino que también muchos
eligieron este destino porque había sido neutral en las dos guerras mundiales: “_Mis
hijos no vivirán otra guerra”, repetían hombres y mujeres de Campo Fermo.
Y así,
poco a poco Campo Fermo se fue despoblando. Los croatas comenzaron a emigrar
por todo el mundo, dejando atrás una Europa destruida, que les era hostil, para
subirse a un barco y confiar a Dios la suerte de llegar a un buen destino.
Campo
Fermo, aún hoy conserva su mística. Fue lugar de situaciones de alto contenido
emotivo. Allí se compusieron canciones que hablaban de los héroes, de la
patria, la derrota y la nostalgia, que la inmigración croata trasmitió de boca
en boca por todo el mundo.
Miles de
croatas vivieron o pasaron por Fermo. Este fue un pequeño respiro, si
podemos llamar respiro el estar permanentemente amenazados por los espías de
Tito, entre la guerra y el inicio de lo más difícil: comenzar una nueva vida,
en una nueva tierra...
“De vez en cuando nos llegaban noticias de papá, que
estaba en tal o cual parte. Lo único que deseábamos era volver a estar con él.
Algunos nos hablaban de sus hazañas... otros decían que podía estar
muerto, pero mamá siempre tenía la esperanza de volver a verlo algún día..”[101].
Viniendo de Buenos Aires
Pasando pa’l Tucumán
Vide bailar esta jota
En el barrio “El Abrojal”.
Popular. Recopilación M. M.
López
Si
realizamos un análisis histórico y geográfico de las zonas donde establecieron
sus hogares los inmigrantes croatas dentro de la ciudad de Córdoba, nos
encontraremos que son dos los barrios que han preferido para instalarse. No
deja de ser interesante comprobar que de estos, uno fue poblado por inmigrantes
que llegaron antes de la Segunda Guerra Mundial y el otro por los que llegaron
después. Estos dos barrios son: El Barrio “Inglés” o Pueyrredón, (elegido por
los “viejos inmigrantes”), y el Cerro de la Rosas y zonas aledañas( por
los “nuevos inmigrantes”).
El
barrio “Inglés”[102] fue fundado y loteado por Arturo L. Hughes, un escocés
(de ahí “barrio Inglés”) que trabajaba en el ferrocarril, entre fines de la
primera década del siglo y los años ’20, cuando advirtió la necesidad de
empleados y obreros de tener sus viviendas cerca de las vías del tren de la
estación Central Córdoba.
Estos
terrenos pertenecían a la señora Aurelia López de Fernández, la cual
fundó primero una sociedad y luego cedió la mayoría de las acciones a Hughes y
a su hermano Federico, que llevaron a cabo el loteo.
Desde
1913 Arturo Hughes figura en la Dirección General de Catastro de la Provincia,
y como perito en la mensura comienza a dar forma al barrio. Lo atrayente del
loteo era la posibilidad de comprarlos con un plan de cuotas relativamente
accesibles para los bolsillos de los obreros. En la obra, los hermanos Hughes,
demuestran que lo suyo no es sólo el dinero como lo señala el siguiente
párrafo del diario “Los Principios” : “Con entusiasmo desbordante,
contagiando a los obreros con los cuales iban trazando las calles. No iba a
hacer obra de beneficencia. Estaba en su negocio, pero muchas veces, como su
hermano, tuvieron ocasión de demostrar su espíritu altruista llegando hasta no ejecutar
judicialmente a quienes eran sus deudores. Gente de magros salarios, la buena
voluntad para cumplir con las cuotas establecidas, se estrellaban con la
angustia de sus presupuestos familiares. Y allí entraba en juego la generosidad
del loteador. Así se fue formando el barrio. Demoradamente”[103].
Poco a
poco, de los terrenos baldíos comienzan a surgir casas y los servicios de agua
corriente y electricidad empiezan a ser una realidad; los tranvías 2 (por la
avenida Patria) y 5 (por calle Bulnes) facilitan el traslado al centro de la
ciudad y la principal arteria del barrio, la avenida Patria, crece a pasos
agigantados alumbrada por columnas y lámparas traídas de Europa por el propio
Hughes y adornada con palmeras en los canteros centrales.
Una de las características del
barrio en esa época eran las barrancas que se encontraban especialmente en el
centro de la avenida Patria, entre Buchardo y Charcas. Estas barrancas, que en
un primer momento eran producto de la naturaleza, fueron favorecidas por las
lluvias que las socavaban y los vecinos que extraían arena y granza para
construir sus casas. Con el paso del tiempo se fueron rellenando nuevamente
aunque aún hoy se encuentran en el límite con el llamado “Bajo Pueyrredon”.
Otro de
los emblemas del barrio y gran motor a la hora de poblarlo fue el ferrocarril.
Los terrenos que se encontraban entre las calles Rincón a Oncativo y desde
Esquiú hasta Jacinto Ríos comprendían el “final de línea” de los trenes
cargueros. Allí terminaban sus recorridos los trenes de los ferrocarriles
Belgrano y Mitre, cargados de mercaderías y productos de todo el país, que
pronto eran distribuidos por la ciudad.
En este
predio se encontraban también depósitos de azúcar, alcohol, maderas, artesanías
norteñas, etc; por esto se construyeron inmensos galpones y almacenes
para poder, entre otras cosas, fraccionar vinos de la bodega estatal Giol.
A la
vera de los depósitos se alzaban enormes galpones donde cuadrillas de
jornaleros realizaban trabajos de mantenimiento.
Las
instalaciones del ferrocarril estaban compuesta por: una oficina de carga, dos
ramales de vía, galpones metálicos, un enorme depósito integrado por cinco
naves y corrales para la descarga de vacunos de los vagones-jaula[104].
De esta
manera, la combinación de trabajo ( la estación de trenes y todos los talleres
que la circundaban) y la posibilidad de acceder a un techo propio en cuotas,
resultó una propuesta más que atractiva para los recién llegados croatas, pero
también y aún en mayor medida para los inmigrantes armenios , polacos y
ucranios los cuales actualmente tienen sus sedes sociales en dicho barrio,
siendo especial el caso de los armenios, que con sus comercios, instituciones,
colegios e iglesias han influido notablemente en su fisonomía.
A
mediados de los años ’20 el barrio había crecido considerablemente y ya
contaba con un hospital como lo era el Tránsito Cáceres de Allende y colegios
católicos como el Instituto Robles y el Colegio Sagrado Corazón. Fue en esta
época de pioneros y tesón cuando comenzaron a llegar los croatas al barrio.
Poco a
poco llegaban inmigrantes desde las costas dálmatas, en su mayoría hombres, que
buscaban su lugar en el mundo a los que, una vez afincados se les sumarían sus
mujeres, hermanos u otros familiares que cruzarían el Atlántico tras ellos.
Los
primeros en llegar a este barrio fueron los hermanos Petar e Ivan Juriæ,
venidos desde Split.
Seguidamente llegaron más familias Juriæ, como así también la
populosa familia Deliæ, con varios hermanos y primos.
Luego
sí, comienzan a arribar hombres solos o con sus mujeres. Se establecen las
familias Vraniæ, Lizzul, Mihoceviæ, Loliæ, Èuljak, Kuran, Boban, Šubert,
Sabanžija, Mišetiæ y Beuz.
Durante
la década del ’30 la comunidad croata se afianza y se calcula que venticinco
familias habitaban el barrio Inglés. La cercanía entre ellos generó un
importante red de contactos y solidaridad . Por ejemplo, era común pasar un
domingo a la tarde en la casa de un paisano o de reunirse varios en una casa
para escuchar la radio, artículo caro para los bolsillos de los recién
llegados.
Esta
concentración , más la posibilidad de comprar un terreno, dio pie a que en
septiembre de 1941 se adquirien los terrenos para la sede de la por entonces
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos”[105].
El
“barrio inglés” figuró como tal en la nomenclatura oficial hasta 1949, ya que
con la llegada del peronismo al poder y la reforma de la Constitución del mismo
año, Manuel Martín Federico de la bancada oficialista, propone el cambio
del nombre de “barrio inglés” por el de Juan Martín de Pueyrredón, gobernador
de Córdoba en el año 1810 y posteriormente Director Supremo de las
Provincias Unidas del Río de la Plata. Finalmente el Concejo Deliberante
aprueba el 31 de agosto de 1950 la ordenanza número 3993 y así el “barrio
inglés” será en adelante “barrio Pueyrredón”[106].
A fines
del siglo XIX la fisonomía de lo que es el actual barrio residencial “Cerro de
las Rosas”, se dividía en dos; por un lado era el refugio de algunas familias
adineradas de Córdoba que habían construido sus chalets o casas de verano para
descansar y por otro lado era un fértil terreno para quinteros que abastecían a
la ciudad con sus frutas y verduras.
El
nombre del barrio aún hoy origina muchas dudas, siendo la teoría más concreta
la de que habría tomado el nombre del chalet “Las Rosas”, que pertenecía al
gobernador de Córdoba de 1889 a 1890, Marcos N. Juárez[107].
La buena
ubicación de los terrenos, en el camino de salida hacia las sierras, fue un
factor de importancia para el crecimiento del barrio, teniendo las autoridades
de principios del Siglo XX un gran interés en la refacción del camino principal
(la actual Rafael Núñez), afirmándolo mediante máquinas de rodillos,
importadas en 1907.
Fue en
esta zona, a la que podemos describir como una elevación desde la cual se puede
ver y constatar que la ciudad de Córdoba se encuentra en un pozo, colmada de
árboles y amplios jardines, a la mitad entre el humo y el smog de la ciudad con
el aire puro de las sierras, donde los croatas que llegaron después de la
Segunda Guerra Mundial se afincan.
A partir de 1950, el área
comenzó a poblarse de comercios, gran cantidad de negocios, de restaurantes,
bares y discotecas e incluso se instaló el primer canal de televisión del
interior del país (Canal 12[108]) , en los ’80 proliferaron numerosas galerías y en los
’90 surgieron una decena de bancos, forjando una identidad propia que la
diferencia de los demás barrios de la ciudad.
Hay que aclarar que el denominado “Cerro de las Rosas” más que un
barrio, es una zona. Ésta suma a otros pequeños barrios periféricos que
popularmente son tomados como parte del “Cerro”. Los barrios que rodean al
Cerro de la Rosas son: “Alto Palermo”, “Cerro Chico”, “Tablada Park”, Parque
Corema”, “Villa Centenario”, “San Marcelo”, “Villa Claret”, Alejandro Centeno”,
“Arbolada” y “Villa Marta”. También podemos sumar a la parte del barrio de
Villa Belgrano que rodea a la seccional 14 de policía.
Los
primeros inmigrantes croatas en arribar fueron los primos Tadija y Milan Bago,
de la región de Herzegovina, que se asentaron en el barrio de Villa Belgrano.
Otro oriundo de Herzegovina, Cvitan Lonèar, se afincó a una cuadra de la Rafael
Núñez en pleno Cerro. A ellos se les sumó, proveniente de la ciudad de
Karlovac, Josip Filipèiæ que tenía su casa sobre la misma avenida Núñez.
Estos inmigrantes económicos fueron los primeros “adelantados”.
Por
supuesto, cuando se establecieron, el barrio era verdaderamente un descampado,
más cercano a campo abierto que a barrio.
Con el
fin de la Segunda Guerra, llega a la zona la corriente inmigratoria más
numerosa y que le dio su impronta de tal forma que fueron llamados habitualmente:
“los croatas del Cerro”.
Así pues, a fines de los ’40,
construye su casa Marko Èaviæ, patriarca de una numerosa familia. Junto con su
mujer arribaron cuatro hijos. Sus dos hijos varones, uno con sus propios hijos,
y sus dos hijas casadas una con Ante Adžiæ y otra con Nikola Mamiæ, quienes
también ya eran padres. A este grupo familiar se le suma con el tiempo el
hermano de Marko, Kuzma, quien a su vez trae a su mujer e hijos. Más tarde
arribaría Šime, hijo mayor de Kuzma, llegaría con su mujer y tres hijos.
A la
familia Èaviæ aún le faltaba un pariente. Jole Èaviæ, primo de Marko y Kuzma,
también se afincó junto a su mujer y dos hijos.
Como
vemos, de por sí, esta familia era numerosa. Luego cada uno de sus integrantes
fue dejando el hogar paterno y formando su propia familia, pero siempre dentro
del barrio.
En los
años ’50 también vivían en el barrio Tadija Èule, Križan, Joso y Stjepan
Bešliæ, los cuales fueron acogidos por un tiempo por su coterráneo Tadija Bago.
En esta
década y en la siguiente se asentaron las familias Banduka, Èikliæ, Joviæ,
Juratoviæ, Kovaè, Mandakoviæ, Miletiæ, Nakiæ, Ozvaèiæ, Perèeviæ, Pravidur,
Radevenjiæ, Rendeli, Šprljan, Thon, Videc y el prof. Nola.
Uno de
los principales motivos para instalarse fue el precio accesible de los
terrenos. En los años ’40 y ’50 esta tierras semi-pobladas era
relativamente baratas para los bolsillos de los inmigrantes.
Esta
zona privilegiada de la ciudad se empezó a poblar realmente en los ’60. En esta
década profesionales, comerciantes y personas de buen pasar económico comenzaron
a elegir este lugar alejado para vivir. Esto supuso la construcción de casas
por doquier. Aquí está otro de los motivos: trabajo. Como vimos, la mayoría de
los inmigrantes eran albañiles y especialistas en la colocación de lajas
y piedras. La construcción de decenas de chalets deparó una fuente de trabajo
inacabable por un par de décadas.
Fue en el Cerro y en su zona de
influencia, donde los croatas colaboraron para que tomara la forma de barrio,
sea porque la habitaron, o sea porque le dieron un estilo arquitectónico a las
casas por sus trabajos en piedras de los frentes y sus entradas[109].
No es
alocado decir que al concentrarse una gran cantidad de casas de este tipo en el
oeste de la ciudad, se logró dar la sensación de que el barrio debía tener un
determinado estilo de construcción. Simplemente se dio una conjunción de
situaciones. El Cerro de las Rosas y zonas aledañas era un barrio nuevo
en plena construcción, estaban de “moda” las casas con piedra y laja y había
“maestros” albañiles para su colocación.
Esta
masiva radicación de inmigrantes generó una razonable presión a la hora de
trasladar el Hogar Croata de la calle Lima al Cerro.
Según
mis propios cálculos, entre croatas y sus descendientes han vivido en el barrio
más de 150 personas. Actualmente vivirán más de 100.
Hoy, el
Cerro de las Rosas es el barrio residencial por excelencia de la ciudad, pese a
que por la zona oeste se encuentren en pleno auge los barrios cerrados o
countries. El Cerro se ha convertido, además, en un gran centro comercial de
todo el oeste de la ciudad y las casas se han ido revalorizando constantemente.
Éste ya
no es aquel barrio despoblado, con caminos de tierra, extensiones cultivables
para chacareros y un solo tanque de agua para varias manzanas. Hoy es un barrio
con todos los servicios (caros por cierto) y comodidades. Los primeros
habitantes croatas ya han muerto, pero sus hijos y sus nietos no se han
dispersado. Todos buscan quedarse por la zona, certificando la visión de futuro
de sus antecesores.
UBICACIÓN BARRIAL DE LOS CROATAS DE CÓRDOBA
Cerro y
Pueyrredón fueron los principales barrios donde se asentaron los inmigrantes;
sin embargo, hoy su distribución es más heterogénea en toda la ciudad.
Para
tener un panorama de la distribución geográfica de los croatas de Córdoba
tomaré el siguiente parámetro.
El Hogar
Croata cuenta con un listado de todo aquel croata o descendiente que desee
participar de sus actividades.
A esta
lista la comprendían en un primer momento, solo los accionistas del Hogar Croata[110]. Luego se fueron sumando adherentes, pero los
anteriormente citados eran la gran mayoría.
Como ya
lo expliqué, durante los ’90 hubo una gran cantidad de personas que se volcaron
masivamente a la institución o que, al menos, deseaban dejar sus datos para
recibir las invitaciones de las actividades que realizara el Hogar.
Por lo
tanto esta lista quedó conformada con inmigrantes y sus descendientes, que eran
o no accionistas, más un gran número de croatas que dejaron sus datos en la
institución, incluso croatas de la Sociedad Croata de Socorros Mutuos[111].
En
definitiva la lista está constituida por 167 nombres. Estos representan a un
integrante de una familia pudiendo estar ella compuesta por dos o más miembros.
Para delimitar la ubicación de
estos, he tomando como parámetro al “Nomenclador Cartográfico del año
1992/93”.
Este catálogo, contiene
información de todas las calles de Córdoba y sus barrios. A estos los dividen
en zonas que engloban tres o cuatro barrios cada una, dando en un mapa la
información antes mencionada.
El nomenclador divide la ciudad
en mapas.
Tomando este parámetro, lo
cotejé con las direcciones que figuran en el listado del Hogar Croata.
Teniendo en cuenta la división de la ciudad que van del plano 1 al
plano 51, he ubicado a los croatas que serán censados en dichos planos según su
domicilio.
Esta
comparación tuvo como resultado lo siguiente:
Plano |
Barrio Principal[112] |
Registros[113] |
Porcentajes |
1 |
Centro |
6 |
4.38 |
2 |
Cofico |
3 |
2.19 |
3 |
Pueyrredon |
8 |
5.84 |
4 |
General Paz |
6 |
4.38 |
5 |
Nueva Cordoba |
2 |
1.46 |
6 |
Parque Vélez Sársfield |
2 |
1.46 |
7 |
Observatorio |
1 |
0.73 |
8 |
Alto Alberdi |
8 |
5.84 |
9 |
Alberdi |
7 |
5.19 |
10 |
Villa Cabrera |
3 |
2.19 |
11 |
Zumarán |
1 |
0.73 |
12 |
Alta Córdoba |
3 |
2.19 |
13 |
Ayacucho |
3 |
2.19 |
14 |
Villa Azalais |
1 |
0.73 |
15 |
Villa Corina |
1 |
0.73 |
16 |
Yofre |
2 |
1.46 |
17 |
San Vicente |
3 |
2.19 |
18 |
Altamira |
1 |
0.73 |
19 |
Colonia Lola |
0 |
0 |
20 |
Empalme |
1 |
0.73 |
21 |
José Ignacio Díaz |
0 |
0 |
22 |
Maipú |
5 |
3.65 |
23 |
Cerveceros |
0 |
0 |
24 |
Jardín |
1 |
0.73 |
25 |
Ipona |
2 |
1.46 |
26 |
Las Flores |
4 |
2.92 |
27 |
Comercial |
0 |
0 |
28 |
Villa El Libertador |
0 |
0 |
29 |
Los Naranjos |
1 |
0.73 |
30 |
Ameghino |
2 |
1.46 |
31 |
Los Plátanos |
0 |
0 |
32 |
Villa Unión |
0 |
0 |
33 |
Las Violetas |
0 |
0 |
34 |
Los Robles Residencial |
0 |
0 |
35 |
Quebrada de las Rosas |
3 |
2.19 |
36 |
Las Palmas |
3 |
2.19 |
37 |
Urca |
4 |
2.92 |
38 |
Alto Verde |
6 |
4.38 |
39 |
Cerro de las Rosas |
31 |
22.63 |
40 |
Villa Belgrano |
4 |
2.92 |
41 |
Argüello |
0 |
0 |
42 |
Villa Cornú |
0 |
0 |
43 |
Los Boulevares |
3 |
2.19 |
44 |
Marqués de Sobremonte |
3 |
2.19 |
45 |
Los Gigantes |
0 |
0 |
46 |
Guinazú |
3 |
2.19 |
47 |
San Lorenzo |
0 |
0 |
48 |
Ituzaingó |
0 |
0 |
49 |
Coronel Olmedo |
0 |
0 |
50 |
Villa Rivera Indarte |
0 |
0 |
51 |
Bajada de Piedra |
0 |
0 |
|
Total |
137 |
100 |
De los
resultados obtenidos vemos en primer lugar que 137, registros son de Córdoba,
los 30 restantes son de ciudades aledañas. De estas hablaré al final del
capítulo.
De los
51 planos, sólo en 17 no hay croatas. Esto deja a las claras la notable
distribución de estos, pudiendo afirmar que hay muy pocos barrios de la Ciudad
que no cuente con alguien de origen croata.
Algunos
de los barrios sin ellos son: Dean Funes, San Lorenzo, Ferreyra, Los Sauces,
Ituzaingó y Coronel Olmedo.
Otro
detalle que salta a primera vista es que en todos los planos hay un promedio de
tres o cuatro familias croatas. En el correspondiente al Cerro de las Rosas y
zona de influencia (Plano 39) hay 31. Es decir del total de la ciudad, el 27%
del listado pertenece a este barrio, reafirmando su importancia en toda la
ciudad[114].
Los
casos de personas que vivan en otras ciudades y que se encuentren en el
listados son importantes, porque representan un 18% del total[115].
Estas
ciudades son: Alta Gracia, Carlos Paz, Cosquín, Deán Funes, La Falda, Monte
Cristo, Mina Clavero, Río Ceballos, Río Primero, Río Segundo, Río Cuarto,
Saldán, San Agustín, Unquillo, Villa Allende y Villa María.
Tabla 5
Tabla 6
(Con el Hogar para la Patria).
Leyenda con la cual se rubricaban las actas
del Hogar Croata de Córdoba
Para entender mejor a la corriente migratoria que
finalmente daría vida al Hogar Croata de Córdoba es necesario ponerse unos
segundos en su piel. La empatía en este momento es necesaria para poder
comprender a una comunidad y en consecuencia a sus acciones.
¿Cómo?¿Cómo debe
haber sido llegar a un suelo extraño, con gente extraña, con un
idioma extraño y sintiéndose uno mismo, un ser de otro mundo?
¿Cómo debe haber sido embarcarse hacia la nada, hacia un lugar al que no
se sabía indicar en un mapa?¿Cuál sería la primera impresión de esta
nueva tierra?¿Era un paraíso o el infierno?
Preguntas,
preguntas, preguntas. Ante este breve cuestionario, las respuestas son simples:
“Llegamos, conseguimos trabajo, luchamos, luchamos, luchamos..”.. Sé que esta
respuesta se reduce a la mínima expresión de lo vivido.
La
segunda pos guerra mundial marcaba el comienzo de una nueva oleada de
inmigrantes croatas por el mundo, el exilio era inevitable como ya lo
analizamos.
Habían
llegado al puerto de Buenos Aires, luego de haber estado como refugiados por
toda Europa. Llegaban desde Italia, Alemania, Austria, etc. Muchos habían
estado en campos de detención aliados, otros, trabajaron sólo por la comida en
países extranjeros y algunos encarcelados en la nueva Yugoslavia. Habían salido
de Croacia con la promesa de emigrar solo quince días para poder reorganizarse
y así dar una nueva batalla para defender su tierra. Bleiburg destrozó este
sueño y convirtió a los croatas en parias. Desahuciados, derrotados,
abatidos, sólo quedaba la opción de emigrar. Una tal Eva Perón, que era la
mujer del Presidente de un país que se encontraba muy al Sur otorgó diez mil
visas para que los croatas fueran a ayudar a construir un joven país.
Argentina
por aquel entonces era pan blanco y neutralidad en las guerras. ¡Qué más pedir!
De a poco fueron llegando. Como árboles trasplantados de un día para el otro,
tuvieron que echar mucha agua en sus raíces, y esta agua eran lágrimas. En
general llegaron entre los años 1947-48. Eran en su mayoría hombres
solos, algunos con la suerte de tener a un hermano y un primo con ellos. No
sólo su patria, sus padres y hermanos quedaron lejos, también sus mujeres e
hijos Los menos habían logrado emigrar con sus familias.
La
húmeda e inabarcable Buenos Aires resultó un primer paso en la nueva tierra.
Luego, siguiendo la ruta de los trabajos que iban surgiendo, de la promesa de
un mejor clima o de una ciudad no tan desmesuradamente grande, comenzaron a ser
atraídos por Córdoba.
Aquí,
comenzaron a edificar una empresa con tres frentes.
En primer
lugar el personal. Había que integrarse a una nueva sociedad, aprender el
idioma y conseguir trabajo. Una vez medianamente instalados, había que pensar
en la familia que había quedado en Croacia. Reunir el dinero para que pudieran
venir la mujer y los hijos. Esto llevó de cinco a diez años de trabajo
duro.
El
segundo plano era el de organizarse con los otros emigrados. Comenzar a
contactarse, a reunirse, a conocerse, a pensar la forma de crear una
institución que los nucleara, en primer lugar para contenerlos y dar el cobijo
que todo inmigrante necesita y que sólo alguien llegado desde su mismo
terruño puede dárselo. Y en otro lugar, comenzar a contarle al mundo los
porqués de esta emigración y su verdad a quienes quisieran escucharlos.
Por
último, el tercer paso era la interrelación con otras comunidades de croatas en
el país y el mundo. Entre Córdoba y Buenos Aires los contactos fueron fluidos y
una constante ida y vuelta. En menor medida se dio con croatas de Rosario, San
Juan y Entre Ríos.
En el
ámbito mundial, las populosas comunidades croatas de EE.UU., Australia y
Canadá, entre otras, llevaban junto a la Argentina el estandarte de los
reclamos por una Croacia independiente y soberana.
Ante
este marco de situación, la inmigración de la segunda pos guerra, ayudada por
varios croatas establecidos hace años en Córdoba, comenzó a generar la
institución croata más importante del interior del país, que mantuvo a lo largo
de varias décadas y cuatro generaciones la indoblegable utopía de creer en la
resurrección de Croacia.
1º Período: 1947-1959
Tiempo de organizarse.
De los primeros años hay poco
material por escrito. Para remontarse a esta época es necesario el recurso del
testimonio oral.
Lo
primero que se sabe es que varios hombres llegaron entre 1947 y 1950. Estos
habían arribado de la mano de la aprobación de diez mil visas para croatas que
extendiera la primera dama de la Nación Argentina, Eva Duarte de Perón, en su
viaje por Europa en el verano de 1947. Los que llegaron entre el ’47 y el ’48
en general habían estado en los campos de detención aliados, principalmente en
el de Fermo, Italia, aunque también los había de otros países, especialmente de
Austria. De los que llegaron en el ’49 y el ’50, o habían deambulado por Europa
trabajando por la comida o eran sobrevivientes de Bleiburg , o de las cárceles
yugoslavas y que emigraron en cuanto pudieron.
Como ya
mencioné, en general eran hombres solos, ya que sus mujeres e hijos habían
quedado en Croacia envueltos en la confusión de una retirada que pretendió ser
ordenada y terminó en un caos. Muy pocos habían logrado emigrar con su familia.
Esta situación se fue regularizando con el tiempo, pero hubo casos de hijos que
se quedaron en Croacia y sus padres en Argentina, como también maridos y mujeres
separados por el océano, y para que hablar de los inmigrantes croatas que no
volvieron a ver nunca más a sus padres y hermanos.
Los
contactos entre paisanos se comenzaron a dar en los pequeños
establecimientos y locales comerciales que los recién llegados alquilaban para
emprender sus negocios. Bares y comercios eran puntos de encuentro que los
aglutinaban. Muchos ya se conocían de Campo Fermo, del viaje en el barco, del
hotel de los inmigrantes o de algún contacto en Buenos Aires con alguna
incipiente organización croata de carácter cultural (como el Coro Jadran) o
religiosa.
Lo
primero era lograr un consenso de lo que se quería alcanzar. Todos estaban de
acuerdo en tener una sede que los representara y en la cual realizar
actividades concernientes a ellos. A esta necesidad se agregaba la de
representar una Nación que, de más esta decir, no solo no tenía embajada, sino
que ni figuraba en las enciclopedias, los mapas, ni era reconocida como un país
independiente para el mundo.
A esos
primeros contactos se les sumaron la asistencia de los ya establecidos desde
los años ’20. Algunos eran ex integrantes de la Sociedad Croata de
Socorros Mutuos. Ellos sentían más identificados con la nueva corriente les
brindaron su ayuda[116]. En desacuerdo con el cambio ocurrido en 1948 (cambiar
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos” para denominarse “Sociedad Cultural
Yugoslava”) viejos inmigrantes como: Milan Bago, Tadija Bago, Martín Èuljak,
Josip Filipèiæ, Ivan Jukiæ, Toma Klariæ, Luka Kriliæ, Cvitan Lonèar, Nikola
Mišetiæ, Ivan Veltruski y Marko Vrkiæ e incluso un inmigrante macedonio como
Todor Antunoviæ.
Cómo no
podía ser de otra manera, las reuniones se realizaban en bares. Tanto en el bar
“Pastorino” de Ljubo Èikliæ, como en el “Adria” de Pero Kovaè. Estos bares que
se hallaban en las inmediaciones del Mercado Norte, eran el paso obligado de
cada croata que se encontraba en el centro. Allí se debatía entre los recién
llegados cuestiones para definir la institución que los representaría. Los
temas a definir eran principalmente dos:
El
problema a resolver o el consenso a lograr, era por cual vía ideológica y
técnica se lo podía concebir.
Las reuniones continuaron hasta
generarse un antagonismo entre “Pastorino” que bogaba por una institución
cultural no-política y “Adria” que tenía una clara posición política
defendiendo los preceptos del H.O.P. (Hrvatski Oslobodilaèki Pokret)
“Movimiento Libertador Croata”[117].
Finalmente los hombres del
“Adria” decidieron pasar de las palabras a los hechos concretos inspirados en
lo generado por los croatas de Buenos Aires en el año de 1951. Para
comprender la forma en la cual se concretó el Hogar Croata de Córdoba es
necesario conocer como se estableció la institución madre en Buenos Aires.
Buenos Aires era en ese momento
la ciudad del mundo con más inmigrantes croatas de la segunda posguerra
superando a los de Córdoba por diez a uno y ellos fueron los que lograron
asesorarse y encaminarse hacia la concreción de su objetivo: el Hogar Croata.
El primer paso fue la
conformación de una personería jurídica. Esto era indispensable para ser
reconocidos por el Estado argentino y de esta manera poder desarrollar las
actividades sociales, culturales, deportivas o las que fuesen, en una
institución que nucleara a la colectividad.
Los datos que constan más abajo fueron tomados del poder especial
otorgado a Miguel Sprijan (error al escribir el apellido Sprljan) por el Escribano
Titular Ernesto García Díaz, de la Escribanía Nacional de Contratos Públicos
del Registro Civil y Comercial Nº 21 el 22 de agosto de 1957. En este
poder especial se detallan los pasos previos que dieron lugar a la concreción
de la sociedad “El Hogar Croata”, Sociedad Anónima, Inmobiliaria, Comercial y
financiera y de la cual desglosé el orden cronológico de los hechos.
En la ciudad de Buenos Aires, el
25 de abril de 1951 se presentaron ante el Escribano autorizante veinte croatas
de esta ciudad con el afán de constituir una sociedad anónima con un capital
autorizado de quinientas acciones de mil pesos moneda nacional, representadas
por quinientas acciones de mil pesos en cinco series de cien mil pesos moneda
nacional, bajo la denominación “El Hogar Croata” y con el objeto que indicara
el estatuto. En este acto se suscribió la primera serie de acciones, y se
constituyó el primer Directorio. El mismo quedó conformado de esta manera:
En el estatuto se encontraba
establecido en su artículo primero que se constituía la compañía “El
Hogar Croata”, Sociedad Anónima, Inmobiliaria, Comercial y Financiera con
domicilio en la ciudad de Buenos Aires y establecía en un artículo, que
posteriormente sería de vital importancia para la colectividad croata de
Córdoba, la posibilidad de “establecer sucursales o agencias en el interior
y exterior del país”.
Otros
artículos de importancia expresaban, como el artículo segundo, que “Su
duración es de noventa años a contar desde la fecha de su inscripción en
el Registro Público de Comercio”. Esto nos lleva a pensar lo que habrán
sentido o especulado estos croatas con la posibilidad de que en el año
2041(cien años después de proclamado el Estado Independiente Croata)
existiera o no una República Croata, si todavía perduraría Yugoslavia, si el
mundo seguiría dividido entre “El Águila y el Oso”, Occidente y Oriente, o si,
llegado el momento, Yugoslavia existiendo aún, reclamaría esta sociedad como
propia...¿Cómo reaccionarían sus nietos o bisnietos ante esta
posibilidad? ¿Se habría mantenido el sentimiento croata? O ¿el
esfuerzo de ellos quedaría en el olvido?
El
Título Tercero, se enumeran los objetivos de la sociedad. Entre ellos figuran:
Como se ve estos son los
objetivos de cualquier sociedad que tiene como fin el lucro mediante
operaciones económicas, pero es claro que la intención de la conformación de
esta sociedad tenía un cariz simplemente de pantalla; ya que las actividades
reales de la sociedad eran sin fin de lucro, sean culturales, sociales o
deportivas. Esta medida, si bien cumplió su misión de que la colectividad se
desarrollara en tranquilidad, tuvo su lado negativo con los impuestos que se
debían abonar por ser una sociedad anónima, notablemente más altos que los que
debe abonar una sociedad sin fin de lucro.
Finalmente la constitución de la
Sociedad Anónima fue autorizada para funcionar mediante el siguiente decreto:
“El Poder Ejecutivo Nacional, Buenos
Aires, Veintidós de Octubre de 1951. Visto el expediente ... en el que solicita
autorización para el funcionamiento de la Sociedad “El Hogar Croata” Sociedad
Anónima, Inmobiliaria, Comercial y financiera, y el dictamen favorable de la
Inspección General de Justicia; atento a que en la constitución recurrente se
han cumplido los requisitos que exige el articulo trescientos dieci ocho del
Código de Comercio y a que su estatuto, con las modificaciones aconsejadas por
la Inspección General y aceptadas por dicha sociedad, se ajusta a los preceptos
legales y reglamentarios de vigor. El Presidente de la Nación decreta: Artículo
Primero: Autorízase para funcionar como Sociedad Anónima ... a la sociedad “El
Hogar Croata” Sociedad Anónima, Inmobiliaria, Comercial y Financiera,
constituida en esta capital el veinticinco de abril de mil novecientos
cincuenta y uno.
Articulo Segundo: Publíquese, dése a la Dirección General
del Registro Nacional y vuelva a la Inspección General de Justicia para su
anotación. Repóngase las fojas. Perón. B. Gache Pirán. – Decreto número: Veinte
mil novecientos cincuenta y seis-A
Luego de conocer lo actuado en
Buenos Aires, en Córdoba, durante un festejo del 10 de abril el año de
1956 realizado en la Sociedad Polaca, que había prestado sus instalaciones, se
decidió seguir el mismo camino como una sucursal de Buenos Aires aplicando el
modelo que desde hacía cuatro años funcionaba allí.
Ese día,
este grupo emite la siguiente circular en idioma croata que tiene esta
traducción:
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
“EL HOGAR CROATA” Cooperativa
Limitada
Comisión fundadora para la
construcción del “Hogar Croata”
A LOS CROATAS DE CÓRDOBA Y
ALREDEDORES.
Con la
ocasión de la fiesta del 15º aniversario del ESTADO INDEPENDIENTE CROATA y
por iniciativa del Domobran Croata de Córdoba, fue elegida la comisión
fundadora para la construcción del Hogar Croata en esta ciudad, siendo
constituida por los siguientes hermanos: Nikola Mišetiæ, Grgo Èaviæ , Miše
Šprljan y el Prof. Zvonimir Fržop. El mismo día, durante los festejos se
recaudaron en concepto de acciones $6.800, cuyo importe lo depositaron los
siguientes hermanos de la cooperativa:
Nikola Mišetiæ |
1000 |
Vlado Kovaè |
100 |
Josip Rašiæ |
1000 |
Stjepan Bešliæ |
100 |
Nikola Mamiæ |
1000 |
Ivan Maliæ |
100 |
Mise
Šprljan |
1000 |
Šime
Ivanov |
100 |
Hnos Bešliæ |
500 |
Ante Adžiæ |
100 |
Josip Èaviæ |
300 |
Ivan Jukiæ |
100 |
Mirko Èaviæ |
200 |
Luka Kriliæ |
100 |
Tadija Èule |
200 |
Toma Klariæ |
100 |
Marko Èaviæ |
200 |
|
|
Jakov Dunat |
300 |
|
|
Petar Kovaè |
100 |
|
A todos los antes mencionados se
les reconoce la suma depositada como “Acción”, siendo esta reconocida como
primera cuota de la “Acción” y se les entregará por ese motivo un recibo
especial. En esta ocasión hacemos público que cada “Acción” vale $ 1000 y de
que se puede pagar en cuotas mensuales de $100.
El Hogar
Croata se erige como una cooperativa y bajo control del Estado y de esa forma
están asegurados tanto las acciones como las ganancias de cada miembro de la
cooperativa y cada utilidad que le ofrecerá su aporte y a su Hogar Croata.
La
construcción del Hogar Croata en Córdoba es tan necesaria, que esto no debe ser
puesto en duda. Cada agrupación con espíritu patriota lo primero que hizo fue
construir un lugar propio de reunión. Por ese camino y siguiendo el ejemplo de
los croatas de Buenos Aires y de todo el mundo hemos apuntado nosotros. Les
rogamos que en ese camino sean Uds. nuestro apoyo y que estén con nosotros,
porque se trata de nuestro común interés y de nuestra causa croata.
Con este
fin los visitará nuestro representante con autorización especial para la
cobranza. Aquellos que lo deseen, pueden pagar su aporte por correo, por cheque
bancario o personalmente con el Tesorero de la sociedad: Miguel Sprljan, Calle
Tucumán 270, Córdoba. Los nombres de nuestros accionistas y depositantes serán
regularmente notificados a través de la prensa croata.
Los
nombres de todos los depositantes para la PIEDRA FUNDAMENTAL de nuestro Hogar
Croata serán esculpidos y guardados para la posteridad en una placa-recuerdo
que se encontrará a la entrada de nuestro Hogar y el Hogar Croata les entregará
personalmente un diploma de honor como fundadores del Hogar Croata de Córdoba.
El plazo para le depósito para la PIEDRA FUNDAMENTAL es hasta el 31 de mayo de
este año.
Comisión Fundadora.
Nikola Mišetiæ
Grgo Èaviæ
Miše Šprljan
Prof. Zvonimir Fržop
LÉALO Y PÁSELO A OTRO.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------
El
mencionado modelo del Hogar Croata de Buenos Aires se basaba en dos puntos
principales:
Los miembros estarían unidos
bajo la corriente política H.O.P. (Movimiento Libertador Croata), que en
Córdoba tenía una de las partes que lo componían, bajo el nombre de “Hrvatski
Domobran”[119] (la traducción sería “ Defensores del Hogar Croata”) y
que, a la vez, aquí se denominaría “Rama: Josip Predavec”. En la Argentina
“Hrvatski Domobran” funcionaba desde 1931. Bajo esta consigna se daría forma a
la construcción de una casa madre, a la que luego se le fueran agregando otras
asociaciones, movimientos e instituciones croatas.
El otro punto es que el Hogar
Croata de Córdoba tendría todas las características de una sociedad anónima con
sus accionistas y sería a la vez una sucursal de la casa central en Buenos
Aires. El porqué de esta decisión estaba motivado por el temor del reclamo de
la Embajada Yugoslava, por no existir Croacia como nación independiente o de la
conversión de una sede croata en yugoslava por la inclusión de nuevos socios.
De esta manera el poder de los croatas se remitía a la posesión de las
acciones; y si bien este método es un tanto complicado, por toda la burocracia
y los gastos extras que conlleva en comparación de una “sociedad sin fin de lucro”
o de “socorros mutuos”, daba la seguridad de que por medio de las acciones el
control de la sede estaba asegurado.
Aquí entonces funcionaría el
Hogar Croata, sucursal Córdoba que tenía su casa madre en Buenos Aires.
Luego de haber observado esta circular
quisiera que nos detengamos un instante para poder analizar a los que fueron
los fundadores del Hogar Croata de Córdoba. Para esto realicé un cuadro en el
cual se pueden apreciar otros datos que serán interesantes a la hora de llegar
a una conclusión.
Nombre |
Edad |
Profesión u oficio |
Inmigración |
Región |
Nikola Mišetiæ |
45 |
Dueño de bar |
Viejo Inmigrante |
Dalmacia |
Josip
Rašiæ |
Camionero |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
|
Nikola Mamiæ |
39 |
Mecánico |
Nuevo Inmigrante |
Bosnia |
Miše Šprljan |
45 |
Comerciante |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Križan Bešliæ [121] |
33 |
Albañil [122] |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Joso Bešliæ 3 |
30 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Josip Èaviæ |
47 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Mirko Èaviæ |
26 |
Comerciante |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Tadija Èule |
32 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Marko Èaviæ |
58 |
Comerciante |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Jacob
Dunat |
34 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Petar Kovaè |
43 |
Dueño de bar |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Vlado Kovaè |
33 |
Mecánico |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Stijepan Bešliæ |
32 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Herzegovina |
Ivan Maliæ |
Albañil |
Viejo Inmigrante |
Herzegovina |
|
Sime Ivanov[123] |
|
|
|
|
Ante Adžiæ |
44 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Kuzma Èaviæ |
50 |
Albañil |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Ivan Jukiæ |
49 |
Comerciante |
Viejo Inmigrante |
Herzegovina |
Luka Kriliæ |
54 |
Albañil |
Viejo Inmigrante |
Dalmacia |
Toma Klariæ |
60 |
Albañil |
Viejo Inmigrante |
Dalmacia |
Grgo
Chavich |
34 |
Constructor |
Nuevo Inmigrante |
Dalmacia |
Es
importante decir que en todos los rubros se ve una significativa
heterogeneidad. De todos los anteriormente nombrados me referiré a cada uno en
general, pero dejaré de lado a Josip Rašiæ, Ivan Maliæ, Šime Ivanov y Prof.
Zvonimir Fržop, de los cuales tengo escasos datos; ya que los tres primeros
eran inmigrantes de paso por Córdoba y el último sólo estuvo en nuestra ciudad
por esa ocasión. De allí en más, sí tomaré al resto de los integrantes porque
tuvieron una actuación destacada, tanto en la concreción del establecimiento
como en su mantenimiento a lo largo de décadas.
Observamos
ante todo, dos grupos de hombres. Por un lado, jóvenes de entre 25 y 35
años y por otro, hombres maduros de entre 45 y 60. Esto da una idea no
sólo del amplio espectro de edades que componía este, sino también del vigor y
las ganas de hacer cosas de hombres mayores que, como ya lo mencioné, en muchos
casos tenían que empezar su vida de nuevo con más de cuarenta años.
El
segundo dato es la profesión y el oficio. Si bien no figura entre los que
colaboraron con dinero, el Profesor Zvonimir Fržop, era parte de la comisión.
El profesor era el único intelectual. El resto de las personas que hicieron
posible el Hogar Croata, eran obreros y comerciantes. Como lo he mencionado, el
principal oficio de los croatas era la albañilería, con su
especialización en la colocación de lajas y piedras. Cuando digo “albañil”
estoy englobando tanto al que trabajaba en forma independiente en
pequeñas obras, a los croatas que directamente formaban pequeñas
cuadrillas de tres a cinco hombres que trabajaban en la ciudad y por toda la
provincia, como también los que ya dirigían una pequeña empresa
constructora desde su puesto de Maestro Mayor de Obra y tenía albañiles
argentinos a su cargo[124].
El resto
de los integrantes era comerciantes, mecánicos o dueños de bar.
En
cuanto del tipo de inmigración, había también una notable conjunción de la
emigración “económica” y “política”. De los primeros ya hablé de su
importancia, pero es bueno mencionar que Mišetiæ, Jukiæ y Klariæ, en cierta
forma “representantes” de la vieja inmigración, fueron reconocidos por su
colaboración al asentamiento de la nueva en los años ’50 .
Por
supuesto la mayoría de la comisión estaba integrada por nuevos inmigrantes, que
le imprimían su sello a una institución que pretendía trascender los meros
actos sociales y culturales entre sus componentes, para ser un eslabón de la
cadena que se estaba formando en varios países del mundo y que tenía como fin
la vuelta a una Croacia Independiente.
Por
último en esta sociedad había integrantes de toda Croacia. Los dálmatas
llegaban provenientes de Zadar a Makarska. Los provenientes de Herzegovina eran
casi en su totalidad del pueblo de Posušje. También había un caso de Bosnia.
Con esto se puede apreciar lo disperso y representativo de la Nación Croata en
el grupo a nivel regional.
Si tuviéramos que trazar un
perfil, del hombre fundador del Hogar Croata, diremos que:
A todos estos datos, obviamente con el ingreso de nuevos socios se
fue conformando un espectro mucho más variado y representativo. No debemos
olvidar que luego se sumaron las mujeres, los hijos, algunos recién llegados de
Europa y otros ya nacidos en Argentina. Así como los albañiles o
constructores eran mayoría, la inclusión de nuevos miembros fueron construyendo
un amplio arco social. Esta amplitud se vio reflejada también en cuanto a las
regiones por la inclusión de socios provenientes de los más diversos pueblos,
ciudades y regiones.
Con respecto al dinero que
figura en el volante, era el necesario para adquirir las acciones. Cada acción
costaba $1000, para tener una idea, en abril de 1956 el diario “La Voz de
Interior” costaba $0,50 y la suscripción anual a “Los Principios” $200.
En definitiva, este grupo de
hombres dio el primer paso, ese que es el más difícil, hacia la concreción del
objetivo propuesto. De allí en adelante la misión era conseguir más adeptos que
participaran y adquirieran acciones para poder generar el capital necesario
para comprar la sede.
Con el progreso y la
organización de la colectividad en marcha, más el dinero reunido de las
acciones, era la hora de acordar con Buenos Aires la inclusión de la sucursal
Córdoba.
Volviendo al Poder Especial
otorgado a Miguel Sprljan, se aprecia que luego de cuatros años de
existencia, y según regía en el estatuto de la sociedad, se llevó a cabo un
cambio de autoridades en la casa madre en Buenos Aires. De esta manera el 2 de
mayo de 1956 se conformó la siguiente comisión:
La importancia de esta comisión
fue que en el acta número 107 de la Sociedad, el 20 de mayo de 1957 y reunidos
en sesión extraordinaria, los miembros del Directorio de “El Hogar Croata”,
bajo la presidencia de José Markovic manifiestan que “ Dada la circunstancia
de residir habitualmente en la Provincia de Córdoba de esta República,
numerosos connacionales y accionistas de esta Sociedad, y ante el pedido que
varios de ellos hubieran formulado, consideraba llegado el momento de instaurar
en aquella provincia la filial o sucursal a que hace referencia y autoriza el
artículo primero de sus estatutos sociales”.
Seguidamente
se agrega que los croatas de Córdoba ya habían suscripto un boleto de
compraventa de un terreno en el barrio Cerro de las Rosas, el cual es detallado
como “Suburbio Nor- oeste del Municipio de la ciudad de Córdoba...se designa
con la letra “P” de la manzana veintinueve y mide veinte metros de frente al
Nord Este, sobre la calle Rafael Núñez, veinticuatro metros con diez
centímetros en su contrafrente al sud –Oeste ...veintisiete metros ochenta
centímetros al Sur Este .... encerrando una superficie de seiscientos cincuenta
y cuatro metros cuadrados ( 654 m2). Su adquisición demanda una erogación de
cuarenta y nueve mil pesos moneda nacional ($ 49.000. ), suma que sería erogada
por las mencionadas personas. La escrituración de acuerdo con lo estipulado en
el mencionado boleto se haría a favor de “El Hogar Croata” Sociedad Anónima,
Inmobiliaria, Comercial y financiera”.
A continuación se da paso al principal motivo, que es el
poder especial que se otorga a Miguel Sprijan (Sprljan) debido a que “el
señor Presidente que en razón de sus ocupaciones le sería imposible
trasladarse a la provincia de Córdoba para la firma de la correspondiente
escritura traslativa de dominio, circunstancia por la cual otorgaría poder a un
solo y único efecto el señor Don Miguel Sprijan residente en esa
provincia y miembro de la colectividad. Habiendo asentimiento general de parte
de los directores presentes, se resuelve: autorizar al señor Presidente
don José Markovic para que otorgue a Don Miguel Sprijan, comerciante, casado,
de nacionalidad croata para que en su nombre y representación concurra a aceptar
y firmar por ante el Escribano que se designe, la correspondiente escritura de
adquisición del lote terreno que hace mención precedentemente. Inmediatamente
se levantó la sesión siendo las veintiuna horas.- R. Gadza – Secretario.-José
Markovic- Presidente”.
La
compra de este lote se constituiría en el primer paso hacia la conformación de
un capital formado por la unión de los inmigrantes de Córdoba y este sería el
hecho más importante; con él se llevó a cabo la organización y la concreción de
un objetivo sumamente difícil: que hombres y mujeres de una colectividad que en
su gran mayoría hacía diez años o menos que residían en el país, todavía
aprendiendo el nuevo idioma y con una constante adaptación, hayan tenido la
capacidad y el sacrifico de ahorrar, donar, organizar eventos, etc... y mil
formas de reunir el dinero necesario para la compra de una casa, un hogar, es
decir, un techo que cobijara a toda la comunidad para sus múltiples
actividades; cuando la mayoría realizaban trabajos de menor categoría para lo
que estaban capacitados (por la cuestión del idioma y de la adaptación ya
referido) y sin un techo propio.
Digo que el hecho principal fue
reunir el capital necesario para la compra de este terreno, porque en sí nunca
se edificó nada en él, que por entonces era simplemente un baldío, con
matorrales de más de un metro, que los croatas después de un día de trabajo
como albañiles, lo cortaban por la tarde con guadañas y que hoy
está en una de las avenidas más importantes de la ciudad siendo actualmente un
conjunto de locales en la Avenida Rafael Núñez al 4700.
De la compra de este lote, solo
se encuentra un recibo[126] del día 10 de mayo de 1956, en el cual el Escribano
Miguel A. Gutiérrez declara haber recibido del Sr. Tesorero de la Sociedad “El
Hogar Croata”, Don Miguel Sprljan, la cantidad de $ 490 moneda nacional de
curso legal por sus servicios. Otro dato significativo es que figura el Dr.
Juan Ricardo Laguinge como el dueño del lote.
Para
1957, es decir, a un año de la circular antes descripta había treinta
accionistas que sumaban un total de cuarenta y siete acciones. En esos primeros
años, Miguel Sprljan era apoderado del Hogar Croata para poder llevar a
cabo los trámites pertinentes a la sociedad.
En 1959
se cierra una etapa. El fin
de ésta se da por la venta del terreno en el Cerro de las Rosas. Se planteó que
se quería tener un lugar ya edificado y cercano al centro de la ciudad que
fuera equidistante para todos los croatas de la ciudad.
2º Período:1960-1967.
Entre fines de 1959 y principios
de 1960 se vende del terreno en el
Cerro de las Rosas y se comienza la búsqueda de una casa para los croatas.
Un par
de datos curiosos de la venta del terreno fueron que éste fue adquirido en unos
$ 9.000[127] y luego por la suba de la cotización de un barrio como
el Cerro de las Rosas, que por entonces dejaba de ser una zona alejada para
pasar a ser una barrio residencial lo que significó un notable incremento, ya
que fue comprado por dos miembros de la colectividad (Marko Penaviæ y Ljubo
Èikliæ) en $ 40.000. El otro dato es que sea por desinteligencia o por
ignorancia no se escrituró el terreno al momento de comprarlo, por lo que se
pudo escriturar, con buena fe de las partes mediante, al momento de venderlo.
Además del dinero adquirido por
la venta del terreno en la Av. Núñez, y de las cenas o rifas que se
realizaban, también se tuvo que recurrir a los aportes personales, que en una
lista del 22 de agosto de 1959, figura “como dinero prestado para la compra
del “DOM” (Hogar) de Córdoba”[128]. En dicha
lista dieciocho croatas aportaban $ 1000 cada uno. Estos eran integrantes de
las familias Èaviæ , Kovaè y Bešliæ, más Ante Adžiæ, Nikola Mamiæ, Víctor
Štark, Milan Bago, Petar Paradžik, Miše Šprljan, Tomas Klariæ, Marko Penaviæ y
Tadija Èule. Además se agregan dos agrupaciones croatas que aportaron $ 2000
cada una: Tamburaški Zbor[129] y Hrvatski Domobran.
El dinero reunido finalmente
alcanzó para comprar una casa del barrio General Paz. El domicilio del Hogar
Croata de Córdoba era: Lima 1314.
Esta vieja
casona, cumplía a medias los requisitos propuestos cuando se vendió el terreno.
Porque si bien se encontraba más cerca del centro, no era el centro; y muchos
croatas que vivían al oeste de la ciudad debían tomar dos colectivos para
llegar. Por otro lado la construcción de la casa dejaba mucho que desear. Para
varios “era más una casa vieja para demolerla, que para habitarla”.
Una
primera complicación fue que la casa es comprada con sus antiguos dueños
en ella. Esta práctica, relativamente común en la época, llevaba a comprar una
casa con los antiguos dueños , que seguirían viviendo en ella a modo de
caseros. En este caso los anteriores dueños, o mejor dicho, los nuevos
caseros, era los hermanos Ana y Juan Schaefer.
Finalmente se llega a la firma
de un “pacto” por el inmueble, con singulares características.
Dicho “pacto” se realizó el 26
de enero de 1960, entre Miguel Sprljan, en su carácter de apoderado de la
Sucursal Córdoba de “El Hogar Croata” Sociedad Anónima, Inmobiliaria, Comercial
y Financiera y apoderado general de la misma entidad casa Matriz en Buenos
Aires; y por la otra parte la señorita Ana Sofía Luisa Schaefer y el
señor Juan Ernesto Francisco Schaefer.
En el convenio se especificaba
que los hermanos Schaefer, propietarios en cuestión de la casa, cedían su
locación a favor del Hogar Croata S.A. pero con las siguientes condiciones del
artículo 3: Los croatas podían usar “el salón principal de la casa y la
habitación situada con frente a la calle Lima, zaguán de por medio con dicho
salón, teniendo derecho también a usar el hall, el baño y el patio
principal para sus fiestas. Por esta renuncia de su parte de locación, o para
mejor explicar, por ésta contraprestación, el Hogar Croata S.A. por medio de su
Presidente y apoderado general Sr. Sprljan declara que constituye derecho de
usufructo vitalicio, irrenunciable e instransferible por parte del Hogar Croata
S.A. a favor de los hermanos Schaefer de mancomún e indistintamente por el
resto de la propiedad, pudiendo disponer como lo dispone en la fecha de toda la
parte de la propiedad no cedida expresamente y quedando liberados de todo pago
de alquiler o pago o retribución de ninguna naturaleza”.
Así como los hermanos poseían el
derecho al usufructo perpetuo, cesaban su condición de inquilinos, llegando a
aceptar la jurisdicción de la justicia ordinaria de la ciudad de Córdoba por el
caso de una interpelación judicial, dejando constancia de que el convenio se
realizaba “ con la sinceridad y buena fe que deben emanar de una sociedad
respetable como lo es el Hogar Croata S.A. y la simpleza y sencillez de los
habitantes de la casa”.
En el articulo séptimo, también
queda constancia de que en virtud del usufructo a favor de los hermanos
Schaefer, en caso de cesar por cualquier motivo de habitar la propiedad, el
Hogar Croata S.A. inmediatamente ipso – facto, adquiere el dominio, uso y goce
de la totalidad del inmueble.
La firma del convenio se
realizó por triplicado y en él mismo se pueden apreciar la firma de los
hermanos Schaefer, del presidente del Hogar Croata S.A. Miguel Sprljan y como
testigos el síndico Marko Penaviæ, el tesorero Milan Bago y el secretario Mirko
Chavich . También se encuentra un sello con la inscripción:
“EL HOGAR CROATA”
COOPERATIVA LIMITADA.
“HRVATSKI DOM”. Z.S.O.J.
(OSNIVACKI ODBOR).
TUCUMAN 270.CÓRDOBA[130]
Es importante aclarar que, como
se verá en otro capítulo, la organización “Hrvatski Domobran” y su rama “Josip
Predavec” siguió funcionando como una institución aparte, aunque la mayoría de
sus socios lo eran del Hogar Croata y viceversa. También aclaro que cuando
nombre al “Dom” (en croata “Hogar”) me estaré refiriendo al Hogar Croata de
Córdoba (“Hrvatski Dom”, en croata).
En las elecciones que se
llevaron a cabo el 30 de abril de 1960, se elige como Presidente a Felipe
Simunoviæ. Ese año los accionistas pasan a 45 con 67 acciones en total y de estos sólo había uno (Stjepan
Bešliæ) con cuatro acciones, dos con tres, quince con dos y venticinco con una.
De los nuevos accionistas de 1960, hacen aparición nombres no solo de mujeres
que hasta el momento no figuraban, sino de niños no mayores de 13
años (Adriana Chavich, Lela Kovaè, Adriana y Susana Kovaè, Ante Mamiæ y
Ante Bešliæ ) que ya tenían su primera acción. Estos casos se fueron repitiendo
a lo largo de la historia y reflejan esas ansias de pertenencia, de contención
y de trasmitir a las nuevas generaciones un sentimiento.
A partir
de aquí comienza a nacer una nueva colectividad por la posibilidad del techo
propio. Ya se comienzan a festejar los 10 de abril y otras fiestas croatas, sin
tener que pedir prestado el salón a nadie. Para la primavera de 1961 se
organiza un baile en el cual actuará el Tamburaški Zbor (conjunto de cuerdas
típico) y en el cual se promete “Neæe
faliti dobreg jela ni piæa”. (No
faltará ni buena comida ni bebida).
En
1961 es Presidente Miše Šprljan y en 1962 vuelve Simunoviæ. En este último
año lo más significativo son los contactos con otras entidades croatas
del mundo. La llegada de una carta del Dr. Stjepan Hefer[131]
manifiesta la intención de unir a todos los movimientos del mundo. Para esto se
llevaron a cabo elecciones de consejeros según las distintas zonas en las
cuales se dividieron los países con inmigración croata en el mundo. De esta
división surgieron los representantes que formaron el concejo del “Hrvatski
Oslobodilaæki Pokret”[132].
Por Sudamérica se eligieron ventiseis de Buenos Aires, representando a la vez
por el Hrvatski Domobran; para comisión principal de la Unión de los Croatas
del Canadá con sede en Toronto doce consejeros, la comisión de la Unión de
Asociaciones Croatas de Europa, con sede en Munich quince y falta las
elecciones de la unión de asociaciones de Australia.
A
todo esto el Hogar Croata de Córdoba se suscribe con distintos diarios y
revistas de Argentina y el mundo que abarcaran la problemática croata, porque “El
hogar Croata necesita estar vinculado espiritual y culturalmente con los
hermanos croatas en el exterior”[133].
Las publicaciones en cuestión son: “Hrvatska Gruda” (Buenos Aires),
“Hrvatska” (Buenos Aires), “Nova Hrvatska” (Inglaterra), “Danica”. ( EE UU) y
“Naša Nada” (EE.UU.).
El
año finaliza con el comienzo de una constante en los siguientes treinta
años: El Hogar tiene deudas y se plantean muchas propuestas para
recaudar fondos. También se plantea una inquietud. El socio Martín Èuljak
propone que una calle de Córdoba se llame Croacia.
En
1963 se acrecienta la cantidad de accionistas: 58 accionistas con 82 acciones
en total. Se elige Presidente a Pero Kovaè y se realizan fiestas a lo largo del
año organizadas no sólo por el Dom sino también por Hrvatski Domobran y
el club de ajedrez “Croatia”[134].
En este año también se firma el decreto por el cual se le da el nombre
de “Av. Croacia” a una calle del barrio Deán Funes. Este hecho fue posible
gracias a las gestiones del socio Marko Kujundžiæ.
Para
1964 el principal cambio es la posibilidad de tener acceso a las actas del
Hogar Croata, que comenzaron a escribirse el 22 de enero de 1964, bajo la
presidencia de Vlado Kovaè y con Branko Ozvaèiæ como Secretario. Este material,
que consta de dos libros con 345 actas en idioma croata, será la columna
vertebral de aquí en más, aunque también me apoyaré en material de cartas
escritas o recibidas por secretaría.
Antes
de continuar con el relato, describiré brevemente las actas. Éstas abarcan
desde 1964 a 1980 el primer libro y de 1980 a 1989 el segundo. Los dos libros
están escritos en idioma croata y, en general, no tienen grandes diferencias a
los de cualquier sociedad. En primer lugar se menciona la fecha, bajo qué presidencia
y, en algunos casos el número de reunión del año. Luego se fija un orden
del día para ser tratado. En estas actas a los presentes en la reunión se los
menciona como “hermanos”[135].
Como
en toda colectividad y grupo humano hubo años de gran fervor en los
cuales las reuniones eran semanales y otros en los cuales las actas redactadas
eran muy pocas e, incluso, nulas. Si bien hubo Secretarios más subjetivos que
otros, sólo traté de tomar hechos objetivos y puntuales, dejando de lado
consideraciones de índole personal.
Pero
volviendo a 1964 el año comienza con dos actividades. En primer lugar,
la organización de un pic-nic en el predio de EPEC en Villa Belgrano. La
segunda fue la reparación del techo de la casa, (tema que los tuvo a mal traer
mientras se la ocupó) por Marko Èaviæ y Petar Paradžik.
Ese
año y durante los próximos veinte se realizarán de tres a cuatro fiestas
principales y otras dos secundarias. Las primeras eran el 10 de abril (día de
la proclamación del Estado Independiente Croata), la fiesta de San Antonio (13
de junio) y San Nicolás (6 de diciembre). Las otras fiestas, que a veces se
realizaban y otras no, eran la de los Héroes de Mayo (Fecha aniversario del
atentado a Stjepan Radiæ) y el Día de la Primavera.
En
esos años hubo una pequeña comisión de la Iglesia (Crkveni Odbor)
y su Presidente era el Prof. Zlatko Tanodi. Esta comisión se encargó de
gestionar los permisos para las misas croatas y para la bendición de la casa.
También se creo una comisión para organizar las fiestas mencionadas. Ese
año estuvo compuesta por Ante Turzan, Mate Jurkoviæ, Branko Ozvaèiæ y
Vlado Kovaè.
La
nota de los festejos del 10 de abril de ese año la dio la actuación del
grupo musical croata de la ciudad de Buenos Aires “Ciciban”.
En
las elecciones anuales se elige a Pero Kovaè como Presidente al vencer vente
votos a doce (uno en blanco) a Grgo Èaviæ. En esta reunión estuvieron presentes
33 accionistas.
Otro hecho que se repite
cíclicamente en las actas: la juventud de la colectividad y su interés o no, en
las actividades del Dom. Branko Ozvaèiæ pide una mayor atención a la juventud
que no demuestra progresos. Manifiesta que hay que ayudarlos material y
moralmente. Se pregona la creación de la Mala Škola[136]
(Escuela para chicos) y la compra de una mesa de ping pong o buscar como
atraerlos a las instalaciones. Finalmente el Dom aportará $ 2000 a la Hrvatska
Kulturna Zajednica[137]
(otro grupo croata que coexistía con el Hogar Croata y el Hrvatski Domobran),
con ocasión de la educación de la juventud croata en la Mala Škola.
En
relación con las otras colectividades, la polaca agradece la ayuda de los
croatas a una de sus fiestas patrias.
De los contactos con Buenos
Aires se alude a la compra de varios libros de la obra titulada “La Tragedia de
Bleiburg” realizado por Studia Croatica[138]
que serían donados a las distintas autoridades de Córdoba como el obispo
Angelelli, el gobernador y el intendente de la Ciudad. .
Respecto
a lo internacional 31 miembros del Hogar Croata donan fondos para pagar los
gastos del juicio de unos croatas que en una manifestación atacaron la embajada
yugoslava en Bad Godesberg en Alemania occidental. Este dinero reunido por todo
el mundo tenía como fin que se pagara a grandes abogados de fama mundial, para
defender a estas personas contra la dictadura yugoslava. Cuando lo recaudado no
llegaba a lo mínimo necesario, en las actas se aclara que “no estamos en la
inmigración para enriquecernos sino para que luchemos para que el pueblo croata
de nuevo pueda presenciar el desfile del ejército croata en su tierra”.
A
solo cuatro años de permanencia en Lima 1314, ya se comienzan a oir
voces de cambio de lugar. Kuzma Èaviæ es el primero que propone cambiar de
lugar el Dom. Quiere “un lugar más cercano a todos los croatas y que sea
construido atendiendo las reales necesidades de los croatas y sus
asociaciones”.
Aquí
también se hace una mención del buffet. Este pequeño bar interno, que
brindaba servicio a los asiduos concurrentes, funcionó tanto en el Hogar Croata
de calle Lima, como en el del Cerro de las Rosas. El primer encargado de su
administración que se menciona fue Mate Jurkoviæ.
En
el año de 1965 se hizo más notable el apadrinamiento del Hogar Croata de
Buenos Aires que marcaba el rumbo y la metodología a seguir en cuestiones
societarias. Para la reunión anual de ese año llegaron de Buenos Aires
el Presidente Drago Žubriniæ y el Secretario Ante Kitiæ, para limar diferencias
entre los croatas cordobeses. Entre otras cosas instaron a seguir trabajando
unidos por la liberación de Croacia y explicaron lo que es una sociedad de
acciones, despejando dudas de cuestiones legales que habían provocado
enfrentamientos entre los accionistas. Para 1965 había 67 accionistas con 87
acciones. Se reportan como fallecidos los accionistas Marijan Lovrinèeviæ,
Nikola Mišetiæ, Víctor Štark y Mate Zec.
Inexplicablemente
se produce un bache de un año y ocho meses sin actas. Por lo que hay que
remitirse al material de secretaría para conocer lo ocurrido principalmente en
1966.
Aquel
año continuaron los aportes para la Mala Škola,provenientes
fundamentalmente, de donaciones de socios y de una fiesta en conjunto entre el
Dom, Hrvatski Domobran y la Mala Škola. Se agradece la colaboración del padre
Andrija Oštriæ en la educación de los chicos. Se comenta que este tipo de
acciones aglutinó aún más a los croatas.
Nuevamente
se debe arreglar el techo de la casa. En esta obra trabajaron los socios, lo
que le reportó al Dom un ahorro de unos $20.000. Trabajaron en este
emprendimiento Nikola Špehar, Ivan Bednjak, Križan y Sjepan Bešliæ, Ante
Miletiæ, Šime y Nikola Èaviæ, Pero y Vlado Kovaè, Andrija Juratoviæ y Martín
Èuljak.
En
diciembre de este año Šime Èaviæ propone que se vea un terreno en el
Cerro de las Rosas para poder trasladar el Dom. Por entonces alrededor del 50 %
de los accionistas vivían en el Cerro y zona de influencia.
El
4 de junio de 1967 se vuelve a escribir un acta. Por estos años los
principales componentes de la comisión directiva eran el Presidente Andrija
Juratoviæ, el Secretario Ante Mikuliæ y el Tesorero Mirko Banduka. Entre ellos
tres llevarán a cabo el cierre de esta segunda etapa: vender el Dom de calle
Lima y comprar el terreno en el Cerro de las Rosas.
En esta primera acta en mucho tiempo se informa que el techo
de la sede está en pésimas condiciones y, como no había fondos para repararlo,
se propone venderlo y comprar un terreno en el barrio Cerro de las Rosas. Allí
se realizaría un nuevo salón que respondiera a sus necesidades.
El Hogar Croata de calle
Lima 1314 fue vendido el 12 de abril de 1967 en $2.800.000. Este importe fue
pagado en cinco cuotas en los siguientes tres años.
Con este traslado comienza
una nueva etapa: el asentamiento definitivo y la construcción del Hogar Croata
de Córdoba en el Cerro de las Rosas.
El Dom del Cerro de las Rosas.
El 14 de junio de 1967
finalmente se compró el terreno en el cual se emplaza actualmente el Hogar
Croata.
En esta
oportunidad representaron a la institución frente al escribano autorizante
Julio César Martín Mezzano, titular del registro quinientos setenta y tres,
Andrija Juratoviæ de 53 años de edad, Antonio Mikuliæ de 52 y Miro
Banduka de 56.
Por la
otra parte se encontraba el doctor Pedro León Tinti, quien concurrió al acto en
representación de la señora Buenaventura del Carmen Sánchez de Romero,
que era la propietaria del terreno.
La
delegación croata compuesta por Juratoviæ, Mikuliæ y Banduka llegaban como
representantes de “El Hogar Croata Sociedad Anónima, Inmobiliaria, Comercial,
Financiera e Industrial”, con el testimonio de un poder especial que se les
confirió en la escritura el 12 de mayo del mismo año, ante el Escribano
de la ciudad de Buenos Aires, Don Miguel Fernando Punta, titular del registro
quinientos once e inscripto en el Registro de Propiedades.
Las
características del lote adquirido eran las siguientes: “Dos lotes de
terrenos con todas las mejoras en plantado, clavado y adherido al suelo que
contiene, ubicados en Villa Centenario, Municipio de esta Capital, designados
con los números TRECE Y CATORCE de la manzana DIECISIETE, compuesto unidos como
se encuentran de veinte metros de frente por cincuenta metros de fondo ( O sea
una superficie total de UN MIL METROS CUADRADOS) y limitan al sud-oeste, con el
lote doce; al Nor-este, con el lote quince; al sud-este, con la calle pública y
al nor-oeste con parte de los lotes cinco y veintiuno”.
Esta
descripción nos deja en claro dos cosas. Por un lado el importante terreno en
el cual se encuentra emplazado el Hogar Croata, ya que su dimensión de mil
metros cuadrados es más que elocuente. Así también el hecho de que el Hogar
Croata figure ante el Estado como una S.A., el costo del terreno, como así
también los futuros impuestos municipales y provinciales serían más que
elevados.
El
precio final de la compra fue de seiscientos mil pesos nacionales de curso
legal, suma que el Dr. Tinti declaró recibir de mano de los representantes de
la compradora con anterioridad al acto y en su entera satisfacción, por lo cual
otorgó el recibo y la carta total de pago en forma y en consecuencia,
transfiere los derechos de la propiedad. De la misma no figuran inhibiciones ni
gravámenes, como así también no se encuentran deudas de contribución
territorial ya que fueron abonados los impuestos correspondientes al año
en curso en el Banco de la Provincia de Córdoba, figurando como propiedad
Nº 408.221, con una valuación fiscal de novecientos sesenta pesos moneda
nacional.
El
terreno se encontraba en medio de baldíos, ya que esta era una zona
semi-poblada, pero con mucho futuro. Como ya vimos el principal motivo del
cambio era la posibilidad de que la gran cantidad de croatas que se habían
establecido en la zona tuvieran un acceso más fácil a la sede. Se calcula que
más del 50% de los accionistas vivían en las inmediaciones del Cerro de las
Rosas y zonas aledañas.
A partir
de ese momento se tuvo que empezar de nuevo, porque el dinero de la venta de la
casa sólo alcanzó para pagar el nuevo terreno, es decir, había que reunir
dinero, tiempo y trabajo para edificar una sede de cero.
La
comisión se reunió el 1 de mayo en el lugar para comenzar a delinear los
planos. Mientras los objetos del viejo Dom se trasladan al garaje de Ivo Perèeviæ, la comisión se reúne, según la
ocasión, en las casas de Mladen Iveziæ, Mirko Banduka ó Grgo Èaviæ. En junio se
cavan los cimientos según unos planos que generan una controversia porque no
estaban debidamente aprobados. En julio los planos se presentan en el Concejo
de Ingenieros, con la firma del Ingeniero Lombardiæ. Ese mismo mes se
constituye una comisión pro- construcción formada por Marko Èaviæ, Mladen
Iveziæ, Grgo Èaviæ y Miro Banduka. Los gastos de la edificación se solventarán
con la venta de acciones y a la vez se les pagará con estas a quienes trabajen
en la misma. Para septiembre ya se habían levantado las paredes hasta el techo.
En 1968 continúan las
reuniones en las casa de los miembros de la comisión y sólo se realizan tres
actas. En enero se efectua un baile en el Club Húngaro y un pic-nic en Villa
Belgrano para recaudar fondos pro-construcción del Dom.
En los archivos de
secretaría se encuentra una invitación al padre Lino Pedišiæ, guía espiritual
de los Croatas en la Argentina, para la apertura y consagración del Dom. Esta
inauguración se llevaría a cabo el 17 de agosto de 1968 y se invitó a Drago
Žubriniæ y a Vjekoslav Vranèiæ de Buenos Aires.
Luego de un año sin
actas se regulariza la situación. Ya las reuniones se llevan a cabo en la sede
con dirección en Víctor Manuel 457.
Al l 0 de Enero de 1969 hay
118 accionistas con 253 acciones. Los que más poseen son Mladen Iveziæ y Joso
Bešliæ con 7 cada uno. Secretaría informa en diciembre del ’69 que se han
inscripto 46 nuevos accionistas lo que se le puede atribuir positivamente al
cambio de sede.
En este año surgen
dos nuevos problemas a tratar por varios años. El primero fue el terreno
ubicado en la comuna de Anizacate, denominado “Costa Azul”, que fuera donado
por el Sr. Ivan Puliæ. Este terreno en un principio fue recibido con gran
entusiasmo ya que se proyectaba construir una colonia de vacaciones no solo
para los croatas de Córdoba, sino también para los de Buenos Aires y del resto
del país. Lo que pasó es que esta euforia se fue diluyendo con los años
y terminó siendo una carga, que durante más de treinta años lo único que
hizo fue acumular deudas municipales.
El otro tema es el comienzo
de la emisión indiscriminada de acciones. Pareciera ser que los croatas,
asimilaron un mal endémico de los gobiernos argentinos de la época, optaron por
el modelo de “la maquinita de hacer dinero” creyendo solucionar problemas y
sólo los aumentaban. Con las acciones emitidas para pagar horas de trabajo o
para poder pagar los impuestos que comenzaban a acuciar las débiles arcas del
Dom, se comenzó a generar un desbalance entre los que habían comprado sus
acciones en 1957 a un costo altísimo y los que ahora las obtenían en cantidad a
un peso devaluado.
Así y todo las actividades
no se detuvieron. Hubo en febrero un pic- nic en el terreno de Costa Azul con
éxito y se comienzan algunas mejoras el lugar. Para agosto se realiza otro pic
-nic, amenizado por el conjunto de música croata de Buenos Aires “Ciciban”.
En
la sede se comienza la construcción de la cancha de bochas, uno de los deportes
favoritos de los croatas.
Andrija
Juratoviæ cumple en 1970 su cuarto y último año como presidente. Este
año sólo se realiza un acta en la cual se manifiesta el interés de los
croatas de Buenos Aires en el terreno de Costa Azul. En el orden interno Mirko
Banduka entrega la tesorería a María Bešliæ que fue la tesorera del Dom durante
los siguientes 26 años.
Vlado
Pravidur y Križan Bešliæ se presentan representando dos listas en la elección
anual de 1971. Las diferencias entre ellas fueron mínimas. Había familiares en
las dos listas y por ejemplo, las dos tenían la misma tesorera (ella es la
esposa de Bešliæ).
En esta ocasión se vota por
acción y no por persona. Se presentan 31 accionistas con 186 acciones y vence
Pravidur por 93 a 91 con dos votos en blanco.
El Hogar Croata aún
continúa a medio construir, aunque el techo está terminado y las paredes
revocadas.
La juventud desfila por el
Día de Córdoba con trajes típicos y viaja a Mar Chiquita para la inauguración
de una calle “Croacia”. Se emiten acciones para pagar el gas.
El evento del año es
la llegada en diciembre, desde Croacia, del arzobispo Dr. Franjo Franiæ y el
Dr. Stankoviæ, encargado de la pastoral del inmigrante croata.
En 1972 se vuelven a
presentar dos candidatos en la reunión anual. En esta oportunidad fue elegido
Vlado Kovaè. Este fue un año de intensa actividad en lo que a reuniones
se refiere, ya que se realizaron treinta y dos.
La
nueva comisión determina que todos los jueves haya reunión y se vuelve a
insistir con la emisión de acciones para pagar, entre otras cosas, el asfalto
que fuera dispuesto por la municipalidad en todo el barrio.
La
juventud vuelve a ser protagonista. Šime Èaviæ comenzaría con las clases de
Tamburica a los jóvenes, los cuales organizan disertaciones de intelectuales
croatas, como así también la fiesta de San Antonio y de la Primavera, pagando
con esto gastos de gas y luz. A la vez se desfila por las calles de Córdoba el
6 de julio.
Se
propone una rifa para reunir dinero para mejoras en el terreno de Costa Azul,
llegándose a comprar varios números incluso desde Buenos Aires.
El
Hogar recibe 17 toneladas de piedra laja desde Olta, Provincia de La Rioja.
Estas serán destinadas al camino de entrada y para las paredes como guarda. El
frente de la sede se ve embellecido por una placa de piedra que fuera
diseñada por Šime Èaviæ y realizada por Križan Bešliæ.
En lo social, se organiza un
campeonato de bochas y se coloca la piedra fundamental para construir el techo
de la cancha de dicho deporte. También se organizan banquetes para Cvitan
Lonèar quien regresa a Croacia luego de 44 años y otro por la partida de
la familia Halupa a Canadá. Además Ante Mandakoviæ muestra diapositivas de su
reciente viaje a su patria y se entrega un dinero para la viuda del socio
Rafael Biliæ
En
1973 vuelven a disminuir las actas. En la primera del año ’74 se realiza
un detalle de lo realizado el año anterior.
Los
principales hechos fueron la organización por parte de la Juventud de Córdoba y
su Presidente Tomislav Chavich, del Congreso de la Juventud Croata de la
Argentina que se llevó a cabo en nuestra ciudad. Entre las actividades de dicho
congreso, se realizó entre las calles General Paz y Deán Funes un acto
académico y luego se celebró una solemne cena en el club Italiano contando con
la presencia del ministro de Bienestar Social de la Provincia de Córdoba Dr.
Lombardiæ.
Otra
actividad fue la llegada, el 17 de agosto, del Coro Jadran de la ciudad de
Buenos Aires. Este coro, formado por cuarenta miembros, se alojó en las casas
de familias croatas y actuó en el teatro Rivera Indarte con gran suceso.
En
lo edilicio, se instaló el gas natural y se terminó de pagar el asfalto.
También se concluyeron con los trabajos de la colocación de las lajas en la
entrada de la sede durante dos sábados por los “maestros” albañiles Jole
Èaviæ, Kuzma Èaviæ, Nikola Èaviæ, Ante Adžiæ, Ivo Videc y Križan Bešliæ .
Entre
1974 y 1980 figuran una gran cantidad de actas. En estos años se
realizaron un promedio de treinta reuniones anuales, las cuales se efectuaban
generalmente los viernes. Después de haber tratado los temas referentes a la
colectividad se acababa con una cena, que era preparada por distintos miembros
de la comisión, a la cual estaban invitados no solo la Comisión Directiva, sino
también todo el que quisiera. Generalmente a estas cenas acudían entre veinte y
treinta personas.
Volviendo
al año 1974, se organizaron fiestas, con mucha antelación, como la del
10 de abril, la de San Antonio y el Día de la Primavera, con variada
programación.
Por
ejemplo para el 10 de abril se programó dividir la fiesta en dos partes. La
primera, en el centro de la ciudad, allí se celebraría una Misa en la Catedral
de Córdoba. Luego se realizaría una ofrenda floral en la plaza y se
pronunciaria un discurso a cargo de Tomislav Chavich. Para este acto se invitó
a las colectividades polaca, alemana, suiza y húngara.
La
segunda parte se desarrollaría con una cena en las instalaciones del Hogar
Croata. Allí hablaría el Presidente Vlado Kovaè dando la bienvenida y
seguidamente el Dr. Živkoviæ, daría el discurso principal. A continuación
recitarían poemas Duško Ševerdija y Vesna Èaviæ. La cena sería amenizada por
las támburas de la familia Ozvaèiæ y finalizaría con el Himno Nacional Croata.
A esta cena concurrieron ciento quince personas.
La
construcción del edificio continúa. Grgo Èaviæ propone una habitación en el
fondo de terreno para la biblioteca de la colectividad. Será construida por
Marko Èaviæ y Nikola Radevenjiæ.
Surgen
y cooperan con el Hogar Croata, dos nuevas entidades: Cáritas Croata y la
Sociedad Cultural Croata “Agustín Kosutiæ”.
Visita
nuestra ciudad nuevamente el Coro Jadran y el arzobispo de Rijeka
monseñor Pavlišiæ.
En
lo internacional se reciben noticias de croatas presos políticos en Zadar, se
comenta en el acta que “se espera que esto termine bien y que alcancemos a ver
finalmente la resurrección croata”.
En
otro orden de cosas, llega una carta desde Buenos Aires invitando a participar
en la creación del Fondo Para el “Hrvatsko Narodno Vijeæe”[139]
(Consejo Nacional Croata) organismo a nivel mundial que buscará los
medios para la liberación de Croacia.
En
la 17º reunión anual del Hogar se vuelve a reelegir a Vlado Kovaè y el
informe de secretaría de Šime Èaviæ se destaca que “Esto es propiedad de
todos nosotros y es para nosotros un deber que esta casa nuestra se cuide y se
construya hasta que la entreguemos en las manos del representante diplomático
del estado libre croata”
En
este año se afianzaron los lazos con el Hrvatsko Narodno Vijeæe (H.N.V).
Finalmente,
luego de muchos años, se reúne el dinero necesario para terminar la
construcción de la sede. En agosto trabajan todo un fin de semana en distintos
puntos de la misma, en la estufa, trabajaron Marko, Jure y Šime Èaviæ y la
piedra la pusieron Jure y Nikola Èaviæ, Ivo Videc y Križan Bešliæ. El asador lo
realizaron las manos de Jole Èaviæ y Ante Adžiæ. El bar del salón se protegió
con madera, esta fue colocada por Kuzma Èaviæ. La viga del bar también fue
recubierta por Kuzma Èaviæ, Marko Èaviæ y Ljubo Èikliæ. En estos trabajos
además participaron Vlado Kovaè y Andrija Juratoviæ.
En
lo social se habla de comprar terreno para un panteón, pero luego de varias
idas y venidas queda en la nada. Por otro lado Cáritas Croatas le envía una
pensión a la viuda de Tadija Èule.
En 1976 el Hogar Croata,
después de muchos años, sin deudas. Se realizan gastos de mantenimiento
y de implementos para la vajilla; aunque se deja en claro, en la 19º
reunión anual (año 1977), que “si no se alquilara el Dom para eventos
y no se realizaran cenas todos los viernes no se podría mantener, porque el
importe mensual (cuotas a los socios) no sería suficiente ni para sacar el
polvo de las sillas”.
En
lo social, se intenta un acercamiento con varios “viejos inmigrantes” para que
participen de las actividades. El Hogar Croata y el Hrvatski Domobran,
organizan conjuntamente las fiestas del año. Un hijo de la colectividad,
el Padre Estanislao Karliæ es nombrado canónigo.
Además
se pide volver a reunir a la juventud que durante el año volvió a
dispersarse, sobre todo para los festejos de los cien años de la ley de
inmigración. Para finalizar, Križan Bešliæ obsequia al Dom, un escudo Argentino
esculpido en piedra blanca.
Las actividades culturales
marcaron el año 1977. En su transcurso, en el Hogar Croata se dieron
charlas. Expusieron el profesor Zlatko Tanodi, el profesor Mirko Eteroviæ, Ante
Maršiæ, Vlado Pravidur, Vlado Govediæ, Mirko Živkoviæ y Duško Ševerdija.
Este año es elegido
Presidente Šime Èaviæ quien al mando del Hogar Croata organiza las fiestas del
año junto al Hrvatski Domobran y el Hrvatsko Narodno Vijeæe.
La
juventud se organiza. Vuelve a ensayar y a practicar bailes típicos. Para
recaudar dinero para los trajes, organiza cenas viernes de por medio, con ello
reúne los fondos necesarios. En agosto actúan en el teatro Rivera Indarte y en
octubre en la “Fiesta de la Cerveza” en Villa General Belgrano. También están
presentes con sus trajes típicos durante la consagración episcopal de
monseñor Karliæ
En 1978 se prosiguió con la
misma tónica del año anterior. Las fiestas trascurren con éxito. La
juventud prosigue con los ensayos y las actividades. Hay una actuación en
Capilla del Monte.
Desde Buenos Aires llega el
profesor Daniel Crljen, que brinda una conferencia a sala llena.
En un gran esfuerzo, se
logra (burocracia mediante) que la calle en la cual se encuentra el Hogar
Croata se llame Zagreb. A la vez se consigue que otra calle del barrio se llame
Dalmacia.
La programación de las
fiestas para el año 1979 es organizada en conjunto por las comisiones
del Hogar Croata, Hrvatski Domobran, Juventud Croata y Hrvatsko Narodno Vijeæe.
También se realizaron pic- nics y bailes.
La juventud participa
activamente de las reuniones de comisión y trabaja con gran suceso en el
festival de La Falda. En este evento se vende comida típica. La encargada de su
elaboración, como de muchos de los almuerzos y cenas brindados en el Hogar
Croata durante más de cuarenta años, es la Sra. Marija Miletiæ.
Las charlas de este
año las realizaron el profesor Tanodi y el profesor Kazimir Kataliniæ de
Buenos Aires. Igualmente se reciben las visitas del Presidente del Hogar Croata
de Buenos Aires el Ing. Ante Stilinoviæ, de Vjekoslav Vranèiæ por el Hrvatsko
Narodno Vijeæe y de monseñor Karliæ, quien celebra una misa en la
Catedral por la libertad de Croacia.
En lo edilicio prosigue el
techado de la cancha de bochas y las actas destacan la colaboración de las
mujeres.
La
nota del año la da el fallecimiento, con una semana de diferencia de los
hermanos Marko y Kuzma Èaviæ, socios fundadores y activos participantes de
todas las actividades del Hogar Croata. En el acta del 7 de septiembre queda
constancia de un minuto de silencio por parte de la Comisión Directiva y Vlado
Pravidur,su Secretario, escribe lo siguiente: “para quienes nos recomendaron
que tengamos el amor a este hogar al que ellos amaron tanto. No hay un solo
rincón del Hogar Croata que no refleje su actuación. Ellos nos miran y siguen
el trabajo de este lugar que fue hecho para todos los croatas de Córdoba. Las
paredes de este Dom lloran junto con nosotros porque nos dejaron para no volver
nunca más. Su voz se escucha siempre en las mesas vacías y en el patio y en
todos los rincones de esta obra que ellos construyeron con mucho amor hacia sus
hermanos croatas, sus hijos y nietos; dando ejemplo de amor y unión a todos
nosotros, que debemos seguir el mismo camino, dando ejemplo a aquellos que
seguirán nuestras actividades actuales. Gloria a nuestros queridos muertos”.
Con
la llegada de 1980, y bajo la presidencia de Šime Èaviæ (que proseguirá un
año más en el cargo) culmina un ciclo de siete años de reuniones
casi semanales. Incluso la juventud decrece sus actividades, aunque está
presente tanto en las fiestas de Villa General Belgrano como en La Falda. La
cancha de bochas sigue siendo una prioridad y se compran 13.000 ladrillos para
ella.
Una
sensible baja en las actividades comienza en 1981. Sólo una charla del profesor
Mirko Eteroviæ y una exitosa fiesta de San Antonio se destacan en lo social y
cultural.
La
construcción de la cancha de bochas prosigue y se compró un nuevo billar.
La
Guerra de Malvinas en 1982 no pasa inadvertida. Los integrantes del Hogar
Croata reciben un certificado por donar dinero al “Fondo Patriótico” por la
causa argentina.
En
lo cultural se vuelve a abrir la Mala Škola y se inician las tratativas para
tener un programa en Radio Nacional Córdoba.
De
1983 a 1985 hay poco para destacar. Las actas son escasas y en las pocas que
hay sólo se mencionan problemas económicos. El dinero surge principalmente de
una caja recaudadora que hay para los que juegan al billar. En lo cultural sólo
se menciona en estos tres años la escuela de cerámica del profesor Ilija
Juriæ con dieciseis alumnos a cargo.
El
año 1986 fue testigo de un leve aumento de las actividades. Luego de un
comienzo incierto, donde no figura en las actas quién es el presidente. Esto
genera una crítica desde los accionistas por la falta de reuniones.
En
un informe de secretaría se enumera lo ocurrido los últimos catorce meses. Se
manifiesta que hubo sólo seis reuniones para ver el mantenimiento de la sede.
Además se habla de las fiestas organizadas, de que finalmente se techó la
cancha de bochas y que la situación económica es muy difícil.
Tres
días después se sabe, luego de 3 años, que el Presidente del Hogar
Croata es Tomislav Chavich. Él es, hasta el día de hoy, el único Presidente no
nacido en Croacia (obviamente sus padres sí lo son).
La
nueva comisión tiene como meta organizar la visita desde Croacia del cardenal
Franjo Kuhariæ. La visita será para el 25 y 26 de octubre, y lo
acompañará desde Buenos Aires monseñor Stankoviæ, el Padre Lino
Pedišiæ y el Padre Joso Peraniæ.
La
cena de bienvenida se efectuará en el colegio Padre Claret. Para esta ocasión
se comenta que todo fue de la mejor forma y que incluso estuvieron presentes
croatas de la ciudad de San Juan.
La
visita del Papa Juan Pablo II a nuestra ciudad, marcó el año 1987.
En
lo económico se resuelve que ante las acuciantes deudas, todos los primeros
domingos de mes, dos familias prepararán un almuerzo para la colectividad y así
se recaudará el dinero necesario. Este método dio resultado y se mantuvo por
varios años como una manera de generar recursos para el Dom.
El
Hogar Croata, Hrvatski Domobran, H.N.V., la juventud y la comisión de la
Iglesia participan en la organización del 10 de abril de 1988.
Durante
la reunión anual se realiza un análisis de los dieciocho meses de gestión de la
comisión. Se expone como exitoso el haber equilibrado económica y socialmente
la sede. Se critica la falta de eventos culturales y la falta de la Mala Škola.
En una autocrítica de toda la colectividad en las actas se expresan estas
inquietudes: “¿Qué será de este Dom, dentro de cinco años, si
no concurre la juventud? ¿De quien son nuestros chicos que no saben
rezar con el idioma de sus abuelos?”
En
esta reunión se menciona que están presentes veinte accionistas, que
representan 1082 de las 1922 acciones del Hogar Croata. Aquí se nota el notable
incremento de la emisión de las mismas.
La
cancha de bochas se convierte en un local que es alquilado a un gimnasio. De
aquí se obtendrá un alquiler, pero para eso hay que construir nuevos
baños. Esta es la meta del año que finalmente se cumple. En algún
momento se baraja la posibilidad de recibir permanentemente un sacerdote
croata, lo que nunca ocurre.
La
reunión anual de 1989 contó con la presencia de catorce miembros y en ella se
habló principalmente de los problemas económicos que acucian a la institución.
Los múltiples problemas financieros llegaron a tal extremo que se pensó en
alquilar toda la sede y perder este lugar de reunión. Para peor, la
hiperinflación que somete a la Argentina, hace estragos; aunque no se quiere
poner esto de excusa.
Con la presidencia de
Tomislav Chavich se culmina el último año en este libro, con la
confección de tres actas. Se termina así con veinticinco años de
tradición con 345 actas en idioma croata. Sólo habrá una más en ese idioma, la
del 7 de agosto de 1994, todas las demás estarán en idioma castellano.
4º Período: 1990-2001
Croacia independiente.
A partir de 1990 comienza
una nueva era. En lo emocional este año fue muy intenso, porque todos
preveían, ante la caída del muro de Berlín y de la Unión Soviética, el
inevitable fin de Yugoslavia. Frente a estos acontecimientos, se vislumbraba la
culminación de un camino que empezó hacía cuarenta y cinco años, cuando
partieron por solo quince días al exilio.
En el
Hogar Croata se establece una nueva metodología. Del año 1990 a 1993 los
acontecimientos serán registrados como actas en hojas escritas a máquina. Este
método es implementado por el Secretario de esos años, Ante Sudar.
Por
esto, de los años ya mencionados hay actas y también circulares,
escritas en castellano, en las cuales se comunica no solo de las actividades a
desarrollar sino también informes de la guerra por la independencia que
comenzaba en Croacia.
En
una de estas circulares se informa sobre tres puntos: Se comunica que el 22 de
abril se realizaron elecciones democráticas en Croacia con el triunfo de la
Unión Democrática Croata (Hrvatska Demokratska Zajednica), encabezada por el
Dr. Franjo Tuðman, el partido tiene como objetivo principal la restauración del
Estado soberano croata[140].
También se informa que en
mayo se eligió una nueva comisión con Tomislav Chavich como Presidente. Por
último se anuncia que prosiguen los almuerzos los primeros domingos de cada
mes.
Un tema se presenta por
primera vez y será una temática recurrente a lo largo de la década: la
necesidad de separarse de la casa madre de Buenos Aires. Los motivos son la
insostenible presión impositiva y el poder pasar a una sociedad sin fin de
lucro o a otra menos onerosa. Este tema se repite cíclicamente hasta el día de
hoy sin ningún resultado.
Pero
el tema del año es la visita del ministro para los Emigrantes del nuevo
gobierno de la República de Croacia, Sr. Gojko Šušak. Se destaca que Croacia es
uno de los pocos países que tiene un ministerio para sus emigrados, merced a la
gran cantidad de ellos. El motivo de la visita es tanto conocer las inquietudes
de los inmigrantes croatas en Sudamérica, como la posibilidad de facilitar su
retorno.
El
programa previsto incluye un comité de bienvenida, una misa en el colegio Padre
Claret, una posterior cena en el Hogar Croata y luego hará una exposición el
ministro de los acontecimientos acaecidos en Croacia en los últimos meses.
También se visitará la Universidad Nacional y el diario La Voz del Interior.
A
partir de 1991 a las fuentes citadas, se suma mi propia participación y mi observación
participante en las actividades de esta institución.
Las
noticias internacionales tocan muy de cerca a quienes, a más de 10.000
kilómetros sufren por sus familiares y la patria toda. En las circulares se
comentan los múltiples bombardeos por parte del ejército yugoslavo a decenas de
ciudades croatas.
En otra circular se informa
la noticia que se esperó tantos años. Textualmente se escribió: “con
gran alegría hemos recibido la noticia de la Declaración de la Independencia de
Croacia, acontecida el día 25 de junio del corriente año, declaración
ésta que refleja la voluntad del pueblo croata, ya que en el plebiscito llevado
a cabo para que los habitantes de Croacia eligieran el país en el cual deseaban
vivir, el 94% de la población se manifestó por una Croacia independiente, libre
y soberana”[141].
En virtud de estos acontecimientos se celebró una misa en la Catedral de
Córdoba oficiada por el Padre Ilija Kozina, franciscano croata de la ciudad de
Buenos Aires.
En
las cuestiones internas fue un año que movilizó a toda la colectividad
motivada por la s noticias de los acontecimientos que llegaban de Europa. Se
logró una estabilidad económica en la sede con el pago de todas las deudas,
incluyendo los impuestos municipales y provinciales, e incluso con un
pequeño superávit.
En
lo cultural se reabrieron las clases de idioma croata que contó con cuarenta
alumnos en la primera. Además se comienza a gestar el principal trasmisor de la
causa croata durante la década del ’90. A mediados de 1991 se crea, con los
jóvenes de la colectividad, el conjunto de bailes folklóricos croatas “Kolo
Velebit”. Este grupo de jóvenes, que logró mantenerse hasta la actualidad, pudo
divulgar con sus participaciones en distintos festivales y actuaciones los
porqués de la lucha croata, trayendo consigo a toda la colectividad e incluso
atrayendo nuevos adherentes y descendientes de croatas a la colectividad. Este
esfuerzo es reconocido en una circular que menciona “el entusiasmo
demostrado por estos jóvenes supera todo elogio”[142].
El
debut de este conjunto folklórico se realizó en el gimnasio del colegio Padre
Claret. Esta fue una fiesta multitudinaria que reunió a más de trescientas
personas y que fue realizada bajo el lema “Conozcamos a Croacia”. Para esta
actuación también estuvo presente el grupo folklórico “Proljeæe” del Centro
Católico Croata “Sveti Nikola Taveliæ” de Buenos Aires.
El
año de 1992 estuvo plagado de actividades mientras los ecos de la guerra
seguían resonando con mucha fuerza.
El
año comenzó en febrero con la participación, por primera vez, del Hogar
Croata en el “Encuentro de Colectividades de Alta Gracia”. Ello fue posible por
contar con un grupo de baile, requisito indispensable si se quiere intervenir
con un stand de comidas típicas para vender a los miles de veraneantes de esta
localidad serrana. De este festival, al cual se concurre ininterrumpidamente
hasta la fecha, se pueden rescatar como mínimo dos cosas. La primera es que
gracias a él las cuentas del Dom se equilibraron definitivamente e incluso
posibilitaron ahorrar dinero suficiente para pagar ciertos emprendimientos y
gozar de una relativa tranquilidad económica. La otra es que verdaderamente se
podría escribir un libro de anécdotas de todos estos años.
Lo cierto es que la participación en este festival absorbe una
gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo; como así también ha transformado el
período vacacional de todo aquel que participa. Pero el mes de esfuerzo que
requiere el festival de Alta Gracia se ve compensado con la posibilidad de
generar un recurso de dinero genuino para las, por varias décadas, castigadas
arcas del Hogar Croata. Con el dinero obtenido de la venta de comidas típicas
se compraron distintos elementos para la sede como: sillas, mesas, vajillas,
heladera mostrador, cocina, equipo de audio y una estructura de metal que sirve
de Stand.
Este
año se continuó con las clases de idioma a cargo de Catalina Rendeli y
de baile dirigidas por Mira Èaviæ e Irene Chavich.
Se
celebra el primer aniversario de la Independencia Croata. En esta oportunidad
se ofició, por la mañana, una misa en la iglesia de Santa Teresa y luego
se depositó una ofrenda floral en el monumento al General San Martín. Por la
noche se festejó con una cena en el colegio La Salle, contando con la
presencia, nuevamente, de los conjuntos “Kolo Velebit” y “Proljeæe”.
A
las actuaciones en Alta Gracia y en el colegio La Salle, Kolo Velebit agregó
presentaciones en distintas localidades de Córdoba y otras provincias como:
Instituto Altlético Central Córdoba, Villa General Belgrano, Ceres (prov. de
Santa Fe), Las Rosas, Oliva, La Carlota y el Predio Ferial Córdoba en el marco
de la feria “Expo América”.
Estas
sucesivas actuaciones producen un hecho muy importante. Al lograr una mayor
exposición, el Hogar Croata puede sumar nuevos adherentes. Estos son
descendientes de inmigrantes croatas, en su mayoría venidos antes de la Segunda
Guerra, que se vieron intrigados por sus orígenes cuando estalló la guerra en
Croacia. Por este acercamiento se produjo una renovación de la gente que
participa de las actividades, logrando, esta institución, erigirse como un
verdadero representante de todos los croatas de la ciudad y de la provincia.
Se
reciben desde Croacia las ilustres visitas de la orquesta de cuerdas “Los
solistas de Zagreb”, que actuaron en el pabellón amarillo del Predio Ferial
Córdoba y visitaron la sede del Hogar Croata, y los cantantes Krunoslav Cigoj y
Miriana Bajzec. Estos últimos viajaban por el mundo para recaudar fondos que
administraba Cáritas Croata para los huérfanos de la guerra. Su actuación fue
organizada en Córdoba por el Hogar Croata y se desarrolló en el pabellón
Argentina de la ciudad universitaria. Para este evento se vendieron 528
entradas y todo lo recaudado fue donado.
A
esto se le sumó el envío de 35 cajas de ropa y dinero, que fue remitido a
Croacia mediante Cáritas Croata.
En
los años 1993 y 1994 mermaron las actividades aunque se mantuvieron
tanto el grupo de baile y sus actuaciones, como los almuerzos y el festival de
Alta Gracia.
En
estos años se produjo un quiebre en las actividades diarias del Dom.
Desde hacía más de veinte años, el Hogar Croata era cita obligada para
que de 15 a 25 croatas se reunieran todos los días, luego de su jornada de
trabajo, para disfrutar de un partido de ajedrez, cartas, billar, o simplemente
tomar un café o una cerveza entre paisanos. Lamentablemente la muerte de
algunos socios, como su mudanza a otras ciudades por razones económicas,
atentaron contra esta costumbre. A partir de aquí sólo los sábados y eventuales
domingos, se convirtieron en los días de reunión de la comunidad croata.
En
agosto de 1994 se redacta la anteriormente mencionada última acta del libro. En
esta consta la elleción de se elige un nuevo Presidente que prosigue hasta
nuestros días: Nikola Nakiæ. En la misma se trataron otros temas como la
mención que el Hogar Croata tiene, gracias a lo trabajado en Alta Gracia,
dinero en el banco que permitiría, llegado el caso, de subsistir dos
años sin ingresos de dinero. El último punto es el cambio de Tesorero,
luego de ventiseis años, pasando de María Bešliæ a Ante Mandakovi.
De aquí en más las formalidades quedaron de
lado. Ya prácticamente no hubo reuniones de comisión mensuales, ni se
redactaron actas. Sólo a mediados del año 2001 se volvió a esta
formalidad.
En
los años siguientes se continuó con las actividades anuales. Ya no se
festejaba particularmente San Antonio o San Nicolás, pero sí había entre cinco
y ocho almuerzos mensuales con su respectiva misa previa celebrada por
sacerdotes franciscanos de Buenos Aires.
Durante
1995, con motivo del “Día del Inmigrante”, se festeja en la explanada del
Cabildo Histórico el 1º festival de las Naciones de Córdoba. Dicho
festival fue organizado por una principiante Unión de Colectividades en
Córdoba, que tenía como fin unir a todas las colectividades de inmigrantes
residentes en la ciudad.
Del año 1996 se
destacan principalmente las actuaciones del “Kolo Velebit”, representando a los
croatas de Córdoba en festivales como el “Segundo Festival de las Naciones”,
organizado por la Unión Juvenil de Colectividades de Córdoba (variante de los
anteriores organizadores), actuación en la ciudad de Rafaela (provincia de
Santa Fe) y participación en el Primer Festival Folklórico Croata de la
República Argentina. En dicho evento actuaron conjuntos de Buenos Aires,
Comodoro Rivadavia, Córdoba y el Uruguay.
Luego
de sus incipientes comienzos, las colectividades de Córdoba se organizan y el
10 de junio de 1997 en la sede de la Sociedad Árabe-Musulmana, el Hogar Croata
junto a otras diecisiete colectividades, rubrica su firma como socio fundador
de la Unión de Colectividades de Inmigrantes de Córdoba (U.C.I.C)[143].
A
partir de ese año, se recibe a menudo la visita del grupo musical
“Zrinski” del Hogar Croata de San Justo (Buenos Aires) , que ameniza distintas
cenas o almuerzos. Es importante decir que este conjunto típico croata está
dirigido por Vlado Kovaè (h) un cordobés, hijo del varias veces Presidente
Vlado Kovaè.
En
el año en que Croacia lograra el tercer puesto en el campeonato mundial
de fútbol “Francia ‘98”, se volvió a destacar la actuación de la juventud.
Viajó a Buenos Aires a participar del Segundo Festival Folklórico Croata de la
República Argentina, que en esta oportunidad contó con la actuación del
conjunto “Zagrebaèki Asambl” de la República de Croacia.
La
juventud también fue la columna vertebral de la comunidad que compitió en las
“1º Olimpiadas Deportivas Recreativas de las Colectividades”. Este
certamen organizado por la Municipalidad de Córdoba, contó con la presencia de
todas las colectividades de la ciudad, siendo la croata una de las que llevó
más participantes y simpatizantes. Estos juegos se desarrollaron en dos
predios. El primero fue el Complejo Deportivo “General Paz” y el segundo el
Estadio Olímpico Córdoba. En esta oportunidad se obtuvieron excelentes
resultados como la medalla de oro en fútbol (la final y su consecuente vuelta
olímpica se desarrolló en el mismísimo estadio mundialista), lanzamiento de
bala y del juego recreativo Chin –chon. Medalla de plata en Básquet, bochas
campestre, salto en largo y lanzamiento de bala y de bronce en salto en largo y
lanzamiento de bala.
En
otro orden de cosas, la colectividad fue visitada por el Dr. Vice Vukojeviæ
representante del Sabor Croata.
El
acto más importante de 1999 fue la firma, como parte de la U.C.I.C., de un
convenio de cooperación y asistencia técnica con el INADI (Instituto Nacional
contra la discriminación, la xenofobia y el racismo), que tiene como fin
denunciar cualquier actitud discriminatoria.
El
Encuentro Eucarístico Nacional del año 2000, fue motivo de reunión entre
los jóvenes de Córdoba y de Buenos Aires, quienes vinieron acompañados
por el padre Joso Peraniæ. Este año también se compitió en las “2º
Olimpiadas de las Colectividades” cosechando buenos resultados.
El
primer año del milenio y último que voy a comentar, fue remarcado por
dos visitas ilustres. La primera fue un sueño que los jóvenes del “Kolo
Velebit” añoraban desde hacia años: la visita de Alen Suskoviæ,
integrante del conjunto folklórico profesional más importante de Croacia
(conjunto “Lado”). Durante cinco días dictó un curso de baile, canciones y
tradiciones. En esas jornadas, Suskoviæ logró perfeccionar pasos y corregir
voces, pero principalmente mejoró y pulió lo que con esfuerzo se había
aprendido en tantos años de representar al Hogar Croata y a Croacia.
La
otra visita fue del primer embajador de la República de Croacia que visitó
nuestra Ciudad. Como se mencionara en este capítulo, el sueño de poder
recibir a un representante de una Croacia independiente se hizo posible,
gracias a la disertación que brindó el Sr. Embajador, Rikard Rossetti, titulada
“Conozca los lugares turísticos de
Croacia”. Esta charla se dio en el
marco del ciclo de conferencias: miércoles culturales. “Costumbres y
tradiciones del mundo”. Este evento fue organizado por la U.C.I.C. y se
desarrolló en el Cabildo Histórico. Luego se sirvió una cena en el Hogar
Croata, que contó con una notable concurrencia de gente.
El
año terminó el 24 de noviembre con una brillante fiesta. Los festejos
eran con motivo de los diez años del Kolo Velebit y de aquel debut en el
gimnasio del colegio Padre Claret. Aquí fueron invitados los 53 jóvenes que
integran o integraron este conjunto folklórico que es hoy en día el principal
motor de toda la colectividad.
Conclusiones.
Así
llegamos a nuestros días, muy distintos a aquellos de fines de la década del
’40, cuando esta institución empezó a gestarse. La gran mayoría de los
fundadores ya murieron y los niños que aparecen en aquellas fotos color
sepia, que registraban las primeras reuniones, son hombres y mujeres maduros e
incluso hay entre ellos algunos abuelos.
Han
pasado generaciones. Los que ayer eran niños, que luego formaron parte
de la juventud, hoy son padres de familia que disfrutan cuando sus hijos siguen
su legado y el de sus propios padres.
En
la conclusión no me voy a extender en demasía. Creo que hubo temas que fueron
preponderantes según la época y las circunstancia. También creo que esta
institución tuvo sus objetivos claros y su valor es haberlos mantenido durante
tantas décadas. Hoy el principal problema es buscar nuevas causas que motiven y
den vida a una entidad que sufre lo mismo que todas las colectividades: mueren
los fundadores, sus descendientes se dispersan, no se prosigue con las
tradiciones, los jóvenes son difíciles de atraer, hay dificultades económicas,
etc.
Todos
estos problemas y dificultades son propios, no sólo en las comunidades
extranjeras, sino de todas las entidades sociales o deportivas sin fines de
lucro.
Sería
redundar en palabras si comentara la importante contención que significó un
techo bajo el cual sus integrantes se sentían un poco más cerca de su lejana
patria.
Seguidamente realizaré un
análisis de tres registros de grupos de personas que han participado
activamente en la institución:
Antes de pasar al análisis
en cuestión quisiera terminar con una reflexión, tratando de rescatar la
esencia misma de este “Hogar”. Ojalá, que en este siglo XXI que comienza, haya
entre los hombres y mujeres del mundo la conciencia de un gran tema general,
que tenga como fin el bien de todos. Que nos volvamos a perder en el “nosotros”
de una meta en común de una sociedad, abandonando los mezquinos intereses
personales y el egoísmo que se va acrecentando día a día. Que todavía tengamos
tiempo para dedicárselo a cualquier entidad sin fines de lucro, con el único
fin de fomentar nuestros espíritus y nuestra cultura. En definitiva, que
creamos ámbitos sanos, culturales y espirituales para nosotros y para los que
vendrán.
1. Presidentes del Hogar Croata
El
listado está integrado por los Presidentes del Hogar Croata de Córdoba desde
que éste dispuso de una sede. Por lo tanto aquí sólo figuran los hombres que
fueron Presidentes cuando existía la sede en la calle Lima 1314 y en la actual
Martel de los Ríos 2563 y no a los que lo fueron en los primeros tiempos en que
no se tenía techo propio. Esto obedece principalmente a la falta de documentos
que registren, fehacientemente, su elección como máxima autoridad de los
croatas.
1960 |
Felipe
Simunoviæ |
1961 |
Miše
Šprljan |
1962 |
Felipe
Simunoviæ |
1963 |
Vlado
Kovaè |
1964-1965 |
Pero
Kovaè |
1966 |
Vlado
Pravidur |
1967-1970 |
Andrija
Juratoviæ |
1971 |
Vlado
Pravidur |
1972-1976 |
Vlado
Kovaè |
1977-1978 |
Šime
Èaviæ |
1979 |
Vlado
Kovaè |
1980-1981 |
Sime
Èaviæ |
1982 |
Vlado
Pravidur |
1983-1986 |
Sime
Èaviæ |
1987-1993 |
Tomislav Chavich |
1994-2001 |
Nikola Nakiæ |
De los Presidentes hay, como en todo lo referido al Hogar Croata, una
tendencia, aunque también es rico en variantes.
Por
empezar, sabemos que la gran mayoría de los fundadores de la institución
pertenecen a la inmigración política, pero Felipe Simunoviæ era un emigrante
“económico” . Él había arribado a la Argentina siendo un niño, por lo
que el idioma croata no lo dominaba con soltura. Sin dudas no fue elegido por
ser un gran disertante en idioma croata, sino al contrario, porque hablaba bien
el castellano, cualidad de la que carecían los recién llegados.
Los
demás Presidentes sí son de la segunda posguerra, aunque Sime Èaviæ llegó bien
entrados los años ’50 y Nikola Nakiæ a principios de los ’70.
Si
vemos el tema de las regiones volvemos a observar una diversidad de casos.
Simunoviæ, Šprljan, Èaviæ y Nakiæ son dálmatas. Pero y Vlado Kovaè, que son
hermanos, provienen de Herzegovina. Pravidur, nació en Mostar, capital de
Herzegovina, aunque su crianza y juventud se desarrolló en Zagreb. Finalmente
Juratoviæ es bosnio y Chavich, que es el único nacido en Argentina, es
cordobés.
Todos
ellos representan etapas de la colectividad y de la institución.
Miše Šprljan fue apoderado del Hogar Croata durante los años ’50
cuando todo comenzaba a gestarse.
Simunoviæ,
lograba requerimientos para la colectividad, merced a sus conocimientos de la
sociedad cordobesa, con la cual los demás no estaban bien familiarizados.
Los
hermanos Kovaè, fueron varias veces Presidentes, siendo pilares de la
colectividad. Ofrecieron su trabajo, su tiempo y su pasión en distintas épocas,
imprimiéndole su tesón y persistencia a los tiempos difíciles.
Durante
el traspaso del Hogar de calle Lima al del Cerro de las Rosas, fue fundamental
la tarea de Juratoviæ, quien logró este paso con trasparencia y decisión,
respaldado por toda la comunidad.
La
labor cultural caracterizó al también varias veces Presidente Vlado Pravidur.
Las charlas de intelectuales croatas fueron una constante durante su
presidencia.
Sime
Èaviæ basó sus años al frente de la institución en un apadrinamiento de
la juventud del momento, como también un notable incentivo en los eventos
culturales.
La
llegada de Tomislav Chavich se dio en un momento crítico en lo económico. Su
capacidad de organización, sumado a ser una persona de menos de 40 años,
supuso un notable empuje para la colectividad. Logró sanear la economía, impuso
a la colectividad en grandes festivales ( algunos de ellos organizados por su
iniciativa) y también incentivó la formación del “Kolo Velebit”. Durante su
presidencia Croacia se declaró libre y con él a la cabeza, la colectividad tuvo
una gran comunicación con la sociedad cordobesa y lideró la ayuda humanitaria
en los momentos en que la guerra arreciaba.
El
actual Presidente Nikola Nakiæ fue el último croata que llegó a Córdoba. Él
logra con la juventud croata (“Kolo Velebit”), participar en eventos junto a
otras entidades logrando una mayor inserción de la colectividad en la sociedad
cordobesa. En conjunto se consigue conservar y mantener las actividades de la
institución en lo económico, social y cultural. Durante su presidencia se
recibió por primera vez un embajador de la República de Croacia.
2. Listado de accionistas del Hogar Croata
Para analizar a los accionistas, recurriremos a un listado
proporcionado por esta institución. Esta lista nos dará una mejor idea de las
personas que han concurrido por más de cuarenta años al Hogar Croata.
Debemos tener en claro que éste no es el listado total de los inmigrantes o
descendientes que hayan participado, como tampoco se incluye a muchos que lo
hacen hoy en día. Esto se da por los siguientes motivos:
Por lo tanto tenemos un
listado de 136 nombres. Aquí se podrá apreciar los grupos familiares por la
recurrencia de apellidos y dos ítems a analizar. El primero es la corriente
migratoria a la cual pertenecen. La segunda es de que región de Croacia
arribaron.
Como
he mencionado anteriormente, el Hogar Croata está identificado con una
corriente migratoria: la de la segunda posguerra mundial. De aquí que 84 (61%)
de sus integrantes pertenezcan a esta corriente migratoria. En definitiva ellos
fueron los que le dieron el perfil a la institución y los fines a obtener.
Pero
la “vieja inmigración” también participó y colaboró. De los croatas que
emigraron por cuestiones económicas, veinte (15 %) fueron accionistas y
participaron en la institución.
El
tercer grupo en cuestión no arribó de Europa, porque son los descendientes de
los accionistas. Ya comenté que muchos niños cordobeses, hijos de
croatas, poseían acciones desde muy pequeños, como un regalo de sus
padres para reafirmar su pertenencia e identidad a un grupo y a una
institución. Ellos forman el segundo grupo más numeroso ya que son treinta
(22%). A la vez de ellos sólo tres tienen padres pertenecientes a la
inmigración “económica” y los restantes ventisiete descienden de la
“inmigración política”[144].
Con
respecto a las regiones a las cuales pertenecían, formé grandes regiones según
los parámetros descriptos[145].
Estas regiones actualmente se subdividen en 21 županijas o provincias, por lo
que las regiones tienen un concepto amplio y abarcativo.
El
primer grupo regional es el dálmata. Desde las costas de Dalmacia arribaron 43
(32%) croatas. Los había desde Zadar hasta la perla del Adriático y ciudad patrimonio
de la humanidad: Dubrovnik[146].
El
segundo grupo no provenía de Croacia, sino que eran los descendientes de
croatas, que habían nacido en Argentina. Ellos suman treinta casos (22%).
Desde
Herzegovina proviene el tercer grupo, marcando la importancia y la pertenencia
a una sola Nación Croata, desde allí provienen diecisiete (13%).
Con
similar cantidad los provenientes de la capital croata, Zagreb, y alrededores
suman diez y desde Bosnia son nueve los accionistas.
Con
igual suma , siete, provienen desde las regiones de Lika y Eslavonia.
También
hay casos puntuales como los nacidos en Italia (cuatro) y Austria (dos). Estas
personas nacieron en campos de refugiados o se hallaban de paso luego de partir
de Croacia, hasta que tuvieron la visa para emigrar a la Argentina.
Las
regiones con menos inmigrantes son Istria con dos y Baèka con una. (esta región
ha sido anexada a Serbia).
Finalmente
hay tres casos de los cuales no se tienen datos.
Como
podemos apreciar hay una verdadera variedad tanto en las corrientes, como en el
origen regional de los accionistas del Hogar Croata, asimismo no hay que dejar
de lado la participación de los descendientes nacidos en Argentina dentro de la
institución.
3. Listado Integrantes del “Kolo Velebit”
En
este cuadro analizaré a todos los descendientes de croatas que participan o han
participado en el conjunto folklórico “Kolo Velebit” en sus diez años de
existencia (1991- 2001). Las categorías elegidas para el análisis las denomino
“Inmigración” y “Generación”.
La
categoría “Inmigración” es según si sus antepasados arribaron a la Argentina,
antes de la Segunda Guerra (caracterizado como “Vieja”) o después de ella
(caracterizado como “Nueva”).
La
categoría “Generación”, es según tienen uno de sus padres croatas (Primera
generación), o al menos uno de sus abuelos (Segunda generación) o bisabuelos
(Tercera generación).
Nombre
|
Apellido |
Inmigración |
Generación |
Pablo |
Adžiæ |
Nueva |
Primera |
Damián |
Bazan Mamiæ |
Nueva |
Segunda |
Tommy |
Brodanoviæ |
Nueva |
Segunda |
Victoria |
Brodanoviæ |
Nueva |
Segunda |
Gaston |
Castro Kovaè |
Nueva |
Segunda |
Ivana |
Castro Kovaè |
Nueva |
Segunda |
Valeria |
Castro Kovaè |
Nueva |
Segunda |
Jelena |
Èaviæ |
Nueva |
Primera |
Nicolas |
Èaviæ |
Nueva |
Primera |
Vesna |
Èaviæ |
Nueva |
Primera |
Gretel |
Èikliæ |
Nueva |
Segunda |
Julieta |
Èikliæ |
Nueva |
Segunda |
Gustavo |
Climan |
Vieja |
Segunda |
Andrea |
Èuljak |
Vieja |
Segunda |
Yanina |
Fontanetti Sojak |
Nueva |
Primera |
Luciana |
Galara Jurkoviæ |
Nueva |
Segunda |
Analía |
Giunta Vrkiæ |
Vieja |
Segunda |
Eduardo |
Holtz[147] |
No croatas |
No croatas |
Natalia |
Holtz |
No croatas |
No croatas |
Jair |
Ivanoviæ |
Vieja |
Segunda |
Jesica |
Ivanoviæ |
Vieja |
Segunda |
Nadir |
Ivanoviæ |
Vieja |
Segunda |
Karina |
Križanac |
Vieja |
Segunda |
Adrian |
Kružiæ |
Nueva |
Primera |
Ivana |
Mamiæ |
Nueva |
Segunda |
Nicolas |
Mamiæ |
Nueva |
Segunda |
Marisa |
Mateševaæ |
Vieja |
Segunda |
Lucas |
Mendez Miletiæ |
Nueva |
Primera |
Marcelo |
Noršiæ |
Vieja |
Segunda |
Marcos |
Noršiæ |
Vieja |
Segunda |
Davor |
Ozvaèiæ |
Nueva |
Primera |
Vesna |
Ozvaèiæ |
Nueva |
Primera |
Carola |
Papavero Mateševaæ |
Vieja |
Segunda |
Gabriela |
Sinèiæ |
Vieja |
Segunda |
Vladislav |
Sokolaj |
Nueva |
Primera |
Ivan |
Sosa Sojak |
Nueva |
Primera |
Sonia |
Sosa Sojak |
Nueva |
Primera |
Boris |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Cristian |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Federico |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Gloria |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Guillermo |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Mirko |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Rodolfo |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Sonia |
Šprljan |
Nueva |
Primera |
Valentina |
Sudar |
Nueva |
Primera |
Valeria |
Sudar |
Nueva |
Primera |
Veronica |
Sudar |
Nueva |
Primera |
Marcela |
Tomièiæ |
Vieja |
Segunda |
Paola |
Vrandeèiæ |
Nueva |
Primera |
Vesna |
Vrandeèiæ |
Nueva |
Primera |
Carolina |
Yelicich |
Vieja |
Tercera |
Gabriela |
Yelicich |
Vieja |
Tercera |
Tomé
este listado principalmente porque estos jóvenes serán el futuro del Hogar
Croata y serán ellos quienes continuarán la obra.
A
simple vista se puede apreciar la repetición de apellidos. Esto es básico en
cualquier colectividad, porque ésta es, usando una frase hecha, una “gran
familia”. Estos apellidos remiten a un parentesco, en muchos casos no sólo de hermanos,
sino también de primos con el mismo apellido. También hay varios casos de
primos hermanos y primos segundos pero con distintos apellidos.
La
edad actual de los integrantes de la lista oscila entre los 13 y los 33
años, lo que podría augurar varios años de participación en las
actividades del Hogar Croata, lo cual no quita que muchos de ellos dejen de
hacerlo o que surjan nuevos integrantes.
Con
respecto a la “inmigración” hay una gran diferencia con la juventud del Hogar
Croata de los años ’70, por mencionar un grupo de jóvenes relativamente
cercano. Los jóvenes de los años ’70 eran, en su totalidad,
descendientes de croatas de la segunda posguerra. La gran mayoría de ellos eran
de padre y madre croata y eran muy escasos los que tuvieran sólo uno de sus
padres croata.
La
juventud de los ’90 marca un cambio. Al inevitable paso del tiempo y de las
generaciones hay que sumarle lo siguiente:
Esto produjo que el Hogar Croata
se convirtiera en una institución que aglutinó a todos los croatas y sus
descendientes, y no sólo a una corriente migratoria.
De los cincuenta y tres
jóvenes que bailaron alguna vez en “Kolo Velebit”, treinta y seis (68%)
descienden de la inmigración “política”, quince (28%) de la inmigración
“económica” y los dos restantes no son descendientes de croatas. Estos números
marcan una tendencia que identifica al Hogar Croata con una corriente
migratoria pero que se encuentra totalmente abierta a todos.
Como ya remarqué, el paso
del tiempo es inevitable y esto sugiere el paso de las generaciones. Aun así,
si vemos que venticinco (47%) de ellos tiene al menos uno de sus padres
croatas, podemos inferir que el vínculo es fuerte aún y que puede perdurar por
años. A estos les podemos sumar los venticuatro (45%) que pertenecen a
una segunda generación. Ellos tienen al menos un abuelo croata, pero también
hay muchos casos de los que poseen sus dos abuelos croatas, por lo que su padre
o madre es “étnicamente” croata, aun habiendo nacido en la Argentina.
También hay dos casos de
tercera generación (un bisabuelo croata) lo que reafirma las ansias del
conocimiento de la identidad y las raíces.
Indudablemente estos son
los hombres y mujeres que el día de mañana serán los que ocupen y
dirijan el “Dom”, pero principalmente los que deberán ser testigos del viejo
dicho croata:
“Krv
nije voda”
(La
sangre no es agua)
Mas nadie se crea ofendido
pues a ninguno incomodo
y si canto de este modo
por encontrarlo oportuno
no es para mal de ninguno
sino para bien de todos.
“MARTÍN FIERRO” de José
Hernández
Como se vio en el capítulo
“Cerro y Pueyrredón: dos barrios croatas”. Los croatas se ubicaron
preferentemente en dos barrios: los que emigraron antes de la Segunda Guerra
Mundial se diseminaron por los barrios de Alberdi, San Vicente y, en su gran
mayoría, en el barrio Inglés o Pueyredón y los que arribaron después de esta
guerra, en el barrio Cerro de las Rosas.
Esta inmigración previa a la
Segunda Guerra Mundial, también denominada “económica”[148], estaba conformada con toda una serie de características
particulares , en la mayoría de los casos totalmente opuesta a la inmigración
“política”[149]. Esto suscitó un antagonismo entre el Hogar
Croata, formado en su mayoría por la segunda inmigración, y lo que hoy se
denomina “Sociedad Cultural Croata”, que en su momento y durante cuatro décadas
se denominó “Sociedad Cultural Yugoslava”.
Para poder contar la historia de
esta sociedad ante todo debemos conocer los años previos a su
constitución en agosto de 1939, que se ven reflejados en sus componentes y en
sus historias de vida. Luego, las actas, que previamente he analizado nos darán
un conocimiento más cercano a la institución y finalmente proyectarla hasta
nuestros días gracias a la colaboración de sus actuales integrantes.
Si queremos trazar un perfil del
inmigrante que conformó esta sociedad, podemos describirlo, repasando lo
anteriormente visto[150], de esta forma:
Estos inmigrantes habían
arribado al país luego de la Primera Guerra Mundial y, si bien no habían estado
en el frente de combate por una cuestión de edad, habían sufrido las
consecuencias de la derrota austrohúngara. Estas consecuencias que repercutían
principalmente en lo económico, habían golpeado con más fuerza aún a los
pequeños poblados. Por esto era relativamente común, que en las
pequeñas aldeas croatas, se reuniera el importe necesario para costear
el pasaje y enviar a uno de los hijos hacia “América”, para que allí pudiera
construir un futuro mejor ya que sus padres no podían brindárselo.
Aquí se articula una serie de
características propias de estos inmigrantes. El que emigraba generalmente era
un muchacho joven de entre 15 años y nunca más de 30. Eran jóvenes de
pueblos pequeños y todo su capital era la fuerza de sus brazos, todo su
saber técnico era un oficio artesanal y toda su ciencia, el rico saber popular
de los campesinos.
Cuando nos dirigimos al marco de la edificación de la
sede en sí, siempre resulta encomiable el esfuerzo del inmigrante cuando
realiza una obra de estas características. Encomiable porque no se construye
sobre la base de lo que sobra, sino de lo que falta. A ninguno de estos
inmigrantes les sobraba el dinero, ni les sobraban los materiales, menos aún
les sobraba el tiempo para dedicárselo a esta construcción; pero lo hicieron.
Porque les faltaba el contacto con paisanos, les faltaba oír su lengua, sus
canciones, sus cuentos. Les faltaba el sonido de las támburas (instrumento de
cuerdas típico), el degustar las comidas y tomar sus bebidas, en fin, esa
nostalgia que les quemaba el pecho y que les daban fuerzas y ganas para
realizarlo todo.
Los
primeros dos años fueron para organizarse. Inicialmente se reunían en el
restaurante de Marijan Lovrinèeviæ, luego en la casa de Nikola Mišetiæ y
finalmente en la casa de Antonio Zohil. En estos años, del ’39 al ’41,
los croatas se dedicaron a juntar fondos y a acercar a otros paisanos; aunque
la mitad de los socios que fundaron la sociedad en agosto del 1939 nunca
volvieron a aparecer en las actas.
Hacia
septiembre de 1941 se produce la compra del terreno en el cual se edificó la
sede. El lote había quedado encerrado entre las incipientes casas del barrio
Inglés y en su momento, resultó relativamente barato. Pese a estar alejado del
centro, era notable la cantidad de croatas que podían tener acceso a él.
Esta
propiedad ubicada en la calle Garay, entre Eufrasio Loza y avenida Patria.
Rodeadas de casas, su entrada es un pequeño portón que continúa en un
pasaje de unos 15 metros que desembocaba como un embudo en el fondo de un
amplio terreno. El lote se dividió en dos con una salida hacia Garay para la Sociedad
Croata de Socorros Mutuos y una salida a la calle Armenia para el club barrial
“El Trébol”. Como todo el barrio[151] este lote en el fondo tenía un importante desnivel o
barranca de aproximadamente dos metros. Este pozo debió ser rellenado con
varios camiones de tierra y escombros para poder nivelarlo y así comenzar a
levantar a la sede.
De más
está decir el esfuerzo que requirió su construcción . En primer lugar el
esfuerzo económico, porque el dinero nunca sobraba en los bolsillos de
picapedreros, albañiles, constructores, sastres, operarios o
pequeños comerciantes. Durante más de cuarenta años fue el aporte
de los socios, que utilizaban las instalaciones, lo que la mantuvo. Asimismo,
nunca faltaron los aportes personales en dinero, material u horas de trabajo
para poder terminar la obra.
Otro de
las formas de obtener dinero para la sociedad era con las fiestas y bailes.
Generalmente se organizaban grandes comidas para las fechas patrias argentinas
y al calor de la primavera se realizaban bailes,en la pista al aire libre en la
que las parejas disfrutaban de la música.
Es
notable que solo se hace mención de las mujeres en las fiestas o comidas, pero
nunca se habla de ellas en las comisiones directivas, lo que le imprimó a la
sede una fuerte impronta masculina. Esto fue cediendo principalmente, con las
mujeres de los hijos de los fundadores de la sociedad. Pero para cerrar el tema
de las fiestas me resulta curioso cómo se habían distribuido los puestos a la
hora de realizar un baile para recaudar fondos. En la fiesta que se realizó el
9 de noviembre de 1940, se organizaron así:
Para las entradas: Petar Juriæ,
revisor: Petar Zagar, para Buffet: Nikola Mišetiæ, ayudante: Luka Juriæ, para
atención al público: José Moreno, Luis Veltruski, Martín Španiæ y José Juriæ,
para mantener la paz y el orden: Mateo Vraniæ, Antonio Zohil, Stijepan Kuran,
Jakov Juriæ y Francisco Valentiæ, para la bebida: Petar Juriæ, control de rifa:
Antonio Zohil.
En
su mejor época , entre los años ’50 y ’60, todos los viernes y domingos
se reunían entre treinta y cuarenta croatas a pasar el día entre paisanos. Generalmente
los domingos llegaban después de almorzar y se quedaban hasta el anochecer
jugando en alguna de las dos canchas de bochas o en la de bouling,
entreteniéndose con las cartas o tomando y comiendo algo del buffet. Estas
tardes eran esperadas luego de una semana de trabajo duro y el reunirse con
otros croatas era una excusa tanto para descansar como para matar la nostalgia
entonando viejas canciones croatas, hombro con hombro, cabeza con cabeza,
dándose fuerza unos a otros.
Para
el tema de este capítulo, he recurrido al libro de actas, un material de suma
importancia, que me fuera cedido por la propia Sociedad Cultural Croata. Dicho
Libro de Actas llegó a mis manos fotocopiados del original. En un total de
trescientos folios numerados que abarcan veinte años de la institución,
comenzando en 1939 y finalizando en 1959. Abarcan en realidad, una tercera
parte del total de la vida de la institución, que es a mi entender, la de mayor
importancia y de donde se pueden extraer y analizar una gran cantidad de hechos
trascendentales de esta sociedad. Entre los principales:
Muchos fueron los actores que le
dieron vida a estos hechos y por eso a la hora de estudiarlos, creí conveniente
estructurar el análisis. Es por esto que tomé una serie de items, los cuales me
ayudarán a lograr organizar y enmarcar los hechos con mayor precisión.
En estos
items se encuentran: El Año , ya que analizaré año a
año las actas; la Denominación, porque la sociedad cambió tres
veces de nombre; para apreciar la continuidad de las reuniones las Sesiones,
divididas en su Cantidad y los Días ; el Presidente y el Secretario,
porque el primero representaba a la institución y el segundo confeccionaba las
actas; Lo Destacado, los hechos que fueran dignos de mención por su
importancia cada año y finalmente los Nuevos Socios que se iban
agregando, para que podamos tener una dimensión de la cantidad de personas que
conformaban esta sociedad.
Por lo
tanto, y según lo antes explicado comenzaré a desmenuzar año por
año las actas, empezando con la traducción[152] de la primera , cuando nacía esta sociedad, prosiguiendo
con las actas propiamente dichas y finalmente con una conclusión al respecto.
Córdoba, día 6 de agosto de
1939.
Se reunieron algunos patriotas croatas (Rodoljuba Hrvata)
en su primer encuentro para fundar una “Sociedad Croata de Socorros Mutuos”.
Debido a que en la reunión hubo bastante cantidad de
patriotas y todos con la misma idea y con el mismo deseo, enseguida se pasó a
tratar ese tema.
Hicieron uso de la palabra varios de los presentes, y
tanto los que hablaron como los que no hablaron estuvieron de acuerdo en sus
ideas. Todos llegaron a la conclusión de que es necesario una “Sociedad” de los
croatas de Córdoba, y que sea de socorros mutuos.
El hermano Toma Paranos propuso que la sociedad se llame
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos” (Hrvatsko Podporno Društvo). La propuesta
fue recibida con satisfacción por todos los presentes. Acto seguido se
inscribió a los fundadores de la sociedad, cuya nómina figura a continuación:
Josip
Filipèiæ, Marijan Lovrinèeviæ, Tomo Paranos, Luka Juriæ, Mijo Duhanèiæ, Jure
Vuletiæ, Martín Španiæ, Ante Puliæ, Blaž Èale, Jure Èale, Ante Barišiæ, Ignac
Sabandžija, Ante Granèiæ, Marko Mihaljeviæ, Luka Lizatoviæ y Nikola Mišetiæ.
Después
que se inscribieron a todos los presentes, se eligió la Comisión Directiva
provisoria. Fueron elegidos los siguientes hermanos:
Presidente: Josip Filipèiæ
VicePresidente: Marijan Lovrinèeviæ
Secretario: Tomo Paranos.
Pro Secretario: Luka Juriæ.
Tesorero: Mijo Duhanèiæ.
Pro Tesorero: Jure Vuletiæ.
Vocales: Martín Španiæ, Ante Puliæ y Nikola
Mišetiæ.
Revisores de cuenta: Ignacio Sabandžija y
Ante Barišiæ.
Luego
que se eligiera la comisión provisoria, se llevo a cabo la primera sesión en la
que se trataron las primeras cuestiones de mayor importancia sobre la sociedad,
y sobre la fundación de la sociedad.
La
primera reunión se realizó en al casa del hermano Marijan Lovrinèeviæ, calle
Sarmiento Nº 374.
Presidente Secretario
Josip Filipèiæ Tomo
Paranos
Año:1939.
Denominación:
Hrvatsko Podporno Društvo- Córdoba.
Sesiones:
a). Cantidad: 7 .
b) Días: 6 y 20 de
agosto, 3 de septiembre, 1 de octubre,5 y 12 de noviembre y 3 de diciembre.
Presidente: Josip
Filipèiæ.
Secretario: Tomo
Paranos.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Josip
Filipèiæ, Marijan Lovrinèeviæ, Tomo Paranos, Luka Juriæ, Mijo Duhanèiæ, Jure
Vuletiæ, Martín Španiæ, Ante Puliæ , Blaz Æale, Jure Æale, Ante Barišiæ, Ignac
Sabandžija , Ante Granèiæ, Marko Mihaljeviæ, Luka Lizatoviæ y Nikola Mišetiæ.
Año:1940
Denominación: “Hrvatsko
Podporno Društvo - Córdoba”.
Sesiones:
a). Cantidad: 12.
b) Días: 14 de enero,
11 de febrero, 3 de marzo, 7 de abril, 5 y 26 de mayo, 2 de junio, 7 de julio,
1 de septiembre, 6 de octubre, 3 de noviembre, 1 de diciembre.
Presidente: Josip
Filipèiæ.
Secretario: Nikola
Mišetiæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: José
Spoja, Antonio Zohil, Juan Veltruski, Francisco Valentiæ, Mateo Vraniæ, Esteban
Kuran, Petar Žagar, Tomo Luketiæ, Petar Tolj, Bartol Kovaèeviæ, Juan Matejèiæ,
Miguel Duhanèiæ y Esteban Loliæ.
Año:1941
Denominación: Las
dos primeras sesiones con la denominación croata “Hrvatsko Podporno Društvo -
Córdoba”. Y a partir de allí como “ Sociedad Croata de Socorros Mutuos-
Córdoba”.
Sesiones:
a). Cantidad:
13.
b). Días: 5 de
enero, 2 y 9 de febrero, 2 de marzo,1 de junio, 2 y 4 de mayo, 1 y 6 de julio,
7 de septiembre, 5 de octubre, 2 de noviembre y 7 de diciembre.
Presidente: Josip
Filipèiæ.
Secretario: Antonio
Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Mirko
Vukoeviæ, Juan Trlin y Jure Kriliæ.
Año: 1942
Denominación: “Sociedad
Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 3.
b) Días: 4 de enero, 8
de marzo, 2 de agosto.
Presidente: Juan
Veltruski.
Secretario: Antonio
Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Nikola
Petriæ.
Año: 1943
Denominación: “Sociedad
Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 5.
b) Días: 17 de enero,
14 de marzo, 1 de agosto, 24 de octubre y 14 de noviembre.
Presidente: Esteban
Grgiæ.
Secretario: Antonio Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Esteban
Grgiæ, Zdravko Lušièiæ, Ivan Petroviæ y Francisco Piškuliæ .
Año: 1944
Denominación: “Sociedad
Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 9.
b) Días: 13 de
febrero, 5 y 12 de marzo, 2 de abril, 7 de mayo, 2 de julio, 3 de septiembre, 8
de octubre, 6 de noviembre.
Presidente: Tomo
Paranos.
Secretario: Antonio Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Veceslav
Veltruski, , Luiz Veltruski y Esteban Mareot.
Actas: 1945- 1949
Año: 1945
Denominación: “Sociedad
Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 7.
b) Días: 7 de enero, 6
de junio, 8 y 22 de julio, 30 de septiembre, 28 de octubre. 30 de diciembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Zdravko
Lušièiæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: No
hubo.
Año:1946
Denominación: “
Sociedad Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 6.
b) Días: 16 de
febrero, 28 de abril, 2 de agosto, 8 de septiembre, 3 de octubre y 3 de
noviembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Francisco
Piškuliæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: En el balance de 1947 se habla de la inscripción de 5
socios, pero en ningún momentos se los nombra.
Año: 1947
Denominación:
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 15.
b) Días: 26 de enero,
10 y 16 de marzo, 13 de abril, 18 de mayo, 8 de abril, 6 de julio, 10 y 31 de
agosto, 3 y 21 de septiembre, 5 y 26 de octubre, 19 de noviembre, 14 de
diciembre.
Presidente: Juan
Veltruski.
Secretario: Juan
Jukiæ.
Lo destacado:
a) Veltruski se regía a rajatabla con el estatuto de la
sociedad y al parecer los otros socios no.
b) Sabandžija y Luketiæ habían insultado al Presidente y
esto motivó su expulsión de la sociedad, luego anulada.
c) Veltruski presentó las solicitudes de ingreso de 20
socios croatas nuevos, entre los que se incluían 3 sacerdotes al servicio de la
Arquidiócesis de Córdoba. (Se cree que podrían ser el Padre Andrija Oštriæ y el
Padre Petar Èikliæ).
d) Los socios rechazaron estas solicitudes acusando estos
croatas de “Fascistas”.
e) Veltruski amparado en el estatuto quería permitir su
ingreso ya que en los artículos del mismo estaba claro que el requisito para
ingresar a la sociedad era ser croata o descendiente; como así también estaba
“prohibido a los socios mantener discusiones de carácter político”.
Nuevos Socios: Marko
Zovak y por primera vez un argentino: Jorge Murua Novillo.
Año: 1948
Denominación:
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos- Córdoba”.
Sesiones:
a) Cantidad: 14.
b) Días: 18 y 25 de
enero, 14 de marzo, 11 de abril, 2 , 9 y 30 de mayo, 22 de junio, 11 de julio,
1 y 29 de agosto, 3 de octubre, 11 de noviembre, 10 de diciembre.
Presidente:
Zdravko Lušièiæ.
Secretario: Antonio
Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Juan
Braliæ, Marian Živiæ, Leonardo Bujas, Antonio Deliæ, Antonio Barišiæ, Simón
Ivanèiæ, Teodoro Mišèeviæ y José Mesec.
Año: 1949
Denominación: Las
tres primeras sesiones del año se abrieron bajo la denominación
“Sociedad Croata de Socorros Mutuos- Córdoba” y a partir de allí bajo el nombre
de “Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 8.
b) Días: 23 de enero,
6 y 13 de febrero, 24 de abril, 29 de mayo, 24 de julio, 19 de noviembre y 3 de
diciembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Juan
Petroviæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Herminio
Zohil, José Zohil y Pedro Zincovih. Además se aceptaron 42 nuevos socios
no-croatas o no-yugoslavos, creyendo que son en su mayoría argentinos. Entre
los nuevos socios se encuentran tanto hombres como mujeres.
Actas: 1950- 1954
Año: 1950
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 8.
b) Días: 7 y 29 de
enero, 5 de febrero, 6 de mayo, 3 de junio, 8 de julio, 6 de agosto, 18 de
noviembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Antonio
Knez.
Lo destacado:
Nuevos Socios: No
hubo.
Año: 1951
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”
Sesiones:
a) Cantidad: 8.
b) Días: 13 y 28 de
enero, 3 de febrero, 7 de abril, 2 de junio, 4 de agosto, 3 de octubre y 3 de
noviembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Antonio Knez.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Juan
Ivancich y José Beuz.
Año: 1952
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”
Sesiones:
a) Cantidad: 8.
b) Días: 12 y 27 de
enero, 2 de marzo, 5 de mayo, 7 de junio, 4 de agosto, 6 de octubre y 4 de
diciembre.
Presidente: Francisco
Piškuliæ .
Secretario: Antonio
Knez.
Lo destacado:
Nuevos Socios: José
Deliæ.
Año: 1953
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 14.
b) Días: 3 de enero, 1
, 7 y 15 de febrero, 1 de marzo, 5 de abril, 3 de mayo, 7 de junio, 5 de julio,
2 de agosto, 19 de septiembre, 3 de octubre, 7 de noviembre y 5 de diciembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Leonardo
Bujas.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Mirko
Vukoviæ, Simón Miroviæ, Alois Švara, Pedro Tolj, Radovan Markoviæ, Marko Vrkiæ,
Cvitan Lonèar, Josip Iveta, , Antonio Jelaviæ y dos socios argentinos.
Año: 1954
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 10.
b) Días: 24 de enero,
31 de enero,7 de marzo, 4 de abril, 2 de mayo, 6 de junio, 4 de julio, 1 de
agosto, 3 de octubre y 7 de noviembre.
Presidente: Juan
Šubert.
Secretario: Antonio
Knez.
Lo destacado:
Nuevos Socios: No
hubo.
Actas: 1955- 1959
Año: 1955
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 9.
b) Días: 2 y 30 de
enero, 6 de febrero, 12 de marzo, 2 de abril, 4 de junio, 6 de agosto, 10 de
septiembre, 5 de noviembre.
Presidente: Juan
Petroviæ.
Secretario: Tomas
Luketiæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: No
hubo.
Año: 1956
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 13.
b) Días: 7 y 29 de
enero, 12 de febrero, 3 de marzo, 5 de mayo, 9 de junio, 7 de julio, 4 de
agosto, 8 y 19 de septiembre, 3 de noviembre, 8 y 20 de diciembre.
Presidente: Zdravko
Lušièiæ.
Secretario: Simon
Ivanèiæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Esteban
Klariæ, Carlos Zulle y Dragutin Bede.
Año: 1957
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”
Sesiones:
a) Cantidad: 12.
b) Días: 21 y 27 de
enero, 9 de febrero, 3 de marzo, 14 de abril, 6 de mayo, 2 de junio, 7 de
julio, 1 de septiembre, 13 de octubre, 3 de noviembre y 1 de diciembre.
Presidente: Zdravko
Lušièiæ.
Secretario: Antonio
Zohil.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Nicolás
Lušièiæ, Ángel Lušièiæ, Angélica Lušièiæ, Mario Ivanèiæ, Jure Karliæ, Gregorio
Lizzul, Jorge Lizzul, Alberto Lizzul, Mirko Kršulj, Stanko Lukaè y Nazareno
Gašparoviæ.
Año: 1958
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 13.
b) Días: 23 y 26 de
enero, 2 de febrero, 1 de marzo, 5 de abril, 4 de mayo, 7 de junio, 5 de julio,
3 de agosto, 7 de septiembre, 5 de octubre, 9 de noviembre, 14 de diciembre.
Presidente: Tomas
Luketiæ.
Secretario: Juan
Matejèiæ.
Lo destacado:
Nuevos Socios: Maximiliano
Ivanèiæ, Antonio Rodolfo Zohil, José Zohil, María A. Zohil, Zaira Tereza Zohil,
Danilo Pavkoviæ, Juan Ligatiæ, Esteban Klariæ, y Francisco Talèeviæ.
Año: 1959
Denominación:
“Sociedad Cultural Yugoslava”.
Sesiones:
a) Cantidad: 6.
Aunque se supone que fueron más ya que el libro de actas llega hasta junio.
b) Días: 25 de enero,
7 de febrero, 7 de marzo, 4 de abril, 16 de mayo, 6 de junio.
Presidente: Zdravko
Lušièiæ.
Secretario: Esteban
Knez.
Lo destacado:
Análisis de las actas
Analizando
las actas en sí, vemos que en general la comisión se reunía una vez al mes,
aunque variaba de acuerdo al año, pudiendo ser ocho o hasta catorce
reuniones en un año.
Respecto
de los presidentes podemos observar que en los veinte años que abarcan
las actas había un recambio anual pero, consultando los dos últimos , los
períodos se hacen cada vez más largos. Para poder analizarlo mejor, este es el
listado de presidentes en los más de sesenta años de la institución:
1939: Josip Filipèiæ
1940: Josip Filipèiæ
1941: Josip Filipèiæ
1942: Ivan Veltruski.
1943: Esteban Grgiæ
1944: Tomo Paranos
1945: Tomo Luketiæ
1946 Tomo Luketiæ
1947: Ivan Veltruski.
1948: Zdravko Lušièiæ
1949: Tomo Luketiæ
1950: Tomo Luketiæ
1951: Tomo Luketiæ
1952: Esteban Piškuliæ
1953: Tomo Luketiæ
1954: Juan Šubert
1955: Juan Petroviæ
1956: Zdravko Lušièiæ
1958: Tomo Luketiæ
1959: Zdravko Lušièiæ
1961: Antonio Zohil (h)
1962: Zravko Lušièiæ
1964: Tomo Luketiæ
1966: Juan Matejèiæ
1969: Antonio Zohil (h)
1974: Esteban Knez.
1976: Antonio Zohil (h)
1977: Albino Krizanac
1990 : José Lizzul.
2001: José Lizzul
Se puede apreciar una serie de
nombres que marcan una presencia en la institución, el continuo cambio de
Presidentes y comisiones directivas a lo largo de, aproximadamente, venticinco
años y el comienzo de su decadencia ya que entre los dos últimos
Presidentes, que son hijos de los inmigrantes croatas, suman venticuatro
años al frente de la sociedad y no precisamente por apropiarse del
puesto sino por la escasez de socios. En esta escasez, quizás, se deba a que
mujeres y jóvenes no hayan tenido mayor espacio en su momento, lo que atentó
contra el recambio generacional. Porque si bien este es un mal endémico en
todas las colectividades de inmigrantes, en ésta ha calado hondo. La prueba
está que solo un puñado de hijos de estos inmigrantes, se mantuvo
vinculado con la sociedad y que hoy son hombres de entre 50 y 65 años.
Son los únicos que mantienen la sede sin un grupo de jóvenes con ansias de
continuar este legado a la vista.
En cuanto a los socios, he
contado, en total, entre el período 1939-1959, ciento veinte socios croatas
sumando también a sus descendientes. A la vez hay cuarenta y cuatro socios
argentinos, la gran mayoría ingresados en 1949.
Para finalizar con las actas,
dos puntos me llaman la atención. En primer lugar, como ya he mencionado en los
otros capítulos , la gran mayoría de los inmigrantes de esta sede eran o
albañiles, o picapedreros o pequeños comerciantes y no poseían
una escolaridad elevada y entre ellos no se encontraban profesionales. Por ello
me sorprende la seriedad con la que se llevaban las actas, se regían por el
estatuto de la sociedad, siguiendo las pautas establecidos con el orden del día
y otros pasos, tratando de llegar al consenso y votaciones para dirimir
opiniones y dentro de lo posible salvar diferencias entre personas con el
famoso “temperamento croata”, (mencionado anteriormente) y que (por más que no
sea muy científico) no hay que dejarlo de lado. Igualmente, es importante el
esfuerzo que realizaron al escribir en idioma castellano las actas y no puedo
negar que me resultaron cuanto menos simpáticas algunas frases en las cuales
estos inmigrantes escribían como hablaban el nuevo idioma con todas las
dificultades que esto les suponía.
En
segundo lugar en ningún momento se hace mención por escrito de la Segunda
Guerra Mundial. Ni a favor, ni en contra de ninguno. Jamás se menciona alguna
noticia, alguna ayuda, o algún comentario o acto relacionado con la guerra.
Esto puede obedecer, quizás, a que por el arraigo a la Argentina les parecía
algo muy lejano lo que sucedía en Europa, o tal vez, porque las noticias eran
confusas, o la comunicación con los parientes había cesado, o posiblemente se
consideraba “política” hablar de la guerra y lo que estaba prohibido por el
estatuto.
Solo se
hace referencia a la guerra cuando comienzan los contactos con la embajada
yugoslava en 1947 y, posteriormente a un encuentro con ella, se decide una
donación del 50% de lo recaudado en el 7º aniversario de la constitución
de la sociedad.
A este
punto lo podríamos denominar “el tema espinoso”. Espinoso porque si bien no
hubo nada malévolo ni abominable, durante más de 40 años unos croatas
concurrían al Hogar Croata y otros croatas, que antes se reconocieron como
tales y que ahora se hacían llamar “yugoslavos” se reunían en la (denominada
desde 1948) “Sociedad Cultural Yugoslava”. ¿Por qué creo que es un tema
espinoso? Porque creo que así como cada uno defendió su postura con argumentos,
más o menos valederos, los croatas estuvieron divididos y se perdió de lograr
algo más grande, tanto a nivel de instituciones como a nivel humano.
Pero volvamos a las actas. Como
hecho explícito e irrevocable, está escrito que esta sociedad fue fundada por “patriotas
croatas” (Rodoljuba Hrvata)[153] y que tenía
como fin ser una Sociedad Croata de Socorros Mutuos. Estos croatas, que desde
hacía diez y veinte años ya se encontraban en el país, sintieron la
necesidad de unirse y de conformar una sociedad que los protegiera y cobijara.
Si bien el país los había recibido con los brazos abiertos, el idioma y las
costumbres eran distintos. Sentian la necesidad de poder reunirse, hablar en su
idioma, rememorar y reconstruir viejas costumbres y tradiciones fueran grandes
o pequeñas.
Es de
destacar que estos hombres que habían nacido bajo el Imperio Austrohúngaro y
que, en su gran mayoría abandonaron a una Croacia incluida en el “Reino de los
Serbios, Croatas y Eslovenos”, luego, en la Yugoslavia monárquica, decidieron
mantener y hacer valer el nombre “croata”, no aceptando ninguna otra
denominación.
Aquí hay
un punto que es digno de mención y que, creo yo, es determinante a la hora de
realizar un análisis no sólo de esta Sociedad Croata y posteriormente
yugoslava, sino en su comparación con los croatas del Hogar Croata[154].
Como
dije los croatas que emigraron antes de la Segunda Guerra Mundial tenían dos
características fundamentales:
Estas características, quizás
influyeron en muchos de ellos, porque al haber emigrado jóvenes no se afianzaron
en ellos los conceptos nacionales o de pertenencia que podrían haber llegado a
adquirir si hubieran emigrado siendo hombres maduros. A esta juventud se le
suma la escasa preparación escolar, propia de campesinos de pequeños
pueblos de la costa dálmata e istriana y, por supuesto, el no haber sufrido ni
los problemas políticos ni sociales anteriores a la Segunda Guerra Mundial.
El hecho de provenir, en su
mayoría, de las regiones de Istria y Dalmacia, también jugaba como factor
importante, puesto que estas dos regiones hacía siglos que se encontraban
separadas de Croacia y los cambios de denominación y de dominación eran moneda
corriente. Para tratar este punto podemos decir que de los ciento veinte socios
que figuran en las actas, doce, es decir un 10% , se adhirió al Hogar Croata,
proviniendo ellos de regiones centrales como Herzegovina o los alrededores de
Zagreb.
Para poder reforzar esta teoría
podemos analizar el censo croata del año 1991. Aquí figuran los datos
poblacionales de las principales ciudades de la región de Istria: Buje, Buzet,
Labin, Pazin, Poreè, Pula y Rovinj. En el censo cuando se les pregunta cómo se
definen según su nacionalidad responden: el 17% como “istrianos”, es decir se
definen por su regionalismo; un 4% se encolumna bajo la antigua denominación
como “yugoslavos” ; hay un 7% de italianos, un 16% de otras nacionalidades (
serbios, bosnios, checos, húngaros, alemanes, etc) y solo el 56%, poco más de
la mitad, se considera “croata”[155].
Pero el factor principal fue el
motivo por el cual emigraron: el hambre. La miseria reinante en Croacia, luego
de la Primera Guerra, generó oleadas de inmigrantes croatas por todo el mundo.
Como ya vimos este inmigrante sólo quería paz, pan y trabajo; asimilarse lo
antes posible al medio y lograr una plena inserción en él. El hecho de crear y
sostener una sociedad croata era solo para matar la nostalgia, pero de puertas
adentro, no como un vehículo para la expresión de ideas de contenido político o
nacionales.
El motivo de “expulsión” de
estos croatas eran las cuestiones económicas. La política o los asuntos
nacionales eran dejados de lado.
De las conversaciones con muchos croatas provenientes de las dos
inmigraciones deduzco que: la gran mayoría de los inmigrantes croatas que
fundaron la Sociedad Croata de Socorros Mutuos eran jóvenes de pequeños
pueblos para quienes estar bajo una dominación u otra les resultaba algo
“natural”. Según el caso habían estado bajo administración austriaca u
italiana. Habían nacido como provincia de un imperio, luego pasaron a ser parte
de un reino junto con serbios y eslovenos y posteriormente de un reino llamado
Yugoslavia. Además, eran prácticamente insignificantes las noticias croatas en
los diarios de la época y sólo cartas, que tardaban meses en cruzar el Atlántico,
comentaban algo de la vida en la patria.
Para peor, una vez finalizada la
Segunda Guerra Mundial, la maquinaria propagandística yugoslava, con asiento en
Belgrado, no escatimó esfuerzos en desprestigiar y difamar a los croatas que
habían logrado emigrar y desde el exilio hacían oír sus reclamos desde todas
partes del mundo.
Además
desde Buenos Aires, la embajada yugoslava vio la oportunidad de entablar una
relación con estos croatas a quienes se les convenció que habían ganado la
guerra y que en la Yugoslavia del mariscal Tito todo era “Bratstvo i Jedinstvo”
(“Hermandad y Fraternidad”, viejo lema yugoslavo para unir a los eslavos del
sur). Estos croatas, que como ya dije no tenían una sólida base de
conocimientos históricos y nacionales, cedieron ante la embajada yugoslava, que
por todos los medios buscó y logró enfrentar a croatas contra croatas, no solo
en Córdoba, sino también en la Argentina y el mundo.
Vale la
aclarar que el hecho de formar una Sociedad Yugoslava, no tenía, bajo ningún
punto de vista una tendencia “comunista” y tampoco “Granserbia”. Simplemente
tomaron a Yugoslavia como la nueva nación en la cual Croacia se encontraba
inserta.
Quizás
en los años 1947-1948 se pudo haber logrado una unión, pero le fue
adversa por un lado la mencionada embajada yugoslava y por otro, los croatas
que todavía tenían muy fresco el recuerdo de la guerra, y que no fueron muy
“diplomáticos” a la hora de expresar con vehemencia sus ideas. Esto generó una
controversia con muchos de los llamados “viejos inmigrantes” y si bien algunos
de estos los recibieron y se unieron, lo cierto es que los croatas perdieron
una sede y se dividieron las fuerzas. Esta división se dio básicamente, porque
algunos croatas de la segunda posguerra quizás hubieran formado parte de una
“Sociedad Croata”, aunque tuviera un perfil favorable al mariscal Tito, pero
bajo ningún motivo lo harían en una institución bajo el nombre de “yugoslavo”.
En
definitiva, por los motivos antes mencionados, los croatas de Córdoba
estuvieron divididos, como también sucedió en la misma Croacia, pero poco a
poco el tiempo ha hecho efecto y hoy podemos decir que hay buenas relaciones
entre las dos sedes.
Los hermanos sean unidos
Porque esa es la ley primera
Tengan unión verdadera
En cualquier tiempo que sea
Porque si entre ellos pelean
Los devoran los de ajuera.
“MARTÍN FIERRO” de José
Hernández
Los países en
donde no se ha amado ni sufrido, no dejan en nosotros ningún recuerdo. (Pierre
Loti)
Las
siguientes agrupaciones tuvieron sus momentos de mayor o menor protagonismo,
contribuyendo desde distintas posiciones a mantener, cultivar y trasmitir la
cultura y la idiosincrasia croata.
En otros
capítulos me he referido a ellas y aquí quiero dejar en claro su función, sobre
todo relacionada con la institución mayor: El Hogar Croata.
La
extensión de la descripción de cada una variará si ya la he mencionado en otros
capítulos y del material disponible, que tuve a mi alcance para investigarla.
1 - “Hrvatski Oslobodilaèki
Pokret”: ogranak: “Josip Predavec”. (El Movimiento Libertador Croata: rama “
Josip Pedravec”).
Esta organización formaba parte
del “Hogar Croata” y representaba a un movimiento político que se había gestado
en la inmigración y tenía como fin que Croacia se convirtiera en una república
independiente y democrática.
El estatuto de esta asociación
define su nombre como: “Movimiento Libertador Croata” (MLC) o su equivalente en
idioma croata “Hrvatski Oslobodilaèki Pokret” (HOP); siendo una Asociación
Civil que tenía su domicilio legal en Buenos Aires y su rama social en Córdoba,
al igual que el Hogar Croata S.A.
En el artículo Nº 2 de su
estatuto empezamos a ver el objetivo final de la asociación; en él se indica
que “ inicia su existencia con plena fe en Dios y totalmente identificada
con el Mundo Occidental, con la única razón y fin de prestar dentro de esta
libre e independiente república el decidido apoyo, aliento y adhesión al pueblo
croata, en su permanente y loable lucha para liberarse de un régimen que lo
sojuzga”[156].
Seguidamente se presentan los
objetivos básicos de la asociación entre los que se destacan:
A) Obtener indistintamente del mayor número de connacionales
residentes en el país, al identificarlos con el pensamiento, aspiraciones y
propósito de esta Asociación, su voluntaria adhesión, incorporación,
contribución personal y /o material al MLC.
B) Editar periódicos folletos, libros y demás publicaciones.
C) Celebrar conferencias públicas.
D) Suministrar informaciones y requerir publicaciones a
agencias noticiosas, diarios, revistas en general, utilizando para estos fines
todos los medios de propaganda lícita.
E) Difundir, en lo posible, entre los ciudadanos argentinos
y, especialmente, entre calificadas personas de actuación pública e igualmente
entre los demás compatriotas residentes en el interior del país, las verdades
sobre el pasado y presente de las luchas e ideales del pueblo croata por su
liberación.
F) Prestar decidida colaboración a toda entidad argentina,
croata o de otra colectividad, cuya acción estuviese dirigida a prestar apoyo
moral a las naciones cautivas de regímenes comunistas.
En sus objetivos, podemos
inferir que el fin principal era el de difundir los ideales de estos
inmigrantes en su medio. A estos los podríamos resumir en orden de importancia
de mayor a menor de la siguiente manera:
A) Que Croacia se declare como república independiente.
(Cuando digo Croacia, en esos momentos se contaba a Bosnia y Herzegovina como
provincias integradas).
B) Que se realicen elecciones libres y democráticas en
Croacia.
C) Que Croacia forme parte de las democracias occidentales
de Europa.
En
definitiva, esta asociación pretendía propagar las ideas de un grupo de
inmigrantes que proclamaban la existencia de un país que no figuraba en los
mapas, que no era reconocido por ningún país del mundo y que tenía en contra
toda la maquinaria propagandista de la Embajada Yugoslava, que no escatimaba
gastos a la hora de influenciar a quienes pudiera, con tal de difamar a los
emigrantes que no acataban o reconocían la historia oficial de la República
Socialista de Yugoslavia.
Esta lucha desigual se llevó a
cabo en todo el mundo entre, los croatas, que con esfuerzo creaban asociaciones
para poder difundir las causas de su lucha, y la embajada que los menoscababa y
atacaba en cuanta situación se presentaba, ya que era la voz oficial y a quien
se recurría desde los órganos oficiales argentinos para obtener información de
Yugoslavia y de Croacia.
En los artículos 6 y 7 se definen los requisitos para ser
integrante de la asociación: debían gozar de buena reputación moral, ser
mayores de 18 años de edad y presentar una solicitud por escrito,
provista de sus datos y la firma de dos asociados que recomendaran su
aceptación.
Los principales deberes de los
asociados eran respetar las leyes de la República Argentina, el estatuto, las
resoluciones de la asamblea general y las ordenanzas del Consejo Directivo,
como así también la buena conducta y el pago regular de las cuotas sociales.
Por otro lado los derechos se
basaban en la participación a los actos públicos, formar parte de las
asambleas, de las deliberaciones y elegir o ser elegido como parte del consejo
o de las distintas comisiones.
El resto del estatuto no difiere
demasiado de los de cualquier asociación civil, tanto en los capítulos que
hablan de las asambleas generales, de la administración y fiscalización y el
jury de honor. El punto final de este estatuto, lo da la asamblea constitutiva,
que lo hace constar el día 19 de septiembre de 1966. El documento esta firmado
por tres personas, de las cuales no se hace mención del cargo: Vjekoslav
Vranèiæ, Juan Poriæ e Ivica Dragièeviæ.
En
Córdoba, esta agrupación llegó a tener alrededor de cien integrantes. Fueron
ellos los que erigieron el Hogar Croata de Córdoba, pero una vez creada esta
institución se formaron dos grupos distintos. Existía una comisión para el
Hogar Croata y otra para el Hrvatski Domobran, aunque la gente fuera
prácticamente la misma, había algunos que se dedicaban más a una que a otra. A
veces Hrvatski Domobran organizaba fiestas o reuniones en el Hogar Croata
pagando los gastos ocasionados.
Desde 1972 cambia de “Josip
Predavec” a “Gral. Franjo Vitez Šimiæ”
Durante
décadas las dos comisiones trabajaron juntas con mayor o menor coordinación
entre sí. A fines de los ’80 fue perdiendo sus fuerzas, y con la instauración
de la República Croata, desapareció, al haberse cumplido el objetivo para lo
que fue creada.
2 - Hrvatsko Narodno Vijeæe. (
Consejo Nacional Croata)
El “Hrvatsko Narodno Vijeæe” reunió a los exiliados
emigrados residentes en distintos países. Su objetivo principal fue ser un
frente de lucha por la liberación de Croacia.
Entre sus metas se encontraban:
a)
Aplicar el derecho de
autodeterminación nacional del pueblo croata y de otros pueblos sojuzgados.
b)
Luchar con medios legales para
lograr los propósitos dentro de las libertades democráticas que le otorga cada
país en el que actúa.
Las aspiraciones de este Concejo
fueron: “una Croacia Independiente, democrática, pluralista, neutral, con
justicia social que comprende las Repúblicas actuales de Croacia y Bosnia –
Herzegovina y que no se comprometa ni con uno ni otro bloque”[157].
En Córdoba se participó desde el
primer momento. A partir de 1974 se estuvo presente en sus actividades. Tuvo su
auge durante toda la década del ’70. En 1979 se menciona que Grgo Èaviæ fue
elegido Presidente del H.N.V. para Córdoba.
La última noticia es de 1987
cuando realiza una fiesta junto al Hogar y Hrvatski Domobran. Con la
independencia croata finaliza sus actividades.
3 - Hrvatska Mladež.
(Juventud Croata)
Toda colectividad debe contar con una juventud si desea ser
fuerte y tener continuidad. El Hogar Croata la tuvo a lo largo de toda su
historia, con mayor o menor concurrencia de jóvenes.
En los ’50 y ’60 esta juventud
está conformada, en su mayoría, por croatas nacidos durante la Segunda Guerra o
en campos de refugiados. Ellos habían arribado muy pequeños a nuestro
país.
En los ’70 se conformó ya con
nacidos en la Argentina de padres croatas. Hubo una juventud, que a principios
de esa década, entre otras actividades, realizaron un importante Congreso de la
Juventud Croata en nuestra ciudad, al cual arribó una gran cantidad de
participantes de todo el país.
A fines de la década del ’70 y
principios de los ’80 la nueva generación participa en distintos festivales por
toda la provincia y actúa en el Teatro Rivera Indarte.
Con los ’90 surge la juventud
representada por el “Kolo Velebit”, realizando una actividad decisiva para la
vida del Hogar, convirtiéndose en el corazón de la institución.
La juventud siempre debe estar dispuesta a respetar y ayudar
a sus mayores. Son los que vestirán los trajes típicos en los actos públicos y
las fiestas patrias, los que llevarán la bandera, los que bailarán y los que
aportarán su vigor y sus brazos para colaborar en los quehaceres de la
institución. También son los que disfrutarán de la sede para sus fiestas, los que
viajarán a representar a la colectividad, los que tendrán contactos con otros
jóvenes croatas y de otras colectividades, pero principalmente los que verán
reflejado en los ojos de sus mayores el orgullo del legado preservado.
4 - Mala Škola. (Escuela para
niños)
Los
croatas que tuvieron que emigrar forzosamente en el año 1945 y tras
varios años de deambular por Europa pudieron llegar a la Argentina, solo
ansiaban volver.
A
diferencia de los que emigraron por cuestiones económicas en los comienzos de
siglo ( que venían a instalarse definitivamente a la Argentina y que querían
que sus hijos y ellos mismos adoptaran lo más rápidamente las costumbres
argentinas), los inmigrantes de posguerra no querían olvidar su pasado y el
porqué de su exilio. Por lo tanto le dieron una vital importancia a mantener el
idioma, las costumbres y los motivos de la causa croata en sus descendientes,
con la esperanza de volver algún día.
De esta manera crearon lo que comúnmente se denomina en croata
“Mala Škola” o “Puèka Škola”, es decir escuela de niños o escuela
elemental. Este tipo de escuela se fue dando en forma cíclica en Córdoba ya que
abría por unos años y bajo determinados profesores (obviamente todos de
la colectividad), luego cerraba y más adelante volvía a abrir.
La
primera “Puèka Škola” comenzó en el año 1965 y para reflejar que es lo
que pasó con ella he podido tomar recortes de diarios que atesoraban la Sra.
Štefa Kovaè junto con su difunto marido Pero[158] . En estos recortes se ve reflejado lo que abajo se comenta.
“Hrvatska Puèka Škola u Cordobi”
“Escuela elemental croata en Córdoba”
El
antiguo deseo se hizo realidad el 24 de julio del año 1965. Ese día, en
una reunión presidida por el Padre Andrija Oštriæ, un sacerdote croata que
vivía y realizaba su tarea pastoral entre los enfermos de tuberculosis de Santa
María de Punilla en las sierras de Córdoba, se fundó la “Escuela Croata de
Córdoba”.
Para las
clases se anotaron ventiseis, entre chicos y chicas. El Programa de estudios
comprendía historia y geografía de Croacia, idioma croata, religión y canto.
La
comisión organizadora estuvo constituida por el P. Oštriæ, Marija Govediæ, Šime
Èaviæ, Ferdo Ivankoviæ, Vesna Eteroviæ, Branka Tanodi y Marica Halupa entre
otros.
La
escuela funcionaba de 15 a 18 horas, los sábados, en las aulas del Colegio
Padre Claret, cerca del actual Nudo Vial 14. Después de las clases, el P.
Oštriæ celebraba la misa para los participantes. Un gran animador y colaborador
de la escuela fue el Sr. Ferdo Ivankoviæ quién hizo todo lo posible para que
esta actividad tuviese éxito.
Los
frutos de la enseñanza se vieron el 12 de diciembre de ese año
1965 en el acto de clausura que congregó un numeroso público croata y
argentino.
Los
actos comenzaron a las 10.30 cuando el P. Oštriæ bendijo la bandera de
ceremonias de la escuela. La madrina de la bandera fue la Sra. Tilda Zejda.
Durante la Santa Misa el Padre Oštriæ destacó que la finalidad de la “Escuela”
era vincular a Croacia con las nuevas generaciones. Durante la ceremonia
algunos niños recibieron la Primera Comunión.
Después,
los participantes se trasladaron al salón de actos del colegio.
Allí
comenzó el programa con el Himno Nacional Croata “Lijepa Naša Domovino”. Acto
seguido, saludó a los presentes el Presidente de la “Unión Cultural Croata”, el
Profesor Ante Bosanèiæ.
Una
interesante disertación realizó el Prof. Mirko Eteroviæ que al principio habló
en idioma castellano y luego prosiguió en croata, explicando la situación de
los croatas que viven fuera de la Madre Patria. También habló de la emisión
radial semanal que dirige la “Unión Universitaria Croata”, destacando su gran
aporte a la difusión del nombre croata en esta parte de la Argentina.
Concluido
el discurso se presentó la obra teatral “Leptiriċu Šarenèiċu”, bajo
la dirección de la directora de la escuela la Sra. Marija Govediæ.
El
alumno Ivica Èaviæ recitó dos poesías de Ante Vikario: “Rijeè Hrvatu” y “
Dvorišni Razgovor” bajo la guía de la Srta. Vesna Eteroviæ. El recitado fue
seguido con mucha atención por los presentes porque el texto era muy
interesante y fue realizado con una excelente actuación.
Víctor
Ivankoviæ, alumno de la escuela recitó en forma emocionada la poesía de Vinko
Nikoliċ “Molitva Za Hrvatsku”.
A
continuación se presento “Tri Leptira” bajo la dirección de la Sra. Marica
Halupa. Después de esto Borna Juratoviæ recitó magistralmente la difícil y
complicada poesía “Pri Sv. Kralju” de Antun Gustav Matoš.
Los
presentes aplaudieron fuertemente a los chicos cuando estos, vestidos con
trajes típicos, bailaron “Seljanèica” bajo la conducción de la Sra. Marica
Halupa.
También
actuó el dúo de mandolinas de Branko y Velimir Ozvaèiæ, la cual colaboró mucho
para el éxito de esta velada.
Fueron
maestras de ceremonias, en croata y en castellano las srtas. Vesna Eteroviæ y
Branka Tanodi.
Al final
del programa hablo la directora de la escuela la Sra. Marija Govediæ, que
acompañó en el piano los cantos.
El acto
finalizó a las 13 horas. Seguidamente la familia Juratoviæ agasajó a los
alumnos de la escuela y a los colaboradores, con un almuerzo.
Una
semana después, el 19 de diciembre, el mismo acto fue repetido en el Hogar
Croata donde también consiguió un gran éxito.
Esta
escuela, que había surgido con mucha fuerza, logró mantenerse un par de
años más y fue el punto más alto de esta expresión cultural.
Las
actividades estaban organizadas por la “Hrvatska Kulturna Zajednica” (Circulo
Cultural Croata) y contaban con el apoyo del “Hrvatski Domobran” y del Hogar
Croata. Es más, en las actas del Hogar Croata se hace mención de una donación
de $2000 para la escuela[159] y en mayo
de 1966 se organiza una fiesta conjunta entre el Hogar Croata, el “Hrvatski
Domobran” y la Mala Škola. Así se lograría inculcar a los menores la cultura
croata y aglutinarlos aún más[160].
Lamentablemente,
con el tiempo la Mala Škola se perdió tal y como se había concebido.
En
los años ’70 se continuó estimulando a los más pequeños de la
colectividad mediante el idioma y la música. En esos años Šime Èaviæ
tomó la posta de educar a los niños.
Los
años siguientes las actividades siguieron fluctuando. Había períodos en
los que no se realizaban actividades, principalmente referidas al idioma y
otros en los que sí. En estos últimos se comenzaba con mucho entusiasmo las
primeras clases y se finalizaba el año con muy pocos alumnos.
El
renacer de Croacia y su declaración de independencia incentivó a muchos a
volver a las clases de idioma. A mediados de 1991 una gran cantidad de jóvenes
de todas las edades se inscribió para aprender el idioma de sus ancestros. En
esta oportunidad se sumaron sus madres, ellas eran argentinas, casadas con
croatas, y también querían conocer el idioma.
Estas
clases eran brindadas por Šime Èaviæ y Kaèa Rendeli. Entre otras cosas se
aprendía el Himno Nacional Croata y muchas costumbres y tradiciones. Lo más
importante que generaron estas clases, fue que el grupo de adolescentes que lo
integraban formó a los meses el conjunto folklórico croata “Kolo Velebit”.
En
los ’90 la Mala Škola derivó en algo nuevo.
Como
mencioné varias veces, en esta década se acercaron a la sede del Hogar
numerosos descendientes de inmigrantes arribados en los años ’20. Ellos
no habían tenido oportunidad de recibir una estimulación de su legado cultural
y tradicional croata. Por lo que se formaron grupos de hombres y mujeres, la
mayoría con más de 30 años que ya eran hijos o nietos, como también
nuevamente muchas mujeres argentinas casadas con croatas.
Durante
los años 1997 y 1998, las clases fueron impartidas por Irene Chavich y
Antonio Šprljan, satisfaciendo las demandas de conocimiento de una cultura a la
cual no habían podido tener acceso.
Muchos
de estos alumnos cumplieron el sueño de viajar y conocer Croacia. Allí
tuvieron contacto tanto con la tierra como con sus habitantes. Visitaron
parientes y volvieron a religar los lazos que sus padres o abuelos habían
perdido.
Actualmente
estas clases continúan, ahora con Amalia Dogan y Antonio Šprljan como
profesores y se espera que seguirá (algunos años sí, otros no) mientras
se encuentren croatas que quieran saber más de sus raíces.
5 - “Hrvatska Kulturna Zajednica” (Centro Cultural Croata).
El Centro cultural croata
existió por más de veinte años. Sus integrantes eran en su mayoría
también accionistas del Hogar Croata. Tenían su sede en Colon 648, domicilio de
Ferdinando Ivankoviæ. Su principal obra fue organizar y llevar a cabo los
mejores años de la Mala Škola. Con la ayuda del padre Oštriæ lograron
grandes avances con los niños de la colectividad, enseñando
religión, idioma, poesía y canciones.
6 - Šahovski Klub “Croatia”.
(Club de Ajedrez “Croatia”)
A fines de los años ‘50 se formó el Šahovski Klub
“CROATIA ”, con el objetivo de promover la causa croata y desarrollar una
actividad que siempre aglutinó e interesó a los croatas. Incentivados principalmente
por el Sr. Vlado Pravidur el equipo comienza a tomar forma en el año ‘59
jugando primero entre ellos y tomando la decisión de confrontar con otros
equipos de la ciudad ya de manera oficial.
Ya sea en el Hogar, que por
entonces se encontraba en la calle Lima o en la oficina de Vlado Pravidur en la
calle Entre Ríos al 300 se comienza a dar forma al equipo de ajedrez que
representaría a la colectividad por toda Córdoba.
En los archivos de Hogar Croata
se encuentran numerosas cartas de invitaciones de distintos clubes que querían
realizar torneos con el equipo croata. La primera es de un certamen-revancha
contra el Club Catalá (Catalán) que se encontraba en la calle Caseros 41 y que
promovía un encuentro para el sábado 25 y el jueves 30 de abril de 1959, en
ambas ocasiones por la noche, a 8 tableros y en su sede social. Esta fecha fue
escogida porque era el 8º aniversario de la fundación de este centro que
se festejó con grandes eventos, entre ellos el torneo de ajedrez y con una obra
de teatro el día 26.
En el
mismo año, el equipo desafía a distintas instituciones a confrontarse en
campeonatos de ajedrez, enviando invitaciones en las cuales figuran el Sr.
Vlado Pravidur como Presidente y el Prof. Josip Joviæ como Secretario de la
institución. El Club Cultural y de Ajedrez de La Falda y el Club Ajedrez y
Social de Cosquín aceptan gustosos el torneo enfrentándose el 9 de agosto con
el equipo de La Falda y el 23 del mismo mes con el de Cosquín.
Con la
llegada del año 1960 el equipo croata realiza unos formularios de
solicitud de socios, para que formaran parte legítima de la institución y
además para que abonaran un canon mensual. Entre los inscriptos, se encuentra
una cantidad de jugadores, y no sólo croatas representan a la institución. Si
bien formaban parte Vlado Pravidur, Josip Joviæ , Ivan Bednjak, Rafael Biliæ,
Tadija Èule, Zvonimir Muslija, Tomislav Kosta ,Peter Zimmerman, Nikola Filar,
Mirko Dioljanoviæ, Clemente Antunoviæ, Josip Babiæ, también figuraban eslovenos
como Janko Jazbec y argentinos que jugaban en representación de Croacia como
Ricardo Llubel y Esteban Rodas. De estos primeros inscriptos la edad era
bastante homogénea, todos sus integrantes tenían en ese momento entre 30 y 50
años.
El 8 de
marzo de ese año la Unión Cordobesa de Ajedrez le comunica en una carta
al Sr. Presidente del Club de Ajedrez “Croatia” que en la reunión del 6 de ese
mes el Consejo Directivo de la entidad, aceptó por unanimidad la incorporación
de la entidad al seno de la Unión Cordobesa de Ajedrez, solicitando por
disposiciones reglamentarias lo siguiente:
1.
Nombres y apellidos de los
componentes de la Comisión Directiva.
2.
Nombres y apellidos de diez
jugadores de ajedrez como mínimo
3.
Declaración de tener más de tres
meses de existencia y el lugar de la sede social.
4.
Abonar la suma de $600 Moneda
Nacional, en la tesorería, como cuota de afiliación del corriente año.
5.
Designación de delegados, uno
como titular y el otro como suplente para actuar frente el Consejo Directivo .
6.
Informar por carta o por
intermedio de los delegados de los Juegos de ajedrez completos, como así
también de los relojes que tengan en existencia.
Esta
actividad dio pie a que el Sr. Vlado Pravidur se convirtiera en el año
1960 en el Presidente de la Unión Cordobesa de Ajedrez, cargo que ocupó por dos
años hasta que se retiró por razones familiares.
Ese mismo año se vuelve a
repetir un torneo en abril, pero esta vez contando, además de la presencia de
equipo croata y el catalán, con el Club Palermo
En noviembre de 1960, se llevó a
cabo el “Primer Torneo de los Barrios de Córdoba”, organizado por la
subcomisión de ajedrez del Club Palermo. Se efectuó el sábado 19 y el miércoles
23 del mismo mes, con la participación de 8 jugadores titulares y 4 suplentes.
Este torneo contó la presencia
de 5 equipos que representaban a distintos barrios de la ciudad. Estos equipos
eran: C.A. Alejandro Alekin (Barrio Yofre), C.A. Palermo (San Vicente),
Biblioteca “Los amigos de la cultura” (Altamira), C.A. Independiente (Bella
Vista) y el Club Croatia representando al barrio General Paz por encontrarse en
dicho barrio el Hogar Croata..
El equipo croata fue nuevamente
un combinado de nacionalidades ya que para conformar los doce jugadores
necesarios se tuvo que recurrir a amigos. En esta ocasión jugaron los croatas
Vlado Ilèiæ, Mario Živiæ, Ivan Peniæ, Vlado Pravidur, Dušan Èaviæ Nikola Filar
y Tadija Èule; a los que se les sumaron el esloveno Janko Jazbec, el ucraniano
Basilio Kaputinsky y los argentinos Ricardo Llubel y Pedro King.
De este
campeonato resultó campeón el equipo “Alejandro Alekine”, logrando el segundo
puesto el equipo croata en lo que seguramente fue todo un orgullo para la
colectividad.
El
año 1961 trajo como novedad la incorporación de mujeres a este equipo.
Las pioneras fueron Bárbara y Nada Ilèiæ, mujer e hija de Vlado Ilèiæ , quienes
fueron las primeras en representar en un campeonato femenino de ajedrez al
equipo croata consiguiendo destacadas actuaciones contra mujeres de toda la
ciudad y logrando meritorios terceros y cuartos puestos en numerosos
campeonatos. También es de destacar la participación de Adriana Castiglione y
de su madre, que eran vecinas del Hogar Croata y que en varias oportunidades
representaron al Club Croatia en torneos oficiales.
El 16 de
abril del mismo año, se renovó la comisión directiva del Club de Ajedrez
Croatia, quedando conformada de la siguiente manera:
Presidente: Vlado Ilèiæ
Secretario: Jorge Miguel
Tesorero:
Pedro Kovaè
Vocal
Primero: Vlado Pravidur.
Vocal
Segundo: Ivan Peniæ.
El
torneo más importante de ese año se llevó a cabo el 12 de octubre y fue
denominado “Súper Simultáneas 1961”. En dicha ocasión participaron Alejandro
Rendelli, Ivan Peniæ, Silvio Devèiæ, Joso Bešliæ, Vlado Pravidur, Pedro Kovaè y
Nikola Filar; siendo fiscales Mario Živiæ y Jorge Miguel.
Los
siguientes años (1962 -1965)continuaron enfrentando a los equipos del
Club Catalán, el Club Comunicaciones de Córdoba, la Biblioteca “Amigos de la
cultura” e, incluso, un equipo de las Industrias Káiser Argentina. En estos
años se agregaron otros jugadores como Jerko Bago, Jerónimo Trešiæ-
Pavièiæ, José Gigli y los por entonces menores, hermanos Castiglione.
Lamentablemente,
desinteligencias internas dieron paso a la disolución del Club de Ajedrez
Croatia y el 2 de mayo de 1967 el Consejo Directivo de la Unión Cordobesa de
Ajedrez, resolvió que por incumplimiento del articulo11 del estatuto (no
concurrencia de delegados a las sesiones de consejo directivo) se desafiliaban
ocho entidades entre las que se encontraba la croata.
No
obstante el club siguió existiendo y el 16 de agosto de 1969 en la sede del
Hogar Croata, ya instalado en el Cerro de las Rosas, se organizó un torneo
femenino de ajedrez en el que participaron figuras del momento como las Sra.
Ernestina Bazán, Amelia Navas, Cándida Ariola y por supuesto Bárbara y Nada
Ilèiæ. Este torneo fue ganado por La Sra. Marta Elena Pacheco que perdió sólo
un partido de diez disputados.
Si bien
el Hogar Croata perdió un equipo que, en forma oficial, representaba a los
croatas y su destreza en el juego ciencia, la práctica del mismo no cesó hasta
bien entrados los años noventa; ya que durante los 365 días del
año decenas de croatas se reunían para jugarlo, discutirlo y
disfrutarlo.
7 - Hrvatski Tamburaški Zbor
“Vatroslav Lisinski”. (Conjunto
Orquestal Croata “Vatroslav Lisinski”).
En el año 1950,dirigido
por el director de coro profesor Leonardo Nola[161], se formó el Coro Polifónico de voces mixtas[162], dentro de la Colectividad de Córdoba. Este coro tuvo su
debut en el festival Polaco-Croata-Húngaro, celebrado en el salón de la
Colectividad Polaca en el Barrio Pueyrredón, representando un programa
polifónico (4 voces mixtas). Entre las obras ejecutadas, figuraba el famoso “U
boj, u Boj” de Ivan Zajc, siendo ésta parte de la ópera croata “Nikola Šubiæ
Zrinski” basada en la historia real de un noble que cayó luchando heroicamente
contra los turcos.
En la
original “U boj, u boj” está compuesta para 4 voces iguales (masculinas), pero
dado que había pocas en la colectividad. El profesor Nola y los integrantes del
coro tuvieron que modificar, arreglar y armonizar dicha composición para 4
voces mixtas, siendo la primera vez que esta obra fue ejecutada de esa manera.
Del éxito de este coro pueden testimoniar los polacos, húngaros y croatas
presentes en el festival.
Posteriormente
este Coro Polifónico Croata, a pedido de Radio Nacional Córdoba y por
indicaciones de la colectividad polaca, preparó un ciclo de villancicos
polifónicos titulados “Tras la cortina de hierro”.
La
intención de Radio Nacional era grabar esos villancicos y difundirlos durante
la época navideña. El Coro había preparado 5 villancicos bien pulidos
musicalmente y todo estaba listo para su grabación pero lamentablemente, el
Coro no logro formar “quórum” para poder cantar y se desistió de la grabación.
En la misma década se formó el
Conjunto Orquestal Croata (Hrvatski Tamburaški Zbor) “Vatroslav Lisinski”
(Nombre de un sobresaliente compositor croata del siglo XIX).
Este conjunto orquestal se
componía de varios instrumentos típicos, llamados “tambura” o “tamburica”;
instrumentos que provenían junto con el mismo pueblo croata desde Persia
(Irán).
Para una mejor comprensión de lo
que es una orquesta de instrumentos típicos croatas describiré su composición
en un lenguaje técnico pero tratando de hacerlo más accesible.
La “Tambura” pertenece a la
familia de los instrumentos de cuerdas (como el violín, la guitarra, la
mandolina, la balalaika o el laúd). El sonido se produce por medio de
pulsaciones sobre sus cuerdas, con la “Trzalica” (púa) siendo la especialidad
de ejecutar con la misma “trzanje” todo lo que pertenece a la estética de la
ejecución. Los instrumentos melódicos son Bisernica, Kontrašica, Braæ I, II,
III, Ċelovi y Èelo (la diferencia que salta a la vista entre estos
instrumentos es su tamaño; ya que una Bisernica tiene el tamaño
de nuestro charango y un Braæ puede llegar a ser más grande que una guitarra
criolla), mientras que los de acompañamiento (Begleitung) son: Berda
(Bajo), Bugarija I, II, III.
En Croacia existen dos sistemas:
el “Srijemski Sistem” (Cromático) y el “Farkaš Sistem” facilitando la ejecución
rápida en instrumentos de “Bisernica, Kontrašica, Braċ I, especialmente en
las composiciones , escritas en “G-dur” (Sol-Mayor). Tanto el “Srijemski
Sistem” como el “Farkaš Sistem” ejecutan las composiciones escritas en una
tonalidad (de tónica) y afinados en una tonalidad (G-D) pudiéndose ejecutar en
cualquier tonalidad del sistema dodecafónico, pero siempre siguiendo la
tonalidad elegida.
Últimamente, para aplicar el
efecto armónico, se escriben las composiciones en varias tonalidades. Los
promotores de este efecto son los doctores Andriæ y Jankoviæ, quienes con su
sistema más moderno y actual, al que podríamos denominar “Sinfónico”, escriben
y componen en varias tonalidades:
a) En tonalidad tónica (Como los sistemas “Srijemski” y
Farkaš”)
b) Tonalidad Subdominante.
c) Tonalidad Dominante.
La orquesta, Hrvatski Tamburaški
Zbor, ejecutaba todas las composiciones con las tres tonalidades ya
mencionadas, con la debida afinación de sus instrumentos para el caso.
El aprendizaje[163] de dichas tonalidades se llevaba a cabo bajo una parra
en el domicilio de Miguel Šprljan, en Tucumán 270, donde un racimo de croatas
se reunían generalmente los sábados para aprender solfeo y poco a poco ir
asimilando los conocimientos que impartía el Prof. Nola. En un comienzo eran
alrededor de 25 los croatas que querían aprender a tocar támburas; y es en este
punto donde me quiero detener un instante para describir a quienes integraban
este grupo. El “Zbor” (Conjunto), no estaba constituido por un conjunto de
músicos homogéneo, sino todo lo contrario, ya que en él se encontraban personas
con escaso conocimiento de la música en general, habiendo muy pocos aventajados
que conocieran solfeo desde un comienzo. Un tema aparte eran las edades, que
iban desde 10 ó 12 años, como Jadranka Èaviæ y Carlos Èuljak hasta
personas de más de 40 como Ljubica Filipèiæ. Es rescatable el hecho de que en
el grupo había jóvenes en edad escolar, como también amas de casa y, lo más
destacable, gente que trabajaba en la construcción y hasta un camionero como
Ante Bago, quienes a pesar del esfuerzo físico que requerían sus trabajos, no
faltaban nunca y con empeño y esfuerzo lograron absorber este
conocimiento y poder llevarlo a la práctica.
Este grupo no se amilanó y
prosiguió ensayando todos los sábados, ya sea en la calle Tucumán cuando hacía
buen tiempo, como en el bar “Adria” de Pero Kovaè cuando llegaba el invierno.
También cabe destacar que estos
primeros ensayos, que duraron alrededor de ocho meses se realizaban sin
instrumentos y solo se practicaba la teoría.
La principal necesidad para
comenzar una orquesta era, obviamente, los instrumentos. Por esto, mientras se
comenzaba a reunir el dinero en “El Hogar Croata”, que por entonces tenía como
dirección el comercio de Miguel Sprljan en Tucumán 270, comenzó una constante
ida y vuelta de cartas en idioma croata, entre el “Hogar Croata” por medio de
Miše Šprljan y el Sr. Jorge Kiss para la fabricación de los instrumentos. Estas
cartas figuran en los documentos del “Hogar Croata” siendo la primera la que se
envía el 10 de diciembre de 1956 a la localidad de Lomas de Zamora, (provincia
de Buenos Aires) y cuyo destinatario es el ya mencionado Jorge Kiss, un croata
que era el dueño de una fabrica de contrabajos y de instrumentos de
cuerda en general. En esta carta se explica que el Sr. Zorièiæ, lo recomienda y
que estarían interesados en encargar y comprar una orquesta completa de
támburas con el sistema “Farkaš”. Se solicitan precios y formas de pago. Además
de algunas partituras de “Hrvatsko Kolo” para los que recién se iniciarían.
El 18 de diciembre el Sr. Kiss
contesta la carta diciendo que lo más recomendable es armar una orquesta de
diez instrumentos a los cuales se les pueden ir agregando otros, hasta
completar una orquesta de dieciseis instrumentos que sería lo ideal. Asimismo
envía los precios de los instrumentos:
·
Dos Bisernicas : $800.
·
Kostrašica: $400.
·
Braæ, I, II y III: $1600.
·
Bugaria I y II y III: $1200.
·
Berda: $3000.
·
Total final: $7000.
También se habla de la forma de
pago y el pedido de un adelanto del 40 %, dejando en claro que “Instrumenti
su garantirani” ( Los instrumentos están garantizados).
La comisión del Hogar Croata
contesta el 21 de diciembre aceptando el precio sin discusión y planteando cómo
enviar el adelanto, y el resto del dinero (ya sea en cuotas o todo junto,
siendo el primer problema el que aquejaba históricamente a la Argentina que es
la inflación) y recibir los instrumentos terminados.
Sin
embargo la Comisión Directiva probó una alternativa. El 8 de enero de 1957
Miguel Sprljan escribe a la ciudad de Sisak en Croacia, donde existía una
fabrica de támbura “S. Gilg”, presentándose como un inmigrante que se
encontraba en la lejana América y que extrañaba el poder tocar una
támbura, costumbre que llevaba muy arraigada. Comentaba que él había aprendido
a tocar la támbura con el profesor Ivan Ocvirk y que él le había hablado acerca
de esta fábrica de támburas en Sisak y solicitaba por lo tanto, precio, forma
de traslado, elementos y partituras que gustosamente compraría a dicha fábrica.
La
contestación llegó el 23 del mismo mes sin buenos resultados. En primer lugar
el profesor Ocvirk había fallecido hacía un par de años y por otro lado
por una resolución del gobierno de Yugoslavia, vaya uno a saber por qué razón,
no podían exportar instrumentos de música.
Ante
esto, se vuelve a insistir con Kiss al cual se le confirma la compra de los
instrumentos, girándole el adelanto de $2100 mediante un cheque del por
entonces Banco Industrial, el 7 de febrero de 1957.
Se supone que para conseguir el
dinero se recurrió a las cenas de camaradería, de la que siempre se obtenía
algún dinero, como así también de los remates de tortas. Pero también se
necesitó del aporte decidido de los croatas, del cual sólo se encuentra un
registro, en el que consta que 24 croatas desembolsaron lo que cada uno podía
aportar para la compra de los instrumentos. Las sumas pagadas iban de los $50 a
los $600, llegándose a reunir $4700 entre todos. Entre estas personas se
encontraban miembros de las familias Bago, Bešliæ, Èaviæ , Kovaè y otros como
Ante Adžiæ, Tadija Èule, Jakov Dunat, Josip Filipèiæ, Toma Klariæ, Nikola
Mamiæ, Ante Mikuliæ, Nikola Mišetiæ, Petar Paradžik, Miše Šprljan, Víctor Štark
y Fray Ivo Hrstiæ.
Lo que
se suponía que sería un trabajo de tres meses, de febrero a abril, se extendió
hasta el 1 de agosto, cuando Kiss confirma al “Hogar Croata” que ya ha
finalizado su trabajo y las támburas están listas.
Al
llegar los instrumentos a Córdoba, el profesor Leonardo Nola comienza a ensayar
con los instrumentos y a darle forma a la orquesta.
El día del debut es el 27 de
septiembre de 1958 con la excusa de un “Festival de la Primavera” en el cual se
apreciará la música croata, como así también de una cena típica.
En la
ocasión se ejecutó el siguiente programa:
Para esta velada se agregaron
varios instrumentos, ya que a los mencionados y adquiridos anteriormente se
sumaron una bisernica III, un èeloviæ y un èelo. El programa fue interpretado
por los integrantes del “Tamburaški Zbor Vatroslav Lisinski”: Vera Kovaè,
Marija Èaviæ, Jadranka Èaviæ, Ljubica Filipèiæ, Ankica Adžiæ, Djurdja Šiauš,
Carlos Èuljak, Križan Bešliæ, Vlado Kovaè, Ante Bago, Joso Bešliæ e Ivan
Èuljak.
Las actuaciones se sucedieron en
distintas sedes sociales tanto croatas como de otras colectividades como la
alemana, suiza y la polaca.
8 - Hrvatsko Prosvjietno
Društvo “August Košutiæ”. (Sociedad de
instrucción Croata“August Košutiæ”).
Esta sociedad tuvo una escasa participación. Tenía su sede en el
barrio Los Boulevares. Su fin era cultural y llevaba su nombre por el Ingeniero
August Košutiæ, político perteneciente al Partido Campesino Croata. Él tuvo que
emigrar en 1929 por las persecuciones del rey serbio Alejandro luego de la
muerte del líder del partido, Stjepan Radiæ.
9 - Caritas Croata
Agrupación constituida principalmente por las mujeres de la
colectividad. Surgió a mediados de los ’70 y tenía como principal objetivo la
asistencia a los integrantes más desprotegidos de la comunidad. Realizaban
colectas para viudas y visitaban enfermos y ancianos. En los ’90 recolectó
fondos y ropa para enviar a Croacia, cuando ésta se encontraba en plena guerra.
10 - Unión de Colectividades de
Inmigrantes de Córdoba. (U.C.I.C).
Desde sus comienzos, el
Hogar Croata de Córdoba estableció y mantuvo una cordial relación con las demás
comunidades extranjeras en la ciudad. Esta relación varió en intensidad según
los años y las generaciones, pero nunca se quebró.
Una de las primeras
colectividades con la cual se tuvo una buena relación fue la Suiza (o
Helvética). En los años ’50 los suizos tenían su sede en la calle
Tucumán que fue cedida a los croatas en varias oportunidades cuando éstos aún
no poseían la propia. En ésta ensayó el Tamburaški Zbor entre otros eventos.
En los ’50 se establecieron
también relaciones con otras colectividades, como la española e
italiana. Por una cuestión de similitud de costumbres e historia se estrecharon
los lazos con los “primos” eslavos. Ucranianos y polacos han sido verdaderos
amigos de los croatas, durante 40 años y hasta la actualidad.
Esta amistad se fortaleció
principalmente por la unión de estas tres colectividades.
Quizás una de las primeras
asociaciones inter-colectividades fue la conformada en julio de 1961 bajo el
nombre de “Movimiento Europeo de Juventudes”, unión compuesta tanto por
emigrantes que desde muy pequeños había dejado sus países como por sus descendientes
de los mismos. En un recorte de diario, que me facilitara Julio Huñka de
la colectividad ucraniana, se menciona “la solidaridad entre los jóvenes de las
naciones oprimidas de Europa y de divulgación cultural por medio de audiciones,
conferencias y exposiciones”. En él figuran como fundadores tres
colectividades: Croacia, Polonia y Ucrania. Los representantes y fundadores del
movimiento eran Marinko Halupa por Croacia, la Dra. Cristina Banas por Polonia
y Leonidas Belocwan por Ucrania. Además, se hacía una invitación a sumarse a
las juventudes húngaras, lituanas, eslovenas, búlgaras, eslovacas, etc. El
artículo fue publicado con motivo de la actuación del “Movimiento Europeo de
Juventudes”, en el salón de la Asociación Polaca de Barrio Pueyrredón. Se dijo “Todo
pueblo que canta y baila, aún bajo la opresión, guarda su espíritu listo como
una espada para la hora suprema de la liberación. El primer acto público tendrá
como base las expresiones coreográficas de las tres naciones, por ahora,
integrantes del movimiento juvenil de los países oprimidos por el totalitarismo
soviético”[164].
Por secretaría, hay constancia de invitaciones para participar
en diferentes fiestas. Una es la invitación de la Asociación Ucraniana Sokil
para formar parte de los festejos a realizarse el 22 de abril de 1962 en la
sede de la colectividad[165].
El Hogar la retribuye e invita a la Asociación Polaca y a la
Asociación Ucraniana Sokil para participar de un baile de primavera en la sede
del Hogar Croata el 2 de octubre de 1965[166].
Por último, se desarrolla un “Festival Folklórico Internacional “el 4 de
noviembre de 1972, en el predio de la Asociación Ucraniana Sokil y se invita a
la colectividad[167].
Otras
amistades fueron los húngaros y los alemanes. Con ellos se compartieron
interminables tardes de bochas y cervezas. Durante años el “Club
Húngaro”, a metros de la seccional 14 y en pleno barrio Cerro de las Rosas, fue
un centro de reunión tanto de croatas como de húngaros. Además debemos agregar,
que durante años la cocina de este lugar fue dirigida y administrada por
Marija Miletiæ, activa integrante del Hogar Croata y experta cocinera.
La
juventud de los ’70 entabló buenas relaciones con árabes, alemanes, polacos,
ucranianos y especialmente con los griegos.
En
los ’90 el “Kolo Velebit” continúa con la amistad. Los conjuntos de bailes
croatas, alemanes, polacos y ucranianos, viajan por toda la provincia,
invitados por lo variado y vistoso de sus bailes.
Como
ya vimos[168] en 1995 se
comienza a dar forma a una institución que une a todas las colectividades
extranjeras en Córdoba.
El
10 de junio de 1997, en la sede social de la Sociedad Árabe Musulmana de
Córdoba, se funda la Unión de Colectividades de Inmigrantes de Córdoba
(U.C.I.C)., cuya acta constitutiva la rubrican 17 entidades como miembros
fundadores.
Entre
las colectividades fundadoras, obviamente no podía faltar el Hogar Croata con
sus 50 años de trayectoria. Además de la colectividad croata se
suscribieron como socios fundadores:
Posteriormente se han incorporado las
siguientes colectividades:
Cómo se puede apreciar,
esta institución une a 24 entidades. Si los dividimos por continentes, nos
encontramos con siete colectividades europeas (Austria- Alemania, Croacia,
Grecia, Suiza, Italia (2 instituciones), España (2 instituciones),
Polonia y Ucrania); siete americanas (Bolivia (2 instituciones), Brasil, Chile,
Haití, México, Paraguay Perú) y cinco asiáticas ( Árabe Musulmana, Armenia (2
instituciones), Corea, Japón y Siria- Líbano.
Para
finalizar este capítulo, enumeraré las actividades realizadas por esta
institución con la obvia participación del Hogar Croata.
Actividades
de U.C.I.C. (1997-2001):
1997
ü
6 de julio. Participación
en el desfile del Día de Córdoba.
ü
4 de Septiembre:
organización y desarrollo de la Semana del Inmigrante, con el auspicio de la
Municipalidad de Córdoba, con este programa:
1. Tedeum en la Catedral de Córdoba.
2. Acto protocolar en la Plaza San Martín, con la
presencia de todos los inmigrantes y autoridades Nacionales, Provinciales,
Municipales y Eclesiásticas.
3. Muestra de artesanías, videos y conferencias
en el predio del Obispo Mercadillo.
4. Festival de Danzas en la explanada del Cabildo
Histórico.
ü
Inauguración del monumento
por el “Centenario del 1º Contingente de Inmigrantes Ucranianos llegados a
la Argentina”, llevado a cabo en el Parque de las Naciones.
ü
Cierre del año con
Pic-Nic con todas las colectividades.
1998
ü
6 de Julio: participación
en el desfile del Día de Córdoba.
ü
Elección de autoridades de
la U.C.I.C., en el marco de la primera asamblea de la entidad, seguida del
debate y aprobación de los futuros estatutos que se presentarán en la
Inspección de Sociedades Jurídicas.
ü
Participación de la Feria
de las Naciones, con el auspicio de COAS, desarrollado en el Predio Ferial
Córdoba.
ü
Ayuda solidaria a la
República de Chile, por medio de su colectividad en Córdoba, por las
consecuencias del terremoto.
ü
4 de septiembre:
Organización de festival en la Plaza San Martín con motivo del Día del
Inmigrante.
ü
Participación de las
1º Olimpíadas Deportivas y Recreativas de las Colectividades, organizadas
por la Secretaría de Deportes de la Municipalidad de Córdoba.
ü
Despedida del año
con una cena en la Sociedad Helvecia de Córdoba
1999
ü
6 de Julio: participación
en el desfile del Día de Córdoba.
ü
Participación y
co-organización de la Feria de las Naciones en el Predio Ferial Córdoba.
ü
14 de agosto. Firma del
acuerdo de Colaboración y Asistencia Técnica con el Instituto Nacional contra
la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo.(I.N.A.D.I).
Sobre este evento me
explayaré, porque resultó un gran paso para la institución; ya que fue
reconocida por un organismo del Estado Argentino.
El Convenio de Cooperación
y Asistencia Técnica fue firmado por el I.N.A.D.I., (representado por el
Delegado en la Provincia de Córdoba señor Alfonso Piro) y la Unión de
Colectividades de Inmigrantes de Córdoba. El Convenio de Cooperación y
Asistencia Técnica se realizó conforme a las siguientes cláusulas:
a). Objeto: El presente
convenio tiene por objeto la prestación mutua de cooperación, asesoría y
asistencia técnica en los temas relativos a las competencias legalmente
establecidas para ambas partes, respecto de la defensa y protección de los
derechos y garantías fundamentales reconocidos en la Constitución Nacional y
Provincial, y especialmente en las leyes Nacionales Nº 23.492, 24.515 y 24.782.
b). Finalidad: El presente
convenio se celebra con la finalidad de velar y promover el cumplimiento de las
normas legales vigentes que tienen por objeto combatir los actos u omisiones
discriminatorios determinados por motivos de raza, religión, nacionalidad,
ideología, opinión pública o gremial, sexo, posición económica, condición
social o caracteres físicos, como así también la xenofobia, impulsando y
llevando a cabo acciones a tal fin.
c). Entre los compromisos
contraídos por las instituciones se encuentra la de receptar denuncias sobre
actos discriminatorios, facilitar documentación técnica y bibliográfica,
intercambiar información, etc.
El convenio fue firmado el
14 de septiembre de 1999 en la sede de la Sociedad Árabe- Musulmana y contó con
la rubrica del Hogar Croata.
ü
Organización de la Semana
del Inmigrante, llevándose a cabo solo los actos protocolares y suspendiendo
las danzas por motivo de la tragedia de LAPA.
ü
Co-organización con el
Centro Cultural de Bº General Paz del “Encuentro de Culturas”,
desarrollado del 9 al 12 de octubre.
ü
Co-organización con la
Posada del Quenty del cierre del Milenio con gastronomía, danzas y arte.
2000
ü
Participación en los actos
protocolares y conmemoración del 25 de Mayo; desarrollando un festival de
Danzas en la explanada del Cabildo Histórico.
ü
Conmemoración del
aniversario de la U.C.I.C. y elección de nuevas autoridades.
ü
Co-organización de la Feria
de las Colectividades, llevada a cabo en el Predio Feriar Córdoba, junto a
Feriar S.A., C.O.A.H.P.(Cooperadora de ayuda a hospitales públicos) y la Cámara
de Comercio de Córdoba.
ü
9 de Julio. Participación
en el Desfile Cívico Militar, organizado con el Protocolo de la Provincia de
Córdoba.
ü
Septiembre. Organización
del festival de las Naciones en la Semana del Inmigrante, desarrollado en el
anfiteatro de Radio Nacional.
ü
Co- organización de la
2º Olimpíadas de las Colectividades, donde participaron más de 2000
atletas.
2001
ü
9 de Julio. Festival en la
explanada del Cabildo Histórico.
ü
Ciclo de conferencias en el predio del “Cabildo
Histórico de la Ciudad de Córdoba”, denominado “Miércoles Culturales:
Costumbres y Tradiciones del Mundo”. Estas charlas fueron organizadas por la
U.C.I.C. y se desarrollaron con dos
colectividades por vez y durante dos meses[169].
“Aguas de la Cañada
que nunca serán del mar
fue en tus orillas
donde yo aprendí a soñar.
Aguas de la Cañada
Donde mojamos los pies,
Donde nos dejamos
Olvidada la niñez”.
Francisco Heredia
Zrno do zrno pogaèa. Kamen do kamen palaèa.
Grano a grano,
una masa. Piedra a piedra, un palacio.
(Proverbio croata)
Cuando
se habla de una colectividad o de una comunidad extranjera, nos estamos
refiriendo a hombres y mujeres que se congregan en una sede, una institución o
simplemente se reúnen esforzándose por lograr dos objetivos principales:
conservar y transmitir un legado .
Para
conservarlo se crean distintas instituciones y asociaciones. Allí los mayores
recrearán la sociedad añorada que lamentablemente se perdió al emigrar.
En estas
instituciones, los mayores trasmitirán el legado de tradiciones centenarias a
sus descendientes.
Pero,
algún día, el paso del tiempo será implacable, y los trasmisores del acervo
popular que incluye historias de tierras lejanas, los motivos de un viaje
trasatlántico, las causas de una lucha, etc irán desapareciendo.
Quizás
llegue el día en que sus descendientes se pregunten si la existencia de este
grupo de personas fue real, si en verdad estuvieron allí hace muchos
años.
Si
llegara ese día, los croatas pueden estar tranquilos, ellos han dejado en
Córdoba altares que rescatan su memoria, que parecen decir: “aquí estuvimos”.
Sólo hay que buscar bien.
Este
preámbulo es para comenzar a contar el trabajo de obreros y constructores
croatas en grandes obras de la ciudad de Córdoba.
El
principal trabajo de cuadrillas de obreros croatas se desarrolló en dos
construcciones que son “íconos” de Córdoba. Me estoy refiriendo al “Arco de
Córdoba” y a la “Cañada”.
La importancia
de estas edificaciones y su pronta identificación con la ciudad es notable. El
diario “La Voz del Interior” lo resume así: “En Córdoba, mientras tanto, dos
de las construcciones que más han retratado la ciudad apenas si tienen medio
siglo y han sido construidas con la misma piedra, una es la obra de la
sistematización de la Cañada; la otra, el arco de acceso”[170].
En este capítulo me referiré
principalmente a estas dos obras, sin dejar de mencionar otras más
pequeñas; todas tienen la cualidad de ser testigos de la presencia
croata en Córdoba. Comenzando por el “Arco de Córdoba”.
La
construcción comenzó al año siguiente que fuera aprobada la ordenanza
por el gobierno municipal de Donato Latella en 1941.
El
Ingeniero Fernando Cabanillas (otras fuentes mencionan a Mario Souberan como el
mentor) ideó el proyecto de dar forma a esta entrada a la ciudad, inspirado en
los torreones españoles. Para esta obra fue necesario el imprescindible
aporte de los picapedreros que cortaban y daban forma a los bloques de piedra
necesarios para la construcción del arco. El trabajo fue intenso y lo fue más
aún a medida que se acercaba el 6 de julio de 1943, fecha en la cual se debía
inaugurar.
Y se
inauguró en la fecha programada. El resultado: dos torreones de 6 metros de
diámetro, de 18.60 metros de altura, cuatro pisos y una unión o puente.
Por este
arco transitaron durante décadas todos los visitantes que arribaban a la ciudad
desde el sur de la misma. Éstos pasaban por debajo de él y eran recibidos por
un mensaje de la Dirección de Turismo y Transporte: “Bienvenidos a Córdoba”.
Otros
trabajos realizados en el lugar fueron la plaza que se erigió enrededor del
arco y se la llama “República”, se tallaron en el lugar los escudos de las por
entonces catorce provincias argentinas, en un gesto de amistad y
confraternidad.
Para el Mundial
de Fútbol, Argentina ’78, se remodeló el lugar trazando una rotonda y
eliminando el acceso por debajo del arco. Desde entonces hasta la actualidad
los automovilistas deben bordearlo.
El Arco de
Córdoba, orgullo del barrio Empalme, fue portada de innumerables postales,
marco de fotos de recién casados, destacamento de la policía camionera, cobijo
de cirujas y palomas e, incluso, conserva huellas de los disparos efectuados en
la revolución del 16 de septiembre de 1955.
Bien, en este “icono” de Córdoba
fue fundamental el trabajo de los picapedreros croatas.
Se utilizaron 7.200 bloques de
piedra. El trabajo era reducir grandes piedras a bloques que uno al lado de
otro daban forma al arco. El oficio de trabajar la pierda era desconocido para
los argentinos, por lo que se requería en general inmigrantes italianos ó
croatas.
Estos últimos formaron una
cuadrillas de obreros especializados en lo que mejor sabían hacer: trabajar la
piedra. Oficio artesanal traído por ellos, gracias a una larga tradición. Eran,
en su gran mayoría, dálmatas, istrianos y de Herzegovina por lo que estaban
acostumbrados a trabajar la piedra, por ser el elemento más común en esas
regiones para edificar. Habían llegado luego de la Primera Guerra y formaban
parte de la inmigración económica, trayendo desde Croacia un milenario arte que
aún hoy se ve reflejado en ciudades del Litoral que forman parte del patrimonio
cultural croata, como las edificaciones e iglesias de piedra construidas en las
ciudades de Zadar, Šibenik, Trogir, Split y Dubrovnik[171].
Estos obreros más que
albañiles o picapedreros, eran artistas. Rudos escultores, lograban dar
la forma y el tamaño requerido a los grandes bloques de piedras, como
también a pequeñas obras pétreas con notable ductilidad y refinamiento,
creando bellos trabajos tallados en piedra.
La
cuadrilla que trabajó en el arco osciló entre 20 y 30 croatas, pero al no
encontrarse registros de ellos se han perdido los nombres de la mayoría. Se destacó
como capataz Toma Barac[172], el responsable de la cuadrilla. De los demás obreros
rescaté los nombres de Mateo Lušièiæ, Francisco Lušièiæ, Mateo Lušièiæ (hijo),
Roko Radetiæ, José Zlopaša y Juan Gasparoviæ[173]. Este último sobresalió también en los trabajos de los
escudos de las provincias argentinas que se encuentran al pie del arco.
Ahora pasaré a los porqué de la
construcción de la Cañada y los trabajos realizados allí.
Si hubo un detalle que no tomó
en cuenta Don Jerónimo Luis de Cabrera cuando fundó la ciudad de Córdoba, fue
ese pequeño riacho que hoy llamamos “La Cañada”. Este río, en el
cual confió Don Cabrera para proveer de agua a la ciudad, era por momentos un
arroyo que cruzaba la ciudad con pachorra provinciana, dando espacio y lugar
para lavar la ropa, juntar agua o simplemente disfrutarlo en una tarde de sol.
Seguramente debe ser que por haber fundado a la ciudad en invierno, no se
tomaron en cuenta las tormentas de verano que hacen caer a cántaros el agua del
cielo en pocos minutos, convirtiendo el “arroyito” en un torrente arrasador.
Ya en el
siglo XVII, el Cabildo de la ciudad buscó mil formas de contener las aguas
siempre amenazantes de río. En 1671, luego de una inundación, el gobierno logró
recaudar los fondos para construir un murallón de calicanto, conformando así el
primer intento de encausar el río y dar forma a la Cañada[174].
Con el
paso de los siglos, la Cañada con el murallón del calicanto comenzó a
tomar el aire místico que aún hoy conserva. Casas construidas al borde, con sus
balcones irregulares que sobresalían a la construcción misma y que parecían
caerse al río, viejos puentes ( que a más de un croata de Herzegovina le habrá
recordado al famoso puente de Mostar), abundante vegetación. El hecho que la
Cañada fuera una frontera natural de la ciudad y que personajes
marginales la habitaran dieron paso a leyendas de duendes, fantasmas y
aparecidos. Todo este marco dio pie a poetas y pintores que ayudaron a
convertir a la Cañada en un patrimonio de la ciudad e icono del
pensamiento colectivo cordobés.
Alguien
se preguntará, ¿qué tienen que ver los croatas con la Cañada?.
Tienen que ver, no tanto con el pasado de río impetuoso y desbordante que tenía
a mal traer toda la ciudad, sino con este presente de río encausado y manso.
Todo se
precipitó tras la inundación del 15 de enero de 1939, en donde llovió 90
milímetros en 1 hora y media, provocando “un torrente de agua y barro avanzó
sobre la ciudad, rompió primero el puente sobre la calle San Juan y luego los
demás”[175].
La ciudad quedó a oscuras, y al
amanecer del día siguiente sus habitantes se encontraron con un espectáculo
dantesco. “El centro estaba cubierto de lodo que llevó varios días quitar, y
algunas calles quedaron convertirlas en barrancas”.
Ante este desastre el gobierno
provincial encomendó una propuesta de sistematización del río a un grupo de
ingenieros de la Dirección General de Hidráulica. El equipo estaba integrado
por los ingenieros Juan Carlos Juricich (probablemente de origen croata),
Rogelio Álvarez y Eduardo Cammisa Tecco[176].
El 3 de
marzo de 1943, el Gobernador Santiago H. Del Castillo, firmó el decreto y
aprobó el proyecto y el presupuesto de las obras por un total de $1.549.838,07
Moneda Nacional. La ceremonia de inauguración de los trabajos se realizó el 4
de julio de 1944 en la esquina de Colón y Lavalleja (hoy Colón y
Cañada). Contó con la presencia del Presidente de la Nación, General
Edelmiro J. Farrel[177].
El trabajo en cuestión era el
siguiente: “Desde calle Perú hasta su desembocadura en el Suquía, en una
longitud de 2631.97 metros el viejo cauce de la Cañada fue sustituido
por un canal revestido a cielo abierto de 14.80 metros de ancho en la base y 16
metros en la parte superior, que puso fin al fantasma de las inundaciones. El
núcleo central y el macizo de fundación fueron construidos con hormigón armado,
mientras que el parámetro del muro lleva mampostería de piedra caliza labrada a
punta gruesa”[178].
Todo este trabajo se debía
realizar en forma artesanal, por lo que se requirió una serie de implementos
para llevarlo a cabo.
Las herramientas eran muy
simples y tendrían que pasar muchos años para que se inventaran máquinas
que cortaran las piedras y las lajas, como la maza, la punta, el martillo, la
escuadra, la plomada, el escabazador y la puncheta.
Los primeros son elementos
conocidos pero los dos últimos merecen una pequeña explicación.
El escabazador (O descabezador)
es una especie de punta o “cortafierro”, pero tiene la cualidad de una punta
con una ligera curvatura la que logra hacer “saltar” a la piedra que se desea
sacar o cortar.
La puncheta es como un clavo
grueso. Se la utiliza en piedras de gran tamaño, a veces de más de 1000
kilos, para separarla en porciones más pequeñas. Las punchetas se
utilizan generalmente de a tres. Se las va clavando en la piedra una debajo de
la otra. Los golpes del martillo deben ser parejos y con igual fuerza, para que
cada puncheta tenga la misma profundidad. Luego el picapedrero trabajará con
mayor o menor profundidad cada puncheta para lograr quebrar la piedra.
En los
archivos de la Municipalidad de Córdoba, se encuentran los proyectos de la
obra. Allí se define el trabajo que se debía realizar. Así está descripto: “El
paramento visto se ejecutará de mampostería de piedra caliza labrada a punta
gruesa con salientes máximos de 2 centímetros. Sobre el plano medio y con un
talud de 1:5” [179].
En el
mismo proyecto, en la sección “Pliego de condiciones y especificaciones
especiales”, se vuelve a definir el trabajo en un artículo:
“Art. 13: Piedra labrada para
mampostería. La piedra a emplearse en la mampostería será calcárea,
seleccionada y sana y con su cara vista devastada a punta gruesa, y la
dimensión mínima de cada piedra en el sentido normal a la cara vista, no podrá
ser menor de 0.25 metros.
El peso individual de cada
mampuesto no podrá ser inferior a 25 kilos y el labrado será tal que las caras
vistas trabajadas no presentarán depresiones o salientes que pasen de dos
centímetros del plano medio”.
En lo
referido al presupuesto se anota:
Mampostería de piedra
Cantidad: 4974.423
Precio Unitario: $20
Total: $99488.46
Este proyecto esta firmado por
el director jefe: Ing. Víctor Metzadour.
Para conocer a quienes
participaron en la obra no se encuentran fuentes escritas, por lo que debí
recurrir a la memoria de los familiares. En este caso también se calcula que la
cuadrilla de croatas superaba los 20 hombres. Algunos de ellos eran Mateo
Lušièiæ, Francisco Lušièiæ, Mateo Lušièiæ (hijo), José Zlopaša, Francisco
Strižiæ, Juan Gašparoviæ, Roko Radetiæ y Ludovico Radetiæ[180].
La piedra venía en bruto, se
bajaba de los camines volcadores y ellos le daban una forma cuadrada y
jaspeada.
Además de los anteriormente
mencionados eran picapedreros Luka Kriliæ, Toma Klariæ, Mariano Brozinèeviæ,
Petar Gudelj, y Francisco Car. Pero también había quienes se habían dedicado a
la marmolería como Luka Juriæ, Francisco Piškuliæ y Juan Strižiæ o a los
mosaicos como Tomás Krpan y Juan Šubert.
También había quienes se
destacaron como constructores. Ellos eran Simón Ivanèiæ, Antonio Knez, José
Košulandiæ, Mirko Kršulj, Esteban Loliæ, Tomás Luketiæ y Juan Petroviæ.
Actualmente se destacan en este rubro José Lizzul y Albino Crizanac
Otros trabajos realizados por
esta generación en la ciudad es el empedrado de la calzada de avenida
Núñez. Este trabajo tan distintivo es único, ya que en lugar de un
simple cordón de hormigón, hay un trabajo de piedra a lo largo de tres
kilómetros en ambos lados de la calle. Este trabajo lo realizó Cvitan Lonèar.
Otros viejos inmigrantes trabajaron en distintas obras
por toda la provincia. En el dique de Río Tercero Joso Matijak y Clemente
Karliæ, quien se destacó por se uno de los capataces y también por plantar
cientos de pinos en la zona.
Tadija
Bago, fue maestro de otros paisanos en el arte de tallar la piedra. Sus
principales trabajos los realizó en el revestimiento del Colegio La Salle,
sobre todo en la escalera principal, y el Colegio del Carmen. Para estas obras,
recogían las piedras del río que pasaba a pocas cuadras y luego las llevaban
con carros tirados por caballos. Aquí recibió la ayuda de otros paisanos como
Cvitan Lonèar, Milan Bago, Ivan Juriæ y Blaž Kovaè.
Además llevó a cabo las obras en el Diquecito y en Casa Bamba.
También realizó el trabajo de cortado de lajas y piedras para decenas de casas
en el Cerro de las Rosas.
Las
piedras empleadas eran la blanca, la negra y la rosada. Y las lajas con las que
se trabajaban, todas distintas entre sí, provenían de siete provincias
argentinas. Las más usadas eran las de La Rioja, Salta, Mendoza, la negra de
San Luis y por supuesto, la de Córdoba.
Córdoba
fue un lugar privilegiado para el trabajo de estos obreros. Desde principios de
siglo era un centro de materia prima.
Ya lo describía Juan
Bialet-Masse en 1907: “Desde Cruz del Eje hasta Sampacho y Chajan no hay
piedra de construcción que no se encuentre. En estos últimos puntos hay un
verdadero mar de areniscas que pueden rivalizar con las de Fontainebleau y de
Génova, de cemento silicio de todos los colores; en Malagüeño y Saldán
los mármoles y dolomitas constituyen unas hiladas de cerros inagotables como en
Yocsina y Mal Paso, y la enorme masa de la Candelaria, no sé de otra igual sino
en el Ardenche, en Francia” [181].
Con esta
variedad de elementos los picapedreros le dieron un estilo a cientos de casas
por toda Córdoba.
Con la
llegada de la corriente de la segunda posguerra, arriban al país nuevos obreros
de la piedra. En forma individual o en grupos de 3 a 5 llevan su arte y su
oficio por toda la ciudad y la provincia.
Por todo
el interior provincial hay recuerdos de sus trabajos, principalmente en casas
particulares. Estas pequeñas cuadrillas de inmigrantes, que en realidad
era socios entre sí, realizaron obras en San Francisco, Arroyito, Las Varillas,
Mortero, Luque, Calchín, Río Tercero, Agua de Oro, Colonia Marina e incluso en
poblaciones de Santa Fe como Gálvez.
Generalmente
se trabajaba toda la semana en el interior y el sábado y domingo se volvía a
Córdoba. Este descanso de fin de semana muchos aprovechaban para seguir
trabajando en la construcción de sus propias casas. Muchas veces pensaban estar
un mes en una población, pero poco a poco se corría el rumor de la calidad de
su trabajo y siempre surgía algo nuevo que prolongaba la estadía.
El
trabajo más habitual era el que se realizaba en las casas de familia. Generalmente
se ponían pisos, guardas o frentes de laja o se construían estufas revestidas
en piedra y laja.
Los nuevos inmigrantes que se destacaron en estos trabajos
por toda la provincia fueron: Jole, Nikola y Kuzma Èaviæ, Križan, Joso y
Stjepan Bešliæ, Ivo Videc, Ante Adžiæ, Tadija Èule. También hay que sumar a
Grgo Èaviæ e Ivan Thon, contratistas de obras y a Nikola Špehar especialista en
la construcción de techos.
De esta
generación también hubo firmas dedicadas a las lajas como la de los hermanos Jure
y Marko Èaviæ (Cavic Hnos). y la sociedad de Cvitan Lonèar y Šime Èaviæ (Loncar
& Cavic).
Actualmente
hay dos empresas pertenecientes a croatas que continúan en el trabajo de la
construcción: La de Esteban Bago (hijo de Tadija Bago) “Piedras Colón” que se
dedica al trabajo de las piedras con maquinaria de última generación, y la
empresa constructora “TEKNO” del actual Presidente del Hogar Croata, Nikola
Nakiæ.
Generalmente
se diferencia al picapedrero de obra, similar al albañil, del que
realiza obras en piedra, con un trabajo más artístico.
En la
ciudad, además de los escudos del Arco de Córdoba, hay otros trabajos que
denotan este arte.
En la
plaza San Roque, sobre la calle San Jerónimo, se encuentran dos obras
realizadas por Križan Bešliæ.
La primera
se encuentra incrustada en la pared junto a otros trabajos en mosaicos que
representan a distintas colectividades. A diferencia de los otros trabajos,
éste es sobre una piedra blanca en cuyo interior se ve esculpido el escudo
croata con una guarda de pleter o “trenza croata” y la inscripción “CROACIA:
FORTISIMUS SCUDUM ANTEMURALE CHRISTIANITATIS. PAPA LEÓN X (1519) K. BEŠLIÆ”.
La traducción de esta frase es “Croacia: fortísimo escudo y baluarte de la
cristiandad”, y se refiere a la lucha por frenar las invasiones otomanas.
La
segunda se halla al pie del mástil, en el centro de la plaza. Allí se ve una
piedra. A su derecha se encuentra esculpido el escudo de la Nación Argentina y
a la izquierda el escudo de la Provincia de Córdoba. Junto a ellos una leyenda:
“ TODO ARGENTINO DEBE TENER CONCIENCIA DE SU OBLIGACIÓN PATRIÓTICA. Un Croata.
Križan Bešliæ”
También
se ejecutaron trabajos en la Casa de Gobierno. Allí se encuentra emplazada una
muralla de piedra en la cual se engramparon el escudo de la provincia y la
indicación “Gobierno de Córdoba” con letras de hierro. Además, en el predio que
tiene el Jockey Club en la inmediaciones de la Ciudad Universitaria se
colocaron 1500 metros cuadrados de piso de laja.
Asimismo
merecen una mensión la obra realizada en el autódromo “Oscar Cabalén”. Allí se
erige un gran murallón de piedra de 6 metros de alto por 6 metros de ancho y
uno de profundidad. El mismo tiene engrampadas palabras alusivas al extinto corredor
que da su nombre al circuito. Estos trabajos los realizaron Ivo Videc, Ante
Adžiæ, Stjepan Bešliæ, Jole y Nikola Èaviæ.
Esta
tarea artesanal ha perdido terreno ante las máquinas que cortan las lajas bajo
los dictámenes de la producción en serie. También hubo un cambio de estilo y
moda contrario a esta actividad. Por otro lado, no hay que olvidar que éste es
un trabajo bien remunerado, lo que atenta contra la reducción de costos en la
industria de la construcción.Actualmente casi han desaparecido los trabajadores
de la piedra.
Gracias
a este oficio muchos inmigrantes croatas lograron construir su futuro en la
nueva tierra. Obreros conscientes y calificados siempre tuvieron trabajo,
construyeron sus propias casas en los momentos de descanso (todos los
picapedreros tuvieron su casa propia) y les dejaron a sus descendientes una
posición económica estable, que les permitió estudiar y convertirse en
profesionales.
Para
finalizar diré que estos mismos obreros fueron los más activos participantes de
la colectividad, desairando el cansancio para construir las instituciones
croatas y enfrentando los avatares económicos para donar y contribuir en las
actividades de la colectividad.
“I kada neprijatelj tvoga naroda budu mislili,
da veè mogu slaviti pir na zgrarištima tvojih domova onda èe saèica
preživljelih tvojih sinova pomoèu Božjom, slaviti pobjedu nad osloboðenom
Hrvatskom domovinom”.
“Y cuando los enemigos de tu pueblo piensen que ya pueden
festejar el banquete sobre las ruinas humeantes de tu casa, entonces el
pequeño puñado de croatas sobrevivientes, tus hijos, con la ayuda
de Dios festejarán la victoria en la liberada patria croata”.
De la novela “Kraljièino vrelo” (La fuente de la Reina).
Profesor Ilija Juriæ. Buenos Aires 1952.
Como ya
comenté en el capítulo “Las causas de la emigración política”, entre los
croatas que emigraron después de la Segunda Guerra se encontraban muchos
profesionales e intelectuales de gran nivel. Estos habían llegado a la
Argentina porque el gobierno de nuestro país buscaba por Europa a los
científicos, investigadores y eruditos que desplazados por la guerra tenían
muchos conocimientos para aportar a la tierra que los acogiera.
Sin embargo al llegar las cosas
no fueron fáciles para ellos. El nuevo idioma y la falta de contactos eran una
barrera que costó unos años superar. Esto no los amilanó , en los
primeros tiempos fueron tan sólo emigrantes como tantos otros y recurrieron a
cualquier tipo de trabajo para poder subsistir en sus primeros años en
la Argentina. Fueron albañiles, empleados de maestranza u operarios en
fábricas hasta que su capacidad fue encontrando su espacio y así, poco a poco,
se fueron introduciendo a la vida cultural argentina, y obteniendo puestos
acordes a su preparación.
En este
capítulo nombraré, en breves reseñas biográficas, las vidas y las
actividades desarrolladas por estos hombres y mujeres llegados finalizada ya la
Segunda Guerra, aunque en primer lugar, comentaré, también en este capítulo, la
vida del profesor ingeniero Ivan Jagšiæ, quien arribó a Córdoba mucho antes.
Profesor ingeniero Ivan Jagšiæ: (1886-1956): Si hay algo que resuma y mixture la “historia croata” y
lo que metafóricamente podríamos denominar como el “espíritu croata” (la
esencia del habitante de Croacia y la perseverancia de su etnicidad ) es la
región de Gradišèe. Esta región, que no se encuentra en Croacia sino que es
parte de la provincia austriaca de Burgenland, se constituyó como resultado de
los acontecimientos históricos del siglo XVI. Por ese entonces los turcos
asolaban a Croacia, lo que obligó a miles de croatas a emigrar por toda Europa.
Un grupo de estos inmigrantes llegó a Austria y en la provincia de Burgenland
fundaron casi cien pueblos con habitantes y denominación croata. Hasta aquí
tenemos claros ingredientes de la historia croata: invasiones, dominación,
expulsión e inmigración. Pero el “espíritu croata” estaba con los croatas de
Gradišèe. Durante más de 450 años mantuvieron las costumbres, las
tradiciones y sus propios trajes regionales. Fundaron escuelas e iglesias, y
todavía hoy tienen su propio periódico, sus libros y clubes recreativos,
deportivos y culturales. El principal logro es haber mantenido el idioma croata
en medio de germanos-parlantes. Esta perseverancia de hablar un croata, que con
el trascurso del tiempo se convirtió en un dialecto singular, como una especie
de “croata antiguo”, les valió el reconocimiento legal del croata como idioma
oficial dentro de Austria.
Esta
introducción viene a cuenta, porque de aquí surgió un notable croata que dedicó
su vida a la República Argentina. Me estoy refiriendo al profesor ingeniero
Ivan Jagšiæ. Nació en Oslip, región de Gradišèe el 28 de abril de 1886. Su
padre era Silverius Jagšiæ, un conocido viñatero de la zona y su madre,
(que sí provenía de Croacia) se llamaba Katalina Gardeniæ.
El joven
Ivan, nació en medio de una familia numerosa y en su hogar aprendió tanto las
costumbres como el idioma croata, al que consideraba su idioma materno además
de ser el primero en una serie de idiomas que iría asimilando a lo largo de su
vida.
El
primario lo realiza en su pueblo donde no sólo aprende a hablar el alemán, sino
que ya comienza a dar signos de su inteligencia. Con un gran esfuerzo sus
padres, logran enviarlo, para que prosiga sus estudios secundarios, a Sopron,
actual Hungría, donde conoce otro idioma: el húngaro.
Es su
estadía en Hungría se sucederían algunos inconvenientes para Jagšiæ, porque el
nacionalismo húngaro de principios del siglo XX [182], le cerraba muchas puertas, entre otras cosas por
conservar su nombre croata “Ivan” y no cambiarlo por su equivalente húngaro
“Janos”.
Una vez
finalizado el secundario y si tener en Austria Hungría perspectivas de seguir
allí sus estudios universitarios viaja a Suiza, donde se inscribe en el
Politécnico de Zürich, donde cursa estudios en Cartografía, Topografía y
Geodesia. Para 1910 ya había recibido el título de Kulturingenieur (Ingeniería
Aplicada a la Agricultura) y había agregado un nuevo idioma: el francés.
Al
año siguiente, Jagšiæ viaja como voluntario a Zagreb, para cumplir con
el servicio militar. Una vez terminado, vuelve a Suiza donde desarrolla una
actividad académica como jefe de trabajos prácticos de Topografía y Dibujo
Topográfico en la carrera de Geodesia y luego es nombrado Director de los
Estudios Cartográficos de la zona de Mont Blanc en el valle del lago de
Ginebra.
Allí
toma conocimiento de que había una delegación de Córdoba, encabezada por el
Ing. Fuchs, que buscaba un profesional con conocimientos en Topografía y
Geodesia. Los profesores del lugar recomiendan a Jagšiæ por sus elevadas notas
y él acepta un contrato por tres años para trabajar en la Argentina.
Llega a la provincia de Córdoba
en 1912 y contratado por el Superior Gobierno de la misma, se desempeña
como cartógrafo del Departamento Topográfico. En el año de 1914 comienza
a desarrollar sus trabajos en Geodesia.
Ese
año, con el comienzo de la Primera Guerra, Jagšiæ quiere regresar a su
patria pero el barco que lo trasladaba es interceptado en aguas internacionales
y debe volver a la Argentina. Recién en 1921 vuelve a Gradišèe para ver a su
familia por última vez, ya que se instalaría definitivamente en nuestra patria.
A partir
de su frustrado viaje a Europa en 1914, y con la convicción de que desarrollará
su carrera en Córdoba, comienza una dilatada trayectoria en la que incluye una
vasta producción científica en los campos de la topografía, cartografía,
geodesia, astronomía, meteorología, climatografía y oceanografía, ciencias que
le sirvieron para trascender Córdoba y Argentina, y llegar hasta el mundo
científico internacional.
En 1916
es nombrado Jefe del Registro gráfico (Catastro de la Provincia), cargo que
ejercerá hasta 1932. Durante el período 1928 a 1932 desarrolla actividades como
Jefe de la Comisión de Estudios del Lago San Roque, encargado de los
Levantamientos Topográficos- Catastrales de sus alrededores.
En 1918,
el Ing. Jagšiæ de sólo 32 años es nombrado Profesor Titular de
Topografía de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad
Nacional de Córdoba. Aquí comenzó su pasión por enseñar y trasmitir sus
conocimientos, actividad que llevó a cabo durante 38 años, hasta el fin
de sus días. A sus labores en la universidad se le sumó el nombramiento de
Profesor Titular de Cartografía y Dibujo Cartográfico.
En 1923
contrae matrimonio con Lucrecia Pizzurno, hija del pedagogo argentino e
inspector de escuelas de la provincia Pablo Pizzurno. De este matrimonio
nacerían tres hijas, Mila, Zora y Haydee. Esta última se destacó como egresada,
luego como profesora y finalmente como Directora de la Escuela de
Bibliotecarios de la Universidad Nacional de Córdoba.
Ese año, por concurso, es nombrado profesor titular de
Geodesia y en el año 1944, se le adjudica la Cátedra de Geodesia
Superior y Astronomía práctica.
Además
realizó otras tareas docentes como profesor de Meteorología en la Escuela de
Aviación Militar de Córdoba.
Otra
arista de su personalidad era la calidad y la pincelada artística de sus
trabajos cartográficos.
Su
Curriculum Vitae, de más esta decirlo, es extensísimo. En él encontramos
títulos honoríficos en academias e institutos de la Argentina y Uruguay; 69
artículos publicados en diarios y revistas académicas sobre temas de orden
topográfico, cartográfico, geodésico, astronómico, meteorológico, climatológico
y oceanográfico. Además participó en docenas de congresos y conferencias.
Su
principal obra escrita es “Meteorología Física”, publicada en abril de 1954.
Lamentablemente la preparación de una nueva publicación, “Meteorología
Geográfica”, es interrumpida por su muerte.
La
muerte lo sorprendió el 3 de abril de 1956, en Gualeguay (Provincia de Entre
Ríos), mientras visitaba la estancia de un amigo.
Su
muerte caló hondo en el ámbito de la Universidad. En el ambiente académico él
era llamado el “Profesor Extraordinario Ing. Juan Jagsich”. En homenaje a su
figura la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, dictó una
resolución (52-1956) en la cual se detallaban los honores que recibiría el
extinto profesor y en la cual se describe su personalidad así: “ Habiendo
fallecido en el día de la fecha el profesor extraordinario Ing. Juan Jagsich,
que durante casi cuarenta años ocupara las cátedras de “Topografía” y
“Geodesia” con una dedicación y autoridad que le dieron un lugar destacado
dentro del Cuerpo Docente de esta casa, en la cual asistieron a sus clases
magistrales numerosas generaciones de jóvenes, que se honraron siendo sus
alumnos por lo que el malogrado profesor se hizo acreedor indiscutible al
título de maestro, como a la alta estima de sus colegas..”. Así era el profesor
ingeniero Ivan Jagšiæ, un hombre de una cultura extraordinaria y, que si bien
hablaba cinco idiomas, su lengua materna, con la cual se escribió con su
familia en Gradišèe durante su vida en la Argentina fue la croata.
Profesor Zlatko (Aurelio) Tanodi: (1914). Hijo de un ferroviario, nació en el pueblo de Hum, cercano a la
ciudad de Varaždin. Su madre era hija de un Escribano público y su padre,
aunque hijo de campesinos era un “campesino noble”. Este título fue otorgado
por nobles húngaros que durante el siglo XII sufrían los continuos ataques de
los turcos, lo cual provocó la huída de ellos hacia Croacia donde fueron
recibidos por los campesinos de la región de Varaždin. Cuando Hungría volvió a
ser un lugar seguro, retornaron, no sin antes premiar a sus anfitriones con un
título de nobleza.
Para
completar sus estudios secundarios, el Prof. Tanodi, se traslada a la capital,
Zagreb, donde también cursó sus estudios universitarios. Aquí se recibió de
Doctor en Historia, aunque en Croacia se denominaba “Doctor Philosophiae
(Filosofía) , especialidad en Historia”.
Discípulo
del Profesor Dr. Miho Barada, desarrolló su tesis doctoral en torno a la ciudad
de Zagreb. Ésta había obtenido el título de “Regia Ciudad” cuando alojó y salvó
al por entonces rey de Hungría y Croacia, Bela IV en el año de 1242.
Este título constaba en un diploma que para muchos tenía errores que un
documento real no debe tener. El Dr. Barada lo proclama como falso. Por lo tanto
Zagreb no había sido elevada a “Regia Ciudad”.
El
profesor Tanodi no estaba de acuerdo con esta afirmación y fundamentó su
posición en que los ciudadanos de aquel entonces vivían en una ciudad
pequeña y gran parte de ellos eran analfabetos. Además, era muy difícil
y caro poder realizar un pergamino de tal tamaño, como también preparar
y redactar correctamente su texto. Para el Prof. Tanodi el diploma era
imposible de falsificar, ya que, para él, este documento debió haber sido
elaborado en una cancillería y por lo tanto el diploma era verdadero.
De esta
manera, comenzó a trabajar para refutar a su maestro.
Durante
dos años no solo revisó los archivos de Zagreb, sino que se trasladó
hasta Budapest, capital de Hungría. Aquí tuvo que aprender el húngaro para
poder comunicarse y leer los documentos. Al fin, luego de un tiempo de estudio
y de haber comprobado que el sello, también llamado “Bula de oro” (Zlatna
Bula), que rubricaba el documento, era original, redacta un manuscrito en el
cual dictamina que el documento es verdadero.
Así fue
como el alumno de 22 años de edad le presentó todo su trabajo a quien
era su maestro; temía, sin embargo, que a Barada de 60 años, le
disgustaría el hecho que se desaprobara su opinión y, en consecuencia, el viejo
maestro no reconocería la exposición del trabajo.
Barada
estudió cuidadosamente el escrito y finalmente le manifestó a Tanodi: “Mire
joven, yo apruebo esto y se lo tomo como tesis doctoral”. Este caso fue
inédito, ya que un alumno logra el título de “Doctor en Filosofía, especialidad
en Historia” refutando a su maestro y con su consentimiento.
Como a
muchos de su generación, la guerra lo tomó en lo mejor de su juventud. Fue
movilizado, pero luego trasladado al Archivo Histórico de Zagreb, allí cataloga
y traduce documentos medievales en latín.
Al
finalizar la guerra tuvo que emigrar como miles de sus compatriotas, dejando no
sólo su patria, sino también a su mujer y a su hija. Primero llegó a la zona
inglesa de Graz, Austria. Allí se inscribió en la Universidad de Graz donde
prosiguió con sus estudios. Pero los partisanos comenzaron a recorrer el lugar
buscando a croatas para devolverlos a Yugoslavia[183].
Cruzando
las montañas logró llegar a un convento del lado italiano. Luego se
trasladó a otro convento en Roma donde trabajó como bibliotecario de la
Universidad Pontificia Antoniana hasta 1948.
Como en
Italia los croatas tampoco estaban a salvo, el Prof. Tanodi decide emigrar
hacia nuevos horizontes. Gracias a la Cruz Roja pudo llegar a la Argentina, que
por ese entonces, buscaba a europeos instruidos que se encontraban desplazados
por toda Europa.
Arriba a
Buenos Aires en 1948 y de allí se traslada a Comodoro Rivadavia donde vivió
hasta 1953. En este año publica un artículo con la interpretación
paleográfica de un documento de 1582, que trataba sobre la repartición de
tierras a los indios por Juan de Garay y luego lo entrega a los fundadores de
Buenos Aires. Merced a este trabajo es invitado, para radicarse en Córdoba, por
el Dr. Carlos Luque Colombres, quien era por entonces Decano de la Facultad de
Filosofía y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. El Dr. Luque
Colombres había introducido en la carrera de Historia la asignatura de
Paleografía y Diplomática, y por esto lo invitaba al Prof. Tanodi a que concurse
dicha cátedra .
Ya en nuestra ciudad arriba su
familia de Croacia, puesto que solo él había emigrado en un primer momento y
cuando contó con la posibilidad, pudo traer a su mujer y su hija a la
Argentina. Aquí desarrolló toda su fructífera carrera. Desde 1953 hasta 1980
fue el primer profesor en la Argentina que dictó la cátedra de Paleografía y
Diplomática. Luego, desde 1980 y hasta su jubilación en 1988 fue profesor
emérito de la Universidad.
Su pasión por los archivos lo
llevó a crear la primera Escuela de Archiveros en la Argentina en la cual
ejerció durante 27 años (1959-1986) el cargo de Director. Ocuoó también
el cargo de Director del Centro Interamericano de Desarrollos de Archivos
(1972-1988), auspiciado por la Organización de Estados Americanos (O.E.A).
Sería imposible enumerar la gran
cantidad de trabajos sobre archivística publicados. Figuran también entre sus
publicaciones artículos sobre otra de sus pasiones: la Virgen de Medjugorje.
Reconocido y apreciado por toda
Córdoba, es un notable embajador de la cultura croata. Cuando sus actividades
académicas se lo permitían, siempre colaboró con el Hogar Croata y, ya
jubilado, no falta a ninguna de sus actividades. El Prof. Tanodi, quien hizo de
la humildad su bandera, no desdeñó esfuerzos para conservar, reparar e
interpretar los documentos históricos de Córdoba, Argentina y Latinoamérica que
anteriormente muchos nativos no habían sabido apreciar. Todo este trabajo fue
agradecido con varios premios y reconocimientos, siendo los más importante los
el que le otorgó la Universidad de Colonia, Alemania, en 1984 bajo el título de
“Doctor Philosophiae Honoris Causa”, y la condecoració “Pleter” en 1998,
recibida de manos del Presidente croata Franjo Tuðman.
Profesor Mirko Eteroviċ: (1913-2001) nació en el pueblo de Pušišæe de la isla de Braè, en el seno
de una numerosa familia de campesinos. Sus padres habían emigrado a EE.UU.
pero, luego de diez años habían retornado a Croacia donde nacieron siete
de su ocho hijos. Con el tiempo, los hermanos Eterovic emigrarían por los cinco
continentes
Su instrucción educativa
comienza en su pueblo con el primario y luego se traslada al continente, más
precisamente a Široki Brijeg (Herzegovina) donde cursa y termina el secundario
en el colegio de enseñanza clásica de los Padres Franciscanos. En 1933
se inscribe en la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zagreb y en 1938
egresa como Licenciado en Filosofía Clásica (Latín y Griego). Durante siete
años se desempeña como docente en los colegios de orientación clásica
en las ciudades de Zagreb y Nova Gradiška.
Cuando se ve obligado emigrar en
1945, deja a Croacia y es trasladado al campo de refugiados de Fermo[184], Italia, donde enseña idiomas (francés, alemán e
inglés) a los demás refugiados.
Al abandonar Croacia también
sufre el tener que dejar a su mujer y sus dos hijas, con las que se
reencontraría diez años después en la Argentina, tierra en la cual nació
su único hijo varón.
En 1947
se embarca en el puerto de Marsella, Francia, junto a otros compatriotas con destino
a la Argentina. Aquí desarrolla, primero, una función de traductor para otros
doscientos intelectuales croatas que realizaban junto a él trabajos de
albañilería para la construcción del barrio Evita cerca del aeropuerto
de Ezeiza. En una oportunidad, el por entonces Ministro de Obras Públicas,
General Pistarini, tomó de este grupo a sesenta para su ministerio, pero el
Prof. Eteroviæ no fue beneficiado.
Continuando con sus oficios,
entra en el colegio La Salle de Buenos Aires, donde realiza trabajos de
maestranza. Cierto día, un alumno se había quedado después de hora con sus
tareas de latín que lo tenían a mal traer. Mientras él estudiaba se le acercó
un empleado extranjero que le preguntó sobre su tarea. El alumno sólo atinó a
reírse de la pregunta de este hombre que servía a los alumnos. Pero bastaron
unas palabras para que el alumno cambiara su risa por un gesto de admiración.
Inmediatamente esto se supo en las autoridades del colegio, que le ofrecen un
puesto al surgir una vacante de profesor de latín en la filial de Córdoba. De
esta manera el Prof. Eteroviċ se traslada hacia nuestra ciudad.
En 1953
revalida sus títulos universitarios en la Universidad Nacional de Córdoba, con
la cual quedó ligado activamente durante tres décadas (1954-1984) desempeñándose
como profesor de Letras Clásicas en dicha Universidad y en la Universidad
Católica de Córdoba.
Toda su
carrera la dedicó a la educación humanista. En la Escuela Superior de Lenguas
fue uno de los fundadores del Profesorado de Lenguas Clásicas y titular de las
cátedras: Lingüística Griega, Latina y Románica; Lengua y Cultura Griega y
Lengua y Cultura Latina; además dictó clases como profesor de alemán, inglés e
italiano en la comparación contrastiva de estos idiomas. Siguiendo con su
carrera de educador, fue fundador y profesor titular de la carrera de Letras
Clásicas de Córdoba (1968-1986). Aquí ejerció las cátedras de Lingüística
Sánscrita, Griega y Latina, Literatura Latina, Estilística Latina y Metodología
de la Investigación Filológica.
El Prof.
Eteroviċ, no sólo trabajó en la Universidad Nacional, sino que también
tuvo horas cátedra en la Universidad Católica. Fue profesor encargado de Latín
y Griego (1956-1960) y luego profesor fundador y conductor de la “carrera de
Filología Clásica”, más tarde llamada “Escuela de Letras Clásicas”.
En 1971
le fue otorgado el título académico de Profesor Catedrático por haber creado,
estructurado y dirigido, desde 1960 hasta 1971, la carrera de Letras Clásicas,
inexistente en el país con anterioridad, en donde se formaron los primeros
profesores y licenciados de Letras Clásicas en la Universidad Católica..
De sus
trabajos científicos se destacan “Lexicón- Diccionario Griego-Latino-Castellano
Etimológico” y “La educación humanista”. Además fue cofundador de varios
bachilleratos humanistas.
En una
entrevista concedida al diario “La Voz del Interior”[185], manifiesta que “El ser humano no es una fracción, es
una unidad. Tenemos que integrarlo en lo que se llaman las cinco órbitas
interdependientes, imprescindibles para una educación definitiva; la órbita
ético moral, es decir el sentido espiritual; la intelectual o mental; social,
porque el hombre no es un lobo solitario; la estética, que es integración
emocional, y por fin, la física o corporal”.
Respetado
y admirado por sus alumnos y sus pares, es reconocido por sus miles de alumnos
como un profesor exigente y con un gran bagaje de conocimientos.
Profesor Leonardo Nola: (1915): De reconocida autoridad en música coral, el profesor Nola aprendió
de su maestro vienés los secretos y la exigencia de la música de primer nivel.
Si bien se graduó en la Facultad de Derecho de Zagreb como abogado, su gran
pasión estuvo en la música. En Croacia dirigió el coro universitario y una
orquesta de cuerdas.
Integrante de la diáspora croata
de posguerra arribó a Buenos Aires en 1947. Ese mismo año funda, junto
con otros emigrantes, el coro polifónico “Jadran”, del que es su primer
director. Este coro estaba formado por emigrantes croatas que ya habían
comenzado a cantar en “Campo Fermo”[186]. Aún sigue con sus actuaciones en la ciudad de Buenos
Aires, cumpliendo cincuenta y cuatro años con la música.
De
Buenos Aires viajó a La Rioja donde le ofrecieron el puesto de profesor de
canto y organista de la Catedral. Posteriormente se muda a Córdoba en donde
realizará toda su carrera educativa.
Comienza como profesor de teoría
musical, canto y solfeo en el seminario de los padres franciscanos y organista
titular de la iglesia de San Francisco. Al año siguiente fue profesor de
música y director del coro en el hogar- escuela Pablo Pizzurno. En los años ’50 su actividad en
la colectividad croata fue intensa, formando el conjunto instrumental
“Vatroslav Lisinski” y el Coro Polifónico de voces mixtas[187].
Entre 1960 y 1978 fue profesor
de música de los siguientes institutos: Colegio Alemán, Instituto Peña,
Instituto Córdoba y San Martín de Villa Allende.
Una característica del Profesor
Nola fue la de adaptar las canciones croatas, la mayoría de estas melodías de
la ópera y la liturgia croata, al castellano o al italiano para que los
distintos coros argentinos que dirigió las pudieran cantar y así propagar
canciones patrióticas croatas por todo el país.
En 1961 presenta fragmentos de
la ópera croata Nikola Šubiæ Zrinski. Esta ópera del compositor Zajc[188] fue estrenada en la Facultad de Arquitectura. Dicha obra
se cantó en italiano por ser éste el idioma universal de las óperas. En 1965
fue elegido jefe de la delegación del Honorable Consejo de Educación
representando el “Coro del Magisterio” en el Festival Internacional de Coros
celebrado en las ciudades de Santiago y Viña del Mar (Chile). En esta
oportunidad la melodía “U boj, u boj” (la más conocida de la ópera de Zajc) fue
cantada por el “Coro del Magisterio”, dirigido por el Profesor Nola y
trasmitida por las estaciones de radio y televisión chilenas.
Actualmente el “Maestro” Nola sigue siendo muy respetado en
los círculos corales .
Profesor Ilija Juriæ : (1913-1991). Nacido en Konjiæ, Herzegovina, fue uno de los intelectuales
más multifacéticos de toda la inmigración croata en Argentina. Literato,
periodista, docente, escultor y pintor, pero, sobre todo, un patriota croata
que mediante el arte y el periodismo llevó a los argentinos y a los croatas en
el exilio la causa de su lucha.
Su
formación comenzó en Sarajevo, donde cursó la secundaria. Posteriormente
estudió escultura y pintura en Zagreb. Su vena periodística surgió rápidamente,
ya que siendo aún estudiante secundario trabajó en varios diarios juveniles.
Fue en el periódico “Omladina” (Juventud) donde presentó “Staro ralo” (Viejo
arado), su primer cuento reconocido.
Durante
la Segunda Guerra Mundial, dirigió la revista “Naš put” (Nuestro camino) desde
Sarajevo. Siempre consideró a Bosnia y Herzegovina indisolubles de Croacia. Él,
más allá de ser de Herzegovina, no pensaba en regionalismos ya que quería una
Croacia para todos los croatas . Durante su estadía en Sarajevo fue apreciado
por católicos y musulmanes.
Emigra de Croacia en 1945,
dirigiéndose a Italia, donde vive junto a su mujer en el campo de refugiados de
Fermo[189]. Allí estrena las obras de teatro “Fiskultura”, y “
Fazlagiæ Kula”.
Desde Génova parte hacia la
Argentina. Llega al país en 1947, comenzando a trabajar en Buenos Aires,
Rosario y Mendoza para finalmente instalarse, a mediados de 1958, en Comodoro
Rivadavia. En esta ciudad se destacó como periodista escribiendo en los diarios
“Crónica” y “El Patagónico”.
Fue en Comodoro
Rivadavia donde también pudo plasmar su calidad como escultor realizando los
monumentos a Próspero Palazzo de diez metros de altura, el busto de José
Hernández, al Obrero Patagónico inaugurado el 1 de mayo de 1975 y la estatua
alegórica a la madre realizada en el año 1961. Sus trabajos incluyen una
serie de bustos de personalidades croatas, como así también la obra “San
Jerónimo con el león”, que le fuera entregado al cardenal croata Dr. Franjo
Kuhariæ. Además de éstas realizó muchas otras obras de arte con materiales
diversos como piedra, yeso, bronce, mármol y madera.
Como docente ejerció también en
Comodoro Rivadavia, se desempeñó como maestro especializado en la
Escuela de Formación Laboral Nº 738, dictó cátedras de escultura en la
Escuela Municipal de Bellas Artes y fue el primer maestro y profesor de
cerámica y carpintería en la asociación APARI.
Como periodista, colaboró en
publicaciones de la diáspora croata, tanto en nuestro país como en otros con
inmigración croata. Escribió artículos, cuentos y poesías en las revistas
“Mlada Hrvatska”, Sarajevski Novi List” “Jutarni List” “Spremnost”, Hrvatska
Revija”, “Croacia”, “Danica”, “Hrvatska “ y “Drina”. Asimismo escribió un
centenar de artículos y ensayos en las cuales describió la problemática croata.
Su obra literaria, igualmente
importante, comienza en 1944 en Sarajevo, donde publica “Mi Ostajemo” (Nosotros
permanecemos). En general las novelas de Juriæ giran en la temática de la
libertad croata, con el condimento del regionalismo de Bosnia y Herzegovina. Ya
en la Argentina escribe “Kraljièino vrelo” (Buenos Aires-1952), “Vidovnjak”(
Córdoba –1984), “Drina zove” (publicado en Sydney, Australia 1968), el poema
“Ženidba Muje Grabovice” y las obras teatrales “ Fazlagiæ kula” y “Za obraz”.
En idioma castellano publicó el cuento “Ilusiones Sangrientas” (Rosario-1950) y
colaboró en el libro de Fray Blaž Štefaniæ “Comunismo sin máscara”.
En el año de 1980 el
profesor Juriæ , se muda a Córdoba donde se contacta con los croatas de la
ciudad. Aquí continua con sus trabajos, literarios y artísticos, hasta el fin
de sus días. Fallece el 28 de febrero de 1991
El Profesor Juriæ fue un
embajador del pensamiento nacional que propagó con su actuación periodística,
literaria y artística.
Doctora
profesora Branka Tanodi de Chiapero: (1943 ): Hija del profesor Zlatko
Tanodi, nació en Croacia mientras se desarrollaba la Segunda Guerra Mundial.
Como muchos niños croatas, conoció a su padre en Argentina, ya que él
había emigrado cuando ella era muy pequeña y aquí pudieron
reencontrarse.
Sus
estudios son amplios. Su primer titulo fue de maestra normal nacional. En 1971
se recibe de licenciada en Historia en la Universidad Nacional de Córdoba. Su
tesis “Catálogo de Protocolos Notariales 1574-1587” recibió una calificación de
diez puntos.
En 1985,
y continuando con el legado de su padre, obtiene el título de Técnico en
Archivos Históricos en la U.N.C. En 1986 accede por concurso de
títulos,antecedentes y oposición a la cátedra de Paleografía y Diplomática de
la Escuela de Historia. Esta materia es considerada interdisciplinaria por lo
que es cursada por alumnos de la carrera de historia y de la Escuela de
Archivología, como también alumnos vocacionales de otras carreras y
universidades.
Como
docente universitaria ha dictado clases desde 1975 en la Escuela de Archiveros,
en materias como Teorías Archivísticas y Paleografía y Diplomática. También dio
clases en los años ’60 y ’70 en colegios primarios y secundarios.
Sus
publicaciones en distintos medios gráficos abarcan temas archivísticos,
diplomáticos y paleográficos, como también la problemática croata. Muchos de
sus artículos se ubican temporalmente en la Córdoba colonial y en la América
precolombina. Sobre estos temas también dictó conferencias no sólo en
Argentina, sino también en Italia, Costa Rica, Perú y Brasil.
Para
1994 logra el doctorado en Historia, presentando su tesis “La Grafística en
Córdoba durante la pervivencia de la escritura procesal 1573-1650”.
Participó en numerosos
encuentros académicos y en la organización de instituciones dedicadas a la
archivística y a la historia. Por su labor obtuvo el Premio Universidad
Nacional de Córdoba en 1993. También se destaca por la dirección de
investigaciones, pasantías rentadas y tesis de estudiantes universitarios y grupos
de investigación.
Dra. Zlata Drnas de Clément: (1947). Nacida en
Zagreb, emigró muy pequeña junto a sus padres y su hermana mayor, luego
de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Este viaje de particulares
características, por lo riesgoso y fortuito que resultó evadirse del nuevo
régimen, derivó en el arribo a Córdoba.
Aquí
comenzó una notable suma de títulos en los claustros de la Universidad Nacional
de Córdoba. Se recibió de Abogada en 1973, de Notaria en 1974 y de Doctora en
Derecho y Ciencias Sociales en 1986. Además realizó numerosos cursos de
posgrado y posdoctorales.
Otro
título es el de Traductora Pública del idioma alemán. A este se le suman el
conocimiento en otros idiomas como el inglés y el francés, como también, el
croata.
Su carrera docente es amplia, siendo
profesora titular de “Teoría de las Relaciones Internacionales” en la
Universidad Católica y Profesora Encargada de la cátedra de “Derecho
Internacional Público” en la Universidad Nacional.
También
desarrolló tareas como directora y coordinadora de numerosos cursos de
posgrado, especializaciones, maestrías, doctorados y proyectos de investigación
nacionales e internacionales.
Sus
trabajos escritos se remiten a una docena de libros (uno de ellos premiado por
la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales) y un centenar de artículos
en periódicos especializados.
La Dra.
Drnas ha formado parte de comisiones estatales evaluadoras de proyectos de
investigación y evaluadora externa de CONICET, CONICOR, SECyT y CONEAU.
Además
es, entre varias instituciones, miembro titular de la Asociación Argentina de
Derecho Internacional y del Instituto de Educación de la Academia Nacional de
Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba, miembro consultor de Consejo Argentino
para las Relaciones Internacionales y Miembro de Número de la Academia Nacional
de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba.
Qual e ocluí forse di Croacia
Viene a veder la Verónica nostra
Che per l’antica fame non sen sazia,
Ma dice nel pensier, fin che
si mostra:
“Signor mio gesu Cristo,
Dio Verace,
or fu si farra la sembianza
vostra?”
(La Divina Comedia,
Paradiso, XXXI, 103-108)
Y como aquel que viene de la Croacia
De Verónica a ver la imagen nuestra
Por su fama, y de verla no se sacia
Y se dice entre sí mientras se muestra
¡Jesucristo, Dios mío verdadero!
¿Es verdad que así fue la cara vuestra?
(Traducción en verso
ajustado al original por Bartolomé Mitre. Bs. As. 1922)
La
pintura croata siempre ha estado sujeta a las corrientes artísticas europeas
occidentales. Se presentó con mucho vigor el Renacimiento (hacia el 1500) como
así también el Barroco (1650). Generalmente, la pintura croata tenía un
contenido político-social-religioso y los grandes hitos en la historia quedaron
registrados por los artistas.
Grandes
impulsores del arte pictórico fueron los monjes benedictinos quienes
difundieron los estilos románicos y góticos.
En el
siglo XVIII esto comienza a cambiar y los artistas logran una mayor amplitud ,
ya sea al contacto con artistas extranjeros que trabajan en Croacia, o a la
partida de artistas croatas hacia centros de perfeccionamiento por toda Europa.
Pero fue
la corriente artística llamada “Arte Naif” o “Arte Ingenuo” con la cual los
croatas han traspasados las fronteras y crearon un estilo imitado en todo el
mundo. Como toda expresión artística es difícil de clasificar o de definir,
pero podemos decir que “El hastío por la civilización, por el tecnicismo,
por el ultrarefinamiento, dirigieron el interés de la estética hacia el
primitivismo del estado natural, hacia el arcaico paisaje de lo prelógico” [190].
Los
temas del “Naif” croata son generalmente los recuerdos de usos y costumbres de
las formas de vida aldeana y campesina, pudiendo retratar un casamiento, un
bautizo, un entierro, o escenas de la vida rural con la rusticidad, la astucia
y la poesía campesina. La gran mayoría de los artistas “naif” consagrados eran ellos
mismos campesinos que pintaban su realidad. De éstos se destacan Ivan Genraliæ,
Dragan Gazi, Ivan Veèenaj, Mijo Kovaèiæ, Ivan Rabuzin, Emerik Feješ e Ivan
Lackoviæ Croata.
En la
ciudad de Córdoba esta corriente artística de origen croata, tuvo en Gabriela
Sicich una virtuosa pintora que reflejó el arte naif en nuestra ciudad y de la
cual hablaré más adelante.
Como ya hemos visto el final de
la Segunda Guerra provocó una emigración masiva de croatas . Entre estos
refugiados se encontraban artistas consagrados o recién iniciados pero con una
gran calidad que se vieron obligados a emigrar. Los pintores de más renombre
fueron Kristian Krekoviæ, que se radicó en Perú y luego en España, fue
llamado el "pintor de pincel de oro" e interpretó figuras del antiguo
Perú precolombino, evocador de los caciques, sacerdotes y guerreros incaicos. Y
Jozo Kljakoviæ que vivió en Roma, Italia; es famoso por ser un excelente
técnico y un pensador inquieto, además de ser conocido por sus numerosos y
monumentales murales que adornan varios edificios e iglesias en Roma y Croacia.
De los
arribados a la Argentina se destacan el paisajista José Crnobori, Gustavo Likan
(conocido paisajista y retratista), Žarko Šimat, (que se dedicó a retratos y
naturalezas muertas), Živko Žic, (un autodidacta talentoso que intenta
interpretar el paisaje pampeano) y el más conocido por el público argentino,
Zdravko Duèmeliæ del cual se reconocerá su notable carrera en este mismo
capítulo[191].
Esta es simplemente una
introducción hacia el perfil de la pintura croata y ahora voy a contar la
incidencia de los artistas en Córdoba.
Si hay
un área del arte en la cual brillaron los croatas y sus descendientes en
Córdoba, ésta ha sido la pintura. Es así como sobre el lienzo los croatas
pudieron comunicarse y darse a conocer en este nuevo medio que los recibía
mucho antes de aprender a hablar correctamente el idioma castellano.
El
primero que arribó a Córdoba fue en el año 1948 y era el pintor nacido
en la ciudad de Osijek, Petar Svjetlošak, también conocido en la Argentina
(adaptación al castellano mediante) como Pedro Sujetiosak. Este hombre
pequeño físicamente y de vida bohemia logró insertarse rápidamente en
los círculos artísticos de Córdoba deslumbrando con su capacidad y su
perfección como retratista y pintor de óleos.
Su obra
más reconocida fue el óleo “La fundación de Córdoba” que realizó con el
asesoramiento histórico del R. P. Pedro Grenón y del Dr. Carlos Luque Colombres
por entonces decano de la facultad de Filosofía de Córdoba. Este importante cuadro
se encuentra en el museo Obispo Fray José Antonio de San Alberto dentro del
Instituto de las Hermanas de Santa Teresa de Jesús.
Siete
años le bastaron a Svjetlošak para ser reconocido en Córdoba; porque su
vida bohemia atentó contra él y falleció el 5 de junio de 1955 a los 54
años de edad. Su muerte fue muy sentida tanto por argentinos como por
croatas y en la inhumación el entonces Presidente del Hogar Croata, Martín
Èuljak, evocó a quien los paisanos recordaban cariñosamente como “Bradica”
(Barbita) y que había dejado, en muy pocos años, su huella en esta
tierra cordobesa.
Otro pintor de renombre
internacional que pasó por Córdoba fue el genial Zdravko Duèmeliæ. Si bien él
repartió su vida entre Buenos Aires y Mendoza, aquí expuso sus obras y tuvo un
ameno contacto con la colectividad. Fue un gran exponente no sólo del arte
croata, sino también de la Argentina.
Nacido en 1923 en Vinkovci ,
estudia en la Academia de Bellas Artes de Zagreb. Con la llegada de la guerra
es movilizado y una vez finalizada ésta debe exiliarse, salvándose por muy poco
de las matanzas de Bleiburg[192] y las columnas de la muerte. Llega a Austria, de allí se
traslada a Roma y luego a Madrid. De España se embarca hacia la
Argentina donde se instala en Mendoza en 1949.
Una vez en la Argentina su obra
comienza a ser prolífica, pudiendo tomársela como una expresión metafísica, que
busca estampar en un cuadro el paisaje interior del artista. Sus trabajos los
expone por primera vez en 1950, al año de haber arribado. Exhibe en Córdoba,
Rosario, Santa Fe, San Juan, Mar del Plata y Mendoza. A nivel internacional
expone en Panamá, Japón, México, Canadá y Uruguay. También es de destacar que
realizó exposiciones individuales en el Museo de Arte de Zagreb, Rijeka y en el
salón Galiæ de Split.
Entre los hechos sobresalientes
de su obra, se encuentran ,por ejemplo, el haber ilustrado los cuentos de Jorge
Luis Borges de su libro “ Laberintos” (1978), la incorporación de su
autorretrato a la Galería degli Ufizzi de Florencia para la colección de
autorretratos de artistas en ocasión del 4º Centenario (1981). Su óleo “La
meseta de piedra, los acantilados y muros” forma parte de la colección de Henry
Kissinger (1981)[193].
En su paso por Córdoba, Duèmeliæ
impresionó a la comunidad artística local, dejando un recuerdo más que
importante.
De la primera exposición que se
tiene registro en Córdoba fue en abril de 1952, en la galería “Delacroix”.
Posteriormente expone en la galería Gutierrez y Aguad en abril de 1969 y en la
galería “Wildstein” en julio del mismo año. Repitió sus exposiciones en
1974 y la última en agosto de 1986, éstas en Gutiérrez y Aguad.
En octubre de 1960 , se inaugura
en el museo Emilio A. Caraffa el “IX Salón de Córdoba” otorgándose a Duèmeliæ
el premio adquisición . Actualmente sus obras forman parte de las pinacotecas
de prestigiosos coleccionistas de Córdoba, como también del patrimonio
artístico del Museo Provincial de Bellas Artes Emilio A. Caraffa[194].
Con
motivo de su fallecimiento, el 10 de enero de 1989 en Buenos Aires, se publicó
el artículo “Duèmeliæ Artista. Evocación de su muerte”[195] por Domingo Biffarella, el cual le dedica toda una
página con las imágenes de su óleos “Mujer joven del pasado”, “La ciudad de los
inmortales” (inspirado en un cuento de Borges) y “Figuras”, además de una foto
del pintor. En este artículo el autor realiza un análisis de la obra de
Duèmeliæ, y cita diversos críticos de arte. Adolfo Ruiz Díaz en su libro
“Duèmeliæ”, editado en Mendoza en 1970 lo describe así “... Duèmeliæ pinta
desde la certeza de que todo cuanto existe está siempre amenazado de
destrucción y que la misión del artista está en sostener el mundo en una
esperanza. El escepticismo y la ingenuidad se entrecruzan inexplicablemente en
esta dimensión metafísica. Las figuras humanas que se afirman entre paisajes
pétreos y geometrías milenarias son metáforas de la plenitud: otra vez la
opción entre el futuro imprevisible y el retorno a los orígenes...la visión
actual de Duèmeliæ, tan saturada de historia, nos coloca en un presente puro:
un planeta que nos aguarda desde siempre, cuyas leyes siempre ignoraremos y
quizás familiar y erguido frente a nuestras ventanas si nos atreviéramos a
abrirlas”.
Entre
los descendientes de croatas encontramos varios que se han distinguido en la
pintura en sus distintas corrientes.
De ellos
se destaca Juan Carlos Chuljak, hijo de Ivan Èuljak croata de Klobuk,
Herzegovina y que llegara a la Argentina en el año 1923. Juan Carlos
Chuljak, nacido en 1947 en la ciudad de Córdoba, egresó de la escuela de Bellas
Artes “Dr. Figueroa Alcorta” con el título de profesor de Dibujo y Pintura. En
1969 comienza con sus actividades profesionales que incluyen 82 muestras
colectivas y 19 exposiciones individuales, ganando premios provinciales y
nacionales. El diario “La Voz del Interior”[197] dice de él “Su técnica es depuradísima. Chuljak
maneja los contornos con rigor. Las precisas delimitaciones dan cuenta de unos
vacíos que solo los audaces se atreven a cruzar. Juanca (Sobrenombre artístico)
describe todo al detalle”.
Su estilo es difícil de encuadrar, porque
precisamente Juanca ha abominado permanentemente el encuadramiento de sus obras
en determinadas “escuelas”, “corrientes” o “tendencias”. Aunque los críticos de
arte en Córdoba acostumbran a incluirlo en el surrealismo y muchos lo llaman
“El Dalí Cordobés”, él a lo sumo se declara infinitista. Su sello en las obras
son una diminuta pareja acompañada por sus sombras y por dos aves que se
repiten en todas sus obras.
Sus obras figuran en colecciones
privadas de Argentina, Estados Unidos, España, Alemania, México , Israel
y Kuwait.
Otro
pintor muy importante es Bernardo Sincich. Nacido en San Isidro (Buenos Aires)
en 1931 y radicado en Chamical, provincia de La Rioja. Descendientes de
inmigrantes croatas de Istria ha desarrollado una extensa y productiva obra a
lo largo de su vida. Metódico y constante, nunca se detuvo en sus producción.
En su
obra, la naturaleza y la vida cotidiana de los pueblos del norte argentino son
una referencia constante y su fuente de inspiración, siendo su especialidad la
pintura de paisajes. Su trabajo se caracteriza por una depurada y experimentada
técnica del óleo a la espátula, adquiriendo a lo largo del tiempo un importante
valor documental.
Radicado
en Córdoba desde 1991 es un asiduo concurrente del Hogar Croata y disfruta con
placer las actividades tradicionales que allí se celebran. Sus obras se
encuentra en pinacotecas privadas de nuestro país, Chile, Francia, Alemania,
Italia, Estados Unidos, Suiza, Bélgica, Australia, Suecia, México, Brasil y
Japón. Importantes poseedores de su obras son el ex presidente argentino Carlos
Menem y el museo del Vaticano.
Heredando
el arte de su padre Gabriela Sincich también logró destacarse en las artes
plásticas. Nacida en Chamical, La Rioja y radicada en Córdoba desde 1988
comenzó de la mano de su padre a exponer sus cuadros a los 18 años, en
su Chamical natal, para luego tomar vuelo propio en Córdoba. Actualmente se
encuentra en Europa llevando su arte, que no se limita a lo Naif o al paisaje,
ya que Gabriela Sincich es profesora de Artes Plásticas y licenciada en
Pintura, recibida en la Escuela de Arte de la Universidad Nacional de Córdoba y
ha logrado una notable capacidad como restauradora.
A diferencia de su padre su
escuela es muy afín a lo croata, ya que es el Arte Naif la manera con la cual
ella se expresa . Amante del Naif Croata Gabriela Sincich supo tomar este arte
y darle forma a su obra “Pesebre Riojano” que fue seleccionado en el concurso
pintura naif 1991 para tarjetas de Navidad a beneficio del “Patronato de la
Infancia de Buenos Aires”.
Su vida
en la colectividad fue activa ya que formó parte de la Juventud Croata, incluso
vistiendo la “narodna nošnja” (traje folklorico) y bailando en el conjunto
folklorico croata “Kolo Velebit” llevando la cultura croata junto con los demás
jóvenes por toda Córdoba y ciudades vecinas.
Otra
pintora de origen croata es Moyra Mihocevich. De abuelos paternos nacidos en
Split, egresó de la escuela “Doctor José Figueroa Alcorta” con los títulos de
“Maestra de artes plásticas”, “Profesora de dibujo y escultura” y Profesora de
Dibujo y puntura” . Con estos títulos ejerció cargos docentes en diferentes
institutos y actualmente dicta clases en la Escuela Provincial de Cerámica
“Fernando Arranz”. Desde 1988 participa en varias muestras colectivas. Ella
define su arte como “...transcripciones fieles a la emoción espontánea,
impulsiva sensación donde mora la magia...”[198]. La familia Mihoceviæ, fue una de las tantas que
llegaron a Córdoba en los años ’20 y que se instalaron en el barrio
Pueyrredón junto a otros connacionales. Desde hace años Moyra Mihocevich
concurre al Hogar Croata, donde procura principalmente aprender el idioma de
sus abuelos.
Por
último, otro descendiente de inmigrantes Istrianos ha desarrollado su arte en
Córdoba. Se trata de Miguel Albino Sablich nacido en Córdoba en el año
de 1960 y licenciado en Pintura en la escuela de Artes de la Facultad de Filosofía
y Humanidades de la Universidad Nacional de Córdoba. Desde 1979 ha participado
en exposiciones individuales y colectivas recibiendo primeros premios y
menciones en distintas ciudades de la provincia.
En el
diario “La Voz del Interior”[199] su trabajo se describe como una “extraña
conjugación de figuras mediante la concentración del color y el ajuste de la
imagen. Habitado por peces y lunas, por caballos y cactus que se reiteran, el
paisaje que surge alude a un mundo onírico que entrecruza referencias mitológicas”.
Actualmente
desempeña actividades de docente tanto en la U.N.C. como en el colegio
de Monserrat y, en forma particular; también y desde 1988 desempeña
funciones como diseñador gráfico.
Las
relaciones entre una sociedad expulsora como Croacia y otra receptora como la
Argentina se dieron por una combinación de factores, en los cuales se
satisfacían las necesidades de una y otra, complementándose para bien de ambas.
Él
ámbito expulsor tenía características muy particulares. Estas eran:
Por su parte el ámbito
receptor tenían otras características que lo convertían en el complemento
necesario:
1. Era una nación en formación con un futuro
promisorio.
2. Había un grupo dominante con un proyecto de
país. Una de los componentes de este proyecto era la mano de obra de los
inmigrantes.
3. Neutral en las dos guerras mundiales.
4. El modelo agro-exportador lo convertía en un
centro donde los alimentos y el empleo abundaban.
5. Era un país de vastísimas extensiones que
esperaban ser habitadas y trabajadas.
Como vemos, había una
notable combinación de lo que uno requería y lo que el otro aportaba. Si
embargo, hasta la primera mitad del siglo XX, el Estado argentino nunca envió
agentes de inmigración a Croacia porque no le interesaban estos inmigrantes. De
todas formas los croatas se embarcaron y fueron bien recibidos por las
autoridades locales. En el caso de la Segunda Guerra Mundial, sí hubo una
intención del Estado de recibirlos. En definitiva, ni fueron invitados, ni
fueron rechazados; por lo que tuvieron vía libre para tratar de realizar sus
vidas en estas tierras.
Los inmigrantes croatas
eran una pequeña porción comparados con otras corrientes migratorias. A
la vez, esto se acrecentaba porque al momento de registrarlos se los anotaba,
según la época y la región, como italianos, húngaros, austriacos o yugoslavos.
Con dos corrientes
migratorias bien definidas, el inmigrante croata brindó sus brazos, su
capacidad, su tozudez y su inteligencia para el bien de la patria de sus hijos
y nietos.
En la Argentina encontraron
la paz que en los belicosos Balcanes no tenían. Hallaron el trabajo con el que
pudieron establecerse y progresar. Tuvieron la libertad de expresar sus ideas
contrarias al régimen que imperaba en sus tierras, además de poder hablar su
idioma, realizar sus fiestas y vivir sus costumbres.
En cuanto a la actualidad
de la colectividad en Córdoba, puedo decir que por este trabajo visité varias
decenas de casas y en todas hay, como mínimo, un souvenir que recuerda la
herencia recibida.
El paso de los años
y de las generaciones, ha atentado contra la conservación de muchas
tradiciones. El idioma solo se ha conservado en los hijos que tenían ambos
padres croatas y son escasos los nietos que lo hablan; aunque hay frases,
saludos y palabras cotidianas que aún perduran.
Un factor importantísimo, a
la hora de mantener viva la cultura croata en los matrimonios mixtos, radica
que la parte no-croata de la pareja acompañe a inculcar estas
tradiciones o no; generando la cohesión o el alejamiento de la familia de la
colectividad.
La independencia croata
generó un notable impulso a muchos descendientes, promoviendo en ellos las
ganas de conocer sus raíces. Aún hoy en día el Hogar Croata no termina de
conocer, ni de inscribir a todos sus integrantes porque día a día surgen nuevos
en la ciudad y en toda la provincia. Además, la posibilidad de que en algunos
años, Croacia se convierta en uno de los componentes de la Unión Europea
acrecienta aún más los intereses por conseguir datos y traducciones tendientes
a obtener la ciudadanía y el pasaporte croata.
Para finalizar, espero
haber cumplido con dos objetivos. El primero, haber logrado que de entre tantas
corrientes migratorias que llegaron a nuestro país, se pueda distinguir a la
croata. Y la segunda, poder diferenciar claramente a Croacia de Yugoslavia.
Y como última reflexión
quisiera añadir lo siguiente. Cuando escribía este trabajo lo hice
pensando, entre otras cosas, como una forma de agradecer a la Argentina el
haber cobijado a tantos inmigrantes. Cuando buscaba material bibliográfico o
escuchaba el relato de los entrevistados, surgían a borbotones en el momento de
definir a la patria por adopción, palabras como “tierra prometida”, “tierra de paz”,
“granero del mundo”, “comida en abundancia”, “progreso”, “trabajo”, “futuro”...
Es curioso, pero pareciera
que el destino nos ha puesto, ante las actuales dificultades socio-económicas,
en la misma encrucijada que a muchos de estos inmigrantes décadas atrás. Y yo
me pregunto ¿Qué camino elegiremos?
Svaka tuða zemlja, tuga je golema.
(Toda
tierra extranjera es tristeza gigantesca)
Fuentes Inéditas
Fuentes Orales
De
estas personas tengo el relato grabado, pero también reconozco y agradezco a
varias decenas de croatas que brindaron su testimonio.
Artículos Periodísticos
·
A CONCISE ATLAS OF THE REPUBLIC OF CROATIA AND OF THE
REPUBLIC OF BOSNIA AND HERCEGOVINA. The Miroslav Krleža Lexicographical
Institute. Zagreb 1993.
·
ADAMIC, LOUIS. “Crisol de
razas. Historia de los hombres de muchas tierras que hicieron la grandeza de
Estados Unidos”. Editorial Claridad.1942.
·
ALMANAQUE MUNDIAL 2000.
Editorial Televisa.
·
BALCELLS, ALBERT. “La frágil
reconstrucción europea. (1919-1933)”. Historia Universal Salvat. Barcelona 1985.
·
BELIÆ, ANGEL. “Dr. Vladko
Maèek”. Studia Croatica. Año V. Nº 14-15. Buenos Aires. 1964.
·
BIALET-MASSE, JUAN. “El
estado de las clases obreras argentinas a comienzos del siglo.” Universidad
Nacional de Córdoba. Dirección General de Publicaciones. Córdoba 1968.
(Publicada en 1904. Reimpresión 1968)
·
BIHALJI-MERIN, OTTO. “El
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[1] “Croacia y su destino”. Edición especial
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[2] “Povijest Hrvatskog Naslijeda” Marijan Rudez, New York 1972. (Extaído del texto “Historia temprana del pueblo croata”....)
[3] “Historia temprana del pueblo croata “.Ksenija Horvat. Studia
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[4] “Nuestros símbolos: la bandera y el escudo”. Mira Dugaèki- Vrljièak.
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[5] “Proceso de formación de las Naciones
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[6] “Historia temprana del
pueblo croata “.Ksenija Horvat. Studia Croatica, Año XXXIX
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[7] “Historia temprana del
pueblo croata “.Ksenija Horvat. Studia Croatica, Año XXXIX
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[8] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
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[9] “Once siglos del Estado Croata” Ante
Lušiæ. Studia Croatica. Año XXXVII. Nº 135. Buenos Aires 1997.
[10] “El milagro croata. El repentino
surgimiento de una nueva nación”. Velimir Radniæ. Studia Croatica. Año
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[11] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[12] “Jura Regni II” J Kukuljeviæ. (Extraído
de “Croacia y su destino”. Edición especial de la revista “Studia Croatica”.
Patrocinada por el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires.
1977)
[13] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[14] “El milagro croata. El repentino
surgimiento de una nueva nación”. Velimir Radniæ. Studia Croatica. Año
XXXVI. Nº 131. Buenos Aires 1996.
[15] “Ante Starcevic”. Andjelko Nedo
Paveškoviæ. Studia Croatica Nº139. Año XXXIX. Buenos Aires 1999.
[16] “El despertar de los pueblos balcánicos”.
Emili Giralt. Historia Universal Salvat. Tomo 23. Barcelona. 1985.
[17] “La frágil reconstrucción europea.
(1919-1933)” Albert Balcells. Historia Universal Salvat. Barcelona 1985.
[18] Ver Capítulo “Historia de la Nación
Croata”.
[19] Ver Capítulo “Historia de la Nación
Croata”.
[20] “El milagro croata. El repentino surgimiento
de una nueva nación”. Velimir Radniæ. Studia Croatica. Año XXXVI.
Nº 131. Buenos Aires 1996.
[21] “El milagro croata. El repentino
surgimiento de una nueva nación”. Velimir Radniæ. Studia Croatica. Año
XXXVI. Nº 131. Buenos Aires. 1996.
[22] “Tito habla”. Vladimir Dedijer. Belgrado.
1952.
[23] Ver Capítulo “Causas de la emigración
política”
[24]Ostrogorsky, History of the
Byzantine state, New Brunswick, 1957, 49 y ss. (Extraído del texto “Bosnia y Herzegovina: dos provincias croatas” Dominik
Mandiæ. Chicago- 1963).
[25] “Bosnia y Herzegovina: dos provincias croatas”. Dominik Mandiæ. Chicago 1963.
[26] “Bosnia y Herzegovina: dos provincias croatas”. Dominik Mandiæ. Chicago 1963.
[27] Ver Capítulo. “Historia de la Nación
Croata”.
[28] “Bosnia y Herzegovina: dos
provincias croatas”. Dominik
Mandiæ. Chicago. 1963.
[29] “Bosnia y Herzegovina. La
cuestión de Bosnia y la Primera Guerra Mundial”. Ivo Bogdan. Studia Croatica.
Año V. Nº 16-19. Buenos Aires. 1965.
[30] Ver Capítulo “Causas de la
inmigración económica”.
[31] “Almanaque Mundial 2000”.
Editorial Televisa.
[32] Ver capítulo “¿Qué es un
inmigrante croata?”.
[33] “El legado de los jesuitas en Córdoba”.
Keegan Ediciones. Córdoba. 2000.
[34]“La presencia de los croatas en la América
colonial”. Milan Blažekoviæ. Studia Croatica. Año. XXXII. Nº 122.
Buenos Aires. 1992.
[35] “El legado de los jesuitas en Córdoba”.
Keegan Ediciones. Córdoba. 2000.
[36] “El legado de los jesuitas en Córdoba”.
Keegan Ediciones. Córdoba. 2000.
[37] “La presencia de los croatas en la
América colonial”. Milan Blažekoviæ. Studia Croatica. Año. XXXII.
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[38] “El legado de los jesuitas en Córdoba”.
Keegan Ediciones. Córdoba. 2000.
[39] “La enseñanza de la filosofía en
los tiempos de la colonia. Análisis de cursos manuscritos”. Prof. Dra. Celina
Ana Lértora Mendoza. Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Buenos Aires. 1979.
[40] “La enseñanza de la filosofía en
los tiempos de la colonia. Análisis de cursos manuscritos”. Prof. Dra. Celina
Ana Lértora Mendoza. Fundación para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Buenos Aires. 1979.
[41] “Dactiloscopía Comparada”. Juan Vucetich.
La Plata 1951.
[42] “Sistema Dactiloscópico Comparado”.
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Mayo 2000.
[43] “Los hermanos Mihanovich. Fundadores de la Flota Mercante Argentina”.
Branco Kadiæ. Studia Croatica. Año II. N° 2. Buenos Aires. Enero-marzo
de 1961.
[44] Semanario “Villarino” Los Médanos. Provincia de Buenos Aires. Nº
135. 23 de abril de 1988. Con
motivo del 75º aniversario de la fundación de la localidad Mayor
Buratovich.
[45] “Hacia la modernización”. Carlos Tagle
Achaval. Revista “Todo es Historia”. Nº 75. Julio de 1973.
[46] “El estado de las clases obreras
argentinas a comienzos del siglo”. Juan Bialet-Masse. Universidad Nacional de Córdoba. Dirección General
de Publicaciones. Córdoba 1968. (Publicada en 1904. Reimpresión 1968).
[47] “Córdoba y su estrategia
industrial en el período 1930-1947” Alicia A. Malatesta. Centro de Estudios
Históricos de Córdoba. 1996.
[48] “Hacia la modernización”.
Carlos Tagle Achaval. Revista Todo es historia. Nº 75. Julio de 1973.
[49] “La actividad industrial en
Córdoba”. (1930-1955). Alicia Angélica Malatesta. Centro de Estudios
Históricos. Córdoba.1997.
[50] “Hacia la modernización”.
Carlos Tagle Achaval. Revista “Todo es Historia”. Nº 75. Julio de 1973.
[51] “Historia de los Barrios de
Córdoba. Sus leyendas, instituciones y gentes”. Efraín U. Bischoff. B. Editores S.R.L. 1986.
[52] “La actividad industrial en
Córdoba”. (1930-1955). Alicia Angélica Malatesta. Centro de Estudios Históricos.
Córdoba.1997.
[53] “El estallido industrial”. Un
siglo con tonada cordobesa. Especial de “La Voz del Interior”. 12 de diciembre
del 2000.
[54] Veæeslav Holjevac (1917-1970).
Es una figura muy respetada y aceptada por todos los croatas. Miembro del
Partido Comunista se destacó en la lucha partisana en Croacia Occidental.
Después de la Segunda Guerra Mundial fue Jefe del “Comando Militar de Istria” y
luego Ministro de los “Territorios Liberados”. Se lo recuerda como un excelente
intendente de Zagreb. Fue destituido de ese cargo por haber inspirado y firmado
la “Declaración sobre el idioma literario croata” durante la “Primavera
Croata”.
[55] “Hrvati izvan domovine”. Veæeslav
Holjevac. Matica Hrvatska. Zagreb.
1967.
[56]Publicación de las Naciones
Unidas: “Factores determinantes y consecuencias de las tendencias demográficas;
Estudio de la población” .Nueva York, 1953. (Extraído de “Inmigración en la
Argentina”.José Panettieri. Ediciones Macchi. Buenos Aires.1970).
[57] “Tito habla”. Vladimir Dedijer.
Belgrado. 1952.
[58] “Hrvati izvan domovine”. Veæeslav
Holjevac. Matica Hrvatska. Zagreb.
1967.
[59] “Crisol de razas. Historia de los hombres
de muchas tierras que hicieron la grandeza de Estados Unidos”. Louis Adamic.
Editorial Claridad.1942.
[60] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[61] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[62] Ver Capítulo “Argentina país de
inmigrantes”.
[63] Boletín Mensual del Museo Social
Argentino. Enero Junio de 1919.Buenos Aires.
[64] Ver capítulo “Causas de la emigración
política”.
[65] “Hrvati izvan domovine”. Veæeslav
Holjevac. Matica Hrvatska. Zagreb.
1967.
[66] Ver Tabla 1.
[67] Ver Tabla 2.
[68] “Hrvati izvan domovine”. Veæeslav Holjevac. Matica Hrvatska. Zagreb. 1967.
[69] Ver Tabla 3.
[70] Ver Tabla 4.
[71] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[72] “Tito habla”. Vladimir Dedijer.
Belgrado.1952.
[73] “Dr. Vladko
Maèek” Angel Beliæ. Studia Croatica.
Año V. Nº 14-15. Buenos Aires. 1964.
[74] “Croacia y su destino”. Edición especial
de la revista “Studia Croatica”. Patrocinada por el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. Buenos Aires. 1977.
[75] Recordar a los banes y virreyes del Capítulo
“Historia de la Nación Croata”.
[76] “Dr. Vladko
Maèek” Angel Beliæ. Studia Croatica.
Año V. Nº 14-15. Buenos Aires. 1964.
[77] “El Panserbismo, Cancer Yugoslavo”. Christophe
Dobleau. Lyon, Francia. Studia
Croatica. Año XXXII. Nº 120.Buenos Aires. Enero – Junio de 1991.
[78] “Croacia y los croatas. En defensa del
Derecho y de la legalidad”. Dr. Esteban Hefer. Serie Nº 4. Buenos Aires.
1957.
[79] Ver Capítulo. “Historia de la Nación
Croata”.
[80] “Croacia: Mito y realidad” C. Mac Adams.
Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[81] “Croacia: Mito y realidad” C. Michael
McAdams. Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[82] “La tragedia de Bleiburg”. Studia
Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[83] “La tragedia de Bleiburg”. Studia
Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[84] “Croacia: Mito y realidad” C. Mac Adams.
Studia Croatica. Nº 129. Año XXXV. Buenos Aires. 1995.
[85] “La tragedia de Bleiburg”. Studia
Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[86] “Hrvati u Argentini. U njihov doprinost hrvatskoj kulturi”. Marko Sinovèiæ.
Buenos Aires 1991.
[87] “La tragedia de Bleiburg”. Studia
Croatica. Edición Especial. Buenos Aires. 1963.
[88] “En la frontera de Occidente”.
Manuscrito no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999. (Este texto contiene las experiencias de la
infancia de Ante Sudar (inmigrante croata en Córdoba) , quien con 6 años
vive junto con su madre, su hermana y hermano el escape de Bleiburg y su
estadía en Campo Fermo).
[89] “...Y mañana... qué se será?” Stjepan
Fistrovich Sabolovich. Imp. Mercagra
PH. S.A. Lima, Perú. Año 1961.
[90] “En la frontera de Occidente”. Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[91] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[92] “...Y mañana... qué se será?” Stjepan
Fistrovich Sabolovich. Imp. Mercagra
PH. S.A. Lima, Perú. Año 1961.
[93] Testimonio oral de Vlado Pravidur.
[94] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[95] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[96] “Campo Fermo”. Dušan Žanko. Studia Croatia. Nº 137. Año XXXVII .Buenos Aires 1997.
[97] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[98] “Campo Fermo”. Dušan Žanko. Studia
Croatia. Año XXXVII .Buenos Aires 1997.
[99] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[100] “Campo Fermo”. Dušan Žanko. Studia
Croatica. Año XXXVII .Buenos Aires 1997.
[101] “En la frontera de Occidente”.Manuscrito
no publicado. Ante Sudar. Córdoba. 1999.
[102] “Historia de los Barrios de
Córdoba. Sus leyendas, instituciones y gentes”. Efraín U. Bischoff. B. Editores S.R.L. 1986.
[103] “Los Principios” Córdoba 1 de enero
de 1932 y 9 de enero de 1938. “Historia de los Barrios....”.
[104] “Historia y anécdotas de barrio
Pueyrredón ex inglés”. Remo Domingo Bordese. Editorial El Atelier. 1998.
[105] Ver Capítulo. “Sociedad Croata de
Socorros Mutuos”.
[106] “Diario de sesiones” Tomo II. Pág.
1127.Córdoba .1950. “Historia de los Barrios....”.
[107] “Historia de los Barrios de Córdoba. Sus
leyendas, instituciones y gentes”. Efraín U. Bischoff. B. Editores S.R.L. 1986.
[108] Inaugurado oficialmente el 18 de abril de
1960.
[110] Ver Capítulo “El Hogar Croata de
Córdoba”.
[111] Ver Capítulo “ Sociedad Croata de
Socorros Mutuos”.
[112] Por cada plano hay 3 o 4 barrios.
[113] Cantidad de familias croatas
registradas.
[114] Ver Tabla 5.
[115] Ver Tabla 6.
[116] Ver Capítulo “Sociedad Croata de
Socorros Mutuos”.
[118] Los apellidos son transcriptos
según figuran en la escritura.
[120] No se encuentran registros de su
edad.
[121] En realidad figura como “Braèa Bešliæ ”, es decir “Hermanos Bešliæ ”, pero
para un mejor análisis, se los separó individualmente.
[122] Se los cuenta como albañiles,
aunque muchos eran especialistas en trabajo de piedras y lajas.
[123] Se desconoce cualquier dato sobre su
persona.
[125] Los apellidos son transcriptos según
figuran en la escritura.
[126] Documento del Hogar Croata. Recibo. Pago
de $490 a Miguel A. Gutiérrez.
[127] Testimonio Oral de Krizan Bešliæ.
[128] Documento del Hogar Croata. Lista.
Córdoba, 22 de agosto de 1959. Nota: Dinero Prestado para compra del “DOM” en
Córdoba.
[129] Ver Capítulo “Asociaciones, centros e
instituciones croatas y afines”.
[131] Abogado y político croata en el exilio.
Se destacó como defensor de sus compatriotas en innumerables procesos
judiciales, durante la dictadura de la Yugoslavia Monárquica.
[132] Movimiento Libertador Croata.
[133] Suscripciones enviadas a las
publicaciones mencionadas el 26/1/1962. Firmadas por El Presidente Mise Sprljan
y el Secretario Prof. Stanko Drnas.
[134] Ver Capítulo “ Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[135] Esta característica también se desarrolló
cuando las actas de la “Sociedad Croata de Socorros Mutuos” se escribían en
idioma croata. Ver el Capítulo con dicho nombre.
[136] Ver Capítulo “El Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[137] Ver Capítulo “El Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[138] Publicación del Instituto Croata
Latinoamericano de cultura, fundado en 1960 en Buenos Aires.
[139] Ver Capítulo “El Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[140] Carta Circular. 10 de agosto de
1990.
[141] Carta Circular Nº 5. 30 de
junio de 1991.
[142] Carta Circular. Diciembre de 1991.
[143] Ver Capítulo “Asociaciones, centros
e instituciones croatas y afines”.
[144] Ver Tabla 7.
[145] Ver Capitulo “¿Qué es un
inmigrante croata?”.
[146] Ver Tabla 8.
[147] Tanto Eduardo como Natalia Holtz no
son descendientes de croatas.
[148] Ver Capítulo “Causas de la
inmigración económica”.
[149] Ver Capitulo “Causas de la
inmigración política”.
[150] Ver los Capítulos “Causas de la
inmigración económica” y “Cerro y Pueyrredón: dos barrios croatas”.
[151] Ver Capítulo “ Cerro y Pueyrredón:
dos barrios croatas”.
[152] En los primeros años de la
sociedad las actas se escribían en croata.
[153] Primer acta de la “Sociedad Croata
de Socorros Mutuos”.
[154] Ver Capítulo “Causas de la
inmigración política”.
[155]
“ A concise Atlas of the Republic of Croatia and of the Republic of Bosnia and
Hercegovina. The Miroslav Krleza Lexicographical Institute. Zagreb. 1993.
[156] Estatuto del “Movimiento Libertador
Croata- Hrvatski Oslobodilacki Pokret” . 16 de julio de 1967.
[157] Entrevista del diario “La Nación”, al
Presidente de Consejo Nacional Croata Profesor Mate Meštroviæ.29 de julio de
1984. Extraído de Studia Croatica Vol 94-95. Año 1984.
[158] Estos recortes de diarios son,
desde uno pequeño del desaparecido diario “Los Principios” hasta diarios
croatas en la inmigración como el “Naš Put” (Nuestro Camino) de Toronto Canadá
y el “Spremnost” (Preparados) de Sydney Australia.
[159] Acta del Hogar Croata.
1/8/1965.
[160] Acta del Hogar Croata
07/05/1966.
[161] Ver capítulo “Los intelectuales”.
[162] Testimonio por escrito del Prof. Leonardo
Nola.
[163] Testimonio oral de Carlos Èuljak.
[164] Diario “Los Principios” diciembre
de 1962.
[165] Invitación de la colectividad ucraniana, rubricada por la firma del Presidente Pablo Huñka y el Secretario Miguel Hrycysgyn.
[166] Invitación del Hogar Croata,
rubricado por la firma del Presidente Vlado Pravidur y el Secretario Branko
Ozvaèiæ.
[167] Invitación de la colectividad ucraniana, rubricada por la firma del
Presidente Nicolás Nestorowycz y la secretaria Marta
Stasyszyn.
[168] Ver Capítulo “Hogar Croata de
Córdoba”.
[169] Ver la participación croata en
este evento en el Capítulo “El Hogar Croata de Córdoba”.
[170] Diario “La Voz del Interior”.
Sección Temas. Domingo 7 de julio de 1996. Pag. 5.
[171] “Albañiles dálmatas en Punta
Arenas”. Mateo Martinic Beros. Studia Croatica. Num 130. Buenos Aires. 1960.
[172] Testimonio Oral de Križan Bešliæ.
[173] Testimonio Oral de Nikola Lušièiæ.
[174] “Historia de los Barrios de
Córdoba. Sus leyendas, instituciones y gentes”. Efraín U. Bischoff. B. Editores S.R.L. 1986.
[175] “La Cañada. Historia, pluma y pincel”. Prudencio Bustos
Argañaraz- Edición Keegan y Kegan- 1998.
[176] “La Cañada. Historia, pluma y pincel”. Prudencio Bustos
Argañaraz- Edición Keegan y Kegan- 1998.
[177] “La Cañada. Historia, pluma y pincel”. Prudencio Bustos
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[178] “La Cañada. Historia, pluma y pincel”. Prudencio Bustos
Argañaraz- Edición Keegan y Kegan- 1998.
[179] Archivo Histórico de Córdoba. Documentos
año 1942. Tomo 3.
[180] Testimonio oral de Nikola Lušièiæ.
[181] “El estado de las clases obreras
argentinas a comienzos del siglo”. Juan Bialet-Masse. Universidad Nacional de Córdoba. Dirección General
de Publicaciones. Córdoba 1968. (Publicada en 1904. Reimpresión 1968).
[182] Ver Capítulo “Historia de la Nación
Croata”.
[183] Ver Capítulo “Causas de la
emigración política”.
[184] Ver capítulo “Campo Fermo”.
[185] “La Voz del Interior”. Lunes 8 de
agosto de 1989.
[186] Ver Capítulo “Campo Fermo”.
[187] Ver Capítulo “Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[188] Ver Capítulo “Asociaciones, centros e instituciones croatas y afines”.
[189] Ver Capítulo “Campo Fermo”.
[190] “El Arte Naif”. Otto
Bihalji-Merin. Editorial Labor. 1978.
[191] “Pintores y escultores
croatas exiliados” .Milan Rakovac. Studia Croatica. Nº II. Año 1.
Buenos Aires. 1961.
[192] Ver Capítulo “Causas de la inmigración
Política”.
[193] “El pintor Croata-Argentino Zdravko
Ducmelic. (Con las notas necrológicas publicadas en la prensa argentina) Branko
Kadic. Buenos Aires. 1989.
[194] “50 años de arte plástico en
Córdoba”. Miguel T. Lo Celso. Edic. Bco. Provincia de Córdoba . 1973.
[195] Diario “La Voz del Interior”. 19 de
febrero de 1989.
[196] Revista “Hrvatska Revija”. Junio – Set.
1964. Nº 54/55.
[197] Diario “La Voz del Interior”. 10 de junio
de 1996.
[198] “Papeles de Córdoba”. Año III
Nº 9. 1993.
[199] Diario “La Voz del Interior”. 20 de abril
de 1995.