Redacción, Décimo aniversario de Studia Croatica: discurso del presidente del Instituto Croata Latinoamericano de Cultura, Volumen 38-39, año 1970, página 166-173.

 

 

DECIMO ANIVERSARIO DE STUDIA CROATICA

 

El 24 de octubre de 1970 el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura en Buenos Aires, recordó el décimo aniversario de vida de la revista STUDIA CROATICA. Con tal motivo se efectuó una cena en agasajo de los colaboradores y amigos de la revista. En las dependencias del Club Cultural Croata Argentino de Buenos Aires se reunieron unos 50 colaboradores e invitados especiales, entre los cuales se destacaron los argentinos doctores Augusto E. García, Alejandro Dussaut, Enrique de Gandia, José P. Pendas y Rodolfo Luque (h), con sus respectivas señoras esposas.

El presidente del Instituto, y redactor de la revista, pronunció un discurso refiriéndose a la historia del periódico, subrayando sus éxitos como también sus dificultades y contratiempos. En las postrimerías de su alocución, que reproducimos al final de esta nota, el disertante dibujó un panorama del futuro en general, tomando en consideración la crisis política y social que presenciamos.

Terminado su discurso, el presidente entregó pergamino como reconocimiento a los colaboradores más destacados de la revista: el Dr. M. Luketa, los señores Ivo Rojnica, Ivo Bogdan, Branko Kadić y los doctores Milan Blažeković y Radovan Latković.

A continuación el secretario del Instituto —señor Milan Rakovac— leyó las cartas y telegramas llegados desde todos los continentes, expresando adhesión y reconocimiento a los que abnegadamente están sacrificándose por una causa noble — libertad e independencia del pueblo croata. De Norte América el Instituto ha recibido saludos del muy reverendo Dr. D. Mandić, socio honorario del Instituto, del reverendo U. Chuvalo, director del semanario "Danica" de Chicago, del prof. B. Radica, destacado publicista, escritor y colaborador de publicaciones norteamericanas y croatas, como también corresponsal de nuestra Institución; de los profesores universitarios, doctores Tomašić, A. Kadić, G. Prpić, A. Belić y del profesor doctor S. Vujica, presidente de la Academia Croata de Norteamérica, como también de su señora esposa Nada Kesterćanek, profesora y poetisa. Desde Europa enviaron su adhesión el reverendo Dr. Ivan Tomas, los doctores J. Petričević, A S. Pavelić, T. Radja y el prof. V. Nikolić. De Venezuela llegó un cordial saludo por parte del prof. D. Žanko y de su señora esposa, mientras el Dr. Martín Aberg Cobo, abogado de Buenos Aires y distinguido colaborador de nuestra revista, expresó su "viva simpatía por la obra que realizan", excusándose por no poder presenciar a festejos debido a otros compromisos tomados con anterioridad. De Córdoba, Argentina, el periodista F. Pušković también envió saludos y felicitaciones por escrito. De la lejana Australia, el', señor M. Maglica, redactor del periódico croata Hrvatski Dom (Hogar Croata), también envió por escrito sus elogios para los que militan en el Instituto y mediante su revista.

El secretario M. Rakovac por fin entregó pergamino también al Dr. F. Nevistić, actual redactor de la revista y presidente del Instituto.

Más tarde, y durante la comida, usaron de la palabra los doctores A. E. García, ex delegado argentino y ex presidente de la OEA; el Dr. Alejandro Dussaut, distinguido médico y ex profesor universitario, como también el Prof. universitario el Dr. de Gandía, destacando cada uno de ellos de manera especial el valor de la revista y elogiando la labor desarrollada por la colectividad croata en la Republica Argentina.

En nombre del Club Cultural Croata Argentino habló su secretario, el profesor Anton Borozan, quien con palabras emotivas y elogiosas subrayó la importancia de la revista y de los mecenas que la apoyan. Finalmente usó de la palabra el director espiritual de la colectividad croata en la Argentina, padre Lino Pedišić, agradeciendo a todos los presentes, especialmente argentinos, cuya patria es también patria adoptiva de muchísimos croatas.

La colectividad eslovena fue representada por los señores Ruda Jurčec, escritor y publicista, y los doctores D. Weblé y S. Baraga, políticos y escritores también. En nombre de la colectividad eslovaca presenció el profesor Dr. Stanko Meciar, colaborador de Studia Croatica.

 

Discurso del presidente del Instituto Croata-Latinoamericano de Cultura

 

"Hace diez años un grupo de croatas en Buenos Aires, tras largas meditaciones y consultas, decidió constituir el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura. De acuerdo a los Estatutos elaborados en aquel momento, el objetivo del Instituto es: "La difusión en América latina, de la cultura croata en general e información sobre la realidad actual; política, cultural y social de la nación croata en particular, como asimismo el estudio de los vínculos pasados y presentes entre los croatas y las naciones latinoamericanas, especialmente en lo que atañe a la República Argentina".

En el artículo 3 de los mismos Estatutos se dice, entre otras cosas, lo siguiente: "Para el cumplimiento de los objetivos y fines, el Instituto realizará reuniones y conferencias..., fomentará, patrocinará y publicará folletos, revistas, libros y demás publicaciones..." sin que todo esto tenga carácter limitativo.

Hoy, diez años después, podemos decir modestamente pero con satisfacción, que todas las Comisiones Directivas del Instituto permanecieron fieles y celosas en el cumplimiento de las tareas así previstas, par lo cual les agradezco aquí públicamente. ...Como hemos visto, entre los objetivos figuran también el patrocinio y publicación de revistas. En efecto, casi contemporáneamnte, es decir en 1960, aparece el primer número de nuestra revista STUDIA CROATICA, motivo principal de esta reunión. Allí, sobre el escritorio, todos ustedes pueden ver los tomos de la misma que abarcan cerca de tres mil páginas, hablándonos silenciosamente pera con insistencia, sobre el pasado, el presente y, si se puede decir así, sobre el futuro del pueblo croata. Miles y miles de Tiaras de trabajo —intelectual y físico— y millones de pesos están invertidos en aquellos tomos, convertidos en medio más fiel de transmisión y comunicación entre el pueblo croata y el pueblo argentino en especial, coma también entre el pueblo croata y la entera comunidad hispanoamericana y las naciones libres en general.

Hay pocos campos de interés o de actividad humana —religioso, filosófico, científico, cultural-artístico, político, económico o social— que no fue por lo menos abordado por alguno de los colaboradores de la revista en ests diez años. Allí hemos dicho, parcialmente, lo que aportó o está aportando el pueblo croata, dentro de sus posibilidades, al patrimonio universal de la cultura.

Pero no fueron solamente autores croatas los que llenaron las páginas de nuestra revista. Con auténtico orgullo podemos decir que nuestros socios pudieron acercarse a los hombres ilustres de otras naciones y, en ,primer término, a los de la nación argentina, que se presentaron y hablaron desde las páginas de STUDIA CROATICA. Gracias a ello, nuestra revista supo abrir así la puerta a un diálogo entre varios sectores de cultura nacional —entre la cultura nacional croata y las culturas de muchas otras naciones, especialmente de la órbita hispanoamericana.

No tengo intención enumerar pormenores. Hay que abrir la revista y leerla. Junto con los autores croatas figuran también argentinos, venezolanos, norteamericanos, franceses, eslovenos, eslovacos y húngaros. El contenido de la revista encontró eco, modesta pera reiteradamente, también en el periodismo argentino. "La Prensa", "La Nación", "Clarín", "Freie Presse", etc. registran de vez en cuando lo que comunicamos al mundo.

Así, por ejemplo, cuando apareció nuestra edición especial "La Tragedia de Bleiburg", un tristísimo documento de barbarie y de atrocidades cometidas al terminar la última gran guerra contra el pueblo croata —su ejército y su juventud, especialmente—. Luego de la solemne presentación de este libro en el City Hotel, casi todos los diarios porteños sacrificaron algo de su precioso espacio a las voces' croatas que desde las páginas de ese libro claman justicia, señalando a los responsables.

El éxito de esta empresa fue asegurado especialmente gracias a nuestros ilustres amigos argentinos. Su integridad moral y cívica, su cultura personal y woatriotismo garantizan que lo afirmado en nuestra revista no es propaganda barata sino una tremenda realidad, confirmada por hechos históricos, seria y rigurosamente verificados. Es su excelencia, el Dr. Eduardo Augusto García, a quien me estoy refiriendo en primer término y a quien agradezco una vez más, recalcando que este servicio tan valioso nunca lo olvidaremos. (Aplausos).

El rigor de los hechos y la seriedad de las tesis de dicha publicación resaltan libro: "L'Occident joue et perd la Yougoslavie dans la guerre". Bernard George, su autor, libro: "L'Occident joue et per la Yougoslavie dans la guerre". Bernard George, su autor, tuvo suficiente coraje y seriedad para decir muchas verdades en pro de la causa nacional croata precisamente en el ambiente francés, tradicionalmente inclinado y favorable a nuestro enemigo más enconado —la política oficial servia—. Todos ustedes saben que aquella tragedia de Bleiburg, con todos sus antecedentes y consecuencias de carácter inhumano, que se precipitó sobre el pueblo croata, proviene justamente del conflicto nacional croata-servio. El hegemonismo servio implantado desde 1918 ---año en que estos dos pueblos entraron por primera vez a formar una comunidad política— en Yugoeslavia, provocó la lucha Croata por el derecho de autodeterminación que 1941 culminó —tras largas décadas de persecusiones políticas, pillaje económico y marginación cultural,— con una rebelión total y la proclamación de la independencia de Croacia. Nuestra edición mencionada significa el principio del deshielo en este sentido en el ambiente francés. Nuestros esfuerzos redoblados, junto con los de nuestros amigos, argentinos en primer término, apartarán más. El Libro "Tragedia de Bleiburg" nos ha indicado el sendero, arduo pero seguro.

Otro tanto ha sucedido también con motivo de la aparición de nuestra edición especial "Bosnia y Herzegovina". "La Prensa", este diario —orgullo del periodismo no sólo argentino sino de todo el mundo— anotó que este libro abrió nuevas perspectivas y dio nuevos aportes al grave problema de la responsabilidad por el atentado de Sarajevo de 1914 y la Primera Guerra Mundial. Hasta ahora predominaba la interpretación servia de aquel abominable hecho de sangre. Algunos alumnos servios de las universidades francesas al final del siglo pasado, como por ejemplo M. Spalajković más tarde ministro de Servia, informaron falsamente en sus tesis doctorales de que Bosnia y Herzegovina eran provincias servias y, en consecuencia, la ocupación y anexión de las mismas por la Doble Monarquía habría sido un acto de agresión digno de la más enérgica respuesta por parte de Servia. En efecto, mientras oficialmente Servia buscaba entablar las más correctas relaciones con Viena, sus organizaciones paramilitares —"Mano Negra" por ejemplo— en colaboración con los más exaltados de la minoría servia en Bosnia preparó y perpetró el atentado de Sarajevo, significó el principio del tremendo conflicto internacional.

El historiador croata, el Dr. D. Mandić, actualmente ciudadano norteamericano, ha demostrado científicamente, entre otros autores, que esas dos provincias fueron y siguen siendo histórica, política y étnicamente provincias croatas. La seriedad científica del Dr. Mandić fue respaldada recientemente por el Instituto Biográfico Norte-americano haciéndolo figurar en la lista de las personalidades más destacadas de América en 1970. Pero la tesis servia sigue viviendo por la ley de la inercia y gracias a las nuevas inyecciones que recibe de vez en cuando del mismo ambiente proservio, bien nutrido de dinero y falsedades.

Una de estas inyecciones a la tesis servia podría resultar el drama "Sarajevo" que actualmente escribiría Jean Paul Sartre sobre base de los documentos preparados por el biógrafo de Tito, Vladimir Dedijer, y por encargo de Belgrado. Nosotros hemos enviado nuestro libro "Bosnia y Herzegovina" al señor J. P. Sartre con una carta aclaratoria, pero nuestras expectativas y esperanzas han quedado defraudadas por el mutismo absoluto por parte del famoso escritor francés.

Pero no imporia. No cederemos. No todo es éxito en la vida del hombre. Hay también pérdidas y reveses. En estos diez años nosotros hemos tenido pérdidas. Dos socios y colaboradores se trasl'adaron a otros países. El Dr. A. Belić es actualmente profesor en un colegio universitario norteamericano y el Prof. V. Nikolić milita con su "Revista Croata" en Barcelona.

Pero tuvimos pérdidas mayores aún, irreparables. Los poetas Víctor Vida y Srećko Karaman, uno dinámico y afable, el otro taciturno e introvertido, que paseaban por las espléndidas avenidas de Buenos Aires, soñando con un mundo de sombras para los hombres comunes, pero un mundo que para ellos era real, fueron llamados por la Providencia a la eternidad. El padre Dr. Carlos Kamber, que pasó por las calles de Buenos Aires y terminó en Toronto, Canadá, es otra pérdida para nosotros. Era un sacerdote de talento ocatoiro excepcional, un periodista y organizador que dejó detrás de sí la más grande iglesia croata en exilio, un campo de deportes con salón de conferencias y el cementerio para nuestra colectividad de aquella ciudad, donde el también, entre los primeros, descansa. para toda la eternidad. Y el Dr. Rodolfo Luque, intelectual y publicista de primera categoría, editorialista de "La Prensa", uno entre los cinco o seis mejores diarios del inundo, un amigo croata que tuvo el "gusto y coraje" de Descartes para buscar y descubrir las verdades. Su muerte engrosa irreparablemente el rubro de pérdidas de la revista STUDIA CROATICA y de todos nosotros, argentinos y croatas. Pero la serie de pérdidas no varó ahí. El Dr. Carlos A. Erro, profesor, erudito y escritor argentino, ex presidente de SADE, un celoso defensor de la libertal humanar colaborador de nuestra revista y defensor público de nuestro socio Prof. Nikolić, junto con otro defensor intrépido de la libertad, el Dr. Alejandro Dussaut —en momentos que lo perseguían las autoridades francesas a pedido de la Belgrado comunista, también abandonó este vade le lágrimas, dejando un vacío profundo en las filas de nuestros amigos y la vida cultural argentina. El Dr. Ernest Pezet, colaborador de nuestra revista, ex presidente de la comisión interparlamentaria francesa, también se trasladó a la eternidad.

Siendo una de las características es aecíficas del hombre vivir en la comunidad con sus semejantes más allá del mundo visible, ruego a los presentes se levanten y en un instante de silencio dirijan suspiros de oración por el eterno descanso de nuestros amigos desaparecidos.

Pero no es solamente a los muertos que nosotros debemos gratitud y afecto: también a los que viven. Hay una larga discusión acerca, del problema de quién es el verdadero promotor del progreso de la historia —si el individuo o las masas—. El problema fue vivamente discutido también entre los tan llamados populistas rusos y sus marixstas ortodoxos. Los primeros daban preferencia a los individuos, a las personalidades eximias y heroicas, y los otros a las masas. Sin optar personalmente por una u otra opinión, quiero tocar otro problema, muy antiguo, pero nuevamente suscitado par la filosofía marxista. ¿Determina la 'realidad, especialmente la realidad social, a la conciencia humana o la conicencia humana a la realidad? Aquí tampoco quiero tomar una posición definitiva. Nihil fit in intellectu nisi prius in sensibus (Nada acontece en el intelecto si no fue primero en los sentidos) es un principio también de la filosofía perenne. Pero el intelecto humano, formado una vez y nutrido por lo sensible, introduce nuevos elementos, modifica la naturaleza, creando el, campo de la cultura. ¿Dónde, de acuerdo a estas dos premisas, estaban nuestra Instituto y la revista STUDIA CROATICA poco más de diez años atrás? El mundo real no los conocía. Existían en la mente de unos hombres que soñaban con ellos, que comunicaban la idea de uno a otros, dibujando con colores rosados su necesidad, sus objetivos, sus posibilidades y medios para su realización. ¿El individuo o las masas? Yo no sé, pero en este caso nuestro la idea brotó en la mente de hombres individualmente determinados. A golpes insistentes de uno de ellos se ha forjada la idea y convertido en, realidad. Sin su voluntad inquebrantable y el sacrificio de recursos materiales, la emigración croata en la Argentina y en el mundo en general, estaría mucho más pobre, desconocida. La idea y la realización y organización de nuestro Instituto y la revista STUDIA CROATICA son hijos predilectos de nuestro actual vicepresidente, el señor Juan Rojnica. Si el idealismo signiifca también el sacrificio sin recompensa, los sacrificios de este señor y amigo desmienten a los pesimistas de toda clase en cuanto a la naturaleza humana. Considero, pues, justo que demos un aplauso fuerte y nutrido como recompensa a quien no la pide, pero bien la merece. (Aplausos).

Junto can el señor Rojnica se destacaron también otros colaboradores en el proceso de realización de esta idea que podemos considerar a justo título como suya. El Dr. Mateo Luketa; el señor Ivo Bogdan, el primer director de la revista quien le dio estilo, orientación y un alto nivel cultural; el señor Branko Kadić su primer secretario y traductor incansable; el Dr. Milan Blažeković, dos veces presidente del Instituto y un asiduo colaborador de la revista y el Dr. Radovan Latković, quien también aporta moral y materialmente, son los colaboradores que con más entusiasmo abrazaron la idea de nuestro actual vicepresilente y la llevaron adelante, trasponiéndola al mundo real. Para todos ellos nuestro Instituto ha preparado pergaminos recordatorios a este modesto pero para nosotros importante decenio de actividad.

Esta es, a grandes rasgos, la historia de los diez años pasados de STUDIA CROATICA. ¿Pero qué podemos decir con respecto al futuro? ¿Podemos esperarlo con optimismo?

La realidad alrededor nuestro es deprimente. Las condiciones generales de las comunidades —nacionales e internacionales— han empeorado considerablemente en el curso de estos diez últimos años. La característica fundamental de los días en que vi-vimos, son los extremismos y la violencia. La acción subversiva corroe sin cesar los fundamentos de nuestra sociedad que está tambaleando. Lo peor es que las mentes has-ta ahora más claras están confundidas. Todos los sistemas de pensar o de acción, todos los "ismos" se han hecho sospechosos. Hasta el mismo catolicismo se divile en dos corrientes, acusándose recíprocamente por el izquierdimo o el conservadorismo extremos. La violencia empieza a brotar también en el seno de la doctrina que se consideraba la doctrina del Amor. "Los mismos teólogos, podríamos repetir con J. L. Vives, se atacan unos a otros, con encono de gladiadores, mientras están discutiendo sabre la caridad".

Es lógico, es natural que todos estemos preocupados por nuestro futuro inmediato. En estos mismos momentos en un país vecina proclaman a un marxista como presidente nacional. Algo que hace 10 ó 15 años nadie admitiría ni coma una posibilidad lejana. ¿Qué sucederá, si el marxismo es la mayor fuente de subversión en la oposición y de terror en el poder? ¿Cuál es causa de esta situación que nos preocupa, nos atemoriza?

También aquí en nuestra patria Argentina el problema se está discutiendo. La opinión de un autorizado colaborador de "La Prensa" descubre la causa principal de la actual crisis político-social en el mundo latinoamericano en la degeneración de su clase política. La élite es la que da la vida y salud a todo el cuerpo social. La seriedad científica al respeto de Pareto, de Mosca o de R. Michels está en fondo y el resultado hay que tomarlo también con seriedad.

Si se me permite emitir una opinión personal, yo diría que las apreciaciones del mencionado colaborador de "La Prensa" son sólo parcilmente verdaderas. No es suficiente constatar la enfermedad de la clase política y explicarla por expedientes paliativos. Huelga entrar al fondo del problema. La clase política es un fenómeno, en primer término, cultural, Es necesario buscarle aquel numenon kantiano, numenon cultural precisamente de la clase política del mundo latinoamericano y del resto del mundo libre. Esta clase, de acuerdo a la opinión de W. Roepke, entró en la historia bajo la etiqueta "liberal-burguesa". Su distintivo formal y específico, en comparación con la clase, digamos, aristocrático-feudal, es la libertad. Pero ¿la libertad de qué y para qué? Estas preguntas nos llevan al campo de la cultura. Aquí estamos ante la última pregunta que voy tocar solamente a título de tratarse de una reunión de carácter netamente cultural. ¿Qué es la cultura?

Para no abusar más de la paciencia de ustedes, señores, invoco para este fin al nombre de André Malraux. Francia sigue siendo entre las primeras naciones en lo tocante a la cultura intelectual. A. Malraux es la figura clave entre sus intelectuales en la actualidad. En sus obras Las Voces del Silencia y El Museo Imaginario de la Escultura Mundial, ha expresado su concepción de la cultura. Contrariamente a Heidegger y Sartre, que consideran al hombre como un "ser para la muerte", dice un conferencista belga Malraux lo considera "un ser contra la muerte". En el arte, en la cultura "creamos imágenes lo bastante poderosas para negar nuestra nada..." Debemos estar orgullosos de ser hombres porque continuamos viviendo después de la muerte de Dios, en. la cultura occidental. El humanismo de la misma debería ofrecernos un substituto por la pérdida de Dios, que ha muerto. El arte puro, el mundo diferente del que vemos cotidianamente, es el mundo que nos hace resistir y sobrevivir la muerte. Pero hay que dar la vuelta hacia el ,arte sagrado de miles de apios atrás, cuando el hombre primitivo con su arte de una y dos dimensiones anunciaba sus "conocimientos" sagrados. El arte occidental demasiado humanista debe restablecer el diálogo con el mundo imaginario de las culturas pasadas. Sus 'restos muertos nos hablarían silenciosamente "cuando no existe más ni Dios ni Cristo". Pero poco vale el arte, si al final Malraux dice: "El tiempo fluye, quizás hacia la eternidad y ciertamente hacia la muerte". Además, se recalca, Malraux considera que la cultura es la "herencia de la nobleza mundial", reservada para, una "minoría feliz" —happy few, como dijo recientemente un comentarista al referirse a la última 'reunión de la UNESCO en Venecia.

El arte y la cultura así concebidos no resisten a las exigencias individuales ni colectivas. El individuo, sin mirar su condición social, quiere saber, por dónde lo lleva su destino definitivo, y las masas piden acceso a los bienes le cultura. Contrariamente a Malraux que dice que el hombre nace cuando Dios muere, su conacional G. Marcel subraya que el hombre agoniza cuando Dios muere. En efecto, el humanismo europeo, la cultura actual, lo que vale para todo el mundo occidental, no sabe contestar ni al individuo ni a las masas. Para la élite "la liberté c'est la propriété", como lo había formulado Voltaire y para los desheredados la violencia como método de destrucción de la sociedad falsamente libre. El enfrentamiento de estas posiciones en teoría y, todavía más en la práctica, constituye lo visible y aterrador que presenciamos. Los inmovilistas y los progresistas del padre Theilard de Chardin parece que no supieron entenderse.

Pero no hay que ser pesimistas. Quien sabe que se está ahogando, bracea. El mundo libre, verdadero líder del mundo en general, está consciente del peligro ya está braceando. El mismo Malraux con su "moneda del absoluto —la monnaie de l'absolu"'— invoca la necesidad de saber por dónde hay que bracear. Charles Moeller, al analizar el Opus de Malraux, acota: "La crisis del humanismo europeo de la cual Malraux es testigo privilegialo... proviene de la desaparición de lo absoluto en el mundo actual, y la necesidad de volverlo a hallar mientras par lo demás, se supone no poder creer más en Dios". El filósofo español Ortega y Gasset a su vez agrega que "el hombre empieza cuando empieza la técnica". Pero ¿no significa esto regresar otra vez al substituto de lo eterno? Ortega contesta: "Si nuestra existencia no fuese ya desde un principio la forzosidad de construir con el material dela naturaleza lapretensión extranatural que es el hombre, ninguna de esas técnicas existiría. El hecho absoluto, el puro fenómeno del universo que es la técnica, sólo puede darse en esa extraña, patética combinación metafísica de que dos entes heterogéneos —el hombre y el 'nunlo— se vean obligados a unificarse, de moda que de uno de ellos, el hombre, logre insertar su ser extramundano en el otro, que es precisamente el mundo".

Reconozco modestamente y de acuerdo a la opinión de muchos, que en este intento de insertarse demasiado en el mundo, el hombre moderno, especialmente el occidental, ha olvidado su propia heterogeneidad, ha. desnutrido peligrosamente sus raíces metafísicas, se ha aferrado a su sociedal de abundancia, sin darse cuenta clara ,de que la técnica en su significado del hecho absoluto o la abundancia no saben contestar nada ante la muerte, que es la tragedia definitiva del individuo y el universo.

Sintiendo la heterogeneidad del hombre y el mundo de los hechos absolutos, un poeta croata al comienzo de este siglo —Ante Branimir Šimić— preguntó enfáticamente, anticipándose en cierto sentido a Ortega: "¿Quién me puso junto con este extranjero?" refiriénlose a su propio cuerpo. En efecto, pareciere que, sin este ¿QUIEN? el hombre no puede vivir. La cultura sin valores absolutos degenera, muere'. Y el hombre con ella.

Para terminar: Alguno de ustedes habrá pensado que estoy creyéndome un gigante, mientras soy un enano. Estoy de acuerdo con la observación. La salud de un gran organismo viviente tiene sus venas y aortas, pero también sus capilares. Si éstos empiezan a fallar, el organismo se enferma y muere. Nuestra reunión de esta noche, sin subestimar a los señores que representaron a la República Argentina en organismos internacionales de primera categoría, es un capilar en comparación con lías reuniones de la UNESCO, el gobierno mundial de la cultura universal, donde se desarrollan con lujo las teorías más variadas de la cultura. Esto es la que me otorga el derecha a jugar al gigante considerando también a nuestra labor como un capilar dentro de ese gran organismo que es la UNESCO. Este es el sentido de nuestra actividad y los esfuerzos por seguir publicando STUDIA CROATICA. La integración de cultura no sólo en sentido horizontal, hacienlo colecciones para los museos reales o imaginarios, sino también vertical buscando el eje central, el sentido de la existencia humana. Las roces de lla UNESCO acentúan la corrección de las concepciones de Malraux sobre la cultura y su sentido. Ya no más el pasado, sino el futuro es al que debemos dirigir los ojos. La personalidad humana debe ser centro de la cultura. Pero de cultura no solamente técnica, sino de una cultura que sabe decirnos algo absoluto que irradiará he total existencia de la humanidad. Hay que olvidar un poco la cultura "del sombrero y guantes de noche" y buscar la solidaridad de todos.