Mateo Martinic: La inmigración croata en Magallanes LA INMIGRACION CROATA EN MAGALLANES
MATEO MARTINIC
[continuación]

La pedregosa pero atractiva Brac fue de tal modo la fuente principal de emigrantes dálmatas que llegaron a Magallanes y aunque el estudio mencionado hace posible deducir una fuerte proporción aportante, ella no refleja la realidad de lo acontecido históricamente, pues en un comienzo el número de hijos de dicha isla fue proporcionalmente mayor aún, de acuerdo con la tradición, tal vez superior al 80% del contingente croata inmigrante. Los pueblos que aportaron los mayores contingentes fueron, en orden, Pucisce, Praznice, Milna, Lozisce-Bovovisce, Nerezisce, Humac, Sutivan, Postire y Bol.

Aunque tardíos para el tiempo migratorio, los antecedentes colacionados son relativamente válidos para señalar en general la procedencia pues son coincidentes con las estimaciones de la tradición y de otras fuentes (Bonacic, Lucas. Historia de los Yugoslavos en Magallanes, 1943).

Agregamos todavía que en forma singular la inmigración croata en Magallanes se radicó fundamentalmente en dos centros urbanos: en Punta Arenas, metrópolis regional y como tal sede de toda la actividad más importante y dinámica en lo social y económico; y en Porvenir, el tranquilo pueblo fueguino que los inmigrantes contribuyeron a formar, otorgándole sus características urbano-sociales que lo han señalado entre las comunidades magallánicas. Aunque pudieron trabajar en ellas, sólo por rarísima excepción los inmigrantes concluyeron radicándose en Ultima Esperanza y otras zonas del territorio magallánico.

Así y todo, en Puerto Natales luego de su fundación se fueron estableciendo a lo largo de la década de 1910 y la siguiente una treintena de inmigrantes que dieron origen a una pequeña comunidad croata. Entre varios cabe recordar a Zacarías y Alejandro Naumovic y Pedro Perovic, que fueron albañiles; Antonio Puratic, Nicolás Dubravcic, Juan Herceg, Jorge Glusevic, Goiko y Blagoie Pavlovic que ejercieron el comercio de ramos generales; Marcos Nejasmic, Juan Fistanic, Mariano Utrobicic, Esteban Marinovic y Juan Matulic, todos panaderos; Nicolás Brizic, que tuvo hotel; Juan Yutronic, quien explotó por largos años el ramo de la pastelería y cafetería, como Miguel Gasic el de carnicería. Marcos y Juan Kusanovic, fueron ganaderos, y Juan Vilic agricultor; Lucas Salatic y Mateo Dragicevic, que trabajaron como choferes- mecánicos, en tanto que los hermanos Antonio y Teodoro Suic fueron peluqueros. La exiguidad de su número hizo que este grupo de residentes dálmatas no dejara huellas ponderables de su presencia en el medio social de Puerto Natales.

Aspectos sociales y económicos

Si como antes señalamos los inmigrantes croatas se distinguieron por su increíble espiritu de laboriosidad, a lo que agregamos ahora su sentido de dignidad y responsabilidad laboral y social; también cabe en apreciación histórica, consignar en su respecto que se hicieron notar por su nivel limitado de aspiraciones económicas. Los croatas no buscaron ni quisieron la riqueza para ganar prestigio social o poder económico. Desprovistos por lo general de ambiciones desmedidos, ellos obtuvieron en cambio, con honrado esfuerzo, los recursos que pudieron brindarles un tranquilo pasar para la familia, la educación para los hijos y la seguridad para le vejez. Así una sencilla medianía social y económica pareció ser el desideratúm de los inmigrantes, como fue, en el hecho, su común denominador.

Tal circunstancia se hizo manifiesta en el proverbial sentido de la previsión y el ahorro, y en el alto valor que asignaron a la propiedad raíz familiar, como factor de seguridad social. Una y otra motivaciones se conjugaron para convertir a los inmigrantes pobres del comienzo, en tranquilos propietarios al cabo de algunos años.

El análisis de algunos antecedentes estadísticos hace más expresiva la consideración. Si en 1892, los propietarios eslavos eran apenas 26 sobre 650 (con un valor raíz de $129.630), tres lustros más tarde, en 1908, de 1.447 inmuebles urbanos en Punta Arenas que tenían un valor de $20.002.100 de la época, 225 eran de croatas, con un valor de $2.039.000 (11,8%). En Porvenir, de 67 bienes raíces, 38 pertenecían a croatas, teniendo un valor de $213.000, cifra que representaba entonces el 59% del avalúo urbano de aquel centro fueguino.

Un año después en Punta Arenas existían 1.810 propiedades avaluadas en $ 26.975.836, de ellas 314 (17,35%) pertenecían a eslavos, con un valor de $ 3.350.350 (12,42%). Para Porvenir las cifras eran de 42 propiedades de eslavos, sobre 76 (55,26%), avaluadas en $ 243.900, esto es 57,17% sobre el avalúo total que alcanzaba a $ 426.600.

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Edición electrónica: Studia Croatica, 1998
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