Redacción,
Décimo aniversario de Studia Croatica: discurso del presidente del Instituto
Croata Latinoamericano de Cultura, Volumen 38-39, año 1970, página 166-173.
DECIMO ANIVERSARIO DE STUDIA CROATICA
El 24
de octubre de 1970 el Instituto Croata Latinoamericano de Cultura en Buenos
Aires, recordó el décimo aniversario de vida de la revista STUDIA CROATICA. Con tal motivo se efectuó una cena en
agasajo de los colaboradores y amigos de la revista. En las dependencias del
Club Cultural Croata Argentino de Buenos Aires se reunieron unos 50
colaboradores e invitados especiales, entre los cuales se destacaron los
argentinos doctores Augusto E. García, Alejandro Dussaut, Enrique de Gandia,
José P. Pendas y Rodolfo Luque (h), con sus respectivas señoras esposas.
El presidente del Instituto, y redactor de la revista, pronunció un
discurso refiriéndose a la historia del periódico, subrayando sus éxitos como
también sus dificultades y contratiempos. En las postrimerías de su alocución,
que reproducimos al final de esta nota, el disertante dibujó un panorama del futuro en general,
tomando en consideración la crisis política y social que presenciamos.
Terminado su discurso, el presidente entregó pergamino como
reconocimiento a los colaboradores más destacados de la revista: el Dr. M.
Luketa, los
señores Ivo Rojnica, Ivo Bogdan, Branko
Kadić y los doctores Milan Blažeković
y Radovan Latković.
A continuación el secretario del
Instituto —señor Milan Rakovac—
leyó las cartas y telegramas llegados desde todos los continentes, expresando
adhesión y reconocimiento a los que abnegadamente están sacrificándose por una
causa noble — libertad e independencia del pueblo croata. De Norte América el
Instituto ha recibido saludos del muy
reverendo Dr. D. Mandić, socio honorario del
Instituto, del reverendo U. Chuvalo,
director del semanario "Danica" de Chicago, del prof. B. Radica,
destacado publicista, escritor y colaborador de publicaciones norteamericanas y
croatas, como también corresponsal de nuestra Institución; de los profesores
universitarios, doctores Tomašić, A. Kadić, G. Prpić, A. Belić y del
profesor doctor S. Vujica, presidente de la Academia Croata de Norteamérica,
como también de su señora esposa Nada Kesterćanek, profesora y poetisa.
Desde Europa enviaron su adhesión el reverendo Dr. Ivan Tomas, los doctores J.
Petričević, A S. Pavelić, T. Radja y el prof. V. Nikolić. De Venezuela llegó un cordial saludo por parte del
prof. D. Žanko y de su señora esposa, mientras el Dr. Martín Aberg Cobo,
abogado de Buenos Aires y distinguido colaborador de nuestra revista, expresó
su "viva simpatía por la obra que realizan", excusándose por no poder
presenciar a festejos debido a otros compromisos tomados con anterioridad. De
Córdoba, Argentina, el periodista F. Pušković también envió saludos y felicitaciones por escrito. De la lejana
Australia, el', señor M. Maglica, redactor del periódico croata Hrvatski Dom (Hogar Croata), también envió por escrito sus
elogios para los que militan en el Instituto y mediante su revista.
El
secretario M. Rakovac por fin entregó pergamino también
al Dr. F. Nevistić, actual redactor de la
revista y presidente del Instituto.
Más tarde, y durante la comida, usaron de la palabra
los doctores A. E. García, ex delegado argentino y ex presidente de la OEA; el
Dr. Alejandro Dussaut, distinguido médico y ex profesor universitario, como
también el Prof. universitario el Dr. de Gandía, destacando cada uno de ellos
de manera especial el valor de la revista y elogiando la labor desarrollada por
la colectividad croata en la Republica Argentina.
En
nombre del Club Cultural Croata Argentino habló su secretario, el profesor Anton Borozan, quien con palabras
emotivas y elogiosas subrayó la importancia de la revista y de los mecenas que
la apoyan. Finalmente usó de la palabra el director espiritual de la
colectividad croata en la Argentina, padre Lino Pedišić, agradeciendo a todos
los presentes, especialmente argentinos, cuya patria es también patria adoptiva
de muchísimos croatas.
La colectividad eslovena fue representada por los
señores Ruda Jurčec, escritor y publicista, y los doctores D. Weblé y S.
Baraga, políticos y escritores también. En nombre de la colectividad eslovaca
presenció el profesor Dr. Stanko Meciar, colaborador de Studia Croatica.
Discurso del presidente del Instituto Croata-Latinoamericano de
Cultura
"Hace diez años un grupo de croatas en Buenos Aires, tras largas
meditaciones y consultas, decidió constituir el Instituto Croata
Latinoamericano de Cultura. De acuerdo a los Estatutos elaborados en aquel
momento, el objetivo del Instituto es: "La difusión en América latina, de la
cultura croata en general e información sobre la realidad actual; política,
cultural y social de la nación croata en particular, como asimismo el estudio
de los vínculos pasados y presentes entre los croatas y las naciones
latinoamericanas, especialmente en lo que atañe a la República Argentina".
En el artículo 3 de los mismos Estatutos se dice, entre otras cosas, lo
siguiente: "Para el cumplimiento de los objetivos y fines, el Instituto
realizará reuniones y conferencias..., fomentará, patrocinará y publicará
folletos, revistas, libros y demás publicaciones..." sin que todo esto
tenga carácter limitativo.
Hoy, diez años después,
podemos decir modestamente pero con satisfacción, que todas las Comisiones
Directivas del Instituto permanecieron fieles y celosas en el cumplimiento de
las tareas así previstas, par lo cual les agradezco aquí públicamente. ...Como
hemos visto, entre los objetivos figuran también el patrocinio y publicación de
revistas. En efecto, casi contemporáneamnte, es decir en 1960, aparece el
primer número de nuestra revista
STUDIA CROATICA, motivo principal de esta
reunión. Allí, sobre el escritorio, todos ustedes pueden ver los tomos de la
misma que abarcan cerca de tres mil páginas, hablándonos silenciosamente pera
con insistencia, sobre el pasado, el presente y, si se puede decir así, sobre el
futuro del pueblo croata. Miles y miles de Tiaras de trabajo —intelectual y físico— y
millones de pesos están
invertidos
en aquellos tomos, convertidos en medio más fiel de transmisión y comunicación
entre el pueblo croata y el pueblo argentino en especial, coma también entre el
pueblo croata y la entera comunidad hispanoamericana y las naciones libres en
general.
Hay
pocos campos de interés o de actividad humana —religioso, filosófico, científico,
cultural-artístico, político, económico o social— que no fue por lo menos
abordado por alguno de los colaboradores de la revista en ests diez años. Allí
hemos dicho, parcialmente, lo que aportó o está aportando el pueblo croata,
dentro de sus posibilidades, al patrimonio universal de la cultura.
Pero
no fueron solamente autores croatas los que llenaron las páginas de nuestra
revista. Con auténtico orgullo podemos decir que nuestros socios pudieron
acercarse a los hombres ilustres de otras naciones y, en ,primer término, a los
de la nación argentina, que se presentaron y hablaron desde las páginas de STUDIA CROATICA. Gracias a ello, nuestra
revista supo abrir así la puerta a un diálogo entre varios sectores de cultura
nacional —entre la cultura nacional croata y las culturas de muchas otras naciones,
especialmente de la órbita hispanoamericana.
No
tengo intención enumerar pormenores. Hay que abrir la revista y leerla. Junto con los autores croatas figuran también argentinos,
venezolanos, norteamericanos, franceses, eslovenos, eslovacos y húngaros. El
contenido de la revista encontró eco, modesta pera reiteradamente, también en
el periodismo argentino. "La
Prensa", "La Nación",
"Clarín", "Freie Presse", etc. registran de vez en cuando
lo que comunicamos al mundo.
Así,
por ejemplo, cuando apareció nuestra edición especial "La Tragedia de
Bleiburg", un tristísimo documento de barbarie y de atrocidades cometidas
al terminar la última gran guerra contra el pueblo croata —su ejército y su
juventud, especialmente—. Luego de la solemne presentación de este libro en el City Hotel, casi todos los diarios porteños sacrificaron
algo de su precioso espacio a las voces' croatas que desde las páginas de ese
libro claman justicia, señalando a los responsables.
El
éxito de esta empresa fue asegurado especialmente gracias a nuestros ilustres
amigos argentinos. Su integridad moral y cívica, su cultura personal y woatriotismo
garantizan que lo afirmado en nuestra revista no es propaganda barata sino una
tremenda realidad, confirmada por hechos históricos, seria y rigurosamente
verificados. Es su excelencia, el Dr. Eduardo Augusto García, a quien me estoy
refiriendo en primer término y a quien agradezco una vez más, recalcando que
este servicio tan valioso nunca lo olvidaremos. (Aplausos).
El
rigor de los hechos y la seriedad de las tesis de dicha publicación resaltan
libro: "L'Occident joue et perd la Yougoslavie dans
la guerre". Bernard George, su
autor, libro: "L'Occident joue et per la Yougoslavie dans la guerre". Bernard George, su autor, tuvo suficiente coraje y seriedad
para decir muchas verdades en pro de la causa nacional croata precisamente en
el ambiente francés, tradicionalmente inclinado y favorable a
nuestro enemigo más enconado —la política oficial servia—. Todos ustedes saben
que aquella tragedia de Bleiburg, con todos sus antecedentes y consecuencias de
carácter inhumano, que se precipitó sobre el pueblo croata, proviene justamente
del conflicto nacional croata-servio. El hegemonismo servio implantado desde 1918 ---año en que estos dos pueblos
entraron por primera vez a formar una comunidad política— en Yugoeslavia,
provocó la lucha Croata por el derecho de autodeterminación que 1941 culminó —tras largas
décadas de persecusiones políticas, pillaje económico y marginación cultural,—
con una rebelión total y la proclamación de la independencia de Croacia.
Nuestra edición mencionada significa el principio del deshielo en este sentido
en el ambiente francés. Nuestros esfuerzos redoblados, junto con los de
nuestros amigos, argentinos en primer término, apartarán más. El Libro
"Tragedia de Bleiburg" nos ha indicado el sendero, arduo pero seguro.
Otro tanto ha sucedido
también con motivo de la aparición de nuestra edición especial "Bosnia y Herzegovina".
"La
Prensa", este diario —orgullo del periodismo no sólo argentino sino de
todo el mundo— anotó que este libro abrió nuevas perspectivas y dio nuevos
aportes al grave problema de la responsabilidad por el atentado de Sarajevo de 1914 y la Primera Guerra
Mundial. Hasta ahora predominaba la interpretación servia de aquel abominable
hecho de sangre. Algunos alumnos servios de las universidades francesas al
final del siglo pasado, como por ejemplo M. Spalajković más
tarde ministro de Servia, informaron falsamente en sus tesis doctorales de que Bosnia y Herzegovina eran provincias servias
y, en consecuencia, la ocupación y anexión de las mismas por la Doble Monarquía
habría sido un acto de agresión digno de la más enérgica respuesta por parte de
Servia. En efecto, mientras oficialmente Servia buscaba entablar las más
correctas relaciones con Viena, sus organizaciones paramilitares —"Mano
Negra" por ejemplo— en colaboración con los más exaltados de la minoría
servia en Bosnia preparó y perpetró el
atentado de Sarajevo, significó el principio del tremendo conflicto
internacional.
El
historiador croata, el Dr. D. Mandić, actualmente ciudadano
norteamericano, ha demostrado científicamente, entre otros autores, que esas
dos provincias fueron y siguen siendo histórica, política y étnicamente
provincias croatas. La seriedad científica del Dr. Mandić fue respaldada
recientemente por el Instituto Biográfico Norte-americano haciéndolo figurar en la lista de las
personalidades más destacadas de América en 1970. Pero la tesis servia sigue viviendo por la ley de
la inercia y gracias a las nuevas inyecciones que recibe de vez en cuando del
mismo ambiente proservio, bien nutrido de dinero y falsedades.
Una
de estas inyecciones a la tesis servia podría resultar el drama
"Sarajevo" que actualmente escribiría Jean Paul Sartre sobre base de los documentos
preparados por el biógrafo de Tito, Vladimir Dedijer, y por encargo de
Belgrado. Nosotros hemos enviado nuestro libro "Bosnia y Herzegovina" al señor J. P. Sartre con una carta
aclaratoria, pero nuestras expectativas y esperanzas han quedado defraudadas
por el mutismo absoluto por parte del famoso escritor francés.
Pero
no imporia. No cederemos. No todo es éxito en la vida del hombre. Hay también
pérdidas y reveses. En estos diez años nosotros hemos tenido pérdidas. Dos socios y colaboradores se
trasl'adaron a otros países. El Dr. A. Belić es actualmente profesor en un
colegio universitario norteamericano y el Prof. V. Nikolić milita con su "Revista Croata" en
Barcelona.
Pero
tuvimos pérdidas mayores aún, irreparables. Los poetas Víctor Vida y Srećko
Karaman, uno dinámico y afable,
el otro taciturno e introvertido, que paseaban por las espléndidas avenidas de Buenos Aires, soñando con
un mundo de sombras para los hombres comunes, pero un mundo que para ellos era
real, fueron llamados por la Providencia a la eternidad. El padre Dr. Carlos
Kamber, que pasó por las calles de Buenos Aires y terminó en Toronto, Canadá,
es otra pérdida para nosotros. Era un sacerdote de talento ocatoiro
excepcional, un periodista y organizador que dejó detrás de sí la más grande
iglesia croata en exilio, un campo de deportes con salón de conferencias y el
cementerio para nuestra colectividad de aquella ciudad, donde el también, entre
los primeros, descansa. para toda la eternidad. Y el Dr. Rodolfo Luque,
intelectual y publicista de primera categoría, editorialista de "La
Prensa", uno entre los cinco o seis mejores diarios del inundo, un amigo
croata que tuvo el "gusto y coraje" de Descartes para buscar y
descubrir las verdades. Su muerte engrosa irreparablemente el rubro de pérdidas
de la revista STUDIA CROATICA y de todos nosotros, argentinos y croatas.
Pero la serie de pérdidas no varó ahí. El Dr. Carlos A. Erro, profesor, erudito
y escritor argentino, ex presidente de SADE, un celoso defensor de la libertal
humanar colaborador de nuestra revista y defensor público de nuestro socio
Prof. Nikolić, junto con otro defensor intrépido de la libertad, el Dr.
Alejandro Dussaut —en momentos que lo perseguían las autoridades francesas a
pedido de la Belgrado comunista,
también abandonó este vade le lágrimas, dejando un vacío profundo en las filas
de nuestros amigos y la vida cultural argentina. El Dr. Ernest Pezet, colaborador de
nuestra revista, ex presidente de la comisión interparlamentaria francesa,
también se trasladó a la eternidad.
Siendo una de las
características es aecíficas del hombre vivir en la comunidad con sus
semejantes más allá del mundo visible, ruego a los presentes se levanten y en
un instante de silencio dirijan suspiros de oración por el eterno descanso de
nuestros amigos desaparecidos.
Pero no es solamente a
los muertos que nosotros debemos gratitud y afecto: también a los que viven.
Hay una larga discusión acerca, del problema de quién es el verdadero promotor del
progreso de la historia —si el individuo o las masas—. El problema fue
vivamente discutido también entre los tan llamados populistas rusos y sus
marixstas ortodoxos. Los primeros daban preferencia a los individuos, a las
personalidades eximias y heroicas, y los otros a las masas. Sin
optar personalmente por una u otra opinión, quiero tocar otro problema, muy
antiguo, pero nuevamente suscitado par
la filosofía marxista. ¿Determina la 'realidad, especialmente la realidad
social, a la conciencia humana o la conicencia humana a la realidad? Aquí
tampoco quiero tomar una posición definitiva. Nihil fit in intellectu nisi prius in
sensibus (Nada
acontece en el intelecto si no fue primero en los sentidos) es un principio
también de la filosofía perenne. Pero el intelecto humano, formado una vez y
nutrido por lo sensible,
introduce nuevos
elementos, modifica la naturaleza, creando el, campo de la cultura. ¿Dónde, de
acuerdo a estas dos premisas, estaban nuestra Instituto y la revista STUDIA
CROATICA poco más
de diez años atrás? El mundo real no los conocía. Existían en la mente de unos
hombres que soñaban con ellos, que comunicaban la idea de uno a otros,
dibujando con colores rosados su necesidad, sus objetivos, sus posibilidades y
medios para su realización. ¿El individuo o las masas? Yo no sé, pero en este
caso nuestro la idea brotó en la mente de hombres individualmente determinados.
A golpes insistentes de uno de ellos se ha forjada la idea y convertido en,
realidad. Sin su voluntad inquebrantable y el sacrificio de recursos
materiales, la emigración croata en la Argentina y en el mundo en general,
estaría mucho más pobre, desconocida. La idea y la realización y organización
de nuestro Instituto y la revista STUDIA CROATICA son hijos predilectos de
nuestro actual vicepresidente, el señor Juan Rojnica. Si el idealismo signiifca
también el sacrificio sin recompensa, los sacrificios de este señor y amigo
desmienten a los pesimistas de toda clase en cuanto a la naturaleza humana.
Considero, pues, justo que demos un aplauso fuerte y nutrido como recompensa a quien no la pide, pero
bien la merece. (Aplausos).
Junto
can el señor Rojnica se destacaron también otros colaboradores en el proceso de realización de
esta idea que podemos considerar a justo título como suya. El Dr. Mateo Luketa;
el señor Ivo Bogdan,
el primer director
de la revista quien le dio estilo, orientación y un alto nivel cultural; el señor Branko
Kadić su primer secretario y traductor incansable; el Dr. Milan Blažeković, dos
veces presidente del Instituto y un asiduo colaborador de la revista y el Dr.
Radovan Latković, quien también aporta moral y materialmente, son los
colaboradores que con más entusiasmo abrazaron la idea de nuestro actual vicepresilente
y la llevaron adelante, trasponiéndola al mundo real. Para todos ellos nuestro
Instituto ha preparado pergaminos recordatorios a este modesto pero para
nosotros importante decenio de actividad.
Esta
es, a grandes rasgos, la historia de los diez años pasados de STUDIA
CROATICA. ¿Pero
qué podemos decir con respecto al futuro? ¿Podemos esperarlo con optimismo?
La
realidad alrededor nuestro es deprimente. Las condiciones generales de las
comunidades —nacionales e internacionales— han empeorado considerablemente en
el curso de estos diez últimos años. La característica fundamental de los días
en que vi-vimos, son los extremismos y la violencia. La acción subversiva
corroe sin cesar los fundamentos de nuestra sociedad que está tambaleando. Lo
peor es que las mentes has-ta ahora más claras están confundidas. Todos los
sistemas de pensar o de acción, todos los "ismos" se han hecho
sospechosos. Hasta el mismo catolicismo se divile en dos corrientes, acusándose
recíprocamente por el izquierdimo o el conservadorismo extremos. La violencia
empieza a brotar también en el seno de la doctrina que se consideraba la
doctrina del Amor. "Los mismos teólogos, podríamos repetir con J. L.
Vives, se atacan unos a otros, con encono de gladiadores, mientras están discutiendo
sabre la caridad".
Es lógico, es natural que todos estemos
preocupados por nuestro futuro inmediato. En estos mismos momentos en un país
vecina proclaman a un marxista como presidente nacional. Algo que hace 10 ó 15
años nadie admitiría ni coma una posibilidad lejana. ¿Qué sucederá, si el
marxismo es la mayor fuente de subversión en la oposición y de terror en el
poder? ¿Cuál es causa de esta situación que nos preocupa, nos atemoriza?
También aquí en nuestra patria Argentina el
problema se está discutiendo. La opinión de un autorizado colaborador de
"La Prensa" descubre la causa
principal de la actual crisis político-social en el mundo latinoamericano en la
degeneración de su clase política. La élite es la que da la vida y
salud a todo el cuerpo social. La seriedad científica al respeto de Pareto, de Mosca o de R. Michels está en fondo y el
resultado hay que tomarlo también con seriedad.
Si se
me permite emitir una opinión personal, yo diría que las apreciaciones del
mencionado colaborador de "La Prensa" son sólo parcilmente verdaderas. No es
suficiente constatar la enfermedad de la clase política y explicarla por
expedientes paliativos. Huelga entrar al fondo del problema. La clase política
es un fenómeno, en primer término, cultural, Es necesario buscarle aquel numenon kantiano, numenon cultural precisamente de la clase política del
mundo latinoamericano y del resto del mundo libre. Esta clase, de acuerdo a la
opinión de W. Roepke, entró en la historia bajo la etiqueta
"liberal-burguesa". Su distintivo formal y específico, en comparación
con la clase, digamos, aristocrático-feudal, es la libertad. Pero ¿la libertad
de qué y para qué? Estas preguntas nos llevan al campo de la cultura. Aquí estamos ante la
última pregunta que voy tocar solamente a título de tratarse de una reunión de
carácter netamente cultural. ¿Qué es la cultura?
Para
no abusar más de la paciencia de ustedes, señores, invoco para este fin al
nombre de André Malraux. Francia sigue siendo entre las primeras naciones en lo
tocante a la cultura intelectual. A. Malraux es la figura clave entre sus
intelectuales en la actualidad. En sus obras Las Voces del Silencia y El Museo Imaginario de la Escultura Mundial, ha expresado su
concepción de la cultura. Contrariamente a Heidegger y Sartre, que consideran
al hombre como un "ser para la muerte", dice un conferencista belga
Malraux lo considera "un ser contra la muerte". En el arte, en la
cultura "creamos imágenes lo bastante poderosas para negar nuestra nada..." Debemos estar orgullosos
de ser hombres porque continuamos viviendo después de la muerte de Dios, en. la
cultura occidental. El
humanismo de la
misma debería ofrecernos un substituto por la pérdida de Dios, que ha muerto.
El arte puro, el mundo diferente del que vemos cotidianamente, es el mundo que
nos hace resistir y sobrevivir la muerte. Pero hay que dar la vuelta hacia el
,arte sagrado de miles de apios atrás, cuando el hombre primitivo
con su arte de una y dos dimensiones anunciaba sus "conocimientos"
sagrados. El arte occidental demasiado humanista debe restablecer el diálogo
con el mundo imaginario de las culturas pasadas. Sus 'restos muertos nos
hablarían silenciosamente "cuando no existe más ni Dios ni Cristo".
Pero poco vale el arte, si al final Malraux dice: "El tiempo fluye, quizás hacia la eternidad y
ciertamente hacia la muerte". Además, se recalca, Malraux considera que la
cultura es la "herencia de la nobleza mundial", reservada para, una
"minoría feliz" —happy few, como
dijo recientemente un comentarista al
referirse a la última 'reunión de la UNESCO en Venecia.
El
arte y la cultura así concebidos no resisten a las exigencias individuales ni
colectivas. El individuo, sin mirar su condición social, quiere saber, por
dónde lo lleva su destino definitivo, y las masas piden acceso a los bienes le
cultura. Contrariamente a Malraux que dice que el hombre nace cuando Dios muere, su
conacional G. Marcel subraya que el hombre
agoniza cuando Dios muere. En efecto, el humanismo europeo, la cultura actual,
lo que vale para todo el mundo occidental, no sabe contestar ni al individuo ni
a las masas. Para la élite "la
liberté c'est la propriété", como lo había formulado Voltaire y para los desheredados
la violencia como método de destrucción de la sociedad falsamente libre. El enfrentamiento
de estas posiciones en
teoría y, todavía
más en la práctica, constituye lo visible y aterrador que presenciamos. Los
inmovilistas y los progresistas del padre Theilard de Chardin parece que no
supieron entenderse.
Pero no hay que ser pesimistas. Quien sabe
que se está ahogando, bracea. El mundo libre, verdadero líder del mundo en
general, está consciente del peligro ya está braceando. El mismo Malraux con su
"moneda del absoluto —la monnaie de
l'absolu"'— invoca
la necesidad de saber por dónde hay que bracear. Charles Moeller, al analizar el Opus de
Malraux, acota: "La crisis del humanismo
europeo de la cual Malraux es testigo privilegialo... proviene de la
desaparición de lo absoluto en el mundo actual, y la necesidad de volverlo a
hallar mientras par lo demás, se supone no poder creer más en Dios". El
filósofo español Ortega y Gasset a su vez agrega que "el hombre empieza
cuando empieza la técnica". Pero ¿no significa esto regresar otra vez al
substituto de lo eterno? Ortega contesta: "Si nuestra existencia no fuese ya desde un
principio la forzosidad de construir con el material dela naturaleza
lapretensión extranatural que es el hombre, ninguna de esas técnicas existiría.
El hecho absoluto, el puro fenómeno del universo que es la técnica, sólo puede
darse en esa extraña, patética combinación metafísica de que dos entes
heterogéneos —el hombre y el 'nunlo— se vean obligados a unificarse, de moda
que de uno de ellos, el hombre, logre insertar su ser extramundano en el otro,
que es precisamente el mundo".
Reconozco
modestamente y de acuerdo a la opinión de muchos, que en este intento de
insertarse demasiado en el mundo, el hombre moderno, especialmente el
occidental, ha olvidado su propia heterogeneidad, ha. desnutrido peligrosamente
sus raíces metafísicas, se ha aferrado a su sociedal de abundancia, sin darse
cuenta clara ,de que la técnica en su significado del hecho absoluto o la
abundancia no saben contestar nada ante la muerte, que es la tragedia
definitiva del individuo y el universo.
Sintiendo
la heterogeneidad del hombre y el mundo de los hechos absolutos, un poeta
croata al comienzo de este siglo —Ante Branimir Šimić— preguntó
enfáticamente, anticipándose en cierto sentido a Ortega: "¿Quién me puso
junto con este extranjero?" refiriénlose a su propio cuerpo. En efecto,
pareciere que, sin este ¿QUIEN? el hombre no puede vivir. La cultura sin
valores absolutos degenera, muere'. Y el hombre con ella.
Para
terminar: Alguno de ustedes habrá pensado que estoy creyéndome un gigante,
mientras soy un enano. Estoy de acuerdo con la observación. La salud de un gran
organismo viviente tiene sus venas y aortas, pero también sus capilares. Si
éstos empiezan a fallar, el organismo se enferma y muere. Nuestra reunión de
esta noche, sin subestimar a los señores que representaron a la República
Argentina en organismos internacionales de primera categoría, es un capilar en
comparación con lías reuniones de la UNESCO, el gobierno mundial de la cultura universal, donde se desarrollan con
lujo las teorías más variadas de la cultura. Esto es la que me otorga el
derecha a jugar al gigante considerando también a nuestra labor como un capilar
dentro de ese gran organismo que es la UNESCO. Este es el sentido de nuestra
actividad y los esfuerzos por seguir publicando STUDIA CROATICA. La
integración de cultura no sólo en sentido horizontal, hacienlo colecciones para
los museos reales o imaginarios, sino también vertical buscando el eje central,
el sentido de la existencia humana. Las roces de lla UNESCO acentúan la
corrección de las concepciones de Malraux sobre la cultura y su sentido. Ya no
más el pasado, sino el futuro es al que debemos dirigir los ojos. La
personalidad humana debe ser centro de la cultura. Pero de cultura no solamente
técnica, sino de una cultura que sabe decirnos algo absoluto que irradiará he
total existencia de la humanidad. Hay que olvidar un poco la cultura "del sombrero y guantes de noche"
y buscar la solidaridad de todos.