Mateo Martinic: La inmigración croata en Magallanes LA INMIGRACION CROATA EN MAGALLANES
MATEO MARTINIC

LA CONSOLIDACION SOCIAL Y ECONOMICA DE LA INMIGRACION CROATA

Producido el estallido de la Gran Guerra Europea en agosto de 1914, este trágico suceso vino a significar de hecho la paralización del gran caudal migratorio hacia el continente americano. Una vez concluido el conflicto, los cambios políticos que acarreó la victoria aliada en la región de los Baicanes, hicieron posible el surgimiento del nuevo Estado de los Serbios, Croatas y Eslovenos en el que se integraron todas las nacionalidades eslavas del sur o yugoeslavas. Esta circunstancia produjo el natural avivamiento del hondo patriotismo eslavo y se manifestó en los hechos en una disminución apreciable de la tendencia emigratoria hacia América, ante las espectativas de progreso social y nacional que prometía la construcción de la nueva y antigua a la vez gran patria común.

De tal modo fue que la corriente prácticamente continua de inmigrantes eslavos hacia Magallanes vino a disminuir en forma apreciable, limitándose en el hecho al arribo de contados parientes que habían quedado rezagados en el suelo natal por minoridad o por otras causas.

Al iniciarse la tercera década del siglo los croatas expresaban de variada forma su arraigo y su integración al país. Superados los momentos lamentables en que algunos, alarmistas baratos pretendieron desaprensivamente ver en ellos, como en los otros extranjeros radicados, un factor de desnacionalización en el territorio magallánico, después de 1920 pasó a ser voz común la ejemplar condición de acatamiento y aceptación de la chilenidad -en todo cuanto ella significaba- que manifestaban los croatas y que tenía tal vez su mejor expresión en la rápida fusión que se advertía con quienes eran de origen netamente nacional.

Mientras se iban consolidando económicamente -en saludable medianía- las familias inmigrantes nutrían progresivamente y con vigor la creciente clase media regional. Para los inmigrantes y sus descendientes el curso de la década de 1920 fue señalando poco a poco el abandono de una posición social que se había manifestado en una especie de marginalidad, para pasar a asumir un papel más participativo y destacado en el seno de la comunidad en los más variados quehaceres e inquietudes.

Entre tanto los primeros estudiantes aventajados marchaban a la universidad y ganaban sus títulos profesionales, y otros igualmente capaces daban inicio a carreras administrativas en el campo empresarial regional, en cuyo trascurso asumirían paulatinamente responsabilidades ejecutivas o de confianza.

Del mismo modo los hijos de los inmigrantes y aun éstos mismos formados culturalmente en las instituciones creadas por ellos en los comienzos del siglo, se destacaban en el cultivo de las artes dramáticas y musicales, bien a través de las actividades de las propias organizaciones eslavas existentes, o bien integrándose a otras nuevas como la Orquesta Sinfónica de Magallanes y el Orfeón de Voces (1929). En una y otra forma algunos inmigrantes y jóvenes descendientes contribuyeron a la animada vida cultural puntarenense del primer lustro de la década de los años treinta.

En lo económico, el raro espíritu de creatividad empresarial se había manifestado en la fundación, en 1917, del Banco Yugoeslavo de Chile (Jugoslavenska Banka u Cile), por iniciativa de Nicolás Stambuk y Vicente Kusanovic. Esta institución adquiriría con los años gran prestancia financiera y representaría un eficaz servicio para el movimiento mercantil de la región magallánica (21).

El capital acumulado en tantos años de esforzado trabajo llevó a algunos inmigrantes a colonizar tierras pastoriles en los territorios argentinos de Santa Cruz y Tierra del Fuego (22). Otros tantos invirtieron sus recursos en nuevas entidades de actividad económica, como sucedió en Porvenir donde la preocupación y capitales de inmigrantes croatas dieron vida a distintas empresas mercantiles de servicio público. Así surgieron la comunidad Armadora Almirante Señoret (1922), para atender el tráfico mercante entre ambas costas del estrecho de Magallanes, propósito que cumpliría honrosamente durante los siguientes treinta años (23). También la Compañía de Alumbrado de Porvenir, fundada en 1924 por Cristóbal Lulic y la Compañiía Telefónica de Tierra del Fuego, nacido de la preocupación empresarial de Mateo Covacic en 1928, constituyendo en uno y otro caso muestras evidentes de progreso comunitario. Asimismo, como empresas propiamente económicas surgieron la Industria Conservera Rosario fundada por el mismo Mateo Covacic y su hermano Esteban; y la Cia. Aurífera de Tierra del Fuego (1934), de la que Rafael Rusovic fue uno de sus principales impulsores.

(21) La sociedad anónima correspondiente se constituyó por escritura pública de 6 de julio de 1917. Los mayores accionistas iniciales fueron Antonio Kusanovic (2.500 acciones), Vicente Kusvic (2.500 acciones), Nicolás Stambuk (2.000 acciones), Pedro Hrdalo (1.750 acciones), José Stipicic (1.400 acciones), Mateo Bencur (1.200 acciones), Juan Sapunar (1.000 acciones), Jorge Jordan (1.000 acciones), Jerónimo Stipicic (600 acciones), Rodolfo Martinic (510 acciones), y Jerónimo Martinic y Jorge Kucan con 500 acciones cada uno. Estos habían suscrito así el 82 % de las 20.000 acciones en que se dividió el capital de $ 1.000.000 con que se inició el Banco. Adquirido años después por el destacado empresario Pascual Baburizza, una parte importante del paquete accionario, la gerencia de la entidad fue trasladada a Valparaíso. Afectados los negocios de aquél durante la gran crisis mundial de 1929-.30, el Banco Yugoeslavo de Chile concluyó por cerrarse el 15 de enero de 1933.

(22) Con la expansión económica de Punta Arenas hacia los territorios argentinos de Santa Cruz y Tierra del Fuego, fueron muchos los croatas que a partir de 1915-16 invirtieron adicionalmente capitales en explosiones ganaderas en dichas regiones. Entre varios mencionamos a Juan y Jerónimo Trutanic, Juan Blazina, Esteban Domic, Jorge Jordan, Nicolás y Antonio Brizic, Vicente Kusanovic, Natalio Foretic, Mateo Paravic; Francisco Goic, Mateo y Esteban Martinovic, Juan Sapunar, Santiago Martinic y Simón Ugrinovic. A comienzos de siglo lo habían hecho, los primeros, José y Jerónimo Stipcic quienes poblaron algunas estancias en la zona andina de Santa Cruz. También cabe señalar que la misma actividad mercantil magallánica y la creciente demanda de brazos había llevado a algunos inmigrantes a radicarse en territorio argentino. Tal fue el origen de las pequeñas comunidades croatas de San Julian, Puerto Santa Cruz y Río Grande, que por décadas se mantuvieron unidas a la comunidad madre de Punta Arenas. (Cfr. Martinic, 1976: 5-42).

(23) El nombre de tan ilustre marino y gobernador del antiguo Territorio entre 1892 y 1897 no debió ser puesto al azar a esta compañía. Aunque uno de los vapores que aquella adquirió llevaba tal denominación, lo cierto es que los viejos inmigrantes de la época del oro recordaron con hondo afecto la memoria del mandatario territorial que justipreciara cabalmente la importancia de la laboriosa contribución dálmata al desarrollo de la minería y otras actividades económicas.

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Edición electrónica: Studia Croatica, 1998
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